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Probablemente el desarrollo de las arterias sea una de las estructuras más complejas de la embriología cardíaca. Esto obedece a tres razones: 1. El sistema arterial no se desarrolla solamente como elongación y diferenciación de ramas primitivas. Por el contrario, muchas veces las circulaciones específicas de cada órgano se van formando a medida que dicho órgano evoluciona, generalmente a partir de redes capilares aparentemente caóticas (angiogénesis), que poco a poco se van diferenciando y terminan por unirse a los vasos de la circulación principal (vasculogénesis). 2. El sistema aórtico se encuentra en estrecha relación con el tubo cardíaco, por lo que el desarrollo de ambos elementos está íntimamente relacionado. 3. Los arcos aórticos (ver adelante), en número de 6, nunca existen al mismo tiempo; esto quiere decir que mientras los primeros ya han desaparecido, hay otros que aún no se han formado. Desarrollo de los arcos aórticos. Hacia el principio de la cuarta semana los precursores hemangiógenos distribuídos en todo el mesodermo se han organizado en un doble sistema vascular dorsal: las aortas dorsales, que corren a cada lado de la notocorda. Desde la región media del embrión y hacia caudal ambas arterias van originando ramas, que en ese sentido son: - las intersegmentarias (que empiezan por el séptimo segmento), representan las arterias de cada sector somítico; - las arterias vitelinas u onfalomesentéricas, que van a dar origen a las arterias abdominales; - las arterias umbilicales o alantoideas, que se dirigen hacia la placenta y más tarde van a formar las arterias ilíacas e hipogástricas (5,10). 106
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