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ANATOMIA CARDIACA (99)

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CONTRIBUCIÓN DE LA CRESTA NEURAL EN LA FORMACIÓN NORMAL 
DEL CORAZÓN (17,18) 
Antes de comenzar el estudio del desarrollo de cada cámara y de sus 
estructuras afines, es necesario mencionar datos que, si bien conocidos desde 
hace tiempo, a partir de 1997 han sido mejor documentados por los resultados 
de estudios específicamente dirigidos. 
Inicialmente se consideraba que el corazón era un órgano íntegramente 
mesodérmico. En la década del ´70, con los primeros intentos de manipulación 
genética, la producción de defectos en ciertas zonas ectodérmicas que 
originaban malformaciones cardíacas, orientaron a la posibilidad de la 
contribución neural en el desarrollo normal del corazón y los grandes vasos. 
Hoy se acepta que la participación e interacción de una estructura 
“extracardíaca”, la cresta neural, es indispensable para la correcta y completa 
formación de numerosas estructuras cardiovasculares. 
A lo largo de la línea que separa el tubo neural de la epidermis primitiva, una 
serie de células ectodérmicas migran hacia el mesodermo y van a contribuir al 
origen de diversas estructuran relacionadas. La cresta neural así formada, se 
divide en dos regiones principales: la del cráneo (desde el mesencéfalo al 
somito 5) y la del tronco (desde el somito 6 hasta el límite caudal del pliegue 
neural). De la región del tronco van a salir neuronas y células de sostén 
(células de Schwann y melanocitos). En cambio la cresta neural-craneal da 
lugar a células denominadas ectomesenquimales, que migran a través de los 
arcos faríngeos y van a formar parte de la inervación cardíaca, de la tabicación 
del troncocono y la consiguiente formación de los tractos de salida derecho e 
izquierdo (1). Algunas poblaciones de células ectomesenquimales migran hacia 
los arcos aórticos y se diferencian a células de músculo liso en la túnica media, 
favoreciendo así su desarrollo. Se sabe que defectos en la cresta neural 
producen entre otras consecuencias, falta de tabicación del troncocono y de 
desarrollo de los arcos aórticos (ver antes). 
La tabicación de aurículas y ventrículos y la formación de los tractos de salida 
del VD y del VI a partir del troncocono, son fenómenos contemporáneos, es 
decir que ocurren simultáneamente. Pero desde un punto de vista académico, 
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