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333 Capítulo XVIII. Biotecnología y salud: las pruebas de diagnóstico impresiones digitales. Los estudios bioquímicos e inmunológicos facilitaron la resolución de muchos crímenes, a pesar de la dificultad para encontrar el material en cantidades suficientes y en el estado de conservación adecuado. El análisis del ADN para la identificación de las personas se usa desde la década de 1980, cuando A. Jeffreys ideó la técnica del Fingerprint, esta- bleciendo una relación única entre un individuo y su secuencia génica. La identificación se focaliza en las pequeñas secuencias no codificantes, que se repiten un número variable de veces, originando segmentos de diferente tamaño dispersos en el ADN (minisatélites o VNTR, del inglés variable number of tandem repeats; microsatélites o STR, del inglés short tandem repeats). Estos se separan por electroforesis y luego pueden detectarse con sondas. También se pueden amplificar por PCR y, en los métodos más recientes, es posible analizar hasta veinte loci simultáneamente usando una coloración específica para cada uno. Como la probabilidad de que dos per- sonas elegidas al azar tengan el mismo perfil de ADN es menor que uno en un billón, el resultado es prácticamente único para cada individuo. En la determinación de la paternidad, los estudios de grupos sanguíneos y de proteínas del suero fueron complementados o reemplazados por las pruebas de ADN, que se transformaron en el foco de varias investigaciones muy comentadas en los medios. En Brasil, por ejemplo, el jugador de fútbol Pelé tuvo que reconocer la paternidad de Sandra Regina; y Pedrinho, un niño secuestrado en la maternidad luego de su nacimiento, pudo reencon- trarse años más tarde con su verdadera familia. FIGURA 3. El sistema HLA humano A. El cromosoma 6 B. La herencia de los haplotipos Madre Padre
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