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Biologia de los microorganismos-1068 (395)

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C R E C I M I E N T O Y C O N T R O L M I C R O B I A N O 187
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 Los microorganismos presentan un patrón de 
crecimiento característico cuando se inoculan en un medio 
de cultivo fresco. Normalmente hay una fase de latencia y 
después empieza el crecimiento de manera exponencial. 
Cuando se agotan los nutrientes esenciales o se acumulan 
productos tóxicos, el crecimiento cesa y la población entra 
en una fase estacionaria. A partir de ahí, la incubación 
puede llevar a la muerte celular.
 El quimiostato es un sistema abierto que se utiliza 
para mantener poblaciones celulares en crecimiento 
exponencial durante períodos largos. En un quimiostato, 
la velocidad a la que se diluye un cultivo con medio de 
crecimiento fresco controla el tiempo de duplicación de la 
población, y la densidad celular (células/ml) es controlada a 
su vez por la concentración en el medio fresco del nutriente 
limitante del crecimiento.
 Se pueden contar las células al microscopio usando 
una cámara de recuento. El recuento microscópico mide el 
número total de células de la muestra, y es útil para evaluar 
la cantidad total de células en un hábitat microbiano. Para 
medir poblaciones celulares específicas en una muestra se 
pueden usar ciertos colorantes.
 Los recuentos de células viables (recuentos en 
placa) miden únicamente la población viva presente en 
la muestra, suponiendo que cada colonia se origina del 
crecimiento y la división de una sola célula. Según el medio 
y las condiciones de crecimiento utilizados, los recuentos 
en placa pueden ser bastante precisos o muy poco fiables.
 Las mediciones turbidimétricas son un método 
indirecto pero muy rápido y útil para medir el crecimiento 
bacteriano. No obstante, es necesario establecer primero 
una curva de calibración estándar en la que se represente 
la turbidez en función del número de células para poder 
relacionar ambos parámetros.
 La temperatura es uno de los factores principales 
que controlan el crecimiento microbiano. Las temperaturas 
cardinales de un organismo describen las temperaturas 
mínima, óptima y máxima a las que crece dicho organismo. 
Los microorganismos se agrupan según sus temperaturas 
cardinales en psicrófilos, mesófilos, termófilos e 
hipertermófilos, desde los que crecen a temperaturas más 
bajas a los que lo hacen a las más altas, respectivamente.
 Los organismos con una temperatura óptima 
por debajo de los 20 °C se llaman psicrófilos, y los 
representantes más extremos habitan en ambientes 
permanentemente fríos. Los psicrófilos han desarrollado 
macromoléculas que permanecen flexibles y funcionales a 
temperaturas bajas, pero pueden ser extraordinariamente 
sensibles a temperaturas medias.
 Los organismos con temperaturas óptimas 
entre 45 °C y 80 °C se llaman termófilos, y aquellos cuya 
temperatura óptima supera los 80 °C son hipertermófilos. 
Estos últimos habitan en ambientes cuya temperatura 
puede superar incluso los 100 °C. Los termófilos y los 
hipertermófilos sintetizan moléculas termoestables.
 La acidez o la alcalinidad del ambiente puede 
afectar notablemente al crecimiento microbiano. Algunos 
organismos crecen mejor a pH bajo o alto (acidófilos y 
basófilos, respectivamente), pero la mayoría lo hacen a pH 
entre 5,5 y 8. El pH interno de una célula se debe mantener 
relativamente próximo a la neutralidad para impedir la 
destrucción del DNA y del RNA.
 La actividad de agua de un ambiente acuoso está 
controlada por su concentración de solutos disueltos. 
Para sobrevivir en ambientes con elevada concentración 
de solutos, los organismos producen o acumulan solutos 
compatibles para mantener la célula en un balance 
positivo de agua. Algunos microorganismos crecen mejor 
a potenciales acuosos reducidos y los hay que incluso 
necesitan grandes concentraciones de sal para crecer.
 Los aerobios necesitan oxígeno para vivir, mientras 
que los anaerobios no, e incluso les puede resultar mortal. 
Los organismos facultativos pueden vivir con y sin oxígeno. 
Para cultivar microorganismos aerobios y anaerobios son 
necesarias técnicas especiales. En las células se pueden 
generar varias formas tóxicas de oxígeno, pero las enzimas 
presentes neutralizan la mayoría de ellas. El superóxido es 
una de las principales formas tóxicas del oxígeno.
 La esterilización mata todos los organismos y virus, 
y el método de esterilización más utilizado es el calor. Un 
autoclave usa calor húmedo bajo presión, alcanzándose 
temperaturas por encima del punto de ebullición del agua. 
La pasteurización no esteriliza los líquidos, pero reduce 
su carga microbiana, mata la mayoría de los patógenos e 
inhibe el crecimiento de microorganismos contaminantes.
 La radiación puede inhibir o matar eficazmente 
los microorganismos. La radiación ultravioleta se usa para 
descontaminar superficies y el aire. La radiación ionizante 
se usa para esterilizar y descontaminar cuando se requiere 
penetración. Los filtros eliminan los microorganismos del 
aire o de los líquidos. Los filtros de membrana se usan para 
esterilizar líquidos termosensibles, y los filtros Nucleopore 
para aislar especímenes para microscopía electrónica.
 Para controlar el crecimiento microbiano se 
usan habitualmente productos químicos. Los que matan 
organismos llevan el sufijo -cida, mientras que los que 
detienen el crecimiento pero sin matar son agentes 
-státicos. La eficacia de los agentes antimicrobianos
se evalúa mediante la determinación de su capacidad
para inhibir el crecimiento in vitro. Los esterilizantes,
los desinfectantes y los higienizantes se usan para
descontaminar material inerte, mientras que los
antisépticos y los germicidas se emplean para reducir la
carga microbiana de tejidos vivos.
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