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LA EVOLUCIÓN DE LA CONDUCTA

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TEMA 5. LA EVOLUCIÓN DE LA 
CONDUCTA: EL APRENDIZAJE Y 
LA CONDUCTA HUMANA. 
 
 
 
Iván Petrovich Paulov 
 
1.INTRODUCCIÓN: 
DIFERENCIA ENTRE LAS CONDUCTAS 
INNATAS Y LAS ADQUIRIDAS. 
 
 
Por increíble que pueda parecer, la conducta de los organismos está 
sometida al mismo proceso de evolución biológica que el resto de sus 
características anatómicas. En efecto, ya el propio Darwin fue 
consciente de ello al darse cuenta de que no sólo los órganos de los 
animales estaban perfectamente adaptados a su medio ambiente, sino 
también sus comportamientos, cuya perfecta ejecución muchas veces 
llega a provocarnos la impresión de que los animales, si no son 
inteligentes en el sentido en que lo somos nosotros, si tienen un cierto 
grado de “inteligencia” rudimentaria. Como veremos, esta impresión es 
bastante falsa: sin embargo, para comenzar el tema, tenemos que decir 
 1
 2
que, en comparación con lo que sabemos sobre la evolución de los 
caracteres anatómicos de los animales, el estudio de la evolución de la 
conducta se encuentra sólo en sus comienzos. Las razones de este retraso 
son varias, a saber: 
 
- Por un lado, nuestros deficientes conocimientos sobre el 
funcionamiento del sistema nervioso. 
 
-Por otro lado, el hecho de que la conducta de los organismos, (a 
diferencia de sus órganos anatómicos) raramente , o mejor dicho 
“casi nunca”, deja restos fósiles, lo cual, como es evidente, no ha 
facilitado el progreso en este campo. 
 
 -Y, finalmente los problemas de mutua comprensión generados 
entre las dos corrientes científicas que posiblemente más se 
han ocupado de estudiar el comportamiento animal: la 
moderna etología europea y la psicología conductista 
norteamericana. Como veremos, la falta de entendimiento entre 
estas dos escuelas (especialmente en lo referente al polémico 
concepto de instinto) ha dificultado considerablemente el avance 
de la investigación hasta nuestros días, en los que, finalmente, 
posiciones tan enfrentadas hace algunos años parecen haber 
encontrado algunos puntos de acuerdo. 
 
Como hemos dicho antes, ya el propio Darwin fue el primero en darse 
cuenta de que la conducta de los animales debía estar sujeta a los mismos 
procesos de mutación y selección natural (es decir, de evolución) que 
explican el origen de todas sus demás características: en concreto, 
Darwin había observado numerosos ejemplos de un tipo de conductas, a 
las que por tradición llamó “instintivas”, que se caracterizaban por ser 
claramente INNATAS, es decir, por manifestarse ya desde el nacimiento 
del individuo sin requerir ningún tipo de aprendizaje previo. Otras 
características que tradicionalmente se atribuían a estas conductas eran 
las siguientes: 
 
-1. Eran hereditarias, es decir debían tener un origen genético 
pues se observaba claramente que se transmitían de padres a hijos 
por los mecanismos comunes de la herencia. 
-2. Eran más o menos “estables”: es decir, se manifestaban 
siempre de la misma manera, esto es, de un modo fijo, 
estereotipado y rígido, sin experimentar variaciones de 
importancia. 
-3. Eran comunes a la especie, es decir, eran compartidas por 
todos los miembros de una misma especie sin excepción, lo cual 
concordaba con su carácter genético. 
-4. Todo parecía indicar que se ejecutan de un modo ciego y 
 3
automático (o “mecánico”), es decir, de un modo involuntario, 
inconsciente y no inteligente. 
 
Como insinuamos, nada de esto era completamente desconocido antes de 
Darwin para los naturalistas y los observadores del mundo animal. Lo 
único que añadió Darwin es la idea de que estas conductas debían haber 
aparecido - como todo lo demás - por selección natural de las variaciones 
genéticas aleatorias según su valor de adaptación al medio. No obstante, 
el estado en el que se encontraban en aquel momento los conocimientos 
sobre genética y fisiología del sistema nervioso no le permitió avanzar 
más en este terreno, lo cual no fue obstáculo para que su concepción 
evolutiva de los instintos prosperara y abriera nuevos horizontes a la 
investigación posterior. En efecto, los problemas que tuvieron que 
plantearse los biólogos y los psicólogos que continuaron sus estudios a 
partir de este momento fueron básicamente dos: 
 
-1. El de saber qué conductas pueden ser calificadas 
concretamente como “instintivas”, cómo se han seleccionado en la 
evolución y cuáles son las bases neurofisiológicas de su 
funcionamiento. 
Desgraciadamente, por lo que toca este punto, lo cierto es que, como 
vamos a ver enseguida, la mayoría de los científicos evolucionistas 
comenzaron a hacer un uso indiscriminado y abusivo de la idea de 
“instinto”, aplicándolo a toda clase de conductas -incluyendo las 
humanas, como veremos- , sin más matices ( y lo que es peor, de un 
modo vago, impreciso y tautológico ). 
 
-2.El de saber cómo han evolucionado estas conductas “innatas” 
tan simples hasta producir conductas mucho más variadas y 
complejas, como los comportamientos inteligentes propios de la 
especie humana. 
En efecto, tradicionalmente se había distinguido siempre el llamado 
“psiquismo superior” de los seres humanos del “psiquismo inferior” 
de los animales en base a que, precisamente, las conductas humanas 
parecían mostrar las características justamente contrarias a las que 
caracterizaban a las conductas instintivas, a saber: 
 
1.No son hereditarias (al menos en su mayor parte). 
2.Son muy variables (no es sólo que las respuestas de dos 
individuos ante un mismo estímulo puedan ser muy diferentes, 
sino que las respuestas de un mismo individuo ante el mismo 
estímulo también pueden ser muy distintas en distintos momentos 
del tiempo). 
3.No son comunes a la especie, sino que poseen un carácter 
personal (recuérdese la famosa “ley de subjetivación creciente” 
de la evolución). 
 4
4.Todo ello se resume en que, como se ha dicho siempre (o al 
menos desde Descartes en adelante), las conductas humanas, a 
diferencia de las animales, no son mecánicas, sino voluntarias, 
conscientes, e inteligentes. O, dicho de otro modo, son conductas 
“adquiridas” o “aprendidas” en su mayor parte, no 
“innatas”. 
 
Hasta la aparición de la teoría evolucionista se pensaba, de acuerdo con 
esta distinción, que las conductas de los animales eran cualitativamente 
distintas de las humanas: los animales se comportarían instintivamente 
mientras que los seres humanos, dotados por Dios de un alma espiritual 
libre e inteligente, podrían aprender muchas más cosas, serían capaces 
de anticipar las consecuencias de sus actos y, por tanto, de dirigir su 
conducta por el camino que libremente eligieran (el del bien o el del 
mal). 
Sin embargo, con el evolucionismo todo cambió: el hombre ya no era ese 
ser privilegiado en la naturaleza, hecho a imagen y semejanza de Dios, 
sino un animal más, que había evolucionado por una acumulación de 
casualidades de otras especies inferiores y que, por tanto , debía 
compartir con ellas muchas más características de las que se había 
pensado hasta entonces. En otras palabras: la separación entre conductas 
humanas y animales (o entre conductas adquiridas e innatas) no 
podía ser tan tajante, dado que unas habían evolucionado de las otras: lo 
único que quedaba por explicar es cómo había sido posible esto en la 
evolución, y a ello se dedicaron dos de las corrientes más influyentes en 
la psicología de nuestro siglo, a saber, la etología y el conductismo, los 
cuales, como hemos dicho antes, tras una ardua polémica debida al 
hecho de que partían de supuestos y de métodos diferentes, han acabado 
por converger en tres o cuatro ideas que hoy son aceptadas por casi todo 
el mundo: 
 
1.Que todas las especies poseen conductas innatas ( 
incluido, por supuesto, el hombre ). 
 
2.Que, a la inversa, el hombre no es el único animal capaz 
de aprender, sino que numerosas especies están dotadas de 
una cierta capacidad de “aprendizaje”. 
 
3.Que, no obstante, la plasticidad de la conducta de cadaespecie se desenvuelve dentro de unos límites insalvables 
(es decir, que cada especie animal tiene una capacidad 
máxima de aprendizaje dependiendo del grado de 
complejidad evolutiva alcanzado por su sistema nervioso). 
 
4.Que, según ascendemos en la escala evolutiva, aumenta la 
capacidadde aprendizaje de las distintas especies, hasta 
 5
llegar al hombre, el cual sigue siendo, sin lugar a dudas, el 
animal más inteligente y más capaz de aprender que ha 
producido la evolución hasta el momento. Sin embargo, el 
hecho de que aumente la plasticidad de la conducta, puede 
significar que las preprogramaciones genéticas pierden 
importancia pero en ningún caso significa que se “pierdan” 
del todo (muy al contrario, en la evolución, lo “inferior” se 
conserva al lado de lo “superior”). 
 
Al margen de las polémicas entre escuelas (que iremos viendo al hilo del 
tema) se puede decir que los cuatro puntos anteriores anticipan las 
conclusiones de nuestro estudio. Una vez dicho esto, podemos pasar a 
ver en detalle las que hoy en día se consideran las principales fases de la 
evolución de la conducta, y que pueden resumirse del siguiente 
modo: 
 
 1.Conductas innatas (pre-programadas 
 genéticamente): 1.1.Tropismos. 
 1.2.Taxias y Kinesias. 
 1.3.Reflejos. 
 1.4.Instintos. 
 
 2.Conductas adquiridas por aprendizaje: 
 2.1.Aprendizajes de tipo “asociativo”: 
-Condicionamiento 
 Respondiente (C.R). 
 -Condicionamiento Operante (C.O) 
 2.2.Aprendizajes inteligentes o “cognitivos”: 
 -Por intuición o “Einsicht”. 
 -Por Símbolos o conceptos abstractos. 
 
 6
1. LAS CONDUCTAS INNATAS: 
 
Se distinguen actualmente los siguientes tipos de conductas “innatas”: 
 
1.1. TROPISMOS: 
 
Son reacciones de giro u “orientación” de las plantas y otros organismos 
“fijos” (es decir, sin movilidad) hacia campos de fuerza o fuentes de 
energía a fin de conseguir su mejor aprovechamiento (ej: el movimiento 
de los girasoles). 
 
1.2.TAXIAS Y KINESIAS: 
 
Las kinesias son aumentos o disminuciones del ritmo de los 
movimientos locomotores de un organismo en función de un cambio 
ambiental (de humedad, temperatura etc..). Por ejemplo: el “Proscelio 
escaber” es un crustáceo terrestre que aumenta o disminuye la velocidad 
de sus movimientos en función de la sequedad ambiental (cuanto más 
seco es el ambiente en el que se mueve, más se acelera el ritmo de 
movimiento de sus patas). 
Las taxias se distinguen de las kinesias porque, a diferencia de aquellas, 
están orientadas por el estímulo que las provoca: son reacciones de 
orientación y locomoción que se producen de forma necesaria en ciertos 
animales al ser estimulados por una fuente exterior de energía (como la 
luz, p.e) y que pueden servir para aproximarse (como ocurre entre la 
mayoría de los insectos) o alejarse de ella. 
 
1.3. LOS REFLEJOS: 
 
Aparecen a partir de los metazoos, y constituyen un grado más de 
complejidad en la evolución de la conducta. Se trata de movimientos 
musculares muy simples (en los que intervienen muy pocos músculos y 
muy pocas fibras nerviosas) de tipo casi inconsciente, involuntario y en 
cualquier caso, no inteligente (dado que en la mayoría de las ocasiones, 
en su coordinación no interviene la corteza cerebral). 
 
Es por ello por lo que los reflejos se han ganado la fama de ser un tipo de 
conducta MECÁNICA o CUASI AUTOMÁTICA: si hubiera que 
definirlos, se les podría calificar como ciertas adaptaciones temporales y 
físicas que el cuerpo efectúa para ajustarse a los cambios repentinos del 
medio que afectan especialmente a la supervivencia del organismo y que 
suceden tan rápido que requieren una respuesta inmediata y casi sin 
pensar, puramente maquinal. 
Dado que el ser humano también posee este tipo de respuestas innatas, 
adquiridas en el curso de la filogénesis, en un número considerablemente 
amplio, no resulta difícil señalar algunos ejemplos de reflejos sencillos 
de comprender: 
 
-El lagrimeo o parpadeo de los ojos frente a la introducción 
de cualquier cuerpo extraño. 
-La dilatación o contracción de la pupila según la cantidad 
de luz que incida en ella 
-La tos y el estornudo frente a la introducción de cuerpos 
extraños en la laringe o las fosas nasales, respectivamente. 
-La retirada inmediata de cualquier parte del cuerpo de las 
fuentes de dolor, cualesquiera que estas sean. 
-La salivación en presencia del alimento(es decir, en 
contacto directo con él). 
-El reflejo de succión (búsqueda del pezón de la madre) y el 
de prensión en los niños de corta edad. 
-el reflejo patelar (de la rodilla). 
 
La estructura fisiológica de los reflejos es muy simple: no es otra que el 
famoso “arco reflejo”. 
 
 
 
La mayoría de los reflejos, como hemos dicho ya, se localizan 
fisiológicamente en la médula espinal, sin que intervengan en ellos las 
estructuras nerviosas del cerebro, tal y como demostraron los 
experimentos de ablación del cortex realizados por Paulov: en efecto, si 
se separa -mediante un corte- la corteza cerebral del resto del sistema 
nervioso, dejando intacta la médula, el organismo, aunque pierde todos 
los aprendizajes complejos sigue conservando todas sus respuestas 
reflejas (tanto internas como externas). Por otra parte, los reflejos 
aparecen ya en organismos no dotados de cerebro, lo cual avala la idea 
de que se trata de conductas filogenéticamente muy antiguas. 
 
Es del máximo interés señalar que los reflejos, al igual que las demás 
conductas innatas, han surgido en la evolución por los mismos procesos 
de mutación y selección natural que explican el surgimiento y la 
 7
 8
evolución de cualquier órgano anatómico, lo cual puede parecer 
paradójico ( ¿acaso las conductas evolucionarían del mismo modo que 
los órganos...? ), pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que lo que 
sufre mutaciones son las conexiones neuronales del sistema nervioso 
y que lo que es seleccionado por el medio ambiente son las conductas 
innatas que esas mutaciones conllevan (y, por tanto, también las 
mutaciones mismas). En otras palabras: los reflejos son los 
comportamientos más simples que puede ejecutar un organismo y son 
innatos (genéticos) porque han sido seleccionados por el medio en 
función de su altísimo valor para la supervivencia. Aunque lo más 
adecuado sería decir que lo que ha sido seleccionado es una mutación del 
S.N que ha determinado la aparición de una conexión neuronal “fija” 
entre un estímulo y una respuesta.12. En efecto: desde un punto de 
vista puramente fisiológico se puede decir que los reflejos son 
conexiones fijas e inalterables entre neuronas especializadas en captar 
ciertos estímulos y neuronas especializadas en provocar ciertas 
respuestas. Y esto quiere decir, básicamente lo siguiente: 
 
1. Que son conductas invariables, que se producen siempre 
de la misma manera. 
2. Que, aunque están muy bien adaptados a las condiciones 
del medio en el que vive el animal, son totalmente rígidos: 
es decir, se disparan siempre de un modo rápido, necesario 
y automático ante los estímulos pertinentes (y en principio, 
sólo ante ellos: a estos estímulos se les da el nombre 
técnico de “estímulos incondicionados” o , abreviado, 
“E.I.C” ). 
 
Es por todo ello por lo que antes decíamos que los reflejos son respuestas 
de tipo mecánico (es decir, involuntarias, inconscientes y no-
inteligentes: aunque parece que son realizadas por el animal con una 
intención y una finalidad deliberadas, en realidad son ejecutadas de un 
modo totalmente ciego). 
 
 
 
 
 
 
 
 
1
2.Nota: Un ejemplo muy sencillo de esto sería el siguiente; la mayoría de los vertebrados tienen el 
reflejo de “toser”, debido a que en la naturaleza sólo han sobrevivido aquellos animales que, a causa 
de una mutación en su conexiones neuronales, expulsaban automáticamente cualquier cuerpo extraño 
que se introdujese en sus gargantas. Lógicamente, los individuos que carecían de este reflejo, se 
asfixiaron, y así escomo la conducta en cuestión se ha transmitido genéticamente a las generaciones 
posteriores. 
 
 9
 
 
 
 
 
 
 
1.4. LOS INSTINTOS: 
 
 
Konrad Lorenz 
 
1.4.1. Introducción: Historia Del Concepto De Instinto. 
 
Como hemos dicho anteriormente, normalmente se ha considerado como 
“instintivas” a todo tipo de conductas innatas, sin reparar en más 
matices. Desde que Darwin puso en circulación el término en su sentido 
moderno, la mayoría de los “padres fundadores” de la moderna 
psicología científica se lanzaron a un uso indiscriminado de este 
concepto, con el que creían que se podía explicar todo comportamiento, 
incluso las conductas humanas más complejas. Así, un eminente 
psicólogo de principios del siglo pasado como McDougall llegó a 
calificar de “instintivas” conductas humanas y animales tan variadas 
como la higiene, el juego, la curiosidad, los cuidados maternales etc. sin 
darse cuenta de que estaba haciendo un uso completamente tautológico 
del término, es decir, un uso que no sólo no era científico, sino que 
tampoco explicaba nada.3 Sencillamente, ni él ni ninguno de los que le 
siguieron por este camino ofrecían prueba alguna del carácter 
genético e innato de estas conductas y, lo que es peor, tampoco 
explicaban realmente las causas de estos comportamientos, 
limitándose a suponer que formaban parte de la naturaleza de las 
especies. 
 
No obstante, el auge de la psicología conductista pareció poner freno a 
tanto desatino al insistir en la importancia de los procesos de aprendizaje 
para la supervivencia de los organismos: no es sólo que demostrasen 
que muchas de las conductas que a primera vista podrían parecer 
instintivas, en realidad eran conductas adquiridas -cosa bastante 
razonable-, sino que consideraban que no había más que un tipo de 
 
 10
 
 11
 
conducta innata: los reflejos. Todas las demás conductas, tanto 
humanas como animales, se debían calificar directamente de 
“aprendidas”,- lo cual, como veremos más adelante, no era sino caer en 
el extremo contrario , es decir, en la negación tajante y categórica de 
la existencia de los instintos...-.La razón es que, como veremos, los 
conductistas decidieron evitar toda explicación de la conducta que se 
basase en la existencia de factores internos “inobservables” o puramente 
hipotéticos, según una concepción estrictamente positivista del quehacer 
científico.4
 
 De ver instintos por todas partes se pasó, pues, a prohibir 
completamente su existencia en el terreno de la psicología científica y así 
- es decir, entre ambos extremos - osciló la historia de la disciplina 
desde el siglo XIX hasta mediados del XX, cuando en el ámbito europeo, 
y de la mano de Konrad Lorenz, surgió una nueva corriente científica, la 
Etología (o estudio del comportamiento animal), empeñada en 
recuperar para la ciencia el viejo y casi desterrado concepto de “conducta 
instintiva”. Los componentes de esta escuela, estaban más interesados en 
la observación de la conducta animal tal y como esta se produce en el 
medio ambiente natural, que en los experimentos de laboratorio, a los 
que los conductistas se habían dedicado profusamente. A los etólogos les 
sorprendía la perfecta adaptación al medio características de muchas 
conductas animales (como por ejemplo, la construcción del panal en las 
abejas o de las galerías de túneles subterráneos en las hormigas), 
conductas tan rígidas y tan comunes en todos sus rasgos a los miembros 
de una misma especie que era difícil no sacar en conclusión su carácter 
genético, por mucho que, debido a los deficientes conocimientos de 
genética, tal carácter pareciese poco menos que indemostrable. De lo que 
se trataba, por tanto, era precisamente de encontrar un procedimiento 
científico indiscutible para demostrarlo, y por ello los etólogos diseñaron 
dos tipos de experimentos: 
 
1. Las pruebas de aislamiento: es decir, pruebas en las que se cría a 
un animal separado de sus padres, así como de otros congéneres a 
fin de desechar toda influencia de estos en el aprendizaje de la 
 
3Nota: esta es la explicación de por qué el conductismo se opuso con tanta fuerza al psicoanálisis y a toda escuela 
que pretendiese explicar el comportamiento a pelando a factores de tipo interno. El conductismo fue una escuela 
de psicología que, influida por los impresionantes trabajos de Paulov sobre los reflejos, defendió que el unico 
objeto de estudio posible para la psicología era la “conducta” y no, como se había considerado tradicionalmente, 
la “mente” o la “conciencia”..En realidad, argumentaban los conductistas, sólo son públicamente observables las 
respuestas emitidas por un organismo ante ciertos estímulos del medio ambiente: de lo que pasa por su “mente” 
no podemos saber nada (e incluso afirmar que tiene una “mente”, o que es consciente en algún sentido de lo que 
hace ya es afirmar demasiado, pues en rigor, cada uno de nosotros sólo tiene acceso a su propia “mente” o 
“consciencia”). ¿Podemos afirmar con un 100% de seguridad que tienen mente o consciencia un perro, un gato, 
una rata, un pez...una lombriz de tierra?. La ciencia sólo puede basarse en datos públicamente observables, que 
puedan se comprobados objetivamente por todo el mundo: y ni la mente ni la conciencia cumplen este requisito. 
Lo mismo puede decirse de los “instintos”: un “instinto” (por ejemplo el “hambre”) es una mera hipótesis teórica 
para explicar un comportamiento (p.e “cazar”) pero lo que observamos realmente es la conducta misma, no sus 
causas (no el supuesto “instinto”): podría ocurrir, por ejemplo, que un animal cazase por otras causas muy 
distintas: divertirse, enseñar a sus crías, ejercitar los músculos de vez en cuando etc. 
 12
conducta que se quiere estudiar. Si el animal emite la conducta 
espontáneamente en estas condiciones entonces hay que concluir 
que no ha podido aprenderla y que, por tanto, es de tipo instintivo 
(siempre y cuando, naturalmente, la conducta en cuestión se 
observe en todos los miembros de la especie sin excepción, lo cual 
es condición necesaria -pero no suficiente45 - para considerar a 
una conducta como instintiva). 
2. Los experimentos con simulacros: es decir, pruebas con diversos 
estímulos artificiales que simulan de diferentes maneras la 
situación del ambiente en el que se mueve el animal, para 
determinar concretamente qué estímulos (o qué “propiedades” del 
estímulo) son las que desencadenan de forma innata la respuesta 
instintiva.67 
 
 
 
De este modo, aunque los instintos sean hipótesis teóricas inobservables 
para explicar ciertas conductas (de los que, en gran parte, se desconoce 
incluso su estructura fisiológica) sí sería posible probar científicamente 
su existencia. Para ello bastaría con que la conducta estudiada cumpliese 
las siguientes condiciones: 
 
1) Que se produzca en todos los individuos de una especie sin 
excepción. 
2) Que se produzca en condiciones de aislamiento (es decir, 
en ausencia de aprendizaje de ningún tipo: dicho sea de 
paso, esto no significa que el aprendizaje no pueda 
modificarlos en absoluto; como poco, es un hecho que 
todas las conductas, sean innatas o aprendidas se 
perfeccionan con la práctica. Por otra parte, tampoco 
significa que los instintos deban manifestarse desde los 
primeros momentos de vida del animal: sabemos que hay 
conductas instintivas que -como los rituales de 
apareamiento- sólo se manifiestan cuando el individuo ha 
alcanzado cierto grado de “madurez”) . 
3) Que se identifiquen claramente los estímulos-señal que 
desencadenan la respuesta de una manera innata ( de un 
modo muy parecido, por cierto a como los E.I desencadenan 
los reflejos ). 
 
 
45Nota: En efecto, podría ocurrir que todos los individuos de una especie tuviesen capacidad para aprender tal 
conducta y la hubiesen aprendido por imitación o deotras formas.(ejemplo: todos los pájaros carboneros ingleses 
picotean el tapón de aluminio de las botellas de leche que los lecheros dejan en la puerta de los vecinos: 
obviamente esta conducta no puede ser sino aprendida, pues no ha transcurrido tiempo suficiente como para que 
surga una mutación y se seleccione como conducta innata... ). 
 
6. Nota: Un magnífico ejemplo de este tipo de pruebas son los experimentos realizados por Niko Tinbergen con 
el pez espinoso que se detallan en hoja aparte. 
 
Lógicamente, sería deseable que, además se identificasen también los 
genes responsables de la construcción de los circuitos neuronales 
implicados, así como la localización fisiológica exacta de estos, pero 
esto sería pedirle demasiado a nuestros actuales conocimientos. 
 
EL CONCEPTO DE INSTINTO
 
 
El instinto, esta formado, por un conjunto de pautas que contribuyen a una función 
común, siendo compartidas por todos los miembros de una especie, 
desarrollándose en ausencia de los modos habituales del aprendizaje. 
 13
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El mismo es transmitido por herencia, y no se basa en ninguna experiencia vivida. 
El más accesible de observar, por sus dueños en una mascota, es el instinto 
maternal, que aparece simultáneamente con el instinto de defensa de sus crías. 
Este último, en la madre, es tan fuerte que supera su propio instinto de 
supervivencia. 
Otro instinto digno de destacar y fácil de observar es, en el canario, la 
construcción de su nido o sus diversos cantos En todos los casos los instintos son 
automáticos, y tienen una misión, bien definida. 
Los instintos, también existen en el hombre: uno que es digno de destacar, es el 
de la curiosidad, lo que le ha permitido "ser lo que es" y conquistar al mundo, pero 
no es el único animal que lo tiene, por supuesto, con evidentes diferencias. 
Al hablar de "actos instintivos", debemos decir, que son productos de una 
reacción, cuyas condiciones observables, es necesario buscar en el organismo y 
en el medio. 
 
La conducta instintiva va evolucionando en forma gradual: el principal factor que 
tiene incidencia sobre ella es la selección natural, que actúa en todos los 
individuos, con el objeto de perpetuar a la especie, a fin de que los más aptos 
continúen evolucionando, en las mejores condiciones posibles 
O sea que una mascota nace con condiciones heredadas y otras las toma y las 
conforma, en base a su propia experiencia, (a las que llamaremos "conductas 
aprendidas") 
Algunos científicos, han arribado a la conclusión, que algunos instintos son 
perfectos desde su iniciación mientras que otros se van perfeccionando a través 
del tiempo. 
En los pájaros y también en otros animales, ciertas hormonas químicas, hacen que 
se pongan en marcha la aparición de un instinto: eso ocurre cuando desde su 
origen en los órganos sexuales, las hormonas llegan por el corriente sanguíneo al 
cerebro con un mensaje. 
Como dato ilustrativo, podemos decir que algunos instintos son periódicos, es 
decir, el individuo en algunas ocasiones, puede ser receptivo, y en otras 
indiferente. 
Por lo expuesto anteriormente, y partiendo de la conclusión de que nuestra 
mascota, "no razona", `podemos decir que casi todo su comportamiento, tiene 
bases instintivas. 
 
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RITUAL DE APAREAMIENTO DEL PEZ ESPINOSO: 
1.Cuando el macho detecta una hembra comienza una danza en zig-zag 
2.La hembra muestra su vientre hinchado 
3.El macho guía a la hembra hacia el nido 
4.El macho estimula la puesta de huevos de la hembra. 
 
 
 
1.4.2. Algunos ejemplos de conductas instintivas. 
 
Aparte del comportamiento territorial y de los rituales de lucha y 
apareamiento del pez espinoso que se describen en las páginas adjuntas, 
se podrían poner algunas otras ilustraciones de comportamientos 
instintivos en el mundo animal, como por ejemplo, las siguientes: 
 
 -En los insectos (que posiblemente son los animales más 
“programados” del planeta), conductas tan sorprendentes como la 
defensa del panal en las abejas frente a las agresiones externas 
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son instintivas. Estas, por ejemplo, sienten un impulso irresistible 
de picar (y, por tanto, de suicidarse) cada vez que perciben el olor 
(estímulo-señal) que se desprende del aguijón de una compañera 
muerta. Por otra parte, las abejas también disponen de un 
complicado ritual comunicativo, (estudiado por Karl von Frisch) 
basado en la ejecución de una danza en círculo que les sirve para 
indicar a sus compañeras la localización exacta de los parterres de 
flores en los que encuentran su alimento. Además, su capacidad 
para volar (al igual que la de los demás insectos) no parece 
requerir ningún tipo de aprendizaje o entrenamiento y los estudios 
realizados sobre su conducta alimenticia con simulacros de flores 
parecen demostrar que, aunque las abejas son atraídas de forma 
innata por los colores vistosos, sólo se posan en las flores si estas 
desprenden ciertos aromas (estímulos señal) y que, aun así, sólo 
insertan su aparato bucal y chupan ante la dulzura del néctar, 
conductas que son ejecutadas con un orden casi inalterable. Lo 
mismo puede decirse del comportamiento sexual de las mantis 
religiosas y de ciertos tipos de arañas, en los que, para consumar 
la cópula el macho debe tocar cierta parte del cuerpo de la hembra 
(estímulo señal) que la inmoviliza momentáneamente para 
establecer el contacto de sus órganos sexuales. Cuando la hembra 
sale de su parálisis inmediatamente devora la cabeza del macho, 
cuyo cuerpo, sin embargo sigue eyaculando en el de la hembra. 
 
-En los anfibios y los reptiles, los instintos también son 
determinantes pues, por poner un sólo ejemplo, se ha 
comprobado que una rana en cautividad puede morir de inanición 
incluso estando totalmente rodeada de insectos muertos. La razón 
es que las ranas tienen el instinto de proyectar su lengua hacia 
cualquier estímulo señal que centellee delante de sus ojos. En 
cuanto a los peces, no sólo las conductas sexuales y territoriales 
están determinadas genéticamente, sino también la formación de 
bancos migratorios en determinadas épocas del año, como por 
ejemplo, los salmones, que en la época del desove regresan en 
masa al cauce de los ríos en los que nacieron. En las aves, los 
rituales de migración, apareamiento y construcción del nido están 
tan estereotipados que los ornitólogos muchas veces utilizan este 
tipo de conductas para clasificar especies que pueden ser muy 
parecidas anatómicamente, pero que se diferencian en su 
conducta, especialmente por su canto. Algunos ejemplos muy 
impresionantes de conductas instintivas en estos animales son por 
ejemplo, el comportamiento alimenticio del alimoche, o “buitre 
egipcio”, capaz de romper los huevos de otras especies utilizando 
piedras sin haber sido enseñado por nadie. O el de los polluelos de 
cuco, un ave parásita que pone sus huevos en los nidos de otras 
especies para que se los cuiden, de modo que, cuando estos 
 17
nacen, inmediatamente se esfuerzan en arrojar los demás huevos al 
vacío para expulsarlos del nido. Un ejemplo más: el instinto de 
caza de algunas rapaces como el halcón parece ser independiente 
del de nutrición, aunque luego se ponga a su servicio (como 
también ocurre en algunos mamíferos).El estímulo-señal que 
provoca las diversas reacciones de caza no es tanto el aspecto de 
las diversas piezas como su movimiento, de modo que un halcón 
inexperto y bien alimentado puede convivir con un grupo de 
palomas sin hacerles nada, a menos que emprendan el vuelo. 
 
-En los mamíferos, la importancia de los instintos decrece en la 
medida en que aumenta el tamaño de su cortex y con él, su 
capacidad para aprender. Con todo, una buena parte de su 
conducta está también determinada por factores genéticos, como 
la capacidad de andar, correr, cazar, buscar los alimentos 
apropiados, aparearse o luchar. Por poner un sólo ejemplo de este 
tipo de comportamientos, bastaría con aludir a los rituales de 
inhibición de la agresividadpropios de animales paradójicamente 
tan sociables como los lobos. En efecto, estos depredadores 
dependen para su supervivencia de la caza en “grupo”, por lo cual 
forman manadas estables lideradas por un macho dominante en las 
que la agresión está fuertemente ritualizada, a fin de evitar 
luchas que puedan acabar con la muerte de algunos individuos del 
grupo. Así, cuando se da una pelea entre dos de estos animales es 
frecuente que el derrotado ofrezca al vencedor precisamente la 
parte más vulnerable de su cuerpo, (el cuello), lo cual actúa como 
un poderoso estímulo-señal para el agresor inhibiendo 
instantáneamente su agresividad e impidiéndole descargar la 
dentellada fatal que acabaría con la vida de su adversario. Al 
parecer este “instinto” se ha desarrollado bajo la presión selectiva 
que supone el depender tan estrechamente para la supervivencia 
de todos los demás miembros del grupo: un lobo, por fuerte que 
sea, es incapaz de abatir por sí solo las grandes piezas que estos 
animales cazan, razón por la que la selección natural ha 
“premiado” a los animales que manifestaban este tipo de 
comportamientos apaciguadores. Los ejemplos de este tipo 
podrían ser innumerables, pero para nuestro propósito 
consideramos suficientes los ya expuestos. 
 
 
1.4.3. Diferencias básicas entre el concepto de instinto y el 
de reflejo. 
 
Ahora bien, si las respuestas instintivas se desencadenan sólo en 
presencia de ciertos estímulos señal (muy parecidos a los E.I que 
provocan las respuestas reflejas), cabe preguntarse: ¿En qué se 
 18
 
diferencian los instintos de los reflejos?. 
Esta es una pregunta difícil de responder porque, aunque es un hecho que 
los instintos son conductas más complejas que los reflejos, se ha 
discutido mucho acerca de si los instintos no serían sino “cadenas de 
reflejos” (como afirmó Paulov) o sobre si contarían al menos con 
algunos componentes de tipo “reflejo” (las conductas consumatorias, 
de las que hablaremos más tarde ...). Sin embargo, parece que es 
posible, a pesar de todo, establecer ciertas diferencias claras, a saber, las 
siguientes:8
 
 
- En la evolución, los reflejos aparecen antes que los instintos y 
son, por tanto, más antigüos (son fundamentales en los 
insectos y, en parte, dominan la vida de peces, reptiles, 
anfibios y aves, perdiendo progresivamente su importancia a 
partir de los mamíferos inferiores, los cuales tienen ya una 
considerable capacidad de aprendizaje debido al desarrollo de 
su neocortex). 
- Los reflejos son respuestas muy simples: a la inversa, los 
instintos se definen como “pautas fijas de acción” que, 
normalmente, incluyen varias respuestas (no una sola), las 
cuales se realizan con un determinado orden secuencial 
inalterable (es decir, una detrás de otra y siempre en la misma 
secuencia temporal). 
- Los reflejos suelen descargarse sólo en presencia del E.I (es 
decir, son de caracter reactivo). A diferencia de ellos, los 
instintos pueden descargarse por sí sólos en ausencia de los 
estímulos-señal pertinentes: por decirlo así, si aparece el E.S se 
descargan, produciéndose las respuestas (aunque no siempre: 
p.e., si un depredador está saciado, no caza, aunque tenga la 
presa delante de las narices). Pero si, pasado un tiempo 
suficiente, el estímulo no aparece, la privación de este puede 
acumular tal cantidad de “disposición interna a responder” 
(¿energía instintiva?) que pueden suceder dos cosas: 
 
 
8 Los instintos, a diferencia de los reflejos también en esto, son “saciables” , es decir, son más difíciles de 
provocar tras varias estimulaciones repetidas que aquellos. 
1. Que disminuyan los requerimientos o 
“condiciones” necesarias impuestas al estímulo 
para provocar la respuesta (p.e, las reacciones de 
los palomos que, al ser privados de sus hembras, son 
capaces de cortejar otros objetos sustitutorios tales 
como otras hembras diferentes, palomas disecadas, 
 19
 
pañuelos blancos arrugados, etc.) 
2. Que la respuesta se produzca “en el vacío” es decir, 
sin que haya ningún estímulo que la desencadene 
(Konrad Lorenz, describe a este respecto, el ejemplo 
de un estornino cautivo, separado de sus congéneres 
desde su nacimiento y bien alimentado, de modo que, 
según él, jamás había tenido la oportunidad de cazar 
insectos: pues bien, de vez en cuando, y sin que 
mediase ningún estímulo externo, el pájaro volaba 
abriendo y cerrando el pico y, a continuación, se 
paraba, realizando movimientos de deglución de un 
insecto imaginario). 
 
Esto demuestra que el sistema nervioso de ciertos organismos, no 
necesita siempre ser excitado por estímulos externos, sino que puede 
actuar por propia iniciativa. Por ello, Konrad Lorenz decidió postular la 
existencia de una “energía específica de reacción” que se liberaría en 
presencia de los estímulos señal, acumulándose, por el contrario, en 
ciertos centros nerviosos específicos cuando estos no se presentasen. A 
este modelo se le denominó “modelo hidraulico”12 y proporciona una 
buena metáfora del modo como actuarían los instintos: 
 
 
1 
2 Por otra parte, cabe añadir que Niko Tinbergen, ha intentado precisar aún más el modelo de Lorenz, 
elaborando un modelo teórico más detallado sobre la organización funcional del s.n, basado en la 
existencia de distintos centros funcionales superiores relacionados entre sí mediante una estructura 
jerárquica. Incluimos aquí varias páginas de información adicional acerca de este modelo. 
1.4.3. El modelo “hidráulico” de Konrad Lorenz: 
 
 
 
 
Según K. Lorenz, los instintos serían como un depósito de agua 
alimentado por un caudal continuo, el cual representa un aporte interno 
de “energía específica”.El nivel del depósito en un momento dado sería la 
cantidad de energía acumulada y la salida del líquido representaría la 
intensidad de la respuesta, que se manifestaría a través de una serie de 
“salidas” las cuales representan distintas respuestas de tipo motriz: estas 
respuestas constituyen una secuencia bien ordenada que se manifestará 
según la fuerza de la respuesta (es decir, sólo las respuestas 1 y 2, p.e, si 
la intensidad es pequeña, o toda la serie al completo, si esta es muy 
grande...). Así, según este modelo, la producción de respuestas o “pautas 
de acción fija” estaría regulada por los siguientes factores: 
 
1. Por los estímulos externos, siempre que haya la suficiente 
“disposición a responder” (es decir, siempre que el animal no 
 20
 21
 
esté saciado o en nuestra metáfora, siempre que el depósito no 
esté vacío...).Estos estímulos preprogramados actúan como 
auténticas “llaves” que “abren” el sistema, desencadenando las 
respuestas motrices. 
2. Por el nivel de “energía específica” dado en cada momento 
(o, en nuestro ejemplo, por el nivel alcanzado por el líquido). 
Cuanto mayor es este nivel, menor es la cantidad de estímulos 
externos necesarios para provocar las respuestas y, a la inversa, 
si el nivel del “depósito” es bajo, las respuestas no se 
provocarían, sea cual sea la intensidad de la estimulación 
externa. 
 
Hay que señalar, además, que la acumulación de la energía interna 
(provocada, por ejemplo, por la privación continuada de los estímulos-
señal), lejos de dejar “pasivos” a los animales, hace que su organismo se 
muestre cada vez más inquieto: esta inquietud se manifiesta en que 
inician movimientos espontáneos, sumamente variables, hasta que 
encuentran los estímulos que posibilitan la descarga instintiva. Estos 
movimientos invierten la situación normal: si las respuestas se siguen 
normalmente después de los estímulos (en el modelo de conducta 
representado por los reflejos), en el modelo de respuesta instintiva estas 
respuestas ocurren antes de encontrarlos (y, cabría añadir que “para” 
encontrarlos...). 
Esta es la razón principal deque los etólogos hallan efectuado la 
siguiente distinción entre dos tipos de conductas “instintivas”:3
-conductas apetitivas: respuestas o movimientos espontáneos 
suma- mente variables que aumentan la probabilidad de que el 
organismo encuentre los estímulos necesarios para 
desencadenar las respuestas motrices instintivas. 
-conductas consumatorias: conductas motrices sumamente 
estereotipadas, propias de la especie (también llamadas “pautas 
de acción fija”) que se emiten cuando por fin se encuentran los 
estímulos señal, siendo desencadenados por estos. 
 
1.4.4. Estructura neurofisiológica de los instintos: 
 
En cualquier caso es un hecho que, aunque mucho más complejos que los 
reflejos, los instintos son conductas casi tan mecánicas y rígidas como 
aquellos. En tanto que conductas innatas, los instintos han debido surgir 
en la evolución de un modo muy similar al de los reflejos, es decir, por 
selección natural de ciertas mutaciones en el S.N. de los organismos4: el 
 
3 Más adelante veremos la importancia de esta distinción para solucionar algunos de los dilemas que 
se le presentaron a los teóricos del conductismo respecto al condicionamiento operante.- 
4 Un buen ejemplo de selección natural de un instinto podría ser el caso de la gaviota tridáctila, 
muy estudiado por Tinbergen.La mayoría de las especies de gaviotas instalan sus colonias y sus nidos 
en las playas.Pero la especie tridáctila, anida en un hábitat muy particular: las cornisas de los 
acantilados rocosos.Para adaptarse a este hábitat peculiar, en dicha especie se han modificado, por 
 22
 
problema es que, como ya se ha dicho, aún no conocemos bien la 
estructura neurofisiológica de las conexiones nerviosas que corresponden 
a este tipo de conductas, la cual debe ser, como fácilmente puede 
imaginarse, mucho más compleja que la de los reflejos.5 Lo único que 
podemos afirmar con seguridad, dado el estado el estado actual de 
nuestros conocimientos, es que – como ya se dijo en su momento- la 
mayoría de las conductas instintivas se localizan en el diencéfalo (el 
llamado “cerebro reptiliano”) y más concretamente en las estructuras 
del hipotálamo. 
 
 
Dejando de lado la imprecisión de nuestros conocimientos fisiológicos 
sobre este tema, es interesante señalar que la anterior distinción entre 
conductas apetitivas y consumatorias supone efectuar una distinción 
que creemos fundamental entre lo que se podría llamar la “energía” de 
los instintos (es decir, su intensidad) y la “dirección” que estos toman ( 
es decir, la manera en que se descarga esa energía) muy similar a la que 
hacía Clark Hull en su teoría homeóstática de la motivación.. Como 
hemos visto, las pautas motrices de acción fija (conductas 
consumatorias) podrían ser consideradas como la “dirección”, 
genéticamente pre-programada, que toma la energía instintiva 
acumulada en algunas situaciones: así, un águila hambrienta actuará con 
rapidez tanto frente a la visión de un conejo como frente a la de una 
paloma (estímulos señal), sin embargo, las respuestas motrices que emita 
(es decir la “técnica de caza”) y que están genéticamente programadas 
serán, en cada caso, distintas. Para cazar al roedor, el águila tratará de 
sorprenderlo mediante un vuelo rasante sobre las copas de los árboles, en 
 
evolución muchas de las pautas que constituyen el acervo genético común a todas las gaviotas.Por 
ejemplo, cuando una gaviota común qiuere apaciguar la agresividad de su oponente en el combate, 
gira la cabeza en dirección opuesta a aquella en la que se encuentra el otro individuo.En cambio, 
cuando un polluelo se ve amenazado por algún adulto, huye a refugiarse en cualquier escondrijo. Sin 
embargo, los polluelos de la especie tridáctila, confinados en las estrechas cornisas de los acantilados, 
cuando son amenazados no huyen, sino que giran la cabeza como hacen los adultos .La explicación 
está en que la selección natural ha eliminado aquellos polluelos que mostraban la tendencia -normal- a 
huir en cualquier dirección, y, por el contrario, ha favorecido a aquellos otros cuyos genes 
provocaban el desarrollo precoz del gesto de apaciguamiento de los adultos. 
5 No obstante, parece un hecho comprobado que el s.n no siempre necesita ser excitado por 
estímulos externos o internos, sino que, por decirlo así, puede actuar también por propia 
iniciativa: es más, ya se han dado ciertas confirmaciones experimentales de esta actividad 
espontánea del s.n, concremente, las realizadas por Von Holst en 1935. Este fisiólogo operó a una 
anguila, separando mediante una incisión su encéfalo del resto de la médula espinal. Seguidamente 
separó los nervios dorsales de la médula mediante otras incisiones, de modo que esta no podía recibir 
ya ningún estímulo, ni interno, ni externo. En estas condiciones de ausencia total de estimulación, la 
anguila seguía realizando en el acuario su típico movimiento ondulatorio de desplazamiento. Es 
por ello por lo que, a partir de entonces, los fisiólogos especulan con la posibilidad de que exista 
algún tipo de de mecanismo neuronal que explique esta actividad espontánea, y para ello han 
postulado dos tipos de hipótesis: 
1.Que exista un tipo especial de neuronas que se carguen automáticamente, produciendo 
impulsos nerviosos sin necesidad de ser excitadas externamente, al contrario de lo que 
ocurre con las demás neuronas. 
 2.Que exista un tipo particular de circuitos neuronales (llamados “circuitos oscilantes”), 
en los cuales la señal nerviosa que transmiten vuelva a excitar las neuronas situadas al 
comienzo del circuito, repitiéndose la emisión de la señal. 
tanto que, para cazar a la paloma el águila utilizará el típico vuelo “en 
picado” 
No obstante, como veremos más adelante, nada impide que la “dirección” 
de los instintos, es decir, la manera en que estos se descargan, sea en 
otros casos aprendida, no estando genéticamente determinada: en el 
mismo caso, p.e., una persona hambrienta tendrá múltiples modos de 
satisfacer su hambre (cazando con arco y flechas, o con escopeta ; yendo 
al supermercado, o al frigorífico; con palillos, o con cuchara y 
tenedor...etc) dependiendo de la educación que haya recibido, de sus 
experiencias personales y de la situación en la que se encuentre en cada 
momento...Posteriormente veremos la importancia que tiene esto para 
solucionar algunos de los dilemas que se le plantearon al conductismo ( 
ver el apartado dedicado a los aprendizajes por “condicionamiento 
operante”). 
En cualquier caso, la polémica sobre los instintos sigue abierta: no sólo 
desconocemos sus bases fisiológicas, sino que tampoco sabemos cuántos 
y cuáles son realmente los centros funcionales superiores de los que 
dependen las pautas de acción fija. Hasta el momento, los etólogos se han 
limitado a describir estas evitando caer en generalizaciones apresuradas o 
en una excesiva teorización. Sin embargo, parece obvio que las funciones 
esenciales de los instintos se relacionan con la conservación y 
supervivencia del individuo y de la especie, mediante la regulación de 
actividades vitales básicas como la alimentación, la reproducción 
(ritos de cortejo y apareamiento), el cuidado de las crías, la 
agresividad (comportamientos territoriales y jerárquicos), los 
impulsos migratorios y los comportamientos comunicativos. 
 
 
1.4.5. Conductas instintivas en el hombre: 
 
 
 
 
Es un hecho que, en la medida en que los seres humanos somos animales 
evolucionados, tenemos que compartir con nuestros antepasados ( y, 
especialmente, con los primates) algunos comportamientos innatos, 
tanto reflejos como instintivos, filogenéticamente heredados. Aunque, 
como vamos a ver en seguida, la conducta de los animales ha 
evolucionado hasta hacerse cada vez más flexible y más capaz de 
 2324
aprender (alcanzando en el hombre el grado máximo de estas 
capacidades), las conductas de tipo innato no sólo no han desaparecido, 
sino que han constituido los “cimientos” a partir de los que se han 
desarrollado las conductas adquiridas. No es extraño, por tanto que 
los etólogos hayan intentado extrapolar sus descubrimientos al 
hombre (fundando una rama de su ciencia a la que han dado el 
nombre de “etología humana”): nos separan de los animales siglos 
de evolución cultural, pero, en las características propiamente 
zoológicas, somos y funcionamos de manera similar. Dicho de otro 
modo: por muy inteligente y capaz de aprender que sea el ser humano, la 
teoría de la evolución nos lleva a la conclusión de que no puede existir un 
abismo, como se pensaba tradicionalmente, entre nosotros y los animales, 
sino simplemente una “diferencia de grado”. 
 
Cuando decimos que una característica de un animal es homóloga a la de 
otro, queremos expresar que existe entre ellas una relación genética y un 
origen común. Pues bien, el comportamiento de las especies que tienen 
un parentesco genético cercano entre sí (es decir, que proceden unas de 
otras o que tienen antepasados comunes) también presenta semejanzas. 
De hecho, no sólo tenemos en común con los animales muchos de los 
impulsos básicos de nuestra naturaleza (alimentación, sed, impulsos 
sexuales etc) sino que, concretamente, también tenemos muchos 
comportamientos y expresiones comunicativas homólogas a las de los 
primates, lo que demuestra su origen instintivo. El número de estos 
comportamientos es muy superior al que suponen algunos psicólogos de 
orientación conductista: a partir de la observación de niños sordos y 
ciegos de nacimiento (que no han podido aprender tales conductas), así 
como de infinidad de culturas humanas, etólogos como Iräneus Eibl-
Eibesfeldt han podido demostrar el carácter innato de, por ejemplo, los 
reflejos de prensión y succión de los bebés, así como el carácter 
instintivo de la sonrisa, la risa y el llanto, las expresiones de ira (como 
el pataleo o el ceño fruncido ) o las de rubor y vergüenza (como taparse 
la cara con la mano), algunas de las cuales se pueden observar ya en 
numerosas especies de simios. Lo mismo puede decirse de algunas 
expresiones de saludo (como el levantar las cejas cuando se saluda a 
distancia (ver figura), o el mostrar la palma de la mano abierta), rituales 
de apareamiento (como el abrazo o el beso, derivado, al parecer de los 
comportamientos de las madres con las crías, a las que se alimenta con la 
boca) u otras expresiones de relación y comunicación social (como el 
aseo mutuo).Concretando más, incluso algunas expresiones culturales 
(que varían de unos pueblos a otros en algunos aspectos) podrían estar 
fuertemente condicionados por un origen genético como puede 
observarse en la evolución de las hombreras en los atuendos militares 
 
 
 
EL DETERMINISMO GENETICO Y LA GENETICA DE LA 
CONDUCTA 
 
 
 
La cuestión de hasta qué punto están determinadas genéticamente las 
diferencias de temperamento y carácter que se observan a nivel individual en la 
especie humana sigue siendo objeto de una ardua polémica científica: la que 
enfrenta a los deterministas genéticos, por un lado y a los deterministas 
ambientales por otro. El primo de Charles DARWIN, el famoso antropometrista (y 
uno de los principales valedores del determinismo genético), FRANCIS GALTON 
defendía que todas las capacidades humanas eran heredadas de la misma manera 
que el color de los ojos o del pelo. Por el contrario, científicos tan importantes como 
KAMIN, ROSEN Y LEWONTIN parten del punto de vista opuesto: cualquier 
capacidad es para ellos adquirida y por tanto, el determinismo genético no es más 
que una coartada ideológica para justificar posturas reaccionarias, racistas e 
inmovilistas. 
 
La GENÉTICA DE LA CONDUCTA es un área interdisciplinar: una mezcla de genética y de 
ciencias del comportamiento. Campo de estudio: le interesa saber, ya que existen 
diferencias interindividuales, a qué son debidas (factores genéticos y/o factores 
ambientales). El problema es que este interés genera muchas controversias. Muchos 
de estos problemas surgieron a principios del siglo con el conductismo, que decía que 
 25
 26
toda conducta es resultado del ambiente; la herencia no tenía para ellos ningún peso. 
A lo largo del siglo surgieron estudios, en réplica al conductismo, que sí reconocer 
factores hereditarios. La verdad es que genes y ambiente no se excluyen, sino que 
interactúan. En definitiva, lo que importa a la Genética de la Conducta es no sólo el 
gen, sino también la vía por la que éste va a influir en la conducta. 
 
Concepto de «heredabilidad». Es un parámetro estadístico. Presenta los factores 
genéticos que influyen en la varianza interindividual de la conducta. Ejemplo: si 
tenemos el 70% de heredabilidad referido a un caracter, lo que nos indica es que los 
genes explican la varianza en un 70%. 
 
Los genes actúan a través de intermediarios fisiológicos (neuronas, 
neurotransmisores...). Una proteína (cuya información viene incluida en un gen) no 
explica por sí misma una conducta. El ambiente actúa sobre los intermediarios 
fisiológicos, de modo que siempre hay un factor ambiental en la conducta. 
 
Ejemplo de factor ambiental: Fenilcetonuria. Es una enfermedad genética que 
consiste en que el gen encargado de fabricar la enzima que degrada un aminoácido 
(la fenilananina) no está bien. Esto causa una mayor concentración de este 
aminoácido en sangre y una consiguiente disminución de la concentración de los 
demás, lo cual se traduce en un retraso en el desarrollo. Teniendo en cuenta que la 
fenilananina se encuentra en determinados alimentos, mediante una dieta apropiada 
(control ambiental) se puede evitar el retraso que la fenilcetonuria puede acarrear. 
 
Propósito y técnicas de la Genética de la Conducta 
 
 Propósito: conocer la base genética y ambiental de las diferencias 
interindividuales en la conducta de los organismos. 
 
Técnicas en animales 
 
• Estudio de familias: la conducta se parece más entre parientes (las 
conductas que se presenten en común podrá decirse que se heredan). Hay 
una pega, y es que los ambientes para los familiares son los mismos, así que 
no es difícil que se incluya como genético un efecto que en realidad es 
ambiental. 
 
• Estudio de cepas: fue lo que hizo MENDEL. Cruzar animales consanguíneos 
para conseguir una igualdad genética. Teniendo esta igualdad genética 
tendremos animales que serán iguales en alelos distintos de un gen. Dado 
que tenemos individuos iguales, si los introducimos en ambientes distintos, 
tendremos que toda la diferencia se debe al ambiente. 
 
• Crianza selectiva: se trata de seleccionar a los individuos en base a rasgos 
de conducta. El emparejamiento sería entre individuos que tuvieran los 
rasgos óptimos que a nosotros más nos interesan. Hay un problema, y es 
que, en muchos casos, estamos seleccionando rasgos que no controlamos. 
Es decir, junto con el rasgo que nos interesa, seleccionamos sin darnos 
cuenta otros. Estos otros factores incontrolados pueden explicar también una 
parte importante de la varianza. 
 
Técnicas en humanos 
 
• Estudio de familias: igual que en el caso de animales. 
• Estudio de gemelos: se aprovecha un rasgo importante, y que es azaroso. 
Hay 2 tipos de gemelos: homocigóticos (idénticos) y fraternos (no idénticos). 
Los homocigóticos comparte más base genética que los fraternos. Si 
observamos casos de los 2 tipos y vemos que las correlaciones son mayores 
entre los idénticos, se explicará que es en virtud de su mayor similitud en 
cuanto a genes. La correlación es mayor entre idénticos, por ejemplo, en 
cuanto a la esquizofrenia. De ahí se deduce que en esta psicopatología hay 
un importante componente genético. 
 
• Estudio de adopciones: por ejemplo, en CI, la correlación entre madres
 27
naturales y sus hijos es mayor que entre madres adoptivas y sus hijos 
adoptados.Como ya hemos dicho se aprovechan azares de la naturaleza 
para medir la influencia de las diferencias ambientales. 
 
 
 
2.LAS CONDUCTAS ADQUIRIDAS: 
EL APRENDIZAJE 
 
2.1. LOS REFLEJOS Y EL MEDIO AMBIENTE: 
INSUFICIENCIAS DE LAS CONDUCTAS INNATAS. 
 
Es evidente que en un medio ambiente tan cambiante e inestable como el 
terrestre, la solución adaptativa que suponen las conductas innatas no 
tenía mucho futuro. En efecto, no puede haber un reflejo o una pauta de 
acción fija genéticamente codificada en el sistema nervioso de los 
organismos para cada estímulo potencialmente perceptible (aunque a 
nadie se le escapa que esto supondría un adaptación prácticamente 
perfecta al medio) y ello por pura imposibilidad material: sencillamente, 
ni en el más voluminoso de los sistemas nerviosos concebibles cabría una 
cantidad tan numerosa de conexiones nerviosas (por definición, si el nº 
de estímulos nerviosos perceptibles es casi infinito, las conexiones fijas 
innatas también habrían de serlo). 
Pero es que, además, los reflejos e instintos son adaptaciones muy 
especializadas a un medio ambiente muy concreto y, por tanto son 
útiles al organismo en tanto no se produzcan cambios muy radicales 
en ese medio6. Si a eso añadimos que la mayoría de los reflejos y de las 
pautas de acción fija carecen de la capacidad de anticiparse a la 
presencia de los estimulos desencadenadores ( pues solo se disparan 
cuando estos se hallan en contacto con el organismo, o muy próximos a 
él ) entonces no tendremos más remedio que concluir que, por muy 
perfectas que sean las conductas innatas en su adaptación al medio, 
constituyen una solución bastante deficiente al problema de la 
supervivencia en un mundo tan variable como el nuestro. Tanto, que se 
puede decir que los organismos más simples (es decir, aquellos que 
dependen más de este tipo de comportamientos rígidos), sobreviven 
 
6 Obviamente, este no es el caso más común. Para explicar esto, basta con pensar en el sgte ejemplo: 
de todos es conocido el hecho de que la mayoría de las ranas se alimentan de los insectos voladores 
que ponen sus huevos en las aguas estancadas, y que, para cazarlos estas disponen del reflejo de 
lanzar su lengua ante cada objeto centelleante que se presenta ante sus ojos (estímulo-señal) .Pues 
bien: ¿que ocurriría si por un cambio radical del medio (el uso de pesticidas, por ejemplo) tales 
insectos, súbitamente, desaparecieran (como de hecho está ocurriendo ya)...?. Lógicamente las ranas 
estarían condenadas a la extinción total (pues su cerebro no está preparado para aprender a cazar otro 
tipo de animales)...o, como mucho a cambiar radicalmente como especie mediante la selección de 
algunas mutaciones afortunadas que estuviesen dotadas de un repertorio distinto de conductas innatas, 
más adaptado a la nueva situación .Otra posibilidad es que tales mutaciones les dotaran de un cerebro 
más grande y más capaz de aprender, lo cual aumentaría aun más sus posibilidades de supervivencia. 
Dejando a un lado esta especie de “biología- ficción” esta última vía es la que parece haber seguido la 
vida cuando se ha encontrado con este tipo de dilemas. 
 28
como especies sólo al precio de la muerte de millones de individuos. Un 
precio que, todo hay que decirlo, pueden permitirse pagar, dado su 
altísimo potencial reproductivo... 
Más o menos, estas son las razones que explican el hecho de que tales 
organismos, finalmente, evolucionaran hasta dar lugar a especies que, 
aún conservando este tipo de conductas, disponían de un sistema 
nervioso algo más grande y complejo, el cual les permitía una mayor 
capacidad de aprendizaje, entendiendo por tal una adaptación de la 
conducta a las circunstancias, no ya colectiva sino individual, y, por 
tanto, mucho más rápida y flexible que la que suponen las conductas 
innatas. Es decir, un mayor nivel de flexibilidad o “plasticidad 
conductuales”: recordemos que si las conductas innatas son tan rígidas 
e invariables es porque se disparan únicamente ante los estímulos para 
los que están genéticamente programadas (y sólo ante ellos) y que, si 
estos no aparecen o aparecen otros distintos, no se disparan. Pues bien, lo 
que queremos decir cuando decimos que las conductas adquiridas son 
plásticas y flexibles es que, mediante ellas, los organismos son capaces 
de responder no a un sólo estímulo, sino a varios. Del mismo modo, los 
organismos capaces de aprender no emiten un repertorio de respuestas 
fijas, sino que son capaces de emitir una gran variedad de respuestas. 
Como veremos, estas habilidades no surgen de la nada, sino que tienen 
como requisito previo el desarrollo de un cortex cerebral, dotado de un 
mayor número de conexiones neuronales que permita el 
establecimiento de conexiones nuevas y más complejas 
Como vamos a ver en seguida, la corriente psicológica que más se ha 
ocupado en nuestro siglo del estudio de los procesos de aprendizaje ha 
sido, sin duda alguna, la Escuela Conductista, cuyos teóricos 
(Paulov,Watson, Thorndike, Skinner etc) también se han esforzado, 
a su manera, por encontrar lazos evolutivos entre la conducta animal 
y la humana: así, si los etólogos demostraban que el hombre también 
tiene instintos genéticamente preprogramados, los conductistas 
(quienes, como hemos dicho, durante mucho tiempo negaron la 
existencia de estos) se afanaban en demostrar que los animales, al 
igual que el hombre, tienen una limitada pero indudable capacidad 
de aprendizaje a partir de la cual debieron desarrollarse las 
facultades superiores humanas. 
 
Fue así como, en el transcurso de sus investigaciones descubrieron y 
conceptualizaron los principales tipos de aprendizaje asociativo: los 
llamados aprendizajes por “condicionamiento respondiente” 
(descubierto por Iván Paulov) y por “condicionamiento instrumental 
u operante” (cuyos principales teóricos fueron Thorndike y 
Skinner).Cada uno supone un peldaño más en esa evolución de la 
conducta que estamos estudiando y que en los apartados siguientes 
intentaremos hilvanar con la propia historia de los planteamientos 
conductistas. 
 29
 
 
¿QUÉ ES "APRENDER"?: EL CONCEPTO DE APRENDIZAJE 
 
1. Aprendizaje, maduración y desarrollo 
Antes de comenzar con cualquier desarrollo teórico, es importante hacer claridad 
sobre algunos conceptos de utilidad en el futuro. Por una parte se entiende la 
maduración como el desarrollo de patrones comportamentales preconfigurados 
biológicamente y que tienen lugar de acuerdo al avance en la edad cronológica del 
individuo. Por otro lado aparece el concepto de desarrollo como el conjunto de 
patrones biológicos y medioambientales de crecimiento y cambio durante la vida. Esto 
permitirá establecer, en el futuro, las relaciones que sean pertinentes con respecto al 
concepto de aprendizaje. 
El Aprendizaje 
 
Existe una cierta variedad de definiciones en torno al concepto de aprendizaje, pero 
buscando un punto intermedio se define, en general, como una modificación en el 
comportamiento resultado de la experiencia. 
Algunas otras definiciones ilustran distintas concepciones del término aprendizaje, 
tanto desde el punto de vista teórico como práctico (biológico): 
• "Consideramos que aprendizaje es cualquier cambio sistemático de la 
conducta, sea o no adaptativo, conveniente para ciertos propósitos, o que 
esté de acuerdo con algún otro criterio semejante". (Bush y Mosteller, 1955) 
• "El aprendizaje es una modificación en incremento de la conducta más o 
menos permanente, que es resultado de la actividad, del entrenamiento 
especial o de la observación". (Munn, 1955) 
• "Podemos definir el aprendizaje diciendo que es el proceso que se manifiesta 
en cambios adaptativos de la conducta individual a resultado de la 
experiencia". (Thorpe, 1956) 
• "Aprendizaje es el proceso de formación de circuitos nerviosos relativamente 
permanentes a través de la actividad simultánea de los elementos del circuito 
queva a establecerse; tal actividad se refiere a un cambio en la naturaleza de 
las estructuras de la célula, a través del crecimiento, de tal manera que se 
facilite la activación del circuito entero cuando un elemento componente es 
excitado o activado". (Bugelski, 1956) 
 
Diferencias y relaciones. 
 De acuerdo a las definiciones anteriores, resaltan algunas diferencias notorias. Por 
una parte, la maduración es un proceso cuya ocurrencia es resultado de la 
información genética y sobre el cual el individuo conscientemente no tiene ninguna 
influencia (salvo que biológicamente se produzca algún tipo de alteración), a 
diferencia del desarrollo que se encuentra estrechamente ligado con patrones 
cognitivos, medioambientales y sociales del individuo. De ahí que éste sea un 
proceso diferenciado y dependiente de una suma de variables más complejas, a 
diferencia de la maduración que es un tanto más predecible. De lo anterior se 
desprende una relación existente entre el aprendizaje y el desarrollo: Los patrones de 
crecimiento y cambio cognitivo pueden ser aprendidos de acuerdo a la presencia de 
un conjunto de influencias: la moral, las costumbres, la alimentación, el sistema 
educativo, las condiciones medioambientales (disponibilidad de recursos, adaptación 
al medio, relaciones con el medio, etc.), las relaciones económicas, etc.; esto, como 
un todo, configura un marco de referencia para el proceso de desarrollo de un 
individuo. 
 
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2. CONDUCTAS INNATAS Y APRENDIDAS 
Comenzaremos diciendo, pues, que el aprendizaje lleva siempre consigo una 
modificación de la conducta. El aprendizaje es un cambio relativamente 
permanente en el comportamiento, que ocurre como resultado de la 
experiencia. 
Es muy difícil saber como se ha producido este cambio en el interior del sujeto o 
incluso si se ha producido, pues, como afirman los miembros de la escuela 
conductista nosotros lo único que podemos observar es el comportamiento que 
aparece después del aprendizaje: lógicamente, esto es una grave limitación a la hora 
de investigar este tipo de conductas. 
Como sabemos, hay dos tipos de conductas que no aprendemos (innatas) y que son: 
• Los instintos Son pautas de conducta relativamente complejas, 
determinadas biológicamente y muy importantes para la supervivencia de las 
especies. 
• Los reflejos Conductas simples que aparecen involuntariamente a ciertos 
aspectos del ambiente. 
Por otra parte hay cambios que no son debidos a la experiencia, se conocen como el 
aprendizaje pre-asociativo y los más fáciles de entender son : 
 
• La sensibilización aumento de la respuesta a un estímulo debido a la 
presentación repetida de este. 
• La habituación disminución y eventual desaparición de reacciones como 
consecuencia de su repetición. Por ejemplo: Llega un momento que aunque 
vivas en una casa con mucho ruido dejas de oírlo. 
Según Thorpe, el aprendizaje debe ser definido de la siguiente manera: es el 
proceso que se manifiesta, a través de cambios adaptativos, en la conducta 
individual como resultado de la experiencia. 
Todos los animales, hasta los más primitivos, son capaces de un cierto aprendizaje 
basado en la aptitud de cada animal en cambiar o modificar, sobre la base de la 
experiencia, su comportamiento, adaptándolo al momento y al lugar en que esta 
viviendo. 
Según Aubre Manning, la pregunta que debemos plantearnos con la máxima seriedad 
y rigor al estudiar el comportamiento es : ¿como llega la conducta de un animal a 
ajustarse tan adecuadamente a su medio normal?. 
Para contestar, esta pregunta, debemos decir que hay dos medios 
fundamentales, lo instintivo y lo aprendido. Podemos entonces decir, que la 
conducta instintiva evoluciona en forma gradual, igual que las características 
estructurales, y la selección natural la va modificando, a fin de que se ajuste al 
medio lo mejor posible. 
O sea, que constituye una especie de "memoria que se transmite, de generación en 
generación", si bien es cierto que se trata de una memoria genética, propia de la 
especie y generada por selección natural. 
Así pues puede ocurrir que el animal nazca con unas respuestas heredadas, 
pero también puede ocurrir, que en lugar de eso, nazca con capacidad para 
modificar su conducta, a la luz de su experiencia y a medida de que va 
creciendo. O sea, que aprenda cuales son las respuestas que proporcionan los 
mejores resultados prácticos, y varíe su conducta de acuerdo a eso. 
Esto último es el aprendizaje en sentido estricto, o sea que para definirlo 
concretamente, podemos decir "que tanto el instinto como el aprendizaje 
aseguran la conducta adaptativa, el primero a través de la selección que opera a
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lo largo de la historia de una especie, y el segundo a lo largo de la historia 
individual". 
Hay que tener presente, que cuanto mayor sea lo heredado, es decir, cuanto más 
completos sean los caracteres genotípicos ( conjuntos de caracteres hereditarios de 
un individuo, ligados a los genes, que constituyen un patrimonio inmutable propio de 
la especie), y más completo es el bagaje genético, tanto mayor será la capacidad 
para adquirir nuevas experiencias. Es decir, que no es igual la capacidad de 
aprendizaje que tienen aquellos individuos que heredan de su especie un 
sistema nervioso más simple, que la de aquellos que poseen un sistema más 
grande, centralizado y complejo. 
Como decía el Premio Nobel Dr Konrad Lorenz : "Lo adquirido es totalmente 
distinto de lo heredado, es cierto que hay mucho de heredado en lo adquirido. 
Lo que no es cierto, es que siempre haya algo adquirido en lo heredado" 
ENFOQUES TEÓRICOS DEL APRENDIZAJE EN LA PSICOLOGÍA 
CONTEMPORÁNEA 
Enfoque Mecanicista-Conductista (Teorías E–R) 
 
Los aspectos centrales de esta teoría se relacionan directamente con los conceptos 
de Estímulo (E) y Respuesta (R) y la correspondencia que existe entre estos. La 
conducta se explica como el trámite entre los estímulos que inciden sobre un 
organismo y las respuestas subsiguientes. El aprendizaje, es en últimas, la 
modificación más o menos duradera de la relación entre estímulo y respuesta. Una 
respuesta puede ser cualquier ítem de conducta, mientras que un estímulo puede ser 
cualquier sensación. 
Los teóricos mecanicistas suponen típicamente que todas las respuestas son 
producidas por estímulos. 
 
Estas conexiones son nombradas de distinta forma: hábitos, nexos de estímulo–
respuesta y respuestas condicionadas. No obstante, siempre existe una 
concentración sobre las respuestas que ocurren, sobre los estímulos que las 
producen y sobre las maneras en que la experiencia cambia estas relaciones entre 
estímulos y respuestas. 
 
La tendencia a una u otra teoría puede depender del tipo de aprendizaje que se 
desee analizar. Las teorías mecanicistas se prestan para una mayor precisión y 
concuerdan mejor con un enfoque científico unificado. 
Enfoque Cognitivo 
 
Como ya se ha dicho, las experiencias de los teóricos del modelo mecanicista se 
centran en situaciones donde la identificación de estímulos y respuestas no crea 
dificultades. El enfoque cognitivo, por el contrario, va más allá y han subrayado el 
aprendizaje y la conducta en circunstancias más complejas, centrando su atención en 
aspectos "intuitivos" de la conducta, en el sentido de que la conducta apropiada hace 
su aparición de forma relativamente súbita, sin manifestarse un fortalecimiento 
gradual del enlace E–R –o una conducta dirigida hacia un fin predecible e 
intencionado–. Los teóricos cognitivos hablan más del aprendizaje de situación que 
del aprendizaje de respuestas, más del desarrollo de cogniciones que de los vínculos 
E–R. 
Las teorías cognitivas prestan especial atención a las situaciones del aprendizaje en 
las que se produce lo que comúnmente se denomina "conocimiento"; también 
subrayan los aspectos finalistas e intencionados de la conducta, aunque no aportan 
un modelo concreto de cómo trabaja el conocimiento o la intención. 
El enfoque cognitivo ha introducido algunosotros conceptos en contra del modelo 
mecanicista. Así, las situaciones que implican "expectancia" se abordan proponiendo
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la existencia de una respuesta anticipatoria de la meta, una respuesta que 
esencialmente es un fragmento de la respuesta total dada en presencia de la meta, 
que hace su aparición prematuramente, y que media una conducta anticipatoria. El 
concepto de interacción nerviosa aferente reconoce que los efectos neuronales 
inmediatos de la estimulación externa pueden combinarse e interactuar de diferentes 
modos antes de evocar una respuesta; es decir, reconoce algún tipo de organización 
perceptual como estadio de la génesis de una conducta. 
Enfoques Actuales 
 
Para los especialistas que, liderados por Jaques Delors, elaboraron el último informe 
de la UNESCO, los cuatro pilares de la educación del tercer milenio, son: aprender a 
aprender, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a comprender al otro. 
Con la invención del transistor en 1948 se ha desarrollado una revolución 
computacional que ha estimulado la explosión en el crecimiento del conocimiento y la 
acumulación de información. "Pensar entonces en comenzar a informar de avanzados 
temas a los niños desde edades tempranas no es idea descabellada ni imposible, es 
necesaria y factible, porque además, ahora hay que transmitirles en el mismo tiempo 
mucha más información y conocimientos que antes. Por supuesto, con el sistema de 
enseñanza que se emplea actualmente no se logra, ni con las teorías de aprendizaje 
que hasta hace un tiempo existían, llámese conductismo o cognitivismo, con sus 
escuelas y posiciones teóricas. Ya se han estudiado y elaborado muchas teorías 
sobre el aprendizaje que por supuesto van orientadas a un aprendizaje apoyado por 
la computadora". 
La consolidación de interfaces gráficas y el fortalecimiento de los aditamentos de 
hardware de las nuevas herramientas informáticas, han ampliado la perspectiva del 
aprendizaje en un contexto saturado de información que a su vez se sigue "inflando". 
Las nuevas potencialidades de la computadora deber aprovecharse para presentar, 
representar y transformar (simular) la información, y para inducir formas específicas 
de interacción y cooperación (a través del intercambio de datos y problemas vía red). 
Estas concepciones conducen a un conjunto de nuevas teorías y conclusiones que no 
sólo se limitan a la computadora como herramienta esencial en el nuevo esquema de 
aprendizaje, sino que se amplían a instancias tales como los medios de comunicación 
–en especial la televisión– y los recursos educativos a distancia –internet, 
videoconferencia, etc.–. El nuevo aprendizaje implica las siguientes variables: 
• El aprendizaje es un proceso acumulativo que se basa en lo que los aprendices 
ya conocen y saben hacer, y en la posibilidad que estos tienen de filtrar y seleccionar 
la información que consideren relevante en el medio para redimensionar su conjunto 
propio de habilidades. 
• El aprendizaje es autorregulado indicando con esto que el aprendiz es 
consciente de su propia manera de "conocer" –el aprendizaje adquiere una dimensión 
metacognitiva– y en consecuencia, menos dependiente de esquemas e instrucciones 
"educativas" exógenas. 
• El aprendizaje se dirige a alcanzar metas porque el aprendiz tiene una 
conciencia clara de los logros que busca y de la autodeterminación que requiere para 
alcanzarlos. 
• El aprendizaje es un proceso que requiere colaboración, no es exclusivamente 
una actividad mental, sino que comprende la interacción con el medio ambiente social 
y natural. 
• El aprendizaje es individualmente diferente y por tanto los estudiantes varían 
entre unos y otros. Esto plantea un serio interrogante al esquema tradicional de la 
escuela que desconoce las diferencias entre los alumnos y asume que todos tienen 
las mismas aptitudes, inclinaciones, contextos, concepciones, estilos cognitivos, etc. 
La omisión de esta circunstancia limita el alcance de los modelos educativos y 
desvirtúa el valor intrínseco de las "leyes del aprendizaje". 
En suma, las nuevas teorías en torno al aprendizaje intentan desligarse de lo
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meramente operativo y determinístico, que ha sido la característica más relevante de 
las teorías hasta ahora desarrolladas. El entendimiento del aprendizaje como un 
proceso multivariable e individual platea un nuevo desafío a la investigación; ya no 
sólo es cuestión de limitar el análisis a la identificación de las causas y los efectos, 
sino ampliar el concepto al estado emocional, físico, emotivo y sociocultural del 
individuo. 
 
 
 
 
2.2. EL APRENDIZAJE “ASOCIATIVO”: 
 
Antes de estudiar detalladamente las citadas modalidades de aprendizaje 
conviene explicar qué es lo que tienen en común, es decir, por qué las 
agrupamos bajo el rótulo de “aprendizajes de tipo asociativo”.A 
diferencia de los organismos inferiores, los organismos capaces de 
aprender pueden, por ello mismo, predecir o preveer (es decir, 
anticiparse) a ciertos acontecimientos. En efecto, un animal tan simple 
como la mosca (que ni siquiera tiene un sistema nervioso centralizado en 
un “cerebro”) sólo levanta el vuelo (respuesta innata) cuando ya se le 
viene encima el matamoscas (estímulo incondicionado) y ello incluso 
cuando ya haya sufrido varias veces la desagradable experiencia. Por el 
contrario, un animal mucho más evolucionado, con una corteza cerebral 
desarrollada, como un perro que haya sido maltratado, puede sentir 
miedo (respuesta refleja) y huir ante la presencia del hombre que le 
maltrató (estímulo) mucho antes de que este haya llegado a acercarse a él 
para amenazarle. Por decirlo así, el perro ha aprendido a predecir o 
anticiparse al dolor del golpe (y a evitarlo) porque ha aprendido a 
asociar que ciertos estímulos (“un hombre armado con un palo”= 
estímulo condicionado, abreviado, “E.C”) suelen aparecer antes que 
otros (“dolor” = E.I.C). 
En realidad, por decirlo así, existen dos clases de “predicciones” que los 
organismos podemos aprender a efectuar: 
 
 
1. La “predicción” acerca de qué estímulos suelen suceder en el 
tiempo a otros estímulos (asociación de tipo E-E: de esta 
clase son los aprendizajes por condicionamiento 
“respondiente”) 
2. La predicción acerca de qué estímulos sucederán en el 
tiempo a nuestras propias respuestas (asociación de tipo R-
E: de esta clase son los aprendizajes por condicionamiento 
“instrumental u operante”). 
 
 
 
 
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O, dicho de otra manera: los organismos pueden conocer tanto los efectos 
que el medio tiene sobre su conducta (conocimiento del medio), como los 
efectos que su propia conducta tiene sobre el medio. Al primer tipo los 
psicólogos también lo denominan aprendizaje “por señales” (la 
asociación reiterada de dos estímulos convierte a uno en señal del otro). 
El segundo, por su parte, es conocido también como aprendizaje “por 
consecuencias” (si una respuesta tiene consecuencias positivas, entonces 
tal respuesta se repetirá en el futuro). Ambos se consideran aprendizajes 
asociativos porque en ellos lo único que hace el animal es asociar 
estímulos de una manera totalmente mecánica, es decir, de un modo no 
mental, por paradójico que esto pueda parecer: en efecto, con sus 
investigaciones, los conductistas demostraron que los animales pueden 
aprender muchas cosas sin que por ello pueda decirse que sus 
aprendizajes sean inteligentes y conscientes. Veámoslo. 
 
 
2.1. EL APRENDIZAJE POR “CONDICIONAMIENTO 
RESPONDIENTE” (también llamado “Condicionamiento Clásico o 
Pauloviano) 
 
La escuela conductista de psicologia tiene su punto de arranque en los 
trabajos del gran fisiólogo ruso, Iván P. Paulov (1849-1936),uno de los 
padres fundadores de la moderna psicología experimental, cuyo 
principal descubrimiento posiblemente fue el de la posibilidad de 
condicionar determinadas respuestas reflejas en algunas especies 
animales. Conviene tener siquiera una idea de en qué consistieron sus 
estudios sobre este tema, a fin de comprender

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