Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
118 ParTe 1 | valoración de la nutrición Funciones El yodo dietético es necesario para la síntesis de hormonas tiroi- deas. El yodo se almacena en la tiroides, donde se utiliza para la síntesis de triyodotironina (T3) y tiroxina (T4). Se puede inhibir la captación de los iones de yoduro por las células tiroideas con bociógenos (sustancias que aparecen de forma natural en los alimentos). Las hormonas tiroideas son degradadas en las células objetivo y en el hígado, y en condiciones normales el yodo está muy conservado. El selenio es importante para el metabolismo del yodo debido a su presencia en una enzima responsable para la formación de T3 activa a partir de la tiroglobulina almacenada en la tiroides. Ingesta dietética de referencia Se ha propuesto que es suficiente una ingesta de yodo de 150 mg/ día en todos los adultos y adolescentes. La CDR de las mujeres gestantes y lactantes aumenta hasta 220 mg y 290 mg, respectiva- mente. La IA es de 110 mg para lactantes de hasta 6 meses de edad y 130 mg para lactantes mayores. La CDR para niños está entre 90 y 120 mg y aumenta con la edad (o el tamaño corporal). Las concentraciones de yodo urinario, tiroxina sérica o tirotropina constituyen sendos biomarcadores útiles del estado del yodo (Ristic-Medic et al., 2009). Véase el capítulo 32. Fuentes alimenticias e ingesta El yodo aparece en cantidades variables en los alimentos y el agua de bebida. Los mariscos, como almejas, langostas y ostras, y las sardinas y otros peces de agua salada son la fuente más rica. Los peces de agua salada contienen de 300 a 3.000 mg/kg de carne; los peces de agua dulce contienen de 20 a 40 mg/kg, pero siguen siendo buenas fuentes. El contenido en yodo de la leche de vaca y de los huevos está determinado por los yoduros disponibles en la dieta del animal; el contenido en yodo de las verduras varía de acuerdo con el contenido en yodo del terreno en el que crecen. El yodo también entra en la cadena alimenticia a través de los yodóforos, que se utilizan como desinfectantes en el procesado de los productos lácteos, como colorantes y como acondicionadores de la masa. Estas fuentes añaden cantidades significativas de yo- do al aporte alimenticio. La tabla 3-34 muestra el contenido en yodo de algunos alimentos. La mejor forma de obtener una ingesta adecuada de yodo es utilizar sal yodada (que tiene aproximadamente 60 mg de yodo por cada gramo de sal) en la preparación de alimentos. La sal marina contiene de forma natural cantidades variables de yodo, y solo aproximadamente 1/10 de la cantidad de la sal yodada. Más del 50% de la sal de mesa que se vende en EE. UU. está yodada; sin embargo, no se utiliza sal yodada en los alimentos procesados. Muchas naciones, como Canadá, han adoptado la yodación obligatoria, aunque no es necesaria legalmente en EE. UU., donde la deficiencia de yodo es actualmente muy in- frecuente. El uso de sal yodada debería recomendarse en algunas regiones para prevenir el bocio. El Total Diet Study de la FDA mostró que la mediana de la ingesta de yodo por los adultos entre 1982 y 1991 oscilaba desde 130 hasta 140 mg/día en mujeres y de 182 a 204 mg/día en varones. La mediana de la ingesta de yodo en adolescentes varones y mujeres fue incluso mayor. La ingesta de yodo en EE. UU. parece adecuada para la mayoría de las personas debido a la yodación de la sal y a la utilización de yodóforos. Los veganos consumen yodo en algas o comprimidos de kelp; la ingesta de yodo puede ser excesiva en algunas personas. deficiencia Se calcula que 2.000 millones de personas de todo el mundo presentan riesgo de deficiencia de yodo. La mayoría reside en países en vías de desarrollo, en especial aquellas personas que no consumen pescado ni marisco. Estas personas pueden tener una deficiencia moderada de yodo, aun cuando no sea evidente un bocio franco, que indica afectación grave. En niños la defi- ciencia de yodo se asocia a alteraciones cognitivas. Son eficaces la utilización de sal yodada, la administración oral de una única dosis de aceite yodado y los suplementos semanales de yodo. Se debe fomentar la utilización de sal yodada durante la gestación, especialmente hacia el final del segundo trimestre. Las ingestas muy bajas de yodo se asocian a la aparición de bocio endémico o simple, que es un aumento del tamaño de la tiroides (fig. 3-37). La deficiencia puede ser casi total, especialmente en zonas montañosas y en regiones de elevada ingesta de bociógenos, o relativa, secundaria a un aumento de la necesidad de hormonas tiroideas (p. ej., en mujeres durante la adolescencia, la gestación y la lactancia). Aunque muchos países han trabajado para eliminar la defi- ciencia de yodo, el bocio puede afectar a hasta 200 a 300 mi- llones de personas en todo el mundo (Kusic y Jukic, 2005). En Tabla 3-34 contenido en yodo de algunos alimentos Alimento Contenido (mg) Pescado oceánico, 200 g 650 Sal, yodada, ¼ cucharadita 95 Pan, elaborado con acondicionador de masa yodado y proceso continuo de mezclado, una rebanada 142 Yogur, bajo en grasa, 250 g 87 Pan, elaborado mediante el proceso habitual, una rebanada 35 Requesón, 2% de grasa, 150 g 26-71 Gambas, 100 g 21-37 Huevo, 1 24 Queso cheddar, 30 g 5-23 Carne de vacuno picada, 100 g 8 IDR Lactantes 110-130 mg/día, dependiendo de la edad Niños de 1-8 años 90 mg/día Niños de 9-13 años 120 mg/día Adolescentes y adultos 150 mg/día Mujeres embarazadas 220 mg/día Mujeres lactantes 290 mg/día Tomado de: (1) U.S. Department of Agriculture: Composition of foods, USDA Handbook No. 8 Series, Washington, DC, 1976-1986, Agricultural Research Service, The Department. (2) Medline Plus. Página web http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/ article/002421.htm, consultada el 14 de enero de 2011. IDR, ingesta dietética de referencia. Parte 1 - Valoración de la nutrición Capítulo 3 - Ingesta: los nutrientes y su metabolismo Ultraoligominerales Yodo Funciones Ingesta dietética de referencia Fuentes alimenticias e ingesta Deficiencia
Compartir