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caPíTulo 3 | Ingesta: los nutrientes y su metabolismo 119 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to ri za ci ón e s u n de lit o. algunos países el bocio es tan frecuente que se considera una característica física normal. En EE. UU. la tasa de prevalencia de bocio a todas las edades es de 1,9/1.000 personas. Esta tasa es mayor en mujeres que en varones y en ancianos que en personas más jóvenes. Los bociógenos, que aparecen de forma natural en los ali- mentos, también pueden producir bocio mediante el bloqueo de la captación de yodo por las células tiroideas desde la san- gre. Los alimentos que contienen bociógenos incluyen repo- llo, nabos, semillas de colza, cacahuetes, mandioca, boniatos, kelp y semillas de soja. Los bociógenos son inactivados por el calentamiento o la cocción. La deficiencia grave de yodo durante la gestación y el período posnatal temprano da lugar a cretinismo en los lactantes, que se caracteriza por deficiencia mental, diplejía o tetraplejía espástica, sordomudez, disartria, una marcha vacilante característica, talla baja e hipotiroidis- mo. También hay variaciones menos graves de este síndrome, que se manifiestan como retraso moderado de la maduración intelectual o neuromotora. En algunas áreas, la adopción de los suplementos de yodo se ha asociado a una mejora de la función cognitiva en niños de edad escolar con deficiencias leves (Gordon et al., 2009). La OMS ha aumentado la ingesta recomendada de yodo durante el embarazo de 200 a 250 mg/ día; se deberían introducir suplementos de yodo en el embarazo y la lactancia en las regiones en las que se utiliza sal yodada en menos del 90% de los hogares (Zimmerman, 2009). Toxicidad Aun cuando la ingesta de yodo tenga un amplio margen de seguridad, se han establecido IMT (IOM, Food and Nutrition Board, 2001). Los adultos tienen una IMT de 1.100 mg/día y los niños pequeños tienen una IMT de 200 a 300 mg/día. En algunos casos se produce bocio como consecuencia de ingestas de yodo mucho mayores que las necesidades fisiológicas a largo plazo. No está clara la influencia del exceso de yodo en las enfermedades o trastornos tiroideos. Actualmente no se considera que la con- centración de yodo en los alimentos sea un problema de salud pública significativo en EE. UU. ni en Canadá. La cantidad de yodo en la dieta de la mayoría de los estadounidenses es adecuada para una buena salud, pero en pequeños grupos de personas con enfermedades tiroideas subyacentes el exceso de yodo en la dieta puede producir hipotiroidismo, formación de bocio o hipertiroidismo (Mussig et al., 2006). selenio Hay un intervalo de ingesta dietética bastante estrecho para el se- lenio, por debajo del cual se produce deficiencia y por encima del cual aparece toxicidad. Solo en China se ha demostrado que estos extremos se relacionan con el contenido en selenio del terreno. Parece que es necesaria una ingesta dietética de aproximadamen- te 40 mg de selenio al día para mantener la glutatión peroxidasa (GsH-Px), una enzima que contiene selenio (Schrauzer and Surai, 2009). Se considera que la GSH-Px, que a primeros de los años setenta se descubrió que era una selenoenzima, es la principal forma activa del selenio en los tejidos, aunque desde entonces se han descubierto otras proteínas con selenio. La concentración hística depende de la ingesta dietética y refleja el entorno geoquímico. Las regiones de Norteamérica que se han identificado como de bajo contenido en selenio son el noreste, el Pacífico, el suroeste y la llanura costera de la región del sudeste de EE. UU., así como las regiones central del norte y oriental de Canadá. La menor concentración de selenio en el terreno se da en algunas regiones de China, especialmente en Keshan, donde se describió una deficiencia grave de selenio por primera vez en una población humana en 1979. Otras áreas con contenido bajo en selenio incluyen partes de Finlandia y de Nueva Zelanda. absorción, transporte, almacenamiento y excreción La absorción del selenio, que se produce en el segmento supe- rior del intestino delgado, es más eficiente en condiciones de deficiencia. El aumento de la ingesta con frecuencia da lugar a un aumento de la excreción de selenio en la orina. El estado del selenio se evalúa midiendo el selenio o la GSH-Px en el suero, las plaquetas y los eritrocitos o en la sangre entera. La medición del selenio en los eritrocitos es un indicador de la ingesta a largo plazo. El selenio se transporta unido a la albúmina inicialmente y posteriormente a la a2-globulina. Funciones El selenio, en forma de selenometionina o selenocisteína, aparece en varias proteínas de distribución amplia en el organismo. Se ha detectado GSH-Px celular en casi todas las células, así como en el suero y la leche. La GSH-Px actúa de manera conjunta con otros antioxidantes para reducir los peróxidos celulares y los radicales libres en general, que se convierten en agua y otras moléculas inocuas. Esta familia enzimática representa una reserva de selenio en proteínas que puede utilizarse cuando sea necesario. Muchos de los cambios fisiológicos inducidos por la deficiencia de selenio, aunque no todos ellos, son secundarios a unas concentraciones inadecuadas de las enzimas GSH-Px. El fosfolípido hidroperóxido GSH-Px está presente en las fracciones liposolubles de la célula e interviene en el metabolismo de los lípidos y los eicosanoides. La yodotironina 5’-desyodasa de tipo 1, una enzima capaz de convertir T4 en T3, es una seleno- proteína. Ingestas moderadas de selenio (40 mg/día) parecen adecuadas para mantener la actividad de estas desyodasas. Sin embargo, ingestas elevadas (350 mg/día) se asocian a disminución de la concentración de T3. También se ha mostrado que las FIGura 3-37 Bocio producido por deficiencia de yodo. (Tomado de Swartz MH: Textbook of physical diagnosis history and examination, ed 3, Philadelphia, 1998, Saunders.) Parte 1 - Valoración de la nutrición Capítulo 3 - Ingesta: los nutrientes y su metabolismo Ultraoligominerales Yodo Toxicidad Selenio Absorción, transporte, almacenamiento y excreción Funciones
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