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LINEAMIENTOS PARA EL CUIDADO NUTRICIONAL [CAPÍTULO 3, 10) Pacientes diabéticos] 371 Monitoreo nutricional Este paso del proceso es quizá el más importante. El seguimiento de los parámetros metabó- licos del perfil glucémico, la hemoglobina glicosilada, el perfil lipídico, tensión arterial, función renal y peso corporal, así como la valoración de la calidad de vida del paciente, son esenciales para asegurar resultados satisfactorios. Por otro lado, la autosupervisión periódica es un instrumento valioso en la tarea de estimular el compromiso del paciente con el plan terapéutico prescripto. Con la asesoría del equipo de salud, el autocontrol involucra activamente al paciente en el proceso del tratamiento, lo que le permite hacer ajustes en la alimentación, la actividad física y la dosis de los fármacos que reciba. No basta con planificar e implementar el tratamiento nutricional. Se debe realizar una evaluación de los resultados y el seguimiento del paciente para hacer los ajustes necesarios. Se deberá llevar a cabo con una frecuencia variable según cada caso y deberá ser informado por escrito en la historia clínica del paciente, para que esté al alcance de todo el equipo de salud y pueda resultar una herramienta útil para adecuar los demás pilares del tratamiento. Permite evaluar: - La adherencia al tratamiento. - La respuesta al tratamiento. - Plantear nuevos objetivos o reforzar los ya establecidos. - Aumentar la motivación del paciente. Los criterios de control y seguimiento de los pacientes diabéticos, pueden ser agrupados desde tres puntos de vista: 1) Control glucémico. 2) Control metabólico. 3) Control clínico. Control Glucémico El grado del control glucémico en los diabéticos guarda una estrecha relación con la pre- sencia de complicaciones microvasculares (retinopatía, nefropatía y neuropatía). Esta correlación entre la hiperglucemia y la lesión de pequeños vasos ha sido demostra- do, tanto en el estudio DCCT como en el UKPDS, donde se vio que los pacientes que realiza- ron tratamiento intensivo presentaron una menor prevalencia e incidencia de complicaciones y especialmente en el UKPDS quedó demostrado claramente que la diabetes tipo 2 es una enfermedad progresiva. De ahí que los controles glucémicos (basales y posprandiales) y de hemoglobinas glicosiladas adquirieron suma importancia tanto en el tratamiento como en el pronóstico de los pacientes diabéticos. Cada vez aparecen más evidencias que demuestran que los cuadros clínicos de enfermedad arterial obstructiva, fundamentalmente la enfermedad cardiovascular, son más frecuentes, pre- coces y graves en los diabéticos tipo 2 si se los compara con los no diabéticos. Se plantea el control glucémico del paciente por medio del registro de glucemias en forma seriada, de la hemoglobina glicosilada y de la fructosamina. En determinadas situaciones tam- bién se podrá medir la glucosuria y la cetonuria. Lineamientos_capítulo 3.pmd 03-06-2011, 12:37371
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