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495 2. Exámenes morfológicos A1. Ecotomografía abdominal: limitada por meteorismo frecuente y por la ubicación retroperitoneal del páncreas. Sin embargo, es un método no invasivo, que se puede repetir sin riesgo, útil en descartar otras patologías responsables del cua- dro clínico y demuestra con gran sensibilidad las complicaciones (colecciones, dilatación de vía biliar, etc). En las formas avanzadas se observa la dilatación del conducto pancreático y la presencia de calcificaciones. A2. Endosonografía: el método más sensible en detectar lesiones incipientes. Sin embargo, todavía es de accesibilidad limitada y operador dependiente, además de poseer algunos mínimos riesgos. Por otra parte, las alteraciones menores iniciales son de importancia algo incierta, la especificidad es relativamente baja. Por su costo y complejidad, por ahora no se puede sugerir como primer examen para detectar PC incipiente. B1. Radiografía simple (en tres proyecciones: A-P, lateral, oblicua): puede detectar las calcificaciones pancreáticas en formas avanzadas. B2. Tomografía axial computada: sensibilidad > 90% en diagnosticar formas mo- deradas y severas. Detecta las calcificaciones, las alteraciones del parénquima y en menor grado la dilatación y tortuosidad de los conductos. B3. Resonancia nuclear magnética: su sensibilidad es similar o algo superior a la TAC. Además, por la colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) se obtienen imágenes de los conductos pancreáticos; su sensibilidad diagnóstica en formas moderadas y severas es comparable a CPRE, y aparentemente algo inferior en formas leves. Es un método prácticamente sin riesgo. Las calcifica- ciones no se detectan por la RM, sólo se ven los cálculos intraductales como defectos en CPRM. B4. Métodos computacionales a partir de imágenes adquiridas por TAC o RNM, en etapa experimental, pero que permiten obtener imágenes del interior del conducto pancreático (pancreatoscopia virtual). C1. Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE): según muchos expertos el “gold standard” en el diagnóstico, pero es un método invasivo y sigue teniendo morbi-mortalidad. Además, no informa el estado del parénquima. La CPRE está reservada para los casos que requieren tratamiento endoscópico. C2. Con el sistema “madre-hijo”, se puede introducir el pancreatoscopio en el interior del conducto pancreático. Similar rendimiento tiene el Spy-glass, que se introduce también por el canal de trabajo del duodenoscopio. Existen algunas experiencias también con panreatoscopia oral. Estos métodos son sólo disponibles en centros muy especializados y se reservan para tratamiento endoscópico y diagnóstico diferencial de PC vs lesiones proliferantes del conducto principal. En la Figura 1 se detalla el algoritmo diagnóstico, en que observamos que el eje es la ecotomografía abdominal, que puede detectar o sospechar la PC en > 70% de las formas avanzadas y moderadas. Si la sospecha clínica persiste con ultrasonido normal, se puede considerar solicitar en primer lugar elastasa fecal, eventualmente PANCREATITIS CRÓNICA
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