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CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 511 y otros más. De acuerdo con este enfoque, toda la sangre y los líquidos corporales y materiales contaminados por ellos se tra- tan como si fueran infecciosos para HIV, HBV, HCV y otros microorganismos patógenos transmitidos en la sangre. Las exposiciones que hacen que el personal corra el riesgo de infec- ción son las lesiones percutáneas (p. ej., por punciones con aguja) o el contacto de membranas mucosas o la piel no intacta (p. ej., agrietada, con heridas o con dermatitis) con sangre, tejido u otros líquidos corporales que pueden ser potencial- mente infecciosos. Los métodos están concebidos para prevenir el contacto con tales muestras. Ejemplos de precauciones espe- cífi cas son los siguientes: se deben utilizar guantes al mane- jar todos los materiales potencialmente infecciosos; se deben usar prendas protectoras y retirarlas antes de abandonar la zona de trabajo; se deben usar mascarillas y protección ocular siempre que las salpicaduras o gotitas de material infeccioso planteen un riesgo; sólo se deben utilizar agujas desechables; es necesario descartar las agujas directamente en recipientes especiales sin envolverlas de nuevo; las superfi cies de trabajo deben descontaminarse utilizando una solución blanqueadora; y el personal de laboratorio ha de contenerse de pipetear con la boca, comer, beber y fumar en el área de trabajo. Los objetos e instrumentos metálicos se pueden desinfectar mediante su colocación en autoclave o por la exposición al gas de óxido de etileno. B. Hepatitis A En 1995 se autorizaron en Estados Unidos las vacunas del HAV inactivadas en formalina, elaboradas a partir de virus adapta- dos de cultivos celulares. Las vacunas son seguras, efi caces y se recomiendan para uso en personas de más de un año de edad. En la actualidad se recomienda la vacunación sistemática de todos los niños y de personas con un mayor riesgo, como viajeros internacionales, varones que tienen sexo con varones y usuarios de drogas. Hasta que todos los grupos con riesgo susceptibles estén inmunizados, para la prevención y el control de la hepatitis A todavía se debe hacer hincapié en interrumpir la cadena de transmisión y utilizar la inmunización pasiva. La aparición de la hepatitis en campos universitarios o instituciones, a menudo constituye un indicador de condicio- nes sanitarias defi cientes y de higiene insatisfactoria del per- sonal. Las medidas de control se dirigen a la prevención de la contaminación fecal del alimento, agua u otras fuentes por el individuo. Es esencial la higiene adecuada, como lavado de manos, el uso de platos desechables y de utensilios para comer, así como el empleo de hipoclorito de sodio al 0.5% (p. ej., dilu- ción de blanqueador de cloro a 1:10) como desinfectante, para prevenir la propagación del HAV durante la fase aguda de la enfermedad. La inmuno (γ) globulina (IG) se prepara a partir de gran- des concentrados de plasma de adulto normal y confi ere una protección pasiva en casi 90% de las personas expuestas cuando la reciben en la primera o segunda semanas después de la expo- sición a la hepatitis A. Su utilidad profi láctica disminuye con el tiempo y no hay indicaciones para su administración dos semanas después de la exposición o después de la aparición de los síntomas clínicos. En las dosis generalmente prescritas, la inmunoglobulina no evita la infección sino más bien la vuelve leve o subclínica y permite la aparición de inmunidad activa. La vacuna contra HAV produce inmunidad más duradera y debe reemplazar al empleo de IG. C. Hepatitis B Desde 1982 se dispone de una vacuna contra la hepatitis B. La vacuna inicial fue preparada mediante la purifi cación de HBsAg asociado a partículas de 22 nm de portadores sanos positivos para HBsAg y el tratamiento de las partículas con compuestos inactivadores del virus (formalina, urea, calor). Los preparados que contienen partículas intactas de 22 nm han sido muy efi caces para reducir la infección por HBV. Aun- que en algunos países todavía se utilizan las vacunas derivadas de plasma, en Estados Unidos se han reemplazado por vacu- nas derivadas de DNA recombinante; consisten en HBsAg pro- ducido por un DNA recombinante de células de levadura o de líneas celulares continuas de mamíferos. El HBsAg expresado en la levadura forma partículas de 15 a 30 nm de diámetro con las características morfológicas del antígeno de superfi cie libre en el plasma, aunque el antígeno polipeptídico producido por la levadura recombinante no es glucosilado. La vacuna formu- lada utilizando este material purifi cado tiene una potencia similar a la de la vacuna elaborada a partir de antígeno deri- vado de plasma. La Organización Mundial de la Salud, los Centers for Disease Control and Prevention y el Advisory Committee on Immunization Practices recomiendan la profi laxis para todos los grupos susceptibles con alto riesgo antes de la exposición, con una vacuna contra la hepatitis B comercializada actual- mente. En Estados Unidos, se recomienda la vacuna contra HBV en todos los niños como parte de su esquema de inmuni- zación regular. La vacunación contra la hepatitis B es la medida más efi - caz para prevenir la infección por el HVB y sus consecuencias. Existe una estrategia de salud pública integral para eliminar la transmisión del HVB en Estados Unidos. Consiste en la vacunación general de lactantes y la detección sistemática de todas las mujeres embarazadas para HBsAg, la inmunoprofi - laxis después de la exposición de lactantes nacidos de madres positivas para HBsAg, la vacunación de niños y adolescentes no vacunados con anterioridad y la vacunación de adultos no vacunados que tienen un mayor riesgo de infección. Los grupos inmunocomprometidos (p. ej., personas some- tidas a hemodiálisis y quienes reciben quimioterapia antineo- plásica o que tienen infección por HIV), no responden tan satisfactoriamente a la vacunación como lo hacen los sujetos sanos. Los estudios sobre inmunización pasiva utilizando inmu- noglobulina específi ca de la hepatitis B (HBIG, hepatitis B immune globulin por sus siglas en inglés) han demostrado un efecto protector si se administra poco después de la exposición. No se recomienda HBIG para la profi laxis antes de la exposi- ción pues se dispone de la vacuna contra el HVB y es efi caz. Las personas expuestas al HVB por vía percutánea o por la contaminación de superfi cies de la mucosa deben recibir de inmediato HBIG y la vacuna contra HBsAg administradas de manera simultánea en dos zonas diferentes para lograr una protección inmediata con los anticuerpos adquiridos en forma pasiva seguida de la inmunidad activa generada por la vacuna. 35 Chapter 35_Carroll_4R.indd 51135 Chapter 35_Carroll_4R.indd 511 15/04/16 12:0115/04/16 12:01
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