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10 de noviembre 2020 
ECN/307 
Ciencias Biológicas 
y de la Salud 
 
EN BEETHOVEN, LA SORDERA NO FUE UNA DEFICIENCIA, SINO 
UNA DIFERENCIA: ADOLFO MARTÍNEZ PALOMO 
 
 
*Como parte del ciclo ​Músicos y medicina, ​dentro del programa especial por el 
250 Aniversario del natalicio de Beethoven, se transmitió en vivo el 9 de 
noviembre la conferencia-concierto ​Ludwig van Beethoven: la creación en el 
silencio​, a cargo de Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional, 
con la participación de la mezzosoprano Verónica Alexanderson y el barítono 
Ricardo López, acompañados al piano por Sergio Vázquez 
*Beethoven “encontró nuevas formas de expresión musical cada vez más 
innovadoras, forjando música sublime que él nunca pudo escuchar”, aseveró el 
colegiado 
* “Sus últimas composiciones pueden interpretarse como manifestaciones de su 
genio absoluto, escritas no a pesar de la sordera, sino tal vez, gracias a ella”, 
destacó Martínez Palomo 
 
 
 
Los problemas de sordera de Ludwig van Beethoven suelen acompañar cualquier 
biografía sobre su vida y su obra, pero el miembro de El Colegio Nacional, Adolfo 
Martínez Palomo, reconoció que si bien fue un artista que “encontró nuevas 
formas de expresión musical cada vez más innovadoras, forjando música sublime 
que él nunca pudo escuchar, menos conocido es que haya realizado esa labor 
titánica con su organismo arruinado desde los 25 años de edad por una 
enfermedad intestinal y, atormentado al final, por los efectos del padecimiento del 
hígado que acabó con su vida.” 
Al impartir la cátedra ​Ludwig van Beethoven: la creación en el silencio ​, 
transmitida en vivo el 9 de noviembre, dentro del ciclo ​Músicos y medicina​, y del 
programa espacial por la la conmemoración del 250 aniversario del natalicio del 
compositor alemán, el colegiado recordó que Beethoven llamaba “mi enfermedad 
habitual” no a la sordera, sino a la enfermedad intestinal, cuyas dolencias llegaban 
a ser tan intensas que lo obligaban a guardar cama durante varias semanas. 
“Los síntomas intestinales se agravaron, sobre todo en los últimos años. Este 
padecimiento intestinal y sus causas han interesado poco a los biógrafos, aun 
cuando afectó seriamente a Beethoven durante más de la mitad de su vida. Lo 
más probable es que haya sido enfermedad inflamatoria intestinal”, enfatizó 
Martínez Palomo, sin hacer a un lado la importancia que la sordera tuvo en su 
creación musical. 
Infancia difícil 
Nació en 1770, en la ciudad de Bonn. Se desconoce el día de su nacimiento y sólo 
se sabe con seguridad que fue bautizado el 17 de diciembre de 1770, por lo que 
estaríamos a poco más de un mes de la fecha exacta de su nacimiento, hace 250 
años. 
“La primera infancia de Ludwig fue difícil, sobre todo por el alcoholismo de su 
padre, quien decidió sacarlo de la escuela antes de que cumpliera 11 años al ver 
el poco provecho que tenía en ella, para que se concentrara en la interpretación 
del piano y en sus primeros escarceos como compositor, que pronto dieron fruto 
en la forma de tres sonatas para piano, dedicadas por el mismo Beethoven al 
elector, la autoridad de Bonn, a quien el pequeño le escribió ‘espero que usted le 
brinde la aprobación alentadora de sus amables y paternales ojos’.” 
Cuando tenía 10 años de edad, a Beethoven no le interesaba otra cosa que no 
fuera su música: no se interesaba por el aspecto social, estaba mal dispuesto 
hacia otras personas, aislado, descuidado, su apariencia externa llamaba la 
atención por falta de limpieza. 
Desde la perspectiva del doctor Martínez Palomo, esos años difíciles moldearon 
su carácter tímido y retraído, al mismo tiempo que terminaba de gestar el espíritu 
indomable que lo llevaría a superar sus limitaciones físicas y psicológicos, “hasta 
convertirlo en uno de los grandes genios universales de la música: la música era lo 
único extraordinario en la vida de Beethoven.” 
De su infancia sólo se sabe que padeció viruela, “tal como quedó registrado en las 
huellas de la infección que marcaron su rostro a lo largo de su vida”; a los 17 años 
de edad empezó a dejar por escrito algunos problemas físicos que le aquejaban, 
como una bronquitis, “me preocupa que se convierta en tuberculosis y, además, 
está la melancolía que es una calamidad tan grande para mí, como mi 
enfermedad”, porque desde esos años estaba propenso a ciertas depresiones y, 
tenía horror de tener tuberculosis, “enfermedad de la que murió la madre a la que 
tanto quería.” 
“A los 26 años quedaron registrados por escrito los primeros síntomas de su 
enfermedad principal, posiblemente iniciada un poco antes: las molestias 
abdominales y la fiebre siguieron presentándose con frecuencia hasta su muerte a 
los 57 años.” 
Los años del silencio 
En su relato, Martínez Palomo, quien ha desarrollado las historias médicas de 
varios compositores, habló de lo que pudo ser lo que causó la sordera del 
compositor: una tarde regresó a su casa acalorado y sudoroso. Abrió de forma 
brusca las puertas y las ventanas, se quitó la ropa y se refrescó en la brisa: “el 
resultado fue una enfermedad peligrosa, cuyos efectos alteraron el oído durante la 
adolescencia, después de lo cual, la sordera, aumentó progresivamente.” 
A Beethoven le preocupaba que los demás se enteraran del problema, por lo que 
durante mucho tiempo sólo los más cercanos lo supieron: no alcanzaba a 
comprender las palabras, pero sí los sonidos, y aquello se convirtió en un periodo 
“de extraordinaria creatividad.” 
“Su música ha sido dividida en tres periodos de creatividad, en relación con su 
sordera: una etapa inicial, exuberante, hasta los 30 años, antes del inicio del 
problema de la sordera, seguido de un periodo intermedio entre los 30 y los 45 
años, con muestras evidentes de sobreponerse a ésta, y un tercer periodo desde 
los 45 años hasta su muerte, de notables innovaciones coincidente con la pérdida 
de audición.” 
Para ejemplificar el papel que jugó ese problema en la música de Beethoven, el 
colegiado recordó unos párrafos de quien es considerado uno de sus biógrafos 
más autorizados, Maynard Solomon: “el cierre gradual del contacto auditivo de 
Beethoven con el mundo produjo sentimientos de dolor y aislamiento, y aumentó 
sus tendencias hacia la misantropía y la suspicacia, pero no alteró y, de hecho, tal 
vez incrementó sus habilidades como compositor, al excluirlo de la interpretación 
pianística como competencia para su creatividad y, tal vez, al permitirle una total 
concentración en la composición, dentro de un mundo de reclusión auditiva en 
aumento.” 
“En su mundo sordo, Beethoven podía experimentar con nuevas formas de 
experiencia, libre de los sonidos intrusos del ambiente externo, libre de la rigidez 
del mundo material, libre, como un soñador, de combinar y recombinar la realidad, 
de acuerdo con sus deseos en formas de estructuras nunca soñadas. Beethoven 
transformó todas sus derrotas en victorias. Hasta su pérdida de la audición fue, en 
alguna forma indefinida, necesaria o útil para completar su impulso creativo”, en 
palabras de Solomon. 
Para el doctorAdolfo Martínez Palomo, la vida y la obra de Beethoven son 
poderosos ejemplos de la superación de una severa discapacidad, que ha 
facilitado “la comprensión de esta discapacidad no como una deficiencia, sino 
como una diferencia.” 
“Sus últimas composiciones pueden interpretarse como manifestaciones de su 
genio absoluto, escritas no a pesar de la sordera, sino tal vez, gracias a ella”, dijo 
el especialista, antes de comenzar la parte del recital Liéder para voz y piano, que 
contó con la participación de la mezzosoprano Verónica Alexanderson y el 
barítono Ricardo López, acompañados al piano por Sergio Vázquez. 
Como parte del ciclo ​Músicos y medicina​, dentro del programa especial por el 
250 Aniversario del natalicio de Beethoven,​ ​la conferencia-concierto ​Ludwig 
van Beethoven: la creación en el silencio​, se encuentra disponible en el Canal 
de YouTube: elcolegionacionalmx. 
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