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La Prehistoria 3_D113

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Mayas y tseltales,
una identidad tejida en la vida.
... la claridad expresa y explícita de las jerarquías formales
y la conciliación armoniosa de los contrarios,
es en efecto exponerse y recibir, en el mejor de los casos,
ese homenaje respetuoso y prudente que amerita
“una hermosa mirada al espíritu”.
(Bourdieu, 1967, p.133).
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS
SUPERIORES DE OCCIDENTE
RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL, ACUERDO SEP. NO. 15018
PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN
EL 29 DE NOVIEMBRE DE 1976
DIRECCIÓN GENERAL ACADÉMICA
DOCTORADO EN ESTUDIOS CIENTÍFICO SOCIALES
COMUNICACIÓN, CULTURA Y SOCIEDAD
MAYAS Y TSELTALES, 
UNA IDENTIDAD TEJIDA EN LA VIDA
TESIS PARA OBTENER EL
GRADO DE DOCTORA EN ESTUDIOS CIENTÍFICO SOCIALES
QUE PRESENTA:
RUTH VERÓNICA MARTÍNEZ LOERA
ASESOR: 
DR. DAVID VELASCO YÁÑEZ
TLAQUEPAQUE JALISCO, JUNIO 2011
DIRECCIÓN GENERAL ACADÉMICA
DOCTORADO EN ESTUDIOS CIENTÍFICO SOCIALES
COMUNICACIÓN, CULTURA Y SOCIEDAD
MAYAS Y TSELTALES, 
UNA IDENTIDAD TEJIDA EN LA VIDA
TESIS PARA OBTENER EL
GRADO DE DOCTORA EN ESTUDIOS CIENTÍFICO SOCIALES
QUE PRESENTA:
RUTH VERÓNICA MARTÍNEZ LOERA
COMITÉ TUTORIAL
DR. DAVID VELASCO YÁÑEZ
DRA. MARÍA MARTHA FRANCISCA COLLIGNON GORIBAR
DR. SALVADOR IVÁN RODRÍGUEZ PRECIADO
TLAQUEPAQUE JALISCO, SEPTIEMBRE 2011
5
Resumen
Palabras clave: 
mayas, tseltales, mujer, cosmovisión, bordado.
La imagen es un recurso por el cual es posible 
conocer y reconocer gustos y prácticas de un 
grupo social. Los mayas se caracterizaron por 
utilizar jeroglíficos y códigos gráficos que los 
distinguían de otras etnias En la actualidad las 
mujeres tseltales conservan la memoria de sus 
antepasados, describen su entorno y expresan 
sus sentimientos a través de las imágenes del 
bordado. En ambas culturas, la imagen ha sido 
un medio importante para mostrar más que el 
solo dominio de técnicas y habilidades estéticas. 
Pues, las figuras y los colores, acomodados bajo 
meticulosos cálculos matemáticos, narran su vida 
cultural, social, religiosa, económica y política. 
Por lo tanto, la imagen representa el tejido social 
de un pueblo y la expresión de su cosmovisión.
Abstract
Keysword:
Maya, Tseltal, women, worldview, embroidery. 
The image is a resource which you can know 
and recognize tastes and practices of a social 
group. The Mayans were characterized by using 
hieroglyphics and graphic codes to distinguish 
them from other ethnic women currently 
tseltales keep the memory of their ancestors, 
describe their environment and express their 
feelings through images of embroidery. In both 
cultures, the image has been an important 
means to show more than just the domain of 
technical and aesthetic skills. Well, the shapes 
and colors, arranged in careful mathematical 
calculations, tell their cultural, social, religious, 
economic and political. Therefore, the image 
represents the social fabric of a people and the 
expression of their worldview.
DIRECCIÓN GENERAL ACADÉMICA
DOCTORADO EN ESTUDIOS CIENTÍFICO SOCIALES
COMUNICACIÓN, CULTURA Y SOCIEDAD
MAYAS Y TSELTALES, 
UNA IDENTIDAD TEJIDA EN LA VIDA
QUE PRESENTA:
RUTH VERÓNICA MARTÍNEZ LOERA
Ruth 
Verónica
Martínez Loera 
Egresada de la Facultad del Hábitat de la Universidad Autónoma 
de San Luis Potosí, donde estudió la licenciatura (1988) y la 
maestría (1999) en Diseño Gráfico. 
Ha colaborado en asociaciones civiles y relifiosas prestando sus 
servicios de diseño editorial. También ha desarrollado proyectos 
relacionados con la didáctica donde ha creado material para 
niños de nivel preescolar. 
Desde 1999 ha participado en diversas universidades de San Luis 
Potosí (Universidad del Centro de México, Universidad Potosina, 
UVM Campus San Luis Potosí, Universidad Tangamanga) 
impartiéndo cátedra a estudiantes de las licenciaturas de Diseño 
Gráfico, Comunicación Gráfica, Ciencias de la Comunicación, 
Filosofía, Mercadotecnia y Arquitectura. 
7
8
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Resumen 5
Agradecimientos 7
Introducción 13
Capítulo Uno. Tramar. 
Preparar el camino 33
Lugar y tiempo 38
Localización geográfica 38
Períodos 44
Dispersión de los mayas y formación de las comunidades indígenas 46
La expresión gráfica 50
Maíz 53
Lengua 57
Escritura 62
Matemáticas 68
Adorno y cuerpo 72
El cuerpo 72
La indumentaria 75
Arte y artesanía 79
Contenido
9
Capítulo dos. Trenzar. 
Buscar el método para hacer algo 83
Interés y gusto por la imagen 88
Pierre Bourdieu y Erwing Panofsky 88
La teoría sociológica de Pierre Bourdieu 
y la iconología de Edwin Panofsky 92
Habitus 94
Campo 97
Capital 100
Preiconología 105
Iconología 106
Iconografía 107
Práctica y relaciones 109
Catálogo de imágenes 109
La entrevista 114
Fotografía 115
Distinción, conocimiento, habilidades, expresión 116
Registro y bordados 116
Diaporama 118
Capítulo tres. Hilar. 
De qué manera camina la vida 125
El territorio 
Contexto sociohistórico 130
Conflicto por la tierra 130
Distribución de la tierra 139
La milpa y el cafetal 142
Sentido de la oración y la fiesta 148
La oración 148
La fiesta 155
La música 158
El baile 160
La comida 162
10
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
La participación de la mujer 166
La familia y la comunidad 166
La educación y el trabajo 168
El traje tradicional 170
Capítulo cuatro. Urdir. 
El trabajo de la cooperativa 
de bordados 177
La coopertativa jLuchiyej Nichimetic 181
Historia 181
Organización 185
Acuerdos y cargos 189
Las secciones 193
Las ocho secciones 193
La sección Petalcingo 196
La sección Chilón 198
La sección Emiliano Zapata 202
La sección Nuevo Progreso 204
La sección Tsajalá 206
La sección Pueblo Nuevo Sitalá 208
La sección Carmen Xaquilá 210
La sección San Francisco La Unión 212
Relaciones entre secciones 214
El mercado 215
Diversidad de productos 217
Difusión 221
Relaciones comerciales y simbólicas 223
Capítulo cinco. Tejer. 
La sapiencia de los antepasados 
se manifiesta en los bordados 225
La técnica del bordado 227
El punto de cruz 228
Creatividad 240
La cosmovisión 241
Las imágenes 246
11
Cuadradro 254
El rombo 258
El movimiento 262
Los seres sagrados 265
La comunidad 270
La ofrenda 271
El cielo 276
Las estrellas 276
El arcoíris 276
Las flores 278
La tierra 284
El maíz 286
Los animales 290
Plantas y frutos 296
Los colores 318
Variantes de color 328
Códice 310
Grafemas 314
Lectura 318
Interpretación 328
Conclusiones Generales 331
Referencias 340
Glosario 371
12
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Figura 1. 
Ejemplos de figuras empleadas 
en la Biblia en tseltal.
Dibujo VML.
13
Introducción
El primer acercamiento que tuve con el pueblo Tseltal1 de la zona de Chilón, Chiapas, fue para desarrollar el proyecto de diseño editorial de la Biblia traducida al tseltal. Para 
el trabajo de ilustración se partió de la comparación entre 
los bordados de las mujeres tseltales y la gráfica de los sitios 
arqueológicos de Palenque y Toniná. El análisis de las imágenes 
mostró que los tseltales utilizan el rombo y algunas grecas 
de manera semejante a las plasmadas en estelas y esculturas 
mayas. Además el significado de algunas figuras coincide con los 
registros elaborados por estudiosos de la gráfica maya (ver Fig. 1). 
Sin embargo, la producción de imágenes para los bordados 
no parte de la copia o reproducción de motivos mayas, por el 
contrario, los dibujos expresan la vida orante, la cotidianidad y la 
armonía de la comunidad, cada una de las formas y de los colores 
tienen la finalidad de compartir lo que las mujeres ven en su vida 
diaria y sobre todo, dan cuenta de la memoria del conocimiento 
que sus antepasados les heredaron. De esta manera, la imagen 
para el pueblo tseltal es un signo que les posibilita expresar en 
cruces, velas, flores y animales, el agradecimiento a la madre 
tierra a Dios y al santo patrono por el alimento, la casa y el trabajo. 
La semejanza entrela gráfica tseltal con la gráfica maya encontrada 
en el proyecto anterior hizo posible descubrir un punto clave para 
desarrollar una investigación cuyo interés principal es observar 
en la imagen una forma de actuar y de agruparse por medio 
de la cual narran acontecimientos significativos en la vida de la 
comunidad. Así la imagen se convierte en un instrumento de 
análisis que disciplinas como la antropología social, la psicología, 
la ciencia política, la teoría de la comunicación, el arte, el diseño y 
la sociología (González, 1998, p.p.25-28), emplean para conocer el 
complejo mundo de una comunidad, porque la producción de una 
imagen involucra habilidades mentales, técnicas y conceptuales 
1	 Aunque	en	la	mayoría	de	los	documentos	oficiales	se	utiliza	“tz”	para	escribir	“tzeltal”,	
en	 este	 documento	 se	 utilizará	 “ts”,	 pues	 estudios	 lingüísticos	 han	 demostrado	 su	
mejor	sentido	fonético,	por	eso	a	lo	largo	de	esta	investigación	se	escribirá	“tseltal”.	
14
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
de quienes poseen la capacidad de codificar acontecimientos 
religiosos, políticos, culturales, económicos y lúdicos con la intención 
de conservar o reproducir la memoria o el imaginario colectivo. 
Belting (2007, p.14), menciona que la imagen, «es el resultado de 
la simbolización ya sea personal o colectiva, de esta manera es 
posible hacer visible la existencia de posiciones sociales ocupadas 
por aquellos que se encargan de producir las imágenes y de quienes 
tendrán que interpretarlas».
El significado de las imágenes o de los elementos que las conforman, 
son un pretexto para comprender el sentido social por el cual 
fueron creadas. La época, los temas, el aspecto estético y los 
discursos son elementos que dejan conocer la situación histórica y 
social de una o varias culturas. «La historia de las imágenes muestra 
que los seres humanos las hemos considerado mucho más que 
meras estructuraciones plásticas. Diversas sociedades y distintos 
contextos las hallan insufladas de poderes y energías, de intensiones 
y propiedades subjetivas» (Lizarazo, 2004, p.14). Por ello, mirar la 
imagen como un instrumento de análisis posibilita comprender 
ideas políticas y sociales expresadas no sólo en libros y documentos 
escritos, sino también «en las representaciones artísticas visuales» 
(González, 1998, p.30). 
En las imágenes se encuentra un legado invaluable de las culturas 
antiguas y un principio generador de sentido en las culturas 
actuales. Por eso, el estudio de materiales, decorados, formatos y 
estilos artísticos favorecen el análisis de imágenes con la intención 
de comprender los signos, las representaciones y los significados 
que de alguna manera generan un discurso cuya función principal 
sería expresar el valor simbólico de la vida comunitaria. 
Las imágenes dejan ver el complejo mundo interno de las 
comunidades, también el escenario de relaciones entre miembros 
de la comunidad o bien con otros espacios. Así la imagen se vuelve 
un elemento significativo, con el cual se establecen intercambios 
económicos, culturales, sociales y simbólicos. Pues, en la eficacia 
simbólica de la imagen se reconocen intereses sobre el entorno, las 
personas y las creencias, como menciona Lizarazo, «Las imágenes 
15
cargan buena parte de los significados con los que articulamos 
nuestra experiencia del mundo y son capaces de movilizar sentidos 
que no advertimos pero que ejercen su poderosa acción en nuestra 
vida. Somos seres imaginarios» (2004, p.5). 
En los elementos expresados por medio de la imagen se observan 
objetos, rostros, lugares, que de alguna manera pueden verse 
en la realidad; también hay elementos de la imaginación o bien 
de carácter conceptual que son parte de la vida del agente. De 
esta manera, el análisis de la imagen debe realizarse a partir del 
reconocimiento y la comprensión de los diversos signos que toman 
su sentido interpretativo dentro de un campo particular. Así, al 
tomar en cuenta el entorno se tienen elementos precisos para 
la interpretación de estilos de vida, jerarquías y códigos sociales 
generados a partir del uso de la imagen.
También a las imágenes suele empleárselas para reforzar sonidos y 
palabras con las que se construyen sistemas de codificación, como 
la escritura, donde la representación visual del sonido en el cual las 
palabras suscitan imágenes. Cuando las palabras son convertidas a 
imagen se logra expresar lo que la persona ve y siente en función 
de una serie de principios con los cuales logra establecer un 
diálogo con otros agentes. Y de alguna manera, en la construcción 
del discurso se llegan a identificar la estructura del espacio social 
-campo religioso, artístico o filosófico- y también las clases sociales 
en que se sitúan los agentes para poder interpretar el mensaje 
(Bourdieu, 1985, p.15). 
Al establecer parámetros sobre el uso de colores y el acomodo de 
figuras en el campo visual bajo ciertos parámetros que toman en 
cuenta la proporción, la distribución y su percepción, de alguna 
manera se comienzan a establecer las bases para la creación de 
un código. De esta manera, al determinar el tipo de materiales, 
los lineamientos comunicativos, los principios estéticos es 
posible lograr crear un sistema de comunicación y sobre todo, un 
sistema de reconocimiento sociocultural. Por tanto, la imagen es 
signo, símbolo y código y en cada una de ellas hay una función 
muy específica por cubrir. Los mayas que crearon un sistema de 
Introducción
16
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
comunicación a través de sus estelas, porque asignaban a cada 
figura un tamaño, basado en una retícula modular, también creaban 
cada determinado tiempo una estela y la colocaban sobre puntos 
estratégicos. En el caso de los tseltales, el código puede apreciarse 
en las imágenes de las blusas donde los colores rosa, morado, verde 
y negro indican la región a la que pertenece la persona que porta la 
indumentaria. Estos dos ejemplos posibilitan comprender que «la 
imagen reconoce prácticas, distingue bienes y comunica opiniones 
con lo cual se construyen sistemas simbólicos que en ocasiones 
llegan a ser distintivos» (Bourdieu, 1997c, p.20). 
Tanto en las imágenes mayas como en las tseltales puede apreciarse 
un discurso donde interactúan prácticas, relaciones y decisiones 
establecidas en el campo social. De esta forma, el poder discursivo 
de la imagen da cuenta de la capacidad de los agentes para imponer 
criterios de reconocimiento y validación de sus productos simbólicos. 
Así, quienes elaboran los discursos de reconocimiento observan 
en otros lugares, sus leyendas, pinturas y la organización. Con ello, 
se explica por qué las imágenes «no pueden ser comprendidas 
sin analizar todo el conjunto del campo de producción que les da 
origen» (Bourdieu, 1990, p.229). 
En los rasgos estilísticos de las obras de arte maya como tseltal se 
reconocen épocas, tendencias, intenciones e intereses (Bourdieu, 
1998, p.49), que posibilitan conocer el sentido que tienen las 
imágenes en la vida de dos culturas distantes entre sí por cuatro mil 
años. Por esa razón es necesario comprender las expresiones simbó-
licas, las celebraciones tradicionales, los discursos orales y el dominio 
de técnicas artísticas que algunos investigadores han estudiado con 
el fin de mostrar la relación de la cultura maya con el pueblo tseltal 
de Chilón, Chiapas; sin embargo, esta afirmación parece quedarse en 
el aspecto formal y deja de lado la posibilidad de observar que en la 
vida ordinaria hay acontecimientos que parecen contradecirla, como 
el poco acceso a los sitios arqueológicos, la desterritorialización y la 
constante modificación de costumbres y tradiciones.
Por eso, conocer la complejidad de una actividad basada en la 
elaboración de imágenes posibilita determinar como objeto de 
17
estudio, el espacio social y simbólico de los tseltales expresado 
en la actividad del bordado de la cooperativa jLuchiyej Nichimetic 
(Bordadorasde Flores) de Chilón, Chiapas y posiblemente 
vinculado a su pasado maya.
Por tanto, es importante tener en cuenta, que para poder 
comprender el vínculo es necesario reconocer en los agentes 
modos de existencia de lo social, el habitus y el campo, es decir 
por una parte las condiciones sociales de producción de los 
protagonistas y la lógica específica de las competencias entre lo 
artístico, político, económico, cultural e intelectual establecidas 
dentro de un espacio social determinado. Así pues, es posible 
responder a la interrogante ¿cómo construye el pueblo 
tseltal un vínculo con su pasado maya en sus prácticas 
relacionadas con la elaboración de bordados?
A partir de la descripción de las actividades plásticas es posible 
construir una investigación basada en la voz de las comunidades 
indígenas, que ha de ser interpretarse como formas simbólicas, 
con lo cual se encontrará la relación de los mayas del período 
clásico con los tseltales actuales; esa relación se da en sus 
actividades cotidianas, su sentido de armonía con la naturaleza 
y con la forma de ser tseltal. Lo que se pretende es conocer la 
forma como se expresa el sentido de ser maya y, sobre todo, las 
formas que posibilitan reconocer la herencia de conocimientos, 
organización comunitaria y relaciones de las comunidades 
indígenas de hoy para lo cual se plantean los siguientes objetivos: 
Identificar signos y significados mayas en la actividad del 
bordado y en los bordados mismos, elaborados en la cooperativa 
jLuchiyej Nichimetic. Describir qué aspectos de la vida de la 
comunidad tseltal se relacionan con la cosmovisión de los mayas 
que habitaron la región que incluye el municipio de Chilón. Y, 
por último, conocer la forma en que los tseltales de Chilón se 
interrelacionan y organizan a partir de la actividad del bordado.
De modo general, se puede plantear a manera de hipótesis, que 
las figuras usadas para elaborar bordados retoman elementos 
de la cultura maya como parte de una tradición comunitaria 
Introducción
18
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
y con ello expresan su identidad tseltal. Lo cual deja el reto de 
analizar las figuras desde las artes plásticas para poder explicar el 
gusto, la práctica y la distinción obtenida por medio de ellas. Así, 
la forma de ser y hacer el bordado ubica a los agentes en un lugar 
donde para poder desplazarse necesitan poseer ciertas habilidades, 
conocimientos y prestigios que tendrán relación con los ámbitos de 
la cultura, la economía, la política y sobre todo con lo simbólico.
Cada uno de los aspectos metodológicos enunciados con anterioridad 
favorecieron el enlace de la teoría con la etnografía, de esta manera 
es posible “tejer” una metáfora a partir del estudio de la imagen, 
para hablar de organización, disposición, estructura y función de los 
agentes en su espacio social. Es decir, de las formas que un grupo 
social tiene para organizarse y con ello poseer posiciones desde 
donde realizan actividades o bien, se toman decisiones. 
En el tejido se representa el análisis de la imagen como una 
manifestación de los saberes y las actividades que giran alrededor 
de la construcción de imágenes desde una mirada sociológica 
apoyada en las artes plásticas. Como si fuera un escenario donde 
«la conducta individual y colectiva se interpreta para comprender 
el sentido del discurso gráfico expresado a través de la imagen» 
(González, 1998, p.35). 
De modo que, el eje teórico metodológico de la investigación basado 
en la propuesta sociológica de Pierre Bourdieu posibilita entrelazar 
elementos de la persona, del lugar donde desarrolla sus actividades 
y de los bienes que invierte para poder tener una ganancia, ya sea 
económica, política, social o simbólica. De esta manera, se “teje” 
la historia de la comunidad con su vida actual y a través de ello se 
conoce el sentido que tiene la imagen para el pueblo tseltal y la 
forma en que sigue haciendo presente a sus antepasados mayas. 
Además, en esta investigación se toma como elemento funda-
mental, el tiempo, tanto por la distancia cronológica que separa 
al pueblo maya del tseltal como por su función generadora de 
vínculos entre la cosmovisión, la vida cotidiana y la organización 
comunitaria. Por esta razón regresar al tiempo del período clásico 
19
tiene la finalidad de dar a conocer los aspectos estéticos que los 
mayas establecieron para la producción de las imágenes. Y, en lo 
que respecta al pueblo tseltal el tiempo representa la actualidad 
y el uso de la imagen con un sentido de identidad, pertenencia y 
memoria. Así, tejer pasado y presente propicia comprender el 
sentido simbólico otorgado a la imagen.
Ahora bien, para establecer principios de relación dentro del aspecto 
visual y estético es pertinente “tejer” el significado de las imágenes 
con la técnica con la cual se llegan a realizar, por eso, en este 
estudio se hace referencia a la forma como los mayas elaboraron 
estelas y códices pues son dos elementos que permiten observar la 
diagramación, la proporción y la vinculación de las imágenes dentro 
de materiales que tenían la función de dar a conocer las conquistas 
de los mayas tanto en el terreno científico como en el social. Y por 
parte de los tseltales, se observa la elaboración de figuras que las 
mujeres realizan en lienzos bordados. 
Al observar las figuras y la técnica de realización es posible retomar 
de Erwin Panofsky tres aspectos que hacen posible la interpretación 
de la imagen en un contexto histórico determinado. El primero de 
ellos tiene que ver con el gusto por cierto tipo de figuras y colores; 
en un segundo momento, se comprende el uso e implementación 
de técnicas que facilitan la expresión; por último, se analizan 
los discursos que se elaboran para registrar hechos históricos, 
sentimientos y hasta el mismo entorno que sirve como inspiración 
para la creación de diversas imágenes. En este sentido, el tejido 
conecta entre sí una serie de elementos semióticos que buscan algo 
más que la interpretación de las figuras y colores, pues «le interesa 
el significado de las acciones» (López y Teodoro, 2006, p.18). Así, 
los elementos se entrelazan de tal manera que combinan aspectos 
relacionados con la persona y su entorno. 
La metáfora del tejido se construye a partir del significado que 
tiene la palabra para el pueblo tseltal para realizar un servicio en 
su comunidad, a su vez, por medio del tejido es posible entrelazar 
los pasos metodológicos necesarios para la elaboración de un 
proyecto de investigación. Al unir los aspectos anteriores en este 
Introducción
20
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
documento se observara la cultura y cosmovisión maya y tseltal. 
Así a través del tejido se ordena la información en cinco capítulos 
que dan a conocer los elementos simbólicos, culturales, sociales 
y económicos observados en el bordado, que es herencia cultural 
de los tseltales, no en la técnica de punto de cruz, sino en su gusto 
por expresar la vida de la comunidad mediante figuras y colores. 
El primer aspecto es “tramar”, preparar el camino -ya jchahpantic 
te beh-, es decir relacionar entre sí diversos estudios sobre los 
mayas y los tseltales. Aquí se abordan estudios acerca de mayas 
y tseltales, el material revisado trata temas sobre vestigios 
arqueológicos, comunidades indígenas y algunos proyectos 
socioculturales. 
Una característica fundamental para la comprensión de las 
culturas mayas y tseltal es el territorio. La forma en que los 
mayas hicieron uso de los diversos lugares donde construyeron 
complejos habitacionales, ceremoniales y científicos sirven 
como elementos de análisis a estudios que observan con detalle, 
los materiales, los discursos, las épocas y los personajes que dan 
forma a diversas imágenes. También, la vegetación, el clima y 
la geografía juegan un papel importante en el desarrollo de las 
imágenes, pues muchas están inspiradas en flores y animales del 
lugar. En algunas imágenes a los elementosde la naturaleza se 
les atribuye un valor simbólico como en el agua, la montaña y 
el cielo, pues dentro de la cosmovisión los seres supremos y del 
inframundo vigilan de manera permanente la vida del pueblo. 
A su vez, las deidades, los animales, las plantas que sirven como 
base de la representación de las palabras, ha servido para 
relacionar épocas, personajes importantes y acontecimientos 
descritos en los mensajes conformados por imágenes. Así, la 
expresión en la gráfica maya ha desarrollado estudios sobre la 
lengua y la escritura. Y la recuperación fonética de las palabras a 
su vez ha servido como base para descifrar las figuras de los glifos. 
Además, en algunos estudios recientes el estudio de los glifos ha 
sentado bases importantes sobre las variantes dialectales que 
tienen las lenguas indígenas actuales. 
21
Así como se ha analizado el adorno de la escritura, se ha llegado 
a plantear la importancia del adorno corporal para los antiguos 
mayas. Los tatuajes, la indumentaria y los accesorios labrados 
en piedra son la base para poder conocer el cuidado que tenían 
los mayas en crear objetos y utensilios que a su vez, dejaban ver 
la influencia de otras culturas, por la forma de las figuras o bien, 
por el material que utilizaban -plumas, piedras, textiles-. Parte 
del adorno corporal se conserva en la indumentaria indígena por 
la semejanza entre figuras, estilo de los trajes y por el sentido 
mitológico con el que elaboran cada una de las prendas que 
forma parte del traje actual. 
Por otra parte, en los estudios realizados sobre la cultura maya 
y la de los pueblos indígenas aparece con frecuencia el maíz. Un 
elemento gráfico que con frecuencia se plasma para representar 
el alimento, un ritual o bien, los adornos de la indumentaria. 
Es así como el maíz se convierte en un elemento simbólico que 
expresa «posiciones, gustos y prácticas» (Bourdieu, 2008, p.20) 
tanto de los mayas como de los tseltales. 
La producción y reproducción de imágenes ha favorecido en el 
estado de Chiapas el impulso a proyectos que impactan en la 
vida comunitaria de las poblaciones indígenas. Algunos proyecto 
están relacionados con la confección de artesanías que utilizan 
como elementos principales el valor simbólico de las figuras y los 
colores expresados en los bordados. De esta manera el trabajo 
artesanal ha ganado espacios significativos en el mercado y ha 
servido como fuente generadora de empleos. Por otra parte, se 
observa que el trabajo artesanal elabora distintos artículos con 
el fin de poder ofrecer productos locales al turismo y con ello 
han logrado establecer una fuente de ingreso muy significativa. 
En los aspectos analizados en este primer capítulo de alguna 
manera colocan enfoques teóricos y metodológicos sobre el 
estudio de los mayas y de las comunidades indígenas de Chiapas, 
si bien toman en cuenta los aspectos del reconocimiento y la 
legitimidad, estos en ocasiones se perciben como elementos 
aislados de la vida comunitaria. Pero de alguna manera sirven 
Introducción
22
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
para plantear que dentro de las estructuras simbólicas se producen 
estructuras sociales (Bourdieu, 1987, p.29). Fue así como la mirada 
a los diversos estudios permitió optar por una postura teórico-
metodológica que viera en la actividad artesanal una representación 
de la vida de los agentes. 
En el segundo capítulo “trenzar”, buscar el método para hacer algo 
-ya jlehtic sbehlal ya’tel- se explican los conceptos de habitus, campo y 
capital de la teoría de Pierre Bourdieu y los pasos del método iconológico 
de Panofsky que ayuda a la interpretación de los bordados. 
Mediante habitus, campo y capital se puede comprender mejor la forma 
de bordar, la organización de la comunidad tseltal y de la cooperativa, y 
el reconocimiento otorgado a las mujeres por contar con un espacio de 
trabajo fuera del hogar. De esa manera es posible observar la tradición 
del bordado –preiconografía-, el proceso de elaboración que abarca la 
selección de la figura, los colores, su tamaño –iconografía-, y sobre todo, 
el mensaje de cada bordado –iconología-. Cada categoría posibilita 
expresar la importancia de observar la imagen de los bordados como 
«elementos simbólicos, descriptores de las condiciones sociales de 
su producción» (Bourdieu, 2000, 65-73). A su vez, por medio de las 
relaciones que se entablan en la actividad del bordado es posible 
identificar determinados habitus que de alguna manera sostienen 
las prácticas de las que son producto y productor (Bourdieu, 
1998, p.99). Es decir, el bordado requiere de ciertas reflexiones y 
habilidades (que constituyen el habitus) para poder elaborarlo. 
Este capítulo además de describir de manera detallada habitus, 
campo y capital como conceptos y categorías de análisis los ubica 
dentro de los aspectos del método iconológico a través de varios 
instrumentos que sirvieron como herramientas para recopilar, tomar 
contacto con las bordadoras, conocer su dinámica de trabajo tanto 
en el taller como en las comunidades que conforman la cooperativa. 
El empleo de un catálogo de imágenes diseñado a partir de los 
elementos básicos de percepción visual, sirvió para presentarse 
ante las mujeres tseltales y con ello, dialogar sobre las figuras que 
hay en sus bordados. 
23
El diálogo tuvo como base una serie de preguntas diseñadas para 
conocer el habitus de bordadora, es decir, la forma que aprendió 
a bordar, el sentido del bordado en su vida y el gusto por inventar 
figuras y combinar colores. Posteriormente, otra serie de preguntas 
posibilitaron conocer la estructura propia de la cooperativa, los 
cargos, los acuerdos y la dinámica de trabajo. Por último, otras 
preguntas sirvieron para identificar aquellos capitales que se 
intercambian y que de alguna manera hacen que las mujeres 
participen de manera organizada por medio del cual obtienen 
recursos económicos con los que ayudan a la economía familiar. 
 
Otra herramienta empleada fue la fotografía y a través de ella 
fue posible registrar acontecimientos de la vida cotidiana de las 
mujeres tseltales, como signos dentro de sus fiestas, celebraciones y 
reuniones. El uso de la fotografía también posibilitó mostrar avances 
de la investigación a las cooperativistas y con ello dar cuenta de que 
el trabajo realizado recupera su historia, su experiencia y el interés 
por preservar la herencia de sus antepasados. 
 
De esta forma, tanto habitus-campo-capital como preiconografía-
iconografía-iconología trenzaron los elementos necesarios para tomar 
contacto con la comunidad, registrar la información y sentar las bases 
para su análisis que toma como base, el gusto, la práctica y la distinción 
de las mujeres que colaboran en la cooperativa de bordados. 
 
El tercer capítulo “hilar”, de qué manera se vive la vida -bin ut’il 
ya jcuxajti c jcuxlejaltic- muestra la vida de los tseltales a través de 
actividades, cargos y saberes heredados, y también adquiridos en 
sus actividades comunitarias. 
 
El municipio de Chilón, Chiapas está habitado en su mayoría por 
indígenas de la etnia tseltal. En el municipio de Chilón el territorio está 
dividió en ejidos, estos a su vez se dividen en zonas para la siembra 
y otras para la vivienda. La vida del pueblo tseltal se desarrolla en 
un contexto muy complejo, por los intereses económicos y políticos 
que hay, por el agua, la tierra de cultivo y los bienes culturales. El 
territorio representa la conexión del hombre con la naturaleza de 
donde obtiene lo necesario para la vida. El trabajo, la convivencia 
familiar y los agradecimientos a la madre tierra son actividades 
Introducción
24
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
características de los tseltales donde de alguna manera rinden 
tributo a los antepasados, seres que les heredaron la forma de 
aprovechar los recursos sin agotar ni maltratar la vida de la milpa, 
la montaña, el rio y el cielo.
En la relación de los mayas con el entorno geográficodestaca el 
cultivo del maíz, actividad que les sirvió para decorar el rostro, la 
indumentaria de algunas deidades y también para generar signos 
para su escritura. En la actualidad los tseltales le rinden un tributo 
al maíz en altares que adornan usando el color de los granos del 
maíz para indicar los puntos cardinales. 
En otras celebraciones, los tseltales alimentan la tierra con “sangre 
animal” y “vegetal”2, esto en señal de agradecimiento por otorgarles 
alimento, casa y trabajo. La relación establecida con la naturaleza 
se expresa a través de la oración y de la fiesta, en las cuales se 
emplean objetos simbólicos, como velas, flores y alimentos. Y la 
relación con la comunidad se expresa en los cargos de principal, 
capitán, musiquero, cocinera o invitado-ayudante es posible 
identificar sistemas de organización que de alguna manera influyen 
en la dinámica social, cultural y política del pueblo tseltal. 
En muchas ocasiones la forma de hacer la fiesta plantea el 
reconocimiento de acciones que van más allá de la representación 
de rituales. «A través de las creencias puede observarse cómo se 
generan discursos mentales y orales, que varían según la posición 
social y el nivel de instrucción» (Bourdieu 1987, p.97). Es decir, por 
medio de la oración y de la fi esta es posible identificar posiciones 
sociales en prácticas como la siembra y la colecta tanto de maíz 
como de café. También es posible comprender el sentido de la 
defensa de las tierras y los ejidos. Por lo tanto, la relación entre los 
lugares de trabajo, la vida familiar y comunitaria, evidencian luchas 
y disputas por conservar saberes y tradiciones que otorgan un lugar 
dentro de la etnia tseltal (Bourdieu, 1998, p.p.18-19). 
2	 “Sangre	animal”	es	una	expresión	que	utilizan	 los	 tseltales	para	 referirse	al	 caldo	que	
preparan	 la	 carne	 de	 gallina,	 cerdo	 o	 res	 y	 “sangre	 vegetal”	 al	 caldo	 que	 preparan	
con	verduras.	Los	dos	caldos	después	 los	combinan	para	preparar	el	alimento	que	se	
compartirá	en	la	celebración,	así	representan	al	reino	animal	y	vegetal	que	la	madre	tierra	
ha	dado	a	sus	hijos	para	que	obtengan	su	sustento.
25
La vida tseltal es abundante en expresiones simbólicas relacionadas 
con el aspecto cultural y económico, como es la confección de 
bordados. El gusto por crear figuras y combinar colores origina la 
práctica de costurar, tejer y bordar. Por medio de esos saberes y 
habilidades las mujeres participan en actividades fuera del hogar ya 
sea como cuidadoras de la tierra, promotoras de salud, catequistas 
o empresarias. 
La participación de la mujer en la comunidad posibilita la formación 
de espacios que le permiten formar parte de proyectos que procuran 
conservar las tradiciones y los conocimientos tradicionales como es 
el bordado. Ser socias y no empleadas de la cooperativa otorga a 
las mujeres la satisfacción de organizarse en proyectos productivos 
que les permiten cumplir con sus labores domésticas, y a la vez, 
obtener un pago justo por sus bordados. 
El cuarto capítulo “urdir”, el trabajo de la cooperativa de bordados 
-bin ut’il yomol ya x’atejoncotic ta snahlul mambajel chombajel 
luchiyej- expone la práctica del bordado dentro de la cooperativa, 
conformada por ocho secciones. La diversidad de los lugares de 
procedencia de las socias posibilita tener varios bordados, pues 
cada una de las comunidades registra figuras y colores diferentes 
dependiendo de lo observado en su entorno. 
Las mujeres se organizan en una cooperativa porque les posibilita 
mantener elementos de su cultura. La cooperativa es un espacio de 
trabajo en donde las mujeres toman acuerdos para la participación 
en reuniones dentro y fuera de su comunidad. La organización de la 
cooperativa se basa en el sistema de cargos cuya función principal 
es procurar la distribución de tareas, y de beneficios económicos 
de manera equitativa. De esta manera se determinan lineamientos 
de participación, líneas de producción y requisitos de calidad. 
Las mujeres organizan la entrega de sus bordados al almacén y 
posteriormente piensan sobre el siguiente proyecto a confeccionar, 
no sin antes observar las necesidades a cubrir dentro de sus hogares. 
En cada una de las secciones las mujeres elaboran actividades 
diferentes, que tienen que ver con el bordado, el tejido y la costura. 
Introducción
26
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Esta división del trabajo ha originado que algunas mujeres sean 
reconocidas por su habilidad de bordar, otras por su experiencia 
y otras por la cantidad de trabajo que entregan al almacén. Vemos 
pues que la cooperativa es un espacio históricamente constituido, 
con tareas específicas y leyes de funcionamiento propias donde sus 
participantes invierten tiempo, dinero, trabajo, experiencia y poder 
(Bourdieu, 1987, p.108). 
Las tareas de las cooperativistas son supervisadas por las 
presidentas de cada sección quienes tienen el cargo de acompañar 
a sus compañeras de comunidad, de ver que las relaciones entre 
las socias se vivan con armonía y también de entregar el trabajo 
de las mujeres al almacén para posteriormente entregar su pago a 
cada socia. A la presidenta la apoyan la secretaria y la tesorera, ellas 
tienen que estar al pendiente de registrar la cantidad de bordado 
que cada socia elaboró. En algunas secciones hay policías, quienes 
tienen la tarea de avisar fechas de reunión importantes para la 
toma de acuerdos. 
La toma de acuerdos, la responsabilidad de los cargos y el 
acompañamiento son elementos que dentro de la vida tseltal son 
de gran importancia para mantener la armonía de la comunidad, 
que es un capital simbólico muy importante para el trabajo 
dentro de la cooperativa. En la armonía se fundamenta la cadena 
productiva, donde el control de calidad se vuelve un elemento 
significativo para las mujeres pues saben que su bordado se cotiza 
mejor si cumple con los lineamientos, además de asegurar el pago 
de su trabajo, aseguran un lugar como expertas bordadoras dentro 
de la estructura general de la cooperativa.
La cooperativa funciona con el capital económico generado por la 
inversión de sus socias y por las ganancias obtenidas de la venta de 
artesanía y por contar con algunos clientes frecuentes. Por eso la 
competencia entre mujeres cooperativistas está relacionada con la 
producción de tiras bordadas, con la originalidad de sus imágenes y 
también con el reconocimiento de otras personas, quienes valoran 
el trabajo de las mujeres y por lo que representa un espacio laboral 
en una comunidad indígena. 
27
La condición de la mujer, su habilidad por bordar y la presencia de los 
antepasados son elementos que de alguna manera se manifiestan 
en la difusión y promoción de las artesanías que se elaboran con el 
bordado. La calidad de los artículos, la variedad de los bordados han 
hecho posible la conciliación de acuerdos con otras cooperativas de 
la región. También, se ha buscado la distribución de los productos 
en el extranjero, pues el contacto con espacios para la venta dentro 
del territorio chiapaneco ha resultado poco favorable porque en 
ocasiones se toma la mercancía a consignación. 
A pesar de que la cooperativa tiene pocos espacios para la 
comercialización de su producto, hay mujeres de otras etnias que 
reconocen el trabajo, la organización y la creatividad de jLuchiyej 
Nichimetic y en ocasiones piden su consejo, como una forma de 
animar el corazón. Este sería uno de los capitales más fuertes de 
la cooperativa, porque para los indígenas compartir la experiencia, 
apoyarse en su trabajo es un signo de que la sabiduría de los 
antepasados se comparte con otros pueblos hermanos. 
Por último, el capítulo cinco “tejer”, la sapiencia de los antepasados 
se manifiesta en los bordados - bin ut’il sp’ijil yo’tan jme’ jtatic ta 
xchicnaj ta sluchiyej antsetic- establece los elementos simbólicos 
de las figuras y colores utilizados para la creación de los bordados, 
así como del proceso de elaboración que combina elbordado en 
punto de cruz, el tejido en telar de cintura y la costura a mano o 
en máquina. La mayoría de las mujeres aprendió a bordar en su 
infancia, y su proceso de aprendizaje se basa en la convivencia 
entre madres e hijas o también con las abuelas (Bourdieu, 1990, 
p.34). Se aprende observando y practicando, y con ello se logra 
conservar la memoria de los antepasados. Por eso, saber bordar, 
es saber observar la naturaleza, escuchar el corazón y armonizar 
con la comunidad. Por lo tanto, bordar es moverse dentro de una 
espacio lleno de relaciones, que hace a las bordadoras conocerse y 
reconocer en otras la creatividad (Bourdieu, 2000, p.79). 
La creatividad de las mujeres es una habilidad desarrollada por medio 
de la observación, tanto de la naturaleza como de las personas expertas 
que saben abstraer figuras que distribuyen en un lienzo con el mismo 
Introducción
28
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
cuidado con el que distribuyen la semilla en la milpa. Cada espacio 
del lienzo alberga una figura y un color y juntos construyen una 
historia mediante la cual, se registra la biodiversidad del entorno, tal 
como lo hicieron los mayas en sus libros.
Por medio de las imágenes las mujeres captan la vida animal, 
vegetal y simbólica de la montaña, el río, la milpa y el cafetal. 
Por eso los diseños de los bordados son tan variados, existen 
bordados compuestos con por lo menos cien tipos de flores. 
De igual manera la representación del arcoíris, las estrellas y las 
cruces son un tema que continuamente las mujeres plasman en 
sus lienzos bordados.
Cada uno de los signos no tiene un significado particular; sin 
embargo, la representación de la flor, en forma de margarita, 
rosa, azucena o cempasúchil puede hablar de una comunidad, de 
la fiesta a la virgen o bien, de las bendiciones otorgadas a través 
de las palabras del pat’otan, que son el diálogo más íntimo de 
la persona con Dios, la tierra y los antepasados expresados de 
manera pública. De alguna manera, al conservar la memoria de 
la comunidad a través de la imagen se mantiene la relación entre 
los seres supremos, la vida presente y el inframundo que sirven 
como pretexto para generar composiciones que se desplazan y 
simbolizan los tres niveles. 
La simetría, la repetición, la sobreposición de las figuras que 
conforman la imagen hacen posible que la combinación de los 
colores refuercen los principios de ritmo, dirección, semejanza 
y pregnancia de los bordados. Estos principios estéticos tienen 
como intención principal marcar un estilo de trabajo que de 
alguna manera hace que las mujeres de la cooperativa sean 
consideradas verdaderas artistas en el campo del bordado. 
El arte del bordado tseltal radica, en gran medida, en el manejo 
que hacen de la imagen; de manera semejante a como los mayas 
hicieron los glifos, a través de la unión de varios grafemas. 
Cada figura está elaborada con cruces bastante articuladas 
geométricamente. La distribución en el lienzo toma en cuenta 
29
la cantidad de veces que una figura se repetirá, pero a la vez, 
posibilita la combinación de colores, de tal manera que lleguen 
a estar cercanos y con ello generar un lienzo multicolor. Esta 
secuencia favorece la lectura del bordado como lo hacían los 
mayas en las páginas de sus códices. 
El cálculo matemático está presente en cada figura, primero 
porque se cambia de dimensión el objeto a bordar; después 
porque se busca una secuencia dentro de la tela, y por último, 
por los colores que se colocan de tal manera que se rellenan 
las áreas y con ello se crea una sensación de tridimensionalidad. 
Esos efectos visuales favorecen el sentido de pertenencia a una 
comunidad donde cada uno de los elementos representa una 
parte importante para el equilibrio y la armonía del ser humano 
con su entorno.
En cada una de las figuras es posible apreciar el sentido de 
pertenencia que tienen los tseltales a su cultura, que está llena 
de signos sobre la vida, la armonía con el cosmos, la naturaleza 
y la herencia de los antepasados. La relación existente entre los 
seres divinos, la vida cotidiana y la presencia de antepasados 
favorece que el pueblo tseltal mantenga un interés por la 
producción de imágenes que narran la vida de la comunidad de 
manera muy similar a los mayas en el período clásico. Además, 
la imagen de los bordados sirve para que cada comunidad se 
distinga por medio de las figuras y colores que las mujeres 
portan en su traje tradicional.
Esta investigación teje la vida de un pueblo indígena cuya sabiduría 
ancestral genera una serie de actividades que unen la parte de 
la fe, con la subsistencia y la memoria. Por eso, el recorrido que 
se hace por la historia de la civilización maya y tseltal facilitan la 
comprensión de elementos simbólicos que se manifiestan en la 
organización comunitaria, como en las expresiones estéticas. De 
esa manera, el arte se vuelve un elemento indispensable para 
comprender la compleja red de relaciones, que toma en cuenta 
la habilidad, la producción y sobre todo, el valor simbólico de los 
productores de imágenes. Así como los dinteles y las estelas, los 
Introducción
30
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
bordados de las mujeres tseltales dan testimonio del dominio 
de una actividad que no se queda estanca en la producción de 
artículos para la venta al turista, por el contrario, se trata de una 
actividad mediante la cual, se construye un tejido sobre la vida 
social, política, cultural, económica y religiosa.
Cada uno de los capítulos de esta investigación tiene la intención 
de mostrar la cosmovisión como elemento que mantiene unidos 
a los mayas y los tseltales a través de la producción de imágenes. 
Por eso, el bordado posibilita reconocer una actividad que lejos 
de manifestar las habilidades estéticas, es una muestra de la 
organización comunitaria, el sentido de vida, la apropiación de 
la historia, la conformación de espacios de trabajo y sobre todo, 
la habilidad por hacer que las figuras y los colores mantengan la 
identidad de una comunidad indígena (ver. Fig. 2). 
31
Figura 2. 
Esquema	de	los	capítulos	de	la	investigación.	Dibujo,	VML.
34
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Introducción
En este primer capítulo de la investigación se analizan diversos estudios sobre los mayas y los tseltales con el fin de conocer aspectos relevantes sobre la organización 
comunitaria y su cosmovisión expresada en muchas ocasiones 
por medio de la imagen. 
Los estudios mayas abordan los temas de la geografía, las 
expresiones artísticas, el desarrollo astronómico y la agricultura 
(Freidel, Schele y Parker, 2001). En ocasiones las investigaciones 
describen una civilización, esplendorosa, diversificada, muy 
bien organizada y, sobre todo, dueña de una sabiduría sin igual 
(Arroyo, 2001). Esta forma de dar a conocer la cultura maya ha 
favorecido la creación de literatura sobre la historia del pueblo 
en forma de leyendas. Por otra parte, algunos estudios muestran 
la cotidianidad de los mayas, es decir, describen el impacto 
económico y social de la edificación de complejos asentamientos 
humanos que propiciaron la deforestación del entorno debido 
a la gran cantidad de árboles, agua y piedra que se necesitaba 
para construir y mantener las construcciones. 
 
Otros estudios, proponen la continuidad de la civilización maya y 
su cultura en los pueblos indígenas (Vos, 2001). En este sentido, 
las investigaciones sobre indígenas, abordan aspectos de la 
lengua (Paoli, 2001), la fiesta (Maurer, 1984), la organización 
comunitaria; y algunos dan a conocer proyectos para generar 
empleos o desarrollar la cultural y la economía (Mejía, 2004). 
 
El conocimiento de los mayas y de los tseltales posibilita la 
comprensión de la construcción de estructuras sociales basadas 
en el respeto del entorno a través de los seres supremos y los 
antepasados (Breton y Arnauld, 1995). En el agradecimiento por 
los bienes materiales se manifiestanuna serie de acciones que 
desencadenan formas de actuar, de organizarse y de relacionarse. 
Los bienes, los saberes, los deseos se entrelazan para desarrollar 
35
Capítulo uno. TRAMAR. Preparar el camino. 
Ya jchahpantic te beh.
una serie de comportamientos mediante los cuales, se ponen en 
juego prestigios, reconocimientos y prácticas. 
Los mayas desarrollan con gran habilidad la talla en piedra, la 
pintura mural y la creación de objetos por medio de la cerámica, 
además del arte plumario, y el diseño de indumentaria, donde 
de manera sorprendente crearon una serie de normas para el 
tratamiento de las imágenes, de tal manera, que se observaran 
tres dimensiones a partir de la sobreposición de elementos. De esa 
forma, los dinteles, las estelas, los detalles de ornamentación en 
objetos y construcciones tienen la particularidad de representar la 
vida presente, y su relación con los seres supremos y el inframundo. 
Es así como a partir de la conceptualización de posiciones simbólicas 
se desencadena una gran cantidad de elementos gráficos que hizo 
del arte maya, un elemento de distinción, entre ciudades-estado, 
como con otras culturas.
Además, el registro de las observaciones astronómicas, el cálculo del 
tiempo para la siembra y las actividades comerciales posibilitaron 
el desarrollo de sistemas de comunicación que hicieron uso de 
la lengua y la escritura. Elementos que de alguna manera se han 
utilizado para relacionar a las diferentes comunidades que en la 
actualidad expresan mucha de su relación con el entorno.
Los pueblos indígenas actuales conservan la relación entre el 
ser supremo, la vida cotidiana y los antepasados. Así, se vuelven 
a manifestar tres niveles de relación que dan sentido a una 
cosmovisión cuyo motor principal se mueve en la búsqueda de la 
armonía entre los miembros de la comunidad y su entorno. Estos 
elementos influyen en el desarrollo de actividades cuyo recurso 
principal es la imagen. 
A través de la elaboración de artesanías, los pueblos indígenas del 
estado de Chiapas han desarrollado estrategias para la conservación 
de saberes, creación de empleos y, sobre todo, de la creación de 
redes de relaciones entre miembros de la misma comunidad, con 
36
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
otras etnias y con el mercado local, nacional e internacional. La 
venta de productos desencadena una derrama económica que 
se genera usando como elemento la relación simbólica entre la 
persona y su entorno. 
Entre intereses simbólicos y económicos, la imagen conforma un 
universo de acciones y relaciones con la intención de mostrar 
sentimientos y pensamientos aunados con la interioridad de los 
agentes. Es decir, el agradecimiento a los seres supremos y a la 
naturaleza se hace visible a través de algunos objetos, como el 
maíz, las flores, las aves y los colores. Cuando estos elementos se 
juntan se expresan ideas que toman un sentido para los pobladores 
de la comunidad.
Para explicar la importancia del desarrollo de sistemas de 
comunicación, en este capítulo se explica cómo a partir de la 
figura del maíz, los mayas crearon algunos de los signos de su 
escritura, además de retomar el valor simbólico de sus colores. 
Estos elementos se transforman en parte del cuerpo, a través de la 
decoración corporal y en la indumentaria. El adorno se vuelve una 
actividad que demanda cierto tipo de especialistas y de materiales, 
con ello se activan elementos que necesitan ser organizados desde 
los aspectos económicos, sociales, culturales y políticos. 
El estudio de los aspectos estéticos, culturales, sociales, religiosos y 
políticos encontrados en el trabajo visual de los mayas y en la generación 
de proyectos indígenas dan la posibilidad de comprender en entorno 
simbólico de dos culturas que hacen que la imagen las vincule.
Este capítulo en particular, tiene la intención de reconstruir y 
analizar los estudios que las disciplinas de la historia, la arqueología, 
la antropología y el arte han realizado a partir de relacionar la 
vida cotidiana con la cosmovisión de los mayas y los tseltales. La 
observación de elementos simbólicos como el maíz y su aplicación 
en la gráfica sirve de elemento base para comprender el sentido 
de la gráfica maya, observable en elementos que adornaban 
el ambiente y el cuerpo de los mayas, logrando así, construir un 
mercado donde el arte fue una pieza clave para el intercambio 
entre distintos pueblos (ver. Fig. 3). 
37
Figura 3. Esquema de los contenidos del capítulo uno. Dibujo VML. 
38
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Lugar y tiempo
Localización geográfica
La zona maya se extendió por los países de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, y en México, 
en los estados de Tabasco, Chiapas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo (ver Fig. 4). Se calcula 
que «el área ocupada por los mayas fue de 350,000 kilómetros cuadrados, con características 
geográficas y climatológicas diferentes» (Cortina y Miranda, 2007, p.14). 
La totalidad del territorio maya suele dividirse en tres zonas por la diversidad de su geografía 
y recursos naturales. La zona norte es una extensa planilla con algunas elevaciones y el agua 
es escasa pero puede encontrarse en forma de aguadas, sartenejas y cenotes. Esta región 
corresponde propiamente a Yucatán. La zona central tiene tres importantes sistemas fluviales, los 
ríos Usumacinta, Grijalva y Motagua; algunas de sus regiones tienen partes que salen al Golfo de 
México y al Mar Caribe. Por último, la zona sur ocupa el Altiplano de Chiapas y de Guatemala y la 
vertiente del pacífico. Las características geográficas de lugar son sus volcanes activos, cuentas 
lacustres, bosque de hojas perenne, lluvias bien definidas y un clima extremoso (Cortina y Miranda, 
2007; Breton y Arnauld, 1995). 
El estudio de la región, particularmente de algunas de las ciudades-estado posibilita conocer los 
intereses y condiciones que se establecieron para crear relaciones mediante el intercambio de 
recursos y poderes que bien pueden ser identificados como capital social, capital económico, 
capital cultural y capital simbólico (Bourdieu, 1998). Es decir, el capital social se manifiesta en la 
organización comunitaria, donde existían una serie de jerarquías con el fin de crear funciones y 
tareas que estaban relacionadas con la vida religiosa y la construcción de edificios y la agricultura. 
En cuanto al aspecto económico se observa en aquellos acuerdos de intercambio entre las 
ciudades-estado y entre otras poblaciones mesoamericanas. El aspecto económico hizo posible 
que materiales para la construcción, alimentos, objetos y herramientas se intercambiaran y 
con ello fortalecer cada uno de los espacios mayas. Ese intercambio económico tuvo normas y 
acuerdos que posibilitaron la creación de registros y documentos. En el ámbito cultural se da, 
en el aprovechamiento de material para la construcción de templos, palacios, espacios de juego 
y de sacrificio. Estos espacios a su vez demandaron el desarrollo de actividades como la pintura, 
la escultura y el grabado para poder expresar el sentido de relación humano-ser supremo. En 
el aspecto simbólico se observa en el sentido de apropiación de elementos de la naturaleza. La 
interpretación de los signos de la escritura, de la orientación de las ciudades y los ornamentos 
religiosos que sirvieron para poder crear normas de conducta, registros astronómicos y el sentido 
39
Capítulo uno. TRAMAR. Preparar el camino. 
Ya jchahpantic te beh.
Figura 4. Territorio ocupado por los mayas en en le perido cláciso. Dibujo	VML	basado	en	Schmidt,	P.,	de	la	Garza,	M.	y	Nalda	E.	(1998).	Los mayas.	México:	CNCA.	
40
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Figura 5. Paisajes	y	fauna	del	teritorio	maya.	Fotografías,	VML	e	internet. 
estético observable en la gráfica maya. Cada pueblo tenía plantas, animales, tierras, que les 
otorgaba un valor frente respecto al resto de comunidades. Por eso, la riqueza geográfica del 
espacio ocupadopor los mayas está registrada en la escritura, los murales y vasijas que guardan 
también el registro de la época en que se elaboraban (ver Fig. 5). 
41
Capítulo uno. TRAMAR. Preparar el camino. 
Ya jchahpantic te beh.
Períodos
El territorio maya tuvo influencia de varios pueblos Mesoamericanos; sin embargo, mantuvo su 
propia identidad a lo largo de diferentes períodos (Ruz, 1981). El primero de ellos se da entre los 
años 2500 a 2000 a.C., un tiempo también conocido como arcaico, cuya principal característica es 
el dominio de la caza, la pesca y la recolección, actividades que se fueron perfeccionando para dar 
cabida a una etapa llamada de transición, que abarcó del 2000 al 1500 a. C.
Después viene un tiempo llamado preclásico y dentro de esta etapa se reconocen tres momentos. 
El primero de ellos fue el preclásico temprano (1500 a 1000 a.C.), donde las influencias de la cultura 
olmeca se manifiestan en el uso del calendario, la cuenta larga y en los primeros bosquejos del 
sistema de escritura. En el preclásico medio (800 a 300 a.C.), los mayas construyen las primeras 
ciudades, centros religiosos y políticos. Para el preclásico tardío (300 a.C. a 300 d.C.), el desarrollo de 
las ciudades se fortalece y en las Tierras Altas toma fuerza Kaminaljuyu, mientras que en las Tierras 
Bajas, Mirador y Tikal se vuelven dos ciudades sobresalientes; en este tiempo la escritura tiene mayor 
desarrollo y se emplea para registros calendáricos y dinásticos (Breton y Arnauld, 1995). El área que 
habitaron los mayas recibió influencia de otras culturas como la chicomusolteca, náhuatl y zapoteca, 
en aspectos económicos, culturales, políticos y de organización comunitaria (Esponda, 2001). 
El florecimiento de la cultura maya se da en el período clásico (300 a 900 d.C.) con el desarrollo de 
la ciencia, las artes y la organización sociocultural. Durante la época se crean ciudades-estado que 
mantenían independencia lo cual favoreció la creación de alianzas o sometimientos entre ellas. 
Con una adecuada armonía entre la sociedad y el exuberante medio tropical, y una economía basada 
principalmente en la agricultura y el comercio, los mayas lograron notables avances en las ciencias y 
las artes; erigieron grandes centros urbanos con edificios públicos y habitacionales que delimitaban 
amplias plazas conectadas por largas calzadas o avenidas. Alrededor de los monumentales edificios 
políticos y ceremoniales, los palacios y templos, con el frente de sus casas orientadas hacia los puntos 
cardinales, se ubicaban los barrios de los artesanos, los comerciantes y los agricultores.
La adaptación de la sociedad con el entorno sirvió para que la civilización maya levantara diversos 
complejos arquitectónicos. Los mayas aprovecharon la piedra, los árboles, el agua como elementos 
básicos de la construcción de edificios, templos, palacios y viviendas. Así los mayas lograron 
notables avances en las ciencias y las artes, y con ello el florecimiento cultural en grandes ciudades 
como Palenque, Yaxchilán, Bonampak, Toniná (ver Fig. 6), Tikal, Copán, Edzná, Uxmal, Cava, Sayil, 
Cobá, Becán y más de 300 sitios. De esta manera los pobladores se apropiaron del lugar, y de un 
amplio patrimonio simbólico, el cual también tuvo una repercusión directa en los sistemas sociales 
y culturales de la región (Arroyo, 2001). 
42
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Bonampak
Yaxchilán
Figura 6. Principales	ciudades	mayas	dentro	del	territorio	chiapaneco. Fotografias,	VML.	
43
Capítulo uno. TRAMAR. Preparar el camino. 
Ya jchahpantic te beh.
Palenque
Toniná
44
Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
La arquitectura estaba vinculada con la astronomía. La observación del cielo sirvió para que los 
mayas reprodujeran algunas constelaciones en el diseño de las ciudades. La orientación del sol y 
las estrellas se utilizaron para generar un juego de luz entre las construcciones con la finalidad de 
indicar solsticios y equinoccios que indicaban el ciclo para la agricultura (Drakic, 2009). 
Por otra parte, el lugar permitió la observación astronómica y con ello los registros mediante la 
pintura, la escultura y el grabado. A través de imágenes que combinaron elementos místicos y de 
la naturaleza, los mayas hicieron posible el desarrollo de códigos visuales por medio de los cuales 
dieron a conocer su dominio sobre otros pueblos. 
 
Según David Freidel, Linda Schele y Joy Parker (2001) las imágenes se basan en la concepción del 
tiempo y del espacio, en mitos sobre la creación y la vida agrícola en torno al cultivo del maíz. 
La vida de los mayas se basaba también en la relación con los seres supremos, las relaciones 
cotidianas y el inframundo. En este sentido, los saberes y el lugar donde se ponen en práctica 
mantienen y muestran una relación de temporalidad, una «movilización práctica del pasado y la 
anticipación práctica del futuro inscrito en el presente en un estado de potencialidad objetiva» 
(Bourdieu, 1995a, p.95). 
… cada elemento de la cosmología maya nos llevara a unos cuantos temas centrales básicos: la 
creación del cosmos; el ordenamiento del mundo de los seres humanos y de los dioses y de los 
antepasados del Otro Mundo; el triunfo de los seres humanos ancestrales sobre las fuerzas de 
la muerte, la descomposición y la enfermedad por medio de la astucia y del engaño; el milagro 
del verdadero renacimiento a partir del sacrificio, y los orígenes del maíz como sustancia del 
cuerpo y alma mayas (Freidel, et.al, 2001, p.39). 
 
El período clásico posibilita comprender que el esplendor de los mayas no radicaba únicamente 
en el dominio de técnicas de construcción, pintura y escultura. La dinámica social que poseían 
creaba una serie de funciones de tipo político, económico y cultural donde el elemento simbólico 
desencadenaba oficios, servicios, roles y conocimientos que de alguna manera se intercambiaban 
entre las diferentes ciudades-estado. Por tanto, el gusto por la imagen, no corresponde únicamente 
al aspecto artístico, sino a la forma en que expresaban su dominio sobre el territorio y otros 
pueblos. 
 
En muchas de las escenas, grabadas o pintadas en las construcciones se ven los grupos de poder, 
su control sobre áreas lejanas, y la cobranza de tributos para los reyes y deidades. Esto se observa 
a través de luchas y conquistas cuyo objetivo principal no era el dominio sobre otro pueblo, sino el 
sacrificio para su Ajaw3 y con ello mantener la armonía con los seres supremos y los antepasados. 
3	 Ajaw	palabra	del	maya	clásico	que	se	utiliza	para	como	sinónimo	de	“régule”,	“señor”,	“dirigente”,	“rey”	o	“líder”;	pero	este	término	
abarca	a	todos	los	miembros	de	la	casta	gobernante,	y	no	solo	a	un	individuo.	El	título	de	ajaw	también	le	fue	concedido	a	la	casta	
sacerdotal	maya.	También	fue	el	nombre	del	vigésimo	día	del	calendario	ritual	de	los	mayas.
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Capítulo uno. TRAMAR. Preparar el camino. 
Ya jchahpantic te beh.
… ciudades estado en perpetua guerra unas contra otras y regidas por reyes que se proclamaban 
de sangre divina. Las guerras no tenían por objeto la anexión de territorios, sino la imposición 
de tributos y la captura de prisioneros. La guerra era el deber y el privilegio de los reyes y de la 
nobleza militar. Los prisioneros pertenecían a esta clase y su destino final era el sacrificio. (Paz 
en Breton y Arnauld, 1995, p.73). 
 
El registro de las guerras en estelas, dinteles y murales propició que las ciudades fueran reconocidas 
por su arte. La implementación de técnicas de grabado, la elaboración de pigmentos y la maestría 
de los trazos sirvieron como una muestra del dominio de la naturaleza para la creación de 
ornamentos. El saber reconocer el material necesario, como piedras, plantas, tierras y algunos 
animales, generó el intercambio comercial entre las ciudades. 
Las rutas de comercio y navegación fueron otro de los elementos que caracterizaron el 
período clásico. Los mayas tenías rutas y zonas para la comercialización de vegetales,frutas, 
pescados, mariscos, telas, comida y algunas herramientas. El intercambio regional posibilitaba el 
fortalecimiento de las ciudades y de sus habitantes, tanto por la adquisición de bienes, como por 
el complemento a la dieta. 
Las actividades agrícolas relacionadas con el comercio hicieron que los mayas conocieran diversos 
tipos de plantas, algunas de ellas comestibles y servían como complemento a su dieta a base de 
maíz. Otras plantas, se utilizaban con fines curativos. El desarrollo de la medicina natural propició una 
serie de documentos escritos en cuadernillos doblados, donde los dibujos y los colores indicaban las 
propiedades curativas de las plantas, las regiones donde se podía encontrar y la forma de usarlas.
Las imágenes generadas en el período clásico son una muestra de la habilidad de poder plasmar 
pensamientos y creencias de manera visual. La puesta en común de significados y de interpretación 
de signos, es un elemento característico de este período. Además, por medio de la combinación 
entre lengua, escritura e imagen fue posible desarrollar una gran cantidad de información que 
narra la cronología, los señoríos, las conquistas que los mayas lograban con las guerras. El registro 
de esos acontecimientos demandó el uso de piedra, agua, cal y árboles de tal manera que crearon 
la desforestación de grandes extensiones de tierra y este hecho sirve para señalar que la armonía 
entre el maya y la naturaleza como parte de su propia concepción de vida plena se vio seriamente 
afectada (Breton y Arnauld, 1995; Cortina y Miranda 2007; Drakic, 2009). 
Los bienes culturales que los mayas lograron tener, son parte de la apropiación de material que 
posibilitó el intercambio de tipo económico y simbólico. La creación de oficios es un buen ejemplo de 
cómo los mayas aprovecharon su creatividad para desarrollar sistemas de comunicación que daban 
testimonio de la conquista lograda en los ámbitos de la ciencia, la agricultura, la guerra y también en 
el comercio. Esto podría explicarse con lo que Bourdieu menciona sobre el uso del capital: 
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Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
Así los bienes culturales pueden ser objeto de una apropiación material que supone el capital 
económico, además de una apropiación simbólica, que supone el capital cultural. De allí que 
el propietario de los instrumentos de producción debe de encontrar la manera de apropiarse, 
o bien del capital incorporado, que es la condición de apropiación específica, o bien de los 
servicios de los poseedores de este capital: es suficiente tener el capital económico para 
tener máquinas; para apropiárselas y utilizarlas de acuerdo con su destino específico (definido 
por el capital científico y técnico que se encuentra en ellas incorporado) hay que disponer, 
personalmente o por poder, del capital incorporado. […] Todo parece indicar que en la medida en 
que se incrementa el capital cultural incorporado a los instrumentos de producción (al igual que 
el tiempo incorporado necesario para adquirir los medios de apropiárselo, o sea, para atender a 
su intención objetiva, su destino y su función) la fuerza colectiva de los propietarios del capital 
cultural tendería a incrementarse, a menos de que los dueños de la especie dominante del 
capital no estuvieran en condición de poner a competir a los poseedores del capital cultural 
(Bourdieu, 1979, p.4). 
El desarrollo adquirido posibilitó el crecimiento de diferentes regiones, por la habilidad que 
tuvieron los mayas de implementar sistemas de organización comunitaria basadas en el respeto 
a los seres supremos. El sentido de armonía se manifestó en el arte, por eso la producción de 
estelas, murales, piezas de alfarería es una muestra de la exteriorización del pensamiento maya. 
Por tanto, en la concepción y producción de piezas de arte maya es posible observar una especie 
de iconografía política, es decir, los objetos de arte tuvieron la función de enunciar el poder, el 
domino a otras ciudades-estado, el sacrificio de prisioneros, por mencionar algunos de los temas 
principales del arte maya (González, 1998). 
Con el paso del tiempo, los mayas se vieron obligados a dispersarse por la zona de la selva, al 
escasear los recursos para la construcción y el mantenimiento de las ciudades-estado. Los señoríos 
de la zona sur se desplazaron hacia el norte y el oeste y en sus nuevos asentamientos se observan 
influencias de comunidades mexicas. En este momento, el comercio comienza a ser el eje principal 
de la vida maya y con ello cambia la dinámica sociocultural. Esta etapa de la vida de los mayas se 
conoce como período posclásico y abarcó del 1200 a 1400 d.C. (Domenici, 2006). 
Dispersión de los mayas y formación de las comunidades indígenas. 
Se cree que fue alrededor de 1800 a.C. los inik o huastecos y los winik o mayas se desplazaron 
hacia el área septentrional; los primeros se establecieron en la zona del Golfo, en la Huasteca, 
y los segundos continuaron hacia el sureste y Centroamérica, y se establecieron en los Altos 
Guatemaltecos y Chiapanecos, con lo cual se produjo una diversificación étnica y lingüística allá 
por el años 260 d.C. (Hopkins, 1970, p.203, en Esponda, 2001). 
Es hasta 1200 d.C. (período posclásico) que los pueblos ahora llamados tseltales, tsotsiles y choles 
se establecen en diversos poblados de las montañas de Chiapas (ver Figura 7). Las comunidades 
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Capítulo uno. TRAMAR. Preparar el camino. 
Ya jchahpantic te beh.
Figura 7. 
Comunidades	indígenas	de	Chiapas. 
Dibujo VML.
mantuvieron la cosmovisión y la expresión en rituales a pesar de la modificación de la estructura 
social (Freidel, et.al., 2001). La conservación de elementos culturales y simbólicos favoreció a la 
creación de nuevas formas de organización comunitaria regidos a través del sistema de cargos tanto 
para la parte civil como religiosa y, el sistema de gobierno por asamblea (Breton, 1984; Pitarch, 1996). 
La relación con la tierra, los antepasados y las actividades de la vida cotidiana se convierten en 
un eje para el desarrollo comunitario. La relación que mantienen los pueblos con la cosmovisión, 
que de alguna manera favoreció el desarrollo sociocultural, como menciona López Austín, «la 
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Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
cosmovisión […] tiene su fuente principal en las actividades cotidianas y diversificadas de todos 
los miembros de una colectividad que, en su manejo de la naturaleza y en su trato social, integran 
representaciones colectivas y crean pautas de conducta en los diferentes ámbitos de la acción» 
(s.f, p.26). Esto posibilita comprender que «la cosmovisión indígena era una representación del 
mundo compartida por todos los sectores de la sociedad» (Florescano, 2000, p.27). 
De manera particular, la relación entre el hombre y la tierra mantiene un lazo con los antepasados. 
La forma de cultivar la tierra así como la combinación de semillas crea una identidad en los grupos 
étnicos. Además, la distribución del territorio hace que las comunidades desarrollen sistemas de 
comunicación y de intercambio económico constante. Por tanto, pueblos que aparentemente 
están muy dispersos el uno del otro, ven en la separación de sus comunidades un elemento 
de unión con el ambiente. Bartolomé, (1992, p.19), comenta que «para los pueblos nativos la 
tierra no representa solamente un medio de producción; un bien que pueda ser equitativamente 
intercambiado por otro bien de similar naturaleza […] El territorio […] posee […] una geografía 
mítica que lo define y lo significa, […] en el mismo espejo que su tradición simbólica». 
Sin embargo, la llegada de los españoles en el siglo XVI ocasionó una modificación en la vida de los 
pobladores indígenas. En 1527 después de vencer a los chiapa, los españoles lograron someter a 
los cacicazgos tsotsiles y tseltales. Un año más tarde, Diego de Mazariegos logró la colonización de 
territorios que habían formado el patrimonio de extensos cacicazgos precolombinos (de Vos, 1992).La dispersión del territorio fue un pretexto para obligar a las poblaciones nativas a nuclearse en 
aldeamientos de inspiración castellana (Bartolomé, 1992). La situación de violencia a la que fueron 
sometidas las poblaciones estuvo marcada por el interés de desmembrar estructuras sociales que 
conservaban grados diferenciados de autonomía (Nahmad, 1999). 
En 1545 arribó al territorio chiapaneco fray Bartolomé de las Casas con 22 dominicos dispuestos a 
evangelizar a los indios que llevaban veinte años de sometimiento español. Los dominicos por su 
parte edificaron un convento en el cual ocuparon a pobladores nativos para el servicio, además, 
familias enteras comenzaron a habitar los alrededores del convento. El modelo de fincas trajo 
consigo la implementación de sistemas de organización comunitaria diferente a la que los indígenas 
tenían. Además, la edificación de templos y casas habitación hizo que los indígenas conocieran el 
arte y la arquitectura, que de alguna manera integraron detalles de la iconografía maya. 
En 1547 los españoles se establecen en el territorio maya y comienzan una conquista espiritual. 
El estilo de vida español era completamente diferente al de los pueblos indígenas. La concepción 
del tiempo, los ciclos para la agricultura, la enfermedad, ya no eran parte de la relación entre 
entorno y persona. Esas expresiones, los españoles las interpretaron como supersticiones. Los 
indígenas se rebelaron y para contrarrestarlos, los españoles destruyeron todos los indicios que 
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fomentaban la adoración a lo que ellos consideraron ídolos (Boccara, 1995, p.p.161-173). El sentido 
de superioridad que tuvieron los españoles obstaculizó la comprensión de expresiones diferentes 
de manifestar la fe en celebraciones que buscaban mantener una armonía con el entorno. El 
interés por someter, dominar y modificar la cultura y los recursos económicos propició violencia 
que abarcaron aspectos de tipo simbólico, económico, cultural, político y religioso.
Al imponerse el modelo de economía y sociedad colonial, los principales pueblos indígenas 
fueron sometidos al sistema de encomienda y reducción. Para los españoles la dispersión de 
las comunidades indígenas era signo de idolatría porque no comprendían la relación hombre-
naturaleza. De esta manera, el paisaje se comienza a modificar con la idea de “modernizar” y el 
sentido sagrado de las montañas y la selva es violada por la explotación de recursos naturales y 
por la intromisión de nuevos tipos de cultivo. 
En 1712 los “zendales” encabezan la primera rebelión indígena contra la orden colonial. El 
levantamiento se originó en Cancuc, extendiéndose hasta la región de la alta montaña y de la 
selva. La inconformidad por la miseria y sujeción, el hambre y las epidemias llevaron al consejo de 
ancianos a convocar a tseltales, tsotsiles y choles a enfrentarse por la vía violenta y con ello lograr 
la reivindicación de los derechos a tener una vida digna. Para 1713, las tropas federales lograron 
sofocar el levantamiento. 
El trato a los indios pocas veces fue modificado a pesar de existir algunas normas y leyes que 
mencionaban el respeto a las tradiciones y a la forma de vida de los indígenas, pero en el fondo, 
lo que se buscaba era el fortalecimiento de los españoles. Así, en 1822, se instauró otra ley que 
obligó a las comunidades indígenas a agruparse en cabeceras municipales, que favorecieron a 
ricos y mestizos que concentraban el poder económico y político de la región. 
Hacia finales de la década de 1860 surgió una nueva insurrección armada, esta vez encabezada por 
los tsotsiles del municipio de Chamula e involucró a tseltales de Tenejapa. Se dice que el motivo fue 
el culto a un ídolo nativo lo que desató la llamada guerra de Castas o rebelión de los Cuzcat, la cual 
concluyo en 1870. Y la consecuencia de ese enfrentamiento fue el sometimiento de los tsotsiles y 
los tseltales obligándolos a trabajar en el campo para el terrateniente y, trabajar en su casa (Pisani, 
1995, p.p.45-54). A cambio, obtenían autorización para trabajar una parcela y de hacer uso de 
pastos y bosques de la hacienda. Marta Turok comenta, que los hombres eran los encargados de 
salir a cumplir con esas tareas, mientras que las mujeres se encargaban de las actividades de la 
casa, mientras realizaban tareas de tipo artesanal relacionadas con el tejido y el bordado, tareas 
que de alguna manera sirvieron para que los españoles sintieran tener un dominio sobre el vestido 
de los indígenas, sin embargo, para los indígenas esas actividades favorecieron la conservación de 
saberes ancestrales relacionados con la abstracción de elementos de la naturaleza a través de la 
imagen y el color (Turok, 2003). 
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Mayas y tseltales, una identidad tejida en la vida.
La importancia de la indumentaria en las comunidades indígenas radica en la el sincretismo que las 
mujeres lograron tener al combinar material y expresión, es decir, los estambres, telas, hilos y encajes 
sirvieron para mantener su relación con la tierra y los antepasados. Este elemento se describirá con 
más detalle en el capítulo tres cuando se hable de la participación de la mujer en la vida comunitaria. 
Expresión gráfica
Los conquistadores compilaron una muestra del arte, la vegetación y la fauna local y los llevaron 
a Europa con la finalidad de exhibir las riquezas del nuevo mundo. Fue hasta 1784 que Carlos III, 
rey de España, financió las primeras exploraciones a la región de Palenque (Baudez, 1995, p.p.51-
71). De este modo, desde el siglo XVIII los diversos grupos indígenas empezaron a ser relacionados 
entre sí y con los restos materiales de un remoto pasado, vestigios silenciosos de sus grandes 
antecesores (Schmidt, de la Garza y Nalda, 1998). 
La extensa producción gráfica de los mayas ha originado el estudio de técnicas, materiales 
y mensajes, a partir de los cuales se ha logrado comprender el sentido estético y filosófico 
que las imágenes tuvieron en la sociedad maya. El trabajo gráfico es una muestra del sentido 
organizativo, persuasivo y distintivo que lograron crear a través de todo el material que elaboraron 
particularmente en la época clásica. 
Para Romero-Infante (2006), la gráfica maya es ejemplo de la documentación de saberes en torno 
a la conservación del ambiente, como una especie de código que da pistas sobre la relación que 
el ser humano deber tener con el medio ambiente. De alguna manera, observa en los mayas un 
sentido de empresa, cuyo capital principal era la elaboración y documentación de información 
referente a su organización comunitaria y a su manera de expresar la cosmovisión. En los elementos 
utilizados para explicar e indicar la imagen aparecen diferentes lenguajes a través de los cuales 
se construye la cultura. Es decir, entre información y códigos, imágenes y colores se aprecian 
equivalencias semánticas, sistemas codificantes (Eco, 2005) que en las artes visuales se reconocen 
como estructura, y la estructura en las ciencias sociales marca la relación entre la función de la 
información y la participación de los agentes para apropiarse de ella. 
Por tanto, el trabajo artístico de los mayas sirve para comprender los sistemas simbólicos como 
“estructuras estructuradas”, es decir por medio del reconocimiento de sensibilidades, intenciones, 
gustos e intereses, se conoce a quienes elaboran las imágenes y los que las interpretan. Es decir, 
se crea un sistema de comunicación cuyo objetivo principal es narrar el ejercicio del poder que los 
mayas tuvieron, tanto en la configuración de ciudades-estado, como en el dominio sobre otros 
pueblos (ver Fig. 8). Ese ejercicio de poder también se expresaba a nivel simbólico, de esa manera, 
las imágenes «por ser instrumentos de conocimiento y comunicación los símbolos hacen posible 
el consenso sobre el sentido del mundo, promueven la integración social» (Bourdieu, 1999, p.39). 
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Ya jchahpantic

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