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Módulo 8 Patología Vascular Pulmonar. Ricardo Gómez Tejada Capítulo 31 Conceptos de Circulación Pulmonar. Manuel Vázquez Blanco Existen dos circuitos de flujo sanguíneo al lecho vascular pulmonar. Uno de ellos es el circuito bronquial (1 a 2% del volumen minuto sistémico) con bajo flujo, alta presión y resistencia alta, que conduce sangre oxigenada a presión sistémica a los tejidos del pulmón y al árbol traqueo-bronquial. La sangre retorna por vía venosa a la aurícula izquierda como sangre parcialmente oxigenada y define el así llamado shunt fisiológico. Por su parte, el circuito pulmonar conduce sangre venosa con baja presión de O2 de todo el organismo, que desde el circuito sistémico retorna al lado derecho cardíaco y se dirige por las arterias pulmonares hacia los alvéolos, para cumplir el intercambio gaseoso. El circuito pulmonar puede definirse como de baja presión y resistencia vascular, con un flujo ligeramente menor al sistémico, en relación al cortocircuito fisiológico mencionado. En condiciones normales y a nivel del mar la presión sistólica en la arteria pulmonar, oscila entre los 18 y 25 mmHg, la diastólica entre los 8 y 10 mmHg, la presión arterial pulmonar media (PAPm) entre 12 y 15 mmHg y la presión capilar entre 7 y 8 mmHg. Cuando la PAPm supera los 25 mmHg en reposo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), queda definida la hipertensión pulmonar (HP). El aumento de la presión en el circuito pulmonar depende de diferentes mecanismos fisiopatológicos y puede observarse en diferentes enfermedades. En el año 1998, un grupo de expertos, propuso una clasificación de la HP basada en aspectos clínicos y fisiopatológicos. Esta clasificación fue luego modificada en diferentes oportunidades, hasta que, en el año 2013, se propuso la clasificación actual. Existen versiones más recientes, pero los cambios no son sustanciales. Clasificación de la hipertensión pulmonar (Niza 2013) Grupo 1: Hipertensión arterial pulmonar. En este grupo se incluyen una serie de enfermedades o procesos que, por diferentes mecanismos, producen vasoconstricción y remodelamiento de las arteriolas pulmonares. Este proceso incrementa progresivamente la resistencia vascular pulmonar y ocasiona sobrecarga del ventrículo derecho, insuficiencia ventricular derecha y muerte (tabla 1): Grupo 2: HP asociada a enfermedades del corazón izquierdo. El aumento de presión en la aurícula izquierda, se transmite en forma retrógrada al lecho pulmonar. En esta situación, es necesario para mantener el flujo, el incremento de la presión. Este aumento, inicialmente pasivo, puede generar en algunos pacientes y por razones aún no aclaradas, un incremento del tono vascular con remodelamiento de las estructuras arteriolares y luego HP reactiva. En algunos casos (no siempre), estos cambios son reversibles cuando se resuelve la enfermedad cardiaca (tabla 2). Grupo 3: HP asociada a enfermedades pulmonares y/o hipoxia. La hipoxia en condiciones fisiológicas, genera vasoconstricción pulmonar con el objetivo de adecuar la relación ventilación/perfusión: Este estimulo actuando en forma crónica, junto con la reducción del lecho vascular observado en algunas enfermedades pulmonares, incrementa la resistencia al flujo y eleva la presión pulmonar. El aumento de la presión en este grupo puede observarse en la tabla 3: Grupo 4: HP tromboembólica crónica y otros trastornos que ocluyen la circulación arterial pulmonar La obstrucción del lecho vascular pulmonar por trombos u otros procesos, puede incrementar la resistencia y como consecuencia la presión pulmonar (tabla 4). Grupo 5: HP multifactorial de mecanismo no claro En este caso el mecanismo es multifactorial o bien, no claramente establecido (tabla 5). Cuando se habla de HP se incluye a todos los grupos, mientras que el término hipertensión arterial pulmonar (HAP) suele aplicarse para mencionar a la HP del grupo 1: Este diagnóstico solo puede sostenerse una vez que se ha efectuado el cateterismo cardiaco y se han descartado otras causas. Desde un punto de vista hemodinamico, la Hipertensión Pulmonar puede clasificarse a su vez en precapilar, PAPm ≥25 mmHg y la presión capilar pulmonar es ≤ 15 mmHg. Bajo esta denominación se incluyen los grupos 1, 3, 4 y 5. Poscapilar: Cuando la presión pulmonar media es ≥ 25 mmHg y la presión capilar pulmonar es ≥15 mmHg. Bajo esta denominación se incluye el grupo 2 y en algunos casos el 5. Tabla1: 1.1 HP idiopática 1.2 HP hereditaria 1.2.1 Por mutación de línea germinal en el gen que codifica el receptor tipo 2 de la proteína morfogénica del hueso (BMPR2) 1.2.2 Por mutación en el receptor de activina-kinasa tipo 1, o endoglina (ALK 1) 1.2.3 Desconocida 1.3 Inducida por drogas o toxinas 1.4 Asociada con:: 1.4.1 Enfermedad del tejido conectivo 1.4.2 Infección HIV 1.4.3 Hipertensión Portal 1.4.4 Cardiopatía congénita 1.4.5 Esqistosomiasis 10 Enfermedad pulmonary veno-oclusiva y/o hemangiomatosis capilar pulmonar 10 0 . Hipertensión pulmonar persistente del recién nacido (HPPRN) Tabla 2 2.1 Disfunción sistólica ventricular izquierda 2.2 Disfunción diastólica ventricular izquierda 2.3 Enfermedad valvular 2.4 obstrucción del tracto de entrada/salida del ventrículo izquierdo congénita/adquirida y las miocardiopatías congénitas Tabla 3 3. Hipertensión pulmonar debida a enfermedad pulmonar y/o hipoxia 3.1 Enfermedad pulmonary obstructiva crónica 3.2 Enfermedad intersticial 3.3 Otras enfermedades pulmonares con trastorno mixto 3.4 Tastornos respiratorios del sueño 3.5 Trastornos de hipoventilación alveolar 3.6 Exposición crónica a gran altitud 3.7 Enfermedades pulmonares del desarrollo Tabla 4 4.1 Hipertensión trombo embolica crónica 4.2 Otras obstrucciones de la circulación arterial pulmonar 4.2.1 Angiosarcoma 4.2.2 Otros tumores intravasculares 4.2.3 Arteritis 4.2.4 Estenosis congénita de las arterias pulmonares 4.2.5 Obstrucción por parásitos (ej. Esquistosomiasis) Tabla5: Hipertensión pulmonar con mecanismos multi-factoriales no aclarados. 5.1 trastornos hematológicos: anemia hemolítica crónica, trastornos mieloproliferativos, esplenectomía 5.2 Enfermedades sistémicas: sarcoidosis, histiocitosis pulmonar, linfangioleiomiomatosis 5.3 Enfermedades metabólicas: glucogenosis, enfermedad de Gaucher, afecciones tiroideas 5.4 Otros: obstrucción tumoral, mediastinitis fibrosante, insuficiencia renal crónica, HP segmentaria Diagnóstico y Tratamiento de la Hipertensión Pulmonar Ricardo A. Gómez Tejada El diagnóstico de la HP suele realizarse en forma tardía. Es decir, los signos y síntomas son evidentes cuando la HP tiene una evolución considerable. Así, será útil considerar el concepto de detección de la HP, esto es evaluar el riesgo de enfermedad entre los distintos grupos de la clasificación de HP y aplicar procedimientos diagnósticos en etapas tempranas. A continuación, revisaremos los elementos diagnósticos clásicos y actuales. Clínica: los síntomas son inespecíficos: disnea de esfuerzo, fatigabilidad y debilidad. Los pacientes suelen relacionarlos a su enfermedad de base y se “adaptan” a ellos. Así, se demora la detección de HP. Asimismo, las manifestaciones más llamativas como síncope ó dolor torácico anginoso acontecen en fases ya avanzadas. Los signos del examen físico suelen tener un inicio sutil y deben buscarse sistemáticamente: inspección del cuello para detectar una onda “a” de pulso venoso prominente; auscultación cardíaca con un 2° ruido de aumentado, además de 4° ruido y soplo de insuficiencia tricúspide, aumentado durante la inspiración. puede reconocerse el impulso palpable en el 2° espacio intercostal derecho por dilatación de la arteria pulmonar. Los datos clásicos de fallo ventricular derecho (VD): 3°ruido, soplo diastólico en el foco pulmonar, cianosis, edemas y hepatomegalia pulsátil señalan una enfermedad avanzada. Estudios Complementarios: el ECG y la Rx de tórax (frente y perfil), son estudios valiosos para detectar HP por su disponibilidady bajo costo. Aun con limitaciones en cuanto a sensibilidad y especificidad, el ECG puede ofrecer hallazgos relacionados a la hipertrofia del VD, (desviación del eje eléctrico a la derecha, ondas R altas en V1, ondas S profundas en V5, V6), y también a la dilatación de aurícula derecha (onda P de voltaje elevado en D2, D3 y aVF). Otros hallazgos compatibles con HP son el QT prolongado y el bloqueo de rama derecha. La Rx Tórax puede indicar el crecimiento de las cámaras derechas ó de la propia arteria pulmonar, aunque estos rasgos suelen ser tardíos. Figura 1. Asimismo, la Rx Tórax es valiosa en HP de grupo 3, donde el enfisema y la fibrosis son enfermedades relevantes y también en algunos casos asociados la ETEV (grupo 4). La evaluación funcional respiratoria es parte esencial del diagnóstico. Se aplica para evaluar diagnósticos diferenciales, grados de compromiso e incluso pronóstico de la HP. Así, el descenso de FVC en la espirometría y de la TLC en los volúmenes pulmonares estáticos con DLCO disminuida se asocia con restricción en presencia de fibrosis pulmonar. El hallazgo de FEV1 inferior a 60% predicho en un paciente con DLCO disminuida es consistente con enfisema. Estos datos sirven para reconocer pacientes del grupo 3 de HP y se han de complementar con la elevación de la Presión arterial pulmonar medida por cateterismo para ejercer decisiones sobre terapéutica y pronóstico. La gasometría arterial puede expresar hipoxemia en HP, aunque su correlación con las evaluaciones hemodinámicas es limitada. El test de marcha de 6 minutos junto con la oximetría de pulso evalúan la distancia recorrida durante un esfuerzo submáximo y tiene valor como elemento de seguimiento para la HP y como guía en las intervenciones terapéuticas. El test de difusión de CO (DLCO) es un índice sensible del intercambio gaseoso pulmonar. Expresa determinados niveles de severidad y además, indica pronóstico en las distintas formas de HP. En efecto, valores de DLCO inferiores a 45% del predicho se relacionan a bajas tasas de supervivencia a 1 año. Reconocida la asociación del síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHOS) con HP, la polisomnografía nocturna debe agregarse entre los recursos diagnósticos. Ciertos centros de referencia realizan pruebas de ejercicio pulmonar integrado, para obtener patrones graduados de variables cardiorrespiratorias (p.ej. el pico de consumo de O2, la reserva ventilatoria y la producción de CO2 en relación a la ventilación por minuto) durante un esfuerzo máximo. Otros métodos complementarios a considerar son el BNP (péptido natriurético en sangre), la centelleografía de ventilación/perfusión y los estudios de imágenes como cardio resonancia magnética. El ecocardiograma es una herramienta clave en la detección de HP. Debe practicarse regularmente ante la sospecha de esta entidad. La técnica ecocardiográfica realiza una estimación de la presión sistólica de arteria pulmonar –PSAP- basada en la velocidad pico de regurgitación tricuspídea (TRP, en abreviatura inglesa) y el cálculo de la presión auricular derecha (RPA, ídem.). Conceptualmente, se insistirá en que el ecocardiograma no es suficiente para apoyar decisiones de tratamiento y no sustituye al estandard de oro diagnóstico: el cateterismo de corazón derecho. Este estudio consiste en la colocación de un catéter intravascular en medio quirúrgico, con adecuado control de imágenes y dirigido hacia el lado derecho del corazón. Permite determinar los parámetros esenciales que definen la HP: presión arterial pulmonar media, la presión de enclavamiento (presión wedge), la resistencia vascular pulmonar y conjuntamente el volumen minuto cardíaco. Como síntesis, las guías 2015 de las European Society of Cardiology y European Respiratory Society de HP han definido determinantes de alto riesgo para la sobrevida en pacientes con HP: a) presencia de signos clásicos de fallo cardíaco derecho; b) celeridad en la progresión de los mismos; c) episodios frecuentes de síncope; d) clase funcional IV de disnea; e) test de marcha < 165m; f) BNP > 300 ng/L; g) Imágenes de ecocardiografía (ó cardioresonancia magnética) con área aurícula derecha >26 cm2; h) presión de aurícula derecha >14mmHg, índice cardíaco <2 l/min/m2 y saturación venosa de O2 <60%, según el cateterismo de corazón derecho. Se muestran en la Figuras 2 y 3 los algoritmos diagnósticos actuales según las guías 2015. Terapéutica en la Hipertensión Pulmonar. El tratamiento en la HP será guiado por algoritmos, que dirigen un recorrido por caminos de diagnóstico diferencial hacia determinado grupo de la clasificación de HP (figuras 2 y 3). Sin embargo, existen medidas generales y tratamiento de sostén (3) que deben aplicarse con amplio criterio: Medidas Generales: a) Evitar el embarazo en pacientes con diagnóstico de HPA; b) Inmunización contra influenza y neumococo; c) apoyo y asesoramiento psicológico–social; d) entrenamiento supervisado de ejercicio físico en pacientes con decondicionamiento e HPA, bajo tratamiento médico; e) oxigenoterapia suplementaria para viajes aéreos, con CF III y IV que registren hipoxemia de reposo (<60 mm Hg); f) anestesia epidural en vez de general para cirugías electivas, siempre que sea posible; g) limitar la actividad física intensa, toda vez que aparezcan síntomas significativos ó de disconfort , Tratamiento de Sostén: 1) el uso de diuréticos se recomienda en pacientes con HAP y signos de falla cardíaca derecha ó retención hídrica; 2) la oxigenoterapia continua de largo plazo debe aplicarse en HAP, ante la evidencia de hipoxemia de reposo (<60 mm Hg); 3) Puede ser necesario considerar el uso de anticoagulantes orales en la forma idiopática de HP, en la forma hereditaria y en la asociada al uso de anorexígenos; 4) Debe realizarse la corrección de anemia ó estados sideropénicos, en caso de presentarse. Finalmente, existen nuevas dogas con indicación en Hipertensión de grupo 1, que se hallan en activo desarrollo actual, que pueden aplicarse en planes como monondrogas y combinadas. Aunque los detalles exceden los alcances del texto, recomendamos observar el algoritmo de Gallié (figura 4), y considerar las conclusiones recomendadas por los expertos internacionales. Conclusiones: La HAP es una patología de múltiples etiologías con una mortalidad excepcionalmente elevada, pese a las terapéuticas conocidas. Los tratamientos disponibles deben enfocarse a beneficiar los pacientes de acuerdo con: a) detección temprana y tratamiento precoz; b) el tratamiento ha de estar dirigido a metas específicas y con secuencia de combinaciones, es decir estrictamente reglado; c) el tratamiento también a de estar dirigido a metas específicas después de un tratamiento inicial combinado; d) reconocidos tres mecanismos farmacológicamente activos (prostanoides, endotelinas y óxido nítrico), se han de aplicar las drogas relacionadas, sus distintas vías de administración y considerar sus combinaciones. Referencias Simonneau G., Gatzoulis MA, Adatia I y col. Updated clinical classification of pulmonary hypertension. J Am Coll Cardiol 2013;62:D34-D41. Jimenez SA, Derk CT. Following the molecular pathways toward an understanding of the pathogenesis of systemic sclerosis. Ann Intern Med 2004;140:37-50. Gallié N, Humbert M, Vachiery JL y col. 2015 ESC/ERS Guidelines for the diagnosis and treatment of pulmonary hypertension. European Heart Journal doi:10.1093/eurheartj/ehv317 Leyendas para las figuras: Figura 1: Datos característicos en la radiografía de tórax en un paciente con hipertensión pulmonar avanzada: a) oligohemia en campos pulmonares superiores (flechas en los vértices); b) dilatación de el tronco de la arteria pulmonar (segundo arco en la radiograía de frente y flecha en la de perfil. Figura 2: algoritmo de diagnóstico de la hipertensión pulmonar. Figura 3: algoritmo de diagnóstico de la hipertensión pulmonar. Figura 4: los test de vasorreactividad (*) deben aplicarse en HAP (grupo 1) para la formaIdiopática de Hipertensión Pulmonar (IPAH), Hipertensión pulmonar inducida por drogas (DPAH) y la forma hereditaria de Hipertensión Pulmonar (HPAH). Adaptado de Gaille N, et al., Eur Heart J 2015; 46:903- 75. Figura 1 Figura 2: Figura 3 Figura 4: Enfoque del tratamiento actual de la HAP. Capítulo 32 Enfermedad tromboembólica venosa Mariano E. Mazzei La enfermedad tromboembólica venosa (ETEV) es la condición por la cual uno o varios coágulos migran a través del sistema venoso y se impactan en la circulación pulmonar. Casi el 90 % de estos coágulos se originan de las venas profundas de los miembros inferiores y pelvis, aunque también pueden provenir de los miembros superiores. Este continuo entre el desarrollo de trombosis venosa profunda (TVP) y la tromboembolia pulmonar (TEP) constituye la ETEV. La ETEV es la tercera causa en frecuencia de enfermedad cardiovascular con una incidencia entre 100/200 cada 100.000 habitantes. La ETEV puede tener desenlace fatal en su comienzo, o llevar a una enfermedad crónica e incapacitante, la hipertensión pulmonar por tromboembolismo pulmonar crónico (HTPTEC). El TEP es la presentación clínica más seria de la ETEV, pero su epidemiologia es difícil de determinar. La presentación clínica es variable: asintomático, hallazgo incidental, presentación típica e incluso muerte súbita. El TEP es una causa importante de internación, morbilidad y mortalidad. Un tercio puede presentarse como TEP agudo fatal y casi 60% de las muertes resultarían de episodios de TEP no diagnosticados. Factores predisponentes. Rudolf Virchow fue el primero en describir el fenómeno de embolismo y trombosis en la mitad del siglo XIX, identificando tres factores principales que contribuyen a la aparición de trombosis venosa: estasisvenoso, hipercoagulabilidad, e injuria endotelial. Factores de riesgo adquiridos: El riesgo de una cirugía mayor es elevado. Sin profilaxis el 20% de los pacientes tendrá TVP y casi un 2%, TEP. Este riesgo es aún mayor en la cirugía ortopédica de cadera y rodilla, con desarrollo de TVP hasta un 50% de los pacientes. Asimismo, la incidencia de TEP fatal es de 0,1 a 0,4 % en cirugía general, y entre 1 a 5% en cirugías de cadera, rodilla, trauma o lesión de la médula espinal. Ciertamente, cualquier tiempo de inmovilización en pacientes hospitalizados por causas médicas también aumenta el riesgo de TVP. El embarazo es la causa más común de ETEV en mujeres menores de 40 años. El uso de anticonceptivos orales y la terapia hormonal de reemplazo también aumentan el riesgo de ETEV, según el estrógeno empleado. Los pacientes oncológicos son un grupo particular en riesgo, especialmente en neoplasias de pulmón, páncreas, mama, próstata, estómago y tracto urinario. En general, el cáncer aumenta el riesgo de ETEV entre 4 a 6 veces, así como la recurrencia y mortalidad en estos pacientes. Además, se ha registrado ETEV sin causa definida hasta en 10 % de pacientes a quienes se les detecta una neoplasia en los 2 a 3 años posteriores del seguimiento clínico. Esto expresa la relación de las enfermedades oncológicas, así como la trombocitosis esencial, la policitemia vera y ciertas formas de leucemia para aumentar el riesgo de ETEV. Factores de riesgo hereditarios: Mutación del factor V: También conocido como factor V Leiden, es la predisposición hereditaria más común, informada en 5% de los pacientes en un estudio como mutación heterocigota. Esto incrementaría hasta 10 veces del riesgo de ETEV. Los sujetos homocigotas tendrían dicho riesgo multiplicado hasta 80 veces. Esta mutación impide la normal actividad anticoagulante de la actividad de la proteína C activada. Adicionalmente interactúa con otros factores como embarazo y anticonceptivos. Mutación de la protrombina (protrombina 20210): se encuentra presente en el 2-4% de la población general, y aumenta el riesgo entre 3 a 4 veces. Deficiencia de antitrombina III son menos frecuentes, pero resultan significativas. Existen otras anormalidades heredadas menos importantes. Fisiopatologia: El TEP interfiere tanto con la oxigenación como con la circulación y en efecto, la mayoría de los pacientes que fallecen lo hacen por falla ventricular derecha. La presión de la arteria pulmonar se eleva si se encuentra afectado más del 30-50% de los vasos pulmonares. Al efecto mecánico del trombo que produce trastorno circulatorio, ha de sumarse la acción de los mediadores de la vasoconstricción. El aumento de la resistencia en el árbol pulmonar determina dilatación del ventrículo derecho, y compromiso de sus propiedades mecánicas. El aumento de la presión y el volumen del VD, ocasiona aumento de la tensión parietal y estiramiento de las fibras cardiacas, activación neurohumoral inotrópica y cronotrópica. Se agrega a ésto vasoconstricción sistémica. Los mecanismos compensadores incrementan la presión de la arteria pulmonar, mejoran el flujo a través del árbol vascular obstruido y estabiliza temporalmente la presión sistémica. Dado que la capacidad de adaptación del VD es limitada, la compensación determina un deterioro hemodinámico progresivo. Esto es, desplazamiento del septum interventricular hacia el VI, desincronización de la contracción ventricular, alteración del lleno ventricular en diástole y por ultimo caída del volumen minuto e inestabilidad hemodinámica. Diagnóstico: Los síntomas y signos de la ETEV son inespecíficos, lo que hace difícil su diagnóstico. Ciertos síntomas incrementan la sospecha de ETEV: disnea, dolor pleurítico, hemoptisis o síncope. Aunque la presentación con hipotensión y shock no es frecuente, dichos eventos son marcadores de alta mortalidad. El proceso diagnóstico interrelaciona la probabilidad clínica de ETEV y el uso de los estudios complementarios de diagnóstico. Este proceso comienza por adjudicar objetivamente una probabilidad clínica (p.ej. con el Score de Wells) asignando un valor cuantitativo a las características clínicas del paciente: ETEV previa, taquicardia mayor a 100 por min., cirugía ó inmovilización en las 4 semanas previas, hemoptisis, cáncer activo y en especial, signos de TVP ó concomitancia de otro diagnóstico menos probable que TEP. Se definen tres categorías de posibilidad de ETEV: baja (10%), intermedia (30%) y alta (65%). Establecida la probabilidad clínica, los estudios complementarios deben ser obtenidos según categorización, p.ej., si el paciente es de baja o media probabilidad clínica, un valor normal de dímero D (DD) por un método de alta sensibilidad- ELISA- descarta la ETEV. Por el contrario, su positividad no la confirma, sino que hace que deba ser sometido a otros métodos diagnósticos. En la actualidad el método preferido es la realización de una angiografía por tomografía computada (ATC), de alta sensibilidad y especificidad para descartar la ETEV en conjunto unido a la probabilidad clínica pre test. El otro escenario es la alta probabilidad clínica o la inestabilidad hemodinámica: en este caso si la ATC se encuentra disponible se debe realizar como primer estudio diagnóstico. Si esta fuera positiva se debe tratar según la estratificación del riesgo. Su negatividad obliga a buscar otras causas de inestabilidad hemodinámica (infección, infarto de micardio, etc) o seguir buscando la ETEV por otros métodos Estratificacion y tratamiento: Una vez diagnosticado el paciente con ETEV, se debe estratificar la severidad del episodio según los hallazgos clínicos. Existen calificaciones de severidad clínica para identificar a los pacientes de bajo riesgo, quienes pueden realizar tratamiento ambulatorio o internados en una sala de internación general. En cambio, los pacientes en alto riesgo, requieren tratamiento agresivo y monitoreo en unidades de cuidados críticos. El uso de biomarcadores (BNP y troponina), así como el compromiso de las cavidades derechas en el ecocardiograma son parámetros útiles de riesgo elevado El tratamiento en la mayoría de los episodios de ETEV es la anticoagulación,con heparina no fraccionada o con heparinas de bajo peso molecular. Éstas tienen la ventaja de aplicarse en forma subcutánea y tener una biodisponibilidad predecible. La anticoagulación previene el crecimiento del coágulo y da tiempo a que el sistema fibrinolítico del organismo lise el trombo. En cambio, en aquellos pacientes con inestabilidad hemodinámica, una terapia más agresiva como la reperfusión debe ser adoptada; puede realizarse por vía endovenosa mediante trombolisis sistémica (con estreptoquinasa) o mediante cateterismo. En los casos de tromboembolismo masivo, se puede considerar la embolectomía quirúrgica. Referencias: Wells PS, Anderson DR, Rodger M et al, Excluding Pulmonary Embolism at the bedside without diagnostic imaging. Management of patients with suspected pulmonary embolism presenting to the emergency department by using a simple clinical model and D-dimer. Ann Intern Med 2001; 135:98:107. H Hipertensión pulmonar por tromboembolismo crónico Mariano E. Mazzei La hipertensión pulmonar por tromboembolismo crónico (HTPTEC) es una enfermedad que tiene dos componentes: la obstrucción de los grandes vasos pulmonares por trombos y la remodelación en los vasos no obstruidos. El diagnóstico de este tipo de hipertensión pulmonar es de suma importancia, ya que su tratamiento como primera opción terapéutica es quirúrgico: la tromboendarterectomia pulmonar (TEAP). La historia natural de la enfermedad tromboembólica es la lisis de los trombos y la restauración del flujo normal dentro del árbol vascular pulmonar, pero en un porcentaje bajo de los pacientes (0,1- 9,1% en los 2 primeros años) los trombos no se resuelven y la obstrucción permanece en el tiempo. Esto hace que los vasos no afectados sufran un aumento del flujo y de presión, desarrollando con el tiempo lesiones plexiformes análogas a las observadas en la hipertensión arterial pulmonar del grupo 1 (HAP). Según las características del árbol vascular pulmonar, debe haber más del 60% de los vasos obstruidos para que aumente la presión en la circulación. Los signos, síntomas y hallazgos en los estudios complementarios son similares a los hallados en los pacientes con HAP: disnea en esfuerzo, síncope, dolor anginoso, falla ventricular derecha y síndrome de bajo volumen minuto. El antecedente de haber presentado un episodio de tromboembolia pulmonar no es regular y en algunos casos existen sólo episodios intermitentes en que los pacientes están sintomáticos. Se deberá obtener un centellograma de ventilación/perfusión. La bibliografía indica una sensibilidad entre 96–97% y una especificidad entre 90–95% para el diagnóstico de HTPTEC. Metodológicamente, la arteriografía pulmonar por angiografía resulta inferior a los valores mencionados y no es la prueba de elección para la detección en estos pacientes. Un centellograma V/Q compatible con HTPTEC será a su vez, complementado con el estudio angiográfico. La arteriografía pulmonar permitirá evaluar la zona de la obstrucción de las arterias pulmonares y de esa forma planear la cirugía. Además de la localización de la lesión, debe considerarse especialmente la existencia factores relevantes del paciente para la indicación quirúrgica: a) comorbilidades cardiovasculares, b) clase funcional de la disnea y c) estado clínico general. Como se ha dicho previamente el tratamiento de elección en esta enfermedad es la TEAP, una cirugía que consiste en remover los coágulos ya incorporados al árbol vascular pulmonar (figura 1) y así, desobstruir las ramas de las arterias pulmonares obstruidas. Ésta es una cirugía compleja, con hipotermia profunda y parada circulatoria para remover los coágulos. En pacientes no operables ó que presentan hipertensión pulmonar luego de haber sido sometidos a TEAP, puede abordarse el tratamiento médico con un nuevo fármaco llamado riociguat, el cual ha demostrado mejorar la resistencia pulmonar y la prueba de marcha de 6 minutos. Existen técnicas quirúrgicas en desarrollo como la angioplastia de arterias pulmonares. Leyenda para figura: Figura 1: Material obtenido de una tromboendarterectomía pulmonar: nótese el diferente tamaño de los trombos ramificándose desde arterias lobares a segmentarias y subsegmentarias. Figura 1: Material obtenido de una tromboendarterectomía pulmonar: nótese el diferente tamaño de los trombos ramificándose desde arterias lobares a segmentarias y subsegmentarias
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