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Tesis Doctorado - Mirtha Cervera Vallejos

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2 
 
“INCLUSIÓN DE LA ÉTICA EN LA FORMACIÓN DEL 
ESTUDIANTE DE ENFERMERIA EN UNA UNIVERSIDAD 
PRIVADA” 
 
Por: 
 
 Mirtha Flor Cervera Vallejos 
 
 
Presentada a la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional de Trujillo, para 
optar el Grado académico de Doctora en Ciencias de Enfermería. 
 
 
 
Jurado de Tesis: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Setiembre, 2010 
 
 
Dra. Hilda Corina Vásquez Castillo 
Presidenta 
 
Dra. Delia Aurora Lázaro Aranda 
Secretaria 
 
Dr. Enf. Sebastián Bustamante Edquén 
Miembro 
 
 
 
 
3 
 
DEDICATORIA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A mis queridísimos padres Andrés y Elva que 
ya no están conmigo por su esfuerzo y 
ejemplo de vida en sacar adelante a su hija, 
Motivándola y dándole seguridad con su 
apoyo y Firmeza en la formación recibida. 
 
 A mis queridos hermanos María, Mabel, 
Fernando Magali, Pachi y mi cuñado Miguel 
por su Motivación permanente en terminar lo 
empezado, su apoyo incondicional y sus 
sabios consejos. 
A las autoridades de la Universidad Católica 
Santo Toribio de Mogrovejo, por el Apoyo 
brindado para culminar mis estudios de 
Doctorado. 
 
4 
 
AGRADECIMIENTO 
 
 
A la Trinidad Santísima por permitirme mantenerme firme y segura en la 
búsqueda de la verdad en bien de los profesores y estudiantes de enfermería 
de la universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo 
. 
A mi asesor Dr. Enf. Sebastián Bustamante Edquén, por su sabiduría en la 
asesoría de la tesis, por su exigencia en el acto de profundizar el conocimiento 
y su desprendimiento en compartir sus experiencias de investigación para 
culminar con éxito el presente informe. 
 
A mis profesores de Ética: Dr. Luis Miguel Pastor y Dra. María Gloria Tomas 
Garrido por sus sabios consejos y directivas en la conducción de la tesis. 
 
Al Dr. Antonio Pardo, por su consejo de utilizar la ética de Leonardo Polo. 
 
A los miembros del Jurado: Dras. Corina y Delia por sus acertados aportes en 
la revisión de la tesis. 
 
A las profesoras y estudiantes de enfermería de la escuela de enfermería de la 
universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo por su acertada colaboración y 
disponibilidad en la presente investigación. 
 
A mis queridas amigas: Rosita, Helen, Amparo, Julia y Cristina por los aportes 
de su experiencia en la culminación de la tesis. 
 
 
5 
 
ÍNDICE 
 
 
DEDICATORIA 
 
AGRADECIMIENTO 
 
RESUMEN 
 
ABSTRACT 
 
PRESENTACION 
 
CAPITULO I: INTRODUCCIÓN 
 
CAPITULO II: ABORDAJE TEORICO 
 
CAPITULO III: ABORDAJE METODOLOGICO 
 
CAPITULO IV: RESULTADOS 
 
1. CONCEPCIÓN DE LA ÉTICA EN LA FORMACIÓN: 
 
1.1. Como conocimiento propio. 
 
1.2. Como imperativo para cuidar a otros. 
 
1.3. Como convivencia en el cuidado. 
 
 
 
 
 
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 2. EL TERRITORIO DE LA ÉTICA EN LA FORMACIÓN. 
 
2.1. Vinculación / Desvinculación del saber teórico con 95 
 el saber práctico de la ética. 
2.2. Personalización / banalización del sujeto frente a la 100 
exigencia de formación universitaria 
2.3. Integración / fragmentación del trato profesor – estudiante. 113 
 
3. MODELANDO LA ÉTICA EN LA FORMACIÓN 124 
3.1. Ser profesor: mostrando un actuar ético. 124 
3.2. Ser estudiante: modelando un actuar ético en las 
 prácticas de cuidado 133 
 
CAPITULO V: CONSIDERACIONES FINALES 
 Y RECOMENDACIONES 155 
 
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 175 
 
ANEXOS 181 
 
 
 
 
 
 
 
vi 
7 
 
RESUMEN 
 
INCLUSION DE LA ETICA EN LA FORMACIÓN DEL ESTUDIANTE DE 
ENFERMERIA EN UNA UNIVERSIDAD PRIVADA. 
 
Mirtha Flor Cervera Vallejos1 
Sebastian Bustamante Edquén2 
La investigación cualitativa descriptiva tuvo como objetivos: describir, analizar y 
discutir la ética en la formación del estudiante universitario de enfermería. Polo 
(2006, 2007), Domínguez (2005) y Waldow (2004-2008) son los teóricos 
referenciales. El escenario fue la escuela de enfermería de la Universidad 
Católica Santo Toribio de Mogrovejo. Chiclayo –Perú, participaron en el estudio 
9 profesoras de asignaturas troncales y 9 estudiantes del IX ciclo de enfermería, 
a quienes se les aplicó una entrevista semi-estructurada, la muestra se obtuvo 
por saturación, con precedente del consentimiento informado. El tratamiento de 
los datos se realizó por análisis temático, generándose las siguientes 
categorías: Conceptualización de la ética en la formación, con sus 
subcategorias: Como conocimiento propio; como imperativo para cuidar a otros; 
como convivencia en el cuidado. El territorio de la ética en la formación, con sus 
subcategorias: Vinculación/desvinculación del saber teórico con el saber 
práctico; Personalización/banalización del sujeto frente a la exigencia de 
formación personalizada; Fragmentación/integración del trato profesor-
estudiante. Modelando la ética en la formación, con sus subcategorias: Ser 
profesor, mostrando un actuar ético; ser estudiante modelando un actuar ético 
en las prácticas de cuidado. Como consideraciones finales se tiene que la 
formación ética incluye el autoconocimiento, el saber convivir con todos, ser 
modelos con vida ética coherente y aprender juntos; caso contrario surgirán 
problemas, desconfianza, escaso dialogo, falta de apertura, desvinculación 
teórico práctica del saber ético y banalización del sujeto. 
 
 
Palabras clave: Formación, enfermería, ética. 
 
 
1
 Maestra en Ciencias con mención en salud Pública. Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional 
Pedro Ruiz Gallo. Lambayeque–Perú. Maestra en Bioética. Programa de Postgrado. Universidad de 
Murcia. España. Doctoranda en Ciencias de Enfermería de la Escuela de Postgrado de la Universidad 
Nacional de Trujillo. E-mail mcervera@usat.edu.pe 
2
 Doctor en Enfermería de la Universidad Federal de Rio de Janeiro - Brasil. Profesor Principal de 
Facultad de Enfermería. Director Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional de Trujillo. E-
mail:edquen@gmail.com 
 
vii 
8 
 
ABSTRACT 
 
 INCLUSION OF ETHICS IN NURSING EDUCACTION IN A PRIVATE 
UNIVERSITY 
 
Mirtha Flor Cervera Vallejos 1 
Sebastian Bustamante Edquen 2 
Descriptive qualitative study, that had as objectives to describe, analyze and 
discuss ethics on undergraduate nursing education. Polo (2006,2007), 
Domínguez (2005) y Waldow (2004-2008) were the authors that offered the 
theoretical support to the study. The setting was the Nursing School of Santo 
Toribio de Mogrovejo University located in Chiclayo - Perú. The sample was get 
through saturation, using as a gathering data the semi-structured interview with 
previous informed consent, to 9 teachers from core subjects and 9 students of 
the ninth cycle. The thematic analysis of content generated 3 categories: 
Concept of ethics training with its subcategories: As self-knowledge, as an 
imperative to care for others; as living in care. The territoryof ethics in training 
with its subcategories: Linking up / Dissociation of theoretical ethical knowledge 
with practical ethical knowledge; personalizing / trivializing the subject against 
the requirement for personalized education; fragmentation / integration of 
teacher-student relationship. Modeling ethics training, with their subcategories: 
Being teacher, showing an ethical act; an act to be a student modeling ethical 
care practices. As final considerations, education on ethics must include self 
knowledge, know how to coexist, be models with a coherent ethical life and 
learn together, otherwise there will be problems, mistrust, poor dialogue, lack of 
openness, Dissociation of theoretical ethical knowledge and ethical practice and 
trivialization of the subject. 
 
Key words: Formation, nursing, ethics. 
 
 
1 Master of Science with a mention in Public Health. Pedro Ruiz Gallo Postgrade School Lambayeque – 
Perú. Master in Bioethics. Postgrade Program from Murcia University - España. Doctoral student in Nursing 
Sciences at Postgraduate school at the Public University of Trujillo. 
E-mail mcervera@usat.edu.pe. 
 
2 Doctor of Nursing at the Federal University of Rio de Janeiro - Brazil. Professor of the Nursing Faculty 
and Director of the Post Graduate School at the Public University of Trujillo. E-mail: edquen@gmail.com 
 
 
 
viii 
mailto:mcervera@usat.edu.pe
9 
 
INCLUSION DE LA ETICA EN LA FORMACIÓN DEL ESTUDIANTE DE 
ENFERMERIA EN UNA UNIVERSIDAD PRIVADA. 
 
PRESENTACION 
 
Una acuciante inquietud de comprender la ética por parte de la 
investigadora, le condujo a interesarse por el tema desde los primeros años 
universitarios. Entre 1973 y 1978, la ética en la universidad, sólo estaba como 
asignatura relacionada con el aspecto religioso; posteriormente, al terminar la 
carrera de enfermería, para colegiarse, tuvo que leer todo el código de ética y 
deontología del Colegio de Enfermeros del Perú; situación que le motivó a 
profundizar en la ética, para ello, se preocupó de asistir a seminarios 
relacionados con esta temática, sin embargo, la mayoría de conferencias eran 
impartidos por sacerdotes o religiosas. 
 
Luego, por el año 1998, le llamó la atención como el conocimiento 
enfermero tenía escasos escritos sobre ética, más no sucedía así con el 
conocimiento científico y el estético, de igual forma, pudo percibir la ausencia de 
la ética en los modelos y teorías de enfermería, sucesos que la condujeron ha 
adquirir libros, leer revistas o noticias periodísticas que hablaban de ella. 
 
Es así, como en el 2002 empezó a ejercer la docencia en la Universidad 
Católica Santo Toribio de Mogrovejo, en la recientemente fundada escuela de 
enfermería donde se pudo dar cuenta como la vida en común, llamada vida 
universitaria posibilita el desarrollo personal de todas las potencialidades de la 
persona humana, dentro de los límites que imponen las relaciones 
interpersonales, que a su vez confieren dinamismo fecundo para la realización 
de cada persona, mucho más si dentro de la misma se fragua el principio de 
“formar personas para que sean excelentes profesionales”. Pero emergió una 
interrogante ¿cuál es la base sustentatoría de esta frase?, en parte resuelta 
ix 
10 
 
cuando pudo llevar el Master de Bioética por la Universidad de Murcia. España 
del 2004 al 2006; los estudios le ayudaron ha avizorar la responsabilidad de ser 
éticos en la propia actuación profesional. 
 
En el año 2006 asumió la asignatura de deontología a nivel del IX ciclo y 
ante el panorama que percibió en el comportamiento y conducta de los 
estudiantes, la forma como las autoridades solicitaban a los profesores que 
“sean exigentes pero con excelencia”; la investigadora no dudó en afirmar que 
se presentaba la oportunidad para abordar como tema de su tesis doctoral la 
inclusión de la ética en la formación del estudiante de enfermería, además era 
una temática que no se había abordado a nivel doctoral. 
 
El estudio, no estuvo exento de limitaciones y obstáculos propios de 
quien hace asistencia 144 horas mensuales, docencia 160 horas mensuales y 
tiene un cargo de confianza en la escuela de enfermería; sin embargo, lo tomó 
como un desafío propio de quien comenzó a dilucidar que la ética no era para 
personas privilegiadas, sino que emana como resultado de la formación 
recibida. Para ello, era necesario explorar que da el profesor universitario y 
como puede dar nuevos aportes para lograr que los estudiantes de enfermería 
sean buenas personas y excelentes profesionales. 
 
El presente trabajo de investigación, aborda en el primer capítulo, la 
introducción, que contiene la problematización del objeto de estudio tratando de 
ir de lo general a lo específico, es decir se describe la demanda que la sociedad 
globalizada reclama en los profesionales de enfermería y el rol formativo de la 
universidad especialmente en ética, sus bases legales. Luego se menciona la 
realidad problema que se observa en la escuela de enfermería, unida a 
opiniones y comentarios de las profesoras, se formula el problema de 
x 
11 
 
investigación, el objeto de estudio y los objetivos, así mismo se hace mención a 
la finalidad y relevancia del estudio 
 
En el segundo capítulo, se presenta el Abordaje teórico, fundamentado 
con Polo (2006, 2007, 2008), Waldow (2004, 2006, 2008), y Domínguez (2005) 
 
En el tercer capítulo, se explica el abordaje metodológico que se utilizó 
para recolectar los datos, procesarlos y analizarlos. Se describe el escenario y 
los sujetos de investigación. Además se detallan los aspectos éticos y los 
principios de rigor científicos que se pusieron en práctica durante el desarrollo 
del estudio. 
 
 El cuarto capítulo, especifica los resultados, el análisis y la discusión de 
los datos obtenidos. Obteniéndose como primera categoría: Conceptualización 
de la ética en la formación, con tres subcategorías: Como conocimiento propio, 
Como imperativo en el cuidado de otros, Como convivencia en el cuidado. La 
segunda categoría: El territorio de la ética en la formación del estudiante; con 
tres subcategorías: Vinculación/ Desvinculación del saber teórico con el saber 
práctico; Personalización /Banalización del sujeto frente a la exigencia de 
formación integral, Integración /Fragmentación del trato profesor – estudiante. 
La tercera categoría Modelando la ética en la formación, con dos subcategorías: 
Ser Profesor: mostrando un actuar ético y ser estudiante modelando un actuar 
ético en las prácticas de cuidado. 
 
 Por último, en el quinto capítulo, se vierten las consideraciones finales, 
se puntualiza una propuesta conceptual del abordaje teórico-práctico de la 
inclusión de la ética en la formación del estudiante universitario de enfermería. 
Finalmente esta propuesta es flexible, es una construcción que podrá ser 
discutida en la docencia, asistencia gestión e investigación de enfermería. 
xi 
12 
 
CAPITULO I 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Las circunstancias económicas, políticas y sociales que caracterizan, al 
mundo, Latinoamérica y al propio País, están propiciando en las instituciones de 
educación superior, especialmente la Universidad, el desarrollo de nuevas 
estrategias caracterizadas por su exigencia y competitividad en sus procesos 
de formación, con la finalidad de responder a las demandas de una sociedad 
cambiante. 
 
Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo publica en su 
biblioteca digital el artículo de Alvarenga (2002): “La responsabilidad y el rol de 
las universidades latinoamericanas frente a los desafíos económicos, sociales y 
éticos de América latina”, donde especifica que al encontrarnos en la era del 
conocimiento, las universidades juegan un papel preponderante y vital, dado 
que a la universidad le toca formar el principal recurso de una sociedad u 
organización: el recurso humano. Para lograr tal propósito,la universidad debe 
empezar a innovarse al interior, de si misma para así poder contribuir mejor a la 
construcción de una nueva sociedad. 
 
En esta nueva construcción, la formación ética es crucial y la universidad 
constituye un espacio universal para incluirla, ya que es un centro difusor de 
cultura por excelencia. Ella y sus claustros de profesores han estado siempre 
en el vértice de las transformaciones que la sociedad impone. Así lo expresa 
Polo (1996. p. 25) “Una ética en libros no es ninguna ética; lo que existe son 
personas éticas. Por tanto, contamos con más factores reales de aquellos que 
usamos. Son los factores humanos a los que hemos de poner en forma como 
13 
 
ingredientes de la marcha de la Historia. Entonces sí que podemos proponer un 
futuro que no es el que era, un futuro nuevo”. 
 
También el informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la 
educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Dolors (1998), argumenta 
la necesidad de formar profesionales como personas íntegras, que en todos los 
ámbitos actúen con la misma transparencia basándose en valores éticos y 
sociales, que no se alteran según las circunstancias, con las habilidades para 
mantenerse en un proceso continuo de aprendizaje y formación en donde 
aprendan a: conocer, hacer, vivir con los demás; para ello la ciencia y la 
actividad investigadora de la universidad, deben estar subordinadas totalmente 
a la persona humana, hacia su perfección, que es su felicidad. 
 
Toda “alma Mater”, imprime espíritu universitario a través de su 
axiología, esto precisa la participación del profesor con su ejemplo y su palabra 
para difundirla durante los años que dura la formación. Esta axiología 
conformará la personalidad del futuro profesional, dejándole una impronta y 
peculiar manera de desenvolverse en la vida, entonces la Universidad, habrá 
cumplido su misión, sino es así, como lo expresa Polo (2006, p.3) “tanto la 
universidad como el profesor universitario languidecen y su existencia es 
puramente nominal”. 
Al respecto D‟Ors (1980, p. 37) sostiene que la universidad debe 
procurar la formación de personas que, por la superioridad intelectual y moral 
de su formación, constituyen una reserva de luz para una sociedad 
entenebrecida por el dominio de sus ídolos y es que la universidad ayuda al 
hombre como destaca Polo (2006) “a pensar, para no dar una respuesta 
inmediata a un estímulo, sino proporcionar una visión global de lo que ocurre 
en una secuencia amplia y un panorama abierto”. 
 
14 
 
Manjón, (2005) en su estudio “Algunas funciones del profesorado 
universitario para el siglo XXI: Consideraciones éticas”, determina como se ha 
hecho patente, la creencia popular de que un profesor puede ser cualquiera, 
como si surgiera por generación espontánea; defiende la posición que el 
profesor universitario tiene una responsabilidad ética y social que cumplir y ha 
de ser formado para ello. Y la formación ética debe darse para realizar, tanto 
su función investigadora, docente y evaluadora. 
 
La formación, el estudiante la recibe del profesor universitario, cultivador 
del saber superior que inculca el amor a la verdad. como lo más importante en 
la vida de una persona, para Polo (2006), “no habría una ética posible, sino 
no existiera un comportamiento recto, sino se ama la verdad”, así el 
comportamiento no recto consiste en admitir la mentira en la propia vida, en 
cambio la verdad libera y la Universidad cumple su gran tarea para con la 
sociedad, formando hombres útiles, cuya utilidad se puede medir, sobre todo, 
en términos de verdad, una verdad que también tiene que contemplar la 
universidad con relación a sus profesores. 
 
El productor en una Universidad, es exclusivamente el profesor, todo lo 
demás es auxiliar, de esta manera la universidad con su staff de profesores 
procuran a la sociedad “personas especialmente responsables de su libertad, 
capaces de resistir personalmente las presiones que la dominan, y puedan 
ayudar a otros a conseguir esa liberación que consiste en preferir el ser que 
tener” D‟Ors (1980 p. 34). 
 
Por otro lado, a pesar de las constantes crisis que ha sufrido la 
Universidad a través de los siglos, ser profesor universitario, especialmente en 
enfermería, es un reto y desafío que plantea el paradigma de la transformación, 
pues se trata de convertir a un regular estudiante, que acaba de terminar la 
15 
 
secundaria en un profesional competente, que no se realiza simplemente con 
pisar físicamente la universidad, sino que necesita de profesores expertos 
dispuestos a darse íntegros en esta tarea formativa, desde ya difícil por la 
heterogeneidad de personalidades con quien interactúa 
 
Del mismo modo, el profesor de enfermería, tiene que saber enfrentar los 
nuevos retos originados por los modelos actuales de desarrollo, tecnología, 
investigación y la producción de conocimientos, sin perder de vista al sujeto 
centro de su accionar: el estudiante de enfermería, quien fuera del claustro 
universitario debe tener la capacidad de dar respuestas y soluciones adecuadas 
y pertinentes, de modo que el proceso educativo, favorecido por un clima 
universitario adecuado le transmita no sólo el saber en sí mismo, sino el saber 
hacer. Polo (1996. p. 6) señala como un clima adecuado consolidado en la 
relación de formación recíproca de los profesores maduros con los jóvenes, 
debe ser alegre, dialógico y donde se crece en saber. 
 
 En el año 2002 la investigadora inicio su actividad intelectual y de 
convivencia universitaria, en la Escuela de Enfermería de la Universidad 
Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT), en esos días transcurridos en las 
aulas, pudo observar en los estudiantes del tercer ciclo, como una necesidad 
sentida, la preocupación de los profesores de enfermería por el desarrollo de 
los sílabos, terminar clase, revisar incluso cuadernos; en lugar de interesarse de 
tratarle como persona, corregirle, preocuparse porque su conducta, mejore 
junto con su desarrollo personal. En las reuniones de profesores la queja 
general era que el estudiante no leía, no estudiaba, o tiene poca capacidad 
crítica reflexiva, porque su nivel era bajo. 
 
 Por su parte, las autoridades académicas de la Escuela de Enfermería y 
de la misma Universidad solían referir que los estudiantes se quejaban del mal 
16 
 
trato recibido por parte de algunos profesores expresados en autoritarismo, 
preferencias por algunos estudiantes, faltas de respeto, etc. Al reflexionar 
sobre estas circunstancias, la investigadora pudo percibir, la existencias de 
desfases entre lo que dice y práctica el profesor, notándose un vacío en su 
preparación profesional y personal, para tratar y formar al estudiante de 
enfermería, quien a futuro debe cuidar a otras personas. Y, si el profesor no 
trata bien al estudiante, como le conocerá para descubrir sus potencialidades, 
para guiarle hacia el desarrollo futuro y enfrentar a una sociedad cambiante y 
exigente de la que hablamos anteriormente. 
 
Además, a partir del año 2006, la investigadora asumió la 
responsabilidad de la asignatura de deontología, en donde es básico analizar 
para saber tomar decisiones en todos los aspectos de la vida: personal, 
profesional, social y /o familiar; sin embargo, esta capacidad estaba ausente en 
la mayoría de los estudiantes, era notorio como hacían grupo, no vertían un 
comportamiento pertinente en el aula, se notaba cierto egoísmo en los trabajos 
de equipo, y una baja autoestima, manifestada en no reconocer sus 
potencialidades, sus trabajos eran plagios de Internet y tenían poca capacidad 
para reconocer sus errores. Además, en la práctica diaria, el estudiante se 
encontraba a menudo inmerso en conflictos o dilemas éticos, respecto a 
actuaciones a seguir con la persona enferma y su familia, sus compañerosy la 
institución. Esta realidad, demanda formar a los futuros profesionales de 
Enfermería para que puedan ponderar con suficiente objetividad las situaciones 
éticamente conflictivas y tomar las decisiones convenientes, fruto de una 
reflexión. 
 
El estudiante universitario de enfermería, imita a su profesor y, la 
investigadora se cuestionaba, ¿hubo preocupación verdadera para formarlos 
humanamente?. Si, había sido modelo para los estudiantes, unida al resto de 
17 
 
profesoras, si lo percibido en los estudiantes era producto de lo imitado en el 
tiempo que habían permanecido con ellos, la respuesta era evidente, ante la 
actuación de los estudiantes observado en las aulas. 
 
Entonces, si se asume el hecho de que la formación universitaria abarca 
el desarrollo de toda la persona, se debe entender que el objetivo esencial del 
proceso educativo es la conformación de una “personalidad ética”, acción 
peculiar y principal de toda universidad, que de alguna manera tiene que lidiar 
con el relativismo, como criterio de conducta impregnada en la sociedad actual, 
donde la presencia de antivalores es evidente: el abuso de tele basura, por 
parte de los jóvenes, los distractores sociales producto del consumismo y 
hedonismo; primando la búsqueda del placer sobre el esfuerzo intelectual o la 
investigación, que les conducen a optar por la holgazanería o buscar lo más 
cómodo. 
 
En otra oportunidad, los estudiantes manifestaban que sus profesores 
venían enojados, de mal humor ocasionándoles un inadecuado trato, referían 
que ellos les decían “oye niña”, en lugar de llamarla por su nombre, o los 
llamaban por el apellido, como afirma un estudiante “…se ve que la profesora ni 
siquiera conoce nuestros nombres...”; o verbalizaciones como: “…nos hemos 
quejado porque la profesora no acudió a la asesoría y se la ha cogido 
conmigo…” o la actitud expresada por la profesora que no daba confianza al 
estudiante para acercarse y preguntarle sus dudas “…esta profesora me da 
miedo…esta otra es más o menos y la de allá me manda a que yo busque 
…pero no me enseña como debo hacerlo…”. 
 
 Sin embargo, la tarea educativa se debe orientarse para ayudar al 
estudiante a que descubra y asuma su propio sentido de la vida y desarrolle al 
máximo sus potencialidades de crecimiento, en forma armónica y ponderada, 
18 
 
como lo señala Waldow (2009, p, 250), “el interés del profesor es el alumno, y 
más que lo relacionado con su disciplina, importa saber, quién es el alumno y 
cómo va a aprender a aprender”, de allí que se reclame buenos profesores que 
formen a los estudiantes integralmente, para el logro de su madurez intelectual 
y humana. 
 
De igual manera, el estudiante universitario, percibe mucho más de lo 
que el profesor directamente quiere mostrarle, detrás de sus explicaciones 
supuestamente neutras, está su idiosincrasia y su personalidad, pues a la vez 
que enseña su materia, está influyendo en los estudiantes “predicando con el 
ejemplo”, de allí que en la ley de educación Peruana 2804, en su articulo 6° 
establezca la formación ética y cívica como obligatoria en el proceso educativo, 
confirmada, por la ley universitaria 17437, articulo 2 inciso “c”, que establece 
como fines de la universidad formar humanistas, científicos y profesionales de 
alta calidad académica, de acuerdo con las necesidades del país; desarrollar 
en sus miembros los valores éticos y cívicos, así como las actitudes de 
responsabilidad y solidaridad social. 
 
Estos aspectos, señalados por la ley universitaria deben darse en toda la 
dinámica interpersonal del proceso educativo, pues la misma está impregnada 
de valores y no se puede olvidar que en el aspecto ético, lo que más se 
aprende es lo que se vive y las percepciones de la realidad en la formación 
universitaria, dista bastante de lo planteado en la ley. 
 
Igualmente, de manera específica, los deberes de todo profesor de 
enfermería están señalados en su código de ética y deontología especialmente 
en el artículo 53°; donde señala como deber, que toda profesor (a) de 
enfermería debe demostrar una sólida formación, científica, técnica y 
humanística que lo conduzca a la certificación y recertificación, para asegurar 
19 
 
una preparación profesional de alta calidad. Asimismo en el artículo 54º, indica 
como deber primordial la formación ética y deontológica de los estudiantes de 
enfermería, elevando la autoestima de las(os) futuras(os) profesionales; y en su 
artículo 55°, determina la necesidad de estimular el pensamiento analítico, 
crítico y reflexivo en la toma de decisiones éticas. 
 
Deberes que ante la realidad percibida se muestran débiles y poco 
convincentes, hacia la gran aportación que debe dar un estudiante universitario; 
su gran producto, según las apreciaciones de Polo (2006, p. 18), es 
proporcionar las élites, que son distintas en los países, dependiendo de la 
formación universitaria recibida, si esta formación fue seria o más bien 
mediocre. 
 
Asimismo, es necesario señalar que la influencia de la relación profesor-
estudiante, va más allá de la transmisión de conocimientos, debe conducir no 
sólo a realizar la competencia profesional de los estudiantes sino también su 
calidad como personas, en este sentido, a veces ocurre que existe desfase 
entre lo que se enseña y lo que se práctica, lo podemos apreciar cuando los 
estudiantes afirman “…los profesores en el aula nos dicen que apaguemos los 
celulares, sin embargo, contestaban los suyos cuando timbraban…” , o “…nos 
dicen que nuestra vestimenta es inadecuada y no se da cuenta la profesora 
que ella la lleva más inadecuada que la nuestra…”, igualmente por parte de las 
profesoras, perciben como el estudiante justifica con facilidad el incumplimiento 
de sus deberes, al ser sorprendidos en faltas de verdad, las niegan o 
manifiestan desagrado ante la exigencia de la profesora tachándola de seria o 
poco comunicativa. 
 
Del mismo modo, la percepción de las imposiciones por parte de algunos 
profesores donde se ve afectada la libertad de decisión y de elección de los 
20 
 
estudiantes, con ausencia de diálogo, teniendo como resultado, una 
formación ética de forma limitada, no se apela a una ética vivida, sino más bien 
una ética pensada, pues no se orientan a preparar a los estudiantes como 
profesionales responsables de sus actos, en adquirir competencias frente a 
dilemas éticos, afrontar situaciones que exigen juicio y sentimiento morales, ni 
entender, que la ética es una dimensión importante en la vida de cualquier 
persona. 
 
Por el contrario, la ética se presenta como algo alejado de la vida cotidiana 
y, además, como cosa aislada y aburrida, creer que la calidad y el rigor de la 
formación universitaria se logra cultivando únicamente las cualidades 
intelectuales, el aprendizaje de conocimientos teóricos y de instrumentos 
técnicos, ha hecho de la formación ética un asunto de conceptos, susceptible 
de ser desarrollado en todas las asignaturas en forma transversal, pudiendo no 
estar adherida como parte de la conducta cotidiana del profesor en su misión de 
formar a la persona. 
 
Por toda la realidad expuesta la investigadora específica como objeto de 
estudio. “Inclusión de la ética en la formación del estudiante de enfermería en 
la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo. Y la pregunta científica 
que guío la investigación fue: ¿Cómo se incluye la ética en la formación del 
estudiante de enfermería en la Universidad Católica Santo Toribio de 
Mogrovejo. Chiclayo-Perú? 
 
Considerando como objetivos: 
 
 Describir la inclusión de la ética en la formación del estudiante de 
enfermería en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo-
Lambayeque-Perú. 
21 
 
 Analizar la inclusión de la ética en la formación del estudiante de 
enfermería en la Universidad CatólicaSanto Toribio de Mogrovejo - 
Lambayeque Perú. 2010. 
 
 Identificar bases teóricas metodológicas de la articulación de la ética a 
las competencias técnico – profesionales de la enfermera (o) formadora 
(or) en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo. 
 
 
Por lo expuesto, la presente investigación se justifica porque en el 
contexto actual que vive nuestro País, el profesor, desempeña una función 
medular en la formación integral del estudiante universitario, especialmente en 
enfermería que esta relacionada con la vida y la persona. 
 
Esta investigación contribuirá a una reflexión profunda sobre el actuar 
ético en la formación del estudiante universitario, sabiendo que trata a una 
persona que posteriormente tratará a otras, capaz de sopesar la 
responsabilidad de su actuación libre, y aceptar sus consecuencias. 
 
De igual manera, la consideración del principio filosófico que el ser 
preside al hacer, y el profesor tiene que demostrar en todo momento mediante 
su preparación continua que es profesor universitario, implicado en formar 
profesionales que tengan ciencia, pero con amor a la humanidad, porque se 
les enseña con el ejemplo a ser honesto, honrados y amantes de la verdad. 
 
El estudio, también permitirá establecer estrategias para mejorar la 
formación del estudiante universitario de enfermería en el aula, el trato 
personalizado, evaluando errores en la formación, para rectificarlos y poner los 
medios, en querer formarse continuamente, no desaprovechando las 
22 
 
oportunidades que la universidad ofrece, para llegar a ser excelentes personas 
y profesionales. 
 
Por último, esta investigación aportará un cuerpo de conocimientos que 
consoliden la teoría ética para el profesor universitario de la USAT, donde el 
profesor, como el estudiante sean los recursos humanos de mayor 
preocupación en la formación integral de las autoridades universitarias, de tal 
forma que sus propios profesionales como los futuros, aprendan a relacionarse 
con los demás, en un entorno en que sean artífices de un trato de excelencia , 
que opten por la verdad como valor supremo, valor que modela la inteligencia, 
ilumina la libertad, que conduzca al servicio del bien común, en beneficio de la 
persona humana. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
23 
 
CAPITULO II 
 
ABORDAJE TEORICO 
 
El presente estudio sobre la inclusión de la ética en la formación del estudiante 
de enfermaría en la universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo; se 
fundamenta en Polo (2006, 2007, 2008), quien ahonda en la ética emergiendo 
de la persona Humana y da argumentos suficientes para afirmar, como una 
ética no fundada en la verdad del ser y del obrar racional y libre de la propia 
persona, carece de todo sentido. En Waldow (2004, 2006, 2008), para sustentar 
que la ética de enfermería esta integrada al cuidado y en Domínguez (2005) 
para comprender y sustentar la ética docente 
 
La ética, argumenta Polo (1997, p. 19), es el estudio de la acción, en el 
despliegue de la persona humana en tanto que ser vivo espiritual y corpóreo, 
es una ciencia sin la cual, la persona se hace ininteligible, se deshumaniza, 
además, abarca y tiene interés en todas sus dimensiones. Por tanto, no es un 
adorno, un añadido sobrevenido a alguien que actúa, sino que la configura; es 
decir, todo lo que la persona hace tiene que ver con la ética y actúa por un fin, 
en donde encuentra la consideración científica más ajustada de su actividad. 
 Precisamente el dinamismo humano de la conducta personal se ve mejor 
desde la ética, teniendo en cuenta los factores radicales como la libertad; 
porque la ética se ocupa únicamente de las acciones libres, a las cuales les 
llama actos humanos. Y las acciones libres son morales; aquellas que una 
profesora de enfermería es dueña de hacer u omitir, de hacerlas de un modo o 
de otro. En las acciones voluntarias, sin la libertad la ética sería imposible o 
se formularía mal, en el afán de incluirla para formar a otros. Quedando fuera 
de su objeto de estudio los procesos o movimientos no libres, a estos la ética 
24 
 
los denomina actos del hombre como son la respiración, circulación de la 
sangre…etc. 
. 
En este sentido, es importante recalcar de acuerdo con Polo (1997), que 
sólo en los actos humanos se puede hablar propiamente de conducta, porque 
en ellos, toda persona se conduce así misma, hacia los objetivos que desea 
alcanzar, tiene capacidad de gobernarla, ligada a la responsabilidad moral; 
también puede responder y dar razón de las acciones elegidas, respondiendo 
por sus consecuencias donde es autor, causa y principios, debido a la 
naturaleza de las actividades con las que ha escogido identificarse. 
Pero, la ética no se limita a enseñar que las acciones voluntarias 
pertenecen a lo moral. Su misión es orientar y ayudar a distinguir el bien 
verdadero del bien aparente, llamadas también virtud o vicio para que la 
voluntad pueda dirigirse al primero y evitar el segundo. El bien que se ocupa la 
ética, es el bien integral de la persona considerada en su unidad y totalidad, así 
trata de llevar al hombre hasta un nivel de reflexión que le permita elevarse por 
encima de las necesidades y circunstancias inmediatas, para indagar 
racionalmente acerca del bien de la vida humana vista en su conjunto, al 
respecto Waldow (2008, p.149), también, argumenta que la ética abarca un 
conjunto de valores y principios que responden por el actuar humano, que en 
realidad quiere decir vivir en forma humanitaria 
La ética tiene una finalidad práctica, porque formula y fundamenta 
filosóficamente juicios de valor y normas de comportamiento con la intención de 
orientar el ejercicio de la libertad personal hacia el bien de la propia vida como 
un todo, Polo( 2007, p 114) argumenta que la ética completa tiene tres 
dimensiones que vendría a ser la consideración científica global de la ética, 
estas dimensiones son : los bienes, las virtudes y las normas, no son tres 
25 
 
éticas sino una sola, estas no pueden estar disociadas, porque dicha 
disociación llevaría consigo unilateralidad. 
 
Si se enfoca la ética exclusivamente desde las virtudes, las normas o 
los bienes, conllevaría el empobrecimiento de todos ellos, sin embargo la acción 
no es unilateral, sino debe enrolar las tres dimensiones, pues de ella, 
proceden las virtudes, los vicios y la norma moral, de esta manera lo que cada 
uno va haciendo con su vida, constituye su carácter o ethos; su logro o 
pérdida, es de su responsabilidad, partiendo de una experiencia que podría 
convertirse en fuente de éxitos o errores dependiendo de las pretensiones 
personales de cada uno 
 Por añadidura, los profesores de enfermería requieren de la ética que 
les conduzca, según Domínguez (2003. p. 14-15) a conseguir una vida 
plenamente humana, una vida buena y feliz, personal y comunitariamente, 
comprometida con valores, adquirir virtudes para constituir su carácter, que 
vendría a ser, como una segunda naturaleza y un carácter bien constituido, es 
lo que permite a cada uno vivir más plenamente, ser una persona, ser para / de 
otros. 
En este supuesto y de acuerdo con Polo, la ética surge con y del ser de 
las profesoras; este es el planteamiento filosófico más riguroso, la ética no 
proviene de manuales ni de códigos, es intrínseca a la persona, por estar vivas 
y en acción docente, esta en la profesora cabal, su raíz radica allí, pues la ética 
conecta directamente con la libertad, potencia que permite elegir del bien el 
mejor bien, incluso es importante percibir como surge, como la vive una 
profesora de enfermería y como la incluye en la formación de sus estudiantes. 
Toda persona en acción esta viva, por tanto esta abierta al mundo, capaz 
de modificar su entorno por medio de su acción, puede ejercer actividades 
26racionales como ningún otro ser vivo, actividades de las cuales es responsable 
y la responsabilidad es una categoría ética que se expresa en como se hace el 
trabajo, allí esta su peculiaridad: en la capacidad de hacer algo. Este hacer de 
la profesora de enfermería, lo realiza dentro de una institución educativa como 
la universidad, donde existen normas, que es una dimensión de la ética e 
influirán en sus relaciones ínter subjetivas, para el logro de bienes y el ejercicio 
de la virtud, controlando además el dominio sobre su dotación esencial. 
Por el hacer, el organismo humano, esta hecho para trabajar, con lo cual 
puede dominar el mundo, por ello vive trabajando y es capaz de producir para 
los demás, por eso el trabajo, es un tema ético. Polo (1997.p. 39-41) acierta, 
cuando explica que el trabajo no es un proceso automático, analiza como la 
ética arranca con el hecho de que el hombre sólo es comprensible en tanto que 
su vitalidad conecta con su potencialidad manual y eso le hace productivo, 
dominador del mundo, dotado de iniciativa propia, en orden a la suscitación de 
obras que de otro modo no existirían; reasume entonces que la raíz de la ética, 
esta en la vida de la profesora de enfermería, en su capacidad de transformar, 
en su obligación de trabajar, de estar abierta al mundo, en como modifica el 
entorno a través de su acción; su existir activo esta en sus propias manos, es 
dueña de sus actos 
Y la persona es dueña de sus actos, según explica Polo (1997. p.61-
63), cuando se guía de una normatividad ética, resultando natural porque 
emerge de su carácter racional y libre, no determinista, además puede 
conculcar: seguirlas o no, son leyes que expresan un deber ser, porque 
obligan; por obligatorias, son existentes, reales, rigen el vector de finalización 
del sujeto. La existencia de esta normatividad obligatoria es exclusiva de ella. A 
partir de la normatividad ética se pueden formular otros sistemas de leyes, 
como las costumbres, las normas jurídicas, los códigos, cuyo cumplimiento es 
27 
 
libre; en este sentido toda profesora de enfermería, es un ser personal, capaz 
de asumir una normatividad ética en cada una de sus acciones libres. 
Pero, en ese camino la acción de un profesor, puede ser buena o mala 
virtuosa o viciosa, por eso se entiende que la ética surge porque la persona 
tiene que conducir su propio existir, hacia una alternativa que sólo puede venir 
de la libertad de donde surge la norma moral: el bien o el mal, dualidad que se 
abre directamente a una decisión, de ello se sigue unos logros y unas 
consecuencias. 
En efecto, toda profesora puede ser capaz de abrir futuros, de abrir 
líneas de tiempo; de hacer que sobrevengan grandes transformaciones 
producto de su buen hacer, porque la alternativa del bien y del mal es intrínseca 
a la acción, pero también va más allá de las acciones: buenas o malas 
consecuencias. Serán buenas, si se llega a ser con la propia acción, quien se 
debe ser: persona con dignidad ontológica y eso reclama unidad de vida, entre 
saber, querer y hacer, de tal manera que no sólo se es, una buena profesora, 
sino una persona buena. Por el contrario serán malas, si sucede todo lo 
contrario. 
Por otra parte, cuando una profesora trabaja usa el lenguaje; trabajo 
más lenguaje, según lo debate Polo (1997. P.43 -45), es igual a dirección, el 
lenguaje sirve ante todo para dar explicaciones; y así es como enseña como se 
forma al ser humano, sin lenguaje ¿cómo formar a un estudiante de 
enfermería?, donde el bien ético sería, hacerlo ético, al respecto. Waldow 
(2009, p. 250), agrega como las actitudes, el interés, la dedicación, el 
compromiso del docente con la enseñanza-aprendizaje, y la forma como se 
relaciona, además del conocimiento y las habilidades, son también elementos 
señalados, porque enseñar es abrir camino para el desarrollo del ser. 
28 
 
Cuando se habla de formación, entra en juego la libertad; los primeros 
que dejan constancia de esa preocupación son los griegos. Le dan el nombre 
de paideia, bajo esa palabra, se plantea un ideal educativo. “formar 
ciudadanos”, y para lograr esta aptitud, como lo recuerda Platón en “La 
República”, lo primero que necesitan es que esos hombres sepan gobernar ese 
microcosmos que es cada uno de ellos y, con libertad sepan gobernarse a sí 
mismos dominando sus pasiones y llevando la razón hasta sus más elevadas 
capacidades.. 
Polo (1997, p. 18), también discute, como la persona humana es un ser 
complejo y unitario, abierto hacia afuera y desde dentro, que retorna a su 
intimidad y se trasciende: en ese ir y venir se forma, se forja, nada hay en él, 
que le sea neutral desde el punto de vista ético, porque ninguna regla anónima, 
simplemente racionalizada, es capaz de explicar ese co-existir que integra lo 
externo en lo interno y otorga lo interior a lo exterior, con lo cual se va 
formando, se realiza como tal, en apertura al mundo a los otros y al Otro, así 
formar es educar, pero no sólo hay enseñanza sino formación, es decir ayuda 
hacia el crecimiento integral . 
Según Domínguez (2003. p. 18), los términos formar y formación se 
complementan a los términos educar y educación, que es comunicar de lo que 
es, vive y piensa el educador, al servicio de la promoción integral de la 
persona, de modo que en conexión con lo real, pueda realizarse en plenitud y lo 
que es más, formación es aprendizaje, pero no se trata de un aprendizaje 
cualquiera, es ayuda, referido a cosas exteriores, destrezas, aquello que tiene 
que ver con la propia vida, con la propia conducta e intimidad; con la 
adquisición de hábitos que son perfeccionamiento de las facultades superiores: 
la inteligencia y la voluntad, potencias intervinientes en la forma como se van a 
tomar decisiones para la vida futura. 
 
29 
 
Por tanto, formar en enfermería, es aprender a vivir, aprender a actuar 
de modo que el conjunto de lo que se haga, el comportamiento, tenga un buen 
resultado final: una vida lograda. Formarse significa entonces aprender a vivir 
de tal modo que uno sea feliz. Esta definición de formación motiva a que la 
acción de educar procure llegar hasta la conciencia de cada sujeto y le permita 
ejecutar actos conscientemente libres, conocimiento de lo que se debe hacer y 
capacidad personal para hacerlo; entendida la libertad como la capacidad para 
autodeterminarse, al bien para sí mismo y para los demás. En el proceso de 
formar se respeta y se promueve la autonomía y la responsabilidad personal, 
creciendo la capacidad para tomar decisiones y actuar en consecuencia. Toda 
persona, en definitiva, está destinada a educar de algún modo a otros, en el 
ámbito familiar, en el profesional, en la amistad, en lo social. Se debe ser 
educativo, al menos con la propia conducta. 
En este sentido, un profesor de enfermería para formar a sus estudiantes 
requiere según las apreciaciones de Domínguez (2003, p. 16-17), habilidades 
emocionales: saber relacionarse, saber dialogar y resolver conflictos; y 
habilidades volitivas o morales: autodominio, saber auto estimarse, afrontar con 
fortaleza las dificultades. Sobre estas capacidades se construye la reflexión 
ética: invitación a la autonomía a lanzarse a pensar por uno mismo con la única 
finalidad de contribuir a la formación ética del otro, porque la formación en la 
actualidad tiene lugar en situaciones sociales de gran complejidad y 
ambigüedad que no puede resolverse con la simple aplicación de 
conocimientos científicos, ni solo con el conocimiento técnico. 
También, hace falta una relación de ayuda como cooperación, como 
apoyo o asistencia para que el aprendiz procure, pueda y deba hacer algo por 
si mismo; con la ayuda brindada por el profesor, experto en la asistencia a tal 
logro, al respecto, Polo (2007, p. 20.24), argumenta que la persona, es unser 
de carencias, en todas las dimensiones de su vida: ética, psíquica, orgánica y 
30 
 
social, pero llamado a colmarlas de plenitud; un ser cruzado de indigencia y 
trascendencia que no se aquieta en aquella, pues a la vez se impulsa a ir más 
allá del límite, es decir a trascender, pues lleva consigo el impulso de 
superación. 
Superación, que le permite vivir en el mundo, principalmente en el 
mundo universitario, allí el profesor tienen que saber dar respuesta adecuada a 
los problemas y circunstancias, con los que se va encontrando, por tanto, 
resultan insuficientes, sólo las habilidades técnicas o los conocimientos 
especializados, especialmente cuando se relaciona con la formación del 
estudiante de enfermería, es necesario saber, que persona se quiere 
promocionar para la profesión: al servicio del éxito o de su realización, al 
servicio de la productividad económica o de la competencia profesional, dueña 
de si o sometida al sistema de mercado, individualista o para los demás. 
 El proceso por el cual un estudiante de enfermería se forma, aprende y 
decide es complejo. Lo cierto es que una profesora ayuda al estudiante a 
aprender participando ambos en dicho proceso, como se ha podido reflexionar 
con las argumentaciones anteriores de Polo, un estudiante requiere ser asistido, 
ayudado para existir. La coexistencia como trascendental antropológico, 
determina mejor que existir, debería decirse co-existir, actualizado por la 
educación brindada, primero por sus padres, luego ir abriéndose 
progresivamente a otras ayudas, como las proporcionadas por los docentes en 
sus años de educación primaria, secundaria y las facilitadas por los profesores 
de enfermería en el lapso de cinco años de preparación universitaria, que no 
cabe duda, como lo secunda Ponz (2006, p, 39), dejarán huella, contribuyendo 
a configurar la propia personalidad del estudiante y reflejado en su propia 
conducta por poseer trascendencia ética. 
 
 
31 
 
Precisamente, el objetivo inmediato de la formación es el desarrollo de 
la persona, para lo que esta llamada a ser; para ello hay que extraer y actualizar 
todo lo que hay en el estudiante, sacar a la luz todo la riqueza que tiene, esto 
supone respetarlo y promocionar su creatividad y autonomía, ilusionarle para 
que descubra la maravilla de lo que él esta llamado a ser, impulsar a que 
busque y sea fiel a su propio camino; posibilitarle apertura hacia lo verdadero, 
lo bueno, lo bello y este crecimiento solo se da si pone esfuerzo, y lucha porque 
nadie puede hacer por él, lo que él debe hacer. 
 
En consecuencia, el proceso formativo para un estudiante como sistema 
libre, lleva implícito la capacidad de aprender, de ejecutar acciones diferentes y 
admitir la alternativa: virtud o vicio, esto requiere que los profesores expresen e 
integren en su docencia una formación ética integral, la docencia es transmisión 
viva de lo que profesionalmente se es, se ama y se ejerce e incluye 
conocimientos al más alto nivel con ejemplaridad de vida. 
 
Un profesor universitario, tienen claro los objetivos de la Institución, 
cuyos fines y principios tienen una base axiológica como lo tiene la Universidad 
Católica Santo Toribio de Mogrovejo. (USAT), en su deseo de formar buenos 
personas para que sean excelentes profesionales, cuyos rasgos universitarios 
están relacionados con el respeto a la persona humana y a su libertad, con 
tolerancia y capacidad de diálogo; amor a la sabiduría, aprendiendo a compartir 
y enseñando con humildad, pasión por la investigación, siendo contemplativos y 
profundos en el quehacer universitario, con sentido critico, originalidad, 
humildad y buen sentido del humor. Estudiantes con disponibilidad, para 
aprender, para crear, para ser generosos con el semejante y exigente consigo 
mismo; poniendo en ejercicio todas sus potencialidades a través del fin 
específico, el crecimiento de la amistad a través de sus miembros. Pero puede 
ocurrir que exista una posibilidad de fracaso. 
32 
 
Si, en una escuela de enfermería de una universidad, se enseñara 
cuidado humano, muchas técnicas y procedimientos, sin embargo los 
estudiantes, acaban actuando inmoralmente, por el mal uso de su libertad, 
pues existe el peligro que ocurra; no debería pasar con la mayoría. Para 
evitarlo, los profesores no deben dejar desorientados a los estudiantes, sino, 
les deben proporcionar, un suelo firme desde el que se puede plantear 
proyectos cara a la vida, saber acogerlos, respetando su diferencia, esperando 
siempre en ellos, nunca desesperándolos. Con estas disponibilidades, los 
profesores salen de sí, se hacen presencia cercana, acogen sin condiciones a 
lo que cada uno de ellos es, para impulsarles, energizarles liberarles, así se 
sienten valorados y cuando alguien se siente valorado y querido tiene fuerzas 
para crecer, se acoge con confianza y la persona en la que han confiado 
aprende a confiar en sí. 
 
 Los estudiantes, según Polo (2007. p. 17) son personas y lo propio de 
la persona, es que es un ser único, la expresión misma es paradójica, pero por 
su empeño en señalar una intuición que conduce a lo innegable: las personas 
pertenecen a una especie común, son sujetos de derechos y deberes similares, 
llevan un nombre común que les hace reconocerse como semejantes. Pero, al 
mismo tiempo, cada uno de ellos guarda en sí la conciencia de ser un yo, una 
identidad irrepetible, un ser que es único, muchos, pero todos diferentes, los 
profesores, por tanto tiene la gran ventaja de no trabajar con carpetas, sino con 
estudiantes, cada uno de los cuales en cierto modo agota su propia especie y 
eso exige un cuidado, un equilibrio y un sentido de la justicia, dando a cada uno 
lo suyo. 
Y el profesor, se da cuando reconoce que el estudiante es alguien, y no 
algo; cada uno es un quién y no tan sólo un qué; porque detenta un nombre 
propio que está más allá del nombre con el que se le llama, no es simplemente 
Joreli, David, Vanesa, sino es, quién tiene una experiencia y visión del mundo 
33 
 
estrictamente novedosa, nunca antes acaecida, que no se repetirá jamás; cada 
estudiante es la imagen de Dios, y por lo tanto con llamada referente hacia Él, 
el mismo que le otorga el nombre por el que le requiere, ese quien, ese es, la 
materia prima del trabajo docente, consistente en hacer de él no sólo un buen 
estudiante sino ayudarle a ser una buena persona. 
Waldow (2008. p. 138), explica que un estudiante de Enfermería, es tal 
cuando hace bien su trabajo, cuando cuida, aprende a evitar dañar con su 
actuación libre, incluyendo no sólo el cómo, sino lo que debe hacer, para 
conseguir el bien integral de los otros y de él mismo, cuando no se detiene ante 
los errores, obstáculos o limitaciones, sino rectifica la intención y vuelve a 
empezar, así va adquiriendo experiencia, va madurando, porque al conocer 
hace una acción valorativa, entonces le va dando sentido a las cosas y 
hechos. 
La mayor parte de logros obtenidos por el estudiante de enfermería se 
deben a sus profesores, llevados a cabo en forma progresiva, en cada acto 
docente. Esta formación, conlleva actividades que exigen establecer un 
diálogo, una relación, acercamiento y apertura, según la cual, el que esta 
siendo enseñado dé señales de que esta aprendiendo y desde el fomento de 
sus capacidades que el aprendizaje significa, empiece a emitir señales de que 
necesita más o empiece a plantear dudas que necesitan ser aclaradas. 
Entonces, Incluir la ética en la formación de los estudiantes de 
enfermería encierra una primera categoría que define la concepción que 
tienen los profesores de la escuela de enfermería de la Universidad Católica 
Santo Toribio de Mogrovejo acerca de la ética, las cuales son corroboradas por 
los estudiantes de enfermería, dichas concepciones son el resultado de laformación recibida a lo largo de los años, de su sistema de valores, de las 
exigencia de la Institución universitaria donde trabajan o estudian y la forma 
34 
 
como hacen el cuidado. Polo (1997. p. 72), entiende que ejercer una actividad 
universitaria es ejercer una actividad de mando, si tiene éxito es porque 
enseña, forma la cabeza del alumno, sino tiene éxito, los logros de la 
inteligencia humana, se perderían sin transmisión, porque si una persona 
piensa, pero no comunica a los demás, eso que ha pensado se pierde con 
ella. 
El primer concepto que emerge, conceptualiza la ética como 
conocimiento propio, este concepto deriva porque el ser humano busca 
conocerse, necesita tener conciencia de si mismo, sin embargo llegar a 
conocerse plenamente, no es una tarea fácil, deducible al acotar la debilidad 
que se tiene en el conocimiento biológico de uno mismo, sin embargo toda 
persona tiene cierto conocimiento personal, por la formación recibida, sin el 
cual no se pueden ubicar en el mundo, mucho menos se sabría que hacer, al 
afirmar que la ética es autoconocerse es porque se ha partido de una reflexión 
que demanda lucha consigo mismo. Polo (1997, p. 151), analiza que el 
conocimiento propio requiere, cultivar una conciencia que haga cuestionar, 
¿cual es la propia verdad?, ¿que es lo verdaderamente bueno para cada uno? 
Cuestionamientos que ayudan a conocerse, pero también ayudan a aceptarse, 
porque no hay rebelión más profunda que negarse a aceptar quien uno es. 
Por su parte, Martí (2005. p.31-35), sostiene que para llegar a conocerse, 
primero se tiene que saber quien se es, y no de una forma generalizada sino 
puntualizada, para luego hacer de la vida un proyecto fiel a la propia 
identificación, así se podrá precisar, profundizar y marcar un diseño concreto a 
la personalidad; pero el conocimiento requiere tener espacios de reflexión, para 
detectar los rasgos temperamentales, las aptitudes y actitudes frente a los 
demás. 
35 
 
Los espacios de reflexión, versan sobre el acto de pensar, por ello Polo y 
Marti, coinciden que hay que volverse sobre si mismo en algo puntual, para 
develar que hay en la propia vida interior e ir conociéndose. 
 Estas indicaciones si son acertadas serán de ayuda eficaz, sino no lo 
son, la formación que se imparte será inefectiva. Polo (1991. p. 108), expresa 
que el hombre es dueño de sus actos, sino lo fuera no podría realizar lo ético, 
es por eso, que las profesoras se dan cuenta que el conocimiento propio las 
ayudará a mejorar. Sin embargo al penetrar en su intimidad descubren 
defectos, errores, vicios en general, - propios de la naturaleza humana-, y 
prefieren ocultarlos, en lugar de corregirlos, de autodeterminarse o de 
autogobernarse, propio de personas maduras, con libertad responsable y 
caen en el vicio de la hipocresía, es aquí cuando se empequeñecen y no 
pueden hacer crecer a los estudiantes. 
El segundo concepto de ética, las profesoras lo asumen como 
imperativo para cuidar a otros. Forma parte de la identidad del profesor de 
enfermería, estar al servicio de la promoción de los estudiantes, pues su ser se 
hace responsable de hacerlo crecer. Waldow, (2008, p.191) cita a Watson, 
afirmando que el cuidado humano debe ser concientizado como imperativo 
moral, para ser experimentado y demostrado en las actividades y relaciones, 
cuando se apela a la educación en el cuidado es directamente con los 
estudiantes. La misma autora detalla como cuidar a otro remite a la idea de 
control, ejercicio sobre algo, abarcando una acción interactiva, sustentada en 
valores; conocimiento del ser que cuida, para y con el ser que es cuidado, es 
una postura ética frente al mundo, compromiso para contribuir con el bienestar 
general, promoción de las potencialidades de la dignidad humana y de la 
espiritualidad. 
36 
 
Las afirmaciones de Waldow son corroboradas por Polo (1997) cuando 
explica que hace falta restablecer la fuerza del espíritu; el hombre tiene que 
aprender a pensar y a ejercer su voluntad. En la medida que crezca en ello, 
aparecen sentimientos insospechados que derivan del amor a la verdad y a los 
bienes más altos. 
También, Waldow (2008, p. 137), insiste que el cuidado es la ética de 
enfermería y asumir el cuidado como valor es un imperativo moral con 
decisión de hacer el bien, así el cuidado, se convierte en una preocupación 
ética, llevando consigo principios éticos universales como: el respeto a la 
dignidad de la persona, responsabilidad, libertad, justicia, beneficencia y 
subsidiaridad. 
Profesores y estudiantes, con la práctica de valores concretos se hacen 
mejores personas, tiene sentido la propia vida, existe respeto mutuo, si no se 
admite, se caería en la indiferencia y como lo justifica Polo citando a Kant 
(1997. p. 147), es importante la ética del respeto, porque hay que obrar de tal 
manera que no se tome a los demás como un medio, sino como fin y si se 
considera al otro como fin es capaz de fin, el respeto es de suma importancia 
para una comprensión correcta de la humanidad, para no hacer distinciones, 
tener preferencias, incluso para no maltratar a nadie. 
Precisamente, en el cuidado de otros, puede presentarse conflictos de 
valores, escaso compromiso profesional, ausencia del sentido de querer formar 
para cuidar a otros, unido a la falta de conocimiento, tiempo limitado para la 
actualización por exceso de responsabilidades o falta de atención para el 
proceso de socialización. Waldow (2008, p. 137), sostiene que el cuidado del 
otro no sólo se limita a una acción técnica en el sentido de ejecutar 
procedimientos, sino también en el sentido de ser expresado de forma 
37 
 
actitudinal, pues es relacional. Toda profesora de enfermería se confronta así, 
consigo misma sólo en relación con otro ser humano. 
El tercer concepto de ética de las profesoras de enfermería se refiera a 
la ética como convivencia: ética relacional; precisamente la persona es una 
tarea para sí misma, pero no se puede realizar plenamente con sus propias 
fuerzas, necesita apoyarse en la realidad. Y la realidad por excelencia a la que 
esta vinculada para poder realizarse son las demás personas, ellas son 
presencia necesaria, apoyo, impulso y fuente de posibilidades, 
Domínguez (2003, p. 108- 109), describe que la principal fuente para el 
desarrollo y crecimiento de la persona son las demás personas, pero aún más: 
la persona está no sólo constitutivamente abierta a los demás, sino 
ontológicamente referida a ellos, así se producen los encuentros, esto es la 
experiencia personal radical donde se hace presente otra realidad que resulta 
significativa, de manera que acogiéndola, se establece con ella una 
comunicación fecundante. El ser humano es potencialmente, un ser social, 
porque tiende por naturaleza a establecer vínculos en el mundo afectivo, esto 
se actualiza en el rostro a rostro que analiza Torrealba (1997. p. 199), dado por 
el cruce espacio-temporal de dos seres humanos sincrónico y geográfico 
transformándose en una posibilidad efectiva de interrelación 
Así, el hombre parafraseando a Polo, es el ser supra específico que no 
es un ser aislado sino social. Sin sociedad no hay ética y al revés, porque la 
sociedad significa relación activa y comunicativa entre personas y el estudiante 
de enfermería es un ser vivo a quien hay que ayudarle a crecer, porque en 
otro caso su crecimiento será mucho menor del que sería susceptible, si no se 
le ofrece esa ayuda, la acción educativa como toda acción humana, participa de 
las dos dimensiones de acción y actividad, correspondientes a las dos 
actuaciones esenciales de la formación: enseñar y aprender, ayudada por las 
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relaciones interpersonales las cuales son una especie de vínculo que se 
establece entre profesoras y estudiantes. No se trata de unarelación para 
obtener algo, sino de una relación más estrecha, humana, emocional, en 
esencia, una relación interpersonal a manera de crear espacios como lo detalla 
para que estas sean buenas. 
 Como segunda categoría surgió, el territorio de la ética en la formación 
del estudiante, que vendrá a ser el espacio, donde los profesores incluyen la 
ética y los estudiantes la reciben, ambos interactúan y se relacionan con 
responsabilidad ética que puede ser dentro de la propia práctica educativa, 
dada en las aulas, en los contextos de práctica, en los momentos de 
asesoramiento académico o cuando el estudiante puede contemplar al profesor 
en los múltiples discursos que vierte al formarle, su sola presencia puede 
expresa integralidad y coherencia como también desfase entre los contenidos 
que les transmite, y los que práctica. 
 
 Dentro del territorio de la ética emergió la primera subcategoría: la 
vinculación/desvinculación del saber teórico con el saber práctico de la ética. 
Incluir el saber ético en la formación de los estudiantes no es una tarea fácil, 
por ello los profesores, pueden denotar unas veces desvinculación y otras 
vinculación, de este saber teórico-práctico, como nos hace ver Polo (1987 p. 
218), “ los hombres que se centran en la práctica se sorprenden al ver que la 
gente se mueve por ideas y que esas ideas afectan a sus intereses , no se trata 
de despreciar ni la teoría ni la practica, en cierta manera se puede decir que 
todo conocimiento relevante para el ser humano debe tener consecuencias 
empíricas”, en este sentido si la ciencia no sirve para hacer a la gente feliz no 
es una buena ciencia o como afirmaba Sócrates, con el peso de su autoridad 
“solo es útil el conocimiento que nos hace mejores”. Si la ética es un saber 
universal de los fines de las acciones humanas, que determinan los fines que se 
han de marcar en la educación, el saber práctico no es más que una técnica 
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operativa fundada en el saber teórico, pero ningún profesor se puede refugiar 
en discursos teóricos, creyendo así poder llegar a ser eficaces en la acción, 
porque la acción demanda experiencia, trabajo bien hecho, organización de 
horarios, priorizar actividades, etc. 
 
 Por otra parte, en la segunda subcategoría los profesores de enfermería 
avizoran como frente a la exigencia de la formación personalizada del 
estudiante por parte de la institución donde trabajan unas veces consideran la 
personalización del estudiante como una unidad y otras veces llegan a caer en 
la banalización del estudiante. Sin embargo, la formación que imparte todo 
profesor de enfermería debe conllevar a la promoción integral de la persona del 
estudiante, su tarea personalizante, debe ir más allá de la adquisición de 
conocimientos o métodos de aprendizaje. Aunque cada estudiante tiene que 
realizar su vida, no es autosuficiente para realizarse. Ha de apoyarse en la 
realidad y sobretodo, en la formación impartida por sus profesores, de esta 
manera como lo argumenta Domínguez (2005, p. 30), el profesor es apoyo al 
educar, al enseñar, al proporcionar todo lo necesario para realizar el proceso de 
plenificación de la persona. 
 
 También el profesor, según el autor ofrece posibilidades a sus 
estudiantes para su crecimiento. Ofreciéndose él mismo como posibilidad. Un 
buen profesor es un tesoro incalculable que los impulsa a realizar posibilidades 
permitiendo que cada uno sea quien es, es decir hacer el bien al otro: contribuir 
a que sea más plenamente persona. 
 
 Así mismo, esta la posibilidad de la banalización del sujeto frente a la 
exigencia de la formación universitaria personalizada, que no cabe duda se da 
en el antro universitario, parafraseando a Domínguez (2005), advierte que los 
profesores pueden identificar la cultura como algo ya hecho y al estudiante 
40 
 
como simple receptáculo pasivo, que repiten dócilmente los esquemas de la 
cultura dominante con tendencia a perpetuarse, a lo que se denomina 
educación bancaria. Esta denominación corresponde a una educación 
depositaria en los estudiantes, quienes van recibiendo, mediante la 
memorización y almacenaje, la variedad de datos ofrecidos por el profesor 
.Esto conlleva a mitificar la realidad e inoculan en los estudiantes el 
conformismo; niegan su creatividad; domestican su conciencia, instauran la 
violencia y el paternalismo porque no admiten alternativas a los modelos 
propuestos. Le Imponen silencio y promocionan la docilidad acrítica, el 
gregarismo, la masificación y la pasividad. 
 
 La tercera subcategoría Integración/Fragmentación del trato profesor-
estudiante. Emerge cuando el profesor descentra su hacer docente y sólo lo 
focaliza en un determinado aspecto con ausencia de unidad en el trato 
personalizado. Estar integrado en el trato significa que al entrar en contacto 
con el estudiante, ya sea a través, de la asesoría académica, tutoría, clases, 
conversaciones, no sólo se aborda los aspectos académicos sino su vida 
personal, familiar, social, actitudes, comportamientos, etc. Al respecto Polo 
(1996. p. 75), especifica que una persona es más ética cuanto más integrado 
esta, sin dejar de lado, explica Domínguez (2005. p. 30) las limitaciones y la 
propia realidad del estudiante, donde la verdadera vocación docente impulsa 
hacia la unidad, desde la que todo se unifica en la vida de cada estudiante, 
por ello la persona sólo se despliega, desde la toma de conciencia de su propia 
vocación, permitiéndole elegir siempre el bien del estudiante cuando se acerca 
o le trata, ofreciéndole su riqueza personal, cualidades, tiempo y su ser. 
 
 Profesores y estudiantes de enfermería son seres abiertos hacia fuera y 
hacia adentro con libertad y ambos pueden mejorar o empeorar porque tienden 
a más, están embarcados en el proyecto de si mismos, indudablemente los 
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segundos con una mayor necesidad de apoyo que los primeros. Es importante 
agregar que ambos son intrínsecamente perfectible en virtud de su propio 
actuar y el único equilibrio que les conviene es dinámico, tendencial, no 
estático y frente a las alternativas a veces se estropean y muchas veces lo 
hacen y las malas acciones al darse les afectan, presentándose 
empeoramientos, incoherencias, equivocaciones éticas. 
 
 Para Polo (1992. p. 118-119), el hombre fracasa éticamente con 
frecuencia, porque siendo sistema abierto, sino se perfecciona se estropea, así 
explica como de la libertad emana un imperativo: “se mejor”; “ve a más”; “se 
auténticamente hombre porque todavía no lo eres”, y lo que es más el 
perfeccionamiento humano no tiene techo, siempre se puede crecer y siempre 
se puede fallar. Y los profesores por ser seres finitos y dependientes, fallan 
porque observando los tiempos se puede decir que hay muchos profesores 
pero apenas maestros; mucha aula, pero poca Universidad; mucha información, 
pero poca formación; mucha noticia pero poco conocimiento; mucho dato pero 
poca sabiduría, mucho contenido y poca crítica, mucha palabra y poco 
concepto. Mucha metodología pero poca educación y esto trae como 
consecuencia llegar a una mala praxis formativa 
 
 Waldow (2008, p 176-177), presentando los trabajos del informe Delors 
(1999), de Morin (2004); Assman y Mo Sung (2003); asume se tiene que 
formar con conciencia del ser, lo que implica rescatar su espiritualidad, la 
compasión y la solidaridad, de tal forma que se rescate la ética, educar para la 
esperanza por medio del desarrollo de la competencia y sensibilidad solidaria 
así como la relación con el otro. 
Sin embargo cuando la profesora de enfermería debilita o pierde de vista 
el centro de su acción este centro se va aminorando, el interés ya no es 
exigente y se puede caer en la intrascendencia de una mentalidad moderna de 
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pensar únicamente que lo útil es valioso y puede darse como lo analizaWaldow. (2008. p.181-182) que los docentes abusen de su autoridad llegando 
a ser común manipular, maltratar, menospreciar y ofender a los estudiantes, y 
esto puede producirse en situaciones académicas en que los comportamientos 
más asertivos, independientes y críticos de los estudiantes; los docentes los 
perciben como desafiantes de su autoridad, pues se sienten amenazados y a 
los estudiantes los consideran irrespetuosos. 
La autora afirma que esto sucede porque no se sabe poner límites a la 
acción; es decir al poder y al autoritarismo sobre ellos, el cual debe estar 
regulado por los derechos humanos que exigen reciprocidad de un deber con 
sentido de convivencia. Polo (1997 p. 180) determina que es un defecto ético, 
una ignorancia culpable porque es un descuido de la acción de formar, Demo 
(1996), distingue la falta de contacto pedagógico que hace tratar al alumno 
como objeto de instrucción, evitando que comparezca como autor; Domínguez 
explicita (1995. p.79) que se actúa así cuando el profesor padece de ceguera 
axiológica, propia de quien no ve el valor de modo absoluto, o también por la 
hipertrofia del yo, influido por la cultura, la moral cerrada, el ambiente social 
donde no se discierne por miedo a la crítica, e impide la apertura hacia lo 
valioso originándose fragmentación en el trato profesor estudiante, situaciones 
que ocasionan que no se trate en forma continua, por tanto no se llega a 
conocerle en su plenitud, generando en los estudiantes sentimientos de 
inferioridad, inseguridad y desvalimiento sumisos, sin capacidad de tomar 
decisiones, inseguros, cuya auto-imagen generan sentimientos negativos como 
la sensación de hacer mal las cosas, de ser poco hábiles o incompetentes. 
Pero como la ética es animadora porque estimula al hombre no sólo para 
lamentarse de lo mal que están las cosas, sino que contribuye al cambio, como 
lo explica Polo (1997 p. 181), la capacidad modificadora que hace la persona en 
los procesos, es mucho mayor de lo que suele creerse, considerando esta 
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explicación del autor, los profesoras de enfermería tienen un actitud activa y 
tratan de imponerse una la impronta personal, es así como emerge la tercera 
gran categoría: Modelando la ética en la formación. 
En este protagonismo emerge la subcategoría: Ser profesores: 
mostrando un actuar ético. La formación es abrir mentes, fortalecer voluntades, 
enseñar a pensar, nadie mejor que el profesor de enfermería ejemplar para 
arrastrar con su ejemplo a los estudiantes, pues sabe dirigir, con verdadera 
autoridad convirtiendo al estudiante en responsable de sus propios actos. 
El profesor según aclara Domínguez (2005, p. 41), esta llamado a 
ocuparse de la promoción de la persona, pues su ser se hace responsable de la 
promoción del otro, y poner la vida al servicio del otro, no es alienante ni 
tampoco implica olvido de sí, todo lo contario, es causa de crecimiento 
personal, obteniendo lo que uno ha dado, aunque para dar, antes hay que ser. 
Es su ser lo que el profesor sobretodo entrega. Y sino lo entrega es informador, 
funcionario, instructor o domador, pero nunca maestro. El profesor también esta 
llamado a la excelencia como persona a través de su ejercicio docente, este es 
tomado como vocación como modo de vida. En este sentido, todo profesor de 
enfermería tiene que recuperarse y plenificarse, pues comunica, impulsa, 
posibilita a sus estudiantes en la medida en que es persona, en la medida de su 
plenitud personal, desde su vocación, desde su sí mismo, podrá promover 
gozosa y eficazmente la persona de los estudiantes. 
 En la segunda subcategoria ser estudiante: modelando un actuar ético 
en las prácticas de cuidado, significa como progresivamente va aprendiendo a 
razonar, debatir, producir, convivir y desarrollar al máximo su potencial creativo, 
tratando de elaborar dentro de si mismo una acertada escala de valores que le 
de intención y fin a su acción esto es; el por qué y el para qué de su actuar. Y, 
unida a esos fines o valores, la fuerza, la voluntad suficiente para lograrlos. Si la 
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formación, se refiere al crecimiento interno de las personas y al desarrollo de 
"capacidades" para la vida, Kerouac (1996; p. 101) manifiesta que la orientación 
principal de la formación en enfermería gravita alrededor de diversos saberes: 
saber ser (valores, creencias, convicciones, actitudes), saber (conocimiento, 
comprensión, análisis crítico, síntesis) y saber hacer (habilidades relacionales, 
técnicas). Estos diversos saberes convergen hacia la competencia necesaria 
para el cuidado que refuerza y transforma al otro. 
 
 En la formación de enfermería se tiene en cuenta los diversos saberes: 
ser, saber y hacer, puesto que la enfermera (o) es una persona que cuida y se 
relaciona con otras personas, donde pone en práctica todos los conocimientos 
adquiridos en su formación y en cual actúa de manera inmediata con las 
habilidades y destrezas adquiridas; pero también es importante el saber 
convivir, el saber aprender, aprehender y reaprender. Esto se logrará con la 
calidad de la formación de enfermería, que garantizare la preparación de 
profesionales competentes que se identifiquen con su quehacer y que estén 
alertas a reaccionar al medio social y a las exigencias de los servicios de salud. 
 
Waldow (2004) refiere que la tendencia actual en enfermería es la 
formación para el cuidado, que viene evidenciando grandes avances con una 
comprensión holística. Sin embargo, aún hay docentes que insisten en el 
discurso tradicional biomédico y al mismo tiempo, exhortan en el cuidado 
humano integral, otras que hablan muy bien sobre el cuidado humano, pero no 
guardan coherencia con su quehacer cotidiano; observándose dicotomías entre 
lo que se dice y se hace en la práctica. El significado del cuidar es algo que 
debe ser investigado en el interior de cada persona. No obstante, debe ser 
cultivado, como un modo de ser. Las escuelas de enfermería tienen la tarea de 
facilitar el aprendizaje para el cuidado humano, pues el modo de ser cuidado, 
revela de manera concreta como es el ser humano. 
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CAPITULO III 
ABORDAJE METODOLOGICO 
TIPO DE INVESTIGACION 
La investigación fue descriptiva cualitativa. Es descriptiva, porque es un 
delineamiento de la realidad donde se describe, registra, clasifica, analiza e 
interpreta la naturaleza actual de los procesos para luego clasificarlos e 
interpretarlos (Oliveira, 2007, p.67; Gauthier, 1998, p.12). Por ser cualitativa, 
trabaja con el universo de significados, motivos, aspiraciones, creencias, 
valores y actitudes; es decir, correspondió a las relaciones subjetivas de los 
procesos (Minayo, 2003, p.18-19). Según Vivar (2007) la investigación 
cualitativa es comprender e interpretar la realidad, los significados y las 
acciones de las personas con el objetivo final de construir conocimiento nuevo, 
cuyo diseño holístico; se preocupa de la búsqueda de la comprensión del 
mundo, donde esta presente la reflexibilidad. Strauss y Corbin (2002. p. 69), 
La reflexividad involucró a la investigadora en el estudio no como 
protagonista, sino como actora convirtiéndose en un instrumento, un vehículo 
para obtener datos y comprender la experiencia del otro. Como lo afirma Ray 
(2003, p. 147) “Dado que somos seres humanos, es posible comprender como 
es, ser un ser humano”. Desde el punto de vista de la reflexividad, investigar no 
es aplicar simples procedimientos o seguir indicaciones teóricas, sino es un 
acto interpretativo producto de la interacción con el mundo social. Es por ello, 
que durante el estudio la investigadora se enfrento a desafíos que supo 
convertir en ocasiones, en oportunidades para desarrollarlo. Como indican 
Hammersley y Atkinson (1995, p. 21), los investigadores pueden dar cuenta del 
mundo social al incluir su papel dentro de la investigación e “incluso al explotar

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