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Los huesos accesorios (supernumerarios) se desarrollan cuando aparecen centros de osificación adicionales y forman huesos extra. Muchos huesos se desarrollan a partir de varios centros de osificación, y las distintas partes normalmente se fusionan. Algunas veces, uno de estos centros deja de fusionarse con el hueso principal, lo que da la apariencia de un hueso extra. Un análisis cuidadoso muestra que el aparente hueso extra es, en realidad, una parte ausente del hueso principal. Es frecuente observar áreas circunscritas de hueso a lo largo de las suturas craneales, donde se unen los huesos planos, especialmente en el hueso parietal (v. cap. 8). Estos pequeños huesos, irregulares y vermiformes, son los huesos suturales (huesos wormianos). Es importante saber que los huesos accesorios son frecuentes en los pies, para no confundirlos con fragmentos óseos en las radiografías o en otros métodos de diagnóstico por la imagen. Huesos heterotópicos A veces hay formación de hueso en el interior de los tejidos blandos, donde no suele existir (p. ej., en las cicatrices). Los jinetes a menudo desarrollan huesos heterotópicos en los muslos (huesos del jinete), probablemente por la tensión muscular crónica que produce pequeñas áreas hemorrágicas, con calcificación y posterior osificación. Traumatismos y cambios óseos Los huesos son órganos vivos que causan dolor cuando se lesionan, sangran al fracturarse, se remodelan en relación con las tensiones que soportan y cambian con la edad. Al igual que otros órganos, los huesos poseen vasos sanguíneos, vasos linfáticos y nervios, y pueden enfermar. Los huesos que no se utilizan, como ocurre en un miembro paralizado, se atrofian (disminuyen de tamaño). También pueden absorberse, como ocurre en la mandíbula al extraer los dientes. Los huesos se hipertrofian (aumentan de tamaño) cuando soportan un mayor peso durante un largo período. Un traumatismo en un hueso puede romperlo. Para que la fractura se consolide adecuadamente hay que poner en contacto los extremos óseos en una posición que se aproxime a la normal, lo que se denomina reducción de una fractura. Durante la consolidación, los fibroblastos (células del tejido conectivo) circundantes proliferan y secretan colágeno, que forma un callo externo para mantener unidos ambos extremos (fig. C1-4). En el área de la fractura se produce una remodelación ósea y el callo se calcifica; finalmente el callo se reabsorbe y queda reemplazado por hueso. Tras varios meses, apenas quedan indicios de la fractura, especialmente en los individuos jóvenes. Las fracturas son más comunes en el niño que en el adulto, por la combinación de unos huesos delgados en crecimiento y realizar actividades sin tomar precauciones. Afortunadamente, muchas de estas fracturas son en tallo verde (incompletas, causadas por doblamiento del hueso). Las fracturas en los huesos en crecimiento consolidan con más rapidez que las producidas en el hueso adulto. 99 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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