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Neuroanatomia_Clinica (794)

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Aneurismas cerebrales
Aneurismas congénitos
Los aneurismas congénitos se producen con mayor frecuencia en el lugar en el que dos
arterias se unen en el circuito arterial cerebral llis. En este punto, existe una deficiencia
en la túnica media, y esto se complica con el desarrollo de ateromatosis, lo que debilita
la pared arterial y produce una dilatación local. Los aneurismas pueden presionar las
estructuras vecinas, como el nervio óptico o los pares craneales tercero, cuarto y
sexto, y producir síntomas o signos, o pueden romperse bruscamente en el espacio
subaracnoideo. En este último caso, se puede producir una cefalea brusca, seguida de
confusión. La muerte puede ocurrir rápidamente, o el paciente puede sobrevivir a la
primera hemorragia sólo para morir semanas o días después. La colocación de un clip
o la ligadura del cuello del aneurisma ofrecen la mejor posibilidad de recuperación.
Otros tipos de aneurismas son infrecuentes e incluyen los debidos al debilitamiento
de la pared arterial tras el alojamiento de un émbolo séptico; los debidos al daño de la
carótida interna al entrar en el seno cavernoso tras una fractura de cráneo, y los que se
asocian con enfermedades de la pared arterial, como la ateromatosis.
Hemorragia intracraneal
La hemorragia intracraneal puede ser consecuencia de un traumatismo o de lesiones
cerebrales vasculares. Se consideran cuatro variantes: a) epidural, b) subdural, c)
subaracnoidea y d) cerebral. Las hemorragias subdural y epidural se describen en la
página 23.
Hemorragia subaracnoidea
La hemorragia subaracnoidea suele ser consecuencia de la extravasación o rotura de
un aneurisma congénito en el circuito arterial cerebral o, con menor frecuencia, de un
angioma o de una contusión o laceración del cerebro y de las meninges. Los síntomas,
que son de inicio brusco, incluyen cefalea, rigidez de nuca y pérdida de la consciencia.
El diagnóstico se establece mediante la tomografía computarizada (TC). Se pueden
identificar las zonas de sangre densas en el espacio subaracnoideo. La extracción de
líquido cefalorraquídeo muy hemorrágico mediante punción lumbar también es
diagnóstica, pero este método ha sido sustituido por la TC.
Hemorragia cerebral
La hemorragia cerebral se debe generalmente a la rotura de una arteria ateromatosa, y
es más frecuente en los pacientes con hipertensión. Suele producirse en pacientes de
mediana edad, y a menudo implica la rotura de la arteria lenticuloestriada de pared
fina, rama de la arteria cerebral media. Las fibras corticonucleares y corticoespinales
importantes en la cápsula interna resultan dañadas, produciendo hemiplejía del lado
contralateral del cuerpo. El paciente pierde inmediatamente la consciencia, y la
parálisis es evidente cuando ésta se recupera. En algunos casos, la hemorragia se abre
al ventrículo lateral, dando lugar a una pérdida de consciencia más profunda y a
lesiones corticoespinales en ambos lados del cuerpo. La hemorragia también puede
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