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Neuroanatomia_Clinica (809)

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carótida interna irriga predominantemente un hemisferio cerebral a través de la arteria cerebral anterior y de
las ramas de la cerebral media; por tanto, la oclusión de la arteria carótida interna produce una hemiplejía,
hemianestesia y hemianopsia contralaterales, y afasia y agnosia, dependiendo de que el hemisferio dominante
esté afectado. Por otra parte, la arteria basilar contribuye a la irrigación de sangre de ambos lados del
cerebro a través de las dos arterias cerebrales posteriores y de muchas ramas de ambos lados del cuerpo.
8. El hemisferio dominante posee la función del lenguaje. En personas diestras (y en algunas personas zurdas),
el lenguaje es una función del hemisferio izquierdo. Un accidente cerebrovascular que afecte a la arteria
cerebral media del lado izquierdo será, por tanto, más grave que en el lado derecho, dado que afectará a la
zona cortical del habla y producirá una afasia motora y sensitiva completa. En las personas que tienen un
hemisferio derecho dominante, ocurre al revés.
9. La arteria cerebral media, además de dar lugar a ramas corticales, da lugar a ramas centrales que irrigan
parte de la rama posterior de la cápsula interna y de la radiación óptica. La oclusión de estas ramas origina
una hemianopsia homónima contralateral.
10. Dado que muchos tractos importantes ascendentes y descendentes tienen un trayecto por la cápsula interna,
una oclusión de su aporte sanguíneo produce un déficit neurológico extenso. La cápsula interna está irrigada
por las ramas estriadas central y lateral de la arteria cerebral media y por las ramas centrales de la arteria
cerebral anterior.
11. Este paciente presenta síntomas de síndrome del seno carotídeo. Para una descripción completa de este
síndrome, véase la página 484.
12. Se ha estimado que los cambios irreversibles comienzan a producirse en el tejido del sistema nervioso
alrededor de 4 min después de la detención completa del flujo cerebral. (Este tiempo puede ser mayor si se
ha enfriado el cuerpo del paciente.)
13. La afectación de la visión del ojo derecho con síntomas motores en la pierna izquierda es muy sugestiva de
una oclusión parcial de la arteria carótida interna derecha. Cuando a esto se une la pérdida de memoria y un
soplo sistólico sobre la arteria carótida interna derecha, el diagnóstico es casi seguro. Las cefaleas derechas
son síntomas habituales en esta patología. Un angiograma de la arteria carótida derecha confirmará la
presencia de una estenosis crítica de la arteria carótida interna en su origen. Las mediciones
oftalmodinamométricas pueden mostrar una disminución de la presión de la arteria retiniana del lado derecho
debido a una disminución de la presión en la arteria oftálmica derecha.
14. Este paciente tenía un aneurisma congénito de la arteria comunicante anterior. El inicio brusco de una cefalea
grave, que a menudo es tan intensa que el paciente siente como si se hubiese sido golpeado en la cabeza, es
característico de la rotura de un aneurisma congénito en el espacio subaracnoideo. La rigidez de nuca se
debe a la irritación meníngea producida por la presencia de sangre en el espacio subaracnoideo. Este paciente
no tenía evidencia de una presión previa sobre el nervio óptico que diera lugar a un defecto de visión
unilateral, lo que a veces se produce cuando el aneurisma se halla situado en la parte anterior del circuito
arterial cerebral. La pérdida de tono de los músculos de la pierna izquierda es difícil de explicar, aunque se
puede deber al daño que produce la hemorragia brusca en el espacio subaracnoideo en el hemisferio cerebral
derecho.
15. Este paciente tenía una hemorragia extradural del lado derecho, debida a la fractura de la parte anterior del
hueso parietal, que ha roto la división anterior de la arteria meníngea media derecha. La historia de que este
paciente fue encontrado inconsciente y de que después recuperó la consciencia durante un tiempo para luego
volver a quedar inconsciente es un hallazgo característico. El traumatismo inicial generalmente es
responsable de una pérdida inicial de consciencia. La recaída en el estado de inconsciencia se debe a un gran
coágulo de sangre a baja presión que comprimía la capa meníngea de la duramadre. Esto es responsable de la
pupila dilatada en el lado derecho debido a la presión indirecta en el nervio oculomotor derecho. La presión
sobre el surco precentral derecho produce hemiplejía y debilidad de la pierna izquierda; también produce un
signo de Babinski positivo en el lado izquierdo. La presencia de un gran coágulo de sangre en la cavidad
intracraneal es fácilmente reconocible en la TC. La presencia de un coágulo también era la responsable de la
elevación de la presión del líquido cefalorraquídeo. La ligera tinción de sangre del líquido obtenido mediante
una punción lumbar se debía a una pequeña extravasación de sangre desde el espacio extradural en el espacio
subaracnoideo en el lugar de la fractura.
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