Logo Studenta

LA INGENIERIA SANITARIA FRENTE AL PROCESO DE INDUSTRIALIZACION

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

LA INGENIERIA SANITARIA FRENTE AL PROCESO DE 
INDUSTRIALIZACION ’ 
Ing. John J. Bloomfield ’ 
Se analizan algunos problemas ecológicos de carácter qui- 
mico, biológico y fisico, que afectan la salud de los trabaja- 
dores y de la comunidad y que pudieran frenar eE desarrollo 
econdmico e industrial en Latinoamérica; se exhorta a los 
ingenieros sanitarios a explorar medios para resolverlos, 
mediante medidas de control industrial y la preparación de 
técnicos en este campo. 
Introducción 
Una de las características fundamentales 
que distingue al hombre de las demás espe- 
cies vivas, animales 0 vegetales, es su capaci- 
dad para alterar el ambiente en que se de- 
senvuelve, haciéndolo aparentemente más 
adecuado para su propia subsistencia. Du- 
rante el millón de años largo en que existe 
como grupo diferenciado de los demás pri- 
mates este proceso de adaptación se ha desa- 
rrollado en forma ininterrumpida, trayendo 
como consecuencia una alteración del equi- 
librio ecológico en que se desenvuelven los 
demás seres vivos, la erradicación y desapari- 
ción de otros animales y vegetales y el creci- 
miento desproporcionado de la especie hu- 
mana. 
Mientras este proceso fue relativamente 
lento el hombre pudo adaptarse en forma 
más o menos adecuada a los trastornos que 
él mismo provocaba. Frente a la escasez de 
la caza y la pesca o una recolección pobre de 
vegetales e insectos, primero se hizo nómada, 
buscando así tierras más fértiles o climas 
más acogedores. Se transformó en agricultor, 
ganadero y constructor, lo que permitió la 
formación de las primeras agrupaciones esta- 
bles de cierto tamaño. Más tarde aprendió a 
crear herramientas cada vez más complejas, a 
extraer los metales y a transformar los pro- 
ductos naturaIes, proceso que culminó cuan- 
‘Trabajo presentado al II Congreso Venezolano de 
Ingeniería Sanitaria, celebrado en Caracas, Venezuela, 
del 10 al 16 de marzo de 1968. 
*Consultor Regional en Higiene Industrial de la 
Organización Panamericana de la Salud. 
do, hace cerca de dos siglos, fue capaz de 
descubrir medios de liberación y control de 
fuentes de energía distintas de la energía 
química de los animales o la cinética del agua 
y el viento. Las modificaciones ambientales 
adquirieron entonces un ritmo constante- 
mente acelerado que, según todo parece indi- 
carlo, Uegará a una crisis, más 0 menos 
violenta, antes del término del presente siglo. 
Durante la última década, la humanidad 
comienza a adquirir conciencia cada vez más 
clara de que el rápido incremento de la 
población, industrialización, urbanización y 
tecnología científica que experimenta el 
mundo constituyen fuerzas poderosas que 
amenazan nuestros recursos naturales, inclu- 
yendo los bosques, la fauna, el agua, el suelo 
y hasta el aire que respiramos. Las grandes 
aglomeraciones urbanas, a su vez, al negarle 
al hombre incluso la mínima vida privada y 
el espacio vital que probablemente le es in- 
dispensable, están amenazando seriamente su 
salud mental. 
Este conjunto de fuerzas y tensiones, libe- 
radas o provocadas por el hombre, llegará 
en breve plazo, si no se controla, a destruir 
nuestro ambiente natural y a amenazar nues- 
tra propia subsistencia. Constituye, por 
ello, el mayor desafío que enfrenta actual- 
mente la humanidad y al que deben ser 
capaces de responder sus grupos dirigentes y 
profesionales. Entre estos, a los ingenieros 
de salud pública les cabe un papel muy 
importante, si han de contribuir en forma 
549 
550 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA - Diciembre 1968 
efectiva a forjar un mundo mejor para hoy y 
para el futuro. 
Aunque sólo en forma somera, con el 
objeto de destacar algunos de sus aspectos 
más importantes, deben mencionarse el creci- 
miento demográfico y la urbanización, espe- 
cialmente en Latinoamérica que constituye la 
vanguardia, con una tasa anual de creci- 
miento demográfico del 3.4% y un aumento 
de población urbana que alcanza el 5% 
anual o más. Esto ha significado que numero- 
sas ciudades han llegado a contar con uno o 
varios millones de habitantes sin haber po- 
dido disponer del tiempo ni de los recursos 
económicos para resolver los numerosos 
problemas ocasionados por estas grandes 
aglomeraciones de seres humanos. En Amé- 
rica Latina este proceso se ha visto acelerado 
y agravado por los esfuerzos realizados para 
obtener una industrialización a corto plazo, 
como único recurso para alcanzar un incre- 
mento de los niveles de vida de la población. 
La creciente intervención gubernamental en 
la vida económica de cada país, por otra 
parte, contribuye también a acelerar el creci- 
miento de sus capitales por la tendencia de 
las empresas a instalar sus fábricas en estas 
mismas ciudades, donde la proximidad a las 
esferas gubernativas les permite realizar con 
ventaja las numerosas gestiones ante las dife- 
rentes oficinas estatales, cada vez más decisi- 
vas en la marcha de sus negocios. Las capi- 
tales de cada país suelen constituir, por ello, 
un importante mercado consumidor y de 
trabajo, lo que produce un círculo vicioso 
que ha dado su carácter explosivo al proceso 
de urbanización. Para probar este aserto 
bastaría mencionar sólo los ejemplos de la 
ciudad de México, São Paulo, Lima y, desde 
luego, Caracas. Baste recordar que la parte 
urbana de la población total de Latinoamé- 
rica, que en 1950 era sólo de 61,000,OOO 
de personas (39% >, alcanzaba en 1960 el 
46% (95,000,OOO de personas, con un au- 
mento del 56% en sólo 10 años) y en 1967, 
de una población total de unos 254,000,OOO 
de habitantes, llegaba ya a 136,000,OOO 
de personas (53 % > . 
Los grandes conglomerados urbanos repre- 
sentan el desafío más importante que deben 
afrontar los servicios de saneamiento am- 
biental. Son bien conocidos algunos de los 
problemas que significan, como los de abas- 
tos de agua, disposición de excretas y de 
residuos industriales, vivienda, tránsito, etc., 
a los que se vino a agregar, en forma cada vez 
más notoria a partir de la década de 1940, 
apenas 25 años atrás, el de la contaminación 
del aire, considerado al comienzo sólo como 
una molestia más, 0 como un fenómeno 
curioso que afectaba a unas pocas ciudades 
en el mundo, y que vino a revelarse en toda 
su magnitud a partir de las catástrofes de 
1948 en Donora (E.U.A.) y de 1952, en 
Londres, y del empeoramiento de las condi- 
ciones de Los Angeles. Sabemos actualmente 
que ninguna ciudad que sobrepase del millón 
de habitantes, o que esté medianamente in- 
dustrializada, puede considerarse libre del 
problema, el que a lo largo de América 
Latina ha ido adquiriendo una importancia 
cada vez mayor en los últimos 10 ó 20 años 
(1). 
Repercusiones de la industrialización acele- 
rada 
Los problemas de salud que resultan de la 
industrialización rápida pueden considerarse 
desde dos puntos de vista: 
a) los que afectan a la comunidad y I 
b) los que afectan al propio ambiente de 1 
trabajo. I 
Mientras la comunidad debe soportar los 
efectos de las descargas de desechos, que 
contaminan el aire, la tierra y las masas y !i 
corrientes de agua, y la producción de ruidos 
excesivos, malos olores, etc., los trabajadores 
se ven expuestos, dentro del ámbito de tra- 
bajo, a una variedad de riesgos químicos, 
biológicos y físicos. 
Repercusiones en la comunidad 
Suministro de agua potable 
Las cantidades mínimas de agua potable 
para las necesidades de las poblaciones urba- 
! 
Bloomfield * INGENIERfA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 551 
nas se estiman variadamente, según las 
normas culturales y socioeconómicas de cada 
una. En un estudio preparado por dos con- 
sultores de la OMS (2) se dan para 75 países 
en vías de desarrollo, cantidades de 5 a 20 
litros por persona y por día para los grupos 
que sólo disponen de abastos públicos, de 40 
a 60 Litros por persona y por día para las 
viviendas que disponen de un solo grifo, y de 
más de 120 litros por persona y por día para 
viviendas provistas de servicios más comple- 
tos, como cuartosde baños, cocinas, etc. El 
mismo estudio establece que en 1962 sólo el 
87% de los 102,740,OOO habitantes en que 
se estimaba la población urbana de los países 
latinoamericanos incluidos disponía de algún 
tipo de abasto de agua potable, mientras que 
el 13% restante (13,860,OOO personas) care- 
cía de ella. El 87% abastecido se dividía en 
60% (61,400,OOO personas) con servicio 
domiciliario y 27 % (27,480,OOO personas) 
con fuentes públicas comunes. 
Aunque esta situación se compara muy 
favorablemente con las de las otras zonas en 
vías de desarrollo-Africa y Asia-la tarea 
por cumplir para dotar a toda la población de 
este servicio esencial para el bienestar y la 
salud es en verdad impresionante. Baste 
citar que el referido estudio estima que entre 
1962 y 1977 se necesitada el equivalente de 
unos EUA$6,600 millones para dotar a toda 
la población urbana de un abasto mínimo 
pero suficiente, mientras que otro documento 
indica la cantidad de $3,000 millones sólo 
para América Latina y para el período 1966- 
1971 (3). La magnitud de estas cifras com- 
prueba una vez más que la tarea que deben 
enfrentar los ingenieros sanitarios en nuestro 
continente es enorme. El hecho, por otra 
parte, de que varios de nuestros países, entre 
ellos Venezuela, han sido capaces de cumplir 
y aun superar ligeramente las metas de abas- 
tecimiento de agua establecidas en la Carta 
de Punta del Este demuestra que la profesión 
está sabiendo cumplir su cometido. 
Suministro de aguas industriales 
No se dispone de cifras en relación con las 
necesidades de abasto de aguas industriales, 
por razones obvias. La industria se instala en 
los lugares donde existen facilidades y re- 
cursos indispensables para su existencia, entre 
los que se cuentan vías de comunicación, 
fuentes de energía y, muy en especial, dis- 
ponibilidad de agua en cantidades sufi- 
cientes. De acuerdo con la índole misma de 
las industrias, la calidad y cantidad del agua 
que utiliian puede ser muy variable. Mien- 
tras las industrias de alimentos necesitan a 
menudo aguas especialmente purificadas, 
generalmente en grandes cantidades, la in- 
dustria metalúrgica o de fundición, los pro- 
cesos químicos, etc., suelen requerir cantida- 
des mucho- mayores, aunque a menudo de 
calidad inferior. 
El hecho de que no se disponga de estas 
cifras no significa que un suministro escaso 
de aguas industriales no tenga una importan- 
cia decisiva para el desarrollo de una ciudad. 
La gran industria, importante fuente de tra- 
bajo y ocupación de mano de obra, busca los 
lugares más adecuados para instalarse y 
tiende a resolver por sí misma los problemas 
de abastecimiento de los recursos necesarios. 
Cuando no puede obtener un suministro sufi- 
ciente de aguas industriales se instala en otra 
ciudad más propicia, y a veces en otro país, 
con las consecuencias socioeconómicas que 
podemos fácilmente comprender. A menudo, 
por otra parte, el crecimiento inesperado de 
una industria, ocasionado por el mismo éxito 
que ella pueda haber alcanzado, rebasa todas 
las previsiones y la empresa se encuentra de 
pronto frente al hecho de que no puede 
abastecer la demanda debido a la escasez de 
algún suministro vital, como la disponibilidad 
de agua. Una vez más las consecuencias so- 
cioeconómicas de esta situación afectan al 
adecuado desarrollo de nuestras ciudades y 
de su población. 
552 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA - Diciembre 1968 h- 
Disposicióíz de excretas 
El problema concomitante de la disposi- 
ción de excretas en nuestros países está 
mucho más lejos de una solución. En 1967, 
sólo el 36% de la población urbana vivía 
en casas conectadas a servicios de alcantari- 
llado. Tampoco se confiaba en poder dis- 
poner de fondos adicionales que permitiesen 
solucionar esta situación, lo que no parece 
haber cambiado fundamentalmente desde la 
preparación del informe referido. 
Disposición de residuos industriales 
Este es un problema al que apenas se ha 
comenzado a hacer frente en América Latina. 
En la mayor parte de los casos, y especial- 
mente en las zonas urbanas, los desechos 
industriales de toda índole se vacían simple- 
mente en los sistemas de alcantarillado, 
cuando existen, o en cursos de agua o pozos 
absorbentes. Sólo la industria minera, por la 
peligrosidad y cantidad de sus desechos, las 
industrias alimenticias y rara vez las de otro 
tipo, cuentan ocasionalmente con instalacio- 
nes adecuadas que permitan eliminar sus 
desechos, sin ocasionar perjuicios a terceros o 
a toda la comunidad. Se puede mencionar 
aquí el problema de los residuos de la indus- 
tria cafetalera, no resuelto todavía en nin- 
guno de los países productores, y que consti- 
tuye un interesante tema de investigación 
para cualquier ingeniero sanitario; el de los 
residuos de la industria del azúcar y del 
papel, y la contaminación general por resi- 
duos industriales de los cursos de agua que 
atraviesan ciudades como Sao Paulo-tal vez 
el caso más notorio-Buenos Aires, Santia- 
go, Caracas, etc. 
Contaminación del aire 
Tanto los trabajadores como el resto de la 
comunidad se ven sometidos, como conse- 
cuencia del desarrollo industrial, a la con- 
taminación de la atmósfera en grado crecien- 
te. El desarrollo de la industria de harina 
de pescado, por ejemplo, significci immmera- 
bles molestias, por los insoportables olores 
que ocasiona cuando no se toman las debidas 
precauciones, a ciudades como Lima y Callao 
en el Perú, y Arica e Iquique en Chile. En 
1966 la ciudad de Mar del Plata, en la 
Argentina, solicitó la ayuda de la OPS para 
evaluar y proponer soluciones a este pro- 
blema que está amenazando el turismo, su 
principal fuente de ingresos. Por otra parte, 
el interés en la industria pesquera como 
fuente de divisas es manifiesto. 
Numerosas otras ciudades latinoamerica- 
nas están pagando alto precio por el pro- 
greso. Sáo Paulo, en el Brasil, se ha con- 
vertido en una de las ciudades más contami- 
nadas del mundo y varias industrias han sido 
afectadas porque los altos índices de corro- 
sión hacían imposible la producción de mate- 
riales delicados y de instrumentos de preci- 
sión, aparatos electrónicos, etc. 
Buenos Aires, Caracas, la ciudad de 
México, Lima, Santiago y otras ciudades 
están sufriendo también estas consecuencias 
sanitarias y económicas. No se han calculado 
las pérdidas por corrosión, disminución de 
visibilidad etc., pero en los Estados Unidos 
se estiman en unos $12,000 millones por año 
y en Inglaterra alcanzan casi los mil millones, 
por lo que puede suponerse que en América 
Latina lleguen a valores también importantes. 
Repercusiones en la salud de los trabaiadores 
La industrialización en América Latina la 
está realizando una clase laboral con un desa- 
rrollo cultural y socioeconómico incipiente, 
que trata de aplicar técnicas modernas a un 
medio que no está preparado para recibirlas. 
El Estado interviene para impedir la explota- 
ción de los trabajadores, pero la ausencia de 
especialistas en número suficiente esteriliza 
parcialmente su acción o la conduce por 
senderos equivocados. El uso de maquinarias 
complejas y de productos y materias primas - 
tóxicas por personal sin conocimientos ade- 
cuados produce una enorme cantidad de acci- 
dentes del trabajo y enfermedades profesio- 
nales que está frenando el propio progreso 
Bloomfield - INGENIERÍA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 553 
económico que los genera. Esto representa 
una pérdida considerable, tanto en términos 
de vidas como de riqueza, que ninguna eco- 
nomía, ni mucho menos las de países en 
etapas primitivas del desarrollo, puede so- 
portar impune. 
De acuerdo con informaciones de la Comi- 
sión Económica para América Latina los 
sectores en más rápido desarrollo son la 
construcción, los servicios públicos y la in- 
dustria. La minería, sin presentar un creci- 
miento rápido, contribuye en forma impor- 
tante al producto bruto de la región. La 
agricultura, por su parte, ha quedado retra- 
sada y los economistasreconocen la necesi- 
dad urgente de expandirla (4). 
Durante el quinquenio 1960-1964 la mine- 
ría latinoamericana creció al ritmo de 4.5% 
anual. Si bien esta actividad constituye uno 
de los más lirmes puntales económicos de 
nuestros países, representa también, lamenta- 
blemente, una importante fuente de enferme- 
dades profesionales, irreversibles e incapaci- 
tantes. No existe centro minero donde la 
palabra silicosis no se escuche sin temor y los 
gobiernos han tenido que dictar leyes para 
compensar a los obreros que se ven obligados 
a abandonar prematuramente su trabajo, jus- 
tamente en las edades de más rendimiento 
por la madurez y grado de especialización 
que han alcanzado. 
Según los datos presentados al Primer 
Seminario Latinoamericano de Salud Ocupa- 
cional (5), realizado en São Paulo, Brasil, en 
marzo de 1964, entre los obreros bolivianos 
expuestos al riesgo de silicosis se encuentran 
tasas de prevalencia del 18%) cifra que ha 
aumentado en los últimos años; en Chile del 
10 al 12% ; en Colombia había aumentado 
del ll al 29%, con un grupo que llegaba 
hasta el 53% ; en el Perú era de menos de 
5 % , etc. Lamentablemente, aunque las téc- 
nicas de prevención son bien conocidas, es 
poco lo que se hace para evitar esta enferme- 
dad. 
La industria constituye el sector de más 
desarrollo en América Latina, con un creci- 
miento promedio de 8% durante 1964. Los 
trabajadores industriales, a menudo sin ex- 
periencia, manipulan productos peligrosos 
sin conocimiento cabal de los riesgos que 
encierran. La aplicación de técnicas mo- 
dernas, al tratar de salvar algunas de las 
etapas por las que han debido pasar los países 
que actualmente se consideran desarrollados, 
representa factores adicionales de riesgo 
como lo demuestran las altas tasas de acci- 
dentes del trabajo y enfermedades profesio- 
nales, que superan en 6,10 y hasta más veces 
las de naciones más industrializadas. En el 
Seminario al que se hiio referencia se expuso 
que en dos estudios efectuados en el Perú 
entre los obreros de fábricas de acumuladores 
y los que se dedican a la metalurgia del 
plomo, se encontró el 57% y el 60% de 
intoxicados con este metal. En Venezuela se 
encontraron cifras de 23 por ciento. Las 
intoxicaciones por arsénico alcanzaron en el 
Brasil el 87% y en el Perú el 89 por ciento. 
En México, el 50% de los obreros del cromo 
presenta dermatosis ocupacional y el 10% 
úlceras graves del tabique nasal, que han 
llegado a perforarlo. En Chile, el 11% de 
los obreros expuestos a solventes han experi- 
mentado incapacidad laboral. Y se podría 
seguir citando ejemplos pese a que no se 
dispone de estadísticas completas. 
El bajo índice de crecimiento de la produc 
ción agrícola, sólo 2% en 1964, inferior al 
incremento demográfico, contribuye en forma 
importante a mantener el subdesarrollo de 
América Latina. Para alcanzar producciones 
que permitan el autoabastecimiento será in- 
dispensable obtener rendimientos muy supe- 
riores a los actuales, lo que hace imprescindi- 
ble el uso en gran escala de fertilizantes y 
pesticidas. Esto, lamentablemente, implica 
riesgos graves a la salud de los usuarios, 
acentuados por los elevados índices de anal- 
fabetismo. En los periódicos latinoameri- 
canos se puede encontrar, casi día a día, in- 
formaciones sobre intoxicaciones y muertes 
producidas por insecticidas. En sólo un país 
centroamericano se denuncian más de 1,000 
casos cada año, con numerosas muertes (6). 
Los casos trágicos de intoxicación por pesti- 
554 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA * Diciembre 1968 ’ 
cidas, sean intencionales, de tipo suicida o 
accidentales, son cada vez más comunes. El 
más reciente se produjo en la pequeña pobla- 
ción colombiana de Chiquinquirá el 25 de 
noviembre pasado, cuando un transporte ina- 
decuado produjo la contaminación de una 
partida de harina, ocasionando la muerte de 
cerca de 80 personas. Sucesos similares, 
aunque afortunadamente de consecuencias 
algo menos serias porque han afectado a un 
número menor de personas, se han repetido 
en casi todos nuestros países. 
Las sustancias tóxicas de uso industrial son 
de acción muy enérgica, pueden ingresar al 
organismo por la vía digestiva o respiratoria 
o a través de la piel y, en general, bastan 
pequeñas cantidades para producir daños 
serios. Se puede señalar que los máximos 
admisibles internacionales se expresan en 
partes de tóxico por millón de partes de aire 
o en miligramos por metro cúbico de aire. 
Estas pequeñas cantidades carecen de valor 
económico al considerarlas como pérdidas en 
el proceso industrial, lo que anula todo 
interés por parte del empresario por recu- 
perarlas. 
La determinación de la toxicidad de los 
nuevos productos industriales es más lenta 
que su introducción en el mercado, en parte 
por falta de un número suficiente de investi- 
gadores. Mientras las empresas industriales 
lanzan algunos cientos de nuevas sustancias 
cada año, los higienistas industriales sólo 
alcanzan a estudiar algunas decenas de ellas. 
Es indispensable facilitar esta labor ayudando 
a las universidades e institutos dedicados a la 
formación de nuevos profesionales y a la 
investigación de estas materias. 
Las técnicas de protección son conocidas 
desde hace ya algunas décadas, pero existen 
en el mundo pocos profesionales que sepan 
aplicarlas y pocos médicos especialistas en el 
reconocimiento oportuno de estas enferme- 
dades. En la mayor parte de los países en 
vfas de desarrollo se carece de ellos o sólo 
existen en número reducido e insuficiente. 
Los empresarios y economistas en general 
ignoran sus repercusiones económicas y son 
muy pocas las industrias que cuentan con 
ingenieros y médicos dedicados a su preven- 
ción. A menudo los establecimientos que 
disponen de departamentos de higiene y segu- 
ridad industrial son filiales de empresas de 
los países más desarrollados, que han tenido 
la oportunidad de aprender que proteger la 
salud de sus trabajadores es un excelente 
negocio. Una sola de estas filiales está eco- 
nomizando por ano, gracias a un programa 
activo de prevención que ha disminuido los 
pagos de compensaciones, el equivalente de 
EUA$3,000,000. En realidad, el alto costo 
de los accidentes y enfermedades profesio- 
nales impediría a la mayor parte de las 
empresas latinoamericanas competir en un 
mercado abierto y sólo la amplia protección 
que habitualmente les asegura el Estado les 
permite despreocuparse de este importante 
factor. 
No son sólo las sustancias tóxicas las que 
amenazan la salud y eficiencia de los obreros, 
sino también las condiciones físicas en que 
desarrollan sus labores, como son los excesos 
o deficiencias de calor, humedad, presión, 
ruido, iluminación, etc., que afectan seria- 
mente su organismo. Las nuevas técnicas que 
utilizan aparatos o elementos radiactivos en 
el examen de soldaduras y estados de corro- 
sión, o en el control de producción, repre- 
sentan también riesgos que no siempre son 
reconocidos oportunamente o que, al revés, 
provocan estados de psicosis entre los traba- 
jadores, que se resisten a emplearlos. 
En igual forma, el uso de maquinarias 
complejas provoca numerosos accidentes. 
Sus fabricantes suelen dotarlas de elementos 
de protección que a menudo son eliminados 
por los obreros con la complicidad tácita o 
explícita de sus jefes, por considerar que 
estorban la producción. La ignorancia de 
patrones y obreros aumenta considerable- 
mente el número de accidentes industriales 
ocasionados por disposición ineficiente de las 
maquinarias, procesos mal planificados, mé- 
todos deficientes y otros riesgos de todo tipo 
en el ambiente de trabajo. El costo de estos 
accidentes en los países latinoamericanos es 
c 
Bloomfield - INGENIERÍA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 555 
enormemente alto y llega a superar a las 
inversiones de capital. En Chile se estimó en 
196 1 que alcanzaba al 7% del presupuesto 
nacional. 
Los gobiernos suelen limitarse a dictar 
leyes que otorgan a lostrabajadores compen- 
saciones monetarias por labores tóxicas o 
insalubres, o les conceden jornadas reducidas 
de trabajo, aumentos en los períodos de vaca- 
ciones o disminución de los años necesarios 
para obtener su jubilación. Esto no contri- 
buye a la solución de los problemas y, en 
cambio, afecta los costos y la productividad 
al restar una cantidad enorme de jornadas de 
trabajo de personal experimentado. 
Otros problemas de salud de los trabajadores 
Además de las enfermedades y accidentes 
ocupacionales afectan a la salud de los traba- 
jadores las condiciones a menudo misérrimas 
de habitación, los déficits alimentarios, la 
carencia parcial o total de agua potable, la 
disposición inadecuada de excretas, etc. To- 
dos estos son factores que contribuyen a 
afectar la salud de la población laboral, a lo 
que se suele agregar una atención médica 
insuficiente que no permite una recuperación 
oportuna Aunque los ingenieros sanitarios 
no son directamente responsables por los 
servicios de atención médica, nutrición ade- 
cuada y salud mental, creo que se justifica 
completar esta presentación haciendo refe- 
rencia breve a ellos. 
Muchos países en desarrollo se enfrentan 
actualmente con considerables problemas de 
salud general y, a menudo, se resisten a 
distraer sus recursos humanos y materiales 
para impedir los probIemas de salud ocasio- 
nados por la industrialización. Es obvio que 
cualquier nación que desee alcanzar una 
industrializacián rápida y conservar aI mismo 
tiempo sus recursos humanos debe dar una 
alta prioridad a la protección y promoción de 
la salud de los trabajadores y que el no 
hacerlo se traducirá tarde o temprano en una 
pesada carga económica. Por estos motivos, 
las autoridades de salud deben participar en 
todos los programas de desarrollo e insistir 
en las altas prioridades de los servicios esen- 
ciales de salud pública, tales como sanea- 
miento general, planificación de la comuui- 
dad, nutrición, salud mental y atención 
médica. 
Los programas de nutrición son especial- 
mente necesarios para los individuos que han 
emigrado de las áreas rurales a las urbanas. 
Las poblaciones rurales, acostumbradas a las 
dietas habituales en las regiones de donde 
provienen, suelen encontrar diicultades para 
ajustarse a las dietas urbanas y especialmente 
al aumento en el costo de los artículos ah- 
menticios, lo que puede afectar la capacidad 
nutritiva de sus comidas. 
En igual forma, la urbanización e indus- 
trialización pueden tener un efecto adverso 
sobre la salud de las personas que acaban de 
emigrar de las áreas rurales a las urbanas. La 
industrialización rápida puede romper los 
lazos y la vida familiar tradicional y la seguri- 
dad que se encuentra en las comunidades 
rurales. Las violencias y tensiones creadas 
por el nuevo ambiente pueden ocasionar 
serios desórdenes mentales. De ahí que sea 
esencial el empleo de medidas preventivas 
que tengan por objeto hacer que el cambio 
del modo de vida rural a urbana sea lo más 
suave posible. 
Otra consideración importante al confron- 
tar los problemas creados por la iudustrializa- 
ción es la provisión de atención médica ade- 
cuada. Una vez más, las autoridades de salud 
deben tomar la iniciativa para proporcionar 
la necesaria atención médica, lo mismo que 
recursos tales como hospitales, clínicas, cen- 
tros de salud y servicios similares. Estas 
requerirán a su vez nuevo personal médico 
entrenado, del que había escasez aun antes 
del incremento acelerado de la industrializa- 
ción. 
Posibles vías de solución 
La OMS ha postulado que es antieconómico 
buscar el desarrollo industrial sin resolver las 
consecuencias sanitarias y sociales que este 
556 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA * Diciembre 1968 ’ 
acarrea. Recientemente los organismos inter- 
nacionales han aceptado que importantes 
partidas de los fondos para el desarrollo eco- 
nómico se inviertan en educación, por con- 
siderar que un pueblo de analfabetos no está 
capacitado para utilizar las complejidades de 
la técnica moderna. Existe el convencimiento 
de que es igualmente indispensable que se 
controlen las consecuencias sanitarias para 
los trabajadores y la comunidad que el desa- 
rrollo económico acarrea. No se gana mucho 
con apoyar las minas de estaño de Bolivia, o 
la industria del cemento en Centroamérica, si 
las enfermedades y accidentes que acarrean 
tienen un costo superior a las nuevas riquezas 
producidas, por lo que el saldo resulta nega- 
tivo. Sin embargo, no existen dificultades 
de orden técnico que impidan que estas in- 
dustrias se instalen en condiciones tales que 
no produzcan estos daños. Sólo la carencia 
de conocimientos adecuados de parte de los 
industriales y las autoridades, y de los orga- 
nismos de desarrollo, permiten que esto 
ocurra. 
Por lo tanto, todo proyecto debería incluir 
los elementos necesarios para suprimir, a 
juicio de un organismo técnico adecuado, los 
riesgos para los trabajadores y las molestias 
a la comunidad. Estos organismos técnicos 
de control deberían pertenecer a los pro- 
pios países interesados. Tanto los servicios de 
salud pública como las instituciones nacio- 
nales de desarrollo deberían contar con per- 
sonal técnico especializado en estas mate- 
rias, y sería igualmente importante que las 
organizaciones internacionales de desarrollo 
dispusiesen de ingenieros capacitados que 
exigiesen desde la partida de los sistemas de 
prevención correspondientes. Estos profesio- 
nales deberían estar en situación de discutir 
con los interesados los posibles métodos de 
control y prevención y evaluar su funciona- 
miento. 
Entrenamiento de profesionales especializa- 
dos 
La carencia mundial de profesionales espe- 
cializados en ingeniería de salud pública es 
bien conocida y constituye un problema muy 
serio. Sin embargo, como lo reveló el Semi- 
nario celebrado en Lima, Perú, en julio de 
1961 (7), existían en esa época en el Conti- 
nente por lo menos 57 instituciones que 
enseñaban ingeniería civil o cursos de pos- 
grado en ingeniería sanitaria. Dado que han 
transcurrido seis años y considerando que 
estas 57 instituciones incluían solamente las 
que contestaron un cuestionario despachado 
con anterioridad, se puede suponer que el 
número total es actualmente superior. A las 
escuelas de ingeniería civil debería agregarse, 
además, las escuelas de ingeniería química, 
que aumentan constantemente en número 
para poder atender a las necesidades de la 
industrialización y que incluyen, cada vez 
más a menudo, materias de ingeniería de 
salud pública. 
Vale la pena destacar en forma especial el 
programa que se está desarrollando actual- 
mente en Venezuela, con la colaboración de 
las cuatro principales universidades del país, 
el aporte económico del Programa de las 
Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD) 
y con la OPS como agencia ejecutiva. El 
éxito que está teniendo en la formación de 
ingenieros sanitarios contribuirá sin duda 
alguna a elevar el nivel de esta disciplina no 
sólo en Venezuela, sino que en todo el Con- 
tinente. Siguiendo este buen ejemplo, están 
en desarrollo, o al menos en proyecto, pro- 
gramas similares en países como Argentina, 
Chile, México y Perú. 
Por su estrecha relación con los problemas 
que la industrialización acelerada impone a 
los centros urbanos, se justifica destacar 
también las actividades de formación de per- 
sonal especializado del Instituto de Higiene 
del Trabajo y Contaminación Atmosférica de 
Santiago, Chile, organizado igualmente con el 
aporte económico del PNUD y con la OPS 
como agencia ejecutiva. Pese a que sus 
cursos de posgrado sólo se iniciaron en 1965, 
ya ha sido capaz de formar más de 50 pro- 
fesionales altamente especializados, inclu- 
yendo ingenieros, médicos, químicos, etc., 
que están atendiendo las necesidades no sólo 
Bloomfield - INGENIERÍA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 557 
de Chile sino también de numerosos otros 
países de Am&+ca Latina, entre los que 
podemos mencionarArgentina, Bolivia, Bra- 
sil, Colombia, El Salvador, Nicaragua, Perú, 
Uruguay y Venezuela. 
Aun con esta importante labor que llena 
de esperanzas para el futuro, la escasez de 
ingenieros sanitarios y de salud pública bien 
preparados es notoria en toda América La- 
tina. El Seminario sobre Enseñanza de In- 
geniería Sanitaria al que se ha hecho referen- 
cia no se pronunció sobre las necesidades de 
estos profesionales en nuestros países, pero 
en él planteó el profesor Fair, en su presenta- 
ción, que “en teoría, el total de graduados 
debiera ser hoy mayor en Latinoamérica que 
en los Estados Unidos porque, entre otras 
razones, es mayor la urgencia en zonas que 
han de ser objeto de un rápido desarrollo”. 
Por otra parte, aunque no se dispone de 
cifras, todos los que conocen la realidad 
latinoamericana están muy conscientes de la 
aguda escasez de personal capacitado, que es 
probablemente el factor que más frena el 
desarrollo de los programas destinados a 
mejorar el nivel de saneamiento ambiental de 
nuestras ciudades. 
Centro Panamericano de Ingenieria Sanitaria 
La OPS tiene en proyecto desde hace algún 
tiempo la organización de un Centro Pana- 
mericano de Ingeniería Sanitaria, el que se 
espera que esté en funcionamiento por lo 
menos a partir de 1969. Se cree que un 
organismo semejante puede representar un 
factor importante en el mejoramiento de las 
condiciones de saneamiento ambiental en 
nuestros países. El objetivo que persigue este 
Centro queda expuesto con claridad en los 
fundamentos con que se solicitó el otorga- 
miento de fondos para ponerlo en funciones: 
“La creciente dificultad de proporcionar un 
ambiente saludable en las ciudades está ad- 
quiriendo una atención mundial. La migra- 
ción de masas de población de las áreas 
rurales a las urbanas se ha producido a una 
tasa mayor de la que pueden absorber nuestra 
tecnología y nuestras instituciones, aun en los 
países más altamente desarrollados. Estas 
migraciones, unidas al crecimiento demo- 
gráfico y a la industrialización acelerada, 
están produciendo problemas especialmente 
serios de suministro de agua, disposición de 
excretas, contaminación del agua, contamina- 
ción del aire, recolección y disposición de 
residuos sólidos, y de vivienda. Los riesgos 
ocupacionales, la radiación, el ruido y la 
contaminación por alimentos son otros pro- 
blemas ambientales que requieren una aten- 
ción urgente. La mayor parte de nuestros 
problemas ambientales urbanos están tan 
estrechamente relacionados que pueden ser 
atacados más eficientemente en forma un& 
cada”, 
“Programas importantes han sido desarro- 
llados en varias de las áreas más económica- 
mente avanzadas en un esfuerzo para con- 
trolar sus problemas urbanos masivos. Se 
han creado nuevos departamentos guberna- 
mentales, establecido nuevos centros de en- 
trenamiento e investigación en las universi- 
dades, y otorgado nuevos incentivos a empre- 
sas tanto públicas como privadas en un 
esfuerzo por detener la degradación del am- 
biente urbano. Con todas estas medidas se 
espera que su calidad pueda ser elevada a un 
nivel razonablemente saludable”. 
“En áreas donde el desarrollo económico 
es más reciente, como en la mayor parte de 
América Latina, no se han movilizado re- 
cursos que permitan mejorar en forma signifi- 
cativa los problemas ambientales existentes 
o que prevengan la aparición de otros nuevos. 
Esta situación se hace más crítica porque la 
urbanización tiene un paso mucho más rápi- 
damente acelerado en estas áreas que el que 
tuvo en las que se desarrollaron con ante- 
rioridad en el mundo. Así, es más urgente 
proporcionar a muy breve plazo los recursos 
para guiar la planiftcación y desarrollo del 
ambiente urbano”. 
“La OPS debería actuar como líder en esta 
importante área. Esto requerirá nuevos re- 
cursos. Algunos pueden ser provistos con 
nuevos fondos y otros por la redistribución de 
558 BOLETíN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA - Diciembre 1968 
los recursos existentes. Específicamente, un 
nuevo Centro de Ingeniería Sanitaria propor- 
cionará servicios de expertos en los nuevos 
problemas de saneamiento ambiental de las 
áreas urbanas”. 
“Este Centro proporcionará el ambiente 
necesario para desarrollar y mantener una 
competencia técnica experta. Debería consti- 
tuir un punto focal para la recolección y 
análisis de datos ambientales básicos; la reco- 
lección, evaluación, y diseminación de la 
información relativa a nuevos descubri- 
mientos y nuevos métodos para resolver los 
problemas; planeamiento y desarrollo de 
seminarios científicos y administrativos sobre 
problemas ambientales urbanos, y estimulo 
al funcionamiento de centros de competencia 
técnica en los países miembros. En fases 
posteriores el Centro debería emprender, es- 
timular y apoyar la investigación. Si fuese 
necesario podría realizar también cursos de 
entrenamiento altamente especializados que 
estuviesen más allá de la capacidad de otros 
recursos de la región. La característica espe- 
cial de este Centro deberá ser su estrecha 
unión con las fuentes de nuevos conocimien- 
tos para que pueda atraer y retener personal 
de la más alta calidad”. 
Conclusiones 
Al esbozar en forma somera, como se ha 
hecho, la relación entre la salud, tanto de los 
trabajadores como de la comunidad, y el 
desarrollo económico del Continente, se 
confía haber presentado en forma clara la 
urgencia y absoluta necesidad de adoptar 
medidas más enérgicas y eficaces que las utili- 
zadas hasta ahora. En especial, se estima que 
todos los que han decidido dedicar su vida 
profesional a la ingeniería de salud pública 
deben estar alerta para tratar de conseguir 
que las agencias dedicadas al desarrollo eco- 
nómico, tanto en escala nacional como inter- 
nacional, tomen conciencia de estos pro- 
blemas y tengan presente que los daños a la 
salud de los trabajadores y de la comunidad 
son capaces de frenar el propio desarrollo 
económico y la industrialización en que ellas 
están empeñadas. 
Como medidas concretas, se debería re- 
calcar constantemente la necesidad de que 
adopten las siguientes: 
1) Incorporar en cada nuevo proyecto las 
medidas de control que impidan, a juicio de 
un organismo técnico capacitado, los daños a 
la salud de los trabajadores y las molestias a 
la comunidad. 
2) Considerar como proyectos de desa- 
rrollo económico las inversiones destinadas a 
prevenir y controlar estos daños y molestias. 
3) Que todos los organismos internacio- 
nales de desarrollo económico cuenten entre 
su personal estable con profesionales ex- 
pertos en las medidas de control y prevención 
de los daños y molestias que pueden acarrear 
los proyectos que auspicien y que, mientras 
no cuenten con este personal, soliciten la 
asesoría técnica de la OMS para suplirlos. 
4) Solicitar la ayuda de la OMS para el 
desarrollo de organismos estatales y privados 
de control de estos daños y molestias en 
todos los países latinoamericanos y para que 
actúe como organismo técnico en la recomen- 
dación de las medidas de prevención y con- 
trol en los paises e instituciones que todavía 
no cuenten con estos servicios y donde estos 
no hayan alcanzado el nivel técnico ade- 
cuado. 
5) Aceptar la posibilidad de utilizar una 
parte, muy pequeña, de los fondos destinados 
al desarrollo económico para ayudar a los 
organismos que estén preparando técnicos 
capacitados en el reconocimiento, la preven- 
ción y el control de estos daños y molestias. 
Resumen 
Por mucha capacidad que el hombre tenga 
para alterar el ambiente en que vive y adap- 
tarlo a sus necesidades, todo parece indicar 
que llegará a una crisis más 0 menos violenta 
en un futuro cercano. Por una parte, las 
grandes aglomeraciones parecen afectar la 
salud mental de los habitantes. Además, los 
adelantos tecnológicos, la urbanización e 
Bloomfield * INGENIERfA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 559 
industrialización, acompañados del rápido 
crecimiento de la población parecen amena- 
zar los recursosnaturales y hasta la propia 
subsistencia humana. Este conjunto de 
fuerzas y tensiones puede Llevar al hombre a 
la autodestrucción, y constituye el mayor 
desafío a la humanidad, cuyos grupos diri- 
gentes y profesionales deben reaccionar para 
salvar este peligro. Entre estos grupos, los 
ingenieros de salud pública deben contribuir 
de manera efectiva a forjar un mundo mejor 
para hoy y para el futuro. 
Se ha postulado que es antieconómico 
buscar el desarrollo industrial sin resolver las 
consecuencias sanitarias y sociales consi- 
guientes. La industrialización acelerada tiene 
sus repercusiones en la comunidad tanto en lo 
que significa la disposición de residuos indus- 
triales como en el consumo, y más tarde la 
contaminación, de las masas de agua. Re- 
percute, asimismo, en la salud de los trabaja- 
dores que tienen que aplicar técnicas mo- 
dernas a un medio que no está preparado 
para recibirlas; por ejemplo, el uso de maqui- 
narias complejas y de productos y materias 
primas tóxicas por personal no capacitado, 
ocasiona accidentes de trabajo. Estos pro- 
blemas de salud se complican debido también 
a otros factores contribuyentes como: habita- 
ciones miserables, déficit alimentario, caren- 
cia de agua potable, inadecuada disposición 
de excretas y además, la insuficiente atención 
médica. 
Como posibles soluciones se recomiendan: 
1) incorporar medidas de control en cada 
proyecto industrial para resguardar la salud 
del trabajador y de la comunidad; 2) con- 
siderar como partidas del desarrollo econó- 
mico las que se dedican a ese fìn; 3) emplear 
en los organismos internacionales a profesio- 
nales expertos en el control y prevención de 
daños y molestias que pueden originar los 
programas de desarrollo industrial; 4) crear, 
con la asistencia de la OMS, organismos esta- 
tales y privados para ejercer este control, y 
5) destinar cierta parte de los fondos del 
desarrollo económico a preparar técnicos en 
prevención y control de daños y molestias de- 
rivados de la industrialización. Cl 
REFERENCIAS 
(1) Haddad, Ricardo. “La contaminaci6n del 
. aire en América Latina”. En: Actas del 
Primer Congreso Peruano de SaZud Ocupa- 
cional, Lima, Perú, 1967. 
(2) Dieterich, Bemd H. y Henderson, John M. 
“Situación y necesidades de los servicios 
urbanos de abastecimiento de agua en se- 
tenta y cinco países en desarrollo”. Ginebra: 
Organización Mundial de la Salud. Cua- 
derno de salud pública 23, 1965. 
(3) Organización Panamericana de la Salud. Metas 
de salud en la Carta de Punta del Este. 
Hechos que revelan progreso, Publicaciones 
varias 81, marzo de 1966. 
(4) Comisión Económica para América Latina. 
La Economía en América Latina en 1964. 
Santiago de Chile: CEPAL, 1965. 
(5) Organización Panamericana de la Salud. 
Primer Seminario Latinoamericano de 
Salud Ocupacional, Süo Paulo, 1964. Publi- 
cación científica 124, 1965. 
(6) Bloomfield, J. J. “Salud de los trabajadores y 
desarrollo económico en América Latina”. 
En: Actas del Primer Congreso Peruano de 
Salud Ocupacional. Lima, Perú, 1967. 
(7) Organización Panamericana de la Salud. 
Seminario sobre Enseñanza de Ingeniería 
Sanitaria en América Latina. Publicación 
científica 76, mayo de 1963. 
.- 
Sanitary Engineering and Industrialization (Summcrry) 
‘^ 
Regardless of the enormous capacity of man their inhabitants. In addition technological ad- 
to change the environment in which he lives vances, urbanization, and industrialization, ac- 
and to adapt it to his needs, everything seems companied by rapid population growth, threaten 
to point to a rather violent crisis in the near natural resources and even human subsistence. 
future. On the one hand, the great urban This aggregate of forces and pressures may 
areas appear to affect the mental health of lead man to self-destruction and is a major 
560 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA - Diciembre 1968 
challenge to humanity, whose leaders must take 
action to avert this peril. Among the profes- 
sions involved, sanitary engineers must help 
shape a better world for today and tomorrow. 
lt has been postulated that it is uneconomical 
to promote industrial development unless the 
health and social problems it entails are solved. 
Accelerated industrialization affects the com- 
munity both with respect to the disposal of 
industrial wastes and the consumption and, 
subsequently, the pollution of water. It also 
affects the health of workers who are required 
to apply modern techniques to an environment 
which is not prepared to receive them; for 
example, the use of complex machinery and 
toxic products and raw materials by untrained 
personnel results in industrial accidents. These 
health problems are aggravated by such factors 
as insanitary housing, poor diet, inadequate 
drinking water supply, deficient sewerage, and 
also lack of medical care. 
As possible soiutions the author recom- 
mends: 1) to incorporate control measures into 
each industrial project in order to safeguard 
the health of the worker and of the community; 
2) to regard expenditures for this purpose as 
expenditures on economic development; 3) 
to recruit for international agencies experts 
in the control and prevention of environmental 
insults and nuisances which may be caused by 
industrial programs; 4) to establish, with the 
assistance of WHO, state and private control 
agencies; and 5) to earmark some of the funds 
for economic development for the training of 
technical staff in the prevention and control of 
environmental insults and nuisances caused by 
industrialization. 
A Engenharia Sanit.&ia e o Processo de Industrializaqáo (Resumo) 
Por mais capaz que seja o homem de alterar 
o ambiente em que vive e adaptá-lo as suas 
necessidades, tudo parece indicar que haverá 
em futuro próximo urna crise mais ou menos 
violenta. As grandes aglomeracóes parecem 
afetar a saúde mental dos habitantes e os pro- 
gressos tecnológicos, a urbanizacáo e a indus- 
trializacão, acompanhados do rápido cresci- 
mento da populacão, parecem ameacar os 
recursos naturais e até a própria subsistência 
humana. Ésse conjunto de fôrcas e tensóes 
pode levar o homem à autodestruicão e consti- 
tui o maior desafio à humanidade, cujas grupos 
dirigentes e profissionais devem reagir para 
evitar o perigo. Entre êsses grupos, os enge- 
nheiros de saúde pública devem contribuir de 
maneira efetiva para criar um mundo melhor 
hoje e no futuro. 
É antieconômico procurar o desenvolvimento 
industrial sem resolver suas conseqüências sani- 
tárias e sociais. A industrializacão acelerada 
tem repercussóes na comunidade, tanto no que 
se refere à remocáo de resíduos industriais 
como no que diz respeito ao consumo e, mais 
tarde, à contaminacâo das massas de água. 
Repercute, outrossim, na saúde dos trabalha- 
dores, que têm de empregar técnicas modernas 
sem estar preparados para isso; por exemplo, 
o uso de maquinarias complexas e de produtos 
e matérias-primas tóxicas por pessoal inexperi- 
ente causa acidentes de trabalho. Ésses pro- 
blemas de saúde complicarn-se sob a influência 
de outros fatôres, tais como habitacóes insalu- 
bres, deficiência de nutricão, escassez de água 
potável, servico de esgôto inadequado e assis- 
tência médica insuficiente. 
0 autor recomenda como possíveis solucóes 
1) incorporar medidas de controle em todos 
os projetos industriais, a fim de proteger a 
saúde do trabalhador e da comunidade; 2) con- 
siderar como inversóes destinadas ao desen- 
volvimento econômico os gastos feitos com essa 
finalidade; 3) empregar nos organismos inter- 
nacionais técnicos no controle e prevencáo de 
danos e inconvenientes causados pelos pro- 
gramas de desenvolvimento industrial; 4) criar, 
com a assistência da OMS, organismos estatais 
e privados para exercer êsse contrôle; e 5) 
reservar certa parte dos fundos do desenvolvi- 
mento econômico à formacáo de técnicos em 
prevencáo e controle de danos e inconvenientes 
derivados da industrializacáo. 
Le génie sanitaire et I’industrialisation(Résumé) 
Quelle que soit la capacité de I’homme de santé mentale des habitants. D’autre part, les 
modifier le milieu dans lequel il vit et de progrès technologiques, l’urbanisation et l’in- 
l’adapter à ses besoins, tout semble indiquer dustrialisation, parallèlement à une augmenta- 
qu’il arrivera à une crise plus ou moins violente tion rapide de la population, semblent mettre 
dans le proche avenir. D’une part, les grandes en danger les ressources naturelles et m&me 
agglomérations paraissent porter atteinte à la la subsistance humaine. Cet ensemble de forces 
Bloomfield - INGENIERÍA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 561 
et de tensions peut conduire l’homme à son 
auto-destruction, et constitue le problème le 
plus grave qui se pose à I’humanité que les 
groupes dirigeants et professionnels doivent 
résoudre pour écarter ce danger. Parmi ces 
groupes, les ingénieurs sanitaires doivent aider 
de manière efficace à forger un monde meilleur 
pour aujourd’hui et pour l’avenir. 
On a atimé qu’il est anti-économique de 
rechercher le développement industriel sans 
s’occuper des conséquences sanitaires et sociales 
qui en résultent. L’industrialisation accélérée 
a des répercussions sur la communauté tant 
en ce qui concerne I’évacuation des déchets 
industriels que la consommation, et ultérieure- 
ment la pollution de l’eau. Elle se répercute 
également sur la santé des travailleurs qui sont 
chargés d’appliquer les techniques modernes à 
un milieu qui n’est pas préparé pour ces 
dernières; c’est ainsi que l’utilisation de ma- 
chines complexes et de produits et matières 
premières toxiques par du personnel non qua- 
lifié cause des accidents du travail. Ces pro- 
blèmes sanitaires se compliquent également en 
raison d’autres facteurs tels que: logements 
misérables, carente alimentaire, manque d’eau 
potable, évacuation imparfaite des excreta et, 
en outre, soins médicaux insuffisants. 
L’auteur recommande les solutions éventue- 
lles suivantes: 1) prévoir dans chaque projet 
industriel des mesures destinées à protéger la 
santé du travailleur et de la communauté; 2) 
considérer les mesures destinées à cette fin 
comme parties du développement économique; 
3) employer dans les organismes interna- 
tionaux des experts en matière de contrôle et de 
prévention des dommages et inconvénients 
pouvant résulter des programmes de développe- 
ment industriel; 4) créer, avec l’assistance de 
I'OMS, des organismes officiels et privés chargés 
d’appliquer ces mesures; et 5) affecter une 
certaine partie des fonds du développement 
économique à la formation de techniciens en 
matière de prévention et de contr8le des dom- 
mages et inconvénients provenant de Sin- 
dustrialisation. 
PRINCIPALESPROBLEMASDESALUDENLASAMÉRICAS 
Al examinar los informes de 10s Estados Miembros de la OMS para el período 
1961-1964, en los que se enumeran 46 problemas sanitarios principales, se 
observa la considerable diferencia entre los problemas de salud propios del 
Canadá y los Estados Unidos y los de otros países de la región de las Américas. 
Las enfermedades cardiovasculares de diversos tipos, el cáncer y los accidentes 
constituyen los principales problemas sanitarios de los Estados Unidos, donde 
también es motivo de preocupación el problema de las enfermedades venéreas 
y, en especial, la recrudescencia de la sífilis. En el Canadá los problemas son 
muy parecidos aunque difieran en detalle e importancia relativa. Por otro lado, 
el pera sanitario de los países de América Central, América del Sur y la región 
del Caribe señala que la malnutrición, las enfermedades transmisibles, los 
problemas de saneamiento y las dikultades administrativas y órganicas son, 
en el orden indicado, las principales causas de preocupación. Entre las enfer- 
medades transmisibles figuran en primer lugar las diarreicas, las venéreas y el 
paludismo. [“La situación sanitaria mundial: problemas importantes”. Crcínica 
de Za OMS 22( 1) : 12-17.1

Continuar navegando