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EL ARTE DE 
ACOMPAÑAR
Xosé Manuel Domínguez Prieto
Diseño: Estudio SM
© 2017, Xosé Manuel Domínguez Prieto
© 2017, PPC, Editorial y Distribuidora, SA 
Impresores, 2 
Parque Empresarial Prado del Espino 
28660 Boadilla del Monte (Madrid) 
ppcedit@ppc-editorial.com 
www.ppc-editorial.es
ISBN: 978-84-288-3176-5
Depósito legal: M 30934-2017
Impreso en la UE / Printed in EU
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la Ley, cualquier forma de reproduc-
ción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar 
con la autorización de los titulares de su propiedad intelectual. La infracción de los 
derechos de difusión de la obra puede ser constitutiva de delito contra la propiedad 
intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos 
Reprográficos vela por el respeto de los citados derechos.
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la Ley, cualquier forma de reproduc-
ción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar 
con la autorización de los titulares de su propiedad intelectual. La infracción de los
derechos de difusión de la obra puede ser constitutiva de delito contra la propiedad 
intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos
Reprográficos vela por el respeto de los citados derechos.
A Masu.
Al equipo responsable del Instituto da Familia de Ourense,
a todos sus cooperadores, profesores y voluntarios,
de quienes tanto aprendo cada día sobre el arte de acompañar.
Al profesorado del Máster en coaching familiar
del Instituto da Familia de Ourense.
7
Presentación
Existe algo común en la tarea de madres, padres, profesores, profesores-tu-
tores, amigos, médicos, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, educa-
dores sociales, directores espirituales, sacerdotes, coach, mentores: todos 
acompañan personas. 
Pero el acompañamiento, aunque es una tarea connatural al ser humano, 
también es un arte que hay que aprender si se quiere ejercer con eficacia. La 
buena voluntad no basta. 
La pretensión de las siguientes páginas es intentar mostrar, de modo sen-
cillo y claro, el camino común a todo tipo de acompañamiento, al margen de 
si es terapéutico, educativo, parental, espiritual, dietético o deportivo. Todos 
tienen algo en común: suponen un camino de encuentro entre personas, de 
modo que una acompaña a otra (o a varias) en el camino de su vida. 
Nuestro único objetivo es ofrecer, a quien se descubra vocacionado a 
acompañar personas, claves, instrumentos y un método que le permita ha-
cer su tarea de la manera más excelente posible. No pretendemos ofrecer un 
libro de terapia, ni de coaching, ni de counseling, aunque de todo ello se en-
contrará. En realidad, nuestra perspectiva es más amplia y ambiciosa que la 
del coaching, el counseling y la terapia, pues proponemos un método que 
sirva para todo tipo de acompañamiento, y lo hacemos sobre un sustento 
antropológico personalista. Pero nuestra propuesta es más modesta, pues ape-
nas queremos ofrecer unas primeras pistas que den rigor y tranquilidad a 
quien ya ejerce, o quiere ejercer, el arte de acompañar. 
En estas páginas, en fin, cristalizan años de práctica en el acompaña-
miento de personas, de familias, de grupos, y recoge ordenadamente conoci-
mientos procedentes de la antropología, la psicología, el coaching, el acompa-
ñamiento espiritual. Por otra parte, he de mencionar el contexto inmediato 
que ha constituido el detonante de la redacción de este libro. En primer lu-
gar, la invitación del papa Francisco en Amoris laetitia a que seamos expertos 
en el arte de acompañar. Creo que de manera sencilla ha dado con una de las 
urgencias y claves para este tiempo de la historia. En segundo lugar, todo lo 
experimentado y aprendido en el primer Máster en coaching familiar univer-
sitario, puesto en marcha por el Instituto da Familia de Ourense (www.insti-
tutodafamilia.es) y avalado por la Universidad Francisco de Vitoria, institu-
ción especialmente sensible a la importancia del acompañamiento en 
educación. Este Máster, así como otras actividades de acompañamiento pro-
movidas por el Instituto da Familia, han enriquecido el contenido de estas 
8
páginas. Por último, pero no menos importante, la experiencia de acompa-
ñamiento de adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos, parejas, matrimonios, 
familias, comunidades y equipos docentes nos ha convencido de la utilidad 
de escribir estas páginas.
Solo nos queda señalar los símbolos que hemos empleado para los diver-
sos textos complementarios:
9
SOBRE EL ACOMPAÑAMIENTO
1. Introducción
Acompañar a otro es un acto de amor. Por eso resulta una tarea connatural al 
ser humano, puesto que toda persona es desde otras, con otras y para otras. En 
la medida en que somos comunitarios, somos acompañados y acompañan-
tes naturales. No son las muchas tecnologías, ni los muchos objetos acumu-
lados, ni el currículo ganado, ni el mucho pensar lo que nos hace existir. 
A Descartes hay que descartarlo. La verdad más profunda del ser humano es 
esta: «Soy amado, luego existo». Y una de las formas del amor, es decir, de 
tratar a una persona como tal, es acompañarla en el camino de su vida. 
11
2. Acompañar es un arte
a) El arte de acompañar
 Acompañar a una persona (o a un conjunto de personas) es un arte, es 
decir, un saber hacer. Como tal hay que aprenderlo y practicarlo. Solo 
entonces, como todo arte, se puede intentar enseñar. Pero solo lo apren-
derá quien, escuchando el método o camino utilizado por quien ya está 
experimentado en acompañamiento, lo experimente él mismo. Este arte 
es el más connatural con la persona, pues consiste en el arte de caminar 
junto a otros de modo que nuestra presencia les sea provechosa. ¿Qué 
características tiene el arte de acompañar?
 Este saber hacer consiste en una actividad donativa, es decir, en un dar. Y 
lo que se da, sobre todo, es la misma persona que acompaña. No se trata, 
por tanto, de una actividad técnica, de aplicar un conjunto de protocolos 
de actuación o de procedimientos o herramientas: consiste en una activi-
dad en la que quien acompaña se dona al acompañado. 
Por ello, lo más importante que le puede entregar a otro no son sus cono-
cimientos psicológicos, su experiencia, las técnicas aprendidas, sino a sí 
mismo. Cuanta más calidad y madurez tenga el acompañante, mejor será el 
acompañamiento. Tener buena disposición y ser una persona de muchos 
quilates no basta: hace falta formación y experiencia. Pero el sustrato básico 
del acompañamiento se encuentra en la donatividad del que acompaña, en el 
servicio que realiza y en el encuentro con el acompañado.
 El acompañamiento también es una relación de encuentro entre perso-
nas, disimétrica, continua y parcialmente estructurada, en el que uno 
ayuda, potencia y orienta a otro en su camino de crecimiento personal. 
Para ello, quien acompaña crea espacios de apoyo, impulso y posibilita-
ción para el acompañado. 
12
El centro de este encuentro siempre es el acompañado, su persona, su 
plenitud, y no el acompañante ni las técnicas o procedimientos.
 Acompañar es caminar junto a otro estando ahí, hacerse presente a 
través del encuentro, pero sin invasión, creando confianza y seguridad.
Acompañar es hacer espacio al otro a través de la escucha activa y plena-
mente conectada con el otro, a través del lenguaje verbal y no verbal. 
Acompañar, por tanto, es ser el contexto en el que el acompañado pueda 
crecer como persona.
Acompaño, en fin, con la presencia y la palabra, mostrando al otro que su 
vida tiene valor infinito, que su vida merece la pena y que nada de lo que vive 
o le ha pasado es inútil. 
Acompañar supone saber escuchar y saber preguntar para que el acom-
pañado se conozca mejor, conozca su situación, descubra sus objetivos, las 
posibilidades que se le ofrecen o que puede crear y los cambios que ha de 
introducir en su vida para conseguirlo, confrontarle con sus incongruencias. 
Se trata, en fin, deque tome conciencia de su vida y de sus posibilidades. 
b) Estilos de acompañamiento
Acompañar se puede hacer de muchas maneras. En general se habla de 
acompañamiento centrado en el problema o acompañamiento centrado en la per-
sona.
 el acompañante se centra 
en la situación en sí, dejando de lado los aspectos subjetivos y vivencia-
les, es decir, cómo lo vive la persona, su emotividad, el papel del pro-
blema en su vida…
 se toma en cuenta a la per-
sona en su totalidad, al modo en que vive, sus valores, sentimientos, 
objetivos, ideales: desde ahí se aborda el problema. Se busca sobre todo 
el crecimiento de la persona, su sanación, su tranquilidad, su acogida.
Por nuestra parte, nos decantamos por el acompañamiento de la persona, 
aunque en algún momento del proceso haya que intervenir para solucionar 
el problema concreto con inteligencia prudencial. 
13
A su vez, según la actitud del acompañante, tenemos otros dos estilos: 
directivo o facilitador.
estilo directivo, la persona dice lo que tiene que hacer el otro, se le 
impone desde fuera, como experto, en función de su rol. Lleva a la per-
sona por una determinada dirección. Se utilizan los consejos, la persua-
sión, las soluciones concretas, la corrección, pero podría dar lugar a la 
manipulación, el chantaje, el juicio moralizante.
estilo facilitador, el acompañante recurre a las capacidades del 
acompañado, a sus recursos, a su responsabilidad, a que busque alter-
nativas. Será sobre todo escuchado, y el objetivo es que sea responsable 
de su crecimiento.
Por nuestra parte, nos inclinamos por el estilo facilitador como base, aun-
que en algún momento haya que intervenir directivamente para ayudar a la 
persona a profundizar y pasar de lo inmediato a lo profundo. 
Que predomine un estilo no significa que no sea funcional utilizar otros 
en cierto momento. Por ejemplo, en momentos de bloqueo emocional por 
parte del acompañado o de ceguera extrema se le pueden hacer sugerencias 
directivas.
 Acompañar, por tanto, no será mera actividad de diálogo, sino que a 
veces habrá que ofrecer herramientas, conocimientos, habrá que hacer 
sugerencias que permitan al acompañado acometer nuevos retos. No 
todo lo que necesita para su desarrollo está ya en el acompañado. Al contra-
rio, pudiera presentar carencias importantes que, una vez descubiertas 
por él, habrá que ayudar a subsanar. Incluso acompañar pasa a veces por 
ayudar a sanar heridas en el acompañado, y otras por animarle, apoyarle, 
mostrarle confianza…
En todo caso, no se puede perder de vista que el principal experto en la 
vida y posibilidades del acompañado es él mismo, y que será él quien tenga 
que pescar su pez. Quien mejor puede escribir la biografía de Luis Fernán-
dez Pérez es un tal Luis Fernández Pérez. 
c) Acompañamiento integral
El acompañamiento que pretendemos ha de ser integral, esto es, a toda la 
persona integrada por todas sus dimensiones. Esto implica:
14
 de modo que el cuerpo esté integrado en la persona. 
El cuerpo permite la expresión de la persona y el acercamiento a la per-
sona.
 de modo que la persona piense y razone correcta-
mente sobre lo que le atañe. 
 de modo que la afectividad sea lo que le abra a la 
realidad y le impulse, y no una fuente de sufrimiento y de ofuscación.
 de modo que su voluntad, fortalecida, le permita de-
cidir y realizar quién está llamada a ser. 
 La persona, actuando, hace su vida. 
Y, si quiere cambiar, siempre ocurre a través del compromiso en el que 
se encarnan sus valores. Valores reales son aquellos con los que me rea-
lizo. El repliegue o la ensoñación son formas patógenas, fugas de la 
realidad, como ocurre en los espiritualismos, intelectualismos, senti-
mentalismos, hedonismos. 
 Acompañamiento en el ámbito de las grandes pre-
guntas, del sentido de la vida, de los valores, de los grandes amores y 
esperanzas.
 porque la persona es un ser haciéndose, con su 
historia. Por eso habrá que tomar en cuenta sus opciones, fracasos, con-
textos personales, educativos, relacionales.
 Antonio tiene 52 años, casado y con dos hijos, con un trabajo estable que no 
le satisface (porque no es aquello para lo que ha estudiado y por el bajo sueldo), 
que señala que tiene episodios recurrentes de tristeza, cansancio permanente, 
dificultades para dormir toda la noche, algunos problemas en el trabajo y con 
pérdida del gusto por las cosas cotidianas. Cuenta que su esposa, que al comienzo 
estaba atenta para apoyarle en estos momentos de «bajón», luego pasó a acusarle 
de que siempre lo veía todo negativo, para posteriormente irse distanciando y 
terminar llevando una vida «por su cuenta»: su deporte, su trabajo, sus ami-
gas… Él indica que últimamente también ha perdido apetito, ha dejado de ver a 
los amigos y afirma reiteradamente que no «vale para nada». Incluso en el tra-
bajo ya le han llamado la atención varias veces por sus distracciones y bajo ren-
-
tico de «depresión», y le propone que tome fluoxetina (un antidepresivo). A los 
dos meses se iba encontrando algo mejor, aunque poco después tuvo otra recaída, 
ante la cual el médico optó por disminuir la fluoxetina e ir introduciendo la pa-
roxetina, para probar si de este modo le iba mejor. 
183
Índice
Presentación ................................................................................................. 7
 ......................................................................... 9
 ................................................................................................ 9
 ................................................................................ 11
 a) El arte de acompañar .......................................................................... 11
 b) Estilos de acompañamiento ............................................................... 12
 ................................................................. 13
.................................................................. 15
 ...................................................... 16
 ............................................................................. 19
 ............................................................................ 19
 ...................... 22
 .............................................................................. 22
 ................................................................................... 24
 e) La persona a quien acompañamos como ser que sufre ................. 25
 ..................................... 27
 ............................................... 27
 ..... 28
 c) Empatía ................................................................................................ 29
 .................................................................. 31
 ......................................................................................... 34
 ................................... 37
5. Estructura de cada encuentro .................................................................. 37
 ....................................................................................................... 41
 ...................................................................................... 42
 b) El arte de preguntar ............................................................................ 44
 c) Vinculación emocional ....................................................................... 45
 ............................................................... 47
184
 e) Encuentro previo al comienzo del proceso .................................. 48
 .................................... 50
 g) El arte de escuchar ........................................................................... 52
 ............................................................... 55
 a) Preguntas orientadas a descubrir necesidades ............................ 57
 ............................................ 58
 ........................................... 60
 ...... 63
 a) Los ideales .........................................................................................63
 b) Preguntas para descubrir la situación ideal ................................. 66
 c) Los objetivos o retos ........................................................................ 67
 d) Preguntas para concretar los objetivos ......................................... 70
 ................... 70
 ............................................................... 75
 a) Preguntas acerca de la necesidad de cambio ............................... 77
 ................................................................... 78
 ................................ 81
 en él ..................................................................................................... 81
 ..................................... 83
 ......................................... 84
 d) y confrontación para ayudar al autoconocimiento ...... 85
 ....................... 87
 ................................................................................ 92
 ........................................... 93
 .................................................... 99
 ............................................................................. 99
 ......................................................................... 102
 ......................................................................... 110
 .......................................................................... 124
 ......................................................................... 126
 ........................................................................ 133
 .................................................................................. 133
 ..................... 133
 ................................................................................... 134
185
 .................................................. 135
 ............................................... 138
13. Proyecto de vida ..................................................................................... 149
 ....................................... 150
 b) Elaborar un proyecto: deliberar ..................................................... 150
 c) Elaborar un proyecto: ámbitos de realización ............................. 152
 ...................... 153
 a) Formación del carácter .................................................................... 153
 ......................................................................... 158
 c) Resolución de problemas ................................................................ 162
 d) Entrenamiento en habilidades sociales ......................................... 164
 e) Promoción de la maduración ......................................................... 170
15. La acción .................................................................................................... 175
 ......................................................................................... 179
17. Le dejo ser .................................................................................................. 181
187
Colección Educar práctico
-
-
-
 Francisco Javier Zambrano (incluye 
 
 Escuela 
 Fran-
(coords.)
-
dez
188
 José Ramón Urbieta Jócano
 José 
-
 José Ramón Urbieta Jócano
-
 Fernando Vidal

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