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Resumen Segundo Parcial Sociología Marita González CBC UBA

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Resumen Segundo Parcial Sociología Marita González CBC UBA
Sociología – Segundo parcial
Foucault - Las redes de poder
Estamos todo el tiempo cruzados por dispositivos de poder aunque no lo veamos, está la
visualización concreta del poder y el poder invisible. Cuanto menos se ve el poder más
poder tiene.
Propone que considerar al poder como lo que te dice “tu no debes” es una concepción
insuficiente. Intenta desarrollar un análisis del poder que no sea simplemente una
concepción jurídica, negativa, sino una concepción positiva de la tecnología de poder.
En nuestras sociedades hacemos una sociología jurídica del poder. Esta concepción es
restrictiva, pobre, una mera regla y prohibición y debemos liberarnos de ella para
proceder a un análisis del funcionamiento del poder, desde sus mecanismos positivos.
El derecho romano en siglos XIII y XIV, fue un instrumento fundamental en manos de
la monarquía para lograr definir las formas y mecanismos de su propio poder,
visualizado y localizado. El poder monárquico de la realeza, esta esencialmente
representado en el derecho. La forma del derecho fue un sistema de representación del
poder común a la burguesía y a la monarquía. Lograron instalar una forma de poder que
representaba como discurso, como lenguaje, el vocabulario del derecho.
Un problema del poder monárquico era que el poder político, tal como se ejercía en el
cuerpo social era muy discontinuo. Una gran cantidad de elementos, conductas y
procesos escapaban del control del poder. Debería pasarse así de un poder global en
masa, a uno continuo e individualizante, que cada individuo en sí mismo pudiese ser
controlado. El segundo inconveniente de los mecanismos de poder que funcionaban en
la monarquía era que eran sistemas excesivamente onerosos. Operaban una sustracción
económica y lejos de favorecer el flujo económico, era su obstáculo y freno. Entonces,
el “Poder real” tenía poco control y era costoso de mantener.
En el libro II del Capital de Marx, podremos encontrar elementos para analizar el poder
en sus mecanismos positivos. Podemos encontrar en ese que “en el fondo no existe Un
poder, sino varios poderes, formas de dominación, formas de sujeción que operan
localmente“. Se trata siempre de formas locales, regionales del poder, que poseen su
propia modalidad de funcionamiento, procedimiento y técnica. No podemos entonces
hacer un análisis del poder, si no hablamos de los poderes o intentamos localizarlos en
sus especificaciones históricas y geográficas.
Con la tecnología política, hubo toda una investigación a nivel de formas de poder a lo
largo de los siglos XVII y XVIII. Los agrupa en dos capítulos con direcciones diferentes.
Primero encontramos la tecnología del poder individualizante, que enfoca a los
individuos hasta sus cuerpos y sus comportamientos, normalizándolos. Se denomina
anatomía política, una política que tiene como blanco a los individuos hasta
anatomizarlos. De un lado está la tecnología denominada disciplina, mecanismo de
poder por el cual logramos controlar el cuerpo social, los individuos. Esta es la técnica
de individualización del poder. Como vigilar a alguien, controlar su conducta,
multiplicar sus capacidades. Un ejemplo de esto es el ejército, donde fue descubierta la
disciplina. También aparecerá en la educación, en las escuelas los individuos son
individualizados dentro de la multiplicidad y se trata de ejercer sobre ellos un poder y
una vigilancia constante. El capitalismo perfecciono la tecnología de poder del
autodisciplinamiento, donde nosotros mismos legitimamos el orden.
La otra familia de la tecnología, la bio-política, surge más tarde en el siglo XVIII, no se
enfoca en los individuos sino pone como blanco a la población, es más general.
Descubre que el poder no se ejerce solo sobre los individuos sino sobre la población. El
poder se debe ejercer sobre los individuos en cuanto constituyan una especie de entidad
biológica que debe ser tomada en consideración si queremos utilizar esa población
como máquina de producir todo, riquezas, bienes, otros individuos. Se encarga de la
regulación de la población.
En resumen, cree que hay dos grandes revoluciones en la tecnología del poder:
descubrimiento de la disciplina, perfeccionamiento de una anato-política, y
descubrimiento de la regulación, perfeccionamiento de una bio-política. Antes existían
sujetos jurídicos a quienes se les podía retirar bienes, ahora existen cuerpos y
poblaciones. El poder de hace materialista, deja de ser esencialmente jurídico.
El sexo en el siglo XVIII, viene a ser aquello a partir de lo cual se puede garantizar la
vigilancia sobre los individuos y entonces la sexualidad en la adolescencia, en los
colegios, se vuelve un problema médico, moral y político de primera importancia. El
instrumento será un instrumento de disciplinarizacion y elemento esencial de la
anatomía-política, pero por otro lado el sexo asegura la reproducción de las poblaciones,
puede cambiar las relaciones de natalidad y mortalidad, entonces el sexo se va a integrar
al interior de la bio-política. El sexo es el eje entre la anatomo-política y bio-política, es
una pieza política de primera importancia para hacer a la sociedad una máquina de
producir.
Estamos viviendo una sociedad que comienza a dejar de ser esa sociedad jurídica
característica de la monarquía. A partir del siglo XIX existe otro mecanismo de poder
que se infiltra, que no obedecía a las formas jurídicas ni tenía como principio
fundamental la ley, sino el principio de la norma y posee instrumentos que no son los
tribunales, la ley y el aparato judiciario, sino la medicina, psiquiatría y psicología, estas
buscan normatizar lo normal, proteger la razón encerrando la locura. Estamos en un
mundo disciplinario y de regulación. Fue el desarrollo del capitalismo lo que hizo
necesario esta mutación tecnológica, y esta mutación hizo posible el desarrollo del
capitalismo. Ambos movimientos están implicados.
Habla del sistema penitenciario, critica el uso de la prisión represiva como castigo. Se
buscaba la producción de individuos independientes, un sistema de reeducación de
delincuentes para que obedezcan las leyes. Pero no se produce ese resultado sino el
opuesto, mientas más tiempo pasan en la prisión más delincuente se volverá. Pero estas
instituciones prevalecen, ya que producen delincuentes y la delincuencia tiene una
utilidad política en la sociedad. Cuantos más crímenes, más miedo tendrá la población,
cuanto más miedo tenga la población más aceptable y deseable se vuelve el control
policial. Ese peligro interno es una de las condiciones para la aceptabilidad de ese
sistema de control. También la delincuencia posee una utilidad económica, los mayores
lucros capitalistas pasan por la delincuencia: la prostitución, el tráfico de armas, el
tráfico de drogas. Todo esto no puede ser legal y la delincuencia lo asegura. También
sirve masivamente para alteraciones políticas como romper huelgas, infiltrar sindicatos
obreros, servir de mano de obra y guardaespaldas. Así tenemos una serie de
instituciones económicas y políticas que operan sobre la base de la delincuencia y en
esta medida la prisión es la fábrica del delincuente profesional, que posee una utilidad,
función y productividad en el sistema capitalista. También tiene el efecto de que la
gente se auto-encierra y aísla.
Bourdieu – Las estrategias de la reproducción social
El mundo social está dotado con un conatus, que es un dinamismo interno inscrito
en estructuras objetivas y subjetivas, y está continuamente sostenido por acciones de
construcción y reconstrucción de estructuras y capital (el cual puede ser económico,
social o cultural) perpetuando entonces el orden social. Este filósofo determina una
clase de estrategias de reproducción social para conservar y/o aumentar el capital, que
se encuentran en todas las sociedades pero con diferente incidencia.
Estas estrategias son:
Inversión biológica, donde encontramos las “estrategias de fecundidad” y “estrategias
profilácticas”. Las primeras son a largo plazo,apuntan a controlar la fecundidad, es
decir si aumentar o disminuir la cantidad de hijos. Y la segunda, preserva el patrimonio
biológico asegurando los cuidados para mantener la salud, administrando el capital
corporal, para este crecer y desarrollarse.
Estrategias sucesorias o hereditarias, que apuntan a la transmisión del patrimonio entre
generaciones, especificándose según la composición del patrimonio. Se busca no
desperdiciar ni dispersar la fortuna familiar.
Estrategia educativa, inversión a largo plazo para producir agentes sociales, se busca
acceder a un nivel o rango, contribuye principalmente el capital cultural. Se apunta a la
sumisión del individuo y sus intereses, dirigiéndolos a los intereses superiores. Para el,
las instituciones escolares reproducen desigualdades y las naturaliza, beneficiando a los
privilegiados.
Inversión económica, tienden a la perpetuación o aumento del capital bajo sus diferentes
formas objetivas. Entre estas se encuentran las “estrategias matrimoniales”, las cuales
aseguran la reproducción biológica de un grupo y ocuparse del mantenimiento y suma
del capital, dándose una comunidad de bienes.
Inversión simbólica, son las acciones que apuntan a conservar y aumentar el capital de
reconocimiento. Busca acrecentar el prestigio y otorga legitimidad y autoridad al que lo
posea. Dentro de este tipo, están las “estrategias de sociodicea” que apuntan a legitimar
dominación.
Inversión social, los vínculos que generamos, con quienes nos relacionamos que nos
puede servir o ayudar a nuestra imagen.
Cada uno aplica estas estrategias de reproducción social para aumentar su capital dentro
de un campo social determinado. El campo es un concepto general que refiere al
lugar/espacio de “juego”, contiene instituciones materializadas, y dentro de este
“juego” los agentes luchan por una posición determinada dentro de la estructura social
dinámica por esta misma lucha de intereses, dándose relaciones entre “participantes”.
Cada campo tiene sus propias normas y los participantes del mismo deben reproducir
eso sino quedaran excluidos. Aquí se entremezcla la estructura social con el individuo,
es decir lo objetivo y subjetivo, hay estructuras objetivas como las instituciones y
subjetivas, el propio individuo.
Las estrategias de reproducción tienen por principio las disposiciones del habitus, que
reproduce las condiciones de su propia producción. Este es el modo de acción y pensar
que están originadas en la posición del sujeto dentro de un campo que lo determina.
Entonces podemos decir que el habitus es el resultado del campo donde estas, el habitus
es distinto en cada campo. El habitus vincula lo objetivo, campo social donde está el
sujeto, y el subjetivo, la percepción del sujeto dentro de ese campo. Otorga márgenes de
maniobra, que se dan por la participación en el campo, donde el sujeto aprende las
reglas del “juego” y las internaliza en su subjetividad. Las “clases” surgen de la red de
relaciones en los campos, el cual actúa como configurador de clases, es donde los
grupos se unen dándose relaciones sociales. Son jerárquicos, hay una relación de fuerzas
entre quienes detentan poder y quienes ansían tenerlo.
Al darse un drástico cambio en el orden social, las estrategias y hábitos ya no servirían
para conservar el capital, dándose una posterior reestructuración del sistema de
estrategias de reproducción y reconversión de las formas de capital que se poseen en
otras formas más rentables.
Relacionándolo con las formas de poder, la gente de poder se reproduce socialmente
para mantener ese estatus, y deben reproducir las mismas estrategias. También puede
relacionarse con la violencia simbólica que ejerce el estado, junto a la violencia física, la
cual es legitimada.
Castel – La sociedad salarial
El capitalismo se transformó a lo largo del tiempo, cambio que produjo formas
diferentes de producción y por ende también diferentes relaciones de trabajo en la
sociedad industrial, que se sucedieron en el tiempo. Para cada momento y forma del
proletariado, la superestructura actuó de determinada manera.
Primero encontramos la condición proletaria, una situación de exclusión social dada por
la revolución industrial. Los proletarios eran el grueso de la sociedad y no contaban con
ningún derecho, eran individuos aislados, generando una vulnerabilidad de masas. Los
principales elementos de esta relación salarial fueron la la retribución a un ingreso
mínimo que aseguraba solo la reproducción del trabajador y no permitía el consumo,
falta de garantías legales y el carácter débil de la relación del trabajador con la empresa.
Luego la siguió la condición obrera, coincidiendo con la segunda revolución industrial,
donde comienza a haber una protección y toma de derechos, una especie de conquista
dentro de la subordinación, la gente se da cuenta de que están todos en la misma
situación y toman conciencia de clase. El salario deja de ser una simple retribución por
la tarea realizada, y comienza a asegurar derechos y participación en la sociedad.
Igualmente se los mantenía en sus trabajos alejados del poder y honores.
La tercera etapa es la sociedad salarial, coincide con el fordismo. Es el momento de
“esplendor” de la toma de derechos, donde el presente y el futuro están asegurados. El
costo de la suma de salarios, va directo para la empresa e indirecto para el estado. En
esta etapa, su identidad social deberá definirse a partir de la posición que ocupa por su
salario. Aunque seguían ocupando el escalón inferior en la escala, la sociedad salarial
tenía un movimiento de promoción dándose la acumulación de bienes y riquezas, la
creación de nuevas posiciones y oportunidades, ampliación de derechos y garantías, así
como de seguridades y protecciones.
Las condiciones para que se haya dado el pasaje desde la relación salarial de los
inicios de la industrialización hasta la relación salarial “fordista” son:
Una separación rígida entre quienes trabajan efectivamente y regularmente, y los
inactivos y semiactivos. Había que identificar y cuantificar a los ocupados y
desocupados.
La fijación del trabajador a su puesto de trabajo y la racionalización del proceso de
trabajo, en marco de una “gestión del tiempo precisa, dividida y reglamentada”. Con la
organización científica del trabajo el trabajador es fijado por el despliegue de las
operaciones técnicas cuya duración ha sido previamente definida, eliminando el margen
de iniciativa o libertad al hacerse simple y repetitivas las tareas. El principal efecto es la
perdida de la autonomía obrera, homogenizando la clase obrera. Pero por otro lado, así
fue como desemboco la toma de conciencia de clase agudizada por el carácter penoso de
la organización del trabajo, dándose las principales tomas a las fábricas. Además la
homogeneización no podía llevarse al extremo, ya son necesarios los obreros de
ejecución así como un personal técnico especializado para el control y mantenimiento
de la máquina. La búsqueda de la productividad máxima por la producción en masa a
partir del control riguroso de las operaciones, fue fundamental para la constitución de la
sociedad salarial moderna.
El acceso través del salario a nuevas formas de consumo obrero que convertían al
obrero al propio usuario de la producción en masa, dándose una relación entre la
producción en masa y el consumo de masas, se llama “fordismo”. El aumento del
salario, dio al obrero la posibilidad de acceder al estatuto de consumidor del producto de
la sociedad industrial. También, con la producción en masa apareció explícitamente la
preocupación por el bienestar y el desarrollo del consumo. El obrero accedía al deseo, a
esa forma de libertad y de consumo de objetos no estrictamente necesarios, el deseo de
bienestar.
El acceso a la propiedad social y servicios públicos. El trabajador es también un sujeto
social que está en condiciones de compartir bienes comunes no comerciales, disponibles
en la sociedad. Aunque esta participación siguiera siendo desigual, la clase obrera
obtuvo un mayor acceso a bienes colectivostales como salud, higiene, vivienda y
educación.
La inscripción de un derecho del trabajo que reconocía al trabajador como miembro de
un colectivo dotado de un estatuto social, mas allá de la dimensión individual del
contrato de trabajo, transformando sustancialmente la dimensión contractual de la
relación salarial. Un obrero contratado a título individual se beneficiaba con las
disposiciones de la convención colectiva.
Castel – El ascenso de las incertidumbres
El derecho del trabajo regularizo y negocio cierta libertad para los trabajadores, en
oposición al estado de servidumbre anterior a las regulaciones del derecho. Solo en la
sociedad salarial tomo peso un verdadero derecho del trabajo.
Se consideraba “inútil al mundo” al desempleado, el cual se consideraba que cometía un
crimen social sustrayéndose a la obligación del trabajo, eran despreciados. En las
sociedades preindustriales Europeas regia el trabajo forzado y su jurisdicción constituía
la policía de los pobres cuyo principal objetivo era erradicar el vagabundeo, a partir de
este se desplego la concepción del trabajo forzado. Los vagabundos representaban la
franja visible y eran reprimidos. A medida que el poder real se afirmaba se ponían más
directivas para poner a trabajar a los pobres a la fuerza en campos, manufacturas y
talleres, darles una ocupación para que se ganen la vida.
La utilidad social del trabajo es reconocida mucho antes que la dignidad del trabajador,
siempre será reconocido el trabajo pero no el trabajador. Con el desarrollo de las
ciudades e intercambios mercantiles nace una “burguesía” compuesta por gente de
oficio (artesanos y comerciantes alejados del feudo) que ganaron su independencia
económica-política y estatuto con privilegios y obligaciones derivadas, y pasaran luego
a llamarse “corporaciones”, rígidas y protectoras, aseguradoras del monopolio de
ejercicio del oficio y solidaridades. Así una parte de los trabajadores entra en la
pirámide del orden social, en lo más bajo pero en el interior de ese ajuste de órdenes,
estados, estatutos que estructuraban a la sociedad preindustrial. Igualmente, representan
otro método de coerción ya que la gente de oficio está sometida a un orden colectivo al
que debe someterse, pero que le proporciona garantías, seguridad de empleo y
protección. El trabajador no tiene derecho propio, si tiene lugar en la sociedad es por
pertenecer al gremio; entonces la jurisdicción del trabajo en la sociedad preindustrial es
sostenida por el sistema de gremios y corporaciones. Esta sociedad impedía la apertura
al libre mercado de trabajo, excluía a la gran parte del pueblo de la posibilidad de
trabajar, condenándolos a la miseria.
La revolución Francesa deroga el trabajo forzado, reivindicando la libertad. El libre
acceso al trabajo, antes impedido por el régimen cerrado de corporaciones, pone fin a la
imposición del trabajo forzado que criminalizaba inocentes y muchos consiguen trabajo
en las industrias. Se mejoran las condiciones de trabajo y se libera la dinámica
económica sustentada por el capitalismo creciente. También se fundan las relaciones de
trabajo sobre la reciprocidad y no la dominación, puesto que el contrato de trabajo se
plantea entre individuos libres e iguales. Luego, damos cuenta de la formación de
nuevos explotadores y nuevo proletariado sometido a explotación, son el foco de la
producción de riqueza pero no se atenúa el desprecio hacia ellos, el régimen contractual
no da mucho estatuto jurídico al trabajador.
Finalmente, los trabajadores aislados adquieren dignidad social por la mediación del
derecho y la instauración de nuevos derechos sociales. El contrato individual comenzó a
ser atravesado por regulaciones colectivas garantizadas por la ley, basándose en la
protección social y derecho del trabajo. Así, el trabajo supera la utilidad económica y
accede al reconocimiento social. También fue necesario que los trabajadores tomen
conciencia de clase y se agrupen en colectivos dando cuenta de sus interese en común.
Para que se de esto fue necesaria una producción colectiva trascendiendo las actividades
individualidades, gracias a la industrialización masiva y nuevas formas de división del
trabajo del taylorismo, con el reconocimiento de la actividad laboral como acto de
trabajo general es decir un acto social, que ya no puede ser confundido con una
actividad privada.
El trabajador es una persona pública una vez que trasciende el carácter individualizado
de la relación de trabajo, convirtiéndose el sujeto de derecho. El derecho del trabajo
sanciona la pertenencia de los trabajadores a la ciudadanía. Esto se desarrollará en la
sociedad salarial, donde al mismo tiempo el trabajo seguirá siendo un factor de
subordinación, el trabajo asalariado moderno tiene dos dimensiones: el trabajo
coacciona al trabajador y al mismo tiempo es lo que le permite ser reconocido. La
subordinación permanece pero es progresivamente atravesada y compensada por el
derecho del trabajo, que lo dignifica. Sobre un salario reconocido y protegido el
trabajador puede involucrarse en otras actividades.
A partir de los 60, de desestabiliza el trabajo y sus protecciones por la desocupación
masiva y precarización, el trabajo pierde mucho su utilidad social y surgen nuevos
“inútiles al mundo” producidos por las desregulaciones del mercado de trabajo, que
invalidan a una parte de la mano de obra incapaz a adaptarse a las nuevas exigencias de
movilidad y competitividad. La descolectivizacion de las relaciones de trabajo,
fragmentación de las tareas, trae precariedad, debilitamiento de protecciones colectivas
y desocupación; pero también personalización de la relación salarial, movilizando
competencias más personales y permite la emergencia de nuevos tipos de actividades.
Pero existían límites, no todo el mundo está igualmente dotado para hacer frente a las
transformaciones, solo benefician a los que tienen los recursos necesarios. La
individualización lleva a la expulsión de círculos productivos y el aislamiento social,
esa forma de inutilidad social se llama “exclusión”. A los efectos del neoliberalismo,
enfatiza que la problemática principal social en este sistema no es el desempleo sino la
precarización del mismo por la ausencia de la protección social de la sociedad salarial,
se rompe la sociedad contractual que protege al individuo. El empleador se deshace de
los “gastos”, que en realidad son derechos del trabajador.
Castel – El individualismo negativo
El estado de bienestar con su ideología de sociedad “socio”, esta se preocupa por el otro
y es responsabilidad colectiva la condición de pobreza del otro. El neoliberalismo
rompe con las solidaridades colectivas y trae la ausencia estatal, con una ideología “psi”,
donde el individuo es egoísta y se desliga de las responsabilidades, no le importa el
prójimo. Aparece el “individualismo negativo” donde el individuo es responsable de su
condición, es vago, inestable, no tiene bienes ni vínculos, todo lo que le pasa es por sus
buenas o malas decisiones. En vez de construir colectivamente, se construye
individualmente. Para Castel, nadie está excluido completamente de la sociedad:
encontramos los estables, los trabajos precarios y los desafiliados, pero que aún
alimentan al sistema capitalista generando ingresos de forma “ilegal” o “escondida”, ej.
Trata de personas.
Wacquant – Las dos caras de un gueto
El concepto de “gueto” surge en el siglo 16 con los judíos de Venecia, es un
instrumento de encierro y control, una herramienta de la dominación etnorracial y
desigualdad urbana. Se refiere inicialmente a la llevada forzosa de los judíos a zonas
especiales por las autoridades políticas y religiosas de la ciudad en la Europa medieval,
ordenando como obligación reunirlos en el guetto nuovo, una isla aislada, donde los
vigilaban, les hacían vestir una ropa distintiva y castigaban. El fin de estas medidas fue
expulsarlos para permitirle al estado aprovechar los beneficios económicos obtenidos
de los judíos pero protegiendo a sus residentes cristianos del contacto“contaminante”,
apartaban lo que era necesario pero al mismo tiempo indeseado por su herejía. La vida
social del gueto se volvió “hacia adentro” con una suborganizacion que reforzaba la
integración interna así como el aislamiento respecto al exterior. El gueto es un
dispositivo socioinstitucional que utiliza el espacio para 1) maximizar los beneficios
materiales extraídos de un grupo considerado contaminado y 2) minimizar todo contacto
íntimo sexual con los miembros de la sociedad dominante.
La misma lógica estructuro el funcionamiento del gueto afroamericano durante
el siglo XX. Los negros fueron reclutados en ciudades del norte de Estados Unidos
porque su mano de obra era necesaria para la creciente industria pero no querían que se
mezclaran con los blancos, quienes los consideraban inferiores. Desarrollaron en el
gueto una red propia de instituciones para satisfacer sus necesidades básicas, surgiendo
así una ciudad paralela.
También en las ciudades japonesas, los descendientes de las castas más bajas
fueron restringidos a casarse solo entre ellos y obligados a habitar barrios de mala fama,
limitándoles el acceso únicamente a empleos precarios y mal pagos.
Estos tres casos muestran que el gueto no es un área que surge “naturalmente”,
es una forma especial de violencia colectiva concentrada en espacios urbanos, un
proceso diseñado y controlado, una herramienta del grupo de poder. Para los
dominantes cumple la función de controlar y para los dominados de integrar y proteger,
ya que alivia a sus miembros el contacto con el grupo dominante y fomenta la
construcción de un comunidad propia, por el aislamiento que intensifica el contacto
social entre la misma cultura, generando una conciencia de grupo colectiva. Las
oportunidades dentro del gueto son mayores que en otro lugar para ellos. El gueto
además de ser la materialización de la dominación etnorracial a través de la segregación
espacial, sino también una máquina de identidad colectiva de derecho propio, que
elabora la división en sí misma. El gueto agudiza el abismo sociocultural entre los
grupos, primero por ser percibidos desde afuera como exóticos alimentando el prejuicio
y segundo por ser una máquina de combustión cultural que alimenta el orgullo colectivo.
Pero esta identidad unificada puede tener dos valores distintos, ya que puede fomentar
entre sus miembros sentimientos de duda y odio hacia sí mismos, haciendo que se hagan
pasar por otros e incluso imitar al grupo dominante.
Las formas culturales forjadas en el gueto atraviesan las fronteras y circulan en la
sociedad, convirtiéndose en excentricidades y signos de fascinación, esto dificulta la
identificación de las formas culturales efectivamente formadas entre residentes del
gueto y su imagen pública formada por la sociedad. Se fomenta también la integración a
través del biculturalismo y etnicidad mixta.
La pobreza es una característica frecuente pero no obligatoria en los guetos. El hecho de
que la mayoría de los guetos se formaron en lugares miseria, espacios reducidos con
mucha población, explotación económica y maltrato no implica que el gueto sea
necesariamente un lugar empobrecido. No todos los guetos son pobres y no todas las
áreas pobres son guetos. El hecho de que el gueto sea pobre depende de factores
externos, no todas las áreas urbanas en decadencia son guetos, por ejemplo los
vecindarios blancos en decadencia en las ciudades en proceso de desindustrialización,
son territorios de degradación de la clase trabajadora no tienen la finalidad de excluir a
una clase subordinada.
Si bien todos los guetos son segregados, no todas las áreas segregadas son guetos. Por
ejemplo, los “barrios cerrados” son monótonos pero la segregación en ellos es
voluntaria para su seguridad, separación del peligro de la ciudad, homogeneidad social,
y disponer de servicios. Estas islas de privilegio aumentan y no limitan las
oportunidades de sus residentes. Para que surja un gueto la segregación espacial debe
ser impuesta.
Los guetos y vecindarios étnicos formados por inmigrantes llegados a la ciudad tienen
estructuras divergentes y funciones opuestas. Los vecindarios, por ejemplo China Town,
son producto de la solidaridad entre los inmigrantes y atracción étnica, no es impuesto
desde afuera. La separación residencial no fue ni uniforme ni rígida para esos grupos,
siendo un trampolín para asimilación cultural y el otro siendo un pabellón de
aislamiento material y simbólico.
Penalización de la pobreza y surgimiento del neoliberalismo. Existe un vínculo
entre el surgimiento del neoliberalismo como ideología y práctica, apoyando la
sumisión al mercado y celebrando la “responsabilidad individual” con el despliegue de
políticas públicas de seguridad ultrarrepresivas, policiales y penitenciarias. La
desregularización social, el aumento del trabajo asalariado precario y el surgimiento del
“Estado Penal” punitivo van de la mano, para frenar los disturbios generados por la
inseguridad social. La policía, justicia y cárcel cada vez se metían más en los sectores
populares para “mantener el orden”, discurso de protección social como instrumento de
vigilancia.
Reagan en Estados Unidos, instalo un Estado policial y penitenciario para criminalizar
la pobreza, con un crecimiento de la población carcelaria. Se dio un gran encierro de
pobres e indigentes, en su mayoría negros. La cárcel se volvió un sustituto del gueto
cuando este entro en crisis por el movimiento negro de reivindicación de derechos.
También, en la medida que los residentes dejan de tener un valor económico para el
grupo dominante, pasan a ser innecesarios, así los negros quedaron vinculados al
sistema penitenciario de Estados Unidos. Se efectuó una “limpieza de clase” al echar a
las “amenazas” del espacio público, apelando al arresto masivo sistemático por los mas
mininos disturbios.
Bajo la ideología neoliberal, donde cada uno es responsable de su condición más allá
del entorno, ya no se considera a la sociedad responsable de los delitos causados por la
desigualdad social, sino al delincuente.
En Francia surge el “Panoptismo Social” ante la penalización de la miseria francesa,
tendiendo a la vigilancia diferencial más que al encarcelamiento generalizado,
ejerciendo un seguimiento cercano a las poblaciones consideradas difíciles,
sometiéndolas a un control permanente. Esto genero en la mentalidad de la población
una situación de panoptismo contra un grupo, temiéndoles y odiándolos.
Para Wacquant es necesario proponer alternativas sociales, sanitarias o educativas
tratando el problema desde la raíz, en vez de ampliar la red penal, que no hace más que
empeorar los problemas a resolver.
La escoria (basura, sobra) de la sociedad de mercado. Los medios de comunicación
nutren la cultura del miedo hacia los pobres, los programas de televisión policiales
difunden agentes de policía interviniendo en barrios populares deteniendo a negros y
latinos, y la sociedad consume e internalizan ese contenido. Se da un desprecio hacia los
pobres por ser la imagen del delito. El sistema judicial “limpia” la miseria de la calle
que amenaza y molesta. También tiene otra finalidad, al ver la “escoria” del mercado la
sociedad se esfuerza para no ser eso y se expone a más trabajo y explotación por miedo
de perder el empleo. La tasa alta de desempleo es una forma de regulación social.
El encarcelamiento de delincuentes no violentos y particularmente toxicómanos es una
campaña de reprensión penal contra la toxicomanía que incomoda en la calle. La
“guerra contra la droga” se resume en una política de encierro de los adictos. El
tratamiento penal disminuye el tratamiento médico, al cual los toxicómanos sin ingresos
no pueden acceder. Junto con los toxicómanos y los homeless, los enfermos mentales
víctimas del retroceso de protección médica, fueron llevados al servicio penitenciario
estadounidense. Muchos de las infracciones cometidas por ellos no son más que
manifestaciones de sus alteraciones mentales. La lógica punitiva de “ley y el orden”
gobierna el encarcelamiento delos deficientes mentales de clases populares al entrar en
la categoría de “pobres inútiles-malos”, hayan o no cometido una infracción. Su
patología se agrava en las cárceles y al salir no tienen seguimiento médico, entonces
vuelven a agarrarlos. La cárcel sirve como vertedero de la escoria humana en una
sociedad cada vez más sometida a la imposición del mercado, convirtiéndose en una
forma de gueto. La política social estadounidense no se propone disminuir el índice de
pobreza, sino disminuir los pobres en la calle.
Sassen – Ciudades globales
Ella analiza la sociedad a partir de los efectos de la globalización y la formalización de
sus procesos a escala global. Sucede que elementos característicos de un país traspasa la
frontera (via redes sociales, televisión o mercados internacionales) y se convierte en un
producto globalizado al consumirse en otros países. Por la comunicación global, se da
un quiebre de fronteras nacionales. El rol del estado empieza a ser potenciar la
globalización de sus elementos nacionales. La globalización debe estudiarse de forma
micro, enfocándonos en las ciudades globales y no de forma macro, por ejemplo las
revoluciones sociales. La hipermovilidad es un discurso económico de la globalización,
siendo todos “personas del planeta”, moviéndonos por este.
Las ciudades globales son el centro de materialización de las prácticas de la
globalización. Por el sistema de producción capitalista, que lleva a la valoración
productiva del capital, se dan organizaciones sociales en las ciudades donde
fundamentalmente están las máquinas y concentración de mano de obra, estas relaciones
sociales generan vínculos, y todo lo que ocurre es legitimado por una superestructura
jurídica ideológica, sino se rebelarían. En este sistema de reproducción global, se
entrecruzan procesos de concentración económica atravesando las fronteras. La
geografía de la globalización económica contiene simultáneamente una dinámica de
dispersión, al dispersarse las actividades de producción (hasta de un mismo producto)
en ciudades interconectadas, y una de centralización, ya que las empresas de capital
concentrado tienen el control. Se da una disposición espacial necesaria de las ciudades,
que son espacios estratégicos en la globalización económica.
El fordismo, que se instala mundialmente post segunda guerra mundial, en las ciudades
capitalistas basadas en la valoración productiva del capital. Esta producción masiva
requiere de un consumo masivo, ciudades más interconectadas y un Estado de Bienestar
que permita este consumo, principalmente vía salario indirecto. Pero este sistema es
costoso y entra en crisis en 1975, por el aumento del precio del petróleo, donde las
empresas para abaratar costos y subsistir llevaron su producción a países con mano de
obra barata.
También con la globalización, la política transnacional se ubica en estas ciudades
globales. Se vuelven concretas nuevas reivindicaciones políticas y derechos, los
habitantes marginados van tomando presencia política y hacen oír sus reclamos, las
ciudades generaron el espacio ideal para formación de nuevos tipos de organizaciones,
identidades y comunidades. El debilitamiento del poder nacional también genera nuevas
formas de poder político subnacional, las empresas internacionales ejercen poder en
países extranjeros y también los organismos internacionales.
Uno de los efectos de la globalización son los flujos migratorios transnacionales
captados por las ciudades globales. Estas migraciones van hacia Estado-Naciones donde
hay valoración productiva del capital, por ende empleo. Genera culturas globalizadas
por las relaciones sociales que se dan, esto es producto de la debilitación de las fronteras.
El capital global y la mano de obra transnacional son dos instancias de
transnacionalización que en las ciudades globales entran en conflicto, siendo estas el
espacio donde se sobrevalora el capital e infravalora a los trabajadores desfavorecidos.
Las ciudades globales son territorios de operaciones políticas y económicas de ambos
actores, cuyos intereses chocan.
Luego, el capitalismo materializado cambia por la revaloración financiera del capital,
una nueva manera de generar ingresos. Las nuevas ciudades interconectadas son los
grandes centros financieros del mundo, por ejemplo Nueva York. El poder ya no lo
tienen las ciudades industrializadas, sino estos grandes centros financieros, entre los
cuales se dan grades transacciones de dinero. A causa de esto, hay territorios que se
vuelve cada vez más periférico y excluido de la nueva economía, notándose una
decadencia en los anteriores importantes centros industriales.
Nuevas clases globales. La variedad de grupos sociales comienzan a convertirse en
nuevas sociedades globales, se moldean en órdenes institucionales específicos y
desarticulan parcialmente lo nacional. Las clases globales emergen de dos procesos: la
estructura del marco institucional determinado por la lógica del capital y las acciones de
los grupos particulares que imprimen sus culturas propias en la estructura. El Estado-
Nación ha perdido su poder de moldear la pertenencia e identidad nacional. Otro
indicador de este proceso de debilitamiento de la identificación con lo nacional se da
por las grandes empresas y su instalación de sedes centrales en países periféricos, las
empresas importantes se imponen con una amplia red internacional de filiales, las
nuevas tendencias comienzan a desnacionalizar elementos de la economía nacional. La
red de ciudades globales produce una subcultura, un desplazamiento de lo “nacional” a
una versión “global” de las actividades. Una de las principales características de esta
nueva clase global es que su posición es intermedia entre lo nacional y lo global.
Sassen plantea un nuevo mundo dividido por sectores: por encima se encuentran las
elites transnacionales, que controlan y viajan por el mundo, una clase móvil; luego
viene la red transnacional de funcionarios públicos y profesionales, a cargo de tareas
fundamentales para el funcionamiento de la economía; y por debajo se encuentra el
grupo desfavorecido que presta servicios indirectamente, sin movilidad social, por
ejemplo encargados de limpieza. Estas tres clases se insertan en contextos territoriales e
institucionales nacionales, como las ciudades y gobiernos nacionales. Las nuevas
formas de globalización incrementan la desigualdad existente e incluso generan nuevos
tipos de desigualdad.
Bauman – La ética del trabajo y los nuevos pobres
Bauman se centra en la sociología de la pobreza desde la ironía, ¿Cómo llegamos a
naturalizar algo socialmente condenable?
La ética del trabajo en un principio aparece como el camino para crear la riqueza de las
naciones y acabar con la pobreza de los individuos. Se buscaba insertar a las personas
en trabajos, el trabajo como el mayor deber coincidía con las necesidades de la industria
para incrementar la mano de obra. Pero con el neoliberalismo ya no se necesita mano de
obra sino al contrario, se busca reducirla para aumentar productividad. Los mandatos de
la ética del trabajo son cada vez más huecos, y actualmente en la época posindustrial
tiene otra utilidad: justificar la indiferencia hacia los pobres. Se nos dio una
construcción cultural para naturalizar la desigualdad y vivir con calma rodeados de
miseria, basada en la narrativa de la “responsabilidad individual”, donde se culpabiliza
al excluido de su condición quitándole responsabilidad al Estado y sociedad, contraria a
la “responsabilidad colectiva” del estado de bienestar. En su origen, la ética del trabajo
cumplió la función de llenar las fábricas, ahora que la mano de obra es un obstáculo,
cumple la función de limpiar la conciencia y quitarle responsabilidad a la sociedad,
condenando a los pobres.
Bauman habla de la categoría de clase obrera heterogénea, con distintos salarios
pero con utilidades, la clase baja, personas en el nivel más bajo pero con posibilidad de
subir, y la “clase marginal”, una categoría de personas que están por debajo de las clases
fuerade toda jerarquía, sin posibilidad de mínimo ser admitida en la sociedad, es gente
sin una función, inútiles, que afean el paisaje y no tiene razón de existir. En este grupo
se encuentran los que abandonan la escuela, los homeless, las mujeres solteras, los
adictos, inmigrantes ilegales, etc; a todos estos se los vincula a la violencia y son
temidas. Son metidos todos en una única categoría, se los clasifica de forma colectiva.
La única utilidad que pueden tener en la sociedad, es mostrar el camino que no se debe
tomar, el panorama de la alternativa, y legitimar el orden. La tasa de desempleo es
actualmente un regulador social, la gente teme estar desempleada y se deja explotar en
trabajos precarios, nos auto disciplinamos, moldeamos nuestro comportamiento para no
caer en la marginalidad.
Aparece en Estados Unidos principalmente la categoría de marginado como gente sin
cura, que tenía la culpa de su posición social porque así lo eligió, teniendo un
comportamiento “antisocial” al no apegarse a la norma. La marginalidad no es solo una
cuestión de pobreza, es posible ser pobre y “vivir dentro de los límites”, los factores por
los que una persona termina en la marginalidad es por falencias psicológicas y de
comportamiento. Al separar a la pobreza de la marginalidad, se le quita responsabilidad
al estado ya que no son víctimas del mal funcionamiento de la sociedad sino de sus
propias malas decisiones. En la sociedad de consumo neoliberal, la clase marginada es
la suma de decisiones individuales erróneas. Las oportunidades están, pero para ser
aprovechadas se necesita capacidad: inteligencia, voluntad y esfuerzo; a los pobres les
faltan las tres cosas, carecen de la capacidad de tomar decisiones correctas. La miseria
de los excluidos es fruto de su responsabilidad individual.
La sociedad de consumo neoliberal aspiracional, forma a los pobres como consumidores
frustrados, creando un imaginario social que quiere imitar a la clase dominante, pero
crece la brecha entre los que desean y cumplen sus deseos, y quienes desean pero no
pueden satisfacerlos por carencia de medios o recursos. Llevar determinado modo de
vida dignifica a la persona, entonces el aumento de la criminalidad es fruto de la
sociedad de consumo, ya que los que aspiran a consumir y no pueden acuden a recursos
ilegales por la seducción del mercado. Los años de quite de prestaciones asistenciales
fueron de la mano con el aumento de criminalidad, fuerza policial y población carcelaria,
la mayoría de los presos provienen de los rechazados por la sociedad de consumo.
Los políticos utilizan y fomentan el odio hacia los pobres y su “vagancia”, no obedecer
a la ética del trabajo es un acto aberrante, los pobres no son los derrotados por la
competencia de la sociedad de consumo sino enemigos de la sociedad. La clase
marginada es el enemigo en casa, que ocupo el lugar de la amenaza externa. Dar
beneficios sociales es financiar al delito, porque con eso se los relaciona.
Vincular a la pobreza con la criminalidad ayuda a desterrar a los pobres de las
obligaciones morales de la sociedad. Se adopta la herramienta de la adiaforizacion,
proceso donde los actos moralmente repugnantes se consideran naturales, la sociedad
puede entonces liberarse de responsabilidades a esa gente sin sentirse culpable. Pero no
es posible eliminar por completo la obligación moral, y aparecen vías de escape como la
“ferias de caridad” donde se manifiestan los sentimientos morales reprimidos
permitiendo que la propia indiferencia sea soportable. También, la ecuación pobreza =
hambre, oculta otros aspectos de la pobreza que no se suprimen con comida, pero limita
la tarea de la sociedad en ayudar.
Las imágenes de “autodestrucción” de los sectores marginales, producen el pensamiento
de que invertir en ellos es dinero mal gastado. Cuando se habla de responsabilidad
colectiva, la productividad y reglas del libre mercado se ponen por encima de la moral.
Se explican los deberes de quienes luchan por sobrevivir, pero se calla sobre los deberes
de los que lograron escapar de la supervivencia. Se acusa al estado benefactor de
estimular la dependencia, la ética del trabajo al mismo tiempo que ve la dependencia de
los pobres como aberrante, ofrece un alivio moral a los ricos.
La norma es la proyección del orden sobre la conducta humana. Es considerado
“anormal” al que se comporte fuera del modelo de orden elegido, los pobres
históricamente fueron el prototipo de “anormal”. La desviación de comportamiento
terminara en intervención terapéutica o penal si la conducta excede los límites tolerables.
El deber excluye a porciones de la sociedad, ya que la norma y el orden nunca son
aplicables a todas las personas, sino que tienen la intención de excluir. Promueven lo
“correcto” y centran la atención en lo “incorrecto”, imponiendo un régimen sobre lo que
debe ser excluido. La ética del trabajo opera de forma indirecta, haciendo que la
exclusión parezca un simple acto de auto marginalización culpando a los marginados de
“alterar el orden y no adecuarse a la norma”. Los excluidos son víctimas de las normas
que no tuvieron oportunidad de controlar, están excluidos por las características que los
definen pero que no eligieron, posiblemente ni tengan los recursos para adecuarse a la
norma. Se considera que los excluidos no tienen la capacidad para elegir su destino,
privarles su libertad es necesario para mantener el orden, apareciendo la vigilancia
policial y control como necesarios.
Se le encontró siempre a los pobres la utilidad de defensa y reproducción del orden
social. Pero de acuerdo a cada sociedad se los moldeo y dio una distinta función. En la
Europa premoderna, los pobres eran hijos de Dios y practicar la caridad con ellos era
ganar la bendición celestial “ir al cielo”; en cambio la modernidad sometió todo a la
razón, a la creación humana del orden y normas, la caridad cristiana era un gasto para la
nación y los pobres empiezan a ser un obstáculo y amenaza del orden. En la época
industrial quedaban reducidos a la condición de obreros, ejercito de las fábricas, con
salarios destinados a subsistencia mínima. En la pasada economía basada en la
industria, tenía sentido educar a los pobres para convertirlos en mano de obra del
mañana, pero nuestra sociedad posmoderna de consumo no necesita mano de obra
masiva, puede subsistir con excluidos si los consumidores consumen mucho. La norma
que violan los pobres hoy no es la del desempleo, sino la de no consumir.
Los pobres no intentan volver su sufrimiento una cuestión publica, no valoran sus
derechos y como no les interesan a la sociedad, dejan de interesarse en ellos mismos. Su
lugar es fuera de las calles, los inmigrantes deben ser deportados y si no hay excusa para
su deportación queda el recurso de encarcelamiento. Se termina la solidaridad moral y
empatía, se combate la pobreza como si fuese un delito y no se autocuestiona el orden
establecido.

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