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18 DE NOVIEMBRE VASOS DE BARRO LECTURA: JEREMÍAS 18:1-17 “Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano…” v.4 Qué bueno que esta vasija de barro que somos usted y yo se eche a perder en manos del Maestro, de aquel que puede sacar de entre lo que se había perdido, “lo maravi- lloso”; pasar de una vida destruida a una en victoria, de una vida en tinieblas a una llena del resplandor de Cristo. Dios nos iluminó con el conocimiento de Su gloria en la faz de Cristo y desde ese momento nuestra vida no fue la misma, Su plenitud está en nosotros llenándolo todo y confirmándolo todo. Pero debemos recordar que ese teso- ro, de Su gloria y plenitud, de Su iluminación y conocimien- to, están en vasos de barro. Somos sus vasos de barro, y en estos vasos está ese tesoro. Extraordinaria grandeza de Su poder, de la cual no nos podemos apropiar; no debemos llenar nuestra vida de orgullo y egoísmo. Todo lo grande, todo lo bueno, todo lo hermoso, todo lo especial, que otros puedan ver en noso- tros es solo parte de la extraordinaria grandeza de Su poder en este vaso de barro. Las personas a nuestro alrededor están cansadas de lo que el mundo ofrece, ellos no quieren más ese sabor; ne- cesitan el sabor de la Gloria de Dios, poder dejar su vana manera de vivir y comenzar una nueva vida en Cristo. Por último reflexionemos que, si estamos en las manos del gran alfarero y algo está saliendo mal en nuestras vidas, la culpa es nuestra y no de Dios. Así que es nuestra respon- sabilidad darnos cuenta, lo que está mal en nosotros. Carlos Cárdenas, Colombia Señor, moldea lo que falta en mí para ver tu Gloria
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