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VIVENCIAS DEVIVENCIAS DE UN LLAMADOUN LLAMADO Conmemorando 45 Aniversarios de Ministerio del Pastor Bernardo Mejía BERNARDO MEJÍA Edición: 2020 Publicaciones Refugio Calle Rondón. Edi icio Templo de Refugio, Puerto Cabello, Edo. Carabobo. Venezuela. Tlf 58-242-361-0011 ministeriosrefugiovenezuela@gmail.com ISBN: 978-9945-09-572-2 Todas las citas bíblicas han sido tomadas de la revisión Reina-Valera 1960 Sociedades Bíblicas Unidas. Todos los Derechos Reservados. Impreso en Colombia. Categoría: Liderazgo Espiritual. TABLA DE CONTENIDO DEDICATORIA ................................................................. AGRADECIMIENTOS ................................................................ PRÓLOGO ................................................................................ PREFACIO ................................................................................ INTRODUCCIÓN .......................................................................... CAPÍTULO I: DEL LLAMADO .................................................. CAPÍTULO II: BREVE BIOGRAFIA .................................................. CAPÍTULO III: PRINCIPIO DEL LLAMADO ................................... CAPÍTULO IV: LOS PRIMEROS PASOS DEL LLAMADO ....... CAPÍTULO V: MI LLAMADO AL EXTRANJERO ..................... CAPÍTULO VI: MI LLAMADO A COLOMBIA – SURAMERICA CAPÍTULO VII: MI LLAMADO A HAITI .................................... 5 7 9 11 13 15 25 31 33 41 43 49 CAPÍTULO VIII: MI LLAMADO A PUERTO RICO ..................... CAPÍTULO IX: MI LLAMADO A VENEZUELA ..................... CAPÍTULO X: AVIVAMIENTO EN PUERTO CABELLO ....... CAPÍTULO XI: SIN COMPAÑÍA MINISTERIAL ..................... CAPÍTULO XII: DE NUEVO AL CENTRO DE PUERTO CABELLO CAPÍTULO XIII: ................................................................. DE LAS CONEXIONES DIVINAS EN LOS ÚLTIMOS AÑOS ................................................... CAPÍTULO XIV: VENEZUELA AYER Y HOY .................................... RESEÑA PARA LAS FOTOS .................................................. 53 57 63 73 83 91 111 117 5 DEDICATORIA A mi Dios, quien me tuvo por iel cuando me llamó a Su servicio en esta tierra, porque en el devenir de mi existencia y a través de todos estos años me ha demostrado Su in inita bondad, Su misericordia y Su idelidad y por sostenerme en Su camino, guardarme del mal y utilizarme en Su labor, a Él sea siempre la gloria y la honra. Todo lo que soy y todo lo que tengo se lo debo a Él, mi vida entera, mi familia todo lo dedico a Él y el resto de mis años que pueda estar en esta tierra, siempre y eternamente estaré agradecido de mi Dios. Filipenses 3:14 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Le amo con todo mi corazón... 7 Primeramente deseo agradecer al Señor Jesucristo por haber salvado mi alma y llamarme a su Santo Servicio, también a mi esposa Irrosmada y mi hijo Eliezer por animarme con la escritura del libro. A mi hermana en la fe y consuegra Eddye Ostia de Gener en la corrección del texto, y también a aquellos personas que oraron por mí, para que el Señor me fortaleciera y capacitara para escribir todas estas vivencias. A mi sobrina Radhaisis Román, por decirme en una oportunidad que me animara a escribir un libro y aunque mi respuesta fue “ya existen muchos libros”, ella muy sonriente me dijo: “Si tío, tienes razón, pero siempre es bueno leer algo nuevo”, reconozco que mi sobrina es una dedicada lectora, lo cual es complemento de su labor como Docente de Escuela Primaria en la ciudad de New York. Agradezco haber escuchado dos cosas. La primera: “El que deja de leer, deja de crecer”, la segunda fue a través de una entrevista que le hizo un famoso odontólogo colombiano, Marlon Becerra a un destacado escritor de nombre Mario Mendoza, donde este último hace mención de que: “El que lee vive mucho”. Destaca que en las nuevas medidas de la ONU se habla que una persona con mucho dinero no necesariamente es una persona rica y lo que leemos es patrimonio inmaterial re iriéndose a lo que tenemos en la mente, lo que hemos leído, lo que conocemos. Sigue diciendo en su valioso comentario que existen personas con muchas riquezas materiales, y en relación a dichas AGRADECIMIENTOS 8 VIVENCIAS DE UN LLAMADO medidas, son indigentes, no tienen repercusión, no signi ican nada, ya no es importante el camino de hacer dinero, de escalar socialmente. Aconseja a las nuevas generaciones que se vistan de cualquier manera, que compren cualquier celular, que anden a pie, pero, que tengan cuidado con lo que tienen dentro, porque esas son las nuevas riquezas y que un país encaminado en esa línea sería un país diferente. Este escritor parece coincidir con lo dicho por el sabio Salomón en Proverbios 16:16 “mejor es la sabiduría y la inteligencia que el oro y la plata”. También agradezco a mi hijo en la fe, Arnoldo Viloria, quien tuvo a bien transcribir estos textos, y a tantas personas que se me han acercado preguntándome como empezó mi llamado, este fue otro de los motivos que me animaron a escribir esta semblanza de mi vida, así podrán conocer más acerca de tantas experiencias durante estos 45 años de arduo trabajo en el Camino. 9 Vivencias de un Llamado es una obra elaborada no por el mero arte de la escritura o la inspiración de una imaginación, sino que cada línea relata la historia de un hombre de Dios, que a temprana edad, recibió un llamado para cumplir una misión. Fue una fe sencilla y una con ianza en la cual ese llamado era la voluntad expresa de Dios para su vida. El autor se lanzó como a una aventura para ir descubriendo que Dios tenía un plan bien trazado, y poco a poco lo fue comprendiendo a medida que avanza en su experiencia de fe. Todas las situaciones aquí narradas, mani iestan la obediencia de un hombre que le ha creído a Dios, y por otro lado, la manifestación de un Dios bueno y misericordioso que tiene cuidado de aquellos que se atreven a creerle y responden a Su llamado. Conozco al Pastor Bernardo Mejía, hemos trabajado juntos por más de 30 años. En muchas de las vivencias narradas en este libro, he sido testigo y me consta personalmente la veracidad de las mismas, más aún de la idelidad y obediencia a su llamado. Sé que muchos, al leer este libro, al igual que yo, se trasladarán al pasado a revivir unas experiencias que nunca vamos a olvidar, otros podrán tener una presentación clara de lo que se vive en un llamado de Dios. De seguro les hará comprender que el llamado es una acto de la Gracia y la Misericordia de Dios y está esbozado dentro de un plan bien PRÓLOGO 10 VIVENCIAS DE UN LLAMADO estructurado y delineado por Él para un tiempo especí ico, lugares especí icos y con gente especí ica. A todos aquellos hombres y mujeres que han respondido al llamado de Dios para sus vidas, a los que lo recibieron pero por alguna razón no han respondido al mismo, y a los que serán llamados para servir en cualquier área del Santo Ministerio del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, les recomiendo la lectura amena y sincera de “Vivencias de un Llamado”. Manuel Torres González Presidente Internacional Ministerios Cristianos Arca Evangélica 11 La Biblia nos habla acerca de las misiones como un servicio a Dios. Declarar el Evangelio a las Naciones es y será siempre la obra esencial del culto cristiano. La creación misma anhela escuchar el Evangelio hablado. Las Naciones están tan perdidas que ni siquiera pueden ver su precario estado de orfandad de Dios, es por ello que necesitan profundamente el trabajo misionero para llevarles el Evangelio, darles esperanza y darles el mensaje de Cristo para que nuestro Señor pueda obrar en los corazones de la humanidad. De una forma sincera y detallada, el apóstol Bernardo Mejía nos relata su historia, una vida dedicada al servicio del Señor. Con sus palabrasnos muestra como Dios ha guiado cada uno de sus pasos y cómo le ha usado para llevar el Evangelio a las Naciones. Su experiencia nos revela que ser misionero no es un proyecto de vanidad, sino que requiere de trabajo arduo y una constante fe y esperanza en Dios. Este ministerio es la joya de la corona del culto cristiano, el tipo de servicio en el que David se regocija, que Cristo ordena y por el cual el apóstol Pablo trabajó sin cesar: “Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga, trabajamos día y noche, que tal vez no seamos una carga para ninguno de ustedes mientras les anunciamos el Evangelio de Dios”. 1a Tesalonicenses 2:9. Una y otra vez el apóstol nos llama a la oración y a la continua unidad entre los miembros del ministerio. Dios aparta a los misioneros de una manera única y providencial, un “llamado” especial. Si el Evangelio es el corazón de la Iglesia, PREFACIO 12 VIVENCIAS DE UN LLAMADO que mantiene la sangre vital luyendo hacia sus miembros, entonces los misioneros son el sistema vascular que lleva esa sangre vital a cada persona que habita este agitado mundo. Un corazón palpitante no signi ica nada sin el resto del sistema vascular. “¿Cómo pues, invocarán en quien no han creído, y cómo oirán sin haber quien les predique? Romanos 10:14 Afortunadamente, en cualquier cosa que Dios nos llame a hacer, Él proporciona los medios para cumplir con el compromiso. Así como llama a los misioneros, les habla a todos a lo largo de las Escrituras. En este libro, el objetivo del apóstol Bernardo Mejía es demostrar la idelidad de Dios en cada paso de su ministerio, así como también servir de inspiración para aquellos obreros del Evangelio que necesiten aliento y fortaleza. Radha Isis Román es maestra de profesión 13 Dios tiene un llamado, un plan y un propósito individual en cada hombre a quien llama a Su servicio. Es muy importante procurar conocerlo de manera explícita para que no quede duda de nuestro llamado una vez que estemos seguros para qué nos escogió el Arquitecto y Maestro de la Obra. Debemos seguir Sus planes sin desviarnos ni a la derecha, ni a la izquierda para hacer Su perfecta voluntad. Cuando dejamos que la fuerza y el Poder de Dios actúen en todo y de manera especial en lo concerniente a la Obra de Dios, los resultados serán gloriosos y fructíferos. En la Biblia, la Palabra de Dios, vemos muchos ejemplos que nos dan enseñanzas, Jacob usó su astucia y el resultado fue sufrir muchas a licciones; sólo cuando el Ángel del Señor descoyuntó su muslo y lo dejó sin fuerzas fue que recibió la mayor bendición del Señor. Mientras luchamos con nuestras fuerzas y no damos lugar a Su poder, no tendremos éxito. Moisés en sus fuerzas cometió muchos errores, mató al egipcio, enojado golpeó la peña, arrojó las Tablas de la Ley al ver la idolatría en el pueblo, pero cuando se dispuso a dejar que Dios actuara, encontró una bella promesa en Éxodo 33:14 -”Mi presencia irá contigo y te daré descanso”- Así que no somos nosotros, sino que es la Presencia, el Poder de Dios el que hace la obra. Qué hermoso es escuchar el cántico de Ana en 1a de Samuel 2:9-”Nadie será fuerte por su propia fuerza”- Muchos tuvieron que ser quebrantados antes de ser usados por INTRODUCCIÓN 14 VIVENCIAS DE UN LLAMADO Dios y los que no tuvieron esa experiencia fracasaron, tal como sucedió a Sansón. Es di ícil tener fuerza y capacidad intelectual y no usarla para depender de la fe. En ese punto es cuando llega el fracaso. Como Jacob usamos la astucia para lograr nuestros objetivos, vamos, venimos, ponemos, quitamos sin contar ni consultar con Dios para saber si el Señor aprueba nuestros planes. No descansamos porque creemos que sin nosotros la obra no prospera, pero nos enfermamos o peor aún, morimos antes de tiempo por no con iar en que la obra la hace es Dios. Muchos de los programas y actividades que hacemos en la Iglesia parecen ser buenos y hasta excelentes, pero si no contamos con la aprobación de Dios no obtendremos los resultados que esperamos. Dios tiene un tiempo para cada cosa, sólo Él sabe cuándo los corazones están listos para recibir una visión para cualquier actividad, sabemos que las cosas no funcionan de igual manera en todo lugar debido a las diferentes culturas que existen: de igual manera en lo espiritual hay actividades distintas, gobernantes, principados, potestades que operan en una región más que en otras. He visto sitios donde las personas son más unidas, colaboradoras, esforzadas a involucrarse en actividades, en otros la gente vive en su centro de confort, son perezosos, no participan, son inactivos. Es por ello que si no buscamos la perfecta dirección divina en nuestro llamado, no tendremos éxitos, Él sabe cuál es el mejor método, el mejor tiempo, sabe cuándo la mies está madura y así tu único esfuerzo tiene que ser orar, buscar la inspiración y guía del Espíritu Santo. Para algunos esto es más di ícil, pre ieren leer un libro que les de ciertas ideas para llevarlas a cabo, pero descuidan el orar o buscar la revelación divina. Es por ello que vemos tan poco avance en algunos ministerios, es posible que esa sea la causa que provoca tantos fracasos. Si ponemos nuestros planes en las amorosas manos de nuestro Padre Celestial, el éxito estará asegurado, en cualquier cosa que nos propongamos debe estar la guía de su Santo Espíritu que nos llevará a lugares y posiciones jamás soñadas. 15 Dice en el libro de Hebreos capítulo 3 versículos del 1 al 5 dice: “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es ϔiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. Y Moisés a la verdad fue ϔiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir” Algunas cosas que debemos tener en cuenta en cuanto al llamado, algunos hoy en día lo ven como una profesión y no como una vocación de servicio sin importar los sacri icios que hay que enfrentar, peor aún es tener un llamado y no saber exactamente a qué te llamo Dios, y luego pasarse la vida improvisando cosas y dejando de hacer otras porque no encontramos el éxito. Algunos han pensado que les falta en su llamado la imposición de manos de otro ministro acompañado de una palabra de prosperidad. He conocido a muchos cristianos que han estado sirviendo en la obra de Dios, pero creen que no son exitosos y hacen esfuerzos inancieros para viajar a países donde algún líder está viviendo un avivamiento en su ministerio, pensando que para obtener lo mismo, basta con ir y procurar que “les caiga” un poquito de la Unción y Avivamiento. Lo único que puedo hacer es lamentar que muchos de ellos no sólo perdieron su dinero sino también su tiempo, algunos ya están en la CAPÍTULO I DEL LLAMADO 16 VIVENCIAS DE UN LLAMADO presencia del Señor pero nunca obtuvieron lo que deseaban, otros que aún viven están en la misma condición o peor. ¿Qué podemos pensar acerca de eso? ¿Tal vez no fueron llamados realmente por Dios? ¿No entendieron la tarea para lo cual Dios los llamó? ¿No conocieron su tiempo? Pudiéramos pensar muchas cosas, pero la verdad es que en este tiempo, el ministerio de los llamados está siendo muy afectado por las competencias, todos queremos ser el mejor, el más grande, el de la congregación más numerosa, el más famoso, han tergiversado el término de “cabeza y no cola”, pero se han olvidado que el mayor servirá al menor; en esa competencia perdemos el tiempo y en vez de buscar la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas y llamados, nos pasamos el tiempo compitiendo e imitando a otros. También debemos recordar que el llamado no es algo que nosotros escogemos, debe ser por la perfecta voluntad de Dios como dice Hebreos 5:4 “4 Y nadietoma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón”, siendo así, antes de lanzarnos a un ministerio deberíamos estar muy seguros que Dios nos llamó y saber bien a qué nos llamó, cuáles son nuestras limitaciones para no extralimitarnos y traer fracaso al llamado. No todos fuimos llamados para predicarle a las multitudes en los estadios, ni todos fuimos llamados para ser pastores de 10 mil miembros, ni para administrar grandes sumas de dinero pero, perdemos el tiempo mirando a aquellos que han alcanzado ésto, porque así lo quiso Dios y no nos ocupamos en el llamado personal e individual que nos hizo Dios. Oremos y bendigamos a aquellos que se mueven en ministerios de mayor responsabilidad que el nuestro, y no compitamos ni tengamos envidias, ya que el llamado también es santo como lo dice 2da de Timoteo 1:9 “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la Gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,”. DEL LLAMADO 17 Pudiera decir muchas cosas en cuanto al tema pero sólo quiero recordarles a mis amados consiervos que Dios nos hizo un llamado, y aunque no soy escritor, algo parecido dijo el profeta Amós en su libro, en el capítulo 7:14 “Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres”. Sólo he querido compartir este sentir desde lo más profundo de mi corazón, con el in de bendecir y ayudar a otros con las vivencias que he tenido en este tiempo de ministerio, le oro al Señor que cada hombre y mujer llamado al ministerio pueda encontrar el verdadero propósito de Dios para su vida, no haciendo sus propios planes y ejecuciones fuera de Su Voluntad. Soy un seguidor de las enseñanzas de Kenneth E. Hagin y tengo unos amigos misioneros que saben cuánto me agradan sus libros, ellos son Gary quien es de Estados Unidos y su esposa Elena oriunda de Costa Rica, hace unos años me hicieron llegar uno de sus libros llamado “Planes, Propósitos y Ejecuciones”, Hagin hace mención entre sus párrafos que muchos líderes habían fracasado o habían muerto a temprana edad teniendo un llamado de Dios porque siguieron sus propios planes en el llamado y no siguieron los planes de Dios. La pregunta más grande que él hace es la siguiente ¿Qué van a decir cuando estén delante de Jesucristo?, cuando el Señor les pregunte “¿seguiste mis planes para tu vida o seguiste tus propios planes?”. También Hagin nos dice que el próximo derramamiento espiritual que Dios quiere traer sobre la tierra, requerirá que el hombre haga un lado sus planes, propósitos y maneras de ejecutarlos, y que practique la verdadera adoración a Dios; personalmente me agradó mucho este libro y no me canso de leerlo, he aprendido acerca del cambio en el orden de la adoración. También he aprendido en este libro acerca de la llave para la presencia y el poder de Dios, las demostraciones del Espíritu Santo y la adoración verdadera del Nuevo Testamento. 18 VIVENCIAS DE UN LLAMADO Hombres como Kenneth E. Hagin que tuvieron 70 años de ministerio en la tierra, Billy Graham, Morris Cerullo, Bill Hamon, entre otros, que por haber entendido su llamado e hicieron exactamente como Dios les ordenó, han podido vivir muchos años de éxito ministerial. Lo que digo a continuación lo hago con temor y temblor, nunca en la historia de la Iglesia se había oído que algún pastor se haya quitado la vida por estar bajo presión o depresión, solo se menciona un caso en la Biblia, y es el de Judas, yo sé que la batalla con las tinieblas no es fácil, algunos profetas del Antiguo Testamento también sintieron la presión del enemigo a tal punto que desearon morirse como es el caso de Jeremías y Elías, pero no atentaron contra sus vidas; lastimosamente en los primeros 15 años que van de este siglo XXI, comenzamos a escuchar casos consecutivos de hombres y mujeres que estando activos en el servicio del ministerio, atentaron contra sus vidas, siendo los primeros casos en Brasil, Estados Unidos, República Dominicana y unos de los últimos casos en Venezuela. Estas son noticias que no solo causan dolor sino también preocupación. Otros ministros por endeudarse y no poder pagar, se enfermaron de tanta preocupación acumulada, al inal fallecieron por tal causa. Casos recientes sucedieron en Puerto Rico, muchos pastores se endeudaron para hacer agrandar sus iglesias y después hubo una crisis económica donde muchas personas perdieron sus empleos, muchos creyentes comprometidos con sus diezmos y ofrendas empezaron a emigrar dejando muchos de esos locales vacíos, seguido de ello pasó el huracán María en el 2017 y devastó la isla, más personas abandonaron el país, y entre ellos gente de negocios que sostenían muchos ministerios. Luego de estos acontecimientos, estas personas ya no estaban en sus congregaciones ni aportaban inancieramente. ¿Qué cree usted que paso con muchos de estos locales? Tuvieron que ser entregados a los bancos, ¿Cómo se sintieron estos pastores? Tal vez defraudados. Ahora nos hacemos la DEL LLAMADO 19 pregunta: ¿Los envió Dios o lo hicieron para complacer sus deseos personales? No lo sabremos, pero lo que si sabemos, es que duele ver a nuestros consiervos en situaciones embarazosas y traumáticas. Cuando pensé en la portada de este libro, imaginé que los hombres y mujeres llamados por Dios debemos vivir de rodillas, en cuanto a orar en todo tiempo como manda la Palabra del Señor, teniendo simbólicamente en las manos una piedra dando a entender que debemos aportar en la edi icación del templo, el cuerpo de Cristo. Si cada uno de nosotros, ora y recibe con irmación de Dios para hacer exactamente lo que Él nos llamó a hacer y no a competir con la labor de otros consiervos, sin darle importancia a que mi labor parezca más pequeña, lo que debe importar es lo que le agrade a Dios. Algunos hemos tenido que trabajar en zonas rurales, otros sólo en cárceles, en hospitales, predicando en barrios a pocas personas, hay pastores ieles a Dios y les ha tocado congregaciones pequeñas y a otros muy grandes, hay quienes les ha tocado predicarle a miles de personas en estadios, pero, a cada uno Dios lo llamo al lugar que Él ha querido, como lo dice 1ra de Corintios 3:5-10 “5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, ediϔicio de Dios 10Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro ediϔica encima; pero cada uno mire cómo sobreediϔica.”. Me gustaría ver que los ministros del Señor no se midan por la cantidad de miembros en sus Iglesias, ni por la cantidad 20 VIVENCIAS DE UN LLAMADO de dinero que reciben en el ministerio, sino más bien por lo que invierten en la obra. Dios nos libre del espíritu de Balaam que se lanzó por lucros al ministerio, como lo dice 2da de Pedro 2:15 “15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad” y en Judas 11 “11¡¡Ay de ellos!! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.”. Después de todo, lo importante es que el Señor nos pagará a todos por igual, si trabajaste más, si viviste más años en el ministerio, si llegaste con una edad avanzada y trabajaste poco tiempo, podemos leer lo que el Señor dijo en cuanto a los que hemos sido llamados en Mateo 20:1-16 “1 Porque el reino de los cieloses semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. 2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; 4 y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. 5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? 7 Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. 8 Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. 9 Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. 10 Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, 12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. 13 Él, respondiendo, dijo a uno de DEL LLAMADO 21 ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? 16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos los escogidos”. Es por esto que hago esta re lexión porque si Dios nos llama para que hagamos algo, Él va a responder por ese proyecto. “Si Dios te manda, hazlo, no te defraudara”. Es mi experiencia, y la quiero compartir con mis consiervos, creo en que debemos orar siempre hasta estar seguros que vamos hacer la perfecta Voluntad de Dios y no la nuestra EL FRACASO DEL PASTOR Un pastor de un pequeño pueblo llegó a la Iglesia animado y motivado para realizar la reunión de la noche. La hora pasaba y la gente no llegaba, después de quince minutos de atraso entraron tres niños, después de veinte minutos entraron tres jóvenes, entonces el pastor decidió comenzar el culto con las seis personas. Al pasar el tiempo entró una pareja que ocupó los últimos asientos de la Iglesia. Cuando el pastor hacía la lectura de la Palabra para la prédica, entró un señor con sus ropas sucias y una cuerda en sus manos. Aún sin entender la falta de asistencia del pueblo, el pastor condujo el culto muy animado, predicando con dedicación y celo. Cuando volvía a su casa fue asaltado y golpeado por dos ladrones que se llevaron el bolso donde estaba su Biblia, además de otras pertenencias de valor. Mientras su esposa hacía las curaciones de sus heridas, él describió ese día como: El día más triste de su vida, el día más fracasado de su llamado al Ministerio, el día menos fructífero de su carrera. Después de cinco años, el pastor decidió compartir esta historia a la Iglesia, mientras terminaba de contarla, un 22 VIVENCIAS DE UN LLAMADO matrimonio de gran referencia en aquella congregación, le interrumpen y dicen: “Pastor, aquella pareja de la historia que se sentó en el fondo, éramos nosotros, estábamos al borde del divorcio a causa de varias diferencias que había en nuestro hogar. Habíamos decidido poner in a nuestro matrimonio, pero decidimos pasar primero a una Iglesia, dejaríamos allí nuestras alianzas y después cada cual seguiría su camino. Pero desistimos del divorcio después de escuchar la prédica de aquella noche, hoy estamos aquí con el hogar y la familia restaurados”. Mientras el matrimonio hablaba, uno de los empresarios más prósperos que ayudaba en el sustento de esa Iglesia, se levantó pidiendo oportunidad para hablar y dijo: “Pastor, yo soy aquél señor que entró sucio con una cuerda en las manos, estaba al borde de la quiebra, perdido en las drogas, mi esposa y mis hijos se habían ido de la casa a causa de mis agresiones: aquella noche intenté suicidarme, sólo que la cuerda se rompió, cuando iba a comprar otra cuerda vi la Iglesia abierta y decidí entrar, aun estando todo sucio y con la cuerda en las manos. Esa noche el mensaje perforó mi corazón y salí de allí con ánimos para vivir, hoy estoy libre de las drogas, mi familia volvió a casa y me convertí en el mayor empresario del pueblo. En la puerta de entrada, el obrero que recibía a las personas gritó: “Pastor, yo soy uno de aquellos ladrones que lo asaltó, el otro murió aquella misma noche cuando realizábamos el segundo asalto, en su bolso había una Biblia, comencé a leerla cuando despertaba en la mañana y luego tomé la decisión de entrar a esta Iglesia. El pastor quedó en shock y comenzó a llorar junto con la congregación. Al inal de aquella noche que él consideraba como una noche de fracaso, fue una noche muy productiva. Historias como ésta hay muy parecidas, peor aún, las de misioneros en tribus indias y africanas que no llegaron a ver el fruto de su labor, pues éste llega después de su partida a la eternidad. Es por eso es que les repito, consiervos amados: DEL LLAMADO 23 No midas tus éxitos por lo que ves solamente. Son lecciones de la historia. 1- Ejerza su llamado con dedicación y celo, más allá del número de personas que tengas en tu congregación. 2- Dé su mayor esfuerzo todos los días, pues cada día es un instrumento para la vida de alguien. 3- En los peores días de su vida, puede ser una bendición para quien lo necesite. 4- El día que usted considere como el menos fructífero de su vida en la tierra, puede ser el más productivo en el mundo espiritual. 5- Dios usa las circunstancias malas de la vida para producir grandes victorias. 6- Nunca diga: Dios no hizo nada hoy, sólo por el hecho de que tus ojos no lo vieron. 7- Estamos seguros de que Dios nos llamó, también estamos seguros de que Él siempre está obrando aunque no lo veamos. 25 Nací en Santa Domingo, República Dominicana, un día 20 del mes de agosto del año 1957, en el hospital de Maternidad “La Angelita”. Mis padres, Don Valentín Mejía y Doña Grecia Sprot. Mi padre, hijo de un agricultor y comerciante, creció en el campo, donde conoció a mi madre, ella vivía en San Pedro de Macorís y muchas veces visitaba a su padre (mi abuelo), que trabajaba en el mencionado campo. Mi abuelo también era de San Pedro de Macorís, hijo de ingleses que habitaron las costas del este de República Dominicana (la familia Sprot Farriel) Mi madre, fue la primera de 33 hijos (quizás más) que tuvo mi abuelo con varias concubinas. Era muy jovencita cuando se unió con mi papá, tenía apenas 15 años y engendraron 4 hijos, de los cuales yo soy el segundo, nacimos con la diferencia de un año cada uno, de manera que mi madre antes de los 22 años ya nos había tenido a todos. Mis padres eran muy jóvenes y con poco estudio, mi madre no sabía leer ni escribir (luego lo aprendió), y mi padre había estudiado hasta la primaria, no conocían a Dios ni sabían nada acerca de Jesucristo, esta era la razón por la que, se peleaban con frecuencia, mi madre era de fuerte carácter. Siendo pequeño fui testigo de una terrible pelea, recuerdo que al levantarme al siguiente día, vi la franela de mi padre llena de sangre y no encontré en la casa a ninguno de los dos, ante la situación, le pregunté a una joven que nos ayudaba CAPÍTULO II BREVE BIOGRAFIA 26 VIVENCIAS DE UN LLAMADO en los quehaceres de la casa ¿Dónde están mis padres? Yo tenía poco menos de 3 años, la joven me respondió: “Ellos pelearon anoche y tu mamá golpeo a tu papá en la cabeza”. Recuerdo que el objeto era un posa mano de un viejo mecedor, también me comento que la policía se los había llevado y estaban presos en el cuartel de Villa Altagracia (el pueblo donde vivíamos en ese tiempo). Despuésde este episodio continuaron viviendo juntos unos años más, pero las diferencias, peleas y desacuerdos que solo ellos sabían, no pararon hasta que decidieron separarse para siempre, situación que me causó un gran dolor pues, como niño siempre quería estar al lado de los dos. Lamentablemente, a nuestra pobreza se le añadía un ingrediente más, la separación de mis padres, aunque éramos muy pobres eso no me afectó tanto como la separación de ellos, me hacía más infeliz, porque no solo ellos se distanciaron sino también mis hermanos. Carmen la mayor de todos, la entregaron a mi abuela materna y ella terminó de darle la crianza, mi mamá se quedó con mis dos hermanos menores Mercedes y Radamés y yo me quedé en la casa de mis abuelos paternos. Esto era traumático para un niño de 5 años, ahora comprendo que mi querida madre solo era una joven que no llegaba a los 22 años, en una situación económica muy precaria, sin estudios, por esta razón no podía hacerse cargo de sus cuatro hijos. Ella luchó para sostener a mis dos hermanos, haciendo lo posible por visitarme cuando la situación se lo permitía, mi alegría era inmensa pues, aunque me llevaba regalos, para mí lo más importante era verla a ella y a mis hermanos, mi mejor día siempre era cuando se daban esas reuniones familiares. Al pasar del tiempo, disfrutaba en recordar ese buen día de su visita y lo que había compartido con ellos. Siempre ha existido un amor grande entre nosotros, lo cual nos ha mantenido unidos en nuestra adultez, buscando las ocasiones de vernos con más frecuencia en vacaciones o en cualquier oportunidad en que pudiésemos reunirnos. BREVE BIOGRAFÍA 27 Luego de un tiempo mi madre volvió a casarse con el señor Francisco Vargas, quien demostró su amor por ella como también a mis hermanos, de esa unión no hubo descendientes. Por otra parte mi padre también se casó con la señora Eduviges Cruz, una mujer analfabeta aunque de una gran inteligencia pero muy dura de carácter, mi comportamiento debía ser más que excelente, porque a la mínima falta el castigo era bastante fuerte. De esa unión nacieron 6 hijos, una de mis hermanas falleció cuando estaba muy pequeña, los otros 5 se criaron a mi lado, siempre los he amado como hermanos sin ninguna distinción, hago esta salvedad porque he oído a otras familias hablar haciendo una diferencia, como por ejemplo: “Mi hermano de padre, o mi hermano de madre”, entre nosotros no hubo tal diferencia y siempre me han guardado respeto como hermano mayor. Volviendo a los días de mi niñez, recuerdo que a la edad de 5 años, y aún con el vacío que dejó la separación de mis padres, yo anhelaba algo que llenara mi corazón, y fue una hermosa tarde cuando a mi vecindad llegaron unas hermanas cristianas y reunieron a todos los niños en el patio de la vecindad y comenzaron a hablarnos de Jesús, nos enseñaron canciones cristianas para niños, yo no sé qué ocurría en la mente y en el corazón de los demás niños, pero en la mía, comencé a ver a Jesús en mi tierna imaginación y sentí que Él me amaba, también sentí que lo amaba, desde entonces jamás he olvidado esa experiencia y hasta el día de hoy sigo enamorado de mi Señor y Salvador Jesucristo, Jesús el de Galilea, el que murió por mí en la cruz. En los años que fui creciendo junto a mi padre y madrastra, tuve muchas di icultades para mantener mi fe, pues mi madrastra, en su ignorancia, sin conocer al Dios verdadero, practicaba la brujería y tenía un gran altar de imágenes de ídolos, a ella no le gustaba que asistiera a la Iglesia y que en la casa colocara música cristiana, cuando mi padre me compraba discos o libros cristianos ella me los rompía. 28 VIVENCIAS DE UN LLAMADO A pesar de que mi padre no era cristiano convertido, siempre leía la Biblia y me apoyaba en todo, en ocasiones me acompañaba a la Iglesia y llegó a aceptar a Jesucristo en varias oportunidades pero no perseveraba porque tenía muchos problemas con su esposa, pues ella se oponía a todo lo que tuviera relación con el Evangelio. A pesar de tantos problemas continué creciendo en Cristo y a la edad de 14 años fui bautizado en un mover de avivamiento que Dios trajo por medio de dos famosos evangelistas de ese tiempo, me re iero a David del Villar y Blanco Peña, ellos trajeron a Villa Altagracia una poderosa campaña de salvación y milagros, muchos jóvenes creyeron en el Señor, yo mismo hice una renovación de fe y me a irme más en la Iglesia, me uní a los jóvenes y recibimos las clases para ser bautizados. En medio de un poderoso mover del Espíritu Santo, Dios levantó a varios de estos jóvenes para el ministerio, uno de ellos es el pastor Ovidio Reyes, quien fue primeramente el Presidente de los Jóvenes, como se le decía antiguamente, (hoy día se le denomina como Pastor de Jóvenes), sabiamente nos disciplinaba cuando fallábamos en el servicio, la Iglesia estaba llena del poder del Espíritu Santo, al punto de que en las celebraciones de adoración y las vigilias, resultaban rotos los bancos y las sillas, pues los jóvenes danzaban, lanzándose al piso con mucha fuerza, como becerros en la manada como dijo el profeta Isaías en el capítulo 35 de su libro: “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y ϔlorecerá como la rosa. 2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. 3 Fortaleced las manos cansadas, aϔirmad las rodillas endebles. 4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. 5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6 Entonces el cojo saltará como BREVE BIOGRAFÍA 29 un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7 El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos. 8 Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. 9 No habrá allí león, ni ϔiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. 10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.”, esta profecía parecía cumplirse en mi vida y la vida de los demás jóvenes. Dos años después, me trasladé a la casa de mi madre en la capital donde estuve unos días, luego me mudé a la casa de mi tío Emilio, quien era el administrador de una tienda de ropa para caballeros, yo había aprendido la profesión de sastrería en Villa Altagracia, así que comencé a trabajar allí fabricando pantalones, de esa manera me ayudaba y ayudaba a mi madre. Cuando tenía 17 años comencé a sentir un fuerte deseo de predicar el Evangelio, era algo que no podía resistir, tenía sueños, me veía hablando a las personas de Cristo, caminando por campos y lugares que no conocía, este sentir no se separaba de mi mente ni de día ni de noche, en algunas ocasiones salía del trabajo y mientras caminaba a la casa en mi mente solo estaba una viva imagen donde iba predicando y pensando en la obra de Dios. Sabía que era un llamado de parte de Dios y no debía posponerlo. En cierta ocasión me pareció escuchar una voz que me dijo: “Vengo pronto y si no estás predicando te vas a quedar”. Llegó el momento cuando ya la inquietud fue más intensa y decidí buscar la presencia de Dios para que me dirigiera. Primero hablé con el encargado de mi trabajo (era una empresa que 30 VIVENCIAS DE UN LLAMADO fabricaba uniformes militares); cuando le dije al jefe que no iba a seguir trabajando porque Dios me llamaba a predicarel evangelio, este hombre que me tenía mucho afecto, pues era el más joven de los trabajadores, hasta me tenía un sobrenombre por ser laquito y cara de niño, se enojó y golpeó la mesa donde se hacían los cortes de las telas y me dijo: “Quién te metió eso en la cabeza”, él era un inconverso, yo no podía darle una explicación. También mi familia me despreció, pensaban que estaba loco, mi hermana Mercedes me decía “mi mamá va a tener un hijo ingeniero, una doctora y otro según evangélico”, re iriéndose al ministerio como una profesión menospreciada. Al mismo tiempo, mantenía una batalla en mi mente porque pensaba que las personas no me iban a tomar en cuenta y no iban a prestar atención por ser tan joven, pues a esa edad mi rostro se veía muy juvenil sin barba ni bigote (ésto era algo que le pedía con fervor al Señor, pensaba y decía: “Señor si tú me das el milagro que me salgan barbas y bigotes me veré más adulto y así las personas me prestaran más atención”), pero esta petición nunca fue contestada, hoy día le agradezco al Señor que no me haya respondido, pues he podido evitar comprar muchas hojillas de afeitar y no he perdido tiempo frente al espejo ¡Gracias Señor! Después de obedecer al llamado del Señor, al pasar el tiempo mi familia comenzó a recibir a Cristo como Salvador, mis padres, hermanos, mi querida madrastra, se deshizo de las imágenes, rompió el altar de los ídolos y hasta hoy es una anciana llena del Espíritu Santo y una gran intercesora ¡Gloria a Dios! 31 Al principio de mi llamado, como apenas era un jovencito que acababa de cumplir 17 años, sin ninguna experiencia en el ministerio, solo había aprendido las enseñanzas de la escuela bíblica dominical y de los mensajes de los pastores y evangelistas que predicaban en las campañas, siempre prestaba mucha atención y llegué a aprender de memoria algunas predicaciones de conocidos evangelistas como Yiye Ávila, Jorge Raschke, Luis Palau, entre otros, en ese tiempo compraba los discos y casettes grabados con sus mensajes, estaba enamorado de todo lo que eran los asuntos de Dios. Muchas veces serví como ujier en campañas, me gustaba asistir a todos los retiros espirituales que realizaban los jóvenes y participar en muchas actividades de mi Iglesia, nunca fui indiferente a las actividades de la obra de Dios, vivía enamorado de estas cosas, era mi pasión y mi vida. Siempre pensaba y me decía: “Si fuera un predicador me gustaría ir por los campos predicándole a la gente humilde e ir fundando Iglesias en esos lugares pobres, todo esto era mi imaginación sin saber que años después Dios me permitiría hacer exactamente estos sueños realidad. Y fue así como de repente empecé a sentir en mi corazón como una demanda divina, algo que no podía controlar hasta que decidí buscar a Dios en ayuno y oración para encontrar una con irmación si era de parte de Dios ese sentir. Me fui de retiro a un lugar apartado de la ciudad, un campo me habían recomendado, un lugar donde los hermanos iban a buscar la Presencia del CAPÍTULO III PRINCIPIO DEL LLAMADO 32 VIVENCIAS DE UN LLAMADO Señor. Allí estuve por varios días y el Señor me con irmaba el llamado y puso en mi corazón fuerte amor por las almas. A continuación quiero referir a ustedes una anécdota que refuerza en mucho la realidad que he vivido en este servicio que me ha encomendado mi Señor: 33 Después de terminar el tiempo de ayuno y oración, recuerdo que un anciano de Dios me hizo la propuesta de ir a predicar a un caserío, se animó hacerme una pequeña tarima de bambú recostada de un árbol de mango, un caserío muy cerca de aquel lugar donde había estado buscando dirección de Dios, fue mi primera experiencia de predicar a Cristo en un lugar público. Luego de eso regresé a la ciudad capital y el Señor comenzó abrir puertas, predicaba en cultos de barrios, en pequeños grupos familiares, en parques y hasta me dieron un espacio de media hora en un bloque radial que dirigía un pastor de nombre Suero Clase, poco a poco el Señor permitía que algunos pastores me invitaran a ministrar en sus iglesias como evangelista, y a pesar de ser tan joven Dios me dio su gracia para llevar Su Palabra a quien lo necesitaba en ese tiempo y lugar. El Señor me permitió conocer a dos jóvenes un poco mayores que yo, Urbano Ventura y Eligio Inoa, estos hermanos estaban también dando los primeros pasos en el ministerio y nos unimos para ministrar en las actividades evangelísticas. Al principio de conocerlos tuvimos una propuesta de viajar hacia la ciudad de Nagua, ciudad lejana al oriente del país. Eligio conocía una familia de apellido Guillén, el padre de esta familia era médico de profesión, nos dieron alojamiento en una habitación que era un anexo en el patio de la casa, después de estar ahí unos días y participar en una Iglesia CAPÍTULO IV LOS PRIMEROS PASOS DEL LLAMADO 34 VIVENCIAS DE UN LLAMADO bien formada de la ciudad, dirigida por un pastor de apellido Pereira, tomamos la decisión de quedarnos en la habitación en ayuno por varios días. Sucedió que se desató una unción en aquel lugar, muchos hermanos escucharon de tal unción, y venían para ser llenos del Espíritu Santo y otros eran sanados de diversas enfermedades. La noticia corrió por la ciudad y cada día llegaban más y más hermanos, la casa se mantenía llena de visitas que en su mayoría eran creyentes de la Iglesia del pastor Pereira. Al principio esto causó ciertos celos ministeriales con el pastor, como era natural, gracias al Señor con el tiempo llegamos a ser grandes amigos y nos apoyaba en la obra del ministerio. Es importante mencionar que el Dr. Guillén, tenía su consultorio en la casa y muchas personas de las que venían a consultarse, eran de los campos cercanos, y luego de su consulta los invitaba a pasar para que nosotros oráramos por ellos y salían del lugar completamente sanos de sus enfermedades ¡Gloria a Dios! Al poco tiempo logramos formar un equipo para salir a evan- gelizar desde Nagua a los pueblos y ciudades circunvecinas, nuestra primera campaña fue en un pueblo cercano a la ciu- dad de San Francisco de Macorís, allí vimos la gloria de Dios manifestada en salvación y milagros, la primera noche la gente estuvo bajo el poder de Dios por varias horas, tendidos en el piso, y cuando se levantaban daban testimonio de ha- ber visto al Señor Jesús y sus ángeles que hacían operaciones de milagros en sus cuerpos. Entre los muchos casos, voy a re- saltar dos; el primero fue un hombre que había abandonado su trabajo de agricultura por una parálisis en sus piernas y dijo que mientras estuvo tendido en el piso vio al Señor Jesús tomar sus piernas y estirárselas, luego se levantó y caminó totalmente sano. El segundo fue una mujer que había sido desahuciada médicamente por complicaciones del corazón, también estuvo tendida en el piso por largo tiempo y dice haber visto ángeles que operaban su corazón y fue totalmente sanada. LOS PRIMEROS PASOS DEL LLAMADO 35 Cabe destacar que todas estas personas estando en el piso tenían un éxtasis en donde experimentaban el poder de Dios en sus vidas. Entre los que formamos el grupo estaban las tres hijas de los esposos Guillén donde nos habían hospedado, una joven que venía de una congregación no Pentecostal y tuvo una experiencia de avivamiento, su nombre es Violeta Espinal con un talento de canto, su hermana mayor ya era conocida en todo el país por sus grabaciones de canciones cristianas en la Rondalla Evangélica Nacional conocida como María Victoria Espinal, ella nos apoyaba junto a su esposo y su querida madre, aunque nos apoyaba nunca fue parte del grupo porque tenía otros compromisos. También formaba parte del equipo una joven profetiza de nombre Loida Gómez, y una anciana que nos acompañaba como una madre de nombre Antonia, ésta servía en casa de la familia de Violeta Espinal, había estado muy enferma en condición grave y nos pidieron ir a orar por ella, recuerdo que esa nochefue espectacular; llegamos y estaba tendida en la cama, comenzamos a orar y de repente se escuchó un ruido que golpeo la ventana, uno de los jóvenes dijo que tuvo una visión con un ser negro en forma de hombre que se levantaba de la cama y que nos miraba y se reía con burla mientras caminaba de espalda y en el momento en que se escuchó el ruido dice el joven que vio ese demonio salir por la ventana. Esa misma noche, la hermana quedo libre y sanada, después de esto se unió al ministerio y fue parte del equipo, en total éramos seis mujeres y seis varones que formamos el equipo Misionero Evangelístico “Rapto y Juicio”, nos mantuvimos unidos y por un buen tiempo hicimos varias actividades por todo el país y cuando llegó el tiempo de separarnos, cada quien se fue a una misión especial, las jóvenes formaron un equipo de mujeres y se fueron como misioneras a Suramérica, del equipo de los varones, un hermano al que cariñosamente le decíamos por sobrenombre “Chiche” (para el momento de 36 VIVENCIAS DE UN LLAMADO escribir el libro no recordé su nombre), fue a pastorear al sur del país y luego supimos que había partido a la presencia del Señor. Otro de los jóvenes de nombre Juan Pablo, se casó y se fue a vivir a los Estados Unidos. El mayor de edad del equipo, Juan Miguel López, venia de pasar una gran a licción pues su esposa hacía pocos días había muerto de repente, un matrimonio de pocos meses, prácticamente estaban recién casados, Juan Miguel se nos unió y encontró gran consuelo y compañerismo en el equipo mientras ocupaba su mente en las cosas del Señor. Su incorporación fue de gran ayuda para el equipo porque poseía una camioneta pick up, tenía equipos de sonido para las campañas. Además, era un gran artista en manualidades e hizo la igura de una Biblia abierta, la ijó sobre el techo de la camioneta, al lado colocó unas cornetas de altavoz tipo campana y la camioneta estaba llena de textos que también los hacia Juan Miguel, un profesional de letras y dibujos; vino a completar el equipo, donde llegábamos el vehículo siempre llamaba la atención de las personas. Juan Miguel hoy día tiene una gran familia y continúa en el Ministerio Evangelístico. Urbano Ventura, se dedicó al ministerio de la enseñanza, ya ha escrito varios libros de texto usados en Instituciones Bíblicas, también dirige su propia Universidad Cristiana de nombre Universidad Bíblica Internacional (UBI). El hermano Eligio Inoa también se dedicó a la escritura de libros y al evangelismo hasta el día de hoy. Con respecto a mi persona, quedé solo en el Ministerio Evangelístico predicando en muchos lugares del país. Mi condición económica era precaria y muchas veces para comer dependía de la bondad de los hermanos que me apoyaban en el ministerio entre ellos el líder juvenil Manuel Mejia quien era propietario de un negocio de verduras y siempre estaba pendiente de mis necesidades al igual que otras hermanas adultas de la congregación. No podía acercarme a la casa de mi familia, pues no quería abandonar el ministerio, ni ser despreciado por ellos, ni ser una carga, ya había escuchado LOS PRIMEROS PASOS DEL LLAMADO 37 críticas por haber dejado mi trabajo secular y mis estudios para dedicarme a la obra de Dios, yo sentía, sabía y estaba completamente seguro del llamado que Dios me había hecho y que de alguna manera me iba a ayudar. En ese tiempo mi pastor Ramón Rivera (ya en la presencia del Señor), que había venido de Puerto Rico para pastorear la famosa iglesia “Unión Cristiana Misionera” de la calle Ravelo en la Ciudad Capital de Santo Domingo, digo famosa porque para los años 50 ya se conocía como “Cruzada Misionera”, por allí pasaron hombres de Dios muy usados en la unción del Espíritu Santo, como por ejemplo Yiye Ávila en su primera visita a República Dominicana, entre otros predicadores de la época. El pastor me concedió una parte al lado de su o icina para que yo tuviera mis cosas como ropa, zapatos y mi Biblia, era todo lo que tenía, mi cama era los grandes bancos de local y en muchas ocasiones cuando me cansaba de los bancos dormía en el altar. Viviendo aún allí, salía a los diferentes lugares a predicar la Palabra, los pastores y los hermanos me atendían con gran solicitud, Dios me usaba y cuando tenía que regresar, me decía a mí mismo: “Si estos hermanos supieran donde vivo, con tantas incomodidades y necesidades”. El país pasaba por momentos muy críticos, en el año 1964 habíamos tenido una guerra civil donde los Marines de Estados Unidos intervinieron el país, después hubo varios gobiernos di íciles y de poco éxito en lo económico, el país estaba sumido en la miseria. Las Iglesias no eran la excepción, también pasaban necesidades, muchas veces las ofrendas para mí no eran su icientes ni para los pasajes del autobús, ni para tomar una gaseosa, en oportunidades reconozco que los pastores hacían grandes esfuerzos para ayudarme y me ofrendaban con generosidad según sus posibilidades. Años más tarde el líder Manuel Mejía reemplaza al pastor Ramón Rivera después de su lamentable muerte, convirtiéndose en el pastor de la Iglesia Unión Cristiana y Misionera hasta los presentes días. 38 VIVENCIAS DE UN LLAMADO Dios detuvo la lluvia (Testimonio). En una oportunidad nos dirigíamos a predicar a una campaña en la ciudad de Moca, República Dominicana. Eran tiempos de lluvia en todo el territorio nacional, viajamos con muchas di icultades en el camino, los ríos estaban crecidos, tuvimos que desviarnos varias veces y cuando llegamos a la casa del pastor donde nos íbamos a hospedar, nos contó que hacía varios días que no celebraban servicios, y no tenían recursos económicos esos últimos días, la situación era precaria y estaban sin alimentos para ofrecernos algo de cenar. Luego él tomó su guitarra y se acercó a la habitación donde estábamos para darnos esa explicación, y nos entonó una conocida canción, que decía: “Misionero que vas a cumplir tu misión1…” Y esa canción nos animó aunque no tuvimos nada de comer esa noche. Al día siguiente continuamos en ayuno, era el día para comenzar la campaña en uno de los parques de la ciudad al aire libre, eran como las dos de la tarde y yo miraba por la ventana, que todo seguía nublado y oraba, Señor ¿Cómo vamos a predicar con esta condición atmosférica? Y escuche la voz del Señor cuando me dijo: “Ordénales…” en ese momento entendí que el Señor me daba autoridad para hablarle a las nubes, lo cual hice y al poco tiempo todo el cielo comenzó a aclarar. Fuimos al servicio de campaña esa noche sin ser impedidos ni perturbados por la lluvia, sólo el ultimo día cuando ya terminaba la campaña, en pleno servicio comenzaron a caer unas gotas de lluvia, y le dije a los presentes, esto es testimonio que Dios detuvo la lluvia durante los días de campaña. Esa bella experiencia la vivimos, parte del equipo Rapto y Juicio, Juan Miguel López, Urbano Ventura, Eligio Inoa y este servidor. Él nos ayudó. ¡Gloria a Dios! 1- LETRA DE LA CANCIÓN “MISIONERO QUE VAS” Misionero que vas a cumplir tu misión Tú que anuncias la paz en lejana región LOS PRIMEROS PASOS DEL LLAMADO 39 A los campos que vas anunciando su Amor Que mi Cristo te guarde y te sostenga iel Hasta volvernos a ver Cuán hermosos son los pies sobre los montes De el que publica la paz, De el que alegre nuevas trae De el que anuncia salud, De el que dice a Sion Tu Dios para siempre reinará por los siglos. Amén! Misionero que vas a los campos de labor Anunciando las nuevas de Cristo el Salvador Oraremos por ti, que te guarde el Señor Que te de Su gracia, que te fortalezca Y te revista de valor 41 Cuando el Señor me hace el llamado para ir a otros países me da una revelación dramática e inolvidable, pues una madrugada mientras dormía en el altar de mi Iglesia, me levanté con un dolor fuerte en mi espalda, me privaba la respiración, pensé que no lo soportaría y de inmediato el diablo hablo a mi mente, me dijo: “Estás tuberculosoy vas a morir porque tu ayunas mucho y te alimentas muy mal”, pensé que era cierto, pues para esos años en República Dominicana había muchos enfermos de tuberculosis al punto que fuera de la ciudad, en el famoso kilómetro 28 de la autopista Duarte había un Hospital para tuberculosos al lado del Hospital Psiquiátrico, de manera que era fácil de creer el argumento del diablo, y yo dije “pues si voy a morir ahora, que sea en el altar”, me acosté boca arriba y le dije al Señor: “Recibe mi espíritu”. En ese momento siento que mi espíritu salió del cuerpo y comenzó a viajar, llegue a un país donde vi multitudes de personas y una voz me dice: “Estás en Colombia”, luego me pasó a otro país que para ese momento no sabía que limitaba con Colombia y de igual manera veo multitudes de personas al punto que me parecía ver las gentes como si mirara un gran bosque que las hojas no se pueden distinguir de tantas que hay, otra vez la voz me dice: “Estás en Venezuela”, y de nuevo la voz me dice con una interrogante: “¿No tienes compasión de ellos?”, lo que me hizo entender que Dios me llamaba a esos países. CAPÍTULO V MI LLAMADO AL EXTRANJERO 42 VIVENCIAS DE UN LLAMADO Al momento veo que un ángel viene desde el cielo y trae en su mano una bolsa plástica transparente y pude ver que dentro de ella traía un líquido color rojo, me parecía una bebida que normalmente se congela en Santo Domingo y le dicen Equimalitos (Bambi en Venezuela), yo la bebí, cuando termine de beberla desperté. Hay dos cosas que deseo resaltar, primero que el diablo es un mentiroso porque yo no estaba enfermo ni mucho menos de tuberculosis, entiendo que el Señor me quebrantó para mostrarme la “Visión de mi Llamado” y que no lo olvidara más. Como sucedió con Daniel el profeta y Juan en la Isla de Patmos, dice que en la visión cayeron como muertos, pero no fue así, Dios sigue obrando en su método especial. Lo segundo que quiero resaltar y me llena de con irmación es que en ese tiempo yo no estaba familiarizado con la geogra ía de Suramérica y el hecho de ver en la visión del llamado a Colombia y Venezuela unidos en frontera, no me quedaba dudas de la veracidad de Dios al mostrarme esos países para llevarles el mensaje. 43 Cuando estuve en lo cierto de que Dios me hacía un llamado al extranjero, comencé los trámites para sacar mi primer pasaporte, el que aún conservo como recuerdo, con mi cuello clerical y cara de niño. Cuando ya lo obtuve, seguí orando y esperando que se cumpliera el tiempo de Dios. En ese entonces, vino a mi iglesia un misionero dominicano que se había radicado en Colombia con su familia, eran pastores en Villavicencio, Departamento del Meta en Colombia, su nombre Francisco Osorias. Yo aproveche la ocasión y le pedí su dirección y le dije que algún día nos veríamos en Colombia, pues tenía un llamado para evangelizar en ese país, ya tenía una conexión. El tiempo continuó pasando con varias experiencias, unas buenas y otras traumáticamente dolorosas, y en el tiempo perfecto del Señor me proveyó el pasaje para viajar a Bogotá, Colombia. Cuando estoy seguro de la fecha, trato de comunicarme con el pastor Francisco Osorias, le envié un telegrama pero no tuve respuesta de él, ya se acercaba la fecha para viajar y le mandé otro telegrama, no me llegó respuesta, pero me con ié dando por sentado que el pastor había recibido mis telegramas. El día llegó, un sábado del mes de Junio del año 1977 abordé un avión de la línea colombiana Aerocóndor, era mi primera vez en un avión y pensé que sería bueno antes de despegar, leer mi Biblia en el Salmo 91, lo cual hice, mientras leía estando solo en la ila de asientos a la derecha del avión, en la CAPÍTULO VI MI LLAMADO A COLOMBIA – SURAMERICA 44 VIVENCIAS DE UN LLAMADO otra ila estaba sentado un caballero, que me miró sonriente y me dijo: “Hermano pásese para este lado”, en esos días los vuelos no llevaba muchos pasajeros, así que podía tomar los asientos desocupados, me pase al lado del caballero y me dice yo soy pastor y vengo haciendo escala procedente de Puerto Rico y voy a mi casa en Barranquilla, Colombia, yo también me identi iqué y le conté como Dios me había llamado, y que solo contaba con un pastor a quien le había enviado dos telegramas, pero que él aun no me había con irmado si recibió mis telegramas. Cuando estábamos próximos a llegar a Barranquilla, ya habíamos conversado todo el camino, el pastor, que recuerdo bien su nombre Pedro Osorios (es sorprendente que los dos tenían un apellido tan parecido con la diferencia en la penúltima letra, uno es Osorios y el otro Osorias), me dice el pastor Pedro Osorios: “Yo me quedo en Barranquilla, es la primera parada, tú tienes que hacer otra escala en la ciudad de Antioquia y luego llegas a Bogotá, si al llegar no encuentras al pastor que le enviaste los telegramas, entonces toma este número y llamas a este pastor que es mi amigo, yo soy el supervisor del concilio Iglesias de Dios aquí en Colombia”, ¡Que grande y sabio es nuestro Dios!, ese hombre de Dios era la conexión divina que el Señor me tenía, pues llegué por la noche a Bogotá, después de dos escalas. Al salir del aeropuerto busqué por todos lados para ver si el pastor Francisco Osorias estaba allí, esperé mucho tiempo, ya se hacía tarde y comencé a preocuparme, estaba en un país donde no conocía a nadie y la persona con que contaba no lo encontraba. Al pasar los minutos se me acerca un taxista, un hombre joven y muy dinámico, amablemente me dice: “Padre yo puedo llevarlo a un buen hotel si no tiene quien lo venga a buscar”, él pensó que yo era un sacerdote católico porque en ese tiempo algunos predicadores usábamos cuello clerical para ocasiones especiales. Yo acepté la propuesta del taxista y me condujo a un hotel mientras me mostraba la gran ciudad de Bogotá y me hablaba de los niños de la calle que en Colombia MI LLAMADO A COLOMBIA-SURAMERICA 45 le llaman gamines, me explicaba el por qué muchos de ellos decidían abandonar sus casas e irse a las calles. Ya instalado en el hotel, decido llamar al pastor que me había recomendado el Reverendo Pedro Osorios (con quien compartí el vuelo). Me responde de inmediato la llamada, era un pastor jovencito, aun soltero, muy amablemente me dice que al día siguiente, que era domingo, me buscaría en la dirección del hotel. Puntualmente en la mañana allí estaba él, y me dice que le acompañe a un programa de radio que él dirigía en una popular emisora de la ciudad llamada “Radio Nuevo Continente AM”. Fue para mí una gran bendición participar en su programa ese día, pues al presentarme dice: “Tengo conmigo un joven evangelista que acaba de llegar desde Santo Domingo, República Dominicana”. Fue así como muchos pastores de diferentes congregaciones se enteraron de mí presencia en la ciudad y se interesaron en invitarme a predicar en sus Iglesias. El pastor me llevó a hospedarme en un apartamento de edi icios en el centro de la ciudad llamado El Chapinero, tenia de frente una gran montaña llamada el Cerro de Monserrate, en pocos días ya tenía una agenda llena para dos meses que estuve en Colombia. El Señor me respaldaba con su gracia y muchos milagros eran hechos en cada campaña que se hacía en los locales, en ese tiempo y por causa de la inseguridad de los grupos terroristas no se permitía hacer campañas al aire libre como yo estaba acostumbrado. Uno de los recuerdos que aún conservo, es una revista que publiqué y mandé a imprimir en Bogotá con muchas fotogra ías de personas que fueron sanadas y liberadas en cada una de las campañas que realizaba en las diferentes zonas de Bogotá. Esto lo logré gracias a la amistad que entablé con una hermana que era fotógrafa de profesión y se encargaba de tomar las fotos en las actividades donde ministraba. Cuando ya había pasado aproximadamente un mes en Bogotá, nunca supe quién se comunicó desde Republica 46 VIVENCIAS DE UN LLAMADO Dominicana con el pastor FranciscoOsorias (a quien le envié los telegramas) y le dio el número de teléfono de la familia donde yo estaba hospedado. Un buen día me dice la hermana donde me hospedaba, que un pastor de Villavicencio, Departamento del Meta, me había llamado y que venía esa semana a buscarme, me alegré mucho, pues al in iba a poder ver a mi paisano y consiervo del Señor. El día que vino a buscarme, conversamos mucho de todo, le conté lo que me había pasado en el viaje y durante ese mes en Bogotá, el me confesó que nunca recibió mis telegramas, ya que no era un medio de comunicación seguro (eso lo supe después). Estuve con él una semana compartiendo en su congregación y regrese a Bogotá para quedarme unos días más y viajar a Barranquilla para encontrarme con el pastor Pedro Osorios (el hombre que Dios me puso en conexión para abrirme puertas grandes en Colombia), antes de partir a Barranquilla me comencé a sentir mal, con debilidad, era tanta, que no quería pararme de la cama, con la gran diferencia de que cuando me llamaban a pasar al altar para predicar y ministrar, toda debilidad se quitaba de mí, recuerdo que predicaba y ministraba con energía, pero al terminar volvía a sentirme débil. Muchas personas estaban siendo llenas del Espíritu Santo, otras eran liberadas y sanadas, pero yo me sentía débil y enfermo. Así que decidí visitar un médico conocido de la familia donde me habían hospedado, la hermana era una señora viuda y vivía con su anciana madre, una hermana, un hermano y una niña. El médico me diagnosticó que tenía hepatitis, en los siguientes días volé a Barranquilla y solo pude estar una semana porque me sentía muy mal, ya el pastor Pedro había hecho los arreglos para que yo predicara una campaña en un lugar amplio para presentar actividades masivas, cerca de Cartagena de Indias, pero no pude ministrar porque mi condición ísica empeoraba y acordé con el pastor cancelar MI LLAMADO A COLOMBIA-SURAMERICA 47 la actividad con la esperanza de volver algún día, cosa que no fue posible. Cuando decido viajar de Barranquilla a República Dominicana enfermo y débil, mi pastor, un hombre de Dios y lleno del fuego del Señor había dejado sus comodidades en la isla de Puerto Rico, su tierra natal, para venir a pastorear en Santo Domingo, República Dominicana, se enteró de mi condición e inmediatamente buscó ayuda y me hospitalizó en un pequeño hospital tipo clínica llamado “Padre Bellini”, ahí estuve por dos semanas con tratamientos y continuamente me administraban sueros. Sé que fue un ataque del diablo para debilitar mi Fe, pero no lo pudo lograr, por el contrario, el hospital me sirvió de reposo del agotamiento de más de dos meses de viajes y predicaciones en Colombia, me fortalecí más en el Señor y me dio la oportunidad de conocer a otros enfermos para hablarles del Señor. 49 Enseguida de salir del hospital, me uní a un grupo que iban de misión para Puerto Príncipe, Haití, aunque el primer equipo del ministerio “Rapto y Juicio” se había disuelto, aun manteníamos el contacto con algunos y en ciertas ocasiones compartíamos en actividades. Para este viaje mi amigo y consiervo Juan Miguel López me prestó su camioneta pick up, la que tiempo atrás habíamos usado para evangelizar. Como la camioneta presentaba algunas fallas, tuvimos que repararle el sistema de frenos, el trabajo no quedó muy bien y tenía que ayudarme a frenar con los cambios de la transmisión sincrónica. Salimos de madrugada desde Santo Domingo, cuando llegamos a la frontera no pudimos pasar con la camioneta porque nos faltaba un permiso del vehículo que otorgaba el Ministerio de Relaciones Exteriores. Entonces decidimos que el grupo se quedara con la camioneta en la frontera, en la parte Sur de Republica Dominicana, en un pueblo llamado Jimaní, donde conseguimos unos buenos hermanos que alojaron al equipo y les prepararon alimentos. Mientras tanto yo regresé a la capital para tramitar el permiso que faltaba para poder entrar y salir de Haití. Dios siempre me ha dado Su Gracia, recuerdo que en la misma frontera me proveyó un transporte hasta la capital; era una joven pareja que hacían turismo en la zona y manejaban un bello coche, en la vía cuando pararon a almorzar en un importante restaurant, me brindaron el almuerzo con mucho afecto, en cada viaje que he hecho, Dios ha enviado CAPÍTULO VII MI LLAMADO A HAITI 50 VIVENCIAS DE UN LLAMADO sus ángeles en forma de personas y me han ayudado de manera desinteresada y amorosa. Les he compartido algo de mi viaje a Colombia y del cuidado milagroso que mi Señor me proveyó, de la misma manera, más adelante leerán como Dios en cada misión me ha dado su ayuda; hay otras tantas que no menciono en el libro pues son muchos los testimonios, pero siempre he podido ver el favor de Dios en esos momentos di íciles, usando personas que no conozco y que muchas veces no volví a ver en toda mi vida. Hoy en día, con nuevas carreteras puede ser un viaje de menos tiempo, pero en esa época era un viaje de aproximadamente ocho horas, con las carreteras no estaban en buen estado. Al día siguiente regresé con los documentos en orden y al tercer día, bien temprano estábamos en Emigración tramitando nuestra entrada al país de Haití. Llegamos a Puerto Príncipe y nos recibieron en el lugar de una misionera puertorriqueña que se había mudado a Puerto Príncipe y tenía allí una Iglesia hermosa y un gran orfanato con muchos niños y niñas. Nos hospedaron y por unos días compartimos con ellos, predicamos con intérpretes provistos de la misma Iglesia. Visitamos otros pueblos y fue de gran bendición tanto para ellos como para nosotros. Al regreso se nos hizo de noche en el camino y pasamos una mala experiencia, que gracias al Señor no fue más que un susto. ¿Recuerdan que la camioneta que yo conducía no estaba bien de los frenos? En el viaje de Santo Domingo hacia los pueblos del sur tenemos muchas montañas, algunas muy altas con carretera muy peligrosas, yo no era un experto manejando en este tipo de vías. La montaña más peligrosa tiene por nombre “Los Cuatro Vientos”, muchas personas perdieron sus vidas en esas vías. Sucedió que al subir por la montaña que acabo de mencionar, iba un camión cargado delante de mí con una velocidad muy lenta, yo estaba a una distancia corta y como la camioneta es de cambios manual sincrónicos, me descuidé en una MI LLAMADO A HAITI 51 velocidad débil y con mi poca experiencia se me apago la camioneta, yo pensaba que si colocaba la palanca en primera velocidad la camioneta se iba a detener, pero no fue así, pues la pendiente era muy inclinada y la camioneta empezó a avanzar hacia atrás (de cada lado de la vía solo habían precipicios muy profundos), en la camioneta estaba todo el equipo Evangelístico, pues estaba acondicionada para llevar personas. Fue un momento di ícil y en mi desespero salté de la camioneta y le coloqué el pié a la llanta pero no se detuvo, corrí desesperado a buscar una piedra para tratar de detenerla, me angustiaba que tantas personas fueran a perecer en ese precipicio y de repente una misionera y cantante puertorriqueña que era parte del grupo de apellido Fontanes me gritó que regresara a la camioneta y que pisara el freno repetidamente, gracias a Dios la camioneta nunca cambio de velocidad de primera a neutro y por eso su velocidad era lenta, esto fue lo que hizo que la camioneta se detuviera para mi alegría. Les dije que se bajaran y le colocamos una piedra en las llantas para asegurarla. Por causa del mismo susto, le pedí al equipo que caminaran al inal de la montaña mientras yo subía solo en la camioneta. Luego continuamos y pudimos llegar bien de la misión a la que habíamos ido. Siempre Fiel y Bueno nuestro Señor. ¡Gloria a Dios! Después de este primer viaje, he viajado tanto a Haití, al punto que hoy en día tenemos una misión en la frontera norte de la Republica Dominicana donde se dividen los pueblos Dajaban en República Dominicana, yJuana Méndez en Haití. Esta misión tiene iglesias, orfanatos, escuelas y pudimos hacer una emisora Fm, que transmite el mensaje de Dios en la lengua local el “Creole”. 53 Luego de regresar de Haití pasé un tiempo ministrando la Palabra en diferentes lugares del país, en República Dominicana. El Señor Jesucristo tiene todo bajo su control y es Él quien nos abre puertas y nos da esas conexiones divinas, para ese tiempo conocí a un misionero norteamericano tan joven como yo llamado B. Ford, nos hicimos muy amigos, él estaba al frente de la dirección de un gran ministerio internacional que se encargaban de llevar jóvenes a diferentes países para hacer labor misionera de evangelización y ayuda social, fue quien Dios usó para conseguir mi primera Visa Americana, con la que pude entrar a la Isla de Puerto Rico. En mi primer viaje estuve por quince días y prediqué en algunas Iglesias, recuerdo que al llegar al aeropuerto me detuvieron, quizás por ser tan joven y viajar solo, los o iciales se imaginaron que yo trataría de quedarme en la isla como muchos lo hacían para buscar una mejor vida en los Estados Unidos. Cuando me entrevistaron la pregunta fue: “¿Cuánto dinero traes para estar quince días en este país?” Yo no debía mentir como cristiano y le respondí: “Tengo cinco dólares soy misionero de Jesucristo”. El o icial le dice al superior en voz alta: “Es un misionero y solo lleva con él cinco dólares”, el superior le hace una seña con las manos dando a entender, “déjalo pasar”. Tal vez parezca asombroso, pero en casi todos los movimientos del llamado de Dios en mi vida a su servicio, ha sido por fe, y no he dejado de ver el favor de Dios sobre mi vida en cada momento, por eso, al transcurrir la lectura de este libro CAPÍTULO VIII MI LLAMADO A PUERTO RICO 54 VIVENCIAS DE UN LLAMADO encontrarás la manera en que Dios ayuda a los que Él lleva a su santo ministerio. Después de esa primera vez, he viajado muchas veces a la isla de Puerto Rico, ha sido una plataforma ministerial hasta el día de hoy, Dios me ha dado la gracia del ser parte de un ministerio internacional con Iglesias en los Estados Unidos, Centroamérica, el Caribe y Suramérica, En el año 1979 estaba viviendo en Puerto Rico, ya me estaba adaptando a la manera cómoda y próspera de la Isla, había adquirido un local para trabajar mi profesión de sastrería y estaba prosperando económicamente, sin abandonar el ministerio, pues hasta ese tiempo mantenía una posición en la que decía para mis adentros: “Yo no quiero predicar para depender de las ofrendas, quiero trabajar y predicar, sosteniendo el ministerio con mi trabajo”. Al pasar el tiempo, decidí entregar el local donde laboraba, continuaba trabajando en el ministerio, sin embargo casi me olvido que Dios me había llamado también para que predicara en Venezuela, fue así que una tarde mientras meditaba en oración, hice un plan que no era ordenado por Dios, sino que era mi propia decisión, por conveniencia material, propuse irme de Puerto Rico a New York aprovechando que mi hermana mayor vivía en esa ciudad del norte. Pensamos en alquilar y compartir un apartamento, pues el resto de nuestra gran familia era de escasos recursos y residían en República Dominicana, estando nosotros en mejor situación, los podíamos ayudar económicamente. Hoy en día toda mi familia vive en New York y tienen ciudadanía estadounidense, inclusive hay sobrinos que nacieron allá. Lo más importante para mí es que la mayoría le sirven a Cristo incluyendo mi madrastra, quien es una gran intercesora de Dios, una anciana de oración junto a mi padre. Les cuento lo ocurrido en aquella tarde mientras meditaba en el viaje a New York. De repente estaba viviendo nuevamente la experiencia que me pasó cuando Dios me hizo el llamado de ir a Colombia y Venezuela. Ya había cumplido con ir MI LLAMADO A PUERTO RICO 55 a predicar a Colombia pero me faltaba Venezuela para completar el llamado, cuando veo esto de nuevo, grité muy fuerte y me levanté del lugar diciendo: “Perdóname Señor, yo te cumplí con ir a Colombia pero no he ido a Venezuela, así que ahora mismo llamaré a mi hermana para decirle que no me espere esta semana, porque yo tengo otra misión que cumplir, no sé si ella entenderá, pero la verdad debo cumplir mi compromiso con Dios”. No pude ver a mi hermana sino cuatro años después y más adelante sabrán el por qué. Al día siguiente fui a noti icar a inmigración que iba a salir del país y que según el itinerario del viaje era de un mes, ya que estaba en proceso mi solicitud de la tarjeta norteamericana “Green Card” (tarjeta verde de residencia de los Estados Unidos), este trámite lo estaba haciendo gracias al reverendo Fran Hernández de la iglesia de Dios M.B. quien me había solicitado como ministro cristiano. Cuando le expongo el caso a uno de los o iciales, me regresó los documentos y me sugirió que hiciera el trámite cuando regresara de Venezuela, ya que si me llamaban para concluir el proceso y no estaba en Puerto Rico iba a perder la oportunidad, así que deje los papeles en casa de mi hermano y amigo Israel Torres. Esa misma semana hice los arreglos para viajar a la Republica Dominicana, pues por ser mi país de origen debía buscar allá la Visa para entrar a la República de Venezuela. Para mi bendición, me encontré a mi amigo Severino Guzmán, otro joven de 20 años que también estaba en el Ministerio Evangelístico y nos habíamos conocido tiempo atrás, él también venia de esa gran cosecha de jóvenes que Dios llamó en la Republica Dominicana en los años 70, creo que fue una década de un gran avivamiento en el país, pues decenas de jóvenes tuvieron llamado de Dios al ministerio. Entonces yo le digo: “Seve (como cariñosamente solíamos llamarle), te invito para que me acompañes a un viaje misionero a Venezuela”. Él me respondió que le gustaría ir conmigo pero recién había llegado de Guatemala y no tenía dinero, porque sembró en muchos pastores de escasos 56 VIVENCIAS DE UN LLAMADO recursos. Yo le dije que no había problema, que le pagaría el pasaje para que me acompañara, porque la vez que estuve en Colombia algunas veces me sentí solo, necesitando compañía y tener alguien con quien compartir y comunicarme, así entendí que en Su sabiduría, el Señor los llamaba de dos en dos. Severino acepto la invitación, yo tenía algo ahorrado de mi trabajo en la sastrería. Así que viajamos a República Dominicana a buscar el visado para ir a Venezuela, no estaba fácil conseguir que nos aprobaran esta solicitud ya que para la época muchas personas querían emigrar a ese país para trabajar, esa nación estaba en desarrollo y tenía muchas industrias con personal Europeo, Centroamericano y Suramericano, Venezuela parecía las Naciones Unidas. Pasamos varios días intentando conseguir la Visa, nuevamente Dios usó a mi amigo B. Ford; como nuestra pasión era la obra de Dios, él hizo valer su in luencia de norteamericano para hablar con el Cónsul de Venezuela y nos otorgaron las Visas, en esa época Venezuela tenía buenas relaciones con los Estados Unidos. Para el tiempo en que yo vivía en local de mi iglesia, tenía dos jóvenes hermanos en la fe, que éramos inseparables hasta el día de hoy, uno de ellos es Julio Cesar Martínez, quien trabajaba en uno de los diarios más antiguos del país, con distribución a nivel nacional llamado “El Listín Diario”, así fue como Julio pudo publicar en la prensa el anuncio de mi viaje a Venezuela junto a Severino Guzmán. El anuncio aún lo conservo y dice de la siguiente manera: “Predicadores irán a Venezuela”, haciendo referencia de nosotros. El artículo mencionaba que estaríamos por espacio de un mes en la nación suramericana para predicar el mensaje de Dios. 57 Al in llego el día tan esperado de viajar a Venezuela con el pensamiento de estar sólo por un mes evangelizando por todo el país, donde Dios nos abriera las puertas y de esa manera sentir la satisfacción de cumplir el compromiso
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