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 BLOQUE 1. EL ROMANTICISMO 
 
EL NACIONALISMO EN EL SIGLO XIX. 
1.Introducción. 
El nacionalismo va a aparecer como una fuerza incontenible que transformará la vieja Europa. 
El nacionalismo, por la influencia de las ideas de libertad y nación de la Revolución Francesa por un 
lado y del romanticismo por otro, va a surgir como una fuerza potente. Las naciones sometidas a 
otros estados lucharán por sacudirse el yugo y lograr su independencia, y en los casos en que la 
nación esté dividida, luchará por lograr su unidad. Una tercera manifestación se da en naciones ya 
unidas (Francia, Gran Bretaña,...) siendo este el soporte de un proceso de ocupación de territorios 
lejanos y a la formación de los imperios coloniales, El liberalismo y el nacionalismo son las 
ideologías que vertebran las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales a lo largo 
del siglo XIX, desde la caída del Antiguo Régimen y la instauración de los regímenes parlamentarios 
en América del Norte y Europa Occidental, hasta el triunfo de la industrialización y el capitalismo, 
así como la configuración de nuevos Estados. Durante la primera mitad del siglo las oleadas 
revolucionarias de 1820, 1830 y 1848, instigadas y lideradas por la burguesía, van a convertir a estas 
ideologías en triunfantes. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, el propio triunfo del liberalismo y el 
ascenso de la burguesía al poder económico y político, así como su liderazgo social y cultural, van a 
situar a estas ideologías en unas posiciones más conservadoras, se van a ir liberando de su carácter 
revolucionario, y van a ser puesta en cuestión, por otras nuevas, tales como el marxismo y el 
anarquismo. 
El liberalismo político y el nacionalismo reaccionan contra los principios absolutistas de la 
Restauración. Por un lado, la burguesía, grupo social en expansión, no está dispuesta a renunciar al 
poder político. Por otro, la Revolución Francesa y el Imperio napoleónico despertaron la conciencia 
nacionalista de algunos estados europeos que tampoco están dispuestos a acatar la artificialidad de las 
fronteras políticas impuestas por el Congreso de Viena. Así, el liberalismo político y el nacionalismo 
se exacerban a partir de este Congreso, y unas veces unidos y otras separados, abrirán una etapa 
revolucionaria en Europa a partir de 1820 que se enfrentará a los principios de la Restauración. 
Los nacionalismos europeos (1815-1871) 
En 1870: 
-Se proclama la república en Francia 
-Se produce la unificación Alemana 
-Se completa la unificación italiana 
 
Naciones y nacionalistas 
S. XIX en Europa. Nace una idea que antes no existía: Nación y estado no son sinónimos, la 
confusión nace con la revolución francesa la propiedad del rey era el estado. Los revolucionarios El 
estado es la nación francesa. 
Nación: comunidad de individuos unidos por un pasado común y por vínculos culturales (lengua, 
tradiciones, costumbres...) que les dan una identidad particular y diferenciada y que como tal, es 
percibida por los individuos que la forman. 
Estado: entidad colectiva dotada de un aparato político, militar, administrativo y jurídico que ejerce 
su jurisdicción sobre un territorio y unos individuos. 
Estado-nación: es un concepto nacido en la revolución francesa. Es el resultado de identificar cada 
estado con una nación determinada. Este concepto está unido al liberalismo, allá donde haya una 
burguesía unida por los ideales liberales. 
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Evolución y extensión del nacionalismo. 
La unificación de Italia (1859-1870). 
Italia estaba dividida en siete estados. La unificación fue dirigida por el reino de Piamonte- Cerdeña, 
con el rey Víctor Manuel II, su primer ministro el conde de Cavour y la figura sobresaliente del 
revolucionario Giuseppe Garibaldi. 
Alemania estaba integrada en la Confederación Germánica, integrada por 39 estados. La unificación 
fue dirigida por el reino de Prusia, bajo la dirección de Guillermo I y el canciller Otto von Bismarck. 
EL ARTE DEL SIGLO XIX: EL ROMANTICISMO Y EL REALISMO 
ROMANTICISMO 
Introducción 
"Ser romántico es dar a lo cotidiano un sentido elevado, a lo conocido la dignidad de lo 
desconocido, a lo finito el brillo de lo infinito" (Novalis)."Yo no soy para lo finito, yo soy para lo 
infinito'? (Auguste Preault) "El arte nuevo debe representar la vida espiritual del hombre por 
medio de la Naturaleza” (O. Runge). "El arte es embriaguez ordenada" (E. Delacroix). "La 
pintura es para mi sinónimo de sentimiento” (Constable). "Avanzo por un mar que no tiene orilla 
ni fondo” (Fussli). 
Estos textos son bien elocuentes. Pretenden demostrar el espíritu general que preside la creación 
romántica. El arte romántico se presenta como un fenómeno extraordinariamente nuevo, inspirado 
por la voluntad de romper completamente tanto con el clasicismo como con el Rococó. Socialmente 
había nacido un hombre nuevo de las alteraciones políticas y de las violentas corrientes de ideas que 
señalaron el final del siglo XVIII. Este hombre nuevo aspira a formas plásticas tan liberadas de las 
formas antiguas como podían serlo, por su parte, las estructuras de la sociedad. Pero ese apetito de 
novedad se volvió, por hostilidad contra el pasado reciente, hacia el pasado lejano. Volver a la Edad 
Media, instaurar una nueva Edad Media, era consumar la ruptura total con el Rococó. 
Por toda Europa se extiende el Romanticismo como un reguero de pólvora. Los pueblos europeos 
hallan en él un modo de expresión para todas las fuerzas confusas e impacientes que habían estado 
reprimidas durante la Edad Media. A medida que las liberan, sacan a la Edad Media del despreciado 
olvido en que estaba enterrada. 
Con ello se afirmaba su individualidad al mismo tiempo que su espíritu nacional. Al cosmopolitismo 
artificial del “Siglo de las luces” se hacia suceder un sentimiento nacional vigoroso, auténtico, 
nutrido en las fuentes mas íntimas de la raza. La nostalgia de lo que se había perdido, de la fresca y 
pura espiritualidad de la Edad Media, de su fantasía copiosa y alegre, del sentimiento subordinándose 
a la razón, condujo a una idealización de esos siglos que el Clasicismo llamó oscuros y que para los 
románticos se iluminan con las luces más vivas y más cálidas. 
Características: 
El Romanticismo fue un movimiento cultural y político que se originó en Europa a finales del siglo 
XVIII como una reacción al racionalismo de la Ilustración y el Neoclasicismo, dándole importancia 
al sentimiento. Su rasgo revolucionario es incuestionable. Su característica fundamental es la ruptura 
con la tradición, con el orden y con la jerarquía de valores culturales y sociales imperantes. La 
libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. 
Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre 
mismo es que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso 
dentro de una misma nación se desarrollan distintas tendencias proyectándose también en todas las 
artes. 
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Se desarrolló fundamentalmente en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Alemania a 
Inglaterra, Francia, Italia, España, Rusia, Polonia, Estados Unidos y las recién nacidas repúblicas 
hispanoamericanas. Posteriormente, se fragmentó o transformó en diversas corrientes, como el 
Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo, subsumidas en la denominación 
general de Post-romanticismo, una derivación del cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano 
y español. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, el arte y la música. 
Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los 
postulados románticos. 
CONCLUSIONES 
El Romanticismo fue una reacción contra el racionalismo| y el espíritu racional e hipercrítico de la 
Ilustración y el Neoclasicismo, y favorecía, ante todo, 
• La supremacía del sentimiento frente a larazón. 
• La fuerte tendencia nacionalista de cada país. 
• La del liberalismo frente al despotismo ilustrado. 
• La de la originalidad frente a la tradición grecolatina. 
• La de la creatividad frente a la imitación neoclásica. 
• La de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada. 
Arquitectura 
En arquitectura los artistas se enamoran del Gótico. Estudian con entusiasmo las técnicas 
constructivas medievales y descubren soluciones imprevistas y muy perfectas que les mueven a 
admirar más a los constructores góticos. El Romanticismo no se cree obligado a planear una nueva 
arquitectura. Le basta con imitar el arte Gótico. La Iglesia de Santa Clotilde, El Ayuntamiento de 
París o la Biblioteca Nacional de París, son obras góticas casi literalmente copiadas. 
En Alemania, el Romanticismo no engendró un retroceso hacia lo medieval, sino que se proyectó 
hacia un pasado muy remoto: la Grecia Clásica. Pero no se trata de Neoclasicismo sino de 
Romanticismo por cuanto los neoclásicos se inspiraban en las proporciones y fachadas clásicas, pero 
hacían con ellas lo que deseaban. En cambio los románticos copian casi literalmente todas las 
producciones. 
En Inglaterra seguía perviviendo el gusto gótico. En pleno siglo XVIII se construyeron algunas obras 
de este estilo. Los ingleses reciben el Rococó como una prolongación florida y fantástica del Gótico 
flamígero. El Gótico inglés de esta época no sigue para nada las consignas del estilo medieval. 
Aprovecha, eso si, algunos elementos y los conjuga de forma fantástica y caprichosa, dando lugar a 
obras inverosímiles como el Parlamento de Londres de Charles Barry y Pugin. 
Escultura 
En escultura los románticos se niegan a aceptar el valor de esta rama. Gautier dice :"De todas las 
artes, la que se presta menos a la expresión de la idea romántica es seguramente la escultura”. Todo 
escultor es forzosamente clásico. El Romanticismo pretende luchar con el estilo Neoclásico anterior. 
Este estilo estaba inspirado en las formas clásicas grecorromanas. Pero cuando quiere hacer escultura, 
el romántico no defiende con la misma intensidad la escultura gótica como la arquitectura porque no 
la entiende, porque le resulta torpe y rudimentaria, comparada con las grandes obras antiguas. El 
romántico no se atreve a proclamar la unidad artística del Gótico- arquitectura y escultura-. A la hora 
de elegir un tipo escultórico apropiado, vuelve la vista al pasado, como hizo en arquitectura y 
encuentra la plenitud clásica como producto insuperable de este campo. Sin embargo, se ve obligado 
a rechazar esta herencia porque la habían aceptado los clásicos. De esta forma la escultura pasa a ser 
el arte que menos se presta a la expresión de la idea romántica. 
El escultor francés intenta sumergirse en la historia e ilustrar con imágenes el pasado nacional. El 
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nacionalismo llega al arte en estos primeros años del siglo XIX. Aparece con ellos una nueva 
escultura caracterizada por el dinamismo de las masas, en contraste con las formas estáticas 
neoclásicas y el patetismo de los gestos y actitudes siempre evitado por los neoclásicos. 
El gran escultor romántico es Auguste Preault (1809-l879), dotado de una formidable fuerza de 
expresión lírica que raya en el expresionismo. Pero más conocido que Preault es Francois Rude 
(1784-1855). Rude prefiere inspirarse en temas más próximos a su época, pero recurre como buen 
romántico a todos los retrocesos históricos que cree necesarios. Su obra más famosa es el bajo relieve 
del Arco de la Estrella y titulado "La partida de voluntarios”, aunque popularmente conocido como 
La Marsellesa, porque se identificó con el himno y el espíritu nacional francés. Otro de los grandes 
escultores es Carpeaux. Discípulo de Rudé, Carpeaux se centra más en la apariencia real de sus 
figuras, con un mayor detallismo en rostros y cuerpos, actuando así de puente hacia el Realismo. Su 
obra más famosa es La Danza, un alto relieve que recuerda a la Marsellesa de su maestro. 
Pintura 
La pintura es el terreno plástico más apropiado para expresar la sensibilidad romántica. Ello no es 
extraño porque hemos afirmado que el romanticismo es un arte subjetivista e íntimo que renuncia a 
las cosas exteriores y concentra su atención en el interior del ser humano. Per eso es el campo 
plástico preferido por el artista romántico. Un campo ficticio, liberado de toda sumisión a la realidad, 
un terreno que permite realizar toda suerte de fantasías y conjeturas cromáticas. 
ESCUELA FRANCESA 
Entre 1820 y 1840 se entabla una dura lucha en Francia entre los pintores neoclásicos y los 
románticos. Pintores románticos como Delacroix pretendían subvertir el orden de valores 
establecido. Se emprende una auténtica batalla contra los románticos por considerarlos artistas 
totalmente desvariados. Pero ya en 1819 empieza a notarse el primer destello romántico. En el Salón 
de París de ese año, en medio de las cuidadas y exquisitas obras neoclásicas que se dan cita en tal 
exposición, Gericault presenta La balsa de la Medusa, donde resplandece, tanto en el fondo como 
en la forma, un nuevo estilo emocionado y trémulo que recurre al color como principal elemento 
pictórico. Se advierte un furor nuevo, una especie de hoguera espiritual que trata de abatir y derribar 
el equilibrio anterior. 
Eugene Delacroix (1798-1863) es el patriarca del romanticismo. Su arte se formó en contacto con la 
pintura flamenca, italiana e inglesa del Louvre. Extrae sus temas de las leyendas antiguas o de 
la literatura romántica. Comienza a presentar obras románticas desde 1823 como La libertad 
guiando al pueblo, de 1830, obra que se convertirá en el símbolo de las revoluciones del siglo XIX. 
En 1832 hace un viaje al norte de África y descubre la sugestión exótica del alma musulmana. Desde 
entonces siente decidida atracción por los temas musulmanes y descubre una potencia cromática 
insuperable. En estos cuadros su tensión romántica llega a extremos de paroxismo y su éxito social 
empieza a ser extraordinario. 
Delacroix considerado como el continuador de Gericault y el máximo representante del 
Romanticismo, coloca en primer plano el gusto por el color y las imágenes exóticas, fruto de sus ya 
citados viajes por África y del profundo conocimiento de la obra de Constable y Turner cuyas obras 
le sugieren el uso de barnices gracias a los cuales se obtienen nuevos tonos más vibrantes que aportan 
una magnífica luminosidad a las composiciones. Será, sin lugar a dudas, el conocimiento de otras 
tierras y culturas, lo que contribuya a la configuración definitiva del uso de la pincelada y el color del 
pintor. 
Las figuras humanas que aparecen en sus composiciones poseen una clara influencia de los modelos 
pictóricos y escultóricos de Miguel Ángel, atribuyendo al cuerpo humano unas proporciones cuasi 
perfectas en las que resalta cada músculo del cuerpo masculino y los atributos femeninos. Lo que, por 
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el contrario, introduce Delacroix son las expresiones de sus personajes quienes conservan ojos llenos 
de sentimiento, expresiones de dolor y rabia, así como miedo y valentía. Une por tanto en sus 
personajes realismo y clasicismo, obteniendo armoniosas representaciones de temas históricos y 
literarios que destacan sobre todo por los detalles y las texturas que podemos casi tocar y oler. 
 
LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO 
El tema de la obra es la insurrección burguesa 1830, Delacroix estuvo del lado de los revolucionarios, 
es más, él mismo se ha representado en el cuadro como el hombre que lleva el sombrero de copa 
negro y que se encuentra entre los combatientes y en primera fila. 
Se ve una estructura en posición de pirámide con los muertos por la Libertad en la base y ésta en la 
cima sosteniendo en la mano derecha la bandera tricolor y en la extremidad opuesta un fusil. El ligero 
pincel de Delacroix y la fuerza luminosa de sus colores exaltan la vitalidad de sus cuadros. Para 
aumentar la tensión y el movimientoañadió contrastes complementarios junto a la oposición de los 
claroscuros. El color para Delacroix no solo tenía un valor de representación, sino sobre todo un 
significado emocional propio, con el que intentaba plasmar sobre el lienzo el sentimiento y la 
disposición de ánimo de las personas. De fondo se ve el cielo de París tormentoso (otra característica 
romántica). 
Se utilizan colores pálidos con pinceladas sueltas destacando el azul, el rojo y el blanco de la 
bandera. 
 
 
LA MATANZA DE QUIOS 1824 
Este cuadro representa la masacre de Quíos, un episodio de la guerra de independencia de los griegos 
contra los otomanos ocurrido ese mismo año: la matanza de 20.000 habitantes de las islas griegas, y 
el sometimiento a la esclavitud de las mujeres y los niños supervivientes. 
Cuando Delacroix expuso el cuadro en el Salón de París, vio la obra de John Constable destinada al 
mismo (La carreta de heno), y su propio cuadro le pareció «triste y sin luz», por lo que decidió 
modificarlo, pinceladas borrosas fortalecen la impresión de desolación que el cuadro transmite. 
El resultado es este cuadro prácticamente monocromo, con unas tonalidades cobrizas que unifican el 
espacio y proporcionan al cuadro una luz infernal. El cuadro se compone de tres pirámides humanas. 
De izquierda a derecha, se ven expresiones de miedo y desesperación. Los cuerpos, semidesnudos y 
tirados, reflejan la derrota de los griegos. ". 
Théodore géricault (1791-1824) tiene un estilo recargado, de empaste grueso, muy influido por la 
obra de Rubens. Su obra más conocida es LA BALSA DE LA MEDUSA, que pintó con sólo 28 
años. Trata una tragedia contemporánea del autor con un estilo en el que destaca el claroscuro, la 
composición en diagonal y el realismo con el que pintó a los muertos y agonizantes de la balsa. 
 
Es una pintura de formato grande (491 cm × 716 cm) que representa una escena del naufragio de la 
fragata de la marina francesa Méduse, encallada frente a la costa de Mauritania el 2 de julio de 1816. 
Al menos 147 personas quedaron a la deriva en una balsa construida apresuradamente, y todas ellas, 
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salvo 15, murieron durante los 13 días que se tardó en rescatarlos. Los supervivientes debieron 
soportar el hambre, la deshidratación, el canibalismo y la locura. 
El sentido ascendente de la línea marca la sucesión de sentimientos experimentados por los 
náufragos, desde la desesperación a la esperanza. También la luz refuerza esta idea de final de la 
odisea con las nubes más negras a la izquierda, y el cielo más luminoso en la lejanía y recortándose 
entre las cabezas de los marinos más destacados. Finalmente, se corresponde con la mirada clásica 
del espectador occidental, que "lee" la pintura de izquierda a derecha 
Tipo de espacio: espacio "teatral : La paleta es muy reducida, va del ocre al negro pasando por los 
tonos pardos claros y oscuros. Consigue, de este modo, una atmósfera de tonos cálidos con colores 
armonizados que produce una impresión dramática de angustia y desamparo. Sin embargo, existe un 
elemento que se destaca del resto por su color: se trata de la estola rojiza que lleva el anciano que 
sujeta un cadáver con la mano, en la parte izquierda inferior del cuadro. 
Pincelada: El romanticismo se caracteriza por una pincelada suelta y unos contornos imprecisos, 
como es el caso de este lienzo. 
Otros pintores prefieren los temas históricos: las diferentes epopeyas napoleónicas fueron un tema 
preferido por los pintores románticos franceses, por lo que la figura de Napoleón tiene de romántica y 
por lo que el tema tiene de nacionalismo. Se pintan también grandes batallas, grandes conjuntos 
religiosos e históricos, empapados de dramatismo y grandilocuencia teatral. Frecuentemente estos 
temas históricos describen pasajes de la historia medieval de cada país en particular. 
La pintura del paisaje nace con propia personalidad en esta época. Hasta el siglo XIX el paisaje había 
sido una realidad exterior y circundante. En este siglo el paisaje es la posibilidad para el pintor de 
expresar unos sentimientos íntimos. Es un paisaje lírico, nada objetivo, que supone la existencia de 
un espectador que lo interpretó. Es un paisaje muy influido por la pintura barroca de los Países Bajos. 
Es un paisaje de cielos brumosos y cargados de tormentas, dramáticos, de tempestades, inundaciones, 
etc, donde los románticos, descargan su apesadumbrado espíritu. 
En 1830 se produce un movimiento de gran importancia que, aunque convive con la pintura 
romántica francesa, se despega de ella en los temas y en la técnica, preparando el advenimiento de la 
pintura realista. Es la Escuela de Barbizón o escuela de 1830, formada principalmente por Theodor 
Rousseau, Jean Francois Millet, J. Dupré y G. Corot. Ésta escuela supone la transición del 
romanticismo al realismo por el camino del paisaje y es otro eslabón más de la cadena que se inicia 
en el paisaje holandés y flamenco, que pasa por el paisaje romántico, luego por la Escuela de 
Barbizón, de ahí pasa al paisaje realista inglés y termina en la pintura impresionista y 
postimpresionista. 
 
 
La escuela de Barbizón ha tenido mucha importancia en la evolución del paisaje, desde el punto de 
vista técnico, porque al obligarse a sí misma a pintar exteriores, rompió con los convencionalismos 
lumínicos neoclásicos e incluso románticos. Sus cuadros son exteriores ficticios, imaginados en un 
interior y resueltos en un interior. Sus colores, su luz y sus sombras son imaginarios. La Escuela de 
Barbizón extrae sus cuadros de la propia naturaleza, porque sus artistas están convencidos de que la 
propia naturaleza tiene vida espiritual. Con esta escuela pasamos a otra fase del Romanticismo. El 
 
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primer romanticismo desprecia las cosas y se sumerge en la intimidad del espíritu. Este segundo, 
Romanticismo proyecta esta intimidad sobre la naturaleza y cree ver en ella el latido de un 
espíritu universal. 
El gran pintor de esta escuela es Millet. Amante de la vida natural y propugnador de una auténtica 
religión de la naturaleza, en sus cuadros los árboles, los animales, las hierbas y las piedras cobran un 
sentido nuevo y desconocido. Las obras más importantes de Millet son: El Angelus, El sembrador, 
El hombre de la azada y Las espigadoras. Todo son temas rústicos pero, a diferencia de sus 
compañeros de escuela, Millet incluye la figura humana en sus cuadros y de una forma además que 
intuye el acercamiento de la estética realista. 
La pintura romántica no tiene demasiado éxito en Italia, sede de tanto clasicismo plástico. En Bélgica 
aparecen pintores de temas históricos, medievales y de paisaje romántico pero carecen de 
importancia y siguen las consignas de los maestros franceses. Lo mismo ocurre en Holanda donde 
surgen algunos paisajistas de influencia francesa. 
ESCUELA ALEMANA 
En Alemania es G. David. Friedrich, representante del Romanticismo en su vertiente más 
idealizada. Sus paisajes son absolutamente espirituales, de donde emanan sensaciones casi místicas, 
como si quisiera captar el latido de una Naturaleza del alma, como en su Fraile junto al mar o en su 
Naufragio de la Esperanza entre los hielos, obra esta que encarna toda la desazón romántica del 
siglo XIX. 
 
ESCUELA INGLESA 
Mucho interés tiene también la pintura romántica inglesa que es precursora, en muchos aspectos, de 
la francesa y aún del impresionismo por el uso de la acuarela que permite unas transparencias y 
filtraciones de luz, así como por su interés desmesurado por los problemas lumínicos. El paisaje 
vuelve ser uno de los puntos fuertes de la pintura inglesa y el gran maestro del paisaje, coetáneo a los 
de la Escuela de Barbizón, es John Constable (1776-1837) Sus cuadros quieren recoger todo lo que 
impresiona la sensibilidad externa (visión realista), mezclado con lo que impresiona la sensibilidad 
interna del pintor ante la realidad. 
Su verdadera vocación estaba enfocada al paisaje, considerado por él como un mundo dramáticolleno de sugestiones nuevas tanto para el ojo como para el espíritu, razón por la cual fue considerado 
un magnífico narrador de la naturaleza de las tierras británicas. 
Para él, tiene gran importancia el claroscuro de la naturaleza, el cual utiliza de manera descriptiva 
diluyendo el color del fondo y jugando con los contrastes dramáticos entre luces y sombras. Para él, 
puesto que la representación del paisaje lleva implícito un elemento dramático, no hay nada mejor 
que subrayar ese dramatismo por medio de la luz. 
Igualmente, se considera a Constable todo un maestro en el uso de la mancha a la hora de captar los 
volúmenes, algo que queda de manifiesto en sus representaciones de árboles, nubes, agua, etcétera. 
Asimismo, gracias a su práctica habitual de salir al campo al encuentro directo con la naturaleza, fue 
capaz de captar paisajes muy descriptivos, casi anecdóticos 
Podemos ver un cambio progresivo hacia una concepción mucho más melancólica y romántica del 
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paisaje, dando como resultado una obra totalmente desposeída de cualquier rasgo de academicismo 
donde no se aprecia ni rastro de dibujo ni de manchas cromáticas, sino un juego diluido y 
expresionista de elementos, algo que se ha venido denominando como "el claroscuro de la 
naturaleza". 
Sus cuadros quieren recoger todo lo que impresiona la sensibilidad externa (visión realista), 
mezclado con lo que impresiona la sensibilidad interna del pintor ante la realidad. Sus cuadros tienen 
gran éxito en Francia, como por ejemplo La Catedral de Salisbury o El Vado, y su influencia 
sobre los románticos franceses es muy intensa, incluso en los de la Escuela de Barbizón. 
 
El otro gran paisajista inglés es WILLIAN TURNER (1775-1851), prefiere la acuarela al óleo para 
conseguir tonos luminosos más sutiles, más atmosféricos. 
Fue considerado una figura controvertida en su tiempo, pero hoy en día es visto como el artista que 
elevó el arte de paisajes a la altura de la pintura de historia. Aunque es renombrado por sus pinturas 
al óleo, Turner también es uno de los grandes maestros de la pintura paisajista británica en acuarela. 
Prefiere la acuarela para conseguir tonos luminosos más sutiles, más atmosféricos. Es considerado 
comúnmente como "el pintor de la luz" y su trabajo es considerado como un prefacio romántico al 
impresionismo adelantándose medio siglo a la técnica impresionista. 
Con un padre fabricante de pelucas y madre ama de casa, no lo tuvo fácil para abrirse un hueco en el 
elitista mundo del arte en la Inglaterra de la época. No fue un gran artista en cuanto a relaciones 
sociales y además no brillaba precisamente por su estabilidad mental, pero con 14 años consiguió un 
plaza en la Royal Academy of Art y tuvo la suerte de viajar por todo el mundo, aprendiendo de los 
grandes maestros. 
Misántropo, Turner se convirtió con el tiempo en un viejo excéntrico. Solo le interesaba la pintura. 
Con muy pocos amigos (al que menos soportaba era a su colega y rival Constable), fue un pintor 
extraordinariamente popular por su audacia y talento y un experimentador que llevó al óleo 
técnicas propias de la acuarela, y se acercó al impresionismo e incluso al arte abstracto, 
pudiéndose ver sus huellas en pintores como Rothko o Kandinsky. 
Desde sus inicios, sus paisajes son plenamente románticos por el dramatismo de los temas tratados y 
manifiestan un interés particular por el espacio atmosférico y los efectos luminosos. Estos dos rasgos, 
los más característicos de su peculiar estilo, se mantuvieron hasta el final de su carrera . 
El talento de Turner fue reconocido muy pronto, convirtiéndole en un académico a los 23 años. Tal 
independencia económica le permitió innovar de manera sorprendente para muchos. Turner es 
reconocido como un genio: el crítico inglés, John Ruskin, describió a Turner como el artista «que 
más conmovedoramente y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza». 
Turner es un pintor romántico interesado en la filosofía sublime; retrata el asombroso poder de la 
naturaleza sobre el ser humano. Fuegos, catástrofes, hundimientos, fenómenos naturales son descritos 
por el pintor. En sus lienzos, constata que la humanidad no es más que un conjunto de peones de la 
Naturaleza. Como otros románticos, considera el paisaje natural como un reflejo de su humor. Turner 
mostró el poder violento del mar, como en “Dawn after the Wreck”(1840) o el “Barco de Esclavos”, 
1840. 
 
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Uno de sus cuadros más famosos es El Temerario remolcado a su último atraque para el desguace, 
pintado en 1839, depositado en el National Gallery de Londres 
Sus primeros trabajos, como Tintern Abbey (1795) o Venecia: S. Giorgio Maggiore (1819), 
conservan las tradiciones del paisajismo inglés. Sin embargo, en Aníbal atravesando los Alpes 
(1812), su énfasis en el poder destructor de la naturaleza ya empieza a surgir. Su peculiar estilo de 
pintura, el cual se caracterizaba por el uso de técnicas exclusivas de la acuarela en la ejecución de sus 
obras pictóricas al óleo, generaba luminosidad, fluidez y efectos atmosféricos efímeros. 
En sus últimos años, empleó cada vez menos óleos, y se centró en la luz pura, en los colores del 
reflejo. Ejemplos de este estilo tardío son visibles en Lluvia, vapor y velocidad pintado en (1844), 
donde los objetos son vagamente reconocibles. Una de las obras que más influencia tuvo en la pintura 
Impresionista. En este cuadro entra por primera vez el factor tiempo. Se pretende mostrar un paisaje 
exterior lleno de diferentes sustancias gaseosas y todas pintadas en su forma real: la lluvia, la niebla, 
el humo de la locomotora, y todo ello mezclado en un momento fugaz, el segundo que Turner eligió 
para pintar esa escena, porque un segundo más tarde este paisaje ya no sería igual. El paralizar el 
mundo en una imagen fugaz, la imagen paralizada de un mundo en movimiento, todo ello es una 
aportación al arte del Impresionismo. 
La disolución de formas presente en las últimas obras de Turner llevó a numerosos críticos a 
considerar que el pintor comenzaba a rayar la demencia. Hasta el propio Ruskin pareció 
desconcertado por las últimas obras de Turner, quién se vio obligado, en ocasiones, a colocar marcas 
en los marcos de las pinturas para indicar cual era la parte de arriba y cual la de abajo. 
El " Amanecer con monstruos marinos" (1845, Londres, Tate Gallery) es uno de los mejores 
ejemplos de esta última etapa. Las formas de los monstruos marinos apenas son intuíbles en medio de 
la omnipresente atmósfera marina. La cualidad casi divina de la luz refleja las teorías de Turner de 
considerar el Sol como el centro de toda vida. Algo parecido ocurre en " Un yate acercándose a la 
costa" (c.1845-50, Londres, Tate Gallery) 
Enfermo de gravedad, en octubre de 1851 tuvo que dejar de retocar las obras en las que estaba 
trabajando. El 19 de diciembre de 1851, Joseph Mallord William Turner falleció en su casa de 
Chelsea, Londres, y fue enterrado en la Catedral de San Pablo. El grueso de sus obras puede hoy 
admirarse el la Clore Gallery , un ala de la Tate Gallery añadido especialmente para las obras del 
mejor pintor inglés de todos los tiempos. 
Turner, junto con John Constable, fue un estandarte de la pintura inglesa en sus últimos años, y fue 
popular en Francia también. Los impresionistas estudiaron cuidadosamente sus técnicas, para 
dilucidar el poder de sus lienzos. En la era del arte moderno, hasta el arte abstracto se ha visto 
influenciado por él. 
Turner dejó una generosa fortuna que deseó que fuera invertida en ayudar a lo que él llamaba artistas 
desmoronados. El legado de la colección permaneció en la nación británica, que construyó en la que 
fuera su casa una galería especial. Tras problemas gubernamentales, veintidós años después de su 
muerte su colección fue enviada a museos fuera de Londres, debido a lo cual empezó a disgregarse 
en contra de los deseos de Turner. En 1987, la mayor parte de la colección estaba en la Clore Gallery, 
en la TateGallery, pero su diseño fue fuertemente criticado. 
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Existe un prestigioso premio anual, el Premio Turner, creado en su honor en 1984, que se ha vuelto 
controvertido puesto que promociona un arte no conectado con la técnica de Turner. Una exhibición 
amplia, "Turner's Britain", ha viajado alrededor del mundo, y fue colgada en el museo de 
Birmingham del 7 de noviembre de 2003 al 8 de febrero de 2004. 
En 2005 el “Temerario” fue escogido como el mejor cuadro inglés en una votación pública 
organizada por la BBC. 
 
 
ESPAÑA 
GOYA 
Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, provincia de Zaragoza, (30 de marzo de 1746-Burdeos, 
Francia, 16 de abril de 1828), fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de 
caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el 
Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la pintura contemporánea y se 
considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX. 
Goya fue un pintor extraordinariamente versátil que cultivó con maestría los distintos géneros de la 
pintura, el grabado y el dibujo. Realizó obras mitológicas y alegóricas. Sin embargo, el grueso de su 
producción pictórica la dedicó al arte religioso, la vida cotidiana y, especialmente, al retrato. Don 
Francisco, sin embargo, no fue un pintor tradicional. Muy al contrario, rompió muy pronto con los 
moldes artísticos de su tiempo. Desde sus mismos comienzos, realizó una pintura de estudio, que, al 
cabo de los años, abocaría a auténticos proyectos de investigación artística. Sus primeros estudios 
conservados son las estampas realizadas en el taller de Luzán, su Cuaderno de Italia y sus copias de 
Velázquez, testimonios del aprendizaje de un pintor que pronto consiguió alcanzar a los grandes 
genios del arte occidental. Sin embargo, su pasión por aprender terminó por situarlo en la vanguardia. 
Desde finales del siglo XVIII, Goya nos sorprende con un conjunto de cuadros y grabados 
fascinantes y llenos de personalidad, a los que denominaría , significativamente, Caprichos, apartados 
de las concesiones al gusto oficial que exigían los encargos, Poco a poco, su pasión innovadora acabó 
por invadir y fertilizar la totalidad de su obra. 
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Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito estilístico del barroco tardío y las estampas 
devotas, viaja a Italia en 1770, donde traba contacto con el incipiente neoclasicismo, que adopta 
cuando marcha a Madrid a mediados de esa década, junto con un pintoresquismo costumbrista rococó 
derivado de su nuevo trabajo como pintor de cartones para los tapices de la manufactura real de 
Santa Bárbara. Desde sus años de pintor para tapices convencionales, Goya se comprometió 
también en la caracterización gráfica de su época. En sus primeras obras de tema cotidiano, su interés 
es más bien costumbrista y respeta los gustos y encargos de sus patrocinadores. 
Una grave enfermedad que le aqueja en 1793 le lleva a acercarse a una pintura más creativa y 
original, que expresa temáticas menos amables que los modelos que había pintado para la decoración 
de los palacios reales. Una serie de cuadritos en hojalata, a los que él mismo denomina de capricho e 
invención, inician la fase madura de la obra del artista y la transición hacia la estética romántica. 
Además, su obra refleja el convulso periodo histórico en que vive, particularmente la Guerra de la 
Independencia, de la que la serie de estampas de los desastres de la guerra, es casi un reportaje 
moderno de las atrocidades cometidas y componen una visión exenta de heroísmo donde las víctimas 
son siempre los individuos de cualquier clase y condición. Goya muestra una solidaridad por el 
hombre corriente y un compromiso con la libertad de la conciencia individual de sorprendente 
modernidad. 
En sus obras de tema social, Goya ataca sistemáticamente los problemas económicos, sociales y 
políticos más acuciantes de España: los vicios del clero, la incultura de gran parte de la nobleza, la 
estúpida y bárbara represión inquisitorial, los excesos de la guerra y la violencia, la prostitución y la 
explotación de la mujer, el oscurantismo y la superstición. En estos trabajos Goya se muestra como 
un hombre ilustrado, amante de las libertades y auténtico humanista. Méritos que permiten alzarlo 
hoy al puesto de honor de la fecunda Ilustración española, ganado con su pincel y con su incisiva 
pluma, a través de su obra plástica y de los acerados títulos y rótulos con que bautizó sus creaciones 
gráficas. 
Goya fue un artista polifacético que se interesó por la pintura y el dibujo y por las técnicas que 
permitían una difusión generalizada de sus trabajos, como era el grabado sobre plancha de metal o 
sobre piedra. Goya no sólo destaca por su dominio de las técnicas pictóricas disponibles en su 
momento, sino por la variedad de géneros y temas que exploró. Alcanzó la excelencia en la pintura 
religiosa, el retrato, la sátira social y política y la captación decorativa de escenas de la vida 
cotidiana; e investigó temas tan diversos como la brujería, el reportaje de actualidad o los efectos de 
la guerra. 
Goya, sin perjuicio de su genialidad, desarrolló su estilo a partir de fuentes bien identificadas, que 
inspiraron tanto su manera de pintar como los temas que abordó. El estudio de su etapa aragonesa es 
imprescindible para comprender el origen y evolución de su obra. Inversamente, su influencia en la 
historia de la pintura y el grabado ha sido enorme, a pesar de que tuvo escasos discípulos directos. 
Al final del conflicto hispano-francés pinta dos grandes cuadros a propósito de los sucesos del 
levantamiento del dos de mayo de 1808, que sientan un precedente tanto estético como temático para 
el cuadro de historia, que no solo comenta sucesos próximos a la realidad que vive el artista, sino que 
alcanza un mensaje universal. ( El 2 de mayo o la carga de los mamelucos y los fusilamientos del 3 
de mayo). 
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Pero su obra culminante es la serie de pinturas al óleo sobre el muro seco con que decoró su casa de 
campo (la Quinta del Sordo), las Pinturas negras. En ellas Goya anticipa la pintura contemporánea y 
los variados movimientos de vanguardia que marcarían el siglo XX. 
PINTURAS NEGRAS DE GOYA Pinturas negras (1819-1823) es el nombre que recibe una serie 
de catorce obras murales de Francisco de Goya, pintadas con la técnica de óleo al secco (sobre 
paredes recubiertas de yeso). Las creó como decoración de los muros de su casa, llamada la Quinta 
del Sordo, que había adquirido en febrero de 1819. Estos murales fueron trasladados a lienzo a partir 
de 1874, y actualmente se conservan en el Museo del Prado de Madrid. La serie, a cuyos óleos Goya 
no puso título, fue catalogada en 1828 por el amigo de Goya Antonio de Brugada y se compone de 
los siguientes lienzos: Átropos o Las Parcas, Dos viejos o Un viejo y un fraile, Dos viejos 
comiendo sopa, Duelo a garrotazos o La riña, El aquelarre, Hombres leyendo, Judith y 
Holofernes, La romería de San Isidro, Dos mujeres y un hombre, Peregrinación a la fuente de 
San Isidro o Procesión del Santo Oficio, Perro semihundido o más simplemente El perro, 
Saturno devorando a un hijo, Una manola: doña Leocadia Zorrilla y Visión fantástica o 
Asmodea. 
La casa de Goya, junto con las pinturas murales, pasaron a ser propiedad de su nieto Mariano Goya 
en 1823, año en que Goya se la cede, al parecer para preservar la propiedad de posibles represalias 
tras la restauración de la monarquía absoluta y la represión de liberales fernandina. Durante 50 años 
la existencia de las Pinturas negras fue escasamente conocida (solo algunos críticos, como Charles 
Yriarte las describieron). A partir de 1874, y en un lento proceso que duró varios años, fueron 
trasladadas de revoco a lienzo por Salvador Martínez Cubells a instancias del barón Émile 
d’Erlanger, un banquero francés, de origen alemán, que tenía intención de presentarlas en la 
ExposiciónUniversal de París de 1878. Después, él mismo las donó, en 1881, al Museo del Prado, 
donde actualmente se exponen. 
En todo caso la única unidad constatable entre estos óleos son las constantes de estilo. La 
composición de estos cuadros es muy novedosa. Las figuras suelen aparecer descentradas, siendo un 
caso extremo Cabezas en un paisaje, donde cinco cabezas se arraciman en la esquina inferior derecha 
del cuadro, apareciendo como cortadas o a punto de salirse del encuadre. Tal desequilibrio es una 
muestra de la mayor modernidad compositiva. También están desplazadas las masas de figuras de La 
romería de San Isidro —donde el grupo principal aparece a la izquierda—, La peregrinación del 
Santo Oficio —a la derecha en este caso—, e incluso en El Perro, donde el espacio vacío ocupa la 
mayor parte del formato vertical del cuadro, dejando una pequeña parte abajo para el talud y la 
cabeza semihundida. Desplazadas en un lado de la composición están también Las Parcas, Asmodea, 
e incluso originalmente, El Aquelarre, aunque tal desequilibrio se perdió tras su recorte después del 
año 1875, pues esa pintura se arrancó completa. 
Muchas de las escenas de las Pinturas negras son nocturnas, muestran la ausencia de la luz, el día que 
muere. Se aprecia en La romería de San Isidro, en el Aquelarre, en la Peregrinación del Santo Oficio 
(una tarde ya vencida hacia el ocaso), y se destaca el negro como fondo en relación con esta muerte 
de la luz. Todo ello genera una sensación de pesimismo, de visión tremenda, de enigma y espacio 
irreal. 
Las facciones de los personajes presentan actitudes reflexivas o extáticas. A este segundo estado 
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responden las figuras con los ojos muy abiertos, con la pupila rodeada de blanco, y las fauces abiertas 
en rostros caricaturizados, animales, grotescos. Contemplamos el tracto digestivo, algo repudiado por 
las normas académicas. Se muestra lo feo, lo terrible; ya no es la belleza el objeto del arte, sino el 
pathos y una cierta consciencia de mostrar todos los aspectos de la vida humana sin descartar los más 
desagradables. No en vano se habla de una capilla sixtina laica donde la salvación y la belleza han 
sido sustituidas por la lucidez y la conciencia de la soledad, la vejez y la muerte. 
Como en todas las Pinturas negras, la gama cromática se reduce a ocres, dorados, tierras, grises y 
negros; con solo algún blanco restallante en ropas para dar contraste y azul en los cielos y en algunas 
pinceladas sueltas de paisaje, donde concurre también algún verde, siempre con escasa presencia. 
Todos estos rasgos son un exponente de las características que el siglo XX ha considerado como 
precursoras del expresionismo pictórico. Y ello porque la obra de Goya tiene sentido sobre todo en la 
apreciación que han hecho sus críticos hasta la actualidad y en la influencia que la misma ha tenido 
en la pintura moderna. Puede decirse que en esta serie Goya llegó más lejos que nunca en su 
concepción revolucionaria y novedosa del arte pictórico 
Significación social de su pintura 
• 1- Profundo amor al pueblo, compasión por los sufrimientos colectivos (cuadros patrióticos). 
• 2- Crítica de la sociedad, sobre todo de las clases altas y de la monarquía absoluta. Confianza en 
una sociedad mejor. 
Evolución artística : Primera etapa: Época “feliz”, visión optimista de la vida y triunfos personales 
predominio de colores rojos y grises, pincelada apretada, temas amables. 
Segunda etapa : Década de 1790 Época “triste”, pesimismo, sordera y guerra creciente presencia del 
negro, factura a base de pinceladas sueltas hasta llegar a las manchas, temas dramáticos, fantasía 
oscura. 
Clasificación temática de su obra: Obras costumbristas Retratos Pinturas religiosas Pinturas 
patrióticas Pinturas negras Grabados y dibujos 
TRASCENDENCIA Y REPERCUSIONES DE LA OBRA DE GOYA 
Transcurridos más de 250 años de su nacimiento, Francisco de Goya y Lucientes continúa siendo el 
abecedario de la pintura para la obra de muchos autores y para el espectador uno de los grandes 
maestros de la pintura. 
1. Goya como "el primer pintor moderno" 
A juicio de los historiadores del arte, Goya conserva la riqueza y cualidades de las obras creadas por 
sus maestros y, al mismo tiempo, es capaz de impregnar en sus trabajos los rasgos más íntimos y 
personales. En este sentido, algunos de sus lienzos no sólo gozan de una asombrosa originalidad, sino 
que abren los caminos de algunas de las tendencias pictóricas más significativas del siglo XIX y XX. 
2. Goya, un romántico exaltado 
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Los nuevos ecos del Romanticismo suponen una superación de las tradicionales pautas marcadas 
desde el Neoclasicismo para poner de manifiesto el espíritu individualista del hombre y plantearse los 
problemas de lo cotidiano. La exaltación personal e ideas fijas como la muerte son algunos de los 
temas que más van a apasionar a los románticos. 
Estas mismas inquietudes ya comienzan a gestarse en la mente del aragonés: Goya recoge en las 
pinturas que hace al final de la Guerra de la Independencia la exacerbación de los guerrilleros ante la 
ocupación extranjera; la muerte tampoco pasa desapercibida por un pintor que está obsesionado con 
las hambrunas y el sufrimiento del pueblo llano. 
3. Profeta del impresionismo 
Durante los últimos años de su vida, residiendo ya en la ciudad de Burdeos, Goya experimenta un 
nuevo cambio que inmediatamente expresa a través de su pintura: recupera el optimismo y la alegría 
de sus primeras obras, pero ahora con trazos sueltos y desordenados reproduce la luminosidad del 
entorno; una composición armónica acompañada por suaves y delicados tonos moldean La Lechera 
de Burdeos, el primer cuadro Impresionista pintado en suelo francés. 
4. El expresionismo 
Las Pinturas negras le sitúan entre los primeros expresionistas. En este caso no se hace alusión a la 
influencia que ejerce sobre otros pintores, ni se trata de interpretar su trabajo como objeto de 
admiración o punto de partida, simplemente Goya es precursor del movimiento expresionista. La 
cromática de las pinturas al óleo de su casa de campo y la descarga de violentas pinceladas de color 
son cualidades que se anticipan a esta corriente artística, Aquelarre o Saturno devorando a su hijo son 
ejemplos en los que la expresión se desborda, dejando los detalles en un segundo plano. 
5. El surrealismo 
En el umbral de lo onírico se encuentra la inspiración, piensan los surrealistas, y Goya la encuentra 
mucho antes de que nadie se de cuenta. La técnica de uno y otros no tiene nada en común, sin 
embargo, la temática de Goya ya se adelanta a las ideas que preconizan los seguidores de esta 
escuela. Los Caprichos contienen una colección de imágenes oníricas en las que seres fantásticos y 
bestiales invaden el subconsciente de las gentes. 
La Lechera de Burdeos: un año antes de su muerte pinta este cuadro; en este retrato reencuentra el 
azul de sus primeros cartones madrileños, radiante de luminosidad utiliza colores cálidos que 
idealizan la inocencia y la juventud de su rostro; la prodigiosa seguridad técnica, el ritmo de la 
pincelada en toques veloces y descuidados, la concordancia entre la imagen y la atmósfera hacen 
posible hablar de este cuadro como el primer cuadro impresionista pintado en suelo francés. 
 
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1- Autorretrato. 2- Aquelarre 3-Detalle vieja comiendo sopa 
 
 
 4- Saturno devorando a sus hijos, 5- El coloso 6- Familia de Carlos IV 
 
 
 7- El aquerrale 8- El quitasol 9- La maja desnuda 
 
 
 11- La lechera de Burdeos 12- La duquesa de Alba 13 Los fusilamientos dela moncloa 
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EL REALISMO 
Introducción 
Los clásicos estaban vueltos hacia el pasado como hacia un modelo, los románticos vueltos hacia 
"otro pasado imaginario" como hacia una evasión. Los realistas, puesto que ahora son éstos los que 
entran en liza, no quieren ver ya en el presente más que lo real, pero como prenda del porvenir 
prometido por una divinidad nueva: el Progreso. Se rompe con todo un mundo viejo cuya perennidad 
quería asegurar el clásico. No basta ya con eludirlo como quería el romántico, refugiándose en sí 
mismo y en el ensueño interior, sino que se quiere resueltamente un mundo nuevo, fundado en lo 
concreto y se aborda su edificación. 
Con la revolución de 1848 se puede comprobar un cambio tan radical de pensamiento como de las 
maneras de expresar ese pensamiento. Ese año es el final de un régimen pero también el final de un 
modo de ser cuyo toque de clarín había sonado sesenta años antes, en 1789. El movimiento 
republicano levanta a Italia, Alemania y Austria, donde se derrumba definitivamente el campeón del 
orden antiguo, es decir, Metternich. En lo sucesivo el socialismo, convertido en partido político en 
Francia, asegura que el camino abierto por la revolución era el del futuro. 
 Al mismo tiempo se transformaba la vida. El primer tren de viajeros rueda en 1830 y ya había 
empezado a funcionar la primera línea transatlántica de grandes navíos metálicos. De 1835 a 1855 
comenzaban su reinado el telégrafo, el teléfono y el sello de correos. La industria, dotada de un 
utillaje revolucionario, alteraba las condiciones de la vida económica y por tanto de la social. 
Paralelamente iba la marcha de las ideas, sufriendo la presión de los hechos, pero dándoles una toma 
de conciencia: la filosofía positivista era elaborada en este mismo periodo por Augusto Comte, de 
1830 a 1842. En adelante tomaba cuerpo la doctrina del progreso. La sociedad nueva veía abrirse la 
reacción en cadena de los inventos que, fundados en la observación y la organización de la realidad, 
transformaban poco a poco su rostro. Esta sociedad se sentía proyectada hacia el porvenir, hacia un 
mundo reelaborado incesantemente, acondicionado y plegado a las exigencias del hombre que, al fin, 
es el vencedor. 
Ya no hay que refugiarse en las ideas o en los sueños para llenar una vidas sino que hay que afrontar 
la Realidad directamente, con las armas de la razón y someterla progresivamente a sus leyes. 
La transición de los Paisajistas 
Del individualismo de 1830, poblado de sueños, al positivismo estricto de 1850, alimentado de 
realidades concretas, había que pasar sin embargo por una transición y es el paisaje quien la da. El 
culto a la Naturaleza satisfacía simultáneamente ambas aspiraciones. Al individualista romántico le 
lleva a la soledad y al naciente realista le ofrece la solución del naturalismo, de una contemplación de 
lo visible y de sus aspectos, de una aceptación de la realidad con la que el hombre aprendía a 
comulgar. 
La escuela de Barbizón en Francia ya señaló esta transición del paisaje romántico al paisaje 
realista sobre todo en los cuadros de Millet. Por la vía del paisaje camina este periodo de transición 
entre dos formas tan distintas de entender el Arte. 
El nuevo pensamiento realista. 
Por regla general los autores coinciden en admitir que el interés de los problemas sociales fue el 
factor determinante del cambio operado a mediados de siglo y conocido por el título de Realismo. Lo 
cierto es que a partir de 1850 el romanticismo puro que había triunfado en 1820 denota síntomas de 
fatiga. El público y los mismos artistas prefieren temas más fuertes. Millet y la Escuela de Barbizón 
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habían abierto caminos sugestivos que los hombres de la segunda mitad de siglo quieren investigar. 
La sociedad había cambiado y había problemas nuevos sobre todo de tipo social. Esto no podía pasar 
desapercibido a los creadores del Arte y lo social va a entrar en escena con toda su crudeza: el 
progreso, las desigualdades sociales, los problemas políticos, etc, y todo desde un enfoque realista, 
concreto, es decir, positivista. 
Es preciso considerar la gran influencia del positivismo en el cambio de sensibilidad realista. Sí el 
romanticismo había luchado con todas sus fuerzas contra el Neoclasicismo, el positivismo se vuelve 
furioso contra el subjetivismo idealista y romántico. Rechaza todo lo que sea interpretación -la 
verdad no tiene más que una cara-, pasiones, es decir, conciencia subjetiva. Sólo admite lo dado, lo 
positivo, lo que encontramos fuera de nosotros, puesto ya alrededor nuestro sin que nosotros 
intervengamos para nada en su colocación. El positivismo sólo pretende registrar fenómenos 
objetivos, naturales o sociales y el Realismo lleva este pensamiento al terreno del Arte. 
El Realismo se impone sobre toda la cultura europea. Los temas literarios se extraen de la vida 
cotidiana, son sucesos diarios. Balzac, Zola, Flaubert o Dickens realizan sus novelas basándose en 
ambientes sociales cotidianos, agudizando una fuerte critica sobre los defectos de la sociedad. 
El Realismo en el Arte. 
La arquitectura no sufre demasiada renovación en este periodo. El gusto gótico de los románticos se 
mantiene en primera línea, aunque en el último cuarto de siglo comienza a emplearse tímidamente el 
hierro y el hormigón en las construcciones. Los modelos son los mismos -neoclásicos o neogóticos- y 
las principales novedades son de tipo técnico o constructivo. Pero todas las modificaciones adolecen 
de pesadez y falta de originalidad. 
La escultura realista es una evolución de la romántica, con mayor dosis de naturalismo y preferencia 
por los temas cotidianos. Cuando representa temas antiguos, lo hace con cierta frivolidad y espíritu 
de sátira. 
La pintura más o menos oficial registra, a partir de 1845, una sorprendente vuelta al clasicismo 
académico, defendido desde las escuelas de Bellas Artes, que reciben los encargos de la burguesía 
dominante. Pero en 1863 se nota una reacción en sentido opuesto por parte de las élites artísticas 
oficiales. Violet le Duc aconsejó al Emperador francés inaugurar un Salón de los Rechazados donde 
tuvieran acceso los pintores que no encontraban su sitio en el Salón Oficial. El Salón del los 
Rechazados de 1867 mostró a Francia la obra de Courbet y Manet, que no lograban vender sus 
cuadros en una sociedad acostumbrada todavía a la almibarada pintura de los académicos. 
De todos los pintores realistas , el más importante es Gustave Courbet: (1819-1877), figura 
simbólica y casi legendaria para los artistas del Realismo. Comenzó como pintor romántico pero 
pronto abandonó esa postura y buscó la realidad de los temas populares. Sus dos obras más famosas: 
El picapedrero y Un entierro en Ornans, le valieron el desprecio y la segregación de la burguesía 
francesa. Del último cuadro se dijo que “el realismo es un sistema de pintura salvaje en que el arte 
esta envilecido y degradado”. Tanto horror causa en Francia la pintura realista de Courbet, produjo 
un auténtico escándalo entre la sociedad burguesa, como lo producían las novelas de Eugene Zola. 
En la exposición de 1855 le fue rechazado su cuadro "Un entierro en Ornans” y la otra gran obra: 
El taller del pintor. Entonces Courbet organiza su propia exposición que tiene un gran eco en toda 
Europa. Courbet causa extraordinaria impresión en algunos pintores que después serían los padres 
del Impresionismo como Manet y Monet. En 1867 es desterrado a Suiza porque la burguesía 
"democrática y el pueblo de Francia no podían consentir tal subversión de los valores sociales y 
morales de la tradición”. 
Courbet llega a virtuosismos técnicos sin precedentes. Pinta todo lo que se le pone por delante con 
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igual cariño: hombres, animales, bosques, naturaleza. Todo es digno de ser representado por este 
insobornable realista. Desde su técnica al Impresionismo sólo hay un paso.

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