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Educación en la era digital y otros ensayos Coordinadores Carlos Higuera Ramos, Karen A. Ortiz Educación en la era digital y otros ensayos Carlos Higuera Ramos Karen A. Ortíz Coordinadores Primera edición 2020. Morelia, Michoacán, México. Derechos reservados conforme a la ley. © Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación “José María Morelos” Calzada Juárez 1600, Villa Universidad, C.P, 58060 Morelia, Michoacán. © Carlos Higuera Ramos © Karen A. Ortiz Diseño editorial: Irma Gutiérrez Núñez Imagen de portada: Grafitti de Banksy D.R. Carlos Higuera Ramos ISBN: 978-607-424-725-1 Impreso y hecho en México, 2020. El contenido de esta obra es propiedad de los autores y de la institu- ción patrocinadora, queda prohibida conforme a la ley su reproduc- ción parcial o total. ÍNDICE Presentación................................................................................... Cecilia Izarraraz Gutiérrez La vida académica como prioridad durante la pan- demia............................................................................................................ Karen A. Ortiz Retos de la inclusión en la educación digital.............. Deyanira Ochoa Martínez Karina Villaseñor Rangel Pandemia y desigualdades educativas............................ Mario Torres López Tecnología, universidad y ocio..................................................... Carlos Higuera Ramos COVID-19: educación, humanidades y redes inter- conectadas en contingencia.................................................. Raúl Casamadrid El libro de texto en la enseñanza de la historia y la ideología del Estado Mexicano moderno............................. Nicolás Contreras Mascote Beatriz Adriana Gaytán Villalpando Ulises Sebastián Serrano Arias Experimentum vocis.......................................................................... Giorgio Agamben 7 11 21 39 67 75 89 105 -7- PRESENTACIÓN Es claro que la pandemia por Covid-19 trastocó nuestra for- ma de ver la vida, de vivir lo cotidiano y de percibir la tex- tura de nuestra relación con los demás. Además de los evi- dentes golpes a la economía de los países, de las acciones necesarias en términos de prioridades en la investigación médica, de las políticas públicas tan diversas generadas de acuerdo a la visión que los dirigentes de cada país mar- caron para sus comunidades, de las limitaciones hacia las manifestaciones artísticas públicas, al turismo, al comercio, a sectores profesionales de atención directa, se situaron también de manera sensible, inesperada e impactante, los cambios en el actuar cotidiano, a nivel de piel, de inmedia- tez, de relaciones interpersonales, de formas de ser y de hacer, de hábitos y costumbres, es decir, de todo eso que hasta principios de este 2020 llamábamos normalidad. ¿En dónde quedó la educación en el marco de la conmoción causada por un virus? Esa pregunta es seguida de otras, obligadas: ¿Cómo enfrentar este momento y des- de dónde construir una prospectiva educativa después de esta experiencia? De golpe se hizo necesaria una visión centrada en los nuevos medios de comunicación, en el re- conocimiento de que el futuro nos había alcanzado antes de estar preparados para enfrentar el reto de orientar la educación sin el dominio de herramientas digitales y sin que éstas estuviesen democráticamente al alcance de todos los protagonistas del hecho educativo, además de que, en términos generales, los docentes no contaban con una preparación previa para reconocer las implicaciones del uso de esas herramientas en la construcción de proce- sos educativos en todos los niveles. Este es solamente un ángulo desde dónde ver a la edu- cación en estos tiempos de pandemia; ángulo desde el 8 Educación en la era digital y otros ensayos que, además, no existe una respuesta única. Todo lo que implica a la educación nos implica a todos, por ello es ne- cesario desarrollar textos académicos que permitan re- flexionar y sustentar acciones coherentes, sobre todo en momentos complejos como los que nos toca vivir. En este contexto es en el que el IMCED reúne siete ensa- yos en los que se reconocen precisamente efectos, condi- ciones y requerimientos ante la pandemia, en situaciones educativas concretas, realizados por académicos, docen- tes y estudiantes del IMCED, y otras voces invitadas. Karen Ortiz, en su texto La vida académica como prioridad ante la pandemia, presenta, a partir de datos recuperados de la población estudiantil del IMCED, líneas de reflexión acerca de la trascendencia de significar la vida académica de las instituciones de educación superior, reconociendo el valor de fortalecer las redes académicas con otras instituciones de ese nivel, hacia una ecología de saberes. Un segundo trabajo es el de Deyanira Ochoa y Karina Villaseñor, quie- nes plantean los Retos de la inclusión en la educación digi- tal, en el que señalan una valoración sobre las ventajas de esta educación. Pero, sin dejar de reconocer que las limita- ciones y las condiciones de realidad dificultan el acceso a los medios tecnológicos y hacen más profunda la brecha en el acceso de oportunidades de orden económico, social y de oportunidades de desarrollo en general, identifican a la circunstancia histórica de esta pandemia como una oportunidad que debe ser aprovechada por la educación. Mario Torres reflexiona desde múltiples lugares sobre la Pandemia y desigualdades educativas, situando un cen- tro en las condiciones de realidad del ejercicio docente. La acidez de sus comentarios se sustenta en una realidad emergente que, nos dice, puede convertirse en permanen- te; una realidad que, sin planeación ni visión, deshecha el aprovechamiento de la experiencia Covid-19, signo de este momento que vivimos. Educación en la era digital y otros ensayos 9 Sobre Tecnología, universidad y alteridad nos habla Carlos Higuera, y de este texto se desprende un análisis detallado del papel de la tecnología en la vida cotidiana, el impacto de esa tecnología en la construcción de una cul- tura inmediatista, superficial y homogénea que responde a una industria cultural, mismo que lleva a la uniformidad del uso del tiempo libre, a un esquema de conformismo. Desde el lugar de la incertidumbre deja múltiples inte- rrogantes y cuestionamientos sobre la significación de la educación y de la educación a distancia en particular. Raúl Casamadrid, voz invitada, sitúa su trabajo desde el COVID-19: educación, humanidades y redes interconec- tadas en contingencia, en él traza un recorrido más que interesante desde el surgimiento de la pandemia al mo- mento actual, y la forma como escritores, profesionistas, pensadores y artistas han abordado formas de reflexión y acción ante ella, desde el nivel mundial hasta nuestro Mi- choacán. En El libro de texto en la enseñanza de la historia y la ideología del estado mexicano moderno, de Nicolás Con- treras, Beatriz A. Gaytán y Ulises S. Serrano, analizan el libro de texto de la materia de historia en educación primaria, como herramienta didáctica, evidenciando intereses más allá de una instrucción educativa, mostrando las intencio- nes ideológicas y políticas del Estado. El último texto de este grupo de ensayos es el de otra voz invitada, la de Giorgio Agamben, cuyo ensayo Experi- mentum vocis forma parte de la filosofía del lenguaje del pensador italiano, en la que traza un círculo desde las hi- pótesis sobre el origen del lenguaje y su recorrido antropo- genético, desde una zona de indiferencia entre naturaleza y cultura, hasta regresarlo a un códice comunicativo, sin un horizonte histórico. Les invito a realizar un recorrido atento por estas pági- nas, a reconocer que desde diferentes visiones el mundo 10 Educación en la era digital y otros ensayos académico tiene mucho que decir para hacernos com- prender, reflexionar y tomar acciones responsables y con- gruentes para enfrentar el reto de vivir nuestra historia. Cecilia Izarraraz DirectoraGeneral del IMCED -11- LA VIDA ACADÉMICA COMO PRIORIDAD DURANTE LA PANDEMIA Karen A. Ortiz IMCED Las instituciones de educación superior nos encontramos ante la necesidad de renovarnos, de adaptarnos y hacer propuestas que den pertinencia a nuestra formación y or- ganización; durante el mes de marzo de los corrientes en México se tomaron medidas para disminuir el contagio del virus que genera la enfermedad COVID-19, la cual, al 2 de noviembre llevaba 92 100 víctimas fatales en el país, entre las medidas principales, en el ámbito educativo, queda- ron suspendidas las reuniones presenciales de más de 15 personas para eliminar cadenas de contagio y evitar más víctimas fatales, esto para todos los grados y niveles de for- mación. Esta medida sobre las reuniones presenciales en Edu- cación fue una sacudida para nuestra comunidad acadé- mica, que durante más de 34 años ha sostenido sus fun- cionamiento en modalidades presenciales, sin medios o recursos digitales destinados a este propósito, colocando no solo la necesidad en el plano administrativo, sino princi- palmente en el aseguramiento de sus actividades sustan- ciales, la docencia, la investigación y la extensión educativa. La educación tiene como origen y fin a la misma socie- dad, sociedad de conocimiento que enfrenta una revolu- ción de saberes, con amplias y nuevas formas de acceso y distribución de conocimiento, donde se reconoce que cada persona tiene un pensamiento polimorfo, complejo y una comprensión propia del mundo y de los aconteci- mientos entrelazados del día a día. 12 Educación en la era digital y otros ensayos En este contexto social los aprendizajes se sostienen en un sistema educativo que certifica y valida saberes, que determina perfiles del sujeto a pesar de que esos sujetos son diversos, diversos en estilos, ritmos, intereses, moti- vaciones, inteligencias, talentos, diversos en condiciones de aprendizaje y de convivencia, diversos en barreras y en oportunidades; además, con una docencia que organiza y planifica objetivos, contenidos, recursos, actividades y eva- luaciones; con elementos cualitativos difíciles de medir, como la formación del carácter, la capacidad de resolver problemas o de sobreponerse a las adversidades. ¿Qué podíamos hacer ante todo lo confluyente en nuestro instituto en medio de la Pandemia mundial? Sabíamos que era imposible entrar en contacto presencial con nuestra comunidad, sin embargo, teníamos disponi- bles los teléfonos, correos y mensajería instantánea, por lo que el 17 de marzo del 2020 emitimos el documento Orientaciones para el Acompañamiento Académico que consideró principalmente: • Acordar la continuidad de las actividades y proyec- tos académicos sin actividad presencial. • Establecer las vías de comunicación con nuestra co- munidad. • Presentar alternativas de recursos y plataformas di- gitales para la intervención. • Señalar que el proceso durante la emergencia sani- taría había de ser flexible y abierto, considerando las condiciones de distanciamiento físico entre docen- tes y estudiantes de los distintos programas acadé- micos. Así mismo, se integró un equipo académico para ela- borar una encuesta digital dirigida a los más de 5000 estu- Educación en la era digital y otros ensayos 13 diantes, compuesta en tres dimensiones: dispositivos, co- nectividad y uso, y, el estado emocional y de ocupación de los estudiantes, con el objetivo de identificar cuáles eran las circunstancias de ellos ante esta formación no pre- sencial en confinamiento; de igual forma, se elaboró una encuesta digital dirigida a los 600 docentes, misma que se aplicó en un periodo posterior a la de estudiantes, con las dimensiones iguales, o información que nos permitiría comparar datos y hacer propuestas en pro de la vida aca- démica institucional, ello, congruente con Casanova (1998), quien sostiene que en el ámbito educativo no sólo se ha- cen valoraciones para generalizar resultados del fenóme- no, sino para poder tomar decisiones. De ambas encuestas, como resultados tuvimos que, en cuanto al perfil, participaron 2863 estudiantes de los cuales el 48.3% pertenecían al Plantel Morelia, 18.3% a la sede de Venustiano Carranza y la Piedad, 17.2% al Plantel Zitácuaro, 12.2% al Plantel Pacifico Guacamayas y el 3.9% al Plantel Irímbo; de los 2863 participantes el 49% cursaban la Lic. en Pedagogía, 17.1% la Lic. en Psicología Educativa, 7.8% la Lic. en Enseñanza Media en Lengua Extranjera- Inglés y el 6.5% el programa de M. en Dificultades en el Aprendizaje; ade- más, del 100% de participantes, 69.6% de los estudiantes cursaban su programa académico en modalidad semiresi- dencial, es decir, viernes y sábado. 14 Educación en la era digital y otros ensayos De los docentes se tuvo participación de 404, de los cuales el 61.6% eran egresados del IMCED, el 23.5% de la Maestría en Pedagogía, el 16% de la Lic. en Pedagogía, el 13.3% de la Maestría en Dificultades en el Aprendizaje y el 12.3% de la Lic. en Psicología Educativa; 47% de los partici- pantes fueron docentes del Plantel Morelia, 22.5% del Plan- tel Zitácuaro, 15.6% del Plantel pacifico Guacamayas, 7.4% del Plantel Irímbo y 7.4% de la sede de la Ciénega y la pie- dad. El 44.8% de los participantes labora en la Lic. en Peda- gogía, el 20.5% en la Lic. en Psicología Educativa, el 6.4% en la Lic. en Enseñanza Media en Lengua Extranjera- Inglés y el 5.2% en la Maestría en Dificultades en el Aprendizaje. Del 100% de participantes, el 75.5% labora en la modalidad semiresidencial, es decir viernes y sábado. Continuando, ahora en lo relacionado con la conectivi- dad, se obtuvo que de los 2863 estudiantes que participa- ron, 91% contaba con algún tipo de conexión a Internet y de los 404 docentes que participaron el 100% tenía al menos un tipo de conexión a internet; 98% de los estudiantes te- nían celular y 61% laptop, 98% de los docentes tenían celu- lar y 92% laptop; además el 92% de los estudiantes accedía a la conexión de internet desde el celular, con esto, sabía- mos que la mayoría de los estudiantes y docentes podían participar en clases no presenciales durante la emergencia Educación en la era digital y otros ensayos 15 sanitaria a través de espacios virtuales que posibilitaran la conexión en tiempo real, pero se hacía necesario conside- rar una plataforma virtual que permitiera el uso desde el celular, con sistema operativo Android o iOs y con bajo con- sumo de datos, de esta forma lograríamos la mayor cober- tura considerando las condiciones de nuestra comunidad académica. Otro hallazgo importe fue sobre el uso de los dispositi- vos, ya que, el 59% de los estudiantes y el 53% de los docen- tes participantes no conocían alguna plataforma virtual, teniendo entonces, el reto de organizar la orientación y la capacitación a distancia para el uso de la plataforma virtual que fuere más pertinente; del mismo modo fue relevante identificar que 78.9% de los estudiantes y el 80% de los do- centes usaba el almacenamiento en nube de Google Dri- ve, el cual está integrado en G Suite, siendo relevante, en estas circunstancias, que el IMCED cuenta con un dominio institucional desde Diciembre de 2017, teniendo la posibi- lidad del uso de todos servicios de G Suite sin limitaciones, incluyendo Gmail, Google Meet, Google Drive, formularios de Google, Classroom entre otros. 16 Educación en la era digital y otros ensayos Considerando esta información obtenida de los estu- diantes y de los docentes, así como lo vivenciado durante el cierre de ciclo escolar 2019-2020, en el uso de Zoom, Mood- le, Classroom, correo y redes sociales con fines educativos, se concluyó que para el inicio de ciclo escolar 2020-2021 Classroom sería la plataforma de referencia para la inter- vención educativa con nuestros estudiantes y que todos los recursos y medios adicionales servirían como soporte en los casos que, no se podía acceder a conexión desde el celular o la computadora; esta decisión,implicó planificar capacitación presencial en pequeños grupos al personal administrativo de todos los planteles del IMCED, así como capacitación a través de medios virtuales y creación de re- cursos para estudiantes y docentes. La intervención generalizada en Classroom está impac- tando el perfil de los estudiantes, exigiendo por un lado sus habilidades digitales y por otro, el logro de los objetivos en su formación académica; y aunque, Classroom es una plataforma que tiene una interfaz sencilla e intuitiva, con la pertinente intervención de la Comisión de Aulas Virtuales del IMCED se facilitó el manejo, exploración y uso, ya que, se crearon las aulas de forma institucional, logrando ho- mogenizar la organización, permitiendo que sin importar el módulo o asignatura, el docente, el alumno y el admi- nistrativo encuentren la información, los recursos y herra- mientas en la misma pestaña o espacio virtual. El uso de estas aulas virtuales ha enfrentado resisten- cias y barreras de distinto tipo, la natural resistencia al cam- bio que sostiene Ma. Antonia Casanova (2015) manifestada en oposición las propuestas, con las prácticas de siempre, haciendo caso omiso de la evolución social, sin embargo, también se ha potenciado de forma tangible, al generar cuentas de correo institucional para los docentes del IM- CED, hecho que les permitió el uso ilimitado de Google Meet, (software de videoconferencias de bajo consumo de Educación en la era digital y otros ensayos 17 datos) teniendo entonces un espacio virtual para la comu- nicación e interacción cara a cara entre docentes - estu- diantes, docentes – docentes y docentes - administrativos en los procesos de construcción y diálogo. En el gráfico anterior, obtenido de la cuenta adminis- trador del dominio institucional el 12 de noviembre de 2020 se observa como a finales de agosto, justo antes de comenzar el ciclo escolar 2020-2021 se elevaron significa- tivamente las cuentas de usuarios, ello debido a que como mencionamos en el párrafo anterior, a cada docente del Instituto se le generó una cuenta de correo del dominio institucional, dotándolo de amplias posibilidades para atender de la mejor forma a los estudiantes, teniendo a dicha fecha 898 cuentas de correo activas entre docentes y administrativos del IMCED, quedando como reto la crea- ción de cuentas para estudiantes, potenciando así, la in- teracción entre estudiantes-estudiantes y estudiantes-ad- ministrativos. Poner a disposición de la interacción y el aprendizaje la tecnología, no sólo ha considerado a las aulas virtuales o a las videoconferencias, se creó la Comisión de Webinars en el Instituto, que tiene como objetivo acercar las temá- ticas pertinentes y emergentes que permitan a nuestra comunidad y a las personas interesadas, acceder al cono- cimiento sin barreras, de la mano de especialistas y con 18 Educación en la era digital y otros ensayos posibilidad de consulta permanente, ya que, los semina- rios se trasmiten en vivo a través de las redes sociales insti- tucionales, se graba el contenido y queda disponible para descarga libre. Sin embargo, un reto enorme y aún pendiente a nivel institucional es la contención emocional para nuestros estudiantes, puesto que las mismas encuestas revelaron que 62.1% de los estudiantes ha experimentado tristeza y un 47.9 % ha experimentado miedo durante la Pandemia, lo cual está impactando en sus procesos de aprendizaje y es menester intervenir para eliminar las barreras, des- de un acompañamiento personal y asertivo, con amplias líneas de acción y vinculación, recordando que las institu- ciones educativas fueron creadas para caminar sobre una visión de futuro social con bienestar y calidad de vida. El propósito de la intervención académica La emergencia sanitaria que vivimos, nos invita a pregun- tarnos ¿cuáles son nuestros impulsos educativos hacia nuestra sociedad? una sociedad globalizada, con comu- nicación e interdependencia entre países, una sociedad de consumo masivo de servicios y bienes, donde hay uso intensivo de tecnologías que facilitan la creación, la distri- bución y la manipulación de información; una sociedad dónde la “calidad de vida” nos ha llevado a desequilibrios ecológicos, destrucción de biodiversidad y degradación de los recursos en general. Una sociedad que vive por ahora, en confinamiento, confinamiento que nos ha recordado que somos huma- nos biológicos, psíquicos, sociales, afectivos y racionales, con historia, circunstancias económicas, sociológicas y hasta religiosas; este “encierro” nos ha recordado que so- mos seres interrelacionados e interdependientes, nos ha recordado que “el conocimiento es navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas” Educación en la era digital y otros ensayos 19 (Edgar Morín, 1999, Pág. 38) lo cual exige renovación de los modelos educativos basados en la certificación y en los sa- beres puramente científicos, exige la máxima calidad aca- démica con el máximo compromiso social. Exige desarrollar en nuestros estudiantes como sugiere Boaventura de Sousa Santos (2015) el espíritu crítico y crea- tivo, la disponibilidad a la innovación, la actitud positiva frente al trabajo en equipo, la capacidad de negociación, el manejo de las exigencias y la participación para la solu- ción de los problemas; exige reconocer a estos elementos como difíciles de medir en nuestro modelo educativo ac- tual pero como necesarios en el perfil de los estudiantes que se forman en nuestras instituciones de educación su- perior, y es que, por ejemplo, se ha satanizado a la tecno- logía, pero hoy, en nuestro instituto, ha sido la posibilidad de mayor impacto para continuar la vida académica en sus actividades sustanciales, la docencia, la investigación y la extensión educativa. Con esta posibilidad desde la tecnología para nuestro instituto, que es menester fortalecer en su uso, también identificamos las posibilidades que surgen desde la vincu- lación en redes de universidades, de docentes y de estu- diantes, con proyectos de impacto social, donde la exten- sión educativa permee a la docencia y a la investigación, con la ecología de saberes de Boaventura de Sousa Santos (2009) que permite el diálogo abierto entre los distintos saberes, saberes científicos, humanísticos, populares, tra- dicionales, urbanos, campesinos y de culturas occidenta- les, que están ahí, en la sociedad que es origen y fin de la educación. Bibliografía Casanova R., Ma. Antonia. (2015). Diseño curricular e inno- vación educativa. España. La Muralla, S.A. 20 Educación en la era digital y otros ensayos Casanova R., Ma. Antonia. (1998). La evaluación educativa. España. La Muralla, S.A. Morín, Edgar (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Francia. UNESCO Santos, Boaventura de Sousa (2015). La universidad en el siglo XXI. México. Siglo XXI Editores. Santos, Boaventura de Sousa (2009). Una epistemología del sur. México. CLACSO Coediciones. -21- RETOS DE LA INCLUSIÓN EN LA EDUCACIÓN DIGITAL Deyanira Ochoa Martínez Karina Villaseñor Rangel IMCED . Resumen La educación como institución social tiende a la transformación, ha de ajustarse a diferentes circunstancias, contextos e individuos, en algunos períodos los cambios suelen ser paulatinos y poco visibles, en otros momentos las circunstancias políticas, sociales, culturales y económicas han logrado cambios significativos y permanentes. El he- cho histórico que hoy nos impacta es una pandemia, un problema de salud mundial que rompió con un sistema tradicional de enseñanza de manera presencial, dentro de aulas físicas. El riesgo de contagio y la necesidad de preservar la salud hizo necesaria la educación a dis- tancia, la creación de aulas virtuales y el uso de tecnologías y medios digitales para hacer posible el derecho de niños y jóvenes a ser parte de una educación de calidad. Como cualquier cambio la educación digital ha tenido un fuerteimpacto en la comunidad estudiantil y la sociedad en general, que obliga a las autoridades educativas y guber- namentales a proponer y proporcionar los recursos necesarios para que los objetivos de educación para todos se cumplan y a los docentes a prepararse para acceder a nuevas metodologías que les permitan acompañar a sus alumnos en la construcción de aprendizajes y en su formación como seres humanos íntegros. A unas semanas del abandono de las aulas por el inicio de la pandemia por COVID 19, se hizo necesario recuperar los espacios educativos y de aprendizaje. Para ello había que echar mano de los recursos disponibles para alcanzar al máximo porcentaje de la población estudiantil. La televi- sión, redes sociales, plataformas digitales que hasta ahora tenían un uso más recreativo que formativo lograron mos- trar funciones que siempre han estado ahí, pero, al aparen- 22 Educación en la era digital y otros ensayos temente no ser necesarias se fueron reduciendo al ámbito del entretenimiento. El uso de las tecnologías en la educación es un tema polémico, en diferentes artículos encontramos argumen- tos como el de Richard House retomado por la UNICEF en el 2016, quien sugiere que “mientras los alumnos es- tén expuestos a tecnologías educativas que sustituyan o pasen por alto sus experiencias de resolución de proble- mas y aprendizaje, quedarán limitadas sus aptitudes”. Por otro lado, en el mismo documento Parkinson sostiene que “cuando la tecnología se emplea en el aula al máximo de su potencial y con sentido, puede dotar a los niños de una gama de aptitudes y posibilidades que le será beneficiosa en el mundo en él están creciendo”. Parte del exitoso y/o limitado uso de las tecnologías en la educación son las diversas opiniones en torno al tema pero, lo que realmente como país nos mantiene con déca- das de atraso en este ámbito es, la brecha digital que re- salta tres principales problemas; reducido acceso a equipo tecnológico, imposibilidad de conexión y limitada alfabeti- zación digital, esta última planteada en el documento “Los derechos de la infancia y del internet” de la UNICEF (2016) como, una prioridad para que niños y jóvenes sean capa- ces de entender el mundo digital en el que se desarrollan y reducir las desventajas, sociales, educativas, culturales y económicas de los grupos vulnerables. En este momento difícilmente podemos hablar única- mente de educación, debemos verla y entenderla como “la educación durante la pandemia”, asimilar este hecho nos permite comprender mejor que el cambio era necesario pero, esta necesidad no disminuye los obstáculos, al con- trario, la premura, el estrés, el cambio de rutinas y espacio de trabajo, el proceso de adaptación y la exigencia de nue- vos saberes intensifican el reto para todos los actores de la educación. Educación en la era digital y otros ensayos 23 Las herramientas igual que los obstáculos están ahí, el camino por recorrer para hacer valer el derecho de la edu- cación para todos y lograr el acceso a tecnologías digitales aún es largo, pero es importante no perder el objetivo pri- mordial: ser formadores de seres humanos empáticos, con juicio autónomo y criterios individuales, capaces de adap- tarse a los cambios propios de la naturaleza y de su entor- no, retomando sus saberes y tomando el nuevo universo de posibilidades a su favor. Durante décadas se ha luchado para que la educación alcance a la población mundial independientemente de la edad, sexo, condición económica y cultural, raza y/o pre- sencia de alguna discapacidad. Diferentes escenarios han sido testigos de la lucha de las diferentes organizaciones mundiales por hacer valer el derecho de todos a una edu- cación de calidad. En marzo de 1990 la UNESCO realiza la Declaración Mun- dial sobre Educación para Todos y Marco de Acción para Sa- tisfacer las Necesidades Básicas de Aprendizaje, donde en su Artículo 1° manifiesta que todo niño, adolescente o adul- to debe estar en condiciones de recibir las herramientas esenciales de aprendizaje (lectura, escritura, expresión oral, cálculo y solución de problemas) así como, conocimientos teóricos y prácticos, valores y actitudes necesarios para la sobrevivencia y desarrollo de capacidades, adaptándose a la cultura de cada país y al transcurso del tiempo. Así pues, cada país ha transformado los sistemas edu- cativos de sus naciones, adaptándolos a su cultura y reali- dad política y económica. De ahí que encontremos países con grandes avances en temas de inclusión, mientras otros se encuentran prácticamente iniciando el proceso, es de- cir, el acceso a la educación aún se ve limitado por barreras actitudinales, organizativas, metodológicas y sociales. A los cambios propios del transcurso del tiempo, hoy se suma la presencia de la pandemia por COVID 19, una 24 Educación en la era digital y otros ensayos crisis de salud que ha tocado diferentes sectores en ma- yor o menor medida. El sector que aquí nos atañe es el educativo, mismo que dio un giro a sus metodologías, prácticas, incluso a su enfoque. La educación digital que en México iba adentrándose de manera paulatina, el día de hoy nos alcanza como una necesidad urgente de ade- cuar el sistema educativo a la realidad mundial. El reto ha sido fuerte para cada uno de los actores de la educación, ya que el cambio se dio de manera abrupta, sin embargo, el interés por adherir los medios digitales a la educación no es un tema nuevo, en el Artículo 2° de la De- claración Mundial de la Educación para todos en 1990, ya se hablaba de una “visión ampliada” que permitiera ir más allá de los recursos tradicionales y estructuras institucio- nales para fortalecer los sistemas educativos, retomando las fortalezas de la educación tradicional y a su vez aprove- chando el incremento de la información y la capacidad de comunicación. En la década de 1990 el Center for Applied Special Te- chnology (Centro de Tecnología Especial Aplicada, CAST), desarrolló el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) con enfoque didáctico, que en un principio se enfocaba en trabajar con la discapacidad y posteriormente, pone su atención en cómo cambiar la escuela para adaptarse a la diversidad. Entre sus propuestas promueve el uso de los medios digitales para favorecer el aprendizaje dentro del aula, facilitando el proceso por ser más motivador y atrac- tivo, pues posibilita elegir lo que se adecue a las caracte- rísticas y capacidades personales y a la tarea que se ha de realizar. Dentro del sustento teórico del uso de tecnologías del DUA, encontramos las aportaciones de Rose y Meyer (2002) citada por Alba, C., Sanchez, J. y Zubillaga, A., quien alude a cuatro ventajas de los medios digitales sobre los tradicionales: Educación en la era digital y otros ensayos 25 1. Versatilidad. Almacenamiento de información en di- ferentes formatos que ofrece la oportunidad de presentar- los de varias maneras (audio, video, texto, imagen), lo que permite que personas con diferentes discapacidades y/o estilos de aprendizaje puedan acceder a él. 2. Capacidad de transformación. Los medios digitales almacenan la in- formación separando el contenido del formato en que se presenta, lo que permite acceder al contenido en el for- mato que se prefiera, incluso transferir la información de un medio a otro. 3. Capacidad para marcarlos. El formato de la información puede ser modificado de acuerdo a las características de los alumnos (tipo de letra, tamaño, ne- grita, cursiva, subrayado, marca de color…), mientras en los medios tradicionales, las marcas son permanentes. 4. Ca- pacidad para ponerlos en red. Los contenidos se pueden relacionar con otros contenidos, lo que hace posible ir de unos a otros con mayor velocidad y sencillez. Haciendo re- ferencia a los hipervínculos o los procesadores de textos digitales, que permiten hacer click en una palabra para ac- ceder a su significado u otros textos relacionados. Desde estaóptica vemos que la educación digital tiene importantes beneficios, sobre todo si hablamos de inclu- sión puesto que los diferentes formatos y la incalculable cantidad de materiales dispuestos en la red, hacen accesi- ble de diferentes maneras el conocimiento para cualquier alumno incluyendo a quien presenta alguna discapacidad. Es por ello que las reformas educativas en México, tienen gran interés en el uso de las herramientas digitales como métodos de enseñanza con el objetivo de lograr mejorar en los alumnos la expresión del pensamiento, comunica- ción, creatividad e interactividad, a través de redes, que fa- ciliten la construcción y socialización del conocimiento. En este sentido Rodríguez, A. (2006) expone que ex- pertos en redes digitales apuestan a las tecnologías de la información para ofrecer oportunidades para el desarrollo 26 Educación en la era digital y otros ensayos socioeconómico, por tener la capacidad de ampliar y for- talecer el acceso a la información y a la comunicación en las áreas distantes, comunidades rurales y colonias de po- breza extrema. Los apasionados del internet sugieren que la conectividad eventualmente adopte múltiples funciones tales como biblioteca pública, aula, base de datos médicos, oficina de correos y teléfonos, mercado y centro comercial, canal para el entretenimiento cultural y musical, fuente de noticias diarias, casa de bolsa, centro de predicción del cli- ma y otros servicios heterogéneos en la esfera pública. Aunque la propuesta anterior hace catorce años pudo leerse ambiciosa, hoy la encontramos como una realidad tangible, las redes digitales nos han acercado a conteni- dos académicos a los que únicamente se podía acceder a través de libros disponibles en bibliotecas o librerías, tene- mos bases de datos con capacidad de almacenamiento incalculable, redes sociales que se han convertido en las redes de comunicación más importantes además de ser una de las principales fuentes de entretenimiento, publici- dad y noticias. La cuestión es: ¿Realmente ha tocado a los sectores más vulnerables o igual que otros recursos solo es privilegio de unos cuantos? En efecto, dando un vistazo general, nos damos cuen- ta que un importante porcentaje de niños, adolescentes y adultos tienen acceso a un dispositivo electrónico, el mercado de telefonía celular se ha ampliado tanto que se ajusta a las necesidades económicas de los consumidores y con el uso de datos acceden a cierta información, juegos y redes sociales, convirtiéndose en un medio de entreteni- miento. Así pues, justo cuando parecíamos estar más co- nectados, que la tecnología había llegado por fin a un gran número de hogares, la naturaleza nos pone a prueba con la llegada de la pandemia COVID 19, la cual trajo consigo la necesidad de abandonar las aulas y buscar estrategias que permitieran dar continuidad al proceso educativo de Educación en la era digital y otros ensayos 27 niños y jóvenes, y es así como la educación a distancia se convierte, por un lado, en el único recurso que permite mantener el sistema educativo a flote, a la vez que ofrece, la oportunidad de valorar hasta dónde hemos avanzado en el acceso a sistemas digitales. Actualmente podemos encontrar diferentes estudios sobre la brecha digital sin embargo, como plantea Rodrí- guez, A. (2006) las estadísticas y datos disponibles cambian tan rápido en algunos lugares, que es posible que en oca- siones se localice información diferente en distintas fuen- tes que cubren el mismo periodo, lugar o aspecto, sin que exista una explicación de por qué se producen esas dis- crepancias, lo que es evidente, es que existen diferencias claras en el acceso que no es sencillo borrarlas o pasarlas desapercibidas. De acuerdo a Ortuño, C. (2020) una de las prioridades de América Latina y el Caribe (ALC) es reducir la distancia entre los individuos “conectados” o digitalmente incluidos y los “no conectados” o digitalmente excluidos. Desde la década de los noventa hasta la fecha, se han dotado algu- nas escuelas con equipo de cómputo y algunos espacios públicos con servicio de internet gratuito, sin embargo, las limitantes en el uso efectivo de las tecnologías están tanto en el acceso, como en las habilidades para manipular los equipos. Ante la pandemia los equipos de cómputo a los que los niños tenían acceso en sus escuelas, quedaron fuera de su alcance, un importante porcentaje de la población en Mi- choacán, vive en zonas rurales, donde los dispositivos elec- trónicos con los que cuentan son televisiones y celulares, y las conexiones a internet se hacen a través del uso de datos de prepago que no siempre tienen amplia cobertu- ra. Los buscadores de información y plataformas digitales son un tema prácticamente nuevo para un gran número de familias que parecían estar a la vanguardia en el uso 28 Educación en la era digital y otros ensayos de dispositivos electrónicos, pero que en lo real limitan su uso a redes sociales, llamadas personales, uso de cámara y dispositivo de almacenamientos de información. De acuerdo con la UNESCO, la inclusión digital es un elemento crucial para enfrentar las desigualdades socioe- conómicas en Latinoamérica, donde los servicios de ac- ceso a Internet son considerados esenciales para garanti- zar el bienestar de los ciudadanos. Con base en esto, y la importancia de cumplir con la agenda 2030, los países de América Latina y el Caribe han convertido en una política prioritaria la universalización del acceso a Internet. Galpe- rín (2017), en Ortuño, C. (2020). La inclusión digital busca garantizar la presencia efec- tiva de tres elementos: infraestructura tecnológica, in- fraestructura de conectividad y alfabetización tecnológica o digital, para asegurar a la población el acceso y el uso efectivo de las tecnologías de la información y comunica- ción, Ortuño, C. (2020). La inclusión digital requiere prepa- rarnos, por un lado, para hacer uso efectivo de la tecnolo- gía y por el otro, elegir aquellos contenidos que aporten a la formación de ciudadanos críticos que puedan sentirse parte activa de una sociedad y a su vez les permita ser más tolerantes e incluyentes con las diferencias físicas, sociales, culturales, étnicas y de pensamiento. Apostar a la inclusión digital en tiempos de pandemia es un reto tan grande como la inclusión en las aulas, entre las barreras a las que se enfrentan los estudiantes están: las metodológicas, puesto que, gran parte de los docen- tes apenas comienzan a hacer uso de las tecnologías, en- frentándose a sí mismos a un analfabetismo tecnológico. Barreras de participación, el acceso se limita por pobreza extrema, falta de recursos tecnológicos, conectividad, in- cluso por escasez de luz eléctrica. Las barreras de apren- dizaje se hacen presentes de distintas maneras, por falta de contacto con los maestros, dificultad para comprender Educación en la era digital y otros ensayos 29 los contenidos de manera digital, incluso para acceder a ellos, o por escaso o nulo apoyo de los padres de familia. Barreras actitudinales que en este caso se relaciona con la poca empatía que pudiera haber hacia los alumnos, dejan- do excesiva carga de trabajo y siendo inflexibles en formas y tiempos de entrega. Barreras de infraestructura, que im- plica el no contar con medios electrónicos o conectividad aunado a que no todos los hogares cuentan con espacios adecuados para favorecer el aprendizaje. Hasta hace unos meses el primer reto de la inclusión en algunos casos era el generar espacios físicos para que todos los niños pudieran acudir a una institución educati- va, para aquellos que ya pertenecían a alguna, enfrentar barreras para el aprendizaje y la participación, para los do- centes regulares y de apoyo aprender a trabajar en equipo, compartir saberes y ejecutar estrategias que hicieran posi- ble la eliminación de las barreras. De acuerdo a datos de la UNESCO (2020) la pandemia por COVID-19 ha creado laperturbación más grave de los sistemas educativos mundiales de la historia, obligando a más de 1.600 millones de estudiantes a abandonar la es- cuela en el momento más álgido de la crisis. La pandemia ha exacerbado las desigualdades preexistentes y afectado con mayor fuerza a los estudiantes más vulnerables entre ellos, sugiere la UNICEF (2020), niños y jóvenes de zonas rurales con baja conectividad que tienen menos acceso a modalidades de educación a distancia efectivas, niños en hogares pobres que tienen dificultad para asegurar una alimentación básica o un espacio para estudiar, o que aún en zonas con acceso a internet, no cuentan con dispositivos electrónicos suficientes para acceder a la educación remo- ta por medio de herramientas digitales, niños en hogares monoparentales o con bajo nivel educativo donde los pa- dres no pueden ofrecer acompañamiento ni un ambiente propicio para el estudio, niños de poblaciones indígenas 30 Educación en la era digital y otros ensayos y aquellos en condición de discapacidad también se ven afectados de manera desproporcionada en la medida en que las soluciones de educación a distancia no se ajusten a su lenguaje o necesidades para el aprendizaje. Así pues, la pandemia amenaza con revertir décadas de progreso en la educación. La recesión económica ejercerá una presión cada vez mayor en los presupuestos nacionales de educa- ción en momentos en que se precisan más fondos para que el sector se recupere. Se prevé que, aunque la parte del presupuesto destinada a la educación se mantenga es- table, el gasto público mundial podría disminuir en un 8% y la ayuda a la educación en un 12% (UNESCO, 2020). Ante estas cifras el panorama educativo se tiñe de des- esperanza, los sectores más vulnerables de la población, comienzan a ver la educación como un privilegio inalcan- zable más que un derecho, esto ha provocado, un impor- tante aumento en la deserción escolar; en algunos casos la educación a distancia se percibe como un mero requisito que está marcando aún más la brecha digital, educativa y por ende la económica. Debemos tener en cuenta que el mundo entero está en crisis, los retos a enfrentar van más allá del acceso a la educación. Es tiempo de leer nuestro entorno, si es nece- sario retomar la historia mundial, nacional, estatal, incluso la personal, hacer un análisis existencial que nos permita ubicarnos en una realidad en la que todos somos diferen- tes, tenemos perspectivas distintas y ante una crisis mun- dial provocada por el mismo virus, cada territorio y pobla- ción vivirá y se adaptará de manera distinta. Las brechas digitales existen, la inclusión en nuestro país y en el resto del mundo, es un proceso que como tal se encuentra inacabado, la pandemia requiere de una nueva visión de la vida, exige cambios en la manera de pensar, actuar y construirnos en un mundo distinto al que habitá- bamos hace unos meses. Educación en la era digital y otros ensayos 31 Los procesos de transformación son distintos para cada persona, esto dependerá del contexto, el rol que el indivi- duo desempeñe, su propia historia y la actitud con que enfrenta los obstáculos. Ello no implica que como socie- dad no haya mucho trabajo por hacer a favor de los grupos más vulnerables, hoy más que nunca se debe trabajar por la equidad y garantizar que se cumplan los derechos de todos. La educación como derecho esencial del ser huma- no debe ser revisado desde sus actores para entender, de manera más clara, cuáles son las principales necesidades a atender para asegurar una educación de calidad para to- dos los niños y jóvenes. Si nos permitimos hacer una lectura de los principa- les actores de la educación podemos ver a maestros que de un día a otro dejaron parte de su material de trabajo en sus aulas y con las manos prácticamente vacías em- pezaron de cero, aún los más resistentes al cambio toma- ron los dispositivos electrónicos que tenían a la mano o en su defecto adquirieron alguno y los transformaron en herramienta de trabajo, su tiempo familiar se convirtió en tiempo de capacitación, de ensayo y error frente a conte- nidos digitales que desconocían. Cambiaron la calidez de un salón lleno de algarabía, mañanas de llantos, abrazos, diálogos y retos, por el rincón más silencioso de su hogar, la frialdad de una pantalla, los silencios de micrófonos y cámaras apagadas, correos electrónicos o whatsapp sin respuesta, cuadernillos en blanco y llamadas que jamás fueron contestadas. Otros más encontraron en las herramientas digitales recursos maravillosos que les han permitido transmitir el conocimiento de maneras que jamás imaginaron, a ve- ces en menor tiempo del que les requería la explicación tradicional. Algunos más se adentraron en la dinámica familiar de sus alumnos conociendo sus historias y lo- grando empatizar con ellos. 32 Educación en la era digital y otros ensayos Para muchos alumnos lo que comenzó como un po- sible periodo de gozo, porque él no asistir a la escuela implica: más horas de sueño, más tiempo de ocio, quizá menor presión de trabajos y tareas, ahorro en sus pasajes, etc.; se convirtió en abandono permanente de las institu- ciones educativas o en una pausa a su proceso educativo por el ciclo escolar vigente. Los anhelados tiempos de mo- vimiento como son el recreo y la hora de educación física en espacios amplios y abiertos, en algunos casos hoy son horas sentados frente a dispositivos, rodeados de cuatro paredes; el aprendizaje entre iguales que va más allá de lo académico (compartir, gestionar, respetar, tolerar), en el mejor de los casos se traslada y limita únicamente a los hermanos. Tenemos niños que se sienten totalmente des- estructurados ante la falta de rutinas y disciplina, así como de un espacio propicio para el aprendizaje, alumnos que están únicamente cumpliendo con tareas y trabajos para enviar a los maestros sin lograr los aprendizajes esperados. Por otro lado están los niños que han encontrado en estas nuevas técnicas de enseñanza la oportunidad de ad- quirir aprendizajes que con los medios tradicionales no les era posible acceder, algunos les es más fácil participar a través de una cámara, un micrófono o mensaje de texto para expresar sus ideas puesto que, el no estar de mane- ra física en un espacio les ofrece seguridad, además que han podido encontrar, en las herramientas tecnológicas, la oportunidad de acercarse a contenidos y ampliar informa- ción sobre temas que son de su interés. Vemos estudian- tes que han aprendido a autogestionar sus tiempos y han descubierto la manera en que les es más sencillo aprender y comienzan a utilizar sus recursos para fortalecer y favore- cer su propio proceso de aprendizaje. Con respecto a los padres de familia, la mayoría de ellos se sienten saturados de trabajo y con la total responsabili- dad en lo referente al aprendizaje escolar de sus hijos, sin Educación en la era digital y otros ensayos 33 embargo, algunos por motivos de trabajo requieren dejar- los al cuidado de otras personas, razón por la cual no es- tán brindando el apoyo necesario para que los menores al- cancen los objetivos de aprendizaje. Hay madres y padres de familia que a pesar de tener la oportunidad de estar en casa la mayor parte del tiempo, sus deberes y ocupaciones cotidianas limitan el tiempo que pueden ofrecer a sus hijos para brindarles apoyo académico, además de que la gran mayoría no cuenta con las estrategias y habilidades para transmitir conocimiento. Ante esta situación muchos pa- dres de familia tomaron la decisión de retirar a sus hijos de las instituciones educativas hasta que esta situación cam- bie y se regrese a clases de manera presencial, sin tener en cuenta que este modelo de educación llegó para quedarse. Cabe agregar que para muchos padres esto se ha conver- tido en una oportunidad para conocer la situación acadé- mica de sus hijos, darse cuenta de sus hábitos de estudio y de las posibles barreras para el aprendizajeque enfrentan y se han dado a la tarea de acercarse a los docentes y hacer equipo a favor del aprendizaje de sus hijos. Conclusión Esta revisión rápida, resumida, tal vez limitada, de lo que pasa con los protagonistas de la educación nos permite darnos cuenta que no todo es perfecto, que en algún sen- tido la educación, más aún la inclusión, parece ir en retro- ceso por el hecho de que no todos los niños pueden hacer efectivo su derecho a la educación, muchos se encuentran más lejos que nunca de poder ejercerlo, ya sea por la bre- cha digital o por condiciones tales como la presencia de alguna discapacidad o el hecho de enfrentar alguna barre- ra para el aprendizaje, situación que les requiere atención especializada y que en algunos casos se ha perdido por fal- ta de contacto con sus maestros, especialistas y hasta con sus compañeros. 34 Educación en la era digital y otros ensayos Como en toda historia también hay elementos a res- catar ante una pandemia que limita la posibilidad de es- tar cerca físicamente; la alternativa de la tecnología para seguir formando niños y jóvenes como seres integrales a través de la educación a distancia, con todo y el evidente retraso que como país tenemos en el uso y acceso a tec- nologías digitales, es una de las pocas opciones viables en este momento. La situación actual nos invita a no evadir un tema que es evidente: los recursos digitales son parte de nuestra vida y su uso en el área de la educación se ha venido pos- tergando por diversas situaciones. Hoy es la oportunidad de aventurarnos a explorar estos recursos que bien utiliza- dos y encaminados a objetivos claros de transformación positiva del ser humano, son una excelente herramien- ta para el aprendizaje tanto personal como colaborativo, además de que nos permite acercarnos al conocimiento y ayudar a construirlo, dándole el valor agregado de mos- trar a nuestros estudiantes que la vida está llena de retos, a veces tendremos muchos y otras pocos recursos para enfrentarlos pero, sea lo que sea que tenemos en nues- tras manos, debemos explotarlo para obtener el máximo beneficio. Retomando a Freire recordemos que la palabra verda- dera siempre será una unión inquebrantable entre acción y reflexión puesto que privar la palabra de la dimensión activa, sacrifica la reflexión y se convierte en palabrería o verbalismo y si se hace exclusiva la acción sin la reflexión la palabra se convierte en activismo. Así pues, promovamos el diálogo “la palabra verdadera”, no caigamos en el ver- balismo repitiendo discursos que muchas veces son pro- nunciados sin tener un claro conocimiento del contexto, cuidemos también no caer en el activismo pretendiendo llevar a cabo acciones sin que antes se reflexione si real- mente tendrán un impacto en nuestros espacios de tra- Educación en la era digital y otros ensayos 35 bajo. Dignifiquemos la educación desde el lugar donde nos encontramos. Que la escuela de manera presencial o a distancia siempre sea una opción para el desarrollo del potencial humano. Referencias Ríos, Daniel (2020). ¿COVID-19 acelerará la inclusión digi- tal? EXPANSIÓN. Rescatado en octubre, 2020 de: ht- tps://expansion.mx/opinion/2020/04/28/covid-19-acele- rara-la-inclusion-digital Freire, Paulo (1973). Pedagogía del oprimido. (8a. ed.). Mé- xico: Siglo XXI Editores. Michaca, G. (2020). Crisis por COVID-19 exige acelerar in- clusión digital. Rescatado en octubre, 2020 de: ht- tps://www.consumotic.mx/tecnologia/crisis-por-co- vid-19-exige-acelerar-inclusion-digital/ Naciones Unidas México (2020). Informe y evidencia Im- pacto de la pandemia en educación. Recuperado el 22 de octubre, 2020 de: https://www.onu.org.mx/infor- me-unicef-y-pnud-evidencia-impacto-de-la-pande- mia-en-la-educacion/ Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Ginebra, (2008). Original: Inglés y Español. Conferencia internacional de educación. “La educación inclusiva: el camino hacia el futuro”. 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San Luis Potosí, México. -39- PANDEMIA Y DESIGUALDADES EDUCATIVAS Mario Torres López IMCED Presentación Hay circunstancias y hechos educativos que parecen estar asociados con la pandemia de Covid 19, como es la impro- visación generalizada en el uso de las tecnologías digitales con fines académicos, así como la incorporación involun- taria de los padres y tutores de familia a una especie de asesoría técnicopedagógica en casa, para acompañar a los hijos en sus labores escolares. Pero hay otras que a todas luces son consustanciales a la práctica docente, como son las deudas de salarios y compensaciones, más próximas a las políticas gubernamentales de los estados que del ám- bito federal, lo que, en muchos aspectos, pone a prueba la vocación docente, a la vez que acentúa la diferenciación social en el manejo de los temas educativos desde la na- rrativa política oficial y, obviamente, desde las limitaciones tecnológicas y de aprendizaje de la vida cotidiana de los estudiantes. Con relación a la improvisación, hay posibilidad de so- luciones a corto y mediano plazo, sobre todo después de la experiencia, positiva en términos generales, de los docen- tes que han hecho patente su vocación y profesionalismo; en el caso de las deudas consustanciales al magisterio las dudas emergen por todos lados, enfáticamente porque las políticas públicas al parecer se siguen diseñando, día a día, según caprichos y circunstancias del devenir guberna- mental local. Más allá de lapandemia, los docentes siguen en la ca- lle reclamando pagos y cumplimiento de compromisos de gobierno. Cierto, también, que la valoración de su ex- 40 Educación en la era digital y otros ensayos periencia docente se da a cuenta gotas y en muchas oca- siones las debemos rastrear de forma indirecta a través de algunas manifestaciones en las redes sociales. En algún momento se ha buscado un acercamiento directo con los docentes (con exalumnos, compañeros de trabajo y viejas amistades) para conocer de voz viva sus experiencias, pero el resultado ha sido muy limitado. Por alguna extraña ra- zón pocos abordan libremente el tema, aunque en privado hay críticas y observaciones a favor y en contra sobre su realidad educativa y sus prácticas docentes. Los especialistas e investigadores hablan y escriben so- bre el tema constantemente, pero la expresión pública y la experiencia directa de los actores educativos es realmente escasa. Así es que, debe reconocerse, el tema de Educa- ción y Pandemia, en muchos aspectos está permeada por especulaciones políticas, así como por afectos y afectacio- nes personales. Sobre esto habrá de girar este trabajo. De la reforma educativa a la improvisación institucional Cuando se trata de hacer política, todas las instituciones públicas y funcionarios de todos los niveles hacen carava- nas al gobernante y a las autoridades educativas en turno. Una reverencia y mil declaraciones a favor de la autoridad gubernamental logran silenciar, desplazar o ignorar las verdades sobre la capacidad (o no) institucional para hacer frente a problemas reales, prácticos y en franco retroceso técnicopedagógico ante los retos educativos actuales. Desde hace décadas los sistemas educativos han esta- do en una terrible crisis de aprendizaje, de la cual los tec- nócratas se han agarrado para culpar a los maestros y, a su vez, éstos han puesto de manifiesto la falta de apoyo finan- ciero para introducir mejoras estructurales en las escuelas, bajo el argumento de que la tecnocracia está abiertamen- te interesada en impulsar la educación como un servicio, entre particulares, más que como un derecho universal. Educación en la era digital y otros ensayos 41 La situación ha llegado a tal punto que, por inocen- te que parezca, hay una pregunta que nadie parece res- ponder: ¿Quién define, y cómo, la función docente? Esta pregunta se vuelve relevante en esta Nueva Normalidad marcada por la emergente tele-educación y una fantas- magórica video-pedagogía. Escolarización y aprendizaje, vuelven a la palestra del análisis y valoración, a partir de la Experiencia Covid en el sistema educativo nacional. Como muchos especialistas lo hicieron durante la controvertida Reforma Educativa im- pulsada por Enrique Peña Nieto, hoy se hace presente la misma pregunta de entonces ¿En dónde están, en este nuevo modelo educativo, las bases teórico-metodológicas que aseguran el éxito de la educación a distancia, cómo se nivelan las correspondencias y las corresponsabilidades entre situación socioeconómica, diversidad social y víncu- los con los sectores productivos locales, regionales y na- cionales que garanticen la eficiencia de la Nueva Escuela Mexicana frente a la formación académica, la demanda la- boral y la empleabilidad, como vehículo para la movilidad social? De boca para fuera todos estamos de acuerdo en que ningún alumno debe quedar fuera de las escuela; sin em- bargo, tan importante es el reconocimiento del esfuerzo por incrementar la matricula, como el reconocer que se hace muy poco para incentivar a los estudiantes para dis- minuir el abandono de sus estudios, sobre todo porque no ha funcionado el mecanismo de becas escolares y está de- mostrado que esto no disminuye las condiciones de po- breza de la mayoría de la población mexicana. Ante esta situación, es oportuno que nos preguntemos ¿Qué hay de novedad después del Pacto Por México, en condiciones de pandemia? Un gran impacto emocional y la aparición de una sin- tomatología traumática dado que, al parecer, el dubitati- 42 Educación en la era digital y otros ensayos vo presidente de la república es incapaz de controlar su aburrido logodiarreísmo populista revuelto con más de lo mismo y viceversa. Recordemos que la educación está en manos de un exempleado una de las televisoras más grandes del país y que, sospechosistamente, esto motivó la utilización de teleeducación a distancia como principal herramienta para la población económica y culturalmente más desfavorecida. No terminamos de asimilar las cifras de muerte y dolor provocadas por la narcoguerra calderonista, cuando apa- rece la pandemia de coronavirus Covid 19, somos confina- dos y nos dicen que se han aprobado leyes y figuras lega- les para militarizar al país, con la variante de que pasamos de la guerra contra el narcopoder, a la insostenible recon- ciliación y la seguridad a través de las estrategias humanís- ticas de los militares. Hoy, la Pandemia Mueve a México, y la educación está en la vorágine silenciosa de vida pública. Entonces ¿qué ha cambiado? La entonación y la estruc- tura lingüística con que se nombran las cosas: el país dejó de ser victimizado para convertirse en misericordioso daño colateral mientras se reconcilia el narcopoder, la mafia en el poder y los dirigentes casi centenarios de la 4T. Nadie parece entender que sobre los muertos y la des- memoria intencionada no se puede emprender ninguna transformación, mucho menos se puede pensar que se lle- gará a buen puerto. En estas circunstancias, indudablemente la democra- cia se ha convertido en una enfermedad que devora bue- nas intenciones y transforma la rebeldía en un estado de confort bajo la figura del subsidio a través de cualquier tipo de ONG´s. Además de esto, la democracia actual nos ha fragmen- tado mediante leyes estamentarias que privilegian la di- ferencia entre desiguales, antes que buscar la equidad en salud, bienestar y condiciones de vida. Dime quién eres y Educación en la era digital y otros ensayos 43 te diré qué leyes te amparan en contra de los que son di- ferentes a ti: esta es la consigna de la democracia diferen- ciada, sin comprender que donde hay guerra de particula- res no puede haber efectiva democracia, como condición de vida social. Vivimos tiempos en que se han reconocido tantos derechos humanos y civiles que se necesitaría una enciclopedia completa para describirlos. Sin embargo, en esto no radica nuestra desgracia y frustración, dado que muy pocos de ellos se ejercen plenamente. Del progreso sin fin, con que nace la modernidad, y de los derechos universales, solamente queda la declaración de principios como deber ser. Nada más. Junto a la prome- sa de su cumplimiento está la realidad que, marcada con sangre e injusticias, nos señala, como luces preventivas, que hay que esperar mejores tiempos. De hecho, esa es la paradoja de la humanidad; mientras unos saltan sobre los demás, otros juegan con el poder de la naturaleza o inven- tan cosas para mantener el control y prolongar el tiempo de espera de la inmensa mayoría. El tiempo corre por las venas de la humanidad, por eso es tan relativo. Ahora, centrando la atención en los entornos de la edu- cación, es justo reconocer que un punto nodal en las pro- puestas de las Reformas Educativas recientes, es el que se refiere a la educación con equidad. 50 millones de mexica- nos en condiciones de pobreza y más del 90% de la rique- za nacional concentrada en 20 familias, seguramente no pueden acercarnos al principio de equidad, confirmando la tesis de que no se puede garantizar la calidad y la equidad educativa si no hay equidad social. En el México perfecto de nuestros gobernantes resulta un eufemismo decir que, si no se garantiza el ejercicio pleno de los derechos sociales como la educación, la seguridad social, el trabajo digno, el bienes- tar familiar y un salario justo, capaz de satisfacer lo anterior -más la cultura, la recreación y el deporte-no podremos ha- cer cuentas alegres del deber ser de la educación. 44 Educación en la era digital y otros ensayos Ante esto, la pregunta obligada es: ¿Cómo puede haber educación de calidad o de excelencia con bajos ingresos, tanto de los padres como de los docentes? Es por demás evidente que las becas y otros programas compensatorios no son la solución a la desigualdad social, sino un obstá- culo en sí, pues obliga a los estudiantes a creer que han nacido para vivir de la caridad gubernamental y de progra- mas evasores de impuestos de la iniciativa privada, como BECALOS y otros más. En condiciones de desigualdad social, no puede pen- sarse realmente en igualdad educativa; así sea como refe- rencia de un ideario político o con fines propagandísticos. Además, no podemos olvidar que a las carencias alimenti- cias se suman las carencias escolares, las deficiencias ad- ministrativas y la ausencia de recursos académicos para fortalecer la formación integral de los estudiantes. De esto no son culpables los docentes, aunque sí en mayor medida los burócratas de la educación y las mani- fiestas anomalías en las políticas públicas del sistema gu- bernamental. Así pues, si en la aparente reconversión actual del dis- curso reformador de la educación pública, los tiempos de realización se han alargado para un futuro muy muy lejano, quedando rebasado el tiempo electoral, sería bueno que se empezaran a dar pasos lentos, pero constantes, en un proceso dialógico entre las partes implicadas, para aproxi- marnos realmente a un nuevo modelo educativo nacional. Mientras esto no suceda, seguiremos padeciendo reformas sexenales y sujetos a las circunstancias y afectaciones del cambio climático, las pandemias emergentes y la voraci- dad de un modelo económico que ha aprendido a sobre- vivir en todo tipo de crisis mediante la concentración de la riqueza y la explotación desenfrenada de las sociedades en condiciones de pobreza. Hasta hoy no ha habido reformas nacionales, de ningún tipo, que tengan por fin el estableci- Educación en la era digital y otros ensayos 45 miento de mecanismos de control encaminados a garanti- zar una sociedad más equitativa, en la distribución econó- mica, y con los mismos estandares de calidad, pertinencia y formación académica y profesional para todos. Experiencias covid en Educación Básica La pandemia ha obligado a un repentino proceso de deses- colarización, provocando incertidumbre sobre su eficacia ante la improvisación voluntariosa de los docentes y la obligatoriedad de los padres de supervisar el cumplimien- to de tareas, tratando de coadyuvar en el entendimiento de textos y metodologías de trabajo. Por donde se le mire, esta situación es un desafío al aprendizaje escolar y a las tradicionales prácticas docentes. Ante este panorama, y ante las impertinencias de la in- certidumbre, surge una pregunta: ¿cuánto de lo que ahora es emergente se volverá parte de las rutinas de aprendiza- je cotidiano? De muchas maneras y en variados aspectos se cuestio- na la figura del docente, que se suma a las imposiciones del planteamiento, ahora simulado, neoliberal del enfoque por competencias. Pocos docentes se detienen a preguntar por el futuro de su profesión o de su propia vocación. Muchos aprendieron a ir a la deriva, simulando vocación docente y profesionalismo, pero siempre dispuestos a salir a la calle para exigir bonos, sobresueldos y otros privilegios, así como prerrogativas sindicales y derechos laborales; para ellos, es obvio que el futuro docente no está en sus manos. Se ajus- tan a lo que diga la dirigencia sindical en turno y siguen las indicaciones generales de las políticas gubernamentales. Si con eso basta para asegurar su salario, así se quedarán. Pero muchos otros buenos maestros levantan la mano y la voz para tratar de comprender lo que está pasando en su propio entorno sociocultural y, a pesar de todo, su vo- luntad de servicio es inquebrantable, aunque en el fondo 46 Educación en la era digital y otros ensayos saben que Aprende en Casa no garantiza, como debe ser, estabilidad, confianza y socialización a los niños y adoles- centes. Así pues, a pesar de estas circunstancias, a todos ellos pertenecen estas voces: 1. Una maestra de secundaria trabaja con watsap en grupos pequeños (siete alumnos, aproximadamen- te) lo que la obliga a repetir varias veces la misma sesión; 2. Los alumnos que no tienen este recurso ven la clase por televisión y mandan sus ejercicios (tareas), con algún pariente, a la escuela, en donde serán entre- gadas a los maestros, siguendo una calendarización interna, acordada entre los docentes y la dirección; 3. Otros estudiantes trabajan con su celular (consu- miento datos) de lunes a miércoles, que es el tiem- po que les duran la carga (y el presupuesto familiar) y se vuelven a conectar al lunes siguiente, así es que los lunes la carga de trabajo se multiplica para los docentes, porque, además deben seguir con su pla- neación las clases por internet, así como la dinámica de los programas de televisión y la revisión de foto- copias para la semana, porque; 4. A los demás estudiantes, los que no tienen acceso a estas tecnologías (internet o televisión) se les envían copias del libro y se les marca la tarea; 5. Según el periódico La Jornada (26-8-20 p7) en los Al- tos de Chiapas y la sierra de Oaxaca, en donde no hay acceso a internet, telefonía ni televisión, las clases se darán por megáfonos o perifoneo, entregando cua- dernillo por debajo de la puerta y respondiendo pre- guntas teniéndola de por medio. Algunos migran- tes (padres o hijos) han colocado antenas a un costo de 1400 la instalación y con una renta de 400 pesos mensuales. Educación en la era digital y otros ensayos 47 Algunos docentes asumen con profesionalismo esta carga laboral y un comentario generalizado es que este sistema de trabajo es interesante, aunque implica mucho más tiempo de trabajo, así como la utilización de mate- riales y estrategias didácticas más diversificadas que poco tienen que ver con los estándares que se marcan de ma- nera oficial. Otro comentario, que juega con el sarcasmo de las cla- ses por televisión, es que muchas veces los maestros están al pendiente de la materia de educación física, no por el atractivo de su contenido, sino para ver a Romel Pacheco aunque sus rutinas sea las mismas diariamente. En donde aparece una queja recurrente es cuando se menciona que los maestros aportan sus computadores, sus celulares a cualquier hora, sus tabletas y el pago del servicio de internet, así como el uso de datos móviles, sin ninguna retribución gubernamental. Esta, dicen, es una forma de subsidiar una parte de la educación pública por parte de los docentes y de generar ganancias a las empre- sas privadas de telecomunicaciones. Por otro lado, es agradable enterarse que algunos nego- cios particulares (restaurantes, bares, cafeterías) han ofre- cido su espacio y el uso de internet para que los alumnos vayan a trabajar ahí. No se especifica si deben consumir algo; de cualquier es una alternativa muy restringida, que solamente puede hacerse efectiva en las ciudades medias y grandes, no así en los poblados pequeños en donde sola- mente existe una cabina de internet y renta de equipos de computación y escasos, por lo que es necesario esperar a que se desocupen; además, estos establecimientos suelen abrir tarde, cierran para irse a comer y luego permanecen abiertos ya muy poco tiempo por las tardes. Un poco siguiendo este ejemplo de solidaridad social, algunos municipios aseguran que apoyarán a los estudian- tes más pobres con el pago semanal de datos móviles. No 48 Educación en la era digital y otros ensayos se especifica el monto, ni la fecha de inicio de estos apoyos, ni el número de estudiantes beneficiados. La pandemia hizo cerrar las escuelas, improvisar didác- ticas digitales y a distancia, y aunque parece una decla- ración política, todo hace pensar que hayconsenso entre autoridades educativas y especialistas en que es tiempo de fomentar la cultura digital basada en una cobertura de telecomunicaciones en todo el territorio nacional, ponien- do especial atención en las escuelas públicas, centros de salud y oficinas administrativas. Basados en la experiencia comunitaria de muchas agrupaciones e iniciativas culturales, se considera como un hecho incontrovertible que las redes digitales tienen la capacidad de fomentar la cultura y de ahondar en la iden- tidad y diversidad de los pueblos originarios, además de hacer posible la utopía de una interconexión planetaria efi- ciente y con fines sociales. Aunque no hay una argumentación sólida, de esta ma- nera se asegura que, a través del fortalecimiento de la cul- tura digital también se podría proteger el patrimonio cul- tural y la biodiversidad que hasta hoy ha sido marginada del devenir social y han sido expuesta a la destrucción de grandes áreas de la riqueza forestal y de la fauna silvestre. La solidez de esta propuesta debería basarse en el com- promiso real entre todos los niveles de gobierno, las orga- nizaciones civiles, comunidades originarias, la población en general y los individuos, para hacer esto posibles. Puestos al extremo de esta visión optimista, se podría asumir entonces que la nueva experiencia educativa de- bería estar centrada en el fortalecimiento de dicha cultural digital. Pero esto nos hace volver a la triste realidad nacio- nal: la cultura y las redes digitales tienen su fortaleza en la dispersión de chismes, memes, autorretratos narcisistas y situaciones violentas de la vida cotidiana. Con esta base cultural no se puede aspirar a una educación nacional que Educación en la era digital y otros ensayos 49 fomente el conocimiento, las artes y el humanismo, en cualquiera de sus vertientes. Resulta a todas luces, más allá de lo paradójico que, en la escolarización del conocimiento, se privilegia la admi- ración por las tecnologías domésticas sobre el desarrollo científico. De hecho, las ciencias aparecen apenas como un referente histórico para memorizar nombres o apellidos de personas (v,gr. Einstein), fórmulas (E=mc2) y nombres de áreas de conocimiento (física), como muestra y síntesis de lo que es la ciencia en sí. El conocimiento se simplifica a grado tal que se convierte en una reducción al absurdo. Lamentablemente es un hecho que la educación está en riesgo, pero no por falta de evaluación, como se asumía en la Reforma de Peña Nieto, sino por exceso de tecnocra- cia doméstica, de ineficiencia en políticas de planeación académica y en virtud de la corrupción institucional que va de la administración al ejercicio, no generalizado, cla- ro está, de prácticas docentes que adolecen de formación profesional. Además, y este debería uno de los puntos centrales de toda reflexión sobre la experiencia educativa actual, es evi- dente que las tecnologías domésticas tampoco están al alcance de todos. La realidad habla por sí sola cuando ve- mos algunos datos sobre las plataformas destinadas a la Nueva Educación. De manera oficial se ha expuesto que el programa Aprende en Casa II, se basa en la utilización de alguna de las siguientes cuatro opciones: Internet1 En tres turnos 9-11:30, 12-13:30, 18:30-21 Televisión2 1 Según datos de la Coordinación General de Planeación y Evaluación de la SEE: 53% de 78 municipios cuentan con internet, sobre todo en celular. 11% por computadora. 4% tableta. 2 El INEGI, en su reporte de Datos de la Encuesta Nacional sobre Dis- 50 Educación en la era digital y otros ensayos Radio Impreso Por ejemplo, con estas opciones se pretende atender a1 0 22 977 (un millón veintidós mil novecientos setenta y siete) estudiantes de educación básica, a nivel estatal, en Michoacán. Asumiendo que todos los infantes se inscriban y den seguimiento a esta experiencia extraescolar, aunque sabemos que muchos infantes y adolescentes que vivían en zonas suburbanas, no se han inscrito a este ciclo escolar porque han vuelto, con sus padres, a sus comunidades de origen. Sin embargo, y aquí empiezan las disparidades, de 200 000 escuelas de educación básica a nivel nacional sola- mente en 3 600 existen Unidades de Apoyo a la Educación Regular (USAER), con personal especializado, para asesor en apoyo técnico pedagógico a docentes, padres de fami- lia y estudiantes con capacidades diferentes, con rezago escolar o dificultades emocionales. Lo más aproximado a un ideal, en este aspecto, sería tener una USAER por cada supervisión escolar, lo que resulta prácticamente imposible de cumplir por la falta de presupuesto y el nulo interés, hasta hoy, por parte de las autoridades para atender este aspecto. A cambio de esto, la Secretaría de Educación Pública ha presentado un programa de apoyo al programa Aprender en Casa II, denominado Sistema de Asesoría y Acompañamiento al Aprendizaje, encaminado a aprovechar al máximo los ponibilidad y Uso de Tecnología, señala que 33 millones de hogares cuentan al menos con una televisión y que la señal para este servicio tiene una cobertura del 92.5 %. Por su parte el Instituto Federal de Telecomunicación señala que 55% de la población tiene acceso a banda ancha, que es el espectro por donde se transmitirán las clases televisadas. Tres de cada diez no tienen acceso a datos de internet por celular y no todos los dispositivos son inteligentes. Educación en la era digital y otros ensayos 51 recursos tecnológicos digitales, donde los hay, porque es evidente que para el medio rural se privilegia el uso de los cuadernos de trabajo y la intervención de CONAFE y del INEA. Con todo y las limitaciones que eso implica, se ha di- señado la plataforma nuevaescuelamexicana.sep.mx/ que sirve para descargar el material de Aprende en Casa II en pdf, así como otros materiales de orientación para las pro- puestas de estudio. Desgraciadamente esto lo que hace es evidenciar las disparidades en el acceso a la tecnología por causa de las desigualdades económicas de la pobla- ción mexicana. A mayor pobreza corresponde mayor des- igualdad de oportunidades educativas y, por ende, mayor desequilibro social. Cultura digital y desigualdades social El reto, hoy, es cómo generar aprendizajes y conocimien- tos reales, desde la distancia, y evitar la simulación docente institucional. Nadie duda del potencial de las tecnologías digitales y de los medios electrónicos de entretenimiento; la duda parte, básicamente, de la capacidad instalada de las instituciones educativas, de la fortaleza en el manejo de estos medios por parte de la planta docente y de la acce- sibilidad a la totalidad de la población estudiantil. Para no limitarnos a la educación básica, tomemos algunos datos que hablan por sí solos, a nivel superior: • La UNAM declara que cuatro de cada diez estudian- tes de preparatoria y CCH no cuentan con una com- putadora o con acceso de internet en su casa. En ese mismo sentido, algunos estudiantes asegurar que para conectarse a internet deben acudir a la renta de equipo en donde paga un mínimo de diez pesos la hora.3 3 Periódico La Jornada: 24-sep-20, p 15. 52 Educación en la era digital y otros ensayos • Debido a esto, algunos especialista pronostican que alrededor de 630 000 estudiantes universitarios po- drían abandonar sus estudios. • Datos proporcionados por el Programa de Desarro- llo Eléctrico Nacional, de la Secretaría de Energía, se- ñala que 1 800 000 mexicanos no cuentan con elec- tricidad. Tan solo en Chihuahua, según la CFE, 1 445 comunidades no cuentas con este servicio. En Chia- pas son 805 y en Durango existen 605 comunidades en estas condiciones. • Hacer de la televisión la principal plataforma educa- tiva nacional contraviene a todas luces la idea básica que se supone marcaría el rumbo de la educación pública a partir de esta administración federal: La Nueva Escuela Mexicana que impulsa el gobier- no
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