Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL UNIDAD AJUSCO LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA “El Perfil de Egreso de la Licenciatura en Pedagogía: Una aproximación a la mirada de los estudiantes” T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN PEDAGOGÍA P R E S E N T A : ITZEL ADRIANA VENEGAS TORRES Asesora: María del Refugio Plazola Díaz MÉXICO, D.F. NOVIEMBRE, 2013. ÍNDICE Pág. Introducción 001 CAPÍTULO I Formación de profesionales de la Educación en el contexto neoliberal 006 11 La Globalización y el Neoliberalismo 07 12 Sociedad-Educación ¿Un binomio (des)alentador? 018 13 Políticas educativas Internacionales: Una paradoja para el Sistema Educativo Mexicano. 025 131 Banco Mundial, OCDE, FMI, UNESCO 033 1.4 La Educación Superior en México ¿Un proyecto Nacional? 040 CAPÍTULO II La profesión Pedagógica 44 21 Un acercamiento al concepto profesión 45 22 La profesión y el Plan de Estudios. Una relación simbiótica 62 23 La (re)configuración de la profesión pedagógica 73 24 Campo Profesional del Pedagogo: El referente teórico 88 CAPÍTULO III Creación de un proyecto prometedor para la educación 98 31 La Universidad Pedagógica Nacional 099 3.11 Filosofía Institucional 0110 312 Proyecto Académico de la UPN 1978-1993 0115 32 Licenciatura en Pedagogía. Plan 1979 0122 3.3 El Plan de Estudios 1990 0129 331 Objetivos 0136 332 Campos Laborales 0138 333 Estructura Curricular 0141 334 Perfil de Egreso 0152 CÁPITULO IV El Perfil de Egreso de la Licenciatura en Pedagogía Pla 90: Una aproximación a la mirada de los estudiantes 0157 4.1 El papel de los estudiantes en la valoración del curriculum 158 Pág. 4.2 Sobre la metodología de Investigación 166 4.3 La opinión de los estudiantes sobre su formación respecto de su Perfil de Egreso 177 4.3.1 Conocimientos 185 4.3.2 Habilidades 218 4.3.3 Actitudes 224 A MANERA DE CONCLUSIÓN Retos y desafíos para un futuro inmediato 229 BIBLIOGRAFÍA 233 ANEXO 240 1 INTRODUCCIÓN Quienes nos interesamos por el terreno educativo sabemos que nuestro contexto actual vive situaciones de transformación constantes inducidas por el fenómeno conocido como globalización, mismas que han provocado un desequilibrio social. El sistema educativo en general, así como todos sus niveles de educación, el nivel superior en particular, no se encuentran al margen de ese proceso, ya que los efectos de tal fenómeno han llegado a impactar fuertemente en las instituciones educativas de educación superior, de tal forma que los cambios sociales en las últimas décadas, han tenido un impacto importante en el estudio, el desarrollo y la evaluación curricular encontrándose inestabilidades. La necesidad de una nueva sociedad del conocimiento que satisfaga las demandas sociales actuales cada vez más específicas y más especializadas, ha generado nuevos discursos en la esfera educativa para el Siglo XXI que carecen de una postura crítica y reflexiva respecto de la educación que se ofrece actualmente en las instituciones. No podemos olvidar que como todo fenómeno social, el educativo también se redefine y cambia según el contexto bajo el cual se desenvuelve; así, las necesidades educativas del siglo pasado no son las mismas que las de nuestros tiempos; dicho de otro modo, el sistema educativo debería estar a la orden del día y respondiendo eficaz y eficientemente a las necesidades del cambio que se perfilan con mayor fuerza. Visto de esta manera, la educación constituye una herramienta crucial para la formación de habilidades y capacidades que aumentan las oportunidades de cualquier persona; la educación superior en específico, contribuye a la construcción de un mejor proyecto de vida, brinda los conocimientos, habilidades, 2 actitudes, capacidades y herramientas necesarias para la inserción del individuo al mercado laboral promoviendo, un óptimo desenvolvimiento social y profesional. Además, debemos recordar que una de las funciones de las instituciones educativas de nivel superior es establecer relaciones dinámicas entre la universidad y el sector laboral, los sectores sociales y culturales, el estado, los sistemas establecidos dentro de una sociedad, los procesos internacionales y los nacionales. Por lo tanto, consideramos de gran trascendencia estudiar la influencia de factores institucionales y pedagógicos en el diseño, desarrollo, implementación y evaluación curricular en el nivel de estudios superior. Bajo esta óptica, hemos considerado al Perfil de Egreso de la Licenciatura en Pedagogía Plan de Estudios 1990, como un objeto de estudio socio-educativo inmerso en este proceso de transición, puesto que éste, así como diversas problemáticas educativas deben redefinirse, ajustarse y cambiar paralelamente a las transformaciones sociales. Al respecto, Plazola (2009a) reconoce que en casi 20 años, el plan de la licenciatura no había sido modificado más que en aspectos superficiales y que dichas modificaciones sólo tenían relación con el desempeño del docente respecto de las asignaturas impartidas; es decir, cambios aplicados por los profesores en cuanto a algunas actualizaciones bibliográficas y la incorporación de asuntos emergentes no contemplados dentro de los programas; desprendido de ésto, algunos especialistas que han abordado el tema encontraron que “las aspiraciones del actual plan de estudios corresponden a problemáticas del sector educativo detectadas hacia finales de la década de los ochenta; en el contexto educativo actual, las prioridades y problemáticas no son las mismas” (CIEES:2006), y partiendo de la premisa anterior, podemos decir que no sólo las problemáticas del contexto educativo no son las mismas, sino que tampoco lo son 3 las de la institución, las de los aspectos que conciernen a los docentes y mucho menos las que corresponden a los alumnos. En este sentido, una característica del contexto actual tiene que ver con que una óptima formación profesional es uno de los principales requisitos para ingresar al sector productivo; el valor de las sociedades actuales está estrechamente vinculado con el nivel de formación de los egresados de Instituciones de Educación Superior y su capacidad para resolver problemas, innovar y emprender proyectos. Formar profesionales de la educación con los conocimientos y destrezas que demanda el campo laboral para el desarrollo y mejora continua del sector educativo, que atiendan a las necesidades del sistema educativo nacional y de la sociedad mexicana en general, es la principal finalidad de la Universidad Pedagógica Nacional. En pleno desarrollo e implementación de tareas de evaluación, el Plan de Estudios 90 de la Licenciatura en Pedagogía, encuentra en este momento un área de oportunidad, como eje central del currículum, para desarrollarse y renovarse tanto teórica como metodológicamente, estableciendo sustentos reales y resultados tangibles que demuestren la necesidad de una reforma o renovación curricular. De ahí la necesidad y la importancia de actualizar los estudios ya existentes sobre el tema, así como proveerlos de otras perspectivas, otros enfoques y nuevas posibles soluciones que se adapten a sus necesidades.De acuerdo con los planteamientos anteriores, conocer la percepción que los estudiantes tienen respecto de su formación en relación con el Perfil de Egreso de la licenciatura, constituye un elemento fundamental e indispensable en los actuales procesos de evaluación que sobre el Plan de Estudios 90 se han 4 emprendido, y definitivamente la información que se obtenga tendrá un impacto determinante en la futura toma de decisiones. La presente investigación se ha propuesto, a lo largo de cuatro capítulos, proporcionar información importante sobre estas cuestiones; primero, estableciendo una serie de argumentos que guían y dan sentido al objetivo general del trabajo, para posteriormente, exponer nuestras reflexiones acerca del Perfil de Egreso de la Licenciatura en Pedagogía desde el punto de vista de uno de los actores más importantes de este proceso de formación: los estudiantes. De esta manera, en el Capítulo Primero se realiza una reflexión general sobre la situación económica, social y política en que se encuentra nuestro contexto actual; así mismo, se hace una aproximación a las políticas educativas internacionales trayendo a colación los objetivos que algunos organismos unilaterales se plantean sobre el ámbito educativo, específicamente sobre la educación superior. Por su parte, el Capítulo Segundo contiene aspectos referidos a la conformación de las profesiones, en particular la profesión pedagógica, realizando, de la misma forma, algunos planteamientos sobre la estrecha relación que sostienen las profesiones y los Planes de Estudio de educación superior; en un segundo momento, se expresan argumentos sobre lo que consideramos una “reconfiguración” de la profesión pedagógica y el impacto que ésta tiene sobre el campo profesional del pedagogo y viceversa. El Capítulo Tercero se orienta, por una parte, a proporcionar una aproximación sobre el surgimiento de la Universidad Pedagógica Nacional, y por otra, a realizar algunas reflexiones sobre los diferentes procesos institucionales por los que ha transitado hasta llegar a constituirse en la universidad que actualmente la conocemos, sobre la conformación de su filosofía institucional, su misión y su visión, así como sobre los proyectos académicos que se han gestado desde su 5 nacimiento y, finalmente, se realiza un acercamiento a los diferentes elementos que componen y estructuran el Plan 90 de la Licenciatura en Pedagogía. Por último, en el Cuarto Capítulo, se expresa nuestra postura acerca del papel que los estudiantes desempeñan dentro de los procesos de evaluación curricular; de la misma manera, se exponen las características específicas sobre la metodología que hemos utilizado para emprender este trabajo, y finalmente, se presentan los resultados obtenidos en el trabajo de campo. La investigación tiene como principal objetivo conocer la opinión de los estudiantes sobre su Perfil de Egreso, pretende también establecer una serie de condiciones que permitan orientar los procesos de evaluación curricular que la institución emprenda y que puedan dar sustento y respaldo a las intenciones de renovación curricular que se requieren; por otro lado, se desea que este trabajo impulse, promueva, fomente y guíe investigaciones contiguas que diversos agentes de la universidad deseen comenzar para profundizar al respecto. Por otra parte, los resultados de esta investigación están dirigidos, primordialmente, a todos los estudiantes de la Licenciatura en Pedagogía, a la Universidad Pedagógica Nacional, a aquellos profesionales de la educación cuyo interés se centre en las cuestiones que el trabajo abarca y, en suma, al público en general que desee conocer sobre el tema. Para concluir, se incorporan nuestras reflexiones finales, el anexo y la bibliografía en que nos hemos apoyado para dar sustento a este trabajo. 6 CAPÍTULO I FORMACIÓN DE PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO NEOLIBERAL El objetivo de este capítulo es analizar las situaciones económicas, sociales y políticas concretas que ponen de manifiesto la consolidación y concreción de la ideología neoliberal en las instituciones educativas e indagar de qué manera la oferta de modernización económica presente en el discurso oficial transforma la realidad educativa, específicamente en la formación de profesionales; y cómo, gracias a la racionalidad instrumental de esta ideología, es promotora de una sociedad antidemocrática y arbitraria. 7 1.1 La Globalización y el Neoliberalismo Hay una gran variedad de interpretaciones de estos conceptos, todas enmarcadas dentro de los parámetros políticos, ideológicos, sociales, económicos, religiosos, etc., y susceptibles de ser analizados y discutidos obligatoriamente en cualquier ámbito, especialmente, en el sector académico. Cualquier interpretación o definición que se les otorgue tiene rasgos comunes bajo la óptica de presenciar en la globalización una etapa avanzada de dependencia entre factores y actores que influyen en el proceso de desarrollo social, éstos son de índole económica, ambiental, social, cultural, política, etc., y además involucran en ellos relaciones entre empresas, estados, pueblos, partidos, escuelas, grupos sociales, etc. Asimismo, el número de definiciones que se les otorgan parece crecer en lugar de reducirse con el tiempo; sin embargo, la característica que parece más común es el hecho de que en los últimos años se ha desarrollado notablemente esta parte de las relaciones entre personas, organismos e instituciones de distintos países, y este aumento de actividades sin fronteras asume consecuencias en distintos escenarios. Por consiguiente, es necesario que abordemos el tema de la globalización y de la ideología neoliberal teniendo en cuenta los cambios que ha experimentado la economía mundial en las últimas décadas y en particular la cuestión de cómo a pesar de los evidentes avances tecnológicos que de alguna manera han contribuido al desarrollo de los países y a una mayor integración entre ellos, las desigualdades sociales no sólo se conservan, sino que se profundizan, tal como lo indican los estudios estadísticos sobre el desarrollo mundial de los últimos años; ya lo sostiene Torres (2001:20) cuando afirma que “La inmensa mayoría de los análisis que realizan las instituciones No Gubernamentales o la propia 8 UNESCO [y el Banco Mundial] dejan constancia de que lo que de verdad se mundializa es la pobreza”. Ante esta situación, cabe preguntarse entonces ¿qué papel juega la Educación Superior en este escenario? Como venimos diciendo, a pesar de ser tan comunes estos conceptos no existe un consenso sobre su denotación y la connotación que estos términos adquieren en cada contexto y mucho menos de sus implicaciones. Así, por ejemplo, desde la aparición del concepto “globalización” hasta los inicios de los años 70, pasando por los 80 y los 90 donde adquirió mayor relevancia; un sinfín de autores han tratado de definirlo y adecuarlo a los contextos desde los cuales lo describen y desde las posiciones ideológicas desde las que se abordan; sin embargo, una definición no complicada en términos de lenguaje y que se ajusta a la postura que adopta este trabajo, es la que aporta Moreno (2010:18) quien sostiene que “es común entender a la globalización como la intensificación de las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales mundiales, impulsadas por la dinámica de los mercados (sobre todo de capitales), revolución tecnológica, redes internacionales productivas, sociedad de la información y el conocimiento y movilidad global de los sectores productivos”. Con respecto al Neoliberalismo, podemos afirmar que es la ideología bajo la cual actúa el modelo económico que nos rigey es el pretexto perfecto para implementar éste en las sociedades. Al respecto, Juárez (2007:11) señala que dicho modelo carece de alguna teoría que sostenga su proceder y que, en consecuencia, se apoya en esta ideología, cuya principal preocupación es, en sus palabras, “la promoción de una determinada postura económica y política”. En este sentido, el Neoliberalismo viene a ser un término que describe, justifica y legitima a la globalización. Su inserción en la sociedad es cada vez más evidente e inevitable, no sólo por lo que promete sino por la influencia que ejerce en la economía mundial y el poder omnipresente que ha tenido para determinar la naturaleza política a su antojo y 9 adaptarla a sus necesidades y arbitrariedad; por ejemplo, haciéndonos creer que la intervención del gobierno generalmente no funciona y no alcanza a satisfacer las necesidades de los ciudadanos y que el mercado privado lo logra la mayoría de las veces, justificando así la necesidad de permitir deliberadamente la participación de la iniciativa privada, sobre todo internacional, pasando la propiedad del estado a manos de pequeños grupos de presión y poder. Una de las más grandes consecuencias de estas acciones es “el deterioro acelerado del denominado Estado de Bienestar” (Pérez:1999:85), en donde todos aquellos logros alcanzados históricamente por los países socialdemócratas se ven seriamente amenazados. En este sentido, se ha confirmado con el tiempo y con la experiencia, el fracaso del Estado en cuanto al cumplimiento de sus metas, o de las metas que plantea un Estado de Bienestar, ya que el intercambio voluntario de bienes y servicios en el mercado privado satisface mucho más eficientemente las demandas de la sociedad, que rebasa, por mucho, las posibilidades que el gobierno tenga para poder hacerlo. De este modo, las características que constituyen el Estado Bienestar, las cuales han sido definidas por Angulo (citado en Pérez:1999:85) como: la regulación del mercado, la posibilidad de mantener un pleno empleo, una economía activa, la provisión pública de servicios universales como sanidad, educación, vivienda, desempleo, pensiones, ayudas familiares y protección social, así como el sostenimiento de un nivel mínimo de vida e igualdad de oportunidades, obligan a las instituciones públicas destinadas a garantizar estos servicios a someterse a las avasalladoras presiones y exigencias de la ideología Neoliberal y el modelo económico de la Globalización. Así, el neoliberalismo viene a ser el pensamiento que establece que brindar libertad a todos los participantes del mercado a invertir en los asuntos públicos, facilitar la privatización de los mismos y restringir la participación del Estado y su 10 capacidad de autonomía para tomar decisiones a nivel local y nacional en la economía es el sistema económico más idóneo y conveniente y, por lo tanto, lo debemos aceptar, de ahí que términos como desregulación, descentralización, desconcentración, privatización, flexibilidad, etc., serán los que mejor lo describan. Esta ideología domina actualmente a casi todas las políticas de la economía mundial, que innegablemente repercuten en el sector educativo y desde ella se podrán escuchar un sinfín de discursos oficiales, cuyo principal objetivo será persuadir a la sociedad de la ventaja de adoptarla. “Se elabora todo un discurso de pseudo justificación en el que el juego con la ambigüedad semántica es el principal instrumento de persuasión y propaganda” (Pérez:1999:131), pero la globalización para nada persigue un objetivo benéfico para todos, por el contrario, supone la generalización de las condiciones sociales más carentes y de escasez. Al respecto, se está generando una verdadera confrontación de ideas que tratan de justificar la situación nacional e internacional actual bajo el argumento de que todas las personas tienen las mismas oportunidades y, sin embargo, se presentan por otro lado las ideas que rechazan cualquier posibilidad de inserción ventajosa en el amplio y variado mundo laboral. Siguiendo a Pérez (1999:87) “La manifestación más aguda y grave de esta (…) política económica es la desregulación del mercado laboral y del incremento sostenido del paro y de la precarización del empleo en aras de la competencia internacional en favor del beneficio capital”. Sumado a todo lo anterior, los fundamentos que conforman la ideología Neoliberal se manifiestan también en la sumisión de la sociedad hacia las fuerzas hegemónicas, las cuales consideran toda lucha en defensa de los derechos de ésta como actos de desacato, rebelión, insubordinación, etc., contra un sistema que parece ser benefactor, imparcial y universal, al menos en apariencia. 11 Esta compleja situación mundial nos impide pensar y actuar desde la racionalidad crítica si para empezar, somos incapaces de comprenderla, no digamos que en su plenitud, pero al menos darnos cuenta, abrir los ojos ante sus consecuencias, sus efectos, sus derivaciones e implicaciones en todos los estratos y esferas sociales; impulsando, en su lugar, cualquier actividad irracional, absurda, ilógica, pero más lamentablemente, inhumana. En efecto, tanto el neoliberalismo como ideología, como la globalización como modelo económico incluyen una tendencia de reordenamiento social bajo el sostenimiento de ideas, tales como: la importancia del individuo, el profesionalismo, la eficacia, y en un nivel macro, el papel ilimitado y el valor, imposible de calcular, del mercado libre, entre otras no menos importantes y de influencia clave para la continuidad y estabilidad de los mismos. Bajo este esquema, la sociedad neoliberal ha perdido de vista que los actos que se llevan a cabo en sus entrañas son actos humanos, morales; es decir, que se eligen libremente y por lo tanto, de los que se debe ser responsable. En este sentido, y utilizando el lenguaje de los discursos oficiales que se nos presentan habitualmente, si tales conceptos, globalización y neoliberalismo, surgen con la idea de la modernidad, o mejor dicho, posterior a la idea de la modernidad (cfr. Vitale:1998 y Juárez:2007), muchos de sus efectos corrompen los que deberían ser sus “verdaderos” objetivos, en la medida en que ésta (la modernidad) se manifestó también en una nueva cultura, en el pensamiento libre, en una racionalidad crítica, la libertad de elección, la universalidad de los derechos, etc. De esta manera, el éxito de la globalización en cuanto a modelo económico, no sólo no comulga con dichos objetivos, sino que además los obstaculiza. Entonces, si las características que lleva consigo esta etapa de modernidad no están presentes en la actualidad, es incongruente incluir este concepto en los discursos que se difunden cada vez con más fuerza. No obstante lo anterior, eso no significa renunciar ni olvidar los principios y las metas alcanzadas en ella, por 12 el contrario, es necesario hacer énfasis en la necesidad de llevar a cabo análisis y estudios que puedan satisfacer nuestra exigencia de saber lo que está en nuestras manos hacer, impulsando análisis y estudios sobre el tema, desde diferentes perspectivas, entre ellas la educativa. Respecto de los efectos que este modelo ha tenido mundialmente, éstos podrían ser abordados desde cualquier estrato o esfera social, desde cualquier ámbito que pueda pensarse; educativo, económico, cultural, político o social; y desde el que elijamos podremos dar cuenta de que el impacto no es, en alguna medida, compatible con lo que se nos dice en los medios de comunicación altamente concurridos, los más comunes, los medios informativos que están al alcance de todos. Por poner algún ejemplo, y aprovechando el trabajo realizado por Barone (1998:11-12) quien en su investigación los designa con el nombre de “políticas principalesdel neoliberalismo” y los aborda desde los ámbitos económico e ideológico, podemos comenzar a enlistarlos de la siguiente manera: En lo económico: • Libertad de mercados reduciendo la reglamentación e intervención del estado al mínimo. • Desregulación del mercado financiero, contribuyendo al abandono de criterios de sustentabilidad ecológicos bajo nuevos criterios de rentabilidad. • Monopolios estatales y privatización o liquidación de los servicios públicos. • Reducción de inversiones estatales en los sectores salud, educación y seguridad. • Represión de los salarios en busca de competitividad internacional para aumentar la ganancia del capital. • Aumento de impuestos sobre el consumo y promoción de políticas del gobierno atractivas para el capital financiero internacional. • Promoción de la exportación. 13 En lo ideológico: • Conquistas de los trabajadores, sobre todo el sector obrero y la comercialización de sus derechos. • Se convierten los bienes y servicios que debe brindar el Estado en meros productos a ser adquiridos por los individuos en el mercado. • La educación, la seguridad y la salud dejan de ser derechos de los individuos y se convierten en mercancías. • Se relaciona a las actividades del Estado con conceptos como ineficiencia, ineficacia y corrupción y al mercado privado con lo eficiente y de buena calidad. • Se impone un “sentido común” dictado por la lógica neoliberal, con un fuerte impacto y penetración en las masas. • Influencia e incidencia de los medios de comunicación con la reproducción de discursos disfrazados por los grupos hegemónicos para mantener a la sociedad al margen de la situación actual del país. • Se desarrolla el consumismo virtual a través de medios como la televisión y el internet, cuyo carácter simbólico no disminuye la capacidad de legitimar la ideología neoliberal como único sistema de vida. • Alienación absoluta de los discursos en forma y contenido, tanto en lo económico, político, social, cultural y educativo. • Se caracteriza como utópica, ilusoria o fantasiosa a toda organización social diferente o alternativa, reprimiéndoseles mediante el uso de la fuerza. Con respecto al último punto, y a pesar de que es una de las principales características del modelo vigente, hemos de discrepar con esta idea toda vez que, si bien es cierto, existe una represión social hacia estos grupos, también lo es que las ideas y políticas de la hegemonía Neoliberal se encuentran en la actualidad a la defensiva y recelando sus intereses, pues este tipo de 14 movimientos no sólo crecen en número, sino también en estructura y organización (Borón, 2004: http://www.rebelion.org/noticias/2004/8/3948.pdf). En este sentido, no podemos ignorar los innumerables movimientos sociales que han surgido en contra de los sistemas políticos y económicos neoliberales a lo largo de la historia de muchos países, no sólo en América Latina, sino en todos los rincones del planeta. Así, por ejemplo, podemos mencionar en México algunos movimientos dirigidos y encabezados por sectores de la sociedad como estudiantes, obreros, campesinos, indígenas, inclusive, la clase media. A este respecto, cabe mencionar que la juventud, en su calidad de estudiantes, trabajadores, desempleados o empleados y cualquiera que sea su posición social, constituyen el sector de la sociedad que más participación ha tenido en estos movimientos, siendo su principal interés la defensa de los derechos humanos, la igualdad, la fraternidad, la solidaridad, entre otras cosas; pero lo que más destaca es la clase estudiantil en busca de una formación profesional que cumpla con ciertas características para satisfacer sus necesidades personales, profesionales pero también sociales. De esta manera, los jóvenes son los principales actores que más rechazan las políticas del modelo económico vigente por su corrupción, por su falsedad, por su arbitrariedad, falta de ética y la carencia de un proyecto social firme y sólido, y sumado a ello por la indiferencia que los gobiernos neoliberales muestran ante los principales problemas que aquejan a las sociedades: pobreza, educación, salud, el daño al medio ambiente y la pérdida de valores y principios morales. Parece irónico pensar que este sector social, el de los jóvenes, siendo éstos los que atraviesan por procesos de desarrollo humano de complejas características y quienes, en apariencia, tienen otros intereses, otras preocupaciones, otras distracciones, sean los que mayor conciencia política y madurez ciudadana demuestran tener. 15 Aunque el efecto de dichos movimientos sociales, como sea que éstos se encuentren conformados, no ha tenido un fuerte impacto en el terreno de los hechos, que no así en el de los discursos, no podemos despreciar la loable tarea que llevan sobre sus hombros, ya que aún en el más blando terreno, el cambio, por muy pequeño que éste sea, es también muy significativo (Borón:2004). Este aspecto se ha ido reflejando claramente en las sociedades actuales y después de poner especial atención a la génesis de estos movimientos y, por supuesto, a sus fines, podemos decir, de la misma manera que lo sostienen diversos autores (Borón:2004, Torres:2001 y Vitale:1998) que quizá nos encontramos ante el principio del desfallecimiento de esta ideología neoliberal. No obstante tal desfallecimiento, que aunque es lento es progresivo, se está dando sólo en los ámbitos sociales y culturales, en la conciencia ciudadana, en nuestra capacidad crítica y no en los terrenos políticos y económicos, todavía. Pensamos en la posibilidad de existencia de una posición mediadora de las ideas anteriormente planteadas que pueda demostrar que las fortalezas y debilidades de la globalización y el neoliberalismo dependen no sólo de la unión de fuerzas en los planos económicos o políticos, sino también de las transformaciones en las estructuras sociales que se lleven a cabo en el interior de las menos desarrolladas, con la participación crítica y reflexiva de los ciudadanos. Dichas transformaciones sociales pueden ser pensadas desde el sector educativo, por lo que las instituciones escolares deben organizar y planear estratégicamente su intervención. Es de fundamental importancia, si creemos que las instituciones escolares y más específicamente las instituciones de educación superior, pueden y deben adoptar este compromiso con la sociedad, no perder de vista los momentos por los cuales éstas han tenido que transitar con lo que respecta a las oportunidades para su desarrollo y en esta misma reflexión, no podemos olvidar la influencia y la 16 participación que los organismos multilaterales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, por mencionar algunos, han tenido para la preservación y conservación de un “statu quo” represor desde los sistemas educativos de cada país, ya lo dice Torres (2001:21) Este tipo de organismos mundialistas (el FMI, la OCDE, el Banco Mundial, la OMC), con el apoyo de las grandes empresas multinacionales, son el verdadero cerebro de las políticas neoliberales, (...). Es el control de los recursos financieros que tienen en sus manos lo que les permite dirigir la línea de pensamiento de la inmensa mayoría de los medios de comunicación de masas, el control de las publicaciones de numerosas editoriales, ejercer con autoridad en los partidos políticos en el gobierno sobre la base de créditos y “donaciones” para sus campañas, influir notoriamente en el trabajo de instituciones de formación e incluso instituciones educativas, en especial en las universitarias a través de la concesión de subvenciones económicas para la promoción de determinadas líneas de investigación. Quienes nos encontramos inmersos en la problemática educativa, no podemos mostrarnos indiferentes, muchomenos ignorantes, al hecho de que estos organismos multilaterales, al buscar una supuesta consolidación de ideologías y prácticas que favorezcan y fortalezcan su presencia frente al mundo, involucran una serie de elementos y políticas que se encargan de generar un impacto en las posibilidades de formación profesional de los individuos y que son quienes, al sostener en sus discursos, concepciones dominantes acordes con sus intereses tales como modernización, vanguardia, progreso, desarrollo, evolución, etc., y estar al día con las necesidades mundiales en cuanto a la apropiación del conocimiento, delimitan las características que deben poseer los estudiantes de cualquier formación profesional para ser un individuo competitivo que pueda colocarse fácilmente en un espacio laboral. 17 Actualmente, no nos parecería raro escuchar hablar de la formación profesional de los estudiantes como una “formación sustentable” que no sólo incluye aquello que se pueda apreciar como prueba de sus conocimientos, sino que además ese conjunto de aprendizajes tienda a aportar al aparato social para el beneficio económico de estas organizaciones, sin importar las condiciones sociales, políticas, culturales ni de los individuos ni de los países en su especificidad a los que se pretende llegar con esta idea atentando contra su desarrollo. Por el contrario y una vez haciendo esta comparación figurativamente1, deberíamos apelar por una “formación sostenible” mediante la cual se satisfagan las necesidades económicas, políticas, sociales y culturales de las actuales generaciones de profesionales, tanto individual como socialmente, sin detrimento de las posibilidades y oportunidades que los futuros profesionistas puedan tener. Entonces, cabe realizarnos la siguiente pregunta: ¿Sobre quiénes recae todo este trasfondo de discursos oficiales oportunistas y políticas educativas ambiciosas y materialistas? En efecto, son los estudiantes, docentes, personal administrativo, y directivos quienes encabezan la lista, llegando finalmente a la sociedad completa de un país. Es por esta razón que nos interesa saber cómo y de qué manera estos discursos públicos y formales se han ido integrando hasta convertirse en políticas que 1 Los conceptos “sustentable” y “sostenible” son términos utilizados comúnmente aliados a otros como vivienda, desarrollo urbano, desarrollo rural, industria, etc., Por otra parte, en materia educativa se escucha hablar de expresiones como “educación para la sustentabilidad” o “escuelas sustentables” o “educación para un desarrollo sostenible”, sin embargo, estos términos están más estrechamente ligados a la economía o la ecología en el contexto social, cultura, político y económico que estamos viviendo. Partiendo de la premisa de que el contexto permea también la esfera educativa, es natural que se adapten estos términos a discursos educativos. No obstante, la comparación que aquí yo hago parte de las definiciones que tales conceptos adquieren desde su particularidad asociados después a una formación profesional en un marco globalizador, motivo por el cual, tal comparación figurativa puede estar rayando en el equívoco, o no. Aún bajo estas circunstancias me he permitido llevarla a cabo con una serie de argumentos que el contexto de este discurso y mi formación profesional me han provisto. Cabe aclarar que entorno a estos conceptos en materia de economía, de política o medio ambiente, se ha generado un debate que pretende apelar por cuál debería de ser aquel que se debe adoptar, de ahí que aplica también aquí tal discusión. 18 cambian el proyecto social de todo un país, en especial, el impacto que tienen en el terreno educativo para poder mirar desde ahí las contribuciones que hacen para la redefinición de Planes y Programas de Estudio y de Perfiles de Egreso en las Instituciones de Educación Superior, así como de la pertinencia de éstos y de los egresados de las universidades en el campo profesional y el mercado laboral que se plantean en los proyectos curriculares. Este análisis nos permitirá examinar las consecuencias del neoliberalismo como ideología dominante y de la globalización como modelo económico para el sistema educativo y sus implicaciones en la política educativa, especialmente en lo que se refiere a la Universidad Pedagógica Nacional. 1.2 Políticas Educativas Internacionales. Una paradoja para el Sistema Educativo Mexicano El desarrollo educativo de nuestras sociedades, a partir de finales del siglo pasado, se ha caracterizado por la formulación de políticas educativas orientadas a alcanzar metas específicas de cobertura y retención de los sistemas educativos, la prestación de servicios que disminuyan las desigualdades y favorezcan el mejoramiento de la calidad en aras de desarrollar la competitividad. No obstante, en palabras de Pérez (1999:129) […] las propuestas e iniciativas de reforma del sistema escolar no se encuentran motivadas tanto por la conciencia de las insuficiencias cualitativas del sistema, por su incapacidad para facilitar el desarrollo educativo de ciudadanos autónomos, como por las exigencias imperiosas e insoslayables de la economía de libre mercado. Por ello, es indispensable realizar el análisis sobre las exigencias que la sociedad moderna y esta economía de libre mercado están planteando al sistema educativo en general y a la educación superior en particular. 19 El desarrollo industrial, entre muchos otros factores, ha sido el principal acontecimiento que ha marcado el proceso educativo en México. El Sistema Educativo Nacional ha sufrido, a lo largo de su historia, numerosos cambios y reestructuraciones y ha emitido, en consecuencia, diversas disposiciones para cada nivel educativo que lo conforma. Las instituciones educativas existentes y las de nueva creación, han debido modificar sus planes y programas, en función de la concepción de educación que se tiene actualmente y han definido las acciones a llevar a cabo para lograr las diferentes metas y objetivos que en ellos se plantean. Así, podemos enlistar algunos de esos proyectos que se pusieron en marcha con múltiples objetivos, primordialmente los relacionados con la calidad, la equidad y la cobertura, por ejemplo: El Plan Nacional para la Expansión y la Mejora de la Enseñanza Primaria en 1958, la creación de la Comisión Nacional de Planeamiento Integral de la Educación en 1965, La Reforma Educativa realizada en el sexenio 1976-1982, el Plan Nacional de Educación en 1977, el Programa para la Modernización Educativa en el sexenio 1988-1994, mismo en el que México comenzó a formar parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) en 1992, el Programa de Desarrollo Educativo, el Programa Nacional de Actualización de los Maestros, la Reforma del Artículo 3° Constitucional en 1993, entre otros no menos importantes derivados del ANMEB y retomados en periodos posteriores, para ampliar información, véase el trabajo de Villalpando (2009). Analizando la lista anterior, podemos dar cuenta de que los principales problemas que ha tratado de resolver el Sistema Educativo Nacional coinciden con el aumento de la cobertura, la adecuación de la educación a las necesidades, intereses y capacidades de la población, la disminución del nivel de deserción y 20 reprobación, el aumento de la eficiencia terminal, la mejora de la equidad y, sobre todo, elevar la calidad de vida. Ahora bien, si nos detenemos un poco a mirar el contexto mundial en el que estos proyectos se fueron construyendo, podremos observar que han ido acorde con los modelos económicos, de producción e ideológicos que han imperado globalmente (Torres:2000); así, por ejemplo,en el sexenio que comprende de 1982-1988, el primer gobierno neoliberal en México, los discursos oficiales giraban en torno al término “calidad” mismo que se utilizaba en el modelo de producción toyotista, caracterizado por la eliminación de los recursos sobrantes, al considerarlos como un despilfarro y la implantación de la producción ligera, reducida ésta a las funciones, los equipos y el personal estrictamente requeridos para satisfacer la demanda diaria o semanal (cfr. Torres:2001); posteriormente, en el sexenio 1988- 1994, donde se hizo énfasis en la precarización del Estado de Bienestar y al mismo tiempo al imperar profundamente la ideología neoliberal, la característica principal de la política educativa fue la de “modernización”, en donde ya se hablaba de proporcionar el conjunto de conocimientos, habilidades, capacidades y destrezas necesarios para el desenvolvimiento del individuo para que se adecuara eficazmente a su propio desarrollo y al progreso del país (SEP: Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educción Básica). Y como los ejemplos anteriores podríamos seguir enumerando muchos otros; sin embargo, el punto al que queremos llegar es a que, de acuerdo con Torres (2000:25) “los sistemas educativos [y por lo tanto sus reformas] no acostumbran a permanecer indiferentes ante los cambios en los modos de producción y modelos empresariales”. Es él mismo quien establece los símiles entre los modelos de producción y la estrecha relación con los sistemas educativos, haciendo la interesante comparación del modelo de producción taylorista, en donde desde su interpretación, unas personas pasan a ser las que piensan y deciden y otras las 21 que obedecen, esto en el terreno educativo, según su comparación, equivale a que “ni el profesor ni el alumnado puedan participar en los procesos de reflexión crítica sobre la realidad” (Torres: 2000:17), y lo que realmente se aprende en las instituciones son las capacidades relacionadas con la obediencia y la sumisión hacia la autoridad, lo que ha derivado en el inconformismo por parte de la comunidad docente y estudiantil de las instituciones educativas. Por su parte, el modelo de producción fordista se traduce en una filosofía en la que lo menos importante son las necesidades e intereses de las personas, los puestos de trabajo, en su mayoría, pueden ser desempeñados fácilmente por cualquier persona y sin necesidad de una formación especializada, lo anterior es equiparable, en el terreno educativo, a la aparición de un gran número de individuos carentes de iniciativa y sin posibilidades de realizar propuestas y, además, los alumnos adoptan como estrategia de sobrevivencia en las escuelas, la acumulación de contenidos que no se relacionan entre sí, descontextualizados y en donde al final, lo verdaderamente importante son las calificaciones, de la misma manera que para los trabajadores sus salarios. De igual forma, podemos pensar que las actividades que se realizan bajo el modelo toyotista han ido dejando huella también en el Sistema Educativo. Cada modelo, mientras se encuentra vigente, requiere de la formación de individuos que cuenten con ciertas capacidades, conocimientos, habilidades y valores que se adapten a sus necesidades y es en este terreno donde las instituciones escolares tienen mucho que decir, para efectos de este trabajo se pone énfasis en las Instituciones de Educación Superior encargadas de la formación profesional de los individuos. Ahora bien, pensando positivamente y siguiendo la reflexión que viene manejando Torres (2000), si las dificultades y problemas de los modos de producción se han ido resolviendo paulatinamente con el reemplazo de un modelo de producción por otro que se adapte a las nuevas necesidades y requerimientos de las sociedades 22 y después, con otro tipo de adaptaciones que complementen dichos cambios, es posible pensar que lo mismo ocurra con el Sistema Educativo. Los ejemplos anteriores nos parecen importantes en la medida en que el Sistema Educativo Mexicano se ha visto involucrado en una lógica semejante, de tal manera que hoy en día, al igual que en la mayoría de los países que actúan al compás que El Neoliberalismo y La Globalización tocan, se ha introducido en él el “favorecimiento del credencialismo y de la excelencia competitiva” (Torres:2001:145-148). De ahí que todas aquellas reformas y proyectos, cobran sentido si tenemos en cuenta la relación tan estrecha que existe entre las esferas económica y educativa. Desde cualquier concepción que se tenga de calidad, modernización o desarrollo, estos elementos han sido el eje articulador de todo el engranaje de las Políticas Educativas Nacionales e Internacionales en la historia del Sistema Educativo Mexicano, que asociados con los logros de aprendizajes y el desarrollo de competencias, hacen que volteemos la mirada hacia la misión de las instituciones escolares y también, de manera obligada, a aquella articulación pedagógica en la que se sustentan para promover el desarrollo de los individuos. Sin embargo, analizando nuestro contexto actual y nuestra realidad educativa, a pesar de que los vertiginosos cambios mundiales exijan una especial atención a la formación y aprendizajes en materia científica y tecnológica para favorecer y acelerar la productividad y el desarrollo económico tan necesarios para los países subdesarrollados y mediante ellos aumentar las posibilidades de las familias mexicanas para mejorar su calidad de vida, el problema del Sistema Educativo no sólo se limita a la calidad en el nivel de conocimientos, ni cuántos de ellos estén orientados a esta esfera de conocimiento, pues la única certeza de que sean éstas las que brinden mayores oportunidades, no va más allá de algunos salarios muy buenos que ganan quienes se especializan en ellos. 23 Ahora bien, esta visión reduccionista en los planes y programas de estudio dotados de una racionalidad puramente instrumental, deja a las instituciones escolares, a los docentes y a los estudiantes frente a problemas de mayor preocupación. Cuestiones como la obtención de habilidades cognoscitivas indispensables para adquirir, organizar, transformar y aplicar dichos conocimientos se han dejado de lado tanto en la teoría como en la práctica, porque el mayor interés se centra en dotar a los estudiantes de conocimientos y herramientas específicos para desempeñar sólo ciertas actividades y además los modelos curriculares vuelven a orientarse por un conjunto de aprendizajes esperados que no son más que conductas observables. Estas “nuevas” propuestas pedagógicas que traen consigo, por ejemplo, el modelo curricular por competencias, son similares a las ya superadas en años pasados, en donde el problema no es realmente el enfoque, sino que éste sea utilizado para respaldar aquellos objetivos que se pretenden alcanzar y en consecuencia, carezca de una fundamentación pedagógica que sostenga en teoría y práctica la acción educativa que se está llevando a cabo. Como sostiene Cuevas (Navarro:2001:187) “estos planes y programas de estudio, lejos de ser herramientas orientadoras para el trabajo docente, se pueden convertir en materiales sin sentido”. Sumado a lo anterior, las cuestiones relacionadas con la cobertura, la calidad de la enseñanza, la formulación de políticas educativas realizadas por economistas para ser aplicadas por los docentes, la escasa participación social, el deficiente financiamiento y todavía más grave, la incapacidad y falta de responsabilidad para hacer un uso correcto de los recursos con los que se cuentan, son los mismos problemas de los que se hablaba desde las primeras reformas, desde los primeros proyectos que se crearon para mejorar la calidad educativa. 24 Con base a lo anterior, podemos afirmar que los problemasque sigue enfrentando la educación en México están directamente relacionados con la “modernización”, la misma que se planteaba desde los años 80, ¿qué es entonces lo que ha estado ocurriendo con todos esos discursos donde se han planteado estas necesidades por transformar nuestro Sistema Educativo? Cuando se piensa en la creación de reformas y políticas educativas, es necesario partir de realidades: social, económica, política, cultural, y la misma realidad educativa del país, dejando de lado las comparaciones con los índices de desarrollo de otros países con diversas características. Asimismo, es preciso que estas acciones no se reduzcan a visiones tan simplistas de carácter técnico-instrumental y económico, y entonces sí, podemos pensar que las políticas educativas cobren sentido desde la “modernización”. De lo contrario, estas últimas dejarán de ocupar la tarea orientadora en la toma de decisiones y se convertirán en un instrumento más de las demandas del mercado. De acuerdo con Pérez (1999), para entender la importancia de las interacciones que se llevan a cabo en los contextos escolares, es indispensable comprender cuáles son las características de estas instituciones sociales en relación con las disposiciones en materia de política educativa. Ahora bien, no podemos hablar de Política Educativa sin mencionar la participación de los Organismos Internacionales (OI) desde donde son pensadas bastantes de ellas y señaladas después a cada país como “recomendaciones”. 1.2.1 BM, FMI, OCDE, UNESCO De acuerdo con Torres (2000:18) fue “a partir de los años ochenta, (…), [que] las élites políticas, económicas y militares norteamericanas optaron por obligar al 25 resto del mundo a moverse a su ritmo”. Es entonces en este momento cuando cobran vida una serie de organismos cuya finalidad es la de coordinar una reconstrucción social y económica mundial; entre estos organismos surgen el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Estas dos instituciones son las que están desempeñando el papel más importante en la restricción del poder de los Estados. La expresión “organismo” (cfr. Diccionario de la Real Academia Española:2001:1631) se refiere a las agencias públicas o privadas, creadas y sostenidas por los diversos países que, mediante la emisión de leyes se ocupan de funciones de interés general. No perdamos de vista que los organismos de los que aquí hablamos han tenido una gran responsabilidad en lo que respecta al desarrollo de la educación, no se pueden considerar unidireccionales y, además, es necesario tomar en cuenta que no apuntan a entidades con características comunes; otro de los puntos por los cuales es importante su revisión. Es desde estos organismos que se llevan a cabo acciones impuestas a los países, tales como la restricción del gasto público, congelaciones y reducciones de salarios, la flexibilización del mercado de trabajo para realizar contrataciones precarias de trabajadores, entre muchas otras. Teniendo en consideración las diferencias que existen entre estos organismos; es decir, entre aquellos que otorgan financiamientos a proyectos y los que, por otra parte realizan estudios y recomendaciones, podemos decir que los Organismos Internacionales más interesados en la problemática educativa son: El BM, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), El FMI y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Habrá que plantear la necesidad de mirar el surgimiento y el trayecto histórico de ellos si lo que se pretende es encontrar las contradicciones que establecen en sus 26 reformas, leyes, discursos y planteamientos, pues no es despreciable el hecho de que también han atravesado por diversas redefiniciones que los hacen objeto de estudio. El BM el principal organismo financiero del que surge el FMI; cabe señalar que se trata de dos organizaciones independientes dentro de un mismo sistema. Una de sus principales “tareas” es la de otorgar créditos para apoyar programas educativos en diferentes niveles en los 188 países miembros de esta organización (cfr. pagina oficial del BM) canalizar los fondos económicos privados a programas y proyectos que se pretendan poner en marcha en el mundo, favoreciendo el desarrollo; de esta manera, esas inversiones pueden darse en materia de salud, pobreza, educación, infraestructura y medio ambiente. Es importante recordar que este organismo, dentro de sus múltiples tareas, es también productor de estudios y documentos sobre política educativa, que tiene como tema principal el conocimiento y su vínculo con el desarrollo. Las principales preocupaciones del BM sobre los niveles educativos son, en general, el acceso, la equidad, la calidad, la administración de recursos, la internacionalización, el financiamiento y la eficiencia interna, además de una creciente preocupación por el aprendizaje y la educación en un contexto de globalización y competencias. La educación es un tema importante de ineludible atención para esta organización y, en México, una gran cantidad de proyectos financiados corresponden a este sector, enfocándose primordialmente en los niveles básico y superior, al implementar en ellos criterios economicistas y de mercado como eficiencia y competitividad. No obstante lo anterior, las más importantes reformas y proyectos que buscan una mayor competitividad económica, financiados por este organismo, recaen en 27 el nivel básico y no con el mismo peso en la Educación Superior, cuando en la actualidad, el mercado laboral y el sector productivo exigen, al menos, 12 años de escolaridad, una gran contradicción si lo que se pretende es generar y lograr un mayor desarrollo económico. Por otro lado, echemos una mirada a las propuestas del BM dirigidas a los diferentes niveles que componen el Sistema Educativo; de acuerdo con Alaníz (1995:9-11), éstas se caracterizan de la siguiente manera: Para la educación básica: Flexibilidad Autonomía Escolar Rendición de cuentas Establecer sistemas de Evaluación Para la educación media recomienda: Transitar de la educación básica hacia la educación media Promover la certificación de destrezas a nivel técnico Hacer énfasis en la formación incrementar la productividad Mejorar las habilidades técnicas de la fuerza laboral Ampliar la cobertura Establecer un bachillerato nacional Para la educación superior únicamente plantea como principal reto la integración de la economía del conocimiento. La anterior recomendación del BM para la Educación Superior tiene como sustento el hecho de que los empleadores actualmente no buscan un dominio teórico en los egresados de las universidades, sino las habilidades y destrezas 28 con que éstos cuenten para procesar nueva información y además argumenta que las Instituciones de Educación Superior (IES) se escudan bajo su carácter de autonomía para liberarse de las presiones del mercado, olvidando que “El desarrollo institucional se encuentra ligado íntimamente al desarrollo humano y profesional de las personas que viven la institución y viceversa, la evolución personal y profesional provoca el desarrollo institucional” (Pérez:1999:128). Otro aspecto destacable sobre este organismo es que si no se cubren las condiciones que establece para el desarrollo de cada proyecto financiado en México, impone serias sanciones a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), instancia donde se realizan los contratos, y es aquí donde encontramos una contradicción más, pues la responsable de la creación e implementación de proyectos educativos es también la SHCP y no especialistas en materia educativa, lo que a su vez implica que las reformas se orienten más al ejerciciode los recursos que a las prioridades educativas. Por su parte, la UNESCO, de acuerdo con su página oficial, trabaja bajo los principios de igualdad de oportunidades educativas, el libre intercambio de ideas y conocimiento, la no restricción, etc., y su principal propósito es el de “contribuir a la consolidación de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información”, centrando sus prioridades en: África. La igualdad entre hombres y mujeres. Lograr la educación de calidad para todos y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Movilizar el conocimiento científico y las políticas relativas a la ciencia con miras al desarrollo sostenible. Abordar los nuevos problemas éticos y sociales. Promover la diversidad cultural, el diálogo intercultural y una cultura de paz. 29 Construir sociedades del conocimiento integradoras recurriendo a la información y la comunicación (cfr. página oficial). Lo anterior nos da pauta para afirmar que, en medio del actual contexto globalizador, este organismo aún posee una visión humanista y social de la educación, a diferencia del resto que sólo ponen de manifiesto un interés primordialmente económico. Entre sus actividades se encuentran la realización de estudios sobre los avances, transferencias e intercambios del conocimiento, así como de cooperación cívica e intercambio especializado de información. Este organismo únicamente emite recomendaciones a los países que forman parte de él, no financia proyectos, a excepción de aquellos que se generan en su interior. La educación es una de las principales esferas de la UNESCO y este sector tiene por cometido “contribuir a la construcción de un mundo sostenible de sociedades justas, que valoren el conocimiento, promuevan la paz, ensalcen la diversidad y defiendan los derechos humanos mediante la Educación para Todos” (UNESCO: http://www.unesco.org/education/educprog/wche/declaration_spa.htm), mientras que su misión se plantea de la siguiente manera: Asumir un liderazgo internacional en la creación de sociedades del aprendizaje que otorguen oportunidades de educación a toda la población. Entregar conocimientos especializados y fomentar la creación de alianzas encaminadas a fortalecer el liderazgo y la capacidad nacional para ofrecer una educación de calidad para todos. El trabajo de la UNESCO es el de un líder intelectual, un mediador honesto y un centro de intercambio de ideas, que busca impulsar el avance, tanto de los países como de la comunidad internacional en la consecución de estos objetivos, 30 facilitando el desarrollo de alianzas y contribuyendo a monitorear el avance de la educación, en particular, a través de publicaciones anuales. Este organismo señala en su Declaración Mundial Sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción de 1998, que no se cuenta con IES que posean características adecuadas para crear personas capacitadas y cultas y que es por medio del intercambio de conocimientos, la cooperación internacional y las tecnologías, que se podrá alcanzar y brindar la calidad y la pertinencia. Las anteriores acciones exigen, según la UNESCO, la participación del gobierno y de cada sistema de educación, así como de todas las partes interesadas. A su vez, en el apartado “Misiones y Funciones de la Educación Superior” del documento anteriormente citado, proclama 17 artículos a los que todas las IES deberán responder para alcanzar las metas planteadas con antelación. Lo anterior permite situar a los estudiantes, cualquiera que sea el nivel de estudios del que se hable, en el primer plano de sus preocupaciones; no obstante, preocupa la situación de tener que responder a todas las necesidades que este organismo plantea en términos de educación y al mismo tiempo tener que responder las demandas de organismos como el BM o el FMI. Es de relevancia mencionar que algunas publicaciones que la UNESCO ha realizado en materia educativa, giran en torno a la Política Educativa para la Educación Superior, cuyos ejes principales son la igualdad de género, la diversificación, la promoción, la integración, el mejoramiento de la educación a distancia, la pertinencia, la calidad, el vínculo entre la educación y el desarrollo humano, la equidad y, sobre todo, la eficacia en la aplicación de las reformas educativas, lo que permite corroborar su seria preocupación por mejorar las condiciones de la educación superior a nivel mundial. 31 Pasando a otro organismo, México comenzó a formar parte de los 30 países que conforman la OCDE en 1994, esta institución reúne a los países más industrializados en economía de mercado, tiene como propósito promover la utilización de sus recursos para lograr el desarrollo económico y la estabilidad financiera interna y externa, promover el desarrollo de sus recursos científicos y técnicos, fomentar la investigación y favorecer la formación profesional. Los miembros que conforman la OCDE se ven obligados a consultarse continuamente, efectuar estudios y participar en proyectos aceptados de común acuerdo. Unas de las tareas que lleva a cabo este organismo es la de realizar estudios y formular políticas en muchas esferas económicas y sociales, sin embargo, tampoco otorga financiamiento para llevar a cabo ningún proyecto. Según este organismo, los puntos de mayor interés en torno a la educación superior son: la transición entre la educación superior y el empleo, la solución de problemas concernientes a la educación media superior, basándola en el conocimiento real, efectivo y cualitativo de conocimientos; y la reducción de los recursos económicos que se emplean en la educación superior2. Cabe señalar que, al mismo tiempo que se realizan las anteriores apreciaciones sobre la educación superior, este organismo también plantea, con carácter de urgente, la necesidad de implementar duros estándares de evaluación y enfocar el sistema educativo a la obtención de resultados que sean medibles y pertinentes; si bien es cierto, estas recomendaciones han conducido al gobierno a una participación más activa, también presentan bastantes discrepancias. 2 La lista aquí presentada fue extraída de la página web: http://www.eumed.net/libros- gratis/2010a/634/politicas%20educativas%20de%20los%20organismos%20internacionales.htm, sin embargo, no fue posible encontrar la referencia directa que este documento plantea. 32 Una vez planteada la influencia que los organismos internacionales tienen en la política educativa, es necesario preguntarnos cuán pertinentes son para los objetivos nacionales que se buscan; es decir, en teoría, los discursos que se emiten desde dichos organismos buscan las mismas condiciones para todos los países, pero pierden de vista que no todos cuentan con las mismas características y posibilidades para implementarlas y obtener los mismos resultados. Aunque los numerosos análisis que se han llevado a cabo sobre política educativa y su relación con los organismos internacionales han dado cuenta de lo insuficientes que todas sus propuestas han sido para el cumplimiento de los objetivos que ellos mismos plantean, estas reflexiones carecen aún de propuestas mejor elaboradas por quienes sí compete realizarlas; esto es, por especialistas en materia educativa que hagan notar que todo lo que han hecho los economistas y políticos no es compatible con el sistema educativo, aunque no debemos olvidar que los gobiernos tienen otros motivos para establecer acciones educativas. Las recomendaciones y políticas emitidas por estos organismos, ya sean específicas o generales, están siendo asumidas sin criterio y sin sentido por el gobiernoMexicano, adquiriendo parte de la responsabilidad de las consecuencias que llevar a cabo estas acciones pueda tener. En otro orden de ideas, hemos estado recibiendo asistencia en materia educativa para reformar todo cuanto sea posible, basada en fundamentos totalmente cuestionables, cuyas propuestas conducen a resultados no concluyentes y más bien objetables, de manera que, por poner algún ejemplo, han ido en crecimiento el número de los alumnos que ahora egresan con alguna formación técnica o profesional y, sin embargo, la insatisfacción del mercado laboral no ha disminuido, el desarrollo económico sólo se percibe en niveles institucionales y no personales y la calidad de vida de los individuos se dirige, cada vez más, a la precariedad. 33 Para comprender qué está pasando en las esferas políticas, culturales, sociales y, por supuesto, en el sistema educativo, es preciso analizar las dinámicas que se están promoviendo desde la esfera económica. No podemos entender las repentinas crisis económicas y sociales del país sin poner atención a las situaciones que está causando el fenómeno globalizador. 1.3 Sociedad-Educación ¿Un binomio (des) alentador? La educación es la columna vertebral de toda sociedad; sin embargo, es triste ver que en la nuestra se le ha dado poca importancia desde niveles “macro”, hasta en el seno de las mismas instituciones educativas. No podemos pensar en la existencia de una buena sociedad sin la existencia de una buena educación, ya que una define a la otra y viceversa. Todos los individuos tenemos el derecho a recibir una buena educación; de hecho, es una de las principales demandas de la sociedad, pero, ¿qué es lo que entendemos por una buena educación? Seguramente si se realizara alguna encuesta que gire en torno a esta pregunta, encontraremos tantas respuestas como individuos haya en la sociedad y, más allá de las diferentes definiciones que podamos encontrar, éstas se pueden homogeneizar si entendemos que, una buena educación depende de aquello que la sociedad quiera conceder a la educación y obtener de ella. La relación entre educación y sociedad está dada en función de muchos elementos: las necesidades de bienestar, la calidad de vida, el desarrollo, el progreso, el crecimiento, la cultura, el mundo del trabajo, la salud, la historia, la economía, la ética, los valores, la familia, la política y también en función de los retos del mundo actual. De ahí, que es imposible dirigir la mirada a la educación sin voltear a mirar a la sociedad, porque la naturaleza de la sociedad se encuentra 34 determinada por la naturaleza de su sistema educativo y esta determinación también es recíproca. A partir de esta estrecha relación, es lógico que en los momentos en los que se inician crisis de cualquier índole, un miedo, por cierto bien fundado, se comienza a apoderar de la estructura social y casi de manera inmediata surgen los discursos oficiales, a propósito, emitidos por las organizaciones arriba trabajadas, que tratan de explicar y justificar todo, recurriendo a lo que tienen más al alcance y aparentemente lejos de su responsabilidad: la educación. No obstante, no es justo ni honesto adjudicar a la educación o al sistema educativo toda la culpa de algo que en ella no se originó, sino que es consecuencia de los actuales modelos ideológico y económico que traen consigo concepciones de sociedades coherentes con su perspectiva economicista y consumista de la vida. La continua pérdida de identidad y la despersonalización de la estructura social ha ido armando un engranaje en el cual las personas que la conforman han perdido su carácter de individuos, se han deshumanizado, han cambiado de una identidad ciudadana a una identidad estereotipada, favoreciendo al enorme organismo económico que lo controla todo. Pero entonces, ¿qué papel juega la educación en este contexto? El conjunto de instituciones educativas puede llegar a ser, dentro de todo el espectro existente, quien juega el papel más importante dentro de la actual reestructuración social y económica. La escuela es uno de los espacios privilegiados, excelente por naturaleza, para la reproducción de ideales economicistas y para la formación de individuos con destrezas mecánicas y técnicas. 35 Así, en la visión que se tiene actualmente del mundo, la escuela debe funcionar como una empresa, semejante a aquellas que ofrecen bienes y servicios, que tienen clientes y que compiten en el mercado: la institución escolar es definida y entendida dentro de una perspectiva empresarial. La formación de ciertas competencias, habilidades y destrezas indispensables, según los OI, para que los individuos estén suficientemente preparados para desempeñarse de una forma competitiva en un selectivo y cada vez más exigente mundo laboral y social, es ofertada cada vez más por la iniciativa privada en materia educativa, tergiversando el papel original que debería desempeñar la institución escolar, reemplazando, manipulando, renovando y además obviando la nueva tarea que ésta debe desempeñar, cambiando consecuentemente los principios e intereses que buscan estudiantes y profesionales como individuos y actores sociales. La situación anteriormente planteada explica los motivos de que todos los OI dediquen numerosos esfuerzos y tiempo a la elaboración de discursos que sostengan, fundamenten y subrayen la ineludible necesidad de emprender reformas educativas, para adecuar a las instituciones escolares a las nuevas demandas económicas y de producción. La visión que estos organismos tienen de las instituciones educativas ha impactado fuertemente en la sociedad, en la medida en la que éstas van a contribuir al desarrollo económico no sólo nacional sino internacional y al favorecimiento de los mercados transnacionales. La tan de moda globalización e internacionalización de los mercados ha podido imponer como motor de vida de los individuos una racionalidad instrumental, técnica, económica y acrítica, que se resume en otorgar valor sólo a aquellas cosas que van a producir beneficios económicos, pasando la parte social y la moral a un segundo plano. 36 Con base en lo anterior, también es posible entender que el carácter de la educación pública quede desplazado por una concepción instrumental, y tal parece que el sistema educativo, desde el nivel de educación básica asume, cada vez con mayor énfasis, planteamientos mercantiles como la capacitación para el trabajo o la capacitación profesional; en otras palabras, busca habilitar sólo para encontrar empleos, de ser posible, bien pagados. Lo anterior se puede constatar con las recomendaciones que el BM hace para este nivel de estudios. Este panorama social trae consigo consecuencias adversas, pero no irreparables. Los individuos que están en edad de obtener una formación profesional y que la buscan, corren el riesgo de reducir el interés por crecer profesionalmente sólo a una necesidad que se guía por una formación con altas posibilidades de ser demandada por los nuevos mercados, y conseguir un puesto de trabajo en el sector privado puede llegar a ser la única meta. Así, de acuerdo con Torres (2001), las IES de carácter público, y por ende, con intereses públicos, acaban siendo absorbidas por el sector privado, convirtiéndolas en las instituciones de formación de mano de obra calificada para el sector empresarial. Pensar la educación en el seno de la sociedad como un bien más que se puede consumir en el mercado, supone promover una mentalidad consumista que se adopta como filosofía de vida, implica acercarse a la tarea educativa pensando como consumidores y no con una conciencia crítica y reflexiva de la acción educativa, siendo lo único importante el valor que una u otra oferta educativa tenga para el mercado laboraly los beneficios que pueda tener cursar determinada carrera profesional. Estos fenómenos de libre mercado y libre competencia, llevados al terreno educativo, están dando lugar a la construcción de un “ser humano” 37 deshumanizado, insensible y dominado. Así lo definen Heap, Hollis, Lyons, Sugden y Weale (1992) citados en Torres (2001:23) quienes plantean dos tipos de personalidad que describen muy bien las conductas que se están promoviendo en la sociedad actual: El homo sociologicus y el homo economicus. El primero de ellos se guía por normas y valores que ha adoptado sin una claridad y conciencia de sus por qués, sin embargo, tampoco siente que necesita saberlos para poder desempeñar un papel en la sociedad; por su parte, el homo economicus se define por una racionalidad instrumental y la búsqueda constante y calculada de beneficios que satisfagan sus necesidades o las de otras personas, pero sabiendo que él también va a obtener ventajas y beneficios. Siguiendo a Torres, no importa cuál sea el modelo que adopten los individuos, uno u otro aceptan de manera implícita las reglas sociales existentes y se adaptan a ellas para tratar de resolver sus exigencias personales y obtener los máximos beneficios individualmente. Ambos representan el triunfo del individualismo y aspiran a la perpetuación de las condiciones sociales existentes, jamás a su transformación. Ante este panorama la educación no es un derecho social sino un bien que se busca conforme a la situación social de los individuos, es decir, sirve como un aparato reproductor de roles sociales. Así, se educa para ser un trabajador, un empleado, un profesional, un erudito, mano de obra especializada, propietario o no propietario, empresarios, obreros, etc. No obstante todo lo anterior, queda algo en lo que debemos confiar. Si bien en líneas anteriores hablamos del sistema educativo y de sus instituciones, no comprometimos a la educación en su sentido más puro, aquel proceso mediante el cual se generan conocimientos, se adquieren valores, costumbres, formas de actuar, aquel que no sólo se produce a través de la palabra, sino de los actos explícitos de quienes se ven inmersos en el fenómeno educativo. 38 Esta relación entre la sociedad y la educación ha sido un recurso mediador de las condiciones sociales durante muchos años; es necesario y urgente, por tanto, replantear la relación en función de la sociedad que se pretende construir, que se pretende alcanzar, por ello, al principio de este apartado decíamos que una buena educación depende de lo que la sociedad quiera de ella y esté dispuesta a ofrecerle. No hay duda sobre la función que juega la educación en la sociedad; sin embargo, la cuestión es cómo se vincula el entorno y contexto social y cultural de los sujetos que se educan en la escuela (entiéndase que no es lo mismo la educación que se recibe fuera y dentro de los centros escolares), para lograr una armonía con la sociedad. Sumado a lo anterior, no es difícil orientar nuestros pasos hacia esa armonización de la sociedad si se tiene presente que todo tipo de educación obedece a un concepto que se tenga de hombre, de ciudadano y que es el que se pretende formar en sintonía con la sociedad a la que se aspira, basta entonces volver nuestra atención al tipo de ciudadanos que el sistema educativo ha querido formar desde años atrás y actuar en consecuencia, guiando las reformas e innovaciones educativas que conduzcan a hacer realidad esas aspiraciones. Si bien es cierto que nos encontramos en un momento de crisis social, cultural, económica y política nacionalmente, también lo es que los modelos hegemónicos que nos han venido dominando también lo están; en consecuencia, es este el momento preciso de apuntar hacia una reconstrucción y consolidación de una sociedad más justa, de igualdad de oportunidades, equitativa, que rompa los esquemas que nos han sido impuestos. La educación, en efecto, no es neutral como lo sostiene Freire (1990) y siguiendo su reflexión, o ésta sirve para formar individuos que integren a la sociedad actual con sus condiciones y características, adaptándose a sus dinámicas; o bien, se 39 convierta en una “práctica de libertad”, que en su lógica significa formar personas críticas, reflexivas, creativas y capaces de transformar su realidad social. Sólo así se puede pensar en el conocimiento como un instrumento que sirva al desarrollo de la sociedad, favoreciendo la construcción de un ser social que piense y reflexione sobre lo que sabe y no como una acumulación de saberes que siga promoviendo el individualismo y el consumismo. Si algo hemos aprendido a lo largo de la historia es que las necesidades sociales cambian y se transforman, al mismo que tiempo que cambia la sociedad, de manera que las necesidades actuales no van a ser las mismas que las del futuro. Todo el desarrollo que se ha vivido mundialmente en los últimos años no debe convertirnos en personas imprudentes, por el contrario, es cuando más claridad y lucidez debemos poseer para enfrentar lo que se nos está demandando y actuar en consecuencia y no sólo buscar dar respuestas precipitadas y vacías en contenido. Es obvio que la educación no es la única ni la principal clave de la transformación de las sociedades, no se nos puede hacer pensar que la educación es la panacea que todo lo va a curar, menos aún, en sociedades donde las desigualdades están respaldadas por sus propias instituciones, públicas y privadas, en sociedades que no asumen el principio de igualdad de oportunidades y de justicia. Por eso, preparar a las nuevas generaciones para convivir, compartir y cooperar, obliga a planificar y desarrollar propuestas curriculares que contribuyan a reforzar ese modelo de sociedad que se persigue. Es urgente un modelo curricular que conecte efectivamente los aprendizajes al mundo real, a los contextos donde el individuo se desarrolla y en los que participa, permitiendo que actúe sobre ella, que propicie el aprendizaje sobre la dinámica social y promueva la conciencia del lugar que ocupa el individuo en la sociedad, 40 en la vida y en el mundo y, que a su vez, provea también de actitudes, capacidades, habilidades y destrezas para un mayor desarrollo personal. 1.4 La Educación Superior en México. ¿Un proyecto “Nacional”? Entendemos por Educación Superior (ES) a los procesos educativos de formación profesional y de posgrado que convergen en diferentes campos de conocimiento y que tiene como fin último la inserción de los individuos a los procesos y actividades sociales, económicas, políticas y culturales de una nación. La ES abarca todos aquellos procesos educativos que tienen lugar en institutos, colegios, seminarios, diplomados, escuelas superiores, universidades, etc., que han surgido en el trayecto de la historia de la educación en México. El Sistema de Educación Superior ha sufrido tantas modificaciones en su concepción como modelos de sociedad han existido en México. Desde proyectos como la creación de la Real y Pontificia Universidad Mexicana, el desplazamiento de la educación clerical, el impulso desde épocas remotas a la educación científica y abierta al progreso, el surgimiento de los establecimientos de estudios superiores, la creación de la Universidad Nacional de México, las escuelas creadas para Ingenieros, etc., han ido consolidando la ES en México, sin embargo, muchos de estos proyectos han carecido de una visión integral de la misma. El desarrollo de este sistema de educación superior pública no ha sido para nada homogéneo, hay instituciones cuyos antecedentes datan del siglo XVI y otras que han surgido más recientemente a partir de proyectos encabezados por el Estado (Villalpando:2009). Asimismo, surgen instituciones privadas como resultado de la alianza
Compartir