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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL 
UNIDAD AJUSCO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA 
 
 
 
 
“El Perfil de Egreso de la Licenciatura en 
Pedagogía: Una aproximación a la mirada de los 
estudiantes” 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADA EN PEDAGOGÍA 
P R E S E N T A : 
ITZEL ADRIANA VENEGAS TORRES 
 
 
 
 
 
 
 
Asesora: María del Refugio Plazola Díaz 
 
 
MÉXICO, D.F. NOVIEMBRE, 2013. 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 Pág. 
 Introducción 001 
CAPÍTULO I Formación de profesionales de la Educación en el contexto 
neoliberal 006 
11 La Globalización y el Neoliberalismo 07 
12 Sociedad-Educación ¿Un binomio (des)alentador? 018 
13 Políticas educativas Internacionales: Una paradoja para el 
Sistema Educativo Mexicano. 025 
 131 Banco Mundial, OCDE, FMI, UNESCO 033 
1.4 La Educación Superior en México ¿Un proyecto Nacional? 040 
CAPÍTULO II La profesión Pedagógica 44 
21 Un acercamiento al concepto profesión 45 
22 La profesión y el Plan de Estudios. Una relación simbiótica 62 
23 La (re)configuración de la profesión pedagógica 73 
24 Campo Profesional del Pedagogo: El referente teórico 88 
CAPÍTULO III Creación de un proyecto prometedor para la educación 98 
31 La Universidad Pedagógica Nacional 099 
3.11 Filosofía Institucional 0110 
312 Proyecto Académico de la UPN 1978-1993 0115 
32 Licenciatura en Pedagogía. Plan 1979 0122 
3.3 El Plan de Estudios 1990 0129 
331 Objetivos 0136 
332 Campos Laborales 0138 
333 Estructura Curricular 0141 
334 Perfil de Egreso 0152 
CÁPITULO IV El Perfil de Egreso de la Licenciatura en Pedagogía Pla 90: 
Una aproximación a la mirada de los estudiantes 0157 
4.1 El papel de los estudiantes en la valoración del curriculum 158 
 Pág. 
 
 
4.2 Sobre la metodología de Investigación 166 
4.3 
La opinión de los estudiantes sobre su formación respecto de su 
Perfil de Egreso 177 
4.3.1 Conocimientos 185 
4.3.2 Habilidades 218 
4.3.3 Actitudes 224 
A MANERA DE 
CONCLUSIÓN Retos y desafíos para un futuro inmediato 229 
BIBLIOGRAFÍA 233 
ANEXO 
 
240 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 1 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Quienes nos interesamos por el terreno educativo sabemos que nuestro contexto 
actual vive situaciones de transformación constantes inducidas por el fenómeno 
conocido como globalización, mismas que han provocado un desequilibrio social. 
 
El sistema educativo en general, así como todos sus niveles de educación, el 
nivel superior en particular, no se encuentran al margen de ese proceso, ya que 
los efectos de tal fenómeno han llegado a impactar fuertemente en las 
instituciones educativas de educación superior, de tal forma que los cambios 
sociales en las últimas décadas, han tenido un impacto importante en el estudio, 
el desarrollo y la evaluación curricular encontrándose inestabilidades. 
 
La necesidad de una nueva sociedad del conocimiento que satisfaga las 
demandas sociales actuales cada vez más específicas y más especializadas, ha 
generado nuevos discursos en la esfera educativa para el Siglo XXI que carecen 
de una postura crítica y reflexiva respecto de la educación que se ofrece 
actualmente en las instituciones. 
 
No podemos olvidar que como todo fenómeno social, el educativo también se 
redefine y cambia según el contexto bajo el cual se desenvuelve; así, las 
necesidades educativas del siglo pasado no son las mismas que las de nuestros 
tiempos; dicho de otro modo, el sistema educativo debería estar a la orden del día 
y respondiendo eficaz y eficientemente a las necesidades del cambio que se 
perfilan con mayor fuerza. 
 
Visto de esta manera, la educación constituye una herramienta crucial para la 
formación de habilidades y capacidades que aumentan las oportunidades de 
cualquier persona; la educación superior en específico, contribuye a la 
construcción de un mejor proyecto de vida, brinda los conocimientos, habilidades, 
 2 
 
actitudes, capacidades y herramientas necesarias para la inserción del individuo 
al mercado laboral promoviendo, un óptimo desenvolvimiento social y profesional. 
Además, debemos recordar que una de las funciones de las instituciones 
educativas de nivel superior es establecer relaciones dinámicas entre la 
universidad y el sector laboral, los sectores sociales y culturales, el estado, los 
sistemas establecidos dentro de una sociedad, los procesos internacionales y los 
nacionales. 
 
Por lo tanto, consideramos de gran trascendencia estudiar la influencia de 
factores institucionales y pedagógicos en el diseño, desarrollo, implementación y 
evaluación curricular en el nivel de estudios superior. 
 
Bajo esta óptica, hemos considerado al Perfil de Egreso de la Licenciatura en 
Pedagogía Plan de Estudios 1990, como un objeto de estudio socio-educativo 
inmerso en este proceso de transición, puesto que éste, así como diversas 
problemáticas educativas deben redefinirse, ajustarse y cambiar paralelamente a 
las transformaciones sociales. 
 
Al respecto, Plazola (2009a) reconoce que en casi 20 años, el plan de la 
licenciatura no había sido modificado más que en aspectos superficiales y que 
dichas modificaciones sólo tenían relación con el desempeño del docente 
respecto de las asignaturas impartidas; es decir, cambios aplicados por los 
profesores en cuanto a algunas actualizaciones bibliográficas y la incorporación 
de asuntos emergentes no contemplados dentro de los programas; desprendido 
de ésto, algunos especialistas que han abordado el tema encontraron que “las 
aspiraciones del actual plan de estudios corresponden a problemáticas del sector 
educativo detectadas hacia finales de la década de los ochenta; en el contexto 
educativo actual, las prioridades y problemáticas no son las mismas” 
(CIEES:2006), y partiendo de la premisa anterior, podemos decir que no sólo las 
problemáticas del contexto educativo no son las mismas, sino que tampoco lo son 
 3 
 
las de la institución, las de los aspectos que conciernen a los docentes y mucho 
menos las que corresponden a los alumnos. 
 
En este sentido, una característica del contexto actual tiene que ver con que una 
óptima formación profesional es uno de los principales requisitos para ingresar al 
sector productivo; el valor de las sociedades actuales está estrechamente 
vinculado con el nivel de formación de los egresados de Instituciones de 
Educación Superior y su capacidad para resolver problemas, innovar y emprender 
proyectos. 
 
Formar profesionales de la educación con los conocimientos y destrezas que 
demanda el campo laboral para el desarrollo y mejora continua del sector 
educativo, que atiendan a las necesidades del sistema educativo nacional y de la 
sociedad mexicana en general, es la principal finalidad de la Universidad 
Pedagógica Nacional. 
 
En pleno desarrollo e implementación de tareas de evaluación, el Plan de 
Estudios 90 de la Licenciatura en Pedagogía, encuentra en este momento un área 
de oportunidad, como eje central del currículum, para desarrollarse y renovarse 
tanto teórica como metodológicamente, estableciendo sustentos reales y 
resultados tangibles que demuestren la necesidad de una reforma o renovación 
curricular. 
 
De ahí la necesidad y la importancia de actualizar los estudios ya existentes sobre 
el tema, así como proveerlos de otras perspectivas, otros enfoques y nuevas 
posibles soluciones que se adapten a sus necesidades.De acuerdo con los planteamientos anteriores, conocer la percepción que los 
estudiantes tienen respecto de su formación en relación con el Perfil de Egreso de 
la licenciatura, constituye un elemento fundamental e indispensable en los 
actuales procesos de evaluación que sobre el Plan de Estudios 90 se han 
 4 
 
emprendido, y definitivamente la información que se obtenga tendrá un impacto 
determinante en la futura toma de decisiones. 
 
La presente investigación se ha propuesto, a lo largo de cuatro capítulos, 
proporcionar información importante sobre estas cuestiones; primero, 
estableciendo una serie de argumentos que guían y dan sentido al objetivo 
general del trabajo, para posteriormente, exponer nuestras reflexiones acerca del 
Perfil de Egreso de la Licenciatura en Pedagogía desde el punto de vista de uno 
de los actores más importantes de este proceso de formación: los estudiantes. 
 
De esta manera, en el Capítulo Primero se realiza una reflexión general sobre la 
situación económica, social y política en que se encuentra nuestro contexto 
actual; así mismo, se hace una aproximación a las políticas educativas 
internacionales trayendo a colación los objetivos que algunos organismos 
unilaterales se plantean sobre el ámbito educativo, específicamente sobre la 
educación superior. 
 
Por su parte, el Capítulo Segundo contiene aspectos referidos a la conformación 
de las profesiones, en particular la profesión pedagógica, realizando, de la misma 
forma, algunos planteamientos sobre la estrecha relación que sostienen las 
profesiones y los Planes de Estudio de educación superior; en un segundo 
momento, se expresan argumentos sobre lo que consideramos una 
“reconfiguración” de la profesión pedagógica y el impacto que ésta tiene sobre el 
campo profesional del pedagogo y viceversa. 
 
El Capítulo Tercero se orienta, por una parte, a proporcionar una aproximación 
sobre el surgimiento de la Universidad Pedagógica Nacional, y por otra, a realizar 
algunas reflexiones sobre los diferentes procesos institucionales por los que ha 
transitado hasta llegar a constituirse en la universidad que actualmente la 
conocemos, sobre la conformación de su filosofía institucional, su misión y su 
visión, así como sobre los proyectos académicos que se han gestado desde su 
 5 
 
nacimiento y, finalmente, se realiza un acercamiento a los diferentes elementos 
que componen y estructuran el Plan 90 de la Licenciatura en Pedagogía. 
 
Por último, en el Cuarto Capítulo, se expresa nuestra postura acerca del papel 
que los estudiantes desempeñan dentro de los procesos de evaluación curricular; 
de la misma manera, se exponen las características específicas sobre la 
metodología que hemos utilizado para emprender este trabajo, y finalmente, se 
presentan los resultados obtenidos en el trabajo de campo. 
 
La investigación tiene como principal objetivo conocer la opinión de los 
estudiantes sobre su Perfil de Egreso, pretende también establecer una serie de 
condiciones que permitan orientar los procesos de evaluación curricular que la 
institución emprenda y que puedan dar sustento y respaldo a las intenciones de 
renovación curricular que se requieren; por otro lado, se desea que este trabajo 
impulse, promueva, fomente y guíe investigaciones contiguas que diversos 
agentes de la universidad deseen comenzar para profundizar al respecto. 
 
Por otra parte, los resultados de esta investigación están dirigidos, 
primordialmente, a todos los estudiantes de la Licenciatura en Pedagogía, a la 
Universidad Pedagógica Nacional, a aquellos profesionales de la educación cuyo 
interés se centre en las cuestiones que el trabajo abarca y, en suma, al público en 
general que desee conocer sobre el tema. 
 
Para concluir, se incorporan nuestras reflexiones finales, el anexo y la bibliografía 
en que nos hemos apoyado para dar sustento a este trabajo. 
 
 
 
 
 
 6 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO I 
FORMACIÓN DE PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO 
NEOLIBERAL 
 
El objetivo de este capítulo es analizar las situaciones económicas, sociales y 
políticas concretas que ponen de manifiesto la consolidación y concreción de la 
ideología neoliberal en las instituciones educativas e indagar de qué manera la 
oferta de modernización económica presente en el discurso oficial transforma la 
realidad educativa, específicamente en la formación de profesionales; y cómo, 
gracias a la racionalidad instrumental de esta ideología, es promotora de una 
sociedad antidemocrática y arbitraria. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 7 
 
 
1.1 La Globalización y el Neoliberalismo 
 
Hay una gran variedad de interpretaciones de estos conceptos, todas enmarcadas 
dentro de los parámetros políticos, ideológicos, sociales, económicos, religiosos, 
etc., y susceptibles de ser analizados y discutidos obligatoriamente en cualquier 
ámbito, especialmente, en el sector académico. 
 
Cualquier interpretación o definición que se les otorgue tiene rasgos comunes 
bajo la óptica de presenciar en la globalización una etapa avanzada de 
dependencia entre factores y actores que influyen en el proceso de desarrollo 
social, éstos son de índole económica, ambiental, social, cultural, política, etc., y 
además involucran en ellos relaciones entre empresas, estados, pueblos, 
partidos, escuelas, grupos sociales, etc. 
 
Asimismo, el número de definiciones que se les otorgan parece crecer en lugar de 
reducirse con el tiempo; sin embargo, la característica que parece más común es 
el hecho de que en los últimos años se ha desarrollado notablemente esta parte 
de las relaciones entre personas, organismos e instituciones de distintos países, y 
este aumento de actividades sin fronteras asume consecuencias en distintos 
escenarios. 
 
Por consiguiente, es necesario que abordemos el tema de la globalización y de la 
ideología neoliberal teniendo en cuenta los cambios que ha experimentado la 
economía mundial en las últimas décadas y en particular la cuestión de cómo a 
pesar de los evidentes avances tecnológicos que de alguna manera han 
contribuido al desarrollo de los países y a una mayor integración entre ellos, las 
desigualdades sociales no sólo se conservan, sino que se profundizan, tal como 
lo indican los estudios estadísticos sobre el desarrollo mundial de los últimos 
años; ya lo sostiene Torres (2001:20) cuando afirma que “La inmensa mayoría de 
los análisis que realizan las instituciones No Gubernamentales o la propia 
 8 
 
UNESCO [y el Banco Mundial] dejan constancia de que lo que de verdad se 
mundializa es la pobreza”. Ante esta situación, cabe preguntarse entonces ¿qué 
papel juega la Educación Superior en este escenario? 
 
Como venimos diciendo, a pesar de ser tan comunes estos conceptos no existe 
un consenso sobre su denotación y la connotación que estos términos adquieren 
en cada contexto y mucho menos de sus implicaciones. Así, por ejemplo, desde la 
aparición del concepto “globalización” hasta los inicios de los años 70, pasando 
por los 80 y los 90 donde adquirió mayor relevancia; un sinfín de autores han 
tratado de definirlo y adecuarlo a los contextos desde los cuales lo describen y 
desde las posiciones ideológicas desde las que se abordan; sin embargo, una 
definición no complicada en términos de lenguaje y que se ajusta a la postura que 
adopta este trabajo, es la que aporta Moreno (2010:18) quien sostiene que “es 
común entender a la globalización como la intensificación de las relaciones 
económicas, políticas, sociales y culturales mundiales, impulsadas por la dinámica 
de los mercados (sobre todo de capitales), revolución tecnológica, redes 
internacionales productivas, sociedad de la información y el conocimiento y 
movilidad global de los sectores productivos”. 
 
Con respecto al Neoliberalismo, podemos afirmar que es la ideología bajo la cual 
actúa el modelo económico que nos rigey es el pretexto perfecto para 
implementar éste en las sociedades. Al respecto, Juárez (2007:11) señala que 
dicho modelo carece de alguna teoría que sostenga su proceder y que, en 
consecuencia, se apoya en esta ideología, cuya principal preocupación es, en sus 
palabras, “la promoción de una determinada postura económica y política”. En 
este sentido, el Neoliberalismo viene a ser un término que describe, justifica y 
legitima a la globalización. 
 
Su inserción en la sociedad es cada vez más evidente e inevitable, no sólo por lo 
que promete sino por la influencia que ejerce en la economía mundial y el poder 
omnipresente que ha tenido para determinar la naturaleza política a su antojo y 
 9 
 
adaptarla a sus necesidades y arbitrariedad; por ejemplo, haciéndonos creer que 
la intervención del gobierno generalmente no funciona y no alcanza a satisfacer 
las necesidades de los ciudadanos y que el mercado privado lo logra la mayoría 
de las veces, justificando así la necesidad de permitir deliberadamente la 
participación de la iniciativa privada, sobre todo internacional, pasando la 
propiedad del estado a manos de pequeños grupos de presión y poder. 
 
Una de las más grandes consecuencias de estas acciones es “el deterioro 
acelerado del denominado Estado de Bienestar” (Pérez:1999:85), en donde todos 
aquellos logros alcanzados históricamente por los países socialdemócratas se 
ven seriamente amenazados. 
 
En este sentido, se ha confirmado con el tiempo y con la experiencia, el fracaso 
del Estado en cuanto al cumplimiento de sus metas, o de las metas que plantea 
un Estado de Bienestar, ya que el intercambio voluntario de bienes y servicios en 
el mercado privado satisface mucho más eficientemente las demandas de la 
sociedad, que rebasa, por mucho, las posibilidades que el gobierno tenga para 
poder hacerlo. 
 
De este modo, las características que constituyen el Estado Bienestar, las cuales 
han sido definidas por Angulo (citado en Pérez:1999:85) como: la regulación del 
mercado, la posibilidad de mantener un pleno empleo, una economía activa, la 
provisión pública de servicios universales como sanidad, educación, vivienda, 
desempleo, pensiones, ayudas familiares y protección social, así como el 
sostenimiento de un nivel mínimo de vida e igualdad de oportunidades, obligan a 
las instituciones públicas destinadas a garantizar estos servicios a someterse a 
las avasalladoras presiones y exigencias de la ideología Neoliberal y el modelo 
económico de la Globalización. 
Así, el neoliberalismo viene a ser el pensamiento que establece que brindar 
libertad a todos los participantes del mercado a invertir en los asuntos públicos, 
facilitar la privatización de los mismos y restringir la participación del Estado y su 
 10 
 
capacidad de autonomía para tomar decisiones a nivel local y nacional en la 
economía es el sistema económico más idóneo y conveniente y, por lo tanto, lo 
debemos aceptar, de ahí que términos como desregulación, descentralización, 
desconcentración, privatización, flexibilidad, etc., serán los que mejor lo 
describan. 
 
Esta ideología domina actualmente a casi todas las políticas de la economía 
mundial, que innegablemente repercuten en el sector educativo y desde ella se 
podrán escuchar un sinfín de discursos oficiales, cuyo principal objetivo será 
persuadir a la sociedad de la ventaja de adoptarla. “Se elabora todo un discurso 
de pseudo justificación en el que el juego con la ambigüedad semántica es el 
principal instrumento de persuasión y propaganda” (Pérez:1999:131), pero la 
globalización para nada persigue un objetivo benéfico para todos, por el contrario, 
supone la generalización de las condiciones sociales más carentes y de escasez. 
 
Al respecto, se está generando una verdadera confrontación de ideas que tratan 
de justificar la situación nacional e internacional actual bajo el argumento de que 
todas las personas tienen las mismas oportunidades y, sin embargo, se presentan 
por otro lado las ideas que rechazan cualquier posibilidad de inserción ventajosa 
en el amplio y variado mundo laboral. Siguiendo a Pérez (1999:87) “La 
manifestación más aguda y grave de esta (…) política económica es la 
desregulación del mercado laboral y del incremento sostenido del paro y de la 
precarización del empleo en aras de la competencia internacional en favor del 
beneficio capital”. 
 
Sumado a todo lo anterior, los fundamentos que conforman la ideología Neoliberal 
se manifiestan también en la sumisión de la sociedad hacia las fuerzas 
hegemónicas, las cuales consideran toda lucha en defensa de los derechos de 
ésta como actos de desacato, rebelión, insubordinación, etc., contra un sistema 
que parece ser benefactor, imparcial y universal, al menos en apariencia. 
 
 11 
 
Esta compleja situación mundial nos impide pensar y actuar desde la racionalidad 
crítica si para empezar, somos incapaces de comprenderla, no digamos que en su 
plenitud, pero al menos darnos cuenta, abrir los ojos ante sus consecuencias, sus 
efectos, sus derivaciones e implicaciones en todos los estratos y esferas sociales; 
impulsando, en su lugar, cualquier actividad irracional, absurda, ilógica, pero más 
lamentablemente, inhumana. 
 
En efecto, tanto el neoliberalismo como ideología, como la globalización como 
modelo económico incluyen una tendencia de reordenamiento social bajo el 
sostenimiento de ideas, tales como: la importancia del individuo, el 
profesionalismo, la eficacia, y en un nivel macro, el papel ilimitado y el valor, 
imposible de calcular, del mercado libre, entre otras no menos importantes y de 
influencia clave para la continuidad y estabilidad de los mismos. 
 
Bajo este esquema, la sociedad neoliberal ha perdido de vista que los actos que 
se llevan a cabo en sus entrañas son actos humanos, morales; es decir, que se 
eligen libremente y por lo tanto, de los que se debe ser responsable. En este 
sentido, y utilizando el lenguaje de los discursos oficiales que se nos presentan 
habitualmente, si tales conceptos, globalización y neoliberalismo, surgen con la 
idea de la modernidad, o mejor dicho, posterior a la idea de la modernidad (cfr. 
Vitale:1998 y Juárez:2007), muchos de sus efectos corrompen los que deberían 
ser sus “verdaderos” objetivos, en la medida en que ésta (la modernidad) se 
manifestó también en una nueva cultura, en el pensamiento libre, en una 
racionalidad crítica, la libertad de elección, la universalidad de los derechos, etc. 
De esta manera, el éxito de la globalización en cuanto a modelo económico, no 
sólo no comulga con dichos objetivos, sino que además los obstaculiza. 
 
Entonces, si las características que lleva consigo esta etapa de modernidad no 
están presentes en la actualidad, es incongruente incluir este concepto en los 
discursos que se difunden cada vez con más fuerza. No obstante lo anterior, eso 
no significa renunciar ni olvidar los principios y las metas alcanzadas en ella, por 
 12 
 
el contrario, es necesario hacer énfasis en la necesidad de llevar a cabo análisis y 
estudios que puedan satisfacer nuestra exigencia de saber lo que está en 
nuestras manos hacer, impulsando análisis y estudios sobre el tema, desde 
diferentes perspectivas, entre ellas la educativa. 
 
Respecto de los efectos que este modelo ha tenido mundialmente, éstos podrían 
ser abordados desde cualquier estrato o esfera social, desde cualquier ámbito 
que pueda pensarse; educativo, económico, cultural, político o social; y desde el 
que elijamos podremos dar cuenta de que el impacto no es, en alguna medida, 
compatible con lo que se nos dice en los medios de comunicación altamente 
concurridos, los más comunes, los medios informativos que están al alcance de 
todos. Por poner algún ejemplo, y aprovechando el trabajo realizado por Barone 
(1998:11-12) quien en su investigación los designa con el nombre de “políticas 
principalesdel neoliberalismo” y los aborda desde los ámbitos económico e 
ideológico, podemos comenzar a enlistarlos de la siguiente manera: 
 
En lo económico: 
 
• Libertad de mercados reduciendo la reglamentación e intervención del 
estado al mínimo. 
• Desregulación del mercado financiero, contribuyendo al abandono de 
criterios de sustentabilidad ecológicos bajo nuevos criterios de rentabilidad. 
• Monopolios estatales y privatización o liquidación de los servicios públicos. 
• Reducción de inversiones estatales en los sectores salud, educación y 
seguridad. 
• Represión de los salarios en busca de competitividad internacional para 
aumentar la ganancia del capital. 
• Aumento de impuestos sobre el consumo y promoción de políticas del 
gobierno atractivas para el capital financiero internacional. 
• Promoción de la exportación. 
 
 13 
 
En lo ideológico: 
 
• Conquistas de los trabajadores, sobre todo el sector obrero y la 
comercialización de sus derechos. 
• Se convierten los bienes y servicios que debe brindar el Estado en meros 
productos a ser adquiridos por los individuos en el mercado. 
• La educación, la seguridad y la salud dejan de ser derechos de los 
individuos y se convierten en mercancías. 
• Se relaciona a las actividades del Estado con conceptos como ineficiencia, 
ineficacia y corrupción y al mercado privado con lo eficiente y de buena 
calidad. 
• Se impone un “sentido común” dictado por la lógica neoliberal, con un 
fuerte impacto y penetración en las masas. 
• Influencia e incidencia de los medios de comunicación con la reproducción 
de discursos disfrazados por los grupos hegemónicos para mantener a la 
sociedad al margen de la situación actual del país. 
• Se desarrolla el consumismo virtual a través de medios como la televisión y 
el internet, cuyo carácter simbólico no disminuye la capacidad de legitimar 
la ideología neoliberal como único sistema de vida. 
• Alienación absoluta de los discursos en forma y contenido, tanto en lo 
económico, político, social, cultural y educativo. 
• Se caracteriza como utópica, ilusoria o fantasiosa a toda organización 
social diferente o alternativa, reprimiéndoseles mediante el uso de la 
fuerza. 
 
Con respecto al último punto, y a pesar de que es una de las principales 
características del modelo vigente, hemos de discrepar con esta idea toda vez 
que, si bien es cierto, existe una represión social hacia estos grupos, también lo 
es que las ideas y políticas de la hegemonía Neoliberal se encuentran en la 
actualidad a la defensiva y recelando sus intereses, pues este tipo de 
 14 
 
movimientos no sólo crecen en número, sino también en estructura y organización 
(Borón, 2004: http://www.rebelion.org/noticias/2004/8/3948.pdf). 
 
En este sentido, no podemos ignorar los innumerables movimientos sociales que 
han surgido en contra de los sistemas políticos y económicos neoliberales a lo 
largo de la historia de muchos países, no sólo en América Latina, sino en todos 
los rincones del planeta. Así, por ejemplo, podemos mencionar en México algunos 
movimientos dirigidos y encabezados por sectores de la sociedad como 
estudiantes, obreros, campesinos, indígenas, inclusive, la clase media. 
 
A este respecto, cabe mencionar que la juventud, en su calidad de estudiantes, 
trabajadores, desempleados o empleados y cualquiera que sea su posición social, 
constituyen el sector de la sociedad que más participación ha tenido en estos 
movimientos, siendo su principal interés la defensa de los derechos humanos, la 
igualdad, la fraternidad, la solidaridad, entre otras cosas; pero lo que más destaca 
es la clase estudiantil en busca de una formación profesional que cumpla con 
ciertas características para satisfacer sus necesidades personales, profesionales 
pero también sociales. 
 
De esta manera, los jóvenes son los principales actores que más rechazan las 
políticas del modelo económico vigente por su corrupción, por su falsedad, por su 
arbitrariedad, falta de ética y la carencia de un proyecto social firme y sólido, y 
sumado a ello por la indiferencia que los gobiernos neoliberales muestran ante los 
principales problemas que aquejan a las sociedades: pobreza, educación, salud, 
el daño al medio ambiente y la pérdida de valores y principios morales. 
 
Parece irónico pensar que este sector social, el de los jóvenes, siendo éstos los 
que atraviesan por procesos de desarrollo humano de complejas características y 
quienes, en apariencia, tienen otros intereses, otras preocupaciones, otras 
distracciones, sean los que mayor conciencia política y madurez ciudadana 
demuestran tener. 
 15 
 
 
Aunque el efecto de dichos movimientos sociales, como sea que éstos se 
encuentren conformados, no ha tenido un fuerte impacto en el terreno de los 
hechos, que no así en el de los discursos, no podemos despreciar la loable tarea 
que llevan sobre sus hombros, ya que aún en el más blando terreno, el cambio, 
por muy pequeño que éste sea, es también muy significativo (Borón:2004). 
 
Este aspecto se ha ido reflejando claramente en las sociedades actuales y 
después de poner especial atención a la génesis de estos movimientos y, por 
supuesto, a sus fines, podemos decir, de la misma manera que lo sostienen 
diversos autores (Borón:2004, Torres:2001 y Vitale:1998) que quizá nos 
encontramos ante el principio del desfallecimiento de esta ideología neoliberal. No 
obstante tal desfallecimiento, que aunque es lento es progresivo, se está dando 
sólo en los ámbitos sociales y culturales, en la conciencia ciudadana, en nuestra 
capacidad crítica y no en los terrenos políticos y económicos, todavía. 
 
Pensamos en la posibilidad de existencia de una posición mediadora de las ideas 
anteriormente planteadas que pueda demostrar que las fortalezas y debilidades 
de la globalización y el neoliberalismo dependen no sólo de la unión de fuerzas en 
los planos económicos o políticos, sino también de las transformaciones en las 
estructuras sociales que se lleven a cabo en el interior de las menos 
desarrolladas, con la participación crítica y reflexiva de los ciudadanos. Dichas 
transformaciones sociales pueden ser pensadas desde el sector educativo, por lo 
que las instituciones escolares deben organizar y planear estratégicamente su 
intervención. 
 
Es de fundamental importancia, si creemos que las instituciones escolares y más 
específicamente las instituciones de educación superior, pueden y deben adoptar 
este compromiso con la sociedad, no perder de vista los momentos por los cuales 
éstas han tenido que transitar con lo que respecta a las oportunidades para su 
desarrollo y en esta misma reflexión, no podemos olvidar la influencia y la 
 16 
 
participación que los organismos multilaterales como el Banco Mundial o el Fondo 
Monetario Internacional, por mencionar algunos, han tenido para la preservación y 
conservación de un “statu quo” represor desde los sistemas educativos de cada 
país, ya lo dice Torres (2001:21) 
 
Este tipo de organismos mundialistas (el FMI, la OCDE, el Banco Mundial, 
la OMC), con el apoyo de las grandes empresas multinacionales, son el 
verdadero cerebro de las políticas neoliberales, (...). Es el control de los 
recursos financieros que tienen en sus manos lo que les permite dirigir la 
línea de pensamiento de la inmensa mayoría de los medios de 
comunicación de masas, el control de las publicaciones de numerosas 
editoriales, ejercer con autoridad en los partidos políticos en el gobierno 
sobre la base de créditos y “donaciones” para sus campañas, influir 
notoriamente en el trabajo de instituciones de formación e incluso 
instituciones educativas, en especial en las universitarias a través de la 
concesión de subvenciones económicas para la promoción de 
determinadas líneas de investigación. 
 
Quienes nos encontramos inmersos en la problemática educativa, no podemos 
mostrarnos indiferentes, muchomenos ignorantes, al hecho de que estos 
organismos multilaterales, al buscar una supuesta consolidación de ideologías y 
prácticas que favorezcan y fortalezcan su presencia frente al mundo, involucran 
una serie de elementos y políticas que se encargan de generar un impacto en las 
posibilidades de formación profesional de los individuos y que son quienes, al 
sostener en sus discursos, concepciones dominantes acordes con sus intereses 
tales como modernización, vanguardia, progreso, desarrollo, evolución, etc., y 
estar al día con las necesidades mundiales en cuanto a la apropiación del 
conocimiento, delimitan las características que deben poseer los estudiantes de 
cualquier formación profesional para ser un individuo competitivo que pueda 
colocarse fácilmente en un espacio laboral. 
 
 17 
 
Actualmente, no nos parecería raro escuchar hablar de la formación profesional 
de los estudiantes como una “formación sustentable” que no sólo incluye aquello 
que se pueda apreciar como prueba de sus conocimientos, sino que además ese 
conjunto de aprendizajes tienda a aportar al aparato social para el beneficio 
económico de estas organizaciones, sin importar las condiciones sociales, 
políticas, culturales ni de los individuos ni de los países en su especificidad a los 
que se pretende llegar con esta idea atentando contra su desarrollo. 
 
Por el contrario y una vez haciendo esta comparación figurativamente1, 
deberíamos apelar por una “formación sostenible” mediante la cual se satisfagan 
las necesidades económicas, políticas, sociales y culturales de las actuales 
generaciones de profesionales, tanto individual como socialmente, sin detrimento 
de las posibilidades y oportunidades que los futuros profesionistas puedan tener. 
 
Entonces, cabe realizarnos la siguiente pregunta: ¿Sobre quiénes recae todo este 
trasfondo de discursos oficiales oportunistas y políticas educativas ambiciosas y 
materialistas? En efecto, son los estudiantes, docentes, personal administrativo, y 
directivos quienes encabezan la lista, llegando finalmente a la sociedad completa 
de un país. 
 
Es por esta razón que nos interesa saber cómo y de qué manera estos discursos 
públicos y formales se han ido integrando hasta convertirse en políticas que 
 
1
 Los conceptos “sustentable” y “sostenible” son términos utilizados comúnmente aliados a otros 
como vivienda, desarrollo urbano, desarrollo rural, industria, etc., Por otra parte, en materia 
educativa se escucha hablar de expresiones como “educación para la sustentabilidad” o “escuelas 
sustentables” o “educación para un desarrollo sostenible”, sin embargo, estos términos están más 
estrechamente ligados a la economía o la ecología en el contexto social, cultura, político y 
económico que estamos viviendo. Partiendo de la premisa de que el contexto permea también la 
esfera educativa, es natural que se adapten estos términos a discursos educativos. No obstante, la 
comparación que aquí yo hago parte de las definiciones que tales conceptos adquieren desde su 
particularidad asociados después a una formación profesional en un marco globalizador, motivo 
por el cual, tal comparación figurativa puede estar rayando en el equívoco, o no. Aún bajo estas 
circunstancias me he permitido llevarla a cabo con una serie de argumentos que el contexto de 
este discurso y mi formación profesional me han provisto. 
Cabe aclarar que entorno a estos conceptos en materia de economía, de política o medio 
ambiente, se ha generado un debate que pretende apelar por cuál debería de ser aquel que se 
debe adoptar, de ahí que aplica también aquí tal discusión. 
 18 
 
cambian el proyecto social de todo un país, en especial, el impacto que tienen en 
el terreno educativo para poder mirar desde ahí las contribuciones que hacen 
para la redefinición de Planes y Programas de Estudio y de Perfiles de Egreso en 
las Instituciones de Educación Superior, así como de la pertinencia de éstos y de 
los egresados de las universidades en el campo profesional y el mercado laboral 
que se plantean en los proyectos curriculares. 
 
Este análisis nos permitirá examinar las consecuencias del neoliberalismo como 
ideología dominante y de la globalización como modelo económico para el 
sistema educativo y sus implicaciones en la política educativa, especialmente en 
lo que se refiere a la Universidad Pedagógica Nacional. 
 
1.2 Políticas Educativas Internacionales. Una paradoja para el Sistema 
Educativo Mexicano 
 
El desarrollo educativo de nuestras sociedades, a partir de finales del siglo 
pasado, se ha caracterizado por la formulación de políticas educativas orientadas 
a alcanzar metas específicas de cobertura y retención de los sistemas educativos, 
la prestación de servicios que disminuyan las desigualdades y favorezcan el 
mejoramiento de la calidad en aras de desarrollar la competitividad. 
 
No obstante, en palabras de Pérez (1999:129) 
 
[…] las propuestas e iniciativas de reforma del sistema escolar no se 
encuentran motivadas tanto por la conciencia de las insuficiencias 
cualitativas del sistema, por su incapacidad para facilitar el desarrollo 
educativo de ciudadanos autónomos, como por las exigencias imperiosas 
e insoslayables de la economía de libre mercado. 
 
Por ello, es indispensable realizar el análisis sobre las exigencias que la sociedad 
moderna y esta economía de libre mercado están planteando al sistema educativo 
en general y a la educación superior en particular. 
 19 
 
 
El desarrollo industrial, entre muchos otros factores, ha sido el principal 
acontecimiento que ha marcado el proceso educativo en México. El Sistema 
Educativo Nacional ha sufrido, a lo largo de su historia, numerosos cambios y 
reestructuraciones y ha emitido, en consecuencia, diversas disposiciones para 
cada nivel educativo que lo conforma. 
 
Las instituciones educativas existentes y las de nueva creación, han debido 
modificar sus planes y programas, en función de la concepción de educación que 
se tiene actualmente y han definido las acciones a llevar a cabo para lograr las 
diferentes metas y objetivos que en ellos se plantean. 
 
Así, podemos enlistar algunos de esos proyectos que se pusieron en marcha con 
múltiples objetivos, primordialmente los relacionados con la calidad, la equidad y 
la cobertura, por ejemplo: El Plan Nacional para la Expansión y la Mejora de la 
Enseñanza Primaria en 1958, la creación de la Comisión Nacional de 
Planeamiento Integral de la Educación en 1965, La Reforma Educativa realizada 
en el sexenio 1976-1982, el Plan Nacional de Educación en 1977, el Programa 
para la Modernización Educativa en el sexenio 1988-1994, mismo en el que 
México comenzó a formar parte de la Organización para la Cooperación y el 
Desarrollo Económico (OCDE), el Acuerdo Nacional para la Modernización de la 
Educación Básica (ANMEB) en 1992, el Programa de Desarrollo Educativo, el 
Programa Nacional de Actualización de los Maestros, la Reforma del Artículo 3° 
Constitucional en 1993, entre otros no menos importantes derivados del ANMEB y 
retomados en periodos posteriores, para ampliar información, véase el trabajo de 
Villalpando (2009). 
 
Analizando la lista anterior, podemos dar cuenta de que los principales problemas 
que ha tratado de resolver el Sistema Educativo Nacional coinciden con el 
aumento de la cobertura, la adecuación de la educación a las necesidades, 
intereses y capacidades de la población, la disminución del nivel de deserción y 
 20 
 
reprobación, el aumento de la eficiencia terminal, la mejora de la equidad y, sobre 
todo, elevar la calidad de vida. 
 
Ahora bien, si nos detenemos un poco a mirar el contexto mundial en el que estos 
proyectos se fueron construyendo, podremos observar que han ido acorde con los 
modelos económicos, de producción e ideológicos que han imperado globalmente 
(Torres:2000); así, por ejemplo,en el sexenio que comprende de 1982-1988, el 
primer gobierno neoliberal en México, los discursos oficiales giraban en torno al 
término “calidad” mismo que se utilizaba en el modelo de producción toyotista, 
caracterizado por la eliminación de los recursos sobrantes, al considerarlos como 
un despilfarro y la implantación de la producción ligera, reducida ésta a las 
funciones, los equipos y el personal estrictamente requeridos para satisfacer la 
demanda diaria o semanal (cfr. Torres:2001); posteriormente, en el sexenio 1988-
1994, donde se hizo énfasis en la precarización del Estado de Bienestar y al 
mismo tiempo al imperar profundamente la ideología neoliberal, la característica 
principal de la política educativa fue la de “modernización”, en donde ya se 
hablaba de proporcionar el conjunto de conocimientos, habilidades, capacidades 
y destrezas necesarios para el desenvolvimiento del individuo para que se 
adecuara eficazmente a su propio desarrollo y al progreso del país (SEP: Acuerdo 
Nacional para la Modernización de la Educción Básica). 
 
Y como los ejemplos anteriores podríamos seguir enumerando muchos otros; sin 
embargo, el punto al que queremos llegar es a que, de acuerdo con Torres 
(2000:25) “los sistemas educativos [y por lo tanto sus reformas] no acostumbran a 
permanecer indiferentes ante los cambios en los modos de producción y modelos 
empresariales”. 
 
Es él mismo quien establece los símiles entre los modelos de producción y la 
estrecha relación con los sistemas educativos, haciendo la interesante 
comparación del modelo de producción taylorista, en donde desde su 
interpretación, unas personas pasan a ser las que piensan y deciden y otras las 
 21 
 
que obedecen, esto en el terreno educativo, según su comparación, equivale a 
que “ni el profesor ni el alumnado puedan participar en los procesos de reflexión 
crítica sobre la realidad” (Torres: 2000:17), y lo que realmente se aprende en las 
instituciones son las capacidades relacionadas con la obediencia y la sumisión 
hacia la autoridad, lo que ha derivado en el inconformismo por parte de la 
comunidad docente y estudiantil de las instituciones educativas. 
 
Por su parte, el modelo de producción fordista se traduce en una filosofía en la 
que lo menos importante son las necesidades e intereses de las personas, los 
puestos de trabajo, en su mayoría, pueden ser desempeñados fácilmente por 
cualquier persona y sin necesidad de una formación especializada, lo anterior es 
equiparable, en el terreno educativo, a la aparición de un gran número de 
individuos carentes de iniciativa y sin posibilidades de realizar propuestas y, 
además, los alumnos adoptan como estrategia de sobrevivencia en las escuelas, 
la acumulación de contenidos que no se relacionan entre sí, descontextualizados 
y en donde al final, lo verdaderamente importante son las calificaciones, de la 
misma manera que para los trabajadores sus salarios. De igual forma, podemos 
pensar que las actividades que se realizan bajo el modelo toyotista han ido 
dejando huella también en el Sistema Educativo. 
 
Cada modelo, mientras se encuentra vigente, requiere de la formación de 
individuos que cuenten con ciertas capacidades, conocimientos, habilidades y 
valores que se adapten a sus necesidades y es en este terreno donde las 
instituciones escolares tienen mucho que decir, para efectos de este trabajo se 
pone énfasis en las Instituciones de Educación Superior encargadas de la 
formación profesional de los individuos. 
 
Ahora bien, pensando positivamente y siguiendo la reflexión que viene manejando 
Torres (2000), si las dificultades y problemas de los modos de producción se han 
ido resolviendo paulatinamente con el reemplazo de un modelo de producción por 
otro que se adapte a las nuevas necesidades y requerimientos de las sociedades 
 22 
 
y después, con otro tipo de adaptaciones que complementen dichos cambios, es 
posible pensar que lo mismo ocurra con el Sistema Educativo. 
 
Los ejemplos anteriores nos parecen importantes en la medida en que el Sistema 
Educativo Mexicano se ha visto involucrado en una lógica semejante, de tal 
manera que hoy en día, al igual que en la mayoría de los países que actúan al 
compás que El Neoliberalismo y La Globalización tocan, se ha introducido en él el 
“favorecimiento del credencialismo y de la excelencia competitiva” 
(Torres:2001:145-148). De ahí que todas aquellas reformas y proyectos, cobran 
sentido si tenemos en cuenta la relación tan estrecha que existe entre las esferas 
económica y educativa. 
 
Desde cualquier concepción que se tenga de calidad, modernización o desarrollo, 
estos elementos han sido el eje articulador de todo el engranaje de las Políticas 
Educativas Nacionales e Internacionales en la historia del Sistema Educativo 
Mexicano, que asociados con los logros de aprendizajes y el desarrollo de 
competencias, hacen que volteemos la mirada hacia la misión de las instituciones 
escolares y también, de manera obligada, a aquella articulación pedagógica en la 
que se sustentan para promover el desarrollo de los individuos. 
 
Sin embargo, analizando nuestro contexto actual y nuestra realidad educativa, a 
pesar de que los vertiginosos cambios mundiales exijan una especial atención a la 
formación y aprendizajes en materia científica y tecnológica para favorecer y 
acelerar la productividad y el desarrollo económico tan necesarios para los países 
subdesarrollados y mediante ellos aumentar las posibilidades de las familias 
mexicanas para mejorar su calidad de vida, el problema del Sistema Educativo 
no sólo se limita a la calidad en el nivel de conocimientos, ni cuántos de ellos 
estén orientados a esta esfera de conocimiento, pues la única certeza de que 
sean éstas las que brinden mayores oportunidades, no va más allá de algunos 
salarios muy buenos que ganan quienes se especializan en ellos. 
 
 23 
 
Ahora bien, esta visión reduccionista en los planes y programas de estudio 
dotados de una racionalidad puramente instrumental, deja a las instituciones 
escolares, a los docentes y a los estudiantes frente a problemas de mayor 
preocupación. 
 
Cuestiones como la obtención de habilidades cognoscitivas indispensables para 
adquirir, organizar, transformar y aplicar dichos conocimientos se han dejado de 
lado tanto en la teoría como en la práctica, porque el mayor interés se centra en 
dotar a los estudiantes de conocimientos y herramientas específicos para 
desempeñar sólo ciertas actividades y además los modelos curriculares vuelven a 
orientarse por un conjunto de aprendizajes esperados que no son más que 
conductas observables. 
 
Estas “nuevas” propuestas pedagógicas que traen consigo, por ejemplo, el 
modelo curricular por competencias, son similares a las ya superadas en años 
pasados, en donde el problema no es realmente el enfoque, sino que éste sea 
utilizado para respaldar aquellos objetivos que se pretenden alcanzar y en 
consecuencia, carezca de una fundamentación pedagógica que sostenga en 
teoría y práctica la acción educativa que se está llevando a cabo. 
 
Como sostiene Cuevas (Navarro:2001:187) “estos planes y programas de estudio, 
lejos de ser herramientas orientadoras para el trabajo docente, se pueden 
convertir en materiales sin sentido”. 
 
Sumado a lo anterior, las cuestiones relacionadas con la cobertura, la calidad de 
la enseñanza, la formulación de políticas educativas realizadas por economistas 
para ser aplicadas por los docentes, la escasa participación social, el deficiente 
financiamiento y todavía más grave, la incapacidad y falta de responsabilidad para 
hacer un uso correcto de los recursos con los que se cuentan, son los mismos 
problemas de los que se hablaba desde las primeras reformas, desde los 
primeros proyectos que se crearon para mejorar la calidad educativa. 
 24 
 
 
Con base a lo anterior, podemos afirmar que los problemasque sigue enfrentando 
la educación en México están directamente relacionados con la “modernización”, 
la misma que se planteaba desde los años 80, ¿qué es entonces lo que ha estado 
ocurriendo con todos esos discursos donde se han planteado estas necesidades 
por transformar nuestro Sistema Educativo? 
 
Cuando se piensa en la creación de reformas y políticas educativas, es necesario 
partir de realidades: social, económica, política, cultural, y la misma realidad 
educativa del país, dejando de lado las comparaciones con los índices de 
desarrollo de otros países con diversas características. 
 
Asimismo, es preciso que estas acciones no se reduzcan a visiones tan simplistas 
de carácter técnico-instrumental y económico, y entonces sí, podemos pensar que 
las políticas educativas cobren sentido desde la “modernización”. De lo contrario, 
estas últimas dejarán de ocupar la tarea orientadora en la toma de decisiones y se 
convertirán en un instrumento más de las demandas del mercado. 
 
De acuerdo con Pérez (1999), para entender la importancia de las interacciones 
que se llevan a cabo en los contextos escolares, es indispensable comprender 
cuáles son las características de estas instituciones sociales en relación con las 
disposiciones en materia de política educativa. 
 
Ahora bien, no podemos hablar de Política Educativa sin mencionar la 
participación de los Organismos Internacionales (OI) desde donde son pensadas 
bastantes de ellas y señaladas después a cada país como “recomendaciones”. 
 
1.2.1 BM, FMI, OCDE, UNESCO 
 
De acuerdo con Torres (2000:18) fue “a partir de los años ochenta, (…), [que] las 
élites políticas, económicas y militares norteamericanas optaron por obligar al 
 25 
 
resto del mundo a moverse a su ritmo”. Es entonces en este momento cuando 
cobran vida una serie de organismos cuya finalidad es la de coordinar una 
reconstrucción social y económica mundial; entre estos organismos surgen el 
Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Estas dos 
instituciones son las que están desempeñando el papel más importante en la 
restricción del poder de los Estados. 
 
La expresión “organismo” (cfr. Diccionario de la Real Academia 
Española:2001:1631) se refiere a las agencias públicas o privadas, creadas y 
sostenidas por los diversos países que, mediante la emisión de leyes se ocupan 
de funciones de interés general. No perdamos de vista que los organismos de los 
que aquí hablamos han tenido una gran responsabilidad en lo que respecta al 
desarrollo de la educación, no se pueden considerar unidireccionales y, además, 
es necesario tomar en cuenta que no apuntan a entidades con características 
comunes; otro de los puntos por los cuales es importante su revisión. 
 
Es desde estos organismos que se llevan a cabo acciones impuestas a los 
países, tales como la restricción del gasto público, congelaciones y reducciones 
de salarios, la flexibilización del mercado de trabajo para realizar contrataciones 
precarias de trabajadores, entre muchas otras. 
 
Teniendo en consideración las diferencias que existen entre estos organismos; es 
decir, entre aquellos que otorgan financiamientos a proyectos y los que, por otra 
parte realizan estudios y recomendaciones, podemos decir que los Organismos 
Internacionales más interesados en la problemática educativa son: El BM, La 
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura 
(UNESCO), El FMI y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo 
Económico (OCDE). 
 
Habrá que plantear la necesidad de mirar el surgimiento y el trayecto histórico de 
ellos si lo que se pretende es encontrar las contradicciones que establecen en sus 
 26 
 
reformas, leyes, discursos y planteamientos, pues no es despreciable el hecho de 
que también han atravesado por diversas redefiniciones que los hacen objeto de 
estudio. 
 
El BM el principal organismo financiero del que surge el FMI; cabe señalar que se 
trata de dos organizaciones independientes dentro de un mismo sistema. Una de 
sus principales “tareas” es la de otorgar créditos para apoyar programas 
educativos en diferentes niveles en los 188 países miembros de esta organización 
(cfr. pagina oficial del BM) canalizar los fondos económicos privados a programas 
y proyectos que se pretendan poner en marcha en el mundo, favoreciendo el 
desarrollo; de esta manera, esas inversiones pueden darse en materia de salud, 
pobreza, educación, infraestructura y medio ambiente. 
 
Es importante recordar que este organismo, dentro de sus múltiples tareas, es 
también productor de estudios y documentos sobre política educativa, que tiene 
como tema principal el conocimiento y su vínculo con el desarrollo. 
 
Las principales preocupaciones del BM sobre los niveles educativos son, en 
general, el acceso, la equidad, la calidad, la administración de recursos, la 
internacionalización, el financiamiento y la eficiencia interna, además de una 
creciente preocupación por el aprendizaje y la educación en un contexto de 
globalización y competencias. 
 
La educación es un tema importante de ineludible atención para esta organización 
y, en México, una gran cantidad de proyectos financiados corresponden a este 
sector, enfocándose primordialmente en los niveles básico y superior, al 
implementar en ellos criterios economicistas y de mercado como eficiencia y 
competitividad. 
 
No obstante lo anterior, las más importantes reformas y proyectos que buscan 
una mayor competitividad económica, financiados por este organismo, recaen en 
 27 
 
el nivel básico y no con el mismo peso en la Educación Superior, cuando en la 
actualidad, el mercado laboral y el sector productivo exigen, al menos, 12 años de 
escolaridad, una gran contradicción si lo que se pretende es generar y lograr un 
mayor desarrollo económico. 
 
Por otro lado, echemos una mirada a las propuestas del BM dirigidas a los 
diferentes niveles que componen el Sistema Educativo; de acuerdo con Alaníz 
(1995:9-11), éstas se caracterizan de la siguiente manera: 
 
Para la educación básica: 
 
 Flexibilidad 
 Autonomía Escolar 
 Rendición de cuentas 
 Establecer sistemas de Evaluación 
 
Para la educación media recomienda: 
 
 Transitar de la educación básica hacia la educación media 
 Promover la certificación de destrezas a nivel técnico 
 Hacer énfasis en la formación incrementar la productividad 
 Mejorar las habilidades técnicas de la fuerza laboral 
 Ampliar la cobertura 
 Establecer un bachillerato nacional 
 
Para la educación superior únicamente plantea como principal reto la integración 
de la economía del conocimiento. 
 
La anterior recomendación del BM para la Educación Superior tiene como 
sustento el hecho de que los empleadores actualmente no buscan un dominio 
teórico en los egresados de las universidades, sino las habilidades y destrezas 
 28 
 
con que éstos cuenten para procesar nueva información y además argumenta que 
las Instituciones de Educación Superior (IES) se escudan bajo su carácter de 
autonomía para liberarse de las presiones del mercado, olvidando que “El 
desarrollo institucional se encuentra ligado íntimamente al desarrollo humano y 
profesional de las personas que viven la institución y viceversa, la evolución 
personal y profesional provoca el desarrollo institucional” (Pérez:1999:128). 
 
Otro aspecto destacable sobre este organismo es que si no se cubren las 
condiciones que establece para el desarrollo de cada proyecto financiado en 
México, impone serias sanciones a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público 
(SHCP), instancia donde se realizan los contratos, y es aquí donde encontramos 
una contradicción más, pues la responsable de la creación e implementación de 
proyectos educativos es también la SHCP y no especialistas en materia 
educativa, lo que a su vez implica que las reformas se orienten más al ejerciciode 
los recursos que a las prioridades educativas. 
 
Por su parte, la UNESCO, de acuerdo con su página oficial, trabaja bajo los 
principios de igualdad de oportunidades educativas, el libre intercambio de ideas y 
conocimiento, la no restricción, etc., y su principal propósito es el de “contribuir a 
la consolidación de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y 
el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la 
comunicación y la información”, centrando sus prioridades en: 
 
 África. 
 La igualdad entre hombres y mujeres. 
 Lograr la educación de calidad para todos y el aprendizaje a lo largo de 
toda la vida. 
 Movilizar el conocimiento científico y las políticas relativas a la ciencia con 
miras al desarrollo sostenible. 
 Abordar los nuevos problemas éticos y sociales. 
 Promover la diversidad cultural, el diálogo intercultural y una cultura de paz. 
 29 
 
 Construir sociedades del conocimiento integradoras recurriendo a la 
información y la comunicación (cfr. página oficial). 
 
Lo anterior nos da pauta para afirmar que, en medio del actual contexto 
globalizador, este organismo aún posee una visión humanista y social de la 
educación, a diferencia del resto que sólo ponen de manifiesto un interés 
primordialmente económico. 
 
Entre sus actividades se encuentran la realización de estudios sobre los avances, 
transferencias e intercambios del conocimiento, así como de cooperación cívica e 
intercambio especializado de información. Este organismo únicamente emite 
recomendaciones a los países que forman parte de él, no financia proyectos, a 
excepción de aquellos que se generan en su interior. 
 
La educación es una de las principales esferas de la UNESCO y este sector tiene 
por cometido “contribuir a la construcción de un mundo sostenible de sociedades 
justas, que valoren el conocimiento, promuevan la paz, ensalcen la diversidad y 
defiendan los derechos humanos mediante la Educación para Todos” (UNESCO: 
http://www.unesco.org/education/educprog/wche/declaration_spa.htm), mientras 
que su misión se plantea de la siguiente manera: 
 
 Asumir un liderazgo internacional en la creación de sociedades del 
aprendizaje que otorguen oportunidades de educación a toda la población. 
 Entregar conocimientos especializados y fomentar la creación de alianzas 
encaminadas a fortalecer el liderazgo y la capacidad nacional para ofrecer 
una educación de calidad para todos. 
 
El trabajo de la UNESCO es el de un líder intelectual, un mediador honesto y un 
centro de intercambio de ideas, que busca impulsar el avance, tanto de los países 
como de la comunidad internacional en la consecución de estos objetivos, 
 30 
 
facilitando el desarrollo de alianzas y contribuyendo a monitorear el avance de la 
educación, en particular, a través de publicaciones anuales. 
 
Este organismo señala en su Declaración Mundial Sobre la Educación Superior 
en el Siglo XXI: Visión y Acción de 1998, que no se cuenta con IES que posean 
características adecuadas para crear personas capacitadas y cultas y que es por 
medio del intercambio de conocimientos, la cooperación internacional y las 
tecnologías, que se podrá alcanzar y brindar la calidad y la pertinencia. Las 
anteriores acciones exigen, según la UNESCO, la participación del gobierno y de 
cada sistema de educación, así como de todas las partes interesadas. 
 
A su vez, en el apartado “Misiones y Funciones de la Educación Superior” del 
documento anteriormente citado, proclama 17 artículos a los que todas las IES 
deberán responder para alcanzar las metas planteadas con antelación. 
 
Lo anterior permite situar a los estudiantes, cualquiera que sea el nivel de 
estudios del que se hable, en el primer plano de sus preocupaciones; no obstante, 
preocupa la situación de tener que responder a todas las necesidades que este 
organismo plantea en términos de educación y al mismo tiempo tener que 
responder las demandas de organismos como el BM o el FMI. 
 
Es de relevancia mencionar que algunas publicaciones que la UNESCO ha 
realizado en materia educativa, giran en torno a la Política Educativa para la 
Educación Superior, cuyos ejes principales son la igualdad de género, la 
diversificación, la promoción, la integración, el mejoramiento de la educación a 
distancia, la pertinencia, la calidad, el vínculo entre la educación y el desarrollo 
humano, la equidad y, sobre todo, la eficacia en la aplicación de las reformas 
educativas, lo que permite corroborar su seria preocupación por mejorar las 
condiciones de la educación superior a nivel mundial. 
 
 31 
 
Pasando a otro organismo, México comenzó a formar parte de los 30 países que 
conforman la OCDE en 1994, esta institución reúne a los países más 
industrializados en economía de mercado, tiene como propósito promover la 
utilización de sus recursos para lograr el desarrollo económico y la estabilidad 
financiera interna y externa, promover el desarrollo de sus recursos científicos y 
técnicos, fomentar la investigación y favorecer la formación profesional. Los 
miembros que conforman la OCDE se ven obligados a consultarse 
continuamente, efectuar estudios y participar en proyectos aceptados de común 
acuerdo. 
 
Unas de las tareas que lleva a cabo este organismo es la de realizar estudios y 
formular políticas en muchas esferas económicas y sociales, sin embargo, 
tampoco otorga financiamiento para llevar a cabo ningún proyecto. 
 
Según este organismo, los puntos de mayor interés en torno a la educación 
superior son: la transición entre la educación superior y el empleo, la solución de 
problemas concernientes a la educación media superior, basándola en el 
conocimiento real, efectivo y cualitativo de conocimientos; y la reducción de los 
recursos económicos que se emplean en la educación superior2. 
 
Cabe señalar que, al mismo tiempo que se realizan las anteriores apreciaciones 
sobre la educación superior, este organismo también plantea, con carácter de 
urgente, la necesidad de implementar duros estándares de evaluación y enfocar 
el sistema educativo a la obtención de resultados que sean medibles y 
pertinentes; si bien es cierto, estas recomendaciones han conducido al gobierno a 
una participación más activa, también presentan bastantes discrepancias. 
 
 
2
 La lista aquí presentada fue extraída de la página web: http://www.eumed.net/libros-
gratis/2010a/634/politicas%20educativas%20de%20los%20organismos%20internacionales.htm, 
sin embargo, no fue posible encontrar la referencia directa que este documento plantea. 
 
 32 
 
Una vez planteada la influencia que los organismos internacionales tienen en la 
política educativa, es necesario preguntarnos cuán pertinentes son para los 
objetivos nacionales que se buscan; es decir, en teoría, los discursos que se 
emiten desde dichos organismos buscan las mismas condiciones para todos los 
países, pero pierden de vista que no todos cuentan con las mismas 
características y posibilidades para implementarlas y obtener los mismos 
resultados. 
 
Aunque los numerosos análisis que se han llevado a cabo sobre política educativa 
y su relación con los organismos internacionales han dado cuenta de lo 
insuficientes que todas sus propuestas han sido para el cumplimiento de los 
objetivos que ellos mismos plantean, estas reflexiones carecen aún de propuestas 
mejor elaboradas por quienes sí compete realizarlas; esto es, por especialistas en 
materia educativa que hagan notar que todo lo que han hecho los economistas y 
políticos no es compatible con el sistema educativo, aunque no debemos olvidar 
que los gobiernos tienen otros motivos para establecer acciones educativas. 
 
Las recomendaciones y políticas emitidas por estos organismos, ya sean 
específicas o generales, están siendo asumidas sin criterio y sin sentido por el 
gobiernoMexicano, adquiriendo parte de la responsabilidad de las consecuencias 
que llevar a cabo estas acciones pueda tener. 
 
En otro orden de ideas, hemos estado recibiendo asistencia en materia educativa 
para reformar todo cuanto sea posible, basada en fundamentos totalmente 
cuestionables, cuyas propuestas conducen a resultados no concluyentes y más 
bien objetables, de manera que, por poner algún ejemplo, han ido en crecimiento 
el número de los alumnos que ahora egresan con alguna formación técnica o 
profesional y, sin embargo, la insatisfacción del mercado laboral no ha 
disminuido, el desarrollo económico sólo se percibe en niveles institucionales y no 
personales y la calidad de vida de los individuos se dirige, cada vez más, a la 
precariedad. 
 33 
 
 
Para comprender qué está pasando en las esferas políticas, culturales, sociales y, 
por supuesto, en el sistema educativo, es preciso analizar las dinámicas que se 
están promoviendo desde la esfera económica. No podemos entender las 
repentinas crisis económicas y sociales del país sin poner atención a las 
situaciones que está causando el fenómeno globalizador. 
 
1.3 Sociedad-Educación ¿Un binomio (des) alentador? 
 
La educación es la columna vertebral de toda sociedad; sin embargo, es triste ver 
que en la nuestra se le ha dado poca importancia desde niveles “macro”, hasta en 
el seno de las mismas instituciones educativas. No podemos pensar en la 
existencia de una buena sociedad sin la existencia de una buena educación, ya 
que una define a la otra y viceversa. 
 
Todos los individuos tenemos el derecho a recibir una buena educación; de 
hecho, es una de las principales demandas de la sociedad, pero, ¿qué es lo que 
entendemos por una buena educación? Seguramente si se realizara alguna 
encuesta que gire en torno a esta pregunta, encontraremos tantas respuestas 
como individuos haya en la sociedad y, más allá de las diferentes definiciones que 
podamos encontrar, éstas se pueden homogeneizar si entendemos que, una 
buena educación depende de aquello que la sociedad quiera conceder a la 
educación y obtener de ella. 
 
La relación entre educación y sociedad está dada en función de muchos 
elementos: las necesidades de bienestar, la calidad de vida, el desarrollo, el 
progreso, el crecimiento, la cultura, el mundo del trabajo, la salud, la historia, la 
economía, la ética, los valores, la familia, la política y también en función de los 
retos del mundo actual. De ahí, que es imposible dirigir la mirada a la educación 
sin voltear a mirar a la sociedad, porque la naturaleza de la sociedad se encuentra 
 34 
 
determinada por la naturaleza de su sistema educativo y esta determinación 
también es recíproca. 
 
A partir de esta estrecha relación, es lógico que en los momentos en los que se 
inician crisis de cualquier índole, un miedo, por cierto bien fundado, se comienza a 
apoderar de la estructura social y casi de manera inmediata surgen los discursos 
oficiales, a propósito, emitidos por las organizaciones arriba trabajadas, que tratan 
de explicar y justificar todo, recurriendo a lo que tienen más al alcance y 
aparentemente lejos de su responsabilidad: la educación. 
 
No obstante, no es justo ni honesto adjudicar a la educación o al sistema 
educativo toda la culpa de algo que en ella no se originó, sino que es 
consecuencia de los actuales modelos ideológico y económico que traen consigo 
concepciones de sociedades coherentes con su perspectiva economicista y 
consumista de la vida. 
 
La continua pérdida de identidad y la despersonalización de la estructura social ha 
ido armando un engranaje en el cual las personas que la conforman han perdido 
su carácter de individuos, se han deshumanizado, han cambiado de una identidad 
ciudadana a una identidad estereotipada, favoreciendo al enorme organismo 
económico que lo controla todo. Pero entonces, ¿qué papel juega la educación en 
este contexto? 
 
El conjunto de instituciones educativas puede llegar a ser, dentro de todo el 
espectro existente, quien juega el papel más importante dentro de la actual 
reestructuración social y económica. La escuela es uno de los espacios 
privilegiados, excelente por naturaleza, para la reproducción de ideales 
economicistas y para la formación de individuos con destrezas mecánicas y 
técnicas. 
 
 35 
 
Así, en la visión que se tiene actualmente del mundo, la escuela debe funcionar 
como una empresa, semejante a aquellas que ofrecen bienes y servicios, que 
tienen clientes y que compiten en el mercado: la institución escolar es definida y 
entendida dentro de una perspectiva empresarial. 
 
La formación de ciertas competencias, habilidades y destrezas indispensables, 
según los OI, para que los individuos estén suficientemente preparados para 
desempeñarse de una forma competitiva en un selectivo y cada vez más exigente 
mundo laboral y social, es ofertada cada vez más por la iniciativa privada en 
materia educativa, tergiversando el papel original que debería desempeñar la 
institución escolar, reemplazando, manipulando, renovando y además obviando la 
nueva tarea que ésta debe desempeñar, cambiando consecuentemente los 
principios e intereses que buscan estudiantes y profesionales como individuos y 
actores sociales. 
 
La situación anteriormente planteada explica los motivos de que todos los OI 
dediquen numerosos esfuerzos y tiempo a la elaboración de discursos que 
sostengan, fundamenten y subrayen la ineludible necesidad de emprender 
reformas educativas, para adecuar a las instituciones escolares a las nuevas 
demandas económicas y de producción. 
 
La visión que estos organismos tienen de las instituciones educativas ha 
impactado fuertemente en la sociedad, en la medida en la que éstas van a 
contribuir al desarrollo económico no sólo nacional sino internacional y al 
favorecimiento de los mercados transnacionales. 
 
La tan de moda globalización e internacionalización de los mercados ha podido 
imponer como motor de vida de los individuos una racionalidad instrumental, 
técnica, económica y acrítica, que se resume en otorgar valor sólo a aquellas 
cosas que van a producir beneficios económicos, pasando la parte social y la 
moral a un segundo plano. 
 36 
 
 
Con base en lo anterior, también es posible entender que el carácter de la 
educación pública quede desplazado por una concepción instrumental, y tal 
parece que el sistema educativo, desde el nivel de educación básica asume, cada 
vez con mayor énfasis, planteamientos mercantiles como la capacitación para el 
trabajo o la capacitación profesional; en otras palabras, busca habilitar sólo para 
encontrar empleos, de ser posible, bien pagados. Lo anterior se puede constatar 
con las recomendaciones que el BM hace para este nivel de estudios. 
 
Este panorama social trae consigo consecuencias adversas, pero no irreparables. 
Los individuos que están en edad de obtener una formación profesional y que la 
buscan, corren el riesgo de reducir el interés por crecer profesionalmente sólo a 
una necesidad que se guía por una formación con altas posibilidades de ser 
demandada por los nuevos mercados, y conseguir un puesto de trabajo en el 
sector privado puede llegar a ser la única meta. 
 
Así, de acuerdo con Torres (2001), las IES de carácter público, y por ende, con 
intereses públicos, acaban siendo absorbidas por el sector privado, 
convirtiéndolas en las instituciones de formación de mano de obra calificada para 
el sector empresarial. 
 
Pensar la educación en el seno de la sociedad como un bien más que se puede 
consumir en el mercado, supone promover una mentalidad consumista que se 
adopta como filosofía de vida, implica acercarse a la tarea educativa pensando 
como consumidores y no con una conciencia crítica y reflexiva de la acción 
educativa, siendo lo único importante el valor que una u otra oferta educativa 
tenga para el mercado laboraly los beneficios que pueda tener cursar 
determinada carrera profesional. 
 
Estos fenómenos de libre mercado y libre competencia, llevados al terreno 
educativo, están dando lugar a la construcción de un “ser humano” 
 37 
 
deshumanizado, insensible y dominado. Así lo definen Heap, Hollis, Lyons, 
Sugden y Weale (1992) citados en Torres (2001:23) quienes plantean dos tipos 
de personalidad que describen muy bien las conductas que se están promoviendo 
en la sociedad actual: El homo sociologicus y el homo economicus. 
 
El primero de ellos se guía por normas y valores que ha adoptado sin una claridad 
y conciencia de sus por qués, sin embargo, tampoco siente que necesita saberlos 
para poder desempeñar un papel en la sociedad; por su parte, el homo 
economicus se define por una racionalidad instrumental y la búsqueda constante 
y calculada de beneficios que satisfagan sus necesidades o las de otras 
personas, pero sabiendo que él también va a obtener ventajas y beneficios. 
 
Siguiendo a Torres, no importa cuál sea el modelo que adopten los individuos, 
uno u otro aceptan de manera implícita las reglas sociales existentes y se adaptan 
a ellas para tratar de resolver sus exigencias personales y obtener los máximos 
beneficios individualmente. Ambos representan el triunfo del individualismo y 
aspiran a la perpetuación de las condiciones sociales existentes, jamás a su 
transformación. 
 
Ante este panorama la educación no es un derecho social sino un bien que se 
busca conforme a la situación social de los individuos, es decir, sirve como un 
aparato reproductor de roles sociales. Así, se educa para ser un trabajador, un 
empleado, un profesional, un erudito, mano de obra especializada, propietario o 
no propietario, empresarios, obreros, etc. 
 
No obstante todo lo anterior, queda algo en lo que debemos confiar. Si bien en 
líneas anteriores hablamos del sistema educativo y de sus instituciones, no 
comprometimos a la educación en su sentido más puro, aquel proceso mediante 
el cual se generan conocimientos, se adquieren valores, costumbres, formas de 
actuar, aquel que no sólo se produce a través de la palabra, sino de los actos 
explícitos de quienes se ven inmersos en el fenómeno educativo. 
 38 
 
 
Esta relación entre la sociedad y la educación ha sido un recurso mediador de las 
condiciones sociales durante muchos años; es necesario y urgente, por tanto, 
replantear la relación en función de la sociedad que se pretende construir, que se 
pretende alcanzar, por ello, al principio de este apartado decíamos que una buena 
educación depende de lo que la sociedad quiera de ella y esté dispuesta a 
ofrecerle. 
 
No hay duda sobre la función que juega la educación en la sociedad; sin 
embargo, la cuestión es cómo se vincula el entorno y contexto social y cultural de 
los sujetos que se educan en la escuela (entiéndase que no es lo mismo la 
educación que se recibe fuera y dentro de los centros escolares), para lograr una 
armonía con la sociedad. 
 
Sumado a lo anterior, no es difícil orientar nuestros pasos hacia esa armonización 
de la sociedad si se tiene presente que todo tipo de educación obedece a un 
concepto que se tenga de hombre, de ciudadano y que es el que se pretende 
formar en sintonía con la sociedad a la que se aspira, basta entonces volver 
nuestra atención al tipo de ciudadanos que el sistema educativo ha querido formar 
desde años atrás y actuar en consecuencia, guiando las reformas e innovaciones 
educativas que conduzcan a hacer realidad esas aspiraciones. 
 
Si bien es cierto que nos encontramos en un momento de crisis social, cultural, 
económica y política nacionalmente, también lo es que los modelos hegemónicos 
que nos han venido dominando también lo están; en consecuencia, es este el 
momento preciso de apuntar hacia una reconstrucción y consolidación de una 
sociedad más justa, de igualdad de oportunidades, equitativa, que rompa los 
esquemas que nos han sido impuestos. 
La educación, en efecto, no es neutral como lo sostiene Freire (1990) y siguiendo 
su reflexión, o ésta sirve para formar individuos que integren a la sociedad actual 
con sus condiciones y características, adaptándose a sus dinámicas; o bien, se 
 39 
 
convierta en una “práctica de libertad”, que en su lógica significa formar personas 
críticas, reflexivas, creativas y capaces de transformar su realidad social. 
 
Sólo así se puede pensar en el conocimiento como un instrumento que sirva al 
desarrollo de la sociedad, favoreciendo la construcción de un ser social que 
piense y reflexione sobre lo que sabe y no como una acumulación de saberes que 
siga promoviendo el individualismo y el consumismo. 
 
Si algo hemos aprendido a lo largo de la historia es que las necesidades sociales 
cambian y se transforman, al mismo que tiempo que cambia la sociedad, de 
manera que las necesidades actuales no van a ser las mismas que las del futuro. 
Todo el desarrollo que se ha vivido mundialmente en los últimos años no debe 
convertirnos en personas imprudentes, por el contrario, es cuando más claridad y 
lucidez debemos poseer para enfrentar lo que se nos está demandando y actuar 
en consecuencia y no sólo buscar dar respuestas precipitadas y vacías en 
contenido. 
 
Es obvio que la educación no es la única ni la principal clave de la transformación 
de las sociedades, no se nos puede hacer pensar que la educación es la panacea 
que todo lo va a curar, menos aún, en sociedades donde las desigualdades están 
respaldadas por sus propias instituciones, públicas y privadas, en sociedades que 
no asumen el principio de igualdad de oportunidades y de justicia. Por eso, 
preparar a las nuevas generaciones para convivir, compartir y cooperar, obliga a 
planificar y desarrollar propuestas curriculares que contribuyan a reforzar ese 
modelo de sociedad que se persigue. 
 
Es urgente un modelo curricular que conecte efectivamente los aprendizajes al 
mundo real, a los contextos donde el individuo se desarrolla y en los que participa, 
permitiendo que actúe sobre ella, que propicie el aprendizaje sobre la dinámica 
social y promueva la conciencia del lugar que ocupa el individuo en la sociedad, 
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en la vida y en el mundo y, que a su vez, provea también de actitudes, 
capacidades, habilidades y destrezas para un mayor desarrollo personal. 
 
1.4 La Educación Superior en México. ¿Un proyecto “Nacional”? 
 
Entendemos por Educación Superior (ES) a los procesos educativos de formación 
profesional y de posgrado que convergen en diferentes campos de conocimiento y 
que tiene como fin último la inserción de los individuos a los procesos y 
actividades sociales, económicas, políticas y culturales de una nación. 
 
La ES abarca todos aquellos procesos educativos que tienen lugar en institutos, 
colegios, seminarios, diplomados, escuelas superiores, universidades, etc., que 
han surgido en el trayecto de la historia de la educación en México. 
 
El Sistema de Educación Superior ha sufrido tantas modificaciones en su 
concepción como modelos de sociedad han existido en México. Desde proyectos 
como la creación de la Real y Pontificia Universidad Mexicana, el desplazamiento 
de la educación clerical, el impulso desde épocas remotas a la educación 
científica y abierta al progreso, el surgimiento de los establecimientos de estudios 
superiores, la creación de la Universidad Nacional de México, las escuelas 
creadas para Ingenieros, etc., han ido consolidando la ES en México, sin 
embargo, muchos de estos proyectos han carecido de una visión integral de la 
misma. El desarrollo de este sistema de educación superior pública no ha sido 
para nada homogéneo, hay instituciones cuyos antecedentes datan del siglo XVI y 
otras que han surgido más recientemente a partir de proyectos encabezados por 
el Estado (Villalpando:2009). 
 
Asimismo, surgen instituciones privadas como resultado de la alianza

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