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VARIABLES_SOCIODEMOGRAFICAS_EN_EL_PROCES

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VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS EN EL 
PROCESO DE DESGASTE PROFESIONAL DE 
ENFERMERÍA 
 
 
 
 
Bernardo Moreno Jiménez 
Doctor en Psicología. Profesor titular del departamento de Psicología Biológica y de la 
Salud. Universidad Autónoma de Madrid. 
Centro Universitario de Salud Pública 
 
 
José Luis González Gutiérrez 
Profesor asociado del Dpto. Ciencias de la salud. Universidad Rey Juan Carlos. 
Centro Universitario de Salud Pública 
 
 
Eva Garrosa Hernández 
Profesora asociada del departamento de Psicología Biológica y de la Salud. Universidad 
Autónoma de Madrid. 
Centro Universitario de Salud Pública 
 
 
 
 
Publicado en: Revista de ROL de Enfermería. 
25,11, 18-26, 2002 
 
 
 
 
 
 
Departamento de Psicología Biológica y de la Salud 
Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid 
Campus de Cantoblanco. 28049 Madrid 
E-mail: bernardo.moreno@uam.es 
 
 
 
 
 
 1
 
 
RESUMEN 
 
El trabajo analiza el papel desempeñado por las variables de corte sociodemográfico 
dentro del proceso de desgaste profesional (burnout) en el colectivo de enfermería, el 
cual contempla tanto las dimensiones específicas del síndrome (agotamiento emocional, 
despersonalización y falta de realización personal) como las fuentes de estrés y las 
consecuencias derivadas para la salud, para la vida extralaboral del individuo y para la 
organización en la que trabaja, sin olvidar algunas de las variables de personalidad más 
relevantes dentro de este proceso, como son las estrategias de afrontamiento y el 
constructo de personalidad resistente o hardiness. Mediante la ejecución de un análisis 
multivariado de varianza (MANOVA) sobre una muestra de 247 profesionales de 
enfermería procedentes de cinco grandes hospitales de Madrid, se observaron efectos 
principales significativos a un nivel multivariado en función del porcentaje de 
interacción con los pacientes, la situación laboral y el desempeño de funciones de 
supervisión. En conjunto, el trabajo pone de relieve la escasa asociación entre los 
factores sociodemográficos clásicos (edad, sexo, estado civil, etc.) y el proceso de 
desgaste profesional, apareciendo como los elementos más relevantes aquellos 
relacionados con la situación laboral particular de cada individuo y con el grado de 
contacto directo con los pacientes. 
 
 
 
PALABRAS CLAVE: Desgaste profesional (burnout), enfermería, variables 
sociodemográficas, personalidad resistente, CDPE, análisis multivariado de varianza 
(MANOVA). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 2
 
 
SOCIODEMOGRAPHIC VARIABLES IN 
THE NURSING BURNOUT PROCESS 
 
 
 
 
 
 
 
 
ABSTRACT 
 
The propose of this study was to determine the role of sociodemographic variables in 
the nursing burnout process by taking into account the specific syndrome dimensions 
(emotional exhaustion, despersonalization and reduced personal accomplishment), the 
principal sources of stress in this profession, in addition to health, extraworking and 
organizational derived outcomes. Most relevant personality variables inside this process 
was also contemplated, especifically several of the principal coping mechanisms, as 
well as the construct of hardy personality (hardiness). A multivariate analysis of 
variance (MANOVA) among 247 nurses from five hospitals in Madrid was executed, 
showed a multivariate main effect for amount (percent) of diary interaction with 
patients, contract of employment, and managerial practice. The study raises on the 
limited associations between the classical sociodemographic factors (age, sex, marital 
status, etc.) and the burnout process, point out as the most relevant factors that ones 
associated to the special working situation of each individual, and with the amout of 
personal contact with the patients. 
 
 
 
KEY WORDS: Burnout, Nursing, socidemographic variables, hardy personality, 
CDPE, multivariate analysis of variance (MANOVA). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 3
 
INTRODUCCIÓN 
 
 Es de sobra conocido que uno de los aspectos menos definidos y con resultados 
más contradictorios dentro de la literatura sobre el desgaste profesional o burnout1,2 lo 
constituye el área de estudio dirigida al análisis del papel desempeñado por las variables 
de carácter sociodemográfico (edad, sexo, estado civil, años de experiencia en la 
profesión, situación laboral, etc.). Dado el supuesto papel modulador que este tipo de 
variables personales pueden ejercer actuando como elementos facilitadores o 
inhibidores de la aparición del síndrome, su análisis ha sido objeto de un amplio estudio 
que ha arrojado generalmente resultados poco claros respecto a la significación y 
dirección de su influencia3. Tanto es así, que algunos autores han llegado a señalar la 
escasa o nula relación entre las características sociodemográficas y el síndrome de 
burnout4,5. 
 
 Así, acerca del sexo, los estudios que han ofrecido resultados positivos respecto 
a su influencia han mostrado generalmente cómo los hombres tienden a obtener 
puntuaciones más altas en despersonalización que las mujeres6-10, lo que es interpretado 
desde el punto de vista de la socialización diferencial que conduce al desarrollo de los 
roles masculinos y femeninos. En este sentido, la cultura occidental favorece el 
desarrollo de un rol masculino orientado al logro y entrenado para la represión de 
emociones11,12, potenciando contrariamente en el rol femenino las dimensiones 
emocionales y expresivas, que se manifiestan principalmente en la habilidad para las 
relaciones personales13,14. Los hombres, por tanto, serían tendentes a responder a las 
demandas emocionales de los otros de una forma más distanciada. Además, se ha 
señalado cómo, bajo condiciones de estrés, los hombres utilizan en mayor medida 
estrategias de afrontamiento evitativas y menos encaminadas hacia la búsqueda de 
apoyo social8,15. 
 
 Pero como en el caso del resto de variables sociodemográficas estudiadas, el 
estudio del sexo en relación al síndrome de desgaste profesional también ha arrojado 
resultados que señalan la inexistencia de diferencias significativas para las dimensiones 
del síndrome3,16-18. También se han aportado datos que apoyan un mayor nivel de 
despersonalización en las mujeres19. 
 
 Mejor que hablar sobre el papel del estado civil en relación al burnout, es 
preferible hacerlo acerca de la relación personal (con pareja o sin pareja) que mantiene 
el sujeto. Por otra parte, cuando se está ante una relación de pareja, resulta necesario 
prestar una atención específica a la calidad de esta relación, así como al nivel de apoyo 
socioemocional que presta el compañero7,20. La omisión de este aspecto podría explicar 
la aparición de diferencias no significativas en el nivel de desgaste profesional (en 
función del estado civil) encontradas por algunos estudios3,17,18,21,22 que se descubren 
entre un mayor número de trabajos que sí han encontrado diferencias significativas en 
este sentido23-26. Por otro lado, mientras que parece claro el papel protector que 
representa una relación familiar saludable27, no se debería despreciar el apoyo recibido 
por parte del supervisor, de los amigos o de otros compañeros de trabajo14,15,28,29. Así, se 
ha señalado la conveniencia de utilizar como criterio de medida el grado de apoyo social 
que la persona considera que recibe de cada de una de estas fuentes potenciales de 
apoyo9,18,30. 
 
 4
 Existe un menor número de trabajos que hayan centrado su atención en la 
relación entre tener hijos y el síndrome de desgaste profesional. En general, los 
resultados apoyan la existencia de menores niveles de burnout en las personas que 
tienen hijos frente a los que no los tienen7,31,32. Como explicación a esto se ha señalado 
la posibilidad de que los sujetos con hijos tengan una mayor edad y, por tanto, sean más 
maduros psicológicamente, hayan desarrollado estrategias de afrontamiento eficaces y 
se desenvuelvan bajo una perspectiva diferente de la vida3. Esta explicación, por sí 
misma, invalida el papelde la variable sociodemográfica “tener hijos” sobre el 
síndrome burnout, ya que lo que realmente se está valorando es la función desempeñada 
por la edad del sujeto. 
 
 Pero además de no controlar el efecto de la edad, la mayoría de los trabajos 
toman la variable “hijos” de un modo categórico, sin tener en consideración la 
posibilidad de estudiar el papel desempeñado por el número específico que tiene la 
persona. Así, cuando se han llevado a cabo análisis de este tipo, se ha observado que los 
niveles de desgaste profesional varían a medida que se incrementa el número de hijos 
que se tiene a cargo14. Una posible explicación a este hecho podría tener que ver con las 
actitudes cambiantes que se tienen ante la vida como consecuencia de tener hijos (por 
ejemplo, la llegada del primer hijo puede tener un significado diferente para la persona 
que la venida de los hijos sucesivos), así como con las distintas organizaciones 
familiares que surgen en función del número de hijos y las distintas planificaciones en 
el estilo de vida que ello conlleva, lo que lógicamente debe alcanzar al significado y a la 
forma de interacción con el propio trabajo. 
 
 Entre los trabajos que no han encontrado diferencias significativas entre el hecho 
de tener o no hijos se pueden citar los de Pierce y Molloy17, Cash22 y Gil-Monte, Peiró y 
Valcárcel3, entre otros. 
 
 Un buen número de estudios ha mostrado la relevancia de la edad en el estudio 
del desgaste profesional. Sin embargo, parecen ser preferentemente los años de 
experiencia en la profesión lo que se encuentra asociado al síndrome33. En general, la 
literatura muestra una relación inversa entre la edad y el síndrome de burnout11,16,23,34-36. 
Se ha indicado que este patrón estaría relacionado con el aprendizaje a lo largo de la 
vida de estrategias de afrontamiento eficaces y con la adquisición de expectativas más 
realistas acerca de la profesión37-39. En este sentido, Cherniss40 ha utilizado el término 
“burnout de inicio de carrera” para referirse al desgaste profesional surgido a raíz de la 
discrepancia que se produce en los trabajadores más jóvenes y menos experimentados al 
comprobar la inadecuación entre sus expectativas idealistas iniciales y la realidad. 
Como se puede comprobar, estos mismos argumentos tienen tanto en común con la 
edad, como con la experiencia adquirida a través de la vida laboral. De hecho se ha 
señalado la más que clara multicolinearidad que puede surgir al utilizar conjuntamente 
la edad y la experiencia como variables independientes, y algunos autores han tratado de 
paliar este efecto preguntando al sujeto acerca de su tiempo de experiencia en el trabajo 
actual39. Además, se ha señalado que la aparición de menores niveles de desgaste en 
veteranos podría encerrar un sesgo de autoselección en el sentido que los trabajadores 
tienden a abandonar los ambientes laborales con altos niveles de estrés41 y, a la larga, 
sólo permanecerían en la profesión aquellos que consiguieron adaptarse modificando 
sus expectativas y desarrollando estrategias de afrontamiento eficaces37. 
 
 5
 Algunos trabajos han encontrado una relación positiva entre la experiencia y el 
síndrome de desgaste profesional12,42, argumentando la posible existencia de un proceso 
acumulativo de desgaste en función del tiempo que se permanece expuesto a las fuentes 
potenciales de erosión39, aunque también cabe la posibilidad de que los sujetos más 
veteranos sean precisamente los que se encuentren con los niveles más elevados de 
responsabilidad y no dispongan de un supervisor inmediato que les apoye. En otros 
trabajos, se ha estratificado en intervalos la variable edad y se ha observado una relación 
de tipo curvilíneo en la que, generalmente, las personas más jóvenes y las más veteranas 
presentan los menores niveles del síndrome14,16,24,43,44. Finalmente, es posible encontrar 
trabajos en los que no se aprecia tipo alguno de asociación entre la edad/experiencia y el 
síndrome de burnout3,18,22,45. 
 
 La incidencia del trabajo nocturno y del trabajo a turnos sobre el desgaste 
profesional no ha sido demasiado tratada en la literatura, aunque sí se ha señalado como 
un importante estresor para gran parte de los trabajadores afectados por él46. Entre las 
múltiples implicaciones que genera la desincronización de los ritmos biológicos 
circadianos cabe destacar la aparición de trastornos del sueño, la presencia de una forma 
de fatiga persistente difícil de recuperar47, así como el desarrollo de trastornos 
gastrointestinales y cardiovasculares48-50. Todo ello se ve acompañado por una 
repercusión negativa sobre la esfera sociofamiliar del individuo debido a la discordancia 
existente entre su ciclo de sueño-actividad y los de su pareja, familiares y amigos51, lo 
que dificulta la obtención del apoyo social necesario y facilita el advenimiento de 
trastornos de carácter afectivo52. No obstante, mientras se ha apreciado la influencia del 
turno de trabajo sobre el desarrollo de síntomas físicos asociados al estrés y sobre la 
falta de satisfacción en el trabajo, no se ha hallado conexión alguna con las dimensiones 
específicas del burnout4,5,53. 
 
 Otra variable a la que no se le ha prestado apenas atención ha sido la situación 
laboral en la que se encuentra el individuo. García18 ha obtenido que los sujetos con 
plaza fija muestran mayores niveles de burnout que los eventuales. Por su parte, Gil-
Monte, Peiró y Valcárcel3, y Moreno-Jiménez, Garrosa y González14, no han encontrado 
diferencias en este sentido. 
 
 Según Martin y Willower54, los trabajadores que desarrollan funciones de 
supervisión, como por ejemplo los directores de centros escolares o de hospitales, son 
solicitados para la realización de una gran cantidad de actividades y están sujetos a 
múltiples interrupciones a lo largo de su jornada laboral. Estos individuos no sólo son 
los responsables de tratar los problemas del personal a su cargo junto con las demandas 
de los clientes, sino que, además, tienen que hacer frente en poco tiempo a un gran 
número de trámites burocráticos y administrativos. Si el supervisor se encuentra en una 
situación de mando intermedio, la lucha continuada por armonizar las demandas de 
superiores y subordinados puede dar lugar a una circunstancia altamente estresante. El 
aislamiento y las relaciones problemáticas con los compañeros y clientes han sido 
señalados como elementos que pueden conducir a los supervisores hasta el desarrollo 
del desgaste profesional55. No obstante, se debe tener en cuenta que los supervisores 
pueden verse libres de ciertos estresores que sí afectan a los trabajadores que se 
encuentran en la base de la estructura organizativa, por lo que tampoco se puede 
descartar la aparición de menores niveles de desgaste dentro de la jerarquía de mandos. 
 
 6
 Finalmente, a pesar de no constituir una característica sociodemográfica en 
sentido estricto, la frecuencia y tiempo pasado en contacto directo con los clientes 
resulta un elemento fundamental en el desarrollo del desgaste profesional. Sobre todo, 
en profesiones como la enfermería, los riesgos de aparición del síndrome aumentan 
claramente en función del tiempo que se permanece en contacto directo con los 
pacientes5,56-58. Así, Deckard, Meterko y Field59 han destacado que el mayor predictor 
de la despersonalización es la interacción directa con las personas a las que se atiende. 
 
 El presente trabajo trata de analizar el papel desempeñado por las variables de 
corte sociodemográfico dentro del síndrome de desgaste profesional, entendido éste 
como un proceso que se desarrolla en el tiempo60 y que contempla, junto a los 
elementos específicos del síndrome (agotamiento emocional, despersonalización y falta 
de realización), las fuentes de estrés propias del ámbito laboral de enfermería que actúan 
como factores antecedentes y las consecuencias que a un nivel individual, 
organizacional y sociofamiliar están asociadas al burnout. De igual forma, se incluyen 
ciertasvariables personales relevantes a lo largo del proceso, como son las estrategias 
de afrontamiento que utilizan los individuos61 y el modelo de personalidad resistente62, 
que propone tres características fundamentales que favorecen en el sujeto la puesta en 
marcha de una conducta activa y positiva asociada negativamente al estrés y al 
burnout32,58,63-68 y vinculada a una mejor salud69-73: compromiso, control y reto. 
 
 Por tanto, el presente estudio tratará de evaluar en función de qué variables 
sociodemográficas se aprecian diferencias significativas sobre la serie de variables que 
configuran globalmente el proceso de desgaste. Se señalarán qué elementos del proceso 
contribuyen en mayor medida a las diferencias observadas en función de las variables 
sociodemográficas y, además, cual es la naturaleza de tales efectos. 
 
 
 
 
MÉTODO 
 
Muestra 
 
 La muestra utilizada en este estudio la conforman 247 profesionales de 
enfermería que desarrollan su actividad en 5 hospitales de Madrid, de los cuales 28 
sujetos son hombres (11,34%) y 219 son mujeres (88,66%). La media de edad se sitúa 
en torno a los 36 años (DT= 6,88), con una media de 13 años de experiencia (DT= 6,61) 
y nueve años de experiencia en el mismo puesto (DT = 5,88). 
 
 
Instrumentos 
 
 Para la recogida de información se utilizó el Cuestionario de Desgaste 
Profesional de Enfermería (CDPE), elaborado por Moreno-Jiménez, Garrosa y 
González58. Este instrumento evalúa una gran parte de las variables intervinientes en el 
proceso de desgaste profesional en la profesión de enfermería. Específicamente, se 
incluyen los siguientes elementos: 
 
 7
− Factores antecedentes del desgaste profesional propios del ámbito organizacional 
hospitalario (inherentes al trabajo, macroorganizativos e interpersonales): 
Interacción conflictiva (“Los médicos nos echan las culpas de sus propios errores”); 
Sobrecarga (“Creo que tengo demasiadas tareas que realizar a la vez”); Contacto con 
la muerte y el dolor (“Me afecta bastante la muerte de un paciente joven”); 
Ambigüedad de rol (“Las órdenes que se me dan son vagas y ambiguas”); Monotonía 
de la tarea (“Me aburre la rutina diaria”); Falta de cohesión (“La gente de mi 
servicio, cada uno va por su lado”); Supervisión (“A mis superiores no les importa 
nada, ni tú mismo ni el trabajo que realizas”). 
 − Síndrome de desgaste profesional; se evalúa teniendo en cuenta las tres dimensiones 
clásicas propuestas por Maslach y Jackson2,23: Agotamiento emocional (“Me siento 
quemado/a con mi trabajo”); Despersonalización (“Respecto a mis pacientes, no me 
implico en sus problemas; es como si no existieran”); Falta de realización personal 
(“Siento que mi trabajo no sirve para nada”). 
 − Consecuencias del síndrome a nivel individual y organizacional: Consecuencias 
psicológicas (“Me noto nervioso/a y a punto de explotar constantemente”); 
Consecuencias organizacionales (“He tenido deseos de abandonar la profesión”); 
Consecuencias sociofamiliares (“Mi trabajo está afectando negativamente mis 
relaciones fuera del trabajo”); Consecuencia físicas (“He padecido frecuentes dolores 
de cabeza”). 
 − Variables moduladoras de la génesis y el desarrollo del desgaste profesional; en 
concreto, incluye medidas para las tres dimensiones de personalidad resistente: 
Compromiso (“A menudo trabajo duro, pues es la mejor manera de alcanzar mis 
propias metas”); Reto (“En mi trabajo profesional, me atraen aquellas tareas y 
situaciones que implican un desafío personal”) ; Control (“No me esfuerzo en mi 
trabajo, ya que, de cualquier forma, el resultado es el mismo”). También se recogen 
índices para tres mecanismos de afrontamiento: Búsqueda de apoyo social (“Cuando 
tengo dificultades le cuento a alguien cómo me siento”); Afrontamiento directo (“Si 
un problema me atañe personalmente, tomo decisiones comprometidas”); Evitación 
(“Ante un problema, intento olvidarme de todo”). 
 
 El instrumento está integrado por 174 ítems que se responden mediante una 
escala de tipo Likert con un rango de 1 a 4, donde 1 es totalmente en desacuerdo y 4 
totalmente de acuerdo. La consistencia interna de sus escalas, probada en una muestra 
de 389 profesionales de enfermería58 resultó satisfactoria, con valores alfa que oscilaron 
entre 0,57 y 0,94, con un valor medio de 0,81. La validez de constructo, evaluada 
inicialmente a través de la estructura factorial del instrumento y mediante el análisis de 
correlación entre las escalas resultó igualmente adecuada. 
 
 El cuestionario CDPE también permite recoger información sobre determinadas 
variables de carácter sociodemográfico y profesional, de entre las cuales, el presente 
estudio ha prestado atención a las siguientes: sexo, relación personal, número de hijos, 
edad, años de experiencia en el puesto de trabajo presente, turno, número de pacientes 
que atiende al día, función de supervisión, número de horas de trabajo a la semana, 
porcentaje de la jornada que pasa en interacción con los pacientes y situación laboral. 
 
 
 8
Procedimiento 
 
 El primer paso para la recogida de la información fue solicitar la colaboración de 
la gerencia o de la dirección de enfermería de cinco grandes hospitales de la Comunidad 
de Madrid. Una vez delimitada la muestra potencial por estamentos y áreas 
profesionales, de forma que ésta recogiese la organización propia de cada hospital, se 
procedió a entregar a los responsables respectivos de los centros un sobre que contenía 
una copia del cuestionario CDPE, junto con una carta de presentación y la solicitud de 
colaboración. Los cuestionarios cumplimentados fueron entregados en sobres cerrados 
en los lugares previamente acordados. El número inicial de cuestionarios contestados 
fue de 389; este número se vio reducido a 247 tras la eliminación de aquellos protocolos 
que incluían cuestiones que no habían sido rellenadas, lo que equivale a un 63,5% de 
casos válidos. 
 
 
 
 
 
RESULTADOS 
 
 Antes de comenzar a analizar la existencia de diferencias en el proceso de 
desgaste en función de las variables sociodemográficas descritas, se examinó la 
distribución de la muestra en cada una de ellas (tabla 1). 
 
 
 
 
Por favor, insertar aquí la tabla número 1 
 
 
 
 
 Con el fin de examinar la relación entre las variables sociodemográficas y las 
puntuaciones en el proceso de desgaste profesional, se llevó a cabo un análisis 
multivariado de la varianza (MANOVA) tomando las cuestiones sociodemográficas 
como variables independientes y las puntuaciones obtenidas en las 20 escalas del CDPE 
como variables dependientes. En las tablas 2 y 2 bis. se muestran los efectos principales 
obtenidos; en ella se pueden observar las variables para las que aparecen diferencias 
multivariadas entre los grupos de acuerdo con el contraste lambda de Wilks, y las 
variables para las que se aprecian diferencias a nivel univariado. 
 
 
 
 
 
 
Por favor, insertar aquí la tabla número 2 
 
 
 
 9
 
 
 
Por favor, insertar aquí la tabla número 2 bis. 
 
 
 
 
 
 Se apreciaron efectos principales multivariados para función de supervisión (F20, 
208 = 1,665), porcentaje diario de interacción con los pacientes (F60, 621,393 = 1,598) y 
situación laboral (F20, 208 = 1,737). El análisis univariado mostró que la variable del 
proceso de desgaste que más contribuye a la diferencia global señalada para función de 
supervisión es la sobrecarga (F1, 227 = 8,435). En este sentido, los supervisores se quejan 
de una mayor sobrecarga (M = 2,982) que los trabajadores que no ejercen este tipo de 
funciones (M = 2,774). 
 
 Para el caso del porcentaje diario de interacción con los pacientes, las variables 
que más contribuyen a la diferencia global entre los grupos son la sobrecarga (F3, 227 = 
6,469), el contacto con la muerte y el dolor (F3, 227 = 5,271), la despersonalización (F3, 
227 = 3,321), el compromiso (F3, 227 = 2,788), y el reto (F3, 227 = 2,994). El análisis de 
diferencias entre las medias a posteriori (DHS de Tukey), indica la existencia de 
diferenciasestadísticamente significativas entre el nivel de sobrecarga informado por 
los profesionales de enfermería que pasan entre un 40% y un 60% de interacción diaria 
con sus pacientes (M = 2, 596), y los que están más de un 80% en contacto directo con 
las personas a las que atienden (M = 2,875). Igualmente, se aprecia que los/as 
enfermeros/as que pasan más del 80% de su jornada en interacción con sus pacientes 
puntúan de una forma significativamente más elevada en contacto con la muerte y el 
dolor (M = 3,310) que los profesionales que están entre un 40% y un 60% en contacto 
directo con sus pacientes (M = 3,050), no encontrándose diferencias en el resto de los 
casos. De forma opuesta, los sujetos que pasan entre el 40% y el 60% de su jornada en 
interacción con los pacientes obtienen puntuaciones significativamente mayores en 
despersonalización (M = 2,189) que los que están más del 80% de su tiempo 
interactuando con las personas a las que atienden (M = 2,025). Finalmente, en el caso de 
las variables de compromiso y reto, no se apreciaron diferencias estadísticamente 
significativas de acuerdo con en método DHS de Tukey. Utilizando la prueba de la 
diferencia menos significativa (DMS), se observó que los profesionales que interactúan 
directamente con los pacientes más del 80% de su tiempo, obtienen puntuaciones 
significativamente mayores en compromiso (M = 2,871) que los que pasan entre el 40% 
y el 60% de su jornada laboral en contacto directo con éstos (M = 2,737). 
Paralelamente, el grupo de individuos que están interactuando con sus pacientes más del 
80% del tiempo obtiene una puntuación media significativamente más elevada en la 
dimensión de reto (M = 3,109) que el grupo compuesto por los/as enfermeros/as que 
están entre un 40% y un 60% de su jornada en contacto directo con ellos (M = 2,963). 
 
 Respecto a la situación laboral, las variables que más contribuyen a la diferencia 
global entre los grupos son la monotonía de la tarea (F1, 227 = 8,478), la falta de 
realización (F1, 227 = 4,106), el compromiso (F1, 227 = 6,313), y las consecuencias 
organizacionales (F1, 227 = 15,619). Los enfermeros/as con un contrato laboral fijo 
encuentran su tarea más monótona (M = 2,571) que los que tienen un contrato laboral a 
 10
nivel de contratado (M = 2,3046). Igualmente, los enfermeros con contrato fijo se 
encuentran menos realizados personal y profesionalmente (M = 2,071) que los 
contratados (M = 1,958). Además, los profesionales contratados se hallan más 
comprometidos con su trabajo (M = 2,910) que los fijos (M = 2,812). Finalmente, se 
aprecia un mayor nivel de consecuencias derivadas para la organización por parte del 
personal con contrato fijo (M = 2,482), frente al personal con un contrato laboral de 
contratado (M = 2,108). 
 
 Otra parte de los resultados que se pueden apreciar en las tablas 2 y 2 bis. se 
refieren a aquellas variables sociodemográficas que, no presentando efectos principales 
a nivel multivariado, sí los presentan a nivel univariado, es decir, para cada una de las 
variables del proceso de desgaste de forma separada. Así, se hallaron efectos principales 
univariados significativos en función de las variables sexo, relación personal, número 
de hijos y número de pacientes al día. En primer lugar, se observó que el sexo muestra 
efectos principales significativos sobre la variable reto (F227, 1 = 4,752). En cuanto a la 
relación personal, se observaron efectos principales significativos sobre ambigüedad de 
rol (F227, 1 = 6,151), falta de cohesión (F227, 1 = 4,902) y búsqueda de apoyo social (F227, 
1 = 5,693). En función del número de hijos, se pueden señalar efectos principales 
significativos sobre ambigüedad de rol (F227, 3 = 2,963), monotonía de la tarea (F227, 3 = 
2,891), agotamiento emocional (F227, 3 = 2,994), compromiso (F227, 3 = 3,647), evitación 
(F227, 3 = 2,804) y consecuencias organizacionales (F227, 3 = 4,553). En relación a la 
variable de agotamiento emocional, se observa que las mayores puntuaciones son 
obtenidas por los individuos sin hijos (M = 2,524), mientras que la puntuación media 
más baja pertenece al grupo de individuos con un sólo hijo. Finalmente, respecto al 
número de pacientes al día, se aprecian efectos principales significativos sobre la 
sobrecarga (F227, 2 = 3,218). 
 
 
 
DISCUSIÓN 
 
 Los análisis efectuados sobre la presente muestra han puesto de manifiesto que 
las variables sociodemográficas clásicamente estudiadas (sexo, relación personal, edad, 
etc.) presentan una asociación ciertamente limitada con las dimensiones específicas del 
síndrome de desgaste profesional. La falta de efectos principales significativos 
univariados sobre las dimensiones de burnout en función del sexo, la relación personal, 
la edad, los años de experiencia en el puesto de trabajo presente, el turno de trabajo, el 
número de pacientes que se atienden diariamente y el número de horas de trabajo a la 
semana, vienen a sumarse a una gran cantidad de resultados3,16-18,21,22,45 que apoyan la 
escasa o nula relación entre las características sociodemográficas y el síndrome de 
desgaste profesional4,5. Únicamente se han apreciado efectos principales significativos 
sobre el agotamiento emocional en función del número de hijos, sobre la 
despersonalización en función del porcentaje diario de interacción y sobre la falta de 
realización en función de la situación laboral (tipo de contrato) en la que se encuentra el 
individuo. Respecto a la variable número de hijos, se han encontrado resultados que 
avalan lo hallado en otros trabajos que han utilizado muestras de profesionales 
pertenecientes a otras áreas ocupacionales, como la docente14. En concreto, se ha 
demostrado que los niveles del síndrome varían en función del número de hijos que las 
personas tienen a su cargo, alcanzando una cota máxima en el grupo que no tiene hijos y 
un nivel mínimo en el que tiene un sólo hijo. 
 11
 
 Según se ha señalado en otros trabajos precedentes59, el porcentaje de la jornada 
dedicado a la interacción directa con los pacientes ha aparecido como uno de los 
elementos más relacionados con la despersonalización. Sin embargo, no parece que el 
riesgo de agotarse emocionalmente aumente de forma lineal al porcentaje de 
interacción, según han planteado algunos autores5,56-58. En la presente muestra, se puede 
apreciar cómo los niveles de desgaste se mantienen estables hasta que se cruza la 
barrera del 50% de contacto directo durante la jornada. A partir de aquí, los niveles 
tienden a incrementarse, bajando de nuevo a partir del 80% de interacción directa con 
los pacientes, para alcanzar ya en este punto los niveles más bajos de desgaste. Más 
adelante se analiza este resultado en relación a otras variables que pueden arrojar una 
mayor cantidad de luz sobre el asunto. 
 
 Finalmente, se ha observado un mayor sentimiento de falta de realización en los 
profesionales de enfermería con contrato laboral fijo, algo que va en la línea de lo 
señalado por García18. Probablemente, para el personal contratado su trabajo aún 
constituye un reto, ya que debe alcanzar la meta que representa el hecho de conseguir 
una plaza fija. Además, entre un contrato y otro, estos profesionales varían respecto a 
las circunstancias específicas del entorno que les rodea y respecto a los objetivos que se 
les encomienda, por lo que no llegan a estar expuestos de forma permanente a las 
mismas fuentes potenciales de desgaste. 
 
 Respecto a la existencia de efectos principales significativos a un nivel global 
para el proceso de burnout, se pueden señalar los observados en función del porcentaje 
diario de interacción directa con los pacientes, la situación laboral, y la función de 
supervisión. Es decir, la cantidad de tiempo que se dedica diariamente a interactuar con 
los pacientes, la situación laboral en la que se encuentra el individuo, así como el hecho 
de tener o no como responsabilidad el desempeño de funciones de supervisión, parecen 
ser elementos relevantes a lolargo de todo el proceso de desgaste en los profesionales 
de enfermería. Además, debido al interés por saber si estos efectos se manifiestan 
también para las variables dependientes de forma separada, se realizaron análisis que 
confirmaron que la variable que más contribuye al efecto de la supervisión sobre el 
proceso de desgaste es la sobrecarga. Así, los profesionales que ejercen funciones de 
supervisión muestran significativamente un mayor nivel de sobrecarga que los 
compañeros que no cuentan con dicha responsabilidad. La gran cantidad de actividades 
que desempeñan los supervisores, entre las que se encuentran las funciones de tipo 
administrativo, junto con el gran número de interrupciones a las que se ven sometidos 
debido a la responsabilidad de supervisar y de tomar decisiones sobre el trabajo de sus 
subordinados54, parecen estar en la base del sentimiento de “verse desbordados por el 
trabajo” que muestran los/as enfermeros/as supervisores/as. 
 
 De entre las dos variables incluidas en el presente trabajo como posibles criterios 
de evaluación del contacto con los pacientes (número de pacientes al día y porcentaje 
diario de interacción), el porcentaje de interacción diaria ha resultado ser el mejor 
predictor del proceso de desgaste. No sólo ha demostrado estar asociado al riesgo de 
despersonalización, sino que está relacionado con variables antecedentes como la 
sobrecarga y la afección debido al contacto con la muerte y el dolor, donde los 
enfermeros que se caracterizan por tener un nivel medio de interacción directa son los 
que muestran un mayor grado de malestar, mientras que los que pasan la mayor parte de 
su tiempo en contacto directo con los pacientes son los menos afectados, justo el patrón 
 12
opuesto al señalado unas líneas atrás para el caso de la despersonalización, lo cual se 
puede apreciar gráficamente en la figura 1. En dicho gráfico se puede observar que el 
grupo de individuos que más se expone al contacto directo con los pacientes es el menos 
despersonalizado y, sin embargo, es el que se ve más afectado por la muerte y por la 
sobrecarga que representa el hecho de permanecer tanto tiempo en interacción directa 
con los pacientes. A este dato se puede añadir la correlación significativa de -0,19 
encontrada por Moreno-Jiménez, Garrosa y González58 entre el contacto con la muerte y 
la despersonalización en una muestra de 389 profesionales de enfermería. Entendiendo 
el porcentaje de la jornada dedicado a interactuar directamente con los pacientes como 
un producto principalmente dependiente de la organización de la tarea, se puede 
plantear que, ante niveles máximos de interacción directa y, por tanto, de contacto con 
la muerte y el sufrimiento, el profesional no puede permitirse el lujo de distanciarse y 
mostrar una actitud cínica e impersonal ante el paciente, ya que se ha convertido en el 
pilar básico que sustenta el bienestar emocional de la persona. Estos profesionales 
entienden su labor como fundamental y decisivo, por lo que se encuentran intensamente 
comprometidos con ella. Este dato se puede comprobar en la figura 2, donde se observa 
cómo las puntuaciones de los grupos en las dimensiones de compromiso y reto vuelven 
a dar lugar a un patrón de tendencia opuesta al seguido para la despersonalización, 
ofreciendo apoyo a los trabajos que señalan a la personalidad resistente como una 
variable relevante dentro del proceso de desgaste profesional58,74 que presenta 
correlaciones negativas con el síndrome32,65,66,67,75. No obstante, los resultados obtenidos 
para el porcentaje de interacción deberían ser tomados con cautela, debido al reducido 
número muestral de algunos de los grupos que conforman dicha variable. En futuros 
trabajos se debería tener en cuenta este aspecto, tratando de obtener tamaños muestrales 
amplios para cada nivel y aproximados entre sí en la medida de lo posible. 
 
 
 
 
 
Por favor, insertar aquí la figura nº 1 
 
 
 
 
 
Por favor, insertar aquí la figura nº 2 
 
 
 
 
 
 Por último, cabe destacar el papel de la situación laboral en relación al proceso 
de desgaste. Del mismo modo que se señaló al hacer referencia a su asociación con la 
falta de realización personal, el no contar aún con un trabajo fijo puede suponer un 
acicate para el individuo, de forma que se encuentra más comprometido con su trabajo, 
encuentra su tarea menos monótona y aparece un menor número de consecuencias 
derivadas para la organización. Otra explicación posible tendría que ver con la situación 
particular del personal con contrato laboral de contratado, al no verse expuesto de forma 
permanente a las mismas fuentes potenciales de desgaste. 
 13
 
 El presente trabajo, en conjunto, pone de relieve la escasa relación entre las 
variables de corte sociodemográfico y el síndrome de desgaste profesional, señalando 
como más importantes aquellas relacionadas con la situación laboral particular de cada 
individuo, como son la función de supervisión y la situación laboral. Junto a ellas, el 
grado de interacción directa con los pacientes se muestra como una variable de especial 
relevancia dentro del síndrome. Sin embargo, las peculiares asociaciones entre dichas 
variables y los elementos del proceso de burnout, hacen necesario el estudio de posibles 
elementos que ejercen un importante papel moderador dentro de esta dinámica. 
 
 Finalmente, es interesante señalar las ventajas que ofrece el uso del análisis de 
varianza univariado dentro de este contexto. Junto a la capacidad para detectar 
diferencias global entre los grupos que conforman las variables independientes (en el 
caso de este trabajo, cada uno de los niveles de las variables sociodemográficas) a partir 
de la combinación lineal de las variables dependientes (en este caso los elementos que 
configuran el proceso de burnout), el MANOVA permite ejercer un control efectivo 
sobre el error de tipo I (esto es, sobre la probabilidad de rechazar una hipótesis nula que, 
en realidad, es verdadera) siempre que exista algún grado de correlación entre las 
variables independientes76. Por otro lado, al analizar conjuntamente todas las variables 
independientes consideradas se consigue alcanzar la misma potencia de contraste 
utilizando un menor número de sujetos que si se llevasen a cabo análisis independientes 
en los que cada factor se tomase de forma separada77. A esto se debe añadir el hecho de 
que, al utilizar modelos de clasificación cruzada todos los efectos de todos los factores 
del modelo se calculan de un modo simultáneo y, por tanto, se encuentran ajustados los 
unos a los otros, disminuyendo la aparición de efectos espúreos por parte de las 
variables independientes. 
 
 Hasta el momento se ha desarrollado un escaso número de trabajos que, al 
analizar la relación entre las variables sociodemográficas y el desgaste profesional, 
hayan basado su análisis en el uso de modelos de análisis de varianza univariados de 
varios factores. Este porcentaje que se ve reducido cuando se buscan trabajos que 
utilicen modelos de análisis de varianza multivariados en los que se tengan en cuenta 
más de una variable dependiente de forma conjunta (como, por ejemplo, las tres 
dimensiones del síndrome de burnout) y que traten de hallar diferencias globales entre 
los grupos que conforman las variables independientes. Resulta interesante, por tanto, 
hacer un mayor uso de este tipo de análisis si se quiere llegar a la comprensión del 
verdadero papel que juegan las variables de corte sociodemográfico dentro del burnout, 
bien teniendo en cuente exclusivamente las dimensiones específicas que configuran el 
síndrome, bien analizando de forma conjunta los elementos constituyentes del proceso 
global de desgaste. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 14
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 20
Tabla 1. Distribución de la muestra según las variables sociodemográficas analizadas en el estudio. 
 Niveles de la variable N % 
 
Sexo 
 hombres 
 mujeres 
 
 
 
28 
219 
 
 
11,34 
88,66 
Relación personal 
 con pareja habitual 
 sin pareja habitual/sin pareja 
 
 
67 
121 
 
27,12 
72,88 
 
Número de hijos 
 sin hijos 
 con 1 hijo 
 con 2 hijos 
 con 3 o más hijos 
 
 
121 
47 
64 
15 
 
48,99 
19,03 
25,91 
6,07 
Edad 
 de 18 a 34 años de edad 
 de 35 a 44 años de edad 
 de 45 a 62 años de edad 
 
 
91 
132 
24 
 
36,84 
53,44 
9,72 
Años de experiencia en el puesto de trabajo presente 
 de 0 a 4 años de experiencia en el mismo puesto 
 de 5 a 14 años de experiencia en el mismo puesto 
 de 15 ó más años de experiencia en el mismo puesto 
 
 
70 
123 
54 
 
28,34 
49,80 
21,86 
Turno 
 mañana 
 tarde 
 correturnos 
 
 
142 
34 
71 
 
57,49 
13,76 
28,75 
Número de pacientes que atiende al día 
 hasta 10 pacientes al día 
 de 11 a 20 pacientes al día 
 a partir de 21 pacientes al día 
 
 
103 
97 
47 
 
41,70 
39,27 
19,03 
Función de supervisión 
 sí 
 no 
 
 
12 
235 
 
4,86 
95,14 
Número de horas de trabajo a la semana 
 menos de 40 horas semanales 
 40 horas semanales o más 
 
 
126 
121 
 
51 
49 
Porcentaje diario de interacción con los pacientes 
 más del 80% 
 entre 60% y 40% 
 entre 40% y 20% 
 menos del 20% 
 
 
159 
66 
13 
9 
 
64,37 
26,72 
5,26 
3,65 
Situación laboral 
 fijo 
 contratado 
 
 
190 
57 
 
76,92 
23,08 
 
 21
Tabla 2. Resumen de análisis de varianza multivariado y univariado tomando las cuestiones sociodemográficas como variables independientes y 
las puntuaciones obtenidas en las 20 escalas del CDPE como variables dependientes. 
 
 F univariados F 
multivariado 
 Interacción 
Conflictiva 
Sobrecarga Contacto con 
muerte 
Ambigüedad 
de rol 
Monotonía 
de la tarea 
Falta de 
cohesión 
Supervisión Agotamiento 
emocional 
Despersonal. Falta de 
realización 
 
 
Sexo 
 
,000 
 
,316 
 
3,553 
 
,030 
 
1,303 
 
,244 
 
1,105 
 
,034 
 
,067 
 
,061 
 
1,093 
Relación personal ,300 2,260 ,618 6,151* ,891 4,902* ,762 ,193 1,321 ,521 1,412 
Número de hijos 1,083 1,734 ,097 2,963* 2,891* 1,930 1,274 2,994* 2,441 1,584 1,112 
Edad 1,40 ,596 ,248 ,631 2,159 1,966 ,159 ,579 ,034 ,235 ,981 
Experiencia en puesto presente 1,584 1,914 ,512 ,748 ,257 ,513 ,645 ,443 1,326 1,481 1,186 
Turno 1,198 1,628 ,673 ,840 ,255 1,033 ,891 1,043 ,873 ,880 ,621 
Número de pacientes al día ,031 3,218* ,305 ,299 1,461 1,167 ,178 1,597 ,075 ,016 ,988 
función de supervisión ,680 8,435** ,019 2,623 ,861 ,169 2,368 ,394 ,009 ,046 1,665* 
Nº de horas de trabajo semanal ,045 ,323 ,083 ,167 1,614 ,066 ,148 ,379 ,043 ,417 ,719 
% diario de interacción ,463 6,469*** 5,271** 1,674 ,555 ,549 ,652 ,543 3,321* ,622 1,598** 
Situación laboral ,744 ,705 ,878 1,645 8,478** 2,200 2,931 3,857 2,316 4,106* 1,737* 
*p<,05 **p<,01 ***p<,001 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 22
Tabla 2 bis. Resumen de análisis de varianza multivariado y univariado tomando las cuestiones sociodemográficas como variables 
independientes y las puntuaciones obtenidas en las 20 escalas del CDPE como variables dependientes (continuación). 
 
 F univariados F 
multivariado 
 Compromiso Reto Control Búsqueda de 
apoyo social 
Afrontam. 
directo 
Evitación Consec. 
psicológicas 
Consec. 
organizac. 
Consec. 
sociofam. 
Consec. 
físicas 
 
 
Sexo 
 
,158 
 
4,752* 
 
,161 
 
2,217 
 
,071 
 
,612 
 
,054 
 
,000 
 
,825 
 
,197 
 
1,093 
Relación personal ,130 ,261 ,546 5,693* ,034 ,347 ,055 ,346 3,053 ,839 1,412 
Número de hijos 3,647* ,098 2,210 ,824 ,798 2,804* 2,246 4,553** 1,446 1,164 1,112 
Edad 1,409 1,300 2,394 1,264 ,122 ,023 ,070 1,638 ,777 ,018 ,981 
Experiencia en puesto presente ,157 1,022 ,545 1,693 1,081 ,748 ,037 ,079 ,306 ,325 1,186 
Turno ,210 ,188 ,104 ,185 ,328 ,360 1,004 ,089 1,721 ,506 ,621 
Número de pacientes al día ,190 2,384 1,200 ,979 ,109 1,268 ,928 1,014 2,757 1,158 ,988 
función de supervisión ,556 1,590 1,599 ,201 ,008 ,522 ,001 ,027 ,817 1,507 1,665* 
Nº de horas de trabajo semanal ,004 ,237 ,251 ,001 ,469 ,710 ,018 ,357 3,221 ,940 ,719 
% diario de interacción 2,788* 2,994* ,923 ,733 ,362 1,615 ,069 ,337 ,740 ,795 1,598** 
Situación laboral 6,313* 1,414 2,549 ,271 3,778 ,162 ,100 15,619*** 3,373 ,047 1,737* 
*p<,05 **p<,01 ***p<,00123
 
1,5
2,5
3,5
< 20% 20%-40% 40%-60% > 80%
Porcentaje diario de interacción directa con los pacientes
Sobrecarga
Contacto con la muerte
Despersonalización
 
Figura 1. Puntuaciones medias en sobrecarga, contacto con la muerte y el dolor y 
despersonalización, en función del porcentaje de interacción directa con los pacientes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 24
 
 
 
1,5
2,5
3,5
< 20% 20%-40% 40%-60% > 80%
Porcentaje diario de interacción directa con los pacientes
Compromiso
Reto
Despersonalización
 
Figura 2. Puntuaciones medias en compromiso, reto y despersonalización, en función 
del porcentaje de interacción directa con los pacientes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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