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He recibido y comprendo las instrucciones de este folleto. Proveedor: Firma Fecha: Documentos recibidos: Si el problema continúa, no mejora o empeora, le recomendados que consulte a su médico de cabecera, al médico al que lo deriven o que se dirija de inmediato a la sala de emergencias más cercana. Ante todo, no deje de consultar a un médico. Monday, November 6, 2023 1) Hepatotoxicidad asociada a la nutrición parenteral, by Kaplan RR, (et al) Quick Lesson Hepatotoxicidad asociada a la nutrición parenteral By: Roberta R. Kaplan, PA, MS, MPH; Tanja Schub, BS Edited by: Diane Pravikoff, RN, PhD, FAAN Cinahl Information Systems Descripción/Causas La nutrición parenteral (NP), administración intravenosa de una nutrición completa y balanceada, se utiliza para suministrar nutrientes a los pacientes con función intestinal comprometida o inexistente. Muchos pacientes no tienen otra opción que la NP a largo plazo o incluso NP de por vida. Si bien ofrece apoyo nutricional vital para los pacientes, existe el riesgo de efectos hepatobiliares mortales relacionados con la NP. Las anomalías hepatobiliares que se desarrollan más comúnmente incluyen colestasis (es decir, obstrucción en el flujo biliar), esteatosis (es decir, deterioro, infiltración y acumulación anormal de grasa), cirrosis (es decir, enfermedad hepática terminal caracterizada por el daño de células parenquimatosas difusas, la insuficiencia de la función de los hepatocitos y el compromiso del flujo sanguíneo hepático) y sedimento biliar (es decir, bilis mezclada con cristales de colesterol y sales de calcio). Si bien no se comprende por qué se desarrollan las complicaciones biliares frecuentemente después de usar la NP, se han propuesto varios factores causales. Entre estos se incluyen hiperinsulinemia prolongada producto del nivel constantemente elevado del azúcar en sangre, el estado de la enfermedad subyacente para la cual se necesita la PN, la presencia de septicemia, la falta de consumo enteral, las deficiencias nutricionales y los niveles tóxicos de nutrientes. El diagnóstico se basa principalmente en el análisis de las enzimas hepáticas y de los niveles de bilirrubina sérica. No se han determinado un tratamiento óptimo ni pautas de tratamiento. Las recomendaciones actuales se concentran en la estimulación del flujo biliar y en evitar la estasis de la vesícula, de la siguiente forma: Mediante la infusión cíclica de NP en lugar de continua (los regímenes cíclicos generalmente varían entre 10 y 16 horas con descansos libres de glucosa), en especial, cuando se espera que el tratamiento de NP sea prolongado. Por el momento, no existe un régimen definitivo, debido a que se están investigando los riesgos asociados con las infusiones excesivas por hora de dextrosa y lípidos que pueden presentarse con los períodos más cortos de infusión del tratamiento cíclico característico. Mediante la introducción de nutrición enteral (NE) (es decir, alimentación intestinal) entre la NP cíclica, dentro de lo posible. La NE generalmente evita la atrofia del tracto gastrointestinal, la pérdida de inmunidad mucosa y las anomalías bacterianas. La NE puede evitar la deficiencia hepática asociada a la NP. Mediante la prevención del crecimiento excesivo de bacterias y de la translocación bacteriana en el intestino delgado por medio de la toma diaria de antibióticos (p. ej., metronidazola). Mediante la prevención de la ingesta calórica en exceso (p. ej., al limitar los valores de infusión de glucosa a ≤ 4 mg/kg/min y las calorías de la formulación de NP de la dextrosa a ≤ 65%). Mediante la restricción de la ingesta de lípidos a 1 g/k por día y a 30% de calorías diarias. Mediante la continuidad de una ingesta de aminoácidos entre 0,8 y 1,5 g/k por día para evitar deficiencias o excesos. Mediante la prevención de deficiencias de colina, taurina y carnitina (es decir, sustancias endógenas esenciales para los procesos metabólicos hepatobiliares) al incluir este tipo de suplementos en las soluciones de la NP. Mediante la farmacoterapia recetada, p. ej., ácido ursodeoxicólico (AUDC, para estimular la producción de bilis y ayudar con la disolución de los cálculos biliares), y colecistocinina octapéptida (CCC-OP, para disminuir la formación de cálculos y de sedimento biliar). Mediante la realización de una cirugía (p. ej., colecistectomía profiláctica, transplante aislado del intestino delgado, transplante combinado de intestino e hígado), si corresponde, para los pacientes dependientes de la NP con insuficiencia intestinal. Datos y cifras La disfunción hepática asociada a la NP se ha informado con más frecuencia en neonatos y en lactantes que en adultos. La incidencia informada de hepatotoxicidad relacionada con la NP varía considerablemente según el estudio, probablemente debido a la variabilidad en las poblaciones de pacientes y en los regímenes de NP. En pacientes adultos que reciben NP, la incidencia informada de las enzimas hepáticas elevadas varía del 25 al 100%. En niños, la incidencia informada de complicaciones hepáticas relacionadas con la NP varía del 7,4 al 84%. El sedimento biliar se desarrolla en el 6% de los pacientes durante la tercera semana después de haber iniciado la NP, en el 50% entre la cuarta y sexta semana, y en todos los pacientes después de la sexta semana de haber iniciado el tratamiento con NP. La prevalencia de la colestasis asociada a la NP en lactantes es de entre el 30 y el 70%. En neonatos con enfermedad hepática asociada a la NP que no se pueden desconectar de la NP o que no pueden recibir un transplante de hígado o intestino delgado, el índice de mortalidad se acerca al 100%. Factores de riesgo Una combinación de factores de riesgo aumentan el riesgo de desarrollar hepatotoxicidad relacionada con la NP, entre ellos: Factores relacionados con el paciente y enfermedades ya existentes (bajo peso en el momento del nacimiento, edad de gestación reducida, trastorno primario del tracto gastrointestinal [p. ej., enfermedad intestinal inflamatoria, síndrome de intestino corto (SIC, menor de 50 cm)], gastrosquisis, onfalocelo, atresia yeyunal, desnutrición, enfermedad hepática, inmadurez del sistema de secreción biliar, presencia del factor necrótico tumoral α [TNF-α], toxicidad por quimioterapia a causa del tratamiento de neoplasias malignas hematológicas, septicemia). Factores directamente relacionados con la NP (p. ej., administración de NP por más tiempo [es decir, más de varias semanas], recepción de NP continua [en lugar de cíclica o interrumpida por la NE], carga excesiva de calorías en la fórmula, desequilibrio en los niveles de la fórmula de carbohidratos, aminoácidos o lípidos). Signos y síntomas/Cuadro clínico Tanto niños como adultos desarrollan formación de sedimento biliar y litiasis vesicular, pero el cuadro clínico de la deficiencia hepática en lactantes y niños generalmente incluye colestasis, mientras que la esteatosis y la hepatitis asociada a la esteatosis son más comunes en los adultos. Evaluación Análisis de laboratorio que pueden indicarse Si bien los niveles varían y no todos los pacientes presentan aumentos consistentes, los niveles de enzimas en el hígado generalmente alcanzan el valor máximo dentro de las cuatro semanas después de haber iniciado el tratamiento con la NP. La deficiencia hepática suele detectarse por los niveles/elevaciones anormales de gama glutamiltransferasa (GGT), alanina aminotransferasa (ALT), aspartato aminotransferasa (AST) y de fosfatasa alcalina. El aumento en los niveles de bilirrubina es menos frecuente. La exploración histológica del tejido del hígado obtenido en la biopsia puede mostrar anomalías que sugieren hepatotoxicidad. La esteatosis es el hallazgo histológico temprano más frecuente. Otros análisis y estudios de diagnóstico El ultrasonido de vesícula biliar e hígado puede mostrar cálculos biliares e irregularidad o agrandamiento del hígado. Objetivos del tratamiento Promover un estado fisiológico óptimo y reducir el riesgo de sufrir complicaciones Controlarlos signos vitales y todos los sistemas fisiológicos. Revisar los análisis de laboratorio con frecuencia, en especial para evitar anomalías en el funcionamiento del hígado y posibles deficiencias de colina, taurina y carnitina. Informar sobre cualquier anomalía y tratar según lo indicado. Reducir el riesgo de septicemia proporcionando una buena higiene, en especial, en las áreas con catéter. Limpiar y cambiar los catéteres según el protocolo del centro de salud. Evaluar las infecciones bacterianas o micóticas. Administrar antibióticos, antimicóticos u otros agentes recetados si se desarrolla infección. Controlar la ingesta nutricional. Estimular la alimentación alterna por medio de NE tan pronto como sea posible, según la orden del profesional. Administrar AUDC para estimular la producción de bilis y/o la CCC-OP para reducir la formación de sedimentación vesicular y biliar, según se indique. Seguir los protocolos pre y posoperatorios del centro de salud si el paciente necesita cirugía (p. ej., por trasplante de hígado). Consolidar la educación pre y posoperatoria y asegurarse de obtener los documentos completos del consentimiento informado para el centro de salud. Estimular el bienestar emocional y educar. Evaluar la capacidad de lidiar con la enfermedad del paciente y la familia. Estimular el debate sobre las opciones de alimentación, las posibles complicaciones de la NP, los riesgos y beneficios del tratamiento, la vida con una condición crónica y el pronóstico personalizado. Proporcionar apoyo emocional. Fomentar la participación en grupos de apoyo y el conocimiento actual de los últimos desarrollos en el tratamiento. Solicitar la derivación a un trabajador social, si corresponde, para identificar los recursos locales que brinden cuidado domiciliario, grupos de apoyo, alivio para el cuidador y residencias para enfermos terminales. Temas para reflexionar Según las investigaciones que están surgiendo, la fitosterolemia tiene que ver con el desarrollo de la disfunción hepática asociada con la NP. Los fitoesteroles (también llamados esteroles vegetales porque ocurren naturalmente en las plantas) están presentes en altas concentraciones en los aceites de soja, oliva y coco, que son los componentes principales de las emulsiones lipídicas de la NP. Importante Los niveles elevados conjugados de la bilirrubina y la gama glutamil transpeptidasa (GGT) se consideran los indicadores más sensibles de colestasis. La colestasis en neonatos puede avanzar rápidamente a insuficiencia hepática. ¿Qué debo informar al paciente o a la familia del paciente? El control médico a largo plazo es esencial. Contáctese con la Fundación Oley for Home Parenteral and Enteral Nutrition ( http://www.oley.org) si desea obtener más información sobre grupos de apoyo y sugerencias para una mejor calidad de vida. http://www.oley.org/ References 1. Christensen, R. D., Henry, E., Wiedmeier, S. E., Burnett, J., & Lambert, D. K. (2007). Identifying patients, on the first day of life, at high-risk of developing parenteral nutrition-associated liver disease. Journal of Perinatology, 27(5), 284-290. 2. Kumpf, V. J. (2006). Parenteral nutrition-associated liver disease in adult and pediatric patients. Nutrition in Clinical Practice, 21(3), 279-290. 3. Llop, J. M., Virgili, N., Moreno-Villares, J. M., García-Peris, P., Serrano, T., Forga, M., et al. (2008). Phytosterolemia in parenteral nutrition patients: Implications for liver disease development. Nutrition, 24(11-12), 1145-1152. 4. Lloyd, D. A., & Gabe, S. M. (2007). Managing liver dysfunction in parenteral nutrition. Proceedings of the Nutrition Society, 66(4), 530-538. 5. Stehle, P. (2007). Development of liver dysfunction under artificial nutrition: A reason to modify nutrition therapy in the intensive care unit? Critical Care, 11(1), 112. Reviewer(s) Darlene A. Strayer, RN, MBA, Cinahl Information Systems, Glendale, California Nursing Practice Council, Glendale Adventist Medical Center, Glendale, California Original document: 2007 Jul 24 Latest revision: 2009 Oct 02 Published by Cinahl Information Systems. Copyright © 2009, Cinahl Information Systems. All rights reserved. No part of this may be reproduced or utilized in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system, without permission. Cinahl Information Systems accepts no liability for advice or information given herein or errors/omissions in the text. It is merely intended as a general informational overview of the subject for the healthcare professional. Fuente: Cinahl Information Systems (Glendale, California). 2009 Oct 02 (2p) Número de elemento:: SPA5000003836
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