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808 ParTe 5 | Tratamiento nutricional médico muchas bebidas deportivas contienen demasiada fructosa y no aumentan el citrato urinario (Goodman, 2009). La hipocitraturia suele ser idiopática, pero también puede de- berse a acidosis con hipopotasemia, síndrome de hipoabsorción con hiperoxaluria intestinal, ingesta excesiva de carne y residuo ácido (Zuckerman y Assimos, 2009). La mitad de las personas con cálculos cálcicos recurrentes tienen hipocitraturia (citrato urinario <300 mg/día), principalmente de origen dietético. La cantidad normal de citrato urinario debe ser superior a 640 mg/día. El tratamiento crónico con limonada o zumo de lima o limón en personas con hipocitraturia y litiasis renal consigue aumentar el citrato urinario y reducir la tasa de formación de cálculos (Kang et al., 2007). El agua mineral, por su contenido en magnesio y bicarbonato, aumenta el pH urinario y la inhibición de los cálculos. Fructosa. La ingesta de fructosa se ha incrementado en un 2.000%, aproximadamente, en los últimos 30 años, por el amplio uso del jarabe de maíz rico en fructosa en los alimentos. La fructosa podría aumentar la excreción urinaria de calcio y oxalato. Es el único hidrato de carbono conocido que aumenta la producción de ácido úrico y su excreción urinaria. La fructosa quizás aumente también la resistencia a la insulina, que se asocia con bajo pH urinario. La ingesta de fructosa se ha asociado con riesgo de litiasis renal (Taylor, 2008). Se recomienda aumentar el consumo de frutas, hortalizas y verduras para incrementar la ingesta de potasio, pero debería recalcarse más el de hortalizas y verduras por el contenido en fructosa de la fruta (Asselman y Verkoelen, 2008). Vitaminas. Los beneficios para la salud de 500 mg o más de ácido ascórbico no tienen base científica. Así pues, las per- sonas con riesgo de cálculos de oxalato cálcico harían bien en no superar los 500 mg/día (Massey et al., 2005; Moyad et al., 2009). La vitamina B6 en forma de fosfato de piridoxal es un cofactor necesario para el metabolismo del oxalato; se debe evitar la deficiencia de B6. El consumo de vitamina B6, hasta 10 mg/día, podría reducir el oxalato urinario en algunas personas con cál- culos de oxalato cálcico. lesión renal aguda (insuFiciencia renal aguda) Fisiopatología La lesión renal aguda (lra), previamente llamada insuficiencia renal aguda (ira), se caracteriza por una reducción brusca de la tasa de filtración glomerular (TFg), la cantidad de filtrado por unidad de tiempo en las nefronas, y la alteración de la capacidad renal de excretar la producción diaria de desechos metabólicos. La LRA puede presentarse con oliguria (menor producción de orina) o con flujo urinario normal, pero aparece característica- mente en riñones previamente sanos. Su duración oscila entre unos días y varias semanas. Las causas de LRA son numerosas y pueden existir simultáneamente (tabla 36-5). Estas causas suelen clasificarse en tres grupos: 1) perfusión renal inadecuada (prerrenal); 2) enfermedades del parénquima renal (intrínseca), y 3) obstrucción de las vías urinarias (posrenal). Tratamiento médico El cociente entre nitrógeno ureico sanguíneo (BUN) y Cr se utiliza en el diagnóstico para determinar la localización del daño renal. Según donde tenga lugar la lesión, el BUN está aumentado por filtración escasa, y se reabsorbe más activamente. En esta situación, con un cociente BUN/Cr superior a 20:1, la lesión es prerrenal (antes de los riñones). Cuando el daño es intrínseco (dentro de los riñones), el cociente BUN/Cr se reduce a me- nos de 10:1. Generalmente, si se presta la atención necesaria al diagnóstico y corrección de las causas prerrenales y obstructivas, la LRA es breve y no precisa intervenciones nutricionales con- cretas. La LRA intrínseca puede resultar de las causas enumeradas en la tabla 36-5; de estas, un episodio prolongado de isquemia que provoque necrosis tubular aguda isquémica es la más gra- ve. Habitualmente, los pacientes desarrollan esta enfermedad como complicación de una infección incontrolable, trauma- tismos graves, accidentes quirúrgicos o shock cardiogénico. La evolución clínica y el pronóstico dependen básicamente de la causa. Los pacientes con LRA secundaria a toxicidad por fármacos suelen recuperarse por completo una vez suspendido el medicamento. Por otra parte, la tasa de mortalidad asociada a la necrosis tubular aguda isquémica secundaria a shock es de cerca del 70%. Resulta característico que estos pacientes tengan un catabolismo exagerado, y en los primeros estadios se produce una extensa destrucción tisular. Se usa hemodiálisis (HD) para reducir la acidosis, corregir la uremia y controlar la hiperpotasemia. En caso de recuperación, esta suele producirse a las 2 o 3 semanas de la corrección del trastorno inicial. La fase de recu- peración (diurética) se caracteriza primero por un aumen- to de la producción de orina y después por el retorno de Tabla 36-5 algunas causas de lesión renal aguda Causas Trastorno 1. Perfusión renal inadecuada (prerrenal) Deshidratación grave Colapso circulatorio 2. Enfermedades intrínsecas del parénquima renal Necrosis tubular aguda • traumatismos, cirugía • sepsis Necrosis tubular isquémica aguda Nefrotoxicidad • antibióticos, contrastes y otros fármacos Reacción local a fármacos Trastornos vasculares • infarto renal bilateral Glomerulonefritis aguda de cualquier causa • infección estreptocócica • lupus eritematoso sistémico 3. Obstrucción posrenal de la vía urinaria Hipertrofia prostática benigna con retención de orina Carcinoma de la vejiga o de la próstata Cáncer retroperitoneal o pélvico Cálculos y obstrucciones ureterales bilaterales Rabdomiólisis Parte 5 - Tratamiento nutricional médico Capítulo 36 - Tratamiento nutricional médico en las enfermedades renales Enfermedades renales Cálculos renales (litiasis renal) Tratamiento nutricional médico Fructosa Vitaminas Lesión renal aguda (insuficiencia renal aguda) Fisiopatología Tratamiento médico
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