Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
caPíTulO 37 | Tratamiento nutricional médico en la prevención, el tratamiento y la recuperación del cáncer 855 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. El rechazo psicógeno a la comida en los niños requiere intervenciones que se ocupen de los asuntos psicológicos subyacentes. Familiares y cuidadores a menudo expresan su miedo a la muerte a través de una preocupación extrema por las comidas y el mantenimiento del peso. Se requieren es- trategias creativas para minimizar los efectos psicológicos del miedo, rutinas hospitalarias desagradables, alimentos no familiares, aversiones aprendidas a los alimentos y dolor. Las estrategias de intervención nutricional que utilicen ingesta oral deben acentuar el máximo aquellos alimentos preferidos y ricos en nutrientes en aquellos momentos en que es probable que la ingesta sea mejor y cuando haya menor probabilidad de aparición de aversión a los alimentos. Los alimentos médicos orales pueden ser útiles, pero su aceptación suele ser pro- blemática; por este motivo, hay que ofrecer a los niños varios para que elijan. La NE mediante sonda nasogástrica está indicada en niños seleccionados, capaces de colaborar y cuyos sistemas GI sean funcionales. A algunos niños se les ha enseñado incluso a in- sertarse su propia sonda nasogástrica para tomas intermitentes o nocturnas. Hay que recordar, no obstante, que la aspiración es siempre un posible riesgo. La NP está indicada en niños que estén recibiendo un tratamiento intensivo asociado con toxicidad GI grave, y para aquellos con pronóstico favorable que estén desnutridos o tengan un gran riesgo de desarrollar malnutrición. La NP casi nunca está indicada en niños con cáncer avanzado asociado a deterioro significativo o con enfermedades que no respondan al tratamiento. No existen directrices basadas en la evidencia y univer- salmente aceptadas para los niños diagnosticados de cáncer. Sin embargo, la American Society for Parenteral and Enteral Nutrition (ASPEN) ha establecido algunos puntos para la valoración nutricional y el soporte nutricional especializado para todos los pacientes pediátricos ingresados (Wessel et al., 2005). Las necesidades nutricionales de pacientes pediátricos con cáncer son similares, con un ajuste según la actividad, a los de niños en crecimiento normales. A menudo, los pacientes pediátricos con cáncer no precisan estar encamados, sino que son tan activos como sus compañeros sanos. Los factores que pueden alterar las necesidades de nutrientes en el cáncer com- prenden los efectos de la enfermedad sobre el metabolismo del huésped, los efectos catabólicos del tratamiento y el estrés fisiológico debido a cirugía, fiebre, infecciones o hipoabsor- ción. Las necesidades de líquidos están aumentadas durante el tratamiento anticanceroso o en presencia de fiebre, insufi- ciencia renal o diarrea. Puede ser necesario usar suplementos de micronutrientes en períodos de escasa ingesta, estrés o hipoabsorción. El mejor indicador a largo plazo de una ingesta adecuada de nutrientes es el crecimiento. Los niños tienen mayores necesi- dades nutricionales para el crecimiento y desarrollo, que deben ser alcanzados a pesar de extensos períodos de tratamiento del cáncer (v. capítulos de 17 a 19). Durante el brote de crecimiento rápido de la adolescencia, se produce una vulnerabilidad especial. El sarcoma de Ewing se asocia frecuentemente con malnu- trición. Otro motivo por el que los niños con cáncer avanzado tienen más riesgo de depleción nutricional grave que los adultos es el uso frecuente de tratamientos más agresivos y combinados. Los efectos nutricionales a largo plazo del cáncer y su tratamiento no están bien documentados en niños. Es de esperar que las deficiencias de proteínas y calorías afecten negativamente al crecimiento, aunque los efectos podrían ser temporales, y el crecimiento extra dependerá de cuántas calorías sean capaces de consumir de forma constante los niños (Corrales y Utter, 2005; Ringwald-Smith et al., 2006). No obstante, algunos regímenes terapéuticos anticáncer quizás tengan un efecto sobre el creci- miento y desarrollo independiente de la privación nutricional. El TPH es actualmente un tratamiento intensivo aceptado y cada vez más eficaz para un amplio grupo de trastornos en ni- ños. Muchos tratamientos auxiliares pueden llevarse a cabo con seguridad de forma ambulatoria, reduciendo así el período de hospitalización. recOMeNdacIONes NuTrIcIONales Para suPervIvIeNTes del cáNcer Desde el momento del diagnóstico a lo largo de toda la vida, la ACS define a cualquiera que esté viviendo con un diagnóstico de cáncer como superviviente del cáncer (Doyle et al., 2006). Las directrices de la ACS, así como las recomendaciones de la WCRF y AICR, proporcionan consejos sobre una dieta óptima, nutrición y actividad física para la prevención primaria del cán- cer y la salud de todas las personas, incluidos los supervivientes del cáncer. Además, la ACS ha publicado una Guide for Informed Choices for Nutrition and Physical Activity para supervivientes del cáncer. La ACS rechazó específicamente denominarlas «directrices» o «recomendaciones», porque los datos en esta área de estudio no son tan abundantes como en el campo de la prevención primaria. Los supervivientes del cáncer representan uno de los mayores grupos de personas que viven con una enfermedad crónica. Se calcula que existían 11 millones de supervivientes en EE. UU. en 2009, y la previsión es que esta cifra alcance los 20 millo- nes en 2020 (Cancer Facts and Figures, 2009). La mayor parte de las personas con cáncer son capaces de volver a funcionar normalmente y recuperar calidad de vida. Se espera que esta tendencia continúe por la reciente toma de conciencia acerca de la prevención del cáncer, los avances en la detección, el desarrollo de tratamientos más eficaces y los avances en la determinación de las causas genéticas del cáncer. La nutrición puede ser un componente muy importante en el plan de supervivencia a largo plazo. ONcOlOgía INTegradOra y cOMPleMeNTarIa Los términos medicina integradora, complementaria y alternativa describen tratamientos usados por personas interesadas en la promoción de la salud o en el tratamiento de síntomas. Las tratamientos complementarios son típicamente no invasivos, baratos y útiles para controlar síntomas y mejorar la calidad de vida durante el tratamiento del cáncer y después de este; se usan junto con la medicina convencional. Por el contrario, la medicina alternativa se usa en vez del tratamiento antican- ceroso convencional: puede ser cara, posiblemente perjudicial y, en ocasiones, interfiere con tratamientos o medicamentos. La medicina integradora u oncología integradora se está imponiendo como el término preferido para distinguirla de tratamientos alternativos que no están demostrados y son potencialmente no seguros, y los tratamientos más basados en la evidencia (Belk, 2006; Wesa et al., 2008). La medicina integradora trabaja para integrar tratamientos complemen- Parte 5 - Tratamiento nutricional médico Capítulo 37 - Tratamiento nutricional médico en la prevención, el tratamiento y la recuperación del cáncer Recomendaciones nutricionales para supervivientes del cáncer Oncología integradora y complementaria
Compartir