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los dos dedos adyacentes y parte del siguiente. La mayoría de las lesiones del miembro superior afecta a la oposición del pulgar (v. fig. 3-76). No cabe duda de que las lesiones de los nervios de los músculos intrínsecos de la mano, especialmente el nervio mediano, tienen los efectos más graves sobre este complejo movimiento. Si se secciona el nervio mediano en el antebrazo o en el carpo, no puede oponerse el pulgar; no obstante, el abductor largo del pulgar y el aductor del pulgar (inervados por los nervios interóseo posterior y ulnar, respectivamente) pueden imitar la oposición, aunque de forma ineficaz. Las lesiones del nervio mediano debidas a una herida penetrante en la región del codo provocan pérdida de flexión de las articulaciones interfalángicas proximal y distal de los dedos 2.o y 3.o. La capacidad para flexionar las articulaciones metacarpofalángicas de estos dedos se halla también afectada, ya que los ramos digitales del nervio mediano inervan al 1.er y 2.o lumbricales. La mano simiesca (fig. C3-32 F) hace referencia a una deformidad en la cual los movimientos del pulgar están limitados a su flexión y extensión en el plano de la palma. Este trastorno está causado por la incapacidad para oponer el pulgar y por su abducción limitada. El ramo recurrente del nervio mediano para los músculos tenares (v. fig. 3-84 A) es subcutáneo, y laceraciones relativamente poco importantes de la eminencia tenar pueden seccionarlo. La sección de este nervio paraliza los músculos tenares, con lo que el pulgar pierde gran parte de su función. 516 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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