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FIGURA C4-20. Seno transverso del pericardio. Exposición de las venas cavas Tras ascender a través del diafragma, toda la porción torácica de la VCI (unos 2 cm) está envuelta por el pericardio. Por lo tanto, es preciso abrir el saco pericárdico para exponer esta porción terminal de la VCI. Ocurre lo mismo con la porción terminal de la VCS, que se encuentra en parte dentro y en parte fuera del saco pericárdico. Pericarditis, roce pericárdico y derrame pericárdico El pericardio puede verse afectado por diversos procesos patológicos. La inflamación del pericardio (pericarditis) suele provocar dolor torácico. También puede hacer que el pericardio seroso sea rugoso. Normalmente, las lisas láminas del pericardio seroso no producen un ruido detectable a la auscultación. Sin embargo, la pericarditis vuelve rugosas sus superficies y la fricción resultante (roce pericárdico) emite un ruido parecido a la fricción de la seda, que puede oírse con un fonendoscopio en el borde izquierdo del esternón y las costillas superiores. Un pericardio con inflamación crónica y engrosado puede calcificarse, interfiriendo gravemente con el funcionamiento del corazón. Algunas enfermedades inflamatorias pueden producir también derrame pericárdico (paso de líquido de los capilares pericárdicos hacia la cavidad pericárdica, o una acumulación de pus). Como resultado, el corazón se ve comprimido (incapaz de expandirse y rellenarse por completo) y es ineficaz. Los derrames pericárdicos no inflamatorios suelen asociarse a insuficiencia cardíaca congestiva, en la cual la sangre venosa vuelve al corazón a un ritmo más rápido del que se expulsa, produciendo hipertensión cardíaca derecha (aumento de presión en el lado derecho del corazón). Taponamiento cardíaco 678 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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