Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io www.sociedadcela.com vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io 3807 - 3812 3814 - 3827 3828 - 3836 3837 - 3845 3846- 3850 3851 - 3855 3856 - 3860 3861 3862 - 3865 3866 - 3867 3870 3871 - 3875 3876 - 3880 3881 - 3884 endovascular.es 3868 - 3869 vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io 3807 Evar en el 2011: el panorama actual de una técnica revolucionaria* Evar at 2011: the current scenario of a revolutionary technique E D I T O R I A L Frank J. Criado, MD Union Memorial Hospital/MedStar Health, Baltimore, Maryland, USA. frank.criado@medstar.net El aneurisma aórtico abdominal (AAA) ocupa un lugar destacado entre las enfermedades cardiovasculares más significativas. Se ha estimado que en el Estados Unidos, 1.1millones de personas entre los 50 y 84 años de edad tienen un AAA, y el número real podría ser mayor. De estos, más de 100.000 nuevos casos se diagnostican, y más de 50.000 pacientes deben someterse a reparación del aneurisma cada año (Fig. 1). Al menos 15.000 muertes al año se puede atribuir a un AAA, y la mayoría están relacionados con la ruptura del aneurisma, por lo que es la décimo tercera causa principal de muerte. Los hombres se ven desproporcionadamente más afectados (5:1), pero las mujeres tienden a tener peores resultados durante el tratamiento y una mayor tasa de mortalidad de cara a la ruptura. Fig. 1: Proporción de AAA intervenidos sobre el total de AAA en la población en EE.UU. 1.1 million 50K Estimated No. of individuals with AAA in the 50 to 84 age group. Number of AAA procedures. El tratamiento definitivo ha estado disponible desde principios de 1950 cuando las técnicas quirúrgicas para la resección y el reemplazo con un injerto se desarrollaron. La reparación de AAA surgió como una operación relativamente común en los años 1960 y 1970, y en verdad se ha convertido en un procedimiento insignia de la cirugía vascular. Pero las nubes oscuras se cernían en el horizonte, dado su carácter invasivo resultaron en morbilidad frecuente e incluso la muerte. Sin embargo, muchos pacientes fueron excluidos del tratamiento cuando se consideraron inoperables sobre la base de antecedentes médicos o, raramente, contraindicaciones anatómicas para el tratamiento quirúrgico. Así, el panorama de manejo del AAA se mantuvo incompleto y subóptimo por varias décadas (desde una perspectiva de cuidado del paciente), debido a que el abordaje quirúrgico abierto dejó a muchos sin una opción viable de tratamiento. Frank J. Criado, MD Evar en el 2011: el panorama actual de una técnica revolucionaria* Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3807-3812 vo lv er a l s um ar io 3808 Los orígenes de EVAR. El Dr. Juan Parodi entiendió estas necesidades no satisfechas de forma más clara y antes que nadie y mediante ingenio agudo, dos importantes asociaciones (con los Drs. Julio Palmaz y Héctor Barone), y la perseverancia y arduo trabajo; lograron desarrollar una técnica basada en catéteres que, básicamente, aplica la estrategia de endoaneurismorrafia quirúrgica adoptada universalmente; pero evitando la necesidad de una operación intraabdominal y el pinzamiento aórtico, a través de un enfoque totalmente intraluminal. La primera operación para la reparación de un AAA con injerto endovascular (EVAR) fue realizada por los Dres. Parodi, Palmaz, y Barone en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, en Argentina el 7 de septiembre de 1990. No es de extrañar, pero sin que lo supieran ellos en ese momento, no estaban solos en este empeño. En particular, Volodos en Ucrania, Lazarus en los Estados Unidos, y algunos otros, estaban trabajando de forma independiente y al mismo tiempo en similares soluciones, menos invasivas para la reparación de un aneurisma aórtico. La nueva técnica revolucionaria estaba destinada a cambiar todo y marcó el comienzo de la nueva era en la cirugía aórtica. Por otra parte, y más allá de la terapia del aneurisma, estos acontecimientos impulsaron todo el campo; y la cirugía vascular, en conjunto, cambió a una nueva dirección de donde no podrá volver. Los dispositivos EVAR, antes y ahora. Los dispositivos endovasculares han evolucionado rápidamente en los últimos dos decenios. En la década de 1990, fuimos testigos de la aparición de varios primeros diseños que encontraron muchas dificultades (previstas e imprevistas), relacionadas con todo el entorno hostil de la aorta. La Agencia de Fármacos y Alimentos de los EE.UU. (FDA) aprobó los dos primeros injertos endovasculares en septiembre de 1999 (AneuRx [Medtronic, Inc., Minneapolis, MN] y Ancure [Guidant Corporation]) lo cual marcó el final de la fase de la infancia de estas tecnologías. Importantes mejoras y avances del diseño solo se encontraban a la vuelta de la esquina. La disponibilidad comercial del dispositivo Ancure duró poco porque el fabricante (Guidant Corporation) decidió retirarlo de el mercado en 2003, pero el AneuRx ha demostrado ser muy resistente, y se ha pasado a través de siete generaciones y está disponible en el mercado de los EE.UU. hoy en día. En total, existen seis dispositivos EVAR aprobados por la FDA y están disponibles actualmente en el mercado de los EE.UU. En 2002, Gore & Associates (Flagstaff, AZ) recibió la aprobación de la FDA para el dispositivo Excluder, que pronto fue seguido por la endoprótesis Zenith de Cook Medical (Bloomington, IN) y la Powerlink de Endoligix (Irvine, CA) en 2003 y 2004, respectivamente. La última aprobada fue Endurant de Medtronic, que fue concedida en diciembre de 2010. Es considerada como una endoprótesis de tecnología de próxima generación, con un diseño que incorpora una serie de importantes lecciones aprendidas en la última década, incluyendo un perfil más bajo, una mayor capacidad de liberación, flexibilidad y despliegue, y un aparato de fijación suprarrenal con pernos de anclaje integrada que penetran profundamente en la pared aórtica. Dicho esto, es importante reconocer que todos los dispositivos actualmente aprobados y disponibles en el mercado parecen hacerlo muy bien cuando se usa en las situaciones recomendadas y en cumplimiento de las instrucciones del fabricante para su uso. Frank J. Criado, MD Evar en el 2011: el panorama actual de una técnica revolucionaria* Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3807-3812 vo lv er a l s um ar io 3809 Familias de dispositivos. Los dispositivos son a menudo descritos como pertenecientes a una primera, segunda generación, etc. Lamentablemente, nadie ha definido con precisión lo que es una generación con respecto a las endoprótesis. Nos pareció que sería más útil para describir los dispositivos que pertenecen a familias, y al igual que en las sociedades humanas, las familias se caracterizan mejor por el origen ancestral. Con esto en mente, las familias de dispositivo se definen por sus fabricantes (Fig. 2). Fig. 2: Familias de Dispositivos Frank J. Criado, MD Evar en el 2011: el panorama actual de una técnica revolucionaria* Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3807-3812 Cuestiones de integridad parecen haber sido superados a través de mejores diseños y estrategias de prueba. Sin embargo, los resultados insatisfactorios se siguen produciendo en el universo EVAR, y la mayoría de estos fallos, hoy, están relacionados con el uso fuera de lo recomendado de las endoprótesis, cuando los médicos deciden tratar a los pacientes con anatomías fuera de las indicaciones aprobadas. Si bien cierto que en la realidad de la práctica médica a veces se puede presentar dicha situación, es muy importante para todos los involucrados, incluidos los pacientes comprendany se informen de que el rendimiento del dispositivo y los resultados clínicos pueden ser muy diferentes (inferiores) cuando una endoprótesis se utiliza de tal manera. vo lv er a l s um ar io 3810 Frank J. Criado, MD Evar en el 2011: el panorama actual de una técnica revolucionaria* Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3807-3812 Desarrollos actuales y futuros. Una serie de deficiencias y necesidades insatisfechas siguen sin resolverse y se han convertido en los principales motores para el desarrollo en curso. Tres de estos se destacan: AAA con cuello proximal corto y angulado. Endurant es el primer dispositivo que se comercializa en los Estados Unidos que se ha desarrollado en gran medida para hacer frente a esa necesidad. En la aprobación FDA no refleja esas capacidades, pero los primeros resultados, a corto y mediano plazo, de Europa son muy alentadores con respecto al rendimiento del dispositivo Endurant en pacientes con desventaja del cuello proximal. La endoprótesis Aorfix (Lombard Medical Technologies Inc., de Tempe, AZ) es otro diseño avanzado creado con el propósito específico de tratar seriamente los cuellos proximales angulados, pero sin perder una estrategia de fijación infrarrenal. Se le concedió por primera vez la marca de reglamentación de la CE en 2001; y se añadió, en 2009, la indicación que incluye anatomías del aneurisma con una angulación del cuello proximal hasta 90º, haciendolo el primer y único (en todo el mundo) para ángulos de tal grado. Perfil más bajo. Este sigue siendo un objetivo digno y atractivo, tanto para evitar problemas de acceso y mejorar la capacidad de liberación, así como para facilitar y fortalecer el cambio evolutivo de EVAR a acceso percutáneo. No sería descabellado predecir que endoprótesis con un perfil externo menor a 16Fr de diámetro, probablemente estarán disponibles en los próximos 5 años. Reciente obtuvo aprobación europea la endoprótesis Ovation (trivascular, Inc., de Santa Rosa, CA) con diámetro de 14Fr, lo cual es una señal fuerte de esta tendencia. El dispositivo Incraft (Cordis Corporation, Bridgewater, NJ), de 14Fr, es otro ejemplo de ello, pero el dispositivo aún no ha sido aprobado para el ámbito clínico. Las ramas. Este es sin duda un tema importante porque representan la próxima frontera en el conocimiento en las tecnologías en EVAR, con la promesa de ampliar la aplicabilidad y optimizar el rendimiento. Entre los fabricantes, Cook Medical es el pionero en estos esfuerzos con el desarrollo de diseños fenestrados hace ya más de 10 años. Una experiencia relativamente grande se ha acumulado en todo el mundo, pero los procedimientos han demostrado ser largos y complejos, y los dispositivos muy onerosos y que requieren personalización. A partir de esta sólida plataforma, Cook y otros grandes fabricantes están cambiando a un enfoque más estándar, con endoprótesis más simples y que podrían utilizarse en la mayoría de los casos. El nuevo diseño fenestrado, Ventana de Endologix, refleja esta tendencia. Sería realista esperar rápidos avances y mayor disponibilidad de dichos productos en los próximos años. Además de los principales objetivos descritos anteriormente en la investigación actual y futura y en los esfuerzos de diseño en el campo de la tecnología EVAR, sería negligente no mencionar el dispositivo Endologix Nellix que representa vo lv er a l s um ar io 3811 el primer intento serio fuera del pensamiento tradicional en la tecnología EVAR. En lugar de basarse en el principio endovascular de la fijación y el sello proximal del cuello con la subsiguiente exclusión saco aneurismático y despresurización seguida por la contracción del saco, el sistema Nellix se basa en el nuevo concepto de tratar el saco. Dos endoprótesis de politetrafluoroetileno delgado son fijadas al aneurisma de manera que, presumiblemente, evita cualquier cambio en la morfología anatómica. La experiencia clínica hasta la fecha es limitada (n = 34 pacientes incluidos en un ensayo internacional de fase I), pero el rendimiento del dispositivo y los resultados clínicos han sido bastante alentadores. La aprobación en Europa se prevé a partir de 2012. El potencial futuro de un dispositivo como este es importante, ya que posiblemente podría eliminar las endofugas de tipo II y ser capaz de tratar los aneurismas sin cuello. El sistema de Aptus (Aptus Endosystems, Inc., Sunnyvale, CA) es otro diseño innovador, debido a su fijación basado en “endosutura”. El sistema fue probado en un ensayo clínico pivote en los EE.UU. Aunque el “endosutura” y el rendimiento global del injerto parece satisfactorio, un número de pacientes desarrollaron importantes complicaciones tromboembólicas arteriales, que condujeron a una investigación del origen de la causa y en última instancia, al rediseño de la endoprótesis. Recientemente se le ha concedido la Marca CE. Además, el fabricante está llevando a cabo la aprobación en EE.UU. para la comercialización de la “endoengrapadora” como un producto independiente. Evidencia en el tratamiento del AAA. Los estudios EVAR-1 (United Kingdom Endovascular Aneurysm Repair 1) y el DREAM (Dutch Randomised Endovascular Aneurysm Management) han contribuido significativamente a establecer y promover las bases científicas del EVAR, proporcionando un nivel de evidencia que sirve como la plataforma más legítima para basar la terapia actual. Una imagen mucho más clara surgió con los informes de una disminución de 3,5 veces en la mortalidad operatoria con EVAR (5% con la cirugía abierta frente a 1,5% para EVAR). En la mortalidad a 4 años, como era de esperar, no hubo diferencias. Las complicaciones a largo plazo y las intervenciones secundarias favorecen a la cirugía abierta más que al EVAR. En la más reciente publicación de los resultados del estudio EVAR-1, con un seguimiento de hasta 10 años (media de 6 años), el beneficio en la mortalidad relacionada con AAA se ha perdido, y además hubo una serie de rupturas tardías del aneurisma y han aparecido nuevas complicaciones hasta 8 años después del procedimiento. Intervenciones secundarias fueron necesarias en el 30% de los pacientes a 8 años, y la misma tasa fue observada durante el estudio DREAM al cabo a 6 años. Aunque los estudios EVAR-1 y DREAM muestran resultados favorables para EVAR, un examen más detenido, brinda un panorama general un poco mezclado, y no exento de dudas. Esto se refiere principalmente a los fallos tardíos, incluida la rotura del aneurisma y la relativamente alta tasa de reintervenciones. Al mismo tiempo, es importante tomar en cuenta que estos ensayos fueron planeados y llevados a cabo hace más de 10 años. Desde entonces, un gran número de lecciones han sido aprendidas, y las tecnologías han mejorado significativamente, los dispositivos de hoy son más avanzados, mejor diseñados y adecuadamente probados. También existe una experiencia mucho más grande del procedimiento, con mejores habilidades del operador y mejores estrategias en la selección de los casos, todo lo cual lleva a una mayor tasa de éxito con EVAR. Frank J. Criado, MD Evar en el 2011: el panorama actual de una técnica revolucionaria* Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3807-3812 vo lv er a l s um ar io No sería razonable postular que los expertos hoy pueden lograr resultados mucho mejores que los producidos por el EVAR-1 y el DREAM hace tantos años. EVAR ha transformado el panorama terapéutico del AAA. A pesar de las deficiencias reales y percibidas descritas anteriormente, la continua evolución de la tecnología han tenido un enorme impacto en el tratamiento de los aneurismas. El número total de las reparaciones ha cambiado poco o nada, pero en relación a la preponderancia de uno sobre el otro procedimiento y sus resultados, se han visto afectados dramáticamente. Desde la introduccióndel en el mercado de EE.UU. en 1999-2000, la reparación electiva de aneurisma se han incrementado en 8%, mientras que la reparación de AAA rotos se ha desplomado en un 35%. En 2004, EVAR había superado a la cirugía abierta como la forma más común de la reparación de la AAA en los Estados Unidos. Para el 2005, EVAR obtuvo el 56% de todas las reparaciones aneurismas intactos, con sólo el 27% de la mortalidad operatoria que constituye otro logro más. En general, desde 1993, las muertes relacionadas con AAA han disminuido en un 42%, y para cada componente (incluyendo total de muertes relacionadas con la reparación, total de muertes en la reparación del AAA roto, y muertes en reparación electiva), la tasa de disminución de la mortalidad ha resultado significativamente más pronunciada después de la introducción del EVAR en nuestro arsenal. La mortalidad en cirugía abierta, por otra parte, se mantuvo bastante estable, con un promedio de 4,6%. Esto contrasta con la mortalidad de 1,3% del EVAR, lo cual, por supuesto, representa una diferencia altamente significativas a favor de la terapia endovascular. Principalmente dicha ventaja en mortalidad del procedimiento y el atractivo general en cuanto a terapias menos invasivas, han llevado a la creación casi explosiva de un importante mercado de dispositivos en todo el mundo, valorados en 820 millones (USD) en 2008, con la potencial de crecimiento exponencial a $ 1.6 millones en 2015, en un pronóstico reciente y respetado. Conclusión. Esto nos lleva a la línea de fondo en la terapia del AAA en 2011. El panorama está poblado por una rápida evolución de las tecnologías, los nuevos paradigmas de tratamiento, y un cambio muy rápido y profundo de la larga tradición quirúrgica con conceptos y enfoques para el tratamiento endovascular en la mayoría de los casos. El potencial futuro del EVAR es ilimitado, pero sigue habiendo deficiencias y problemas no resueltos. Entre ellos destacan las altas tasas de complicaciones y de reintervenciones a largo plazo, así como la incertidumbre persistente sobre el rendimiento del dispositivo y la durabilidad a más de 10 años. Por el lado positivo, sin embargo, la preeminencia rápida EVAR ha dado lugar al salvamento de muchas vidas, una firme determinación hacia el descubrimiento de los aneurismas no diagnosticados, y la promesa de una terapia menos invasiva para el tratamiento del AAA (y la terapéutica vascular global) en los próximos años. Frank Criado, MD Presidente de CELA *Traducción revisada por el Dr. Luis Cruz 3812 Frank J. Criado, MD Evar en el 2011: el panorama actual de una técnica revolucionaria* Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3807-3812 vo lv er a l s um ar io vo lv er a l s um ar io 3814 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 R E V I S I Ó N Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Clinica Universidad de Navarra – Pamplona España Abstract The preoperative imaging evaluation of the thoracic aorta should involve various anatomical aspects and provide fundamental morphometrical assessments, to calculate the endograft size and endovascular procedure planning. Previously, we need to understand the normal radiologic anatomy. The goal of this paper is to review a simple way to compare the normal aortic anatomy with the angioCT findings. Email: gespinosa@unav.es Resumen La valoración preoperatoria por imagen de la aorta torácica debe considerar varios aspectos anatómicos y proporcionar sus medidas fundamentales (morfometria), las cuales son muy importantes para determinar el tamaño de la endoprotesis a ser utilizada y programar el procedimiento endovascular. Antes debemos entender la anatomía radiológica normal. El objetivo de este trabajo es revisar de una forma simple la anatomía normal de la aórta y correlacionarla con las imágenes obtenidas en la angioTC. Palabras clave: aorta torácica, tomografia computadorizada, arterias. Introducción Actualmente disponemos fundamentalmente de tres estudios de imagen, los cuales permiten obtener estas informaciones y son utilizados de acuerdo a las características de los pacientes: la angiotomografia (angioTC), la angiorresonancia Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular Radiologic anatomy of the thoracic aorta: a practical approach for endovascular treatment vo lv er a l s um ar io 3815 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 con gadolinio (angioRM) y la angiografía digital por sustracción de imágenes. En este sentido la angioTC suele ser el estudio de imagen inicial, puesto que es un método no invasivo, de fácil realización y que aporta generalmente todos los datos necesarios. A través de la valoración de las imágenes axiales y de las reconstrucciones multiplanares y tridimensionales se pueden obtener las medidas de las longitudes y diámetros aórticos, asi como conocer el estado de la pared vascular, principalmente en los sitios de fijación de la endoprotesis. En el estudio morfológico de la aorta también es importante identificar los vasos del arco aórtico, las ramas viscerales, las arterias ilíacas y femorales. Desarroyo Tomografía Computarizada (TC) La tomografía computerizada (TC) o escáner es un procedimiento diagnóstico que utiliza rayos X con un sistema informático que procesa la información y que permite obtener imágenes de la zona del organismo estudiada en varios planos (axial, coronal y sagital), si fuera necesario, reconstrucciones tridimensionales de los órganos o estructuras. La TC proporciona imágenes de secciones perpendiculares del organismo (Figura 1). Figura 1. Corte axial de TC de una aorta torácica descendente normal. El esquema demuestra las diferentes densidades de los tejidos representadas en gradiente de gris Estructura Hueso(Cortical) Sangre Hueso (Medula) Musculo Grasa Aire Brillo en el TAC Esta prueba en constante evolución, permite estudiar la aorta con gran resolución anatómica. En las dos últimas décadas los equipos de TC han pasado de adquirir las imágenes de forma secuencial a obtenerlas de manera volumétrica (con movimiento simultáneo de la mesa) y los equipos helicoidales han evolucionado a equipos multicorte, en los que existe más de una fila de detectores. Esta última tecnología, la TCmulticorte recoge, en una sola apnea, un gran volumen de datos, que nos permite hacer reconstrucciones de alta resolución en tres dimensiones, obteniendo una información más detallada de la aorta, sus ramas y estructuras anatómicas adyacentes. Por tanto, la evolución de los equipos de TC ha permitido, no sólo determinar si existe o no patología aórtica, sino también conocer la compleja morfología de este vaso, su trayecto, tortuosidad, composición de la pared, la presencia de trombosis y sus complicaciones. Así pues, una exploración de TCmulticorte aporta información clínicamente relevante para diagnosticar la patología aórtica, planificar el procedimiento terapéutico y en la valoración postoperatoria. En la técnica de angioTC de aorta se utilizan colimaciones finas para aumentar la resolución espacial y el detalle anatómico. La adquisición se realiza tras la administración de contraste, con un flujo de 45 ml/s, utilizando técnicas de detección automática de un umbral de densidad predeterminado para adquirir los estudios (bolus tracking) o calculando el tiempo de tránsito del contraste para posteriormenteestimar el retardo de adquisición (test de bolus). Habitualmente se emplea una única fase vascular (arterial) aunque en función de la patología aórtica a estudiar, es preciso adquirir un rango antes de administrar el contraste intravenoso (por ejemplo para evaluar un hematoma intramural) o una fase más tardía, como ocurre en el caso de la disección de aorta. Los contrastes que se emplean en el estudio de TC son de tipo yodados. Su concentración (270 – 350 mg I/ml) y la cantidad (70120 ml) son variables en función del rango de estudio. Aunque los contrastes son de baja osmolaridad y no iónicos, siguen siendo nefrotóxicos y también pueden vo lv er a l s um ar io 3816 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 causar reacciones alérgicas, lo que limita su utilización en algunos casos. Actualmente, los estudios se pueden realizar con sincronización electrocardiográfica (ECG), evitando artefactos de movimiento debidos al latido cardiaco (Figura 2) y como consecuencia, disminuye así el número de errores diagnósticos, especialmente en lo que a aneurisma o disección de aorta ascendente se refiere, siendo que de esta forma, se pueden realizar las distintas mediciones con mayor exactitud. También proporciona información de la función cardiaca, las arterias coronarias y válvulas cardiacas. Figura 2. AngioTC multicorte con sincronización cardiaca. Estenosis valvular aórtica. Nótese la extensa calcificación de la válvula (flechas). Existen distintas técnicas de reconstrucción para evaluar la aorta torácica. La calidad de las mismas depende de los parámetros de adquisición. Un estudio de mala calidad de imagen por presencia de artefactos, insuficiente cantidad de contraste o tiempo de adquisición inadecuado dificultan una reconstrucción óptima. Actualmente la resolución espacial no es un inconveniente, porque los equipos de TCmulticorte permiten estudiar todo el árbol vascular con grosores de corte inferiores al milímetro en una única apnea. Un grosor de corte excesivamente fino implica un incremento significativo del número de cortes y del ruido de la imagen (peor calidad) y un grosor de corte demasiado grueso limita la resolución espacial, por lo que el grosor de corte empleado para reconstruir las imágenes debe escogerse en función de la pregunta clínica a responder. Para realizar las reconstrucciones volumétricas habitualmente se emplea un grosor de corte fino (11,5 mm). En la práctica clínica diaria, para estudiar la aorta torácica, además de las imágenes obtenidas en el plano axial, se incluyen las reconstrucciones en los planos coronal y sagital (multiplanar recontruction MPR), reconstrucciones de proyección de máxima intensidad (maximum intensity projection MIP), reconstrucciones curvas y reconstrucciones de muestreo de volumen (volume rendering VR). Las reconstrucciones multiplanares (MPR) permiten girar los planos libremente, pudiendo obtener imágenes de la aorta en cualquier plano del espacio y desde cualquier perspectiva (Figura 3). Figura 3. AngioTCA de neurisma de aorta torácica descendente parcialmente trombosado. A la izquierda recostruccion MPR sagitaloblicua. A la derecha recostrucion volumetrica (VR). Las imágenes MIP muestran las estructuras de mayor densidad incluidas en un volumen determinado, por lo que son particularmente útiles para visualizar en una sola imagen un trayecto vascular largo (Figura 4). Las reconstrucciones curvas permiten delinear la longitud del vaso que se desea estudiar tomando como referencia el centro de la luz vascular. Las reconstrucciones vo lv er a l s um ar io 3817 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 volumétricas son las que mejor definen la morfología anatómica de la aorta y su relación con las estructuras vasculares adyacentes (Figura 5). Estas imágenes aportan información tridimensional muy visual y se pueden girar y modificar según se considere conveniente (Figura 6). Estas técnicas facilitan medir las estenosis y dilataciones, cuantificar la longitud exacta de los segmentos vasculares tortuosos y estimar con exactitud el diámetro de los aneurismas, por permitir obtener el diámetro axial verdadero del vaso. Con respecto a las reconstrucciones, las imágenes de angioTC aportan información más detallada que la RM acerca de la calcificación de la pared vascular y de la relación con las estructuras óseas adyacentes, lo que permite planificar con mayor exactitud el procedimiento terapéutico. Figura 4. AngioTC multicorte de aneurisma de aorta torácica ascendente. Reconstrucción de proyección de máxima intensidad (MIP).. Figura 5. Reconstruccion tridimensional (Volume Rendering) de aorta normal. La aorta ascendente, el cayado aórtico y los vasos braquiocefálicos son los segmentos más complejos de la aorta. Desde el punto de vista de las enfermedades que afectan a dichas estructuras, es importante determinar si existe o no afectación del plano valvular (insuficiencia/estenosis aórtica) y del origen de las arterias coronarias (Figura 2), valorar la extensión de la enfermedad y conocer si afecta a los troncos supraórticos. Además, se debe establecer si existe o no estenosis de los troncos supraórticos. vo lv er a l s um ar io 3818 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Figura 6. Reconstrucción volumétrica (VR) de paciente con úlcera aórtica (flecha). A pesar de que las valoraciones de los diámetros realizadas en las imágenes axiales estrictas se pueden asemejar a las reales, las mediciones de la aorta ascendente y cayado, que en esta localización poseen una morfología curva, siempre se deben realizar en un plano perpendicular al vaso (Figura 7). Figura 7. Medición del diámetro de la aorta: Las mediciones de la aorta siempre se deben realizar en un plano perpendicular al centro del vaso. Figura 8. La medición de la longitud de la aorta se debe llevar a cabo siguiendo el centro de la luz vascular dado que esta medición parece ser la más adecuada para planificar la colocación de endoprótesis. La medición de la longitud del vaso se debe llevar a cabo siguiendo el centro de la luz vascular para evitar errores que pudieran ocurrir por medir la aorta siguiendo una de las dos curvaturas (mayor o menor). La medición de la longitud siguiendo el centro de la luz del vaso parece ser la más adecuada para planificar la fijación proximal de la endoprótesis, aunque según la prótesis que se utilice, esta medición puede resultar insuficiente (Figura 8). La aorta torácica descendente posee una morfología variable. Frecuentemente presenta una porción horizontal con un ángulo agudo a nivel diafragmático en su transición a aorta abdominal. En este nivel las mediciones también se deben realizar utilizando planos perpendiculares a la luz del vaso. La valoración de la aorta torácica descendente debe extenderse hasta incluir el tronco celiaco. El estudio también debe incluir la aorta abdominal, los vasos iliacos y femorales, entendiendo la aorta como una única estructura, sobre todo cuando pensamos en planificar un procedimiento endovascular. vo lv er a l s um ar io 3819 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular.Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Consideraciones Anatómicas de la Aorta La apariencia de la aorta es característica, aunque varía en tamaño y forma en diferentes individuos. La aorta torácica normalmente se divide en el segmento ascendente, en el segmento transverso (arco aórtico o cayado aortico) y en el segmento descendente. La aorta ascendente, de aproximadamente 5 cm de extensión, posee dos distintas porciones; una inferior, denominada “raíz aórtica” y otra superior que llega hasta la arteria inominada (tronco braquiocefálico). La primera, la raíz aórtica, empieza al nivel de la válvula aórtica y es el tramo más ancho de la aorta con un diámetro de aproximadamente 3,5 cm. La raíz aórtica abarca la válvula aórtica y los senos de Valsalva. Las coronarias derecha e izquierda se originan del seno de Valsalva derecho e izquierdo respectivamente. El seno posterior no guarda relación con las arterias coronarias y frecuentemente se le denomina “seno no coronario”. La raíz aórtica está circundada por las estructuras cardíacas, como la aurícula derecha a su derecha, el ventrículo derecho y tracto de salida de la arteria pulmonar en su cara anterior y la aurícula izquierda en su lado posterior. La válvula aórtica y los senos de Valsalva se ven con cierta frecuencia en los estudios de tomografía computarizada. Sobre la raíz aórtica se extiende la aorta ascendente con una longitud de 46 cm. Este segmento de la aorta es bien demostrado en la TC (Figura 9). El arco aórtico (cayado aórtico o aorta transversa) empieza a nivel del origen de la arteria innominada (tronco braquiocefálico), normalmente se proyecta hacia el lado izquierdo del tórax y consta de dos segmentos. Del primero y más extenso nacen la arteria innominada, la carótida izquierda y la arteria subclavia izquierda (troncos supraaórticos que nacen de la curva superior del arco aórtico), aunque se dan frecuentes variaciones anatómicas de estas ramas. Figura 9: Reconstrucción coronal donde se observa la aorta ascendente (Ao.A) desde la válvula aórtica (VlAo) hasta el origen del tronco braquiocefálico (TBC). También es posible observar el origen de la arteria carótida izquierda (ACI). vo lv er a l s um ar io La parte distal del arco aórtico se denomina istmo aórtico y se extiende dejando atrás la arteria subclavia izquierda hasta el ligamento arterioso. El istmo aórtico es relativamente corto y posee una extensión de 12 cm y el diámetro de su lumen es pocos milímetros menor que el de la aorta inmediatamente distal al ligamento arterioso. Una pequeña estrechez del istmo aórtico es frecuentemente observada en los niños. Normalmente la estrechez de la luz aórtica en la región del istmo no es visible en las imágenes axiales de la TC, sin embargo en algunos casos puede ser observada en las reconstrucciones sagitalesoblicuas o en MPR. La aorta torácica descendente se origina a nivel del ligamento o ductus arterioso y se extiende hasta atravesar el diafragma (Figura 10). Distalmente al ligamento arterioso, la porción proximal de la aorta descendente puede verse un poco dilatada en los jóvenes. En su recorrido proporciona ramas a varios órganos de la región torácica incluyendo las arterias pericárdicas, las bronquiales, las esofágicas, las intercostales y las frénicas. Gran parte de estas arterias tienen fundamental importancia en la nutrición de la médula espinal. 3820 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Debemos tener en cuenta que la apariencia del arco aórtico puede variar dependiendo de su curvatura y orientación en relación al plano de la TC. Los diferentes cortes de las diversas partes del arco aórtico pueden resultar en una falsa representación del diámetro del arco aórtico. Cuando los cortes se centran en la porción inferior del arco aórtico este puede aparecer constricto. Aunque el diámetro del arco aórtico disminuye gradualmente de la parte anterior hacía la posterior, el arco puede parecer elíptico en cortes realizados en la parte superior del arco. Figura 10: Reconstrucción sagital del tórax donde se observa la aorta torácica en toda su extensión: válvula aórtica (VlAo) aorta ascendente (Ao.A) y cayado aortico (ArAo) donde se observa el origen del tronco braquiocefálico (TBC), carótida izquierda (ACI) y arteria subclavia izquierda (ASI). Después del origen de la arteria subclavia izquierda empieza la aorta torácica descendente (Ao.D) que se extiende hasta el diafragma. vo lv er a l s um ar io 3821 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 La aorta abdominal se extiende desde el diafragma hasta su división en las arterias ilíacas, frecuentemente al nivel de la 4ª ó 5ª vértebra lumbar. Las primeras ramas de la aorta abdominal, también conocidas como arterias viscerales, son de gran importancia en la nutrición de los órganos abdominales. La primera es el tronco celíaco, el cual se proyecta anteriormente. Enseguida y justamente por debajo del tronco celíaco, tiene origen la arteria mesentérica superior. Las próximas ramas son las arterias renales, que nacen una a cada lado de la aorta y llevan sangre a los riñones. Finalmente, localizada en la cara anterior del tercio distal de la aorta tenemos la arteria mesentérica inferior, la cual es de menor diámetro que las anteriores y puede tener circulación colateral con la arteria mesentérica superior a través de las arcadas de Drummond y Riolano. La aorta abdominal también da algunas otras ramas importantes como pueden ser las arterias frénicas interiores, las suprarrenales, las gonadales, numerosas arterias lumbares y la arteria sacra media. La aorta termina dividiéndose en las arterias ilíacas comunes derecha e izquierda, que normalmente son de grueso calibre, entre 8 y 10 mm de diámetro. Cada una de estas arterias se divide en la arteria ilíaca interna (hipogástrica) y en la arteria ilíaca externa, la cual, finalmente atraviesa el ligamento inguinal y pasa a denominarse arteria femoral común. Diámetros Aórticos Normales Los diámetros aórticos aumentan con la edad y son mayores en hombres que en mujeres. Es importante tener en cuenta que el diámetro aórtico puede variar considerablemente en diferentes pacientes, sin embargo en un mismo individuo la aorta debe ir disminuyendo de forma suave a lo largo de su extensión; cualquier desviación significante de esto nos llevará a la sospecha de una ectasia o aneurisma. En los niños el diámetro aórtico ha demostrado guardar una relación con la edad y aumenta de forma lineal con el crecimiento, pero en todos los casos el diámetro de la aorta ascendente es mayor que el de la aorta descendente. Tanto la aorta ascendente como la descendente presentan forma redondeada y su diámetro puede ser determinado de una forma bastante precisa. El diámetro de la aorta disminuye progresivamente desde su origen y, en consecuencia, varía en los diferentes niveles, siendo la aorta ascendente y la parte inicial del arco aórtico un centímetro mayor que su parte posterior y que la aorta descendente. En casos excepcionales la aorta descendente puede mostrarse mayor que la ascendente. El diámetro de la porción proximal de la aorta ascendente varía entre 24 y 47 mm, e inmediatamente antes del arco aórtico presenta un diámetro entre 22 y 46 mm. Con respecto a la aorta torácica descendente, su porción proximal varía entre 16 y 37 mm, la porción intermedia entre 16 y 37 mm y la porción distal entre 14 y 33 mm de diámetro.vo lv er a l s um ar io 3822 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 La pared de la aorta mide algunos milímetros en espesor y aumenta con la edad. En la TC sin contraste la pared aórtica se muestra con la misma densidad que la sangre y no se puede distinguir de la luz. Sin embargo, en algunos pacientes con anemia la pared aórtica puede mostrarse un poco más densa que la sangre. Un aumento focal de la densidad de la pared aórtica con aumento de su espesor puede ser vista en pacientes con hematoma intramural o con arteritis. En presencia de arteriosclerosis y placas aórticas se pueden distinguir áreas de engrosamiento atenuadas en relación con la sangre y a la pared aórtica adyacente, a causa de su contenido lipídico. Estas placas son frecuentemente irregulares en su densidad. En los estudios de TC contrastados la pared aórtica puede, en ocasiones, ser vista con una densidad menor que la de la sangre en la luz aórtica. En pacientes con ateromatosis es frecuente identificar placas calcificadas y/o con densidad de partes blandas. Anatomía en el Plano Axial de las Ramas Supraaórticas Los tres grandes troncos arteriales de la aorta se originan de forma secuencial y frecuentemente a diferentes niveles. Como la arteria innominada se origina en primer lugar en el arco aórtico frecuentemente se observa más caudalmente que las otras dos ramas. En la mayoría de los pacientes, dicha arteria se localiza cerca de la línea media de la tráquea o un poco a la derecha y está próxima a la cara anterior de la pared traqueal; es normalmente la rama aórtica de mayor diámetro, de la que se originan la arteria subclavia y carótida derechas. La arteria carótida izquierda es la siguiente en originarse del arco aórtico a un nivel más cefálico. Se localiza a la izquierda en posición posterolateral a la arteria innominada. Generalmente, es la menor en diámetro de las tres ramas aórticas. La arteria subclavia izquierda es la última rama que se origina del arco aórtico en su porción posterosuperior. Normalmente es de fácil identificación en los estudios de TC. La arteria subclavia izquierda es una estructura relativamente posterior localizáda a la izquierda de la tráquea, y típicamente, su borde lateral marca la superficie mediastínica del lóbulo superior izquierdo. A nivel del origen de la arteria subclavia izquierda la porción superior del arco aórtico no debe ser confundida con una masa mediastínica. Habitualmente existe un tronco común para la arteria subclavia derecha y la arteria carótida común derecha, sin embargo, la arteria carótida común izquierda y la arteria subclavia izquierda tienen un origen independiente. La variante anatómica más común es el origen común del tronco innominado arterial y la arteria carótida común izquierda (tipo bovino); otra variante anatómica frecuente es el nacimiento directo de la arteria vertebral izquierda desde la aorta, en vez de originarse de la arteria subclavia izquierda. A pesar de que el patrón anatómico de las ramas aórticas es bastante típico, las variaciones son bastantes frecuentes. El patrón normal de ramas se encuentra únicamente en el 74% de las arteriografías realizadas o en el 70% de las autopsias. La variación más frecuente es la combinación del origen de la arteria innominada con el origen de la arteria carótida común izquierda, la cual, se puede observar en el 20% de las angiografías y en un 2236% de las autopsias. En torno al 46% de los casos la arteria vertebral izquierda se puede originar directamente entre la arteria carótida común y subclavia izquierdas como ramo del arco aórtico, en lugar de originarse de la arteria subclavia. vo lv er a l s um ar io 3823 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Por encima del nivel de la bifurcación de la arteria innominada, la subclavia derecha y la arteria carótida común derecha se pueden identificar como estructuras separadas. La posición exacta de la bifurcación de la arteria innominada es variable dependiendo de su extensión y de su grado de tortuosidad. En un número significativo de casos, la arteria innominada se bifurca más distalmente. Cuando la arteria carótida común y subclavia derechas son visibles normalmente lo hacen en los cortes más altos de la porción superior del mediastino. La presencia de estas arterias en posiciones más inferiores, justamente por encima del arco aórtico, suele ser signo de algún tipo de anormalidad vascular. Es importante conocer la anatomía vascular torácica y saber identificarla en la secuencia de cortes axiales de tomografia (Figura 11) que son las más utilizadas en la practica clínica. Figura 11.1: Corte axial en nivel torácico superior, donde se observan seis vasos. En el lado derecho de la traquea (Tr) se encuentran la vena braquicefalica (VBD) y las arterias subclavia (ASI) y carótida derechas (ACD) y al otro lado la vena braquicefalica (VBI) y las arterias carótida (ACI) y subclavia izquierdas (ASI). Las venas poseen una localización anatómica más anterior. Las arterias subclavia y carótida derechas se originan a partir del tronco braquiocefálico. Posteriormente a la traquea observamos el esófago (EsF). Las arterias subclavias salen del mediastino cruzando sobre la primera costilla por detrás de la porción proximal de las clavículas y las venas caminan por la cara anterior de las arterias subclavias. A pesar de que los grandes vasos se reconocen por sus características y localización, la tortuosidad, angulaciones o ectasia de estas arterias pueden ser factores de confusión que, facilmente, dan lugar a errores. La utilización de contraste intravenoso, con o sin reconstrucciones multiplanares puede muchas veces ayudar a solucionar este problema, que en algunos casos puede estar clínicamente presente en la palpación de masas cervicales. Correlación Anatomo Radiologica de la Aorta Torácica y de sus Ramas. vo lv er a l s um ar io 3824 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Figura 11.2: Corte axial en nivel torácico superior, donde se observan cinco vasos. Anteriormente a la traquea (Tr) observamos el tronco braquiocefálico (TBC) y bordeándola hacia el lado izquierdo se encuentran las arterias carótida (ACI) y subclavia izquierdas (ASI). Anteriormente se ven las venas braquicefalicas derecha y (VBD) izquierda (VBI). Figura 11.3: Corte axial en nivel torácico superior. Se observan los tres troncos arteriales supraaórticos inmediatamente después de originarse del arco aortico (tronco braquiocefálico (TBC), carótida izquierda (ACI) y subclavia izquierda (ASI). La unión de los troncos venosos braquiocefalicos derecho (VBD) e izquierdo (VBI) va a formar la vena cava superior. Figura 11.4: Corte axial en nivel torácico superior. Se observa el arco aortico (ArAo) en toda su extensión. Medialmente identificamos la vena cava superior (VCS), la traquea (Tr) y el esófago (EsF). vo lv er a l s um ar io 3825 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Figura 11.5: Corte axial tangencial de la curva interna del arco aórtico. Observamos como se terminael arco aórtico y se empieza a identificar la aorta ascendente (Ao.A) y la aorta descendente (Ao.D). Figura 11.6: Corte axial en nivel torácico superior. En este corte inmediatamente por debajo del arco aórtico se observa anteriormente la aorta ascendente (Ao.A) y posteriormente pegado al lado izquierdo de la columna vertebral (VR) la aorta descendente (Ao.D). También notamos pequeña área de calcificación de la pared aórtica (*). Figura 11.7: Corte axial al nivel toracico medio, donde se observa la bifurcación de la arteria pulmonar (AP) en sus ramas derecha (APD) e izquierda (API). A este nivel se observa anteriormente y a la derecha la aorta ascendente (Ao.A) y posteriormente y a la izquierda la aorta descendente (Ao.D). También se observa que la traquea ya se ha dividido en bronquio principal derecho (BPD) e izquierdo (BPI). vo lv er a l s um ar io 3826 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Figura 11.8: Corte axial a nivel de la raíz de la aorta (RzAo). Se observa la aorta ascendente (Ao.A) en su origen a nivel de la válvula aórtica (VlAo) y posteriormente la aorta torácica descendente (AoD). Entre las dos porciones de la aorta se observa la aurícula izquierda (AI). Figura 11.9: Corte axial torácico inferior, donde se identifican las cuatro cámaras cardíacas, el ventrículo derecho (VD), la aurícula derecha (AD), el ventrículo izquierdo (VI) y la aurícula izquierda (AI). Posteriormente sigue el tramo descendiente de la aorta torácica (Ao.D). Figura 12: Aorta torácica descendente (Ao.D) próxima a la transición con el abdomen, donde también se puede observar la llegada de la vena cava inferior (VCI) al corazón. vo lv er a l s um ar io 3827 Gaudencio Espinosa - Lukasz Grochowicz - Monica Ferreira Caramallo Anatomia radiologica de la aorta torácica: aplicaciones prácticas en la planificación del tratamiento endovascular. Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3814-3827 Bibliografía 1. Aronberg DJ, Glazer HS, Madsen K, Sagel SS. Normal thoracic aortic diameters by computd tomography. J Comput Assit Tomogr. 1984;8:247250. 2. Barbant S, Eisenberg M, Schiller N. Diagnostic value of imaging techniques for aortic dissection: Am Heart J. 1992;124:2:541543. 3. Bosniak MA. Analysis of some anatomicRoentgenologic aspects of the brachiocephalic vessels. AJR Am J Roentgenol. 1964;91: 12221231. 4. Broeders IA, Blankensteijn JD, Olree M, Mali W, Eikelboom BC. Preoperative sizing of grafts for transfemoral endovascular aneurysm management: A prospective comparative study of spiral CT angiography, arteriography, and conventional CT imaging. J EndovascSurg. 1997;4:252261. 5. Costello P, Ecker C, Tello R, Hartnell GG. Assessment of the thoracic aorta by spiral CT. AJR 1992;158(5):112730. 6. Fitzgerald AW, Donaldson JS, Poznanski AK. Pediatric thoracic aorta: normal measurements determined with CT. Radiology. 1987;165:667669. 7. Gaxotte V, Thony F, Rousseau H, et al. Midterm results of aortic diameter outcomes after thoracic stentgraft implantation for aortic dissection: A multicenter study. J Endovasc Ther. 2006;13:127 138. 8. Krinsky GA, Reuss PM, Lee VS, Carbognin G, Rofsky NM. Thoracic aorta: comparison of singledosebreathhold and doubledose non breathhold gadoliniumenhanced threedimensional MR angiography. AJR 1999;17:314550. 9. Ledbetter S, Stuk JL, Kaufman JA. Helical (spiral) CT in the evaluation of emergent thoracic aortic syndromes: traumatic aortic rupture, aortic aneurysm, aortic dissection, intramural hematoma, and penetrating atherosclerotic ulcer. Radiol Clin North Am. 1999;37:575589. 10. LePage MA, Quint LE, Sonnad SS, Deeb GM, Williams DM. Aortic dissection. CT Features that Distinguish True Lumen From False Lumen. AJR 2001;177:207211. 11. Limk KM, Lesko NJ. The role of MR imaging in the evaluation of acquired diseases of the thoracic aorta. AJR 1992;158:111215. 12. McLoughlin MJ, Weisbrod G, Wise DJ, Yeung HPH. Computed tomography in congenital anomalies of the aortic arch and great vessels. Radiology. 1981;138:399403. 13. Nienaber CA, von Kodolittsch, Nicolas V, et al. The diagnosis of thoracic aortic disecction by noninvasive imaging procedures. N England J Med 1993;328:19. 14. Park JH, Chung JW, IM JG, et al. Takayasu arteritis: Evaluation of mural changes in the aorta and pulmonary artery with CT angiography, Radiology. 1995;196:8993. 15. Smith PA, Heath DG, Fishman EK. Virtual angioscopy using spiral CT and realtime interactive volume rendering techniques. J Comput Assit Tomogr. 1998;22(2):2124. 16. Sommer T, Fehske W, Holzknecht N, et al. Aortic dissection: a comparative study of diagnosis with spiral CT, multiplanar transesophageal echocardiography, and MR imaging. Radiology. 1996;199:347352. 17. Sun Z, Winder R, et al. Diagnostic value of CT virtual intravascular endoscopy in aortic stentgrafting. J Endovasc Ther. 2004;11(1):1325. 18. Tenenbaum A, Garniek A, Shemesh J, et al. Dualhelical CT for detecting aortic atheromas as a source of stroke: comparison with transesophageal echocardiography. Radiology. 1998;208:153 158. 19. Unno N, Mitsuoka H, Takei Y, Igarashi T, Uchiyama T, Yamamoto N, Saito T, Nakamura S. Virtual angioscopy using 3dimensional rotational digital subtraction angiography for endovascular assessment. J Enovasc Ther. 2002;9(4):52934. 20. Yamada T, Tada S, Harada J. Aortic dissection without intimal rupture: diagnosis with MR imaging and CT. Radiology 1988;158:347352. 21. White RD, Dooms GC, Higgins CB, Advances in imaging thoracic aortic disease. Invest Radiol, 1986;21:761778 vo lv er a l s um ar io 3828 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 R E V I S I Ó N Tratamiento endovascular de la isquemia Crítica de miembros. Una revisión técnica Endovascular treatment of critical limb ischemia. A technical review W.A. Blevins jr, p.A. Schneider División de terapia vascular, grupo medico permanente de hawaii, honolulu, hi, usa. Email: Resumen El tratamiento endovascular de la isquemia crítica de miembros (IC) ha avanzado significativamente en el pasado reciente, especialmente la capacidad para tratar las lesiones de los vasos tibiales con resultados razonables. Las indicaciones, los resultados, los aspectos técnicos y de manejo endovascular de la IC se revisan en el presente artículo. Se presenta también un algoritmo para el manejo clínico de la IC en pacientes con enfermedad oclusiva infrapoplítea. Palabras clave: isquemia crítica, extremidades inferiores, vasos tibiales, tratamiento Endovascular, técnica Abstract The Endovascular treatment of critical limb ischemia has significantly progressed in the recent past history, especially concerning to the possibility treating tibial vessels. The indications, results and technical tricks and tips are reviewed in this paper. A management algorithm for below the knee occlusive disease is also described. Keywords: critical ischemia, lower limbs, tibial vessels, endovascular treatment, technique. Introducción El tratamiento endovascular de los vasos tibiales está teniendo un papel cada vez más importante en la salvación de las extremidades.1-3 El sector infragenicular ha requerido de cirugía abierta mediante by-pass con vena en la mayoría de los casos. La enfermedad en las arterias tibiales tiende a ser difusa ypor lo general encontramos una combinación de estenosis u oclusiones extensas. El pequeño calibre de las arterias, el flujo lento de los lechos distales, y la necesidad de preservar el runoff, se han combinado para hacer de éste un lecho vascular que presenta retos para el tratamiento endovascular. Los recientes avances técnicos han mejorado nuestra capacidad para realizar procedimientos endovasculares, a fin de tratar la (IC) de miembros debido a enfermedad arterial oclusiva a nivel tibial. La aparición de nuevos introductores ha permitido realizar de forma rutinaria el abordaje de sectores alejados del punto de punción, como es el sector carotídeo. Dispositivos de bajo perfil son esenciales en el tratamiento de las arterias de pequeño calibre y se están adaptando al lecho vascular infragenicular. Podemos utilizar catéteres de balón largos para el tratamiento de segmentos extensos lesionados y esto ha contribuido a reducir la posibilidad de disección. Las pautas de vo lv er a l s um ar io 3829 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 Indicaciones Las técnicas de angioplastia y stenting son adecuadas a la hora de considerar el salvamento de una extremidad en IC, especialmente cuando hay enfermedad tibial focal (Fig. 1). Cuando la afectación es difusa, el paciente no es candidato a cirugía abierta o no tenemos material adecuado para by-pass, la opción endovascular es también razonable. Sin embargo esto está por demostrar en ensayos aleatorizados y con seguimientos duraderos y la cirugía sigue siendo el patrón oro.8 antiagregación desarrolladas en las unidades coronarias y de carótidas, se han aplicado a las intervenciones de los vasos tibiales. Tenemos actualmente stents de pequeño calibre, montados sobre balón y autoexpandibles y ya hay diversos estudios que nos muestran su utilidad potencial.4 Por tanto la mejora de los dispositivos y de las técnicas han dado lugar a aumento de la agresividad en el tratamiento endovascular de la IC de las extremidades a nivel infragenicular. Figura 1: La intervención precoz es la clave, más importante que la permeabilidad a largo plazo. Aquí se muestra una oclusión del tronco tibioperoneo y arteria peronea antes y después de la angioplastia con balón. Los resultados de la angioplastia y del stent tibial están estrechamente relacionadas con el grado de afectación del pie que presenta el paciente. Cuando dicha afectación está en una etapa temprana, una pequeña mejoría en la perfusión puede ser suficiente para curar la lesión, incluso si la permeabilidad se mantiene sólo a corto plazo. Los mejores resultados se obtienen cuando el daño isquémico en el pie es mínimo y los riesgos de la intervención, así como la probabilidad de dañar el runoff son bajos; en estos casos podremos evitar la realización de un by-pass. Cuando existe una evidencia objetiva de isquemia y una lesión abierta mínima, la técnica endovascular es el tratamiento de elección, en lugar de esperar para ver si el paciente necesita un bypass distal. Desafortunadamente, muchos pacientes presentan daño extenso del pie, a menudo con un componente séptico. Cuando el daño del pie es extenso, la recanalización solo de una arteria tibial a menudo no es adecuada para salvar la extremidad. El objetivo será abrir tantos ejes tibiales como sea posible para proporcionar una buena vo lv er a l s um ar io 3830 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 línea de flujo a un pie muy dañado. Si nuestro único objetivo va a ser un segmento aislado que no va a proporcionar un flujo directo al pie, no hay que perder el tiempo con una técnica endovascular. Si hay una lesión significativa en un nivel más proximal, en los segmentos ilíacos o fémoro-poplíteos y la lesión del pie es leve, podemos tratar las lesiones proximales primero y esperar los resultados clínicos, sobre todo si las lesiones tibiales son de alto riesgo. Cuando se va a realizar una revascularización infrapoplítea, la base del tratamiento es la angioplastia simple con balón. Puesto que la enfermedad distal suele ser difusa en estas arterias de pequeño calibre, el uso stents no es adecuado, y deben usarse con moderación. Otras opciones de revascularización de los vasos tibiales, como la crioplastia, el láser o la aterectomía mecánica, necesitan de más estudios. Resultados Una serie de artículos y estudios publicados desde 1990 demuestran la utilidad de la angioplastia endovascular en el tratamiento de la IC de las extremidades. El estudio BASIL publicado en el 2005, comparó los resultados obtenidos del bypass frente a la angioplastia en el tratamiento de la isquemia severa de miembros inferiores.5 Este fue un estudio prospectivo, aleatorizado, con 452 pacientes en donde se compararon los resultados obtenidos del tratamiento primario con by-pass frente a la angioplastia. No se encontró ninguna diferencia significativa entre los dos brazos del estudio, con respecto a la supervivencia libre de amputación a tres años. La mayoría de los pacientes en el grupo de angioplastia (80%) tenían lesiones en la arteria femoral superficial (AFS) y el 62% de los pacientes en el grupo de cirugía de bypass se sometieron a más puentes distales. El seguimiento a largo plazo y el análisis de subgrupos sugieren que la cirugía sigue siendo la mejor opción para los pacientes con una vena adecuda, a pesar de que se informa de una disminución del número de procedimientos quirúrgicos debido a una mejora del tratamiento médico y de las técnicas endovasculares.8 Faglia y cols. evaluaron la angioplastia primaria en pacientes diabéticos con IC.6 En su grupo de 993 pacientes, el 31,8% solo tenían lesiones del eje infrapopliteo y el 61,4% tenían lesiones en los segmentos femoro-poplíteo e infrapopliteo. La tasa de éxito de la mayoría de los pacientes sometidos a angioplastia con balón a nivel poplíteo y proximal, fue significativamente superior a la de la PTA de lesiones infrapopliteas. Independientemente, la permeabilidad primaria de los vasos tratados con éxito a los 5 años fue del 88% y el salvamento de la extremidad se logró en más del 98% de los pacientes. Un reciente meta-análisis de 30 artículos de Romiti y cols. estudió el éxito técnico inmediato, la permeabilidad primaria y secundaria, el salvamento de la extremidad y la supervivencia de los pacientes tratados con ATP infrapoplitea.7 Éstos fueron comparados con los puntos finales similares en los pacientes tratados con injertos de bypass con vena. El meta-análisis mostró que la pérdida de tejido y la diabetes estaban relacionadas con el resultado (P <0,002). Hay una diferencia significativa en las tasas de permeabilidad entre el by-pass de vena y la ATP, pero las tasas de salvamento de la extremidad son similares a los tres años (Tabla 1). Tabla 1 Comparación de la permeabilidad primaria y salvamento de la extremidad de la angioplastia frente a bypass con vena, modificado a partir Romiti y cols.7 Resultados 1 mes 1 año 3 años Permeabilidad primaria ATP 77,4 ± 4,1% 58,1 ± 4.6% 8,6 ± 8,0% Bypass 93,3 ± 1,1% 81,5 ± 2,0% 72,3 ± 2,3% Salvamento de la extremidad ATP 93,4 ± 2,3% 86,6 ± 2,7& 82,4 ± 3,4% Bypass 95,1 ± 1,2% 88,5± 2,2 82,3 ± 3,0% vo lv er a l s um ar io 3831 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 Consejos técnicos Se facilitan consejos técnicos sobre introductores, cruce de la lesión, guías, angioplastia con balón, stents y el manejo de las oclusiones. Introductores Los pacientes son pretratadoscon clopidogrel. Tan pronto como se consigue el acceso arterial, se administra heparina. En el tratamiento de lesiones tibiales complejas por enfermedad oclusiva, se pondrán 100 UI por Kg de peso de heparina para mantener el tiempo de coagulación activado > 250 s. La angiografía se realizará mediante punción retrógada. Si hay demasiada dificultad de paso a través de la bifurcación aórtica, se realizará una punción anterógrada. Es difícil planificar una intervención por debajo de la rodilla sin una arteriografía. El duplex, angioTAC y la angioRNM son útiles, pero una angiografía estándar es necesaria para intervenir y normalmente influye en la elección final del procedimiento. En general, tenemos previsto desde el principio realizar la hemostasia tras la punción con un dispositivo de cierre, a menos que por alguna razón se decida no llevarlo a cabo. Si se realiza un angiograma por vía anterógrada y luego el cirujano decide no intervenir, se realiza compresión en el sitio de punción, teniendo en cuenta que dicha compresión proximal a la lesión no tratada, puede producir trombosis de la misma. Después que se ha atravesado la lesión y se ha tomado la decisión de intervenir, se medirá la distancia desde el lugar de punción hasta la lesión. En la mayoría de los pacientes, el introductor por lo general puede ser colocado en la arteria femoral contralateral, permitiendo el acceso hasta la mitad de la tibia. Un introductor de 90 cm llegará por lo menos a la arteria poplítea contralateral en la mayoría de pacientes de 175 cm de altura. En las personas más altas, un introductor de 90 cm puede alcanzar sólo la mitad de la arteria femoral superficial. Si el plan es tratar los vasos tibiales a nivel medio, del tobillo o del pie, debemos considerar utilizar una vía anterógrada femoral. Debemos escoger también esta vía cuando tengamos una bifurcación aórtica difícil, aneurismática, muy calcificada, o muy tortuosa. Después de medir la distancia a la lesión, debemos escoger el introductor. Si el plan es ir hacia arriba y cruzar al otro lado, pero la bifurcación aórtica es tortuosa, a veces es útil colocar un introductor contralateral de 7 Fr y 45 cm de longitud sobre la bifurcación aórtica y luego colocar a su través, otro introductor de calibre más pequeño (5 Fr). Las longitudes de los introductores habituales son los siguientes. Por vía retrógada se pueden realizar procedimientos contralaterales con introductores de 70, 90 o 110 cm. Por vía anterógrada podemos utilizar introductores de 55 y 70 cm. Si hay lesiones muy extensas en la femoral superficial o en la poplítea se debe de colocar la punta del introductor cerca de dichas lesiones. La mayoría de los procedimientos a nivel tibial, pueden realizarse con introductores de 5Fr. Esto permite realizar angioplastia con balón y colocar stents. En caso de utilizar crioplastia o aterectomía necesitaremos introductores de 6 o 7 Fr. No hay stents aprobados para vasos tibiales, pero en caso necesario podremos utilizar stents autoexpandibles o montados sobre balón de medidas adecuadas través de un introductor de 5 Fr. Podemos usar introductores más grandes, pero si colocamos la punta del introductor en la poplítea podemos interrumpir el flujo en esta zona y tener problemas. vo lv er a l s um ar io Se debe colocar la punta del introductor tan cerca como sea posible de la lesión (Fig. 2). Cuando la lesión se encuentra solo a nivel de vasos tibiales, la punta de la vaina se puede colocar debajo de la rodilla, en la arteria poplítea. Si utilizamos un introductor de 4Fr, la punta se puede colocar directamente en la arteria tibial a tratar. Si el paciente tiene una lesión más proximal que requiere tratamiento en el mismo procedimiento, como una estenosis u oclusión de la arteria femoral superficial, trataremos primero dicha lesión y avanzaremos el introductor a través de la lesión tratada, para acercarnos a las arterias tibiales. Todo este trabajo de colocar un introductor adecuado vale la pena: esto permite una mejor capacidad de empuje con catéteres monorraíl de 3Fr, menos contraste, resultados más rápidos, mejor soporte y menos esfuerzo. 3832 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 Figura 2. La punta de la vaina se debe colocar tan cerca de la lesión como sea posible. Aquí se muestra la punta de la vaina en el tronco tibio-peroneo. Tenemos introductores disponibles en el rango de 50-90 cm de longitud. Además, ahora hay uno de 110 cm que viene en calibres de 4 o 5 Fr. Se debe colocar el catéter diagnóstico durante la arteriografía y utilizarlo para estimar la longitud deseada del introductor. Al pasar el introductor, no coloque una guía rígida en los vasos tibiales, ya que pueden lesionarse. Mantenga la guía rígida en la arteria poplítea. Si hay mucho introductor fuera del paciente, avance el introductor hacia los vasos tibiales con un catéter y una guía blanda (de 0.035 o de 0.014). Mantenga el catéter estable y progrese el introductor jugando con el catéter y la guía simultáneamente. Cruce de la lesión / acceso con las guías Después de que el introductor esté en su lugar, avanzaremos una guía de 0,014 de calibre. Preferimos usar una guía dirigible y suave de 300 cm de longitud. A pesar de que los sistemas de monorraíl se emplean cuando es posible, usamos una guía tan larga debido a que los catéteres de intercambio, como el Quickcross, y los catéteres de implantación de stents, como el Xpert, son coaxiales. La punta de la guía debe estar en ángulo en forma de palo de hockey. El origen de la arteria tibial anterior la marcamos con roadmapping. La guía podemos apoyarla en un Glidecath de 4 Fr (hasta 120 cm de longitud con punta angulada). Colocamos un adaptador Tuohy Borst. El catéter tiene un ángulo adecuado hacia la arteria tibial anterior y así avanzaremos la guía hasta atravesar la lesión. (Fig. 3). La lesión de la arteria tibial se centra en un campo con visión magnificada. El contraste se administra a través del catéter de modo que la arteria tibial esté bien delimitada, incluso si el flujo es muy lento. Podemos incluso instilar vasodilatadores. Si hay una oclusión o un trombo también podemos usar fibrinolíticos. vo lv er a l s um ar io 3833 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 Puede ser necesario realizar diferentes proyecciones oblicuas para ver la lesión en su mejor ángulo y controlar el paso de la guía, y ajustar la imagen para que no se superponga la cortical ósea. Avanzaremos la guía evitando las colaterales. Una vez que atravesemos la lesión, si la estabilidad es un problema, podemos cambiar la guía por otra más rígida utilizando un catéter de 4Fr. Si éste no pasara, porque la lesión es demasiado estrecha o el catéter no es suficientemente largo, usaremos un catéter Quickcross (ya sea 0.014 o 0.018) a modo de catéter de intercambio. Angioplastia con balón Podemos usar catéteres de balón monorail de bajo perfil o coaxial. Los sistemas de monorail son más rápidos y sencillos para avanzar, pero sólo funcionan bien cuando la punta del introductor se puede colocar cerca de la lesión, como se ha descrito anteriormente. Los balones están disponibles desde 2 hasta 12 cm de longitud y 1,5 a 4 mm de diámetro. La longitud del catéter de balón varía desde 120 hasta 150 cm. y ésta debe evaluarse antes de su introducción. El tobillo contralateral está fuera del alcance en algunos pacientes, incluso con un catéter de 140 o 150 cm. La capacidad de empuje es muy pobre al acercarse a una lesión en la zona distal y en el tobillo desde el lado contralateral. Esto se agrava por el hecho de que nose puede pasar mucha guía y no se puede colocar más allá de la lesión, puesto que la punta del pie está muy cerca. Si el catéter con balón largo no avanzara, tómese el tiempo necesario para colocar una guía rígida. Figura 3. El introductor se coloca lo más cerca posible de la lesión y un catéter se utiliza para dirigir una guía a la arteria correspondiente. (A) Se muestra la colocación del introductor y el catéter para apoyar el avance de la guía. Angiografía de una estenosis de peronea proximal antes (b) y después (c) de la angioplastia con balón. vo lv er a l s um ar io 3834 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 Las lesiones focales de vasos tibiales de 1,5 cm o menos, pueden ser tratadas con angioplastia mediante cutting-baloon. Las lesiones más largas o múltiples lesiones secuenciales pueden tratarse con balones tibiales largos. Se debe de procurar utilizar un único balón que supere justo la longitud de la lesión. Puede utilizarse un marcador externo y también hay guía con marcas. Hay una gran variedad de balones con diferente compliance, tamaños y diámetros y debemos adecuar el tamaño de éstos al diámetro proximal y distal del vaso y a la longitud de la lesión, utilizando para ello el roadmapping. No es muy útil el sobredimensionado en la angioplastia. Se debe de hacer un solo inflado a la presión deseada, durante 3 min. Debemos de mantener la anticoagulación mientras que la arteria está ocluida. Si debemos realizar varias dilataciones por que la longitud de la lesión es mayor que el balón, debemos de tratar primero la lesión más distal. Después se desinfla el balón y será más fácil retirarlo que avanzar. Un lento y prolongado inflado en un solo lugar tiene menor probabilidad de disección. Después de la angioplastia, el balón se retira dentro del introductor, pero no se debe de sacar. De esta forma si se decide realizar una nueva angioplastia, el balón estará preparado. Para terminar hay que hacer una angiografía y si se detecta una disección o una estenosis significativa, realizaremos una nueva angioplastia a una presión ligeramente superior. Debemos de asegurarnos que la anticoagulación es la adecuada. En caso de que se produzca una trombosis podremos usar un agente fibrinolítico o un catéter de aspiración. Debe evitarse la colocación de stents siempre que sea posible, pero consideraremos su uso si tenemos una disección o la estenosis no mejora. Colocación de stents Cuando aparezca una disección importante o no podamos resolver la lesión con una angioplastia, deberemos de colocar un stent. Los stents disponibles incluyen stents coronarios, que son cortos (normalmente de 15 mm o menos) y los balon-expandibles. Disponemos de stents autoexpandibles de nitinol en tamaños pequeños (2-5 mm; Abbott Xpert). Estos son coaxiales y de 4 Fr. Los stents expandibles por balón son más adecuados en las lesiones ostiales de vasos tibiales ya que son más precisos a lo hora de implantarse. Los autoexpandibles son más largos, más flexibles, y se adecuan mejor a los vasos tibiales distales al origen. El proceso de liberación del stent está sujeto a una serie de fuerzas que actúan en su sistema debido a su ubicación remota. Por tanto, el proceso debe de realizarse cuidadosamente bajo observación fluoroscópica y con magnificación. Después de la colocación del stent puede ser necesaria una angioplastia. Hay que informarle al paciente de que no debe de inflársele un manguito de presión en la pierna. Tratamiento de las oclusiones Colóquese en un vaso tibial como se ha descrito anteriormente. Coloque un catéter Quickcross 0.018 (Fig. 4). A través del catéter, coloque una guía V18 Control (Boston Scientific). Empuje la guía V18 a través de la oclusión. Avance delicadamente. Cuando se detenga la guía, empuje el catéter Quickcross. A veces, el catéter pasa por sí solo. El catéter tiene marcadores en la punta y es relativamente rígido. Tendrá que ir “jugando” con el tándem guía-catéter, hasta que pase la oclusión. No forme un lazo con la punta de la guía, como se hace para la angioplastia subíntimal en el sector femoropoplíteo, ya que tras atravesar la oclusión, a veces es difícil conseguir volver a la luz verdadera. Administrar nitroglicerina y realizar imágenes tardías. Después de cruzar la oclusión, realizar una angioplastia con balón como si se tratara de una estenosis. Tenga cuidado con la punta dura de la guía V18. vo lv er a l s um ar io 3835 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 Figura 4. Se muestra una lesión oclusiva con recanalización distal (a) Un catéter Quickcross se utiliza para atravesar la lesión (b) y avanzar la guía en la arteria distal recanalizada (c). Figura 5. Algoritmo del tratamiento para la IC enfermedad arterial oclusiva a nivel tibial. Isquemi crítica de miembros y enfermedad arterial oclusiva tibial ¿La lesión a tratar por técnica endovascular es proximal? NO SI Reparar todas las lesiones incluyendo las tibiales Realizar intervención en ilicay/o AFS y seguir al paciente estrechamente Pérdida importante de tejido o pobre runoff Afectación focal tibial Afectación tibial difusa Cirugía de By-pass ATP con cutting baloon ATP Debulking de la placa Balón largo Aterectomía láser Resultado Bueno: Final Malo: Repetir o Stent vo lv er a l s um ar io 3836 W.A. Blevins jr, p.A. Schneider Tratamiento endovascular de la isquemia. Crítica de miembros. Una revisión técnica Técnicas Endovasculares Volumen XIV - Número 2 Mayo-Agosto 2011 - 3828-3836 Discusión Nuestro algoritmo para el tratamiento de las lesiones infrapoplíteas que dan lugar a IC se muestra en la figura. 5. Si podemos conseguir un inflow adecuado tratando la lesión más proximal y la afectación del pie es mínima, trataremos dicha lesión solamente y seguiremos estrechamente al paciente de forma clínica y mediante dúplex. Si el daño del pie es mayor, trataremos las lesiones a todos los niveles, incluidas las tibiales. Si la pérdida de tejido es importante y el outflow en esa parte es pobre, considere la posibilidad de by-pass. Este grupo representa aproximadamente el 20% de los pacientes en nuestra práctica. Cuando se indica la técnica endovascular a nivel tibial, hay que determinar si la lesión es focal o difusa. Se puede hacer la ATP utilizando un balón corto coronario o un cutting-baloon para las lesiones focales. En lesiones más largas puede ser necesario un balón largo y de bajo perfil o una reducción del volumen de la placa (debulking) (nosotros usamos el láser excimer). Si hay una disección grave que no se puede resolver con un nuevo inflado de balón, se valorará la colocación de stent metálico o liberador de drogas. Conclusión La reparación endovascular de las lesiones infrapopliteas en la IC de los miembros inferiores es una opción razonable y eficaz en pacientes adecuadamente seleccionados. Elegir el mejor acceso en los procedimientos por debajo de la rodilla es fundamental para asegurar el éxito, así como la colocación de la punta del introductor lo más cerca posible de la lesión. Las técnicas descritas aquí son una guía para acercarse a las lesiones distales en pacientes con IC. Este campo seguirá evolucionando a medida que se hagan progresos en la mejora de los dispositivos y de los stents y así alcanzar la paridad con la cirugía de by-pass abierta. Conflicto de intereses Peter Schneider, MD: Asesor Científico de Abbott Vascular, Consejo de Médicos de VIVA, Royalties de Cook, Inc. Apoyo educativo de Medtronic y Cordis. Traducción a cargo del Dr. JM Salmerón, Hospital San Cecilio, Granada, ESPAÑA. Bibliografía 1. Clair DG, Dayal R, Faries
Compartir