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1 FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS DE LA METODOLOGIA CUALITATIVA Cecilia Salgado Lévano Escuela Profesional de Psicologia Universidad de San Martín de Porres El presente artículo tiene como objetivo revisar los fundamentos epistemológicos de la metodologia cualitativa, para lo cual se analizan los paradigmas: Crítico Social, Dialógico y Constructivista, con especial énfasis en el último. Se plantean lãs principales diferencias con la metodologia cuantitativa, examinándose (1) Las maneras de concebir la naturaleza del conocimiento y de la realidad, (2) Las formas de entender la naturaleza de las relaciones entre el investigador y el conocimiento que éste genera y (3) El modo de construir el conocimiento, entre otros criterios. Finalmente se plantean algunas características propias y los principales problemas que enfrenta la metodología cualitativa en la actualidad. Palabras Claves: Ciencia, Epistemología, Investigación, Metodología Cualitativa, Paradigmas. The present article has as objective check the foundations epistemológicos of the qualitative methodology, for which the paradigms are analyzed: Social Critic, Dialógico and Constructivista, with special emphasis in the last one. Principal differences appear with the quantitative methodology, examining (1)Being analyzed the ways of conceiving the nature of the knowledge and of the reality, (2) The ways of understanding the nature of the relations between the researcher and the knowledge that this one posibility and (3) The way of building the knowledge, between other criteria. Finally here appear some own characteristics and the principal problems that the qualitative methodology faces at present. Key Words: Science, Epistemología, Research, Qualitative Methodology, Paradigms. 2 A MODO DE INTRODUCCION De acuerdo a Hernández, Fernández y Baptista (2006) diferentes autores ubican los orígenes de la metodología cualitativa en distintos momentos, por ejemplo, Vidich y Lyman (2002) los sitúan en los siglos XV y XVI con la denominada etnografía temprana, en la que se estudiaba a los pueblos primitivos; mientras que Lincoln y Denzin (2003) fundamentalmente los circunscriben a principios del siglo XX, al igual que Creswell (2005). Si bien es cierto, la metodología cualitativa tiene largas décadas de presencia en el mundo científico. Durante gran parte del desarrollo de la ciencia moderna, ha estado relegada a un segundo plano, teniendo la mayor presencia la metodología cuantitativa. Como nos señala Salgado (2000) dicha metodología revestida del prestigio que les atribuyó la orientación objetivista, acabó por copar, con una pretendida cientificidad de dirección única, todo el campo de la investigación social. De ese modo, mediar, numerar y cuantificar llegó a ser el único criterio de objetividad científica. González Rey (1996) afirma que toda la construcción positivista se apoyó en el “dato” como piedra angular del concepto de ciencia, y aparecía como “entidad pura” de la realidad, que debía ser aprehendida tal cual era en la investigación científica, lo cual condujo a una representación estática de la realidad, concebida como única, ahistórica y externa al individuo, lo cual determinó simultáneamente una representación pasiva de la ciencia. Y precisamente esa manera de entender la realidad social y de concebir a la persona humana es la que ha originado tantas críticas y la que ha posibilitado que en la actualidad la metodología cualitativa alcance cada vez un mayor reconocimiento en la ciencia actual. Como sabemos, la metodología cuantitativa considera que “el mundo social puede estudiarse de manera similar al mundo natural” (tal como se investigan los átomos, las moléculas, los planetas y los invertebrados; se pueden analizar los patrones de conducta de los trabajadores, las razones de las enfermedades mentales, los efectos de un método educativo sobre el aprendizaje o las migraciones humanas) y existe un método exclusivo para indagar ese mundo social, que es libre de los valores del investigador. Por ello, para el positivismo, la objetividad es muy importante, el investigador observa, mide y manipula variables; además de que se desprende de sus propias tendencias (la relación entre éste y el fenómeno de estudio es de independencia). Lo que no puede medirse u observarse con precisión se descarta como “objeto” de estudio. Además, éste se encuentra determinado por leyes y axiomas. El positivismo solamente acepta conocimientos que proceden de la experiencia, esto es, de datos empíricos. Los hechos son lo único que cuenta. Es decir, los positivistas establecen como fundamental el principio de verificación: una proposición o enunciado tiene sentido sólo si resulta verificable por medio de la experiencia y la observación; así, solamente cuando existe un conjunto de condiciones de observación significativas para determinar su verdad o falsedad. Todo debe ser comprobable y esta condición es válida para todas las ciencias. Por 3 ello es que la experimentación constituyó la forma principal para generar teoría. (Hernández et al, 2006). La principal consecuencia de esta visión según varios especialistas ha sido la pérdida de la persona como foco de atención, y su reducción a elemento de un todo, átomo de una estructura, partiendo de la premisa que es posible equiparar las ciencias naturales con las ciencias sociales, en un intento de lograr la máxima objetividad. Sin embargo, ha sido en las mismas ciencias naturales que se han dado los más notables avances que han impactado de modo inequívoco en la concepción de la ciencia, de la realidad social y de la persona humana. Al respecto, Parra (2005) afirma que no deja de ser inusitado que sean las mismas ciencias naturales y particularmente la física y la biología, que dieron origen al paradigma de la modernidad, las que de nuevo estén mostrando los puntos de ruptura del mismo. Los cambios en la física y en la biología, principalmente, han impactado sobre la concepción epistemológica, teórica y metodológica de las Ciencias Sociales. Podemos afirmar con certeza, que en medio de un mundo caracterizado por vertiginosos e inusitados cambios, también en la ciencia hemos asistido a cambios significativos, pues hemos pasado de considerar a los métodos cuantitativos como los únicos válidos para entender, explicar y comprender al ser humano, a revalorar a la metodología cualitativa como una alternativa para brindar explicaciones más holísticas e integradoras, más reales y más cercanas a la naturaleza de la persona. Los fundamentos para tal cambio son muchos. Por ejemplo, respecto a la misma visión de las ciencias naturales sobre las cuales se basaba el paradigma positivista se dieron grandes avances que involucraron sin duda rupturas con esquemas previos de entender el mundo y la realidad. En las tres primeras décadas del siglo XX los físicos han hecho una revolución de los conceptos fundamentales de la misma; esta revolución implica que las exigencias e ideales positivistas no son sostenibles ni siquiera en la física: Einstein relativiza los conceptos de espacio y de tiempo (no son absolutos, sino que dependen del observador) e invierte gran parte de la física de Newton; Heisenberg introduce el principio de indeterminación o de incertidumbre (el observador afecta y cambia la realidad que estudia) y acaba con el principio de causalidad; Pauli formula el principio de exclusión (hay leyes-sistema que no son derivables de las leyes de sus componentes) que nos ayuda a comprender la aparición de fenómenos cualitativamente nuevos y nos da conceptos explicativos distintos, característicos de niveles superiores de organización; Niels Bohr establece el principio de complementariedad que indica que puede haber dos explicaciones opuestas para los fenómenos físicos y, por extensión, probablemente, para todo fenómeno (Parra, 2005). Todosestos hechos han sido interpretados por muchos autores como el fin del realismo ingenuo, propio de la epistemología positivista, y como la bancarrota del determinismo físico. Todo lo cual ha cambiado tanto el panorama científico, que son los mismos físicos los que señalan que en las ciencias naturales son cada vez más las hipótesis que no son susceptibles de contrastación experimental o empírica y, por lo tanto, el ideal de una ciencia completamente independiente del hombre, es decir, plenamente objetiva es una ilusión, ya que es prácticamente imposible que el 4 ser humano se pueda desligar de su propia ecuación personal, es decir, de sus creencias, sus valores, sus actitudes, sus experiencias, y todo aquello que lo hace ser lo que es. Esta nueva forma de encarar la realidad social, ha producido que incluso en el mismo paradigma cuantitativo ya este quedando atrás el positivismo, para dar pase al surgimiento del pospositivismo, que es más abierto y flexible, y que intenta de algún modo superar la rigidez propia del positivismo y avanzar más hacia la concepción de un científico capaz de afectar los fenómenos que observa. La gestación del pospositivismo la inician las obras de autores como Wilhelm Dilthey y William James. Karl Popper lo impulsa de forma notoria. Algunas de sus propuestas son: (1) Existe una realidad, pero solamente puede ser conocida de manera imperfecta debido a las limitaciones humanas del investigador; (2) El observador no se encuentra aislado de los fenómenos que estudia, sino que forma parte de éstos, lo afectan y él, a su vez, influye en ellos; (3) Los antecedentes del investigador pueden influir en lo que se observa. La objetividad es solamente un estándar que guía la investigación, por lo que el investigador debe estar atento y tratar de permanecer neutral para prevenir que sus valores o tendencias influyan en su estudio, además de seguir rigurosamente procedimientos prescritos y estandarizados, (4) La experimentación en el laboratorio es una forma central para probar hipótesis, pero no la única. (Hernández et al., 2006). No obstante este avance en la metodología cuantitativa, aún prevalece la visión de una realidad atomista, fragmentable, la cual sólo puede ser captada en la medida que el investigador sea lo más neutral posible y deje de lado sus creencias y valores, que pueden contaminar el fenómeno que se estudia. Es precisamente ante esta realidad, que las concepciones de la metodología cualitativa y lo que ofrece a la comunidad científica, marcan la diferencia, imponiendo una nueva forma de entender, comprender y explicar la realidad. FUNDAMENTOS EPISTEMOLOGICOS DE LA METODOLOGIA CUALITATIVA Como bien señala Sandoval (2002) no podemos comprender la caracterización metodológica de una opción investigativa, si antes no indagamos por sus bases epistemológicas, de modo que se halle el sentido o la razón de ser de sus procedimientos para producir conocimiento científico. Siguiendo con este argumento, el abordaje de los enfoques de investigación en el terreno de las ciencias sociales busca establecer cuáles son las ópticas que se han desarrollado para concebir y mirar las distintas realidades que componen el orden de lo humano, así como también comprender la lógica de los caminos, que se han construido para producir, intencionada y metódicamente conocimiento sobre ellas. No obstante, antes de referirnos a los fundamentos epistemológicos de la metodología cualitativa, primero debemos dar cuenta del inmenso problema que representa en la actualidad, el que haya diversas visiones que se han considerado como tipos de investigación cualitativa, por ejemplo Tesch (1990) llega a ubicar 26 clases (Citado por Hernández et al., 2006). 5 Por su parte, LeCompte (1995) indica que se han encontrado investigaciones denominadas de distintas formas: Interpretativas (Erickson, 1986), naturalistas (Lincoln y Guba, 1985), fenomenológicas (Wilson, 1997), y descriptivas (Wolcott, 1980), pero que finalmente todas ellas formarían parte de lo que se conoce con el nombre de investigaciones cualitativas. Así también Salgado (2000) señala que existen una serie de métodos o estilos heurísticos que se presentan ordinariamente con los nombres de paradigma cualitativo, metodología cualitativa, interpretativa, método hermenéutico, etnográfico, ecológico, etogenético, naturalista, fenomenológico, etnometodología, comprensivo, naturalista, interaccionismo simbólico, constructivismo, observación participante, estudio de casos, estudios endógenos, entre otros. Todo lo cual representa un grave problema que no se puede ocultar. Así pues, Sandoval (2002) afirma que este es uno de los problemas más críticos que se encuentran en la literatura científica sobre investigación cualitativa, es decir, la agrupación indiscriminada, dentro de un mismo todo, de tradiciones filosóficas como es el caso de la fenomenología y aun la hermenéutica; campos disciplinares como la sociología cualitativa, la microsociología, la pragmática y la etnografía; teorías antropológicas o sociológicas como el interaccionismo simbólico y la teoría de la acción comunicativa; estrategias metodológicas como es el caso de las historias de vida, el análisis de textos, el análisis de conversación y la teoría fundada y, finalmente, enfoques particulares de trabajo en las ciencias sociales, como es el caso de la teoría crítica y la investigación acción participativa. No obstante, esta heterogeneidad manifiesta, se han descubierto algunas preocupaciones epistemológicas comunes, tales como intentar la construcción de un tipo de conocimiento, que permite captar el punto de vista de quienes producen y viven la realidad social y cultural, a quienes algunos científicos llaman actores o protagonistas sociales, y asumir que el acceso al conocimiento de lo específicamente humano se relaciona con un tipo de realidad epistémica cuya existencia no puede ser circunscrita sólo al plano objetivo tan limitado e insuficiente, sino que típicamente transcurre en los planos de lo subjetivo y lo intersubjetivo. Esto trae como consecuencia la necesidad de adoptar una postura metodológica de carácter dialógico en la que las creencias, los valores, las actitudes, los sentimientos, e incluso hasta los mitos y los prejuicios, entre otros, son aceptados como elementos de análisis para producir conocimiento sobre la realidad humana. Enriqueciéndose de este modo la percepción de la realidad, haciéndola más humana, más fiel a lo que realmente es, no un producto de un laboratorio, sino el reflejo de la realidad social misma. Partiendo de las premisas anteriormente descritas, los científicos identifican a los paradigmas de investigación, Crítico Social, Dialógico y Constructivista como los que se asimilan o corresponden a los enfoques cualitativos (Sandoval, 2002). Respecto al paradigma Crítico Social, podemos señalar que es el paradigma que pretende describir y comprender para transformar. De acuerdo a Sarrado, Cleries, Ferrer y Kronfly (2004) se basa en las aportaciones del paradigma constructivista, pero asume además las siguientes características: 6 Liberación y emancipación: Investiga para mejorar, emancipar y transformar la vida cotidiana desde una axiología compartida y consensuada. Reflexión crítica y potencial de cambio: Determina los sistemas ideológicos subyacentes en la vida de los grupos humanos, considerando sus posibilidades de tolerancia al cambio. Comprensión transformadora: La investigación no es sólo la descripción de unos hechos, es un proceso interactivo de comprensión en y desde la acción. Constructivismo democrático: El conocimiento no se acumula, sino que crece y cambia en un proceso dialéctico de revisión histórica. Investigación participativa: El investigador crítico forma parte de la comunidad estudiada y las personas investigadas comparten responsabilidades en la toma de decisiones,dirigiendo constantemente la acción. Por otro lado, en relación al paradigma dialógico, González Rey (2000) enfatiza la comprensión de la investigación cualitativa como proceso dialógico, que implica tanto al investigador, como a las personas objeto de la investigación, en su condición de sujetos del proceso, lo cual presupone un énfasis en los procesos de construcción sobre los de respuestas, rompiendo la lógica instrumentalista que tanto tiempo ha dominado el proceso de producción del conocimiento. Respecto al paradigma Constructivista, algunos de los científicos más destacados actualmente, consideran que es el que decididamente ha influido más en la metodología cualitativa. De acuerdo a Hernández et al., (2006) el constructivismo propone: No hay una realidad objetiva, la realidad es edificada socialmente, en consecuencia, múltiples construcciones mentales pueden ser “aprehendidas” sobre ésta, algunas de las cuales pueden estar en conflicto con otras; de este modo, las percepciones de la realidad son modificadas a través del proceso de estudio. El conocimiento es construido socialmente por las personas que participan en la investigación. La tarea fundamental del investigador es entender el mundo complejo de la experiencia vivencial desde el punto de vista de quienes la experimentan, así como, comprender sus diversas construcciones sociales sobre el significado de los hechos y el conocimiento. La investigación es en parte producto de los valores del investigador y no puede ser independiente de ellos. El investigador y los individuos estudiados se involucran en un proceso interactivo. El conocimiento resulta de tal interacción social y de la influencia de la cultura. De este modo, el constructivismo como uno de los “padres” del enfoque cualitativo le otorga los énfasis principales que lo caracterizan: El reconocimiento de que el investigador necesita encuadrar en los estudios, los puntos de vista de los participantes. La necesidad de inquirir cuestiones abiertas. 7 Dado que el contexto cultural es fundamental, los datos deben recolectarse en los lugares donde las personas realizan sus actividades cotidianas. La investigación debe ser útil para mejorar la forma en que viven los individuos. Más que variables “exactas” lo que se estudia son conceptos, cuya esencia no solamente se captura a través de mediciones. Si bien es cierto, esos son los paradigmas dominantes que nos permiten explicar la metodología cualitativa, dada la gran profusión de los tipos de investigación que se engloban en esta metodología, es importante destacar que no existe un consenso entre los científicos, pues algunos priorizan uno en desmedro de otro. Es claro el papel que ejerce cada paradigma en cada metodología, sea cuantitativa o cualitativa, no obstante, algunos han llegado a confundir paradigmas propios de cada una. En tal sentido, dado que el paradigma pospositivista está considerado como el más actual para entender la metodología cuantitativa y el constructivista, como el más influyente en la metodología cualitativa, hemos creído conveniente (Véase Tabla 1) señalar las principales diferencias entre ambos. Tabla 1 Comparación entre el Paradigma Pospositivista y el Constructivista CARACTERÍSTICAS Y SUPUESTOS POSPOSITIVISTA CONSTRUCTIVISTA Etiquetas asociadas con el paradigma -Experimental -Cuantitativo -Causal -Comparativo -Naturalista -Fenomenológico -Hermenéutico -Interaccionista simbólico (interactivo) -Etnográfico -Cualitativo Supuesto de realidad Una realidad conocida en términos de probabilidad. Múltiples realidades, construidas socialmente. Supuesto del conocimiento y relación entre el investigador y el fenómeno La objetividad es importante, el investigador observa, mide y manipula variables; se desprende de sus tendencias. El conocimiento es interactivo, producto del vínculo entre el investigador y los participantes. Los valores y tendencias de todos los involucrados son hechos explícitos, generan descubrimientos. Supuesto metodológico Básicamente cuantitativo e Básicamente cualitativo, hermenéutico y 8 intervencionista. dialéctico. Fuente: Hernández et al. (2006). Modificado por Salgado (2009). Después de haber analizado los principales fundamentos epistemológicos de la metodología cualitativa, es necesario puntualizar que lo que define la metodología no es sólo cómo enfocamos los problemas que deben ser resueltos y como planteamos las respuestas a los mismos. Sino, más aún, la manera de concebir la realidad, la persona humana, el acto de conocer, el papel que desempeña el investigador, y la manera de construir los conocimientos científicos, todos estos criterios son los que van a marcar las diferencias entre la metodología cuantitativa y la cualitativa. Ahora bien, consideramos que es muy útil, como lo sugiere Guba en 1990 (Citado por Sandoval, 2002) para intentar conocer los límites, los alcances y las premisas sobre las que descansa cada paradigma, preguntarnos: ¿Cómo se concibe la naturaleza tanto del conocimiento como de la realidad? ¿Cómo se concibe la naturaleza de las relaciones entre el investigador y el conocimiento que genera? ¿Cuál es el modo en que construye o desarrolla conocimiento el investigador? Al respecto, Sandoval (2002) nos ofrece un interesante análisis que permite diferenciar los paradigmas de investigación social, en base a dichas interrogantes: Las maneras de concebir la naturaleza del conocimiento y de la realidad: La corriente positivista responde la primera pregunta, ¿Cómo se concibe la naturaleza de la realidad?. En términos de la aceptación de la existencia de “cosas independientes del pensamiento”, es decir, de una realidad objetiva, dirigida por leyes y mecanismos de la naturaleza. Sin embargo, frente al tema de su conocimiento, existe una diferencia importante entre el positivismo y el pospositivismo, pues mientras, para el primero, esas entidades pueden ser conocidas a través de generalizaciones relativamente libres del tiempo y del contexto bajo la forma de leyes causales de carácter absoluto, posibles de generalizar; para el segundo, dicha realidad no podrá ser totalmente aprehendida ya que su obediencia a leyes naturales solo podrá ser entendida de manera incompleta. Para la metodología cualitativa, existe una clara diferencia entre lo que puede denominarse realidad empírica, objetiva o material con respecto al conocimiento que de esta se puede construir y que correspondería a lo que apropiadamente se puede denominar realidad epistémica. La primera puede tener una existencia independiente de una persona que la conozca; mientras la segunda necesariamente requiere, para su existencia, de un sujeto cognoscente, el cual está influido por una cultura y unas relaciones sociales particulares, que hacen que la realidad epistémica dependa para su definición, comprensión y análisis, del conocimiento de las formas de percibir, pensar, sentir y actuar, propias de esos sujetos cognoscentes. Las formas de entender la naturaleza de las relaciones entre el investigador y el conocimiento que éste genera: 9 Respecto a las relaciones entre el investigador y el conocimiento que él genera, existe también una marcada diferencia en la respuesta planteada desde los dos grupos de paradigmas investigativos. Para el grupo en el que se ubican el positivismo y el pospositivismo, es esencial que el investigador adopte una postura distante y no interactiva como condición de rigor, que permita excluir los juicios valorativos o cualquier otra influencia derivada de la visión propia, tanto del investigador como de las personas objeto de investigación, de los análisis e interpretaciones, que dan origen a los resultados y las conclusiones de la investigación. Para el grupo, en que se sitúan los paradigmas crítico social,dialógico y constructivista, en cambio, se asume que el conocimiento es una creación compartida a partir de la interacción entre el investigador y el investigado, en la cual, los valores median o influyen la generación del conocimiento; lo que hace necesario “meterse en la realidad”, objeto de análisis, para poder comprenderla tanto en su lógica interna como en su especificidad. La subjetividad y la intersubjetividad se conciben, entonces, como los medios e instrumentos por excelencia para conocer las realidades humanas y no como un obstáculo para el desarrollo del conocimiento, como lo asumen el paradigma positivista y pospositivista. El modo de construir el conocimiento: Ante esta nueva pregunta, otra vez la respuesta que se genera establece entre los dos tipos de metodología una frontera bastante clara. Para el grupo al que pertenecen el positivismo y el pospositivismo; el experimento, y la estadística constituyen las principales (aunque no las únicas) herramientas de las que dispone el investigador para construir el conocimiento. El marco de observación y de análisis está orientado por la formulación previa de preguntas e hipótesis, que pretenden anticipar el comportamiento de la realidad objeto de estudio. Unas y otras permanecen invariables a lo largo de toda la investigación. Por su parte, las hipótesis son sometidas, adicionalmente a verificación empírica bajo condiciones de control cuidadoso. Esto tiene lugar aún en el caso de las llamadas investigaciones ex post facto, recurriendo, para el efecto, a procedimientos de contraste y verificación, que suplen la imposibilidad de un control directo por parte del investigador de las variables en juego, pero que sí le posibilitan cumplir la condición de demostrabilidad exigida. Para el grupo representado por el paradigma crítico social, el dialógico y el constructivismo, la indagación es guiada por lo que algunos llaman un diseño emergente, (en contraposición a un diseño previo) que se estructura a partir de los sucesivos hallazgos que se van realizando durante el transcurso de la investigación, es decir, sobre la plena marcha, de ésta. La validación de las conclusiones obtenidas se hace aquí a través del diálogo, la interacción y la vivencia; las que se van concretando mediante consensos nacidos del ejercicio sostenido de los procesos de observación, reflexión, diálogo, construcción de sentido compartido y sistematización. 10 Como podemos ver, la discusión sobre la especificidad o no de “lo humano” como objeto de conocimiento, es uno de los aspectos más relevantes que alimenta la separación entre la metodología cualitativa y la cuantitativa, los cuales corresponden como lo enuncia Bisquerra (1989) a la ciencia idiográfica, cuyo énfasis está en lo particular e individual, haciendo hincapié en la profundidad y en la compresión, y a la ciencia nomotética, cuyo objetivo es llegar a formular leyes generales, respectivamente. En otras palabras como lo plantea Gutiérrez (2009) los supuestos filosóficos y epistemológicos de las metodologías cualitativas y cuantitativas implican diferencias en la concepción del sujeto (quien investiga), el objeto (lo que se investiga) y el método (cómo se investiga). Desde la perspectiva de las metodologías cualitativas, es inaceptable desligar pensamiento y realidad, y se tiene la convicción sobre una realidad modelada y construida por nuestros pensamientos, en donde investigaremos de acuerdo a como formemos parte de esa realidad y desde nuestra perspectiva y posibilidad para conocerla. En cambio, desde las metodologías cuantitativas, el sujeto de la investigación es un ser capaz de despojarse de sus sentimientos, emociones, subjetividad, de tal forma que se puede estudiar el objeto, la realidad social y humana "desde afuera". La relación entre el sujeto y el objeto de investigación es de independencia. Aún cuando se investiga sobre aspectos humanos como motivaciones, actitudes, intereses, entre otros; se percibe al objeto social como algo que no es directamente observable, que es real pero que existe independientemente del pensamiento. Por su parte, Mella (1998) nos propone otra distinción importante sobre cómo conocemos en investigación a partir de los paradigmas que subyacen a cada metodología. La metodología cuantitativa sigue un modelo lógico-deductivo, el cual implica que desde una teoría general se derivan ciertas hipótesis, las cuales posteriormente son probadas contra observaciones del fenómeno en la realidad. En cambio, la metodología cualitativa sigue un modelo conceptual-inductivo, que implica que a partir de algunas observaciones del fenómeno en la realidad, se llega a un concepto general. Su primer paso, es por tanto delimitar el fenómeno a estudiar, para posteriormente formularse las preguntas: ¿Qué es realmente este fenómeno?, ¿Qué es lo que en el fondo lo caracteriza?, y ¿Qué cualidades hacen que se diferencie de otras cualidades? El modelo conceptual-inductivo se basa al menos en dos perspectivas sobre la realidad: La Perspectiva de totalidad respecto de la realidad social, que implica que cada cualidad es considerada como un aspecto de la globalidad, de manera tal que se pueden estudiar pocos casos y aún así obtener un buen cuadro del fenómeno. Cada caso individual es por tanto una expresión concreta del fenómeno y una expresión del contexto o totalidad del fenómeno en estudio. Si bien la sociedad está formada por personas, éstas no están reducidas a una simple individualidad, son personas que están en constante interrelación activa con la dimensión objetiva y macrosocial. 11 La Perspectiva definida en la relación entre el investigador y el investigado, lo que en forma más adecuada puede denominarse modelo sujeto-sujeto: La relación sujeto- sujeto en el método cualitativo implica negar la relación sujeto-objeto del método cuantitativo. Según el modelo conceptual-inductivo, la relación sujeto-objeto es una ilusión puesto que se está crecientemente influenciado por el "objeto", en la misma medida en que se va obteniendo más conocimiento sobre él. Indudablemente estas formas diferentes de conocer para cada metodología, va a generar que en las investigaciones se enfaticen conceptos opuestos. Gutiérrez (2009) afirma que mientras que en las investigaciones cuantitativas, se destacan elementos como variables, confiabilidad (consistencia y estabilidad), validez (libre de distorsiones), hipótesis (formulación a ser probada por la comprobación de los hechos) y grado de significación estadística (nivel de aceptación o de rechazo y margen de error aceptado). En las investigaciones cualitativas, se hace énfasis en el significado (la interpretación que hace el autor de su realidad), contexto (aspectos que forman parte de la vida social, cultural, histórica, física, del actor), perspectiva holística (concepción del escenario, los participantes y las actividades como un todo) y cultura (qué hace el actor, qué sabe el actor y qué construye y utiliza). Es evidente que dependiendo de los seguidores o críticos de cada metodología, en las descripciones que acabamos de hacer, se encuentran las mayores riquezas, o las principales debilidades, según sea la posición de cada cual. CARACTERISTICAS PROPIAS Después de haber revisado los paradigmas que subyacen a la metodología cualitativa y sus principales diferencias con la metodología cuantitativa, creemos que es importante señalar algunas características propias que las tipifican. Según Sandoval (2002) asumir una óptica de tipo cualitativo comporta no solo un esfuerzo de comprensión, entendido como la captación del sentido de lo que el otro o los otros quieren decir a través de sus palabras, sus silencios, sus acciones y sus inmovilidades, a través de la interpretación y el diálogo, si no también, la posibilidad de construir generalizaciones, que permitan entender los aspectos comunes a muchas personas y gruposhumanos en el proceso de producción y apropiación de la realidad social y cultural en la que desarrollan su existencia. Para Mejía (2004) el método cualitativo ha revalorizado al ser humano concreto como objeto central de análisis, en contraste con las excesivas abstracciones y la deshumanización del cientificismo positivista. Lo que interesa es el mundo social en el que participa la persona, el mundo de significaciones en donde el mismo interviene, llenando los significados con su experiencia personal. Desde este punto de vista lo que interesa desarrollar es aquello que en las percepciones, sentimientos y acciones de los actores sociales aparece como pertinente y significativo. Así pues, según Jiménez-Domínguez (2000) la metodología cualitativa parte del supuesto básico de que el mundo social está construido de significados y símbolos. De ahí que la intersubjetividad sea una pieza clave y punto de partida para captar 12 reflexivamente los significados sociales. De este modo, la investigación cualitativa puede ser vista como el intento de obtener una comprensión profunda de los significados y definiciones de la situación, tal como nos la presentan las personas, más que la producción de una medida cuantitativa de sus características o conductas (Citado por Salgado, 2007). Es claro que para la metodología cualitativa tiene un rol trascendental e insustituible captar los hechos sociales desde lo que viven, sienten, creen y perciben sus protagonistas, pues a través de ellos es que se puede aprehender la realidad social tal y como ocurre. Al respecto, Parra (2005) afirma que desde el punto de vista epistemológico, la investigación cualitativa intenta la construcción de un tipo de conocimiento, que permita captar el punto de vista de quienes producen y viven la realidad social y cultural, y asumir que el acceso al conocimiento en lo específicamente humano se relaciona con un tipo de realidad epistémica cuya existencia transcurre en los planos de lo subjetivo y lo intersubjetivo y no solo de lo objetivo. Así pues, el objeto de la investigación cualitativa es el conocimiento del significado que tiene una acción para la persona. Se trata de datos referenciales, de vidas personales que se articulan dentro de un determinado contexto social. El significado de la acción solo puede ser comprensible en una cierta relación, en una estructura, entendemos la intención a partir del contexto social, en la interacción social que va del todo social a la persona y de ésta a la estructura social (Mejía, 2004). De acuerdo a Sandoval (2002) son tres las condiciones más importantes para producir conocimiento, que muestran las alternativas de investigación cualitativa: a) La recuperación de la subjetividad como espacio de construcción de la vida humana. b) La reivindicación de la vida cotidiana como escenario básico para comprender la realidad socio-cultural. c) La intersubjetividad y el consenso, como vehículos para acceder al conocimiento válido de la realidad humana. La investigación cualitativa tiene como punto central comprender la intención del acto social, es decir cuáles son las metas e ideales que tienen las personas, sus sueños, sus fracasos, sus motivaciones, sus anhelos, sus esperanzas y expectativas, sus creencias, sus temores y sus angustias, en suma, las vidas de las personas en relación a su entorno, a su tiempo, a su cultura, a la historia que lo rodea. Lo que interesa es captar, entender, comprender y valorar el sentido de la acción, la intencionalidad del acto social, no la conducta externa, porque ésta no define lo social, por eso comprender el sentido de la acción es lo que constituye la singularidad del mundo social, lo que realmente permite conocer nuestra realidad. Concordamos con Mejía (2004) en señalar que la investigación cualitativa presenta una visión holística de la realidad. Busca un patrón estructural, el conjunto de cualidades organizadas que caracteriza a un hecho social. La realidad social se 13 analiza como hechos en su totalidad, situación donde se producen, tienen sentido si son integrantes de una totalidad histórica, si son parte de un mundo simbólico, resultados de una red de relaciones y de una historicidad determinada. Los hechos cobran sentido porque son partes de representaciones simbólicas, las personas manifiestan su interioridad mediante expresiones sensibles y toda manifestación social refleja una interioridad subjetiva, al actuar las personan piensan, valoran, tienen sentimientos, y motivaciones. Por tanto, los hechos sociales deben ser vistos en relación al todo, son partes de un tramado de relaciones, no son objetos aislados de la estructura relacional, cada elemento tiene un sentido y una significación solo a partir de la compleja estructura de relaciones de la que forma parte. González Rey (2000) plantea que la epistemología cualitativa se apoya en tres principios que tienen importantes consecuencias metodológicas: a) El conocimiento es una producción constructiva e interpretativa, es decir, no es una suma de hechos definidos por constataciones inmediatas del momento empírico. Su carácter interpretativo es generado por la necesidad de dar sentido a expresiones de la persona estudiada. La interpretación es un proceso en el que el investigador integra, reconstruye y presenta en construcciones interpretativas diversos indicadores obtenidos durante la investigación, los cuales no tendrían ningún sentido si fueran tomados en forma aislada como constataciones empíricas. La interpretación es un proceso constante de complejidad progresiva, que se desarrolla dentro de los marcos de la organización conceptual más compleja del proceso interpretativo. La interpretación es un proceso diferenciado que da sentido a diferentes manifestaciones de lo estudiado y las convierte en momentos particulares del proceso general, orientado a la construcción teórica del sujeto individual o social. b) El proceso de producción del conocimiento es de carácter interactivo. Se enfatiza que las relaciones investigador-investigado son condición para el desarrollo de las investigaciones y que lo interactivo es una dimensión esencial del proceso de producción de conocimientos, atributo constitutivo del proceso para el estudio de los fenómenos humanos. Este principio orientará la resignificación de los procesos de comunicación en el nivel metodológico. Desde esta perspectiva, el principal escenario de la investigación son las relaciones investigador - investigado, y las relaciones de las personas investigadas entre sí en las diferentes formas de trabajo grupal que la investigación presupone. La consideración de la naturaleza interactiva del proceso de producción del conocimiento implica comprender a éste como proceso que asimila los imprevistos de todo sistema de comunicación humana y que, incluso utiliza estos imprevistos como situaciones significativas para el conocimiento. Otro resultado importante de aceptar la naturaleza interactiva del conocimiento es la aceptación de los momentos informales que surgen durante la comunicación, como productores de información relevante para la producción teórica. Todo lo cual da como resultado que se otorgue valor especial a los diálogos que se desarrollan y, en los cuales las personas se implican emocionalmente y comprometen su reflexión en un proceso en el que se producen informaciones de gran significado para la investigación. El carácter interactivo del conocimiento conduce a reivindicar la importancia del contexto y de las relaciones entre las 14 personas que intervienen en la investigación, como momentos esenciales para la cualidad del conocimiento producido. c) Significación de la singularidad como nivel legítimo de la producción del conocimiento. La singularidad se constituye como realidad diferenciada en la historia de la constitución subjetiva de la persona. El conocimientocientífico desde la investigación cualitativa, no se legitima por la cantidad de personas estudiadas, sino por la cualidad de su expresión. El número de personas a estudiar responde a un criterio cualitativo, definido esencialmente por las necesidades del proceso de conocimiento descubiertas en el curso de la investigación. La expresión individual de la persona adquiere significación conforme al lugar que puede tener en un momento determinado para la producción de ideas por parte del investigador. La información expresada por una persona concreta puede convertirse en un momento significativo para la producción de conocimiento, sin que tenga que repetirse necesariamente en otras personas. Por el contrario, su lugar dentro del proceso teórico puede legitimarse de múltiples formas en el curso de la investigación. La legitimación del conocimiento se produce por lo que significa una construcción o un resultado en relación con las necesidades actuales del proceso de investigación. El número de casos que se puede considerar en una investigación tiene que ver, con las necesidades de información que se van definiendo en el curso de aquélla. A juicio de González (2002) estos tres puntos pueden sintetizarse en uno, que a su vez refleja un planteamiento de la ética: las personas -yo y el otro- son (somos) sujetos tanto desde la postura del investigador como de las personas investigadas. Esto es ver a la persona con su dignidad, comprensión, protagonismo y cultura como el eje de la acción investigadora. Ello es definitivamente lo que le agrega complejidad particular a la investigación cualitativa y lo que le otorga indudablemente una gran riqueza. ALGUNOS PROBLEMAS Si bien es cierto, los paradigmas que subyacen a la metodología cualitativa nos ofrecen una nueva forma de entender la realidad, la persona, los hechos sociales y el mundo en general, de maneras que la metodología cuantitativa no ha logrado a la fecha, es necesario que reconozcamos algunos problemas que enfrenta y que deberán resolverse con el fin de seguir avanzando y obtener así hallazgos más sólidos en las investigaciones que realizan. A continuación, analizaremos los principales problemas, todos son importantes, solo hemos elegido un orden con la finalidad de facilitar su lectura. En primer lugar, como ya lo mencionamos anteriormente, un problema, de los más graves que se encuentran en la literatura científica sobre la metodología cualitativa, es la agrupación indiscriminada, dentro de un mismo todo, de tradiciones filosóficas, campos disciplinares, teorías o modelos teóricos, estrategias metodológicas y enfoques particulares de trabajo que engloban numerosos métodos y estrategias de recogida de datos. De acuerdo a Sandin (2003) cuando se realiza un análisis de las diversas tipologías de modalidades de investigación cualitativa se constatan 15 clasificaciones elaboradas por diversos autores, en las que se pueden observar coincidencias y también marcadas divergencias, lo cual revela la existencia de una pluralidad de términos usados con diferentes sentidos, que en ocasiones se convierte en una maraña conceptual desconcertante, y que lejos de simplificar esta cuestión, dificulta la tarea de establecer un marco común y homogéneo de clasificación. Si bien es cierto, esto representa una de las grandes riquezas que posee la metodología cualitativa, pues revela su naturaleza, complejidad y alcances, es imprescindible que se ensayen clasificaciones que aporten un orden conceptual en el ámbito de la investigación. En segundo lugar, a juicio de Mella (1998) otro de los problemas constituye el resolver la disyuntiva de cuán factible es percibir como otros perciben. Cuando se han hecho re-estudios de una situación donde se ha aplicado investigación cualitativa, muchas veces se llega a conclusiones diferentes, abriendo una interrogante acerca de la validez de ver a través de los ojos de otros, si los mismos observadores están fuertemente implicados en lo que se encuentra. La interrogante que surge es si los investigadores se han puesto realmente en una posición estratégica para adentrarse en la perspectiva de otras personas. Si ellos han entendido adecuadamente aquella perspectiva y si sus interpretaciones de acción y acontecimientos son congruentes con los entendimientos de esas personas. Es claro cómo el propio mundo interno del investigador juega un rol importante en la metodología cualitativa al momento de analizar e interpretar los hechos sociales, las preguntas que surgen inevitablemente, son : ¿Hasta qué punto esa carga personal del investigador enriquece los hechos o los distorsiona?, ¿Cómo podemos evitar sesgos o desviaciones en los datos que se recogen, en la interacción propia con las personas que se estudian, a través de los mecanismos actuales que existen para validar la recogida de datos?, ¿Se puede controlar efectivamente ello, o escapa al control actual?, ¿Cómo podemos garantizar que la carga personal del investigador enriquezca los datos y no los empobrezca?. En tercer lugar, otra dificultad en relación a la validez de las respuestas reside en la naturaleza de la ligazón entre la información que dispone el investigador cualitativo y la elaboración de esa información con el objeto de presentarlo a una audiencia académica. Habría que reconocer que aquí se está frente a una interpretación de la interpretación que hace la gente. Así la presentación del punto de vista de las personas puede ser vista como comprendiendo tres elementos: a) La manera en que las personas ven el mundo, b) La interpretación del investigador de cómo ellos ven el mundo, y c) La construcción del investigador cualitativo de su interpretación del punto de vista de las personas, para ser transmitida al mundo intelectual del investigador. En cuarto lugar, relacionado al problema anterior, se encuentra el análisis de los datos. Al respecto Taylor y Bogdam (2000) afirman que no se puede decir que a los investigadores cualitativos no les preocupa la precisión de sus datos. Pues un estudio cualitativo no es un análisis impresionista, informal, basado en una mirada 16 superficial a un escenario o a personas, al contrario es una pieza de investigación sistemática conducida con procedimientos rigurosos, aunque no necesariamente estandarizados. No obstante, a juicio de Amezcua y Gálvez (2002) es precisamente la fase de análisis de los datos la que representa probablemente el lado oscuro de la investigación cualitativa. Tanto los defensores teóricos del método como los productores de investigaciones cualitativas adolecen de proporcionar escasa información sobre los modos en que transforman los datos en interpretaciones que puedan sustentarse científicamente. En quinto lugar, el mismo Mella (1998) considera que en la información utilizada en la investigación cualitativa, hay muchas veces una tendencia hacia una perspectiva anecdótica. Es usual encontrar conversaciones breves, extractos de entrevistas no estructuradas o ejemplos de una actividad particular para proveer evidencia a un planteamiento particular. Sin embargo, la representatividad de esos fragmentos es raramente analizada. En sexto lugar, una crítica que recurrentemente se hace a la metodología cualitativa es la de no incorporar elementos teóricos en sus investigaciones, debido presumiblemente al peligro postulado de ser desligados de las construcciones de las personas, y por tanto de perder contacto con el mundo social real. Habría por tanto una tendencia hacia investigaciones a-teóricas. La razón estribaría en que la elaboración y aplicación a priori, puede perjudicar la habilidad del investigador para ver a través de los ojos de las personas que investiga. La teoría puede bloquear excesivamente al investigador y cegarlo, no sólo a los puntos de vista de los participantes sino también a las facetas inusuales y no anticipadas de la realidad social.En séptimo lugar, el hecho de generalizar a partir de uno o unos pocos casos es otro de los puntos críticos de la investigación cualitativa, especialmente cuando la técnica usada ha sido la de la observación participante. Para todos resulta obvio que las posibilidades de influenciar políticas sociales es reducida, si se ha hecho uso de un caso o unos pocos casos (Mella, 1998). APRECIACION FINAL Definitivamente asumimos que la metodología cualitativa ha cambiado la manera de llevar a cabo las investigaciones científicas, dándole un nuevo sentido al quehacer investigativo. Es innegable, el creciente posicionamiento y valorización que se le ha concedido a la metodología cualitativa frente a la cuantitativa, reconociéndole como aporte central el tratar de rescatar el aspecto humano y toda la riqueza que significa, cambiando de manera irreversible en la ciencia, la manera de concebir la realidad, la persona humana que se investiga, el rol del investigador y la producción del conocimiento. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar el debate abierto e inacabado que existe entre los partidarios de la metodología cualitativa frente a los de la metodología cuantitativa, enfrentándose cada cual desde sus respectivos paradigmas que las sustentan, así, los podemos encontrar con diferentes nombres, como lo plantea Salgado (2000) entre el positivismo y la fenomenología, el método 17 hipotético-deductivo contra el inductivo, el paradigma racionalista contra el paradigma naturalista, la investigación nomotética contra la investigación idiográfica, el objetivismo contra el subjetivismo, los cuantificadores contra los descriptores, el rigor contra la intuición, entre otros. De acuerdo a Morin (1998) el debate actual de las ciencias sociales subraya la complejidad de la trama social. Según Prigogine (1997) asistimos a una dinámica de la vida social que se desliza hacia una dimensión cada vez más mundializada, intercultural y tecnologizada, y paralelamente se hace agudamente heterogénea, desarticulada y muy desigual. La investigación cualitativa se ha revelado como una posibilidad fundamental para el análisis de la complejidad social, de un mundo fragmentado, donde el azar y desorden cobran presencia; así como la consideración de las evoluciones, turbulencia, perturbaciones y cambios en vez de los momentos de equilibrio, orden y estabilidad. Mucchielli (2001) propone que quizás la respuesta se encuentra en que la investigación cualitativa desarrolla una concepción que no se fundamenta en la certidumbre de un determinismo signado por leyes preestablecidas para la sociedad, sino que pone énfasis en personas que construyen su propio mundo dentro de contextos determinados, donde el carácter cambiante y mutable de la realidad y la diversidad de lo social abren la posibilidad del surgimiento de lo nuevo, según el conjunto de alternativas presentes, en cualquier momento de la dinámica social (Citado por Mejía, 2004). Ahora bien, ante esta oposición que parece muchas veces irreconciliable entre ambas metodologías, tendríamos que preguntarnos: ¿Realmente es así?, ¿Verdaderamente son opuestas e incompatibles?, ¿Es inútil pensar la posibilidad de integrar ambas metodologías?, ¿Sería mucho más aportativo abordar la realidad social desde ambas perspectivas, en vez de solo una de ellas?. Al respecto, coincidimos con Henwood (2004) al señalar que insistir en que las metodologías cualitativa y cuantitativa son diferentes no nos lleva a ninguna parte, la polarización de enfoques es hipercrítica, restringe el quehacer del investigador y bloquea nuevos caminos para incluir, extender, revisar y reinventar las formas de conocimiento (Citado por Salgado, 2007). Sarrado et al., (2004) plantean algunos argumentos a favor de la complementariedad metodológica: (1) Ambas metodologías, cualitativa y cuantitativa, debidamente entrelazadas, proporcionan una visión más amplia de los fenómenos humanos; (2) Ninguna metodología está libre de limitaciones; y (3) La investigación científica ha de combinar el rigor formal de la metodología cuantitativa y la creatividad y plasticidad de la metodología cualitativa. Estamos convencidos que tanto la metodología cualitativa como la cuantitativa tienen fortalezas, pero también limitaciones que deben superar, no creemos que una sea mejor que la otra, muy por el contrario tienen modos diferentes de concebir la realidad y al ser humano, por tanto, es hora ya de empezar a aceptar la posibilidad del trabajo conjunto, que permita el enriquecimiento mutuo y el avance en la ciencia. 18 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Amezcua, M. y Gálvez, A. (2002). Los modos de análisis en investigación cualitativa en salud: Perspectiva crítica y reflexiones en voz alta. Revista española de Salud Pública. Vol. 76, No.5, doi: 10.1590/s1135- 57272002000500005 Bisquerra, R. (1989). Métodos de Investigación Educativa: Guía Educativa. Barcelona: CEAC. González Rey, F. (1996). Problemas epistemológicos de la Psicología. La Habana: Academia. González Rey, F. (2000). Investigación Cualitativa en Psicología. Rumbos y desafíos. México D.F.: International Thomson Editores. González, M. (2002). Aspectos Éticos de la Investigación Cualitativa. Revista Ibero-Americana de Educación. No.29. Recuperado el 08 de Febrero del 2009 de http://www.rieoei.org/rie29a04.htm Gutiérrez, l. (2009). Paradigmas cuantitativo y cualitativo en la investigación socio-educativa: Proyección y reflexiones. Instituto Pedagógico Rural "El Mácaro". Recuperado el 15 de Julio del 2009 de http://www.vtteutem.cl/bajar/Paradigmascuantitativocualitativoinvestigaconsocio- educativa-proyeccionreflexiones.pdf Hernández, R.; Fernández, C. y Baptista, P. (2006). Metodología de la Investigación. México DF.: Mc. Graw Hill. LeCompte, M.D. (1995). Un matrimonio conveniente: Diseño de investigación cualitativa y estándares para la evaluación de programas. Relieve, Vol. 1, N. 1. Recuperado el 15 de Febrero del 2009 de http://www.uv.es/RELIEVE/v1/RELIEVEv1n0.htm. Mejía, J. (2004). Sobre la investigación cualitativa. Nuevos conceptos y campos de desarrollo. Investigaciones sociales. Año VIII, No.13, pp.277-299. Mella, O. (1998). Naturaleza y orientaciones teórico-metodológicas de la investigación cualitativa. Recuperado el 26 de Agosto del 2009 de http://www.epiclin.unicauca.edu.co/archivos/Naturaleza%20de%20la%20Investig acion%20cualitativa.pdf Parra, M. (2005). Fundamentos Epistemológicos, Metodológicos y Teóricos que sustentan un Modelo de Investigación Cualitativa en las Ciencias Sociales. Tesis Doctoral, Universidad de Chile, Chile. Salgado, C. (2000). Análisis Comparativo de la Metodología Cuantitativa y Cualitativa. Revisión de la Metodología Cualitativa. Lima: Universidad de San Martín de Porres. Salgado, C. (2007). Investigación Cualitativa: Diseños, Evaluación del rigor metodológico y retos. Liberabit. Revista de Psicología de la Universidad de San Martín de Porres. Vol. 13, Año 13, pp.71-78. Sandin, M. (2003). Investigación Cualitativa en Educación. Madrid: Mc Graw Hill. Sandoval, C. (2002). Investigación Cualitativa. 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