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Facultad de Odontología Departamento de Odontopediatría “BRUXISMO DEL SUEÑO EN NIÑAS(OS) Y SU RELACIÓN CON PANTALLAS, CONSUMO DE AZÚCAR Y MALNUTRICIÓN POR EXCESO EN PANDEMIA.” Tesis de pregrado para optar al título de Médico Cirujano Dentista Docentes Tutores: Valeria Carrión Machuca Juan Fernando Oyarzo Autoras: Karina Cornejo Guzmán Camila Jofré Salinas Santiago,Chile 2020 Agradecimientos Quiero dedicar y agradecer a mi madre por el apoyo brindado, a mi compañero por todos estos años de aguante, a mi compañera de tesis y amiga por el compañerismo incondicional y finalmente a nuestros docentes tutores por la guía brindada. Karina Cornejo Guzmán Agradezco a mi tío por ser el motor principal que me inspira a ser mejor cada día y por estar incondicionalmente a pesar del difícil camino, manteniéndose firme en cada paso; a mi padre por financiar mi carrera y a mi compañero por su entrega al compartir en esta travesía. Quiero agradecer a mi compañera de tesis por su apoyo y trabajo para lograr este proyecto y a nuestros tutores por orientarnos durante estos meses. Camila Jofré Salinas 1 Índice Resumen……………………………………………………………………………..6 Introducción………………………………………………………………………….7,8,9 Marco teórico……………………...…………………………………………….....10-34 1.Bruxismo……………………………………………………………………….....10 1.1 Clasificación…………………………………………………………....10 1.2 Epidemiología…………………………………………………………..11 1.3 Etiología…………………………………………………………………11 1.3.1 Factores centrales……………………………………………...…12, 13, 14 1.3.2 Factores locales…………………………………………………...14 1.3.3 Factores genético…………………………………………………15 1.4 Cuadro Clínico en niñas/os………………………………………….15 1.4.1 Facetas de desgaste…………………………………………….16 1.4.1.1 Índice de desgaste dentario (TWI)...................................16, 17, 18 1.5 Categorías diagnósticas de bruxismo………………………………18 2. Malnutrición por exceso infantil y consumo de azúcar……………………..19 2.1 Prevalencia…………………………………………………………...20 2.2 Entorno de malnutrición por exceso…………………………….20, 21, 22, 23 2.3 Dieta Americana…………………………………………………….23 2.4 Indicadores antropométricos para medir el estado nutricional…24 2.4.1 Peso para talla (P/T).............................................................24 2.4.2 Peso por edad (P/E).............................................................24 2.4.3 Talla para edad (T/E).............................................................25 2.4.4 Índice de masa corporal (IMC) (Kg/m2)……..….……...25,26 2.5 Recomendaciones de consumo de azúcar…………...…...27 2.6 El azúcar como recompensa…………………………….....27 2 3. Pantallas……………………………………………………………………….28 3.1 Aparatos tecnológico……………………………………………...28 3.1.1 Uso de pantallas………………………………………………29 3.1.2 Recomendaciones de uso…………………………………...29 3.2 Efectos en los niños………………………………………………30,31 4. La cuarentena como diario vivir…………………………………………….32 4.1 Síntomas frecuentes en cuarentena…………………………….33 4.2 Recomendaciones asociadas a la cuarentena………………...33,34 4.3 Recomendaciones de consumo de alimentos………………….34 Pregunta de Investigación……………………………………………………...35 Hipótesis………………………………………………………………………….35 Objetivos………………………………………………………………………….35,36 Objetivos Generales…………………………………………………….35 Objetivos Específicos…………………………………………………...36 Materiales y Método……………………………………………………………..37 Muestreo………………………………………………………………….37 Criterios de Inclusión/exclusión………………………………………..37 Ética……………………………………………………………………….37 Procedimiento…………………………………………………………...38-43 1. Encuesta Dietética…………………………………………...38,39 2. Tiempo de exposición a pantallas………………………….40 3. Examen Nutricional…………………………………………..41, 42 4. Reporte de Rechinamiento nocturno……………………….43 Resultados………..……………………………………………………………...44-57 1. Distribución por género, edad y nacionalidad de los participantes…..44,45 2. Presencia de Bruxismo del sueño reportado por terceros…………....46 2.1 Frecuencia y síntomas del reporte de rechinamiento dentario…..47,48 3. Situaciones de estrés en pandemia……………………………………..49,50 4. Uso de pantallas y cantidad de horas frente a ellas………………….51,52 3 5. Cantidad de azúcar consumida y el estado nutricional de las niñas(os).........53 en la situación sanitaria covid-19. 6. Correlación del consumo azúcar, malnutrición y pantallas con BS probable..54 -56 7. Correlación del bruxismo del sueño con el estrés producto de la pandemia...57 Discusión………………………………………………………………………………...58-62 Conclusión……………………………………………………………………………….63-64 Bibliografía……………………………………………………………………………….65-74 4 Índice de tablas y gráficos Tabla 1: Clasificación nutricional OMS……………………………………...………….26 Tabla 2: Clasificación nutricional MINSAL según rango etario……………………....26 Tabla 3: Clasificación Nutricional MINSAL……………………………………………..42 Tabla 4: Característica de la muestra…………………………………………………...44 Tabla 5: Situaciones estresantes para las niñas(os)................................................51 Tabla 6: Utilización de pantallas………………………………………………………....52 Tabla 7: Gramos totales de azúcar consumidos en pandemia………………………53 Tabla 8: Valores de media, desviación estándar, min. y máx. de la variables……..54 Tabla 9: Correlación bruxismo del sueño con aumento consumo de azúcar, ……..55 malnutrición por exceso y uso de pantallas en pandemia. Tabla 10: Correlación malnutrición por exceso con uso de pantallas……………….56 Tabla 11: Bruxismo del sueño y su relación con estrés……………………………...57 Gráfico 1: Proporción según rango etario……………………………………………...45 Gráfico 2: Reporte de rechinamiento nocturno según rango etario………………....46 Gráfico 3: Frecuencia de rechinamiento nocturno…………………………………….47 Gráfico 4: Sintomatología matutina……………………………………………………..48 Gráfico 5: Presencia de estrés en cuarentena………………………………………...49 Gráfico 6: Estado nutricional según rango etario……………………………………...53 5 Resumen Los avances tecnológicos han producido cambios en los estilos de vida afectando el desarrollo sociobiológico, actualmente la crisis sanitaria agudizó el uso de estos recursos acentuando los hábitos obesogénicos, afectando la calidad de vida y modificando las horas de descanso, es por esto, que la finalidad de este estudio es identificar la relación entre el bruxismo del sueño con el uso pantallas, consumo de azúcar y malnutrición por exceso en niñas(os) durante la cuarentena. Se analizaron las encuestas de 185 participantes de 4 a 13 años, los cuales cumplieron con los requisitos de inclusión. Los cuestionarios fueron contestados por los tutores a través de Google Form en un link publicado en páginas de Facebook de distintos colegios de la región metropolitana en Chile. Al analizar las variables de forma individual se observó que un 76,2% de los participantes reportó rechinamiento nocturno informado por terceros y un 82,7% aumentó el tiempo de exposición a pantallas. También los tutores reportaron un incremento en el consumo de alimentos azucarados y de malnutrición por exceso, afectando mayormente a la muestra que padecía sobrepeso u obesidad. Cabe destacar, que al correlacionar estas variables con bruxismo del sueño no se encontró significancia, por lo que nuestras hipótesis no son concluyentes estadísticamente debido a que diversos factores impidieron indagar en la correlación de las variables a estudiar, siendo una de las limitantes principales la cuarentena implementadapor la situación sanitaria, restringiendo la evaluación clínica e influyendo en el diseño investigativo, ya que al no poder conformar una numerosa muestra no se puede comparar un grupo control con uno experimental para contrastar resultados; a su vez, la modalidad online excluye a potenciales participantes que no tienen acceso a los sitios en que se implementó el estudio, afectando la representatividad muestral. Palabras claves: bruxismo del sueño, azúcar, pantallas, malnutrición por exceso, COVID-19. 6 Introducción Los diversos adelantos tecnológicos han producido cambios en los estilos de vida de la población, afectando principalmente los hábitos alimenticios. La calidad de vida de la sociedad actual ha demostrado, a través del tiempo, tener efectos no deseados a mediano y largo plazo en la población chilena. Las niñas(os) evidentemente no han quedado excluidas de esta situación, al contrario, son sometidas en edades tempranas a entornos de malnutrición por exceso y al uso deliberado de la tecnología, teniendo implicancias tanto en su desarrollo psicológico como físico, cultural y social. Diversos estudios aluden a los padres y/o tutores de las niñas(os) como responsables, al identificarlos como proveedores, directa o indirectamente, de las fuentes de alimentos ultraprocesados, especialmente dulces o golosinas que se administran a modo de calmar o premiar a las niñas(os). Estos comportamientos al ser reiterativos, elevan el consumo de azúcar en las niñas(os) favoreciendo la malnutrición por exceso y falta de actividad física al destinar más tiempo para comer y realizar actividades de tipo sedentarias. Por otra parte, nos encontramos viviendo la peor crisis sanitaria de los últimos cien años, donde los gobiernos tuvieron que cumplir con medidas sanitarias extremas, siendo una de ellas la cuarentena obligatoria(1). En enero del 2020 China fue el primer gobierno en decretar cuarentena, seguido a esto muchos países implementaron esta medida para frenar la propagación del COVID-19. En Chile el 16 de marzo del 2020 se suspendieron las clases desde pre básica hasta estudios de nivel superior, se decretó cuarentena en la gran mayoría de las comunas de santiago y a lo largo del país. Abufhele y cols. mencionan que en Hong Kong, los síntomas más frecuentes descritos producto de la crisis sanitaria corresponden a inestabilidad emocional (73%), estrés, ansiedad o irritabilidad (57%) e insomnio (2). Debido a lo anterior, la cuarentena ha obligado a los estudiantes a incrementar la cantidad de tiempo frente a las pantallas, con el fin de presenciar clases en línea durante los últimos 6 meses, es por esto que diversas líneas investigativas han 7 averiguado sobre los patrones y comportamientos en las niñas(os), donde han encontrado que los padres usan las pantallas para tranquilizarlos, distraerlos o recompensarlos, además del uso cotidiano como comer (51%), leer (10%) o dormir (14%), afectando en su inteligencia socioemocional. Cabe destacar, que en la mayoría de los casos los contenidos a los que acceden las niñas(os) no tienen control parental pudiendo acceder a contenidos violentos o no aptos para su edad que incitan a recrear las situaciones visualizadas en la vida real; también pueden acceder a sitios que potencialmente vulneren su privacidad afectando la salud mental del niño. Se evidenció relación asociativa positiva entre padres e hijos que utilizan pantallas, influenciando las costumbres de los más pequeños, explicado a través de la activación de las neuronas espejo, encargadas de integrar actividades imitativas y comportamientos empáticos, donde las neuronas responden frente a estímulos visuales simples con acción motora; integrándose neuronalmente y repitiendo los hábitos de sus padres (3). Villagrán y cols. manifiestan el impacto de las pantallas a nivel físico y mental, en donde el síndrome visual informático cobra importancia al padecer síntomas como dolor, cansancio ocular y muscular, cefaleas, fotofobia y alteraciones en los horario preestablecidos, afectando de forma negativa la conducta alimentaria, estimulando el consumo nocturno de alimentos ricos en azúcares y favoreciendo el aumento de la adiposidad (4). La exposición lumínica sobre la retina afecta la producción de melatonina, alterando los ciclos del sueño, su calidad y duración. Domingues, sentencia que un mayor tiempo de exposición a pantallas se asocia con alteraciones en el desarrollo de habilidades cognitivas, físicas, problemas del sueño, ansiedad, depresión, malnutrición por exceso y aumento en el consumo de azúcar. Las variables a estudiar en niñas(os) sanas ya genera controversia por sus efectos negativos, por lo que es de esperar que en niñas(os) que padecen alteraciones del SNC tengan efectos aún más perjudiciales; es por esto que internacionalmente se ha estudiado el bruxismo desde distintas aristas, sin embargo, debido a las limitaciones metodológicas existen pocos estudios que relacionen la malnutrición por exceso, 8 consumo de azúcar y utilización de pantallas en simultáneo. Por lo cual, el presente estudio ha recopilado evidencia actualizada y orientada en el tema central, además de investigaciones que han observado y estudiado la estimulación cerebral en distintas estructuras anatómicas a través de conexiones vinculadas a neurotransmisores, núcleos sensoriales y homeostasis cerebral. Como autoras del estudio ponemos en manifiesto que, si bien, el bruxismo del sueño es multifactorial, se busca encontrar causas en cascada que tengan como consecuencia mayor reporte de BS probable informado por sus tutores. 9 Marco Teórico 1. Bruxismo El bruxismo es considerado por el Consenso Internacional de bruxismo (2019) como una “Actividad muscular masticatoria que se caracteriza por apretar o rechinar los dientes y/o empujar la mandíbula” (5), con movimientos que producen contactos dentarios en distintos grados de intensidad que persiste en el tiempo (6). También, podemos encontrar un ruido tipo piedrecillas, intenso, que persiste en los eventos de bruxismo y es preocupante para los padres que pesquisan este comportamiento en las niñas(os) (7,8), por potencialmente generar consecuencias no deseables que alteran la calidad de vida (9), es por esto, la relevancia clínica de pesquisar esta condición en un etapa temprana para otorgar un tratamiento oportuno (8). 1.1. Clasificación El bruxismo se puede clasificar como: primario o idiopático cuando no se reconocen patologías de base y secundario o iatrogénico, al estar asociado a problemas neurológicos, psiquiátricos, administración de drogas (9) u otras condiciones psicosociales o médicas (7). El bruxismo según sus manifestaciones fenotípicas circadianas, se presenta como Bruxismo del sueño (BS) y Bruxismo vigil (BV). El BV se considera como “una actividad muscular masticatoria durante la vigilia que se caracteriza por un contacto dental repetitivo o sostenido, que empuja la mandíbula y no es un trastorno delmovimiento en individuos sanos.” En cambio, el BS presenta una fisiopatología distinta, que corresponde a “una actividad muscular masticatoria que durante el sueño se caracteriza como rítmico (fásico) o no (tónico) y que no es considerado como un trastorno del movimiento o un trastorno del sueño en personas sanas” (10). A su vez, diagnósticamente se puede considerar como: posible, probable y definitivo 10 (11), su categorización varía según el autoreporte o reporte por terceros, examinación clínica, anamnesis y polisomnografía. 1.2 Epidemiología La dificultad diagnóstica del bruxismo y el tipo de metodología utilizada ha llevado a varios autores a coincidir en el amplio rango de prevalencia general, variando entre 3.5% a 40.6% (9,12). En pacientes pediátricos, la prevalencia de bruxismo se encuentra entre 14% a 20% (13). El bruxismo se puede observar en los primeros años de vida, pero por lo general comienza en tiempos de dentición temporal estable aproximadamente a los 5 años de edad, aumentando hasta alcanzar su límite en la dentición mixta (14). A la edad de 9 a 10 años, la prevalencia de bruxismo disminuye conforme avanza la edad (15). En Chile, la prevalencia de BS sería cercana a un 32%, en niñas(os) de 6 años llega al 38% a diferencia de los adolescentes de 14 años, donde disminuye a un 27% (16). 1.3 Etiología Actualmente, se reconoce la etiología multifactorial, en donde se incluye el estrés principalmente, hiperfunción dopaminérgica, alteraciones del sueño y genética entre otras (6). El estrés, prioritariamente el disestrés (estrés negativo), produce una desregulación del sistema generalmente crónica como respuesta a este, modificando el desarrollo neuroendocrino, lo que se traduce en efectos negativos en las habilidades psicomotoras, relaciones socioemocionales, problemas conductuales, generando un mayor riesgo de padecer enfermedades físicas y mentales (trastornos de ansiedad, depresión) (17). 11 1.3.1 Factores centrales Normalmente el SNC tras percibir estímulos a través de las vías aferentes provocan una activación neuronal entregando una respuesta eferente, en este caso activando la musculatura estriada, la cual mediada por diversos neurotransmisores químicos y diversas condiciones se restringen o liberan de manera atípica y entregan respuestas efectoras automatizadas provocando activación anormal de la musculatura cervical y masticatoria. Estos se denominan movimientos rítmicos mandibulares (RJM) que son de carácter involuntario y potencialmente nocivos para el sistema estomatognático, seguido de microdespertares entre el sueño REM y NREM. Las alteraciones a nivel funcional modifican la neuroplasticidad cerebral, que si bien se realiza de manera adaptativa y benéfica, puede sobrepasar los límites induciendo la aparición parafuncional de potenciales de acción sobre los músculos asociados como resultado de un constante flujo de neurotransmisores. Los ganglios basales (núcleo caudado, putámen y globo pálido), tálamo y corteza se ven relacionados con el flujo de información, organización y respuesta motora. Mientras, que los núcleos de sustancia negra y la parte ventral del globo pálido aportan neurotransmisores que provocan respuestas contráctiles e hiperfunción muscular. Por otra parte, las sensaciones somáticas de la región orofacial son transmitidas por neuronas aferentes primarias del nervio trigémino (NT), en donde algunos de sus somas residen centralmente dentro del tronco encefálico, específicamente en el núcleo mesencefálico del NT llevando información somatosensorial a los núcleos sensoriales del NT para que establezcan contactos sinápticos generando respuestas eferentes excitadoras a través de neuronas corticales y subcorticales de cierre mandibular. Estas inducen respuestas disfuncionales con hiperactividad que eventualmente se pueden asociar al BS. Los hábitos, el estilo de vida y la personalidad son factores presumiblemente modificadores de esta alteración de neurotransmisores, afectando de manera directa o indirecta la función de los músculos en los pacientes con BS (14). Por otra parte, fisiológicamente también se incluye la activación de dos sistemas involucrados e interrelacionados; el sistema simpático-adrenérgico produce 12 adrenalina desde el centro de la glándula suprarrenal y en conjunto con el eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal (HPA) secretan cortisol en la capa exterior de la corteza suprarrenal, encargándose de la iniciación, regulación y término de la respuesta al estrés. Estas moléculas son habituales en circunstancias normales, la adrenalina por su parte altera el flujo sanguíneo al movilizar reservas energéticas para preparar los sistemas de respuesta. El cortisol, además de movilizar las reservas de energía, alerta al SNC respecto a la percepción, mejorando la memoria y activando la respuesta inmune. Si bien esto sucede constantemente, la exposición a altos niveles y/o prolongados puede ser perjudicial e incluso tóxico para el organismo (17). Palacios y Cols (2019) en una revisión sistemática indican que estas situaciones pueden ser reflejadas en las niñas(os) que enfrentan acontecimientos tales como: enfermedades catastróficas, separación de padres, fallecimiento de personas cercanas, incumplimiento de objetivos académicos, malas relaciones interpersonales, cambios en hábitos alimenticios y de sueño, condiciones de vida, logros personales entre otros; afectando tanto físico como motor y psíquicamente por lo que no se debe menospreciar tanto los factores biológicos como los factores psicosociales (estrategias de afrontamiento y apoyo social), psicosocioeducativos y socioeconómicos como grandes influyentes durante el desarrollo en la infancia. En relación a lo anterior, los altos índices de estrés predisponen al desarrollo de enfermedades que impactan la calidad de vida y salud, manifestándose en una disminución en los niveles de inteligencia, equilibrio socio afectivo alterando la sensación de satisfacción, ansiedad y disfrute en sus variados contextos (18). El daño fisiológico permanente puede afectar tanto a las niñas(os) en desarrollo, sin discriminar edad, como al feto en formación, damnificando la programación fetal y produciendo la desregulación del eje HPA y de ciertas regiones secretoras de cortisol, implicadas en el miedo, ansiedad y respuesta impulsiva generando sobreproducción de conexiones neuronales y una disminución en zonas asociadas al razonamiento, planificación y control del comportamiento, como también predisponiendo en un futuro a sobre reacciones que no debieran ser estresantes, desgastando la respuesta 13 inmune (17). En ausencia de la protección de un adulto cuidador desencadenan adaptaciones disfuncionales y dañinas, según lo descrito por Teicher et al el 2016. explicando la activación inconsciente de los músculos por parte del SNC, donde las neuronas dopaminérgicas aumentan la secreción de dopamina y otras catecolaminas, activando los músculos masticatorios e inhibiendo los reflejos protectores (19) autoperpetuandolos ciclos de espasmos al activar vías gamma eferentes (20) sustentando la teoría sobre los centros emocionales: hipotálamo, sistema reticular y límbico (6). 1.3.2 Factores locales - Malos hábitos orales y de postura: Las parafunciones orales alteran el tono de la musculatura perioral, siendo considerados como predictores del BS, destacando: sialorrea durante el sueño, uso de chupete, onicofagia y queilofagia. Firmani et al asociaron la dentición temporal con la anteposición de la cabeza en niñas(os), donde observaron hipertonía de los músculos cervicales, lo que generó una alteración de la fuerza muscular craneofacial. Se desconoce si la cifosis cervical sería causa y/o consecuencia del bruxismo, pero se puede concluir que contribuiría al desarrollo del BS (13). - Factores ventilatorios: Destacan entre los de mayor prevalencia: alergias, síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAHOS), hipertonía de amígdalas y los problemas posturales; estos favorecen la hipoxia del sistema ventilatorio, activando el sistema autónomo lo que provoca un aumento de los episodios de BS según Aguilera (2019) (7). Por su parte, las apneas generan microdespertares con activación motora cortical que provoca la contracción muscular mandibular (21). Aguilera y otros estudios han correlacionado la malnutrición por exceso en los pacientes pediátricos con mayor prevalencia de SAHOS (15). 14 1.3.3 Factores genéticos El 2017 Camoin y Cols encontraron que los padres de los pacientes con bruxismo padecían BS entre un 21% a 50%, a pesar de no existir algún gen asociado aún, se cree una asociación probable entre ambos al estar bajo condiciones ambientales similares (22). 1.4 Cuadro Clínico en niñas(os) Entre las manifestaciones clínicas, destacan los siguientes signos y síntomas (7,13): - Facetas de desgastes con exposición dentinaria a nivel incisal u oclusal (9). - Fracturas dentales o de restauraciones. - Hipertrofia masetero/temporal. - Línea alba aumentada o indentaciones linguales. - Al despertar: mialgias en musculatura temporal o maseterina, dolores de cabeza acompañado en ocasiones con bloqueo mandibular y limitación de apertura bucal. - Ensanchamiento del espacio periodontal (observación mediante radiografía). - Movilidad dentaria sin enfermedad periodontal. - Ruido tipo piedrecillas durante los eventos de bruxismo, reportado por terceros. 15 1.4.1 Facetas de desgaste Rendón y Alvarado las definen como el desgaste mecánico que resulta de las fuerzas friccionales que aplanan superficies curvas, afectando las superficies oclusales de los dientes y provocando la pérdida del contacto antagónico puntiforme, donde los contactos excéntricos creados por el movimiento del BS corresponden etiológicamente a la mayor parte de los desgastes según su muestra de estudio; también, encontraron que estos pacientes tenían una probabilidad 16 veces mayor de desarrollar desórdenes psicosociales asociados con la ansiedad, hostilidad o frustración, donde el estrés emocional fue un factor común, el cual se relaciona íntimamente con el comportamiento del BS (23). El desgaste dentario se ve influenciado además por la dureza del esmalte, fuerza masticatoria empleada y el tipo de dieta. Es importante detectar hábitos parafuncionales para evitar el deterioro del sistema estomatognático y sus funciones, por esto, se hace relevante la examinación clínica y diagnóstica. Las zonas que se encuentran principalmente afectadas corresponden a los bordes incisales, cúspides de caninos y molares (9), estas superficies se observan lisas, brillantes, pulidas y sin detalles anatómicos en casos “activos” (23), en casos remotos se observan tonalidades mate y/o superficies cóncavas (15). 1.4.1.1 Índice de desgaste dentario (TWI) Cabe destacar que la erosión dental, entendida como la destrucción mineral de los dientes asociada a ácidos, es multifactorial. Dentro de esta multicausalidad cobra importancia la frecuencia y el período del episodio de BS (por el grado de abrasión que genera), los patrones morfológicos de desgaste y los factores que contribuyen al desarrollo de la erosión (24), donde el estilo y tipo de alimentación es relevante para su progreso. El consumo de alimentos que provocan una disminución en el pH salival ha sido relacionado con procesos de caries y erosión del esmalte, favoreciendo la 16 desmineralización del esmalte, ya que a través de la ingesta de carbohidratos fermentables, bebidas ácidas y de las bacterias productoras de ácido del biofilm, provocan pérdida de estructura dental,dependiendo del tipo de alimento, tiempo de exposición al ácido e incluso la temperatura de las bebidas (25). El desgaste producido por el bruxismo se puede clasificar en grados, uno de los más utilizados es el índice de desgaste dentario (TWI). Si bien, no se ha llegado a un consenso sobre cuál es el más eficaz, existen variados índices que miden el desgaste dentario. Smith y Knight introdujeron el concepto de desgaste dentario sin incluir la etiología, tomando en cuenta la multifactorialidad de estos y en distinguir los niveles aceptables de los patológicos. El desgaste patológico se define como atípico para la edad del paciente (exposición dentinaria), que provoca dolor y alteraciones morfo-funcionales. Por otra parte, Uribe y cols. mencionan sobre las bruxofacetas, que desde un índice igual o mayor a 3 se considera como patológico, es decir, desde la exposición dentinaria mayor a 1 mm (9). Este índice aplicado de manera clínica discrimina el desgaste dentario en 5 grados, de cero a cuatro, según el criterio predeterminado, se consideran los dientes visualmente afectados y en cuatro superficies a examinar: bucal, lingual, cervical y ocluso-incisal (24). La puntuación y criterios del índice corresponde a: 0. B/L/O/I/C: No hay pérdida de las características superficiales del esmalte. Sin pérdida de contorno. 1. B/L/O/I/C: Pérdida de características de la superficie del esmalte. Mínima pérdida de contorno. 2. B/L/O/I/C: Pérdida de esmalte exponiendo dentina en menos de un tercio de la superficie. Los defectos no superan 1 mm de profundidad. 3. B/L/O/I/C: Pérdida de esmalte. Exposición de más de un tercio de la superficie de dentina. Pérdida sustancial de dentina. Defectos menos de 1-2 mm de profundidad. 17 4. B/L/O/I/C: Pérdida completa del esmalte y exposición de la dentina. Defectos con más de 2 mm. de exposición de dentina secundaria y exposición pulpar. Esta clasificación permite medir y evaluar el desgaste dentario multicausal, Aguilera y cols. (2019) mencionan que este indicador ha demostrado ser eficaz en la evaluación y es usado ampliamente en estudios clínicos y epidemiológicos (15). 1.5 Categorías diagnósticas de bruxismo Las categorías diagnósticas describe al bruxismo “posible” cuando se cuenta con el reporte de rechinamiento por padres o cuidadores y/o anamnesis; bruxismo “probable”, donde sumado a lo anterior se realiza inspección a través de la examinación clínica en busca de signos o síntomas; y bruxismo “definitivo” al agregar polisomnografía (PSG) (audio/video),siendo este el gold standard para el diagnóstico de BS; Uribe y cols en el 2019, mencionan que si bien la PSG es excelente, es un procedimiento intrahospitalario, de alto costo, con poca o nula disponibilidad en centros médicos para pacientes pediátricos, siendo un procedimiento largo y requiere de tiempo para la adaptación por parte de la niña(o), lo que trae desventajas importantes para su realización. El desgaste patológico si bien es difícil de cuantificar, mediante índices como TWI se puede determinar. Se considera de mayor gravedad al tener exposición dentinaria, causante de dolor o malestar, problemas funcionales, estéticos y que, si progresan, pueden provocar complicaciones de mayor complejidad (9). 18 2. Malnutrición por exceso infantil y consumo de azúcar Fonseca y cols. definen la malnutrición como: nutrición deficiente o desequilibrada producida por un déficit o exceso de alimentos, el cual contribuye a la carga mundial de morbilidad, donde los aspectos tanto biológicos, sociales, culturales y socioeconómicos tienen implicancia sobre el estado nutricional que afecta el desarrollo físico, psicomotor, social y de hábitos que condicionan el bienestar modificando la calidad de vida del futuro adulto (26). Diversos autores concuerdan que la malnutrición por exceso (obesidad) es un problema de salud pública a nivel mundial, el cual ha ido creciendo exponencialmente en las últimas décadas (26,27,28,29). El entorno de malnutrición por exceso se relaciona con la falta de actividad física y sedentarismo (30), según el informe de la comisión liderada por la OMS, se considera a aquel entorno en el que se fomenta la ingesta calórica elevada junto con el sedentarismo, considerando las opciones para acceder a ellos y las normas sociales en relación con la alimentación y la actividad física (31). Esta se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo (28), favoreciendo otras patologías como la diabetes tipo 2 y cardiopatía isquémica arterioesclerótica, siendo estas, las primeras causas de muerte en la población chilena (27). También, es considerada como el sexto factor principal de riesgo de defunción en el mundo, donde el sedentarismo y la alimentación inadecuada cooperan directamente (29). 19 2.1 Prevalencia A nivel mundial un 10% de las niñas(os) en edad escolar tienen malnutrición por exceso. En América Latina se identificó que entre 22.2 a 25.9 millones de niñas(os) tienen exceso de peso; donde México lidera con 34.5%, Brasil con 33.5% y Colombia con un 18.9%. Siendo el sobrepeso un indicador de malnutrición por exceso en un futuro (29). Un estudio realizado en Santiago de Chile en el año 2018, analizó escolares de 4º y 5º básico de la provincia, se observó que un 25% tenían sobrepeso y un 30% obesidad, destacando los niños (35.8%) sobre las niñas (23.9%) en la prevalencia de malnutrición por exceso, esta diferencia se debe a la presión socio familiar ejercida sobre las niñas en su alimentación y estereotipos físicos (32). Además, cabe destacar que las cifras desde el año 2010 lideran en el ranking mundial de la OCDE a nuestro país entre los de mayor prevalencia de malnutrición por exceso (entre sobrepeso y obesidad) (33). Dentro del aumento de la prevalencia de la malnutrición por exceso existen diversos factores sociales que se ven implicados, entre ellos se incluyen: fenómenos migratorios, transculturización, condiciones de urbanización no aptas para caminar, falta de cultura nutrimental con el consecuente aumento de porciones dietéticas altas en azúcar y condiciones económicas que favorecen lo ya mencionado (28). 2.2 Entorno de malnutrición por exceso La malnutrición por exceso se puede presentar a cualquier edad, las niñas(os) y adolescentes tienen mayor probabilidad de padecer este trastorno debido a la velocidad de crecimiento del tejido adiposo que es mayor en edades tempranas (18), perpetuando la enfermedad. Los principales determinantes de la malnutrición por exceso infantil corresponden básicamente a la dieta y sedentarismo (29,33). 20 Por una parte, los cambios en la dieta se ven influenciados por el aumento de la ingesta de alimentos de alto contenido calórico y el tamaño de las porciones. A su vez, los cambios en el tipo de alimentos, su biodisponibilidad junto con la publicidad de estos, han llevado a un aumento en el descenso de la actividad física, acrecentado por la urbanización y los nuevos modos de transporte; provocando un desequilibrio energético, fomentando estilos de vida sedentarios en ambientes de malnutrición por exceso (33). Sir G. Alleyne y cols. demostraron que la población sedentaria en Chile es del 80,1% según la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deportes del año 2015, proporción que es aún mayor en mujeres y en personas de menor situación socioeconómica (30). La población pediátrica sedentaria en Chile es del 48.4%(34), en donde el excesivo tiempo destinado frente a las pantallas como la TV, los videojuegos y teléfonos móviles, han sido factores de reducción de la actividad física y el consecuente aumento de peso. En este mismo contexto, en las últimas décadas se ha observado un incremento de niñas(os) y de padres que ofrecen estos alimentos como “recompensa” frente a diversas situaciones y conductas cotidianas, prefiriendo alimentos procesados altos en azúcares y bebidas carbonatadas, relacionándose íntimamente con el nivel de glucosa, serotonina y sus derivados (35). Sierra confirma la correlación asociativa entre el alto consumo de azúcar y trastornos emocionales, además de patologías físicas; insistiendo en que si bien, los padecimientos mentales son de origen multifactorial, se ha observado contribución del azúcar en las alteraciones, en donde destaca: padres o tutores que promueven su consumo al relacionarlo como muestra de afecto, desplazando a los que tienen valor nutricional esencial y viendo esta sustancia como inocua para el cuerpo humano. El azúcar genera inflamación crónica, incrementa la oxidación (generando disturbios en el sistema inmunológico), causa efectos importantes e indeseables en la bioquímica cerebral, provocando conductas de consumo compulsivo, adictivo y alteraciones emocionales. Por otra parte, es una de las causas del síndrome metabólico, incluyendo patologías crónico degenerativas como: malnutrición por exceso, 21 cardiopatías, hipertensión, diabetes, hígado graso, daño renal, aumento de niveles de colesterol y triglicéridos. En este mismo artículo se cita una investigación alemana, donde realizaron un estudio durante 10 años, con información de 3437 participantes, se analizaron datos sobre la dieta de las niñas(os), problemas de comportamiento y alteraciones emocionales (reportadas por los padres); entre las conclusiones se señala que el consumo de alimentos con alto contenido de azúcar y una dieta de mala calidad se asocia con mayor presencia de alteraciones emocionales en losniños. Realizaron una revisión de la literatura internacional, encontrando correlación entre una dieta de bajo aporte nutricional con depresión, ansiedad y alteraciones del estado anímico en las niñas(os). La relación más notoria se vió en niñas con obesidad y síndrome de déficit de atención e hiperactividad, asociado a la mayor presión familiar y social para que disminuyan su peso, si bien, la presencia de déficit de atención e hiperactividad no está contemplado en el presente estudio, Sierra menciona la correlación positiva entre consumo de bebidas comerciales, una de las fuentes principales de azúcar en la vida moderna, con síntomas de déficit de atención e hiperactividad debido a la mala alimentación, sugiriendo que en torno a los hábitos de alimentación y de vida del niño se debe retirar el azúcar procesada de la dieta (36). Ulloa y cols. mencionan en la Revista Chilena de Nutrición del año 2020, que diversos estudios internacionales han expuesto asociaciones inversas entre la malnutrición por exceso y duración del sueño (35,37), donde tanto la restricción como el exceso de horas afectan y/o predisponen esta condición (37), lo que provoca una alteración en el perfil metabólico favoreciendo la aparición de resistencia a la insulina, generando un aumento de la actividad simpática y la disminución de la saciedad e hiperfagia (35). La evidencia relaciona la insulinoresistencia, sedentarismo y patrones dietéticos pocos saludables, con el latente aumento calórico y/o disminución del gasto cardíaco, asociado al pasar mayor tiempo frente a una pantalla y a falta de actividad física, alterando a las hormonas leptina, insulina y ghrelina, reguladoras del apetito. La leptina sigue un ritmo circadiano tanto para su producción como función anorexigénica, por lo que la privación de sueño puede provocar una reducción 22 plasmática aproximada de 18% a 20%; por otra parte, los sujetos con malnutrición por exceso tienen niveles elevados de la hormona, generando una leptino resistencia a nivel central, disminuyendo su función. La insulina por su parte lleva a un incremento gradual de su secreción e incidencia de diabetes mellitus tipo II. Con respecto a la ghrelina, predispone el incremento de peso corporal al aumentar la sensación de hambre en respuesta a la restricción del sueño parcial (35). 2.3 Dieta Americana La dieta mediterránea caracterizada por una minuta equilibrada, saludable a base de alimentos frescos y naturales se ha visto desplazada en nuestra sociedad debido a la industrialización y a los cambios psicoculturales que han modificado el estilo de vida en el común de las personas, donde las grandes empresas alimentarias han reforzado su consumo a través de la publicidad dirigida tanto a adultos como niñas(os), incentivando menor tiempo en la preparación y adquisición de los alimentos, prefiriendo productos precocinados y ultraprocesados ricos en azúcares refinadas, sal y grasas saturadas. En los mercados encontramos tres tipos que se distribuyen básicamente: la comida real, que no ha sido procesada industrialmente como frutas, pescados y leche (según el tipo); los buenos procesados, que tienen un mínimo de proceso industrial y su calidad nutricional no disminuye, por ejemplo: conservas, congelados; y los ultraprocesados, que corresponden a productos envasados sometidos a procesos industriales con adición de diferentes ingredientes; suelen ser ricos en azúcares, sales, grasas de mala calidad y ricos en calorías, por lo general tienen 5 ingredientes o más. Dentro de los hidratos de carbono encontrados en los diversos alimentos tenemos los de cadenas simples, de absorción rápida, el azúcar común que se encuentra en los alimentos o azúcar intrínseco; pero también este se puede encontrar como añadido en los ultraprocesados, al metabolizarse más rápido el almacenaje colapsa fácilmente, incrementando los niveles séricos siendo perjudiciales y dañinos para la salud al consumirlos en exceso (38). 23 2.4 Indicadores antropométricos para medir el estado nutricional Los indicadores antropométricos corresponden al uso de las variables peso y talla al relacionarlo con la edad. De acuerdo a las curvas gráficas de crecimiento se determina el estado nutricional de la niña(o) (39). Es por esto que el MINSAL ha creado tablas acordes a la población chilena infantil para monitorear el estado nutritivo de las niñas(os), en esta misma línea cabe destacar que el odontopediatra es responsable de pesquisar alteraciones nutricionales y derivar al médico de cabecera con el fin de restituir la salud integral del paciente. Ambas variables corresponden a parámetros de evaluación individual. El peso se debe medir con una balanza digital calibrada, con el sujeto de pie, apoyado de forma estable en ambos pies y con el mínimo de ropa posible. La talla se evalúa con un tallímetro vertical, de pie, descalzo, con los talones y columna apoyado sobre un plano duro y los brazos extendidos a ambos lados. 2.4.1 Peso para talla (P/T) Corresponde a un indicador de crecimiento actual, relaciona el peso con la talla en un momento determinado, detecta malnutrición aguda por desnutrición o exceso (40). 2.4.2 Peso por edad (P/E) Indicador de crecimiento de la masa corporal, detecta la malnutrición global al evaluar el retardo del crecimiento, desnutrición o su combinación. En los programas de vigilancia nutricional predice el riesgo de morir en menores de 5 años, allí radica su importancia (40). 24 2.4.3 Talla para edad (T/E) Corresponde al índice del crecimiento y detecta la malnutrición crónica, si bien al reanudar el balance alimentario el peso puede recuperarse prontamente, la talla es mucho más lenta de recuperar (40). 2.4.4 Índice de masa corporal (IMC) (Kg/m2) Dentro de los distintos indicadores, el IMC se utiliza ampliamente para determinar el estado nutricional de una persona, a pesar de ser un índice simple, su uso universal está dado por ser eficaz para diagnosticar y valorar el grado de malnutrición por exceso en la población general (38). Cabe destacar que puede ser inexacto en los infantes, ya que los constantes períodos de crecimiento y de cambios en la composición corporal, dificultan los puntos de corte para establecer diagnósticos, es por esto que el MINSAL, el año 2018, adapta los patrones recomendados por la OMS a través de las desviaciones estándar que se usan en la vigilancia nutricional, dichos índices están referidos en distintas normas y guías ministeriales, en donde se exponen tablas nutricionales y gráficos que establecen valores estandarizados para cada sexo y edad (39), considerando IMC mayores o iguales +1 como sobrepeso y obesidad igual o superior a +2 (41). La OMS propone una clasificación basada en el IMC, que relaciona el peso en Kg. y la talla en mts. elevada al cuadrado, la cual se indica a continuación en la tabla 1: 25 Tabla 1: Clasificación nutricional OMS A continuación, en la siguiente tabla se exponela clasificación nutricional, entregada por el MINSAL, el cual se correlaciona de acuerdo al resultado del indicador del rango etario (Tabla 2) (39). Tabla 2: Clasificación nutricional MINSAL según rango etario. 26 Bajo peso IMC bajo 18.4 Normopeso IMC entre 18.5 - 24.9 Sobrepeso IMC entre 25 - 29.9 Obesidad grado I, moderada IMC entre 30 -34.9 Obesidad grado II, severo IMC entre 35 - 39.9 Obesidad grado III, mórbida IMC superior a 40 Calificación Nutricional <1 año Entre 1 año y 5 años 29 días Entre 5 años 1 mes y 19 años Desnutrición P/E <= -2DE P/T <= -2DE IMC/E < = -2DE Riesgo de desnutrir P/E <= -1DE y >-2DE P/T <= -1DE y >-2DE IMC/E <= -1DE y >-2DE Normal o Eutrófico P/E > -1DE y < +1DE P/T > -1DE y < +1DE IMC/E > -1DE y < +1DE Sobrepeso P/T >= +1DE y < +2DE P/T >= +1DE y<+2DE IMC/E > = +1DE y< +2DE Obesidad P/T >< + 2DE P/T >< + 2DE IMC/E >= +2DE y <+3DE Obesidad Severa ----- ---- IMC/E >= +3DE 2.5 Recomendaciones de consumo de azúcar La OMS recomienda una ingesta reducida en azúcares libres durante toda la vida, tanto en niños como en adultos recomienda reducir la ingesta de azúcares libres a menos del 10% e idealmente por debajo del 5% de la ingesta total de energía (42). La OMS indica que los bebés no deben consumir azúcares añadidos, las niñas(os) un máximo de 15 gr. al día y los adultos 25 gr. al día de azúcar, cifras que son sobrepasadas fácilmente gracias a los refinados (38). 2.6 El azúcar como recompensa Ciertos alimentos, especialmente los ricos en azúcares y grasas, actúan en la asociación estímulo recompensa, posterior a la ingesta las neuronas dopaminérgicas activan el área tegmental ventral enviando proyecciones al núcleo accumbens, en donde la exposición frecuente modula la respuesta dopaminérgica reforzando la conducta e integrándose a las funciones cognitivas superiores que gradualmente son transferidas a estímulos asociados con la comida, por ejemplo a través del olor, procesándolo como predictor de recompensa, activando circuitos neuronales en el dorso estriado, amígdala, hipocampo e ínsula. Además, participan la leptina, ghrelina e insulina en la regulación homeostática de la ingesta de alimentos implicados en los efectos gratificantes de la comida rica en azúcar que produce la liberación de dopamina en áreas mesolímbicas. Este constante flujo de interacciones tiene implicancias neuronales a nivel central en el BS (21,42). 27 3. Pantallas La aparición de nuevas tecnologías junto con su creciente consumo se ve favorecido con los videojuegos y la irrupción de Internet en los infantes, propiciando la realización de nuevos estudios sobre el impacto de las tecnologías en los menores, analizando sus efectos benéficos y perjudiciales (44). La interacción con dispositivos electrónicos comienza a una edad prematura (45), lo que resulta preocupante al verse afectado el desarrollo intelectual, emocional y social de la niña(o) (46). Domingues en una revisión realizada el año 2017, analiza los efectos frente a las pantallas, si bien confirma que se desconocen los mecanismos fisiológicos exactos, menciona que el tiempo de exposición se ha asociado negativamente con el desarrollo de habilidades cognitivas y físicas, y positivamente con la malnutrición por exceso, problemas del sueño, depresión y ansiedad (45). 3.1 Aparatos tecnológicos Los dispositivos actualmente desarrollados han sido factores contribuyentes a la génesis de la malnutrición por exceso infantil en el siglo XXI, promoviendo el estilo de vida sedentario y la ingesta de alimentos hipercalóricos a través de su contenido (46,47), constituyendo así un riesgo para las enfermedades metabólicas (48). Entre las pantallas que más se utilizan por las niñas(os), encontramos en orden decreciente: televisión, computadores, tablets, celulares inteligentes y videojuegos (46). 28 3.1.1 Uso de pantallas En un estudio descriptivo sobre la prevalencia del uso de pantallas en Argentina, donde participaron 148 niñas(os) entre 2 y 12 años con sus padres, reveló que un 88% de las niñas(os) y un 79% de los padres lo utilizan para redes sociales, y de ellos un 67% lo hacía durante dos horas diarias y el resto por 3 horas o más. Por otra parte, los padres indicaron que lo utilizan como método para calmarlo (44%), durante la cena (46%) y antes de dormir (62%). El grupo que lo utiliza durante la cena y antes de dormir presentaron una prevalencia de obesidad de 14.9% y 17.9% de sobrepeso (malnutrición en exceso). A pesar de no encontrar relación significativa entre el IMC y el uso de pantallas, sí hubo una asociación entre mayor tiempo de exposición y mayor IMC (35). 3.1.2 Recomendaciones de uso La Academia Americana de Pediatría el año 2016, entregó recomendaciones para el uso adecuado en la infancia: - Evitar la interacción con pantallas en menores de 18 meses. - Entre los siguientes 18 y 24 meses, los tutores que deseen permitir su uso, deben realizarlo bajo su supervisión y enfocarse en programas de alta calidad. - Entre los 2 y 5 años se recomienda no sobrepasar las dos horas diarias con contenidos de calidad y en compañía de sus padres para ayudarlos a comprender los diversos programas. - A partir de los 6 años mantener un equilibrio entre el uso de pantallas y otras actividades que pueda realizar la niña(o), en donde no contemplen artículos tecnológicos. - Tomar descanso cada 10 minutos para evitar problemas oculares, como la miopía. 29 - Evitar el uso de pantallas durante: las comidas, tiempo de estudio, una hora mínimo antes de ir a dormir, dispositivos dentro de la habitación con uso libre por parte del menor. - Potenciar actividades físicas, hábitos saludables y procurar descanso nocturno suficiente (35). 3.2 Efectos en las niñas(os) El uso de pantallas ofrece beneficios y riesgos, por lo que se recomienda control parental sobre su uso para no favorecer efectos fisiológicos dañinos. Dentro de los beneficios de su uso, se encuentra como fuente de información promoviendo la educación, entretenimiento y socialización a distancia. Por otra parte, los videojuegos permiten desarrollar habilidades manuales, coordinación, resolver problemas, toma de decisiones, mejorar su autoestima y establecer relaciones sociales vía on-line. La interacción prematura en las niñas(os) produce que adopten comportamientos violentos a través de la visualización al no discriminar la realidad de la ficción correctamente, disminuyendo el tiempo de aprendizaje, realización de actividades físicas y tiempo de interacción socio-familiar (48). El uso prolongado también genera conductas adictivas, en donde se observan señales tales como: pasar mayor tiempo conectada, sensación de nerviosismo o tristeza mientras no se usa, preferencia para relacionarse socialmente vía internet, no controlar el tiempo que pasa ante la pantalla alterando horarios y el sueño (44). El uso excesivo de TV se asocia con retrasos cognitivos, en el lenguaje y en el contexto socio-emocional, el internet si bien otorga información, también pueden accedera contenidos inapropiados o potencialmente perjudiciales comprometiendo su privacidad, confidencialidad y ser acosadas(os), afectando directamente en la salud mental de la niña(o) (50). 30 Las pantallas producen comúnmente el síndrome visual informático (SVI), en donde se reconocen síntomas como dolor y cansancio ocular, cefaleas, náuseas, ojos secos, irritación, fotofobia, rigidez, dolor en los hombros, extremidades superiores y espalda (35). En relación al sueño, este puede verse afectado por el mal uso de la tecnología, asociado al mayor tiempo de exposición, cambiando los horarios preestablecidos (48). Debido al efecto lumínico sobre la retina, la producción de melatonina se ve afectada, provocando alteraciones en los ciclos del sueño, calidad y duración, siendo los primeros tres años de vida los más vulnerables por encontrarse en las etapas más importantes del desarrollo humano (35). Es por esto, que la Asociación Americana de Medicina del Sueño (AAMS), el año 2016, indica que las niñas(os) entre 3 y 5 años deben dormir entre diez y trece horas, y las niñas(os) entre 6 y 12 años entre nueve y doce horas (49). Una cantidad mayor o menor de horas destinadas a dormir podría repercutir al estar más propensos a accidentes, lesiones, hipertensión, malnutrición por exceso, alto consumo de azúcar, diabetes y depresión, según indica Uribe (9). Diferentes autores concuerdan en que es necesario realizar más estudios que relacionen las variables enmarcadas para conocer el funcionamiento específico, en varias de las referencias bibliográficas concluyeron que existe asociación entre un mayor IMC con mayor tiempo de exposición a pantallas, estos a su vez retroalimentan los sistemas de recompensa, generando circuitos reflejos que alteran la regulación de la dopamina, comportamientos compulsivos y los ciclos naturales del sueño. Los flujos de información aferentes activan centros corticales, subcorticales y núcleos asociados con los patrones de movimientos mandibulares, beneficiando directa o indirectamente el desarrollo de BS. 31 4. La cuarentena como diario vivir Durante la segunda semana de marzo del presente año la propagación del Coronavirus se hizo notar en el territorio chileno y las organizaciones gubernamentales decidieron cerrar todos los establecimientos educacionales y decretar cuarentena masiva para la población, especialmente dirigida a niñas(os) y ancianos, obligando a un total de 4.104.900 de personas a permanecer en sus casas, con el fin de prevenir el contagio, constituyéndose como medida necesaria y efectiva. Sin embargo, el prolongado tiempo que lleva la población bajo estas condiciones han provocado cambios significativos en la vida de las personas, afectando el bienestar de los niños y sus familias. La interrupción de la rutina, la disminución del apoyo social y de sistemas habituales de cuidado infantil han alterado el desarrollo integral de la población infanto-adolescente (1), afectando los procesos cognitivos, ya que áreas como alimentación y sueño son claves para el aprendizaje (2). Por otro lado, la inasistencia escolar, el no poder ver a los amigos, familiares y/o participar en actividades de su interés limitan las vías habituales de liberación de estrés y energía, aumentando los niveles de irritabilidad, hiperactividad, impulsividad y ansiedad, pudiendo precipitar en respuestas impulsivas y/o violentas. El cierre prolongado de los establecimientos educacionales afecta la salud física y mental de los niños, Abufhele indica que debido a la ausencia de clases presenciales, realizan menor actividad física, tienen mayor tiempo de exposición a pantallas y dietas menos saludables lo que desencadena trastornos de sueño, aumento de peso y disminución de la capacidad funcional (1, 51, 52). El 2017 Brazendale y cols. mencionan que la rutina diaria escolar estructurada es un factor protector de comportamientos obesogénicos en niñas(os) (52). 32 4.1 Síntomas frecuentes en cuarentena Los síntomas más frecuentes en las niñas/os producto de la pandemia corresponden: inestabilidad emocional, ánimo bajo, estrés o ansiedad, irritabilidad, insomnio, síntomas de despersonalización, desrealización y agotamiento emocional. Durante el brote de H1N1 en el año 2009 se estimó que la incidencia del trastorno de estrés postraumático era cuatro veces más alto en niñas(os) que habían sido puestos en cuarentena en relación a los que no, por lo que la actual crisis sanitaria es un riesgo inminente capaz de desencadenar enfermedades mentales en niñas(os) (1). 4.2 Recomendaciones asociadas a la cuarentena Dado que la cotidianeidad y los estilos de vida saludables se han visto afectados por los cambios del diario vivir, diversas sociedades médicas han querido contribuir con recomendaciones asociadas a la cuarentena, entre ellos el “Grupo de Sueño Pediátrico, Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la infancia y adolescencia de Chile” indica: - Mantener una rutina diaria, estructurada con horario para levantarse, horarios de alimentación, deberes escolares a través de pantallas, esparcimiento y horario de dormir. - No exponerse más de 3 horas diarias a pantallas en tiempos de esparcimiento. - Apagar las pantallas una hora antes de dormir. - Realizar deportes rutinariamente, no hacerlo previo al descanso nocturno. - Una hora antes ambientar y disminuir estímulos para dormir. - No pasar mucho tiempo en el dormitorio. - Estudiar en lugares apropiados, no utilizar la cama. - Mantener ventilación constante en el dormitorio. - Evitar el uso de alimentos estimulantes como: azúcares, colorantes, bebidas tipo colas, té o café en horario vespertino o pronto a la hora de acostarse. 33 - Es ideal que toda la familia mantenga rutinas similares previo a dormir, en especial los hermanos mayores con el fin de disminuir conflictos de convivencia con los más pequeños o utilizar durante la noche las pantallas (53). 4.3 Recomendaciones de consumo de alimentos Por otra parte la Academia Española de Nutrición y Dietética y cols. en marzo del 2020, mencionaron que si bien la dieta saludable debe mantenerse como un hábito diario, la situación pandemia ofrece una amplia variedad de alimentos ricos en grasas y azúcares, es por esto que decidieron aportar con siete recomendaciones claves para la alimentación durante la cuarentena: - Mantener buena hidratación, beber al menos 1.8 L. de agua, esta acción corresponde a uno de los pilares básicos de la alimentación saludable. - Consumir al menos 3 raciones de frutas al día y 2 de verduras. Se recomienda ofrecer pero no forzar su ingesta para evitar que las niñas(os) pequeños las rechacen en un futuro. - Preferir productos integrales y legumbres (pan integral, pasta integral, arroz integral, ), tratando de cocinarlos con verduras. - Preferir productos lácteos bajos en grasa o fermentos como el kéfir. - Consumo moderado de alimentos de origen animal: carnes rojas 1 vez por semana, pescados: 2 o 3 veces por semana, huevos: 3 o 4 veces por semana, evitar y limitarel consumo de quesos, embutidos, fiambres y carnes grasas. - Elegir frutos secos, semillas y aceite de oliva. - Evitar alimentos procesados, ultraprocesados y comida rápida. A pesar que generalmente no se recomiendan en la alimentación saludable por su alto contenido en grasas y/o azúcares, es altamente consumido en niñas(os), es por esto que es importante mencionarlo, dado que durante el confinamiento aumenta su demanda y junto a las conductas sedentarias podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas (54). 34 Pregunta de Investigación ¿Habrá relación entre el bruxismo del sueño con el uso de pantallas, consumo de azúcar y malnutrición por exceso en niñas y niños? Hipótesis ● Las niñas(os) que utilizan pantallas durante la pandemia tienen mayor reporte de rechinamiento nocturno informado por terceros. ● El excesivo consumo de azúcar produce un aumento de malnutrición por exceso en las niñas(os), lo que se puede asociar con un incremento en el reporte de rechinamiento nocturno. ● La malnutrición por exceso se relaciona con el sedentarismo aumentado por la pandemia favoreciendo el uso de pantallas Objetivos Objetivos Generales ● Relacionar la presencia del reporte de rechinamiento dentario en niñas(os) con el uso de pantallas, consumo de azúcar y malnutrición por exceso. ● Analizar el estrés relacionado a la situación sanitaria Covid-19 con el aumento del reporte de rechinamiento nocturno en las niñas(os) informado por terceros. 35 Objetivos Específicos 1. Caracterizar a la población en estudio según sexo, rango etario y nacionalidad. 2. Identificar la presencia de rechinamiento nocturno reportado por terceros en la muestra de estudio. 3. Identificar la presencia de estrés y su principal causa durante la cuarentena en la muestra de estudio. 4. Describir y cuantificar la frecuencia del uso de pantallas en la situación sanitaria covid-19. 5. Cuantificar la cantidad de azúcar consumida y categorizar el estado nutricional de las niñas(os) en la situación sanitaria covid-19. 6. Relacionar las variables azúcar, malnutrición por exceso y el uso de pantallas con el reporte de rechinamiento nocturno indicado por terceros. 7. Relacionar el estrés con el aumento del reporte de rechinamiento nocturno en las niñas(os). 36 Materiales y Método Muestreo El tipo de estudio de la presente investigación fue aplicado con enfoque descriptivo, cuantitativo y analítico con diseño de corte observacional. Se publicó una encuesta en las redes sociales de facebook de los colegios de la región metropolitana. A través de esta publicación en sus páginas se invitó a participar a los padres y apoderados a través de una encuesta en formato de formulario de google form. Participaron niñas(os) de 1 hasta 20 años, pero solo se contabilizaron las niñas y niños entre 4 a 13 años. Criterios de Inclusión/Exclusión: Se incluyó a todos los tutores de las niñas(os) que aceptaron participar, asintieron el consentimiento informado y contestaron la encuesta. Niñas(os) que tengan edades entre 4 a 13 años. Fueron excluídos de la muestra todas aquellas niñas(os) cuyos tutores no otorgaron la autorización para realizar la investigación y tutores que no respondieron la encuesta. Todas las niñas(os) que no tengan edades entre 4 a 13 años. Se obtuvo una muestra de 218 participantes, de los cuales un 15,4% del total no cumplió con el rango de edad estudiado, por lo que se obtuvo una muestra final de 185 individuos. Ética; Este estudio contó con la aprobación del comité de ética científico de la escuela de Odontología de la Universidad Andrés Bello. 37 Procedimiento: Se contactó a los colegios y centro de padres y apoderados con cuentas en facebook de la región metropolitana para la difusión de la encuesta entre los tutores de los respectivos colegios. En una primera instancia publicamos la encuesta en sus respectivas páginas de facebook con el fin de explicar en qué consiste la investigación e invitarlas(os) a participar en el presente estudio donde pudieron ingresar seleccionando el link de google form. Posterior a este primer contacto, se respondieron dudas y consultas de los tutores de los colegios que aceptaron compartir la encuesta. La encuesta se realizó a través de un cuestionario digital (Google Form) donde se encontraba: consentimiento informado para su autorización y 3 cuestionarios dirigidos a los tutores, los cuales se detallan a continuación: 1. Encuesta Dietética: Esta encuesta se basó en el diario de dieta ocupado por el pregrado de ODP de la carrera de Odontología de la Universidad Andrés Bello (UNAB), consistió en dos secciones: la primera se basó en 11 preguntas orientadas a identificar el tipo de bebidas, frutas y alimentos azucarados que consumen las niñas(os), el momento en que consumen estos alimentos, cantidad y frecuencia con que ingieren dichos alimentos. La segunda parte consta de 5 enunciados en donde los tutores señalaron 3 tipos de desayuno, almuerzo, once, cena y colación que las niñas(os) consumen habitualmente y 2 preguntas en relación a la situación sanitaria actual, Covid-19, enfocado a reconocer si ha aumentado el consumo de alimentos en las niñas(os) y cuáles son los que más consume por estar en cuarentena desde marzo del 2020. Para contabilizar la cantidad de azúcar (azúcar añadida, alimentos procesados y ultraprocesados, carbohidratos fermentables) que consumen las niñas(os) se designó por cantidad de azúcar en gramos, donde según la 38 OMS las niñas(os) deben consumir un máximo de 15 gr. al día de azúcar, donde lo más saludable es abstenerse de este tipo de azúcar. 39 2. Tiempo de exposición a pantallas: Se calculó el tiempo de exposición a pantallas en minutos al día según los sugiere la Academia Americana de Pediatría (A.A.P.), a través de la encuesta digital los tutores respondieron 12 preguntas las cuales contenían: respuestas dicotómicas (si/no) sobre el uso de pantallas, existencia de normas sobre el uso de pantallas y si se ha aumentado su uso por la situación sanitaria Covid-19 de las niñas(os). El otro tipo de respuestas politómicas en donde los tutores respondieron: cuántos aparatos poseen, cuántas veces a la semana las niñas(os) utilizan las pantallas, cuántas horas ocupan los elementos electrónicos, en qué momento y dónde las usa, se basó en respuestas de selección múltiple con más de una opción. Básicamente se les pidió a los tutores que midieran en minutos al día, el tiempo de exposición a pantallas como tablet, smartphone, computadora, TV o similares a los que están expuestos las niñas(os). Para validar las escalas de ítems individuales se hizo una correlación entre el número de horas de uso de pantallas y categorización. Para determinar la frecuencia y el tipo de uso de las pantallas, se refirió la frecuencia de uso de pantallas con una escala de 1-5 tipo likert (1: Nunca; 2: Raramente; 3: A menudo; 4: Muy a menudo; 5: Continuamente). Este cuestionario se ha adaptado del estudio de Martín-Perpiña et al (50) quién describe la escala de autoclasificación de uso TIC (Tecnología de la informacióny las comunicaciones) en habla inglesa, su rango etario (11 a 18 años), donde se puede clasificar de manera correcta el uso y tipo de consumidor de TIC en el 83.1% de los participantes. 40 3. Examen Nutricional: Los tutores midieron los datos antropométricos talla (m), peso (kg), edad de las niñas(os) en años. Para evaluar estos datos se ocupó la guía del Minsal “Patrones de Crecimiento para la evaluación de niñas, niños y adolescentes, desde el nacimiento hasta los 19 años de edad”, donde se miden 4 parámetros para establecer el estado nutricional de la niña(o). La clasificación nutricional se realizó según los indicadores: peso/edad, peso/talla, IMC/edad y el grupo etario. Según la OMS los grupos etarios se dividen en los siguientes segmentos: 0 a 2 años, 2 años a 5 años y 5 años 1 mes a 19 años. Para este estudio se ocupó el grupo etario de 2 años a 5 años y el grupo etario 5 años 1 mes a 19 años y tablas diferenciadas por sexo. Las medidas antropométricas de peso y talla se preguntaron en la encuesta a los tutores, las cuales fueron confirmadas vía correo electrónico y teléfono. Para el cálculo del IMC (Índice de Masa Corporal), se obtuvo de la ecuación IMC=peso (kg)/ talla (m²). Para la interpretación de las tablas y gráficos se utilizó la clasificación nutricional de la guía del MINSAL “Patrones de Crecimiento para la evaluación de niños, niñas y adolescentes, desde el nacimiento hasta los 19 años de edad”: 41 Tabla 3: Clasificación Nutricional MINSAL* *Los valores registrados en la tabla 3 están ajustados para la muestra en estudio. 42 Clasificación Nutricional Entre 1 año y 5 años 29 días Entre 5 años 1 mes y 19 años Desnutrición P/T <= -2DE IMC/E < -2DE Riesgo de desnutrición P/T <= -1DE y > -2DE IMC/E < -1DE Y > -2DE Normal o Eutrófico P/T > -1DE y <+1DE IMC/E > -1DE y <+1DE Sobrepeso P/T >= +1DE y < +2DE IMC/E > +1DE y +2DE Obesidad P/T >< + 2DE IMC/E > +2DE y <+3DE Obesidad Severa ---- IMC/E > +3DE 4. Reporte de Rechinamiento nocturno: Para esta sección se orientaron 3 preguntas del cuestionario dirigido a los tutores, orientadas a indicar: reporte de rechinamiento de las niñas(os) por las noches, despertares con dolor en mejillas o dolor de cabeza y si la niña(o) se enfrenta a situaciones de estrés por la actual pandemia Covid-19, estas preguntas fueron respondidas dicotómicamente (si/no). También se incluyó 1 pregunta sobre la frecuencia con que rechinan los niños/as con una escala de 1-5 de tipo likert (1: Nunca; 2: Raramente; 3: A menudo; 4: Muy a menudo; 5: Continuamente) y finalmente 4 preguntas de respuesta escrita donde se consultó si los niños han sido afectados producto de la emergencia sanitaria actual Covid-19 teniendo algún comportamiento fuera de lo común y si las niñas(os) y/o tutores o familiar directo se han infectado por Covid-19. 43 Resultados El estudio fue conformado por 185 participantes, los cuales respondieron la encuesta de Google Form entre los meses julio y agosto de 2020 tras cumplir con los criterios de inclusión establecidos. Los resultados mostrados a continuación se obtuvieron del análisis de los cuestionarios aplicados a los tutores (formulario google form), donde a través de la muestra se extrajeron de forma prospectiva cifras numéricas, que se midieron mediante un instrumento de corte transversal. Los datos fueron procesados por el software estadístico GNU PSPP 1.2.0 para su análisis; los datos fueron tabulados y graficados con Microsoft Excel. 1. Distribución por género, edad y nacionalidad de los participantes Se realizó la distribución de la muestra por género en femenino y masculino y la nacionalidad de los participantes (Tabla 4). Tabla 4: Característica de la muestra. 44 Característica N (frecuencia) Porcentaje Género Femenino 82 44,3 Masculino 103 55,7 Nacionalidad Chilena 180 97,3 Argentina 2 1,1 Mexicana 2 1,1 Venezolana 1 0,5 A continuación, el gráfico 1 muestra la edad de los participantes en dos rangos etarios de 4 a 7 años y de 8 a 13 años. Gráfico 1: Proporción según rango etario 45 2. Presencia del reporte de rechinamiento nocturno informado por terceros. Se analizó la presencia de rechinamiento nocturno informado por terceros durante la pandemia, donde se obtuvo que un 76,2% (n=141) manifestó reporte de rechinamiento nocturno (gráfico 2). Gráfico 2: Reporte de rechinamiento nocturno según rango etario 46 2.1 Frecuencia y síntomas del reporte de rechinamiento nocturno También se analizó la frecuencia con que rechinaron los dientes las niñas(os) donde 27% (n=50) rechino a menudo, el 14,6% (n=27) rechino muy a menudo y el 14,1% (n=26) rechino continuamente (gráfico 3). Gráfico 3: Frecuencia de rechinamiento nocturno. 47 Los participantes reportaron que un 21,6% (n=39) de las niñas(os) despertó con dolor en la mandíbula y un 17,3% (n=32) tal vez despertó con dolor en la mandíbula, mejillas y/o dolor de cabeza. (gráfico 4) Gráfico 4: Sintomatología matutina 48 3. Situaciones de estrés en pandemia Las niñas(os) que tuvieron situaciones de estrés durante la pandemia corresponden a un 42,7% (n=79), en el gráfico 5 se observa según los rangos etarios. Gráfico 5: Presencia de estrés en cuarentena 49 Dentro de las situaciones que los estresan encontramos que un 48% (n=89) se estresa con situaciones vividas durante la pandemia como no poder salir a jugar, estar encerrado, clases on line, etc. (Tabla 5). Tabla 5: Situaciones estresantes para las niñas(os) 50 N (frecuencia) Porcentaje Sin situaciones estresantes 77 41,7 Encierro por pandemia 39 21 Clases en línea 27 14,6 No hacer lo que el niño quiere 18 9,7 Exceso de TV 6 3.2 Problemas familiares 5 2,7 Peleas con hermanos 5 2,7 TEA + estrés pandemia 4 2,2 Jugar o interacción social 3 1,6 Dormir solo 1 0,5 4. Uso de pantallas y cantidad de horas frente a ellas. El 99,5% (n=184) de la muestra contestó que usa pantallas. Se analizó la cantidad de veces que usan las pantallas a la semana donde el 82,7% (n=153) usa pantallas todos los días y un 62% (n=115) pasa 4 horas o más al día frente a las pantallas. Se observó el aumento de utilización de pantallas por las cuarentenas obligatorias donde un 88,6% (n=164) tuvo un aumento de utilización de pantallas (Tabla 6). 51 Tabla 6: Utilización de pantallas* *Se consideró el uso, las veces a la semana y horas diarias en el que utilizaron las pantallas y si su uso se incrementó por la actual crisis sanitaria, en las niñas/os del estudio . 52 N (Frecuencia) Porcentaje Usa pantallas no 1 0,5 si 184 99,5 Veces a la semana que usa pantallas 1 vez a la semana 1 0,5 2 a 3 veces a la semana 6 3,2 4 o más veces a la semana 25 13,5 Todos los días 153 82,7 Horas diarias frente a pantallas Bajo riesgo 70 37,8 Riesgoso 115 62,2 ¿En qué momento el niño/a utiliza pantallas? 1 momento 39 21,1 2 momentos 64 34,6 3 momentos 50 27,0
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