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Prevalencia de Cáncer de Tiroides por Exposición a Radiación Ionizante en Tecnólogos del 
Área de Radiología Clínica. Revisión Bibliográfica. 
 Jimena Catalina Roa Hernández 
Universidad Distrital Francisco José de Caldas 
 
 
 
 
 
 
 
 
Notas del Autor 
Jimena Catalina Roa Hernández, Especialización Higiene Seguridad y Salud en el Trabajo, 
Universidad Distrital Francisco José de Caldas 
Director de Proyecto, Ingeniero Jaime Antonio Benítez Forero 
Bogotá DC 
2020 
 
 
ii 
 
Agradecimientos 
Quiero agradecer primero que todo a Dios por todas las bendiciones, por ser mi guía y 
acompañarme en el transcurso de mi vida, brindándome paciencia y sabiduría para culminar con 
éxito mis metas propuestas a mis padres que me dieron un ejemplo de trabajo y honestidad y a 
mi esposo Rafael por su apoyo y paciencia. 
Expreso un profundo agradecimiento al Ingeniero Jaime Antonio Benítez Forero por su 
tiempo, dedicación, orientación, sus valiosos aportes, múltiples sugerencias y consideraciones 
para corregir el manuscrito final, quien fue de gran ayuda para culminar esta meta propuesta. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
iii 
 
Tabla de contenido 
Capítulo 1 Introducción ........................................................................................................................... 1 
Capítulo 2 Preguntas de Investigación .................................................................................................... 3 
Capítulo 3 Planteamiento del problema ................................................................................................... 4 
Capítulo 4 Objetivos ............................................................................................................................... 5 
Objetivo General ............................................................................................................................. 5 
Objetivos Específicos ...................................................................................................................... 5 
Capítulo 5 Metodología ........................................................................................................................... 6 
Descripción del proceso ................................................................................................................... 6 
Estrategias utilizadas para buscar la evidencia ................................................................................ 6 
Motores de búsqueda ...................................................................................................................... 6 
Proceso para la seleccionar, revisar y resumir la evidencia ............................................................... 7 
Capítulo 6 Marco teórico ........................................................................................................................ 8 
Cáncer de Tiroides ........................................................................................................................... 8 
Clasificación del carcinoma tiroideo ................................................................................................. 9 
Factores de riesgo.......................................................................................................................... 10 
Radiación ionizante........................................................................................................................ 10 
Tipos de radiación ionizante .......................................................................................................... 11 
Efectos directos de la radiación ionizante ...................................................................................... 14 
Límites de radiación ionizante ....................................................................................................... 16 
Otros factores de riesgo diferentes a radiación ionizante ............................................................... 18 
Manifestaciones clínicas ............................................................................................................... 20 
Diagnóstico .................................................................................................................................... 20 
Capítulo 7 Resultados ............................................................................................................................ 24 
Capítulo 8 Conclusiones ......................................................................................................................... 29 
Capítulo 9 Recomendaciones ................................................................................................................ 31 
 
Referencia Bibliográfica ......................................................................................................................... 32 
 
 
 
iv 
 
Lista de Tablas 
Tabla 1 Factores de riesgo de cáncer de tiroides .............................................................................. 10 
Tabla 2 Recomendaciones y límites de radiación para el operador de sala ....................................... 16 
Tabla 3 Clasificación TIRADS........................................................................................................... 21 
Tabla 4 Clasificación Bethesda ......................................................................................................... 23 
 
Lista de Figuras 
Figura 1 Partículas emitidas por las sustancias radiactivas .............................................................. 11 
Figura 2 Fuente de radiación ionización natural y artificial .............................................................. 15 
Figura 3 Capacidad de las partículas ionizantes para atravesar la materia ....................................... 17 
Figura 5 Nódulo tiroideo ................................................................................................................... 20 
Figura 6 Biopsia de nódulo tiroideo................................................................................................... 22 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
 
Capítulo 1 
Introducción 
La neoplasia es una de las tres principales causas de muerte en Colombia. Según la 
morbilidad y mortalidad estimadas por el Instituto Nacional de Cancerología durante el periodo 
2007 a 2011, a excepción del cáncer de piel, la tasa de incidencia anual para todos los cánceres 
fue de 151.5 por cada 100,000 personas en hombres y 146.6 en mujeres. En los hombres, las 
ubicaciones principales están en orden descendente: próstata, estómago, pulmón, colon, recto, 
ano y linfoma no Hodgkin, en las mujeres: mama, cuello uterino, colon, recto, ano, estómago y 
tiroides. (Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, 2018) 
El cáncer ocupacional en la actualidad es una preocupación a nivel mundial generada por la 
exposición desmedida a productos químicos, agentes físicos y a radiación ionizante. La 
incidencia del cáncer de tiroides ha aumentado continuamente en las últimas tres décadas en todo 
el mundo, siendo el décimo sexto cáncer más frecuente, con cerca de 298,000 casos nuevos 
diagnosticados en 2012 (2% del total). (Vargas Uricoechea, Herrera Chaparro, Meza Cabrera, & 
Agredo Delgado, 2015) 
En Colombia, el Instituto Nacional de Cancerología y el Ministerio de Salud concluyen que la 
salud ocupacional se ha discutido durante décadas, pero el trabajo ha sido deficiente para 
recopilar información sobre cáncer en el entorno laboral a pesar del notable aumento de la 
patología neoplásica y tiroidea en todo el mundo, donde Colombia está en el grupo de países con 
la mayor incidencia de cáncer de tiroides, teniendo en cuenta que dentro de sus factores de riesgo 
se encuentra la radiación ionizante, la cual se ha venido utilizando cada vez más en el sector 
salud (Rayos X) en la minería, entre otras. (SIVECAO, 2016)2 
 
Teniendo en cuenta lo anterior, el objetivo es realizar una revisión de la literatura para 
comprender la prevalencia del cáncer de tiroides en trabajadores del área de radiología expuestos 
a radiación ionizante a través de estudios científicos publicados, estadística aportada por el 
Instituto Nacional de Cancerología, informes e investigaciones laborales realizadas en el país. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
Capítulo 2 
Preguntas de Investigación 
1. ¿Cuál es la prevalencia de cáncer de tiroides en Colombia? 
2. ¿Qué relación existe entre el cáncer de tiroides y la radiación ionizante en el ámbito laboral? 
3. ¿Qué tipo de radiación ionizante tiene relación con el cáncer de tiroides en el personal 
expuesto? 
4. ¿Es considerado el cáncer de tiroides una enfermedad laboral? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
Capítulo 3 
Planteamiento del Problema 
En Colombia, los casos de cáncer de tiroides aumentan año tras año, por lo que es importante 
identificar los principales factores de riesgo, donde a nivel ocupacional la radiación ionizante 
juega un papel muy importante debido a su relación con esta enfermedad. Las enfermedades 
laborales estipuladas por el Decreto 1477 de 2014 del Ministerio de Trabajo no incluyen esta 
patología como enfermedad laboral, por lo tanto, es crucial determinar si la relación entre la 
exposición a radiación ionizante y la presencia de cáncer de tiroides es representativa en las 
personas expuestas laboralmente a esta radiación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
Capítulo 4 
Objetivos 
Objetivo General 
Reconocer la prevalencia de cáncer de tiroides relacionado con exposición a radiación 
ionizante en técnicos del área de radiología clínica. 
Objetivos Específicos 
1. Reconocer la epidemiologia del cáncer de tiroides en la población Colombiana y sus 
factores de riesgo más relevantes 
2. Identificar la relación entre el cáncer de tiroides y la exposición a radiación ionizante. 
3. Reconocer la prevalencia del cáncer de tiroides a causa de exposición a radiación 
ionizante en técnicos de radiología en los últimos 30 años identificados en estudios médico-
científicos y por el Instituto Nacional de Cancerología. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
Capítulo 5 
Metodología 
Descripción del proceso: 
Con base en la formulación de una serie de preguntas, que surgieron haciendo una relación 
entre el cáncer de tiroides con el agente físico involucrado, sus efectos secundarios en humanos, 
población objeto y ambiente laboral, se toma la iniciativa de buscar evidencia científica para 
responder las preguntas de investigación elaboradas y así también poder construir el marco 
teórico de nuestro estudio. Después de concretar las preguntas de investigación, se inicia la 
búsqueda activa de la evidencia disponible para cada pregunta. 
Estrategias utilizadas para buscar la evidencia: 
Términos de la búsqueda (cruzados contra el término “cáncer de tiroides”): exposición 
(ocupación), prevalencia, radiación, genética, vigilancia. 
Motores de búsqueda: 
• PubMed: Medline. 
• Free Access Journals: New England Journal of Medicine, Revista de Endocrinología Clínica 
y Metabolismo. 
• Access Medicina. 
• Scientific Electronic Library Online (SciELO) 
Se buscaron artículos en inglés y español, que aplicara para ambos sexos, con edades entre 19 
y 44 años, con fecha de publicación menor a 10 años y textos completos. Se realizó una revisión 
preliminar del título y del resumen de cada artículo, seleccionando aquellos que respondieran las 
preguntas de investigación, complementándolo con información aportada por libros de la web, 
7 
 
legislación Colombiana y epidemiología, reportados por entidades públicas y de salud como el 
Ministerio de Trabajo, el Instituto Nacional de Cancerología y revistas médicas. 
Se obtuvo un total de 10 artículos, los cuales comprendían estudios transversales, 
observacionales, descriptivos y retrospectivos. 
Proceso para seleccionar, revisar y resumir la evidencia: 
Se toman los artículos obtenidos después de aplicar todos los filtros del motor de búsqueda. 
Cada artículo se analiza y clasifica según su nivel de evidencia especialmente 3 o 4, se hace una 
síntesis de cada uno, teniendo en cuenta las preguntas de investigación para cumplir el objetivo 
del estudio. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
Capítulo 6 
Marco teórico 
 Cáncer de Tiroides 
La tiroides es un órgano endocrino ubicado en el tercio anterior e inferior del cuello, cuya 
función principal es secretar hormonas tiroideas, mantener el equilibrio metabólico en los tejidos 
y lo más importante, regular el calcio por medio de una cascada bioquímica a través de la 
interacción de hormonas producidas por la tiroides y la adenohipófisis. (Delgado Delgado, 
2016) 
Los nódulos tiroideos son la enfermedad tiroidea más común y su incidencia aumenta con la 
edad. En la mayoría de los casos, las afecciones glandulares benignas o malignas deben 
diagnosticarse de manera diferencial. (González López, Zafón Llopis, & Roca Bielsa, 2016) 
La patología neoplásica está relacionada con una serie de factores genéticos y ambientales que 
cambian el control de la proliferación y diferenciación celular, sin embargo, el cáncer de tiroides 
es una patología sin una causa clara. En los trabajadores de la industria minera y nuclear se han 
reportado casos demostrando que la radiación ionizante es un factor de riesgo para desarrollar la 
enfermedad. Los tumores bien diferenciados representan el 85-90% del cáncer de tiroides y 
generalmente aparecen en forma de nódulos asintomáticos. Entre las mujeres de 41 a 50 años, su 
prevalencia es mayor, progresa lentamente y rara vez tiene una invasión metastásica distante; el 
cáncer de tiroides papilar es el más común y su pronóstico es bueno. Sin embargo, el cáncer 
anaplásico es la forma más agresiva de estos tumores malignos y el mieloide es raro (10%), pero 
debido a sus características biológicas, se necesita más atención clínica. (Gómez Sáez, 2010) 
 
 
9 
 
Clasificación del carcinoma tiroideo 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) divide los tumores de tiroides en cuatro grupos 
(papilar, folicular, medular e indiferenciado), de los cuales el carcinoma papilar de tiroides es el 
tipo más común, aproximadamente 8 de cada 10 pertenece a este tipo histológico (Delgado 
Delgado, 2016) 
1. Cáncer papilar de tiroides: es el más común y se considera que tiene un pronóstico 
muy bueno. Ocurre en el 80-85% de los casos y tiende a diseminarse a través de la vía 
linfática en menor medida por vía hematógena, rara vez se presenta metástasis distal, 
principalmente a los pulmones y los huesos. 
2. Cáncer folicular: es la segunda en incidencia, ocurre en el 15% de los casos y tiende a 
diseminarse por vía hemática, causando metástasis en los huesos y los pulmones. En el 
sistema nervioso central, la metástasis a los ganglios linfáticos es rara; 
histológicamente es mono focal, encapsulado y muestra invasión de la cápsula y los 
vasos sanguíneos. (Delgado Delgado, 2016) 
3. Cáncer anaplásico: ocurre en el 1-2% de los pacientes, son agresivos e invaden 
rápidamente los tejidos cercanos, principalmente en mujeres mayores de 60 años; son 
desfavorables, la mayoría de los pacientes mueren a los 6 meses después de realizado 
el diagnóstico. (Smallridge, y otros, 2012) 
4. Carcinoma medular: representa el 5-10% de los casos, se origina en células C, puede 
reducir la calcitonina y se caracteriza por la mutación de la línea germinal del proto-
oncogén RET en el síndrome MEN2. Principalmente secretan calcitonina y antígenos 
carcinoembrionarios y pueden usarse como marcadores tumorales. (Delgado Delgado, 
2016) 
10 
 
Factores de riesgo 
Los diferentes tipos histológicos de cáncer de tiroides tienen varios patrones de 
comportamiento, como autoinmunidad, obesidad, mayoresoportunidades para que las personas 
se sometan a exámenes y tratamientos radiológicos, mutaciones genéticas, cambios en la ingesta 
de yodo y el ambiente cancerígeno. (Zhu, y otros, 2009) 
Tabla 1 Factores de riesgo de cáncer de tiroides 
 
FACTORES DE RIESGO 
FACTORES FUENTE 
Exógenos 
Rayos X Estudios diagnósticos (TC, Rx dental) 
Radioterapia terapéutica 
I 
131
 Procedimientos de medicina nuclear 
Accidentes nucleares 
Yodo Dieta 
Profilaxis con yodo 
Actividad volcánica Carcinógenos aún no descubiertos 
Nitratos Agua y dieta 
Contaminantes 
ambientales 
Carcinógenos aún no descubiertos 
Ocupación laboral 
Endógenos 
TSH 
Tiroiditis autoinmunitaria 
Obesidad e 
insulinorresistencia 
 
Determinantes genéticos 
Nitratos 
Nota. Elaboración propia 
 
Radiación ionizante 
La radiación ionizante es la energía transportada por varios tipos de partículas y rayos 
emitidos por materiales radiactivos, equipos de rayos X y elementos combustibles en reactores 
11 
 
nucleares. La radiación ionizante incluye partículas alfa, partículas beta, rayos X y rayos gamma. 
Las partículas alfa y beta son esencialmente pequeños fragmentos de átomos que se mueven 
rápidamente. Los rayos X y los rayos gamma son tipos de radiación electromagnética, estas 
partículas y rayos tienen una cantidad de energía tan grande que pueden reemplazar los 
electrones en las moléculas (como el agua, las proteínas y los ácidos nucleicos) que interactúan 
con ellas. Este proceso se conoce con el nombre de ionización, y el nombre de radiación 
ionizante proviene de esto. (Gallego Díaz, 2010) 
Tipos de radiación ionizante 
Los tres principales tipos de radiación ionizante se denominan radiación alfa, beta y gamma. 
Figura 1 Partículas emitidas por las sustancias radiactivas 
 
 
 
 
 
 
 
Nota. Elaboración propia 
1. Radiación alfa (o partículas alfa). Es una partícula compuesta por dos protones y dos 
neutrones que se mueven muy rápido, por lo que tiene mucha energía cinética o 
energía motora. Cuando una partícula alfa está cerca de un átomo, excita sus 
electrones y puede eliminar electrones del átomo, formando así el proceso de 
ionización. Es una partícula compuesta de dos protones y dos neutrones, se mueven 
muy rápido, por lo que tienen mucha energía cinética o energía motora. Cada vez que 
Partícula alfa 
 Partícula beta 
 
Rayo gamma 
12 
 
ocurre la ionización, las partículas alfa pierden algo de energía y velocidad. Debido a 
la gran masa y carga, las partículas alfa ionizarán fuertemente el tejido. Si las 
partículas alfa provienen de materiales radiactivos fuera del cuerpo, perderá toda su 
energía antes de pasar a través de la capa más externa de la piel. Esto significa que la 
radiación alfa es absorbida generalmente por el cuerpo humano al inhalar o ingerir 
alimentos o agua contaminados. Una vez dentro del cuerpo, esta sustancia radioactiva 
puede mezclarse con el contenido del estómago y los intestinos, ingresar al torrente 
sanguíneo, a una molécula y finalmente depositarse en los huesos y otros tejidos. 
2. Radiación beta (o partículas beta). Las partículas beta son electrones de alta energía 
que algunos materiales radiactivos emiten cuando se convierten. Las partículas beta se 
forman dependiendo del material radiactivo que las produjo. Como resultado, tendrán 
una carga positiva o negativa. La mayoría de las partículas beta están cargadas 
negativamente. Son mucho más ligeros que las partículas alfa y tienen una penetración 
más fuerte. Su penetración depende de su energía. La mayoría de las personas tienen 
suficiente energía para penetrar la capa externa de la piel e iluminar el tejido 
subyacente. Cuando la partícula beta excita e ioniza los átomos encontrados en el 
camino, perderá energía. Cuando ha agotado toda la energía cinética, las partículas 
beta se convertirán en electrones ordinarios y no tendrán efecto en el cuerpo humano. 
Una partícula beta positiva (positrón) colisiona con electrones cargados negativamente 
y cercanos, y el par electrón / positrón se convierte en un par de rayos gamma 
llamados radiaciones de extinción que pueden interactuar con otras moléculas en el 
cuerpo. 
13 
 
3. Radiación gamma (o rayos gamma). A diferencia de la radiación alfa y beta, la 
radiación gamma no son partículas, sino rayos. Es una luz que no puede ver, como 
ondas de radio, luz infrarroja, rayos ultravioleta y rayos X. Cuando los átomos 
radiactivos se convierten emitiendo partículas alfa o beta, también puede emitir uno o 
más rayos gamma para liberar exceso de energía. Los rayos gamma son paquetes de 
energía sin carga ni masa. Esto les permite viajar largas distancias en el aire, tejidos 
corporales y otros materiales. Se mueven mucho más tiempo que las partículas alfa o 
beta, por lo que la fuente de rayos gamma no necesita estar en el cuerpo o cerca de la 
piel. La fuente de rayos gamma puede estar relativamente lejos, por ejemplo, en forma 
de materiales radiactivos, materiales de construcción cercanos en el suelo o en el 
asfalto. Los rayos gamma pueden atravesar el cuerpo humano sin entrar en contacto 
con ningún objeto, o pueden chocar con un átomo y darle al átomo toda o parte de su 
energía. Por lo general, esto elimina los electrones de los átomos y los ioniza. Como 
los rayos gamma son energía pura, una vez que se pierde toda la energía, ya no existe. 
(Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, 1999) 
4. Rayos X: son radiaciones electromagnéticas, lo mismo que los rayos gamma. La 
diferencia entre los rayos X y los rayos gamma es su origen. Los rayos gamma se 
originan en los núcleos atómicos, mientras que los rayos X se originan en la 
interacción entre los electrones. Después de que se descubrieron los rayos X 
fabricados por Roentgen en 1895, se introdujeron rápidamente en los campos médico 
y científico para diagnosticar y tratar enfermedades, sin embargo, debido a la 
exposición excesiva de los primeros radiólogos a la radiación, comenzaron a notar 
ciertas alteraciones. No conocían los riesgos de exposición prolongada, como las 
14 
 
reacciones cutáneas en las manos, y documentaron los primeros cánceres atribuidos a 
la radiación. (Cherry, 2013) 
Efectos directos de la radiación ionizante 
A pesar de existir una legislación sobre radiación ionizante en Colombia, la mayoría del 
personal expuesto ocupacionalmente no es consciente de esto. Esta es la razón por la cual 
algunas agencias del departamento de salud descuidan las responsabilidades con los trabajadores 
(sistema de seguridad, elementos de protección personal, mantenimiento preventivo y correctivo 
de equipos de emisión de radiación ionizante). (Gómez Gómez & Pico Melo, 2013) 
Para determinar el efecto directo de la radiación, una persona debe tener aspectos muy 
importantes, incluida la dosis (efecto carcinogénico) que el individuo recibe en una parte 
específica o en varias partes del organismo, para poder determinar el efecto en los tejidos u 
órganos. Con el conocimiento a priori de los efectos secundarios de la exposición a la radiación 
ionizante, está claro que las actividades que involucran dosis de radiación y protección contra la 
radiación deben controlarse para evitar efectos importantes en la salud y limitar la posibilidad de 
efectos negativos. (Gallego Díaz, 2010) 
En las últimas dos décadas, se han planteado algunos problemas particularmente relevantes 
con respecto al desarrollo de tumores por radiación, entre ellos, la inestabilidad genómica 
describe el siguiente fenómeno: la radiación puede no causar mutaciones celulares, pero puede 
aumentar el riesgo en las células de su progenie. Las anomalías cromosómicas u otras 
mutaciones ocurrirán después de la generación. La conclusión de que este efecto no se debe a los 
cambios repentinos causados por la radiación ya que se ve reforzada por un fenómenollamado 
efecto espectador, donde se observa inestabilidad genómica en la progenie de células no 
irradiadas adyacentes a las células irradiadas, lo que indica que hay inestabilidad en la 
15 
 
transmisión de fluidos corporales. Estas observaciones no reemplazan el papel de las mutaciones 
directas de ADN inducidas por la radiación en la carcinogénesis secundaria. (Williams, 2009) 
En una revisión no sistemática de la literatura realizada por un panel de expertos en 
cardiología intervencionista y hemodinámica de la Universidad CES de Medellín en 2018 
descubrieron que en el campo médico las áreas más expuestas a radiación son los involucrados 
con radiología, ortopedia, cardiólogos intervencionistas y sus asistentes, son los trabajadores que 
más radiación ionizante reciben durante su jornada laboral. (Badel, Rico Meza, Gaviria, Arango 
Isaza, & Henández Chica, 2018) 
Figura 2 Fuente de radiación ionización natural y artificial 
 
Nota. Recuperado de “Radiación ionizante: revisión de tema y recomendaciones para la 
práctica” Aníbal E. Badel, Juan S. Rico-Mesa, María C. Gaviria, Daniela Arango-Isaza y César 
A. Hernández Chic, 2018, Revista Colombiana de Cardiología, vol. 25 
 
 
16 
 
Límites de radiación ionizante: 
También hay algunas recomendaciones y restricciones para los operadores y el personal de la 
sala, por ejemplo: usando dos dosímetros al mismo tiempo, uno debajo del delantal, en la 
mayoría de los casos, captando la dosis efectiva y el otro fuera del delantal en el cuello (lado 
izquierdo), que puede estimar la radiación recibida por la cabeza y los ojos. 
“Desafortunadamente esta recomendación no se lleva a cabo con frecuencia en la práctica 
diaria, en parte por el temor del especialista a ser retirado temporalmente de la sala en caso de 
exceder el límite de radiación y en otras oportunidades porque no están convencidos de su 
valor”. (Badel, Rico Meza, Gaviria, Arango Isaza, & Henández Chica, 2018) 
 
Tabla 2 Recomendaciones y límites de radiación para el operador de sala 
 
LÍMITE DOSIMÉTRICO PARA EXPOSICIÓN OCUPACIONAL 
Cantidad de dosis: Dosis efectiva 
Límite de dosis ocupacional 20 mSv por 
año promediado por cinco años consecutivos 
(100 mSv en 5 años), y 50 mSv en algún año 
individual. 
Dosis equivalente en: Lentes del ojo 
Dosis equivalente al cristalino de 150 mSv 
en un año 
Piel* 500 mSv en un año 
Extremidades 500 mSv en un año 
*Promedio por 1cm
2 
 de las áreas de piel más irradiadas. Modificada de las 
recomendaciones del ICRP 
Nota. Recuperado de “Resolución 18 - 1434 de 2002” Ministerio de Minas y Energía, 
anexo 1, p. 91. 
17 
 
Los trabajadores de radiología se verán afectados por la radiación emitida por los equipos de 
tomografía y de rayos X convencionales, que emiten fotones que pueden penetrar la materia 
como la ropa, la piel, los órganos y requieren de una barrera de plomo para detenerlos. (Foro de 
la Industria Nuclear) 
 
Figura 3 Capacidad de las partículas ionizantes para atravesar la materia 
 
 Nota. Recuperado de “Teoría sobre las radiaciones ionizantes y no ionizantes” Foro de la 
industria nuclear española. Rincón educativo.org/ 
 
El Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones 
Atómicas (UNSCEAR) y la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) “ha 
recomendado desde 1990 reducir en un 60% los límites máximos de dosis de radiación para el 
personal ocupacionalmente expuesto, indicando la importancia de controlar cuantitativamente 
las dosis efectivas recibidas por los trabajadores, a fin de lograr la máxima seguridad durante el 
empleo de las radiaciones ionizantes.” (Profesionales en Salud Ocupacional LTDA., 2000) 
18 
 
En el país realizaron una serie de encuestas a un grupo de ARL para describir los factores de 
riesgo de los proveedores de servicios médicos en las áreas de radiología; de las 15 ARL 
existentes en ese momento, 12 informaron tener a su cargo proveedores relacionados con 
radiación, de los cuales Cundinamarca fue el departamento con mayor registro, representando el 
22.4%, seguido por Antioquia (10.8%), Cauca (4.4%), los departamentos restantes son 20.5%, y 
la proporción de ubicaciones geográficas desconocidas es 38.4%. Esta información no refleja la 
situación real en el país, porque algunos departamentos no informan a ningún prestador o pueden 
no tener ningún prestador de servicios y no estar afiliado a un sistema de riesgo profesional. 
Según el número de total de trabajadores expuestos capacitados en protección radiológica son 
1,322 de los cuales los odontólogos representan el 53.6%, el personal de ayudas diagnosticas de 
radiología dental y médica representan el 20.9%, y los técnicos representan el 24.7% y solo el 
0.7% son médicos, bacteriólogos y enfermeras. (Profesionales en Salud Ocupacional LTDA., 
2000) 
A pesar del aumento de la morbilidad, la mortalidad por cáncer de tiroides sigue siendo baja y 
estable, lo que puede deberse al diagnóstico precoz (tumores pequeños y etapas tempranas) y, sin 
duda, a una mejora significativa en el tratamiento y el seguimiento. 
Otros factores de riesgo diferentes a radiación ionizante 
1. Yodo y bocio endémico 
La deficiencia de yodo provoca un aumento de la hormona estimulante de la tiroides (TSH), 
que es el mayor estímulo para el crecimiento de las células foliculares. En los animales, se ha 
demostrado que el desarrollo de cáncer de tiroides aumenta en ausencia de dicha estimulación 
durante un largo período de tiempo. Varios estudios han demostrado que la deficiencia de yodo 
puede afectar el tipo de neoplasia tiroidea que se está desarrollando. Por lo tanto, el cáncer 
19 
 
folicular es dominante en áreas con deficiencia de yodo, y el cáncer papilar es dominante en 
áreas con deficiencia de yodo. 
2. Enfermedades tiroideas previas 
Los niveles de TSH pueden afectar el desarrollo del cáncer de tiroides. Un estudio reciente en 
análisis uni y multivariado mostró que los pacientes con altas concentraciones de TSH tenían alto 
riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. (Haymart, y otros, 2008) 
La tiroiditis autoinmune crónica es la causa más común de hipotiroidismo primario en el 
mundo. En las últimas décadas, su incidencia también ha aumentado con el aumento de la 
ingesta de yodo. Aunque la tiroiditis autoinmune puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides 
debido a las mayores concentraciones de TSH y al proceso desencadenante en sí. (Repplinger, 
Bargren, Zhang, Adler, Haymart, & Chen, 2017) 
3. Determinantes genéticos 
El componente genético es particularmente importante en el carcinoma medular de tiroides, 
porque aproximadamente un tercio de los casos están relacionados con el síndrome genético 
autosómico dominante hereditario (tumor endocrino múltiple tipo 2 y carcinoma medular 
familiar). En la mutación es responsable el oncogén RET. En los tumores de tiroides 
diferenciados, el componente genético se ha descrito en el 3% al 6% de los casos y está 
relacionado con ciertas enfermedades genéticas (como el síndrome de Cowden y la poliposis 
adenomatosa familiar). (Navarro González & Guerrero Vásquez, 2019) 
A pesar del aumento de la morbilidad, la mortalidad por cáncer de tiroides sigue siendo baja y 
estable, lo que puede deberse al diagnóstico precoz (tumores pequeños y etapas tempranas) y, sin 
duda, a una mejora significativa en el tratamiento y el seguimiento. 
 
20 
 
Manifestaciones clínicas 
Se manifiesta clínicamente como un nódulo aislado, que está relacionado o no con los 
síntomas del hipotiroidismo, y rara vez se asocia con hipertiroidismo (1%); generalmente es 
asintomático en su etapa inicial. Y solo en los casos avanzados de la enfermedad, generalmente 
causa síntomas relacionados con su crecimiento como cambios en el sonido, disfonía, disfagia o 
hemoptisis. (Cooper, y otros, 2006) 
 
Figura 4 Nódulo tiroideoNota. Elaboración propia 
Diagnóstico 
Para el paciente con nódulos tiroideos, es esencial un historial médico completo, ocupación y 
examen físico. También es aplicable a pacientes que tienen masas en el cuello o llevan un 
informe de imágenes que reportan los nódulos como hallazgo incidental. En particular, lo más 
importante es determinar la exposición a radiación, los antecedentes de linfoma, los antecedentes 
familiares de tiroides papilar o tiroides medular. Para todos los pacientes con nódulos tiroideos 
confirmados por ecografía, los siguientes criterios se consideran útiles para el diagnóstico de 
tumores: 
21 
 
 Microcalcificación (sensibilidad 26% a 59%, especificidad 86% a 95%). 
 Tamaño superior a cuatro centímetros; en estos casos, se recomienda tratamiento 
quirúrgico desde el principio para hacer un diagnóstico histológico completo de la lesión, 
ya que el riesgo de tumores malignos puede llegar al 20%. 
 Nódulo hipervascularizado (sensibilidad 54% a 74%, especificidad 79% a 81%). 
 Bordes irregulares o micro-lóbulos (sensibilidad del 17% al 78%, especificidad del 39% 
al 85%). 
 Baja ecogenicidad (sensibilidad 27% a 87%, especificidad 43% a 94%). 
 Componente sólido (sensibilidad 69% a 75%, especificidad 53% a 56%). 
La presencia de dos o más de estas características aumenta el riesgo de cáncer de tiroides. 
Estos hallazgos no son diagnóstico, pero sirven de guía para decidir si se necesitan biopsia 
por aspiración o no. (Anda & Ernag, 2016) 
Existe una clasificación que incorpora el protocolo anterior, llamada clasificación 
TIRADS, que se ha propuesto para estandarizar el informe final de ultrasonido en los 
estudios de nódulos tiroideos. 
 
Tabla 3 Clasificación TIRADS 
CLASIFICACIÓN DESCRIPCIÓN 
PROBABILIDAD DE 
MALIGNIDAD 
TIRADS 1 Glándula tiroidea normal 
TIRADS 2 Condición benigna 0% 
TIRADS 3 
Nódulo probablemente 
benigno 
< 5% 
22 
 
TIRADS 4 
Nódulo sospechoso 
5- 8% 
TIRADS 4 a 5-10% 
TIRADS 4 b 10-80% 
TIRADS 5 
Nódulo probablemente 
maligno 
Más de 80% 
TIRADS 6 Incluye diagnóstico de malignidad por biopsia 
Nota. Recuperado de “Clinical management protocol for thyroid nodule “, Anda E, Ernaga A. 
Revista Clínica Española, 2016, vol. 216. 
 
Idealmente, la punción tiroidea con aguja fina o ACAF se debe realizar bajo guía de 
ultrasonido y citología, porque este método tiene una mayor sensibilidad y ha demostrado que 
reduce la cantidad de falsos negativos, principalmente en componentes mixtos o complejos. Este 
es un método para extraer células tiroideas de los nódulos para el análisis correspondiente, y se 
ha convertido en la prueba de elección para el diagnóstico y el tratamiento de los nódulos 
tiroideos. (González, Restrepo Giraldo, Alzate Monsalve, Vélez, & Gutiérrez Restrepo, 2012) 
Figura 5 Biopsia de nódulo tiroideo 
 
Nota. Elaboración propia 
23 
 
El Sistema Bethesda (TBS) fue desarrollado por el National Cancer Institute in the United 
States y proporciona información más detallada a través de la clasificación citológica de las 
lesiones, de la siguiente manera: 
Tabla 4 Clasificación Bethesda 
EL SISTEMA BETHESDA (TBS) 
I No diagnóstico o Insatisfactorio 
II Benigno 
III 
Atipia de significado indeterminado o 
Lesión folicular de significado indeterminado 
IV 
Neoplasia folicular o Sospechoso de 
Neoplasia folicular 
V Sospechoso de malignidad 
VI Maligno 
Nota. Recuperado de “The Bethesda System for Reporting Thyroid Fine-Needle Aspiration 
Specimens “Stefano Crippa, MD , Luca Mazzucchelli, MD, American Journal of Clinical 
Pathology, 2010, vol. 134. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 
Capítulo 7 
Resultados 
Se ha comprobado en algunas actividades económicas la exposición laboral a radiaciones 
ionizantes como en la minería, la fabricación y uso de equipos de rayos X, radiografía industrial 
en la que utilizan equipos de rayos X u otras fuentes de emisión de rayos gamma, plantas de 
producción de radioisótopos, personal de salud entre otros. 
Incidencia y prevalencia de cáncer de tiroides en Colombia 
El cáncer de tiroides es el tumor endocrino más común en el mundo, el sexto cáncer más 
frecuente en la población general y el quinto entre las mujeres. La tasa de incidencia global en 
2014 se estima en 6.1 por 100,000 mujeres. Colombia ocupa el segundo lugar en prevalencia de 
cáncer de tiroides, solo superado por Ecuador. Entre 2007 y 2011, la tasa de incidencia fue de 9,4 
casos por cada 100.000 mujeres, ocupando el quinto lugar en esta población y considerado el 
cáncer más común. (Hernández Florez, 2018) 
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó a la radiación 
ionizante como un “carcinógeno” y en la legislación de nuestro país en el decreto 2090 de 2003 
considera a las radiaciones ionizantes en general como “actividades de alto riesgo para la salud 
del trabajador.” (Ministerio de Protección Social, 2003) 
Relación entre cáncer de tiroides y exposición a radiación ionizante en tecnólogos del 
área de radiología clínica 
En algunos estudios de casos y controles realizados en países como Italia, los Estados Unidos 
y el Reino Unido, se ha determinado la relación entre el riesgo de cáncer de tiroides causado por 
la exposición crónica de los trabajadores a la radiación ionizante en las áreas de radiología (rayos 
25 
 
X, Tomografía y gammagrafías). (Vargas Uricoechea, Herrera Chaparro, Meza Cabrera, & 
Agredo Delgado, 2015) 
Realizaron un estudio prospectivo tomando datos de historias clínicas de los años 
comprendidos entre 1960 y 1997 en la Universidad de Minnesota para evaluar la presencia de 
cáncer de tiroides en relación con la dosis acumulativa de radiación a nivel ocupacional de los 
técnicos de radiología. Obtuvieron un total de 89,897 técnicos (69,481 mujeres, 20,416 
hombres). Realizaron un análisis estadístico para estimar la dosis acumulativa de radiación a los 
5 años de exposición en la glándula tiroides donde determinaron el diagnóstico inicial de 476 
casos de cáncer de tiroides. De estas personas, 470 fueron autoinformadas y 6 fueron incidentales 
(es decir, determinadas mediante la revisión de los registros médicos realizados en el estudio). 
Considerando la proporción de los casos autoinformados, a pesar de estar expuestos tenían 
relación con otros factores de riesgo para neoplasia tiroidea por lo que concluyeron que el riesgo 
de cáncer de tiroides no está relacionado con la dosis acumulativa de radiación ionizante en 
personal laboralmente expuesto. (Kitahara , y otros, 2018) 
Prevalencia de cáncer de tiroides por radiación ionizante 
En Bari, sur de Italia, se realizó un estudio transversal para evaluar la prevalencia de nódulos 
tiroideos entre los trabajadores expuestos a radiación ionizante y compararlos con trabajadores 
no expuestos. La muestra incluyó 304 voluntarios expuestos y 419 no expuestos a quienes se les 
realiza una anamnesis completa de los antecedentes familiares sobre patología tiroidea, examen 
físico exhaustivo, ultrasonido de tiroides, niveles de hormona tiroidea y biopsia por aspiración 
con aguja fina. La diferencia de género entre los dos grupos fue estadísticamente significativa: la 
proporción de hombres expuestos fue del 73,68% y la proporción no expuesta del 47,52%. El 
porcentaje de mujeres expuestas fue del 26,32%, en comparación con el 52,48% no expuesto 
26 
 
durante el mismo período. Dividieron el grupo en 3 subgrupos: el grupo directamente expuesto a 
la radiación (G1), el grupo que trabaja en un entorno de riesgo de radiación, pero no detecta 
radiación (G2), el grupo de sujetos no expuestos (G3). En los grupos G1 y G2, en comparación 
con el grupo G3, la tiroides por ecografía fue reportada como normal. Hubo diferencias 
estadísticamente significativas en cuanto a la aparición de nódulos, especialmente cuando 
comparan G1 o G2 por separado o juntos con G3 donde la prevalencia de nódulos fuemayor en 
el grupo G3. Por el contrario, en poblaciones no expuestas, las mujeres tienen una mayor 
incidencia de tumores incidentales y nódulos, aunque estas diferencias no son estadísticamente 
significativas. Solo una mujer con patología nodular en el grupo no expuesto fue positiva para 
carcinoma papilar. Por lo tanto, en la muestra, la tasa de malignidad de los nódulos es 2.94% (en 
G3). En comparación con otros casos, la dosis de radiación acumulada promedio de pacientes 
con tumores incidentales fue menor (143 µSv IQR 69–1100 µSv). 
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, los autores concluyeron que el estudio 
transversal realizado mostró que la exposición a la radiación ocupacional no aumentó el riesgo 
de nódulos tiroideos, por lo tanto, la enfermedad tiroidea fue estadísticamente significativa entre 
la población no expuesta por lo que un alto porcentaje (22%) de sujetos con antecedentes 
familiares de enfermedad tiroidea tienen más probabilidades de sufrir tal enfermedad. (Trerotoli, 
Ciampolillo, Marinelli, Giorgino, & Serio, 2005) 
Se realizó un estudio de cohorte en técnicos radiólogos de EE.UU, quienes incluyeron a todos 
los técnicos y radiólogos que habían estado registrados y certificados durante al menos 2 años. 
Su objetivo principal era evaluar la relación entre la exposición ocupacional a la radiación 
ionizante y la identificación prospectiva del cáncer de tiroides. Recolectaron datos sobre el 
historial de trabajo en un primer cuestionario y lo usaron como una alternativa a la exposición 
27 
 
ocupacional a la radiación ionizante. Esos años de trabajo como radiólogo constituyeron la base 
principal para evaluar la exposición, teniendo en cuenta que la exposición a la radiación a una 
edad temprana era un determinante importante del desarrollo del cáncer de tiroides relacionado 
con la radiación. Además de años de experiencia en radiología, el tiempo dedicado a realizar 
procedimientos específicos se evaluó como un indicador de exposición. Los criterios de 
inclusión consideraron edad, sexo, índice de masa corporal (IMC), tabaquismo, antecedentes 
tiroideos benignos, tratamiento de rayos X de cabeza y cuello y edad. En la menarquia y paridad 
de mujeres tecnólogas. 
En este estudio, el período de seguimiento fue de 14 años, se dividió en 4 intervalos de igual 
tamaño y se utilizó una serie de cuestionarios para investigar que el trabajador estuviera libre de 
cáncer (2 años después de la certificación), la verificación preliminar de este caso confirmó 134 
casos de cáncer de tiroides incidentales. Mediante el seguimiento se excluyeron 13 pacientes y se 
descubrió que 9 casos no eran cáncer de tiroides, 1 de los cuales se diagnosticó antes de 
completar el primer cuestionario y 3 casos de cáncer se informaron al segundo cuestionario de la 
oficina de investigación después de completar la encuesta. Finalmente, 121 casos de cáncer de 
tiroides se incluyeron en el análisis prospectivo de morbilidad. En 100 de estos casos (82.6%), 
los registros médicos han confirmado el diagnóstico de cáncer de tiroides, y entre los casos 
reportados que han obtenido alguna información de verificación, el valor predictivo positivo es 
91.7%. Entre los casos confirmados, el carcinoma papilar es el principal cáncer histológico 
(83%). 
Cualquier historia reportada de terapia de rayos X de cabeza y cuello se correlaciona 
positivamente con el riesgo de cáncer de tiroides, donde 27 casos de cáncer de tiroides fueron 
diagnosticados previamente con al menos una enfermedad tiroidea benigna previa. El tratamiento 
28 
 
con rayos X y los antecedentes de enfermedad tiroidea benigna pueden predecir claramente el 
riesgo de cáncer de tiroides, pero no está relacionado con la exposición ocupacional, por lo que 
no se incluyó en el modelo final. El cáncer de tiroides no aumenta con su número total de años 
de exposición. ( Alexander, y otros, 2006) 
El accidente en la planta de energía nuclear en Chernobyl, Ucrania, ocurrió el 26 de abril de 
1986. Esto fue causado por experimentos erróneos donde desactivaron el equipo de seguridad 
automático; cuando falla el sistema de enfriamiento, la bomba no puede reiniciarse lo 
suficientemente rápido, el reactor comenzó a girar fuera de control y se sobrecalentó, el núcleo 
de grafito se incendió y la explosión de vapor se desprendió de la cubierta del reactor. El fuego y 
las emisiones radiactivas continuaron durante más de una semana. Inicialmente, el viento trajo 
nubes radiactivas al sur de Bielorrusia con las mayores consecuencias. Parte del norte de Ucrania 
y los estados vecinos de la actual Federación de Rusia también se vieron gravemente afectados. 
Cuatro años después del accidente, se descubrió que la incidencia de cáncer de tiroides en los 
niños había aumentado desarrollando cáncer papilar de tiroides, el subtipo más frecuente de esta 
patología. (Williams, 2009) 
 
 
 
 
 
 
 
 
29 
 
Capítulo 8 
Conclusiones 
El cáncer de tiroides es el tumor endocrino más común en el mundo, siendo el sexto cáncer 
más frecuente en la población general y el quinto entre las mujeres con una tasa de incidencia 
global en 2014 de 6.1 por 100,000 mujeres, cursa con una baja mortalidad y se encuentra 
relacionada con múltiples factores de riesgo entre ellos su sensibilidad a la radiación ionizante en 
especial a los Rayos X. (Hernández Florez, 2018) 
Se ha comprobado en algunas actividades económicas la exposición laboral a radiaciones 
ionizantes como en la minería, la fabricación y uso de equipos de rayos X, radiografía industrial 
en la que utilizan equipos de rayos X u otras fuentes de emisión de rayos gamma, plantas de 
producción de radioisótopos, personal de salud entre otros. 
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó a las radiaciones 
ionizantes como “Carcinógeno” y en la legislación de nuestro país en el decreto 2090 de 2003 las 
radiaciones ionizantes son consideradas de alto riesgo para la salud en el trabajador expuesto. 
(Ministerio de Protección Social, 2003) 
En la literatura actual y en los estudios científicos realizados no han evidenciado casos de 
cáncer de tiroides donde su causa sea por exposición laboral a radiaciones ionizantes en el área 
de radiología clínica., no obstante en el accidente nuclear ocurrido en la planta nuclear Vladímir 
Ilich Lenin en el norte de Ucrania conocido como accidente de Chernobyl en 1986, incluso 30 
años después de este evento se han seguido observando casos de cáncer de tiroides del tipo 
papilar, en la población general y laboral que estuvo expuesta a esta lluvia radiactiva. 
En 2011, después del tsunami del 11 de marzo, la planta nuclear de Fukushima Daiichi sufrió 
un accidente nuclear y tuvieron que evacuar a 165,000 residentes, por lo tanto, desde el 
30 
 
incidente, han estado llevando a cabo estudios sobre los efectos directos de radiación en las 
personas expuestas, demostrando que la dosis de exposición en los residentes fue mucho más 
baja que la del accidente de Chernobyl por lo que no hubo evidencia que respaldara la relación 
entre cáncer de tiroides secundario a la exposición a esta radiación, argumentando que los casos 
reportados fueron en personas con una edad promedio de 10 a 15 años y no en niños menores de 
5 años quienes son más susceptibles a la radiación y concluyen que su incidencia de cáncer de 
tiroides no vario con respecto a la presentada antes del accidente nuclear. (Yamashita, Suzuki , 
Suzuki , Shimura, & Saenko, 2018) 
En vista de lo anterior, puede entenderse que, aunque los trabajadores de la salud hacen parte 
de las poblaciones más expuestas a radiaciones ionizantes, los estudios de investigación no han 
demostrado que el cáncer de tiroides sea una enfermedad laboral en esta población. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31 
 
Capítulo 9 
Recomendaciones 
Fortalecer el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del CáncerOcupacional, para poder 
determinar la frecuencia y características del cáncer en el ámbito laboral, con el fin de poder 
realizar un análisis e interpretación de esa información para tomar medidas, acciones e 
intervenciones que sean oportunas con el fin de llevar a cabo una evaluación del estado de salud 
de los trabajadores y observar la morbilidad y mortalidad en la población trabajadora expuesta a 
carcinógenos, teniendo en cuenta que el cáncer ocupacional es prevenible ya que sus causas son 
identificables e intervenir en proyectos de investigación destinados a mejorar continuamente las 
actividades profesionales, para mejorar la salud de la población activa. 
Fomentar en las empresas planes educativos individuales o en grupos que incluyan la 
realización de cursos, charlas y seminarios, que promuevan la importancia del uso de los 
elementos de protección personal en su área de trabajo afianzando sus conocimientos sobre los 
efectos nocivos de los carcinógenos, sus complicaciones y efectos sobre la salud recalcando que 
puede ser prevenible si se cumplen con todas las medidas de seguridad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
 
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