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CAMBIOS EN LAS IDEAS RELATIVAS AL CANCER” 
MICHAEL B. SHIMKIN, M.D. 
Director Adjunto de los Estudios de Campo del Instituto Nacional del Cbncer, Bethesda, 
&faryland, Estados Unidos 
La Conferencia Nacional del Cáncer, la. 
cuarta que se celebra en Estados Unidos 
desde 1949, es una reunión periódica de 
científicos clínicos y de laboratorio con el 
objeto de estudiar el problema del cáncer. 
Es asimismo una manifestación de la re- 
suelta adhesión de este país a la cruzada 
internacional contra el cáncer. 
La plataforma de Estados Unidos, con- 
cebida y desarrollada desde el comienzo del 
siglo y expresada en su legislación desde 
1937, es que el problema del cáncer puede 
resolverse y se resolverá por la investiga- 
ción científica, lo que ahora reafirmamos. 
Nuestro adversario es tenaz y evasivo; 
nuestras victorias muy pequeñas y nuestros 
progresos penosamente lentos. Pero ha 
habido indudables victorias y el progreso 
continúa. Nuestros pasos adelante nos 
permiten mantener el optimismo. 
Una de las manifestaciones de ese pro- 
greso es que nuestras ideas relativas al 
cáncer no han permanecido estáticas. En el 
curso de estos últimos años se han producido 
una serie de cambios en las ideas y en los 
métodos, muchos de ellos desde que se 
celebró la última Conferencia Xacional del 
Cáncer, en Detroit (1956). 
Naturalmente, esto no es de extrañar. 
Toda la medicina participa en la revolución 
técnica de estos momentos. Los descubri- 
mientos y las oportunidades se presentan a 
un ritmo tal que no bastan para aprove- 
charlos ni los hombres, ni el espacio, ni el 
tiempo con que se cuenta. Y por cierto, las 
investigaciones sobre el cáncer no consti- 
tuyen una excepción. 
Durante estos tres días de la Conferencia 
* Trabajo presentado en la Conferencia Nacio- 
nal del Cáncer, celebrada en Minneapolis, Minn., 
E.U.A., en septiembre de 1960; y publicado en 
inglés en Public Health Reports de octubre de 
1961. 
tendremos ocasión de conocer trabajos y de 
presenciar debates que pondrán de mani- 
fiesto los nuevos conocimientos en que se 
basan los cambios y la evolución de las ideas 
sobre el cáncer. Sin embargo, el progreso 
científico depende, no sólo de la adquisición 
de conocimientos, sino también de la recti- 
ficación de errores, por autorizados y tradi- 
cionales que sean. Y para progresar en la 
lucha contra el cáncer no basta investigar, 
sino que es preciso también aplicar los 
resultados así obtenidos. 
De haber aspectos donde nuestras ideas 
no cambian con la rapidez que los hechos 
averiguados parecen justificar, y donde la 
aplicación de lo sabido ya se encuentra 
rezagada, también ellos merecen toda 
nuestra atención. 
En la presente Conferencia, se ha pedido 
a cada grupo que oriente los debates en 
torno a las cuatro cuestiones siguientes: 
1. ,#e basan nuestras creencias sobre el cáncer 
en hechos reales o simplemente en opiniones 
muy arraigadas? 
2. $u&les son los hechos, especialmente 
teniendo en cuenta los resultados finales a largo 
plazo? 
3. <Qué datos nuevos exigen una modificación 
de las ideas actualmente aceptadas? 
4. Si no se cuenta con datos que permitan dar 
respuesta a estas preguntas, (qué investigaciones 
hay que iniciar para obtenerlos? 
A estas preguntas se podrían añadir otras 
dos, a saber: 
5. $e está haciendo todo lo posible para pasar 
los hallazgos de las investigaciones del labora- 
torio a la clínica y de la clínica a toda la coleeti- 
vidad? 
6. Si no es así, lpor qué razón? 
Dent,ro de este marco, se han seleccionado 
algunas ideas relativas al cáncer para 
47 
48 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
polarizar la atención de los aqui presentes. 
Nos referiremos a estas ideas en tres capf- 
tulos, que llevan los siguientes títulos 
generales : 1) Algunos aspectos biológicos; 
2) Algunos aspectos clínicos, y 3) Algunos 
aspectos sociales del cáncer. 
ALGUNOS ASPECTOS BIOLOGICOS 
El cáncer no es una entidad, sino una 
gran clase de enfermedades, con sus dis- 
tintas etiologías, fases patogknicas y, 
probablemente, distintos mecanismos y 
reacciones intracelulares y subcelulares. 
La distinta identidad de las diferentes 
reacciones neoplásicas queda bien demos- 
trada por dos modelos de tumor experi- 
mental en ratones: el tumor testicular 
intersticial inducido con estrógenos y el 
FIG. l.-Inducción de tumores testiculares in- 
lersticiales en ratones BALB/c a los que se les 
implantó por vía subcuthnea gránulos de dietilestil- 
bestrol-coleslerol al SOyo.* 
100 
0 
0 5 10 15 20 25 
MESES DESPUES DEL PRIMER ESTILBESTRDL 
* Datos de Andervont, Shimkin y Canter (1). 
A = Presencia continua del gránulo. 
l3 = Extracción del gr6nulo a las 8 semanas. 
C = Extracción del gránulo a las 8 semanas y 
reimplantación del mismo al cabo de 24 semanas. 
tumor pulmonar adenomatoso inducido con 
uretano. 
La Fig. 1 presenta los datos de Howard 
Andervont (1) sobre la aparición de tumores 
testiculares intersticiales en ratones BALB/c 
a los que se implantó, por vía subcutánea, 
gránulos de 5 mg. que contenían dietilestil- 
berol en colesterol al 20%. Cada línea 
representa un grupo de 50 a 75 animales. 
Estos tumores aparecen en casi todos los 
ratones a partir de los 7 meses si el gránulo 
se retiene continuamente; este dato está 
representado en la línea A. Si el gránulo se 
extrae al cabo de 8 semanas, no se presentan 
tumores manifiestos, aunque muchos testícu- 
los muestran, meses más tarde, efectos 
identificables de estrógeno; estos efectos se 
indican en la línea B. Si se extrae el gránulo 
al cabo de 8 semanas y se reimplanta 24 
semanas después, se produce la reacción 
indicada por la línea C. La aparición de 
tumores es paralela a la respuesta a la 
estimulación constante, si bien demora 24 
semanas, período en que se retiró el estró- 
geno. Para este neoplasma, 8 semanas de 
estknulo estrogénico resultan insuficientes. 
Si el estímulo se retira, la reacción no 
progresa ni retrocede, sino que se detiene en 
esa fase para reanudarse, sin interrupción, 
al volver 51 aplicar el estimulo. 
La Fig. 2 registra la inducción de tumores 
pulmonares múltiples en cepas de ratones 
A, que recibieron una sola inyeccibn intra- 
peritoneal de uretano, de 1 mg. por gramo 
de peso corporal (2). En el término de 3 
meses, todos los ratones mostraron tumores 
visibles a simple vista. A las 3 semanas hay 
tumores ident,ificables al microscopio, y a 
las 6 semanas han aparecido ya todos los 
inducidos. Se produce una degradación del 
uretano, y el animal lo excreta a las pocas 
horas. El análisis de los datos indica que 
esta reacción neoplásica es inducida y 
completada con una sola breve exposición a 
un carcinógeno. 
El ritmo de crecimiento de estas dos 
ent,idades tumorales es también bastante 
distint,o. Los tumores de células intersti- 
ciales, al retirarse el estrógeno, pueden 
Julio 1962] CAMBIOS EN LAS IDEAS RELATIVAS AL CANCER 49 
FIG. 2.-Inducción de tumores adenomalasos 
pulmonares múltiples en ratones A, a los que se les 
inyectó una vez, por v%a intraperitoneal, 1 mg. de 
w-etano por gramo de peso corporal; unos tumores 
eran visibles en la superficie î~ otros fueran descu- 
biertos por microscopia de secciones en serie.* 
I I I I I I I . 
MICROSCOPICOS 
0.1 1 I I I I 1 I I I 
0 20 40 60 80 100 140 
TIEMPO (DIAS) 
* Datos de Shimkin y Polissar (2). 
progresar, retroceder o permanecer esta- 
cionarios; puede ocurrir que, en animales 
que tienen tumores en ambos testfculos, los 
tumores se comporten de manera diametral- 
mente opuesta. Por el contrario, el creci- 
miento de los tumores pulmonares parece 
avanzar con regularidad, y se caracteriza por 
una progresiva disminución de la tasa de 
crecimiento, probablemente porque las célu- 
las centrales de este neoplasma organoide se 
dividen a un ritmo menor que el correspon- 
diente a las periféricas. Ambos tumores 
pueden transplantarse, y, en ocasiones, 
ambos pueden desarrollar metástasis; pero 
estas características presentan también 
diferencias biológicas.Aunque resultara que todos los neoplasmas 
son efecto de la activación vírica intracelu- 
lar, sería difícil sustraerse a la conclusión de 
que intervienen virus distintos en los dos 
procesos. 0 bien, si todos los tumores 
llegaran a describirse en función de altera- 
ciones deoxirribonucleótidas, de que se 
producen diferentes cambios por efecto de 
distintas reacciones bioquímicas. 
Una idea nueva importante sobre el 
cáncer es que muchos neoplasmas son el 
resultado fTi.nal de una larga serie de progresi- 
vos cambios y fases, en lugar de ser el efecto 
de distintas alteraciones parecidas a una 
mutación que con6eran 8 las células carac- 
terísticas nuevas e inmutables. Esta idea se 
debe sobre todo a la labor de Berenblum (3) 
sobre el cáncer de la piel, y a la de Furth 
(4), Gardner y otros investigadores sobre 
los tumores de las glándulas endocrinas. 
Como en todas las generalizaciones relativas 
al cáncer, ésta tiene excepciones y modiíi- 
caciones. El tumor pulmonar del ratón 
puede representar un ejemplo de inducción 
de un solo evento. 
Intimamente relacionado con las ideas de 
progresión de tumores y de dependencia 
ambiental está el problema de si, para que 
aparezcan neoplasmas, basta la alteración 
de una sola célula o si es necesario que quede 
afectada una población de células. Es 
probable que tampoco en este caso se pueda 
generalizar, y que se encuentren ejemplos de 
ambas cosas. 
Los tumores de células de plasma en el 
ratón se caracterizan por pautas electro- 
foréticas individuales especticas, en vez de 
reflejar la gran variedad de pautas observada 
entre las células de plasma. Potter y Fahey 
(5) interpretan este hallazgo como prueba 
de que cada tumor surge de una sola célula 
de plasma. Por el contrario, en los carcino- 
mas de piel provocados por los rayos ultra- 
violeta parece que interviene el estímulo 
selectivo recurrente de una gran población 
de células (6). 
El cáncer puede definirse como una en- 
fermedad de la célula que se transmite a los 
descendientes de la misma (7). Sin embargo, 
en los organismos metazoarios, una sola 
célula es casi una abstracción, que bioló- 
gicamente no significa nada sin la interre- 
lación de todo el organismo. Una sola célula 
que adquiere las características indefinidas 
del cáncer no es la enfermedad que califica- 
mos de cSncer hasta muchas generaciones 
posteriores de células y hasta que se haya 
producido una interacción con el medio de 
desarrollo del organismo. 
Uno de los aspectos favorables de las rales en la sangre no indica necesariamente 
investigaciones sobre el cáncer es el creciente la presencia de metástasis, de la misma 
interés por el estudio de las relaciones manera que la obtención de células tumorales 
huésped-tumor : alteraciones que los tumores en un campo operatorio no indica que sea 
producen en el huésped, y tal vez, altera- inevitable una recurrencia lora1 (14). Esta 
ciones que han de ocurrir previamente en el es una prueba rot,unda de que deben de 
huésped para que un neoplasma pueda existir en algunos pacientes factores gcnrra- 
manifestarse, crecer y experimentar metás- les dr resistancia contra algImos neoplasmas; 
tasis. sería muy útil poder definir tales factores. 
En el hombre y en los animales hay una Asimismo, es una prueba excelente de que 
cantidad impresionante de alteraciones las células cancerosas y las enfermedades 
bioquimicas que producen gran variedad de que denominamos cáncer no son la misma 
neoplasmas. Entran en esta categoría las cosa. 
observaciones de Jesse Greenstein (8) sobre La tendencia más act,iva y prometedora 
la disminución de la catalasa en presencia de de las investigaciones del cáncer es la 
tumores, y la dehidrogenasa láctica consti- exploración de la etiología vírica de los 
tuye uno de los puntos que en fecha más tumores. La sensata propuesta de Wendell 
reciente han despertado nuestro interés (9). Stanley (15), en la Conferencia dr 195G, de 
Por desgracia, todas estas alteraciones se que, a los fines de invrstigacibn, se partiera 
producen cuando el proceso del tumor está del supuest,o de que la mayoría de los 
ya en una fase avanzada y, en consecuencia, cánceres, si no todos, inclusive el cáncer 
no permiten sacar inferencias sobre la humano, SC deben a virus, se formuló en un 
especificidad del tumor, o útiles para el momento oportuno y tuvo muy buena 
diagnóstico. acogida. Con tesón típicamente nortea- 
Uno de los factores que limitan estas mericano, hemos planeado este método en 
investigaciones puede ser simplemente el escala nacional y nos hemos comprometido 
efecto de la dilución de solo un millón de a apoyarlo económicamente con asigna- 
células neoplásticas en una población de ciones de varios millones, durante diez años. 
lOI células que comprcndc un organismo KO disponemos de tiempo para exponer 
humano adulto, especialmente cuando las los numerosos e interesantes hallazgos que 
observaciones se efectúan en líquidos tisu- se están haciendo en este campo de investi- 
lares o en sus productos finales. Por esta gación (16). No obstante, quisiera proponer, 
razón, las investigaciones que permiten con la esperanza dc que t,odos se adhieran a 
enfocar más de cerca el aspecto tumor- la iniciativa, la concesión de un premio 
interfase-huésped ofrecrn muchas posibili- h’obel a Peyton Rous, que se lo t,iene muy 
dades. Glenn Algire (10) trató de lograrlo merecido, y rendir los dchidos honores al 
con fcnestras transparentes implantadas y valeroso y pequeño grupo de investigadores 
cámaras de difusión. El destino de las que sigui6 t-rahajando en virus cuando ello 
células hematopoyéticas implantadas subcu- no estaba permitsido cn muchas instituciones 
t6,neamcnte en cámaras de difusión, dado a de investigarihn sobre 1.4 cáncer; me refiero 
conocer por Shelton (ll) y por Petrakis (12), a Richard Shope, ,J. W. Reard, Ludwig 
es una de las últimas aportaciones de interés Gross, Ray Rryan y Sarah Strwart, de 
en este aspecto. Estados TJnidos; a Gye, de Inglaterra, y a 
El nuevo descubrimiento de que en la Zilber, de Rusia. 
sangre de una proporción, pequeña aunque Este elogio no debe interpret,arse como 
significativa, de pacientes de cáncer se total conformidad con la rt,iología virica de 
pueden encontrar células tumorales, ha los tumores. Falt,an todavía muchos datos 
suscitado una serie de interesantes pro- para poder adoptar una posición semejant,e. 
blemas (13). La presencia de células tumo- Aun en el caso de los virus tumorales mejor 
50 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
Julio 19621 CAMBIOS EN LAS IDEAS RELATIVAS AL CANCER 51 
definidos de los animales, el tumor puede 
ser un hecho relativamente tardío, poco 
común y tal vez más raro que la manifes- 
tación de parálisis después de la exposición al 
virus de la poliomielit,is. Puede ocurrir que el 
virus tumoral no sea más equivalente a las 
enfermedades neoplásicas que una célula 
tumoral individual. Asimismo, para algunos 
de nosotros que somos tradicionalistas, la 
intrusión de un virus en algunas respuestas 
carcinógenas a substancias químicas y a 
agentes físicos, nos parece algo así como la 
adición de una x a ambos miembros de una 
ecuación. 
La única utilidad de este aserto es el 
mantener un equilibrio entre las partidas 
dedicadas a la investigación de virus y las 
asignadas a los estudios de carcinógenos 
químicos y físicos, en especial de los com- 
plejos medios carcinógenos, que, según van 
revelando y aclarando las investigaciones 
epidemiológicas, son de interés para el 
hombre (17). 
El método epidemiológico se utiliza 
principalmente de dos maneras en las in- 
vestigaciones sobre el cáncer: primero, para 
definir y medir la frecuencia y distribución 
del cáncer en las poblaciones; y, segundo, 
para poner a prueba hipótesis sobre la 
causa del cáncer mediante el estudio de la 
interrelación de diversas características con 
el cáncer. El cáncer de escroto de índole 
profesional, conocido desde 1775, fue el 
precursor de una impresionante lista de 
neoplasmas atribuiblesa la exposición a 
substancias carcinógenas ambientales. Estos 
carcinógenos no se limitan a industrias raras, 
sino que existen en el aire que respiramos, en 
el agua que bebemos, en los alimentos que 
comemos y algunos de los productos que nos 
deleitan. 
Después de un largo período de relativa 
quietud, se observa ahora un resurgimiento 
del estudio del cáncer por métodos epide- 
miológicos. A este respecto, nuestros colegas 
británicos Bradford Hill, Percy Stocks y 
Ernest Kennaway desempeñaron papeles de 
gran importancia. 
El estudio sistemático de la frecuencia de 
neoplasmas en los animales, 0 sea, la epi- 
zoología, merece mucha más atención que la 
que se le viene prestando hoy. Todos los 
años se sacrifican en Estados Unidos casi 
100 millones de reses bovinas y otro ganado. 
Las tabulaciones anuales indican un cons- 
tante aumento de la leucemia en el ganado, 
como motivo de rechazo de la carne (18), 
problema también importante en Europa 
(19). Las enfermedades neoplásicas, particu- 
larmente la leucosis, causan una tercera 
parte de la mortalidad entre las polluelas y 
gallinas (20). Recientemente, las pesquerías 
del noroeste observaron un notable aumento 
de la incidencia de hepatoma en truchas 
viejas de cierta especie (rainbow troul) (21), 
hallazgo que ya había sido notificado an- 
teriormente en el norte de Italia (22). Los 
perros y gatos, que son los animales domés- 
ticos que están más cerca del hombre, 
contraen muchos neoplasmas. Pero nuestro 
conocimiento de las enfermedades neoplási- 
cas de esos animales se limita a descrip- 
ciones anecdóticas de casos esporádicos. A 
menos que se pretenda que el hombre y los 
animales cercanos a él habitan en mundos 
aparte, ha llegado el momento de empezar 
a examinar las interrelaciones neoplásicas 
que deben existir entre las diferentes especies 
animales y el medio que comparten. Para 
ello hay que recurrir a la ecología, que 
abarca la epidemiología, la endemiologfa y 
la epizoologfa. El material básico para estos 
estudios consiste en una población definida 
en un medio geográfico definido también; 
los métodos fundamentales son la observa- 
ción a largo plazo y el análisis estadístico. 
En cardiopatías y en sociología, Framingham 
y Middletown, respectivamente, son los 
primeros prototipos; en el cáncer, Hagers- 
town, en Maryland (23), el condado de 
Alameda, en California, y el condado de 
Erie, en Nueva York pueden llegar a ser 
tan conocidos como algunos de nuestros 
famosos Iaboratorios y clínicas. 
Estoy convencido de que el estudio de la 
ecología del cáncer en toda su plenitud será 
el próximo terreno en que se apoyarán las 
investigaciones sobre el cáncer. Quisiera 
52 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
recomendar este punto para que lo tuviera 
en cuenta esta Conferencia al formular sus 
conclusiones en su última sesión. 
ALGUNOS ASPECTOS CLINICOS 
Un importante avance de la investiga- 
ción del cáncer en los últimos años ha sido 
la participación, cada vez más completa, de 
la investigación clínica, dc suerte que ésta se 
encuentra ahora en un plano de mayor 
igualdad con las ciencias de laboratorio. Uno 
de los numerosos resultados de esta nueva 
orientación de los métodos es que cada vez 
se habla menos de distinciones semánticas 
estériles entre la investigación fundamental 
y la aplicada. En efecto, las investigaciones 
sobre el hombre pueden ser tan funda- 
mentales como las investigaciones sobre la 
drosoíila; y desde otro punto de vista, todas 
las investigaciones sobre el cáncer son, por 
definición, investigaciones aplicadas. 
El incremento que va tomando la investi- 
gación clínica puede atribuirse a varios 
factores, entre ellos, y no en pequeña medida, 
el apoyo económico que ahora permite 
llevarlas a cabo. No obstante, la raz:ón 
predominante es la adopción por parte de los 
clínicos de métodos científicos rigurosos 
hasta un extremo que, hace ~610 diez años, 
hubiera sido inconcebible (24). Los métodos 
estadísticos debidos a Fisher, Gaddum y 
otros, que convirtieron la investigación 
agrícola y farmacológica, de un sistema de 
prueba y error, en ciencias experimentales 
rigurosas, forman también part,c ahora de los 
requisitos dc los estudios clínicos. Sc ha 
aprendido que es necesario partir de dcfini- 
ciones y criterios precisos, contar con planes 
meticulosos de experimentación, seleccionar 
al azar los controles, sortear todos los focos 
dc parcialidad mediante t,écnicas de doble 
seguridad, tener en cuent,a los efectos del 
placebo, a los que tan expuestos están el 
experimentador como el sujeto; saber cuánta 
economía y seguridad dimanan de procedi- 
mientos en serie y, cn fin, descontar las 
impertinencias del biómctra que duda de 
nuestros planes, pide cosas imposibles y 
acaba por poner en tela de juicio nuestra 
interpretación de los resultados (25). 
En estos nuevos frentes de la ciencia, las 
investigaciones sobre cl cáncer han desem- 
peñado un papel importante, en especial en 
el de la quimioterapia experimental del 
cáncer. Estas investigaciones se han con- 
vertido en un compromiso contrafdo por la 
nación y cn un esfuerzo int,ernacional de un 
alcance y complejidad casi sin paralelo en 
las ciencias biomédicas (26). Entre los in- 
vestigadores precursores y de más relieve en 
este campo, se hallan Sidney Farber, 
Alexander Haddow y Cornrlius Rhoads. El 
ingeniero y primer administrador dc nuestra 
empresa nacional de millones sobre quimio- 
terapia del cáncer, Kenncth Endicott, se 
encuentra entre los aquí presentes, en su 
nueva función de Director del Instituto 
Nacional del Cáncer. 
Hay que señalar muy especialmente que 
el programa nacional dc quimioterapia del 
cáncer no ha substituido ni reducido en 
modo alguno otros planes de investigaci6n 
sobre el cáncer, ant,es bien, los ha fomentado 
y apoyado a menudo. Además, el hecho de 
colocar el programa dcnko del aspecto 
clínico dc estas ohservacioncs, no constituye 
sino cl reconocimiento de su finalidad 
clínica directa, que no PS más que la última 
fase de investigaciones basadas en la química 
y en la farmacología. 
El número de productos químicos y en 
bruto quo SC han puest’o a prueba cn ratones 
y otIros animales con tumores trasplantados, 
asciende a alrededor de 100.000, y los 
materiales qlle han recibido atenci6n rlínica 
pasan de 100. Rrricntemcntt ha aparecido 
una rccopilarión de los informes sobre la 
marcha de la invest,igación de í.50 inst-itu- 
cioncs colaboradoras que SC cledkan a este 
aspect,o del programa (27). Basta con 
mencionar que, por lo menos 20 agentes 
químicos, han ganado ya un lugar en el 
tratamirnto rlínko del &nrcr, y algunos de 
ellos, en t,ipos csprcfficos de enfermedades 
neoplásicas diseminadas, producen rrmi- 
sionrs complctas qur se mant,iencn durante 
muchos mesrs. Estos rfcrtos son verdaderos 
pero incompletos. T,os agentrs rralmcnte 
eficaces para el tratamient,o del ránccr no 
hay que busicarlos entre las drogas de que se 
Julio 196.21 CAMBIOS EN LAS IDEAS RELATIVAS AL CANCER 53 
dispone actualmente, sino entre otras que 
habrán de descubrirse en lo futuro. 
Una interesante modificación del pro- 
grama de ensayo de drogas fue la explora- 
ción del empleo de agentes terapéuticos 
como adyuvantes en la resección quirúrgica 
efectuada para curar el cáncer gástrico, 
rectal y pulmonar (28). Hasta ahora, los 
resultados son negativos en el sentido de 
mostrar algún valor de la quimioterapia 
específica adicional en lo que se refiere 
a estas enfermedades neoplásicas espe- 
cificas.* Pero los beneficios para lo futuro 
distan mucho de ser negativos. Quedó 
demostrado lo bien que puede trabajar un 
grupo considerable de clínicos en problemas 
que exceden de las posibilidades individuales 
de cualquier investigador. Se demostró 
también que, dentro de la ética profesional 
y sin menoscabo de los criterios científicos, 
se pueden hacer con seres humanos experi- 
mentos que ofrecen riesgos. Y se demostró 
también que la disciplina que requieren estos 
estudios engrupo es perfectamente compa- 
tible con la medicina privada individualista 
que Estados Unidos de América patrocina. 
En el curso de la presente Conferencia, se 
presentarán, internumerados en cada cuadro, 
algunos de los resultados de otras actividades 
nacionales efectuadas en colaboración, en 
las que se aceptó la necesidad de aunar los 
datos para evaluar los resultados del trata- 
miento. Es el Programa de Evaluación de 
los Resultados Finales (29), que se inició 
en la Conferencia Nacional del Cáncer en 
1956. Estos datos procedentes de los Est’ados 
Unidos de América se compararán con los 
hallazgos similares de otros cinco países, en 
el Octavo Congreso Internacional del Cán- 
cer, que se espera celebrar en Moscú, en 
1962. Gracias a este esfuerzo, disponemos de 
más información fidedigna sobre el curso 
que siguen los pacientes de cáncer. Como se 
observará, los resultados se presentan de 
una manera más elaborada y más informa- 
* Datos recientes indican que la adicih de 
TEPA durante la mastectomía radical ejerce un 
importante efecto favorable en la reducción de la 
proporción de pacientes que presentan recurrencia 
durante los 2 primeros años de observación. 
tiva de lo que permite el empleo exclusivo 
de tasas brutas de supervivencia de cinco 
años. 
Al mismo tiempo que vamos intensifi- 
cando nuestros esfuerzos encaminados al 
empleo de la quimioterapia en lo futuro, 
debemos utilizar y mejorar los métodos de 
que disponemos al presente, es decir, la 
cirugía y las radiaciones. Pero aun los proce- 
dimientos más universalmente aceptados 
requieren ser nuevamente examinados perió- 
dicamente, porque ~610 en el tratamiento 
del cáncer de piel tenemos derecho a sen- 
tirnos satisfechos con los resultados. Los 
estudios clínicos controlados y biométrica- 
mente proyectados, no se limitan al ensayo 
de nuevas drogas. Desde hace mucho debían 
haberse aplicado estas drogas a muchas 
formas aceptadas de tratamiento quirúrgico 
y radiológico del cáncer. 
Un ejemplo apropiado es la mastectomfa 
radical. La extirpación de la mama en bloque 
con los músculos pectorales y el contenido 
axilar se ideó hace 70 años. En casi todos los 
centros quirúrgicos de Estados Unidos es el 
único procedimiento aceptado para combatir 
el cáncer de la mama. Hace diez años, 
algunos disidentes empezaron a hacer 
pública su falta de convencimiento sobre 
las supuestas ventajas de la operación. 
Park y Lees (30), con lógica deductiva, y 
McWhirter (31), con sagaz empirismo esco- 
cés, expresaron sus dudas en trabajos per- 
suasivos que no podían descartarse. Des- 
graciadamente, la reacción emotiva que se 
produjo no fue seguida de una minuciosa 
evaluación ni se recurrió a la indagación 
cientffica. 
La supervivencia de 5 años de casos de 
cáncer de la mama después de mastectomía 
radical y simple, según Deaton (32) y 
Smith y Meyer (33), es la siguiente: 
Porcentaje 
Pacientes de super- 
operadas vivientes 
Mastectomía radical (ll 
series) _ . . . . . 3.279 54 
Mastectomfa simple (7 
series) . . . . . . 905 59 
Estos datos brutos no permiten llegar a nin- 
54 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PAKAMERTCANA 
guna conclusión sobre si la mastectomía 
simple, con radiaciones o sin ellas, es su- 
perior, inferior o igual a la clásica disección 
radical. Simplemente, no hay datos ob- 
jetivos para proceder a una evaluación 
aceptable, pero las cifras sugieren que esta 
evaluación sería útil. Si la mastectomía 
simple tiene todas las ventajas que cabe 
esperar de la operación radical, que es más 
peligrosa y deja a la paciente más deformada 
y mutilada, o bien si el t,rauma adicional de 
las radiaciones no mejora el resultado, ~qué 
justificación médica, económica o ética 
habría para continuar nuestras normas 
tradicionales? 
Hace dos años, el Consejo Nacional 
Asesor sobre el Cáncer recomendó una 
prueba clfnica rigurosamente controlada de 
la mastectomía radical comparada con la 
mastectomía simple, más el tratamiento de 
radiaciones y otros procedimientos auxi- 
liares. Nuestras organizaciones quirúrgicas 
no han aceptado la recomendación, y sin su 
patrocinio no se puede efectuar un estudio 
nacional, aunque sólo sea por razones de 
carácter médicolegal. 
El cáncer de la mama es la entidad 
neoplásica más común en Estados Unidos; 
todos los años se diagnostican más de 
50.000 casos nuevos, más de 25.000 de los 
cuales se consideran operables. Pero bastaría 
una pequeña fracción de los casos que se 
presentan en un año, para organizar un 
estudio clínico que nos permitiera substituir 
las impresiones clínicas por hechos firmes. 
Estamos saliendo de un período durante 
el cual se han venido aplicando operaciones 
radicalísimas a una serie de enfermedades 
neoplásicas. La aceptación de la qui- 
mioterapia clínica es una prueba de las 
decepciones causadas por las medidas 
heroicas. Ha llegado el momento de volver a 
examinar, no sólo la mastectomía radical 
contra el cáncer de la mama, sino también 
la neumonectomía contra el cáncer del 
pulmón, las escisiones en bloque de la piel y 
de los nódulos linfáticos para el mclanoma, 
las disecciones profiláticas del cuello y otras 
muchas técnicas bien acogidas. Ya es hora 
de reconocer que, sin la prueba de un rst’udio 
clínico debidamente proyectado, el viejo 
dicho dc que “cuanto menor es el cáncer, 
mayor cs la opcraci6n” no pasa dr ser un 
ejercicio de círculo vicioso. 
Hay también enfermedades ncoplásicas 
en las que no result,a suficientemente en&- 
gico el t,ratamiento acostumbrado para 
combatirlas. Los impresionantes rcsult,ados 
notificados por Vera Petrrs (34), en la 
enfermedad de Hodgkin, por ejemplo, mere- 
cen mayor estudio e indican que las pequeñas 
dosis de irradiación y los agent’es alquil- 
zantes son tan contraindicados para la 
enfermedad de Hodkin clínicamente locali- 
zada, como lo son para cualquier otro 
cáncer clínicamente localizado. T,as obsrrva- 
ciones de Rloedorn (3.5) sobre las radiaciones 
preoperativas radicales en el cáncer pul- 
monar merecen también ser más estudiadas. 
Espero que una de las recomendaciones 
que se formulen en la sesión final de esta 
Conferencia sea ~LK? SP hagan pruebas ade- 
cuadas y con todas las garantías para una 
nueva evaluación de los procedimientos 
quirúrgicos y radiol6gicos hoy aceptados 
para combatir el cáncer. 
ALGUNOS ASPECTOS SOCIALES 
Las investigaciones de laboratorio sobre 
el cáncer resultan est,ériles a menos que, con 
el tiempo, algunos de los resultados puedan 
aplicarse al hombre. Asimismo, las investi- 
gaciones clínicas no alcanzan su pleno 
desarrollo hasta que sus resultados se 
apliquen a t,oda la población. Estas aplica- 
ciones crean, a su vez, problemas que tienen 
que ser estudiados nuevamente en el labora- 
torio y en las rlínicas. Además, hay pro- 
blemas de salud pública, dr sociología y de 
economía tan relacionados con ciertos 
aspectos del cáncer como la rstructura 
cromosómica de las células neoplásicas, y 
exigen igualmente rl empleo drl método 
científico. 
Las inv&igac~ioncs sobre el cáncer han 
expcrimcnt,ado lina serie dr progresos. de los 
cuales puede decirse con toda propiedad 
que “han abierto brecha”. Pero esa brecha 
Julio 1962] CAMBIOS EN LAS IDEAS RELATIVAS AL CANCER 55 
no es más que una mera posibilidad si no 
se explota. Quisiera referirme a dos campos 
donde se podrían obtener resultados im- 
portantes para el control del cáncer si se 
utilizara más íntegramente lo que hoy se 
sabe. 
El primero de ellos se refiere a la citología 
vaginal. Hace unos 20 anos, los interesantes 
estudios de Papanicolaou nos facilitaron un 
método de descubrir el cáncer del cuello 
uterino antes de la fase invasora, o sea 
cuando es totalmente curable. La impor- 
tancia de la citología no está en su función 
como medio de diagnóstico, sino como 
método exploratorio, mediante el cual se 
descubre el cáncer preinvasor mucho antes 
de que se manifiesten los síntomas o signos 
clínicos. Sus posibilidades no podrán utih- 
zarse hasta el máximo mientras no seaplique 
a grandes poblaciones. 
La Fig. 3 indica lo que sucedió en tres 
poblaciones, Memphis, Madison y San 
Diego, donde se examinaron 200.000 mujeres 
(36). La lesión preinvasora se encontró en 
4,3 de cada mil mujeres, y el cáncer invasor 
en 3,8 de igual número, normalmente casos 
insospechados y sin ningún síntoma. Cuando 
al cabo de uno o dos años se volvió a exa- 
minar a parte de estas mujeres, la frecuencia 
de la lesión preinvasora se había reducido a 
la mitad, hasta el 2,2, por mil, al parecer 
nuevas lesiones surgidas durante el período 
comprendido entre los dos exámenes. No 
obstante, el hallazgo importante fue que el 
cáncer invasor descendió a 0,3 por mil, o 
sea a una décima parte de su frecuencia en 
la fecha del primer examen. De todo ello se 
deduce indiscutiblemente que podría eli- 
minarse una importante fracción de la 
mortalidad por cáncer del cuello uterino si se 
pudiera someter todos los años a las 
mujeres adultas a la prueba citológica, y se 
les aplicara el tratamiento apropiado. Esta 
entidad neoplásica causa unas 10.000 de- 
funciones al año 
Pero zcuántas son las mujeres que real- 
mente se someten con regularidad a ese 
examen? iqué planes se proyectan para 
ofrecer los servicios necesarios y qué activi- 
FIG. 3.-Frecuencia del carcinoma intraepitelial 
e invasor del cuello uterino en dos exámenes suce- 
sivos.* 
IASA POR 1000 
Carrlnoma Inlraepilelidl Cartlnoma Invasor 
PPIUEP EXAUEII 
llOl,Q45 nuiererl 
SE6UIDO EXAHEII 
151,564 mujeres) 
*Datos procedentes de Memphis, Madison y 
San Diego combinados y comunicados por Kaiser 
et al. (36). 
dades de educación higiénica se están or- 
ganizando para enseñar a las mujeres que 
la prueba de citología es tan importante 
como una ondulación permanente? La 
enorme tarea de examinar entre 30 y 50 
millones de placas al año indica que hay que 
hallar medios mecánicos de análisis, tales 
como el citoanalizador, y que habría que 
aceptar los frotis obtenidos por la persona 
interesada (37)-que se enviarían por 
correo--como método suplementario de los 
especímenes obtenidos en el consultorio 
del médico. 
No se fabricarán citoanalizadores mien- 
tras no haya demanda, ni se extenderán por 
todas partes los centros de citología del 
cáncer en favor de la colectividad mientras 
los médicos no tomen resueltamente la 
iniciativa. La experiencia obtenida en San 
Diego (38) indica que este servicio puede 
ofrecerse bajo el control y la dirección de 
los médicos particulares. Una vez más se 
ha visto que la salud pública y la medicina 
preventiva son por entero compatibles con 
el ejercicio privado de la profesión médica; 
pero la táctica de ‘Lpaños calientes” como 
solución a los problemas médicos y de 
salud pública es incompatible con ambos. 
De los hallazgos en el cáncer del cuello 
uterino se infiere una consecuencia de 
aplicación más general, y es que el cáncer 
curable no presenta síntomas. La experiencia 
obtenida en el Centro de Descubrimiento 
del Cáncer, Universidad de Minnesota, 
mediante el examen de 9.000 personas desde 
56 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
1948, según informó recientemente Sullivan 
(39), reitera y refuerza las lecciones que 
trató de darnos hace años Elsie 1’Esperance. 
Son cada vez más las industrias que consi- 
deran que el examen periódico de su personal 
dirigente es una buena inversión, como lo es 
para todos los demás. Una vez más, la 
consigna de “cada consultorio médico ha 
de ser un centro de descubrimiento del 
cáncer”, francamente no basta para hacer 
frente a la situación. A nosotros, los médicos, 
nos corresponde atender estas necesidades 
mediante una actuación espontánea dentro 
de la colectividad respectiva. 
La segunda brecha abierta por las in- 
vestigaciones del cáncer es el hecho decidido 
de que el fumar es causa de una importante 
proporción de neoplasmas malignos del 
pulmón, laringe y cavidad oral. 
La Fig. 4 presenta datos del clásico estu- 
dio de Hammond y Horn (40) sobre la 
relación entre el fumar y la mortalidad en 
180.000 hombres. Se han tomado de un 
reciente trabajo de Joseph Berkson (41), 
que forma parte de un valioso simposio de 
la Clínica Mayo, sobre los efectos de fumar 
tabaco en el hombre. No obstante, las 
interpretaciones que da ese autor a los 
hallazgos son un poco distintas de las mías. 
Las numerosas investigaciones estadísticas, 
FIG. 4.-Tasas de defunción correspondiepztes a 
diversos grupos de enfermedades en relación con la 
cantidad de cigarrillos fumados.* 
Z 0 
Z 
* Datos de Hammond y Horn (40), presentados 
por Berkson (41). 
todas las cuales llegan a la conclusión de 
que existe una relación entre el fumar y el 
cáncer pulmonar, los amplios experimentos 
de laboratorios que hallaron en el humo del 
tabaco por lo menos 10 substancias químicas 
con actividad carcinógena cn animales, las 
minuciosas observaciones patológicas de 
material humano y los estudios patofisio- 
lógicos sobre el efecto del humo del tabaco 
en el epitelio bronquial, han sido revisados y 
analizados por tantos comités nacionales e 
internacionales que se necesitaría otra 
media hora ~610 para repetir su conclusión 
unánime de que el fumar causa cáncer del 
pulmón (42), 
En resumen: si se dejara de fumar, por 
lo menos cigarrillos, la mortalidad anual por 
cáncer pulmonar podría reducirse en más 
del ciO%, que ~610 cn Estados Unidos sal- 
varía cuando menos 20.000 vidas. 
El tabaco no se considera ni como alimento 
ni como droga, y está exento de reglament,a- 
ción que no sea la relativa a impuestos. 
Por tanto, parece que se hace más para 
proteger a la población contra los hoció- 
genos de las ratas cont#enidos en las moras y 
contra los hepatomas del pescado-cuyo 
peligro para cl hombre es más teórico que 
práctico-que para protegerla contra un 
producto cuyos efectos nocivos para el 
hombre están fuera de duda. Aun aceptando 
la teoría de que la clcccilin del propio veneno 
es un derecho constitucional, ise puede 
pretender que este derecho se haga extensivo 
a los niños? 
Los datos de la Fig. .5 proceden de un 
reciente análisis de Lombard y Snegireff 
(43), c indican que cuanto antes empieza a 
fumar el individuo, mayor es la prevalencia 
de cáncer pulmonar. No puede hacerse caso 
omiso de los hechos registrados. 
El problema es inmenso, con repercusiones 
de caráct’er social y económico que requieren 
la prudente consideración, no ~610 de la 
profesión médica, sino de muchos otros 
elementos de nuestra sociedad. Pero, en 
primer lugar, los médicos y científicos de- 
dicados al campo de la salud deben reconocer 
que se trata de un grave problema de salud 
Julio 19621 CAMBIOS EN LAS IDEAS 
pública y no de un chiste manido. Nuestras 
convicciones se conocen por los actos a que 
dan origen; el no fumar en público y delante 
de los niños, y el prohibir fumar en hospitales 
y clínicas, incluso en las salas de espera de los 
médicos, puede ser un remedio muy poderoso 
Naturalmente, el uso del tabaco, nube de 
humo provocada por el propio hombre, no 
es más que uno de los numerosos carcinó- 
genos del medio que nos rodea. 
Por último, sin que esto signifique que el 
tema tenga menos importancia, hay que 
mencionar el satisfactorio cambio de actitud 
de los médicos en relación con los pacientes 
de cáncer, más allá de la intervención 
quirúrgica o radiológica. En la época anterior 
a los antibióticos, los clmicos que tomaban 
minuciosas notas diarias sobre pacientes de 
endocarditis bacteriana subaguda o de 
meningitis tuberculosa, enfermedades rá- 
pida y universalmente mortales en aquel 
tiempo, tenían poco interés en la enfermedad 
neoplásica recurrente. Ahora, el curso que 
siguen los pacientes de cáncer progresivo es 
objeto de creciente interés clínico. Esto 
redundará decididamente en beneficio tanto 
del paciente como del médico. Es también 
una eficaz medida preventiva contra el 
desesperado recurso al charlatanismo. 
Sin embargo, los problemas sociales y 
económicos del cáncer siguen siendo en gran 
parte los mismos.Dos terceras partes de los 
pacientes de cáncer murieron de esa en- 
fermedad o siendo pacientes de la misma, 
después de prolongados y costosos trata- 
mientos que afectaron los recursos econó- 
micos y los sentimientos de sus familiares. 
La muerte lenta del paciente de cáncer en el 
hogar deja heridas psicológicas incurables. 
El tema de los cuidados finales es importante 
aunque desagradable, y requiere más aten- 
ción de la que recibe. 
Uno de los métodos que contribuirían a 
aliviar el inevitable problema, sería el de 
utilizar más a estos pacientes en las investi- 
RELATIVAS AL CANCER 57 
FIG. 5.-Preualencia del cáncer pulmonar por 
100.000 habitantes en relación con la edad en que se 
comenzó a fumar cigarrZllos.* 
” 
“Menores de 10 lo-14 15.19 20 y mayores 
EDAD EH OUE COMENZAROH A FUMAR CIGARRILLOS 
* Datos de Lombard y Snegireff (43). 
gaciones. Tal vez así se apresuraría también 
el cumplimiento de la promesa hecha en 
1927 por H. G. Wells (44), cuyas dotes 
proféticas han sido confirmadas por el 
tiempo : 
“La enfermedad del cáncer quedará 
desterrada del mundo gracias a la labor de 
hombres y mujeres que, con calma, sin 
precipitación y con persistencia, trabajan 
en hospitales y laboratorios controlando y 
reprimiendo toda conmoción sentimental: 
el móvil que vencerá al cáncer no será ni la 
lástima ni el horror, sino la curiosidad de 
saber cómo y por qué se presenta.” 
Nuestros actuales conceptos sobre el 
cáncer deben seguir siendo flexibles, y 
prestarse a modificaciones que respondan a 
la nueva información adquirida. En las 
investigaciones sobre el cáncer no caben las 
ideas fijas, los intereses creados ni la orto- 
doxia. Pero podemos mantenernos firmes en 
el criterio de que el cáncer es un problema 
soluble, dentro de las posibilidades de la 
inteligencia humana, utilizando ésta y el 
método que denominamos investigación 
cientíka. 
Ahora, pasemos a razonar todos juntos. 
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