Logo Studenta

eco de hige

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

IMPORTANCIA DE LA HIGIENE DEL TRABAJO EN EL DESARROLLO 
ECONOMICO DE LA AlMERICA LATINA* 
ING. JOHN J. BLOOMFIELD 
Consultor en Higiene Industrial. Ojicina Sanitaria Panamericana, O$cina Regional de la Organización 
Mundial de la Salud 
INTRODUCCION 
En el transcurso de los últimos quince 
años, muchas naciones cuya economía de- 
pende de la agricultura, han orientado su 
producción hacia la industria manufacturera 
con el fin de mejorar el nivel de vida de sus 
pueblos. Al mismo tiempo, han procurado 
diversificar su economía, con el objeto de no 
depender de un solo producto de exporta- 
ción-como sucede con el estaño en Bolivia 
y con el cobre y el nitrato en Chile-ni del 
precio de tal producto en el mercado mun- 
dial. Los países latinoamericanos han optado 
resueltamente por la industralización como 
medio de ampliar y fortalecer su economía. 
Al mismo tiempo tratan de inculcar a sus 
ciudadanos el anhelo de una vida mejor. 
Al hablar de la América Latina, nos referi- 
mos a las 20 repúblicas de América del Sur, 
América Central, México, las islas del Caribe 
y las tres Guayanas. De acuerdo con los 
censos de 1960, la población de todos estos 
países es de unos 190 millones de habitantes, 
aproximadamente igual a la de Estados 
Unidos de América, y como sucede en este 
último pafs, cerca de la tercera parte de la 
población disfruta de empleos lucrativos. La 
similitud termina en este punto, puesto que 
es bien sabido que en Estados Unidos sólo 
se dedica a la agricultura el 8 % de los tra- 
bajadores, los cuales no sólo son suficientes 
para abastecer de alimentos a la vasta po- 
blación del país, sino para producir, además, 
un gran excedente de aquéllos que, en años 
recientes se han enviado a otros países que 
sufren escasez. Por otra parte, en la América 
Latina, por término medio el 58% de los traba- 
jadores se dedican a la agricultura, y este por- 
centaj e varía de un mínimo de 25 en la Argen- 
tina, a un máximo de 83 en Haití. En muchos 
de estos países de América Latina, la produc- 
ción agrícola es del tipo denominado de mera 
* Manuscrito recibido en julio de 1981. 
subsistencia, que, como es bien sabido, muy 
poco añade a la renta nacional de un país. 
De los 17 países de los que se tiene informa- 
ción en estos momentos, en dos el ingreso 
anual per cupita es menor de $100; en seis 
varía de $100 a $200; y sólo en Venezuela el 
ingreso anual per capita fluct,úa entre $600 y 
$700. 
EL PROBLEMA 
Al referirnos a la higiene del trabajo, 
hemos de considerar al trabajador no ~610 
desde el punto de vista de su medio laboral, 
sino también con respecto a la colectividad 
en que vive. El trabajador no guarda en el 
armario su corazón y sus pulmones junto con 
su ropa de trabajo. Consecuentemente, las 
condiciones en que trabaja y vive, afectan su 
salud y bienestar. Si examinamos primero 
el medio de su colectividad, en su forma 
actual en la América Latina, nos encontra- 
mos con que el trabajador vive en el área de 
mayor crecimiento de población de todo el 
mundo. Ese crecimiento es casi el doble del 
término medio del correspondiente a todas 
las demás regiones. Igualmente, la América 
Latina cuenta con una población muy joven, 
de la que el 40 % no llega a los 15 años de 
edad, en contraste con ~610 un 27 % de 
menores de 15 en Estados Unidos de 
América. En la América Latina cada traba- 
jador tiene que sostener un promedio de 
una persona, mientras que en Estados Uni- 
dos cada trabajador sólo sostiene la mitad 
de una. En la América Latina, a consecuen- 
cia de las numerosas enfermedades trans- 
misibles no eliminadas o controladas aún, 
se da frecuentemente el caso de que la 
persona que depende de otra jamás llega a 
producir o, si llega a hacerlo, es un productor 
ineficaz por su mal estado de salud. Tal 
situación agrava considerablemente la carga 
económica de estas naciones. 
419 
420 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICAKA 
Durante los últimos 15 años, he efectuado 
estudios sobre los problemas de higiene in- 
dustrial en 13 naciones de América Latina. 
Dichos estudios muestran, en general, que 
uno de los más serios obstáculos de la 
explotación de los abundantes recursos de 
estos países es el predominio de las enfer- 
medades que debilitan al trabajador y res- 
tringen su capacidad de producción. Enfer- 
medades tales como las diarreas y enteritis, 
así como las parasitosis intestinales, son muy 
graves y comunes. Las enfermedades de las 
vías respiratorias, como la neumonía, influen- 
za y tuberculosis, figuran entre las princi- 
pales causas de muerte. Del mismo modo, la 
malaria constituye un grave problema en 
muchos de estos países. Si a estos problemas 
de salud se añaden los que plantean las 
deficiencias de la vivienda y la falta de 
instalaciones higiénicas, como las de agua 
potable y los drenajes, tendremos por re- 
sult’ado una situación de baja productividad 
y en consecuencia unos ingresos y un poder 
adquisitivo exiguos. La relación entre la 
salud y la producción cs clara para todos. 
Todo país que tenga todavía una tasa ele- 
vada de enfermedades y que cuente con 
recursos limitados, gasta más en medicina 
curativa y, por lo tant,o, es menos lo que 
puede invertir en medicina preventiva. Con- 
secuentemente, padece cont’inuamenk una 
elevada incidencia de enfermedades. Esto 
constituye, en realidad, un círculo vicioso. 
Al examinar esta grave situación general 
de salud que afecta al trabajador y que 
prevalece en muchas de las naciones latino- 
americanas, se deben tomar en considera- 
ción los riesgos del propio ambiente del 
trabajo. Los est’udios, que, como se ha dicho 
antes, se han hecho en 13 países de América 
Latina, indican claramente que es bien poco 
lo que se ha hecho para eliminar o evitar los 
riesgos del trabajo. Si analizamos estros 
peligros, veremos que los accidentes son, 
cuando menos, seis veces más numerosos en 
las minas y fábricas de los países latino- 
americanos que en las naciones industriales 
más antiguas, como Estados Unidos de 
América y las de Europa Occident,al. Las 
enfermedades inherentes al trabajo son muy 
frecuentes en la América Latina, mientras 
que en Estados Unidos y en otros países, 
muchas de ellas casi han desaparecido. Por 
ejemplo, la silicosis constituye aún un grave 
problema en Bolivia, Chile y Perú. En 
Bolivia, su incidencia entre los trabajadores 
de las minas de estaño llega al 20 %; en 
Chile, es del 10 al 12 % aproximadamente, y 
en Perú ha descendido del 13 % en 1950 al 
5,6% en 1960. La intoxicación por metales, 
gases, vapores y emanaciones tóxicos, es 
muy común. Por otra parte, las medidas de 
control de nccident’es y de las enfermedades 
inherentes al kabajo son casi desconocidas 
en algunos países, y apenas est’án en sus 
comienzos en otros. 
En general, muchos de estos países tienen 
excelente legislación social, pero, desgracia- 
damente, están orientadas hacia la compen- 
sación, más bien que hacia la prevención. 
Como se verá más adelante, estas mismas 
leyes sociales, si no se conciben y adminis- 
tran debidamente, pueden, en realidad, llegar 
a ser un obstáculo para el desenvolvimiento 
económico y un escollo para cl cont’rol de los 
riesgos en el trabajo. 
Además del gravamen que los accidentes y 
las enfermedades inherentes al trabajo im- 
ponen a la clase obrera en cualquier país, 
nos enfrent,amos también con el problema 
del alto porcentaje de defectos físicos entre 
los kabajadores. Y téngase en cuenta que 
estos defectos se encuentran rnt,re los trabaja- 
dores considerados “sanos”. Los estudios 
hechos en muchos países sobre el estado de 
salud de los trabajadores han puesto de 
relieve altas t,asas de incapacidades físicas, 
como las hernias, deformidades y enferme- 
dades cardiovasculares y dentales; y se ha 
vist,o que hay un porcentaje mucho más alto 
entre los peones que entre los trabajadores 
especializados o profesionales. 
Por otro lado, sabemos por estudios reali- 
zados en las industrias de muchos países-y 
esto sucede también en la ilméricaLatina-, 
que la mortalidad es mucho mayor entre 
trabajadores industriales de todas las edades 
que ent,re la población en general. Los 
trabajadores de las fundiciones de acero, por 
ejemplo, se distinguen por la elevada tasa 
Mayo 1962] HIGIENE DEL TRABAJO 421 
de neumonía y tuberculosis. El cáncer es 
común entre ciertos trabajadores de la 
industria química, y especialmente el cán- 
cer del pulmón. Al estudiar la morbilidad, 
nos encontramos con que las enfermedades 
generales constituyen, sin duda, la causa 
más importante de ausencias en el trabajo, 
e imponen el mayor gravamen económico. 
En muchos de los países latinoamericanos 
se ha comprobado que el trabajador deja 
de trabajar al año de 10 a 15 días por tér- 
mino medio, por diversas causas de incapa- 
cidad, y que el 90%, aproximadamente, de 
estas pérdidas corresponden a enfermedad. 
Si, de acuerdo con los 13 estudios a que se 
ha hecho referencia, se calculan las pérdidas 
pecuniarias debidas a esta elevada tasa de 
incapacidad física entre los empleados re- 
munerados de América Latina, se obtiene 
aproximadamente el 15% de los ingresos 
nacionales, y entre el 50 y el 100% del 
presupuesto nacional correspondiente a 
dichos países. Si bien la salud pública y la 
higiene del trabajo no pueden, por sí solas, 
resolver todos los problemas de salud y 
bienestar social, se sabe que han aportado 
substanciales beneficios en tal sentido. 
A la luz de los datos anteriores, resulta 
difícil comprender cómo hay aún economis- 
tas que no se dan cuenta de que la ímica 
forma efectiva de explotar los recursos 
naturales de un país consiste en mejorar el 
bienestar, la productividad y la solvencia 
económica de sus ciudadanos. La incapaci- 
dad física es un factor económico importante 
del costo de producción en las naciones 
industriales, y sucede lo mismo ya en países 
menos industrializados por efecto de las 
concesiones de la legislación social que influ- 
yen en grado considerable en el aumento de 
los costos, a menos que, al mismo tiempo, se 
ponga en marcha un programa de preven- 
ción. 
Si examinamos algunos de los aciertos de 
la industria en su int,ento de reducir la 
carga económica de la incapacidad física 
para el trabajo, se observa que las industrias 
han adoptado programas de prevención, no 
sólo por consideraciones de carácter humani- 
tario, sino porque constituyen un buen 
negocio. Por ejemplo, la empresa que explota 
Ima gran mina de cobre de Chile, antes de 
poner en efecto un programa moderno de 
higiene y seguridad industrial en 1946, 
gastaba más de tres millones de dólares al 
año por concepto de compensación de casos 
de silicosis y otras enfermedades anejas al 
trabajo. Desde que el programa se inició, no 
se ha presentado ningún caso de silicosis, y 
los gastos totales del programa de higiene 
del trabajo y de prevención de accidentes, 
han bajado a menos del 10% del monto de 
las pérdidas debidas antes a incapacidad 
física de los trabajadores. Pueden citarse 
cientos de ejemplos similares de cómo la 
industria ha descubierto que es un negocio 
productivo emprender un programa de hi- 
giene y seguridad industrial, y brindar un 
servico completo de salud pública y atención 
médica a sus empleados e incluso a sus 
familias. Prueba de ello es que, en un país 
como Estados Unidos, se cuentan por mi- 
llares las empresas industriales que han 
adoptado programas de salud y protección. 
En la América Latina ha sido muy lenta la 
aceptación de programas de este tipo por 
parte de la industria, y si nos preguntáramos 
las razones de esta lentitud, veríamos que se 
debe, en cierta medida, a las bien intenciona- 
das leyes sociales mencionadas anterior- 
mente. 
ADELANTOS ALCANZADOS 
De los 13 países donde se han efectuado 
estudios sobre problemas relativos a la 
higiene del trabajo, sólo nueve han organizado 
programas en este campo, y, de est,os nueve, 
sólo cinco o, a lo sumo seis, se puede decir 
que cuentan con un programa eficaz de esta 
índole. Además, estos países han experi- 
mentado grandes dificultades al tratar de 
convencer a sus empresas industriales de que 
establezcan sus propios programas de higiene 
del trabajo. Como se ha indicado antes, las 
propias leyes de seguridad social promul- 
gadas para ayudar a los trabajadores, a 
menudo han disminuido las posibilidades de 
progreso. Por ejemplo, el industrial de estos 
países que paga los impuestos derivados de 
dicha legislación en pro del bienest’ar social, 
422 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
como seguros de enfermedad, compensación 3) Mejoramiento de la salud, de la protección 
por accidentes y enfermedades inherentes al y eficiencia. 
trabajo, retiros, beneficios de maternidad, 4) Elevación de la moral y mejores relaciones 
programas industriales de bienestar, etc., públicas y de trabajo. 
tiene la impresión de que, con ello, ha hecho 
ya suficiente por el trabajador. Dado que en Como se ha dicho ya, la incapacidad 
muchos países no se concede ninguna reduc- física es un serio factor del costo de produc- 
ción de impuestos en virtud de las mejoras ción, y las naciones de América Latina deben 
que se hagan en las condiciones de trabajo, darse cuenta de que la adopción de una 
el industrial no tiene ningún incentivo para legislación liberal de seguridad social elevará 
mejorar dichas condiciones. Por otra parte, en grado considerable el costo, a menos que 
el trabajador ha sido obligado por sus vayan acompañadas de medidas preventivas. 
sindicatos y aun por organizaciones como la En otras palabras, las leyes ~610 representan 
Oficina Internacional de Trabajo, a exigir la mitad del programa y la prevención 
mayores salarios por condiciones de trabajo constituye la otra mitad. 
especialmente peligrosas o incómodas. En 
muchos países en la América Latina se FINES DE LA HIGIENE DEL TRABAJO 
cuenta con estas leyes de trabajo en condi- A estas alturas, parece evidente que la 
ciones poco saludables y se exige mayor protección de la salud del trabajador y su 
sueldo o un salario de ocho horas por seis de adaptación física y mental al trabajo deben 
trabajo efectivo. Es obvio que nadie sale ser objeto de especial interés, tant,o en 
beneficiado de tal estado de cosas. La beneficio del individuo como de la pro- 
empresa no recibe ningún trabajo por el ductividad. Por lo tanto, se podría decir que, 
dinero extra que paga y el trabajador no por medio de los programas de higiene del 
puede abrigar la esperanza de comprar, con trabajo, se alcanzarían los siguientes fines: 
el salario extraordinario que reciba, unos 
nuevos pulmones, riñones 0 corazón, si éstos a) un ambiente de trabajo seguro y saludable; 
resultaran dañados. Y, por supuesto, la b) un ambiente sano de la colectividad; y 
nación tiene que padecer la carga económica c) una población obrera compuesta de 
que tiroduce tal legislación. hombres y mujeres sanos y bien adaptados 
Ha de tenerse también en cuenta que, en 
a sus actividades profesionales. 
muchos de estos países, se requieren unos Estos fines se deben armonizar con los de 
servicios más adecuados de inspección y 
vigilancia. Si dichos servicios se organizan 
la industria, que consisten en lograr la 
inteligentemente, ejercerán una considerable 
máxima producción de mercancías y servi- 
influencia para que, tanto los trabajadores 
cios de la manera más eficiente y económica. 
como los industriales, se convenzan de la 
‘L’no de los primeros pasos de un buen 
importancia económica de los buenos pro- 
programa de higiene del trabajo en las 
gramas de higiene del trabajo. Los beneficios 
naciones latinoamericanas, es el estable- 
que estos programas representan para la 
cimiento de un departamento competente 
industria, para los trabajadores y para el 
de higiene del trabajo en cada organismo 
país son muchos, si bien pueden resumirse oficial de salud. Estos programas de higiene 
brevemente como sigue : del trabajo deben estar muy estrechamente 
coordinados con el programa general de salud 
1) Disminuciónde gastos de trabajadores y de dichos organismos, ya que es mucho lo 
patronos, como resultado del descenso de pérdidas 
de salarios, gastos por incapacidad física, com- 
que hay que hacer en estos países, en materia 
pensaciones, costo de atención médica, etc. 
de salud pública en general. En estos pro- 
2) Disminución de enfermedades, lesiones, gramas tendrá que colaborar un personal 
altas y bajas de personal, deterioro de materiales, bien preparado y especializado en higiene del 
etc. trabajo, provisto del equipo de campo y de 
Mayo 19621 HIGIENE DEL TRABAJO 423 
laboratorio que sea necesario para la evalua- 
ci6n de los problemas de salud de la industria 
y para el desarrollo de los medios de control 
necesarios. Estos departamentos, a su vez, 
promoverán programas en las industrias, ya 
sea por separado, si la industria es bastante 
grande, o en conjunto, cuando se trate de 
empresas pequeñas. 
Actualmente muchas empresas indus- 
triales de la America Latina vienen nego- 
ciando, o les han sido concedido ya, présta- 
mos de diversos organismos, como el Banco 
Interamericano de Desarrollo, el Banco 
Mundial, etc., con el propósit,o de rehabilitar 
sus industrias o mejorarlas. No sería pedir 
mucho si estas instituciones de crédito re- 
quiriesen a las industrias que solicitan prés- 
tamos, la incorporación a sus planes de 
medidas relativas a elevar la salud, la 
seguridad y el bienestar de sus trabajadores. 
Por ejemplo, a la Corporación Minera Bo- 
liviana, organismo oficial, que administra las 
minas nacionalizades del país, le conceden 
préstamos tanto estos dos bancos interna- 
cionales como el Gobierno de Estados Uni- 
dos. Es de suponer que estos préstamos se 
concedieron con el propósito de rehabilitar 
estas minas para que puedan funcionar 
eficientemente y sobre bases lucrativas. Una 
de las consideraciones principales de una 
empresa así debe ser la salud y seguridad de 
sus trabajadores, puesto que, a menos que 
éstas se tomen en cuenta, no puede esperarse 
una producción eficiente. Es bien sabido que 
estas minas no ofrecen las mejores condi- 
ciones en cuanto a la salud y seguridad 
de sus trabajadores. Algunos de los países 
que gestionan la obtención de préstamos, 
reciben medios de ayudar a la industria en 
la evalución y control de sus problemas de 
higiene del trabajo. 
Para el desarrollo de sólidos programas de 
higiene del trabajo en la América Latina 
deben considerarse los diversos problemas 
existentes y que será necesario resolver antes 
de que dichos programas puedan funcionar 
eficazmente. Es necesario solucionar el pro- 
blema del adiestramiento de personal pro- 
fesional para este tipo de trabajo y, lo que 
es aún más importante, el relativo a una 
adecuada remuneración y a la estabilidad de 
empleo, con el objeto de evitar que, por 
frecuentes cambios de personal, se pierda el 
dinero invertido en dicho adiestramiento. 
Gran parte de la legislación actual sobre 
indemnizaciones a los trabajadores es anti- 
cuada y hay que modernizarla de acuerdo 
con las realidades presentes. 
Es obvio que sólo hemos hablado de un 
modo superficial del establecimiento de pro- 
gramas de higiene del trabajo en la América 
Latina. No obstante, se han aportado datos 
suficientes para demostrar que los pro- 
gramas de higiene del trabajo contribuirán 
en definitiva al desarrollo económico de 
cada nación. 
Por lo tanto, debiera prestárseles seria 
atención al formular cualquier plan en esta 
materia. La mayoría de los problemas con 
que se enfrenta la indust,ria moderna en 
materia de higiene del trabajo son de un 
t,ipo bien conocido, y para los que hay 
soluciones. Todo lo que se necesita ahora es 
poner en práctica lo que se conoce, con lo 
cual se contribuirá al mejoramiento de la 
salud, el bienestar y la productividad de 
millones de trabajadores de la parte meri- 
dional de este Hemisferio.

Continuar navegando