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Introducción

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FORENSE. adj. (del latín forensis). Judicial, abogado 
Del latín forum, espacio libre. Foro, lugar donde los 
magistrados ejercían su jurisdicción y los tribunales 
administraban justicia. Del latín foras, de fuera. 
Los conceptos y opiniones de los artículos son de 
responsabilidad exclusiva de sus autores y no comprometen 
al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
FORENSIS 2005
DATOS PARA LA VIDA
Herramienta para la interpretación, intervención y prevención del hecho violento en Colombia
 Fiscal General de la Nación MARIO GERMÁN IGUARÁN ARANA
 Presidente de la Junta Directiva 
 
 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
 Director General MÁXIMO ALBERTO DUQUE PIEDRAHÍTA
 
 Secretario General LUÍS FERNANDO ARIAS GÓMEZ 
 Subdirector de Servicios Forenses GUILLERMO VELOSA ARBELÁEZ
 Subdirector de Investigación Científica LUÍS ALBERTO RAMÍREZ ORTEGÓN 
 Subdirector Administrativo y Financiero JESÚS HERNANDO AMADO ABRIL
 Jefe División de Referencia de Información Pericial ALEJANDRO CASTAÑO VÁSQUEZ
 Elaborado por:
 DIVISIÓN DE REFERENCIA DE INFORMACIÓN PERICIAL. DRIP
 Bogotá, D.C. Abril de 2006
 
 Grupo Administrador del Sistema de Información
 Técnica en Sistemas DRIP SILVIA ÁNGEL PARRA 
 Técnica en Sistemas DRIP PATRICIA TIRADO CADAVID 
 Técnico en Sistemas DRIP EDGAR JIMÉNEZ GAVILÁN
 
 Grupo de Estadística
 Estadística Especialista en Análisis de Datos MARTHA ISABEL SORIANO BERNAL
 Estadístico, Especialista en Sistemas de Información Geográfica HÉCTOR WILSON HERNÁNDEZ CARDOZO 
 Grupo Análisis Sintésis y Redacción
 Médico Epidemiólogo ALEJANDRO CASTAÑO VÁSQUEZ 
 Psicólogo Epidemiólogo JORGE OSWALDO GONZÁLEZ ORTIZ
 Especialista en Investigación Criminal
 Sociólogo, Especialista en Política Social GERMÁN DE LA HOZ BOHÓRQUEZ
 Psicopedagoga CLARAIVETT CORTÉS CALLEJAS
 Licenciada en Administración y Supervisión Educativa
 Enfermera LUZ ADRIANA RAMÍREZ LORENZO
 Comunicador Social PEDRO CARREÑO SAMANIEGO
 Secretaria DRIP LlLIÁN VERGARA HERNÁNDEZ
 
 Impresión y Encuadernación Imprelibros S.A.
 Primera Edición Mayo de 2006 
 ISBN 958-96959-7-3
 
 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
 División de Referencia de Información Pericial
 Calle 7 A No. 12-61 Torre C Piso 5
 Telefax: 3334794
 PBX: 3334750 Ext. 550-560
 Página Web: www.medicinalegal.gov.co
 Correo electónico: crnv@medicinalegal.gov.co
 Bogotá, D.C. , República de Colombia
 Diseño y Realización KONCIERTO DESIGN
 www.konciertodesign.com
 Javier Alexander Barrera Rivera
 Diagramas Myriam Yomayusa
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
División de Referencia de Información Pericial
Establecimiento Público Adscrito a la Fiscalía General de la Nación
Se permite la reproducción con fines académicos, científicos 
e investigativos y de apoyo a las políticas públicas siempre y 
cuando se cite la fuente.
Agradecimientos
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, agradece a todas las personas que hicieron 
posible ésta edición del Forensis, entre ellos, y de manera muy especial, a los médicos y técnicos en cada 
uno de los puntos de atención del país; a la Unidad de Métodos y Sistemas del Instituto que, con el trabajo 
de los ingenieros de sistemas Pablo Contreras Vargas y Diego Ortiz, contribuyeron a la existencia de la 
aplicación que permite la recolección del dato en todo el país; a la Oficina de Planeación y al ingeniero 
de sistemas Eskil Elsin Sabino.
A los directores de las 8 regionales, de las 32 seccionales y a los Grupos Internos de Trabajo Especializado 
GITAE, Mónica María García Ruiz, Regional Oriente. Alexandra Marthe Manjarres, Regional Norte. 
Patricia Zapata Martínez, Regional Occidente. Jeferson Soler Jiménez, Regional Nororiente. Numael 
Cifuentes González, Regional Noroccidente. Ana Inés Ricaurte Villota, Regional Suroccidente. Luisa 
Fernanda Alarcón Rivera, Regional Sur. Todos ellos y ellas colaboradore(a)s directo(a)s de la División de 
Referencia de Información Pericial, en la recolección y control de calidad del dato.
Así mismo, al Fondo de Prevención Vial y muy especialmente a los doctores Francisco José Fernández 
Mejía, Director Ejecutivo y Jorge Rozo Coordinador Administrativo quienes con su tenacidad y 
compromiso han contribuido con ésta publicación. 
Al artista Darío Fernando Ramírez por facilitar la reproducción de su obra.
CONTENIDO
Editorial 6
Metodología 9
Violencia y ciencia 13
Lesiones de Causa Externa Colombia 2005 25
HOMICIDIO 28
Una aproximación a los contextos 
explicativos de la violencia en Colombia 31
Homicidios Colombia 2005 53
VIOLENCIA INTERPERSONAL 76
Estrategias de intervención para reducir 
la violencia en los escenarios educativos 78
Violencia interpersonal Colombia 2005 89
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR 106
Violencia intrafamiliar 109
Violencia intrafamiliar Colombia 2005 114
DICTÁMENES SEXOLÓGICOS 150
El incesto más allá de lo social 152
Dictámenes sexológicos Colombia 2005 162
SUICIDIO 178
Filicidio-suicidio. Un reto por estudiar 180
Los suicidios Colombia 2005 187
ACCIDENTES DE TRÁNSITO 204
Lesiones anatómicas y factores relacionados con muertes 
de ciclistas en accidentes de tránsito. Bogotá 2004 207
Muertes en accidentes de tránsito Colombia 2005 224
Lesiones no fatales en accidentes de tránsito Colombia 2005 237
MUERTES Y LESIONES ACCIDENTALES 254
Muerte accidental en el adulto mayor: negligencia o desatención 256
Muertes accidentales Colombia 2005 272
Lesiones accidentales Colombia 2005 285
 
Artículo
Violencia interpersonal y factores de riesgo: instrumentos de análisis 302
Reseña del artista Darío Fernando Ramírez 317
EDITORIAL
Cada año las cifras estadísticas sobre violencia son esperadas por toda 
la comunidad y en especial por autoridades y estudiosos de la materia, 
que incluyen a los medios de comunicación, con el objetivo de hacer 
sus propios análisis, tomar decisiones en diferentes campos y generar 
políticas que de manera integral permitan seguir previniendo los hechos 
violentos en sus diferentes formas. Por ello, ante el afán que el tema im-
plica, muchas Instituciones deben apresurarse al comienzo de cada año 
a presentar sus informes, los cuales son divulgados de diversos modos 
corriendo el riesgo de dejar a la libre interpretación éste tipo de datos. 
Por ello el Forensis se aparta de ésta premura y un equipo altamente 
capacitado se da a la tarea de consolidar, revisar y estudiar en detalle 
durante varios meses los datos con el propósito de entregar una obra 
mas profunda y completa. 
Aun así es muy probable que encuentre diferencias entre los informes 
que presentan las distintas entidades, entre ellas la Fiscalía General de 
la Nación, la Policía Nacional, los observatorios de carácter oficial o pri-
vado, etc. Diferencias que son normales debido a que las variables son 
capturadas en momentos distintos de la investigación judicial o con 
criterios diferentes, siendo todos válidos, de acuerdo a la función de cada 
institución. Por ello el lector puede encontrar que los reportes de las dis-
tintas organizaciones, antes que ser antagónicos, son complementarios 
y para ello es conveniente citar el ejemplo de los casos de homicidios: 
Una persona puede ser lesionada en un municipio y las autoridades 
registrarán allí un caso de lesiones, pero si esa persona es remitida a otra 
localidad para que sea atendida médicamente y allá fallece tendrá que 
registrarse una muerte en esa última localidad, así los hechos ocurrieran 
en otra distinta, dándose como resultado una diferencia importante 
entre el lugar de los hechos y el lugar del deceso; además, el criterio de 
homicidio puede ser diferente, ya que técnicamente el homicidio es la 
muerte de una persona a manos de otra, pero luego las autoridades 
judiciales deben analizar si el deceso fue a consecuencia del uso legí-
timo de la fuerza lo cual no configura un delito; tendremos entonces 
otra diferencia entre la información delInstituto y la que reporten los 
jueces o los fiscales. 
Al estudio de la información estadística se une la publicación de textos 
escritos por expertos de varias áreas del Instituto Nacional de Medi-
cina Legal y Ciencias Forenses y también por autores invitados y que 
se desempeñan en campos profesionales afines a los temas tratados 
en el Forensis, lo cual definitivamente enriquece el libro y lo mantiene 
posicionado como el principal medio de divulgación especializado en 
materia de hechos violentos en Colombia. 
Esta publicación se hace con la dedicación de un completo equipo de 
trabajo y de colaboradores que han hecho posible una vez más esta 
entrega. Por ello vale la pena resaltar que este texto es de distribución 
gratuita gracias al financiamiento que hace el Fondo de Prevención 
Vial y al apoyo personal que los directivos de esa Entidad siempre han 
brindado. También es fundamental resaltar la colaboración prestada 
por la Fiscalía General de la Nación, la Policía Nacional, las Alcaldías y 
Gobernaciones, y también otras Entidades que han facilitado las tareas 
de revisión y depuración de datos en procura de un mejor análisis.
Para los coleccionistas del Forensis y para todos los usuarios que a diario 
lo consultan en el texto impreso o en los formatos magnéticos, es im-
portante reiterarles nuestro compromiso con la calidad del libro y con la 
información que contiene. Por esto considero válido informar que este 
año se han añadido varias revisiones de estilo a todos los escritos, se ha 
mejorado en el mantenimiento y actualización de las bases de datos y es 
valioso decir también que el formato impreso emplea papel ecológico 
derivado de caña de azúcar, ratificando el compromiso institucional con 
la preservación del medio ambiente en todas nuestras actividades.
Es pertinente indicar que por diversas razones se toman las proyecciones 
del DANE hechas para el año 2005 según el censo de 1993. La primer 
razón consiste en que ese es el dato oficial de población para el año 2005 
cuyas cifras estamos analizando en este momento; otra razón impor-
tante es que el uso de ese patrón de referencia permite hacer estudios 
comparativos con los datos de años anteriores. Para el próximo año 
emplearemos el mas reciente censo y se hace necesario desde ahora 
advertir que podrán darse cambios relativamente grandes en algunas 
tasas debido a la actualización de las referencias poblacionales mas que 
al cambio de las tendencias en la ocurrencia de hechos violentos. 
Finalmente, además de reiterar el agradecimiento a todos los participan-
tes en la tarea de hacer este libro, agradezco la fidelidad de los lectores 
y los aportes que nos puedan hacer para la mejora continua de esta 
publicación. 
 
MÁXIMO ALBERTO DUQUE PIEDRAHÍTA
Director General
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METODOLOGÍA
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses tal como se 
expresa en la Misión responde a las necesidades científicas del sistema 
judicial colombiano con responsabilidad social, por esto, como valor 
agregado de sus funciones, brinda información derivada de la práctica 
forense a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. 
Para tal propósito implementó desde 1995 el Sistema de Vigilancia 
Epidemiológica de Lesiones de Causa Externa “SIVELCE”, el cual registra 
de manera sistemática y rutinaria datos relacionados sobre eventos de 
lesiones de causas externas tanto fatales como no fatales.
El sistema médico forense colombiano está constituido por los mé-
dicos adscritos al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Fo-
renses y los médicos en servicio social obligatorio, quienes realizan 
las actividades médico-legales con la supervisión de Medicina Legal, 
reglamentado por el Ministerio de Justicia mediante la Resolución 
No.1067 del 14 de mayo de 1987. 
El Instituto cuenta con 142 puntos de atención situados en ciudades 
capitales y en los principales municipios del país1. Los peritos reportan 
la actividad pericial desarrollada en cada punto de atención el cual 
es denominado Dirección Seccional si está ubicado en una capital o 
Unidad Básica, si lo está en un municipio2; la información generada en 
los puntos de atención se define como directa. Igualmente, el instituto 
recibe los datos estadísticos de los médicos en servicio social obliga-
torio de su área de cobertura y de los médicos que laboran en los hos-
pitales públicos Empresas Sociales del Estado (ESE) de los municipios 
del país, ésta información conocida como indirecta. La inclusión de esta 
última información se presenta como complemento a lo realizado por 
el Instituto, y de esta manera contribuye a dimensionar de forma más 
precisa la magnitud de las muertes violentas y lesiones en el país. Con 
el propósito de evitar confusiones a nuestros lectores se aclara que 
de manera general se presentan la totalidad de los hechos violentos 
en el país conocidos por el instituto es decir, información directa e 
indirecta, pero el análisis epidemiológico se realiza sobre las variables 
que captura el sistema de información para el análisis de la violencia 
y accidentalidad en Colombia - SIAVAC, es decir información directa. 
El sistema de vigilancia epidemiológica captura los datos sobre lesiones 
producidas intencionalmente (Homicidios, Suicidios, Muerte Violenta de 
Manera Indeterminada, Violencia Intrafamiliar que incluye el maltrato al 
menor, de pareja, y entre otros familiares; Violencia Interpersonal, dictá-
menes sexológicos) y lesiones no intencionales (Accidentes de tránsito y 
otros accidentes). La información presentada corresponde a un estudio 
descriptivo retrospectivo de los hechos violentos de las variables epide-
miológicas de persona, tiempo, lugar ocurridos en 2005. Los resultados 
se contrastan con teorías y hallazgos registrados en diferentes lugares 
y ciudades del país y de otros lugares del mundo.
1. La presencia institucional se concentra 
en 121 municipios, sin embargo en 
algunas capitales como Bogotá y Cali 
entre otras, hay mas de un punto de 
atención.
2. La excepción a la regla la conforman las 
Direcciones Seccionales de Pamplona, 
San Gil y Buga, que no están ubicadas 
en capitales de departamento. 
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Captura del dato 
Cuando una víctima se pone en contacto con el sistema medico 
forense colombiano, bien sea por muerte con requerimiento de ne-
cropsia o por un reconocimiento médico legal, el perito y el técnico 
recopilan la información proveniente de diversas fuentes como el 
acta de inspección de cadáver o acta de levantamiento, epicrisis, 
oficio petitorio, protocolo de necropsia y/o dictamen médico, esta 
es registrada en la aplicación denominada “SIAVAC”, según la fecha en 
que el usuario es atendido en el Instituto. Posteriormente se genera 
desde cada punto de atención la información sobre lesionados y 
muertos, el técnico forense hace una primera revisión de la misma y 
coloca los archivos en la Intranet de la Institución. 
Una vez enviada la información se revisa en segunda instancia en el 
nivel nacional en la División de Referencia de Información Pericial 
- DRIP para verificar que los registros estén completos y detectar 
posibles inconsistencias. Los errores o inconsistencias, se registran 
en un archivo que es puesto en la intranet para que el responsable 
de cada punto de atención consulte y realice los ajustes necesarios 
directamente en la aplicación los registros. Una vez corregidos se en-
vían nuevamente a la DRIP donde se hace una vez más el monitoreo 
de la calidad de la información.
Definición de caso
Los datos ingresados deben cumplir con la definición de caso pro-
puesta por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Lesiones de 
Causa Externa (SIVELCE), el cual lo precisa como víctima de una lesión 
de causa externa* fatal o no fatal en cualquier sitio de lageografía 
nacional y que es de conocimiento del Instituto Nacional de Medicina 
Legal y Ciencias Forenses. Se constituyen en casos los homicidios, 
suicidios, accidentes de transporte, otras muertes accidentales, o una 
muerte violenta cuya causa no sea determinada; así mismo, la vio-
lencia intrafamiliar, violencia interpersonal, dictámenes sexológicos, 
accidente de transporte y lesiones accidentales.
Adicional a cumplir con la definición de caso, se hace pertinente 
verificar en los datos criterios de inclusión tales como fecha del he-
cho entre el primero de enero y diciembre 31 de 2005, y ser un caso 
de muerte o lesión** que entre en contacto con el sistema médico 
forense colombiano, mediante petición de oficio proveniente de au-
toridad competente. Igualmente se excluye cualquier caso de muerte 
o lesión que no cuente con acta de levantamiento u oficio petitorio 
de autoridad competente.
En todas las etapas e instancias del proceso se garantiza la confiabili-
dad de la información y su manejo adecuado, respetando el secreto 
estadístico, el debido proceso, cadena de custodia, e intimidad de las 
personas, y sin violar los principios éticos de toda investigación. 
* Cualquier daño en el cuerpo o la salud, 
producto de la acción o intervención de 
un agente externo.
** Capítulo XX de la Décima Revisión de la 
Clasificación Estadística Internacional de 
Enfermedades y problemas Relacionados 
con la Salud (CIE 10), Causas externas de 
morbilidad (V01 - 98).
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Con los criterios de inclusión y exclusión definidos anteriormente la 
población de estudio o universo esta constituida por todas las muer-
tes y lesiones consecuencia de los actos violentos y de las lesiones 
accidentales, ocurridas entre el 01 de enero y el 31 de diciembre de 
2005, se incluye de manera general el total de actividades realizadas 
por el sistema médico forense colombiano durante el 2005.
Las variables analizadas en Forensis 2005, son las siguientes:
Persona: 
• Edad, Sexo, Nacionalidad, Escolaridad, Ocupación, Estado Civil y 
Pertenencia a Grupos Vulnerables.
Tiempo: 
• Fecha del hecho, Hora del hecho ó Intervalo de hora, Día de la 
semana, Mes.
Lugar: 
• Departamento del hecho, Municipio del hecho, Barrio del hecho, 
Zona del hecho, Escena y Escenario del hecho, entendiéndose 
éste como la clasificación del lugar o el espacio físico donde ocu-
rrió el evento o fue encontrada la víctima.
Circunstancia: Entre estas tenemos las siguientes: 
• Manera: Concepto que involucra aspectos médicos, legales y la in-
tervención “intencional o no” de un tercero o de la propia víctima; en 
términos generales hace referencia a las circunstancias en las que 
ocurre la muerte de una persona. Las maneras de muerte analizadas 
en este documento son homicidio, suicidio, accidente de tránsito, otros 
accidentes y muerte violenta de manera indeterminada. 
• Actividad: Clasificación de las tareas u operaciones que se encon-
traba realizando la persona en el momento de la lesión, de acuer-
do con las actividades usualmente desarrolladas por la persona. 
• Causa ó Mecanismo: Se entiende como el instrumento o meca-
nismo utilizado para causar la lesión o la muerte. 
• Agresor: Caracterización de la persona que se presume o se sabe, 
ha sido el causante de la lesión. Dicha caracterización se establece 
en función de la relación existente entre el agredido y el agresor, 
de acuerdo con los grados de cercanía entre ellos; va desde los 
lazos de consanguinidad, hasta el desconocimiento absoluto del 
victimario por parte de la víctima. 
• Circunstancia: Situación inicial que originó o impulsó al agresor a 
cometer la lesión, de acuerdo con los indicios, hallazgos, o infor-
mación suministrada por testigos en el lugar de los hechos; por 
ejemplo, riña, atraco, ajuste de cuentas, intolerancia social. 
• Razón de la Violencia Conyugal: Se entiende como el factor que 
llevó al maltrato de pareja. 
• Dictámenes sexológicos: 
• Probable Razón del Suicidio 
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Para el caso de los accidentes de transporte además de contar con 
las variables anteriores, se cuenta con las siguientes: 
• Condición de la Víctima: Clasificación del rol de la víctima según la 
forma del desplazamiento en el momento de causarse la lesión. 
• Clase de Accidente: Forma o manera como se produce el accidente 
de transporte.
• Tipo de Vehículo: Hace referencia al medio de transporte utilizado 
por la víctima en el momento de causarse la lesión. 
• Servicio del Vehículo: Hace referencia al tipo de servicio que prestaba 
el vehículo utilizado por la victima en el momento del accidente. 
• Objeto de Colisión: Hace referencia al objeto contra el cual choca 
el vehículo en el que se transporta el lesionado. Para los casos en 
los cuales el lesionado es un peatón, el “objeto de colisión” será el 
tipo de vehículo causante de la lesión.
Con los datos registrados se realizó un análisis descriptivo tanto uni-
variado como bivariado para determinar la distribución general de 
las variables. También se calcularon tasas brutas de mortalidad y de 
morbilidad en el ámbito nacional, departamental y municipal; y es-
pecificas por sexo y grupos de edad. El cálculo de las tasas se realizó 
aplicando la proyección de la población DANE a 2005, con base en 
el censo de 1993. Para el análisis epidemiológico se destacó la im-
portancia de las variables municipio y fecha del hecho con el fin de 
presentar de manera precisa los hechos violentos en cada uno de los 
municipios del país. 
Como indicador indirecto del impacto de la violencia en la economía 
del país, se calcularon los Años de Vida Potencial Perdidos (AVPP), para 
lo cual se fijo una expectativa de vida de 69,17 años para hombres y 
75,32 años para mujeres3 y los años de vida saludable perdidos (AVISA) 
por lesiones según modelo del Banco Mundial sin realizar ponderación 
por incapacidad.
Un componente especialmente tenido en cuenta en el análisis y 
presentación de los datos, es la tendencia en el tiempo, con el fin de 
facilitarle al lector la comprensión y evolución del hecho violento en 
la presente década.
Por último, se hace necesario informar al lector de las posibles 
o eventuales limitaciones en el registro de los datos, tales como 
subregistro en la información relacionada con las lesiones por 
violencia intrafamiliar, dictámenes sexológicos, accidente de tránsito 
u otras lesiones personales, debido a que la cantidad de denuncias 
es menor con relación al número real de hechos o porque puede 
haber desistimiento a la valoración médico-forense. Otro tipo de 
subregistro es originado por la insuficiente notificación de las 
actividades indirectas de los médicos en servicio social obligatorio, 
tal como lo establece la Resolución No.1067 del 14 de mayo de 1987 
del Ministerio de Justicia.
3. Cifras tomadas de “Situación de Salud 
en Colombia Indicadores Básicos 2005". 
Ministerio de la Protección Social – 
Organización Panamericana de la Salud.
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VIOLENCIA Y CIENCIA
GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA MD 
PSIQUIATRA PSICOANALISTA
Miembro de Número y Coordinador del Comité de Suicidio de 
la Academia Nacional de Medicina.
Miembro de la Academia de Historia de Boyacá.
Miembro Honorario de la Asociación Colombiana de Psiquiatría.
Miembro de la Sociedad y Asociación Colombiana de Psicoanálisis.
Miembro del Instituto Colombiano del Sistema Nervioso. 
INTRODUCCIÓN
Para desarrollar este tema en forma concien-
zuda mas no pormenorizada, voy a permitirme 
definir términos que conllevan una serie de 
conceptos los cuales se refieren a la ciencia y 
éstos aplicados a la violencia, así como ésta úl-
tima analizarla desde el punto de vista científi-
co, lo que implica los principios de causalidadneuro-bio-físico-eléctricos (anatomía, biología, 
fisiología, patología, química, electrónica, neu-
roendocrinología, farmacología y sus relaciones 
con el mundo psíquico y social que incluye la 
historia, la educación y la cultura). Todas estas 
disciplinas tienen no solamente sus modelos 
teóricos sino sus métodos científicos y técnicas 
de investigación.
Ciencia (Algunos conceptos)
Explicar que es ciencia, o conceptualizar sobre 
ella, es una tarea ardua y difícil, más aún cuan-
do tenemos en cuenta el hecho que existe una 
variedad de definiciones, basadas en principios 
filosóficos, físicos, técnicos, metodológicos, etc. 
Al conceptualizar sobre la ciencia, básicamente 
se recurre al saber teórico que, con una técnica 
puesta en práctica, puede demostrar los postu-
lados que en ella se emiten. La demostración se 
basa en el razonamiento de la lógica. Si la gno-
seología se impuso a la ontología, y ésta se basó 
en la filosofía, en el fondo la primera se convirtió 
en una reflexión del saber científico; de tal suerte 
que, desde las matemáticas hasta la sociología, 
han desembocado en la ciencia, la filosofía, la 
metafísica y la ciencia de las ciencias o la epis-
temología. 
Unos y otros enfoques han seguido diferentes 
métodos, unas veces describiendo y agrupando 
los hechos observados, otras clasificando el co-
nocimiento. No hay que confundir aquí el mé-
todo con la ciencia o la técnica, ni los sistemas 
de ordenación con la teoría del conocimiento, 
la que se diferencia de la teoría de la ciencia, 
que a su vez es una consecuencia de aquella; es 
necesario dar un paso más allá en el sentido de 
definir la misma ciencia; es llegar a la ciencia de 
las ciencias, es decir a lo que llamamos epistemo-
logía. Es esta una reflexión de la misma ciencia 
sobre sus fundamentos, proposiciones, métodos, 
sistemas y funciones.
La clasificación de las ciencias desde Platón y 
Aristóteles, ha tenido una serie de ubicaciones 
desde lo sagrado, lo civil y lo natural hasta llegar 
a lo empírico y a la ciencia pura; de lo ideal a lo 
real; de lo fenomenológico a lo interrelaciona-
do; de lo físico a lo lógico; de las relaciones a las 
interrelaciones cualitativas y cuantitativas; del 
desarrollo a lo procesal; de lo sistémico a lo in-
tersistémico; del modo y modelo a lo conceptual 
dentro de todo el pensamiento y a la teoría de la 
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complejidad en forma que se puedan interrela-
cionar disciplinas y encontrar sus funciones y en 
especial, hoy día, la biología molecular y la física 
cuántica, las cuales participan en el pensamiento, 
en las decisiones de la acción.
La ciencia en general también la podemos cla-
sificar en formal (lógica y matemática con sus 
conceptos cuali y cuantitativos), factual, natural 
(física, química, electrónica y biológica) y cultural 
(historia, política, sociología). Entre la natural y la 
cultural estarían ubicadas la psicología, la antro-
pología y el psicoanálisis, complementados por 
la lógica, (véase figura 1).
 Figura 1.Clasificación de las ciencias. 
Clasificación de las Ciencias
Si antiguamente se clasificó la ciencia en na-
tural, civil y sagrada, todas estas clasificaciones 
pertenecían a la facultad de la memoria y a los 
datos de la historia. Fue más tarde cuando la 
razón ocupó su importancia como base de las 
ciencias teleológicas, naturales (física y metafí-
sica) y de las ciencias del hombre (lógica, ética 
y luego la sociología) (Ferrater, 1951). En la in-
troducción se expuso cómo la ciencia puede 
también clasificarse en energética y conceptual. 
De igual manera, podrían ordenarse las ciencias 
de acuerdo con el sujeto, la forma, el hecho y 
la naturaleza de lo que se conoce y estudia. En 
algún momento se habló de ciencia de las for-
mas y de los fenómenos, ahora se habla más de 
“ciencia de las funciones, de los métodos, de los 
procesos, de los conceptos o de la complejidad”, 
que van a dar origen a los principios y a las leyes 
de los mismos.
Actualmente, aludimos más a la ciencia aplicada 
con una técnica que nos ubica en todo el cam-
po de la tecnología; a la vez nos referimos cla-
sificatoriamente a la ciencia de la ciencia y ésta 
la dividimos en externas (psicología, sociología, 
historia de la ciencia) e interna (lógica, metodo-
lógica, filosofía de la ciencia) las cuales nos con-
ducirían a la epistemología y a la semiótica.
La ciencia implica el saber y el conocer; a su vez, el 
saber debe entenderse como la ligazón de varios 
conocimientos que pueden ser aplicados en una 
forma técnica; y no sólo la historia, sino también 
la misma metodología, hace parte del proceso 
del conocimiento. El conocimiento de los instru-
mentos, de los hechos y de los fenómenos que 
intervienen en él son indispensables para el mis-
mo conocimiento. A la vez que esto ocurre en 
el proceso del conocimiento, otros procesos se 
suceden simultánea y/o alternativamente, entre 
ellos el intuitivo, el lógico, el deductivo y el induc-
tivo como método; el histórico y el matemático, 
los que van a prever y a probar los hechos obser-
vados, todo lo cual validaría la observación. 
Este hecho de validar se puede efectuar con pa-
labras o con símbolos de los temas (ciencia) y 
con teorías (lógica) derivadas de la observación 
y de la aplicación. Creo que todo este proceso de 
conocimiento en el que va implícita la validación, 
es cuestión de los niveles del conocimiento mis-
mo y de los de aplicación, práctica de los mismos 
(Sánchez Medina G., 2002).
Para esquematizar el entendimiento de los ni-
veles del conocimiento, estos empiezan desde el 
ensayo-error, del encuentro de semejanzas, de la 
actividad cotidiana, de la experiencia de la cual 
surge un conocimiento que llamamos o deno-
minamos empírico; de aquí partimos a una ob-
servación, a una distinción de propiedades que 
describimos; es así como a esas propiedades les 
damos la denominación de clases de unidades, 
por ejemplo X + Y = Z, (he ahí un modelo) lo que 
equivale a decir que hemos hecho una adición 
y totalización; de lo particular hemos llegado a 
lo general aplicando los métodos deductivos e 
inductivos y es así como se construye un mo-
delo; es decir el o los modelos son la forma o el 
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ejemplo representativo que reproduce la forma 
lógica, o el conocido sistema de enunciados que 
son supuestamente verdaderos para que se den 
las condiciones iniciales. 
Cuando un conocimiento sigue una ordenación 
con modelos, teorías y leyes, es decir se vuelve 
científico, es por que se han estudiado los he-
chos, las formas y la crítica de los mismos para 
obtener un conocimiento válido. De todo esto 
inferimos como los niveles del conocimien-
to parten del empírico y este puede devenir 
técnico (con técnicas), científico (con teorías y 
modelos), matemático (con símbolos), lógico 
(con la razón), histórico (análisis de los hechos 
ordenados), metodológico (con el estudio de 
los modelos), epistemológico (estudio del co-
nocimiento de los modelos y métodos) y por 
último el conocimiento semiótico (estudio de 
los significados) ( Sánchez Media G., 1987).
Entiendo como nivel de conocimiento el hacer 
consciente qué, cómo, dónde, para qué, por qué, 
cuándo y cuánto se ha hecho para lograr encon-
trar la esencia, forma, lugar, fin, tiempo, cantidad 
y por último la causa. Esta forma de sistematizar 
el conocimiento de lo observado ayuda al ser 
humano a descubrir nuevos fenómenos y he-
chos, como también a la posibilidad de formular 
leyes. Por otra parte, el conocimiento se vuelve 
ciencia, es decir, se sistematiza y llega a niveles de 
generalización, y es aquí donde se establece una 
técnica que por su parte se vuelve a sistematizar 
hasta convertirse en estructura independiente a 
la que llamamos ciencia (Federeci, 1975).
Significación del término violencia
Ya ubicadas dentro de este campocientífico trai-
gamos ahora el término violencia, el cual aparece 
en el diccionario de la lengua como la acción u 
obra con ímpetu y fuerza y quien se deja arre-
batar por ella, se deja llevar por la ira; es la acción 
que se ejecuta contra el modo regular o fuerza 
de razón y justicia. En suma es la utilización de la 
fuerza en cualquier operación. Nótese que aquí 
ya estamos utilizando los términos de acción, 
fuerza, ira e impulso, lo cual nos lleva a concluir 
que la violencia conlleva la energía impulsiva 
física y psíquica con una determinada acción y 
cuando ésta está fuera de la razón y de la jus-
ticia nos, indica que pertenece a un desorden 
(Abbagnano, citado por Sánchez Medina G., 
2006ª, en prensa).
La física de la violencia
Por su parte, las fuerzas físico-químico-eléctricas de 
la materia están controladas por cuatro fuerzas o 
energías: dos “fuerzas nucleares” (débil y fuerte) 
que mantiene cohesionado el átomo; este es 
un principio primario donde la fuerza es causa 
y el movimiento consecuencia y causa; a la vez, 
cuando se rompe la cohesión mencionada se 
libera “la fuerza nuclear” bajo la forma de energía, 
la cual es el soporte de la fuerza o “energía elec-
tromagnética” (tercera gran fuerza), cuya conse-
cuencia, podríamos decir, sería la de formar los 
cuerpos (moléculas, especies). Sin estas fuerzas 
todo sería una plasma amorfo, por lo tanto estas 
fuerzas electromagnéticas junto a las nucleares 
produce el estado molecular. La cuarta fuerza es 
la “gravitacional” que está asociada o producida 
por la masa (cuanto mayor sea la masa, tanto 
mayor será la fuerza de gravitación); sin embar-
go, la masa puede condensarse y la gravitación 
aumentar; ésta fuerza actúa para mantener el 
equilibrio entre todos los cuerpos. De tal manera 
que estos “tres campos” (nucleares, electromagné-
ticos y gravitacionales), son los que nos permiten 
entender la concepción del universo y a la vez 
son concebidos para entender el movimiento 
continuo productor de energía, fuerza (centrífu-
ga, centrípeta) en un espacio ilimitado, infinito 
o indefinido, (Serway, 1992, Hawking., 1992, Sán-
chez., 2002). Todos estos “conceptos de fuerza y 
energía, nos llevan a pensar en el leal principio 
de la conservación de la energía, el de entropía 
o desorden (caos) que lleva a un punto cero con 
la entropía nula en donde no puede haber cam-
bio”; en estas dos últimas estaría comprendida 
toda la teoría de la complejidad, y finalmente lle-
gamos a la pregunta ¿por qué en un mundo que 
tiende al desorden entrópico, se observa tanta 
estructura ordenada?; ¿cuáles son las energías 
y fuerzas causantes de la complejidad y caos?; 
¿es que existen los potenciales caogénicos y 
complegénicos inherentes a la creación y a la 
naturaleza?, ¿qué tiene que ver todo esto con la 
violencia? Las respuestas son múltiples. Desde 
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mi punto de vista pienso que aquella, la violen-
cia, es una consecuencia multideterminada, pero 
que confluye en un acto que lleva al desorden y 
que a su vez puede conllevar un orden.
Científicos de distintas disciplinas (especialmen-
te me voy a referir a los biólogos y a los psicoana-
listas), se refieren a cómo la misma biología trae 
la explicación de las “pulsiones de vida y muerte” 
postuladas por Freud en el Siglo XX en “Más allá 
del principio del placer” (1920). La pulsión de vida 
nos refiere a toda la unión, construcción y crea-
ción; la segunda, a los mecanismos que nos per-
mite mantener los intercambios de la biología 
molecular y producir la destrucción; por ejem-
plo: con los linfocitos como células defensoras, 
la muerte por apoptosis o la producción de lin-
focitos T llamados neutros o asesinos naturales; 
es por esto que se les denomina “células asesinas 
naturales” que desempeñan la vigilancia inmu-
nológica contra tumores o las “células zombis” y 
“las suicidas”. Parecería que nuestro organismo 
estaría diseñado para una autorregulación de 
fuerzas, que en toda la complejidad de funcio-
namiento tiende al orden, al equilibrio el cual 
puede llegar al desorden y caos y aún llega para 
pasar por la muerte.
Todos estos principios de la física y de la biología 
molecular se interrelacionan con los principios 
inconscientes (principio de constancia, de inercia, 
de compulsión a la repetición, del placer-displa-
cer, del principio de realidad, autorregulación y 
autoestabilización) (Sánchez Medina G., 2002).
 
Violencia y sociedad
El lector aquí podría llegar a una conclusión sim-
plista, y, es, a que la violencia se justifica porque 
es una ley natural; sin embargo, tengamos en 
cuenta que las leyes naturales deben equilibrar-
se con las histórico-psico-sociales; de ahí que el 
ser humano a través de la historia ha aprendido 
no sólo a dictar normas y leyes sino a hacerlas 
cumplir y para ello se necesita un orden, una 
disciplina, un mandato. 
Se ha venido reflexionando con respecto a la 
necesidad de la igualdad, y de ahí nació el con-
cepto de justicia que implica libertad, felicidad, 
utilidad común y paz para conservar el orden en 
la sociedad y así hacer posibles la relación entre 
los hombres, normalizando sus comportamien-
tos. Todo esto incluye el dar y/o tener, cada cual 
lo suyo, no cayendo en el absurdo del desequili-
brio de los derechos, deberes, libertad y poderes. 
He aquí otro problema y es el que se refiere a 
la ley o norma cuando el equilibrio deseado no 
existe para la mayoría (sociedad) y más cuando 
es la minoría la que lo dictamina. De esto se con-
cluye la gran necesidad de hacer hincapié en los 
valores individuales y colectivos. Aquí otro pro-
blema, y es el que se refiere a las identificaciones 
con la justicia. ¿Con cuál valor predominante nos 
regimos?, ¿será la paz el fin primordial y es acaso 
la paz una utopía y una esperanza?, ¿será todo 
esto un ideal que pertenece al campo de la tau-
tología?. Responder será cuestión de entender 
todos estos conceptos dentro de los diferentes 
campos filosóficos, científicos, jurídicos, políticos 
y naturales en la búsqueda del ya enunciado 
equilibrio y orden dinámico (bio-físico-químico-
eléctrico-psico-social), en el que se pueden ver 
los fenómenos de la agresión y/o violencia como 
defensas y/o acciones destructivas.
El hombre, la historia, 
la sociedad y la violencia
En términos generales, encuentro que muchas 
disciplinas sociales parten de la necesidad del 
hombre en el poder reconocer (volver a cono-
cer o simplemente conocerse) buscándose a sí 
mismo; ese es también el objetivo del psicoa-
nálisis. La búsqueda y el encuentro nos llevan 
obviamente al entender, al comprender, dando 
explicaciones; en el caso del ser humano, de los 
actos biológicos (orgánicos), de los psicológicos 
y sociales; el producto es el ser (la imagen) del 
hombre y su medio ambiente. Pienso que el ser 
humano es la consecuencia de la evolución de 
lo inorgánico a lo orgánico, llegando a una inte-
gración de sistemas que configuran la vida hu-
mana. “El hombre para poder sobrevivir requiere 
de una tríada” que el Profesor Federici la dejaba 
explicitada: “naturaleza, cultura e historia”; cada 
uno con sus opuestos devenidos del mismo ser, 
con sus fuerzas destructoras.
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Desde cierto modelo triangular, pienso que el 
hombre se mueve en tres ejes: el querer, el poder 
y el deber para así hacer, tener y ser en los tres 
planos: el genético, el natural y el social, en los 
cuales se mueve la materia, la energía y el impul-
so; todos estos tres planos son estudiados por 
diferentes ciencias y aún se tratan de cuantificar 
por las ciencias exactas. 
El intercambio al que se refiere el citado autor, 
tiene que realizarse en los diferentes campos y 
códigos (físicos, químico, eléctrico, genético y 
psicosocial) para integrar una acción global. La 
aparición de los órganos con los telesentidosy 
sus funciones se tiene que entender como “un 
producto entre el ser y el mundo”. De tal forma 
que los órganos surgen como medios de adapta-
ción a la supervivencia en el desarrollo evolutivo; 
por ejemplo, los sentidos, las manos, las piernas 
no son sólo órganos de trabajo o producto de 
él sino la adaptación a la supervivencia con la 
tendencia evolutiva. El hombre con sus aparatos 
senso-perceptores perciben el placer y dolor; 
estos aparatos deben integrar señales codifica-
das y decodificadas para equilibrar, apaciguar y 
modificar tensiones. En los vegetales no existen 
los aparatos senso-perceptores, de igual manera 
que en los animales, pero existen los sistemas de 
homeóstasis como protosistemas de relación 
que buscan o encuentran un equilibrio.
Los “vínculos hombre-naturaleza-hombre” y 
producto de la misma “relación hombre-otro 
hombre”, van a dar como resultado también una 
serie de estructuras. De la misma manera como 
lo realiza madre-padre-hijo, yo-tu-nosotros. En 
estas relaciones y vínculos en que se pone de 
manifiesto lo filo y ontogenético con códigos 
informantes lingüísticos culturales con signifi-
cados y sentidos que interpretados llevan al en-
tender y comprender. Si bien se piensa que en 
el comprender no se requiere explicación y en 
el entender se obliga a ello, pienso que podría 
formularse al revés, porque en el comprender 
existe un mecanismo de incorporación e identi-
ficación, en cambio en el entender es un “‘tener”, 
“en” un afuera. La “comprensión conlleva más algo 
interno”; el entendimiento es algo externo. De tal 
manera el último es algo más explicativo inte-
lectual y conceptual externo, y la comprensión 
más intuitivo conceptual interno. Cuando uno 
se comprende se redescubre, se reencuentra 
(significados y sentidos); sin pretender agotarlos, 
el conocimiento se sitúa en la posibilidad de un 
proceso vital; ese sería uno de los sentidos de 
la vida no sin pasar por el temor, el miedo, la 
angustia y la inhibición. La adaptación sería un 
paso que nos daría seguridad. 
Algunos autores se refieren a que el hombre va 
más “allá del propósito de ajustarse, de acomo-
darse a su medio; el hombre se abre al mundo”: 
pienso que también descubre y abre el mundo 
para sí, siempre y cuando conozca las relaciones 
del mundo interno con el mundo externo. Si el 
hombre “se opone a lo que es por lo que no es”, 
debido a sus mismas fuerzas contradictorias que 
funcionan en la libertad del hombre. El animal 
vive limitado, el hombre rompe límites en su pen-
samiento, especialmente en su témporo-espa-
cialidad; de ahí que Sartre escribe: “El hombre es 
el animal condenado a la libertad”, (Sartre, 1943) 
El hombre es una posibilidad y al mismo tiempo 
tiene la posibilidad de desarrollarse, de inhibirse 
de sobreponerse; es así como construye con su 
consciencia sus propias posibilidades.
Cuando revisamos la literatura sobre este tema, 
desde siglos discutidos más por los filósofos que 
por los científicos, y más cantado por los poetas 
y políticos que por los psicólogos y sociólogos, 
debemos aclarar de todas formas a qué libertad 
uno se está refiriendo. Hay libertad para amar, 
libertad sexual, social, religiosa, de expresión, li-
bertad de conciencia, de pensamiento, de saber, 
libertad personal, y aún libertad para declarar 
la guerra y ser violentos, etc; todas estas liber-
tades humanas han diferido no sólo según el 
momento histórico sino de acuerdo con el lugar 
en que se contemplen. Por eso es muy diferente 
la libertad de hace diez siglos que la de nues-
tros días, lo mismo que lo es la de Nueva York 
o la de Tierra del Fuego, la de Oriente o la de 
Occidente, pese a que en la actualidad hay una 
tendencia a unificar la libertad para el derecho 
de saber, de aprender y de vivir; pero nadie en 
todo momento es libre completamente, ni lo 
ha sido; las libertades también son cambiables 
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y modificables. El sujeto siempre se ve obligado 
a someterse, a limitarse en su libertad y a ensan-
char el campo de sus posibilidades.
No hay nada que pueda considerarse inevita-
ble y perdurablemente libre; lo que importa es 
buscar el camino de las posibilidades, y como lo 
expone Karl Jasper en su obra Origen y meta de 
la historia, “En nosotros está lo que llega a ser, y 
en definitiva en cada individuo, aunque ningún 
individuo decide el curso de la historia…”, es “… 
el sentido de la libertad lo que debe valer como 
el verdadero ser y el verdadero hacer el hombre”, 
(Jasper K., 1953).
Para el mismo autor en su obra Balance y pers-
pectiva, libertad es “pensar por sí mismo, actuar 
por propia convicción, y por tanto, conducir la 
vida con la continuidad y consecuencia del pro-
pio ser… La vida cotidiana parece enseñarnos 
que muchos hombres no saben lo que quie-
ren si no se le dicen. La mayoría no parece vivir 
desde sí mismo, sino de imitaciones, del placer 
momentáneo, de costumbres inexplicadas y 
llevados de sugestiones. Es como sí, por así de-
cir, encontraran dentro de sí mismo un abismo 
vacío ante el cual huyeran hacia el exterior, bien 
haciéndose valer ante otros mediante gestor y 
organizaciones, bien en una obediencia de cual-
quier clase cuando no pueden hacer más que 
obedecer, con la conciencia de ser parte de una 
fuerza irresistible. La libertad significa para ellos 
la violencia, en la que participan sufriéndola y 
haciéndola sufrir a otros” (Jasper K., 1953).
Aceptemos que el ser humano, como el animal, 
tiene tres posibilidades: la huida, la parálisis y la 
lucha; sin embargo, existe otra posibilidad más, 
la de pensar y expresar sus afectos y emociones, 
la de cambiar y de tal forma puede realizar la 
creatividad. Si bien el ser humano puede des-
cubrir y el animal no, el primero además puede 
prever, y prevenir hasta cierto punto el porvenir. 
Pienso que lo importante es la adquisición de 
ser él mismo, es decir de adquirir su propia iden-
tidad a través del tiempo. Ese sería el deber y su 
destino, conociendo sus límites y sus fronteras 
que tienen que ver con la naturaleza, la cultura 
y la historia.
De tal manera el hombre se presenta como 
producto y productor de diferentes procesos, 
es también productor de sí mismo y así crea su 
espacio, su mundo, su lenguaje, su pensamiento, 
conociéndose a sí mismo y al mundo que lo ro-
dea. Si bien el ser, para llegar a ser humano, pudo 
pasar de vegetariano a carnívoro, en ese paso 
estaba implícita toda una organización grupal, 
la adaptación, el trabajo, el principio de realidad 
para adquirir seguridad con el pensamiento; uno 
y otros (organización grupal, adaptación, trabajo, 
realidad y seguridad) fueron desarrollándose e 
interrelacionándose con sus propias necesida-
des y fines.
La ciencia, los hechos, la investigación de los 
mismos y su interpretación, se hace gracias a 
la capacidad del hombre de pensar y conocer; 
con ello también tuvo un fin: llegar a su propia 
adaptación. Todas estas disquisiciones sirven 
para ubicar al lector en el conocimiento de sí 
mismo y en especial con respecto a sus instintos, 
pulsiones, tendencias, conductas que en este 
trabajo se centran en la agresión y violencia en 
relación consigo mismo y la sociedad buscando 
raíces, principios de causalidad, la dinámica, la 
patología y así también poder pensar en las so-
luciones que el hombre como constructor de su 
propia historia, debe responder y responsabili-
zarse para madurar o mejorar sus condiciones 
a diferentes niveles.
Orígenes históricos de la violencia
Las raíces de la violencia tienen distinto origen, 
ya sea de tipo histórico, hereditario, psico-social, 
político, económico o religioso; todas ellas con 
sus repercusiones mentales. La violencia la deno-
tamos desde lo ocurrido en el “paraíso terrenal”. 
He ahí el problema territorial que se defiende o 
se ataca por y/o para la adquisición de los frutos 
de pan comer o de la caza y que luego se ha 
venido repitiendo y racionalizadoen diferentes 
formas. Hoy nos enfrentamos a las necesidades 
del poder económico que manejan al hombre 
en sus necesidades, deseos y ambiciones. Véase 
en la historia, todas las experiencias que han pro-
vocado las guerras, las cuales pudieron iniciarse 
por el control de la posesión de la mujer, del 
espacio, de los objetos, del techo (cuevas), de 
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la recolección, de la caza; fue mucho más tarde 
cuando se peleó por el oro (amarillo), negro (el 
petróleo) y el blanco (coca), o por piedras pre-
ciosas todas estas fueron catalogadas como ri-
quezas para tener el poder adquisitivo.
En la Biblia ya está escrito un destino mítico, 
parcial, siniestro, arcaico, compulsivo, repetitivo 
del crimen, la muerte del hermano, el odio de-
moníaco dramático que se repite a través de la 
historia en guerras, genocidios, luchas fratricidas, 
procesos de sojuzgamiento y modos diversos 
y sofisticados de secuestro-asesinato de ideas, 
de hombres, pueblos, efectuados por aquellos 
que se han creído ungidos por el bien (Abel) 
frente a los descalificados (Caín), sin contemplar 
la esperanza en otro hijo de Adán y Eva llamado 
Set, posiblemente integrador de lo bueno y lo 
malo. A la vez, se fue construyendo el imaginario 
social del héroe, triunfador sobre el otro, el cual 
era sometido.
También observamos a través de la historia 
cómo siempre está presente el Dios-Padre, juez, 
testigo y verdugo que castiga y perdona, que 
acusa y calla, que se hace presente y ausente 
con una visión más en el afuera, en lo externo, 
pudiendo dejar a la madre (Patria) abandonada 
y a los hijos a la deriva de su rebelión; de ahí 
que se pueda desprender un sentimiento de 
abandono continuo con la carencia del padre 
que ordena, aconseja, guía, da fuerza y seguridad, 
prodiga techo, comida y posibilidad de conoci-
miento (educación) e integra el primer grupo 
social: “el hogar”. 
En nuestro medio ambiente la observamos en 
diferentes tribus precolombinas que se veían 
abocadas a la inclemencia de las tierras bajas. 
Parece que el precolombino buscó refugio en 
las alturas y así encontró una disminución de la 
agresión, hasta la llegada de los conquistadores, 
que con su codicia irrumpieron y transgredie-
ron los valores, los principios de pertenencia de 
bienes y de la vida, como también en la credi-
bilidad del extraño y extranjero gestándose la 
desconfianza interna y externa del iberoameri-
cano, el cual en la época colonial fue conside-
rado de “segunda”.
Paso a paso se fue sembrando la semilla del 
odio, del rencor y del resentimiento, la que dio 
como frutos nuestra independencia de la ma-
dre patria por un lado, y por otro, enemistades 
e inquinas por diferentes razones, pero que en 
suma fraguaron un odio ancestral. Sin embar-
go, entendamos que esa agresión y violencia 
son inherentes al ser humano. Entendamos a la 
vez que algunos países latinoamericanos toda-
vía viven residuos coloniales, no sin presentarse 
revoluciones y conflictos armados reivindicato-
rios. Es la frustración provocada por la injusticia 
y desequilibrio socio-económico y cultural que 
sellan con la exclusión y humillación la fragua 
de las revoluciones.
Guerras civiles, luchas políticas, derramamientos 
de sangre han ocurrido en nuestra tierra des-
de que nacimos en las distintas civilizaciones 
occidental y oriental. Desafortunadamente, el 
niño ha crecido en estas tierras con el temor a 
Dios, al conquistador, al “extranjero”, a la ley, a la 
justicia, a la autoridad. Al mismo tiempo que esto 
ha ocurrido se prendió el fuego de la “codicia” 
y el “poder” con y por el dinero, minándose los 
valores, las estructuras institucionales, el dere-
cho de gentes. La agresión no sólo la notamos 
actualmente en la guerrilla, el narcotráfico, los 
paramilitares, la delincuencia común, sino en los 
llamados delincuentes de cuello blanco, de las 
grandes empresas internacionales, en la mala fé 
colectiva, en el ataque a los valores, en el irres-
peto a la individualidad, a las creencias e ideolo-
gías y hasta en la misma palabra libertad. Moral 
e ideología son desfiguradas racionalizándose el 
mal y dándosele un “valor” al mismo. Las palabras, 
el discurso, la reflexión ya no sirven, sólo cuentan 
los hechos. El orgullo radica en el “tener” para 
mostrar; esa es la cara con que se presenta una 
falsa identidad del “self” (“si-mismo”); es la mentira 
la que impera con el objetivo de llegar a lo más 
alto del poder, del control sobre los demás, ya 
sea éste individual o colectivo, y todos, de una 
u otra manera, nos convertimos en cómplices 
tolerantes de las tendencias anti-sociales.
La condolencia, la solidaridad, la empatía con el 
dolor ajeno, se han esfumado en nuestro sentir 
cotidiano, porque lo que importa es la superviven-
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cia enfrentada a la envidia del vecino. La salida se 
busca en el bienestar económico. Los noticieros a 
diario nos informan de las atrocidades y barbaries 
de la violencia del ser humano. Últimamente nos 
horrorizamos cómo se maltrata y se comete el 
infanticidio en seres, obviamente, indefensos sin 
haber conocido el mal; parecería que el absurdo, 
la psicosis barbárica inundara al adulto enfermo 
que no perdona la fragilidad y la sonrisa o el jue-
go o lágrimas de los niños inocentes.
Entendamos cómo la agresión de nuestra raza 
precolombina se mezcló con la ibérica y la negra; 
de esa fusión nació una voluptuosidad que bien 
puede tener dos ramas: una la creativa construc-
tiva llena de vida y la otra la destructiva. El dilema 
subsiste entre violencia o creatividad, renuncia 
o apropiación; en ocasiones se contraponen las 
palabras libertad esclavitud o sometimiento, el 
cual a veces raya con el anterior (la esclavitud) 
despertándose. 
Por su parte, el hombre desea su triunfo con la 
arrogancia enmarcada en ocasiones con una 
seudo verdad o con, repitámoslo, el poder sobre 
la masa, y que el dinero venga de donde viniere. 
La culpa se la desplaza de un lugar a otro, negan-
do o desconociendo que todos somos culpables 
y/o responsables de nuestra propia historia y co-
tidianidad individual y colectiva. Es necesario ser 
conscientes y no dejarnos caer en que “si todos 
somos culpables, nadie es culpable”.
.Algunas veces se escribe que nuestra herencia 
violenta depende de las “diferentes razas pre y 
post-colombinas”, al mismo tiempo se hace hin-
capié en que aquélla, la herencia, se presenta 
más en unas ocasiones que en otras; sin embar-
go, el hecho es que actualmente, este mundo en 
que vivimos, ya en el siglo XXI, nos encontramos 
con la tragedia del hombre contra él mismo, en 
sus diferentes aspectos; esto es lo que predo-
mina; se ha escrito que si el hombre no le teme 
al hombre, debe temerle a Dios, pero si él no 
existe, ¿a quién se le teme? En algunos países 
anglosajones y árabes todavía persiste el temor 
al castigo infligido por el hombre; por ejemplo, 
la pena de muerte, la mutilación de miembros 
o extremidades, o la condena perpetua. 
La ley, allí es inflexible, se cumple, y el hombre, 
movido por el temor al castigo, cumple con la 
ley; esa sería la supervivencia de la existencia y 
la libertad que se da en el hombre, controlando 
la violencia, dándole orden al ser humano sin 
dejarlo en un libertinaje descontrolado y que se 
ahogue en la mentira condicionada, en revolu-
ciones o negociaciones anti-sociales incoheren-
tes, confusas, destructoras de la sociedad actual, 
la cual se encuentra en la franja del cambio entre 
el autoritarismo patriarcal y la democracia par-
ticipativa.
Pensadores, politólogos y científicos se refieren 
a la necesidad de darle solución a los problemas 
demográficos con una economía progresiva 
dentro de un contexto y una tecnología inte-
gradas a la vida económica internacional, que 
implica un equivalente entre la oferta y la de-
manda, entre lospaíses industriales y los que no 
lo son, con los recursos naturales y alimenticios 
de las diferentes regiones del planeta.
De una u otra manera nos encontramos con las 
relaciones humanas, las que cada día son objeto 
de mayor estudio por parte de filósofos, médicos, 
políticos; sociólogos y psicólogos, quienes tra-
tan de encontrar el mejor de los caminos en su 
entendimiento común; algunos de ellos hacen 
énfasis en la necesidad en que el hombre renun-
cie a parte de sí mismo en aras de un “nosotros” 
por el bienestar común.
La violencia en Colombia en el Siglo XX
El análisis de la violencia en Colombia en el trans-
curso del siglo XX hay que contemplarlo desde 
la perspectiva del determinismo y la multicausa-
lidad, así como del entendimiento de los fenó-
menos del proceso histórico, que también hacen 
parte de lo que está determinado por diferentes 
factores nacionales e internacionales, a más de 
los provenientes de épocas anteriores.
El proceso histórico implica diferentes factores, 
fenómenos, sistemas, que se interrelacionan 
unos con otros en el imbricado desarrollo social 
que también implica progreso y regresos en la 
evolución del hombre.
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Todas las sociedades han pasado por épocas 
con polimorfismos de violencia, y así también 
se han creado héroes ideales que muchas veces 
terminan sacrificados como mártires expiando 
la culpa con el castigo del dolor físico, psíquico 
y social. El ser humano requiere de estos héroes-
mártires por sus propias necesidades de idealiza-
ción. He ahí una transición del ser humano que 
idealiza omnipotentemente para luego convertir 
el ideal en lo heroico y luego en lo sagrado.
Colombia recibió el Siglo XX con conflictos. Así 
en 1900 Marroquín derroca a Sanclemente, Pa-
namá entra en guerra, se presenta la barbarie 
de Palonegro y la Guerra de los Mil Días sigue 
su curso hasta el año 1902; al año siguiente se 
pierde Panamá, Reyes entra al poder y luego vie-
ne el atentado contra él en 1905; en 1910 esta-
lla la revolución en México y en 1911 el primer 
conflicto con Perú; en 1914 la primera guerra 
con Europa y es asesinado Uribe Uribe; en 1917 
triunfa la revolución socialista en Rusia. Desde 
ese año hasta 1928 existe una aparente calma 
que termina con la huelga bananera y su ma-
sacre; en 1931 se inicia la violencia política y al 
año siguiente estalla la guerra contra Perú; en 
1935 se habla de la revolución en marcha de 
la República Liberal. En 1939 estalla la Segunda 
Guerra Mundial, finaliza la Guerra Civil española, 
Alemania invade Rusia, Estados Unidos entra en 
la Guerra, en 1943 Colombia entra en Guerra con 
Alemania; en 1944 se inicia el desembarco en 
Normandía y al año siguiente estalla la bomba 
atómica, finaliza la Segunda Guerra mundial; dos 
años más tarde matan al líder socialista Gaitán. 
Desde ese entonces la violencia política polari-
zante se sucedió en diferentes formas, viene la 
dictadura de Rojas Pinilla, la junta militar seguida 
por el Frente Nacional y luego la democracia no 
sin presentarse los alzados en armas que luego 
fueron convirtiéndose en narcoguerrilla, para-
militares y delincuencia, todos ellos armados 
para proteger su supuesto poder o creencias 
en su propia justicia aplicada en diferentes re-
giones. Aquí es necesario hacer hincapié cómo 
los mismos estados capitalistas se defienden in-
virtiendo grandes sumas en armamentos para 
sostenerse en el poder económico y social. En 
todo este transcurso del tiempo han pasado 
épocas de “silencio” que luego despiertan con 
fuerzas agresivas polarizantes políticas (liberal-
conservadoras), capitalistas, socialistas, teñidas 
con deseos de cambios y poder. Obviamente, 
toda acción tiene su reacción y muchas revolu-
ciones están movidas por los deseos de evolu-
ción y cambio. Las siembras y cosechas no son 
sólo de la tierra sino son efectuadas en la mente 
del individuo y la sociedad. Desde este punto de 
vista, lo que estamos observando es la violencia 
como cosecha del odio.
Nuestra violencia, si bien desde épocas remo-
tas, nace por las necesidades de poder, libertad, 
posesión, deseo de hacer justicia y tener seguri-
dad, todas ellas (las fuerzas) pudiendo organizar y 
desorganizar, componer y descomponer, equili-
brar y desequilibrar al hombre y a la sociedad. En 
todo este proceso ocurre una serie de vicisitudes 
en que los valores humanos se defienden o se 
atacan y así tenemos afectada la vida en comu-
nidad. Deberes y derechos son aumentados o 
disminuidos, atacados y defendidos. Al fin nos 
encontramos con el valor más importante del 
ser humano: la vida. Esta es usurpada en sus dife-
rentes niveles por las fuerzas agresivas, las cuales 
muchas veces surgen descontroladas hasta lle-
gar a la pérdida de valores, porque el egoísmo 
y el narcisismo maligno, toman predominio y 
con ellos la destrucción interna (masoquismo) 
y la externa (sadismo) son las que predominan, 
llegándose a la muerte.
El poder a su vez puede ser el económico (capita-
lismo salvaje), los llamados “trust” de las multina-
cionales, no siempre transparentes y generosos 
con los países llamados del tercer mundo, el 
narcotráfico y tráfico de armas, o la explotación 
de los medicamentos, y así sucesivamente para 
desvanecerse la evidencia de la explotación con 
pactos económicos desequilibradores o el poder 
de la fuerza (guerrilla), autoridad, o el ideológico. 
Estos tres poderes se unen a la ya mencionada 
libertad y a las necesidades de posesión de tierra, 
alimentos, familia, mujer, hijos que nos llevan a 
la autoconservación y a la seguridad de la vida. 
Sin embargo, estas grandes necesidades (poder, 
libertad, posesión y seguridad) pueden ordenar-
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se u organizarse en leyes justas para preservar la 
sociedad, pero a la vez pueden corromperse, es 
decir, desviarse de los fines justos y tomar vías del 
ya nombrado narcisismo maligno, destructor en 
el que la competencia, la rebeldía, la envidia, la 
voracidad, los celos, la codicia, la avaricia, la sober-
bia y la lujuria todas ellas imperan como fuerzas 
impulsoras primarias y desestabilizadoras, produ-
ciendo desequilibrio e injusticia y una falta de 
consciencia y respuesta social.
Existen una serie de mecanismos psicológicos que 
participan en el desarrollo de la violencia y entre 
ellos están la negación de los valores internos y 
externos, el negativismo, la represión y con ello 
la frustración y la intolerancia. Como consecuen-
cia se despierta la violencia en contra de esos 
mecanismos.
Si bien, hay principios de causalidad, específicos 
en nuestro medio-ambiente colombiano, referi-
dos a los producidos por ideologizaciones políti-
cas, también los hay provenientes de los deseos 
de poder económico y de la desaforada nece-
sidad de posesividad y libertinaje. A todo esto 
se le suman los factores externos o heredados 
(América indígena, las guerras precolombinas, la 
importación de la esclavitud). Así como el descu-
brimiento, la conquista, colonia, independencia, 
a la vez, las guerras civiles tuvieron sus violencias 
y fueron despertadas por necesidades y ambi-
ciones económicas de los participantes y prota-
gonistas violentos de cada época; de la misma 
manera a nivel mundial, la Revolución Francesa, 
la Primera y Segunda Guerras Mundiales, la re-
volución industrial, la sociedad de consumo, las 
necesidades básicas (agua, comida, techo, trans-
porte, trabajo, salud, educación). De todo esto se 
concluye el ya nombrado determinismo y multi-
causalidad de la violencia colombiana incluyen-
do la genética de ciertos pueblos específicos; 
todos estos hechos históricos, han repercutido 
en nuestra vida nacional.
Una pregunta que surge aquí es, ¿qué hacer o 
cómo podemos evitar la violencia? La respuesta 
no es una. Sin embargo, se trata de ser conscien-
tes de los mecanismos y factores decausalidad 
que provocan o determinan la violencia. Es decir, 
primero hay que hacer consciencia de lo que 
ocurre dando un diagnóstico. En segundo lu-
gar se deben diseñar medios preventivos para 
encauzar las necesidades y las fuerzas que des-
controlan al hombre. Desde un punto de vista 
general y de salud mental, pienso que la cul-
tura, el trabajo y la recreación son las que nos 
dan la posibilidad de encontrar una disciplina, 
un cambio de actitudes y el encuentro de otro 
camino para manejar nuestras necesidades y 
así conseguir un mejor control y sublimación 
de las fuerzas impulsivas o instintivas primarias 
perversas destructoras.
La violencia que parte de los impulsos instinti-
vos, instinto de muerte, pueden conectarse con 
el instinto de vida y con ello con las emociones, 
los sentimientos, los deseos y las necesidades a 
través del tiempo; de tal manera, el fenómeno 
de la violencia se presenta como multidetermi-
nado y polifacético presentándose en el campo, 
en las ciudades, en la vida común, en la política, 
en la economía, en la pareja y aún teniendo sus 
raíces humanas desde antes del nacimiento en 
el embarazo no deseado y en las relaciones de 
la madre con su feto. 
Así también podemos observar la violencia en 
las relaciones de pareja, en el trabajo, en la familia, 
en o por la autoridad paterna o sus derivados; en 
el erotismo con la violencia sexual, en las ideo-
logías que pueden llevar a fundamentalismos 
étnicos y religiosos, presentándose el terrorismo 
y el secuestro, la guerra de guerrillas, los parami-
litares, el narcotráfico y toda la delincuencia con 
la psicopatías o trastornos psicopatológicos en 
los cuales se incluyen las adicciones; la violen-
cia es algo cotidiano, teniendo ésta un impacto 
especial; así mismo vemos cómo la tecnología 
puede usarse como medio de comunicación, 
de distracción y de violencia. Todas estas for-
mas de violencia, más otras, pueden ser tema de 
análisis y discusión, así como las ya nombradas 
carencias y explosiones en la sociedad con toda 
su psicodinamia; a la vez, se puede hablar de 
una economía de la violencia (narcoeconomía), 
economía de la guerra, en la compra y venta de 
diferentes insumos, desde los bélicos hasta los 
productos de supervivencia.
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A su vez, todas estas temáticas y planteamientos 
conceptuales nos llevan a pensar en cuales serían 
las soluciones. La respuesta puede iniciarse en los 
cambios socio-políticos-económicos y psicoló-
gicos hasta llegar a la solución de las carencias 
y control de las explosiones demográficas y del 
medio ambiente, y así también, arribar a la crea-
tividad como una solución a la violencia, lo cual 
es una de mis propuestas fundamentales que 
presento en este escrito. 
Conclusiones
Al finalizar este escrito, nos podemos preguntar 
más allá de las cuatro proposiciones de la lógica 
matemática y las nueve preposiciones del pretor 
romano aplicadas a la justicia y analizadas den-
tro del texto, así como los métodos deductivo e 
inductivo de las diferentes disciplinas físico-quí-
mico-psicosociales e históricas y cómo es factible 
plantearlos e interrelacionarlos para entenderlos 
y así poder utilizar la creatividad como una solu-
ción a la violencia. Nos encontramos que es tras-
cendental aplicar diferentes métodos y medios 
para despertar la creatividad e implementarla 
como una solución a la violencia porque ella (la 
creatividad) nos lleva a la armonía, al equilibrio 
dinámico, a las simetrías y asimetrías dentro de 
un conjunto. 
Se puede concebir que el arte pertenece a un 
campo de la sublimación instintiva (impulso-
energía), en el cual se pueden expresar afectos y 
emociones, así como pasiones, derivándose las 
acciones en actos bellos (pintura, escultura, arqui-
tectura, danza, música y otras). Pensemos que un 
pueblo culto, es artista y es así también como se 
puede ubicar en el camino de la paz. Todo esto 
no significa que el ser humano permanezca en 
un continuo equilibrio; por el contrario, está en 
un continuo cambio dinámico entre equilibrio y 
desequilibrio como lo está el universo entero; de 
lo que se trata es que a través de la creatividad, 
encontremos nuevos órdenes para estar, hacer, 
tener y ser. En este escrito se tratan de ubicar 
estos conceptos y en especial los psicológicos, 
los dinámicos y sociales, dentro de los métodos 
científicos conceptuales. No se trata de suprimir 
la agresión del ser humano dejándolo pasivo, sin 
reacciones naturales mas sí de canalizar sus ten-
dencias a través de la creatividad. Es así como la 
ciencia y la tecnología deben utilizarse dentro 
de sus posibilidades para ayudar a buscar solu-
ciones a la violencia en y con la creatividad.
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Georreferenciación de los 
puntos de atención del 
Instituto Nacional de Medicina 
Legal y Ciencias Forenses. 
Colombia, 2005
Fuente: SIAVAC - DRIP, Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Colombia,2005
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Lesiones de Causa Externa
Colombia 2005
En el 2005 continua la reducción en las muertes violentas observa-
da en los años anteriores. Es alentador conocer como el número de 
colombianos que fallece por homicidio, suicidios o en accidentes de 
tránsito se reduce año tras año. Por otra parte, las muertes violentas en 
accidentes y otros accidentes de transporte si presentaron incremento 
(véase cuadro 1). 
Los homicidios se mantienen como la primera causa de muerte vio-
lenta en el país con cerca de dos terceras partes del total, seguida de 
los accidentes de tránsito y de los otros accidentes (véase figura1). 
Cuadro 1. Muertes violentas según manera 
Colombia, 2005
Figura 1. Muertes violentas según manera 
Colombia, 2005
Las lesiones no fatales de causa externa, denunciadas ante el Instituto, 
presentaron un incremento del 21,7% (44.129 casos) con respecto al 
2004. Se destacan los incrementos en la violencia interpersonal, intra-
familiar y lesiones accidentales (véase cuadro 2).
Cuadro 2. Lesiones no fatales según etiología 
Colombia, 2004 – 2005
1. SIAVAC. Sistema de Información para el Análisis de la Violencia y Accidentalidad en Colombia.
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En conjunto la violencia intencional alcanza más del 80% (véase figura 
2) de los peritajes realizados en el Instituto Nacional de Medicina Legal y 
Ciencias Forenses, sin embargo, esto no significa que ésta forma de vio-
lencia haya aumentado, si se puede afirmar que puede estar incremen-
tando el nivel de denuncia. El porcentaje restante corresponde a lesiones 
no fatales como los accidentes de tránsito y los otros accidentes.
Como indicador de muerte prematura se calcularon los años de vida 
potencialmente perdidos - AVPP2 . Por muertes violentas se perdieron 
873.855 años de vida, de los cuales el 64% los aportan los homicidios; le 
siguen accidentes de tránsito con el 17% del total (véase cuadro 3).
Cuadro 3. Años de vida potencialmente perdidos (AVPP) por muertes violentas 
Colombia, 2005
Figura 2. Lesiones no fatales según etiología
Colombia, 2005
2. AVPP. Indicador que mide la carga de la enfermedad, ya sea por discapacidad o 
 por muerte prematura.
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Para lesiones no fatales se calcularon los años de vida saludable perdida 
- AVISA3, alcanzando un total de 276.929 años. La violencia interper-
sonal y la violencia intrafamiliar fueron responsables del 82% de años 
perdidos (véase cuadro 4).
En el cálculo presentado, según el modelo propuesto por el Banco 
Mundial, no se ponderó la incapacidad, ni las secuelas. 
Cuadro 4. Años de vida saludable perdidos (AVISA) por lesiones no fatales de causa externa
Colombia, 2005
3. AVISA. Indicador diseñado por el Banco Mundial, que contabiliza los años de vida saludable que se pierden 
debido a muertes prematuras y a discapacidad. Permite evaluar el impacto expresado en unidades de 
tiempo en una sociedad determinada y tiene la ventaja que ofrece una métrica común para las pérdidas 
de salud y a todas las enfermedades.

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