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121En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 121 de 284 • ISSN: 2346-3279
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
Del por qué valorar hacia el para quién valorar. 
Una reflexión a más de 20 años de la propuesta
de Robert Costanza y su equipo
From why to value to who to value for. A review more than 20 years after
the proposal of Robert Costanzand his team
Recibido: 10-02-2021 • Aprobado: 18-06-2021 • Página inicial: 121 - Página final: 139
Evelyn Ivonne Díaz Montaño* 
Lizza Fernanda López Guio**
JEL: Q20, Q30, Q51
Resumen: En 1997 aparece el texto The value 
of the world’s ecosystem services and natural 
capital, el cual se considera pionero en el tema 
de valoración de bienes y servicios ambientales 
y que generó controversia en su momento 
en el ámbito académico por la naturaleza de 
la propuesta. Para el año 2017, se publica 
Twenty years of ecosystem services: ¿How far 
have we come and how far do we still need to 
go?; de Robert Costanza, en donde su equipo 
muestra un proceso de aprendizaje desde su 
primera propuesta. En este artículo se realiza 
una reflexión acerca de los principales aportes 
y diferencias entre los artículos mencionados, 
resaltando los aprendizajes durante los últimos 
años y sus implicaciones en los propósitos de 
la valoración económica ambiental. 
Palabras clave: Valoración ambiental, bienes 
y servicios ambientales.
Abstract: In 1997 the text “The value of the 
world’s ecosystem services, and natural capital” 
appeared, which is considered a pioneer in the 
issue of valuation of environmental goods and 
services, and which generated controversy at 
the time in the academic field due to the nature 
of the proposal. In 2017, “Twenty years of 
ecosystem services: How far have we come and 
how far do we still need to go?” Is published; 
This latest document by Robert Costanza and 
his team shows a learning process from their 
first proposal. This document will reflect 
on the main contributions and differences 
between the articles mentioned, highlighting 
the lessons learned in recent years and their 
implications for the purposes of environmental 
economic valuation.
Keywords: Environmental valuation, assets 
and environmental services.
Contadora Pública, Especialista en Gerencia de los Recursos Naturales, Magíster en Medio Ambiente y Desarrollo. 
Docente tiempo completo del Politécnico Grancolombiano. ediazm@poligran.edu.co
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3913-5124
Estudiante de Contaduría Pública. Miembro del Semillero en Investigación Contable Social y Ambiental – 
SECOSOAM. Politécnico Grancolombiano. lizzalopezguio@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8024-160X
*
**
Artículo de reflexión derivado del proyecto “Revisión bibliográfica 
sobre el ecoturismo en ecosistemas estratégicos en América Latina: 
Respuestas desde la perspectiva de valoración económica de bienes 
y servicios ambientales 2010-2019”. Politécnico Grancolombiano. 
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 122 de 284 • ISSN: 2346-3279122
Díaz, E. y López, L.
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
De por que valor a quem valorizar. Uma reflexão sobre 
mais de 20 anos da proposta por Robert Costanza 
e sua equipe
Sumário: Em 1997 surgiu o texto “O valor dos serviços ambientais e do capital natural 
do mundo”, que é considerado pioneiro no tema da valorização dos bens e serviços 
ambientais e que gerou polêmica na época na esfera acadêmica devido à natureza da 
proposta. Em 2017, “Vinte anos de serviços ecossistêmicos: até onde chegamos e até 
onde ainda precisamos ir” foi publicado; este último documento de Robert Costanza, 
no qual ele e sua equipe mostram um processo de aprendizado desde sua primeira 
proposta. Este artigo refletirá sobre as principais contribuições e diferenças entre 
os artigos mencionados, destacando as lições aprendidas nos últimos anos e suas 
implicações para os propósitos de avaliação econômica ambiental. 
Palavras-chave: Avaliação ambiental, bens e serviços ambientais.
123En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 123 de 284 • ISSN: 2346-3279
Del por qué valorar hacia el para quién valorar. A más de 20 años...
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
Introducción
Luego del fenómeno que significó la publicación del libro La primavera silenciosa 
de Carson (1996), en el cual se evidencia la relación entre el uso de contaminantes 
como el (Dicloro Difenil Tricloroetano DDT) y sus impactos sobre la naturaleza, 
específicamente como el principal factor responsable de la disminución de aves 
que juegan un papel bioindicador cuando llegada la primavera. La discusión sobre 
los cambios y alteraciones en el medio ambiente se empezaron a analizar como 
una consecuencia directa de las actividades humanas; por lo tanto, es una de las 
primeras obras que llevó a la literatura una denuncia impresa sobre la importancia 
de considerar los bienes y servicios derivados de la naturaleza para los seres 
humano y cómo su deterioro repercutirá en su cotidianidad. 
La primavera silenciosa tuvo lugar por primera vez en 1962 y como se indicó 
marcó un hito para el abordaje de los estudios en medio ambiente y ecología. 
Posteriormente, durante los años setenta, la ecología adquiere un lugar representativo 
en la discusión académica y para inicios de los ochenta ya se hablaba sobre la 
relación entre la naturaleza y la identificación de beneficios para el hombre, a 
partir de ella. Las implicaciones del concepto del capital natural como un elemento 
articulado al desarrollo humano y su relación con estos beneficios han tomado más 
fuerza a medida que avanzamos en la historia (Daily, 1997). 
Para finales de los noventa, valorar los bienes y servicios ambientales se 
mostraba como una alternativa para lograr conciencia sobre la importancia de 
la conservación de los ecosistemas. De manera simultánea, se exponían con 
más fuerza dos marcos conceptuales desde la economía, a través de los cuales 
se identifican las perspectivas para el abordaje de lo ambiental: la economía 
ambiental y la economía ecológica (Perrotini y Ricker, 1999). De tal forma, las 
publicaciones que por esos años se generaron hasta nuestros días se tratan de 
ubicar en alguno de estos marcos, como una forma de aproximación al medio 
ambiente desde las ciencias económicas, aun cuando la economía ecológica no se 
considera por algunos autores una rama de la economía propiamente por tratarse 
de una propuesta interdisciplinaria (Carpintero, 1999). 
Las publicaciones de Costanza et al. (1997; 2017) se ubican dentro del marco de 
la economía ecológica en cuanto a su posicionamiento pluralista y sistémico de las 
relaciones entre el medio y los seres humanos, siendo referentes, especialmente por 
la aplicación del análisis de propiedades emergentes de Odum (2007), aunque los 
elementos de la valoración ambiental son constantemente asociados a la corriente 
de la economía ambiental por su cercanía al uso de referentes monetarios dentro 
de los métodos de medición (Hartley, 2008; Castiblanco, 2007). En trabajos 
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 124 de 284 • ISSN: 2346-3279124
Díaz, E. y López, L.
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
intermedios, entre estas dos publicaciones, se realizan diferentes acercamientos 
y exposiciones sobre la economía ecológica, reconociendo en esta perspectiva, 
una alternativa sistémica para hablar del capital natural y de los bienes y servicios 
ambientales de manera integrada ya que brinda la oportunidad de generar análisis 
integrados involucrando en un sentido más amplio la complejidad y la circulación 
de flujos energéticos (Costanza et al., 1999). 
Los métodos y objetivos entorno a los trabajos sobre valoración de bienes y 
servicios ambientales se vieron cuestionados a finales de los noventapor la 
ausencia de información de carácter integrador entre la identificación de los 
servicios ecosistémicos, su seguimiento o introducción de indicadores y el estado 
de los recursos. Las formas sobre la obtención de la información y la fiabilidad 
de las cifras son temas que en la actualidad hacen parte de los debates académicos 
(Castiblanco, 2007). Las respuestas por parte de los equipos de investigación 
fueron reiterando poco a poco que la importancia de los ejercicios de valoración en 
realidad se va a ubicar en llamar la atención de quienes toman decisiones para el uso 
adecuado de estos datos en pro de la conservación de la naturaleza, lejos del afán 
por medir con intenciones de intercambio. De tal forma que nuestro trabajo entorno 
a los documentos citados, también implica el reconocimiento de un cambio en el 
metalenguaje a través de los años pasando de los denominados bienes y servicios 
ambientales hacia una estandarización para referirse al tema, ya que en el 2005, 
y a partir de la evaluación de los ecosistemas del milenio, pasaron a reconocerse 
formalmente como servicios ecosistémicos (Millennium Ecosystem Assessment - 
MEA, 2005) y estarán conectados con todo el sistema de indicadores alrededor del 
estado de los recursos naturales hasta nuestros días.
En este documento, presentamos una reflexión sobre las lecciones que dejaron dos 
artículos de Robert Costanza y su equipo, entre 1997 y 2017, sobre valoración 
ambiental. Desde su primera publicación, en la que se entregó un valor aproximado 
denominado valor económico total del planeta, que nos acercó hacia los ejercicios 
de valoración de bienes y servicios ambientales, pero que suscitó debates acerca 
de cómo se presentó la información, hasta las implicaciones de un trabajo 
arriesgado ya que fue pionero en la presentación de cifras alrededor del estado de 
los servicios ecosistémicos y su identificación a nivel mundial, el cual contó con 
críticas centradas en el tabú sobre la representación monetaria sobre el estado de los 
recurso naturales que se asimilaban como antónimos para hablar de conservación 
de bienes y servicios ambientales. Este sigue siendo un tema que genera debate y 
que recoge algunos aprendizajes en el texto del 2017. 
125En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 125 de 284 • ISSN: 2346-3279
Del por qué valorar hacia el para quién valorar. A más de 20 años...
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
En la primera parte, se realiza un abordaje en forma de reseña, a propósito del 
artículo The value of the world’s ecosystem services and natural capital (1997); 
seguidamente, se realiza la exposición de los cambios observados en el trabajo ¿How 
far have we come and how far do we still need to go? (2017). En la discusión se 
retoma la importancia de los resultados de estos esfuerzos por encontrar formas de 
valoración y representación de la naturaleza para llamar la atención de aquellos que 
toman las decisiones (Costanza et al., 2017). Planteamos que construir información 
configura la utopía de confiar en que estos esfuerzos se materialicen con mayor 
conciencia, contando con la premisa de que aún no es tarde. Sin embargo, pese 
a algunos avances, vemos metas, pero más desigualdad, brechas enormes entre el 
cuidado y la explotación, los objetivos cada vez más lejanos (ampliamos los plazos) 
para ser alcanzados y las decisiones, pese a contar con más información, se legitiman 
y se polarizan frente al beneficio económico. Estas situaciones conllevan también 
a indagar sobre qué tan efectivas son las formas cómo se divulga la información, 
generada para comunicar la importancia de conservar (Bekessy et al., 2018). 
En contraposición, se expone, a partir de la reflexión que subyace a estos dos títulos, 
la posibilidad de que en la actualidad nos encontremos en la distopía de “para quién 
valorar”, nos preguntamos cada vez más para quiénes se genera información que 
logre construir conciencia, pero que también imponga resultados visibles sobre 
las condiciones del medio, a la vez que nos cuestionamos sobre las formas de 
comunicación y su impacto sobre la toma de decisiones; finalmente. presentamos 
las conclusiones correspondientes.
Sobre The value of the world’s ecosystem services and natural capital
Los autores de este texto resaltaron la incidencia de los beneficios derivados de la 
naturaleza frente al bienestar humano, y se plantearon su respectiva importancia 
para ser incluidos en el valor económico total del planeta. Para el año de esta primera 
publicación, la mayoría de los bienes y servicios ambientales se identificaron con 
la característica de no tener mercado definido aún en el espectro financiero. Sin 
embargo, el equipo de Costanza lanzó su propuesta: en donde estiman que estos 
bienes y servicios podrían encontrarse en un rango de USD 16 a 54 billones, por 
año, con un promedio de US 33 billones, una cifra sin precedentes en temas de 
valoración (Costanza et al., 1997).
Aunque se reconoció la inconmensurabilidad de los servicios naturales a la 
humanidad, se propuso que puede ser de ayuda estimar su valor a partir de los 
cambios en los servicios de los ecosistemas, determinando su estado actual 
en términos de disponibilidad. Para el año 1997, se venían realizando algunos 
esfuerzos en materia de valoración, los cuales no se habían trabajado de manera 
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 126 de 284 • ISSN: 2346-3279126
Díaz, E. y López, L.
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
multidisciplinar y los datos en gran mayoría se encontraban dispersos. Esta 
situación motivó al equipo a generar un documento para el público en general que 
convocara diferentes disciplinas entorno a la importancia de la valoración sobre 
bienes y servicios ambientales, para que esta información pudiese llegar a tener 
algún impacto sobre las decisiones políticas.
Frente a la relación entre la toma de decisiones y la naturaleza, permeada y 
condicionada por el idioma de la economía de mercado, se fueron traduciendo, 
a partir de los años 80’s, una serie de retos para su reconocimiento e inclusión en 
las agendas de los países a nivel global, es decir el sistema de indicadores quedó 
articulado a través de (límites, objetivos, retos, propósitos de largo plazo) que 
presentan una tensión constante de poder con los propósitos sobre los beneficios 
económicos derivados a partir de uso de la naturaleza o del desconocimiento de su 
conservación, hay que señalar que para el seguimiento sobre el estado de los Servicios 
Ecosistémicos se requieren recursos económicos y políticas presupuestales que 
apoyen esta labor. El documento de Costanza et al., (1997) señaló que, a la fecha 
de realización de su estudio, no existía suficiente información y que los bienes y 
servicios ambientales, al no encontrarse dentro de algún mercado identificado, como 
sí se contaba con mercados para bienes manufacturados y servicios económicos, 
no se tenían en cuenta a la hora de tomar decisiones políticas. En este sentido, 
la información que se pudiera generar a partir de ejercicios de valoración, fuera 
fundamental en la toma de decisiones. La utopía consistió entonces en generar 
propuestas de ejercicios de valoración en torno a los recursos naturales, con la 
intención de llamar la atención sobre la relación entre la naturaleza y los beneficios 
derivados hacia el hombre y que, por tanto, las naciones encaminaran sus esfuerzos 
al cuidado del ambiente. 
La metodología global de trabajo consistió en la estimación de valor con los 
datos obtenidos hasta el año 1997 de 17 servicios de los ecosistemas para 16 
biomas, entendidos como unidades geográficas que comparten características de 
clima, vegetación, fauna, entre otros (Odum & Warret, 1971), a partir de bases de 
información secundaria y estimaciones originales. Con este proceso, se estimaron 
los valores de los servicios de los ecosistemaspor unidad de área por bioma; luego, 
se multiplicaron por el área total de cada bioma; finalmente, se sumaron todos los 
servicios y biomas (Costanza et al., 1997).
Con las estimaciones se plantearon los siguientes objetivos como contribución frente 
al tema ambiental, desde la publicación, de acuerdo con Costanza et al. (1997): 
127En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 127 de 284 • ISSN: 2346-3279
Del por qué valorar hacia el para quién valorar. A más de 20 años...
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
• Generar evidencias sobre los valores potenciales de los servicios de los 
ecosistemas.
• Establecer por primera vez una aproximación de la magnitud relativa de los 
servicios de los ecosistemas a escala global.
• Establecer un marco conceptual para poder efectuar análisis futuros. 
• Señalar aquellas áreas que más necesitan investigación adicional y estimular la 
investigación y debate a partir del tema. 
Como se señaló anteriormente, en la década de los 90’s, se hace reiterativo que 
la información se encontrara dispersa por áreas de interés investigativo, al ser un 
trabajo relativamente pionero en el propósito de generar un cálculo total se señala 
que la información podría mejorar si se amplía la muestra de servicios ecosistémicos 
considerados, a través de la incorporación de elementos de interdependencia de los 
ecosistemas y evidenciar que podrían alterarse drásticamente los resultados de la 
investigación en el futuro, en la medida que los recursos se tornaran más escasos 
(Costanza et al., 1997).
La relación entre bien y servicio ambiental, un cambio visible en el metalenguaje 
se establece a partir de este primer documento, sugiriendo que las funciones de 
los ecosistemas dependen directamente del mantenimiento de las condiciones 
iniciales de los biomas y los servicios que pueden ser diversos dependiendo de las 
características, condiciones e interrelaciones complejas de los ecosistemas. Así 
entonces, los SE, representan los beneficios que el ser humano obtiene a partir de 
la naturaleza en cualquiera de sus manifestaciones. Por lo tanto, en el texto de 1997 
se identifica la expresión “bienes y servicios del ecosistema” en representación de 
esta relación y, por lo tanto, los bienes y servicios están vinculados a las funciones 
ecosistémicas. Esta consideración es interesante, porque es un importante vínculo 
que servirá como insumo años más tardes para la Evaluación de los Ecosistemas 
del Milenio (MEA, 2005).
De acuerdo con lo anterior, el equipo Costanza et al. (1997) seleccionó 17 
servicios derivados de la naturaleza de manera conjunta, los cuales se relacionaron 
respectivamente a las funciones para el sistema terrestre. 
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 128 de 284 • ISSN: 2346-3279128
Díaz, E. y López, L.
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
Figura 1. Servicios ecosistémicos incluidos
Elaboración propia a partir de Costanza et al. (1997).
De acuerdo con Costanza (1991), el capital natural es aquel que se presenta en forma 
de stock o flujo, de manera autónoma o conjunta y que se puede transformar en 
materiales o la configuración de elementos que generan bienestar para el ser humano.
En el trabajo Costanza et al. (1997), se introduce el nivel de intacticidad como una 
estimación sobre las condiciones de los ecosistemas en términos de servicios y 
funciones de manera conjunta. La determinación de los servicios ecosistémicos se 
encuentra mediada por propensión y disposición que el ser humano esté dispuesto 
a pagar para su conservación y mantenimiento a partir de evaluar el agotamiento 
o extinción del recurso y, por lo tanto, las consecuencias que traería sobre sus 
oportunidades de supervivencia. 
Dentro de los puntos de debate identificados en este documento, se establece que, 
aunque los cálculos se encuentran estimados a nivel global, la información aún 
no contaba con la suficiencia para evidenciar los impactos generados de la escala 
subglobal lo cual representa una debilidad de los metaanálisis para el caso de 
los estudios de valoración de servicios ecosistémicos. Sin embargo, no se hacen 
específicas estas diferencias, lo cual sugiere ampliar los estudios al respecto como 
uno de los retos a partir de la investigación desarrollada y que se convertiría en una 
de las principales debilidades de la publicación en el futuro.
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Del por qué valorar hacia el para quién valorar. A más de 20 años...
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
A pesar de encontrarse explícitas en el documento algunas limitantes sobre el 
acceso a la información y realizar un par de alusiones a la infinitud de propiedades 
de la naturaleza como sistema, la identificación y valoración de los servicios 
ecosistémicos en términos de la disposición a pagar por parte del ser humano fue 
asumida por algunos sectores del ámbito académico en ese momento como una 
invitación a encontrar mercado para la naturaleza, calificando el trabajo presentado 
como antropocéntrico. Esta intención, le valió a los autores fuertes críticas en años 
posteriores, desde una editorial en Nature (1998), anunciando un debate frente al 
tema de valoración titulado Briefing Ecology and Economics: Audacious Bid to 
Value the Planet Whips up a Storm, hasta otras que tuvieron lugar a finales de los 
noventa, cuestionando la metodología utilizada y las cifras presentadas advirtiendo 
sobre un posible afán de establecer precios sin ahondar en las implicaciones de 
la generación de mercados y oportunidades de valoración (Pearce, 1998; Toman 
1998; Bockstael et al., 2000; Castro, 2015; Bernardo et al., 2016).
El documento de 1997 constituyó material para debate en los años subsiguientes 
y además motiva estudios adicionales frente a las metodologías de valoración, 
representando un material ambivalente. No se puede olvidar al respecto, que 
en años anteriores a la publicación, algunos de los autores del equipo venían 
trabajando acerca del concepto de capital natural y su relación con las funciones de 
los ecosistemas desde la perspectiva de la economía ecológica (Constanza y Daly, 
1992); por lo cual, de manera adicional y simultáneamente a los cuestionamientos 
sobre la valoración ambiental, se estaba gestando la construcción de un lenguaje 
que se quedaría por muchos años en el abordaje de los temas ambientales; así que 
este trabajo de cierta forma se puede percibir retrospectivamente como vanguardista 
y disruptivo en su momento. 
El documento plantea la relación entre el ingreso y las posibilidades de pago 
por servicios ambientales, además de realizar una comparación entre diferentes 
métodos para el cálculo del valor total del ecosistema. Concluye que la relación 
entre los impactos a través de los ingresos y los salarios frente al bienestar humano 
deben incluirse dentro de las cuentas nacionales para reflejar en mayor medida esta 
relación entre la economía y los ecosistemas. Uno de los principales aportes de este 
documento es que a la fecha de publicación del mismo no se contaban con tantos 
estudios dedicados a este cálculo del valor total de los ecosistemas y es indiscutible 
que logró capturar la atención de la academia.
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 130 de 284 • ISSN: 2346-3279130
Díaz, E. y López, L.
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
Sobre Twenty years of ecosystem services: how far have we come and how far 
do we still need to go?
Publicado en 2017, en Ecosystem Services por Costanza y su equipo, con 20 años 
de diferencia, este documento plantó una reflexión en retrospectiva sobre lo que 
se aprendió en los años posteriores al documento de 1997. Por otro lado, presentó 
alguna respuesta frente a las controversias los datosreportados en la investigación 
inicial. El texto se focalizó en cómo han evolucionado las definiciones, el 
establecimiento de las variables de clasificación y la valoración, así como la 
identificación de los servicios ecosistémicos. Se puede identificar que la mayor 
diferencia entre los dos artículos se encuentra mediada por la mayor disposición de 
información y la incorporación de elementos como la participación ciudadana y la 
comunicación pública. De igual forma, a partir de lo planteado en años anteriores, 
en donde se señaló que la valoración es importante para la toma de decisiones desde 
lo político, se debe examinar además la evolución del papel de las instituciones y la 
gobernabilidad (Costanza et al., 2017).
De 1997 a 2017, se reconoció además la debilidad de los enfoques económicos 
frente a los temas de valoración, crecimiento y desarrollo. Más allá de los cálculos 
estimados para el valor económico total de los ecosistemas, se presentó de manera 
específica en el artículo que la contribución de los servicios ecosistémicos generaron 
condiciones indispensables e importantes no solo para los seres humanos, sino 
también para la misma naturaleza, en donde sería importante considerar un cambio 
en el abordaje sobre el desarrollo sostenible (Costanza et al., 2017).
Costanza et al. (2017) señalan que en los últimos años la incorporación de la 
ecología en gran variedad de áreas disciplinares es mayor que en el año 1997, 
existe una preocupación creciente por la ecología y el valor no comercial de la 
naturaleza. Hay algunos retos no superados desde el año 1997, como por ejemplo 
que para muchos países las cifras sobre los servicios ecosistémicos aún no se 
han incorporado dentro de la contabilidad nacional, a pesar de que existe más 
información actualmente para trabajar en este punto. 
Frente al trabajo de 1997, el de 2017 realiza una revisión de literatura sobre la 
evolución del término servicios ambientales. Este concepto aparece por primera 
vez, presentado por Westman (1977). De ahí en adelante, se justifica que esta 
relación, en la cual se identifica a la naturaleza como prestadora de servicios 
ambientales, no es reciente y que, por otro lado, lo que genera cambios y relevancia 
sobre el concepto es que los recursos se están agotando cada día (Westman, 1977). 
De un artículo a otro sobre el concepto de los servicios ecosistémicos se aclara 
que cuando se refieren a esta categoría, se debe reconocer la importancia de la 
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Del por qué valorar hacia el para quién valorar. A más de 20 años...
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
complejidad de los sistemas en interacción con el ser humano y que al respecto no 
habría una manera exacta para evaluar el aporte. Sin embargo, señalan que existe 
un mayor riesgo en no valorar los servicios ecosistémicos en absoluto (Costanza 
et al., 2017). Así entonces, se defiende su posición de medición como instrumento 
para la toma de decisiones, luego de 20 años que este concepto incluye una visión 
“consciente de todo el sistema” de los seres humanos y la naturaleza, tratando de 
superar los señalamientos de años anteriores.
Se refieren al uso del concepto de capital natural para referirse a un stock que 
produce un flujo de servicios a lo largo del tiempo. en donde se señala que la 
palabra capital provee una conexión de la economía humana con la ecología. Para 
que los beneficios se generen, el capital natural no depende de la actividad humana, 
el capital natural no requiere de la actividad humana, pero debe interactuar con la 
generación de diversos beneficios humanos y otras formas del capital y se requiere 
un enfoque interdisciplinario para su comprensión (Costanza et al, 2017).
Por otro lado, se indica que existe un efecto de cascada entre las funciones 
ecosistémicas y los servicios de los ecosistemas para obtener beneficios, que 
no son lineales; por el contrario, son dinámicos, así la relación entre servicio y 
beneficio es sutil y de percepción. Habría que entender valor en complejidad para 
obtener una adecuada representación y análisis de las interacciones entre el “[…] 
capital construido, humano, social y natural” para producir servicios ecosistémicos 
(Constanza et al, 2017). Esta aclaración es novedosa al proponer sinergias en la 
representación de las funciones y los servicios ecosistémicos. Es importante anotar 
que estos servicios que deben operar en interconexión y caracterizan los ecosistemas 
como multidimensionales, se resumen en: aprovisionamiento, regulación, servicios 
culturales (que constituye una categoría amplia en donde se encuentran valores de 
uso y de no uso) y los servicios apoyo (soporte) o procesos ecosistémicos básicos 
(MEA, 2005).
Tanto en el documento de 1997 como en el de 2017, se indica que la importancia de 
valorar radica en la consecución y construcción de alternativas de información que 
impacten los procesos de decisión política. Luego de una mirada en retrospectiva, 
el segundo documento cuestiona cuál es el tipo de valoración requerida y que esta 
valoración se encuentra un poco más circunscrita a la apreciación y que no se debe 
efectuar de manera estricta desde lo monetario (Costanza et al, 2017). 
Discusión
Sobre los trabajos de Robert Costanza y su equipo, la discusión en torno a la 
valoración se retoma para considerar que, dentro de los aprendizajes en los años 
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 132 de 284 • ISSN: 2346-3279132
Díaz, E. y López, L.
Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad
recientes, se puede superar la mirada del enfoque económico convencional y se 
debe seguir trabajando en la articulación de herramientas que puedan proveer la 
información necesaria para la toma de decisiones que propendan por la conservación. 
A partir de Costanza et al. (1997; 2017), pese a que existen muchas más 
herramientas en la actualidad como la que ofrece SIG (Sistemas de Información 
Geográfica), la escala regional genera entornos específicos en donde se hace difícil 
definir un único método de valoración y se requiere una creciente participación 
de las comunidades en los procesos. Obtener información desde lo local, sigue 
siendo un reto no superado, sobre todo para los valores de no uso y el mapeo de los 
servicios ecosistémicos culturales; por ejemplo, en donde las dinámicas de trabajo 
se encuentran en construcción permanente (Angarita et al., 2017).
Dados los cambios socioeconómicos y la dinámica de las instituciones se hace 
indispensable pensar que los datos y métodos se encuentran sometidos a la 
incertidumbre como una constante. Para efectos de los ejercicios de valoración, 
si no se reconoce la importancia de los elementos dentro de los ecosistemas y se 
genera mayor conocimiento sobre su función, se aumenta el número de limitantes 
para el reconocimiento de los bienes y servicios ambientales y su impacto sobre las 
decisiones políticas y de gestión podrían verse comprometidas (Angarita et al., 2017).
La importancia de ampliar los estudios y la participación, llevó en los últimos 
años a un aumento en la publicación de artículos y documentos sobre valoración 
y reconocimiento de beneficios ecosistémicos, siendo posible aumentar el número 
de ecosistemas como objetos de estudio. Así mismo, se identifica como elemento 
clave en los propósitos de valoración el conocimiento multidisciplinar para la 
construcción y análisis de modelos que posibiliten la incorporación de los ejercicios 
de valoración dentro de la contabilidad nacional (Feger et al., 2019).
En los últimos años, se incrementó significativamente el uso de computadoras 
para realizar minería de datos y poder realizar conexiones de variables. Han 
crecido también las iniciativas y proyectos de manera institucional que abordan la 
importancia de la valoración de los ecosistemas en donde los esfuerzostratan de ser 
pluralistas y más holísticos para generar corresponsabilidad sobre los recursos, los 
cuales se denominan “enfoques de valoración integrada” (Guerrero y Zunda, 2018). 
Sin embargo, las iniciativas de ejercicios de valoración aún no superan la 
incorporación de políticas públicas a los modelos con el fin de tomar un carácter 
predictivo que conlleve una actuación a tiempo sobre el agotamiento de los 
recursos. Esta tendencia hacia modelos integrados presenta grandes retos, ya que 
dependen en gran medida de la conducta humana y es en este punto en donde, a 
pesar de los esfuerzos desde diferentes disciplinas por generar información que 
133En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 133 de 284 • ISSN: 2346-3279
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promueva el interés y la movilización de recursos hacia el cuidado del medio 
ambiente, la naturaleza continúa en deterioro, siendo así como se podría plantear 
de nuevo la distopía de pasar del por qué valorar hacia el para quién valorar. Ya no 
es suficiente llamar la atención, se debería asegurar que la atención que se captura 
lleve hacia algunos resultados y que los datos no se configuren en atención efímera, 
circunstancia que actualmente es equiparable en casi todas las áreas de la vida 
cotidiana (Eco, 2016).
De acuerdo con Costanza et al., (2014; 2017), las relaciones entre lo institucional y 
la propiedad constituyen otro punto de gran relevancia, la naturaleza dentro de lo 
que reconocemos actualmente como parte de bienes públicos requiere contar con 
instituciones que combinen de manera adecuada los sistemas privados, estatales y 
de derechos de propiedad común para establecer derechos de propiedad claros sobre 
los ecosistemas sin privatizarlos, en donde los sistemas de pago por los servicios 
ambientales junto con los fideicomisos se exponen como alternativas en la gestión 
de bienes y servicios ambientales. El manejo y gestión de recursos, así como la 
complejización de los derechos de propiedad llevan a indicar que, si un recurso no 
es rival, los derechos de propiedad privada excluibles son inapropiados, planteando 
como posible solución la inversión común y el uso común (aunque depende en gran 
medida de los incentivos de los privados para invertir). 
En los documentos de Costanza et al. (2014, 2017) se recomiendan los fideicomisos 
para activos comunes, en donde también el papel de la naturaleza y los derechos de 
propiedad se combinan. Estos funcionan cobrando por los daños sobre el activo e 
invirtiendo los recursos financieros en recuperación y protección; aunque podemos 
encontrar en el artículo un equipo algo reverdecido frente al del año 1997, el cual 
incluyó en su reflexión factores sociales y conductuales. Aún se perciben posturas 
que de cara a las soluciones planteadas expresan una tendencia a retornar a factores 
que innegablemente buscan un mercado frente al manejo y gestión de los recursos, 
así que el debate sigue abierto.
El documento de 2017 no olvida señalar la importancia de la escala subregional, 
regional y global, resaltando además la importancia de inclusión y participación de 
ricos y pobres. A pesar de identificar que los pobres dependen mucho más de los 
bienes comunes, lo cual promueve una afirmación global que podría cuestionarse, 
considerando que si bien son las regiones en donde existe mayor biomasa y flujo de 
recursos naturales y en contraposición son aquellas en donde existe gran pobreza 
de manera endémica, los mayores extractores de recursos naturales a través de 
la tecnología a gran escala no son los pobres, sino otros sectores un poco más 
favorecidos y con instrumentos tanto de capital como de decisión política para 
regular el uso o no uso de los recursos. 
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 134 de 284 • ISSN: 2346-3279134
Díaz, E. y López, L.
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La relación ecosistemas-Estado-empresa también es importante, en el artículo se 
señalaron algunos casos como el de Dow Chemical y el True cost, para mostrar el 
interés de algunas organizaciones en la internalización de los costos ambientales y 
que parten de las técnicas de valoración de los servicios de los ecosistemas. Esta 
precisión es positiva, ya que motiva a explorar estas formas de valoración; sin 
embargo, caben algunas preguntas al respecto, porque valorar para la organización, 
conociendo de antemano las limitaciones para hallar mercado a todos los bienes y 
servicios ambientales, podría llegar a ser una ventana para legitimar que los recursos 
dirigidos al reconocimiento de impactos ambientales y posterior internalización 
quede de nuevo en la voluntad política de los empresarios y, por lo tanto, la 
participación por parte del Estado y la sociedad en general se ubique en lugares 
posteriores a los intereses privados. 
Dentro de las debilidades del proceso, el equipo Costanza et al. (2017) señaló que 
los conflictos sociopolíticos presentan retos aún a gran escala para asegurar que 
los conflictos ecológicos cuenten con una compensación efectiva. Finalmente, 
cuestionan los enfoques para dar respuestas acerca del desarrollo sostenible, 
proponiendo e invitando a la denominación de un nuevo paradigma económico que 
ubique a la naturaleza en el centro del tablero superando las tensiones entre los 
intereses económicos y la conservación de los recursos naturales. Esta posición es 
significativamente diferente a la del año 1997 desde el escrito en donde no se hacía 
mayor énfasis entre las relaciones de poder y la importancia de la conservación de la 
naturaleza de manera explícita. Una de las mayores críticas a este grupo de expertos 
se ha concentrado en que su metodología y propuesta de trabajo es altamente 
antropocéntrica porque el abordaje del cuidado de la naturaleza se encuentra 
planteada desde los beneficios para el ser humano y son estas las motivaciones para 
su conservación dejando en segundo lugar el valor intrínseco de existencia (Bernardo 
et al., 2016). Esbozar interacciones, formas de funcionamiento sistémico, considerar 
la participación de la comunidad y de las instituciones, evidencia que pasados 20 
años, la valoración es un asunto de complejidad y que más allá de la medición se 
encuentra de por medio la compresión del sistema terrestre en el que vivimos.
Reflexiones y conclusiones
La necesidad de generar nuevos indicadores para entender el desarrollo y hacia dónde 
nos lleva este desarrollo es relevante. La posibilidad de reconocer e internalizar más 
factores vinculados a los impactos lleva a un enfoque diferente de los datos y de 
las escalas, si el PIB ya no es la medida más apropiada para hacer estimaciones de 
riqueza, ¿qué posibilidades podemos encontrar? Esta es una clara pregunta para las 
disciplinas frente a un problema común, ya que la forma en la generamos datos, el 
cómo queremos usarlos y cómo se toman y generan políticas de gestión, guarda una 
135En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 135 de 284 • ISSN: 2346-3279
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relación que no es ajena al conocimiento académico y profesional. Tal vez, se deba 
reflexionar sobre quiénes están interesados en la información para el cuidado del 
medio ambiente, presumimos que debe ser del interés de todos los seres humanos 
(Sánchez et al., 2006; Porter et al., 2017). 
Propuestas como el Índice de Progreso Genuino que involucra por ejemplo la 
desigualdad como variable para medición, a pesar de venirse trabajando desde 
1980 no ha logrado permear los modelos convencionales con los que se acostumbra 
realizar valoración ya que el indicador más usado sigue siendo el PIB que es un 
indicador de resultado y obedece a la lógicadel discurso del capital en donde los 
organismos multilaterales juegan un papel como articuladores del discurso y se le 
otorga un lugar casi predeterminado a los países que desde este indicador se pueden 
denominar “pobres”. De acuerdo con esto, es probable que actualmente se trabaje 
sobre algunas alternativas que dejan en evidencia la desventaja de los enfoques 
tradicionales y convencionales frente al crecimiento económico, pero que al 
enfrentar el aspecto político no encuentran el eco necesario para su implementación 
(García, 2012; Leiton, 2017; Phélan et al., 2012; Porter et al., 2017; Cortés, 2007).
De acuerdo con el abordaje realizado, el documento de Robert Costanza y su 
equipo, hasta el año 1997, revela una posición antropocéntrica, no se logra percibir 
en las dinámicas del estudio algún interés por considerar las interconexiones del 
capital natural de manera sistémica, tampoco una apreciación que pueda involucrar 
valores cosmogónicos, sociológicos o políticos o la importancia de conservar la 
naturaleza para sí misma (valor intrínseco). Si los denominados “bienes y servicios 
ambientales” refieren “beneficios” directos o indirectos para el ser humano, 
la principal motivación para realizar un reconocimiento sobre la naturaleza es 
únicamente la posibilidad de disfrute o posibilidad de supervivencia para la especie, 
posición que no muestra una relación de corresponsabilidad con los ecosistemas.
El documento de 2017 se resarce al expresar de manera directa que la formulación 
e implementación de las decisiones de gestión debe hacerse para todos los actores 
posibles y que esta labor es importante, ya que mayor conocimiento acerca del 
funcionamiento de los ecosistemas puede llevar a sinergias que propendan por 
procesos más transparentes. De cualquier forma, la relación entre los ecosistemas y 
las decisiones empresariales son determinantes y las lecciones aprendidas en estos 
20 años pueden llevar a incentivar los centros de investigación desde la academia 
frente a las técnicas de valoración.
La valoración de bienes y servicios ecosistémicos se deriva del reconocimiento 
de los beneficios que para los humanos trae la naturaleza. El seguimiento a este 
estudio y de los diferentes documentos y propuestas a través de la última década 
En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 136 de 284 • ISSN: 2346-3279136
Díaz, E. y López, L.
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son importantes, porque logran una aproximación hacia un entendimiento sistémico 
al transitar de la consideración de recurso en los años 90 a la problematización de 
la naturaleza como conjunto de interrelaciones con el ser humano y, a su vez, este 
como sujeto de los ecosistemas de manera interdependiente. 
 
La complejización sobre los estudios de valoración ambiental y su utilidad para 
los propósitos de conservación también tiene que ver con la Evaluación de los 
Ecosistemas del Milenio (MEA,2005), en donde se efectúa un análisis de los 
servicios de los ecosistemas y su relación con la biodiversidad entregando, además, 
una clasificación para entender los servicios ecosistémicos distribuidos en apoyo, 
aprovisionamiento, regulación y cultura, dirigiendo la atención hacia la necesidad 
de valorar como una forma de respuesta desde las áreas de conocimiento de manera 
interdisciplinar frente al papel de la restauración, conservación y gestión.
Aún se encuentra en entredicho la forma de representación a partir de los ejercicios 
de valoración sobre los bienes y servicios ambientales, la generación de información 
en unidades estrictamente en términos monetarios puede ser reduccionista. La 
necesidad de valoración surge como una forma de alertar y contar con herramientas 
que puedan ayudar en la toma de decisiones y se incorporen cada vez más a través 
de la política pública como parte garante de estos reconocimientos. 
Aunque en la literatura se perciben argumentos que señalan que valorar en unidades 
monetarias no lleva necesariamente a la ruta de la privatización, las decisiones 
políticas se encuentran en gran medida coaccionadas por intereses empresariales 
que permean indiscutiblemente el discurso y las acciones en cuanto a la gestión 
de los recursos ecosistémicos (la crisis económica del 2008 es una muestra). De 
tal forma, el posible uso de las técnicas de medición no involucra exclusivamente 
generar mecanismos de reconocimiento que traten de atrapar el mayor número de 
variables y combinaciones posibles, sino también la responsabilidad de considerar 
los posibles trade-offs de la valoración. Es allí donde se debe considerar para quién 
se están realizado los ejercicios de valoración de bienes y servicios ambientales, 
quiénes los están demandando y cómo se están usando. 
El bienestar se configura como un factor relevante en la creación de propuestas de 
reconocimiento alternativas. La pregunta entorno a cómo medimos el bienestar o la 
riqueza, confronta constructos que venimos manejando desde principios del siglo 
XX. Actualmente el más cuestionado es el PIB, siendo este una medida de eficiencia 
que no permite, establecer relaciones de interdependencia, estas son medidas de 
logro solamente, no de esfuerzo, que muestran insuficiencia de los indicadores para 
confrontar la realidad. Si a las empresas se les midiera no solo por su contribución 
económica en términos financieros, sino también por su contribución social y 
137En-Contexto 9(15) • juli - dic 2021 • Medellín - Colombia • página 137 de 284 • ISSN: 2346-3279
Del por qué valorar hacia el para quién valorar. A más de 20 años...
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ambiental, estaríamos ante una posibilidad de mayor cohesión frente a los servicios 
ecosistémicos y el desarrollo de los individuos (Leiton, 2017; Phélan et al., 2012). 
En el caso de una comparación entre el PIB y el IPG en países como China, The 
Economist (2019) muestra resultados sorprendentes, puesto que no se torna la 
pregunta sobre cuánta riqueza, sino cómo se está invirtiendo en cada país respecto 
al bienestar y cómo se materializa este bienestar efectivamente en términos 
prospectivos en estrategias de desarrollo. 
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Para citar este artículo:
Díaz, E. y López, L. (2021). Del por qué valorar hacia el para quién 
valorar. Una reflexión a más de 20 años de la propuesta de Robert 
Costanza y su equipo. En-Contexto, 9(15), 121-139. DOI: https://
doi.org/10.53995/23463279.900

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