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VIDA Y OBRA SIMON RODRIGUEZ

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República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria 
Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”
Vida y Obra de Simón Rodríguez
Maracay, Noviembre del 2021
INTRODUCCION
Simón Rodríguez fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo, destacando por su profundo conocimiento de la sociedad hispanoamericana, el cual posteriormente trasmitirá a Simón Bolívar al desempeñarse como su maestro y mentor. En cuanto a su vida familiar es poco lo que se sabe. En mayo de 1791 el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo de maestro en la escuela de primeras letras para niños, lugar al que llegará al año siguiente Bolívar para iniciar su educación. En junio de 1793 se casa con María de los Santos Ronco, acto en el cual se declaró "Expósito de esta feligresía", término que se solía y se suele utilizar para designar a aquellas personas abandonadas por sus padres. Dos años después, tras fugarse el niño Bolívar de la casa de su tutor, es enviado a casa de su maestro Simón Rodríguez quien se encargará definitivamente de su formación.
El presente trabajo busca explicar temas como La “Vida y Obra de Simón Rodríguez. Sus pensamientos E ideas educativas” Además de hablar sobre La universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” afianzándose en su reseña historia, valores y su misión.
1.- Vida y Obra de Simón Rodríguez. Sus pensamientos E ideas educativas 
Simón Rodríguez nació el 28 de octubre de 1769 en Caracas, Venezuela. Fue concebido por Alejandro Carreño, sacerdote, y Rosalía Rodríguez. Criado por su supuesto padre hasta su muerte, más tarde su tío Juan Rafael Rodríguez se quedó con su tutela. Hermano de José Cayetano Carreño. En mayo de 1791 cuando tenía 21; años― el Cabildo de Caracas le dio un puesto como profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para Niño. En esta escuela tuvo la oportunidad de ser el tutor del futuro libertador Simón Bolívar.
El tutor de Bolívar, Carlos Palacios y Blanco, decidió enviar a Bolívar a vivir con Simón Rodríguez porque no podía atenderlo personalmente. Ante la perspectiva de vivir con Rodríguez, el 23 de julio de 1795 Bolívar se escapó de la casa de su tío Carlos para refugiarse en la casa de su hermana María Antonia, quien ejerció su custodia temporal, hasta que la Real Audiencia de Caracas resolvió el litigio judicial y devolvió a Carlos Palacios la custodia de Bolívar. Este trató de resistirse pero fue sacado por la fuerza de casa de su hermana y llevado en volandas por un esclavo hasta la humilde casa de Rodríguez. Bolívar tuvo que compartir el espacio con otros veinte niños en una casa no apta para ello, y por ello escapó de allí un par de veces, en las que terminó volviendo por orden de los tribunales. Sin embargo, la relación con el que más adelante llamaría mi maestro fue fructífera, y se mantuvo hasta que Bolívar cumpliera 14 años. No hay duda de que Simón Rodríguez ejercería gran influencia en el carácter y pensamiento libertario del futuro Libertador.
En 1794, Simón Rodríguez presentó un escrito crítico, Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Fuertemente influenciado por el Emilio (Rousseau)Emilio de Jean-Jacques Rousseau, Simón Rodríguez desarrolló una revolucionaria concepción de lo que debía ser el modelo educativo de las naciones americanas. En 1824, el mismo Bolívar (en carta al general Santander) decía que su maestro «enseñaba divirtiendo». Este espíritu que intentaba romper con las rígidas costumbres educativas del colonialismo español se reflejaría en toda la obra y el pensamiento de Simón Rodríguez. Su participación en la Conspiración de Gual y España, descubierta en julio de 1797, en contra de la corona española lo obligó a renunciar a su cargo de maestro y huir del territorio venezolano, con 27 años.
Entre sus aportes al pensamiento americano y al quehacer cosmopolita destacan dos: 1.-contribuir a formar el carácter republicano, libertario y moral de Bolívar, durante la infancia y juventud del primero,
2.- haber plasmado en sus obras un ideario original, filosófico-pedagógico, necesario para la emancipación de las sociedades americanas.
PENSAMIENTOS E IDEAS EDUCATIVAS
El pensamiento y obra de Simón Rodríguez daría cuenta de dos aspectos fundamentales: la educación como herramienta para formar el ciudadano que necesitaban las repúblicas nacidas al calor de la Guerra de Independencia y, como complemento, el establecimiento de una educación popular.
Una de las grandes preocupaciones de Simón Rodríguez era cómo encarar el proceso de formación de nuevas repúblicas en medio de la inconsciencia generalizada de la población ante los deberes y retos que implicaba tan grande institución. No en balde, los tres siglos de dominación colonial habían dejado su impronta en la población, mucha de la cual reproducía los valores, creencias, costumbres y tradiciones implantadas como instrumento para garantizar el orden y la convivencia en esa sociedad y mantener así los privilegios de las clases dominantes. 
Rodríguez sostuvo con ímpetu que la raíz de todos los males que quebrantaban el nacimiento de las nuevas repúblicas se encontraba en la ignorancia del pueblo, en el desconocimiento de formas distintas de vivir en sociedad, así como en la ausencia de una cultura del trabajo que permitiera enfrentar y superar la destrucción causada por la guerra; para lo cual era necesario establecer un modelo educativo que rompiera la lógica sobre la que se había asentado el dominio español. La educación que pregonaba Rodríguez estaba basada primeramente en aspectos éticos y morales. El “Sócrates de Caracas” dejó claramente establecido que educación e instrucción no son sinónimos; así lo afirmó en unas de sus obras “Luces y virtudes”: “Instruir no es educar ni la Instrucción puede ser equivalente de la Educación Aunque Instruyendo se Eduque” (Rodríguez, 2013: 69). Para él resultaba claro que la educación constituía un proceso de mucha mayor trascendencia que la adquisición de ciertas habilidades y destrezas, las cuales podían aprenderse no solo en la escuela. Educar era adquirir consciencia de los deberes, responsabilidades y derechos que cada persona debía ejercer para garantizar el orden y la convivencia social, dentro de un marco de igualdad y justicia. La educación debía formar el ciudadano capaz de enfrentar, neutralizar y superar los valores engendrados por la dominación española; por eso afirmó en su obra Extracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana lo siguiente:
“La ignorancia de los principios SOCIALES, es la causa de todos los males, que el hombre se hace y hace a otros. En el sistema republicano la autoridad se forma en la EDUCACIÓN porque educar es CREAR VOLUNTADES. Se desarrolla en las costumbres que son efectos necesarios de la EDU- CACIÓN. Y vuelve a la EDUCACIÓN por la tendencia de los efectos a reproducir la AUTORIDAD (Ibíd.: 200).”
La construcción de la República no debía basarse solo en un sistema jurídico-político; era necesaria la formación de un ciudadano con valores sociales, consciente de su rol en la sociedad y capaz de trascender la inercia política que lo había conducido a la obediencia absoluta. En este sentido Rodríguez afirmaba: “La mayor FATALIDAD del hombre en el estado social es no tener con sus semejantes un COMÚN SENTIR de lo que conviene a todos. La EDU- CACIÓN SOCIAL remediará este mal” (en Rosales, 2014: 33).
Esta apuesta por las nuevas virtudes y valores sociales es posible comprenderla si ubicamos a Simón Rodríguez como un pensador del siglo XVIII, con lo cual se quiere enfatizar que fue un exponente de los principios y valores que comenzaron a ser difundidos por los llamados enciclopedistas (Ilustración) y empezaron a concretarse a partir de la Revolución francesa. Rodríguez defendió la idea de la igualdad como premisa fundamental de la libertad. La nueva República no podía amparar la exclusión, la esclavitud, la convivenciaarbitrada por la raza o la posición económica. Frente a quienes argumentaban que la nueva República solo promovía la anarquía, la desintegración de las familias, la desaparición de los valores, costumbres y tradiciones que practicaban los hombres de bien, Rodríguez respondió en Sociedades americanas:
“Las sociedades tienden a un modo de existir mui diferente del que han tenido, i del que se pretende que tengan. Los hombres de estos últimos tiempos, escarmentados de los trabajos que han pasado en tentativas inútiles; desengañados de la aparente convivencia que presentan los sistemas conocidos; cansados de oír i de leer elogios pomposos de cosas insignificantes, y a veces, de lo que no ha sucedido; hartos de verse maltratara nombre de DIOS, del REI o de la PATRIA, quieren vivir SIN REYES Y SIN CONGRESOS; no quieren tener AMOS ni TUTORES; quieren ser dueños de sus personas, de sus bienes i de su voluntad; sin que por eso entiendan vivir como ANIMALES FEROCES (que es lo que suponen los defensores del absolutismo manifiesto o pasado), QUIEREN gobernarse por la RAZÓN que es la autoridad de la naturaleza (Rodríguez, 2013: 131).”
Un nuevo orden republicano basado en la fuerza de la razón y en la justicia como norma, era parte de la sociedad que anhelaba y proponía Simón Rodríguez.
2.- ¿Quiénes Somos? Reseña Histórica de la Unesr. Visión y Misión 
CONCLUSION
En él argumentaba la necesidad de crear nuevas escuelas y de formar buenos profesores con mejores salarios, de incorporar más alumnos a la educación y extenderla a todas las etnias, a la vez que debía disminuirse la enseñanza particular. El pensamiento educativo de Simón Rodríguez ha estado presente, de forma continua, en la reflexión que han realizado los educadores venezolanos y adquiere un protagonismo estelar de cara a los retos que enfrenta el modelo educativo actual. El legado de Simón Rodríguez va mucho allá de formar la personalidad de Simón Bolívar o el pensamiento humanista de Andrés Bello: fue el primero que quiso aplicar en América del Sur los métodos educativos que empezaban a utilizarse a comienzos del siglo XIX en Europa, e intentó imponer en las atrasadas Bolivia y Colombia las novedosas y revolucionarias teorías sobre la educación de la infancia y el acceso al conocimiento de las clases populares.

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