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Características clínicas de la reacción inflamatoria

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UNIVERSIDAD MEXIQUENSE DEL
BICENTENARIO
Fisiopatología
Lic. Enfermería
La reacción inflamatoria es un proceso complejo que ocurre en
respuesta a una lesión tisular o a la presencia de agentes
infecciosos en el cuerpo. Esta respuesta involucra la interacción
de diferentes células y mediadores químicos que trabajan juntos
para eliminar el agente causal y reparar los tejidos dañados. A
continuación, se describen detalladamente las características
clínicas de la reacción inflamatoria:
1. Dolor: El dolor es una de las características más notables de
la inflamación. Puede ser de diferentes tipos, como
punzante, ardor, opresión, entre otros, y su intensidad varía
en función del grado de inflamación y la zona afectada.
2. Rubor: El rubor o enrojecimiento de la piel es otro signo
característico de la inflamación. Este se debe a la dilatación
de los vasos sanguíneos que permiten el aumento del flujo
sanguíneo en la zona inflamada.
3. Calor: La inflamación también se asocia con el aumento de
la temperatura en la zona afectada. Este aumento de la
temperatura se debe a la liberación de sustancias químicas
que activan los mecanismos de defensa del cuerpo y
generan un aumento del metabolismo local.
4. Edema: El edema o hinchazón es otro signo común de la
inflamación. Este se debe a la acumulación de líquido en el
tejido inflamado, que a su vez, puede comprimir las
estructuras vecinas y causar dolor.
5. Pérdida de la función: Dependiendo de la localización de la
inflamación y de la magnitud de la respuesta inflamatoria,
puede haber una pérdida de la función normal del órgano o
tejido afectado. Esto puede ocurrir debido a la presencia de
células inflamatorias que producen daño en el tejido o a la
acumulación de líquido que comprime las estructuras
vecinas.
6. Fatiga: En algunos casos, la inflamación también puede
causar fatiga y debilidad generalizada. Esto se debe a la
producción de sustancias químicas inflamatorias que
pueden afectar el sistema nervioso central y alterar la
regulación del estado de ánimo y la energía.
En resumen, la reacción inflamatoria se caracteriza por la
presencia de dolor, rubor, calor, edema, pérdida de la función y
fatiga. Estos signos clínicos pueden variar en función de la
localización y magnitud de la inflamación y son el resultado de la
interacción de diferentes células y mediadores químicos que
trabajan juntos para reparar el tejido dañado o eliminar el agente
causal.

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