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13
El trabajo con modelos: ondas electromagnéticas y hornos 
microondas
En las siguientes páginas les propondremos trabajar lecturas y actividades relacionadas, en 
principio, con una cuestión fundamental en el trabajo científico: la utilización de modelos para 
la explicación de fenómenos naturales y aplicaciones tecnológicas. En particular, trabajaremos 
con la utilización del modelo de onda electromagnética para explicar fenómenos relacionados 
a aplicaciones bien conocidas en este tiempo como la radio, los rayos X, los controles remotos, 
el hornos a microondas y el celular.
 
Algunas cuestiones a recordar, revisar o aprender 
Seguramente, en años anteriores han estudiado qué son las ondas y sus características 
principales (frecuencia y longitud de onda). Por si no lo recuerdan, y en forma muy resumida, 
podemos decir existen dos maneras de representar y estudiar los fenómenos que implican la 
transmisión de energía entre dos puntos distanciados: una es pensar que en este fenómeno 
interviene un cuerpo (o cuerpos) que sirve como vehículo de la energía transmitida; otra es 
pensar que el medio entre los dos puntos vibra u oscila permitiendo que la energía llegue de 
un punto al otro, y en este caso decimos que la transferencia se produjo por medio de ondas. 
Figura 1
Recordemos que las magnitudes que nos permiten distinguir 
una onda de otra son la frecuencia (la cantidad de vibraciones 
u oscilaciones por segundo) y la longitud de onda (la distancia 
entre dos crestas de una onda).
 
Figura 2
Seguramente conocen todo lo anterior por haberlo trabajado en 
materias de Ciencias Naturales de años anteriores, pero si esto 
no es así, siempre se puede investigar un poco…
Viernes 3/4Ciencias 
Naturales
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Actividad 1 
Realicen en su cuaderno o carpeta un listado de tres fenómenos que pueden explicarse a par-
tir de la teoría de ondas. En cada uno de los ejemplos intenten utilizar algunos de los siguientes 
conceptos: onda, intensidad, frecuencias, longitud de onda, medio.
Los ayudamos un poco con el primer ejemplo:
1) En las historias sobre soldados e indios, muchas veces se explica que los indios eran capa-
ces de predecir con anterioridad la llegada de los soldados (aun sin poder verlos) apoyando el 
oído en el suelo. Parece que de esta forma podían percibir las ondas que producía el galope de 
los caballos de los soldados y que se propagaban por el suelo (el medio). A medida que aumen-
taba la intensidad de las ondas percibidas, menor era la distancia que los separaba.
Ahora ustedes… les quedan dos ejemplos más.
Las ondas electromagnéticas 
Dentro de las ondas, están aquellas que necesitan un medio material para poder propagarse 
(el sonido, las ondas sísmicas, las que se ven sobre el agua, etcétera) y otras que pueden viajar 
incluso en el vacío. A estas últimas las conocemos como ondas electromagnéticas. Como ya di-
jimos, las ondas transmiten energía y tienen como características sus frecuencias y longitudes 
de onda, que se relacionan de alguna manera con la energía que transmiten.
Nuestro sol emite naturalmente hacia el espacio una gran cantidad de ondas electromag-
néticas con distintas frecuencias, longitudes y energía (aunque, por supuesto, no es la única 
fuente de ellas). Estas ondas, también llamadas radiaciones, no siempre llegan a la superficie 
terrestre. Nosotros solo percibimos con la vista un conjunto de ellas, la luz visible. 
Para poder estudiar mejor los fenómenos en donde intervienen ondas electromagnéticas 
(por ejemplo, sus interacciones con la materia), necesitamos en principio poder representarlas 
de alguna manera. El dibujo siguiente (figura 3) es solo una forma de representar estas ondas, 
clasificadas según su frecuencias, longitudes de onda y, de alguna manera, por su energía 
(temperatura de objetos que las emiten).
Figura 3. Modelo gráfico de 
representación de ondas elec-
tromagnéticas1
La figura anterior nos ayuda a construir representaciones simplificadas de fenómenos físicos 
bien complejos como las variaciones de campos eléctricos y magnéticos en el espacio. Clara-
mente, la línea curva roja del gráfico no es una onda electromagnética: es un modelo, o sea una 
1 Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Espectro_electromagn%C3%A9tico
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representación simplificada que nos permite pensarla y referirnos a ella de alguna manera que 
todos comprendamos. 
Denominamos modelos, o más bien modelización, al proceso por el cual construimos formas 
simplificadas de representar un fenómeno. Para esto, generalmente se utilizan analogías con 
algo semejante a esa porción del mundo, aunque claramente resulte más sencillo. Los modelos 
nos permiten hablar del fenómeno, intentar explicarlo, realizar hipótesis, predicciones y some-
terlas a prueba. A su vez, los resultados de esas pruebas dan nueva información sobre el mode-
lo y nos dicen qué tan bueno es para representar algunas de las partes del fenómenos que estu-
diamos. Por lo general, los modelos son buenos para algunas cosas y no tan bueno para otras... 
Figura 4 
Los modelos pueden ser de distinta natu-
raleza. En la figura 4, observamos un modelo 
material (maqueta) del sistema solar. Segu-
ramente representa mejor que un dibujo los 
movimientos orbitales de un planeta en torno 
al sol, aunque quizás resulte bastante poco 
adecuado para calcular los tiempos de rota-
ción de cada planeta. Para esto último un mo-
delo matemático (ecuación) será mucho más 
adecuado.
Así, entonces, gráficos, maquetas, ecuaciones o programas de computación son clases de 
modelo que sirven para pensar, hablar, explicar y predecir distintos fenómenos físicos.
Actividad 2
Seguramente, ustedes pueden hacer un listado bastante largo de modelos que han utilizado 
para aprender distintos temas de ciencias a lo largo de sus años en la escuela. Les pedimos 
que piensen (y escriban o dibujen en sus carpetas) al menos tres tipos de modelos que recuer-
den e indiquen también para qué tema o fenómeno lo utilizaron. Ya que estamos, describan, 
según entiendan, qué cuestiones del fenómeno se podían representar muy bien y cuáles no 
tanto, tal como hicimos con la maqueta antes comentada. ¡Vamos!
Bien, sigamos con nuestro modelo de onda electromagnética. Podríamos decir (en una sim-
plificación bastante práctica) que los valores de las frecuencias de las ondas electromagnéti-
cas nos hablan de la energía que transportan estas ondas, mientras que las longitudes de onda 
nos dan una idea de su tamaño. 
Imaginemos una bala disparada por un revólver. A partir de su tamaño y su energía, enten-
demos que en interacción con un cuerpo (por ejemplo, una puerta) podrá destrozar quizás la 
cerradura, pero no se espera que arranque a la puerta de la pared. Con este ejemplo queremos 
decir que la bala podrá producir cambios, pero estos van a depender de su energía y de su 
tamaño. La energía cinética de la bala, cedida a la cerradura, se traducirá en una ruptura de la 
cerradura; su tamaño, por otra parte, da cuenta de que la interacción solo se da con parte de la 
cerradura y no con toda la puerta. 
Aunque una bala no es una onda, se asemejan en que las ondas electromagnéticas también 
interactúan con la materia en función de su energía (frecuencia) y de su tamaño (longitud de 
onda). Así, cuando hacemos una radiografía, el tamaño y la energía de los rayos X les permiten 
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penetrar a través de los tejidos del cuerpo humano y marcar una placa. Otro ejemplo es la radia-
ción ultravioleta, que interacciona con las células de la piel y genera su muerte o mutación, por 
ejemplo en las quemaduras de sol. De modo semejante, las ondas de luz visible afectan a las 
nubes electrónicas de los átomos que componen los cuerpos a los que iluminan, excitándolos 
y haciéndolos emitir luz (por eso los vemos) y microondas... Continuemos. 
Funcionamiento de un horno a microondas 
Las microondas son una de las clases de ondas electromagnéticas presentes en el espectro 
electromagnético. Dentro de esta clasificación están todas las ondaselectromagnéticas cuyas 
frecuencias se encuentran entre los 1000 y 10.000 MHz y cuyas longitudes de onda están entre 
30 y 0,3 cm. En el gráfico del espectro electromagnético (ver figura 3), las microondas están 
ubicadas entre las ondas del infrarrojo y las ondas cortas de radio. 
Figura 5. Infografía sobre el horno microondas2
Las microondas de un horno se generan en un pequeño dispositivo cilíndrico de apenas 
10 cm de largo, denominado magnetrón (ver figura 5). El cilindro central –cátodo– se calienta y 
genera electrones. Posee dos imanes en los extremos que proporcionan un campo magnético. 
El ánodo está diseñado para acelerar los electrones y mantener la radiación emitida dentro de 
una cavidad resonante, de modo que pueda salir solo por un extremo, y dirigirse al interior del 
horno.
Las microondas del horno interaccionan con los alimentos, hacen que las moléculas de agua 
(y otras moléculas polares) que los componen se pongan a vibrar, promoviendo un calenta-
miento en el interior de los alimentos. Para comprender por qué ocurre este fenómeno, en la 
próxima clase de Ciencias Naturales revisaremos algunas cuestiones básicas sobre el agua.
2 Fuente: http://s1310.photobucket.com/user/SEba3X/media/microondas1_zps87b90993.jpg.html 
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SEMANA 3
Lunes 13/4
Ciencias 
Naturales
Las microondas y las propiedades eléctricas de la 
molécula de agua
 
Una molécula de agua (H2O) está formada por un átomo de oxígeno (O) unido a dos de hi-
drógeno (H). Cada átomo de hidrógeno posee un solo electrón compartido con el átomo de 
oxígeno, de modo que se forma un ángulo que le confiere una particular geometría molecular 
(angular: 104,5°). Su forma, la no uniformidad de la posición de los electrones exteriores a los 
átomos y la diferencia de electronegatividad entre los hidrógenos y el oxígeno hacen que la 
molécula H2O posea polaridad eléctrica. Sabemos que los electrones de los átomos de H están 
desplazados hacia el átomo de oxígeno, de manera que si se observa, la molécula de agua ten-
drá “polaridad positiva” del lado de los átomos de hidrógeno, mientras que del lado del oxígeno 
nos encontraremos con una “polaridad negativa”. Por esta razón, decimos que en la molécula 
de agua se constituye un dipolo eléctrico permanente. Nuevamente, y a riesgo de parecer rei-
terativos, estamos hablando de un modelo que intenta representar las propiedades eléctricas 
de la molécula de agua.
Figura 1. Representación gráfica de la molécula de agua y su polaridad1
1 Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:H2O_molecule_scheme_of_dipole.png
Átomo de oxígeno
Átomos de hidrógeno
Polarización de la carga 
eléctrica de la molécula
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Los dipolos eléctricos interactúan con los campos eléctricos, ya que estos polos son atraídos 
o repelidos por los campos. Los campos, variables en el tiempo, pueden hacer rotar las molé-
culas, que a su vez “intentan” alinearse con el campo. A partir de las propiedades del agua men-
cionadas, y recordando que las ondas electromagnéticas (como las microondas) son campos 
eléctricos y magnéticos variables en el tiempo, podemos entender que un horno a microondas 
produce rotación de las moléculas, aumentando la temperatura de los alimentos que se intro-
ducen en su interior. El movimiento oscilatorio de moléculas enlazadas con otras moléculas 
genera una especie de fricción mecánica con el medio, y finalmente la energía es transferida 
en forma de calor al resto del alimento. Esta energía produce múltiples trasformaciones en los 
alimentos a través de reacciones químicas, es decir rompiendo y formando enlaces entre las 
sustancias que los componen. Otra cuestión a considerar es que los recipientes (sin agua en su 
composición) no sufren calentamiento por este fenómeno: si esto ocurre se debe a la conduc-
ción térmica con los alimentos que contienen. Los denominados “recipientes para microondas” 
son plásticos o cerámicos de muy baja porosidad superficial, de modo que no permiten inclu-
siones de agua que, al hervir dentro del horno, puedan producir grietas en el material.
Por ser radiación electromagnética, las microondas se transmiten a través de materiales trans-
lúcidos como el vidrio, el aire, el papel y muchos plásticos, pero se reflejan en los metales. La 
razón es que, al recibir la onda, la energía transferida a los electrones produce movimientos de 
estos por la superficie del metal, de manera que la onda no llega a penetrar en el interior. Por este 
motivo, las ondas electromagnéticas no los atraviesan, sino que “rebotan”, se reflejan. En los hor-
nos, las paredes son metálicas para que las microondas se mantengan confinadas en su interior. 
Seguridad en los hornos de microondas
La puerta vidriada del horno, según las propiedades de los materiales enunciadas anterior-
mente, podría ser una superficie que permite escapar las microondas hacia el exterior. Obvia-
mente esto no debería ser así, ya que cualquier persona que se encontrase cercana al horno 
podría experimentar la interacción de la radiación con la gran cantidad de agua presente en el 
cuerpo humano, lo que podría resultar... ¡más que peligroso! 
Si prestamos atención a la puerta de un microondas, veremos que no solo se observa vidrio 
sino también un tejido metálico. El tamaño de este enrejado es de suma importancia dado que, 
como ya dijimos, las microondas interaccionan con la materia en función a su longitud de onda. 
Utilizando nuevamente una analogía, podemos pensar que una onda no podría atravesar un 
agujero que sea mucho menor que su longitud de onda. Si el agujero es algo más pequeño que 
la longitud de onda, la onda consigue atravesarlo; pero si es mucho más pequeño, entonces la 
onda no puede pasar al otro lado. 
Figura 2. Foto del enrejado en el inte-
rior del vidrio de la puerta del mi-
croondas2 
2 Fuente: https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages02/2020/03/02/FDB5745D-85CB-4506-BFA1-B02694C6019E/58.jpg 
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Observando la figura 2, podríamos arriesgar que los diámetros de los agujeritos de la malla 
metálica de la puerta del horno miden todos de aproximadamente 1 milímetro. Les propone-
mos utilizar ahora un modelo matemático para comprobar, de alguna manera, si el tamaño de 
estos agujeritos es realmente mucho más pequeño que las microondas del interior del horno.
Recordemos que en toda onda se comprueba una relación entre su longitud de onda ( l ) , 
su frecuencia (f ) , y su velocidad de propagación (v), esta relación puede ser expresada por la 
siguiente ecuación: 
l = v / f 
Utilicemos esta expresión y el dato de la frecuencia típica de los hornos. Buscamos dicho va-
lor en una de las paredes de un horno (figura 3) y resulta ser f = 2450 MHz (2.450.000.000Hz, o 
2.450.000.000 1/seg.) Ahora solo nos falta el valor de la velocidad a la que viaja las microondas 
y podremos calcular l (longitud de onda) para tener una idea del tamaño de las microondas y 
saber si son mucho más grandes, o no, que los agujeritos de la puerta.
 
Figura 3. Chapa de la parte trasera de un horno, donde se ven valores de frecuencia 
Quizás ya estén pensando… si la microonda es una onda electromagnética, y la luz visible 
también lo es, quizás las dos viajen a la misma velocidad.... Bueno, ¡es asi! La velocidad de pro-
pagación de todas las ondas electromagnéticas en el vacío, es: 
V = 300000000 m/s, ¡la velocidad de la luz! 
¡Ahora, sí! Utilicen estos valores y la ecuación que ya les mostramos para calcular la longitud 
de onda de las microondas. Según nuestro cálculos, las ondas que emite un microondas tienen 
una longitud de onda de unos 12 centímetros (0,12m), más o menos del tamaño de una mano 
(por favor, ¡comparen con sus resultados!). Los agujeritos de la malla de metal de la puerta del 
microondas tienen un diámetro mucho más pequeño (1 milímetro). En conclusión, las microon-
das no pueden pasar por ellos ni por las rendijas de la puerta. 
34
Actividad 1 
Sin embargo, la luz visible también es una onda electromagnética e igual atraviesa la puerta 
del horno.De hecho, cuando se enciende podemos ver en el interior del microondas... ¿Por qué? 
Utilizaremos la ecuación anterior para comprobar que el “tamaño” de la luz visible es mucho 
menor que el diámetro de los agujeritos de la malla metálica de la puerta, por eso pasa a traves 
de ella y nosotros podemos verla. ¡Vamos!
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Miércoles 22/4
¿Qué es la tabla periódica? 
La tabla periódica de los elementos es central en el estudio de 
la Química. Podría decirse que representa su columna vertebral, 
es donde encontramos los principios organizativos básicos del 
mundo material. Esta tabla es una especie de clave o código 
para estudiar la estructura de la materia. Además, condensa nu-
merosos conocimientos científicos que ordena de forma sim-
ple, compacta y vistosa. En la tabla periódica se encuentra gran 
parte de la historia de la ciencia, allí están unificados miles de 
saberes e innumerables horas de investigación, reflexión, frus-
traciones, discusiones, observaciones detalladas, experimenta-
ciones de científicas y científicos.
La tabla periódica tuvo diversos formatos a lo largo de su his-
toria, fue progresando en la medida en que se descubrieron nue-
vos elementos y se conocieron sus propiedades. En su formato 
más conocido, que pueden ver en la imagen ubicada al final de 
esta clase, la tabla periódica se organiza en casilleros que se 
ubican en filas (horizontales) y columnas (verticales). Cada ca-
sillero corresponde a un elemento químico. Pero, ¿qué es un ele-
mento químico? Este concepto hace referencia al conjunto de 
átomos que tienen la misma estructura o, más específicamente, 
que tienen la misma cantidad de protones en sus núcleos ató-
micos. Retomaremos esta idea un poco más adelante. 
Aunque existen diferentes tablas periódicas, todas presentan 
a cada elemento con su símbolo químico. Por ejemplo, el sím-
bolo del cloro es Cl. Los símbolos siempre se escriben en im-
prenta, con la primera letra en mayúscula y la segunda, si tiene, 
en minúscula. Acompañando el símbolo podemos encontrar 
números, estos informan sobre propiedades del elemento que 
dependen de su estructura atómica. La ubicación de los ele-
mentos en la tabla sigue varios criterios, pero sobresale el orde-
namiento en columnas. Los elementos que están en una misma 
columna forman un grupo. La tabla periódica tiene dieciocho 
grupos. Cada grupo tiene propiedades generales similares, por 
ese motivo también se conoce a los grupos como “familias” de 
elementos. Las filas, por otra parte, se denominan periodos, y 
esos periodos finalizan en un tipo de elemento muy especial: 
los gases nobles. Tanto los grupos como los periodos sirven 
para ubicar a un elemento en la tabla. El cloro, por ejemplo, se 
encuentra en el grupo 17 y en el período 3. 
Antes de seguir conociendo la tabla periódica, vamos a repa-
sar algunas ideas sobre los átomos. 
¿Qué son los átomos? ¿Cómo están formados?
Los átomos son los constituyentes básicos del mundo mate-
rial. Todo, absolutamente todo lo que nos rodea, incluso noso-
tros mismos, está formado por átomos. Estas partículas son 
extremadamente pequeñas, tan diminutas que es muy difícil 
tener real dimensión de su tamaño. Como no podemos ver 
directamente los átomos, contamos con modelos (como los 
que ya vimos en la clase sobre onda electromagnética) para 
Ciencias Naturales
conocerlos, los llamamos modelos atómicos. A lo largo de la 
historia se postularon diferentes modelos para representar los 
átomos. Inicialmente se consideraba que los átomos eran es-
feras macizas, compactas e indivisibles. Esta idea, formulada 
por John Dalton, se mantuvo durante el siglo XIX. Luego, otros 
científicos hallaron ciertas pruebas experimentales que provo-
caron que esta representación cambie. Surgieron entonces nue-
vos modelos atómicos basado en distintos experimentos, como 
el descubrimiento de los electrones y la evidencia de que los 
átomos tienen un núcleo. 
Entonces, ¿cómo es un átomo? Actualmente se considera que 
un átomo está formado básicamente por tres tipos de partícu-
las: protones, neutrones y electrones. Estas partículas son dife-
rentes entre sí. Una de las principales diferencias es que tienen 
diferente carga eléctrica. Los protones tienen carga positiva, los 
electrones tienen carga negativa y los neutrones no tienen car-
ga, es decir, no repelen ni se atraen con partículas cargadas. 
Por otro lado, estas partículas también tienen diferentes tama-
ños. Los protones y los neutrones son unas dos mil veces más 
grandes que los electrones y forman el núcleo de los átomos. 
Por ser estas partículas mucho más grandes que los electrones, 
suele considerarse que la masa del átomo está concentrada en 
el núcleo atómico. Los electrones, entonces, son partículas muy 
pequeñas que se encuentran en la zona externa –es decir alre-
dedor del núcleo–, moviéndose rápida y aleatoriamente en es-
pacios conocidos como orbitales. En un modelo más sencillo de 
átomo, se representaba a los electrones “girando” alrededor del 
núcleo en órbitas. Hoy se sabe que esta representación no se 
corresponde con la estructura real, pero de todos modos puede 
ser útil para iniciar la interpretación de este fascinante mundo 
atómico. Los protones y los electrones suelen estar en la mis-
ma cantidad en el átomo, ya que de esa forma se mantiene la 
neutralidad eléctrica, pues la cantidad de partículas positivas y 
negativas son iguales. 
Actividad 1 
¿Cómo se imaginan que es un átomo? Dibujen en sus carpeta 
un átomo, teniendo en cuenta la descripción anterior. Pueden 
utilizar colores para diferenciar las partículas que lo forman o 
flechas para poner sus nombres. 
¿Los átomos son todos iguales? 
¿Qué características tienen? 
Existen muchos tipos de átomos, que se diferencian por sus 
estructuras y propiedades. Cada elemento de la tabla periódica 
representa a los átomos que tienen la misma cantidad de pro-
tones. Entonces, lo que define que un átomo sea de hierro, de 
aluminio o de cobre es la cantidad de protones que tiene en su 
12
núcleo: un átomo de hierro tiene 26 protones, uno de aluminio 
tiene 13 y uno de cobre tiene 29. A esta cantidad se la denomi-
na número atómico y se la representa con la letra Z. El número 
atómico define a cada elemento y le da su ubicación en la tabla 
periódica. El ordenamiento de los elementos en la tabla es cre-
ciente y se inicia con el hidrógeno, que tiene un único protón en 
su núcleo. 
Los electrones, a su vez, se distribuyen en niveles y subniveles 
de distinta energía. La ubicación de los electrones de un átomo 
no puede ser determinada, pero sí es posible saber en qué zona 
se mueven. Esta distribución de electrones se conoce como 
configuración electrónica. 
Los átomos de un mismo elemento deben tener igual canti-
dad de protones, pero pueden tener diferente cantidad de neu-
trones. Por lo tanto, su composición nuclear puede ser distinta 
y su masa será diferente también. La masa de un átomo está 
dada por la cantidad de partículas que forman su núcleo: a este 
número se lo conoce como número másico, se lo representa 
con la letra A y es el resultado de la suma de la cantidad de pro-
tones y de neutrones. 
Tomemos el ejemplo del hidrógeno. El tipo de átomo más co-
mún de hidrógeno que existe tiene un protón en su núcleo, un 
electrón en la zona externa y no tiene neutrones. Su número ató-
mico (Z) es 1, ya que tiene en su núcleo un protón. Su número 
másico (A) también es 1, porque no tiene neutrones. Además de 
este tipo de átomo de hidrógeno, existen dos variedades más, el 
deuterio y el tritio. Estos átomos también son de hidrógeno, ya 
que ambos tienen un protón en su núcleo, pero el deuterio tiene 
un neutrón y el tritio tiene dos neutrones. A esta variedad de áto-
mos de un mismo elemento se los conoce como isótopos. La 
mayoría de los elementos químicos tiene isótopos. Algunos de 
estos isótopos son estables y otros emiten radiaciones espon-
táneamente, transformándose. Los isótopos de un mismo ele-
mento se encuentran en diferente proporción. Porejemplo, en el 
caso del uranio hay tres variedades: uranio 238, con una abun-
dancia del 99,2739%; uranio 235, que representa el 0,7204%; y 
el uranio 234, que es solamente el 0,0057% del total. Debido a 
la existencia de los isótopos, en la tabla periódica se incluye la 
masa atómica relativa de los elementos, que tiene en cuenta la 
masa de cada una de sus variedades y su abundancia. 
Actividad 2 
Existe un tipo de átomo de carbono que tiene número Z = 6 y 
número A = 12. 
1. ¿Cuántos protones tiene? 
2. ¿Cuántos electrones tiene?
3. Considerando que el número A representa la cantidad de 
protones y neutrones sumados, y el número Z nos cuenta 
la cantidad de protones, ¿Cómo podemos saber la cantidad 
de neutrones que tiene este átomo? 
Actividad 3 
Existen dos isótopos más del elemento carbono, son el carbo-
no 13 (N° A = 13) y el carbono 14 (N° A = 14). ¿En qué se diferen-
cian estos átomos del carbono 12? Para responder, vuelvan a 
revisar la definición de número másico (A) y de isótopo. 
¿Cómo se clasifican los elementos? 
¿Qué propiedades tienen? 
En forma general, los elementos se clasifican en metales y 
no metales. Estos a su vez se distinguen en la tabla por ubicar-
se a uno o a otro lado de una línea imaginaria escalonada, los 
metales a la izquierda y los no metales a la derecha. El oxígeno 
(O), el nitrógeno (N) y el cloro (Cl) son ejemplos de no metales. 
El sodio (Na), el hierro (Fe) y el calcio (Ca) son ejemplos de me-
tales. Esta clasificación no es absoluta, ya que los elementos 
que están ubicados sobre esta línea, y los cercanos, presentan 
propiedades intermedias, por lo que se los conoce como meta-
loides. También es importante señalar que el hidrógeno (H) es 
un no metal pero está ubicado del lado de los metales por tener 
similitud estructural. Por otra parte, el grupo 18 contiene a los 
gases nobles, inertes o raros. Estos elementos no pueden ser 
clasificados como metales o no metales, ya que no reaccionan 
formando compuestos. 
Todos los átomos metálicos se comportan de forma similar, 
tienden a “ceder” sus electrones más externos cuando se unen 
con átomos no metálicos. Los átomos de elementos no metá-
licos, por su parte, tienden a “captar” los electrones de los áto-
mos metálicos. Algunos ejemplos: 
El sodio es metálico y se ubica en el grupo 1, por lo que po-
demos deducir que sus átomos tienen 1 electrón externo, que 
puede participar de uniones químicas. El sodio con un electrón 
menos es un catión, que es un ión con carga positiva. 
El cloro es no metálico, se ubica en el grupo 17 y tiene 7 elec-
trones externos, por lo que tiende a “ganar” un electrón, com-
pletando así su configuración electrónica. El cloro que ganó un 
electrón es un anión, que es un ión con carga negativa. 
El cloro puede “arrancar” el electrón del sodio debido a que tie-
ne una alta electronegatividad. Esta propiedad puede definirse 
como la capacidad de un átomo para atraer hacia sí los electro-
nes de un enlace. El elemento más electronegativo de la tabla 
periódica es el flúor (F) y el menos electronegativo es el 
francio (Fr). Existe una escala numérica que da cuenta de 
esta capacidad, donde el flúor tiene el valor máximo de 4 y 
el francio el valor mínimo de 0,7. Son valores relativos, es 
decir que no tienen unidades. 
Podemos señalar que en general los metales tienen baja 
electronegatividad y los no metales tienen mayor electronega-
tividad. En la tabla periódica notamos que la electronegatividad 
aumenta de izquierda a derecha (en general) a lo largo de un 
período. Esto se explica porque a lo largo del período aumenta 
la tendencia de los átomos a captar electrones y, así, a adquirir 
la configuración electrónica del gas noble más próximo. 
Actividad 4 
Los elementos de la tabla periódica forman todos los materia-
les. Identifiquen nombres o símbolos de elementos químicos en 
las etiquetas y rótulos de productos utilizados diariamente en su 
entorno. Pueden observar, por ejemplo: la sal de mesa, alimen-
tos, pasta de dientes, medicamentos, productos de limpieza, 
insecticidas, materiales utilizados para la producción agrícola 
y ropa, entre otros. Sean muy cuidadosos en la manipulación, 
pidan permiso y ayuda a los adultos para manipular estos mate-
riales. Lean las etiquetas de productos de estas clases y hagan 
una lista con los metales y otra con los no metales que forman 
parte de esas sustancias. 
13
Espacio para anotaciones
26
Miércoles 29/4
Las sustancias
Palabras como átomo, material, sustancia, elemento, molécu-
la, entre otras, pueden resultar familiares y parecidas. Incluso 
se podría pensar que significan más o menos lo mismo. Pero 
en Química utilizamos estos términos con significados pro-
pios y cada uno sirve para denominar a la materia de un modo 
específico.
Una sustancia química es una clase particular de materia que 
tiene una composición determinada y tiene propiedades quími-
camente definidas, propias. Esto significa que cada sustancia 
tiene una fórmula química que la representa y, por lo tanto, los 
átomos que la componen son siempre los mismos y en las mis-
mas proporciones. Por ejemplo, el agua pura es una sustancia 
y su fórmula química es H2O. Esta fórmula tiene un significado 
único: las moléculas de agua están formadas por dos átomos 
de hidrógeno (el subíndice 2 detrás del símbolo H indica que 
son dos átomos) y un átomo de oxígeno (no hay subíndice en el 
oxígeno, por eso se cuenta como un átomo). 
Veamos otro ejemplo. El oxígeno que respiramos se represen-
ta como O2. Esta fórmula significa que la sustancia oxígeno está 
formada por dos átomos de oxígeno, ya que tiene un subíndice 
2 detrás del símbolo químico O. El agua y el oxígeno son sustan-
cias químicas diferentes, con fórmulas y propiedades distintas. 
El oxígeno que respiramos es una sustancia simple, porque está 
formada por átomos de un mismo elemento. El agua, por otra 
parte, es una sustancia compuesta, ya que está formada por 
átomos de elementos diferentes (en este caso, átomos de hi-
drógeno y de oxígeno). Las sustancias compuestas pueden des-
componerse en dos o más sustancias simples. En el caso del 
agua, se puede descomponer en hidrógeno (H2) y oxígeno (O2).
Las moléculas pueden ser representadas también con mode-
los moleculares. A continuación vemos un modelo de la molé-
cula de agua: 
Modelo de una molécula de agua. Fuente: ACD/Labs 
Por otro lado, las sustancias también pueden ser clasificadas 
en naturales o sintéticas. Las sustancias naturales provienen tal 
como están de la naturaleza, mientras que las artificiales han 
sido sintetizadas en laboratorios o industrias. Un ejemplo: el alu-
minio es una sustancia natural y el nylon es una sustancia sin-
tética. Todos los plásticos son sustancias sintéticas que gene-
ralmente se fabrican con derivados del petróleo. El petróleo es 
natural pero no es una sustancia, es una mezcla. En la industria 
petrolera se extrae el petróleo y se lo separa en sus componen-
tes, para luego transformarlo en productos como las naftas. 
Es bastante habitual que las sustancias sean clasificadas en 
orgánicas e inorgánicas. En su momento, muchas de las sus-
tancias que contenían carbono fueron consideradas como or-
gánicas porque se creía que solo podían obtenerse de los orga-
nismos vivos. Por otra parte, se llamaba sustancias inorgánicas 
a todas aquellas formadas por otros elementos que no fueran 
carbono y que se obtenían sin la intervención de los seres vivos. 
Actualmente se considera que los compuestos orgánicos son 
aquellos que tienen en su estructura átomos de carbono, sean 
naturales o sintéticos. Las fibras de la ropa, los cosméticos, 
muebles y medicamentos, así como los plásticos, los alimentos 
y las moléculas esenciales para la constitución de un organismo 
vivo (proteínas, hidratos de carbono, lípidos) están compuestas 
por sustancias orgánicas. ¿Por qué hay tantos compuestos que 
contienen carbono? El carbono tiene la capacidad de formar 
uniones simples, dobles y triples entre átomos de carbono veci-nos, dando cadenas lineales y ramificadas, e incluso anillos. Un 
hidrocarburo como el butano, por ejemplo, es un tipo de com-
puesto formado por carbono e hidrógeno. 
Modelo molecular del butano. Fuente: ACD/Labs 
Ciencias Naturales
27
Actividad 1 
Clasifiquen las siguientes sustancias en simples o com-
puestas: metano (CH4 ) - cloro (Cl2 ) - peróxido de hidrógeno 
(H2O2 ) - ácido sulfúrico (H2SO4 ) - hierro (Fe)
Las mezclas 
Cuando observamos un objeto o un material podemos estar 
frente a una única sustancia o a una mezcla. La mayoría de los 
materiales en nuestro entorno son mezclas de varias sustan-
cias, por ejemplo el aire, que es una mezcla de diferentes gases 
(N2 y O2 principalmente). El café con leche y el agua potable que 
bebemos también son mezclas. A su vez, hay muchas mezclas 
sólidas a nuestro alrededor: el acero con que se construye una 
olla de cocina está formado por hierro y carbono; la tela con la 
que está elaborada nuestra ropa tiene fibras diversas y tinturas. 
Las mezclas líquidas posiblemente sean las más comunes. La 
lavandina comercial, por caso, es una mezcla de agua con hi-
poclorito de sodio; el agua oxigenada es una mezcla de agua y 
peróxido de hidrógeno (H2O2 ).
En la vida cotidiana es difícil distinguir a simple vista cuáles 
materiales son mezclas. El agua para beber o el bronce de una 
estatua lucen como un único material, pero en realidad son 
mezclas. El bronce es una mezcla de estaño (Sn) y cobre (Cu). 
El agua potable tiene sales disueltas y otras sustancias. Estas 
mezclas se denominan soluciones y se caracterizan por ser 
uniformes, es decir que tienen propiedades generales como la 
densidad, el color y el olor, entre otras, que son las mismas en 
toda su extensión. Las mezclas que presentan las mismas pro-
piedades en todo el sistema son sistemas materiales homogé-
neos. Cuando un sistema material está formado por una única 
sustancia en un solo estado de agregación, como el hierro, se 
trata también de un sistema homogéneo. Pero si ese hierro se 
encuentra en dos estados diferentes al mismo tiempo, como 
piezas de hierro sólidas mezcladas con hierro fundido, entonces 
se trata de un sistema que no es homogéneo. En este caso hay 
diferentes propiedades en el sistema, aunque esté compuesto 
por una sola sustancia. 
También pueden encontrarse otros tipos de mezclas, los sis-
temas heterogéneos. En este caso es posible distinguir partes 
del sistema por tener propiedades diferentes. Cada parte del 
sistema material que tiene características propias se denomina 
fase. Por ejemplo, una bebida gaseosa es un sistema hetero-
géneo que tiene dos fases: una fase líquida formada por agua, 
colorantes, edulcorantes y saborizantes; y otra fase gaseosa 
formada por el dióxido de carbono, las burbujas. Todas las bur-
bujas forman una fase, ya que tienen las mismas propiedades. 
Cada fase es una porción homogénea que, junta a otras fases, 
forma un sistema heterogéneo. 
Existen sistemas heterogéneos que son más difíciles de re-
conocer, ya que sus diferentes fases no pueden ser observadas 
a simple vista. Se trata de los coloides. La sangre, la leche, la 
manteca, la gelatina, entre otros, son coloides. En este tipo de 
sistema se puede encontrar una fase dispersante y al menos 
una fase dispersa. Los coloides parecen sistemas homogé-
neos, pero no lo son. La fase dispersa está formada por par-
tículas muy pequeñas, de un diámetro menor a 0,00001 mm y 
mayores a 0,001 mm. 
Actividad 2 
Seleccionen el envase de un producto de limpieza o cosmé-
tico que tenga etiqueta. Lean su composición. ¿Se trata de una 
mezcla? ¿Consideran que es una solución? ¿Cuántos compo-
nentes están identificados en la etiqueta? ¿Cuál componente 
está en mayor proporción en ese producto?
Les ayudamos con un ejemplo: consideremos un antiséptico 
para la piel. En su envase se indica que la composición (por cada 
100 mL de producto) es de 10 g de povidona iodada (C6H9I2NO), 
0,5 ml de nanoxinol 9 y agua. Se trata, entonces, de una mez-
cla de tres componentes. Además, es una solución, porque al 
observar el producto no se distinguen diferentes fases. En este 
caso, el componente que está en mayor proporción es el agua. 
Métodos para la separación de fases 
En la vida diaria solemos separar fases de sistemas materia-
les. Parece extraño, pero es bastante común. Colar los fideos, 
filtrar el café o pasar arena por una zaranda, son ejemplos de 
métodos de separación. Los procedimientos para separar apro-
vechan las diferentes propiedades de las fases que forman un 
sistema. Veamos algunos ejemplos:
• Filtración: se usa para separar un líquido de un sólido no di-
suelto cuyo tamaño de partícula es mayor a los orificios del 
filtro, como en el caso de la cafetera o en un saquito de té. 
• Imantación: permite separar materiales ferrosos de otros. 
Es útil, por ejemplo, para separar y recuperar alfileres del 
fondo de un costurero. 
• Tamización: se utiliza para separar sólidos de diferente ta-
maño de partícula, haciéndolos pasar por un tamiz, una 
zaranda o una malla que retenga algunos y deje pasar a 
otros. Podemos utilizar este método cuando necesitamos 
separar la arena de las piedras. 
Existen otros métodos de separación como la levigación, la 
flotación, la extracción, la cristalización. 
Las reacciones químicas 
Las propiedades de los materiales determinan su posibilidad 
de cambiar. Estos cambios pueden hacer que la sustancia se 
transforme en otra sustancia nueva, u otras, perdiendo su identi-
dad original. La oxidación de un metal a la intemperie, el oscure-
cimiento del pan al hornearse o la combustión del carbón dando 
llama y calor son ejemplos de transformaciones químicas. 
Las reacciones químicas pueden manifestarse de diferentes 
maneras: con cambio de color, desprendimiento de gas, con 
una explosión, con aparición de un compuesto sólido o con un 
aumento de temperatura, entre muchas posibilidades. Una re-
acción química es un proceso de transformación de la materia. 
Las sustancias que se transforman se denominan reactivos, las 
sustancias que se forman son los productos. 
En el lenguaje simbólico de la Química, este proceso se repre-
senta mediante una ecuación química: Reactivos g Productos. 
La flecha indica el sentido en el que ocurre la transformación, 
y puede leerse como “se transforma en”, “para dar” o “transfor-
mándose”. Si están involucrados varios reactivos o productos, 
se utiliza el signo + para separarlos, y puede leerse como “reac-
ciona con” o “ junto con”. En una reacción química se cumple la 
ley de conservación de la masa propuesta por Antoine Lavoisier. 
28
Esto significa que la materia se transforma pero no se pierde ni 
aumenta la masa. Durante una reacción química se rompen los 
enlaces entre los átomos que forman a los reactivos y se for-
man enlaces nuevos entre estos mismos átomos, dando lugar 
a los productos. 
Consideremos la siguiente ecuación: 
CH4 (g) + 2 O2 (g) → CO2 (g) + 2 H2O (g) 
• Esta ecuación se lee: “El metano reacciona con el oxígeno 
transformándose en dióxido de carbono y agua”. 
• Representa una reacción química muy común que ocurre 
cuando el gas natural, formado por metano, se enciende en 
la hornalla de la cocina. Esta reacción se llama combustión.
• En este ejemplo, el metano y el oxígeno son los reacti-
vos, mientras que el dióxido de carbono y el agua son los 
productos. 
• Podemos ver representados los estados de agregación, en 
este caso son todos gases (g). En otras reacciones también 
podremos encontrar otras formas de presentación de los 
reactivos y productos: sólido (s), líquido (l) y acuoso (ac), 
este último significa que el reactivo está disuelto en agua. 
• Delante de la fórmula del oxígeno y de la fórmula del agua 
vemos el número 2. Cuando se coloca un número delan-
te de una fórmula, se lo llama coeficiente estequiométrico. 
Podemos incorporarlo en la lectura de la ecuación: “Una 
molécula de metano reacciona con dos moléculas de oxí-
geno y se transforman en una molécula de dióxidode car-
bono y dos moléculas de agua”.
• Se rompen las uniones entre el átomo de carbono y los 
átomos de hidrógeno del metano; también se rompen las 
uniones entre los átomos de oxígeno. Se une un átomo de 
carbono con dos átomos de oxígeno, formando dióxido de 
carbono; también se forman los enlaces entre el oxígeno y 
los hidrógenos, originando el agua.
• En los reactivos (a la izquierda de la flecha) podemos con-
tar un átomo de carbono y 4 átomos de hidrógeno forman-
do una molécula de metano y 4 átomos de oxígeno (2 áto-
mos en cada molécula), o sea 9 átomos en total. En los 
productos (a la derecha de la flecha) están representados 
un átomo de carbono y 2 átomos de oxígeno (en la molécu-
la de dióxido de carbono), y 4 átomos de hidrógeno y 2 de 
oxígeno (en 2 moléculas de agua). Como ven, la cantidad 
de átomos antes y después de la reacción se conservan: 
Metano reaccionando con oxígeno. Fuente: ACD/Labs
Actividad 3 
El agua oxigenada que utilizamos para desinfectar es una so-
lución de peróxido de hidrógeno en agua. Al pasar el tiempo, 
esta solución pierde efectividad y se vence. Observen la siguien-
te ecuación y respondan las preguntas:
H2O2 (ac) → H2O (l) + O2 (g)
¿Cuáles son los reactivos y cuáles son los productos? ¿En qué 
estados de agregación están? ¿En qué se transforma el peróxido 
de hidrógeno al pasar el tiempo? ¿Cuántas moléculas de agua 
se forman a partir de una molécula de peróxido de hidrógeno?
Espacio para anotaciones
38
Miércoles 6/5
La Química del Carbono 
La vida en la Tierra está basada principalmente en un elemen-
to: el carbono. Este elemento está presente en la mayoría de los 
compuestos relacionados con la vida, a excepción del agua. El 
carbono tiene una propiedad química que lo distingue del resto 
de los elementos: la capacidad de unirse entre sí para formar ca-
denas. Estas cadenas carbonadas son las bases estructurales 
de los seres vivos.
El estudio de las sustancias formadas por cadenas de car-
bono es tan importante para la sociedad moderna que cons-
tituye una especialización científica destacada: la Química del 
Carbono.
El carbono es un elemento muy especial. Es un no metal que 
se ubica en el grupo 14 y en el período 2 de la tabla periódica. El 
átomo de carbono tiene número atómico (Nº Z) de valor 6. Esto 
significa que tiene seis protones y seis electrones en su estado 
estable. Dos electrones se mueven en una zona cercana al nú-
cleo y los otros cuatro están en la zona más externa. El carbono 
tiene una electronegatividad relativamente alta (2,5). Por este 
motivo, los cuatro electrones externos pueden formar enlaces 
covalentes en uniones con otros no metales o con otros átomos 
de carbono. 
Los enlaces covalente pueden ser simples, dobles y triples. 
Recordemos que en los enlaces covalentes simples, cada áto-
mo aporta un electrón al enlace; en los dobles, cada átomo 
aporta dos electrones a la unión; y en el caso de los enlaces 
covalentes triples, cada átomo pone en juego tres electrones 
para formar la unión. A continuación vemos representaciones 
de cada caso: un alcano de dos carbonos (etano: imagen 1), un 
alqueno de dos carbonos (eteno: imagen 2) y un alquino de dos 
carbonos (etino: imagen 3). 
Fuente: Advanced Chemistry 
Development, Inc. (ACD/Labs)
Debido a que el carbono forma uniones covalentes con otros 
átomos de carbono, y con átomos de hidrógeno, da lugar a una 
gran diversidad de compuestos muy estables. Los compuestos 
que solo contienen los elementos carbono e hidrógeno son de-
nominados hidrocarburos (las imágenes presentadas antes son 
ejemplos de este tipo de sustancias). Los hidrocarburos pueden 
extraerse de yacimientos de petróleo y gas natural, combusti-
bles que a su vez son mezclas de hidrocarburos. 
Para organizar el estudio de los compuestos orgánicos, se los 
clasifica considerando que están formados por una cadena de 
carbono e hidrógeno y un grupo funcional. Este grupo de áto-
mos es responsable de las propiedades químicas de la molé-
cula. Puede incluir elementos como oxígeno, nitrógeno, azufre, 
fósforo o cloro. 
Todas las moléculas que contienen el mismo grupo funcio-
nal forman una familia o serie homóloga. Los compuestos de 
una misma familia presentan propiedades químicas similares 
y propiedades físicas que varían gradualmente a medida que 
aumenta el número de átomos de carbono en la cadena. Por 
ejemplo: el alcohol etílico y el alcohol isopropílico pertenecen a 
la misma serie homóloga. Ambos son líquidos incoloros, infla-
mables, muy solubles en agua y tienen propiedad desinfectante. 
Difieren un poco en su punto de ebullición: en el alcohol etílico 
es de 78 °C y para el alcohol isopropílico es de 83 °C. Esto es 
consecuencia de que el alcohol etílico tiene una masa molecu-
lar menor al alcohol isopropílico. Dicho de otra forma, las mo-
léculas de alcohol etílico son más livianas que las del alcohol 
isopropílico. 
Algunos otros ejemplos de series homólogas son: alcanos, al-
quenos, alquinos, alcoholes, éteres, aldehídos, cetonas, ácidos 
carboxílicos, ésteres, aminas y amidas. 
Las biomoléculas 
Árboles, plantas, perros, hormigas, delfines, manzanas y per-
sonas estamos formados por los mismos elementos químicos. 
Y también compartimos muchas estructuras moleculares. Más 
allá de la diversidad biológica, existe una uniformidad química. 
La unión de distintos grupos funcionales a la cadena carbo-
nada determina un conjunto muy variado de moléculas que son 
esenciales para la vida: son denominadas biomoléculas orgá-
nicas y poseen diversas funciones dentro de las células. Los 
ejemplos más importantes son los hidratos de carbono, lípidos, 
proteínas, ácidos nucleicos y vitaminas. Una sola célula puede 
tener más de 6000 biomoléculas diferentes. 
Los hidratos de carbono son una fuente de energía que utilizan 
los seres vivos para realizar sus funciones vitales, la glucosa es 
un ejemplo de gran importancia. Algunos hidratos de carbono 
cumplen funciones estructurales, como la celulosa, que consti-
tuye la pared celular vegetal.
Ciencias Naturales
39
Los lípidos tienen diversas funciones. Pueden ser reserva 
energética, como los triglicéridos. Otros, como los fosfolípidos, 
forman las membranas celulares. También hay lípidos que des-
empeñan funciones reguladoras como el colesterol.
Las proteínas son otras biomoléculas con una enorme varie-
dad de funciones. Casi todos los procesos biológicos dependen 
de su presencia. Hay proteínas que son enzimas (catalizadores 
biológicos) y otras que son hormonas (reguladores de activida-
des celulares). También hay proteínas transportadoras, como la 
hemoglobina, y otras que son anticuerpos encargados de accio-
nes de defensa natural contra infecciones o agentes extraños. 
Además, muchísimas proteínas tienen funciones estructurales, 
como el colágeno. 
Los ácidos nucleicos, ADN y ARN, desempeñan una función 
destacada en la continuidad de la vida: contienen las instruccio-
nes necesarias para el desarrollo y funcionamiento de la célula. 
El ADN tiene la capacidad de replicarse, transmitiendo así dichas 
instrucciones a las células hijas que heredarán la información. 
Las vitaminas también son biomoléculas. Se trata de sus-
tancias imprescindibles para que se desarrollen los procesos 
metabólicos. El cuerpo humano solamente puede sintetizar la 
vitamina D en cantidades suficientes para cubrir las necesida-
des básicas. Otras vitaminas, por ejemplo la K, B1, B2 y el ácido 
fólico, solo se obtienen en muy pequeñas cantidades como pro-
ductos de la flora intestinal. En conjunto, las vitaminas ingresan 
al cuerpo a partir de una alimentación diversa y equilibrada. 
Todos los alimentos están constituidos por distintas propor-
ciones de agua, hidratos de carbono, proteínas, lípidos, enzimas, 
vitaminas, minerales, pigmentos y otras sustancias que brindan 
sabores y aromas. Algunos alimentos son ricos en hidratos de 
carbono, como las harinas y sus derivados. Los lípidos son el 
componente principal de las grasas, los aceites y la yemade 
huevo. Las carnes, las claras de huevo y los quesos son ricos 
en proteínas. Las frutas y las verduras tienen gran cantidad de 
vitaminas y minerales, pero también encontramos vitaminas en 
carnes, huevos y lácteos. Los alimentos proporcionan las bio-
moléculas que necesitamos para vivir, además de ser parte de 
nuestra vida social y nuestro saber cultural. 
Actividad 1 
Respondan en sus carpetas o cuadernos: 
¿Qué alimentos consumen habitualmente? Seleccionen dos 
o tres alimentos. Señalen si tienen en su composición hidratos 
de carbono, lípidos, proteínas y vitaminas. Pueden consultar los 
rótulos de los envases y revisar el texto anterior para orientarse. 
Por ejemplo, busquen un paquete de fideos secos. En los in-
gredientes, dice que están fabricados con trigo candeal: en el 
rótulo vemos que tiene hidratos de carbono y que no aporta 
cantidades significativas de otros componentes. 
Los compuestos orgánicos en la vida cotidiana 
La mayor parte de los hidrocarburos se utilizan como com-
bustible, pero una parte se transforma en una asombrosa can-
tidad de productos que forman parte de nuestra vida cotidiana. 
La industria del petróleo genera muchas sustancias sintéticas 
que reemplazan materiales de origen natural como el algodón, 
la madera, la lana o el vidrio, entre otros. 
La petroquímica es la rama de la Química que se ocupa del 
diseño y la producción de materiales sintéticos derivados 
del petróleo y el gas natural. Algunos de estos son los plás-
ticos, las fibras sintéticas, los cauchos sintéticos, el detergente 
o los abonos, entre muchos otros. Los derivados del petróleo 
también tienen aplicación en la fabricación de pinturas, medica-
mentos, cosméticos y productos de limpieza. 
Los plásticos están en todas partes. Su protagonismo en nues-
tras vidas es mayúsculo, tan así es que parecen irremplazables. 
Se obtiene mucho plástico a partir de muy poco petróleo, lo que 
lo hace muy económico. Los plásticos son polímeros formados 
a partir de monómeros, que son sus unidades estructurales. 
Estos monómeros se repiten cientos o miles de veces en una 
molécula de un polímero. Los plásticos tienen como caracterís-
tica principal tener alta resistencia con densidades relativamen-
te bajas. También suelen presentar excelentes propiedades de 
aislamiento térmico y eléctrico. No reaccionan frente a muchos 
ácidos y no se alteran con gran cantidad de solventes. En otras 
palabras: los plásticos son resistentes, seguros, livianos y ba-
ratos. Estas ventajas llevaron a los plásticos a ser los reyes del 
mundo material, pero también los han convertido en verdugos. 
Por ser tan duraderos, y en general químicamente inertes, 
contribuyen en gran medida a la contaminación ambiental. El 
ciclo natural del carbono se ve interrumpido en muchísimos 
lugares por acumulación de plásticos que no se degradan. 
Prácticamente no hay lugar en el mundo en el que no haya basu-
ra plástica. El nivel de contaminación es tan grande que existen 
islas de plástico flotando en el océano y microplásticos presen-
tes en el agua y en el ambiente en general. 
Sin embargo, los plásticos son materiales reciclables y reutili-
zables, incluso pueden ser incinerados para generar energía. Su 
acumulación es producto del uso descartable que les han dado 
las empresas productoras a lo largo de los años, determinan-
do costumbres de consumo difíciles de cambiar. Los plásticos 
también pueden ser usados en menor cantidad, pasando a bol-
sas más finas o volviendo a productos naturales. Esta será una 
opción más ventajosa siempre que la producción de objetos 
con materiales naturales no tenga un mayor impacto ambiental 
(uso de energía, agua, transporte) que el plástico al que intenta 
reemplazar. 
Actividad 2 
Seleccionen dos o tres objetos de su entorno que estén cons-
truidos con plástico y contesten las siguientes preguntas en sus 
carpetas: 
¿Por qué creen que se eligió el plástico para su fabricación? 
¿Podría estar fabricado de otro material? ¿Qué diferencias habría 
entre ese objeto de plástico y el mismo objeto de otro material?
Ejemplos: un cucharón de plástico y otro de metal. Uno está 
fabricado de plástico porque eso lo hace liviano y flexible. Podría 
ser fabricado de aluminio y también sería liviano, pero se defor-
maría si se golpea, mientras que el de plástico no. A la misma 
vez, el cucharón de plástico podría deformarse con alta tempe-
ratura, pero el de metal no.
Huella de carbono e impacto ambiental 
El calentamiento global es el proceso en el que gases de efec-
to invernadero, principalmente CO2, se acumulan en la atmósfe-
ra y retienen parte del calor que emite la Tierra. El CO2 se produ-
ce mayoritariamente en la quema de combustibles fósiles. La 
huella de carbono es la cantidad de emisiones de gases de in-
vernadero que produce el ser humano al fabricar un producto o 
realizar sus actividades diarias. Se expresa en toneladas de CO2 
emitidas. Para saber cuál es la huella de carbono que dejamos, 
debemos valorar nuestros hábitos de consumo de energía en el 
hogar, en el transporte, en las costumbres de consumo y en la 
40
gestión de residuos (si consumimos alimentos ecológicos, de 
producción cercana, envasados, si reciclamos, etcétera). 
Analicemos en un ejemplo: si necesitan bolsas para traer los 
alimentos desde un comercio hasta sus casas, ¿utilizan bolsas 
de plástico, de papel o de algodón? Para evaluar esta problemá-
tica, piensen en las siguientes cuestiones: ¿cuánta energía se 
usa para fabricarlas?, ¿cuántas veces se puede reutilizar cada 
tipo de bolsa?, ¿qué tan fácil es reciclarlas?, ¿qué tan rápido se 
descomponen si se las tira? 
Hacer una bolsa de papel requiere más de cuatro veces la 
energía que se emplea para hacer una de plástico. Además, 
suelen ser frágiles, especialmente si se mojan. No suelen ser 
reutilizables pero sí se pueden reciclar fácilmente. 
Las bolsas de algodón son las que más dióxido carbono pro-
ducen para fabricarse, y también se necesita mucha agua para 
hacerlas. Tienen la ventaja de que se pueden reutilizar muchísi-
mas veces. ¿No es tan fácil decidir, cierto? 
Las bolsas de plástico podrían ser recicladas, también podrían 
fabricarse siguiendo métodos que permitan su degradación. 
Dejar de usar plásticos puede ser muy difícil. Para cuidar el am-
biente es importante considerar cambios en nuestros hábitos 
de consumo, involucrando a fabricantes y gobiernos en el dise-
ño de alternativas concretas para la recuperación, reutilización, 
reducción y reciclado de los plásticos.
Nota: el material de esta clase fue adaptado de la secuencia “Química 
orgánica I”, publicada en 2011 en el portal educ.ar y disponible en:
https://tinyurl.com/vg86jkq
Espacio para anotaciones
11
Miércoles 13/5
Los compuestos orgánicos
Los compuestos orgánicos estudiados en la Química del 
Carbono son muchísimos y tienen algo en común: todos están 
constituidos por carbono e hidrógeno. Recordemos las propie-
dades especiales de los átomos de carbono que vimos en el 
anterior cuadernillo: forman cadenas carbonadas, pueden tener 
ramificaciones y, además, estas cadenas pueden ser lineales o 
cíclicas. Muchos compuestos también contienen oxígeno, nitró-
geno, azufre y fósforo, entre otros. Además, sabemos que en 
cada molécula orgánica hay un grupo de átomos que le otorga 
propiedades específicas, que se denomina grupo funcional. La 
presencia del mismo grupo funcional en diferentes sustancias 
determina que todas ellas tengan propiedades químicas simila-
res, por lo que pueden agruparse en familias, también llamadas 
series homólogas.
Los hidrocarburos, un enorme grupo de compuestos que solo 
contienen carbono e hidrógeno, se estudian en dos grandes gru-
pos: alifáticos y aromáticos. Como ya vimos en el cuadernillo 
anterior, los hidrocarburos alifáticos se clasifican en alcanos, 
alquenos y alquinos, que mayormente son insolubles en agua. 
El proceso de disolución requiere que se formen uniones inter-
moleculares con el agua y, en el caso de los hidrocarburos,esto 
prácticamente no ocurre. Los hidrocarburos se obtienen del gas 
natural y de la destilación del petróleo, siendo su principal desti-
no la producción de combustibles. 
Los hidrocarburos aromáticos, por su parte, son compuestos 
oleosos, inflamables y de fuerte olor. Su principal exponente es 
el benceno. Esta particular familia la integran compuestos que 
contienen un anillo bencénico en su estructura. Se utilizan para 
la producción de plásticos, resinas, detergentes y colorantes, 
entre otros productos. 
Veamos a continuación las principales características de al-
gunas familias de compuestos oxigenados y nitrogenados.
Alcoholes 
Los alcoholes tienen uso industrial, medicinal, alimenticio y 
como sanitizantes, entre otros. Habitualmente consideramos 
como “alcohol” solo al etanol, también llamado alcohol etílico, 
pero en realidad esta familia de compuestos oxigenados es muy 
numerosa. Los alcoholes tienen un grupo hidroxilo [R-COH] uni-
do a un carbono. La presencia del átomo de oxígeno le otorga 
cierta solubilidad en agua a las moléculas, sobre todo a los al-
coholes que tienen dos o tres carbonos en su estructura. Los 
alcoholes de cuatro o cinco carbonos son poco solubles y los 
que tienen más de seis carbonos son prácticamente insolubles. 
A presión normal (1 atm), los alcoholes están en estado líquido, 
o sólido si tienen masa molecular alta; esto se debe a que se for-
man uniones relativamente fuertes entre ellos por la presencia 
del oxígeno. Desde el punto de vista químico, lo más destacado 
de los alcoholes es que se oxidan formando aldehídos, cetonas 
y, eventualmente, ácidos carboxílicos. Los alcoholes pueden dar 
reacciones de combustión y ser inflamables. 
Aldehídos y cetonas 
Este tipo de sustancias puede utilizarse en la fabricación de 
solventes industriales y perfumes, entre otros usos. Tienen en 
común que presentan al menos un grupo carbonilo [R-(C=O)-R’] 
en su estructura. Si el grupo funcional está en un extremo de la 
cadena, se considera que la sustancia es un aldehído. Cuando 
el carbonilo está ubicado en otros carbonos, se trata de una 
cetona. Al igual que en el caso de los alcoholes, la presencia 
del oxígeno determina que los compuestos con pocos carbo-
nos tengan buena solubilidad en agua; a medida que la cadena 
carbonada es más extensa, la solubilidad baja. Los aldehídos se 
oxidan formando ácidos carboxílicos, mientras que las cetonas 
no lo logran. Esta reacción se aprovecha para diferenciar a un 
grupo del otro. 
Ácidos carboxílicos
Los ácidos orgánicos presentan el grupo carboxilo  [R-(C=O)-OH]
en su estructura. El ácido acético es uno de los ejemplos más 
conocidos desde la antigüedad. Las bebidas fermentadas que 
contienen etanol pueden “picarse”, lo que químicamente sig-
nifica que el alcohol se oxida formando el ácido que le da un 
sabor desagradable. Las propiedades físicas de los ácidos car-
boxílicos son similares a las propiedades de los aldehídos. Los 
dos átomos de oxígeno que están en el grupo funcional pueden 
atraerse fuertemente con el agua formando puentes de hidróge-
no, por lo que son solubles si tienen pocos carbonos. Los olores 
de los ácidos carboxílicos pueden ser muy intensos, hasta desa-
gradables. Una de las reacciones características de los ácidos 
carboxílicos es la neutralización, reaccionan con bases como el 
hidróxido de sodio (NaOH) formando sales orgánicas.
Aminas y amidas
En nuestro organismo hay múltiples aminas desempeñan-
do funciones muy importantes. Algunas aminas actúan como 
“mensajeros químicos”, por ejemplo la dopamina, la serotonina 
y la histamina. Ciertos medicamentos contienen aminas sinté-
ticas, por ejemplo los descongestivos que contienen fenilefrina. 
Las aminas también están presentes en la naturaleza formando 
parte de compuestos diversos como la cafeína, la trimetilamina 
Ciencias Naturales
12
y la nicotina. Estos compuestos nitrogenados pueden consi-
derarse como derivados del amoníaco (NH3). El grupo amino 
[R-N-R’R”] consiste en un átomo de nitrógeno con una, dos o 
tres cadenas carbonadas unidas a él. Las aminas de baja masa 
molecular son solubles en agua debido a la presencia del nitró-
geno, lo que les permite formar puentes de hidrógeno con las 
moléculas de agua. 
Por su parte, las amidas son comunes en la naturaleza, una de 
las más conocidas es la urea. La urea es el primer compuesto 
orgánico sintetizado en laboratorio. Las proteínas y las poliami-
das (como el nailon) contienen el grupo funcional amida en su 
composición. Las amidas [R-(C=O)-N-R’H] son compuestos ni-
trogenados derivados de las aminas y los ácidos carboxílicos. 
También se obtienen de la reacción entre el amoníaco y los áci-
dos carboxílicos. Las amidas son sólidas a temperatura ambien-
te, a excepción de la formamida (CH3NO), que es la de menor 
masa molecular de la serie. Son bases orgánicas muy débiles. 
Actividad 1
En general, los hidrocarburos son insolubles en agua, mien-
tras que los compuestos oxigenados y nitrogenados de baja 
masa molecular son solubles. Respondan en sus carpetas:
 
• ¿Qué características de sus estructuras permiten la 
solubilidad? 
Si necesitan ayuda con la respuesta, vuelvan a leer el texto 
anterior y observen el siguiente esquema, que representa las 
uniones tipo puente de hidrógeno que se forman entre el etanol 
y el agua.
Modelo de un puente de hidrógeno
El alcohol etílico como antiséptico 
y desinfectante 
El alcohol “de farmacia” tiene una concentración de 96% v/v 
(mL de soluto en 100 mL de solución). Esto significa que hay 
96 mL de etanol y 4 mL de agua en 100 mL de solución. Esta 
solución puede utilizarse como desinfectante (sobre superficies 
y objetos) y como antiséptico (sobre la piel). El alcohol produce 
precipitación y desnaturalización de proteínas y desorganiza la 
estructura lipídica de las membranas de los microorganismos. 
Esta acción es posible si el alcohol está disuelto en agua. Las 
soluciones de alcohol en agua cuyas concentraciones están 
entre el 60% v/v y el 80% v/v tienen mayor efectividad. La pre-
paración al 70% v/v es la concentración óptima. Las soluciones 
con concentraciones por debajo del 50% v/v no causan ningún 
efecto desinfectante, mientras que el alcohol al 70% actúa rápi-
damente sobre bacterias, hongos y virus. El alcohol se evapora 
rápidamente, sin dejar residuos sobre las superficies tratadas. 
Esto es ventajoso cuando se aplica sobre la piel, ya que no man-
cha ni deja mal olor. Por el mismo motivo las soluciones de alco-
hol tienen una vida útil limitada, ya que la evaporación hace que 
la concentración baje. 
Este método de antisepsia se recomienda cuando no es po-
sible lavarse las manos con agua y jabón. El lavado de manos 
actúa con dos mecanismos simultáneos: por la desorganiza-
ción de las membranas de los microorganismos; y por arrastre, 
debido a la corriente de agua que se usa durante el lavado y en-
juague. Por ese motivo, el lavado de manos debe ser exhaustivo 
y tener una duración de entre cuarenta y sesenta segundos. Sin 
embargo, no siempre hay un lugar disponible para el lavado de 
manos con agua y jabón. En esas situaciones debemos utilizar 
alcohol al 70%, por ejemplo en formato de gel. El alcohol en gel 
contiene glicerina, lo que suaviza la aplicación del alcohol. La 
solución de agua y alcohol al 70% tiene el mismo efecto, pero 
puede ser irritante para la piel si se utiliza seguido. 
Actividad 2 
Respondan en sus carpetas: 
• ¿Qué cantidad de agua y alcohol podrían mezclar para ob-
tener una concentración que esté entre 60 y 80%? 
• Si se mezclan cantidades iguales de alcohol 96% v/v y 
agua, ¿consideran que esta solución tiene efecto desin-
fectante y antiséptico?
Veamos un ejemplo: si a 100 mL de alcohol 96% le agregamos 
200 mL de agua, formamos una solución de 300 mL. Esta mez-
cla tiene 96 mL de etanol y 204 mL de agua. ¿Cómo sabemos 
si esta esta mezcla es desinfectante? Necesitamos expresar su 
concentración en % v/v. Entonces, si en 300 mL de solución hay 
96 mL de etanol, en 100mL hay 32 mL de etanol, eso significa 
que es 32% v/v. Por lo tanto, esta solución no funciona como 
desinfectante por estar debajo de 50%. 
El alcohol etílico como psicoactivo 
y el consumo problemático de bebidas 
alcohólicas en la adolescencia 
Las sustancias psicoactivas son aquellas cuyo consumo 
puede alterar los estados de conciencia, de ánimo y de pensa-
miento. Las bebidas alcohólicas pueden causar estos efectos.
Su consumo está muy naturalizado y extendido en el mundo, 
incluso con el tiempo adoptó fama de ser sanador o beneficioso 
para la salud. Esta idea es errónea. El alcohol es un psicoactivo, 
una sustancia que afecta a nuestro organismo y que puede ge-
nerar daños severos en las personas y en la sociedad. 
El consumo del alcohol forma parte de muchas actividades 
sociales, lo que le imprime cierta familiaridad y aceptación des-
de la infancia. Es muy común que los primeros consumos se 
den en el entorno familiar, incluso en situaciones consideradas 
“inocentes” o “de cuidado”, por ejemplo en un brindis en las 
13
fiestas. Las publicidades, la industrialización de su producción 
y el bajo costo de las bebidas alcohólicas contribuyen notable-
mente al aumento del consumo en la población, facilitando el 
acceso a este tipo de productos y dando la sensación equivoca-
da de ser poco peligrosas.
El alcohol etílico actúa como un depresor del sistema nervio-
so, esto significa que hace más lento el flujo de información a 
través de muchas neuronas. ¿Por qué ocurre esto? El etanol se 
distribuye por el organismo rápidamente después de ser absor-
bido en el estómago y la primera parte del intestino. Circula por 
la sangre hacia todos los tejidos y llega al cerebro. Allí suprime la 
acción de la glutamina (que es un neurotransmisor excitador) y 
aumenta la transmisión del GABA (un neurotransmisor sedante 
y tranquilizador). Esto da como resultado menos excitación e 
inhibición de la actividad de algunas neuronas. Entonces la ac-
tividad cerebral se “enlentece”. Pero esta inhibición neuronal no 
suele ser total, se disminuye la actividad en zonas del cerebro 
encargadas de la toma de decisiones y el autocontrol. Por este 
motivo se pueden dar comportamientos impulsivos, generando 
efectos secundarios peligrosos tales como conducir vehículos 
bajo efectos del alcohol o exposición a violencia física. 
Pero hay otros efectos además de los que ocurren en el cere-
bro. El alcohol se transforma en sustancias tóxicas en el hígado 
y otras partes del cuerpo. Un ejemplo es el acetaldehído, que 
es una sustancia cancerígena. Por otro lado, el alcohol aporta 
energía al organismo, por eso aumenta los niveles de azúcar en 
la sangre. Por ese motivo el consumo del alcohol sostenido en 
el tiempo puede causar diabetes.
En la adolescencia, el consumo de alcohol tiene algunas ca-
racterísticas particulares, a veces se da un consumo excesivo 
en reuniones de pares. Las ingestas de gran cantidad de alco-
hol en corto tiempo tienen efectos diferentes en cada perso-
na, desde una resaca (dolor de cabeza, acidez) hasta un coma 
alcohólico, situación que pone en riesgo de vida inminente a 
la persona intoxicada. Este tipo de consumo impacta también 
en otras personas, por ejemplo en incidentes de tránsito o pe-
leas grupales. El consumo de alcohol entre las y los adoles-
centes puede alterar funciones cerebrales u otros aspectos del 
crecimiento. Si se inicia tempranamente, las posibilidades de 
desarrollar adicción al alcohol aumentan. Aun sin ser adictos, 
los adolescentes están expuestos a situaciones que pueden 
desencadenar conductas de consumo problemático. Por eso, 
necesitamos cambiar la imagen que tenemos sobre las bebi-
das alcohólicas: que estén disponibles o sean accesibles no 
las convierte en inocuas o de bajo riesgo, especialmente en la 
adolescencia.
Actividad 3 
En sus carpetas, dividan una hoja en dos columnas. En la co-
lumna A, escriban como título “Las cosas que sé sobre el con-
sumo de alcohol”. En la columna B, escriban “Las preguntas 
que todavía no puedo responder sobre consumo del alcohol”. 
Completen esta tabla con sus saberes y sus preguntas. 
Por ejemplo, en la columna A cabría poner: “El consumo de 
alcohol puede causar adicción”. En la columna B, por su parte, 
escribirían una pregunta de este tipo: “¿Cómo puedo ayudar a 
un amigo que toma mucho alcohol el fin de semana?”. Cuando 
finalicen la actividad, hablen con familiares, amigas y amigos 
sobre el tema para compartir saberes o dudas.
¿Lo sabían?
Las decisiones tomadas de forma individual en el espacio público siempre afectan a terceros. La vida social su-
pone respetar un acuerdo común. El cumplimiento de las normas viales posibilita un tránsito ordenado y respon-
sable, es un aporte al bien común y al mejoramiento de nuestra calidad de vida. La forma en la que circulamos 
por el espacio público no es natural, se puede modificar. Por eso es fundamental entender que las normas viales 
están para cuidar a las otras personas y a ustedes mismas o mismos mientras circulan.
Educación Vial
¿Cómo se relacionan con las normas viales?
Como ciudadanas y ciudadanos, podemos relacionarnos de dos formas con las normas que regulan la convi-
vencia vial: por obligación, cuando obedecemos porque hay una autoridad o algún tercero que nos vigila y nos 
sanciona; o por convicción, cuando respetamos la normativa porque comprendemos que es parte del acuerdo 
social común que garantiza el derecho a transitar libremente y reduce las posibilidades de riesgo para todas y 
todos. ¿Qué implica para ustedes, y para el resto de las personas, respetar la prioridad de paso que marca el 
semáforo? ¿Por qué está prohibido estacionar en el espacio de una rampa? Si solo respetan las velocidades 
cuando hay un control, ¿cuál es la relación que establecen con esa norma?
25
Miércoles 20/5
Ciencias Naturales
Alimentación saludable 
La base de una alimentación saludable es comer, en forma 
equilibrada, alimentos de distintos tipos: verduras, frutas, lác-
teos, harinas, carnes, huevos. De este modo, nuestro cuerpo 
puede recibir los materiales y la energía necesarios mediante la 
ingesta de hidratos de carbono, lípidos y proteínas, entre otras 
sustancias indispensables para mantener la salud. Las cantida-
des varían de persona a persona. Dependen de la edad, de las 
actividades que realizamos, de nuestra condición física y de 
otras variables. La disponibilidad de alimentos también varía 
de acuerdo a muchos factores, por ejemplo el lugar donde vi-
vimos, la situación socioeconómica, las costumbres y tradicio-
nes, la religión y las preferencias que tenemos. 
Por eso, la definición de alimentación saludable debe adecuar-
se a cada persona, teniendo en cuenta sus particularidades. El 
Ministerio de Salud propone recomendaciones para mantener 
una alimentación saludable y las acompaña con el gráfico que 
pueden ver a continuación (el gráfico tiene en cuenta la propor-
ción de los grupos de alimentos y las cantidades por porciones 
que se recomiendan consumir al día).
Proporciones de una alimentación saludable (Ministerio de Salud de la Nación) 
Entre las recomendaciones del Ministerio de Salud, figuran las 
siguientes:
1. Incorporar a diario alimentos de todos los grupos y realizar 
al menos treinta minutos de actividad física.
2. Tomar a diario ocho vasos de agua segura.
3. Consumir a diario cinco porciones de frutas y verduras en 
variedad de tipos y colores.
4. Reducir el uso de sal y el consumo de alimentos con alto 
contenido de sodio.
5. Limitar el consumo de bebidas azucaradas y de alimentos 
con elevado contenido de grasas, azúcar y sal.
6. Consumir diariamente leche, yogur o queso, preferente-
mente descremados.
7. Al consumir carnes, quitarles la grasa visible; aumentar el 
consumo de pescado e incluir huevo.
8. Consumir legumbres, cereales preferentemente integrales, 
papa, batata, choclo o mandioca.
9. Consumir aceite crudo como condimento, también frutas 
secas o semillas.
10. Si se consumen bebidas alcohólicas, hacerlode forma 
responsable. Los niños, adolescentes y mujeres embara-
zadas no deben consumirlas. Evitarlas siempre al conducir. 
Actividad 1 
Cuando finalice la cuarentena, podrían organizar una salida 
de campo, paseo o picnic. A continuación, les presentamos tres 
“menús” posibles:
1. Papas fritas, chizitos, gaseosa, alfajores y galletitas dulces.
2. Frutas, nueces, miel, leche con polvo de chocolate y jugo 
de naranja.
3. Sandwich de queso y fiambre, torta de manzanas casera, 
agua y caramelos.
Contesten en sus carpetas: ¿cuál propuesta consideran que se 
adecúa mejor a las recomendaciones del Ministerio de Salud? 
¿Por qué? Pueden proponer un menú alternativo, considerando 
alimentos que prefieran y que sigan las recomendaciones.
 
Los alimentos cumplen una función nutricional indiscutida, 
pero también cumplen otras funciones como la social, la psico-
lógica y la cultural: nos reunimos alrededor de una comida junto 
a amigas y amigos o con la familia, compartimos tradiciones y 
costumbres por las que elegimos determinados alimentos para 
ocasiones especiales. También nos relacionamos con los ali-
mentos desde lo personal: disfrutamos de algunos especialmen-
te, como podría ser el caso de cierta golosina que sea nuestra 
preferida, o cuando una comida nos trae recuerdos de lugares o 
seres queridos. Los alimentos nos hacen sentir bien más allá de 
su valor nutricional. También nos puede pasar que algunos ali-
mentos no nos gusten, o no sean nuestros preferidos. Para tener 
una alimentación saludable es necesario mantener un equilibrio 
entre alimentación y actividad física, pero especialmente debe-
mos tener acceso a alimentos de buena calidad nutricional. 
26
Los hidratos de carbono 
En el cuaderno anterior, dentro de la clase titulada “La Química 
del Carbono” (semana 6), vimos que las biomoléculas son esen-
ciales para la vida y que le dan uniformidad química a la diver-
sidad biológica. Los hidratos, en este caso, son centrales en el 
metabolismo celular al ser parte de la síntesis y degradación de 
compuestos carbonados. 
Seguramente algunos de estos nombres les resulten conoci-
dos: almidón, celulosa, sacarosa, lactosa, glucosa, glucógeno, 
fructosa. Todos ellos pertenecen a la gran familia de biomolé-
culas de los glúcidos, hidratos de carbono o carbohidratos. Las 
plantas sintetizan almidón y celulosa a partir de CO2, H2O y ener-
gía solar mediante el proceso de fotosíntesis. La celulosa es un 
material estructural de la pared celular de las plantas. En los ve-
getales, el almidón cumple funciones de reserva de energía. En 
los animales, esa función la desempeña el glucógeno.
La familia de los glúcidos tiene como protagonistas al carbo-
no, el hidrógeno y el oxígeno. Los glúcidos se pueden clasificar 
en azúcares simples o monosacáridos (glucosa, fructosa, ribo-
sa, etcétera), oligosacáridos (2 a 10 monosacáridos unidos) y 
polisacáridos (almidón, glucógeno, celulosa, etcétera).
Los monosacáridos tienen en su estructura al menos dos 
grupos alcohol (-OH) y un grupo carbonilo (-CO). La fórmula 
mínima de estos compuestos es CH2O. Veamos un ejemplo: 
¿qué fórmula tendrán los monosacáridos de 6 átomos de C? 
La respuesta es C6H12O6. Pero hay más de un compuesto con la 
misma fórmula, es decir que existen compuestos que son isó-
meros: tienen la misma fórmula molecular pero diferente dispo-
sición de los átomos en la estructura (por ejemplo, la glucosa y 
la fructosa, tal como se ve en la imagen 1).
Imagen 1. Glucosa (izquierda) y fructosa (derecha)
Muchos alimentos son ricos en hidratos de carbono. Es el caso 
de las harinas y sus derivados, que contienen almidón. El almi-
dón es insoluble en agua y está formado por una mezcla de dos 
polisacáridos de glucosa: amilosa y amilopectina. Las frutas, las 
verduras, las legumbres, los tubérculos, los cereales y sus deri-
vados son alimentos fuente de hidratos de carbono. Resulta fun-
damental tener en cuenta la cantidad y calidad de carbohidratos 
que se ingieren, distinguiendo aquellos que aumentan los niveles 
de glucosa en la sangre muy rápido, como los azúcares simples. 
Conocer esto es importante en enfermedades como la dia-
betes, ya que se deben controlar los niveles de glucosa en la 
sangre (glucemia). También es útil para la práctica del deporte, 
ya que nos proporciona información sobre los alimentos más 
apropiados para obtener energía o para recuperar las reservas 
energéticas. La glucemia en el organismo debe mantenerse 
en ciertos valores considerados normales (entre 70 y 100 mg 
de glucosa/100 mL de sangre). Numerosas hormonas están 
involucradas en este mecanismo de regulación. Las más cono-
cidas son la insulina, que reduce el nivel de azúcar en la sangre, 
y el glucagón, que lo aumenta. 
Durante un ayuno prolongado, o cuando realizamos actividad 
física muy intensa, el nivel de glucosa en sangre puede dismi-
nuir peligrosamente. Entonces ciertas células del páncreas pro-
ducen glucagón, transformando el glucógeno en glucosa que se 
libera en la sangre. El nivel de azúcar en sangre puede elevarse 
por la digestión de los alimentos o por la degradación del glu-
cógeno. Otras células del páncreas liberan insulina, provocando 
la transformación de glucosa en glucógeno. Muchas células de 
todo el cuerpo comenzarán a asimilar la glucosa reduciendo así 
el nivel de azúcar en sangre. En el caso de la diabetes tipo 1, el 
aumento de la glucemia está causado por una producción insu-
ficiente o inexistente de insulina. Por ese motivo, las personas 
con este diagnóstico suelen requerir dosis de insulina diaria-
mente. En las personas con diabetes tipo 2, la glucosa aumenta 
en la sangre principalmente por la disminución de respuesta a 
la insulina de los tejidos del cuerpo (resistencia a la insulina). Por 
este motivo, las personas con diabetes deben controlar con de-
talle la ingesta de alimentos. Esta enfermedad, si no es tratada, 
puede tener consecuencias muy graves. 
La sección anterior se basa en información e imágenes obtenidas 
del portal Educ.ar. Disponible en: https://tinyurl.com/yb3xdylc
Los lípidos 
Los lípidos son biomoléculas que cumplen diversas funciones 
en el organismo. También son responsables de severos trastor-
nos de la salud si se los consume en exceso. El término lípido 
refiere a una variada gama de compuestos biológicos como los 
aceites, las grasas, los fosfolípidos y los esteroides. Los lípidos 
están formados por carbono, hidrógeno y oxígeno, principal-
mente. Tienen estructuras químicas muy diferentes pero todos 
son insolubles en agua. Los triglicéridos constituyen una familia 
dentro de los lípidos. Están formados por el glicerol (un polialco-
hol) y tres ácidos grasos que pueden ser iguales o diferentes. La 
mayoría de los ácidos grasos de origen natural contiene entre 
12 y 20 átomos de carbono. Algunos de ellos tienen dobles enla-
ces en su estructura carbonada, por eso se los denomina insa-
turados. Cuando todos los enlaces entre carbonos son simples, 
se los llama saturados. 
Ciertos ácidos grasos son muy importantes desde el punto 
de vista nutricional. El ácido linoleico y el ácido linolénico son 
ácidos grasos esenciales. Como no pueden ser sintetizados por 
el organismo, tienen que ser incorporados mediante la alimen-
tación. Ambos están formados por 18 átomos de carbono y tie-
nen dobles enlaces. El ácido linolénico es un ejemplo de ácido 
graso omega-3 , y el ácido linoleico es un ejemplo de omega-6. 
¿Escucharon hablar de ellos?
Tanto los ácidos grasos omega-3 (ω-3) como los omega-6 
(ω-6) son componentes importantes de las membranas celu-
lares y son precursores de muchas otras sustancias en el cuer-
po, por ejemplo las involucradas en la regulación de la presión 
arterial y en las respuestas inflamatorias. Los ácidos grasos 
omega-3 pueden resultar de gran ayuda contra enfermedades 
cardíacas fatales. Por eso debemos consumir alimentos que los 
contengan en forma natural (sardinas, aceite de soja, semillas 
de chía) o alimentos funcionales con omega-3, que son aquellos

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