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Mar de voces Antología literaria de docentes del sems 2023 Mar de voces: antología literaria de docentes del SEMS 2023 / Coordinación Lilia Herlinda Mendoza Roaf, María Adriana Sotelo Villegas; autores Manuel Flores Jiménez… [et al.]: presentación César Antonio Barba Delgadillo; Comité Editorial Óscar Daniel Gómez Mendoza… [et al.].; ilustraciones María Adriana Sotelo Villegas. -- 1a. ed. – Guadalajara, Jalisco: Universidad de Guadalajara. Sistema de Educación Media Superior (SEMS): Editorial Universidad de Guadalajara, 2023. 140 páginas: ilustraciones ; 23 cm. A la cabeza de la portada: Poesía. Cuento. Microrrelato ISBN 978-607-581-007-2 1.Antología literaria. 2. Cuentos mexicanos-Colecciones 3. Poesía mexicana-Colecciones. I. Mendoza Roaf, Linda Herlinda, coordinadora II. Sotelo Villegas, María Adriana, coordinadora III. Flores Jiménez, Manuel, autor IV. Barba Delgadillo, César Antonio, presentación V. Gómez Mendoza, Óscar Daniel, comité editorial VI. Chávez Martínez, Miriam, ilustraciones VIII. t. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 868.5 .M29 2023 CDD23 PQ7235 .M29 2023 LC DNT Thema Poesía • Cuento • Microrrelato Mar de voces Antología literaria de docentes del sems 2023 Ricardo Villanueva Lomelí Rectoría General Héctor Raúl Solís Gadea Vicerrectoría Ejecutiva Guillermo Arturo Gómez Mata Secretaría General César Antonio Barba Delgadillo Dirección General del Sistema de Educación Media Superior María del Socorro Pérez Alcalá Secretaría Académica del Sistema de Educación Media Superior Lilia Herlinda Mendoza Roaf Coordinación de Difusión y Extensión del Sistema de Educación Media Superior Missael Robles Robles Coordinación de Entidades Productivas para la Generación de Recursos Complementarios Sayri Karp Mitastein Dirección de la Editorial Primera edición electrónica, 2023 Coordinación Lilia Herlinda Mendoza Roaf María Adriana Sotelo Villegas Autores © Manuel Flores Jiménez, Mónica Belén Jiménez Núñez, Berónica Palacios Rojas, Dante Alejandro Velázquez Limón, Mario Armando Garibay Ancira, Federico de Jesús Jiménez Huerta, Elba Irene Vega Fregoso, Rubén Gil Hernández Silva, Miriam Chávez Martínez, Andrea Silva Ambriz, Atzimba Mondragón Galindo, Daniel Humberto Sánchez Velasco, Miguel Ángel Galindo Núñez, Ricardo Tonathiu Figueroa López, Guillermo Isaac González Rodríguez, Sandra Noemí Paz Rubio, María del Carmen Padilla Arreguín, Alma Yazmín López Magaña, Héctor Adrián Ramos López, Jorge Alberto Muñoz Santana, Jairo Ochoa Galindo, Dorian Hernández Vázquez, Brenda Emilia Castañeda Castañeda, María Sara Cardona Muñoz, Mario Alberto Hernández Wenceslao, Lucía Valencia Valerio, José Chávez García, Carlos Guillermo Amezcua Rosales, Fernando Franco Ordaz, José Antonio Neri Tello, Pedro Valderrama Villanueva, Josefina Margarita Alfaro López, Mónica Magdalena García Moreno, Claudia Miriam Reyes Romero, Maricela Chávez Mendoza, Gema Lizeth Urista Reyes, María Esther Rodríguez Ramírez Presentación César Antonio Barba Delgadillo Comité editorial Lilia Herlinda Mendoza Roaf, María Adriana Sotelo Villegas, Óscar Daniel Gómez Mendoza, Andrea Monsserrat Torres Vaca, Cándida Elizabeth Vivero Marín, Juan Manuel Sánchez Ocampo, Imelda Quezada Jarero, Luis Antonio Medina Gutiérrez, Reyna Hernández Haro, María Luisa Gómez García, Gabriela Camberos Luna, Carlos Vicente Castro, Miroslava Pineda Rodríguez Ilustraciones © María Adriana Sotelo Villegas D.R. © 2023, Universidad de Guadalajara Sistema de Educación Media Superior Liceo 496 Col. Centro 44100, Guadalajara, Jalisco José Bonifacio Andrada 2679 Col. Lomas de Guevara 44657, Guadalajara, Jalisco ISBN 978-607-581-007-2 Octubre de 2023 Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes. 5 Presentación Año con año, se abre un compás de espera en nuestra comunidad uni- versitaria para recibir el ingenio, la creatividad y el talento de nuestros docentes. A través de sus obras literarias, han convertido a Mar de voces en una clara expresión de la memoria emocional, encallada en los arrecifes de la persistencia textual. Mar de voces se ha convertido en una manera excepcional de estar en el mundo; por este medio nuestros docentes comparten sus momentos cotidianos —o no— en imágenes literarias donde los silencios y las palabras llevan una fuerza que nos sacude inevi- tablemente. A través de la poesía, el cuento y el microrrelato logran despertar la reflexión y la imaginación de las y los lectores. Mediante narracio- nes que viajan en el tiempo, que describen habitaciones, ambientes, sonidos, formas, aromas y colores; sus protagonistas tocan el alma de quienes se empapan con sus letras. Por medio de la palabra revitali- zan los temas más sentidos de la condición humana, que puede ser rebelde o introvertida, sublime o sutil, avasalladora o cruda. Por su profundidad, contribuye a que la antología se revele como un acto fuera del tiempo. Por esto, Mar de voces se convierte en ese acontecimiento litera- rio donde celebramos a las personas que salen de su tarea educativa para desarrollar sus creaciones escritas y nos las ofrecen en una an- tología que, por su contenido y su tejido emocional, nos conmueve y nos inspira. Sigamos contribuyendo a la difusión de este material que enrique- ce nuestros acervos colectivos y personales. Imaginemos que cuando nuestros docentes le roban un pedazo al tiempo para retar a la pluma Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 6 y a la hoja en blanco, nos dan la oportunidad de conocerlos a través de sus escritos, tendiéndonos un puente que nos permite cruzar de nuestro mundo a otros mundos sorprendentes. César Antonio Barba Delgadillo Director general del SEMS Poesía 9 Manuel Flores Jiménez Preparatoria Regional de Jocotepec Pavana para el hijo arrebatado Nunca como a tu lado, fui de piedra Rosario Castellanos I Así me hizo el hiriente dolor al golpearme el alma con mazo y roca, nunca la tenue luz me arrancó esta ceguera de tinieblas y traiciones fermentadas, solo vino la levedad de lo irremediable, el chirriar de dientes, el sangrar de uñas que hurgaban buscando un amasijo de huesos y señales. En la ingenuidad de la desdicha quise atrapar el sonido de los vientos alisios en la transparente verdad de la sospecha, entonces, el bastardo y pinche golpe me aniquiló dejando un rastro de animal herido y gimiendo de muerte. Era la muerte de mi hijo, el desamparo y la vasta anchura de la soledad con su devastadora presencia que doblega y devasta. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 10 El dolor irremediable me arrastró en su carruaje ruidoso de silencios, fue un río de lágrimas desbordadas que me dejó sin fuerzas, aniquilado y casi muerto. Era un fardo de músculos y húmeros que dejaban las extensas cicatrices de la tristeza. Desde entonces, comprendí de la dureza de la roca, sentí el peso terrible de un goteo interminable que taladra, hiere y mata. II Ver la traición en sus rostros cubiertos con máscaras, ver a los titiriteros con su vil mentira que encajan las uñas y los dientes sin importar nada; en el deshojado corazón hay una espina que hiere lentamente, punza, es una humedad que lastima poco a poco lacerando, hirviendo como la ira de la traición. ¡Qué cabrón está tragarse la propia bilis! Ese verdor amargo que el rencor vomita bajo la soledad del desamparo; tanto tiempo de pie y tan cansado, tanto vacío inmenso y no hallar fondo, tanta impotencia y someter la ira desbordada del dolor que se hace costra. ¡Tanto, y aguantarlo! Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 11 Solo pronunciar balbuceos primitivos, solo eran quejidos de vacuna ausencia, las falanges querían asir tu presencia de ausentes e interminables horas, la nada medaba superficies de hondo sollozo donde no yacían ni tus voces ni la nada de tu ausencia. Los pasos tambalearon, el cuerpo desafiaba la vertical caída, sentir el peso de la vasta agonía de tierras desérticas, un mar sin agua y solo la sal del odio, el arrebato cruel de lo originalmente amado. III Te marchaste y dejaste un extenso desierto de voces y recuerdos, tus pasos inconfundibles, tu franca sonrisa, tu aparente frialdad. Dejaste espacios inhabitables por nada, nunca y nadie, que no se pueden cubrir con lágrimas y penas. Te fuiste y dejaste incrustado un doliente desamparo de ausencias, una incomprendida razón de hechos malsanos, dejaste tu voz y los ecos de tu voz en una vasta lejanía de sombras descompuestas, como en el grito de Munch que se alarga interminablemente. Había sentido el flagelo de la ausencia, la mía, pero no se compara con la tuya, no es nada semejante con los hechos vividos, es rumiar el dolor y volver a rumiarlo, sin esperanza alguna, sin más realidad que la consumación de lo inevitable. Aquí yace tu ausencia, pero en algún lugar o como se llame, Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 12 yace tu ausencia de hijo, padre y hermano en cada momento que se repite en la apagada cotidianidad de los días. No hubo tiempo para despedirnos, solo esa mañana te miré alegre, el destino o quien lo quebranta lleva a cuestas esa vasta ausencia que nos dejaste, el temblor de mi humanidad deshecha me trastorna, el dolor me enceguece y doblega porque es más grande tu ausencia que me sangra como un animal lastimado. Nada llena ese oscuro y terrible vacío lleno de temblores y de estremecidas extremidades. “¡Maldito el que crea que esto es un poema!” dijo Jaime Sabines. 13 Mónica Belén Jiménez Núñez Preparatoria 7 Trasnoche I Mi lengua está seca, mis cabellos rotos, mis manos agrietadas. Llevo días viendo el mismo papel de pared. El amarillo me vuelve loca, lo trocé desde el primer segundo. No tengo miedo, nunca me dejaron sentir el miedo. Mi cabeza no flota se hunde en el no saber de los días. No sé cuándo llega la noche, cierro los ojos. Veo la noche ausente detrás de mis ojos, estos ojos que no son míos. Veo pasar las estrellas de los días. Mi garganta inundada de dudas y los bolsillos más vacíos, bolsillos que siempre se llenaban de nada y de insignificancias, pero ahora no puedo ni siquiera sentir el vacío de la vida, ahora no puedo llenar esta cabeza de mechones, estoy calva. Mi cuerpo se contrae, suda, la basura dentro de él comienza a salir por [mis poros, mis piernas hacen huelga, han cerrado todos los sistemas, Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 14 los sistemas de mis manos simplemente murieron. Me estoy yendo, pero los últimos espasmos que da mi cuerpo me [regresan. “No te vas a ir” me susurra. Parece que él manda ahora, Le ruego todos los días al sueño, pero no puedo, no me deja. Comienzo a sudar más, tiemblo, lloro, imploro a alguien que me ayude. Mis ruegos son en vano, no hay nadie. En una casa asfixiada de nada, de soledad, de prohibición. Aquí no [hay nada aquí no se puede nada aquí te llevas nada. El reloj me atormenta, cuento las horas que no he dormido. Son muchas. Los eternos remolinos de la azotea no cesan, para los gatos la noche es mágica, la magia es de ellos. Yo sigo inmóvil, invalidad, impotente, soy prisionera del sueño, él me manda, no me deja ir. Siento que mi cuerpo se derrumba, pero me tiene tomada del hilo más débil de mí. Mi cuerpo, débil, cansado y roto. II Recuerdo cuando papá sacrificó a mi perro. El perro estaba un día y al otro no. El tiempo estaba ayer y hoy no. Sé sentir el hoy, no sé cómo llegar a casa, la casa donde yo tenía un perro, la casa donde papá tenía trabajo, Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 15 la casa donde entraba aire. El aire hace paredes detrás de mi nuca, pesa tanto que mi cabeza ha dejado de pensar y ahora sopla, sopla para fugarse, sopla para apagar el calor que incendia y borra al tiempo. El tiempo se borra, el tiempo se ha enterrado detrás de casa donde mamá nunca plantó flores, donde mamá regaba la tierra árida con su sudor, con su resignación. Ahí quedó mamá petrificada, es el miedo de salir de un piso que nunca le daría nada, en una tierra que no era de ella, en una casa que dejó seca, una niña que dejó sedienta. Tengo sed, sudo mucho. Pienso en las aguas del mundo que jamás podré ver, las aguas de un mundo distante, un mundo alejado. 16 Berónica Palacios Rojas Preparatoria Regional de Chapala Ilusión Bryan huyó con la mirada baja y unos billetes en los zapatos. Cargó la foto familiar para momentos de soledad y en un impulso de salvación, puso la Santa Muerte al pecho. Imaginó cómo derribar al gigante que detenía el muro, barrer dólares y regresar con su hermano. Este hombre de corazón empequeñecido temía a las tragedias del río, a los asaltantes, a balas de chile y plomo. Recogió peticiones, pasos de muertos, pedazos de cartas, cuidó a traidores y desvalidos. Temía no recordar el camino a casa, olvidar su idioma, costumbres, a los suyos. Él sabría de injusticias, lejos del lugar donde no pertenecía. Le asustaba no encontrar a su hermano y morir en el intento. Cuando por fin, burló al gigante y pasó la barrera. El silencio se volvió blanco y ensordecedor. Veía sus ampollas, la tristeza enconada, a sus paisanos en derrota y el miedo acosador en cada sombra. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 17 Soñaba con su ranfla, la casa con sudor del gabacho, y llevar a su hermano ante su madre. El tiempo volatizó aspiraciones, fuerza y paciencia. Mismas chingas del rancho pero sin libertad. Entonces se dio cuenta que el gabacho era su más hermosa pesadilla. Vivía anonadado por el McDonald’s, el Cheese Burger, el asado y los dólares. Soñaba regresar en su camioneta con estampida de corridos, a su casa californiana y sonriendo junto a su hermano. Quería huir de ese país que no le pertenecía. El pan diario eran rezos silenciosos en su lengua, al Jesús custodiando los dígitos en la pared, porque ahí, detrás del muro era desdichado. Algunas mañanas bendecía el campo en su lengua para la buena cosecha. Por las tardes añoraba la comida de su madre mientras en noches frías lo abrazaba la locura, al presentir que su hermano ya era polvo. Diez años lejos de su gente, endurecieron su corazón. Bryan solo entendía que su trabajo valía diez dólares la hora el inglés no era necesario porque un indocumentado debía ser silencioso y acomedido. No entendía nada de gringos ni de negros ni latinos. Ahora hablaba un idioma de acertijos y aprendió a leer la mirada y la traición. Hoy se siente extranjero en su montaña, convive con dioses y evoca costumbres en silencio mientras, sus recuerdos aterrizan en el gabacho. Y vuelve a cantarle a su tierra con la melancolía del ausente. Ya no habrá dólares, ni indiferencia. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 18 Ahora sobrevive de recuerdos, acepta su destino y abraza el lenguaje natural del corazón. El sueño Sueño tierra en la garganta, huella de nacimiento, tatuaje inconcluso, mis ojos ausentes. La muerte me sedujo mientras un insomnio taladrante me acosaba. Un hueco en el estómago, un proceso prolongado de vacío y días del polvo aguardando a que despierte. No hay ruido, es temprano. Hace meses la sala estuvo de fiesta. Me desvanezco. 19 Dante Alejandro Velázquez Limón Preparatoria Regional de Chapala La ciudad La ciudad que perdimos La ciudad que perdimos tenía un contorno aún alcanzable a nuestra vista: un límite cincelado por el río, la acequia o esa ennegrecida barranquita donde escurrían musgos y latas Herdez que escalábamos hasta llegar a la nada. Desde arriba mirábamos las mesetas y un cielo a punto de revolcar sus aguas contra el mundo y abofetear los vientos del poniente contra los campanarios. No fue la mejor: no la peor: fue nuestra, nada más. O eso creíamos bobamente mientraslos amos verdaderos inflaban su alcancía en la reserva territorial y en la obra pública. Ellos, los bárbaros que demolieron la antigua fábrica, pavimentaron las pocetas, hicieron de la mezquitera un centrito comercial muy cool y del manglar un salón de eventos. A otros nos dejaron el paisaje raso y los callejones, la permanencia voluntaria en el cinema y aquellas opulencias que se cosechan Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 20 en el placer de lo doméstico y el descanso dominical, tendidos en un parque o lanzando dardos en la feria. Aislada del mundo por su codicia milimétrica, la ciudad fue noble con nosotros por alguna razón. Cedió sus recovecos al besuqueo; al ebrio, hartas noches de alcohol; días de pinta y tardes de frontón al vago; y al gentillal un tianguis, serenatas y fiesta patronal. La ciudad que perdimos montó humedales en el tiempo, ¿deseaba entramparnos a su melancolía, a los pantanos donde aún encama? Era laguensemente lagrimosa, hidrocálida y liquidal, chapoteable por chapalense, tormental y tapatía, sudorosa al duranguearse, moreliana marea o ensalivada ensayulez… se destiló en todos los cauces y ahora que es árida, se despeña. Hay quien la recuerda en sepia, como una foto antigua pero es tornasol el fotograma que alberga con sus indigencias y cacicazgos, barrios de lodo y calzadas impecables por donde anduvimos de la mano y corríamos para alcanzar el autobús. Cada quien su ciudad y sus filias, pero la nuestra fue venerable y la hubiésemos canonizado fervientemente con una tormenta de agosto o un vaso de tequila, pero ya no es la misma y nos destilará, como ella, gota a gota. Tarde o temprano se habrá cansado de sus hijos. 21 La ciudad que odiamos La ciudad que odiamos se despedaza con nosotros cuerpo adentro, nos desquelita en cualquier baldío cuando no puede emboscarnos a pedradas en el barrio donde nadie duerme y a nadie interesan los vulnerables. Es el rufián que hemos dejado andar con arrogancia por el boulevard, trepado en su Ford Lobo o en la motoneta con fines siniestros, y es el mercader, el político que traiciona, es la ambición puesta en escena a cualquier hora y en todo sitio donde deslumbran metales: hampa / ayuntamiento / iglesia / cámara de comercio / el arrabal. Esta ciudad nos amanece en la nota roja y en las sangrantes esquelas del diario, ahora que no asombran el rapto, la tortura secuaces casualidades y vana vanidad Se esculpe la culpa / la disculpa la tentación por arrancar fulgor al campo y a las aguas que ayer solíamos beber. Bajo esta erosión emerge nuestra silueta de Leviatán. La ciudad que anhelamos La ciudad que anhelamos vendrá en un carricoche volador y poseerá fiscales de metal Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 22 dispuestos a protegernos. Es un sueño random que limpiará las aguas del río y los motines del reclusorio; despejará los vientos de polución, los lixiviados del vertedero y cada mala compañía. La ciudad que anhelamos tiene ya su render y un instructivo para armar con jardines errabundos y bocinas aesthetic en cada avenida. Será patrimonio de nuestros hijos y un paraíso donde el romance, la in-te-li-gen-cia-ar-ti-fi-cial y el tren de levitación magnética aceleren este beat. La ciudad que anhelamos pudo ser aquella que perdimos un día, y aprendimos a odiar lentamente, pero no será ni una / ni otra / ni la otra. Habrá de inmolarnos antes en el lodazal. 23 Mario Armando Garibay Ancira Preparatoria 5 Zaratán Zaratán, zaratán, zaratán, de mi madre salía un cangrejo en las noches de pleamar; volvía con el entrecejo erizado de estrellas de mar. Zaratán, zaratán, zaratán, ¿cuánto vale tu destino? ¿Cuesta más tu ser o tu vacío? ¿Eres abundante? ¿Eres necesario? ¿Cuánto oro, cuánta plata está en curso por tu causa? ¿Te pareces al cangrejo? ¿Eres vórtice de Dios? ¿Eres hálito de podredumbre? ¿Eres mal que relaciona? ¿Eres bendición que santifica? ¿Eres signo de tu tiempo? ¿Nacen cangrejos de los pezones de las madres? ¿Representas algo o eres una cosa? Zaratán, zaratán, bonita apropiación de una palabra árabe, hálito medieval castellano, demonio dulce de una monja moribunda, cangrejo que iba y venía, que hacía su nido Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 24 y que ya olvidamos… o nos hicieron olvidar… o se escondió en un hoyo… lejos… a la orilla de la mar… ZARATÁN: Hoy en día te llaman esas voces perversas y meticulosas de la positividad médica CARCINOMA LOBULILLAR, o carcinoma ductal, o triste y simplemente, rompiendo con el retablo, CÁNCER de MAMA, Cáncer de Mama, cáncer de mama. 25 Federico de Jesús Jiménez Huerta Preparatoria 18 Arquitecturas Esta tarde huele al humo grisáceo de la ausencia, a pájaros escarpados, vacilantes; a espejos despojados de su mirada, huele a alcoba de mayo y a hormiga perdida en los lentos paseos del eclipse, a piedra clavada en el ojo del tiempo, a esa caligrafía de los árboles [imantados, al hueso expuesto de los cimientos que levantan este linaje de gigantes [muertos, a acacia con su jilguero desmontado, a vértebra de ciervo sacrificado y a goteo impaciente de jueves, a esquina con vapores reciclados en el rostro del ciego, al aullido de equinoccios nupciales entre banqueta y banqueta donde los verbos callan como un naranjo, huele a ese entrever de rumores de la vid, a prehistoria de estar enterrado en el lugar inhóspito de la carne, a la bruma impenetrable del miedo al laberinto de ruedas y panfletos, huele al sonido que palidece náufrago antes de perder su isla. Esta tarde ya apesta a ser oscura, remando en su follaje embriagado, arena movediza que es hierba en la selva de otro sueño. Esta tarde ya está desierta. Palimpsesto Escribo la ciudad como un plagiario de cemento y palabras, todo mi ser piensa en ese espacio reconstruido sobre las ruinas de otra era, Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 26 soy el pasado sin presente ni futuro. Con la corteza hueca, los obreros ya hunden su herramienta, escarban las raíces de una voz sembrada de palabras verdes y versos libres, donde la ciudad se ampara en su boca calumniosa y escupe en el viento su letanía verbal: materia oscura del ruido, escafandra salivosa de algún letargo que fuera incendio o prólogo [sobre ti o sobre mí. Como una llameante cisterna de voces almendradas, rellenamos los [huecos como tsunamis inventados y voraces. Entro y salgo del metro y la polis. Aquí vienen las máquinas para hacer la autopsia. Voy de vuelta a esa ciudad de voces y salivas. Donde yo la construya, edificaré mi voz. Geografía del poema Hablo de la geografía del poema, de la más profunda constelación del silencio, desde los cimientos de la escritura; hablo desde la amarga sepultura de la voz. Escribo de la incesante cicatriz que me construye, de la avenida metafórica de la lujuria. Y hablo de nuevo del tiempo vasto que migra hasta la médula del entonces. Hablo de la palabra imantada de la hembra. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 27 Entre atmósferas de azufre y meteoros y desde este instante de columnas triturado, hablo de la palabra que transpira el mundo al margen de las arterias del verbo. Hablo como un exiliado del aire y de la materia clara de la atmósfera híbrida, como alguien que dice no conocer su ritmo. Tan solo para beber la arena le miento al silencio vertebrado. Hablo de la viveza del trueno de Rojas, así es Gonzalo, del temblor oscuro de tu vientre. Hablo entre vigas y ladrillos líquidos. Hablo como una lluvia hambrienta de inundarse. Y desde el hueco del aire arruinado, desde la precipitación sonora del día, desde los ojos quemados en lágrimas, hablo desde esta voz de siempres y nuncas. Al silencio Libérrimas y silentes, las calles oscurecen eléctricas al movimiento geométrico de los astros, negándose su limpio vacilar de tuerca, dejando que los transeúntes dancen la música exaltada del tiempo. Movimiento perpetuo del agua fósil,oscuridad de la misma piedra: caminar entre las voces encharcadas de las rimas, Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 28 maleza neurótica de la posteridad. Debemos aprender a separar ese granizo del presente, escurriendo las voces de nuestros tiempos. Entre los escombros del espanto, los árboles y la tierra enmascaran este derrumbe de palabras e intenciones baldías. Sí, la noche devora lo que queda de la calle, esconde los desechos cimentados en la alcoba oscura, pero la métrica del silencio, los ecos de la poesía y el espejo de la tempestad son los que limpian. En la transparente calle ya solo cruza su silencio. Límites Una ciudad me nace como un sueño, no de agua ni de sal ni de silencio, desde este abismo de tempestades: oscuro espejo en el tiempo, arpón veloz que se estira hasta sus arterias en la profunda luz que se abre al reptil sin piel. Las calles invencibles remedan mis pasos como olas y cometas vivos: y todo es vigilia de otro cuerpo en el lenguaje del mundo que habla espejismos de la sed y canta desde su principio, desnudo habitante de la raíz del tiempo como un pájaro amarillo al que hay que salvar de este instante, cuando la palabra y el silencio crecen juntos. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 29 Una luz parpadea a la hora transparente. Y la ciudad cae en su infinito vuelo. Testamento inmaterial A Mary toda la poesía, mi vértigo y París, a mi padre todas las tardes y la música en el aire, a mi madre la memoria y el primer verso del día, a mi hermana Rocío la velocidad de la luz, a mi hermano las estaciones de la infancia, a Vallejo la otra cara de la moneda, a mi adolescencia otra oportunidad, al olvido el eterno retorno, a Octavio la palabra única, a la cama todo mi cuerpo después de comer, a Fernando toda una noche en Lisboa, a la lluvia mi algarabía y mis días, a Monterroso una oveja gris y un mejor despertar, a Cuba mi exilio y sus distancias, a Cortázar el juego sin instructivo y un gato, a Nicanor mi máquina del tiempo y un escarbaversos, a doña Nicanora mi silencio, a Raymond Queneau la letra que le falta, a Gonzalo todo Lebu un veinte de diciembre y el exilio esencial, y al silencio todo el tiempo que me reste. 30 Elba Irene Vega Fregoso Preparatoria 8 Así las cosas, mi estimado Buenos días. Dios me contó un secreto, me dijo que somos máquinas de sufrir. Al final del concurso gana el que haya imaginado las estrategias más jugosas de auto-tortura los mecanismos más finos del dolor el que encuentra las almejas con las perlas más gordas que adornarán la sufrida frente o bien el que haya conseguido mejor anestesiar la herida vivir entre humos rosados acariciar con el culo los últimos placeres paraísos artificiales en forma de montañas de objetos o montañas de cuerpos o montañas de palabras. No quiero hacerte perder el tiempo hablándote acerca de las costumbres de un viejo sádico, Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 31 solo quiero decir que incluso en la poesía a veces blanco quiere decir blanco y azul, azul. Arte poética III No soy como tú, me gritaste. Tienes razón: yo sé que vamos a morir que solo hay una oportunidad para ser felices que solo hay una oportunidad para hacerlo todo para vivir todas las vidas posibles. Somos tan distintos porque sé reírme de mí misma, porque encuentro gozo en las pequeñas cosas porque creo que me habita una chispa divina que hay una hoguera encendida en mi pecho, porque le hablo a Dios y él no me responde y se ríe de mis ínfulas y rato después yo también me río sobre todo, de mi dolor. Somos distintos porque yo hablo de flor y canto y tú solo conoces la parquedad, el mutismo porque en mis labios habita juguetona la palabra y en los tuyos se atropella, apenas sabe de sí misma… Yo no te he amado menos por todo esto no ser como yo, puede ser, al final del día lo mejor que te pudo haber pasado. Pero la muerte no perdona, y en los confines de la existencia, nadie es esclavo de nadie Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 32 y la única traición es la que perpetramos contra nosotros mismos. XXIII Me creó Dios un día y tu tacto terminó de formarme mi cadera creció a la medida de tus manos y en las puntas de tus dedos se acurrucó un orgasmo que lleva mi nombre, en tu mirada de relámpago escondido en el río de piedras amarillas que rodea tus pupilas descansaron mis labios (conocí el gris de tus ojos, que es el color de mi alma) ¡cuántas noches jugamos a amarnos sin saber que el amor es patrimonio de monstruos! Yo sé abrazar la nada cuando duerme tranquila en la nariz de un ángel y tejo a ciegas estas fauces de lobo que me robé al besarte sé que no vendrás nunca, que vives dulcemente ignorante del dolor que te tengo del amor que te tengo. Con una flecha aguda en medio de mi pecho un dios cruel ha dibujado un arco. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 33 En el principio fue Dios y Dios nació blanco y blancos hizo a todos los demás hombres. La leche que bebió de la teta de su madre, la virginal María blanca también, como él. Blancos los barcos en los que llegó Colón a las indias, y blancas las ensoñaciones de los soldados de Cortés. Blancas las armas y blancos los cuerpos destrozados de mis antepasados. Todo el mundo sabe que lo que un blanco mata se vuelve blanco y sube al cielo y le cuenta a Dios de la bondad de los asesinos blancos que llevan el progreso a los pueblos que llevan al verdadero dios a los pueblos que son capaces de vender su alma al diablo (que es blanco, no rojo, como todos creen) a cambio de un dólar. 34 Rubén Gil Hernández Silva Preparatoria 8 La insurrección de los gatos El amarillo de sus ojos alumbra el dilema del mundo No entienden la exposición intransigente a los peligros que con temor admiran como atributos de la calle Observan con recelo la polilla fascinada por la amenaza que embellece el candil de nuestra calle El maletín me encalla al concreto Me alejo del cuento de hadas y felinos que con cal, arena y dos meñiques comenzamos a erigir Perciben que tatúo el fantasma de mi caricia en el viento Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 35 y el tiempo se suspende En mis hombros persiste el peso que me arrastra pero recobro el ánimo cuando observo desde la calle cómo evaden al tiempo porque es juego Y no hay mayor acto de rebelión contra el hombre obstinado que lamerse las garras Coro de jornada Comienzo la mañana con un golpe directo a los párpados que se rehúsan mirar más allá del orden Todo es un juicio constante que no se pierde si miras el itinerario Agotas y a rastras los pies responden Eficiente que no eficaz sino más que eficaz eficientísimo el tren despedaza los rastros que de humano quedaba en el vagón Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 36 Y puntual Cómo comienzo cuando la consciencia apunta a un paraíso que no se toca mas que en alucinaciones de Fred Astaire fragmentado en viñetas de cartón Abro el día con leche que es paja y entonces me digo que pararé tarde que temprano pararé Pararé si la vida señala para encontrar un norte fuera del orden que embona las piezas de un rompecabezas carente de fluidez Pararé cuando al final del túnel se revuelva la leche con el cartón a gotas eficientes hasta perder el itinerario y el caos golpeé directamente a los párpados del comienzo Misiones Imagina los días que no se agotan en procesos de producción el tiempo escurrir entre las grietas de una estructura cuestionable Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 37 Olvídate de la palabra E X P E C T A T I V A I M A G I N A narraciones posibles donde no estamos tan muertos y nos queda deseo de tomarnos la palabra En las noches te observo y pienso en decirte que te tomes un tiempo lejos de esta casa que limita de estavida que aprisiona de este loco del sistema O mejor sigamos hacia el precipicio pie con pie y sonríe antes de dinamitar el monumento que ayudamos a erigir y así quizá le devolvamos al tiempo coraje ganas de mirar detrás de estas ojeras La pared se cansa de tanto resane La casa quiere volver a su origen de piedra que no funda ni sostiene Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 38 ni siente ni es consciente del tiempo se quiere venir abajo desintegrarse en partículas de arena ya no ser ni contener Fantasma de lo que fue brevemente Pero se debe mantener fachada de envidia muros titánicos calidez que viene de los interiores La vida que recorre sus pasillos persigue algo diferente invasión de horas que son vestigio eco del temblor de viejas amenazas pantalla de pelo de gato para esconder heridas en los muebles inundaciones de agua que quiere correr libre pulso falso cortante contacto que grita Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 39 entre tubos y cables que son arterias Y mientras se contenga las paredes sudan y lloran Huella de la edad: las humedades raspamos y resanamos para reiniciar el ciclo de la apariencia ¿Qué harías tú? Imagina que amas tanto que no puedes imaginar tan solo un día sin su presencia Se vuelve pesado el final del vaso el cierre del día la ausencia de su olor en el aire la falta y temes porque puede que llegue el día en que falte Lloras como has llorado muchas veces en tu vida Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 40 porque imaginas un día futuro sin el amor Por ello la palabra amor carece de sentido se vuelve lo opuesto y duele arde porque el tiempo altera, prolonga y disuelve y no sabes cómo actuará después Entonces el amor cae sobre el techo de la casa de tu infancia sobre tu padre que no te enseñó cómo hacerle frente al amor sobre mi madre que lo ama todo excepto a la vida misma sobre el amor de hoy que se expande y explota Imagina que entonces cae el amor sobre la memoria con un nuevo sentido y crees que le entiendes y puedes correr a su lado o que le escuchas decirte que te estuvo guardando un lugar pero no sé si lo entiendas me refiero a la duda detrás de la afirmación Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 41 ¿qué pasará entonces con esto que quisimos erigir en nuestras manos sin pensar que la euforia en nuestras tierras provoca fallas y temblores? 42 Miriam Chávez Martínez Preparatoria 5 Incierto Incierto… como el cardumen ancestral en el ojo del tiempo Y el viento que peca y el barullo la marea la punta de lo escrito el furtivo desencuentro del otoño y el oculto de tu humedad Incierto… como el desdén en la nostalgia entre labios-grana-lunar entre sábanas-vaivén entretejiendo la espuma boreal Incierto… como el eco desteñido del deseo en el peldaño de tu sombra canela-volcán costilla-goteo vuelco inguinal Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 43 Incierto… como el temblor-comisura como lava-huida como espina daga invertida Cementerio Solo humo de olvido entre lozas de llanto sobre huesos lapidarios reposan en calderos y acantilados de escombro Tú, suave, sempiterna y desprendida flotas con tus alas de abril enredando tu aliento en mi infancia cierta y volátil encrespada en mármol de arreboles y con voz diminuta susurras en mi costado mientras zigzaguea de insecta y amarrilla aquella que extrae polen de tu vida Se aspiran azahares celestes y se abren rosas de tu cuerpo Yo sigo rutas de olores y sueños desde solapas tiernas que adornan tu ataúd venerando en estampida de abejas que se posan en cada una de tus vértebras Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 44 para decirme que habitas en viento en noche de lunas enrojecidas de silencio y mañanas goteando ventanales 45 Andrea Silva Ambriz Preparatoria 21 Todas las vidas que quise, poema 1 Si fuera más valiente me llamaría Catalina, y ese libro suyo tendría es- crita una dedicatoria para dejar un rastro breve, al menos maravilloso, sobre lo que me ha significado encontrarle. Si fuera libre —no de marido, sino de ataduras, de prejuicios, de miedos, de rabia mía— me llamaría Catalina, y le habría amado hoy, y todos los otros días, sobre el asiento del coche; en una pequeña esqui- na; en cualquier sitio, quizá, mientras la lluvia… Habría tocado su rostro con la sombra de mi cuerpo desnudo. Ha- bría atado mis manos a su pecho. Me habría dejado sentir. Sentirle como quisiera: Abriendo el cielo a sus manos recias. Dejándome acariciar por el filo doloroso de su aliento sobre mi carne, de su boca que guarda en el resto de desesperación las ganas que ambiciono. Así, con los dedos apretados sobre sus muslos que desconozco. Sintiendo. Dejándole entrar. Contemplaría sus ojos como quien sabe que se termina, que algún día no volveremos a vernos; que mi nombre no se dirá, que me iré bajito, entre la gente, tras haberle conocido… Aunque nunca se me olvide. Todas las vidas que quise, poema 3 ¿Qué clase de mujer soy? Mira que cuestionarme el matrimonio a esta altura de mi vida es de machirules, no de veinteañeras con canas en el Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 46 vientre. Pero hace tiempo que me brota un calor inagotable; un deseo explosivo de expandir mis extremidades y abrazarme al primer hom- bre que me mire a la cara y no me vea como a su madre. Al que no se espere nada de mí, al que no me necesite de mañana; al vagabundo, al desconocido que se acercó en el parque para pedirme la hora casi mor- diéndome el brazo. Necesito un hombre para no quedarme con él. Uno solo que sea miles. Nunca pude despedirme de los que permanecieron. Todos (tam- bién este) se anidaron en mi cuello: una parvada alimentándose de las palabras que no alcancé a pronunciarles. Quiero uno, uno solo quiero que me despoje y se largue, que no me ame ni a ratos pero que desee inagotable su libertad en mi cuerpo. Uno solo quiero que se lleve de mí una fotografía a ojos cerrados para no volver a verlo. De cómo se ve la amistad en Barcelona Para Christian Si me preguntaras diría que sí, que ya eché un vistazo hasta al barrio rico; que estuve entre las gentes, el metro y los edificios, y que tuve el tiempo suficiente para entender que Gaudí fue en realidad cientos. La vida aquí es vertical, y definitivamente hay que mirarla hacia arriba. Aun así, Barcelona tiene sus prostitutas y sus pobres Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 47 y sus negros y su propio olor a orín. Conocer la ciudad es otra cosa. He caminado la tarde: Las gaviotas beben en las albercas de Montjuic. Tratan en vano de encontrar en pequeños espacios ese mar que sin embargo… Solo observo desde mi egoísmo. Tomé el libro: Recordé que “Valentina” es también una canción que alude a la Revolución Mexicana. Que sí se puede morir de amor. Entre las páginas las de ella y tuyas, ahora mías un poema asomó la cabecilla por el borde del separador. Me dio ternura descubrir lo que había marcado: “Ahora que empecé el día volviendo a tu mirada (…)” Lo supe entonces. Todo puede ser mucho más que una casualidad si así se desea. Si se confía firmemente en la maravilla del encuentro con uno mismo en el poema. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 48 “Ahora que por fin está bastante claro dónde estás y dónde estoy” Aquí aunque no es cierto. Me abrazo a la almohada como a tu pecho. “Sé por primera vez que tendré fuerzas para construir contigo una amistad tan piola (…)” Quizá así habría comenzado: Mirando el espejo de tu cuarto, Y la foto pequeñita que eternizóTu abrazo con Diógenes. El amor es siempre otra cosa. “Que del vecino territorio del amor, ese desesperado, empezarán a mirarnos con envidia, y acabarán organizando excursiones para venir a preguntarnos cómo hicimos” Nunca lo sabremos. 49 Atzimba Mondragón Galindo Preparatoria 12 Escape Juntas abren la puerta. Olean, arena las manos, mares la piel. Siembran, reforestan, labran nubes, péndulos de luz. Hay un solo camino, muchas direcciones un leve gemido indica el sentido correcto. Acecho Pego el oído a mi noche, me fundo con las paredes, soy sus ramas. Me dejo mojar para guardar algunas gotas que atraigan su sed de depredador. Es suficiente el sol de mis recuerdos para vestirme de rojo. Es suficiente saber que lo espero todo. Ay loba, no desesperes, el bosque no soporta su día. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 50 Afán Cerrar los ojos y dejar caer el mundo tocar el viento y la noche, comer su olor en el silencio bajar el pulso hasta respirar profundo, únicos latidos extender los brazos y entregar crucificado el amor a la realidad. Abrir los ojos y saber que no es necesaria una resurrección. 51 Daniel Humberto Sánchez Velasco Preparatoria Regional de Tlajomulco de Zúñiga Neologismos dantescos Antesala a las puertas del infierno He aquí a los inútiles e indecisos; los que pasan la vida sin pena ni gloria; los que sobreviven y ahí están, ahí se quedan; diletantes sin oficio ni beneficio; los que ni quieren ni esperan, los que existen sin encontrar sentido a la vida; los que nunca cruzarán el río Aqueronte. Primer círculo: limbo Junto a los grandes filósofos pululan ahí; Su estulticia los tiene sin cuidado; cohabitan con Homero, Horacio y Ovidio; toman leche de vacas de libre pastoreo, comen huevos orgánicos, sin hormonas, y carne de gallinas veganas. Seres límbicos, atenuados por el placebo de la autoexculpación libres de fe y de ideologías, agnósticos tartufos de guardarropa. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 52 Tercer círculo: gula Cerbero los espera impaciente. Apps de comida rigen su vida; combos, descuentos, horas felices. Su ansiedad es infinita, Siempre en torno al intento vano de saciar su loca, neurótica y empecinada necesidad de llevarse algo a la boca; el placer de las papilas gustativas. Engullen, tragan, digieren y vuelven a pedir. Sonido de motos arribando, cláxones insistentes y timbres; uno tras otro llegan los pedidos, las puertas se estrechan ante el paso del comensal cada día más grueso; Otro pedido, deglución, motilidad, expulsión, deseo; Almas vacías en cuerpos pesados, densos, sedentarios. Obesidad mórbida, insulina al tope, 3 pinchazos al día; en tanto, ¡que viva la comida! Cuarto círculo: codicia Bezos, Musk, Zuckerberg, Arnault. Aquí los youtubers y tiktokers de pacotilla; los creadores de contenido, los de la vida fácil; los que buscan ganar el pan sin sudor en la frente; los que mueren por seguidores, los que viven explotando, los iniciadores de cadenas y pirámides de productos irreales; los estafadores de tiempos compartidos, de loterías sin premios; los que llegan al poder pisoteando y manchando sus manos de sangre; y por fin en la cima de todo su deseo, en el culmen de sus ganancias y poder… llega la muerte. 53 Ome Galindo Preparatoria 8 Balada del extranjero En el gran anfiteatro de ideas, deambulo en soledad, un náufrago en tierra firme, rodeado de palabras engrosadas, mas en su eco, solo se halla, mi alma desahuciada. Oficinas grises bailando a reloj. Un mar de caras ausentes de emoción. Los ojos dilatados y bocas de labios marchitos. ¿Quién puede oír mi latir? Castillo mi mente, mazmórreas multitudes. Soy un eco de sombras: risas, palabras, gestos; pasan con tumultuoso caudal, mezclado en el mar humano. Sin ser más que una gota, me arrastro entre vivos, de extraños, espejo y del camino, los sueños. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 54 Espectro en silencio, solloza su lienzo. Los ojos sin nombre y soledades sin rima. El papel de una trama, el olvido en carrusel. Soy isla en océano de ecos, naufragando en el infinito. Rodeado de soledad: oculto en plena vista, una balada triste, en el abrazo de la soledad. Y así, me siento un extranjero, una vela sin partida. soy un pájaro enjaulado, añorando su nido. Espejo Los pasillos se vuelven santuario de poesía, la brisa de páginas viejas, susurran pieles de otros hombres. Una infinidad de voces corean, me pierden entre sus ecos, soy solo. Cada libro-universo, palabras, destellos, en cada esquina de hojas huidas, la tristeza me envuelve en capa de lira; no alma, no hay mapa que calme el desvelo de haberte o tenerte. Seducen las llamas de encantos: desiertos de semilla-planta. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 55 Soy alivio en un pomo cerrado, soy el dejo de una luz que agoniza los martes. En aquel templo (falso refugio) el consuelo conoce al desvelo. Y cada espejo de lágrimas torna en palabras de duras razones. Soy solo: me llaman “deseo”; un Teseo perdido y sin hilo. Así, entre mares de historias, me ahogo, me pierdo, soy solo. No hay abrazo que llene esta copa solo encuentro reflejo y un eco, solo encuentro el fracaso. El canto de la Náyade Navego por el éter de las ideas fugitivas, solo, y aun así acompañado por mi reflejo en el agua: un marinero en la orilla de su propia vida, ahogado por el ruido de la marea, pero en su coro, solo se escucha, mi alma en estertores. Edificios tan grises como polvo que esconden las estrellas de sus visitas. Un mar de rostros desprovistos de pasión. Ojos desvanecidos y labios cerrados. ¿Quién, sino mi reflejo, oirá mi sollozo? Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 56 En el castillo de mi mente, pululan las sombras. Soy un eco de mí mismo: risas, palabras, gestos; brotan en un torrente caótico, mezclándose en el océano humano. No siendo más que una gota, M e a r r a s t r o e n t r e l o s v i v o s, u n r e f l e j o d e e x t r a ñ o s, y l o s s u e ñ o s d e l c a m i n o. Fantasma en silencio, llora su tela. Ojos sin nombre, y soledades sin verso. De un drama, la memoria en carrusel. Soy una isla de los ecos, naufragando en el infinito. Oculto a plena vista, abrazo la tristeza de otras soledades. Así, me siento un extranjero: un pájaro anidado añorando la jaula. Las luces de la ciudad se convierten en un santuario de poesía, la brisa de páginas viejas susurra las historias de otros hombres. Una infinidad de voces corea, me pierden en su eco y entre mares de historias, Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 57 no hay abrazo, solo encuentro reflejo y eco, el fracaso. En la danza de la noche, la risa es muda, y el reflejo de agua, mi amante final. Un beso frío, de labios de muerte, es lo único que contesta a mi llamada. Cementerio Soli†ario, se posa en el lu†o. Espíri†us agazapados bajo sombras de monumen†os. Las lágrimas son ríos de cris†al que †allan surcos en las †ierras agrie†adas de un ros†ro al que le arreba†aron †odo: en su pecho bailan los sollozos al compás de los silencios. Cada lápida, espejo de mármol, refleja la danse macabre que ojos con vidrio empañados se clavan en pues†as de sol. Y una herida, sangran†e, en el cielo: la úl†ima an†es de Dios. Se sien†e el abrazo —frío como noche— de oscuras miradas, †ragándose a †odos, †ra- gándose horas, †ragándose el mar. Cada la†ido, las no†as dejadas de vida; el alien†o, un suspiro que olvida, que †oce sin voz. Y en su men†e: es†a noche, se une al e†erno de voz esmeralda. Se mezcla el cloro, el carbono, sulfuros, sul- fitos, aceros y bromos: se alquimia un Adiós. Y en medio de angus†ias que bro†an; persis†e una bella sombría. †odos: es†rellas fugaces vas†as de noche. 58 Ricardo Tonathiu Figueroa López Preparatoria 12Acompañarte en espiral Ante el silencio estático de tu mirada fija giro. No me acerco ni me alejo: giro. La espiral son círculos concéntricos y tú la estatua que hace de sol en mi galaxia, la estatua que corrió hacia atrás y dejó de ser. En el grito ahogado de tu garganta se rompen las olas del mar que nunca visitamos, y hacen rugir el eco cavernoso de lo que no sabré. Yo de lejos solo puedo contemplarte. Y entonces, en torno a ti, giro de nuevo. 59 Guillermo Isaac González Rodríguez Preparatoria 11 Canto de urgencia A lo que fue detrás del mar… Al canto del poeta, al leve espacio del silencio, a la brevedad de tratar de ser… Confieso a todos los lugares del tiempo una voz vacía de canto que ahora brota como un manantial. A las horas muertas y a tantos años olvidados, a los nombres de las aves, que, de paso, se fueron perdiendo sin encontrarse consigo mismas, en un milagro vital. A las noches y desvelos, a la necedad y la ilusión, a los brazos rotos como vela bucanera, ajada por tanto andar. A las sombras, las risas, las quimeras, a tanta felonía dispuesta a matar. Al ataúd que guarda mi epitafio, que con cada camino andado, le graba una letra escarlata. Al niño que soñaba con el mar, a la niña que me hizo renacer, a todas y todos los que nunca estuvieron, y a los que se quedaron, sin haber necesidad. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 60 Por todo lo que soy y he sido, y por todo aquello que nunca seré, por la vida, la muerte y el milagro, para que nunca olvide donde me olvidé. A ti, mi niña ojos de mar, lo único real que me descubre, a ti, mi libertad que me circunda, a ti, que creces sin que sepa el porqué, te dejo mi canto de urgencia, para que me encuentres en esa nube donde quizá me perdí. 61 Sandra Noemí Paz Rubio Preparatoria 6 Huehue Tiempo Espejo de los pasos del viejo Lentas las palabras Los recuerdos lentos Un paso, el otro, después nada, después todo Solo el recuerdo de los pasos del viejo 62 María del Carmen Padilla Arreguín Preparatoria 8 Amarillo la vida No hay otra palabra que no pronuncies, con tu pensamiento hilvanas y nombras al sol. ¿Cuál es tu color favorito? Amarillo. ¿De qué color es ese carro? Amarillo. ¿Cómo se llama tu amigo? Amarillo. ¿Cómo te fue en la escuela? Amarillo. No hay otra palabra en el mundo que no explote en carcajada. El contagio de la risa es color paja, un milpiés formando una estrella. Cuento 65 Alma Yazmín López Magaña Preparatoria de Tonalá Norte Mercado Libre Ahí estaba, observándolo sin ningún remordimiento. El cuerpo tendi- do de mi esposo, aún tibio, emanaba tenues filamentos que corrían sin freno por los pliegues de su piel, como siguiendo una ruta para después anegarse y formar una gran mancha escarlata debajo de sus brazos. Rodeada de paciencia, miré las manos del hombre, ahora inmóviles, marchitas y sin fuerzas. Esbocé una sonrisa cargada de ironía al recor- dar lo que habían significado para mí: el universo. En otras épocas, anteriores al crimen, podía regocijarme, perderme, sucumbir ante esas manos vivaces que me recorrían toda. Siempre quedaba un rastro de calor reconfortante tras el andar de sus dedos inquietos por mi cuerpo. —Es una lástima —dije. Hice una mueca cargada de desaliento y me miré al espejo. Recobré la noción de la realidad y traje de nuevo la frialdad hasta mi rostro. Por más que escrutaba en mi mente no en- tendía cómo pude amarlo hasta ese punto: cuando lo conocí él no era alguien que destacara por la gracia en sus facciones o su garbo, ni la elocuencia empapaba su voz o tampoco lucía por el vigor de sus ideas. Mas, poco a poco, fue encontrando la manera de acercarse, de penetrar mis escudos y atraparme hasta hacerme ceder y dejarme prendida para siempre a su pecho. Y así fue, sin saber cómo exactamente, lo acepté. Me precipité a un abismo de dulzura imprevisible, al sosiego brindado por ese ser de luz que creí —erróneamente— completaba mi existen- cia. En poco tiempo ya estaba enamorada, convencida de vivir un amor real, sujeta a los goces de la ilusión surgida, despierta gracias a él, con la razón y la voluntad perdidas, abandonadas sin el menor recelo. En ese falaz letargo permanecí veinte años. Presa fiel y voluntaria de los encantos de mi celador. Dos décadas dotándolo de todo aquello cuanto Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 66 él necesitaba con tal de verlo feliz, satisfecho del papel que como su mujer representaba: acicalada, sumisa, entregada, siempre dispuesta, recatada, amorosa, ordenada e incluso paciente ante las constantes tropelías de mi suegra, un ser horrendo, abusivo y cruel, con injeren- cia en todos los asuntos y una lengua conformada por serpientes que lo envenenaban todo. O bien, solía ser gentil con el resto de la familia política, cuyas acciones lejos estaban de todo lo honorable. Yo no juz- gaba, poco me importaba eso, por él era capaz de soportarlo todo, es- toicamente, sin sobresaltos ni objeciones. Un hombre como él lo valía, al menos así pensaba cada vez que abrazábamos juntos la dicha entre las sábanas. Sin embargo, ahora estaba muerto. ¡Ni hablar! Pasmada miré tendido cada parte del cuerpo del ser que tanto había amado y del cual jamás creí poder desprenderme. Ya no lloraba, aunque quisiera, mis ojos se blindaron tiempo atrás por decreto imperioso del orgullo y continuaron así después de este homicidio. En cambio, las llamas de la ira y la venganza se instalaron en ellos, dotándolos de un brillo singular, inextinguible, que sin reparo ya se había apropiado también de mis entrañas. De repente, me acerqué sigilosa hasta la boca del muerto, que lucía entreabierta y había quedado congelada tras el último suspiro. Depo- sité mi atención en las formas de esos labios perfectamente trazados, tantas veces libados. Miré fascinada los níveos dientes del hombre, que en toda ocasión enmarcaron su encanto. —Ahí estaba el inicio de todo —musité. Quedé convencida que en esa boca estaba la llave directa hasta el infierno, aunque disfrazado de un paradisíaco Edén. Incliné la cabeza y miré el puñal tantas veces enterrado en su pecho, con la forma triangular forrada en sangre y la punta todavía humeante, reluciente, ostentando su efectividad. Lucía deslumbrante, poderoso. Quise tomarlo de nuevo, manipularlo a pla- cer, probar otra vez su efectividad, pero me contuve. Me parecía un arma elegante, capaz de inyectar toda la furia de los voraces engaños contenidos y que lograba penetrar las carnes de la víctima con la fuer- za implacable de quien imprime toda la pena de la traición cometida. Todo el dolor que la infidelidad descubierta día tras día alimentaba. Me hubiera gustado guardarlo, enmarcarlo como un recordatorio o Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 67 un trofeo perpetuo de aquel hecho, o simplemente, como la evocación lúgubre de un gran amor extinguido. Antes de irme contemplé la habitación repleta de muerte y los recuerdos se agolparon profusamente en mi memoria. Serena, repasé cada uno. No había duda: él fue el amor de mi vida, en eso no había reparo. ¿Qué hacer con todo lo grabado en la mente y lo tatuado en la carne después de tantos años juntos? Eran muchas las interrogantes como inútiles las respuestas y solo concluí que era imposible dejar de amarlo, incluso en ese instante en el que yerto ocupaba el lecho tantas veces compartido, testigo de los más apasionados encuentros y que no solo conmigo consumó. —¡En fin! —me consolé a mí misma, afirmando que no había tiempo para continuar drenando la nostalgia. Me incliné lentamente hacia el rostro del cadáver y le dije en modo solemne: —Fuiste solo mío en tu último suspiro. Lo besé con ternura en la frente y abandoné triunfante la escalofrian- te habitación. La venganza había esparcido sus sombras por todo aquel lugar y el cuerpo de ese hombre, cada vez más helado, quedaba abando- nado como un náufrago herido, agónico,en medio de un oscuro mar. —¡Mamá, despierta! ¡Tengo hambre! ¡Mamá, por favor, hazme caso! —resonó una vocecita delgada, insistente, como una alarma inesperada que sacudió mi descanso. Era mi niño de seis años que irrumpió en el cuarto. Abrí los ojos y aún adormecida dirigí la vista a mi alrededor. Justo al lado estaba mi marido, ese hombre tantas veces apuñalado en mis sueños. Respiré hondo… hasta despabilarme. Solo fue un sueño. Con mis dedos traté de moldear mi larga cabellera, abandoné la cama y fui hasta la cocina para buscar algo que mitigara el hambre de mi hijo. Me preparé un café, como siempre lo hacía, mientras esperaba a mi esposo para desayunar juntos. No obstante, esa mañana él demoró un poco más de lo habitual en presentarse a la mesa. Definitivamente, tardó mucho en darse un baño y afeitarse a detalle, se notaba cuando llegó. Se vistió elegante e impecable lucía, como tantas veces. Al presentarse en la cocina, lo miré de arriba para abajo. Su presencia me pareció más imponente que otras ocasiones; su olor era hipnótico, todo en él fomentaba mi apego. Me atrajo, como Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 68 nunca. Después de tantos años compartidos aún lo veía como un dios, y lo adoraba con todas sus virtudes y defectos. Era mi luz, mi timón en la vida, mi faro. No obstante, el cargado perfume y las pulcras ropas elegidas con descaro me sacaron inmediatamente de mis cavilaciones, pues con claridad mostraban que en otros brazos él iba a refugiarse. No cabía duda. Estaba vestido para deslumbrar a alguien más, para cautivar a otra, una más entre sus múltiples conquistas. Cruzamos unas cuantas palabras y optó por marcharse con prisa desmedida. Lo despedí sonriente, fingiendo serenidad, como ya me era habitual. Sin embargo, la mente de algunos, por muy adormecida que se encuentre, tarde o tem- prano reacciona implacable si vislumbra la luz de la vileza y, agazapada en los sueños de la persona agraviada, parece sublevarse. Pacientemente va esbozando el castigo ante la desalmada traición. Solo basta esperar el momento, el instante añorado para redimir el engaño. Este último pen- samiento me mantuvo atrapada varios instantes y encendió mis venas. Para entonces, mi hijo miraba atento la televisión, ya con el ham- bre vencida. La quietud se instaló en cada una de las habitaciones de la casa y recordé nuevamente mi sueño. ¡Cuánto disfrutaba hacerlo! Mil veces recreaba esa escena mortuoria. Gozaba imaginándolo ahí, inmó- vil, sin voluntad, ni vida, con su sangre cubriéndolo todo. Pero lo más grato era saber que sus últimos instantes a mí se entregaban, me perte- necían, mía era la gracia de verlo sucumbir. En mis brazos tendido, así lo imaginaba. Exclusivo, al fin. Era todo lo que siempre anhelé y nunca me fue concedido. Suspiré nerviosa. Era muy frecuente esa tétrica visión. —Quizá un aciago día pueda concretarla —musité. Abracé de nuevo a la memoria y constaté que ya había perdido la cuenta de todos los enlaces adúlteros de mi esposo: fortuitos, permanentes, para mí ya no había una diferencia significativa. Era traición y como tal debía co- rregirse. Solo quedaba esperar el momento oportuno, ejecutar aquello que mi juicio había preparado, sigilosamente, muchas noches atrás en complicidad con el sueño. De repente, viré mi cabeza hacia la ventana. Un joven delgado se aproximó decidido hasta la puerta de mi casa con un envoltorio en la mano. Tocó fuerte a la puerta. Presurosa, crucé hacia el corredor y Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 69 antes de abrir, sujeta del pestillo, mis ojos centelleantes brillaron aún más; mi rostro se llenó de emoción. —¡Al fin llegó! —exclamé fascinada. Abrí la puerta y el mensajero me entregó un pequeño envoltorio con la nota de venta pegada en- cima. Firmé de recibido y tomé el objeto entregado. Ansiosa, llevé el paquete hasta nuestra habitación. Con calma quité la nota, lo despojé del cartón y las cintas que lo envolvían hasta toparme con una fina caja de madera labrada. Era hermosa. La abrí completamente y verifiqué lo que contenía. Satisfecha con lo observado, resguardé el paquete, y, presurosa, tarareando canciones con ritmos jubilosos, regresé a cum- plir mis interminables deberes domésticos. Al caer la noche, llegó mi esposo. Lo saludé gentilmente, pero él ni siquiera me miró. Una espléndida cena lo esperaba, pero tampoco quiso cenar. Tan solo preguntó por el niño, quien yacía dormido en su recámara desde hacía algunas horas atrás. El hombre subió las esca- leras hasta la habitación nupcial. Al entrar notó con asombro lo que le tenía preparado: era el escenario perfecto idealizado por el amor: la cama, las cortinas, las velas, la decoración, los muebles. ¡Todo había sido elegido con esmero! La atmósfera le gustó, según dijo después, pero a esas horas, después de lo vivido y habiendo derramado mieles en otras direcciones, lo único que deseaba era dormir. Por hoy ya había tenido suficiente. Yo bien sabía que su voluptuosidad había sido saciada horas atrás, en otros brazos. Me presenté en la habitación. Entré en silencio y mi actitud re- suelta lo obligó a mirarme. Notó que también me arreglé con minu- ciosidad. Lucía muy bella, deslumbrante, como preparada para una ocasión especial. Atónito vio cómo me dirigí hasta un cajón y lo abrí. Con delicadeza saqué la elegante caja de madera labrada. La acaricié un instante, ensimismada. Fui hacia mi esposo, quien se encontraba de pie junto al espejo, expectante. Se la mostré de súbito, sin revelar aún su contenido. Él, extrañado preguntó: —¿Qué hay adentro? Y estas fueron sus últimas palabras. El santuario de amor cariño- samente preparado, en un cuarto fúnebre quedó convertido. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 70 Horas después me marché airosa del lugar con mi hijo aún dormi- do en brazos, reconfortada con el resultado, tal como siempre ocurrió en mis sueños, no sin antes guardar entre las prendas de mi maleta la flamante caja. Mientras tanto, en el suelo de la habitación quedaron, además del cadáver desierto y la venganza esparcida, una nota de com- pra en línea salpicada con sangre que contenía los datos del producto entregado ese día por la mañana: un puñal espléndido, de brillante ace- ro inoxidable, doble filo de 20 centímetros, funda incluida y elegante estuche de madera labrada. 71 Héctor Adrián Ramos López Preparatoria 8 El diablo del Zarape Las fiestas patronales de Villa Concepción o “La Villa”, como también se le conoce al municipio, eran las más concurridas de los poblados de la región de los Altos. Cada año, en el mes de noviembre, se realizaba la peregrinación por calles del pueblo y rancherías cercanas, con la figura de la Santa Virgen del Resplandor, que con su glorioso manto estrellado bendecía las tierras, cosechas y animales. Todos los otoños, desde tiempos distantes, las fiestas de la Santa Virgen llenaban de júbilo a la devota población, que de esta forma ma- nifestaba su infinita gratitud hacia la venerable patrona. Cada familia cooperaba con algo para el sacro certamen. Aunque existieron años en los que se vio en peligro la tradición debido a las prohibiciones que el gobierno del presidente Calles impulsó por toda la república, censu- rando actos religiosos, persiguiendo curas y decretando la separación entre Iglesia y Estado. A pesar del riesgo, la comunidad de La Villa continuó con su pro- pósito. Para la fiesta de 1928 se esperaba que la Guerra Cristera pronto terminara. Se anunció que la culminación del místico onomástico es- taría a cargo de la banda musical regional de Fresnillo y se presagiaba un gran baile a manera de cierre de los festejos. Es por eso que Martina, la hija menor de los Sánchez, quería esca- par a La Villa: deseaba con todas sus fuerzas poderse desplazar desde La Noria, un pequeño rancho donde vivía con sus papás y sobrinos, para el cierre de las fiestas. Ella estaba muy entusiasmada,a pesar de las cuatro horas a pie que separaban a La Villa de La Noria, soñaba con ir a su primer fandango. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 72 La familia Sánchez se mantenía de lo que producían en la pequeña finca, de donde sacaban a duras penas el sustento trabajando la tierra y cuidado unos pocos animales. Las penurias fueron mayores desde la partida de Fermín y Juan, hermanos mayores de Martina, que dejaron la ranchería y a sus cinco hijos pequeños al cuidado de los abuelos, para fortalecer las filas del Santo Ejército Cristero. La joven soñaba despierta y recreaba en su mente cada elemento de la lisonja que incluía recorridos diarios de la figura sagrada de la Virgen del Resplandor y festejos que duraban nueve noches seguidas. Martina se imaginaba caminando entre las callejuelas que desembo- caban en el quiosco central de la plaza, entre los aromas, las ofrendas y vendimias, podía escuchar la seca cacofonía del metate que machuca las carnes para las pacholas; el santo recorrido anegaba los pasillos con puestitos de buñuelos, tepache, pan de maíz horneado, queso seco enchilado, el bullicio de carnitas; la cajeta casera y sudorosas panelas que escurrían como en cascada su suero. El permiso de sus padres ya lo había conseguido, porque su her- mana recién casada vivía rumbo a La Villa, y puso de pretexto visitarla para así fugarse a las fiestas. Aunque existía un obstáculo, el novio de Martina le había prohi- bido moverse de La Noria. Alberto López, hijo de un reputado lati- fundista de la región norte de Jalisco y de una madre que en todo le consentía a pesar de sus 27 años de edad, estaba acostumbrado a que las cosas se hicieran a su modo. Alberto no quería que su nueva amante se acercara a La Villa, lugar donde vivía, pues tenía fama de mujeriego y vaquetón, además la joven se estaba poniendo muy bonita y el novio temía que la cortejaran otros hombres, pues en ese momento ella ya había cumplido los 15 años. A pesar de su oscuro pasado y del inexplicable impulso que le llevaba a ir seduciendo y endulzando el oído de cuanta muchacha conocía, Alberto se había enamorado de la espigada e infantil figura de Martina, de su piel clara germinada de encantadoras pecas, de su ondulado cabello castaño, pero, sobre todo, de sus pacíficos y melan- cólicos ojos, que eran para Alberto como una reminiscencia de los ojos de la Santísima Virgen del Resplandor. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 73 La pareja se veía a escondidas de los padres de Martina, quienes nunca hubieran aprobado la relación. Alberto recorría en el Infierno — su caballo negro y bravío— el borroso camino que retiraba a un pueblo del otro; aprovechaba la soledad de la pradera y la clandestinidad de la noche para penetrar en el cuarto pequeño que quedaba en la orilla del rancho de los Sánchez, donde cada noche Martina cuidaba del sueño de sus cinco sobrinos. Una de esas noches, Martina le expresó nuevamente su intención de viajar a La Villa para visitar a su hermana, pero Alberto se enojó y le prohibió groseramente que fuera. El temor que Martina podía tener al disgusto de su novio fue vencido por su deseo de asistir a las fiestas, ella tenía la esperanza de no encontrarlo y acordó con su mamá el relevo nocturno en el cuarto de los niños. La noche del baile, Alberto se sentía culpable de haber gritado y maltratado a la chiquilla que era su novia y decidió sorprenderla con una de sus esporádicas visitas nocturnas a La Noria. Transitaron sigilosos jinete y caballo, disueltos en una sola sombra, se movían tan silenciosos como cuando desciende el rocío sobre el campo. El hombre, ataviado con un pardo zarape, se acercó a la casa de Martina, brincó la cerca y se dirigió al cuartito sin hacer ruido. Gus- toso y deseando como nunca el calor corporal de Martina, se acercó sin perder tiempo y se recostó junto a aquel cuerpo que descansaba oculto bajo las sábanas. —Aquí estoy, he venido por ti para llevarte a dar un paseo sobre mi querido Infierno —dijo Alberto, susurrándole al oído. Doña Soledad despertó con aquel rumor, reponiéndose enseguida de la apacible duermevela, para descubrir espantada que había alguien tendido junto a ella, una enorme y oscura silueta, que en ese momento ya esculcaba con las manos en su pecho y entrepierna. Alberto tardó unos instantes en notar ciertas diferencias entre la carne que tocaba y la que le era conocida, le pareció flácido el duro, aunque naciente, pecho de su amada, también sintió floja la piel de las piernas que tanto anhelaba. La zozobra del invasor se convirtió en espanto cuando los gritos de doña Soledad se regaron por todo el jacal, despertando a los chi- Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 74 quillos. Los aterrados alaridos se podían escuchar por toda La Noria, hasta que despertaron a don Jacinto, que no tardó en incorporarse y apañar el rifle. —¡Ave María purísima! ¡Ave María! ¡Es el diablo! —vociferaba doña Soledad. El aturdido Alberto agitaba su zarape para apagar los cerillos con los que la anciana pretendía aluzar el cuarto. Cada que se escuchaba el rechinar del fósforo sobre la lija, era interrumpida la combustión con una fuerte ventisca que ocultaba la búsqueda frenética de la puerta. Cuando don Jacinto ya se aproximaba a toda velocidad, los gritos de los infantes ya se sumaban a los de su abuela en medio de aquella rampante oscuridad. —¡Santo Cristo redentor, sálvanos del Demonio! —gritaba la an- ciana desesperada. Se escuchaban entrecortados los rezos de los niños, cuando Al- berto por fin pudo encontrar la manija. Al salir, identificó la silueta de don Jacinto que se acercaba. En ese momento lo único que se le ocurrió fue encorvar su cuerpo, cubrirlo con el zarape y gatear sobre sus cuatro extremidades, como si su complexión mutara a la de algún animal o bestia. Impactado por la imagen de lo que le pareció una figura infernal, don Jacinto solamente tiró dos balazos al aire, mientras que aquel bulto se perdía brincando la cerca e internándose en la arboleda. Martina guardó silencio cuando sus padres le contaron la siniestra experiencia que aconteció en su ausencia. —De veras, mijita, el mismito diablo vino a espantarnos para que tus hermanos dejen de defender la fe —dijo la vieja convencida. —Yo le disparé varias veces, pero los poderes del maligno desvia- ron los plomos —completó el anciano padre. —La Providencia y la Santísima Trinidad me protegieron de que me llevara arrastrando a las llamas del infierno. —Martina, no volverás a dormir sola con las criaturas en ese cuar- to del rincón. Alberto López y su caballo no volvieron a aparecerse nunca por La Noria. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 75 Hasta el último de sus días, los viejos contaron la historia de la perversa noche en que el diablo se hizo presente en sus tierras, como consecuencia del santo sacrificio de sus hijos, sobre todo después de que fueron fusilados junto con otros alzados por un batallón militar en Zacatecas meses después de la aparición. 76 Jorge Alberto Muñoz Santana Preparatoria 5 Escrito por una IA Para Daniela, por plantearme esta incógnita —La inteligencia artificial creará arte en el futuro. De hecho, podría decirse que ya lo hace —declaró Kevin, y bebió un sorbo de su cerveza. —No concuerdo —respondió Diego, negando firmemente. —¿No? Las IA se encargan de crear imágenes, videos, música. Existen aplicaciones para presentarte como un superhéroe, un villano, Drácula o lo que te imagines. —Eso no es arte, es solo la representación gráfica —interrumpió Diego—. Sería arte si el creador plasma en ella su visión del mundo, sus ideales. Los dos amigos se encontraban en un bar, era una tarde de viernes, después del trabajo. Kevin, quien trabajaba como ingeniero para una compañía de seguridad, había planteado la premisa del arte vs. la inteligencia artificial. En cambio, Diego, como unprofesor de lengua y literatura, se apegaba al sentido humano de las creaciones artísticas. —El otro día me encontré esta canción —Kevin sacó su celular y reprodujo una melodía. Era una famosa canción ranchera interpre- tada por Madonna—. Esto te parecerá un cover, pero no lo es, una IA se tomó la libertad de remezclar la canción para que parezca que ella está cantando. Diego tuvo que admitir que la canción sonaba bien, pero que, de alguna u otra forma, era evidente que no era una canción grabada por una persona real, sino que presentaba ciertas entonaciones robóticas y carentes de emoción. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 77 —Que no te sorprenda que a final del año tengamos nueva mú- sica de Michael Jackson, y no puedes negar que cualquier canción de Michael Jackson es arte. Terminaron sus cervezas y terminaron la discusión. Diego se des- pidió de él y se dirigió a casa. Sabía que no debía molestarse por las cosas que le decía su amigo, pero una parte de él se había inquietado. ¿Sería posible que en el futuro los cantantes, pintores, arquitectos e incluso escritores fueran reemplazados por una máquina? Parecía una premisa de una novela antigua de ciencia ficción. Quizá existiera una aplicación para crear música, ¿pero existiría alguna que creara histo- rias desde cero? Al llegar a su departamento, en lugar de dirigirse a su habita- ción, se enfiló al escritorio y encendió la computadora. Iba a buscar información para demostrarle a su amigo que las IA no gobernarían el mundo; sin embargo, uno de los resultados que lanzó la página de búsqueda lo dejó boquiabierto. Un enlace que presumía de contar con una inteligencia artificial capaz de escribir todas las historias posibles. ¿Querías escribir sobre zombis? Solo debes teclear cinco palabras clave y la historia con múltiples finales aparece frente a tus ojos en cuestión de segundos. Diego leyó las instrucciones con incredulidad. Para que una his- toria se escribiera de principio a fin se necesitaban varios puntos im- portantes; además de la idea, claro. Tenías que contar con una buena trama, un argumento, inspiración y lo más importante: alma creativa. Un ser sin alma era incapaz de redactar una historia. ¿Qué podía escribir una máquina? Después de una noche de mal sueño, abrió los ojos y una idea cruzó su mente. Encontrar esa página web que aseguraba historias en segundos lo había obsesionado; por eso, al despertar lo decidió: competiría con la misma máquina. Elegiría un tema similar, teclearía cinco palabras clave, y antes de ver el resultado él escribiría una historia con el mismo tema. El tema elegido era el amor. Algo cliché, pero —sin duda— para escribir sobre amor, uno debía de vivirlo, experimentarlo, sentirlo, sufrirlo. Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 78 Con una taza de café en la mano se acercó hasta su escritorio, en- cendió la computadora, ingresó a la página y escribió las cinco palabras clave: amor, deseo, vehemencia, pasión, infidelidad. Diego presionó la tecla Enter y al instante la pantalla se llenó de un texto que no quiso leer. Bloqueó el aparato y tomó una libreta para escribir a mano, no había nada más humano que escribir a mano. Tenía que comenzar con su historia. La noche del domingo, después de cancelar sus planes, Diego tenía su historia de amor terminada. Se había inspirado en situaciones amo- rosas reales para brindar verosimilitud a la narración. Transcurrieron varias semanas. Orgulloso de su cuento, se negaba a leer la historia creada por la IA. La siguiente vez que vio a su amigo, le confesó su obsesión por la aplicación y por combatirla. Kevin le pidió que le mostrara ambos cuentos, con fines prácticos de comparación. Con recelo, Diego compartió ambos archivos. Después de una lectura rápida, Kevin tenía la solución: —Tenemos que mandar ambos cuentos a un concurso. Con un jurado especializado. Diego asintió, no se le había ocurrido. De esa manera podría demos- trar de una vez por todas que su historia era mucho mejor por el simple hecho de haber sido escrita por una persona con alma. Consiguieron la convocatoria de un concurso estatal y, utilizando seudónimos, Diego envió su propio cuento y Kevin envió el cuento creado por la IA. Diego se sentía seguro de sí mismo; no obstante, seguía sin haber leído la historia rival, no necesitaba hacerlo para saber que sin duda su cuento le ganaría en aquel concurso. La noche antes de la publicación de resultados, Diego perdió el sueño, y aunque estuvo tentado a cono- cer aquel relato, no lo leyó. El sonar del teléfono lo despertó de su letargo. Diego, con el cue- llo contracturado por la posición en la que había dormido frente a la computadora, contestó esperanzado recibir la buena noticia. —¡Diego! —exclamó Kevin desde el otro lado de la línea— ¡Gané! ¡Gané el concurso de cuento! Sin decir palabra, Diego ingresó a la página web de la convoca- toria. El primer lugar pertenecía al título y seudónimo del cuento sin Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 79 alma escrito por la inteligencia artificial. Revisó el segundo, tercer, cuarto y quinto lugar, pero su propio cuento no estaba presente ni siquiera en las menciones honoríficas. ¿Cómo era posible que un cuento realizado por una página web sin alma ni creatividad se hubiera llevado el premio al primer lugar? Seguramente Kevin había tenido algo que ver, tenía dinero de sobra, por lo que la idea de un soborno era posible. —¿Diego? ¿Estás ahí? —preguntó Kevin— ¿Escuchaste lo que dije? —Tengo que colgar, Kev, felicidades… Su amigo iba a agregar algo más, pero él cortó la llamada. No era posible, tenía que leer aquel cuento nefasto, ¿qué era lo que había con- vencido a los jueces de elegirlo? Abrió el documento en su computadora y empezó a leerlo. Fue su peor error. Conforme las palabras pasaban ante sus ojos se sorprendía más y más. El cuento era una verdadera obra de arte. Desde la presen- tación de los personajes, el planteamiento del problema, el nudo y ni hablar del sorprendente desenlace. No podía ser posible. Eso daba un giro a todos los argumentos que había conseguido en contra de las IA, ¿qué diría ahora Kevin? Sin duda se burlaría de él. No, no iba a rendirse, no ahora, no con una postura que defender. Se sentó frente a la computadora y comenzó a escribir. Pasaron los días. Diego pasaba las tardes libres y los fines de sema- na frente a la computadora, escribiendo y perfeccionando historias. A la par creaba una historia similar con la IA, las comparaba y cuando se daba cuenta que su historia era peor gritaba desconsolado, abría un nuevo documento y comenzaba a escribir. Meses después, se reunió con Kevin en el mismo bar. Diego estaba desaliñado, ojeroso y no se había cortado el cabello. A su amigo le sorprendió verlo en ese estado, se preocupó por él, y más aún cuando lo escuchó hablar. —Estoy arruinado, Kev, la inteligencia artificial es mejor que yo. —Diego, olvida ese tema, fue una conversación de hace… —Llevo semanas intentando escribir un cuento mejor que la mal- dita computadora y no he podido. El estúpido concurso fue el comien- zo de mi ruina. Deberías leer los bodrios que escribo, merecen ser escupidos, destrozados, tirados a los perros, pero esa IA, esa grandiosa Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS 2023 80 IA es la creadora del universo. Cada relato, cada frase y palabra son perfectas, conoce los posibles finales a todas las posibles historias. Esa IA es el multiverso dentro de un mismo espacio, todo está relacionado y yo soy un simple espectador del arte del siglo XXI. Es momento de aceptarlo, los artistas ya no somos nada, quizá nunca lo fuimos, sim- ples seres miserables que vivimos miserables y morimos miserables. Es momento de rezarle a la IA, la creadora, la diosa… Kevin no tuvo el valor de interrumpirlo, su amigo había perdido la razón. Elevaba su voz con vehemencia, las personas a su alrededor
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