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RETOS. Nuevas Tendencias en Educación
Física, Deporte y Recreación
ISSN: 1579-1726
feadef@feadef.org
Federación Española de Docentes de
Educación Física
España
López Pastor, Víctor M.; Monjas Aguado, Roberto; Gómez García, Jesús; López Pastor, Esther M.;
Martín Pinela, Juan F.; González Badiola, Javier; Barba Martín, José Juan; Aguilar Baeza, Rebeca;
González Pascual, Marta; Heras Bernardino, Carlos; Martín, Maria Isabel; Manrique Arribas, Juan
Carlos; Subtil Marugán, Patricia; Marugán García, Laura
LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICA. Revisión de modelos tradicionales y planteamiento de
una alternativa. La evaluación formativa y compartida
RETOS. Nuevas Tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación, núm. 10, julio-diciembre,
2006, pp. 31-41
Federación Española de Docentes de Educación Física
Murcia, España
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=345732275003
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Número 10Número 10Número 10Número 10Número 10 RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 3 13 13 13 13 1
Este artículo está organizado en tres partes. En la primera realizamos un análisis crítico de los
modelos tradicionales de evaluación-calificación en Educación Física, de un modo muy sintético. Son
diez buenas razones para intentar superarlo lo antes posible. En la segunda parte analizamos las
relaciones que existen entre el modelo de evaluación que se lleva a cabo, el Discurso de EF que se
defiende y la Racionalidad Curricular en que basamos nuestra práctica docente. Por último, en la
tercera parte presentamos una propuesta alternativa, que denominamos «Evaluación Formativa y
Compartida». Entendemos que esta propuesta posee un mayor valor pedagógico. Hemos comprobado su
viabilidad y adecuación, contrastándola en la práctica educativa durante los últimos doce años.
Palabras clave: Evaluación en Educación Física, evaluación formativa, evaluación compartida, dis-
curso de Educación Física, racionalidad y currículum.
LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICALA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICALA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICALA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICALA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICA
Revisión de modelos tradicionales yRevisión de modelos tradicionales yRevisión de modelos tradicionales yRevisión de modelos tradicionales yRevisión de modelos tradicionales y
planteamiento de una alternativa.planteamiento de una alternativa.planteamiento de una alternativa.planteamiento de una alternativa.planteamiento de una alternativa.
La evaluación formativa y compartidaLa evaluación formativa y compartidaLa evaluación formativa y compartidaLa evaluación formativa y compartidaLa evaluación formativa y compartida
Víctor M. López Pastor (coordinador), Roberto Monjas Aguado, Jesús Gómez García, Esther M. López
Pastor, Juan F. Martín Pinela, Javier González Badiola, José Juan Barba Martín, Rebeca Aguilar Baeza,
Marta González Pascual, Carlos Heras Bernardino, Maria Isabel Martín, Juan Carlos Manrique Arribas,
Patricia Subtil Marugán, Laura Marugán García
Grupo de trabajo internivelar de investigación-acción en Educación Física de Segovia.
(E. U. Magisterio de Segovia � Centro Buendía de la Universidad de Valladolid)
Este trabajo pretende ofrecer una alternativa
al modelo tradicional de evaluación en Educación
Física (EF). Entendemos que existen diez buenas
razones para superarle lo antes posible y avanzar
hacia modelos de evaluación en nuestra materia con
un carácter claramente formativo y educativo. Por
eso, en un primer apartado realizamos una crítica
al modelo tradicional de evaluación-calificación en
EF que, a pesar de las múltiples incoherencias edu-
cativas que posee sigue siendo el más utilizado en
la práctica educativa y el más enseñado en la for-
mación inicial del profesorado de EF.
A continuación explicamos como el los sistemas
de evaluación que ponemos en práctica en Educa-
ción Física están fuertemente relacionados con las
formas de entender nuestra materia (Enfoques y
Discursos de EF), con el modo de utilizar un tipo
de Currículum u otro, así como con la Racionalidad
Educativa en que se basan nuestros planteamien-
tos teóricos y nuestro conocimiento práctico.
Por último, presentamos la propuesta de evalua-
ción que hemos venido desarrollando y contrastan-
do en los últimos doce años y que ha demostrado
ser viable, adecuada y coherente a la hora de avan-
zar hacia enfoques y prácticas de EF de mayor
calidad educativa. Denominamos a esta propuesta:
«Evaluación Formativa y Compartida»1. Estamos
convenidos de que puede ser una forma lógica y
coherente de evaluar cuando se están desarrollan-
do metodologías, propuestas, enfoques y/o progra-
mas de EF alternativos, superadores del modelo tra-
dicional de EF, enfocado al rendimiento físico �
deportivo. Si hemos optado por modelos de apren-
dizaje activo y participativo, que modifican las for-
mas habituales de trabajo entre el alumnado y en-
tre el alumnado y el profesorado, lo lógico es que
avancemos también hacía fórmulas colaborativas y
formativas de evaluación.
Autores
Resumen
Introducción
© Copyright: 2006 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF)
ISSN: Edición impresa: 1579-1726. Edición Web 1988-2041 (www.retos.org)
RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 10 Número 10 Número 10 Número 10 Número 103 23 23 23 23 2
Cuando hablamos del «modelo tradicional de
evaluación en EF» nos estamos refiriendo a la uti-
lización sistemática de test de condición física y/
o habilidad motriz para calificar al alumnado al
final de un trimestre o curso en el área de EF.
Normalmente, las calificaciones del alumnado se
obtiene a partir de sus resultados en dichos test; o
al menos un porcentaje de las mismas. Aunque so-
bre este aspecto existe cierta variedad de casos,
según los porcentajes aplicados, las tablas norma-
lizadas o los criterios de progresión aplicados.
Entendemos que hay diez grandes razones para
dejar de aplicar los habituales test de condición
física (y/o habilidad motriz) como forma de cali-
ficación del alumnado en el área de EF. A conti-
nuación vamos a enunciarlas y explicarlas breve-
mente2:
En los últimos quince años, diferentes autores
han realizado numerosas críticas a la utilización
de tests de condición física como sistema de eva-
luación en EF. Las principales son las siguientes:
En Arnold (1991: 177) podemos encontrar algu-
nas de las deficiencias específicas de los tests
referidos a la norma, cuando se utilizan en la es-
cuela.
En Devís y Peiró (1992: 33-35; 1993: 64-66)
puede encontrarse una recopilación de las críticas
que numerosos autores realizan sobre la utiliza-
ción de tests de condición física para medir la sa-
lud en programas de EF y salud (fundamentalmen-
te centradas en la falta de coherencia entre las
finalidades y los instrumentos de evaluación utili-
zados). Posteriormente Almond (2000) también rea-
liza una crítica a la utilización de test de condi-
ción física como sistema de evaluación en los pro-
gramas de EF y salud; dada su escasa adecuación
para la evaluación de la salud física de los indivi-
duos. También presenta una serie de propuestas
alternativas.
Por su parte, Blázquez (1994: 173-174) recoge
seis aspectos críticos sobre la utilización tradi-
cional de los testscomo sistema de evaluación en
EF. Se trata de una recopilación de aspectos fun-
damentalmente técnicos, en algunos casos, desde
la lógica interna deportiva.
En Méndez (2005: 39) pueden encontrarse las
cuatro principales críticas respecto al uso de tests
de habilidad para evaluar el rendimiento del jue-
go. Están basadas en los trabajos que realizan al-
gunos de los principales autores del modelo com-
prensivo de juegos deportivos.
Por nuestra parte, hemos realizado diferentes
trabajos donde se critica la patología e incoheren-
cia que supone la utilización de este sistema de
evaluación-calificación en nuestra área (López y
otros, 1994, 1999, 2006).
Si el modelo de EF que se desarrolla en los cen-
tros fuera coherente con este enfoque evaluativo-
calificativo que se utiliza, la EF se reduciría al
entrenamiento de la Condición Física y la ejecu-
ción de determinadas Habilidades Motrices. Ade-
más, las finalidades de la EF deberían reducirse
al logro de objetivos operativos conductuales par-
cializados y analíticos (de modo que puedan ser
objeto de medición), imposibilitando el logro de
objetivos más complejos, genéricos y formativos.
Dicho de otra manera: la EF debería dedicarse a
entrenar cuerpos, no a educar personas en, desde
y para los aspectos concerniente al ámbito físico-
motriz.
Bajo este enfoque sólo se evalúan los objetivos
y los contenidos más simples, fáciles y triviales, ya
que los test e instrumentos de evaluación denomi-
nados «objetivos», y las situaciones de evaluación
denominadas «experimentales», sólo miden (¿eva-
lúan?) los niveles de práctica (¿aprendizaje?) más
básicos y simples. ¿Significa esto que sólo se en-
señan los contenidos más simples y analíticos, dado
que son los fácilmente medibles de forma «objeti-
va»?.
Las fases más complejas y «ricas» del gesto
motor (percepción y decisión) se obvian. Lo mismo
ocurre con el resto de características personales,
afectivas, sociales y contextuales que se hallan
imbricadas. Dada la imposibilidad, o seria dificul-
1. Análisis crítico del modelo
tradicional de evaluación-
calificación en Educaicón Física.
Razones educativas que hacen
urgente su superación
1.1. Criticas encontradas en la
bibliografía sobre la utilización
de test de condición física como
sitema evaluador en EF
1.2. Se produce un grave
reduccionismo de la EF
1.3. Se superficializa
el aprendizaje
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tad, de «medirlas cuantitativamente», ni siquiera
se tienen en cuenta.
Este tipo de planteamientos y aplicaciones de
la «tecnología didáctica» genera un grave proble-
ma: es la evaluación la que decide y define los ob-
jetivos y contenidos de aprendizaje, en vez de ser
al revés, como debería ocurrir en todo proyecto
educativo.
En la mayoría de los casos, estos sistemas de
evaluación se utilizan para calificar numéricamen-
te, de forma impersonal, con aparente asepsia, y
bajo falsa presunción de objetividad. No hay nin-
guna, o muy escasa, intencionalidad educativa ni
formativa. Se recurre a ellos cuando se hace nece-
sario emitir una calificación, porque es lo fácil y
cómodo; incluso aunque no se corresponda con los
objetivos y contenidos desarrollados. También pue-
de recurrirse a ellos porque poseen un aura de
neutralidad y solución técnica que evita cualquier
tipo de reclamación o implicación personal.
Una vez más, puede observarse la aplicación del
mundo del deporte a la EF, puesto que a la hora de
la evaluación (calificación) el profesor (entrena-
dor) desempeña funciones de juez deportivo. Es-
tas funciones son: medir, cronometrar y tabular
resultados. Habría que plantearse entonces para
qué estudiar cinco años en la universidad, cuando
desde el mundo deportivo se pueden formar «jue-
ces» en dos semanas. O bien, si esta función medi-
dora -tabuladora-calificadora no podría ser des-
empeñada por otra persona cualquiera con una for-
mación mínima, sin alterar en absoluto las condi-
ciones de «objetividad y cientificidad».
Las finalidades más formativas y educativas de
la EF, así como las características más valiosas y
complejas del movimiento humano, no pueden me-
dirse con los tests físicos y motrices. ¿Qué suele
pasar entonces cuando la predominancia de un
modelo de evaluación en EF se reproduce curso
tras curso y generación tras generación? Quizás,
que un porcentaje considerable del profesorado
de EF opte por una de las siguientes dos solucio-
nes:
- o se limita a enseñar (entrenar) lo fácilmente
medible y registrable,
- o lleva a cabo un diseño curricular más com-
plejo y educativo que no evalúa, pues cuando
llega la hora de la calificación se ajusta al mo-
delo dominante de tests de rendimiento físico,
concuerde o no con el currículum desarrollado
en ese periodo de tiempo.
Ninguna de las dos soluciones parece acepta-
ble, desde un planteamiento didáctico medianamen-
te lógico y responsable.
Una de las críticas más claras que pueden ha-
cerse a muchas de las pruebas y test físicos que se
aplican actualmente es su falta de cientificidad al
aplicarlos al mundo escolar. Esto es, el incumpli-
miento de los criterios de verdad y rigor científi-
co por que se rigen (validez interna y externa, fia-
bilidad y objetividad), incluso con las finalidades
de rendimiento y selección deportiva a que dicen
servir.
Otro de los aspectos más claramente recogidos,
es la reconocida dificultad de «objetivizar» la
evaluación de la mayoría de las habilidades motri-
ces y deportivas; lo cual ha conducido al desarro-
llo de la metodología científica de la observación
sistemática, que resulta difícilmente aplicable a las
situaciones habituales de trabajo del profesorado
de EF.
Probablemente, el mayor problema resida en esa
obsesión por la «objetivación», por el cumplimien-
to de las normas del racionalismo positivista, por
querer aplicar a un mundo tan complejo y cambian-
te como la educación los esquemas de las ciencias
naturales.
A lo largo de las últimas décadas han ido sur-
giendo diferentes argumentos que defendían la
necesidad de este tipo de enfoques evaluativos
para que nuestra asignatura aumentara su estatus
académico. Algunos son los siguientes:
A - Por el halo de rigor, cientificidad y objeti-
vidad que parecen dar los números, los tests y la
cuantificación mecánica. Pero aún en ese caso, los
1.6. Sobre la acientificidad del
proceso de aplicación sobre
objetivos complejos
1.7. La evalucación y
la búsqueda de estatus en EF
1.4. Su utilización es
meramente calificadora
1.5. La adecuación entre la
finalidad de la EF y los
intrumentos de evaluación
utilizados
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sistemas de evaluación predominantes en EF come-
ten una fuerte y grave incoherencia respecto a las
asignaturas de mayor estatus académico; ya que se
mide lo que se es, en vez de lo que se aprende so-
bre los contenidos impartidos.
B - La realización de exámenes teóricos y algu-
nas cuestiones a plantearse. Una de las estrate-
gias desgraciadamente más extendidas ha sido la
de dedicar cierto número de sesiones al dictado
de apuntes, para posteriormente hacer exámenes
«teóricos» de EF.
Plantearemos nuestras críticas a este tipo de
prácticas mediante una serie de preguntas:
- ¿hasta que punto se evalúa la comprensión y el
conocimiento práctico que esos alumnos poseen
sobre algunos contenidos y experiencias, o más
bien lo evaluado es su capacidad memorística
para retener y reproducir unosconceptos?
- ¿qué contenidos son los que normalmente se
«dictan» y se «evalúan» para estos exámenes?
¿A qué modelo de EF pertenecen?
- ¿porqué copiamos las características menos
educativas de las otras materias, en vez de ha-
cerlo al revés?
Al igual que Kirk (1990: 78) consideramos que
el estatus de la asignatura crecerá por la calidad
educativa de su práctica y las convicciones y cali-
dad pedagógica de su profesorado, y no mediante
la implantación de exámenes y de contenidos aña-
didos (conocimiento «científico» biomédico).
En un interesante y reciente trabajo, Velázquez
y Hernández (2005: 11-12) analizan cómo las acti-
vidades de evaluación de nuestra disciplina aca-
ban perfilando una imagen pedagógica y social de
la misma, tanto en el contexto escolar como en el
social. Lógicamente, las fuertes contradicciones
que existen entre lo que debería ser la EF, y la
evaluación predominante del aprendizaje del
alumnado que se realiza, no suelen hablar dema-
siado bien de nuestra materia, ni aportar mucho a
su mayor reconocimiento. Estos autores explican
cómo muchas de las prácticas habituales de eva-
luación en EF no responden a los objetivos curri-
culares y carecen de relevancia educativa. Esto
hace que se genere una visión social de la asigna-
tura de bajo prestigio.
La mayoría de los procesos tradicionales de
evaluación-calificación requieren una considera-
ble cantidad de tiempo para realizarse. Tiempo que
se resta del dedicado al proceso de enseñanza-
aprendizaje; así como del que pudiera dedicarse a
la realización de una evaluación formativa.
En mucha ocasiones hemos podido comprobar
cómo el número de sesiones dedicadas específica-
mente a la evaluación sumativa es algo menor, igual,
o incluso superior (según los casos), que el de se-
siones dedicadas a actividades de enseñanza-
aprendizaje. Existen centros en que un elevado
número de las sesiones de cada trimestre se dedi-
can a la realización de este tipo de evaluación, como
oportunidad de «recuperación»; y el alumnado que
ya ha superado las pruebas, puede dedicarse a la
denominada: «actividad libre», «deporte libre», o
«jugar un partidillo o pachanguita».
Tanto si analizamos la realidad docente como
la literatura especializada, lo que si parece claro
es que la evaluación en EF basada en la aplicación
de tests y pruebas de rendimiento físico y motriz
es la que más tiempo de enseñanza consume. ¿Será
precisamente esta otra de las razones de su man-
tenimiento? ¿Cuál es entonces la cuestión?...
A continuación presentamos algunas posibles:
- ¿Nos sobra tiempo de práctica motriz?
- ¿Es más importante «medir» y comprobar los
resultados del alumno, que enseñarle y qué fa-
cilitarle experiencias y oportunidades de movi-
miento y conciencia corporal?
- ¿No es posible realizar la evaluación a través
de las actividades cotidianas de enseñanza-
aprendizaje, sin tener que dedicar tantas se-
siones a este fin específico?
- ¿Nuestra profesión consiste en enseñar y fa-
vorecer aprendizajes, o en controlar, medir,
registrar, calificar y seleccionar?
Paralelamente al resto de cuestiones, suele exis-
tir cierto temor a adentrarse en otros procesos de
evaluación; bien de otros contenidos, bien con di-
ferentes metodologías, supuestamente menos ob-
jetivas y medibles; así como involucrarse en proce-
sos evaluativos que suponen un mayor compromiso
personal, como la evaluación compartida. En mu-
chos casos dichos temores se deben, fundamental-
mente, a una falta de formación o al desconoci-
miento de recursos para llevarlos a cabo.
1.8. La disminución del tiempo
de enseñanza-aprendizaje
1.9. El desconocimiento y el
temor a adentrarse
en otros sistemas
de evaluación-calificación
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Si la evaluación de la EF se reduce a la medi-
ción de la condición física, por la dificultad que
presenta medir habilidades motrices y, dado que
las mejoras en el desarrollo de ésta no pueden ser
debidas exclusivamente a las sesiones de EF en
sus condiciones actuales (estadísticamente hablan-
do),... siguiendo el mismo razonamiento, debería-
mos plantearnos por qué no incluir también en la
evaluación-calificación la medición antropométri-
ca del alumnado (talla, peso, envergadura, etc...),
y su tabulación según las tablas normalizadas de
población.
Quizás a través de este razonamiento resulte
más obvio que estamos evaluando LO QUE SE ES,
en vez de LO QUE SE APRENDE. Y una vez en ese
punto, deberíamos preguntarnos seriamente... ¿Qué
sentido educativo tiene todo esto?
Los modelos y discursos existentes de Evalua-
ción en Educación Física no constituyen entes ais-
lados ni separados, como a veces puede parecer,
sino que están fuertemente relacionados con mo-
delos, discursos, paradigmas y racionalidades más
amplias y complejas, que son las que les dan senti-
do y coherencia (o se la quitan) en la práctica edu-
cativa cotidiana.
En este sentido, el modelo tradicional de eva-
luación-calificación en EF, que hemos analizado y
criticado en el anterior apartado, corresponde de
una forma clara y evidente con discursos y enfo-
ques de «EF orientada al rendimiento», así como
con un currículum por objetivos y una racionalidad
técnica. Por pura coherencia, si nuestros enfoques
de EF son diferentes, dicho sistema de evaluación-
calificación no nos vale; al igual que tampoco nos
valdría si fuera diferente nuestra racionalidad
educativa y/o nuestra forma de entender y utili-
zar el currículum.
Cuanto antes tengamos claras dichas relacio-
nes, más fácil será ganar en coherencia, tanto en
nuestra práctica como en los modelos teóricos en
que apoyamos nuestro trabajo cotidiano.
Vamos a explicar brevemente dichas relaciones,
a través de un esquema-resumen (ver tabla I), de
forma que puedan comprenderse de forma rápida
y clara.
 Como puede comprobarse en la Tabla I, el mode-
lo o sistema de evaluación que se elige y se practica
está fuertemente relacionado con otros aspectos di-
dácticos más complejos, como el «enfoque curricu-
lar», el «discurso de Educación Física» y la «racio-
nalidad educativa» en que nos basamos. Esto es, la
Evaluación forma parte de marcos conceptuales más
amplios; no sólo en lo que se refiere al modelo de
Educación Física en que se apoya (Discursos de Ren-
dimiento versus Discursos Educativos y de Participa-
ción), sino también en el tipo de currículum («Pro-
gramación por Objetivos» versus «Currículum cómo
Proyecto y Proceso»), y de planteamiento educativo
(Educación «bancaria», «instructora», «reproduc-
tora», «transmisora»... versus Educación «democrá-
tica», «comprensiva», «activa», «dialógica»...).
2.1. Las relaciones entre el
modelo de evaluación que se
practica, el discurso de EF en
que se cree y la racionalidad
curricular en que nos apoyamos
2. Evaluación, racionalidad y
curriculum en Educación Física
1.10. Siguiendo el razonamiento,
¿por qué no medir otras
variables?
TABLA I. MARCOS DE RACIONALIDAD Y EDUCACIÓN FÍSICA 
(Elaboración propia, a partir de López, Monjas y Pérez, 2003)
ASPECTOS RACIONALIDAD TÉCNICA RACIONALIDAD PRÁCTICA 
Interés, Racionalidad 
INSTRUMENTAL, 
 centrado en los medios 
PRÁCTICO, ÉTICO, 
 centrada en los valores. 
DISCURSO ED. FÍSICA 
(perspectiva, modelo
DE RENDIMIENTO INCLUSIVO, participativo � educativo 
ENFOQUE CURRICULAR Currículum por objetivos Currículum como Proyecto y Proceso 
EVALUACIÓN EN 
EDUCACIÓN FÍSICA 
- La evaluación como medición, 
control, calificación y/o poder. 
- Obsesión por la �objetividad�. 
- Utilización de Tests de Condición 
Física y habilidad motriz y 
deportiva sobre ejecuciones 
técnicas concretas. 
- Evaluación como diálogo, comprensión y mejora. 
- Se da más importancia al proceso que a los resultados. 
Preocupaciónpor los procesos de desarrollo personal y grupal. 
� Metodología predominantemente cualitativa y enfocada a la 
mejora de los aprendizajes y procesos. 
- Participación del alumnado en la evaluación. 
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RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 10 Número 10 Número 10 Número 10 Número 103 63 63 63 63 6
Nosotros diferenciamos entre Racionalidad
Técnica (o instrumental, o centrada en los me-
dios) y Racionalidad Práctica (o ética, o centra-
da en los valores).
Cada una de ellas da lugar a planteamientos y
prácticas de Evaluación y Enseñanza de la Educa-
ción Física marcadamente diferentes, si no opues-
tas; dado que están basadas en planteamientos ideo-
lógicos y profesionales muy distanciados. En con-
creto, nosotros diferenciamos entre dos grandes
concepciones curriculares en la enseñanza de la
EF; dos grandes formas, opuestas entre sí, de en-
tender y practicar la EF3: La EF orientada al ren-
dimiento físico-deportivo, y La EF orientada a la
educación y la participación (EF. inclusiva).
Esta clasificación está relacionada directamente
con las dos concepciones curriculares existentes:
el Currículum por objetivos versus el Currículum
como Proyecto y Proceso.
En la mayoría de las publicaciones sobre Eva-
luación en EF no se entra en las cuestiones que
acabamos de comentar, sino que suelen limitarse a
los aspectos más superficiales. Por ejemplo: si la
evaluación debe ser «objetiva» o «subjetiva», o
«cuantitativa» o «cualitativa»; o cuando se vuelve
a repetir, una y otra vez, la errónea clasificación
de «evaluación inicial, formativa y sumativa»; o
cuando parece que el único tema a debatir es que
porcentaje de calificación hay que aplicar a cada
uno de los tipos de contenido4. Lo que nosotros
entendemos es que, si no se tienen claras las rela-
ciones explicadas entre evaluación, discurso, cu-
rrículum y racionalidad en EF, nos estaremos limi-
tando a reproducir sistemas y modelos de evalua-
ción cuyo sentido y significado ignoramos y que
suelen generar fuertes incoherencias en las prác-
ticas educativas cotidianas. Incoherencias que «re-
chinan» y que suelen dificultar considerablemen-
te el perfeccionamiento profesional.
En la Tabla II explicamos, de forma muy resu-
mida, cómo la diferenciación que aparece en la
mayoría de las publicaciones sobre evaluación en
EF (evaluación objetiva versus evaluación subjeti-
va), es en realidad un falso debate, tras el que
subyacen otros enfrentamiento, debates y dilemas
a diferentes niveles de complejidad:
a) a nivel metodológico, entre la metodología
cuantitativa vs. la cualitativa;
b) a nivel de formas de entender la Educación
Física, entre enfoques de rendimiento vs. de
participación;
c) a nivel de concepciones curriculares, entre
programación por objetivos vs. currículum como
proyecto y proceso;
d) a nivel de marcos de Racionalidad, en que se
apoya y adquiere mayor sentido todo lo ante-
rior, entre Racionalidad Técnica vs. Racionali-
dad Práctica.
De las diferentes experiencias y procesos de
evaluación que hemos generado en estos años, los
dos aspectos que consideramos más importantes son:
2.2. La necesaria superación
de los falsos debates sobre
evaluación en EF
3. Nuestra propuesta de
evaluación e Educación Física.
La evaluación formativa y
compartida. Resultados de su
puesta en práctica
TABLA II. LOS NIVELES DE DICOTOMÍA DIDÁCTICA EN LA TEMÁTICA 
DE LA EVALUACIÓN Y EDUCACIÓN FÍSICA 
(Elaboración propia a partir de López et al., 1999, 2006). 
EVALUACIÓN 
 OBJETIVA aparente SUBJETIVA 
 Enfrentamiento 
METODOLOGÍA CUANTITATIVA divergencia CUALITATIVA Real 
ENFOQUES DE 
EDUCACIÓN FÍSICA 
 DOMINANTE enfrentamientos ALTERNATIVOS 
 (rendimiento) que subyacen (participativo, inclusivo) 
CONCEPCIÓN 
CURRICULAR 
CURRÍCULUM POR CURRÍCULUM COMO 
 OBJETIVOS PROYECTO Y PROCESO 
 Basados en las 
RACIONALIDAD Dicotomías 
 TÉCNICA PRÁCTICA 
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- El esfuerzo por desarrollar una Evaluación
eminentemente Formativa en EF.
- El interés por desarrollar procesos e instru-
mentos que faciliten la realización de una Eva-
luación Compartida en EF.
Por EVALUACIÓN FORMATIVA entendemos
todo proceso de evaluación cuya finalidad princi-
pal es mejorar los procesos de enseñanza-aprendi-
zaje que tienen lugar. Es todo proceso de evalua-
ción que sirve para que el alumnado aprenda más
(y/o corrija sus errores) y para que el profesora-
do aprenda a trabajar mejor (a perfeccionar su
práctica docente). Por decirlo de otro modo, la fi-
nalidad no es calificar al alumno, sino disponer de
información que permita saber como ayudar al alum-
nado a mejorar y aprender más,... y que sirva a su
vez para que los profesores aprendamos a hacer
nuestro trabajo cada vez mejor.
Para profundizar en nuestras propuestas y ex-
periencias de Evaluación Formativa en EF, acon-
sejamos consultar los trabajos ya citados.
Por EVALUACIÓN COMPARTIDA entendemos
que la evaluación debe ser más un diálogo y una
toma de decisiones mutuas y/o colectivas, más que
un proceso individual e impuesto. Dentro de estos
procesos las autoevaluaciones, las coevaluaciones
y las evaluaciones y calificaciones dialogadas son
técnicas que juegan un papel fundamental.
La realización de procesos de EVALUACIÓN
COMPARTIDA está fundamentada en la búsqueda
de una coherencia entre nuestra práctica docente
y los planteamientos epistemológicos y pedagógi-
cos en que basamos nuestra teoría y práctica edu-
cativa. En este sentido hemos desarrollado una se-
rie de instrumentos y sistemas de evaluación en la
Enseñanza de la Educación Física basados en la
Evaluación Compartida profesor-alumno. Este sis-
tema ha sido puesto en práctica, estudiado y eva-
luado en Primaria, Secundaria y Formación del Pro-
fesorado (Inicial y Permanente), demostrando su
viabilidad y adecuación. Puede encontrarse un de-
tallado desarrollo de estas experiencias en López
y otros (1999, 2006). Para ver un análisis detalla-
do de las experiencias desarrolladas en nuestro
país en este sentido, consultar López Pastor (2004).
Para dar el difícil salto que relaciona nuestras
convicciones didácticas con nuestra práctica do-
cente, lo primero que hicimos fue plantearnos una
serie de preguntas-problema a resolver (que cons-
tituyen el primer apartado); a continuación elabo-
ramos unos Criterios de Calidad Evaluativa que
debían cumplir nuestros sistemas y propuestas de
evaluación (segundo apartado); y por último, pre-
sentamos algunas líneas de actuación para siste-
mas e instrumentos concretos de evaluación, a par-
tir del trabajo que hemos desarrollado en los últi-
mos nueve años.
Las preguntas-problema que intentamos resol-
ver (y que nos ayudan a tomar decisiones sobre los
sistemas e instrumentos de evaluación a utilizar)son las siguientes:
a. ¿Cómo integrar la evaluación con los proce-
sos cotidianos de enseñanza-aprendizaje?
b. ¿Cómo estructurar un sistema de evaluación
útil para (y al servicio de) la mejora del proce-
so de enseñanza, el aprendizaje del alumnado y
el perfeccionamiento del profesor?
c. ¿Cómo plantear un sistema de evaluación con
una orientación claramente formativa y conti-
nua?
d. ¿Cómo lograr que sea viable en las condicio-
nes habituales de trabajo de un profesor de
EF? ¿Cómo conseguir que sea una ayuda y no
una carga?
Como intento de encontrar respuestas a estas
preguntas elaboramos una serie de criterios de
«Calidad Educativa» que deberíamos intentar cum-
plir en los sistemas e instrumentos de evaluación
que diseñábamos y utilizábamos que son:
-ADECUACIÓN. Se refiere al hecho de que
los sistemas e instrumentos de evaluación sean
coherentes y adecuados en tres aspectos: res-
pecto al diseño curricular; respecto a las ca-
racterísticas del alumnado y el contexto; y res-
pecto a los planteamientos docentes.
-RELEVANCIA. Si la información que aporta es
relevante, significativa y útil para los implica-
dos en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
-VIABILIDAD. Si la utilización sistemática de
las técnicas e instrumentos elegidos es viable
en las condiciones concretas de trabajo de cada
persona.
- VERACIDAD. Si cumplen los criterios de cre-
dibilidad y veracidad.5
3.1.1. Las preguntas-problema
a resolver
3.1.2. Los criterios de calidad
educativa
3.1. Realización de una
propuesta
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- FORMATIVA. En qué grado la evaluación sir-
ve para mejorar el aprendizaje del alumnado,
la actuación docente y los procesos de ense-
ñanza-aprendizaje que tienen lugar.
- INTEGRADA. En un doble sentido; en primer
lugar si los sistemas e instrumentos de evalua-
ción están integrados en los procesos cotidia-
nos de enseñanza-aprendizaje, en vez de cons-
tituir momentos puntuales y finales (este aspecto
está relacionado con el concepto de «evalua-
ción continua» -correctamente entendido dicho
concepto-); en segundo lugar estar integrados
los diferentes sujetos de la evaluación (profe-
sorado, procesos, alumnado) y los diferentes
ámbitos y aspectos evaluados.
- ÉTICA. La no utilización de la calificación
como herramienta de control, poder, amenaza o
venganza sobre el alumnado. Otro aspecto fun-
damental es el que se refiere a la utilización de
la información obtenida a través de la evalua-
ción, en cuanto al cumplimiento de las garantías
de confidencialidad y anonimato, así como en
cuanto a un uso respetuoso con las personas
implicadas. Esto es, en caso de utilizar la infor-
mación hacerlo en beneficio del alumnado, no
en su perjuicio.
Proponemos trabajar en torno a cinco líneas,
instrumentos y dinámicas de evaluación, en las cua-
les venimos investigando durante los últimos años.
Entendemos que estas cinco líneas pueden (y de-
ben) ser complementarias; y en ningún caso exclu-
yentes entre sí.
A* EL CUADERNO DEL PROFESOR.
La primera propuesta se basa en la utilización
de algún tipo de diario o cuaderno del profesor,
donde recoger información sobre los procesos de
enseñanza-aprendizaje que van teniendo lugar día
a día. Las diferentes posibilidades de esta línea
de actuación se mueven entre los dos siguientes
extremos:
- cuadernos muy estructurados (que nos ha
conducido hacia las «Fichas de autoevaluación»
de las sesiones por parte del profesor);
- cuadernos poco o nada estructurados (ten-
dentes a «Anecdotarios, Reflexiones sobre la
práctica, Aspectos claves a considerar, Viven-
cias, diarios personales, etc...).
B* LAS FICHAS-SESIÓN Y LAS FICHAS-
UNIDADES DIDÁCTICAS.
La segunda propuesta se basa en la importancia
de diseñar y utilizar apartados (para la observa-
ción, el análisis, la reflexión sobre lo acontecido y
la toma de decisiones) en las fichas que se utilizan
para planificar las Unidades Didácticas (UD.) y
las sesiones, de modo que se generen ciclos de re-
flexión-acción sobre los procesos educativos coti-
dianos que se llevan a cabo.
Estos procesos de reflexión-acción guardan un
fuerte paralelismo con los micro- ciclos de la In-
vestigación-acción, dado que se va pasando de for-
ma recursiva por las fases de: planificación, ac-
ción, observación, análisis, reflexión, toma de de-
cisiones (re-planificación),...; generando bucles y
espirales de investigación-acción sobre la propia
práctica.
C.* PRODUCCIONES DEL ALUMNADO, LA CAR-
PETA Y EL CUADERNO DEL ALUMNO.
En este apartado entrarían los diferentes do-
cumentos o producciones específicas que realiza
el alumnado (de forma individual y/o colectiva) a
lo largo de la asignatura. Por ejemplo, fichas de
sesiones, trabajos monográficos, proyectos, pla-
nes personalizados,...
Cuando el alumnado realiza diferentes docu-
mentos a lo largo del curso, una herramienta muy
interesante de cara a su acumulación y a la revi-
sión final del proceso, es la carpeta. Una variante
de la carpeta, que implica una mayor selección de
evidencias y materiales y que, por tanto, puede fa-
vorecer aún más la realización de procesos de re-
flexión sobre el proceso de aprendizaje llevado a
cabo, es la técnica conocida como «portafolios».
En esta misma línea, otra opción puede ser la
utilización del cuaderno del alumno, si lo enten-
demos como instrumento de aprendizaje y diálogo
profesor-alumno, que además sirve también para
hacer una evaluación formativa e integrada. Aun-
que somos conscientes de que hay que ser extraor-
dinariamente cuidadosos para que no ocurra justo
lo contrario de lo que desde aquí planteamos. Esto
es, que se utilice el cuaderno para realizar una
evaluación fundamentalmente sumativa, con la in-
tención casi exclusiva de calificar.
D* FICHAS Y HOJAS PARA EL ALUMNADO.
En la inmensa mayoría de los manuales más ha-
bituales puede encontrarse una gran diversidad de
instrumentos de estas características (listas de
control, escalas de observación � numéricas, ver-
bales, gráficas, descriptivas,...-). Nosotros estamos
trabajando fundamentalmente en torno a dos gran-
des tipos de instrumentos que suelen ser muy úti-
les, tanto para la evaluación del alumnado como
para la del proceso y del profesor:
- Fichas de seguimiento individual y hojas de
observación grupal. Son fichas de observación,
que permiten recoger información sobre los pro-
cesos de aprendizaje del alumnado de forma
3.1.3. Una propuesta basada
en cinco líneas de actuación
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sistemática y continua (una unidad didáctica,
un trimestre, un curso...).
- Autoinformes, fichas y/o cuestionarios de
autoevaluación. Son instrumentos que buscan fa-
cilitar la participación del alumnado en los pro-
cesos de evaluación, con la intención de mejo-
rar su aprendizaje, así como su responsabili-
dad y autonomía. Existen muchas posibilidades
diferentes, según el contenido, las caracterís-
ticas del alumnado, el grado de estructuración
que se prefiera, la modalidad y tipo de partici-
pación, el tiempo y tipo de actividad a evaluar,
si son individuales o grupales, etc.
E* DINÁMICAS Y CICLOS DE INVESTIGA-
CIÓN Y/O EVALUACIÓN.
En este apartado entran las dinámicas de tra-
bajo colaborativas y grupales dirigidas a la mejo-
ra de la propia práctica del profesorado partici-
pante, en torno a un tema, o a un problema de la
práctica. Habitualmente se siguen dinámicas de
Investigación-Accióno Investigación Colaborati-
va. Para llevar a cabo estos procesos suelen utili-
zarse diferentes instrumentos y técnicas de ob-
tención de datos, como: Observación externa, Na-
rraciones, Descripciones, Grabaciones audio y/o
vídeo, Fotografías, Observación sistemática, In-
formes, etc...
Las diferentes experiencias de evaluación que
presentamos en nuestros trabajos colectivos, han
sido diseñadas y puestas en práctica por profeso-
ras y profesores concretos y en momentos concre-
tos. La diversidad de situaciones profesionales y
contextos es tan amplia, que los instrumentos siem-
pre deben ser adaptados de forma específica para
cada contexto y/o momento.
En otros trabajos nuestros pueden encontrarse
de forma detallada las ventajas e inconvenientes
que hemos encontrado según hemos ido poniendo
en práctica estas propuestas e instrumentos de eva-
luación, así como algunas conclusiones finales so-
bre su viabilidad. Aquí vamos a realizar simplemente
una valoración genérica sobre todo el conjunto.
La razón de este apartado es que entendemos
que es importante resaltar tanto los aspectos posi-
tivos y las ventajas como los inconvenientes que
conlleva adentrarse por este tipo de procesos eva-
luadores. En este apartado vamos a presentar un
resumen de los principales resultados que hemos
obtenido tras su puesta en práctica durante doce
años, mediante espirales de investigación-acción.
Puede encontrarse una información más detallada
de estos procesos y resultados, así como sus análi-
sis de credibilidad, en López y otros (1999, 2006).
Las principales dificultades suelen centrarse en
las resistencias que genera su novedad, bien entre
alumnado, bien en el resto del profesorado o los
padres. Las resistencias del alumnado son las ha-
bituales ante cualquier tipo de cambio profundo
en sus rutinas y dinámicas de trabajo. En los tra-
bajos desarrollados hemos comprobado que dichas
resistencias no suelen durar más allá de uno o dos
meses, siempre que el sistema de evaluación esté
organizado de un modo coherente y se tengan cla-
ras las razones en que se apoya su puesta en prác-
tica.
Un inconveniente a analizar despacio en cada
caso, es el relativo al diferente tipo de trabajo
que requiere este sistema de evaluación; más con-
tinuo y con un enfoque de ayuda y mejora, no de
control. Estos cambios tienen dos implicaciones: por
un lado son más lentos y costosos, dado que supone
remover nuestras costumbres y rutinas más asen-
tadas, así como nuestras algunas de nuestras con-
vicciones; por otro lado, implica una carga de tra-
bajo diferente que, si no se cumple correctamente
el criterio de «viabilidad» puede convertirse en
una sobrecarga de trabajo que acabe afectando
al buen desarrollo de los proceso de evaluación
orientados al aprendizaje.
En los doce años que llevamos desarrollando esta
propuesta, mediante procesos de experimentación
e investigación colaborativa, hemos ido comproban-
do las posibilidades y ventajas que posee, respec-
to a otros modelos y sistemas de evaluación más
tradicionales. Las principales son las siguientes:
- Su indudable valor formativo. Tanto el alum-
nado como el profesorado implicado nos vamos
dando cuenta de las posibilidades formativas
que tiene la evaluación, una vez que se supera
su habitual identificación con la calificación.
- Su coherencia con nuestras concepciones
educativas. Estos sistemas de evaluación han de-
3.3.1. Posibles dificultades e
inconvenientes que pueden surgir
3.3.2. Ventajas y posibilidades
3.3. Valoración de la propuesta
3.2. La importancia de la
adecuación de los proceesos e
intrumentos de evaluación a las
características del contexto
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mostrado ser coherentes con una forma de en-
tender la educación como un proceso colectivo
de intercambio y crecimiento mutuo, y no como
una mera transmisión de contenidos y/o cono-
cimientos; un planteamiento que posibilita que
el alumnado sea protagonista directo y activo
del proceso educativo, en especial de la eva-
luación del mismo en todos sus ámbitos y aspec-
tos.
- Su conexión con procesos de perfecciona-
miento profesional. Aunque es cierto que estas
líneas de trabajo requieren tiempo y esfuerzo,
son una excelente vía de formación permanente
del profesorado y perfeccionamiento profesio-
nal, dado que implica la evaluación de la propia
práctica, con la clara finalidad de irla mejo-
rando; de generar procesos de enseñanza-
aprendizaje más ricos y eficaces, así como de
ampliar y perfeccionar el conocimiento teórico
y práctico del profesorado.
- En los ciclos de investigación-acción desarro-
llados a lo largo de este tiempo, hemos compro-
bado en repetidas ocasiones que la propuesta
es viable en un alto grado, y que es lo sufi-
cientemente flexible para que pueda ser adap-
tada a todo tipo de contexto y proceso educati-
vo.
- De igual manera, la experiencia acumulada nos
ha demostrado que, cuando se ponen en marcha
de una forma eficaz este tipo de procesos de
evaluación formativa y compartida, suele gene-
rar una mejora considerable en tres variables
que están estrechamente relacionadas entre si:
el aprendizaje del alumnado, su implicación
en los procesos de enseñanza-aprendizaje que
tienen lugar y el rendimiento académico y los
niveles de éxito escolar. Y es un efecto que
tiene lugar en todas las etapas del sistema edu-
cativo con un sistema acreditativo (primaria,
secundaria y universidad).
Para finalizar este trabajo, nos gustaría recor-
dar que la colaboración y la búsqueda de nuevas
posibilidades a la hora de avanzar hacia una eva-
luación realmente formativa y educativa es un ca-
mino abierto en el que todos estamos invitados y
que nos gustaría recorrer juntos. Esperamos que
aquellas personas que leáis este trabajo compar-
táis con nosotros la inquietud por encontrar nue-
vas respuestas a una temática tan apasionante y
cotidiana como es la evaluación educativa.
Confiamos en que algunas de las ideas que aquí
se presentan sirvan para continuar avanzando en
esta dirección. La mayoría de las personas que las
hemos puesto en práctica hemos tenido una expe-
riencia positiva y por eso animamos a que se inten-
te avanzar hacía prácticas más coherentes con
nuestras convicciones educativas, a pesar del res-
peto que suelen generar o de los problemas que
pueden surgir durante su aplicación; sobre todo
las primeras veces, cuando supone un cambio muy
brusco.
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INEFC. Barcelona.
(Notas)
1 Pueden encontrarse referencias sobre esta
propuesta, así como información de las investiga-
ciones desarrolladas, en anteriores trabajos nues-
tros (López Pastor y otros, 1999, 2005, 2006;
López Pastor, 1999).
2 Para profundizar en este tema es recomen-
dable consultar algunas de las obra anteriormen-
te citadas López, 1999; López y otros, 1999,
2006).
3Este planteamiento está basado en los plan-
teamientos y trabajos de autores como: Kirk, 1990;
Tinning, 1996; Sparkes, 1992; Fraile, 1995, 1999,
2004; Devís, 1994, 1996; así como en anteriores
trabajos nuestros sobre los marcos teóricos y
metateóricos en Educación y EF (López Pastor,
1999; López, Monjas y Pérez, 2003).
4Hemos analizado estos falsos debates y apa-
rentes dicotomías en anteriores trabajos, así como
las ventajas e inconvenientes de la utilización de
una u otra metodología de evaluación en EF (Ló-
pez et al., 1999, 2004, 2006).
5 Para profundizar en estos aspectos consul-
tar: Guba (1983) y del Villar (1994).
CÁCERES
6 al 9 de Septiembre de 2007
Asociación de Maestros de
Educación Física de Extremadura
Universidad de Extremadura
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