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MaterialInstructivo-Tripanosomiasisamericana-EnfermedaddeChagas-2022

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1 
 
 
Material Instructivo sobre 
Tripanosomiasis americana 
(Enfermedad de Chagas-Mazza) 
 
Lic. Rigoberto Fimia Duarte*, MSc, Dr.C. 
Lic. Yanira Zaita Ferrer **, MSc 
 
 
 
*Licenciado en Biología, MSc en Entomología Médica y Control de Vectores. 
Investigador Titular por el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), Profesor 
Titular por la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Profesor del 
Departamento de Higiene y Epidemiologia, Facultad de Tecnología de la Salud y 
Enfermería, Universidad de Ciencias Médica de Villa Clara (UCM-VC), Cuba. Profesor 
Adjunto de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Facultad de Ciencias 
Agropecuarias (FCA), Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas E-mail: 
rigoberto.fmia66@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5237-0810 ; Scopus 
author ID: 23472337200 
 
 **Licenciada en Tecnología de la Salud, Servicios Farmacéuticos. Profesor Auxiliar e 
Investigador Agregado. Profesora del Departamento de Especialidades Técnicas, 
Servicios Farmacéuticos, Facultad de Tecnología de la Salud y Enfermería, Universidad 
de Ciencias Médica de Villa Clara (UCM-VC), Cuba. E-mail: yanirazf@infomed.sld.cu 
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1747-7123 
 
 
Año 2022 
http://images.google.com/imgres?imgurl=www.dpcweb.com/documents/news%26views/fall_2001/images/chagas.gif&imgrefurl=http://www.dpcweb.com/documents/news%26views/fall_2001/chagas_disease.html&h=204&w=200&prev=/images?q%3Dchagas%26svnum%3D10%26hl%3Des%26lr%3D%252
mailto:rigoberto.fmia66@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-5237-0810
mailto:yanirazf@infomed.sld.cu
https://orcid.org/0000-0003-1747-7123
Índice 
La Enfermedad de Chagas y su descubridor 3 
Biología y transmisión del agente causal (Trypanosoma cruzi) 3 
Vías de transmisión y reservorios 6 
Apuntes de interés sobre vectores del Mal de Chagas 7 
Impacto social y económico del Mal de Chagas 11 
Epidemiología de Trypanosoma cruzi y sus vectores 13 
Sobre el diagnóstico de la Enfermedad de Chagas 15 
Principales métodos de diagnóstico 17 
Manifestaciones clínicas 18 
Sistemática y distribución de los triatominos 20 
Ciclo vital de los triatominos 23 
Dispersión 28 
Detección de infestación por triatominos 29 
Agradecimientos 36 
Referencias Bibliográficas 36 
 
 
 
La Enfermedad de Chagas y su descubridor 
Es una zoonosis causada por el parásito protozoario Trypanosoma cruzi. Se 
estima que alrededor de 18 millones de personas están infectadas en el mundo y 
que de estas mueren alrededor de 50 000 cada año. 
La enfermedad de Chagas deriva su nombre del clínico brasileño, el Dr. Carlos 
Chagas, quién describió primero la enfermedad en 1909. Todavía más notable, 
demostró también el agente etiológico, Trypanosoma cruzi, junto con algunos 
vectores y huéspedes reservorios, y dedujo correctamente la mayor parte del 
ciclo de transmisión de este parásito. 
Biología y transmisión del agente causal (Trypanosoma 
cruzi) 
La enfermedad de Chagas-Mazza es producida por un parásito unicelular 
microscópico, Tripanosoma cruzi, el cual se halla en la sangre y en los tejidos de 
las personas y animales enfermos (Figura 1). Se multiplica en el interior de las 
células de algunos órganos; por ejemplo, el corazón, al que daña seriamente. En 
los insectos penetra bajo la misma forma con que se halla en la sangre 
circulante, y se modifica y multiplica dentro de sus intestinos; cuando llega a la 
parte final del aparato digestivo de estos insectos presenta una forma similar a 
la que tiene cuando penetra en ellos. 
Ordinariamente, T. cruzi se transmite al hombre en las deyecciones de sus 
vectores, las chinches triatominas, y no en la picada de estas. Las chinches 
contraen la infección alimentándose de un mamífero infectado1 pero después 
conservan la infección durante toda su vida. Por esta razón, las tazas de 
infección tienen la tendencia aumentar con la edad de la chinche y su estadio2 
de desarrollo, y a menudo excede el 50 por ciento entre las chinches adultas. 
 
1 No hay transmisión transovárica de T. cruzi (es decir, desde la chinche infectada hasta la cría) sin 
embargo, en condiciones experimentales, las chinches pueden contraer la infección absorbiendo las 
deyecciones infectadas de otra chinche (coprofagia) o chupando sangre directamente de una chinche 
recién alimentada (canibalismo o ´kleptohae – modeipnonism´). 
2 Estadio, es lo correcto, no Estadío 
 4 
Los parásitos en el intestino de la chinche pueden sobrevivir durante varios 
días después de la muerte de la chinche. 
 
 
Figura 1. Parásito unicelular microscópico de Tripanosoma cruzi en frotis de 
sangre. 
Cuando una chinche triatomina se alimenta, puede defecar al mismo tiempo, 
evacuando los restos de su comida o ingestión de sangre anterior (Figura 2). 
Luego los tripanosomas en las deyecciones penetran en las mucosas o cualquier 
herida o abrasión de la piel (puerta de entrada). La multiplicación local de los 
parásitos en el punto de entrada precede la parasitemia sanguínea y la 
proliferación intracelular en varios tejidos, notablemente el músculo cardíaco, el 
músculo liso, el sistema nervioso autónomo y los fagocitos mononucleares. 
 
 5 
 
Figura 2. Chinhe triatomina alimentándose y defecando al mismo tiempo. 
El parásito experimenta varios cambios morfológicos durante su desarrollo, 
involucrando cambios del tamaño, la forma y la ubicación del cinetoplasma en 
relación con el núcleo. En las células de los mamíferos, el parásito suele ser un 
pequeño amastigoto redondeado (de un diámetro de 2,5 a 6,5 μm) sin flagelo; 
estos amastigotos se multiplican por fisión binaria (formando pseudoquistes o 
nidos de parásitos) y se desarrollan en forma de tripomastigotos flagelados 
(largo de 10 a 20 μm) que se liberan a medida que se rompe la célula infectada. 
Los tripomastigotos pueden circular en el torrente sanguíneo penetrar en otras 
células huésped donde se forman de nuevo en amastigotos. Si se captan por una 
chinche triatómina que se alimenta, los tripomastigotos en el torrente sanguíneo 
se transforman en epimastigotos (largo de 6 a 15 μm) que se multiplican 
abundantemente en el intestino medio de la chinche infectada. Algunos 
epimastigotos pasan al recto de la chinche, donde se fijan a la pared rectal y se 
parten para formar tripomastigotos metacíclicos muy activos (largo de 17 a 22 
μm), que representan la forma más infecciosa del parásito evacuado cuando la 
chinche defeca. 
El desarrollo de T. cruzi en el intestino de los triatóminos depende de muchos 
factores que solo hoy están elucidándose. En general, el parásito parece hacer 
poco daño a sus vectores insectiles, aunque existen pruebas de un efecto 
 6 
supresivo sobre el sistema inmunitario hemocélico y de una reducción de la 
supervivencia de las chinches infectadas a un segundo factor de estrés como 
por ejemplo, el ayuno y dosis subletales de insecticidas. 
La enfermedad de Chagas, llamada también tripanosomiasis americana, es un 
problema grave de la salud pública en Latinoamérica. Las estimaciones actuales 
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, indican que de 16 a 
18 millones de personas están infectadas, con otras 90 millones en riesgo, lo que 
representa una prevalencia media del 4 por ciento aproximadamente de la 
población total de Latinoamérica, aunque en ciertas regiones, la prevalencia 
local puede superar el 75 por ciento. La enfermedad se encuentra con más 
frecuencia en las regiones descubiertas, tipo sabana, de Centro y Sudamérica, 
tales como los llanos de Venezuela y Colombia, el norte chico de Chile, los 
cerrados, caatinga de Brasil, y el chaco del norte de Argentina, el sur de Bolivia 
y el oeste de Paraguay. 
Las estimaciones de prevalencia se derivan de encuestasserológicas en gran 
escala que se llevaron a cabo en muchos países durante las últimas décadas. 
Debido a la naturaleza crónica de la infección, resulta difícil medir directamente 
la incidencia, pero la aplicación de un modelo simple, relacionando la 
prevalencia con la incidencia (Hayes & Schofield, 1990) produce las 
estimaciones nacionales, indicando una incidencia total de casi 500 000 nuevas 
infecciones por año infecciones por año en ausencia de medidas de control. La 
transmisión por vectores representa más del 80 por ciento de la transmisión 
total de T. cruzi; otras vías de transmisión incluyen transfusiones de sangre o 
transplantes de órganos de donantes infectados, la ingestión de sustancias 
infectadas y las infecciones accidentales en el laboratorio. 
Vías de transmisión y reservorios 
1. Por vectores/vectorial 
2. Transfusiones de sangre 
3. Trasplantes de órganos 
 7 
4. Placentaria 
5. Latencia materna (poco probable) 
6. Vía digestiva (experimentalmente en animales pero no en humanos) 
7. Accidental 
Entre los principales organismos reservorios están: 
1. Armadillos 
2. Zarigüeyas 
3. Rata común 
4. Murciélagos 
5. Perros 
Apuntes de interés sobre los vectores del Mal de Chagas 
Los triatominos son una subfamilia de hemípteros (chinches verdaderas) 
caracterizados en base a su hábito hematofágico. Están muy difundidos en Las 
Américas y renombrados como vectores de T. cruzi, agente causal de la 
tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas. Las estimaciones actuales 
de la OMS indican que más de 16 millones de personas están infectadas con este 
parásito y otras 90 millones en riesgo. La infección puede ser mortal, y a 
menudo conduce a lesiones muy debilitantes de los órganos vitales, 
especialmente el corazón y el tracto intestinal, Además, la infección es 
incurable, salvo durante las primeras etapas o fases, y no hay vacunas, el 
control depende mucho de la eliminación de las poblaciones domésticas de los 
insectos vectores. 
Los triatominos son grandes insectos hematofágicos, los adultos típicamente 
largos, de 2 a 3 cm, algunos de los cuales se han adaptado para colonizar las 
viviendas de los humanos, especialmente en Latinoamérica. Son capaces de 
chupar cantidades importantes de sangre y pueden contribuir a la anemia 
crónica por carencia de hierro. Además, las especies domésticas (y sus manchas 
fecales en las paredes) son antiestéticas y su presencia puede turbar y 
preocupar a los habitantes. Pero la importancia principal de los triatominos 
reside en su capacidad de transmitir el parásito protozoario T. cruzi, el agente 
 8 
causal de la enfermedad de Chagas que puede causar una debilitación grave 
debido a lesiones del corazón y otros órganos vitales. 
Algunas especies de triatominos, especialmente del género Rhodnius, también 
pueden transmitir otro parásito tripanosómico, T. rangeli, pero aunque puede 
ser responsable de algún malestar y dolores musculares, por lo general T. 
rangeli se considera como no patógeno para el hombre. 
Los triatominos son insectos bastante grandes, con una forma corporal 
característica parecida a la de muchos reduvidos predatores. Su tamaño varia, 
desde la pequeñísima Alberprosenia goyovargasi de Venezuela, con adultos que 
miden 5 mm hasta la Dipetalogaster maxima, de México, cuyos adultos pueden 
alcanzar un largo de 45 mm. Suelen tener el cuerpo de color marrón o negro, 
pero muchas especies tienen bandas de color amarillo, naranja, rosado hasta 
rojo sobre el conexivo/dorsal, y a veces, también en la patas. En su morfología 
externa, cuerpo dividido en tres regiones: cabeza, tórax y abdomen, del cual se 
derivan tres pares de patas articuladas. En la cabeza se distinguen los ojos 
(prominentes/botados), que se derivan del yugo, y asociados a ellos, el ocelo, 
las antenas, clípeo y el anteclípeo. El tórax (pro-meso y metanoto), lo más 
distintivo es el escutelo en forma triangular, mientras que en el abdomen, dos 
pares de alas entrecruzadas, con venaciones bien definidas (Figura 3). 
 9 
 
Figura 3. Morfología externa de un triatoma macho. 
Se conocen más de 100 especies de triatominos en el Nuevo Mundo, y más de la 
mitad se ha señalado infectadas natural o experimentalmente con T. cruzi. 
Además, por su comportamiento y fisiología similares, parece probable que 
todas las especies sean capaces de transmitir el parásito. Las especies de mayor 
significación epidemiológica son las que colonizan fácilmente las viviendas de 
los humanos, viviendo en las grietas y hendiduras de las casas rurales y 
saliendo por la noche para alimentarse de los ocupantes dormidos. 
Sin embargo, muchas de las especies, principalmente selváticas invaden a veces 
las casas (atraídas por la luz) y pueden contribuir a la transmisión de T. cruzi a 
los humanos. 
 10 
A diferencia de muchos artrópodos de importancia médica, los triatominos son 
insectos que se reproducen lentamente, adaptados al ambiente protegido y 
estable proporcionado por los vertebrados nidificadores. Pero las especies 
domesticadas, además de ser las más importantes como vectores de la 
enfermedad de Chagas humana, también, también son muy sensibles a las 
intervenciones de control con insecticidas modernos y mediante el 
mejoramiento de la vivienda. Las chinches tienen un sistema genético 
especializado con poca variabilidad genética, y por consiguiente con poca 
probabilidad de selección para resistencia a los insecticidas, por lo tanto, la 
interrupción de la transmisión al hombre de la enfermedad de Chagas mediante 
la supresión de los vectores domésticos representa un enfoque totalmente 
factible y rentable, como lo demuestran los ensayos y campañas de muchas 
partes de Latinoamérica. Sin embargo, el éxito depende de la cobertura de una 
gran extensión geográfica, una vigilancia continua para impedir la 
recolonización de las viviendas por las chinches venidas de áreas con focos no 
tratados, y lo que es más importante aún, la voluntad política para solucionar 
dicho problema de salud. 
 
 
 11 
Impacto social y económico del Mal de Chagas 
La enfermedad de Chagas tiene gran impacto social y económico, tener 
serología positiva, pero sin la posibilidad de un tratamiento eficaz, puede ser 
muy penoso, incluso en ausencia de síntomas evidentes. A veces se deniega el 
empleo a las personas que tengan la serología positiva, en parte, con motivos de 
un temor infundido a la infección y en parte debido al pronóstico desfavorable 
de los infectados. No se ha hecho ninguna estimación directa del absentismo o 
la pérdida de productividad laboral debido a la enfermedad de Chagas, pero 
los estudios experimentales demuestran que la capacidad de trabajo manual 
puede resultar gravemente comprometida durante la fase crónica de la 
enfermedad. Las pérdidas de productividad (promedio de años laborales 
perdidos por año) a consecuencia de los fallecimientos precoces se han 
estimado en base de las estadísticas de mortalidad brasileña en 22,75 por 1000 
de la población para los hombres y 13,63 por 1000 para las mujeres. A escala 
mundial, las estimaciones del Banco Mundial (1993) sitúan la enfermedad de 
Chagas en tercer lugar entre las causas más importantes de discapacidad 
atribuible a las enfermedades parasíticas (después de la Malaria y 
Esquistosomosis). Para Latinoamérica la enfermedad actualmente se encuentra 
en cuarto lugar de importancia por discapacidad, a continuación de las 
enfermedades respiratorias, diarreas y SIDA. 
También son altos los gastos médicos directos. Por ejemplo, un año de 
tratamiento con amodiorona, un medicamento utilizado para el control de las 
arritmias cardíacas, puede costar 150 USD, solo para el medicamento, y los 
vasodilatadores y diuréticos pueden costar cantidades similares. 
El costo medio de las consultas médicas y la hospitalización de los enfermos en 
la fase crónica se ha estimado en 350 a 1630 USD por año,según la gravedad 
clínica (Del Ray et al., 1993a). Una intervención quirúrgica para corregir las 
lesiones intestinales graves puede costar hasta 2000 USD, mientras que el costo 
de la implantación de un marcapasos puede ascender hasta 6000 USD (Tabla 1). 
 12 
Según una estimación moderada, el costo médico de atención al chagásico y las 
intervenciones quirúrgicas en la fase crónica podría ascender a unos 40 millones 
de USD por año por cohorte de 100 000 personas nuevamente infectadas. 
Dichas estimaciones no tienen en cuenta las pérdidas económicas atribuibles a 
las a las muertes precoses durante las fases agudas y crónicas de la enfermedad, 
ni tampoco las pérdidas indirectas de productividad y los subsidios 
gubernamentales a veces pagados a las personas discapacitadas por la 
enfermedad. Un estudio en Chile que estimó todas las pérdidas económicas 
debidas a la enfermedad, calculó un costo nacional de 37 millones de USD por 
año. Una extrapolación aproximada basada en los datos brasileños y chilenos 
sugiere que el costo indirecto de la enfermedad de Chagas podría ascender a 
más de 2000 millones de USD por año, para el continente entero. 
Tabla 1. Costo aproximado anual de la asistencia médica (diagnóstico y 
tratamiento) de los enfermos chagásicos durante las diferentes fases de la 
evolución de la infección. 
Tipo de Fase Costo Anual Medio 
(USD) 
Fase aguda 434,83 
Fase Crónica 
 Forma indeterminada (asintomáticas) 
 Forma sintomática con lesiones cardíacas 
a) Sin complicaciones 
b) Grave, necesitando marcapasos 
 Forma sintomática con megasíndrome 
a) No necesita intervención quirúrgica 
b) Con intervención correctiva 
 
129,93 
 
336,19 
1628,18* 
602,27 
* Se han amortiguado los gastos quirúrgicos para tener en cuenta la expectativa 
de vida después de las intervenciones. Los gastos quirúrgicos reales se 
calcularon en 4 440,25 USD para las implementaciones de marcapasos y 1 603,67 
USD para las intervenciones intestinales. 
Otro aspecto que merece ser considerado, es el impacto social de las chinches 
triatominas mismas. Aunque los habitantes de ciertas regiones no reconocen las 
chinches como problema grave, aunque tal concepto está cambiando. La 
presencia de las chinches en las viviendas se considera cada vez más como 
 13 
signo de pobreza y vergüenza social, conduciendo a veces a estrés y a pérdidas 
de recursos al hacer esfuerzos inapropiados por controlarlos. A su vez, tal 
situación exige que se preste mayor atención a medidas de control realistas y 
bien organizadas para eliminar las chinches de las casas y devolver la confianza 
a los habitantes. Por todo lo antes expuesto, la Enfermedad de Chagas figura 
entre las 13 enfermedades infecciosas a eliminarse para el 2030, pero a criterio 
de los autores del material, el término eliminación resulta algo utópico, por no 
decir, casi imposible de lograr cuando se trata de entidades infecciosas, en las 
cuales media/intervienen organismos vectores, lo correcto sería, el término 
«CONTROL», de modo que se retoma la controversia (Erradicación vs 
Control). 
Epidemiología de Trypanosoma cruzi y sus vectores 
T. cruzi y sus vectores están distribuidos por todo el continente americano y 
algunas islas del Caribe, aproximadamente entre las latitudes 42N y 46S. 
También se ha señalado la presencia de triatominos en regiones de África, Asia, 
Australia, y más reciente, en EEUU, Canadá y Europa, por lo que al igual que lo 
sucedido con las entidades arbovíricas, la Enfermedad de Chagas, también 
denominada como una «Enfermedad silenciosa», se ha globalizado, para 
convertirse en un problema de salud de proporción planetaria. 
Entre los triatominos, se ha señalado infección natural o experimental con T. 
cruzi en más de 60 especies, y debido a su comportamiento y fisiología 
similares, todas las especies deben considerarse como vectores potenciales. 
Se han infectado experimentalmente algunos otros artrópodos, particularmente 
los cimícidos y garrapatas, pero es probable que no hagan ningún papel natural 
en la transmisión; sin embargo, es posible que las moscas domésticas y las 
cucarachas puedan transportar heces de chinches infectadas con T. cruzi, pero 
puede ser transmitida también por transfusiones de sangre (Wendel et al., 1992) 
o transplantes de órganos desde donantes infectados, y de vez en cuando, por 
 14 
vía oral por ingestión de chinches infectadas u otro material contaminado con el 
parásito. 
La transmisión congénita se produce a veces, el parásito atraviesa la placenta 
desde la madre infectada hasta el feto, sin embargo, a pesar de que se han 
señalado cada vez más incidentes de transmisión por transfusión (lo que ha 
conducido a la aparición de casos de enfermedad de Chagas en regiones donde 
no es endémica), la transmisión por vectores sigue representando más del 80 
por ciento de todos los casos de enfermedad de Chagas (Tabla 2). 
Tabla 2. Estimación de las tasas de transmisión de T. cruzi al hombre, 
expresadas en porcentajes de la incidencia total. 
Transmisión por vectores > 80 % 
Transmisión por transfusión de sangre 16 % 
Transmisión congénita 2 % 
Otras vías (oral, transplante de órganos, accidente de 
laboratorio) 
< 1 % 
La infección con T. cruzi es común entre los pequeños mamíferos y marsupiales 
nidificadores por todas las Américas, y se han registrado más de 100 especies de 
pequeños mamíferos infectados naturalmente con el parásito. Sin embargo, las 
aves son refractarias a la infección, porque el parásito es matado por lisis 
mediada por el complemento en la sangre aviar. 
Muchos de los mamíferos indígenas (Armadillos, Mapaches y Zarigüeyas) 
presentan altas parasitemias con pocas o ningunas señales clínicas de la 
infección, por contraste marcado con las infecciones crónicas en los humanos, 
las cuales se caracterizan por parasitemias subpatentes y graves síntomas 
clínicos. A menudo, los nidos de dichos mamíferos están infectados con 
especies selváticas de triatóminos, y la transmisión del parásito puede 
producirse por ingestión de las chinches infectadas. Además, el descubrimiento 
de T. cruzi infeccioso en las glándulas anales de zarigüeyas (Danet et al., 1986) 
parece indicar que también puede haber transmisión directa, por ejemplo, por 
intermedio de secreciones de la glándula anal a la orina. 
 15 
Que se sepa, T. cruzi no experimenta reproducción sexual y por tanto, se puede 
considerar que representa una serie de poblaciones o cepas clonadas. Sin 
embargo, estudios del polimorfismo enzimático indican que la mayor parte de 
las cepas de T. cruzi se pueden agrupar en tres grupos principales de 
zimodemos (denominados Z1, Z2 y Z3), cada uno de los cuales parece haber 
estado asociado originalmente con diferentes especies de mamíferos, y de ahí, 
con la especie de triatóminos más comúnmente asociada con estos mamíferos. 
El zimodemo Z1 es el más difundido y parece estar asociado primitivamente 
con las zarigüeyas (Didelphys spp.) y con la amplia gama de especies 
triatóminas que colonizan las madrigueras de estos animales. Por contraste, el 
zimodemo Z2 se conoce solo en la región al sur del Amazonas y parece estar 
asociado primitivamente con los cuyes (Cavia spp.) y con Triatoma infestans, que 
al principio habitaba los nidos de los cuyes en Bolivia (Dujardin et al., 1987). En 
los humanos, tanto el Z1 como el Z2 pueden causar lesiones cardiacas 
semejantes, pero el Z1 no está asociado a lesiones intestinales graves que a 
menudo caracterizan también la infección con el Z2. El tercer grupo de 
zimodemos, Z3, parece estar particularmente asociado con los armadillos 
(Dasypus spp.) y los triatóminos, habitando sus madrigueras (particularmente 
las especies del género Panstrongylus), pero raras veces se ha aislado de casos 
humanos de enfermedad de Chagas. 
Sobre el diagnóstico de la enfermedad de Chagas 
Se realiza mediante el xenodiagnóstico de T. cruzi, para lo cual setoma un 
animal tipo (reservorio del agente etiológico para Chagas), en especial, 
zarigüeyas, perros, armadillos, entre otros y se le ata con esparadrapo un 
recipiente que contenga ninfas triatóminas no infectadas criadas en el 
laboratorio y se alimentan por 30 días y luego se examinan dichas chinches para 
determinar si tienen parásitos (Figura 4). 
 16 
 
Figura 4. Una zarigüeya (Didelpbis spp.) sometida al xenodiagnóstico para T. 
cruzi. 
En las zonas rurales de Latinoamérica, puedes a veces haber tasas muy altas de 
casas infestadas, alcanzando más del 70 por ciento en partes del norte chico de 
Chile, las yungas bolivianas y ciertas regiones del chaco argentino. Además, ya 
que la mayor parte de la población que habita tales casas está infectada con T. 
cruzi, también las tazas de infección de las chinches alcanzan niveles altos, a 
menudo más del 50 por ciento. Sin embargo, el sistema de transmisión del 
parásito por intermedio de las deyecciones de las chinches, más bien que su 
picadura, es relativamente ineficaz; estudios llevados a cabo en Argentina 
estiman que la probabilidad media de que el contacto con una chinche infectada 
resulte en una infección nueva, es aproximadamente 1 en 1000 (Rabinovich et al., 
1990). A menudo los perros, los gatos y roedores sinantrópicos son importantes 
reservorios domésticos de infección porque tienden a conservar parasitemias 
mayores, y por lo tanto, pueden infectar más fácilmente las chinches, ya que las 
chinches se infectan al alimentarse de huéspedes infectados, pero después 
pueden conservar la infección durante toda la vida. 
En las zonas urbanas, debido a las condiciones ecológicas, las infestaciones 
domésticas con triatóminos son menos frecuentes; parece que los materiales de 
construcción más comúnmente usados en las ciudades, tales como el concreto y 
los ladrillos, en comparación con el barro agrietado y los techos de paja, se 
 17 
prestan menos a la colonización por las chinches. No obstante, con la migración 
humana cada vez mayor desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades de 
Latinoamérica, hoy día hay numerosas personas chagásicas en las zonas 
urbanas, contribuyendo al riesgo de transmisión urbana por transfusiones de 
sangre. Por ejemplo, se estima hoy que hay más de 400 000 personas infectadas 
con T. cruzi en la ciudad de Sao Paulo y aproximadamente 300 000 en Río de 
Janeiro. 
Principales métodos de diagnostico 
 
1- Métodos parasitológicos directos (son útiles en las primeras fases de la 
enfermedad). 
 Examen en fresco de la sangre entre lámina y laminilla 
 Extendido coloreado o frotis de sangre periférica 
 Gota gruesa 
 Método de concentración de Strout 
 Biopsias 
2- Métodos parasitológicos indirectos 
 Xenodiagnóstico 
 Cultivos (medio de LIT o de NNN) 
 Inoculación en animales (ratones) intraperitonealmente 
3- Métodos serológicos 
 Fijación de complemento (Prueba de Guerreiro Machado) 
 Inmunofluorescencia indirecta 
 ELISA 
 Hemaglutinación indirecta 
 Prueba de látex 
 Aglutinación directa 
 Factor EVI 
 
 18 
Manifestaciones clínicas 
Es una enfermedad crónica, pero la mayoría de las infecciones cursan de forma 
asintomática y algunas se manifiestan mucho tiempo después de la infección 
inicial. Clínicamente se reconocen tres períodos de la enfermedad. 
1- Período agudo 
 Pasa inadvertido la mayoría de las veces. 
 Se diagnostica fundamentalmente en niños menores de diez años. 
 Lesión primaria o chagoma de inoculación: nódulo erisipeloide, blando, piel 
seca, zona central necrótica o hemorrágica, no doloroso, con edema local, 
infarto de ganglios regionales y evolutivamente la lesión al final se cubre de 
una costra dura. 
 Complejo oftalmo-ganglionar o signo de Romaña: edema bipalpebral, 
unilateral o bilateral, edema facial, conjuntivitis, queratitis y dacriocistitis. 
 Adenopatías: persisten por mucho tiempo. Los grupos ganglionares más 
comúnmente afectados son: preauriculares, parotídeos, 
esternocleidomastoideos, submaxilares. Al final hay adenopatía 
generalizada y de tamaño variable. 
 Fiebre: de intensidad variable, intermitente, acompañada de escalofríos. 
 Anorexia, vómitos, diarreas, dolores musculares, cefalea. 
 Exantema morbiliforme. 
 Hepatomegalia y esplenomegalia. 
 Anemia discreta 
 Signos de meningoencefalitis (mortalidad del 50 % en niños menores de dos 
años). 
 Miocarditis aguda (mortalidad del 2-3 % en niños). 
 Los síntomas de la fase aguda desaparecen entre las 4-8 semanas en la 
mayoría de los casos aunque algunos de los afectados hacen una forma 
subaguda en los que los síntomas persisten pero de forma muy discreta. 
2- Período indeterminado 
 Llamado también fase latente. 
 Baja parasitemia. 
 19 
 Pacientes están asintomáticos. 
 Se inicia de 8-10 semanas después de la fase aguda. 
 Persiste por meses o años. 
3- Período crónico 
 Se calcula que el 30 % de los individuos en fase indeterminada tendrán daño 
cardíaco, digestivo o neurológico en un período entre 10-20 años. 
 Aparición tardía. 
 Puede ocurrir muerte súbita sin haber desarrollado insuficiencia cardíaca. 
 La miocarditis crónica es la forma más frecuente de la enfermedad de 
Chagas. 
 Se caracteriza por: palpitaciones, mareos, diarreas, dolor pectoral síncope, 
arritmias, alteraciones de la conducción ventricular cardiomegalia, 
aneurisma apical. 
 Períodos de la cardiopatía chagásica 
 Inicial, sin evidencia clínica, radiológica o al ECG. 
 Con sintomatología discreta y pocas alteraciones al ECG. 
 Sintomatología marcada, cardiomegalia moderada, bloqueos de rama 
derecha, hemibloqueos, extrasístoles, etc. 
 Sintomatología acentuada con insuficiencia cardíaca, cardiomegalia intensa, 
arritmias, etc. 
 Visceromegalias del tubo digestivo (raras en Colombia). 
 Megaesófago (dilatación, hipersalivación, disfagia, dolor retroesternal, 
regurgitación). 
 Megacolon (constipación, aumento de volumen del abdomen donde se 
palpa una masa por la dilatación del colon). 
 Dilataciones del duodeno, estómago, uréteres. 
 Complicaciones neurológicas (paresias, convulsiones y alteraciones 
psíquicas, etc.). 
4- Forma congénita 
 Es la responsable de alrededor del 10% de los abortos espontáneos en 
algunas partes del mundo (Chile y Brasil). 
 20 
 Poco frecuente. 
 Puede ser asintomática. 
 Generalmente son hijos de madres asintomáticas. 
 Casi siempre son niños prematuros. 
 Hepatomegalia y esplenomegalia: la fiebre no es frecuente, 
meningoencefalitis y anemia moderada. 
 Pronóstico desfavorable. 
Evidentemente, la falta de vacunas, limitaciones de medicamentos y el creciente 
fenómeno de la aparición de la resistencia, ponen sobre el tapete: la necesidad 
urgente de desarrollar nuevos fármacos, mucho más eficaces, seguros, bajos 
precios, posibilidad de administración vía oral, y mucho más accesibles, y es 
precisamente aquí, donde estriba el enorme reto que tiene la comunidad 
científica para poder vencer a la Enfermedad de Chagas. 
 
Sistemática y distribución de los triatominos 
Actualmente se reconocen 118 especies de triatominos en base a sus 
características morfológicas, agrupadas sin controversia en 14 géneros, 
formando 5 tribus. 
Forman una subfamilia bien caracterizada de los reduvidos dentro del orden de 
los hemípteros, definido en base de su hematofagia obligada y las 
características asociadas con este hábito, que la distingue de otros reduvidos 
que son depredadores de los invertebrados. Los cinco estadios ninfales y ambos 
sexos de los triatóminos adultos se alimentan de la sangre de vertebrados, pero 
algunas de las especies más generalistas (ej. Eratyrus mucronatus) también se 
alimentan de vez en cuando de insectos con cuerpo blando, reflejando su 
ascendencia predatoria. 
Tabla 3. Agrupación de las 118 especies de triatominos agrupadas en sus 
correspondientes tribus y géneros. 
 
 21 
TribusGéneros con sus especies 
Alberproseniini Alberprosenia (2 spp.) 
Bolboderini Belminus 
Bolbodera 
Microtriatoma 
Parabekminus 
(4 spp.) 
(1 sp.) 
(2 spp.) 
(2 spp.) 
Cavernicolini Cavernicola (2 spp.) 
Rodniini Psammolestes 
Rhodnius 
(3 spp.) 
(12 spp.) 
Triatomini Dipetalogaster 
Eratyrus 
Linshcosteus 
Panstrongylus 
Paratriatoma 
Triatoma 
(1 sp.) 
(2 spp.) 
(5 spp.) 
(13 spp.) 
(1 sp.) 
(68 spp.) 
La mayoría de los hemípteros son fitófagos, con probóscide larga de cuatro 
segmentos adaptada para alimentarse de fluidos de plantas, sin embargo, los 
reduvidos (y muchas otras familias depredadoras, tales como los antocóridos y 
nábidos) tienen una probóscide dividida en tres segmentos, a menudo curva y 
muy quitinosa en las subfamilias depredadoras, pero siempre recta y delgada 
en los triatominos hematófagos. Por lo general basta examinar el aparato 
bucal/probóscide para determinar si una chinche es fitófaga, depredadora o 
hematófaga (Figura 5). 
 
Figura 5. Morfología externa del aparato bucal/probóscide de las chinches. 
 22 
Todas estas características diferenciales de los hemípteros según la probóscide, 
y que morfológicamente la han modificado de acuerdo a sus hábitos 
alimenticios, tienen importancia/interés taxonómico. Por otra parte, las 
chinches triatominos llevan la probóscide “guardada”/posición de reposo hasta 
que van a realizar la ingesta o toma de sangre, donde dicho aparato bucal 
adopta la posición erecta, en un ángulo que le posibilite alcanzar la piel de la 
víctima/susceptible (Figura 6). 
 
Figura 6. Posición erecta y en un ángulo que adopta la probóscide para alcanzar 
la piel y succionar la sangre. 
En general, cada especie y grupo de especies tiene una tendencia a ocupar una 
zona geográfica discreta, y ordinariamente las discontinuidades en la 
distribución se pueden atribuir a la dispersión pasiva en asociación con un 
huésped vertebrado migratorio. Por ejemplo, la distribución discontinua de R. 
prolixus en Venezuela y Colombia, y en ciertas partes de Centroamérica, pero no 
en Panamá, se atribuyen generalmente a los huevos y pequeñas ninfas que se 
encuentran entre el plumaje de las cigüeñas (Mycteria americana) que migran 
entre las dos regiones (Gamboa, 1962). 
En el caso de Cuba, aunque no está reportada la Enfermedad de Chagas, se han 
identificado tres especies de triatomineos Bolbodera scabrosa, Triatoma flavida y T. 
rubrofasciata, principalmente en las provincias de Pinar del Río (occidente del 
 23 
país, y donde se les conoce con el apelativo de “Sanguijuelas”), Granma, 
Holguín y Santiago de Cuba (oriente del país), y se les suele llamar “Chupón”. 
En el Viejo Mundo, se han señalado 13 especies en total, aunque carecen de 
significación epidemiológica y no se ha encontrado T. cruzi. 
Ciclo vital de los triatominos 
El ciclo vital y la dinámica de las poblaciones de triatominos dependen de 
manera crítica de la interacción con sus huéspedes vertebrados. Los triatominos 
son insectos grandes que necesitan comidas de sangre considerables – T. 
infestans, por ejemplo, ingiere en total de 1 a 2 gramos de sangre durante su 
desarrollo de huevo a adulto, y cada hembra puede ingerir otros 10 gramos o 
más durante su vida reproductiva. Las especies mayores, tales como P. megistus, 
pueden tomar dos veces esta cantidad. En una infestación doméstica típica cada 
chinche se alimenta cada 4 o 9 días, con lo que cada persona puede ser picada 
de 20 a 30 veces por noche, según la especie infestante, lo que representa una 
pérdida media de sangre por persona de unos 2,5 gramos por noche (Rabinovich 
et al., 1979; Schofield, 1981). 
La mayoría de los triatominos se alimentan de noche, cuando sus huéspedes 
vertebrados están dormidos. 
El aparato bucal comprende dos pares de estiletes, los estiletes mandibulares 
perforan el integumento del huésped para anclar el rostro, mientras que los 
estiletes maxilares delgados horadan y laceran los vasos sanguíneos 
subyacentes, se inyecta saliva, la cual favorece la vasodilatación, inhibe la 
hemostasis, y por lo menos en el caso de R. prolixus, tiene cualidades 
anticoagulantes (Ribeiro, 1987). La ingestión de la sangre provoca la diuresis y 
las chinches comienzan a evacuar los restos de su comida de sangre anterior y a 
excretar el exceso de agua de la sangre recién ingerida. 
La digestión de la comida de sangre por los triatominos es un proceso 
relativamente lento que dura unos 14 días en el caso de T. infestans, y las 
 24 
chinches pueden tolerar varios meses de privación de alimento si no tienen 
huésped. No hay membrana peritrófica, pero el epitelio del intestino medio 
reacciona a la comida de sangre, produciendo un revestimiento extracelular que 
desempeña probablemente una función parecida (Billingsley, 1990; Lehane, 
1991). 
Los triatominos tienen un ciclo vital exopterigoto hemimetabólico típico, 
pasando desde el huevo por cinco estadios ninfales hasta llegar a la fase adulta. 
Los huevos adultos y operculados suelen ser blancos o rosados, a menudo 
tornándose más oscuros a medida que el embrión se desarrolla, y tienen 
arquitectura superficial completa con características taxonómicas útiles (Barata, 
1981). 
La oviposición tiene una periodicidad circadiana y generalmente empieza a los 
120 días de la primera cópula. Las hembras no apareadas pueden depositar 
algunos huevos infértiles. Ordinariamente, sin embargo, las chinches hembras 
copulan varias veces y pueden retener el esperma durante un período 
prolongado, cada hembra puede depositar de 100 a 600 huevos durante su vida 
adulta (de 3 a 12 meses), según la especie y la cantidad de sangre ingerida. Los 
huevos se depositan individualmente no en grupos, unos cuantos a la vez, y por 
lo general eclosionan al cabo de 140 días según la especie y la temperatura. Las 
ninfas recién emergidas son blandas, de color rosado, pero su cutícula no tarda 
en endurecer y oscurecerse, están listas para su primera comida de sangre a los 
2 ó 3 días de la eclosión, pero pueden sobrevivir por varias semanas si no 
disponen de huésped. 
Las ninfas suelen alimentarse de los mismos huéspedes que los adultos. En 
buenas condiciones cada ninfa toma aproximadamente 89 veces su propio peso 
de sangre, mientras que los adultos toman 24 veces su propio peso. Las ninfas 
de quinto estadio suelen tomar la cantidad mayor, entre 200 y 1000 mg en el 
caso de las especies asociadas con el hombre. 
 25 
Los estadios ninfales sucesivos se diferencian en pequeños detalles 
morfológicos, pero se distinguen más fácilmente por el tamaño de la cápsula 
cefálica y el ancho de las patas. Estas características permiten también distinguir 
la exuvia desprendida que queda después de cada muda. 
Los triatominos tienen un ciclo vital mucho más largo y una tasa de 
reproducción inferior a los demás insectos de importancia médica, se describen 
a menudo como estrategas k, adaptados para la explotación eficaz de un 
ambiente estable como por ejemplo el nido de un mamífero o la casa de un ser 
humano (por contraste con los estrategas r, tales como los mosquitos, mejor 
adaptados para explotar ambientes inestables y cambiantes). 
Estrategas k Estrategas r 
1. Tiempo de generación largo 
2. Mayor tamaño 
3. Bajo nivel de dispersión 
4. Mortalidad y nacimiento muy 
dependiente de la densidad 
5. Menor fecundidad, bajo 
reclutamiento 
6. Mayor inversión en la descendencia 
 
7. Se reproducen varias veces en la 
vida (iteróparos) 
8. Territoriales 
9. Estenotópica 
10. Viven en ambientes constantes o 
estacionalmente pronosticable (en 
comunidades maduras 
11. Tendencia residente 
12. Lento crecimiento y desarrollo 
individual 
13. Viven en ambientes de competición 
aguda 
14. Reproducción tardía 
15. Alcanzan gran longevidad 
16. Baja tasa intrínseca de incremento 
poblacional 
1. Tiempo de generación corto 
2. Pequeño tamaño 
3. Alto nivel de dispersión 
4. Mortalidad y nacimientomuy 
independiente de la densidad. 
5. Alta fecundidad, alto reclutamiento 
6. Baja inversión en la descendencia 
(Energía, reserva, cuidado, etc.) 
7. Como caso extremo se reproducen 
una vez en la vida (semerparos) 
8. Panmísticos 
9. Euritópica 
10. Colonizadores de hábitats 
transitorios (efímeros) o no 
pronosticables, donde hay vacíos 
ecológicos (subsaturados) 
11. Tendencia migratoria o fugitiva. 
12. Rápido crecimiento y desarrollo 
individual 
13. Viven en ambientes de competición 
laxa 
14. Reproducción temprana (precoces) 
15. No alcanzan longevidad 
16. Alta tasa intrínseca de incremento 
poblacional (gran velocidad de 
multiplicación) 
 26 
Las fuerzas evolutivas han confeccionado las estrategias bionómicas o 
ecológicas de los organismos, seleccionando en ellos un patrón de dinámica 
poblacional que ha conducido a la maximización de su ajuste con el ambiente. 
La nomenclatura r y k se derivan de dos parámetros de las ecuaciones de 
dinámica de poblaciones de LotkaVolterra. Así, r es la tasa de incremento 
poblacional de la especie, la cual es función de la reproducción, y k es la 
capacidad de carga del hábitat, es decir, el tamaño de población que puede 
alcanzar la especie en estado de equilibrio (biomasa final), y está relacionada 
con la competición (habilidad para hacer una gran contribución proporcional a 
una comunidad que se mantiene al nivel de su capacidad de carga). 
La asignación de una estrategia determinada a una especie dada es relativa, de 
ahí que se infiera por comparación. Posiblemente no exista un estratega r o k 
perfecto, sino intermedios, y existen casos de mezclas de caracteres extremos en 
una especie. Los estrategas dela r son conocidos también como oportunistas, 
generalistas, fugitivos, invasores, pioneros o competitivamente débiles. Los 
estrategas de la k también se denominan especialistas o competitivamente 
dominantes. 
Esta regulación natural del tamaño de la población de chinches es mediada por 
una interacción dependiente de la densidad de sus huéspedes vertebrados. A 
medida que aumenta el tamaño de la población de chinches y que más chinches 
tratan de alimentarse en un número fijo, los huéspedes se irritan cada vez más, 
y hay más probabilidad de que las chinches interrumpan su alimentación antes 
de rellenarse. Así, a medida que aumenta la densidad de las chinches, cada 
chinche chupa cantidades de sangre progresivamente menores, un caso típico 
de “competencia por gatea”. Esta reducción de la condición nutritiva de las 
chinches individuales tiene tres consecuencias principales: 
1. La velocidad de desarrollo ninfal disminuye, reduciendo la velocidad de 
reclutamiento a los estadios sucesivos, así las hembras emergen más 
lentamente. 
 27 
2. Las hembras toman menos sangre, depositan menos huevos (en el caso 
de T. infestans, cada reducción de 20 mg en la cantidad de sangre 
significa que depositará un huevo menos). 
3. La reducción en la comida de sangre, ingerida por los adultos machos y 
hembras tiende a aumentar la probabilidad de que inicien un vuelo 
dispersivo. Donde hayan densidades muy altas, además, la 
supervivencia puede reducirse, especialmente a temperaturas 
subóptimas (Gorlas & Schofield, 1989). Actuando juntos, estos factores 
tienden a reducir la densidad de la población en relación con un número 
fijo de huéspedes, a la inversa, sin embargo, si la densidad de la 
población de chinches disminuye, cada chinche toma una comida de 
sangre mayor y la población tiene tendencia a aumentar más 
rápidamente. El resultado neto es una población regulada cuyo tamaño 
depende de la disponibilidad de huéspedes (Piesman et al., 1983; 
Rabinovich, 1985). 
Otra consecuencia de los cambios densodependientes del comportamiento de 
alimentación de las chinches influye en el momento de deyección y la dinámica 
de transmisión de T. cruzi. Los vectores eficaces de T. cruzi son los que defecan 
durante o poco después de la alimentación, mientras todavía están en contacto 
con el huésped. Sin embargo, el momento de deyección no sólo depende de la 
especie de chinche sino también es un proceso dependiente de la densidad, 
dependiendo de la cantidad de sangre ingerida (Figura 7). 
 28 
 
Figura 7. Representación esquemática de los factores implicados en la 
regulación de la densidad de las poblaciones de T. infestans. 
Dispersión 
Las chinches triatóminas tienen dos mecanismos de dispersión uno pasivo por 
el huésped vertebrado, y otro activo por andar, y en el caso de los adultos 
alados, por el vuelo. 
La reconstrucción histórica parece indicar que la difusión de T. Infestans desde 
su origen supuesto en el centro de Bolivia haya ido asociada con migraciones 
humanas documentadas, y se cree que la difusión de T. rubrofasciata desde el 
noreste de Brasil hasta las zonas portuarias por todo el trópico y subtrópico se 
haya hecho a bordo de veleros siguiendo las vías comerciales de los siglos XVII 
y XVIII. Varios autores han referido el transporte pasivo de chinches en la ropa 
de vestir, los equipajes y los vehículos, y el transporte de huevos y ninfas de 
ciertas especies entre las plumas ha sido demostrado por Forattini et al., 1971 y 
Gamboa (1962). La recolección de leña, sirve como otra vía de dispersión pasiva 
de algunas especies de chinches. Así mismo, muchos autores han informado 
acerca de especies de triatominos tomados en trampas luminosas o volando de 
noche hacia las luces de las casas, y estudios experimentales en situaciones 
 29 
tanto de campo como de laboratorio han demostrado que varias tienen una 
capacidad considerable de vuelo. 
Aunque la dispersión pasiva es principalmente función del comportamiento del 
huésped (Miles, 1976), la dispersión activa, por el vuelo, está asociada con el 
mal estado nutricional de las chinches adultas, y está relacionada con la 
regulación de la densidad de las poblaciones de chinches. Como han comentado 
muchos autores, las chinches que vuelan están invariablemente en una 
condición hambrienta y estudios experimentales demuestran que el inicio del 
vuelo es función inversa de la relación peso: longitud de la chinche, por lo tanto 
el inicio del vuelo puede considerarse como una reacción a la destrucción del 
hábitat y la muerte o migración del huésped en el caso de las chinches 
selváticas, y a densidades crecientes de la población de chinches en el caso de 
las especies domésticas. Sin embargo, el inicio del vuelo también depende de la 
temperatura (Lehane et al., 1992), y existen algunas pruebas de que la 
temperatura puede influir también en la duración del vuelo (Schofield et al., 
1992). 
Estudios epidemiológicos indican que la dispersión de las chinches tiene gran 
importancia para la difusión de la enfermedad de Chagas humana, aspecto 
particularmente importante en el control de las poblaciones de chinches 
domésticas, ya que la dispersión de las chinches puede conducir a la 
recolonización de las viviendas tratadas. 
Detección de infestación por triatominos 
Las infestaciones domésticas de triatominos pueden ser descubiertas al 
encontrar chinches, o por señales indirectas, tales como, cáscaras de huevos, 
exuvias y manchas fecales. El examen de una casa en una región donde la 
enfermedad de Chagas es endémica suele hacerse en el siguiente orden: 
1. Se pregunta a los habitantes si han encontrado chinches o si han sido 
picados en la casa. 
 30 
2. Se examinan las paredes, particularmente la parte superior, y cualquier 
artefacto, tales como cuadros o calendarios en las paredes, para detectar 
evidencia indirecta de infestación. 
3. Se hace la búsqueda en la casa y el hábitat peridoméstico, utilizando una 
linterna y pinzas largas para penetrar en las grietas y hendiduras, para 
encontrar las chinches mismas. 
Un inspector bien entrenado mostrará a los habitantes ejemplares preparados 
(montajes) de todos los estadios de las chinches, hablando de ellas por elnombre local que se conocen. A veces los habitantes no reconocen que las ninfas 
y los adultos de los triatominos son un solo insecto, y pueden confundir las 
chinches triatóminas con otros hemípteros depredadores o fitófagos. 
Si la casa está muy infestada, por lo general los moradores lo saben muy bien, 
aunque si el nivel es muy bajo, es posible que no lo sepan. 
Las exuvias y cáscaras de huevos (a veces atrapadas en las telarañas) y manchas 
fecales sirven de prueba indirecta de que una casa está, o ha estado infestada. 
Las deyecciones de los triatominos tienen un aspecto rayado característico, 
generalmente una mezcla de rayas negras (debidas a hemo no digerido 
procedente de la comida de sangre) y rayas blanquecinas (por el ácido úrico). Si 
las manchas fecales se encuentras en una pared o un calendario, pueden 
constituir indicador seguro de una infestación corriente. Una técnica útil de 
monitoreo consiste en fijar hojas de papel en las paredes de la casa, con la fecha 
escrita, y luego volver en una fecha posterior para buscar manchas fecales 
(García Zapata et al., 1985). 
Tabla 4. Algunos nombre locales de los triatominos. 
Argentina vinchuca (1) 
Belice bush chinch 
Bolivia vinchuca 
Brasil barbeiro, bicudo, chupao 
Chile vinchuca 
Colombia chipo, pito 
 31 
Ecuador chinchorro 
México pito 
Paraguay vinchuca, chinche guazu (2) 
Perú chirimacha (3) 
Uruguay vinchuca 
EUA conenose bug, kissing bug 
Venezuela chipo, pito, iquipito, chupón 
 
(1) Se cree que el nombre “vinchuca” está derivado de una palabra quechua que 
significa “lo que cae”, aludiendo a la manera que tiene T. infestans de caer de 
los techos sobre las personas dormidas. 
(2) “Chinche guazu”, es el término guaraní, literalmente “Gran Chinche” 
(3) “Chirimacha”, también se deriva del quechua, significando, “el que teme el 
frío”, tal vez a la ausencia de las chinches en las partes más frías de la 
cordillera. 
 
La búsqueda manual de chinches vivas en las casas puede ser penosa, a veces la 
tarea puede ser facilitada rociando las grietas con una suspensión diluida de 
piretrinas naturales o un piretroide biodegradable; por ejemplo, neopinamina o 
cipermetrina para servir de importante agente de “desalojamiento”. Los 
resultados se expresan a menudo en “número de chinches por hora / hombre”, 
pero tal medida tiene poco valor cuantitativo, ya que el número de chinches 
colectadas dependerá de la experiencia del inspector, además de los niveles 
reales de infestación. 
En ciertas regiones, especialmente en las selvas pueden ser muy difícil, ya que 
colonizan las madrigueras/refugios de los mamíferos. Como alternativa se 
puede seguir la pista de los mamíferos hasta sus guaridas, primero se capturan 
los mamíferos en trampas jaulas, con cebo apropiado, entonces se les pone un 
pequeño carrete de hilo devanado con precisión en un receptáculo plástico 
fijado firmemente al abdomen del animal con una cinta, y se liberan de tal 
manera que el hilo sea soltado detrás de ellos a medida que vuelven a sus 
guaridas. Los primeros y únicos ejemplares conocidos de R. paraensis se 
descubrieron de esta manera en madrigueras de Echimys chrysurus. 
 Descripción Distribución Hábitat y biología 
Importancia como 
vector 
R. prolixus 
Especie de pequeño tamaño con 
adultos largos de 16-22mm, ge-
neralmente de color moreno cla-
ro, con nervadura y pintas cone-
xivas menos oscuras. Los huevos 
son rosados, siempre adheridos 
al substrato y a menudo en gru-
pos. 
R. prolixus está muy difundido en 
Venezuela y Colombia, y proba-
blemente también en ciertas re-
giones de Guayana y el norte de 
Brasil. También en Guatemala, 
Honduras, Nicaragua, El Sal-
vador y México. 
En Sudamérica, R. prolixus se encuentra 
en varios hábitats selváticos, especial-
mente en las cimas de las palmeras, así 
como en situaciones peridomésticas y 
domésticas. R. prolixus ha llegado a ser 
una especie importante para los estu-
dios de laboratorio debido a la facilidad 
con que se puede criar en una gran va-
riedad de huéspedes mamíferos y aves, 
y por su tiempo de generación relativa-
mente breve (de 3-5 meses). 
R. prolixus es un vector su-
mamente eficaz de T. cruzi 
y puede formar rápida-
mente colonias domésti-
cas importantes. Se consi-
dera como el vector más 
importante de la enferme-
dad de Chagas humana en 
Centroamérica, así como 
en Colombia y Venezuela. 
R. pallescens 
Parecida a R. prolixus pero con 
manchas claras y oscuras en el 
cuerpo, y nervadura de trazado 
borroso. 
Panamá y algunas regiones de 
Colombia. 
Esencialmente, R. pallescens es una es-
pecie de las cimas de las palmeras, don-
de a menudo está asociada con aves y 
roedores arbóreos, pero también se ha 
encontrado en árboles huecos en asocia-
ción con zarigüeyas. Muchas veces in-
vade los hábitats peridomésticos, y en 
varias regiones de Panamá se ha hecho 
doméstica. Por lo general no alcanza las 
altas densidades de población que se 
ven con R. prolixus. 
Considerado el vector más 
importante del Mal de 
Chagas en Panamá, a pe-
sar de quedar limitado 
principalmente a las zonas 
rurales donde las casas se 
construyen con hojas de 
palmeras o pajas. 
T. infestans 
Es una especie de color oscura 
con marcadas franjas de colores 
amarillo claro en los bordes de la 
región abdominal, distribuidos 
de forma discontinua. 
T. infestans selvática se conoce 
únicamente en la región de Co-
chabamba, en Bolivia, su distri-
bución es amplia, abarcando Ar-
gentina, Paraguay, Sur de Brasil, 
Bolivia, Perú y Chile. Se teme 
que T. infestans se difunda más al 
norte hasta la cuenca amazónica. 
Es una especie prácticamente domés-
tica, vive asociada al hombre, suele vi-
vir dentro de la vivienda, ocupando en 
determinadas situaciones hábitats peri-
domésticos, tales como gallineros, cuye-
ros y corrales de cabras. 
Es el vector más impor-
tante de la enfermedad de 
Chagas, en lo que se refie-
re a su amplia distribución 
y su hábito casi exclusiva-
mente doméstico. 
 33 
T. phyllosoma 
Un grupo de especies mexicanas 
muy afines. Incluye por lo menos 
5 taxa: longipennis, mazzottii, palli-
dipennis, phyllosoma y picturata, y 
tal vez varias otras (tales como 
brailovskyi y mexicana). Tienen 
tendencia a ser especies de gran 
tamaño (adultos largos de 28-40 
mm) caracterizadas por un 
abdomen excepcionalmente an-
cho y alas cortas con diseños he-
militroides distintivos. Todas las 
especies examinadas hasta ahora 
presentan cromosomas X múlti-
ples. 
México. Se encuentran generalmente en las 
regiones semiáridas, a menudo vivien-
do debajo de rocas, en asociación con 
neotomas y armadillos. La mayoría de 
ellas también se han detectado en 
hábitats peridomésticos, y algunas de 
ellas forman pequeñas colonias 
domésticas, particularmente T. 
pallidipennis. 
Todas las especies en este 
grupo se han encontrado 
con infecciones naturales a 
T. cruzi, a menudo con 
tasas de infección 
altísimas. Por lo general 
parecen ser colonizadores 
mediocres de los hábitats 
domésticos con un tiempo 
de generación que muchas 
veces excede de un año, y 
raras veces van asociadas 
con altos niveles de 
transmisión al hombre. 
T. barberi 
Especie de pequeño tamaño 
(adultos largos de 1620mm), ge-
neralmente de color negro con 
pintas conexivas rojizas. Los hue-
vos se adhieren a menudo al 
substrato. 
México (Chiapas, Colima, Gue-
rrero, Hidalgo, Jalisco, México, 
Michoacán, Morelos, Oaxaca, 
Puebla, Tlaxcala). 
Conocida únicamente de hábitats do-
mésticos y peridomésticos, generalmen-
te en condiciones semiáridas. El mues-
treo secuencial en las casas indica que 
las poblaciones tienen tendencia a ser 
pequeñas pero estables a lo largo del 
tiempo. Se alimenta de varios mamífe-
ros, incluido el hombre, y a veces de 
aves. Según los estudios de laboratorio, 
su comportamiento alimentario sería ti-
mido, y tendría un tiempo de genera-
ción prolongado, a menudo, superior a 
un año, pero una capacidad de supervi-
vencia de hasta 5 años. 
Por lo general,T. barberi 
resulta tener una fuerte 
infección de T. cruzi, a me-
nudo con tasas de infec-
ción de los adultos supe-
rior al 80%. En muchos ca-
sos esta especie está aso-
ciada con alta frecuencia 
local de infección humana 
y se considera como vec-
tor importante en el centro 
y sur de México. 
T. dimidiata 
Especie de tamaño relativamente 
grande pero variable (adultos 
largos de 25-35mm), con cabeza, 
pronoto y patas negras, y pintas 
México, Guatemala, Belice, 
Honduras, El Salvador, Nicara-
gua, Costa Rica, Panamá. Tam-
bién está extensamente distribui-
T. dimidiata es una especie generalista, 
registrada en una gran variedad de 
hábitats selváticos. Se ha encontrado en 
asociación con una variedad de hués-
Aunque T. dimidiata está 
muy difundida en los 
hábitats domésticos, y es 
un vector competente de 
 34 
conexivas características de color 
amarillo a naranja. El diseño y 
color de los hemiélitros; el corio 
suele ser de color amarillo claro 
con una mancha oscura en el 
centro, mientras que la membra-
na varía entre amarillo claro y 
negro. 
da en varias regiones de Colom-
bia, Venezuela, Ecuador y el 
norte del Perú. 
pedes mamíferos, particularmente zari-
güeyas, murciélagos, puercoespines, 
pero menos frecuentes con roedores. A 
menudo los adultos voladores son atra-
ídos por la luz, y las colonias perido-
mésticas y domésticas son frecuentes. 
En las casas las colonias tienden a ser 
pequeñas, las chinches se encuentran 
por lo general reposando en grietas en 
el piso, o la parte inferior de las pare-
des, a menudo debajo de montones de 
leña o de ladrillos almacenados. T. dimi-
diata se encuentra a menudo en casas 
urbanas así como en situaciones rurales 
y se ha encontrado en todas las ciuda-
des importantes de Centroamérica. 
T. cruzi, suele presentar 
tasas de infección 
relativamente bajas. Las 
colonias domés-ticas 
tienden a ser peque-ñas, y 
las especies tienen un ciclo 
vital prolongado, ge-
neralmente de más de un 
año. Los estudios de 
laboratorio indican la 
posibilidad de que esta 
especie es-té poco 
dispuesta a alimentarse de 
los humanos, y los 
estudios epidemioló-gicos 
demuestran que sue-le 
estar asociada con un 
nivel relativamente bajo 
de infección humana. Sin 
embargo hay que conside-
rarla como vector impor-
tante debido a su amplia 
distribución y la facilidad 
con que coloniza los 
hábitats urbanos y periur-
banos. 
T. brasiliensis 
Superficialmente se parece a T. 
infestans, pero por lo general se 
puede distinguir por su color 
más claro. 
Es el vector doméstico predomi-
nante de la enfermedad de Cha-
gas en la caatinga árida del nor-
este de Brasil, donde otros vecto-
res domésticos incluyen T. pseu-
domaculata y R. nasutus. Informes 
recientes sugieren que T. brasi-
Tiene características de población pare-
cidas a las de T. infestans, completando 
generalmente dos generaciones al año. Se 
encuentra a menudo en las casas, incluso las 
que están construidas de ladrillos cosidos, 
pero prevalece particularmente en los 
hábitats peridomésticos, tales como 
gallineros y corrales para cabras. Sus 
Constituye el vector primario 
de la enfermedad de Chagas 
en la caatinga árida del nor-
este de Brasil, no es un vec-
tor tan eficiente como R. pro-
lixus, pero posee probada 
capacidad vectorial. 
 35 
liensis está extendiendo su distri-
bución hacia el sur, hasta los es-
tados de Bahía y el norte de Mi-
nas Gerais. 
hábitat selváticos incluyen principalmente 
los montones de rocas asociados con los 
grandes roedores tales como Cerodon 
rupestris y Cavia aperea, pero se ha 
señalado también en la cima de las palmas 
de cera cultivadas. 
T. sordida 
Es una especie de color oscuro 
opaco, menos vistosa que T. di-
midiata y T. brasiliensis. Se puede 
distinguir de T. guasayana por su 
segundo segmento rostral más 
largo. 
Está distribuida principalmente 
en el cerrado del centro de Brasil 
y en partes del Chaco de Para-
guay y el noroeste de Argentina. 
Se encuentra comúnmente en las vi-
viendas, así como en una gran variedad 
de ecotopos selváticos, a menudo 
asociada a roedores que anidan en el 
suelo y cobayos. Parece menos común 
en los hábitats peridomésticos y solo en 
raras ocasiones forman pequeñas oca-
siones domésticas. 
Parece ser un vector relativa-
mente mediocre ya que se 
reproduce lentamente y rara 
vez forma colonias grandes, 
incluso, en condiciones 
óptimas, casi nunca logran 
completar más de una gene-
ración completa por año, 
además el parásito parece 
tener una baja tasa de 
metaciclogénesis en esta 
especie. 
 
Agradecimientos 
 
No hubiese sido posible la concrescencia del manuscrito sin la valiosa 
contribución de la Lic. Teresa Espinosa de los Monteros Buitrago, MSc., quien 
es investigadora de la Facultad de Farmacia, Universidad Complutense de 
Madrid, y que gentilmente nos brindó información actualizada sobre la entidad 
objeto de análisis en dicho material instructivo. 
 
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