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Te invitamos a conocer las tierras de sol y horizontes vastos en donde los latidos vegetales sobreviven. Su existencia es indispensable, pues además de permitir la nuestra, nos otorgan regalos naturales que hemos utilizado a lo largo del tiempo. Aquí en los desiertos se requiere fuerza, se requiere rudeza para permanecer. Aquí, seres humanos y vegetales conviven en un mismo espacio y luchan por su existencia. Conoce algunas de sus historias en las siguientes páginas e indaga hasta donde están relacionadas contigo, querido lector. La aridez y sus regalos naturales EJEMPLAR GRATUITO PROHIBIDA SU VENTA Introducción Todo importa: cada pequeña hoja, espinas, raíces y formas que toman los elementos vegetales que emergen en los lugares más agrestes de México. Estos aguerridos habitantes de cabelleras verdes, cenizas o rojas, son aliados que sustentan a los habitantes de las zonas áridas y semiáridas. Aún en las condiciones climáticas más adversas, la cubierta vegetal de zonas áridas y semiáridas de México provee alimento, trabajo y esperanza para sus habitantes. Sin embargo, estos acontecimientos casi míticos, son escasamente valorados: es común pensar en la importancia de cuidar un bosque, pero ¿hemos considerado la necesidad de conservar nuestros desiertos? la respuesta es esencial, estas regiones que casi incluyen la mitad del territorio nacional, están habitadas y los recursos se alteran por uso inadecuado. El 40 por ciento del suelo mexicano corresponde a superficies áridas y semiáridas, donde las lluvias son pocas, incluso hay ocasiones donde el agua se evapora antes de tocar el suelo. Estas zonas están cubiertas por comunidades vegetales como: mezquital, huizachal, pastizal, matorral xerófilo. Las áreas mayores y representativas de aridez son: Desierto Sonorense, Chihuahuense y Poblano-Oaxaqueño. La aridez y sus regalos naturales Primera Edición 2009 divulgacion@conafor.gob.mx www.conafor.gob.mx Comisión Nacional Forestal Coordinación General de Educación y Desarrollo Tecnológico Gerencia de Cultura Forestal EJEMPLAR GRATUITO PROHIBIDA SU VENTA ISBN: En Trámite Impreso en México Conservación de la biodiversidad Mujeres y hombres de las zonas áridas y semiáridas de nuestro país, aprovechan los recursos cada vez en forma más responsable, respetan las plantas jóvenes y cortan sólo un porcentaje de frutos para que la planta continúe su ciclo natural. Las hojas se cortan, se deja un espacio considerable entre el nacimiento de la hoja y la incisión. Apoyos bibliográficos Cervantes Ramírez, Marta Concepción. Plantas de importancia económica en las zonas áridas y semiáridas de México. Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México. 2002. Asesoría: José Ángel de la Cruz Campa La lechuguilla (Agave lecheguilla) es una planta con alta resistencia y adaptación a los suelos calizos. Un tallador experto obtiene un poco más de 3 kilos de fibra al día y el precio aproximado por kilo es de 12 pesos. Con la fibra también se fabrican estropajos y paneles de aire acondicionado, entre otros productos. Los restos del tallado para obtener ixtle, mezclados con agua, se utilizan como jabón para lavar ropa y como fumigador natural sobre las plantas. La lechuguilla se distribuye en mayor medida en Chihuahua, Coahuila, Durango, Estado de México, Hidalgo, Nuevo León y Tamaulipas. Hilos llenos de sol Antes del amanecer los hombres del desierto abren los ojos, en unos instantes caminarán varios kilómetros. Van en busca de lechuguillas, esas plantas con pencas puntiagudas con espinas que coronan sus puntas. Utilizarán el centro de la planta, donde están las pencas más tiernas sin abrir, pegadas unas con otras. Es de ese núcleo donde obtienen la materia prima para sus artesanías. En lugares tan áridos no hay más oficio que éste. Y así, con un sol quemador o con viento helado, los hombres se sientan a campo abierto con las pencas recolectadas. Tallan quitando la pulpa para obtener el ixtle. Sus manos y sus ojos soportan el jugo de la pulpa que irrita la piel. Aquí, lleno de sol, inicia el nacimiento de cordeles, bolsas, sombreros y cepillos. A falta de agua, flores Llenas de agua, las flores de la palma yucca cuelgan en racimos. Mujeres y hombres las cortan para alimentar a su ganado cuando la sequía es prolongada. Sí, cada planta es un mundo en las zonas áridas; todo se aprovecha: la cabellera verde y despeinada de esta palma ofrece fibras para elaboración de artesanías, o sus tallos tiernos se convierten en alcohol destilado. En la mesa de las familias que viven en el corazón del desierto, también se sirven flores. La palma yucca (Yucca filifera) también es utilizada en la construcción de viviendas y algunos de sus componentes son empleados por empresas farmacéuticas en la elaboración de anticonceptivos. La yucca se encuentra presente en Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas Zacatecas, Hidalgo, Michoacán, Estado de México y Guanajuato. Otro árbol de la vida Testigo milenario, el mezquite abre su follaje en las llanuras y bajíos, ofreció sus ramas a los grupos nómadas del desierto para crear arcos de caza, herramientas y refugios. Hoy, como antes, brinda alimento y madera: sus dulces vainas son un sustancioso alimento para el hombre. Las raíces del mezquite crecen a tal profundidad que su presencia es una clara señal de agua bajo el suelo. Y por si fuera poco, las flores del mezquite son visitadas por las abejas. Los conocedores dicen que la miel con aroma de mezquite es deliciosa. Las vainas del mezquite (Prosopis spp.) al ser molidas, contienen un 20 por ciento de proteínas. Las raíces del mezquite llegan a alcanzar una profundidad de 50 metros. Además, fija el nitrógeno en el suelo, lo que le brinda fertilidad. En México existen 9 especies de mezquite que se distribuyen en Aguascalientes, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Guerrero, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Sinaloa, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Sonora, Puebla, Veracruz y Zacatecas. Cera en el cielo La cera de candelilla ha llegado muy lejos, más allá del cielo. Esto ha sido posible gracias a que es un finísimo lubricante utilizado en las naves espaciales. También en la tierra, la candelilla brilla para nosotros: Frutos como las manzanas, lucen recubiertas y pulidas con cera, una capa protectora que les permite conservarlas mayor tiempo. Todas estas bondades nos fueron develadas por nativos prehispánicos del norte de México, quienes extraían la cera al hervir los tallos de la candelilla en cuencos de barro. El método tradicional usado actualmente para la extracción de cera de candelilla, que implica utilizar la totalidad de la planta, ha puesto en riesgo su permanencia. La cera se utiliza en aparatos de propulsión de naves espaciales de la NASA; también en la elaboración de cosméticos y papel encerado, entre otros usos. La candelilla (Euphorbia antisyphilitica), se distribuye con mayor abundancia en Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas. Corazón espinado Las espinas del nopal lo protegen, pero si se maniobra con cuidado, es posible llegar a los jugosos corazones que son sus tunas y la carne de sus pencas. El nopal es un emblema de resistencia: no importa el sol furioso cayendo sobre él, ni cuánto viento helado o escarcha se depositen en sus pencas; el nopal aguanta. Su contorno se observa en amplios territorios de nuestro país y su figura ondea en el Escudo de nuestra Bandera Nacional. Nopal ( Opuntia spp.) Las nopaleras se distribuyen en Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí y Zacatecas. Hay más de 100 especies de nopales y se agrupan en cuatro variedades según su aprovechamiento: nopal forrajero, nopal tunero, nopal verdura y nopal para el cultivo de la grana cochinilla. Los nopales sonpolinizados por insectos, murciélagos y colibríes. En búsqueda de un aroma Hombres y mujeres suben a la sierra, otros andan sobre los suelos de los amplios valles. Todos ellos van buscando un aroma, esa esencia que desprende el orégano. Cuando lo encuentran, lo recolectan, ayudadas por una herramienta tradicional: un machete con forma de media luna. Las hojas diminutas segadas, puestas al sol, desprenden un aroma todavía más intenso. Este perfume natural y la fuerza de su sabor, son el acento singular de la cocina del desierto y una herencia para los platillos nacionales. El orégano (Lippia graveolens) puede prepararse en infusión, dejando reposar una a dos cucharaditas de la hierba seca en agua caliente durante diez minutos; la gente del campo la usa como tónico digestivo o para tratar resfriados, entre otros usos. Numerosos grupos de cosechadores ya integraron a su saber tradicional, el uso de los restos de esta planta como fertilizante de la tierra y dan un tratamiento sustentable a la cosecha. El orégano es un arbusto silvestre que alcanza a medir 2 metros de altura; se obtiene de localidades en casi todo el país, especialmente en Chihuahua, Durango, Querétaro, Jalisco y Oaxaca. Rarámuris, esos pies que corren Los rarámuris viven en el contraste: Durante la primavera, el verano y parte del otoño permanecen en los altos valles, entre las elevaciones de la sierra, donde siembran y cosechan. Luego, con el arribo del invierno bajan entre los quiebres de las montañas y sus barrancos para llegar a sus aldeas; allí se guarecen en cabañas de madera o en cuevas. Viven entre la exuberancia del bosque y la aridez del desierto. La naturaleza les sirve. Con aguja de pino, las mujeres hacen canastas; con hojas de palma o sotol petates y bolsas; con barro modelan ollas; con madera hacen collares. También los hombres usan la madera; con ella construyen sus casas, elaboran violines o arcos y tallan figuras. La palabra rarámuris, de lengua yuto-nahua, significa pies que corren. También se les llama tarahumaras. Son el grupo étnico más numeroso que vive en los estados de Chihuahua Durango y Sonora, inmersos en la Sierra Madre Occidental. montañas hay pinos (Pinus spp), abetos (Abies religiosa), cedro blanco (Cupressus lindleyi), encinos (Quercus spp) y madroños (Arbutus glandulosa). Entre los montes más bajos y la meseta, se extienden el mezquite (Prosopis spp) y la lechuguilla(Agave lecheguilla), entre otros. En las planicies, hay pastos como la caña, el zacate (Eragrostis curvula) y la avena (Avena sativa). Los cultivos para consumo son de frijol y maíz. Para ayudar a su economía familiar, algunos rarámuris trabajan en los aserraderos. Konkaak: La gente Antes habitantes de un vasto territorio que tenía por límite sólo el mar, están los konkaak o seris, aquellos hombres y mujeres que fueron vistos como indios gigantes por los españoles cuando llegaron de ultramar. Aquí siguen, resistentes, como el árbol de palo fierro que tallan desde hace 47 años para sobrevivir. Diezmados y reducidos sus trayectos, con esfuerzo y tenacidad se han adaptado a través del tiempo modificando sus hábitos de subsistencia. Las mujeres desde pequeñas aprenden a hacer collares con las conchas de la playa y elaboran complejos cestos de fibras entretejidas que colorean con pigmentos vegetales. Los hombres tallan pequeñas artesanías en palo fierro. Para su desventura, en las ciudades copiaron su estilo y producen de manera industrial sus artesanías, superando así, en número, el fino trabajo a mano que hacen los konkaak. Hoy más que nunca se espera que el significado de su nombre, les dé fortaleza: seri en lengua yaki significa “hombres de arena”. La palabra Konkak, de idioma hokano significa la gente. Los konkaak o seris viven en dos localidades principales de la costa desértica de Sonora: Desemboque, municipio de Pitiquito, y Punta Chueca, municipio de Hermosillo. Sus artesanías en palo fierro (Olneya tesota), la cestería tejida en el arbusto torote (Jatropha curcas) junto con la pesca, son parte de sus medios de subsistencia. Te invitamos a conocer las tierras de sol y horizontes vastos en donde los latidos vegetales sobreviven. Su existencia es indispensable, pues además de permitir la nuestra, nos otorgan regalos naturales que hemos utilizado a lo largo del tiempo. Aquí en los desiertos se requiere fuerza, se requiere rudeza para permanecer. Aquí, seres humanos y vegetales conviven en un mismo espacio y luchan por su existencia. Conoce algunas de sus historias en las siguientes páginas e indaga hasta donde están relacionadas contigo, querido lector. La aridez y sus regalos naturales EJEMPLAR GRATUITO PROHIBIDA SU VENTA
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