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CMF2012

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Cuadernos de
Volumen 18(1). Enero - Marzo 2012
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Asociación de Médicos Forenses de Andalucía
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0
1
2
medicina forense
Proyecto de Hermanamiento “Improving the Skills of Forensic in Turkey”: 
un reto de futuro abierto a la Comunidad Médico Forense Española
PM. Garamendi, A. Bedate Gutiérrez, C. Haluk Ince, Y. Büyük, I. Esen Melez
Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense
G. Piga, A. Malgosa
El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características
AL. Manzanero, M. Recio
Trastorno por estrés agudo. Presentación de un caso
A. Calzada Reyes, YC. Oliveros Delgado, Y. Acosta Imas
Manual de Toxicología
A. Galnares
Skeletal Atlas of Child Abuse
Dragy
Síndrome de Kounis: una posibilidad a tener en cuenta como causa de muerte 
súbita cardiaca
P. Molina, C. Presentación, P. Beltrán, E. Zorio
Hemoperitoneo secundario a rotura de carcinoma hepatocelular. 
Hallazgos de autopsia
M. Subirana Domènech, M. Ortega Sánchez, G. Font Valsecchi, JI. Galtés Vicente, 
J. Castellà García
Atlas de Patología
Forense
Contribución
especial
Bibliofilia Médico
Legal
Medicina Forense 
en imágenes
Comentario 
de libros
Editorial
Originales
Sumario:Maquetaci n 1 14/06/2011 23:42 PÆgina 4
Editor jefe
Miguel Lorente Acosta (Jaén)
Aurelio Luna Maldonado (Murcia)
Concepción Magaña Loarte (Madrid)
Pedro Martínez-García (Cádiz)
Duarte Nuno Vieira (Coimbra, Portugal)
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José Vicente Lafuente Sánchez (Bilbao)
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(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar 
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Correspondencia:Servicio de Patología ForenseInstituto Medicina LegalMiguel Romero Martínez, 241015 Sevilla (España)E-mail: cuadernosmedicinaforense@hotmail.comWeb: www.cuadernosdemedicinaforense.es 
Incluida en:
Índice Médico Español
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SciELO
SCOPUS
Consejo asesor
Fundada en 1995 por la A.M.F.A.
Presidente Fernando Martín Cazorla
CODEN: CMFOFA
Dep. Legal: SE-1230-95
ISSN: 1135-7606 (versión impresa)
ISSN: 1988-611X (versión electrónica)
Impreso en papel libre de cloro
Printed on chlorine-free paper
Teléfono: 955 928 020Fax: 955 928 023
Joaquín Lucena Romero
S. de Patología Forense. IML de Sevilla 
Assumpció Malgosa Morera
Unitat d'Antropologia Biològica. 
Universitat Autònoma de Barcelona
Pilar Molina Aguilar
S. de Patología Forense. IML de Valencia
Rafael Navarro Pichardo
Departamento de Psiquiatría. 
Universidad de Granada
Antonio Rico García
S. de Patología Forense. IML de Sevilla
Carmen Jurado Montoro
Servicio de Toxicología. 
INTCF de Sevilla
Alfonso Galnares Ysern
Real Academia de Medicina de Sevilla
Pedro M. Garamendi González
S. de Patología Forense. 
IML de Huelva
Emilia Lachica López
S. de Clínica Forense. 
IML de Granada
RevisiónSumario
Cuad Med Forense 2012;18(1):44
Contribución especial 9 Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense
The application of physico-chemical techniques to Forensic Anthropology
G. Piga, A. Malgosa
19
Comentario de libros 33 Skeletal Atlas of Child Abuse
Dragy
Originales
32
El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características
Memories for traumatic events: accuracy, types and characteristics
AL. Manzanero, M. Recio
Atlas de Patología
Forense
39 Hemoperitoneo secundario a rotura de carcinoma hepatocelular. Hallazgos de autopsia
Hemoperitoenum due to hepatocellular carcinoma. Autopsy findings
M. Subirana Domènech, M. Ortega Sánchez, G. Font Valsecchi, JI. Galtés Vicente, J. Castellà García
Síndrome de Kounis: una posibilidad a tener en cuenta como causa de muerte súbita cardiaca
Kounis syndrome: a possibility to be considered as a cause of sudden cardiac death
P. Molina, C. Presentación, P. Beltrán, E. Zorio
35
Manual de Toxicología
A. Galnares
Bibliofilia Médico Legal
Medicina Forense en
Imágenes
Editorial 5 Proyecto de Hermanamiento "Improving the Skills of Forensic Experts in Turkey": un reto de
futuro abierto a la Comunidad Médico Forense Española 
Twinning Project "Improving the Skills of Forensic Experts in Turkey": a challenge of future open to the
Spanish Forensic Medicine Community
PM. Garamendi, A. Bedate Gutiérrez, C. Haluk Ince, Y. Büyük, I. Esen Melez
27 Trastorno por estrés agudo. Presentación de un caso
Acute stress disorder. Case report
A. Calzada Reyes, YC. Oliveros Delgado, Y. Acosta Imas
Sumario67:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 2
Revisión
16
Editorial
Cuad Med Forense 2012;18(1):5-7
Proyecto de Hermanamiento "Improving the Skills
of Forensic Experts in Turkey": un reto de futuro
abierto a la Comunidad Médico Forense Española
Twinning Project "Improving the Skills of Forensic Experts in
Turkey": a challenge of future open to the Spanish Forensic
Medicine Community
5
PM. Garamendi1
A. Bedate Gutiérrez2
C. Haluk Ince3
Y. Büyük4
I. Esen Melez5
1Médico Forense. 
Resident Twinning 
Adviser. Twinning Project
"Improving the Skills of
Forensic Experts". 
TR 08 IB JH 01. 
Consejo de Medicina
Forense. Estambul 
(Turquía).
2Médico Forense. 
Project Leader. 
Madrid (España).
3Médico Forense. 
Director del Consejo 
de Medicina Forense. 
Estambul (Turquía).
4Médico Forense. 
Vicepresidente del 
Consejo de Medicina
Forense. Estambul 
(Turquía).
5Médico Forense. 
Resident Twinning 
Adviser Counterpart.
Consejo de Medicina
Forense. Estambul 
(Turquía).
Correspondencia:
Dr. Pedro Manuel Garamendi
E-mail: imanolgaramendi@
gmail.com
En mayo de 2009 la responsable de la Secretaría de
Estado de Cooperación Internacional, Dª Soraya
Rodríguez Ramos, impulsó la participación del Mi-
nisterio de Justicia de España en un concurso inter-
nacional para optar a la coordinación de un Twinning
Project con la República de Turquía denominado
“Improving the Skills of Forensic Experts”. No era la
primera vez que el Gobierno de España participaba
en una iniciativa de este tipo, pero sí fue la primera
vez en la que elMinisterio de Justicia participaba y
la primera en la que para la coordinación del pro-
yecto se contaba con la participación de miembros
del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses (CNMF).
Los Twinning Projects o Proyectos de Hermana-
miento constituyen una herramienta diseñada por la
Unión Europea (UE) para la adaptación a los están-
dares europeos de las administraciones públicas de
países candidatos a entrar en la UE1. Estos proyec-
tos, financiados con fondos de la Unión Europea,
desarrollan actividades formativas tanto en el país
candidato como en países miembros destinadas al
intercambio de información en un área de trabajo
entre miembros de administraciones del país candi-
dato y países comunitarios. Su objetivo no es tanto el
desarrollo de bases formativas sino el intercambio de
modelos de trabajo y experiencias profesionales con el fin
de ayudar a cada nuevo futuro estado miembro a encon-
trar el modelo de trabajo que permita la mejora de su
rendimiento respetando sus peculiaridades nacionales. 
El proyecto presentado por España en mayo de
2009 fue aceptado por Turquía y la UE. Tras esta
aprobación, se desarrolló un concierto de colabora-
ción entre el Ministerio de Justicia y el de Interior de
España y el Netherlands Forensic Institute de Ho-
landa para la implementación del proyecto2. El
equipo europeo de trabajo estaba constituido por el
médico forense Dr. Andrés Bedate, como Líder de
Proyecto (Spanish Project Leader), el Dr. Jos Tóth,
como coordinador de la participación holandesa
(Junior Project Leader), y el Dr. Pedro Manuel Ga-
ramendi, también médico forense, como coordinador
de los expertos europeos en Turquía (Resident Twin-
ning Adviser o RTA). Contaban, además, con la co-
laboración en la gestión de los aspectos financieros
de la Fundación Internacional y para Iberoamérica
de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), or-
ganismo encargado de estas cuestiones para todos
los proyectos de cooperación internacional del Go-
bierno de España3. En Turquía, las personas respon-
sables de la colaboración fueron el Profesor Dr.
Cengiz Haluk Ince, director del Consejo de Medicina
Forense de Turquía (ATK), como líder turco de pro-
yecto (Turkish Project Leader), la Dra. Ipek Esen
Melez, como coordinadora de los expertos turcos
(RTA Counterpart), y el Dr. Yalçin Büyük, vicepresi-
dente del ATK, como responsable de la coordinación
de aspectos materiales (Senior Project Officer)4.
El proyecto tuvo un largo proceso de negociación con
el fin de definir con precisión los contenidos forma-
tivos a desarrollar y las metodologías más apropiadas
para ello. De este modo, tras más de un año de ne-
gociación, en marzo de 2011 el proyecto se inició.
En palabras de los responsables de la propia Delega-
ción de la UE en Turquía, el citado proyecto sólo
puede definirse como claramente ambicioso por el
número de instituciones implicadas y la amplitud de
las áreas de trabajo a desarrollar. 
Las instituciones receptoras de las actividades son
tres: la Policía Nacional y la Gendarmería de Turquía
y el ya citado Consejo de Medicina Forense de Tur-
quía. El objetivo prioritario se centra en el desarrollo
de estrategias para mejorar las actividades de las
ciencias forenses en Turquía en casos de posible vul-
neración de Derechos Humanos. Como objetivos
complementarios se cuentan la implementación de
mejoras en los sistemas de trabajo que permitan
proceder a la acreditación de diversas técnicas de
laboratorio según la norma ISO/IEC 17025, la elabo-
ración de un Manual de Buenas Prácticas para la in-
vestigación del lugar de los hechos acorde con la
norma ISO/IEC 17020 y la actualización en diversas
áreas de las ciencias forenses de los expertos turcos5,6.
Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 1
PM. Garamendi et al.
Cuad Med Forense 2012;18(1):5-7
El plan global de trabajo incluye un total de 25 áreas
de formación (Tabla 1), repartidas a lo largo de un
total de 315 días de formación, 243 de ellos en las
ciudades de Ankara e Istanbul y 72 en ciudades de
la UE (Sevilla, Cáceres, Mérida, Barcelona, Madrid,
Lisboa, Oporto y La Haya). El plan prevé la forma-
ción de un total de 820 expertos turcos en muy di-
versas áreas de las ciencias forenses. Para todo ello
se cuenta con la inestimable colaboración de un total
de 92 expertos europeos provenientes de 6 países
distintos y con la colaboración muy significativa del
INML de Portugal (Figura 1). La duración global del
desarrollo del proyecto se extiende hasta marzo de
2013, durante un total de 24 meses. 
El Proyecto de Twinning, que en estos momentos se
encuentra ya en su noveno mes de desarrollo, cons-
tituye una oportunidad para España de colaborar en
el escenario europeo en el desarrollo de las bases
institucionales de la UE y constituye una excelente
opción para afianzar las relaciones internacionales
entre España, Holanda y Turquía7. Pero, además,
para el CNMF es ésta una excelente oportunidad
para demostrar su capacidad para asumir la planifi-
cación y ejecución de planes ambiciosos de forma-
ción sólidos y eficientes, no sólo a nivel colectivo sino
también a nivel individual, merced a la colaboración
en este Proyecto de múltiples médicos forenses de
diversos Institutos de Medicina Legal (IML) de Es-
paña que están demostrando sobradamente su cali-
dad profesional individual y la calidad del trabajo que
el colectivo forense realmente tiene en nuestro país.
Este proyecto de cooperación internacional consti-
tuye también un recordatorio a los componentes del
CNMF de la necesidad de abrir sus fronteras cientí-
ficas a Europa. La colaboración con Latinoamérica
está ya asentada hace varios años merced a iniciati-
vas institucionales como las del Centro de Estudios
Jurídicos8, mediante la realización de cursos en las
diferentes sedes de Agencia Española de Coopera-
ción Internacional para el Desarrollo (AECID)9 y la
presencia de miembros del CNMF en el IML de Bo-
gotá, en la sede del Equipo Argentino de Antropolo-
gía Forense en la ciudad de Buenos Aires, en las
ciudades de Lisboa y Oporto en Portugal, y más re-
cientemente en Inglaterra10. Además, recientemente,
España ostenta la Secretaría Permanente de Red de
Instituciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses
de Iberoamérica, figurando como secretario de la
misma el Dr. Andrés Bedate. Esta Red reúne a la to-
talidad de IMLs de Iberoamérica, habiéndose desarro-
llado en el mes de septiembre, su cuarta Asamblea
General en la Ciudad de Funchal (Portugal). Sin em-
bargo, el presente proyecto constituye el primer paso
6
Figura 1.
Distribución por países de los 
expertos europeos participantes 
en el Proyecto. 
Tabla 1.
Áreas de formación en 
Ciencias Forenses. 
Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 2
Editorial
Cuad Med Forense 2012;18(1):5-7
colectivo hacia la apertura al escenario forense europeo,
apertura ya realizada hace varios años por otros profesio-
nales de las ciencias forenses (Instituto Nacional de To-
xicología y Ciencias Forenses, Cuerpo Nacional de
Policía, Guardia Civil), pero a la que aún el colectivo mé-
dico forense español no se había iniciado.
Sin duda, cada cosa debe suceder en su momento.
No es casualidad que este inicio de apertura a Eu-
ropa se haya llevado a cabo en un periodo durante el
cual hemos visto la implementación y desarrollo de
las estructuras de los IMLs con su orientación hacia
la focalización del trabajo forense por áreas de co-
nocimiento y hacia el asentamiento de una concien-
cia colectiva de la necesidad de unos criterios de
calidad en el desempeño profesional. En este mismo
periodo se han dado los pasos institucionales hacia
la integración dentro del sistema MIR de la especia-
lidad de medicina legal y forense, paso esencial para
el desarrollo de una formación profesional de calidad
de los médicos forenses merced a la integración de
las ciencias forenses dentro del marco general aca-
démico y del resto de especialidades médicas, nece-
sidad que el colectivo profesional venía demandando
hace ya varios años. La recientepublicación de los
volúmenes del Tratado de Medicina Legal y Ciencias
Forenses dirigida por el Dr. Santiago Delgado Bueno
es también el fiel reflejo de la asentada integración
de los médicos forenses con otros técnicos en cien-
cias forenses, juristas y departamentos universitarios
en el ámbito académico y de investigación11. Se han
creado sociedades científicas de ámbito nacional con
un claro espíritu de apertura internacional, como la
Sociedad Española de Patología Forense (SEPAF)12 o
la Asociación Española de Antropología y Odontología
Forenses (AEAOF)13 y los médicos forenses españoles
empiezan a ser colaboradores habituales en revistas y
tratados científicos internacionales. Sin duda éste era el
momento adecuado para la apertura a Europa de los
médicos forenses españoles. Existe una franca inquietud
entre éstos por la investigación, la orientación docente y
los criterios de calidad en el ejercicio profesional y sólo
en este contexto la apertura a Europa era razonable.
Este inicio de apertura, necesario para la medicina
forense española, no obstante, precisa del apoyo ins-
titucional para poder asentarse. Es necesario este
apoyo para el desarrollo adecuado de los medios ma-
teriales y de los currículos formativos en línea con
iniciativas de harmonización y calidad, que ya son y
seguirán sin duda siendo el futuro y presente de las
ciencias forenses en Europa. La medicina forense es-
pañola y las Administraciones Públicas españolas
tienen que creer en su capacidad de dar el salto del
arte a la ciencia y de asentar sus bases en un sólido
sistema de trabajo que afiance definitivamente el
papel de las ciencias forenses en el marco general
de las disciplinas científicas. Quienes estamos impli-
cados en este Proyecto de Hermanamiento sólo es-
peramos que los esfuerzos personales e
institucionales invertidos en el mismo colaboren a
fomentar la imagen de excelencia que la comunidad
científica y médico forense española se ha ganado
en estos años y que acaben redundando en benefi-
cios palpables para la comunidad profesional.
7
Bibliografía
1. Sitio web de la UE sobre los Twinning Projects:
http://ec.europa.eu/enlargement/how-does-it-
work/technical-assistance/twinning_en.htm (acceso
2/12/11).
2. Netherlands Forensic Institute (NFI). http://
www.forensicinstitute.nl/ (acceso 2/12/11).
3. Fundación Internacional e Iberoamericana para las
Administraciones y Políticas Públicas. http://
www.fiiapp.org/ (acceso 2/12/11).
4. Consejo de Medicina Forense de Turquía. Adli Tip
Kurumu–Council of Forensic Medicine. http://
www.atk.gov.tr/ (acceso 2/12/11).
5. ISO/IEC 17025. http://www.iso.org/iso/catalogue_
detail.htm?csnumber=39883 (acceso 2/12/11).
6. ISO/IEC 17020. www.iso.org/ iso/catalogue_detail?
csnumber=29342 (acceso 2/12/11).
7. Improving the skills of Forensic Experts Twinning
Project. http://www.forensicskills.eu (acceso
2/12/11).
8. Centro de Estudios Jurídicos. http://www.cej-mjusti-
cia.es/ (acceso 2/12/11).
9. Agencia Española de Cooperación Internacional
para el Desarrollo. http://www.aecid.es/ (acceso
2/12/11).
10. Equipo Argentino de Antropología Forense.
http://www.eaaf.org/ (acceso 2/12/11).
11. Tratado de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Dirigido por Delgado S. Barcelona: Ed. Bosch,
2011.
12. Sociedad Española de Patología Forense.
http://www.sepaf.net78.net/ (acceso 2/12/11).
13. Asociación Española de Antropología y Odontología
Forenses. http://www.aeaof.com/(acceso 2/12/11). 
Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 3
Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 4
Revisión
000
Contribución especial
Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17
Resumen
Los efectos del calor extremo sobre los restos óseos es un tema de gran interés para el mundo forense. La literatura
en rápido crecimiento en esta área de las ciencias forenses incluye investigaciones experimentales que analizan la di-
námica del impacto térmico sobre la estructura del esqueleto y su morfología. Además de los métodos tradicionales
de investigación, la aplicación de técnicas químico-físicas como la difracción de rayos X (DRX) y la espectroscopia de
infrarrojos por transformada de Fourier (FT-IR) es cada vez más aceptada en distintos contextos forenses. Los campos
de aplicación se refieren principalemente a la capacidad para distinguir entre restos humanos quemados y otros ma-
teriales, la determinación de la temperatura, el tiempo de combustión y su intensidad en todo el cuerpo, en diversas
situaciones como accidentes, suicidios/homicidios y el estudio de la escena del crimen.
Palabras clave: Huesos quemados. DRX. FT-IR. Índice de cristalinidad. Temperatura. 
Abstract
The effects of extreme heat on the skeletal remains are a subject of great interest to the forensic world. The rapidly
growing literature in this area of forensic science includes experimental investigations that analyze dynamics of thermal
impact on the skeletal structure and morphology. 
In addition to traditional research methods, the application of chemical and physical techniques such as X-ray diffrac-
tion (XRD) and, Fourier transform infrared spectroscopy (FT-IR) is increasingly accepted in forensic contexts. The
ability to distinguish between burned human remains and other materials, and the determination of the temperature,
the combustion time and intensity throughout the body may be important in various situations such as accidents, sui-
cides / homicides and studying the crime scene.
Key words: Burned bones. XDR. FT-IR. Cristallinity index. Temperature.
Aplicaciones de técnicas físico-químicas 
en Antropología Forense
The application of physico-chemical techniques to
Forensic Anthropology
9
G. Piga1,2
A. Malgosa1
1GROB (Grup de Recerca
en OsteoBiografia). 
Unitat d’Antropologia
Biològica, Departament
de Biologia Animal,
Biologia Vegetal i 
Ecologia, Universitat
Autònoma de 
Barcelona, España.
2Dipartimento di 
Chimica e Farmacia,
Università di Sassari.
Italia.
Correspondencia:
Dra. Assumpció Malgosa. 
E-mail: assumpcio.malgosa
@uab.cat. 
Fecha de recepción:
17.MAR.2012
Fecha de aceptación:
23.MAR.2012
Introducción
El estudio de los restos humanos quemados es de
gran importancia en la arqueología, las ciencias fo-
renses, la antropología forense y la investigación de
la escena del crimen. En el campo de las ciencias
forenses, existen una gran variedad de situaciones
que pueden conllevar la cremación de restos óseos,
incluyendo los accidentes de aviación, los bombar-
deos, las explosiones y terremotos. También los ho-
micidios, suicidios y muertes accidentales pueden
implicar el uso de fuego con resultados variables
sobre los restos humanos. 
El fuego es un método común para tratar de ocultar
la evidencia de la actividad criminal infligida sobre
víctimas humanas. El fuego puede ser utilizado por
el autor para: 1) destruir totalmente el cuerpo, 2) des-
truir las características que permiten la identificación
de víctimas (rasgos faciales, huellas dactilares), o 3)
destruir pruebas relacionadas con las circunstancias
que rodean la muerte1. El deterioro o la desaparición
de los tejidos blandos por el fuego dificulta notable-
mente o impide totalmente el análisis por otros espe-
cialistas (como los médicos forenses) y, por tanto, el
análisis de los restos humanos quemados es una tarea
comúnmente atribuida a los antropólogos forenses.
Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 1
G. Piga et al.
Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17
Por otro lado, también las muestras arqueológicas
pueden presentar evidencias de incineración y su
análisis proporciona datos relevantes para reconstruir
el ritual funerario y por tanto para entender cuestio-
nes trascendentales de las poblaciones del pasado2,3.
Así pues, la comprensión de los cambios que el
cuerpo ha sufrido como consecuencia de su exposi-
ción al fuego puede proporcionar información impor-
tante sobre el contexto y las condiciones del evento
de cremación. Dicha información puede incluir la es-
cena del crimen, la temperatura del fuego, y la pre-
senciade acelerantes. En este sentido, se dispone
de información sobre la temperatura que alcanzan
algunos combustibles al arder al aire libre: por ejem-
plo, la grasa animal a 800-900ºC, el queroseno a
990ºC, la gasolina a 1.026ºC, la madera a 1.027ºC
y el metanol a 1.200ºC4.
Puesto que la cremación puede conducir a la frag-
mentación extrema del hueso, se requiere una espe-
cial atención durante el análisis de la escena. Los
escenarios de incendios mortales suelen ser mucho
más complejos, no sólo porque el cuerpo y los ele-
mentos de identificación son drásticamente modifi-
cados por el fuego, sino porque todo el entorno, todo
el contexto, también se modifica en la misma ma-
nera, resultando en una coloración homogénea y en
la mezcla de todos los materiales.
Idealmente, los antropólogos forenses deberían par-
ticipar en la recuperación, ya que están capacitados
para reconocer los restos humanos fragmentados.
Aún así, puede ser un reto, incluso para antropólogos
entrenados, el distinguir pequeños fragmentos de
huesos quemados y dientes a partir de fragmentos
carbonizados de materiales de construcción y otros. 
Por otro lado, la capacidad de discriminar entre res-
tos humanos quemados (cenizas) y polvo de otros
materiales de apariencia similar puede ser de gran
importancia en una variedad de situaciones. El inci-
dente de Tri-State en Noble (Georgia, Estados Uni-
dos)5 es el ejemplo más conocido. A principios de
2002, se descubrió que en lugar de realizar las inci-
neraciones contratadas, el propietario de Tri-State
enterraba los cuerpos alrededor de su propiedad, sin
ningún tipo de ceremonia. Con el tiempo se recupe-
raron más de 330 cuerpos, mientras que las urnas
que habían recibido muchas familias a menudo con-
tenían polvo de cemento, sílice, piedra y otros mate-
riales. La confusión fue enorme ya que la mayoría de
los cuerpos recibidos antes de cierta fecha fueron re-
almente incinerados, y más tarde, algunos cuerpos
podrían haber sido enviados a otras instalaciones
para una incineración apropiada. Cientos de familias
no estaban seguros del contenido de las urnas en su
poder. Así pues, incluso las cremaciones comerciales
presentan problemas para el médico forense y las
disputas sobre las cremaciones comerciales pueden
desembocar en un litigio civil que puede implicar el
análisis forense de los materiales recuperados. 
El análisis de los restos resultantes de la cremación
comercial incluye también la evaluación del número
mínimo de individuos y de las posibles mezclas, así
como la identificación. Frecuentemente la recupera-
ción y el análisis de inclusiones, tales como placas me-
tálicas de identificación, restauraciones dentales y los
materiales quirúrgicos facilitan las identificaciones.
Por desgracia, el acto de quemar aunque no llegue a
la incineración total provoca una serie de cambios
sustanciales en el cuerpo y en el esqueleto, que a su
vez puede afectar los intentos de proporcionar la
identificación de los fallecidos. La investigación ha
demostrado que tanto los métodos morfológicos y
métricos de evaluación antropológica como los mé-
todos de datación, elementos traza6 y análisis de isó-
topos estables, se ven afectados. 
Tradicionalmente se ha utilizado la inspección visual
de los restos para discriminar si los huesos han sido
sometidos al fuego, y más allá de esto, asociacio-
nes entre el color del hueso y el tipo de fractura
con la temperatura del fuego, o con la presencia o
ausencia de tejidos blandos en el momento de la
exposición7,8.
Sin embargo, estas asociaciones son complejas, no
totalmente biunívocas, y los vínculos espurios. Por
ejemplo, en algunos casos de homicidio en los que
el fuego fue usado para encubrir las pruebas, los
cuerpos fueron sometidos a diversos grados de com-
bustión (Figura 1a y 1b); la observación del color de
10
Figura 1.
Cadáver que fue sometido a 
incineración afectando de forma 
parcial el cuerpo (1a). 
La parte inferior fue reducida 
a cenizas (1b), 
mientras que la calota craneal 
permaneció intacta (1c) 
(fotos por cortesía del 
Dr. Ignasi Galtès). 
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Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense
Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17
las diversas partes del esqueleto como única referen-
cia, podría haber proporcionado una información in-
exacta o incompleta en la que incluso se puede
excluir la presencia de fuego en alguna parte del es-
queleto (Figura 1c). 
También se ha demostrado experimental y estadísti-
camente que los cambios más importantes en el
hueso que pueden predecir el contexto de una cre-
mación implican cambios en la microestructura
ósea9. Por ello, se ha argumentado que la mejor
forma, y la más confiable, para abordar los proble-
mas relacionados con la exposición al fuego es la uti-
lización de métodos físico-químicos, posiblemente
en combinación con otros tipos de métodos micros-
cópicos, dedicando una atención especial a la fase
mineral de la hidroxiapatita (HA), que es el principal
componente inorgánico del esqueleto.
Las técnicas de difracción de rayos X (XRD) y la es-
pectroscopia de infrarrojos (FT-IR) se pueden utilizar
para distinguir los materiales óseos de otros tipos de
materiales cuando el contexto forense no está claro,
y para evaluar la estructura cristalina del hueso que-
mado, lo que, a su vez, se puede relacionar con la
temperatura y la intensidad de la cremación.
Métodos químicos-físicos para el
análisis de cremaciones
La medida del índice de cristalinidad (IC) se ha uti-
lizado para estudiar los cambios en la microestruc-
tura del hueso. El IC es una medida del orden
existente dentro del cristal, de la deformación y la
organización en el hueso. Cuando el hueso es fresco,
la estructura química es poco cristalina10,11, en parte
como resultado de la sustitución de carbonatos por
fosfatos causando un desorden del cristal12.
La cristalinidad no es uniforme en todo el esqueleto,
y varía entre los diferentes tejidos mineralizados del
cuerpo humano13. También se ha demostrado que la
edad afecta la cristalinidad, ya que a menor edad el
hueso es menos cristalino que un hueso maduro10.
Como resultado de la acción del calor sobre el hueso
y su posterior cremación, la estructura cristalina de
hueso se vuelve más ordenada y se caracteriza por
cristales más grandes, con lo que aumenta el valor
del IC. Por ello, el IC ha sido utilizado para estudiar
el mineral óseo calentado en un gran número de con-
textos; diversos ejemplos incluyen el uso del índice
de cristalinidad para determinar si el hueso fue que-
mado o no14 y para observar la existencia de diferen-
cias en las prácticas funerarias3,15. 
El cálculo del IC se puede realizar tanto mediante la
difracción de rayos X (DRX), como con la espectros-
copía infrarroja con transformada de Fourier (FTIR),
aunque los cálculos específicos y los valores serán
diferentes entre ambos.
Difracción de rayos X (DRX)
La espectrometría de Difracción de rayos X (DRX) es
una de las herramientas analíticas más potentes
para la identificación de sustancias cristalinas desco-
nocidas. Tiene varias ventajas sobre otras técnicas
analíticas para la identificación de los restos crema-
dos ya que no es destructiva, requiere cantidades re-
lativamente pequeñas de material (aproximadamente
0,5 gr), no se ve afectado por las variaciones ele-
mentales presentes en la bioapatita, y se puede uti-
lizar para el cálculo semi-cuantitativo de los
componentes de una mezcla, determinando así el
nivel relativo de contaminación de una muestra.
El método se basa en el hecho de que todos los cris-
tales están compuestos por planos regulares y repe-
titivos de átomos que forman un retículo. Cuando los
rayos X coherentes se dirigen a un cristal, los rayos-X
interactúan con cada átomo en el cristal, excitando
los electrones y haciéndolos vibrar con la frecuencia
de la radiación incidente. Los electrones se convier-
ten en fuentes secundarias de rayos X, re-irradiando
esta energía en todas las direcciones en la misma
longitud deonda del haz incidente, un fenómeno co-
nocido como dispersión coherente. Estos rayos X di-
fractados se pueden comparar con las ondas que
viajan en todas direcciones y forman patrones de in-
terferencia muy similares a las interferencias que se
forman cuando se dejan caer dos piedras en el agua.
Esta interferencia puede ser constructiva, formando
olas mayores, o destructiva, anulando totalmente las
olas. El patrón de interferencia creado depende de
la distancia entre las capas atómicas, la composición
química, y el ángulo en que los rayos X difractan
lejos de los átomos, por lo que indirectamente revela
la estructura de los cristales.
En el espectrómetro de difracción de rayos X, el tubo
de rayos X y el detector se hacen girar alrededor de
la muestra. El espectro de difracción creado por in-
terferencia constructiva es registrado por el detector
del haz. La relación entre el ángulo en el que se pro-
ducen los picos de difracción y la distancia entre los
átomos de una red cristalina (distancia interplanar
d) se expresa por la ley de Bragg: nl = 2d sinq. 
Por razones históricas, los difractogramas se expresan
en grados dos theta (2!). Los espectros de difracción
se recogen en el rango angular de 9° a 140° en 2! y
11
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G. Piga et al.
Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17
se analizan con un software llamado MAUD (Mate-
rial Analysis Using Diffraction)16, que permite corre-
gir los datos para la función instrumental y evaluar
cuantitativamente las fases mineralógicas presentes
en los huesos junto con los parámetros reticulares y
microestructurales. Se requieren de 12 a 24 horas
para recoger un espectro.
Puesto que cada sustancia tiene una estructura cris-
talina única (fase cristalográfica), los ángulos de in-
terferencia constructiva forman un patrón único. Al
comparar las posiciones e intensidades de los picos
de difracción con una biblioteca de materiales cris-
talinos conocidos, se puede identificar la composi-
ción de las muestras de la fase desconocida, como si
fuera la huella digital de la substancia. Esto es cierto
también para una mezcla de sustancias. En la prác-
tica, la mezcla de 5-6 fases cristalográficas se pue-
den resolver con un grado de confianza aceptable.
En 1975 se demostró que las altas temperaturas que
se consiguen con el tratamiento con fuego inducen
un aumento de las dimensiones medias de los micro-
cristales de la apatita, que se puede medir a partir del
alargamiento/restricción de los picos de difracción17.
A fin de afrontar la problemática relativa al estudio
de restos humanos arqueológicos quemados o pre-
suntamente quemados, en nuestro laboratorio efec-
tuamos la calibración de una muestra de hueso que
se utilizó como referencia. Para ello se simuló la ex-
posición al fuego real en función de distintas tempe-
raturas de tratamiento controlado (200-1100° C),
tomando en consideración la dependencia del
tiempo (0, 18 y 60 minutos)14.
En particular se analizó el comportamiento del hueso
de referencia a determinadas temperaturas interme-
dias (650, 750, 775, 825, 850 °C) a fin de moni-
torizar y explicar el doble régimen de crecimiento en
los cristales de la hidroxiapatita en el que se aprecia
un aumento súbito entorno a los 700°C, acercándose
luego a un valor constante más alto, siguiendo un
comportamiento sigmoidal con un tipo de función lo-
gística14. Este intervalo de temperatura es impor-
tante porque durante esta transición el tamaño de
los cristales de los huesos se altera a un grado esta-
dísticamente significativo9,18.
Asimismo, se puede cuantificar la cinética del creci-
miento de los cristales en relación a la temperatura
y al tiempo de tratamiento, para disponer de un
punto inmediato de referencia en la aplicación de la
calibración de los restos presuntamente quemados.
De esta forma, se puede no sólo determinar con más
exactitud la temperatura alcanzada por los restos,
sino que también es posible hacer una aproximación
al tiempo de cremación.
Estos datos tienen sus limitaciones ya que debe te-
nerse en cuenta que se ha trabajado sobre hueso
seco. A pesar de ello, Bohnert y colaboradores19 han
observado que para la total incineración de un
cuerpo a través de la cremación se precisan cerca de
dos horas a una temperatura de 800 °C, mientras
que para la destrucción de las partes blandas son
necesarios al menos 50 minutos. Así pues los tiem-
pos de estudio programados en nuestro laboratorio
son coherentes con una cremación real.
La Figura 2 muestra el espectro de difracción del
hueso humano no quemado usado como referencia.
Los puntos se refieren a los datos experimentales,
mientras la línea continua es la aproximación (fit)
conseguida con el método de Rietveld después del
ajuste iterativo de los parámetros estructurales y mi-
croestructurales. Los picos de difracción de la hidro-
xiapatita resultan extremadamente alargados debido
a la naturaleza nanocristalina del material óseo que
comporta dimensiones medias de los cristales extre-
mamente reducidas y una elevada concentración de
desorden reticular. Después de haber tenido en
cuenta los efectos instrumentales, el método de Riet-
veld es capaz de distinguir y separar el alargamiento
de los picos de difracción en términos de dimensio-
nes medias de los cristales y de densidad del desorden
reticular, expresadas en Angstroms (1 Å = 10-8 cm).
En particular, la dimensión media de los cristales re-
sulta ser de 170 (±5) Å. 
Así pues estos valores pueden ser considerados re-
presentativos de un hueso no quemado.
Las temperaturas de 200 hasta a 600 °C (0 minu-
tos) muestran procesos de crecimiento de los crista-
les muy débiles. El calentamiento isocrono de la
muestra (velocidad 20 °C/min) seguida de un calen-
tamiento isotermo a las temperaturas establecidas
(18, 36 e 60 minutos) parece tener efectos limitan-
tes sobre el crecimiento de los cristales debido a una
relativa estabilidad del sistema. Contrariamente, es
evidente un efecto de crecimiento rápido de los cris-
tales a temperaturas superiores a 700 °C (60 min),
ulteriormente distinguible en el intervalo de tempera-
tura entre 750° y 850 °C, y observable en todos los
tiempos en los que se ha actuado (0, 18, 36 y 60 min).
En lo concerniente a los huesos tratados a tempera-
turas mayores de 850 °C y que han permanecido lar-
gamente en el horno, las dimensiones de los cristales
son superiores a 1.500 Å aunque la determinación
de su valor medio es bastante difícil ya que se sitúa
en el límite instrumental de la técnica.
Para temperaturas superiores a 1.000 °C, las dimen-
siones medias de los cristales parecen aproximarse a
los valores máximos asintóticos siguiendo un proceso
de crecimiento de tipo sigmoidal (Tabla 1)14.
12
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Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense
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2 3
4
Figura 2.
Patrón de DRX de hueso humano 
no tratado usado como patrón de 
referencia. La línea con puntos 
muestra los datos experimentales, 
la línea continua es el ajuste de 
Rietveld en base a la estructura 
de la hydroxiapatita y la calcita. 
La línea inferior se refiere a los 
valores residuales; es decir la 
diferencia entre la raíz cuadrada 
de las intensidades calculadas y 
obtenidas, la cual es indicativa 
de la bondad de los resultados. 
Figura 3.
Difractogramas de dos huesos 
tratados a elevadas temperaturas
(1.000°C), en los que es evidente 
una considerable agudización y 
estrechamiento de los picos de rayos X.
Figura 4a.
Espectro de FT-IR de un hueso 
no quemado, mostrado en la 
gama de 500-700 cm-1, 
correspondiente al grupo PO4
3- 
característico de la hidroxiapatita. 
El factor de dimensiones SF se 
calcula numéricamente en este 
grupo de picos. 
Figura 4b.
Espectro de la banda de los 
fosfatos de un hueso quemado. 
La anchura de las dos bandas en
565 y 605 cm-1 disminuye a 
medida que aumenta la 
temperatura, con la aparición 
simultánea de un tercer pico a 
aproximadamente 630 cm-1. 
Tabla 1.Tamaño medio de cristales de la 
fase mineral hidroxiapatita 
(1 Å = 10-8 cm) 
(de Piga et al, 2009). 
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G. Piga et al.
Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17
En las dos muestras incineradas mostradas en la
Figura 3 se puede observar la notable reducción de
los picos de difracción, debido al notable crecimiento
de los microcristales y a la reducción del desorden
reticular inducido por el considerable tratamiento tér-
mico (1000 °C) al que fueron sometidos.
FTIR
Para apoyar e integrar los resultados obtenidos tam-
bién se ha utilizado la técnica de espectroscopia de
Infrarrojos por transformada de Fourier (FT-IR), un
diagnóstico ampliamente utilizado en la química-
física que permite reconocer la presencia de grupos
o especies moleculares característicos de las mues-
tras sometidas a examen.
Contrariamente a la difracción de rayos X, esta me-
dida tiene la ventaja de usar cantidades de muestra
del orden de unos pocos miligramos (aproximada-
mente 0,003 gr) y requerir tiempos de adquisición
del espectro muy cortos (aproximadamente 50 se-
gundos). El espectro característico de los grupos mo-
leculares está determinado por las frecuencias de
absorción específicas de los movimientos de rotación,
flexión o “estiramiento” (que consiste en la contrac-
ción y expansión de las distancias entre los átomos).
Con respecto al material óseo humano y animal, por
lo general se analizan las características del banda
de fosfatos (PO4
3-), detectables en la gama de fre-
cuencias entre 500 cm-1 y 700 cm-1.
Como puede verse en la Figura 4a, la banda de fos-
fatos en el material óseo no quemado está com-
puesto de al menos dos componentes, que son lo
suficientemente grandes, pero que disminuyen a me-
dida que aumenta la temperatura, con la consi-
guiente aparición de otro pico a aproximadamente
630 cm-1 (Figura 4b). El estrechamiento de estos dos
componentes se puede medir numéricamente con una
buena precisión utilizando un índice de cristalinidad
llamado Splitting factor SF (“factor de división“). 
El índice de cristalinidad SF se calcula por (A + C) / B),
donde A, B y C representan la distancia a la línea de
base. Así pues, en la línea de base del espectro, se
suman las alturas de las absorciones en aproximada-
mente 605 y 565 cm-1 y se divide por la altura mí-
nima entre ellos (en 595 cm-1). 
Esta fórmula fue propuesta por primera vez por She-
mesh20 y Weiner y Bar-Yosef21 y ha sido habitual-
mente utilizado desde entonces.
Las longitudes de onda en 565 cm-1 y 605 cm-1 co-
rresponden a las bandas de vibración de flexión de
fosfatos y se incrementan con el aumento de la cris-
talinidad. La longitud de onda en 595cm-1 disminuye
provocando así un aumento global en el valor de SF.
Nótese que aunque el aumento de temperatura pro-
voca un aumento de el SF, la relación no es lineal
sino que sigmoidal22.
Las bandas con mayor frecuencia indican la presen-
cia de grupos carbonatos (CO3
2-) que proporcionan
informaciones adicionales útiles de características
químico-físicas sobre el hueso.
Una estimación del contenido de carbonato viene
dada por la relación de la absorción del pico a 1428
cm-1 (CO3
2-) y del pico a 1042 cm-1 (PO4
3-); se in-
dica como C/P. El valor de este índice disminuye
cuando aumenta la temperatura.
El uso combinado de ambas técnicas (DRX y FITR)
constituye una poderosa herramienta para evaluar si
los huesos se han sometido al fuego y a qué tempe-
ratura, con una gran fiabilidad22. 
Aplicaciones
Existen casos en los que un tratamiento térmico no
es particularmente evidente, lo que comportaría qui-
zás una línea errónea en la investigación de los he-
chos. Para ilustrar estos casos utilizamos el caso
arqueológico de la necrópolis fenicia y púnica de
Monte Sirai (Carbonia, Cerdeña-Italia)22 en la que la
cremación se utilizó como rito funerario durante la
época fenicia, mientras que la época púnica se ca-
racteriza por la inhumación de los cadáveres. 
Sin embargo, algunos esqueletos de época púnica
mostraron algunas trazas oscuras sobre los huesos
aunque el conjunto esquelético se presentaba com-
pleto y en posición anatómica (Figura 5). Los ante-
cedentes de cremación en la población fenicia nos
indujeron a realizar un análisis físico-químico sobre
los restos.
Mientras el espectro DRX relativo al esqueleto de la
Tumba 252 (Figura 6) muestra inequívocamente las
características de una incineración -rito en uso por
parte de la población fenicia hasta el siglo VI a.C.,
los datos relativos a los individuos de la tumba 8,
12 e 255 muestran también una exposición al fuego,
aunque de menor intensidad. Este hecho está en
principio en desacuerdo con lo que se podría esperar
en el caso de tumbas púnicas, época posterior a la
fenicia y cuyo rito generalizado es la inhumación. Los
resultados obtenidos con ambas técnicas se mues-
tran en la Tabla 2.
14
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5
6
7
Tabla 2.
Tamaño de los microcristales de 
hidroxiapatita, SF y estimaciones 
de las temperaturas calculadas 
mediante las dos técnicas de 
espectrometría. Ambas técnicas 
ofrecen resultados concordantes. 
Tabla 3.
Tamaño de los microcristales de 
hidroxiapatita, Splitting Factor y la 
estimación de las temperaturas 
calculadas con las dos técnicas 
de espectrometría. Ambas técnicas
ofrecen resultados concordantes. 
Figura 5.
Restos esquelético de la tumba 
nº 8 de época púnica del 
yacimiento sardo de Monte Sirai. 
Figura 6.
Patrones de los espectros de DRX 
de 5 muestras procedentes del 
yacimiento sardo de Monte Sirai.
Figura 7.
Reconstrucción en el laboratorio 
del esqueleto procedente de la 
tumba 252 conservado de 
manera excepcional.
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G. Piga et al.
Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17
La Tabla 2 muestra en detalle los resultados obtenidos
mediante las técnicas de difracción de rayos X / FT-IR,
que muestran un acuerdo sustancial entre ellos. Las
diferencias que no superan los 120° C no son tan
importantes como afectar a la validez de las dos téc-
nicas, teniendo en cuenta las diferencias en la base
químico-física de las teorías elaboradas.
Del análisis de estos resultados, se puede evidenciar
la posibilidad de que los ritos funerarios púnicos de
inhumación del Monte Sirai fueran precedidos de
una combustión parcial de los cuerpos que pretende-
ría quizás eliminar de forma rápida las partes blan-
das. Con toda probabilidad el fuego se interrumpiría
después de pocos minutos (18 minutos, máximo 36)
y los cuerpos (normalmente 2 por tumba) aún ínte-
gros eran depositados en posición primaria uno en-
cima del otro. También podría interpretarse como
una combustión superficial mediante la quema de
materiales vegetales sobre el mismo cuerpo, lo cual
estaría en consonancia con la posición primaria de
los cuerpos y la mayor temperatura alcanzada en la
parte superior del hueso.
Sin embargo, el ritual en cuestión supone no pocos
problemas puesto que, a pesar de que los cuerpos se
encontraron en posición primaria, la fosa que los
contenía, practicada en el tufo volcánico, no conser-
vaba la más mínima traza de combustión. Merece la
pena destacar que en el mismo yacimiento se iden-
tificó la zona dedicada al “ustrinum” o zona dedicada
a la cremación de los cuerpos, pero es preciso añadir
que a menudo en el interior de la misma sepultura se
han encontrado dos cuerpos superpuestos, ambos
en idéntico estado de semicombustión. Así pues, en
el caso de Monte Sirai parece que se trata de un ri-
tual nuevo, cuya práctica fue limitada en el tiempo y
practicada quizás sólo alrededor del año 500 a.C.
En la literatura antropológica no se han encontrado
ejemplos similares en las necrópolis del mundo feni-
cio ni púnico22. Del mismo modo, la aplicación de
estos mismos métodos a casos como el del cráneo mos-
trado en la Figura 1, indicaría sin lugar a dudas su ex-
posición al fuego, a pesar desu apariencia no alterada.
Otra aplicación importante se refiere a la tumba de
incineración 252. El descubrimiento excepcional de
casi todas las partes del esqueleto nos ha permitido
de realizar un análisis detallado para analizar la homo-
geneidad de la temperatura y la intensidad del fuego
en diversas partes representante de todo el cuerpo. 
Este tipo de análisis no es habitual pues es práctica-
mente imposible en tales contextos recuperar restos
“in situ” de todo el esqueleto. Dado el excepcional
estado de conservación de los diversos fragmentos
(Figura 7), fue posible evaluar la eventual uniformi-
dad de la temperatura en muestras representativas
de todo el cuerpo.
La Tabla 3 muestra en detalle los resultados obteni-
dos mediante las técnicas de DRX/FT-IR. Los datos
obtenidos con las dos técnicas son prácticamente
concordantes, salvo en unos pocos casos (vértebras
1 y 2, cúbito izquierdo y ambos fémures) en los que
las temperaturas obtenidas con el análisis de difrac-
ción de rayos X son ligeramente más elevados.
Estas diferencias no exceden los 100°C y no son
significativas. 
Los cambios de coloración y textura de los huesos
así como los análisis de DRX/FT-IR sugieren una cre-
mación a elevada temperatura, aproximadamente a
1000 ºC, aunque algunos fragmentos de coloración
azulada sufrieron una temperatura menor entre 700 y
800 ºC. 
De ambos tipos de análisis sobresale además el
hecho que el calor debió afectar de forma bastante
homogénea a lo largo del esqueleto, con lo que la
pira debió ser alimentada en su conjunto, sin que
existiera un centro principal.
Conclusiones
En las últimas décadas, la investigación y la expe-
riencia de casos han aumentado en gran medida la
capacidad de reconocer e interpretar los restos óseos
quemados. Sin embargo, son necesarios nuevos mé-
todos experimentales para aclarar la variedad de fac-
tores que conducen la gran cantidad de efectos
térmicos.
La difracción de rayos X y análisis de FT-IR tienen
varias ventajas significativas para la identificación de
una cremación y para la estimación de la tempera-
tura y la duración de un evento de cremación fo-
rense, centrándose en los cambios microscópicos en
el hueso.
Los importantes avances en hardware han mejorado
mucho la velocidad y la accesibilidad de DRX. Sin
duda, estas técnicas de análisis tendrán un papel
cada vez más importante en el campo de la ciencia
forense en el futuro.
Agradecimientos
Los autores quieren agradecer al Prof. Stefano Enzo,
Dr. Michele Guirguis (Universidad de Sassari, Italia),
Dr. Massimo Piccinini (Porto Conte Ricerche, Alg-
hero, Italia) y Dr. Ignasi Galtès su ayuda. Este trabajo
ha sido posible gracias al proyecto “Giovani Ricercatori”
16
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Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense
Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17
de la Regione Autonoma della Sardegna, titulado:
Studio archeometrico, antropologico e paleogene-
tico del materiale archeologico appartenente al sito
fenicio-punico di Monte Sirai (Carbonia), y a los
proyectos del MEC, CGL2008-800800/BOS y
PR2009-0128.
17
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AGENDA CIENTÍFICA
! Curso “Adult Cardiovascular Pathology”. 
Coordinado por Dr. Mary Sheppard. Royal Brompton Hospital. 
Londres, 17 y 18 de mayo de 2012. 
Información: http://www.sepaf.net78.net
! IV Jornadas Científicas de la Asociación Española de Antropología y Odontología Forense.
Departamento de Madrid del INTCF. 24 y 25 de mayo de 2012. 
Información: http://www.aeaof.com/inicio.htm
! 22nd Congress of the International Academy of Legal Medicine (IALM). 
Istanbul (Turkey) 5-8 July 2012. 
Información: http://www.ialm2012.org/
! 9ª Edición del Curso Teórico-Práctico de Odontología Forense, 1er nivel. 
Córdoba (Argentina) del 18-23 de Junio de 2012. 
Información: http://www.facebook.com/events/325794704140457/
! 16º Congreso Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. 
Bogotá (Colombia) 15-17 Agosto 2012.
Información: http://www.congresoforensecolombia2012.com/index.html! XXIX Congress of the International Academy of Pathology (IAP). 
Cape Town (South Africa). 30 September – 2 October, 2012.
Información: http://new.iap2012congress.com
! 5th Biennial Meeting of the Association for European Cardiovascular Pathology (AECVP). 
Cádiz (Spain) 4-6 October 2012. 
Información: http://www.5thmeetingaecvp2012cadiz.comlu.com
! American Academy of Forensic Sciences (AAFS) Annual Meeting. 
Washington (USA).18-23 February 2013. 
Información: http://www.aafs.org/aafs-2013-annual-meeting
! X Curso de Patología Forense. 
Logroño (La Rioja). Marzo de 2013. 
Próxima información en www.sepaf.net78.net
! XXVI Congreso de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), 
XXI Congreso de la Sociedad Española de Citología (SEC) y 
II Congreso de la Sociedad Española de Patología Forense (SEPAF). 
Cádiz (España) del 22 al 24 de Mayo de 2013. 
Próxima información en www.seap.es
Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:43 PÆgina 10
Revisión
000
Original
Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25
Resumen
El estudio de las memorias traumáticas ha generado un importante debate debido a su implicación en la comprensión
del funcionamiento de la memoria y la importancia de los recuerdos traumáticos en entornos forenses. Se pretende
con esta revisión entender las causas que nos pueden ayudar a explicar el debate en torno a las memorias traumáticas,
analizando la definición de trauma y los factores que pueden condicionar su recuerdo. Por último, y debido a su im-
portancia en contextos forenses, se realizó un análisis en torno a la exactitud de las memorias traumáticas. La expli-
cación en torno a cómo recordamos un hecho traumático está en función de la concepción del término “trauma”. Si
el trauma se entiende por los efectos psicológicos que provoca, nos encontraremos con estudios que abogan por las
memorias diferenciales. Si definimos el trauma por las características del agente que lo provoca, entonces nos encon-
traremos con estudios que apuntan a las teorías de las memorias equiparables. Independientemente de dónde se
ponga el foco, habrá que considerar los factores que influyen en el recuerdo, fundamentalmente el estrés, la intensidad
de la emoción asociada o el grado de implicación. Su efecto condicionará la capacidad para desplegar las estrategias
de afrontamiento necesarias y son importantes para entender las diferencias en la exactitud de los recuerdos y en la
accesibilidad a las memorias traumáticas.
Palabras clave: Memoria autobiográfica. Trauma. Emoción. Trastorno de estrés post-traumático. 
Abstract
The study of memory for trauma has generated considerable controversy. Its importance stems from its involvement
in the understanding of memory processes, and for its importance in forensic contexts. The aim of this study was to
analyze the factors that help explain the controversy surrounding memories for trauma. To do this the definition of
trauma and the factors that can determine the memory were analyzed. Also, the accuracy of memories for trauma was
analyzed. The explanation of memory for trauma is depending on the concept of trauma. If trauma is defined by its
psychological effects, then studies support that memories for trauma are different from other autobiographical memo-
ries. If trauma is defined by the characteristics of its cause, then studies support that memory for trauma are different
from other memories. Regardless of focus, factors that influence the recall should be considered. Stress level, intensity
of emotion, and degree of involvement are the most important. The effect of these factors affects the ability to deploy
strategies to face the trauma, and it is important to understand the differences in the accuracy and accessibility
of memories.
Key words: Autobiographical memory. Trauma. Emotion. Post-Traumatic Stress Disorder.
El recuerdo de hechos traumáticos:
exactitud, tipos y características
Memories for traumatic events: accuracy, types and
characteristics
19
AL. Manzanero1
M. Recio2
1Universidad 
Complutense de 
Madrid (España).
2Fundación Carmen
Pardo-Valcarce 
(España).
Correspondencia:
Antonio L. Manzanero
Departamento de 
Psicología Básica I
Facultad de Psicología
Universidad Complutense
de Madrid 
28223 Madrid
E-mail: 
antonio.manzanero
@psi.ucm.es
Fecha de recepción:
20.FEB.2012
Fecha de aceptación:
16.MAR.2012
El presente trabajo forma parte del proyecto de investigación “Entrevista, intervención y criterios de credibilidad en abusos
de carácter sexual en personas con discapacidad intelectual” que se lleva a cabo en la Fundación Carmen Pardo-Valcarce,
con la colaboración de la Fundación MAPFRE, el Ministerio de Interior y la Universidad Complutense de Madrid.
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AL. Manzanero et al.
Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25
Introducción
Se definen las memorias traumáticas como recuer-
dos sobre hechos con una valencia negativa y alto
impacto emocional. El impacto que los hechos trau-
máticos tienen sobre las personas depende de dife-
rentes factores, existiendo importantes diferencias
individuales, que determinarán la experiencia feno-
menológica asociada al recuerdo del suceso vivido.
En algunos casos, estos sucesos pueden dar lugar a
un trastorno de estrés post-traumático, que se ca-
racteriza por la tendencia en las personas que la su-
fren a la re-experimentación (vivencias intrusivas
como recuerdos del acontecimiento y sueños sobre el
mismo o sensación de estar ocurriendo de nuevo),
la evitación (esfuerzos por evitar pensamientos, sen-
timientos, recuerdos, lugares o personas relaciona-
dos con el suceso) y la hiperactivación (dificultad
para dormir, irritabilidad o explosiones de rabia).
A largo plazo, los efectos dependerán de la intensi-
dad del trauma y de la vulnerabilidad del sujeto. Así,
no afectará de la misma manera un trauma derivado
de un accidente de tráfico que un trauma derivado de
una experiencia de abuso sexual continuado en la in-
fancia. De igual modo, se han propuesto tres factores
claves en la respuesta a una experiencia traumática:
a) las experiencias de apego negligentes u otros
traumas en la infancia,
b) las estrategias de afrontamiento, y 
c) el apoyo social a la víctima del trauma1-3. 
La especificidad de las memorias
traumáticas
Una revisión reciente4 propone que la controversia
en relación a las memorias traumáticas puede resu-
mirse en varios puntos fundamentales: a) si estas
memorias son diferentes de otros tipos de memorias
autobiográficas, b) si las memorias traumáticas son
más o menos exactas que las memorias de hechos no
traumáticos, y c) si estas memorias pueden olvidarse
completamente y recordarse mucho tiempo después. 
Podemos distinguir diferentes propuestas en torno a
las características diferenciales de las memorias
traumáticas: a) las que señalan que las memorias
traumáticas serían diferentes a otras memorias auto-
biográficas, y b) las que afirman que ambos tipos de
memorias son similares. A continuación explicaremos
brevemente ambas propuestas así como las principa-
les investigaciones publicadas que las sustentan.
Las memorias sobre hechos traumáticos: un
tipo de memoria especial
Algunos estudios muestran que las memorias trau-
máticas tienen características diferentes a las me-
morias sobre otros hechos autobiográficos. En este
marco, se han señalado dos propuestas diferentes:
a) las memorias de hechos traumáticas son mejo-
res que las memorias neutras y b) las memorias de
hechos traumáticas son peores que las memorias
neutras. 
Con respecto a la primera propuesta, diferentes in-
vestigaciones han puesto de manifiesto la aparente
superioridad de las memorias sobre hechos traumá-
ticos5-9. Según estos estudios, sentimos que somos
capaces de recordar estos sucesos como si acabaran
de ocurrir, aparentando ser inmunes al deterioro pro-
ducido por el paso del tiempo. Este tipo de memorias
ha sido denominado memorias vívidas (flashbulb
memories). Un hecho de este tipo es, por ejemplo,
el atentado ocurrido en Nueva York el 11 de septiem-bre de 2001, cuyo impacto emocional no deja lugar
a duda. Cuando recordamos aquel día y lo que nos-
otros hacíamos antes, durante y después del aten-
tado es muy probable que tengamos la sensación de
que aquello se nos ha quedado profundamente gra-
bado, que lo recordamos de forma muy vívida y con
todo lujo de detalles. 
En esta dirección, algunas investigaciones10 han
mostrado que los hechos traumáticos se recuerdan
mejor tres meses después que los que no lo son.
Peace, Porter y Brinke11, tras comparar memorias re-
ales sobre agresiones sexuales, traumas y hechos no
traumáticos, encontraron que las primeras eran más
vívidas, detalladas y sensoriales que las segundas.
Así pues, los acontecimientos traumáticos se recor-
darían mejor, serían más consistentes con el paso
del tiempo, y se podrían caracterizar por una memo-
ria clara y exacta para los detalles centrales del su-
ceso12,13, aunque con poca exactitud para los
detalles irrelevantes, de forma más acentuada a lo
que igualmente ocurre con los recuerdos de otros he-
chos autobiográficos.
En contra de esta propuesta, algunos autores afirman
que este tipo de memorias serían peores que las me-
morias sobre otro tipo de hechos autobiográficos, ya
que pueden presentarse fragmentadas14-18 y ser difí-
ciles de expresar de forma narrativa, aunque pueden
estar asociadas a sensaciones intensas (olorosas,
auditivas, táctiles…), y ser muy visuales19-21. Incluso
se ha propuesto que este tipo de memorias podría
estar asociado a episodios de amnesia, siendo más
susceptible de aparecer ante emociones extremas,
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El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características
Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25
como las que pueden despertar los delitos pasiona-
les22, y suelen estar asociadas a casos de amnesias
transitorias de origen orgánico e intoxicaciones por
alcohol23. 
Las propuestas sobre memorias fragmentadas de he-
chos traumáticos están sustentadas, además, en los
estudios experimentales y clínicos sobre el trastorno
de estrés postraumático24,25, cuyos síntomas relacio-
nados con el recuerdo (el olvido de algunos aspectos
del suceso, y el recuerdo vívido y persistente de otros
momentos del mismo en forma de “flashbacks”) ilus-
tran este tipo de memoria traumática fragmentada.
Datos para una propuesta sobre la inespecifi-
cidad de las memorias traumáticas
Algunos autores26 afirman que pese a existir dife-
rencias en algunos aspectos entre las memorias au-
tobiográficas traumáticas y neutras, no implican
diferencias sustanciales en sus características ni en
su deterioro. Varios estudios recientes27-29 parecen
confirmar estas afirmaciones con poblaciones dis-
tintas. En el primer estudio se compararon los re-
cuerdos de hechos traumáticos (fallecimientos,
agresiones, separaciones, accidentes, atentados y
otros) con recuerdos de hechos felices (nacimien-
tos, actividades de ocio, bodas, trabajo, reencuen-
tros y otros), mediante el Cuestionario sobre
Características Fenomenológicas de Recuerdos Au-
tobiográficos (CCFRA), diseñado al efecto. Este es-
tudio se realizó con población española y se
consideraron 120 recuerdos. En general, los resul-
tados mostraron que los recuerdos de hechos trau-
máticos en comparación con hechos felices se
caracterizaban por contener menos información
sensorial, ser más complejos, más difíciles de fe-
char, con sentimientos asociados más intensos, un
mejor recuerdo de pensamientos asociados en el
momento de su ocurrencia, más difíciles de expre-
sar verbalmente y con más pensamientos recurren-
tes sobre lo ocurrido. Por el contrario, no se
encontraron diferencias significativas sobre locali-
zación espacial del suceso, vividez, definición, ac-
cesibilidad, fragmentación, perspectiva de
recuperación, dudas sobre su ocurrencia, ni tenden-
cia a hablar sobre lo ocurrido. 
¿Por qué hay conclusiones tan dispares? Una de las
razones que explica esta disparidad es que la
misma concepción de lo que se está estudiando
varía de unos estudios a otros, es decir, si el trauma
se define más por sus efectos psicológicos en las
víctimas, nos encontramos con las propuestas de
memorias diferenciales. Pero si el foco de la defini-
ción del trauma recae sobre las características in-
trínsecas de los agentes que los provocan, entonces
aparecerían más las memorias equiparables. Lo
cierto es que desde su origen el trauma se ha defi-
nido no tanto por el hecho en sí como por los efec-
tos físicos o psicológicos que ha tenido en las
víctimas. El trauma desborda la capacidad del indi-
viduo de tolerar y procesar las emociones que ge-
nera y desorganiza las estrategias de una persona
para manejarse en la vida. Un atentado, un acci-
dente de coche o un maremoto puede ser o no trau-
mático, dependiendo de los efectos psicológicos
que haya desencadenado. Pero también se puede
aceptar que los tres son traumáticos por el hecho
de constituirse como una amenaza a la integridad.
Independientemente de dónde situemos el foco, al
analizar la literatura al respecto, lo primero que de-
beremos considerar es qué concepción de trauma les
acompaña, porque sólo así podremos empezar a en-
tender las disparidades en el estudio de las memo-
rias traumáticas.
En cualquier caso, las opiniones tan diversas en
torno a las características de las memorias traumá-
ticas con respecto a otras memorias autobiográficas
nos llevan a plantearnos la necesidad de ser pruden-
tes a la hora de generalizar conclusiones acerca de
la manera de recordar un hecho traumático. Parece
razonable concluir, a la luz de las investigaciones,
que un mismo hecho traumático puede ser recor-
dado de una manera vívida, consistente, o, por el
contrario, fragmentado, o incluso no recordarse. Un
mejor conocimiento de los factores de influencia
quizá podría explicar las diferencias entre memorias
traumáticas y memorias autobiográficas sobre he-
chos neutros.
Variables de influencia sobre las carac-
terísticas de las memorias traumáticas
El primer factor que destacamos es el estrés. Así lo
indican todos aquellos estudios que advierten de su
influencia en la memoria30,31. Su relación es com-
pleja, ya que, como hemos visto, las experiencias es-
tresantes traumáticas podrían producir la sensación
de recuerdos intensos, vívidos y persistentes, al
tiempo que produce un deterioro significativo de la
capacidad de atención y memoria. La vivencia del
estrés no está en función de las características del
trauma si no de la manera en que cada organismo
percibe y reacciona al estímulo traumático. Como
cada organismo percibe y reacciona al estrés está en
función de diferentes factores, entre los que ocupan
21
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AL. Manzanero et al.
Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25
un lugar importante el temperamento y el apego32.
Derivado de la combinación de ambos factores con-
taremos con un tipo de capacidad u otra para desple-
gar las estrategias de afrontamiento necesarias para
que el organismo responda al estímulo traumático
sin perturbar seriamente su equilibrio y, por tanto,
minimizando su efecto sobre la memoria o la atención.
En el caso de una agresión, en un entorno donde se
produce una reacción sensible, reguladora y protec-
tora, probablemente se minimizarán los efectos
traumáticos. 
En cualquier caso, la intensidad de la emoción aso-
ciada al hecho y el grado de implicación parecen ser
factores importantes. Por regla general, los hechos
autobiográficos con una implicación emocional im-
portante se recuerdan más detalladamente que los
hechos rutinarios con baja implicación emocional33,
lo que no implica que todos los detalles recordados
sean exactos ni la memoria generada sea inmune al
paso del tiempo. En un estudio llevado a cabo con
población Palestina de la franja de Gaza34 los resul-
tados encontrados mostraron que ser protagonista
del hecho traumático lleva a memorias más fragmen-
tadas, más confusas, con sentimientos asociados
más intensos, y memorias más accesibles, dado que
tiendenmás a re-experimentar y a pensar en los he-
chos vividos, en comparación con los recuerdos de
los sujetos que fueron testigos del suceso y cuyas
emociones asociadas fueron menos intensas. En la
misma dirección, se ha evaluado el efecto de la im-
plicación en el hecho traumático sobre la exactitud
de los recuerdos35, encontrándose que el grado, tipo
(central vs periférico) y exactitud de los detalles re-
cordados por los sujetos estaba relacionado directa-
mente con la implicación del sujeto. 
Exactitud e inmutabilidad de las
memorias traumáticas: “jamás se me
olvidará”
Es muy probable que ciertos detalles de nuestras
memorias autobiográficas sobre hechos traumáticos
que damos por exactos hayan sido “creados” poste-
riormente36,37. Ost y colaboradores38 encontraron, en
un experimento sobre memorias de hechos traumá-
ticos, que un 40% de sujetos creían haber visto es-
cenas falsas sobre los atentados de Londres de
2005, que habían sido generadas por los investiga-
dores. En la misma dirección, se han realizado nu-
merosos estudios sobre los recuerdos acerca de los
atentados terroristas del 11-S en Nueva York39-44,
mostrando interesantes resultados que en esencia
confirman la alteración de este tipo de memorias con
el paso del tiempo. Así, por ejemplo, Schmidt45 en-
contró que los hechos centrales se recuerdan con más
consistencia que los periféricos, pero los recuerdos
sobre este suceso contenían abundantes errores pro-
cedentes de una inapropiada reconstrucción de los
hechos. Los sujetos más afectados emocionalmente
mostraron un peor recuerdo y más inconsistencias
respecto a los detalles periféricos que los sujetos
menos afectados. Toda aquella información que pro-
cede de la estimación del sujeto y no de su percep-
ción directa será más susceptible de modificarse a
lo largo del tiempo. 
Sin embargo, es corriente escuchar a víctimas de su-
cesos violentos decir, por ejemplo, “me ha impresio-
nado tanto, que nunca lo olvidaré” porque la mayoría
de la gente piensa que cuanto más violento sea un
suceso más impactará y, por tanto, mejor será des-
pués su recuerdo. La realidad es que se ha probado
cómo los sucesos que implican un mayor grado de
violencia se recuerdan peor46. Clifford y Scott expli-
can este efecto indicando que el sujeto experimenta
mayor estrés cuanta mayor violencia implica el su-
ceso, y el estrés afecta negativamente a los procesos
cognitivos como la atención, la percepción y la me-
moria. La falta de recursos atencionales que genera
el estrés dificulta el procesamiento en profundidad
de la información, así los sujetos pueden procesar la
información más básica de forma pre-atencional,
pero no integrar después adecuadamente toda esa in-
formación en una representación completa y exacta,
generando conjunciones ilusorias, de modo que el
sujeto puede tener todas las piezas del puzzle, pero
montarlo de forma errónea, dando lugar a un relato
de los hechos diferente a lo acontecido en realidad47. 
Accesibilidad de lo recuerdos sobre
hechos traumáticos
En algunas ocasiones se ha afirmado que las memo-
rias sobre hechos traumáticos podrían quedar “repri-
midas” o dar lugar a fenómenos disociativos que
generen una incapacidad para recordar los hechos48.
Este tipo de amnesias psicógenas se han relacio-
nado con el trastorno de estrés post-traumático.
Según estas hipótesis, el recuerdo no se perdería,
sino que permanecería en la memoria aunque inac-
cesible. De este modo, mucho tiempo después, un
acontecimiento similar o en cualquier caso los indi-
cios de recuperación adecuados podrían hacerlo
consciente de nuevo. A estos recuerdos antes repri-
midos y ahora accesibles se les ha denominado
22
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El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características
Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25
como memorias recuperadas. No obstante, los estu-
dios experimentales al respecto han fracasado al tra-
tar de probar la existencia de este tipo de fenómenos.
Más bien al contrario, algunos autores49-51 afirman
que las memorias traumáticas se recuerdan más y
mejor que las memorias neutras. En un estudio sobre
recuerdos acerca de agresiones sexuales, Porter y
Birt52 encuentran que tienden a recordarse con
mayor frecuencia que otras memorias autobiográfi-
cas, y en los pocos casos en los que encuentran que
este tipo de sucesos se han olvidado (4,6% del total)
se debe más a un intento deliberado de no recordar
que a una memoria reprimida o disociada. La clave
que explique esta controversia probablemente podría
estar en que la existencia de las amnesias psicóge-
nas se sustenta fundamentalmente en las manifesta-
ciones de víctimas y en población clínica, sin un
estudio acerca de la verosimilitud de dichas mani-
festaciones y donde en ocasiones se confunde la in-
capacidad o dificultad para hablar del suceso con el
olvido. Del mismo modo, no deberíamos confundir
la experiencia fenomenológica que genera el re-
cuerdo con el recuerdo en sí mismo. En esta direc-
ción Geraerts y colaboradores53 a partir de una serie
de investigaciones afirman que los sujetos podrían
tener la impresión subjetiva de haber reprimido las
memorias sobre hechos traumáticos, aun cuando po-
dría ser que hayan olvidado que las habían recor-
dado previamente.
En cualquier caso, no parece que el recuerdo de he-
chos traumáticos sea inmune al deterioro y la distor-
sión por efecto de la sugerencia de información
falsa54. Independientemente de la controversia en
torno a la existencia o no de las memorias recupera-
das, conviene señalar que una cosa es no querer re-
cordar y otra muy diferente olvidar realmente. Aún
cuando muchas de las víctimas de un suceso trau-
mático tratan de no recordar, lo cierto es que la ac-
cesibilidad de este tipo de memorias no parece verse
comprometida, aunque a estas personas les resulte
difícil hablar de lo ocurrido. Esto puede explicar por
qué un hecho sucedido en la infancia, que durante
mucho tiempo permaneció inaccesible, ante nuevas
claves de recuperación años después pueda dar lugar
a su recuerdo espontáneo, aunque ahora lo que se
recupera esté sesgado por los conocimientos y expe-
riencias posteriores, que pueden dar lugar a una in-
terpretación del hecho diferente de la original. 
Conclusiones
En resumen, el debate en torno a las memorias trau-
máticas nos lleva a afirmar que no todos recordamos
de la misma manera los hechos traumáticos. Ante
un mismo evento traumático un porcentaje de los
implicados tendrán un recuerdo de lo sucedido de
manera muy vívida a lo largo de los años, otro por-
centaje lo recordará de manera fragmentada, otro
tanto no tendrá diferencias en su manera de re-
cordar con respecto a otros eventos autobiográfi-
cos, y, por último, algunos podrían tener problemas
a la hora de acceder a algunos detalles de lo que
ocurrió. 
De la misma manera que encontramos diferencias a
la hora de recordar, también encontraremos diferen-
cias en los efectos psicológicos, emocionales y psi-
quiátricos que puede conllevar la experiencia
traumática. Así, habrá víctimas de hechos traumáti-
cos que tengan una enorme capacidad de resiliencia
y consigan superar el trauma sin demasiado es-
fuerzo, y habrá personas que lleguen a padecer un
TEPT que puede durar años o incluso un trastorno
de personalidad severo. La investigación y la
práctica clínica nos ha evidenciado que hay fac-
tores que van a determinar el impacto psicológico
que el trauma conlleve en la víctima de un hecho
traumático. 
Sorprende que a diferencia del contexto clínico y ex-
perimental que investiga las diferencias individuales
del impacto del trauma, que nadie niega, así como
los factores que condicionan dicho impacto, en el es-
tudio de las memorias traumáticas no se abogue más
por estudiar los factores que median en el recuerdo
intersubjetivo e intrasubjetivo de una experiencia
traumática. Así, todavía serán necesarias más in-
vestigaciones para poder establecer más específi-
camente las diferencias entre los recuerdos de
hechos traumáticos y otro tipo de sucesos,

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