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Cuadernos de Volumen 18(1). Enero - Marzo 2012 C u a d e rn o s d e M e d ic in a F o re n se Asociación de Médicos Forenses de Andalucía V o lu m e n 1 8 · N ú m 1 · e n e ro - m a rz o 2 0 1 2 medicina forense Proyecto de Hermanamiento “Improving the Skills of Forensic in Turkey”: un reto de futuro abierto a la Comunidad Médico Forense Española PM. Garamendi, A. Bedate Gutiérrez, C. Haluk Ince, Y. Büyük, I. Esen Melez Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense G. Piga, A. Malgosa El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características AL. Manzanero, M. Recio Trastorno por estrés agudo. Presentación de un caso A. Calzada Reyes, YC. Oliveros Delgado, Y. Acosta Imas Manual de Toxicología A. Galnares Skeletal Atlas of Child Abuse Dragy Síndrome de Kounis: una posibilidad a tener en cuenta como causa de muerte súbita cardiaca P. Molina, C. Presentación, P. Beltrán, E. Zorio Hemoperitoneo secundario a rotura de carcinoma hepatocelular. Hallazgos de autopsia M. Subirana Domènech, M. Ortega Sánchez, G. Font Valsecchi, JI. Galtés Vicente, J. Castellà García Atlas de Patología Forense Contribución especial Bibliofilia Médico Legal Medicina Forense en imágenes Comentario de libros Editorial Originales Sumario:Maquetaci n 1 14/06/2011 23:42 PÆgina 4 Editor jefe Miguel Lorente Acosta (Jaén) Aurelio Luna Maldonado (Murcia) Concepción Magaña Loarte (Madrid) Pedro Martínez-García (Cádiz) Duarte Nuno Vieira (Coimbra, Portugal) José V. Pachar Lucio (C. Panamá, Panamá) Antonio Palacín Forqué (Barcelona) José Luis Palomo Rando (Málaga) Guillermo Portero Lazcano (Bilbao) José Luis Prieto Carrero (Madrid) Hugo Rguez. Almada (Montevideo, Uruguay) Manuel Rodríguez Hornillo (Sevilla) Ernesto Salas Herrero (Sevilla) Manuel Salguero Villadiego (Sevilla) José Antonio Sánchez Sánchez (Madrid) Félix Sánchez Ugena (Badajoz) Pilar Sanz Nicolás (Sevilla) Pekka Saukko (Turku, Finlandia) Mª Ángeles Sepúlveda García de la Torre (Sevilla) José Enrique Vázquez López (Sevilla) Genival Veloso de França (Paraíba, Brasil) Fernando A. Verdú Pascual (Valencia) José D. Villalaín Blanco (Valencia) José R. Almirall (Miami, USA) Antonio Alonso Alonso (Madrid) Álvaro Arbizu Duralde (Madrid) José Aso Escario (Zaragoza) César Borobia Fernández (Madrid) Miguel Botella López (Granada) José Luis Brell González (Sevilla) Antonio A. Cantu (Washington, USA) Ángel Carracedo Álvarez (Santiago) Juan Luis Carrillo Martos (Sevilla) José Mª Castilla Garrido (Sevilla) Máximo Duque Piedrahita (Bogotá, Colombia) Angelo Fiori (Roma, Italia) José G. de Freitas Drumond (Montes Claros, Brasil) José Antonio García Andrade (Madrid) Antonio Gómez García (Madrid) Ignacio Gómez de Terreros (Sevilla) José M. González Infantes (Cádiz) Jorge González Pérez (La Habana, Cuba) Julio A. Guija Villa (Sevilla) Charles S. Hirsch (New York, USA) Luis A. Kvitko (Buenos Aires, Argentina) José Vicente Lafuente Sánchez (Bilbao) José Antonio Lorente Acosta (Granada) Edita ESMON PUBLICIDAD Publicidad Balmes 209, 3º 2ª. 08006 BarcelonaTel: +34 93 2159034 Balmes 209, 3º 2ª. 08006 BarcelonaTel: +34 93 2159034E-mail: esmonpublicidad@esmonpublicidad.com suscripciones@esmonpublicidad.com ESMON PUBLICIDAD Suscripciones Imprime E-mail: Punt Dinàmic, S.L. Información: Editores asociados Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Correspondencia:Servicio de Patología ForenseInstituto Medicina LegalMiguel Romero Martínez, 241015 Sevilla (España)E-mail: cuadernosmedicinaforense@hotmail.comWeb: www.cuadernosdemedicinaforense.es Incluida en: Índice Médico Español IBECS SciELO SCOPUS Consejo asesor Fundada en 1995 por la A.M.F.A. Presidente Fernando Martín Cazorla CODEN: CMFOFA Dep. Legal: SE-1230-95 ISSN: 1135-7606 (versión impresa) ISSN: 1988-611X (versión electrónica) Impreso en papel libre de cloro Printed on chlorine-free paper Teléfono: 955 928 020Fax: 955 928 023 Joaquín Lucena Romero S. de Patología Forense. IML de Sevilla Assumpció Malgosa Morera Unitat d'Antropologia Biològica. Universitat Autònoma de Barcelona Pilar Molina Aguilar S. de Patología Forense. IML de Valencia Rafael Navarro Pichardo Departamento de Psiquiatría. Universidad de Granada Antonio Rico García S. de Patología Forense. IML de Sevilla Carmen Jurado Montoro Servicio de Toxicología. INTCF de Sevilla Alfonso Galnares Ysern Real Academia de Medicina de Sevilla Pedro M. Garamendi González S. de Patología Forense. IML de Huelva Emilia Lachica López S. de Clínica Forense. IML de Granada RevisiónSumario Cuad Med Forense 2012;18(1):44 Contribución especial 9 Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense The application of physico-chemical techniques to Forensic Anthropology G. Piga, A. Malgosa 19 Comentario de libros 33 Skeletal Atlas of Child Abuse Dragy Originales 32 El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características Memories for traumatic events: accuracy, types and characteristics AL. Manzanero, M. Recio Atlas de Patología Forense 39 Hemoperitoneo secundario a rotura de carcinoma hepatocelular. Hallazgos de autopsia Hemoperitoenum due to hepatocellular carcinoma. Autopsy findings M. Subirana Domènech, M. Ortega Sánchez, G. Font Valsecchi, JI. Galtés Vicente, J. Castellà García Síndrome de Kounis: una posibilidad a tener en cuenta como causa de muerte súbita cardiaca Kounis syndrome: a possibility to be considered as a cause of sudden cardiac death P. Molina, C. Presentación, P. Beltrán, E. Zorio 35 Manual de Toxicología A. Galnares Bibliofilia Médico Legal Medicina Forense en Imágenes Editorial 5 Proyecto de Hermanamiento "Improving the Skills of Forensic Experts in Turkey": un reto de futuro abierto a la Comunidad Médico Forense Española Twinning Project "Improving the Skills of Forensic Experts in Turkey": a challenge of future open to the Spanish Forensic Medicine Community PM. Garamendi, A. Bedate Gutiérrez, C. Haluk Ince, Y. Büyük, I. Esen Melez 27 Trastorno por estrés agudo. Presentación de un caso Acute stress disorder. Case report A. Calzada Reyes, YC. Oliveros Delgado, Y. Acosta Imas Sumario67:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 2 Revisión 16 Editorial Cuad Med Forense 2012;18(1):5-7 Proyecto de Hermanamiento "Improving the Skills of Forensic Experts in Turkey": un reto de futuro abierto a la Comunidad Médico Forense Española Twinning Project "Improving the Skills of Forensic Experts in Turkey": a challenge of future open to the Spanish Forensic Medicine Community 5 PM. Garamendi1 A. Bedate Gutiérrez2 C. Haluk Ince3 Y. Büyük4 I. Esen Melez5 1Médico Forense. Resident Twinning Adviser. Twinning Project "Improving the Skills of Forensic Experts". TR 08 IB JH 01. Consejo de Medicina Forense. Estambul (Turquía). 2Médico Forense. Project Leader. Madrid (España). 3Médico Forense. Director del Consejo de Medicina Forense. Estambul (Turquía). 4Médico Forense. Vicepresidente del Consejo de Medicina Forense. Estambul (Turquía). 5Médico Forense. Resident Twinning Adviser Counterpart. Consejo de Medicina Forense. Estambul (Turquía). Correspondencia: Dr. Pedro Manuel Garamendi E-mail: imanolgaramendi@ gmail.com En mayo de 2009 la responsable de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional, Dª Soraya Rodríguez Ramos, impulsó la participación del Mi- nisterio de Justicia de España en un concurso inter- nacional para optar a la coordinación de un Twinning Project con la República de Turquía denominado “Improving the Skills of Forensic Experts”. No era la primera vez que el Gobierno de España participaba en una iniciativa de este tipo, pero sí fue la primera vez en la que elMinisterio de Justicia participaba y la primera en la que para la coordinación del pro- yecto se contaba con la participación de miembros del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses (CNMF). Los Twinning Projects o Proyectos de Hermana- miento constituyen una herramienta diseñada por la Unión Europea (UE) para la adaptación a los están- dares europeos de las administraciones públicas de países candidatos a entrar en la UE1. Estos proyec- tos, financiados con fondos de la Unión Europea, desarrollan actividades formativas tanto en el país candidato como en países miembros destinadas al intercambio de información en un área de trabajo entre miembros de administraciones del país candi- dato y países comunitarios. Su objetivo no es tanto el desarrollo de bases formativas sino el intercambio de modelos de trabajo y experiencias profesionales con el fin de ayudar a cada nuevo futuro estado miembro a encon- trar el modelo de trabajo que permita la mejora de su rendimiento respetando sus peculiaridades nacionales. El proyecto presentado por España en mayo de 2009 fue aceptado por Turquía y la UE. Tras esta aprobación, se desarrolló un concierto de colabora- ción entre el Ministerio de Justicia y el de Interior de España y el Netherlands Forensic Institute de Ho- landa para la implementación del proyecto2. El equipo europeo de trabajo estaba constituido por el médico forense Dr. Andrés Bedate, como Líder de Proyecto (Spanish Project Leader), el Dr. Jos Tóth, como coordinador de la participación holandesa (Junior Project Leader), y el Dr. Pedro Manuel Ga- ramendi, también médico forense, como coordinador de los expertos europeos en Turquía (Resident Twin- ning Adviser o RTA). Contaban, además, con la co- laboración en la gestión de los aspectos financieros de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), or- ganismo encargado de estas cuestiones para todos los proyectos de cooperación internacional del Go- bierno de España3. En Turquía, las personas respon- sables de la colaboración fueron el Profesor Dr. Cengiz Haluk Ince, director del Consejo de Medicina Forense de Turquía (ATK), como líder turco de pro- yecto (Turkish Project Leader), la Dra. Ipek Esen Melez, como coordinadora de los expertos turcos (RTA Counterpart), y el Dr. Yalçin Büyük, vicepresi- dente del ATK, como responsable de la coordinación de aspectos materiales (Senior Project Officer)4. El proyecto tuvo un largo proceso de negociación con el fin de definir con precisión los contenidos forma- tivos a desarrollar y las metodologías más apropiadas para ello. De este modo, tras más de un año de ne- gociación, en marzo de 2011 el proyecto se inició. En palabras de los responsables de la propia Delega- ción de la UE en Turquía, el citado proyecto sólo puede definirse como claramente ambicioso por el número de instituciones implicadas y la amplitud de las áreas de trabajo a desarrollar. Las instituciones receptoras de las actividades son tres: la Policía Nacional y la Gendarmería de Turquía y el ya citado Consejo de Medicina Forense de Tur- quía. El objetivo prioritario se centra en el desarrollo de estrategias para mejorar las actividades de las ciencias forenses en Turquía en casos de posible vul- neración de Derechos Humanos. Como objetivos complementarios se cuentan la implementación de mejoras en los sistemas de trabajo que permitan proceder a la acreditación de diversas técnicas de laboratorio según la norma ISO/IEC 17025, la elabo- ración de un Manual de Buenas Prácticas para la in- vestigación del lugar de los hechos acorde con la norma ISO/IEC 17020 y la actualización en diversas áreas de las ciencias forenses de los expertos turcos5,6. Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 1 PM. Garamendi et al. Cuad Med Forense 2012;18(1):5-7 El plan global de trabajo incluye un total de 25 áreas de formación (Tabla 1), repartidas a lo largo de un total de 315 días de formación, 243 de ellos en las ciudades de Ankara e Istanbul y 72 en ciudades de la UE (Sevilla, Cáceres, Mérida, Barcelona, Madrid, Lisboa, Oporto y La Haya). El plan prevé la forma- ción de un total de 820 expertos turcos en muy di- versas áreas de las ciencias forenses. Para todo ello se cuenta con la inestimable colaboración de un total de 92 expertos europeos provenientes de 6 países distintos y con la colaboración muy significativa del INML de Portugal (Figura 1). La duración global del desarrollo del proyecto se extiende hasta marzo de 2013, durante un total de 24 meses. El Proyecto de Twinning, que en estos momentos se encuentra ya en su noveno mes de desarrollo, cons- tituye una oportunidad para España de colaborar en el escenario europeo en el desarrollo de las bases institucionales de la UE y constituye una excelente opción para afianzar las relaciones internacionales entre España, Holanda y Turquía7. Pero, además, para el CNMF es ésta una excelente oportunidad para demostrar su capacidad para asumir la planifi- cación y ejecución de planes ambiciosos de forma- ción sólidos y eficientes, no sólo a nivel colectivo sino también a nivel individual, merced a la colaboración en este Proyecto de múltiples médicos forenses de diversos Institutos de Medicina Legal (IML) de Es- paña que están demostrando sobradamente su cali- dad profesional individual y la calidad del trabajo que el colectivo forense realmente tiene en nuestro país. Este proyecto de cooperación internacional consti- tuye también un recordatorio a los componentes del CNMF de la necesidad de abrir sus fronteras cientí- ficas a Europa. La colaboración con Latinoamérica está ya asentada hace varios años merced a iniciati- vas institucionales como las del Centro de Estudios Jurídicos8, mediante la realización de cursos en las diferentes sedes de Agencia Española de Coopera- ción Internacional para el Desarrollo (AECID)9 y la presencia de miembros del CNMF en el IML de Bo- gotá, en la sede del Equipo Argentino de Antropolo- gía Forense en la ciudad de Buenos Aires, en las ciudades de Lisboa y Oporto en Portugal, y más re- cientemente en Inglaterra10. Además, recientemente, España ostenta la Secretaría Permanente de Red de Instituciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Iberoamérica, figurando como secretario de la misma el Dr. Andrés Bedate. Esta Red reúne a la to- talidad de IMLs de Iberoamérica, habiéndose desarro- llado en el mes de septiembre, su cuarta Asamblea General en la Ciudad de Funchal (Portugal). Sin em- bargo, el presente proyecto constituye el primer paso 6 Figura 1. Distribución por países de los expertos europeos participantes en el Proyecto. Tabla 1. Áreas de formación en Ciencias Forenses. Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 2 Editorial Cuad Med Forense 2012;18(1):5-7 colectivo hacia la apertura al escenario forense europeo, apertura ya realizada hace varios años por otros profesio- nales de las ciencias forenses (Instituto Nacional de To- xicología y Ciencias Forenses, Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil), pero a la que aún el colectivo mé- dico forense español no se había iniciado. Sin duda, cada cosa debe suceder en su momento. No es casualidad que este inicio de apertura a Eu- ropa se haya llevado a cabo en un periodo durante el cual hemos visto la implementación y desarrollo de las estructuras de los IMLs con su orientación hacia la focalización del trabajo forense por áreas de co- nocimiento y hacia el asentamiento de una concien- cia colectiva de la necesidad de unos criterios de calidad en el desempeño profesional. En este mismo periodo se han dado los pasos institucionales hacia la integración dentro del sistema MIR de la especia- lidad de medicina legal y forense, paso esencial para el desarrollo de una formación profesional de calidad de los médicos forenses merced a la integración de las ciencias forenses dentro del marco general aca- démico y del resto de especialidades médicas, nece- sidad que el colectivo profesional venía demandando hace ya varios años. La recientepublicación de los volúmenes del Tratado de Medicina Legal y Ciencias Forenses dirigida por el Dr. Santiago Delgado Bueno es también el fiel reflejo de la asentada integración de los médicos forenses con otros técnicos en cien- cias forenses, juristas y departamentos universitarios en el ámbito académico y de investigación11. Se han creado sociedades científicas de ámbito nacional con un claro espíritu de apertura internacional, como la Sociedad Española de Patología Forense (SEPAF)12 o la Asociación Española de Antropología y Odontología Forenses (AEAOF)13 y los médicos forenses españoles empiezan a ser colaboradores habituales en revistas y tratados científicos internacionales. Sin duda éste era el momento adecuado para la apertura a Europa de los médicos forenses españoles. Existe una franca inquietud entre éstos por la investigación, la orientación docente y los criterios de calidad en el ejercicio profesional y sólo en este contexto la apertura a Europa era razonable. Este inicio de apertura, necesario para la medicina forense española, no obstante, precisa del apoyo ins- titucional para poder asentarse. Es necesario este apoyo para el desarrollo adecuado de los medios ma- teriales y de los currículos formativos en línea con iniciativas de harmonización y calidad, que ya son y seguirán sin duda siendo el futuro y presente de las ciencias forenses en Europa. La medicina forense es- pañola y las Administraciones Públicas españolas tienen que creer en su capacidad de dar el salto del arte a la ciencia y de asentar sus bases en un sólido sistema de trabajo que afiance definitivamente el papel de las ciencias forenses en el marco general de las disciplinas científicas. Quienes estamos impli- cados en este Proyecto de Hermanamiento sólo es- peramos que los esfuerzos personales e institucionales invertidos en el mismo colaboren a fomentar la imagen de excelencia que la comunidad científica y médico forense española se ha ganado en estos años y que acaben redundando en benefi- cios palpables para la comunidad profesional. 7 Bibliografía 1. Sitio web de la UE sobre los Twinning Projects: http://ec.europa.eu/enlargement/how-does-it- work/technical-assistance/twinning_en.htm (acceso 2/12/11). 2. Netherlands Forensic Institute (NFI). http:// www.forensicinstitute.nl/ (acceso 2/12/11). 3. Fundación Internacional e Iberoamericana para las Administraciones y Políticas Públicas. http:// www.fiiapp.org/ (acceso 2/12/11). 4. Consejo de Medicina Forense de Turquía. Adli Tip Kurumu–Council of Forensic Medicine. http:// www.atk.gov.tr/ (acceso 2/12/11). 5. ISO/IEC 17025. http://www.iso.org/iso/catalogue_ detail.htm?csnumber=39883 (acceso 2/12/11). 6. ISO/IEC 17020. www.iso.org/ iso/catalogue_detail? csnumber=29342 (acceso 2/12/11). 7. Improving the skills of Forensic Experts Twinning Project. http://www.forensicskills.eu (acceso 2/12/11). 8. Centro de Estudios Jurídicos. http://www.cej-mjusti- cia.es/ (acceso 2/12/11). 9. Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. http://www.aecid.es/ (acceso 2/12/11). 10. Equipo Argentino de Antropología Forense. http://www.eaaf.org/ (acceso 2/12/11). 11. Tratado de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Dirigido por Delgado S. Barcelona: Ed. Bosch, 2011. 12. Sociedad Española de Patología Forense. http://www.sepaf.net78.net/ (acceso 2/12/11). 13. Asociación Española de Antropología y Odontología Forenses. http://www.aeaof.com/(acceso 2/12/11). Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 3 Editorial.ok:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:44 PÆgina 4 Revisión 000 Contribución especial Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 Resumen Los efectos del calor extremo sobre los restos óseos es un tema de gran interés para el mundo forense. La literatura en rápido crecimiento en esta área de las ciencias forenses incluye investigaciones experimentales que analizan la di- námica del impacto térmico sobre la estructura del esqueleto y su morfología. Además de los métodos tradicionales de investigación, la aplicación de técnicas químico-físicas como la difracción de rayos X (DRX) y la espectroscopia de infrarrojos por transformada de Fourier (FT-IR) es cada vez más aceptada en distintos contextos forenses. Los campos de aplicación se refieren principalemente a la capacidad para distinguir entre restos humanos quemados y otros ma- teriales, la determinación de la temperatura, el tiempo de combustión y su intensidad en todo el cuerpo, en diversas situaciones como accidentes, suicidios/homicidios y el estudio de la escena del crimen. Palabras clave: Huesos quemados. DRX. FT-IR. Índice de cristalinidad. Temperatura. Abstract The effects of extreme heat on the skeletal remains are a subject of great interest to the forensic world. The rapidly growing literature in this area of forensic science includes experimental investigations that analyze dynamics of thermal impact on the skeletal structure and morphology. In addition to traditional research methods, the application of chemical and physical techniques such as X-ray diffrac- tion (XRD) and, Fourier transform infrared spectroscopy (FT-IR) is increasingly accepted in forensic contexts. The ability to distinguish between burned human remains and other materials, and the determination of the temperature, the combustion time and intensity throughout the body may be important in various situations such as accidents, sui- cides / homicides and studying the crime scene. Key words: Burned bones. XDR. FT-IR. Cristallinity index. Temperature. Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense The application of physico-chemical techniques to Forensic Anthropology 9 G. Piga1,2 A. Malgosa1 1GROB (Grup de Recerca en OsteoBiografia). Unitat d’Antropologia Biològica, Departament de Biologia Animal, Biologia Vegetal i Ecologia, Universitat Autònoma de Barcelona, España. 2Dipartimento di Chimica e Farmacia, Università di Sassari. Italia. Correspondencia: Dra. Assumpció Malgosa. E-mail: assumpcio.malgosa @uab.cat. Fecha de recepción: 17.MAR.2012 Fecha de aceptación: 23.MAR.2012 Introducción El estudio de los restos humanos quemados es de gran importancia en la arqueología, las ciencias fo- renses, la antropología forense y la investigación de la escena del crimen. En el campo de las ciencias forenses, existen una gran variedad de situaciones que pueden conllevar la cremación de restos óseos, incluyendo los accidentes de aviación, los bombar- deos, las explosiones y terremotos. También los ho- micidios, suicidios y muertes accidentales pueden implicar el uso de fuego con resultados variables sobre los restos humanos. El fuego es un método común para tratar de ocultar la evidencia de la actividad criminal infligida sobre víctimas humanas. El fuego puede ser utilizado por el autor para: 1) destruir totalmente el cuerpo, 2) des- truir las características que permiten la identificación de víctimas (rasgos faciales, huellas dactilares), o 3) destruir pruebas relacionadas con las circunstancias que rodean la muerte1. El deterioro o la desaparición de los tejidos blandos por el fuego dificulta notable- mente o impide totalmente el análisis por otros espe- cialistas (como los médicos forenses) y, por tanto, el análisis de los restos humanos quemados es una tarea comúnmente atribuida a los antropólogos forenses. Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 1 G. Piga et al. Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 Por otro lado, también las muestras arqueológicas pueden presentar evidencias de incineración y su análisis proporciona datos relevantes para reconstruir el ritual funerario y por tanto para entender cuestio- nes trascendentales de las poblaciones del pasado2,3. Así pues, la comprensión de los cambios que el cuerpo ha sufrido como consecuencia de su exposi- ción al fuego puede proporcionar información impor- tante sobre el contexto y las condiciones del evento de cremación. Dicha información puede incluir la es- cena del crimen, la temperatura del fuego, y la pre- senciade acelerantes. En este sentido, se dispone de información sobre la temperatura que alcanzan algunos combustibles al arder al aire libre: por ejem- plo, la grasa animal a 800-900ºC, el queroseno a 990ºC, la gasolina a 1.026ºC, la madera a 1.027ºC y el metanol a 1.200ºC4. Puesto que la cremación puede conducir a la frag- mentación extrema del hueso, se requiere una espe- cial atención durante el análisis de la escena. Los escenarios de incendios mortales suelen ser mucho más complejos, no sólo porque el cuerpo y los ele- mentos de identificación son drásticamente modifi- cados por el fuego, sino porque todo el entorno, todo el contexto, también se modifica en la misma ma- nera, resultando en una coloración homogénea y en la mezcla de todos los materiales. Idealmente, los antropólogos forenses deberían par- ticipar en la recuperación, ya que están capacitados para reconocer los restos humanos fragmentados. Aún así, puede ser un reto, incluso para antropólogos entrenados, el distinguir pequeños fragmentos de huesos quemados y dientes a partir de fragmentos carbonizados de materiales de construcción y otros. Por otro lado, la capacidad de discriminar entre res- tos humanos quemados (cenizas) y polvo de otros materiales de apariencia similar puede ser de gran importancia en una variedad de situaciones. El inci- dente de Tri-State en Noble (Georgia, Estados Uni- dos)5 es el ejemplo más conocido. A principios de 2002, se descubrió que en lugar de realizar las inci- neraciones contratadas, el propietario de Tri-State enterraba los cuerpos alrededor de su propiedad, sin ningún tipo de ceremonia. Con el tiempo se recupe- raron más de 330 cuerpos, mientras que las urnas que habían recibido muchas familias a menudo con- tenían polvo de cemento, sílice, piedra y otros mate- riales. La confusión fue enorme ya que la mayoría de los cuerpos recibidos antes de cierta fecha fueron re- almente incinerados, y más tarde, algunos cuerpos podrían haber sido enviados a otras instalaciones para una incineración apropiada. Cientos de familias no estaban seguros del contenido de las urnas en su poder. Así pues, incluso las cremaciones comerciales presentan problemas para el médico forense y las disputas sobre las cremaciones comerciales pueden desembocar en un litigio civil que puede implicar el análisis forense de los materiales recuperados. El análisis de los restos resultantes de la cremación comercial incluye también la evaluación del número mínimo de individuos y de las posibles mezclas, así como la identificación. Frecuentemente la recupera- ción y el análisis de inclusiones, tales como placas me- tálicas de identificación, restauraciones dentales y los materiales quirúrgicos facilitan las identificaciones. Por desgracia, el acto de quemar aunque no llegue a la incineración total provoca una serie de cambios sustanciales en el cuerpo y en el esqueleto, que a su vez puede afectar los intentos de proporcionar la identificación de los fallecidos. La investigación ha demostrado que tanto los métodos morfológicos y métricos de evaluación antropológica como los mé- todos de datación, elementos traza6 y análisis de isó- topos estables, se ven afectados. Tradicionalmente se ha utilizado la inspección visual de los restos para discriminar si los huesos han sido sometidos al fuego, y más allá de esto, asociacio- nes entre el color del hueso y el tipo de fractura con la temperatura del fuego, o con la presencia o ausencia de tejidos blandos en el momento de la exposición7,8. Sin embargo, estas asociaciones son complejas, no totalmente biunívocas, y los vínculos espurios. Por ejemplo, en algunos casos de homicidio en los que el fuego fue usado para encubrir las pruebas, los cuerpos fueron sometidos a diversos grados de com- bustión (Figura 1a y 1b); la observación del color de 10 Figura 1. Cadáver que fue sometido a incineración afectando de forma parcial el cuerpo (1a). La parte inferior fue reducida a cenizas (1b), mientras que la calota craneal permaneció intacta (1c) (fotos por cortesía del Dr. Ignasi Galtès). Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 2 Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 las diversas partes del esqueleto como única referen- cia, podría haber proporcionado una información in- exacta o incompleta en la que incluso se puede excluir la presencia de fuego en alguna parte del es- queleto (Figura 1c). También se ha demostrado experimental y estadísti- camente que los cambios más importantes en el hueso que pueden predecir el contexto de una cre- mación implican cambios en la microestructura ósea9. Por ello, se ha argumentado que la mejor forma, y la más confiable, para abordar los proble- mas relacionados con la exposición al fuego es la uti- lización de métodos físico-químicos, posiblemente en combinación con otros tipos de métodos micros- cópicos, dedicando una atención especial a la fase mineral de la hidroxiapatita (HA), que es el principal componente inorgánico del esqueleto. Las técnicas de difracción de rayos X (XRD) y la es- pectroscopia de infrarrojos (FT-IR) se pueden utilizar para distinguir los materiales óseos de otros tipos de materiales cuando el contexto forense no está claro, y para evaluar la estructura cristalina del hueso que- mado, lo que, a su vez, se puede relacionar con la temperatura y la intensidad de la cremación. Métodos químicos-físicos para el análisis de cremaciones La medida del índice de cristalinidad (IC) se ha uti- lizado para estudiar los cambios en la microestruc- tura del hueso. El IC es una medida del orden existente dentro del cristal, de la deformación y la organización en el hueso. Cuando el hueso es fresco, la estructura química es poco cristalina10,11, en parte como resultado de la sustitución de carbonatos por fosfatos causando un desorden del cristal12. La cristalinidad no es uniforme en todo el esqueleto, y varía entre los diferentes tejidos mineralizados del cuerpo humano13. También se ha demostrado que la edad afecta la cristalinidad, ya que a menor edad el hueso es menos cristalino que un hueso maduro10. Como resultado de la acción del calor sobre el hueso y su posterior cremación, la estructura cristalina de hueso se vuelve más ordenada y se caracteriza por cristales más grandes, con lo que aumenta el valor del IC. Por ello, el IC ha sido utilizado para estudiar el mineral óseo calentado en un gran número de con- textos; diversos ejemplos incluyen el uso del índice de cristalinidad para determinar si el hueso fue que- mado o no14 y para observar la existencia de diferen- cias en las prácticas funerarias3,15. El cálculo del IC se puede realizar tanto mediante la difracción de rayos X (DRX), como con la espectros- copía infrarroja con transformada de Fourier (FTIR), aunque los cálculos específicos y los valores serán diferentes entre ambos. Difracción de rayos X (DRX) La espectrometría de Difracción de rayos X (DRX) es una de las herramientas analíticas más potentes para la identificación de sustancias cristalinas desco- nocidas. Tiene varias ventajas sobre otras técnicas analíticas para la identificación de los restos crema- dos ya que no es destructiva, requiere cantidades re- lativamente pequeñas de material (aproximadamente 0,5 gr), no se ve afectado por las variaciones ele- mentales presentes en la bioapatita, y se puede uti- lizar para el cálculo semi-cuantitativo de los componentes de una mezcla, determinando así el nivel relativo de contaminación de una muestra. El método se basa en el hecho de que todos los cris- tales están compuestos por planos regulares y repe- titivos de átomos que forman un retículo. Cuando los rayos X coherentes se dirigen a un cristal, los rayos-X interactúan con cada átomo en el cristal, excitando los electrones y haciéndolos vibrar con la frecuencia de la radiación incidente. Los electrones se convier- ten en fuentes secundarias de rayos X, re-irradiando esta energía en todas las direcciones en la misma longitud deonda del haz incidente, un fenómeno co- nocido como dispersión coherente. Estos rayos X di- fractados se pueden comparar con las ondas que viajan en todas direcciones y forman patrones de in- terferencia muy similares a las interferencias que se forman cuando se dejan caer dos piedras en el agua. Esta interferencia puede ser constructiva, formando olas mayores, o destructiva, anulando totalmente las olas. El patrón de interferencia creado depende de la distancia entre las capas atómicas, la composición química, y el ángulo en que los rayos X difractan lejos de los átomos, por lo que indirectamente revela la estructura de los cristales. En el espectrómetro de difracción de rayos X, el tubo de rayos X y el detector se hacen girar alrededor de la muestra. El espectro de difracción creado por in- terferencia constructiva es registrado por el detector del haz. La relación entre el ángulo en el que se pro- ducen los picos de difracción y la distancia entre los átomos de una red cristalina (distancia interplanar d) se expresa por la ley de Bragg: nl = 2d sinq. Por razones históricas, los difractogramas se expresan en grados dos theta (2!). Los espectros de difracción se recogen en el rango angular de 9° a 140° en 2! y 11 Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 3 G. Piga et al. Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 se analizan con un software llamado MAUD (Mate- rial Analysis Using Diffraction)16, que permite corre- gir los datos para la función instrumental y evaluar cuantitativamente las fases mineralógicas presentes en los huesos junto con los parámetros reticulares y microestructurales. Se requieren de 12 a 24 horas para recoger un espectro. Puesto que cada sustancia tiene una estructura cris- talina única (fase cristalográfica), los ángulos de in- terferencia constructiva forman un patrón único. Al comparar las posiciones e intensidades de los picos de difracción con una biblioteca de materiales cris- talinos conocidos, se puede identificar la composi- ción de las muestras de la fase desconocida, como si fuera la huella digital de la substancia. Esto es cierto también para una mezcla de sustancias. En la prác- tica, la mezcla de 5-6 fases cristalográficas se pue- den resolver con un grado de confianza aceptable. En 1975 se demostró que las altas temperaturas que se consiguen con el tratamiento con fuego inducen un aumento de las dimensiones medias de los micro- cristales de la apatita, que se puede medir a partir del alargamiento/restricción de los picos de difracción17. A fin de afrontar la problemática relativa al estudio de restos humanos arqueológicos quemados o pre- suntamente quemados, en nuestro laboratorio efec- tuamos la calibración de una muestra de hueso que se utilizó como referencia. Para ello se simuló la ex- posición al fuego real en función de distintas tempe- raturas de tratamiento controlado (200-1100° C), tomando en consideración la dependencia del tiempo (0, 18 y 60 minutos)14. En particular se analizó el comportamiento del hueso de referencia a determinadas temperaturas interme- dias (650, 750, 775, 825, 850 °C) a fin de moni- torizar y explicar el doble régimen de crecimiento en los cristales de la hidroxiapatita en el que se aprecia un aumento súbito entorno a los 700°C, acercándose luego a un valor constante más alto, siguiendo un comportamiento sigmoidal con un tipo de función lo- gística14. Este intervalo de temperatura es impor- tante porque durante esta transición el tamaño de los cristales de los huesos se altera a un grado esta- dísticamente significativo9,18. Asimismo, se puede cuantificar la cinética del creci- miento de los cristales en relación a la temperatura y al tiempo de tratamiento, para disponer de un punto inmediato de referencia en la aplicación de la calibración de los restos presuntamente quemados. De esta forma, se puede no sólo determinar con más exactitud la temperatura alcanzada por los restos, sino que también es posible hacer una aproximación al tiempo de cremación. Estos datos tienen sus limitaciones ya que debe te- nerse en cuenta que se ha trabajado sobre hueso seco. A pesar de ello, Bohnert y colaboradores19 han observado que para la total incineración de un cuerpo a través de la cremación se precisan cerca de dos horas a una temperatura de 800 °C, mientras que para la destrucción de las partes blandas son necesarios al menos 50 minutos. Así pues los tiem- pos de estudio programados en nuestro laboratorio son coherentes con una cremación real. La Figura 2 muestra el espectro de difracción del hueso humano no quemado usado como referencia. Los puntos se refieren a los datos experimentales, mientras la línea continua es la aproximación (fit) conseguida con el método de Rietveld después del ajuste iterativo de los parámetros estructurales y mi- croestructurales. Los picos de difracción de la hidro- xiapatita resultan extremadamente alargados debido a la naturaleza nanocristalina del material óseo que comporta dimensiones medias de los cristales extre- mamente reducidas y una elevada concentración de desorden reticular. Después de haber tenido en cuenta los efectos instrumentales, el método de Riet- veld es capaz de distinguir y separar el alargamiento de los picos de difracción en términos de dimensio- nes medias de los cristales y de densidad del desorden reticular, expresadas en Angstroms (1 Å = 10-8 cm). En particular, la dimensión media de los cristales re- sulta ser de 170 (±5) Å. Así pues estos valores pueden ser considerados re- presentativos de un hueso no quemado. Las temperaturas de 200 hasta a 600 °C (0 minu- tos) muestran procesos de crecimiento de los crista- les muy débiles. El calentamiento isocrono de la muestra (velocidad 20 °C/min) seguida de un calen- tamiento isotermo a las temperaturas establecidas (18, 36 e 60 minutos) parece tener efectos limitan- tes sobre el crecimiento de los cristales debido a una relativa estabilidad del sistema. Contrariamente, es evidente un efecto de crecimiento rápido de los cris- tales a temperaturas superiores a 700 °C (60 min), ulteriormente distinguible en el intervalo de tempera- tura entre 750° y 850 °C, y observable en todos los tiempos en los que se ha actuado (0, 18, 36 y 60 min). En lo concerniente a los huesos tratados a tempera- turas mayores de 850 °C y que han permanecido lar- gamente en el horno, las dimensiones de los cristales son superiores a 1.500 Å aunque la determinación de su valor medio es bastante difícil ya que se sitúa en el límite instrumental de la técnica. Para temperaturas superiores a 1.000 °C, las dimen- siones medias de los cristales parecen aproximarse a los valores máximos asintóticos siguiendo un proceso de crecimiento de tipo sigmoidal (Tabla 1)14. 12 Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 4 Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 13 2 3 4 Figura 2. Patrón de DRX de hueso humano no tratado usado como patrón de referencia. La línea con puntos muestra los datos experimentales, la línea continua es el ajuste de Rietveld en base a la estructura de la hydroxiapatita y la calcita. La línea inferior se refiere a los valores residuales; es decir la diferencia entre la raíz cuadrada de las intensidades calculadas y obtenidas, la cual es indicativa de la bondad de los resultados. Figura 3. Difractogramas de dos huesos tratados a elevadas temperaturas (1.000°C), en los que es evidente una considerable agudización y estrechamiento de los picos de rayos X. Figura 4a. Espectro de FT-IR de un hueso no quemado, mostrado en la gama de 500-700 cm-1, correspondiente al grupo PO4 3- característico de la hidroxiapatita. El factor de dimensiones SF se calcula numéricamente en este grupo de picos. Figura 4b. Espectro de la banda de los fosfatos de un hueso quemado. La anchura de las dos bandas en 565 y 605 cm-1 disminuye a medida que aumenta la temperatura, con la aparición simultánea de un tercer pico a aproximadamente 630 cm-1. Tabla 1.Tamaño medio de cristales de la fase mineral hidroxiapatita (1 Å = 10-8 cm) (de Piga et al, 2009). Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 5 G. Piga et al. Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 En las dos muestras incineradas mostradas en la Figura 3 se puede observar la notable reducción de los picos de difracción, debido al notable crecimiento de los microcristales y a la reducción del desorden reticular inducido por el considerable tratamiento tér- mico (1000 °C) al que fueron sometidos. FTIR Para apoyar e integrar los resultados obtenidos tam- bién se ha utilizado la técnica de espectroscopia de Infrarrojos por transformada de Fourier (FT-IR), un diagnóstico ampliamente utilizado en la química- física que permite reconocer la presencia de grupos o especies moleculares característicos de las mues- tras sometidas a examen. Contrariamente a la difracción de rayos X, esta me- dida tiene la ventaja de usar cantidades de muestra del orden de unos pocos miligramos (aproximada- mente 0,003 gr) y requerir tiempos de adquisición del espectro muy cortos (aproximadamente 50 se- gundos). El espectro característico de los grupos mo- leculares está determinado por las frecuencias de absorción específicas de los movimientos de rotación, flexión o “estiramiento” (que consiste en la contrac- ción y expansión de las distancias entre los átomos). Con respecto al material óseo humano y animal, por lo general se analizan las características del banda de fosfatos (PO4 3-), detectables en la gama de fre- cuencias entre 500 cm-1 y 700 cm-1. Como puede verse en la Figura 4a, la banda de fos- fatos en el material óseo no quemado está com- puesto de al menos dos componentes, que son lo suficientemente grandes, pero que disminuyen a me- dida que aumenta la temperatura, con la consi- guiente aparición de otro pico a aproximadamente 630 cm-1 (Figura 4b). El estrechamiento de estos dos componentes se puede medir numéricamente con una buena precisión utilizando un índice de cristalinidad llamado Splitting factor SF (“factor de división“). El índice de cristalinidad SF se calcula por (A + C) / B), donde A, B y C representan la distancia a la línea de base. Así pues, en la línea de base del espectro, se suman las alturas de las absorciones en aproximada- mente 605 y 565 cm-1 y se divide por la altura mí- nima entre ellos (en 595 cm-1). Esta fórmula fue propuesta por primera vez por She- mesh20 y Weiner y Bar-Yosef21 y ha sido habitual- mente utilizado desde entonces. Las longitudes de onda en 565 cm-1 y 605 cm-1 co- rresponden a las bandas de vibración de flexión de fosfatos y se incrementan con el aumento de la cris- talinidad. La longitud de onda en 595cm-1 disminuye provocando así un aumento global en el valor de SF. Nótese que aunque el aumento de temperatura pro- voca un aumento de el SF, la relación no es lineal sino que sigmoidal22. Las bandas con mayor frecuencia indican la presen- cia de grupos carbonatos (CO3 2-) que proporcionan informaciones adicionales útiles de características químico-físicas sobre el hueso. Una estimación del contenido de carbonato viene dada por la relación de la absorción del pico a 1428 cm-1 (CO3 2-) y del pico a 1042 cm-1 (PO4 3-); se in- dica como C/P. El valor de este índice disminuye cuando aumenta la temperatura. El uso combinado de ambas técnicas (DRX y FITR) constituye una poderosa herramienta para evaluar si los huesos se han sometido al fuego y a qué tempe- ratura, con una gran fiabilidad22. Aplicaciones Existen casos en los que un tratamiento térmico no es particularmente evidente, lo que comportaría qui- zás una línea errónea en la investigación de los he- chos. Para ilustrar estos casos utilizamos el caso arqueológico de la necrópolis fenicia y púnica de Monte Sirai (Carbonia, Cerdeña-Italia)22 en la que la cremación se utilizó como rito funerario durante la época fenicia, mientras que la época púnica se ca- racteriza por la inhumación de los cadáveres. Sin embargo, algunos esqueletos de época púnica mostraron algunas trazas oscuras sobre los huesos aunque el conjunto esquelético se presentaba com- pleto y en posición anatómica (Figura 5). Los ante- cedentes de cremación en la población fenicia nos indujeron a realizar un análisis físico-químico sobre los restos. Mientras el espectro DRX relativo al esqueleto de la Tumba 252 (Figura 6) muestra inequívocamente las características de una incineración -rito en uso por parte de la población fenicia hasta el siglo VI a.C., los datos relativos a los individuos de la tumba 8, 12 e 255 muestran también una exposición al fuego, aunque de menor intensidad. Este hecho está en principio en desacuerdo con lo que se podría esperar en el caso de tumbas púnicas, época posterior a la fenicia y cuyo rito generalizado es la inhumación. Los resultados obtenidos con ambas técnicas se mues- tran en la Tabla 2. 14 Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:42 PÆgina 6 Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 15 5 6 7 Tabla 2. Tamaño de los microcristales de hidroxiapatita, SF y estimaciones de las temperaturas calculadas mediante las dos técnicas de espectrometría. Ambas técnicas ofrecen resultados concordantes. Tabla 3. Tamaño de los microcristales de hidroxiapatita, Splitting Factor y la estimación de las temperaturas calculadas con las dos técnicas de espectrometría. Ambas técnicas ofrecen resultados concordantes. Figura 5. Restos esquelético de la tumba nº 8 de época púnica del yacimiento sardo de Monte Sirai. Figura 6. Patrones de los espectros de DRX de 5 muestras procedentes del yacimiento sardo de Monte Sirai. Figura 7. Reconstrucción en el laboratorio del esqueleto procedente de la tumba 252 conservado de manera excepcional. Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:43 PÆgina 7 G. Piga et al. Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 La Tabla 2 muestra en detalle los resultados obtenidos mediante las técnicas de difracción de rayos X / FT-IR, que muestran un acuerdo sustancial entre ellos. Las diferencias que no superan los 120° C no son tan importantes como afectar a la validez de las dos téc- nicas, teniendo en cuenta las diferencias en la base químico-física de las teorías elaboradas. Del análisis de estos resultados, se puede evidenciar la posibilidad de que los ritos funerarios púnicos de inhumación del Monte Sirai fueran precedidos de una combustión parcial de los cuerpos que pretende- ría quizás eliminar de forma rápida las partes blan- das. Con toda probabilidad el fuego se interrumpiría después de pocos minutos (18 minutos, máximo 36) y los cuerpos (normalmente 2 por tumba) aún ínte- gros eran depositados en posición primaria uno en- cima del otro. También podría interpretarse como una combustión superficial mediante la quema de materiales vegetales sobre el mismo cuerpo, lo cual estaría en consonancia con la posición primaria de los cuerpos y la mayor temperatura alcanzada en la parte superior del hueso. Sin embargo, el ritual en cuestión supone no pocos problemas puesto que, a pesar de que los cuerpos se encontraron en posición primaria, la fosa que los contenía, practicada en el tufo volcánico, no conser- vaba la más mínima traza de combustión. Merece la pena destacar que en el mismo yacimiento se iden- tificó la zona dedicada al “ustrinum” o zona dedicada a la cremación de los cuerpos, pero es preciso añadir que a menudo en el interior de la misma sepultura se han encontrado dos cuerpos superpuestos, ambos en idéntico estado de semicombustión. Así pues, en el caso de Monte Sirai parece que se trata de un ri- tual nuevo, cuya práctica fue limitada en el tiempo y practicada quizás sólo alrededor del año 500 a.C. En la literatura antropológica no se han encontrado ejemplos similares en las necrópolis del mundo feni- cio ni púnico22. Del mismo modo, la aplicación de estos mismos métodos a casos como el del cráneo mos- trado en la Figura 1, indicaría sin lugar a dudas su ex- posición al fuego, a pesar desu apariencia no alterada. Otra aplicación importante se refiere a la tumba de incineración 252. El descubrimiento excepcional de casi todas las partes del esqueleto nos ha permitido de realizar un análisis detallado para analizar la homo- geneidad de la temperatura y la intensidad del fuego en diversas partes representante de todo el cuerpo. Este tipo de análisis no es habitual pues es práctica- mente imposible en tales contextos recuperar restos “in situ” de todo el esqueleto. Dado el excepcional estado de conservación de los diversos fragmentos (Figura 7), fue posible evaluar la eventual uniformi- dad de la temperatura en muestras representativas de todo el cuerpo. La Tabla 3 muestra en detalle los resultados obteni- dos mediante las técnicas de DRX/FT-IR. Los datos obtenidos con las dos técnicas son prácticamente concordantes, salvo en unos pocos casos (vértebras 1 y 2, cúbito izquierdo y ambos fémures) en los que las temperaturas obtenidas con el análisis de difrac- ción de rayos X son ligeramente más elevados. Estas diferencias no exceden los 100°C y no son significativas. Los cambios de coloración y textura de los huesos así como los análisis de DRX/FT-IR sugieren una cre- mación a elevada temperatura, aproximadamente a 1000 ºC, aunque algunos fragmentos de coloración azulada sufrieron una temperatura menor entre 700 y 800 ºC. De ambos tipos de análisis sobresale además el hecho que el calor debió afectar de forma bastante homogénea a lo largo del esqueleto, con lo que la pira debió ser alimentada en su conjunto, sin que existiera un centro principal. Conclusiones En las últimas décadas, la investigación y la expe- riencia de casos han aumentado en gran medida la capacidad de reconocer e interpretar los restos óseos quemados. Sin embargo, son necesarios nuevos mé- todos experimentales para aclarar la variedad de fac- tores que conducen la gran cantidad de efectos térmicos. La difracción de rayos X y análisis de FT-IR tienen varias ventajas significativas para la identificación de una cremación y para la estimación de la tempera- tura y la duración de un evento de cremación fo- rense, centrándose en los cambios microscópicos en el hueso. Los importantes avances en hardware han mejorado mucho la velocidad y la accesibilidad de DRX. Sin duda, estas técnicas de análisis tendrán un papel cada vez más importante en el campo de la ciencia forense en el futuro. Agradecimientos Los autores quieren agradecer al Prof. Stefano Enzo, Dr. Michele Guirguis (Universidad de Sassari, Italia), Dr. Massimo Piccinini (Porto Conte Ricerche, Alg- hero, Italia) y Dr. Ignasi Galtès su ayuda. Este trabajo ha sido posible gracias al proyecto “Giovani Ricercatori” 16 Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:43 PÆgina 8 Aplicaciones de técnicas físico-químicas en Antropología Forense Cuad Med Forense 2012;18(1):9-17 de la Regione Autonoma della Sardegna, titulado: Studio archeometrico, antropologico e paleogene- tico del materiale archeologico appartenente al sito fenicio-punico di Monte Sirai (Carbonia), y a los proyectos del MEC, CGL2008-800800/BOS y PR2009-0128. 17 Bibliografía 1. Symes SA, Rainwater CW, Chapman EN, Gipson DR, Piper AL. Patterned Thermal Destruction of Human Remains in a Forensic Setting. In: CW Schmidt, S.A. Symes (eds): The Analysis of Burned Human Remains. London: Academic Press, 2008;15-54. 2. Trancho GJ. Análisis antropológico de las necrópolis de cremación. Rev. Esp. Antr. Fís. 2010;31: 205-32. 3. Piga G, Hernández-Gasch JH, Malgosa A, Ganadu ML, Enzo S. 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Departamento de Madrid del INTCF. 24 y 25 de mayo de 2012. Información: http://www.aeaof.com/inicio.htm ! 22nd Congress of the International Academy of Legal Medicine (IALM). Istanbul (Turkey) 5-8 July 2012. Información: http://www.ialm2012.org/ ! 9ª Edición del Curso Teórico-Práctico de Odontología Forense, 1er nivel. Córdoba (Argentina) del 18-23 de Junio de 2012. Información: http://www.facebook.com/events/325794704140457/ ! 16º Congreso Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Bogotá (Colombia) 15-17 Agosto 2012. Información: http://www.congresoforensecolombia2012.com/index.html! XXIX Congress of the International Academy of Pathology (IAP). Cape Town (South Africa). 30 September – 2 October, 2012. Información: http://new.iap2012congress.com ! 5th Biennial Meeting of the Association for European Cardiovascular Pathology (AECVP). Cádiz (Spain) 4-6 October 2012. Información: http://www.5thmeetingaecvp2012cadiz.comlu.com ! American Academy of Forensic Sciences (AAFS) Annual Meeting. Washington (USA).18-23 February 2013. Información: http://www.aafs.org/aafs-2013-annual-meeting ! X Curso de Patología Forense. Logroño (La Rioja). Marzo de 2013. Próxima información en www.sepaf.net78.net ! XXVI Congreso de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), XXI Congreso de la Sociedad Española de Citología (SEC) y II Congreso de la Sociedad Española de Patología Forense (SEPAF). Cádiz (España) del 22 al 24 de Mayo de 2013. Próxima información en www.seap.es Art culo 01:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:43 PÆgina 10 Revisión 000 Original Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25 Resumen El estudio de las memorias traumáticas ha generado un importante debate debido a su implicación en la comprensión del funcionamiento de la memoria y la importancia de los recuerdos traumáticos en entornos forenses. Se pretende con esta revisión entender las causas que nos pueden ayudar a explicar el debate en torno a las memorias traumáticas, analizando la definición de trauma y los factores que pueden condicionar su recuerdo. Por último, y debido a su im- portancia en contextos forenses, se realizó un análisis en torno a la exactitud de las memorias traumáticas. La expli- cación en torno a cómo recordamos un hecho traumático está en función de la concepción del término “trauma”. Si el trauma se entiende por los efectos psicológicos que provoca, nos encontraremos con estudios que abogan por las memorias diferenciales. Si definimos el trauma por las características del agente que lo provoca, entonces nos encon- traremos con estudios que apuntan a las teorías de las memorias equiparables. Independientemente de dónde se ponga el foco, habrá que considerar los factores que influyen en el recuerdo, fundamentalmente el estrés, la intensidad de la emoción asociada o el grado de implicación. Su efecto condicionará la capacidad para desplegar las estrategias de afrontamiento necesarias y son importantes para entender las diferencias en la exactitud de los recuerdos y en la accesibilidad a las memorias traumáticas. Palabras clave: Memoria autobiográfica. Trauma. Emoción. Trastorno de estrés post-traumático. Abstract The study of memory for trauma has generated considerable controversy. Its importance stems from its involvement in the understanding of memory processes, and for its importance in forensic contexts. The aim of this study was to analyze the factors that help explain the controversy surrounding memories for trauma. To do this the definition of trauma and the factors that can determine the memory were analyzed. Also, the accuracy of memories for trauma was analyzed. The explanation of memory for trauma is depending on the concept of trauma. If trauma is defined by its psychological effects, then studies support that memories for trauma are different from other autobiographical memo- ries. If trauma is defined by the characteristics of its cause, then studies support that memory for trauma are different from other memories. Regardless of focus, factors that influence the recall should be considered. Stress level, intensity of emotion, and degree of involvement are the most important. The effect of these factors affects the ability to deploy strategies to face the trauma, and it is important to understand the differences in the accuracy and accessibility of memories. Key words: Autobiographical memory. Trauma. Emotion. Post-Traumatic Stress Disorder. El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características Memories for traumatic events: accuracy, types and characteristics 19 AL. Manzanero1 M. Recio2 1Universidad Complutense de Madrid (España). 2Fundación Carmen Pardo-Valcarce (España). Correspondencia: Antonio L. Manzanero Departamento de Psicología Básica I Facultad de Psicología Universidad Complutense de Madrid 28223 Madrid E-mail: antonio.manzanero @psi.ucm.es Fecha de recepción: 20.FEB.2012 Fecha de aceptación: 16.MAR.2012 El presente trabajo forma parte del proyecto de investigación “Entrevista, intervención y criterios de credibilidad en abusos de carácter sexual en personas con discapacidad intelectual” que se lleva a cabo en la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, con la colaboración de la Fundación MAPFRE, el Ministerio de Interior y la Universidad Complutense de Madrid. Art culo 02:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:40 PÆgina 1 AL. Manzanero et al. Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25 Introducción Se definen las memorias traumáticas como recuer- dos sobre hechos con una valencia negativa y alto impacto emocional. El impacto que los hechos trau- máticos tienen sobre las personas depende de dife- rentes factores, existiendo importantes diferencias individuales, que determinarán la experiencia feno- menológica asociada al recuerdo del suceso vivido. En algunos casos, estos sucesos pueden dar lugar a un trastorno de estrés post-traumático, que se ca- racteriza por la tendencia en las personas que la su- fren a la re-experimentación (vivencias intrusivas como recuerdos del acontecimiento y sueños sobre el mismo o sensación de estar ocurriendo de nuevo), la evitación (esfuerzos por evitar pensamientos, sen- timientos, recuerdos, lugares o personas relaciona- dos con el suceso) y la hiperactivación (dificultad para dormir, irritabilidad o explosiones de rabia). A largo plazo, los efectos dependerán de la intensi- dad del trauma y de la vulnerabilidad del sujeto. Así, no afectará de la misma manera un trauma derivado de un accidente de tráfico que un trauma derivado de una experiencia de abuso sexual continuado en la in- fancia. De igual modo, se han propuesto tres factores claves en la respuesta a una experiencia traumática: a) las experiencias de apego negligentes u otros traumas en la infancia, b) las estrategias de afrontamiento, y c) el apoyo social a la víctima del trauma1-3. La especificidad de las memorias traumáticas Una revisión reciente4 propone que la controversia en relación a las memorias traumáticas puede resu- mirse en varios puntos fundamentales: a) si estas memorias son diferentes de otros tipos de memorias autobiográficas, b) si las memorias traumáticas son más o menos exactas que las memorias de hechos no traumáticos, y c) si estas memorias pueden olvidarse completamente y recordarse mucho tiempo después. Podemos distinguir diferentes propuestas en torno a las características diferenciales de las memorias traumáticas: a) las que señalan que las memorias traumáticas serían diferentes a otras memorias auto- biográficas, y b) las que afirman que ambos tipos de memorias son similares. A continuación explicaremos brevemente ambas propuestas así como las principa- les investigaciones publicadas que las sustentan. Las memorias sobre hechos traumáticos: un tipo de memoria especial Algunos estudios muestran que las memorias trau- máticas tienen características diferentes a las me- morias sobre otros hechos autobiográficos. En este marco, se han señalado dos propuestas diferentes: a) las memorias de hechos traumáticas son mejo- res que las memorias neutras y b) las memorias de hechos traumáticas son peores que las memorias neutras. Con respecto a la primera propuesta, diferentes in- vestigaciones han puesto de manifiesto la aparente superioridad de las memorias sobre hechos traumá- ticos5-9. Según estos estudios, sentimos que somos capaces de recordar estos sucesos como si acabaran de ocurrir, aparentando ser inmunes al deterioro pro- ducido por el paso del tiempo. Este tipo de memorias ha sido denominado memorias vívidas (flashbulb memories). Un hecho de este tipo es, por ejemplo, el atentado ocurrido en Nueva York el 11 de septiem-bre de 2001, cuyo impacto emocional no deja lugar a duda. Cuando recordamos aquel día y lo que nos- otros hacíamos antes, durante y después del aten- tado es muy probable que tengamos la sensación de que aquello se nos ha quedado profundamente gra- bado, que lo recordamos de forma muy vívida y con todo lujo de detalles. En esta dirección, algunas investigaciones10 han mostrado que los hechos traumáticos se recuerdan mejor tres meses después que los que no lo son. Peace, Porter y Brinke11, tras comparar memorias re- ales sobre agresiones sexuales, traumas y hechos no traumáticos, encontraron que las primeras eran más vívidas, detalladas y sensoriales que las segundas. Así pues, los acontecimientos traumáticos se recor- darían mejor, serían más consistentes con el paso del tiempo, y se podrían caracterizar por una memo- ria clara y exacta para los detalles centrales del su- ceso12,13, aunque con poca exactitud para los detalles irrelevantes, de forma más acentuada a lo que igualmente ocurre con los recuerdos de otros he- chos autobiográficos. En contra de esta propuesta, algunos autores afirman que este tipo de memorias serían peores que las me- morias sobre otro tipo de hechos autobiográficos, ya que pueden presentarse fragmentadas14-18 y ser difí- ciles de expresar de forma narrativa, aunque pueden estar asociadas a sensaciones intensas (olorosas, auditivas, táctiles…), y ser muy visuales19-21. Incluso se ha propuesto que este tipo de memorias podría estar asociado a episodios de amnesia, siendo más susceptible de aparecer ante emociones extremas, 20 Art culo 02:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:40 PÆgina 2 El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25 como las que pueden despertar los delitos pasiona- les22, y suelen estar asociadas a casos de amnesias transitorias de origen orgánico e intoxicaciones por alcohol23. Las propuestas sobre memorias fragmentadas de he- chos traumáticos están sustentadas, además, en los estudios experimentales y clínicos sobre el trastorno de estrés postraumático24,25, cuyos síntomas relacio- nados con el recuerdo (el olvido de algunos aspectos del suceso, y el recuerdo vívido y persistente de otros momentos del mismo en forma de “flashbacks”) ilus- tran este tipo de memoria traumática fragmentada. Datos para una propuesta sobre la inespecifi- cidad de las memorias traumáticas Algunos autores26 afirman que pese a existir dife- rencias en algunos aspectos entre las memorias au- tobiográficas traumáticas y neutras, no implican diferencias sustanciales en sus características ni en su deterioro. Varios estudios recientes27-29 parecen confirmar estas afirmaciones con poblaciones dis- tintas. En el primer estudio se compararon los re- cuerdos de hechos traumáticos (fallecimientos, agresiones, separaciones, accidentes, atentados y otros) con recuerdos de hechos felices (nacimien- tos, actividades de ocio, bodas, trabajo, reencuen- tros y otros), mediante el Cuestionario sobre Características Fenomenológicas de Recuerdos Au- tobiográficos (CCFRA), diseñado al efecto. Este es- tudio se realizó con población española y se consideraron 120 recuerdos. En general, los resul- tados mostraron que los recuerdos de hechos trau- máticos en comparación con hechos felices se caracterizaban por contener menos información sensorial, ser más complejos, más difíciles de fe- char, con sentimientos asociados más intensos, un mejor recuerdo de pensamientos asociados en el momento de su ocurrencia, más difíciles de expre- sar verbalmente y con más pensamientos recurren- tes sobre lo ocurrido. Por el contrario, no se encontraron diferencias significativas sobre locali- zación espacial del suceso, vividez, definición, ac- cesibilidad, fragmentación, perspectiva de recuperación, dudas sobre su ocurrencia, ni tenden- cia a hablar sobre lo ocurrido. ¿Por qué hay conclusiones tan dispares? Una de las razones que explica esta disparidad es que la misma concepción de lo que se está estudiando varía de unos estudios a otros, es decir, si el trauma se define más por sus efectos psicológicos en las víctimas, nos encontramos con las propuestas de memorias diferenciales. Pero si el foco de la defini- ción del trauma recae sobre las características in- trínsecas de los agentes que los provocan, entonces aparecerían más las memorias equiparables. Lo cierto es que desde su origen el trauma se ha defi- nido no tanto por el hecho en sí como por los efec- tos físicos o psicológicos que ha tenido en las víctimas. El trauma desborda la capacidad del indi- viduo de tolerar y procesar las emociones que ge- nera y desorganiza las estrategias de una persona para manejarse en la vida. Un atentado, un acci- dente de coche o un maremoto puede ser o no trau- mático, dependiendo de los efectos psicológicos que haya desencadenado. Pero también se puede aceptar que los tres son traumáticos por el hecho de constituirse como una amenaza a la integridad. Independientemente de dónde situemos el foco, al analizar la literatura al respecto, lo primero que de- beremos considerar es qué concepción de trauma les acompaña, porque sólo así podremos empezar a en- tender las disparidades en el estudio de las memo- rias traumáticas. En cualquier caso, las opiniones tan diversas en torno a las características de las memorias traumá- ticas con respecto a otras memorias autobiográficas nos llevan a plantearnos la necesidad de ser pruden- tes a la hora de generalizar conclusiones acerca de la manera de recordar un hecho traumático. Parece razonable concluir, a la luz de las investigaciones, que un mismo hecho traumático puede ser recor- dado de una manera vívida, consistente, o, por el contrario, fragmentado, o incluso no recordarse. Un mejor conocimiento de los factores de influencia quizá podría explicar las diferencias entre memorias traumáticas y memorias autobiográficas sobre he- chos neutros. Variables de influencia sobre las carac- terísticas de las memorias traumáticas El primer factor que destacamos es el estrés. Así lo indican todos aquellos estudios que advierten de su influencia en la memoria30,31. Su relación es com- pleja, ya que, como hemos visto, las experiencias es- tresantes traumáticas podrían producir la sensación de recuerdos intensos, vívidos y persistentes, al tiempo que produce un deterioro significativo de la capacidad de atención y memoria. La vivencia del estrés no está en función de las características del trauma si no de la manera en que cada organismo percibe y reacciona al estímulo traumático. Como cada organismo percibe y reacciona al estrés está en función de diferentes factores, entre los que ocupan 21 Art culo 02:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:40 PÆgina 3 AL. Manzanero et al. Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25 un lugar importante el temperamento y el apego32. Derivado de la combinación de ambos factores con- taremos con un tipo de capacidad u otra para desple- gar las estrategias de afrontamiento necesarias para que el organismo responda al estímulo traumático sin perturbar seriamente su equilibrio y, por tanto, minimizando su efecto sobre la memoria o la atención. En el caso de una agresión, en un entorno donde se produce una reacción sensible, reguladora y protec- tora, probablemente se minimizarán los efectos traumáticos. En cualquier caso, la intensidad de la emoción aso- ciada al hecho y el grado de implicación parecen ser factores importantes. Por regla general, los hechos autobiográficos con una implicación emocional im- portante se recuerdan más detalladamente que los hechos rutinarios con baja implicación emocional33, lo que no implica que todos los detalles recordados sean exactos ni la memoria generada sea inmune al paso del tiempo. En un estudio llevado a cabo con población Palestina de la franja de Gaza34 los resul- tados encontrados mostraron que ser protagonista del hecho traumático lleva a memorias más fragmen- tadas, más confusas, con sentimientos asociados más intensos, y memorias más accesibles, dado que tiendenmás a re-experimentar y a pensar en los he- chos vividos, en comparación con los recuerdos de los sujetos que fueron testigos del suceso y cuyas emociones asociadas fueron menos intensas. En la misma dirección, se ha evaluado el efecto de la im- plicación en el hecho traumático sobre la exactitud de los recuerdos35, encontrándose que el grado, tipo (central vs periférico) y exactitud de los detalles re- cordados por los sujetos estaba relacionado directa- mente con la implicación del sujeto. Exactitud e inmutabilidad de las memorias traumáticas: “jamás se me olvidará” Es muy probable que ciertos detalles de nuestras memorias autobiográficas sobre hechos traumáticos que damos por exactos hayan sido “creados” poste- riormente36,37. Ost y colaboradores38 encontraron, en un experimento sobre memorias de hechos traumá- ticos, que un 40% de sujetos creían haber visto es- cenas falsas sobre los atentados de Londres de 2005, que habían sido generadas por los investiga- dores. En la misma dirección, se han realizado nu- merosos estudios sobre los recuerdos acerca de los atentados terroristas del 11-S en Nueva York39-44, mostrando interesantes resultados que en esencia confirman la alteración de este tipo de memorias con el paso del tiempo. Así, por ejemplo, Schmidt45 en- contró que los hechos centrales se recuerdan con más consistencia que los periféricos, pero los recuerdos sobre este suceso contenían abundantes errores pro- cedentes de una inapropiada reconstrucción de los hechos. Los sujetos más afectados emocionalmente mostraron un peor recuerdo y más inconsistencias respecto a los detalles periféricos que los sujetos menos afectados. Toda aquella información que pro- cede de la estimación del sujeto y no de su percep- ción directa será más susceptible de modificarse a lo largo del tiempo. Sin embargo, es corriente escuchar a víctimas de su- cesos violentos decir, por ejemplo, “me ha impresio- nado tanto, que nunca lo olvidaré” porque la mayoría de la gente piensa que cuanto más violento sea un suceso más impactará y, por tanto, mejor será des- pués su recuerdo. La realidad es que se ha probado cómo los sucesos que implican un mayor grado de violencia se recuerdan peor46. Clifford y Scott expli- can este efecto indicando que el sujeto experimenta mayor estrés cuanta mayor violencia implica el su- ceso, y el estrés afecta negativamente a los procesos cognitivos como la atención, la percepción y la me- moria. La falta de recursos atencionales que genera el estrés dificulta el procesamiento en profundidad de la información, así los sujetos pueden procesar la información más básica de forma pre-atencional, pero no integrar después adecuadamente toda esa in- formación en una representación completa y exacta, generando conjunciones ilusorias, de modo que el sujeto puede tener todas las piezas del puzzle, pero montarlo de forma errónea, dando lugar a un relato de los hechos diferente a lo acontecido en realidad47. Accesibilidad de lo recuerdos sobre hechos traumáticos En algunas ocasiones se ha afirmado que las memo- rias sobre hechos traumáticos podrían quedar “repri- midas” o dar lugar a fenómenos disociativos que generen una incapacidad para recordar los hechos48. Este tipo de amnesias psicógenas se han relacio- nado con el trastorno de estrés post-traumático. Según estas hipótesis, el recuerdo no se perdería, sino que permanecería en la memoria aunque inac- cesible. De este modo, mucho tiempo después, un acontecimiento similar o en cualquier caso los indi- cios de recuperación adecuados podrían hacerlo consciente de nuevo. A estos recuerdos antes repri- midos y ahora accesibles se les ha denominado 22 Art culo 02:Maquetaci n 1 16/04/2012 10:40 PÆgina 4 El recuerdo de hechos traumáticos: exactitud, tipos y características Cuad Med Forense 2012;18(1):19-25 como memorias recuperadas. No obstante, los estu- dios experimentales al respecto han fracasado al tra- tar de probar la existencia de este tipo de fenómenos. Más bien al contrario, algunos autores49-51 afirman que las memorias traumáticas se recuerdan más y mejor que las memorias neutras. En un estudio sobre recuerdos acerca de agresiones sexuales, Porter y Birt52 encuentran que tienden a recordarse con mayor frecuencia que otras memorias autobiográfi- cas, y en los pocos casos en los que encuentran que este tipo de sucesos se han olvidado (4,6% del total) se debe más a un intento deliberado de no recordar que a una memoria reprimida o disociada. La clave que explique esta controversia probablemente podría estar en que la existencia de las amnesias psicóge- nas se sustenta fundamentalmente en las manifesta- ciones de víctimas y en población clínica, sin un estudio acerca de la verosimilitud de dichas mani- festaciones y donde en ocasiones se confunde la in- capacidad o dificultad para hablar del suceso con el olvido. Del mismo modo, no deberíamos confundir la experiencia fenomenológica que genera el re- cuerdo con el recuerdo en sí mismo. En esta direc- ción Geraerts y colaboradores53 a partir de una serie de investigaciones afirman que los sujetos podrían tener la impresión subjetiva de haber reprimido las memorias sobre hechos traumáticos, aun cuando po- dría ser que hayan olvidado que las habían recor- dado previamente. En cualquier caso, no parece que el recuerdo de he- chos traumáticos sea inmune al deterioro y la distor- sión por efecto de la sugerencia de información falsa54. Independientemente de la controversia en torno a la existencia o no de las memorias recupera- das, conviene señalar que una cosa es no querer re- cordar y otra muy diferente olvidar realmente. Aún cuando muchas de las víctimas de un suceso trau- mático tratan de no recordar, lo cierto es que la ac- cesibilidad de este tipo de memorias no parece verse comprometida, aunque a estas personas les resulte difícil hablar de lo ocurrido. Esto puede explicar por qué un hecho sucedido en la infancia, que durante mucho tiempo permaneció inaccesible, ante nuevas claves de recuperación años después pueda dar lugar a su recuerdo espontáneo, aunque ahora lo que se recupera esté sesgado por los conocimientos y expe- riencias posteriores, que pueden dar lugar a una in- terpretación del hecho diferente de la original. Conclusiones En resumen, el debate en torno a las memorias trau- máticas nos lleva a afirmar que no todos recordamos de la misma manera los hechos traumáticos. Ante un mismo evento traumático un porcentaje de los implicados tendrán un recuerdo de lo sucedido de manera muy vívida a lo largo de los años, otro por- centaje lo recordará de manera fragmentada, otro tanto no tendrá diferencias en su manera de re- cordar con respecto a otros eventos autobiográfi- cos, y, por último, algunos podrían tener problemas a la hora de acceder a algunos detalles de lo que ocurrió. De la misma manera que encontramos diferencias a la hora de recordar, también encontraremos diferen- cias en los efectos psicológicos, emocionales y psi- quiátricos que puede conllevar la experiencia traumática. Así, habrá víctimas de hechos traumáti- cos que tengan una enorme capacidad de resiliencia y consigan superar el trauma sin demasiado es- fuerzo, y habrá personas que lleguen a padecer un TEPT que puede durar años o incluso un trastorno de personalidad severo. La investigación y la práctica clínica nos ha evidenciado que hay fac- tores que van a determinar el impacto psicológico que el trauma conlleve en la víctima de un hecho traumático. Sorprende que a diferencia del contexto clínico y ex- perimental que investiga las diferencias individuales del impacto del trauma, que nadie niega, así como los factores que condicionan dicho impacto, en el es- tudio de las memorias traumáticas no se abogue más por estudiar los factores que median en el recuerdo intersubjetivo e intrasubjetivo de una experiencia traumática. Así, todavía serán necesarias más in- vestigaciones para poder establecer más específi- camente las diferencias entre los recuerdos de hechos traumáticos y otro tipo de sucesos,
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