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LESIONES PROVOCADAS POR ANTIINFLAMATORIOS NO 
ESTEROIDES EN CANINOS Y FELINOS 
 
Diego Díaz y Eduardo Picco1 
 
Introducción: 
 Los Antiinflamatorios No Esteroides (AINEs) son un grupo de fármacos heterogéneos desde el 
punto de vista químico, que comparten acciones terapéuticas y efectos secundarios, ya que 
poseen un mecanismo de acción que puede considerarse común a todos ellos. 
De acuerdo a su estructura química, los AINEs son, en su mayoría, ácidos orgánicos débiles, que 
pueden dividirse en 2 grandes grupos: el de los Acidos Carboxílicos y el de los Acidos Enólicos. 
A continuación se listan algunos de los principales compuestos pertenecientes a cada grupo: 
 
 
 A) ACIDOS CARBOXÍLICOS B) ACIDOS ENÓLICOS 
 
 a- Derivados del Acido Salicílico: a- Derivados del Para-Amino Fenol: 
 Acido Acetilsalicílico Paracetamol 
 Salicilato sódico Fenacetina 
 Salicilamida 
 b-Derivados del Acido Propiónico: b- Derivados de la Fenilpirazolona: 
 Ibuprofeno Dipirona 
 Naproxeno Antipirina 
 Carprofeno Fenilbutazona 
 Ketoprofeno Suxibuzona 
 Flurbiprofeno 
 Vedaprofeno 
 c-Derivados del Acido Amino-nicotínico: c- Oxicams : 
 Flunixín Piroxicam 
 Clonixín Meloxicam 
 d-Derivados del Acido N-Aril-Antranílico : 
 Acido Fenámico 
 Acido Mefenámico 
 Acido Tolfenámico 
 Acido Meclofenámico. 
 
 
 (Lees, 1999) 
Mecanismo de acción de los AINEs: 
 
 En 1982, John Vane recibió el Premio Nobel en Fisiología y Medicina por su descubrimiento 
sobre la acción antiinflamatoria del Acido Acetil Salicílico (AAS) como bloqueante o inhibidor 
de la conversión enzimática del Acido Araquidónico en Prostaglandinas, importantes mediadores 
de la inflamación en los tejidos. Posteriormente se observó que tanto el AAS como otros AINEs 
 
1 Dpto de Farmacología Facultad de Ciencias Veterinarias Universidad Nacional del Litoral. Argentina 
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impedían la producción de prostanoides mediante el bloqueo de la enzima Ciclooxigenasa 
(COX), y por tanto inhibían la formación de todas aque llas sustancias que se encuentran por 
debajo de ese paso dentro de la vía metabólica del Acido Araquidónico, es decir Prostaglandinas 
y Tromboxano. Los Antiinflamatorios Esteroides (AIEs) en cambio, actúan inhibiendo la acción 
de la Fosfolipasa A2, e impid en, además de los mencionados, la formación de Leucotrienos (Lan-
doni, 1996) (Ver Figura 1). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 En la actualidad se conoce que el mecanismo de interferencia con la COX no es común para 
todos los AINEs y se puede dividir en tres tipos principales: 
 
A ) Inhibición irreversible: 
 El Acido Acetilsalicílico (Aspirina) es el único AINE que consigue una modificación covalente 
de la enzima y bloquea de esta forma la unión del Acido Araquidónico al sitio de acción 
enzimática. 
FOSFOLIPASA A 2 CICLOOXIGENASA 
5-LIPOOXIGENASA 
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La recuperación de la actividad de la COX en un tejido tras la acción del fármaco requiere de una 
síntesis de novo de la enzima. 
 
B ) Inhibición reversible competitiva con el Acido Araquidónico: 
 Es el mecanismo por el cual actúan la mayoría de los AINEs. El factor determinante de la 
duración de sus efectos es la velocidad con que son eliminados del organismo. 
 
C ) Inhibición reversible no competitiva: 
 Este mecanismo conlleva propiedades antioxidantes y de atrapamiento de radicales libres que 
consiguen reducir los hidroperóxidos, los cuales tienen un papel importante en modular la 
actividad de la COX (por ej. Paracetamol). (Barragry, 1996). 
 
 Los diferentes AINEs presentan una gran disparidad en cuanto a potencia de acción, lo cual 
debe ser entendido tanto por la diversidad de distribución y penetración que cada uno de ellos 
tenga en un tejido en función de sus características farmacocinéticas como por la posibilidad de 
desarrollar todo un conjunto de acciones farmacológicas complementarias a la inhibición de la 
COX. Entre estas últimas se destacan: 
1) Su capacidad de inhibir la concentración y migración de leucocitos en el tejido inflamado. 
2) La inhibición de enzimas del metabolismo hidrocarbonado. 
3) La neutralización y depuración directa de radicales libres. 
4) La inhibición de la liberación de otros mediadores. 
5) La modificación del metabolismo del tejido conjuntivo. 
6) La inhibición de la enzima Lipooxigenasa (Ej.: Ketoprofeno). 
 
 La caracterización de dos isoformas de Ciclooxigenasa (COX1 y COX2) permite profundizar en 
la explicación de la diferente potencia antiinflamatoria de los AINEs, y en particular del distinto 
perfil de efectos adversos (disturbios gastrointestinales, toxicidad renal, alteraciones 
hematológicas) mostrado por este grupo farmacológico. COX1 es una enzima constitutiva, capaz 
de expresarse en la mayoría de los tejidos y plaquetas sanguíneas. Está involucrada en las 
funciones de regulación de la actividad celular, como coordinación de la acción de las hormonas 
circulantes y de la homeostasia vascular. COX2 es una enzima de tipo inducible, que comparte el 
62 % de identidad aminoacídica con COX1. La hipótesis de que es la responsable de la síntesis de 
prostanoides involucrados en los procesos inflamatorios se basa en las observaciones de que su 
expresión es inducida por mitógenos y mediadores de la inflamación, siendo inhibida por los 
Glucocorticoides (Ver Figuras 2 y 3) (Lees, P. 1999). 
 
 
 
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 Por lo tanto, la inhibición de la COX2 justificaría la actividad antiinflamatoria, mientras que la 
inhibición de la COX1 explicaría los efectos adversos, al suprimirse la síntesis de eicosanoides 
necesarios para las funciones fisio lógicas del organismo. La mayor o menor actividad frente a 
cada una de estas isoenzimas sería entonces la determinante de la incidencia de efectos adversos 
que aparecen tras la administración de distintos AINEs a dosis terapéuticas. 
A diferencia de los Antiinflamatorios Esteroides, los AINEs en general, no producen efectos 
importantes sobre la línea de células blancas sanguíneas pero existe controversia entre diferentes 
autores con respecto a este punto. Algunos consideran que los AINEs no producen inhibición de 
la quimiotaxis de células blancas, e incluso que la inducen (Lees, P., 1999). Por otro lado, en 
estudios de laboratorio que testearon AINEs como Flunixin meglumine, Fenilbutazona e 
Indometacina se demostró que son capaces de inhibir la quimiotaxis de polimorfonucleares 
neutrófilos de caninos, que es inducida por el Leucotrieno B4. La primera de estas drogas es la 
que presentó dicho efecto por más tiempo y con mayor intensidad. (Strom et al., 1990). 
 En otro ensayo que midió el efecto de Fenilbutazona y Flunixin meglumine sobre la actividad de 
células “Natural Killer” de bovinos in vitro, se encontró que ambas drogas son capaces de 
reducirla. Sin embargo, se concluyó que únicamente el Flunixin meglumine podría llegar , a las 
dosis terapéuticas comúnmente utilizadas, a alcanzar in vivo concentraciones sanguíneas 
suficientes como para afectar la actividad de los linfocitos T. 
 
Características farmacocinéticas de los AINEs : 
 
a) Absorción y vías de administración: 
 Existen formulaciones farmacéuticas de AINEs para administración parenteral(usualmente 
intravenosa, aunque hay productos para administración intramuscular y subcutánea), así como 
para administración oral. Las formulaciones parenterales son soluciones, mientras que las orales 
son polvos, bolos, gránulos y pastas de base acuosa u oleosa. 
 Los AINEs en la mayoría de las especies son en general bien absorbidos tanto tras su 
administración oral como parenteral, pudiendo la biodisponibilidad alcanzar valores del 100 %. 
 5 
 
Dado que los AINEs son ácidos débiles con valores de pKa de entre 3 y 5, su ionización se 
suprime en estómago, facilitándose su absorción. Aunque el pH del intestino delgado es menos 
ácido que el del estómago, la superficie de absorción es muy grande, por lo que la absorción 
continúa a este nivel en forma eficiente. 
 La absorción de estas drogas puede ser retrasada cuando el tracto gastrointestinal contiene 
alimento al momento de la administración. Se ha propuesto que la fracción de droga que se une 
al alimento representa una especie de reserva de droga que se libera tras la digestión 
fermentativa del componente fibroso, siendo la droga luego absorbida (Lees, P., 1999). 
 
b- Distribución 
 Dado que la mayoría de los AINEs posee un alto grado de unión a proteínas plasmáticas (95 – 
99,8 %), su pasaje desde el plasma al fluido intersticial es limitado. Como consecuencia, el 
volumen de distribución es bajo, siendo comunes valores de 0,3 l/kg o menores. Sin embargo, 
existen excepciones, tal es el caso del Ácido Tolfenámico en perros, terneros y cerdos, y del 
Flunixín en vacas. La causa de este hallazgo aparentemente paradójico no está del todo clara, 
aunque podría deberse a la presencia de recirculación enterohepática, lo que ha sido establecido 
para Indometacina en perros. 
 Una ventaja terapéutica de l alto grado de unión a proteínas es la tendencia de los AINEs de 
acumularse en el exudado inflamatorio. Debido a que este es rico en proteínas plasmáticas, que 
acceden desde la circulación, la unión de los AINEs a las mismas les permite un pasaje rápido y 
una persistencia importante en el sitio de inflamación aguda. La persistencia de estos fármacos 
en exudado es un importante factor que determina la prolongada afectividad de los AINEs, aún 
cuando los niveles plasmáticos de droga están por debajo de niveles detectables. Esto explica, al 
menos parcialmente, por qué los AINEs con cortas semi vidas biológicas en la mayoría de las 
especies (por ej.: Flunixín, Ketoprofeno, Fenilbutazona), son efectivos con una dosis diaria. 
 Los AINEs de tipo 2-Arilpropiónicos (Carprofen, Vedaprofen, Ketoprofen) muestran una 
farmacocinética enantioselectiva. En consecuencia, el comportamiento cinético de cada tipo de 
enantiómero debe estudiarse en forma separada (Lees, P., 1999). 
 
c- Excreción y metabolismo (eliminación) 
 La mayoría de los AINEs son ácidos orgánicos débiles, en consecuencia su eliminación renal 
varía según el pH de la orina. El atrapamiento iónico de las moléculas ionizadas (poco 
liposolubles) en orinas alcalinas facilita la excreción en los herbívoros, observándose lo opuesto 
en carnívoros y omnívoros. En estas últimas especies la orina es generalmente ácida, por lo que 
la ionización está suprimida, la molécula es más liposoluble y por lo tanto fácilmente 
reabsorbida. Sin embargo, el factor más importante que limita el pasaje de los AINEs al filtrado 
glomerular es el alto grado de unión a proteínas plasmáticas. Por lo tanto, solo pequeñas 
fracciones de la dosis administrada de la mayoría de los AINEs son eliminadas sin cambio en 
orina, independientemente de la especie. 
 Se asume que la mayoría de los AINEs son inicialmente biotransformados a nivel hepático a 
metabolitos activos o inactivos. Sin embargo algunas drogas, como Aspirina y Fenilbutazona son 
convertidas a metabolitos activos, Salicilato y Oxifenbutazona, respectivamente. La semi vida de 
eliminación varía entre las distintas drogas y en las diferentes especies. Por ejemplo, Salicilato 
tiene una semi vida muy larga en gatos, pero no en otras especies, similar a lo observado con 
Fenilbutazona y Carprofeno en vacas y Naproxeno en perros (Lees, P.,1999). 
 
 
 6 
 
PRINCIPALES USOS DE LOS AINEs EN LA CLÍNICA DE PEQUEÑOS ANIMALES 
 
 Los AINEs ocupan un lugar importante en la terapéutica de animales pequeños. En el mercado 
de productos veterinarios nacional, encontramos formas farmacéuticas para caninos y felinos que 
poseen como principio activo Flunixin meglumina, Ketoprofeno, Meloxicam, Fenilbutazona, 
Dipirona, Dimetilsulfóxido, Salicilato de metilo, Carprofeno y Ketorolaco. 
 La gama de situaciones y patologías en las cuales se utilizan este tipo de drogas es amplia, pero 
consideramos como las más importantes a las siguientes (Bergman et al., 1998): 
- Dolor quirúrgico. 
- Osteoartritis. 
- Osteodistrifia hipertrófica. 
- Tumores óseos. 
- Biopsias de hueso. 
- Dolor dental. 
- Septicemias. 
- Panosteítis. 
 
 Sin embargo, todavía los glucocorticoides ocupan el lugar preferencial a la hora de tratar 
procesos inflamatorios (sobre todo de tipo agudo), ello debido en parte a la mayor potencia que 
presentan en esta acción, y en parte a la posibilidad de efectos secundarios que sigue a la 
aplicación de AINEs. 
 
EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS AINEs EN CANINOS Y FELINOS: 
 
 El fácil acceso a los AINEs que poseen los propietarios, sumado a la toxicidad mucho menor que 
presentan en el ser humano, hace que ellos mediquen comúnmente a sus mascotas sin 
indicaciones del Veterinario, desconociendo los efectos indeseables que pueden tener estos 
fármacos en perros y gatos (Isaacs, 1996). 
Como se ha visto, los AINEs se caracterizan por tener distinto comportamiento cinético según la 
droga particular y según la especie, entre otros factores. Por lo tanto, la extrapolación de 
posologías de una especie a otra ha sido motivo importante de aparición de estas alteraciones. 
(Isaacs, 1996) 
Es difícil conocer con certeza la incidencia real de efectos adversos provocados por este grupo de 
drogas (Agrawal, 1995) por dos motivos principales: Primero, el proceso de farmacovigilancia en 
medicina veterinaria es aún pobre y sobre todo en animales de compañía que son 
“automedicados“ por los propietarios. A pesar de los informes a este respecto, que están 
obligados por ley a mandar los laboratorios responsables, en general no se conoce la incidencia 
verdadera de efectos adversos; y segundo, la mayoría de los Veterinarios no reportan estos casos 
por desconocimiento de a quien o donde se deben dirigir, o por un cierto temor a que de alguna 
forma ellos hayan tenido alguna responsabilidad en el desarrollo del proceso. 
 
 A-) Sobre tracto gastrointestinal 
 
 Son los efectos secundarios que aparecen más frecuentemente en la clínica de pequeños 
animales. Los caninos son particularmente predispuestos a su aparición. 
 De acuerdo a su capacidad ulcogénica podemos clasificar a los Antiinflamatorios No Esteroides 
como sigue: 
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BAJA MEDIA ALTA 
Azapropazona 
Sulindac 
Fenclofenac 
Nimesulide 
Meloxicam 
Acido Niflúmico 
Ibuprofeno 
Acido Salicílico 
Naproxeno 
Fenilbutazona 
Flurbiprofeno 
Acido Acetilsalicílico 
Diclofenac 
Indometacina 
Ketoprofeno 
 
(Modificado de Mazué et al.; 1981) 
 
Tabla 1: Clasificación de AINEs de acuerdo a su capacidad ulcogénica (determinada en 
ratas). 
 
Las acciones que ejercen los AINEs para provocar estas lesiones pueden dividirse en locales y 
generales. La acción local es de tipo irritante, debido principalmente a la característica de ácidos 
débiles que posee este tipo de drogas. Se considera a la Aspirina como uno de los principales 
productores de este efecto (Davenport, 1964, Isaacs, 1996; Papich, 1998). Muchos AINEs, como 
Ibuprofeno, Naproxeno, Indometacina, Piroxicam y Acido Tolfenámico, sufren intensa 
recirculación enterohepática en el perro, lo cual hace que la exposición de la mucosa 
gastrointestinal a la droga sea prolongada (Isaacs, 1996). 
 El pH gástrico (2–3,5) mantiene a los AINEs en estadoquímico no disociado, por lo que 
atraviesan las barreras liposolubles (moco gástrico y membrana celular) y alcanzan el citoplasma 
celular, donde el pH más elevado permite su disociación química. Como consecuencia de esta 
disociación, se altera el potencial transmucoso con lo que aumenta la retrodifusión de 
hidrogeniones y la osmolaridad intracelular. Estos hechos, por sí solos, ya son capaces de 
provocar graves daños a la mucosa gastroduodenal: edematización, ruptura de uniones 
intercelulares, alteración de la permeabilidad celular, etc. Pero además, la potenciación de estos 
efectos mediante la inhibición de la síntesis de Prostaglandinas protectoras, hace de estos 
fármacos agentes gastrolesivos de consideración (Ynaraja, 1997). 
 El efecto local de los AINEs puede minimizarse con formas farmacéuticas de administración 
parenteral o rectal, o bien mediante el uso de formas encapsuladas de absorción intestinal y 
liberación lenta, pero sin embargo en la mayoría de los casos que aparecen efectos secundarios se 
deben a las acciones sistémicas (Ynaraja, 1997). Estas son determinadas principalmente por la 
inhibición de las Prostaglandinas protectoras, que normalmente ejercen los siguientes efectos: 
- Aumento de la secreción de moco protector de la mucosa: El moco gástrico es una barrera 
física hidrófoba que evita la acción de la Pepsina, del ácido clorhídrico, de los productos irritantes 
químicos y de daños mecánicos o físicos sobre la mucosa gástrica, y favorece la difusión de 
hidrogeniones hacia la luz gástrica y limita su retrodifusión (Ynaraja, 1997). 
- Mantenimiento del flujo sanguíneo de la mucosa. 
- Inhibición de la secreción ácida del estómago. 
- Incremento de la salida de bicarbonato: El bicarbonato secretado por las células epiteliales 
neutraliza los hidrogeniones próximos a ellas y crea y mantiene un pH neutro en la superficie 
celular, por debajo del moco gástrico, estimulando así la reparación celular al formar una capa 
alcalina que protege la mucosa dañada (Ynaraja, 1997). 
- Control de la permeabilidad de la mucosa a los hidrogenio nes. 
 8 
 
- Estimulación (junto con la gastrina y el factor epidérmico de crecimiento) de la 
proliferación, diferenciación y migración de las células del epitelio mucoso (Ynaraja, 1997). 
 
Otras teorías que intentan explicar los efectos secundarios a nivel gastrointestinal son: 
- Que la habilidad de los AINEs para dañar la mucosa gastrointestinal, estaría dada por su 
capacidad de unión a fosfolípidos con acción surfactante sobre la mucosa. Esta unión química 
transforma la mucosa gástrica en permeable al agua y más predispuesta a la acción del ácido 
clorhídrico. (Lichtenberger, 1995). 
- Que los neutrófilos sanguíneos juegan un rol importante en el desarrollo de las lesiones: Esto se 
basa en que la administración de AINEs incrementa el número de neutrófilos adheridos al 
endotelio de la vasculatura de la mucosa gástrica. Además, el uso de anticuerpos monoclonales 
que bloquean la adhesión leucocitaria reduce la severidad de los efectos tóxicos causados por 
estos fármacos a nivel gástrico. Lo mismo ocurre en animales neutropénicos. Se ha propuesto que 
los AINEs incrementan la adherencia de los leucocitos al endotelio vascular contribuyendo a la 
injuria de la mucosa a través de la liberación de radicales libres de oxígeno y proteasas a partir de 
los neutrófilos activados. Además, los neutrófilos adheridos podrían causar obstrucción capilar, 
lo que resultaría en una reducción del flujo sanguíneo en la mucosa, desarrollándose hipoxia. Sin 
embargo, existen controversias con esta teoría (Lees, 1999). 
- Que la gastropatía inducida por AINEs implica una reducción en la síntesis del radical libre 
gaseoso, Oxido Nítrico (NO). Se ha postulado que la utilización de dadores de NO como 
Nitroxibutil-(nitroso) Ester, suprimen el daño inducido por los AINEs. Curiosamente, cuando los 
AINEs se asocian con derivados nitrosos no se observa incremento en la adhesión leucocitaria. 
Adicionalmente, la liberación de NO podría, por su acción vasodilatadora, incrementar el flujo 
sanguíneo a nivel de la mucosa gástrica e intestinal, inhibiendo de esta forma la hipoxia e 
isquemia inducida por los AINEs. Las asociaciones AINEs y donantes de NO, son una promesa 
como agentes terapéuticos, sin embargo se necesita más información que confirme los datos 
existentes, que son limitados, especialmente en lo relacionado con su eficacia y seguridad relativa 
(Lees, 1999) 
Las principales lesiones que se producen en sistema digestivo son: 
- Inflamación de mucosa y submucosa gastrointestinal. 
- Erosiones superficiales. 
- Ulceras de profundidad variable. 
- Perforaciones. 
Por lo común, se asientan en estómago y duodeno, pero también pueden ocurrir en el tracto 
gastrointestinal bajo (por ejemplo a nivel de colon) (Mazué, 1981 ; Isaacs, 1996 ). 
Los signos clínicos que aparecen son anorexia, vómitos, dolor abdominal, diarrea y melena entre 
otros. Es necesario considerar que no siempre la sintomatología se correlaciona con el grado de 
lesión. De hecho, en pacientes humanos, la ulceración grave asintomática provocada por AINEs 
se ha observado en aproximadamente el 50 % de los pacientes (Isaacs, 1996). 
 
B-) Sobre tejido renal: 
 
 Los riñones son particularmente susceptibles al daño tóxico debido a los siguientes rasgos 
anatomofisiológicos originales: 
? Tanto en caninos como en felinos, ambos riñones representan menos del 1 % del peso total 
corporal, sin embargo tienen un enorme flujo sanguíneo, que corresponde al 20 % del gasto 
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cardíaco por minuto, esto produce una alta proporción de flujo sanguíneo por cantidad de tejido 
renal. 
? La corteza renal recibe el 90 % del flujo sanguíneo renal, por lo tanto le puede llegar una alta 
concentración de toxinas circulantes. 
? La reabsorción del filtrado puede aumentar las concentraciones de los tóxicos en la luz 
tubular, exponiéndolos a las células epiteliales tubulares. 
? Las células epiteliales tubulares son más vulnerables a la nefrotoxicidad que cualquier otra 
célula renal, debido a que son metabólicamente activas y tienen una tasa de renovación 
relativamente alta. 
? El sistema de multiplicación de contracorriente que posee la médula renal puede concentrar 
los tóxicos en el tejido intersticial medular. 
? Las Prostaglandinas renales juegan un rol fundamental en el mantenimiento del flujo 
sanguíneo renal. 
 
Las Prostaglandinas a nivel de riñón ejercen la regulación del flujo sanguíneo, de la filtración 
glomerular, de la excreción de sodio y agua, y secreción de renina. La PGE2 , a nivel glomerular y 
la PGI2 , a nivel medular, son los principales agentes vasodilatadores, que actúan principalmente 
cuando hay elevados niveles de agentes vasoconstrictores. Esto se explica de la siguiente forma: 
en los períodos de insuficiencia hemodinámica son liberados agentes vasoconstrictores para 
mantener la resistencia periférica y la tensión arterial central a expensas de las perfusiones 
orgánicas. Entre esos agentes se encuentran noradrenalina, angiotensina II y hormona 
antidiurética, que producen vasoconstricción renal y aumento de la síntesis de prostaglandinas. 
Bajo tales circunstancias, el riñón exhibe una creciente dependencia hacia estas últimas, para 
mantener tanto la perfusión renal como la filtración glomerular (Piella y del Amo, 1997). 
 Los AINEs, al inhibir la producción de prostaglandinas en el tejido renal, permiten el efecto 
exclusivo del mecanismo vasoconstrictor, con lo cual disminuye el flujo sanguíneo glomerular y 
pueden causar falla renal aguda y necrosis papilar (Ynaraja, 1997). También se describe nefritis 
intersticial, luego de administrar altas dosis de estas drogas (Mazue, 1981) o bien por fenómenos 
de hipersensibilidad (Ynaraja, 1997). Sin embargo, todos estos efectos secundarios no son 
comunes en animales sanos, sino que aparecen principalmente en aquellos que presentan algún 
grado de alteración en la función circulatoria renal, como por ejemplodeshidratación, 
hipovolemia, shock, septicemia, enfermedad cardíaca, insuficiencia renal previa, administración 
concomitante de otras drogas potencialmente nefrotóxicas (Ej.: Aminoglucósidos, 
Cefalosporinas), enfermedad hepática o anestesia profunda (Isaacs, 1996). El ácido 
acetilsalicílico posee la capacidad de desdoblar la fosforilación oxidativa, y agudizar toda hipoxia 
renal preexistente, o la crea en caso de que no existiera (Ynaraja, 1997). Se considera que los 
animales viejos corren mayor riesgo de presentar esta complicación, debido a que en mayor o 
menor medida tienen reducida su función renal, incluso aquellos animales que no presentan 
alteraciones en la bioquímica sanguínea o urinaria que así lo indiquen. En el caso de que se 
suspenda inmediatamente la administración del AINE luego de la aparición de los primeros 
signos de falla renal y se instaure rápidamente el tratamiento correspondiente, es común que el 
cuadro se revierta en uno o dos días (Ynaraja, 1997). 
 
C-) Efectos hematológicos adversos: 
 
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 Uno de los principales es la inhib ición de la agregación plaquetaria El tromboxano A2 es uno de 
los principales factores envueltos en este mecanismo, por lo tanto, los AINEs al reducir su 
síntesis pueden provocar aumento en el tiempo de sangrado. Este efecto tiene una particularidad 
en el uso del ácido acetilsalicílico, el cual como se ha visto , inhibe en forma irreversible la 
actividad de la ciclooxigenasa. Este efecto en las plaquetas es determinante, ya que al carecer 
estas de núcleo, son incapaces de elaborar nueva enzima, y la única forma de que recuperen su 
capacidad agregante es reemplazándolas, ya sea por creación de plaquetas por el propio 
organismo, o bien por transfusión de sangre. La dosis ne cesaria de AAS para lograr este efecto 
con fines terapéuticos es más baja que la necesaria para lograr reducción de la fiebre, debido a 
que las plaquetas son hipersensibles a la mencionada droga (Mc Donald y Langston, 1995). 
 Las discrasias sanguíneas son raramente provocadas por AINEs, pero se han reportado casos de 
anemia aplásica provocada por la administración de fenilbutazona (Watson et al., 1980 ; Mc 
Donald y Langston, 1995 ; Lees, 1999) . 
 
D-) Otros efectos secundarios : 
 
 - Cartílago articular: Existe interés en la controversia sobre si la administración crónica de 
AINEs empeora o no la degeneración del cartílago en animales artríticos. Estudios 
experimentales en perros aplicando modelos de artritis han demostrado que las lesiones 
articulares son mayores en las articulaciones artríticas provenientes de animales tratados con 
AINEs comparadas con articulaciones de animales no tratados (Palmoski y Brandt, 1983). En 
articulaciones inestables, AAS, ibuprofeno y naproxeno incrementaron la degeneración del 
cartílago a través de la depresión de la síntesis de glucosaminoglicanos. No está claro si la 
administración de AINEs a la dosis recomendada en pacientes clínicos se asocia con una mayor 
degradación del cartílago articular. Aunque se ha sugerido que algunos AINEs poseen efectos 
condroprotectores a través de la preservación de la síntesis de glucosaminoglicanos, esto no ha 
sido probado en pacientes clínicos, si bien la utilización conjunta de AINEs y 
glucosaminoglicanos y/o condroitin sulfato mejora notablemente la sintomatología artrítica. 
 - Efectos secundarios de tipo nervioso: Efectos sobre el Sistema Nervioso Central son poco 
comunes, excepto por los producidos por los salicilatos en felinos. Estos son deficientes en las 
enzimas hepáticas encargadas de la glucuronoconjugación, y por lo tanto presentan semi vidas 
muy prolongadas ( aprox.: 37 hs) para los salicilatos cuando se los compara con el hombre o el 
perro (9 hs aprox.). Los principales signos son vómitos, depresión de la respiración, convulsiones 
y coma (1). 
- Reacciones de Hipersensibilidad: Se producen en baja frecuencia. 
- Hepatotoxicidad: Carece de importancia clínica, únicamente evidenciable en ocasiones por un 
leve aumento de enzimas hepáticas séricas (1). 
 
 
PREVENCIÓN DE LA APARICIÓN DE EFECTOS SECUNDARIOS : 
 
 El factor más importante para evitar la aparición de estos efectos consiste en la selección 
adecuada de los pacientes. En la terapia con AINEs se deberían descartar (excepto que no exista 
otra opción) todo animal con los siguientes factores de riesgo: 
- Edad avanzada: Como hemos visto, en estos animales la función renal siempre está reducida, 
incluso en aquellos pacientes clínicamente normales. 
 11 
 
- Edad prematura: En animales muy jóvenes pueden existir mecanismos metabólicos que son aún 
inmaduros para eliminar drogas de este tipo. 
- Enfermedad renal previa: Puede haber alteración en la circulación renal y/o en su capacidad 
para eliminar las drogas. 
- Enfermedad cardíaca previa: Puede comprometer la irrigación renal. 
- Enfermedad gastrointestinal previa: Ya sea gastritis, diarreas, úlceras, etc. 
- Enfermedad hepática previa: Puede prolongar la vida media por falla en la metabolización. 
- Hipoproteinemia: Se debe recordar la elevada afinidad proteica que tienen los AINEs (alrededor 
del 97 % en promedio), por lo cual una pequeña reducción en el nivel de proteínas séricas puede 
significar un aumento considerable en la cantidad de droga libre disponible. 
- Deshidratación: Puede desarrollarse hipovolemia, con función renal deprimida. 
- Cirugía mayor con pérdida considerable de sangre, aumenta el riesgo de hemorragia + idem al 
punto anterior. 
- Estado de shock: En este caso el tejido renal se encuentra hipoperfundido. 
- Anestesia profunda: Depende del protocolo anestésico utilizado, pero en general se debería 
evitar el uso de AINEs en animales anestesiados profundamente porque existe riesgo de 
irrigación renal disminuida. 
- Stress: Los altos niveles de corticoides endógenos que tiene un animal estresado puede producir 
interacción y facilitar la aparición de efectos secundarios. Se debe recordar que estas moléculas 
también tienen potencial de producir lesiones gastrointestinales, además de otros efectos nocivos. 
- Terapia previa con otras drogas potencialmente nefrotóxicas (Ej.: Cefalosporinas, 
Aminoglucósidos). 
 
Se deben evitar por completo las extrapolaciones de posologías entre especies y drogas. Existe 
marcada diferencia en las características farmacocinéticas de cada AINE en particular y de cada 
especie, incluso entre caninos y felinos. (Ver Tabla 2). 
 
 
 
AINE CANINOS FELINOS 
Ketoprofeno (IV) 4.07 1.13 
Flunixin (IV) 3.67 1.5 
Aspirina (IV) 4.49 37.6 
Carprofeno (IV) 8.0 10.7 
 
Tabla 2: Semi vida de eliminación (t1/2? ) en horas de algunos AINEs de uso común en perros 
y gatos. 
 
Tampoco se deberían realizar tratamientos prolongados, excepto para algunos casos especiales, 
como pueden ser osteoartritis crónicas. Cada laboratorio recomienda sus productos para ser 
administrados por un determinado tiempo, luego del cual deben suspenderse, ya sea 
definitivamente, o bien por un lapso preestablecido. Estas recomendaciones deben ser siempre 
tenidas en cuenta por el veterinario, ya que surgen de ensayos controlados llevados a cabo por los 
mismos laboratorios productores. La aparición de efectos indeseables en un paciente tratado con 
un AINE por un período mayor al indicado corre por cuenta exclusiva de l profesional actuante. 
 12 
 
Una buena medida para reducir tanto los efectos locales como sistémicos de los AINES dados per 
os consiste en su administración conjunta con la comida. Esto permite que la droga se mezcle con 
el bolo alimenticio y vaya tomando contacto con la mucosa gastrointestinal en forma paulatina, a 
la vez que se retarda la absorción de la droga. Es decir que la comida actúa como un reservorio 
que va liberando lentamente el fármaco para que llegue a la sangre y ejerza sus efectos 
farmacológicos. 
 En la actualidad existe gran auge en la utilización conjunta de AINEs y prostaglandinas 
sintéticas que evitarían principalmente la aparición de lesiones a nivel de tracto gastrointestinal,aunque también podría evitar las lesiones renales y poseer efectos condroprotectivos ( Isaac, 
1996). Dentro de ellas, la más estudiada ha sido el Misoprostol, derivado sintético de la 
Prostaglandina E1, la cual tiene la capacidad de mejorar la defensa natural de la mucosa y 
previene la aparición de úlceras gastrointestinales (Mathews,1997). Hasta el día de hoy no existen 
aún preparados para uso veterinario que contengan Misoprostol (Lees, 1999). 
 La utilización profiláctica de drogas citoprotectoras tales como sucralfato, o bien inhibidoras de 
la secreción ácida del estómago, tales como cimetidina, ranitidina u omeprazol, se consideran 
efectivas, si bien algunos autores las conciben solamente como agentes terapéuticos una vez 
establecida la lesión. 
 
 
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