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Teorías en Psicología Integración y el Futuro de la Disciplina Germán Gutiérrez

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Teorías en Psicología
Integración y el futuro de la disciplina
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Reseña
 
Teorías en Psicología. Integración y el futuro de la disciplina muestra el extraordinario
avance de la Psicología en las últimas décadas. Como disciplina, la psicología ha
consolidado un cuerpo robusto de conocimiento sobre una multitud de problemas de la
“mente” y la conducta. Como profesión, ha ampliado sus alcances de unos pocos
escenarios de aplicación, a un conjunto extraordinario de áreas de trabajo e influencia.
Aun así, la psicología es a menudo percibida como un conjunto desintegrado de
aproximaciones teóricas que no permite visualizar un futuro en el que sea posible dar
coherencia y un horizonte claro a ese gran cuerpo de conocimiento empírico construido a
lo largo de más de un siglo.
La historia de las teorías en psicología ha pasado de un periodo de construcción de
grandes teorías o sistemas que no tuvieron éxito en dar cuenta de una creciente variedad
de fenómenos psicológicos, a uno de desarrollo de micro-teorías que han sido más
efectivas en explicar conjuntos limitados de fenómenos, sin promover un discurso
polarizado y excluyente. Más recientemente, se observa un esfuerzo integrador en
múltiples áreas de la psicología que refleja una dinámica teórica y un interés por
consolidar mejores explicaciones del comportamiento de los humanos y otras especies
animales.
Dirigido a estudiantes y profesionales en las Ciencias del Comportamiento, Teorías en
Psicología. Integración y el futuro de la disciplina ofrece una argumentación bien
documentada que permite identificar múltiples planos en los cuales se vienen adelantando
tareas integradoras para producir conexiones organizadas entre disciplinas,
aproximaciones conceptuales y estrategias metodológicas.
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Teorías en Psicología
Integración y el futuro de la disciplina
 
 
 
Germán Gutiérrez
Editor
 
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Teorías en Psicología. Integración y el futuro de la disciplina
D. R. ©2018 por
Editorial El Manual Moderno (Colombia) S. A. S.
ISBN libro impreso: 978-958-8993-18-8
ISBN versión electrónica: 978-958-8993-19-5
Editorial El Manual Moderno (Colombia) S. A. S.
Carrera 12A No 79 - 03/05
E-mail: info.colombia@manualmoderno.com
Bogotá, D. C., Colombia
Colegio Colombiano de Psicólogos - COLPSIC
Asociación Colombiana de Facultades de Psicología - ASCOFAPSI
Impreso en Colombia en los talleres de: Imagen Editorial S. A. S.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en sistema
alguno de tarjetas perforadas o transmitida por otro medio –electrónico, mecánico, fotocopiador, registrador,
etcétera– sin permiso previo por escrito de la editorial.
All rights reserved. No part of this publication may by reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted in
any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording or otherwise, without the prior
permission in writing from the publisher.
 
 
es marca registrada de Editorial El Manual Moderno, S. A. de C. V.
Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Gutiérrez Dominguez, Germán Antonio
Teorías en psicología. Integración y el futuro de la disciplina / Germán Gutiérrez. -- 1a. ed. – Bogotá : Manual
Moderno, 2018.
394 p.
Incluye índice analítico. -- Incluye referencias bibliográficas al final de cada capítulo.
ISBN 978-958-8993-18-8 -- 978-958-8993-19-5 (e-book)
 
1. Psicología – Teorías 2. Psicología coo profesional I. Título Serie
CDD: 150.1 ed. 23 CO-BoBN– a1017670
 
Diagramación
Aristóbulo Rojas Ch.
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Colaboradores
 
Germán Gutiérrez
Germán Gutiérrez obtuvo el título de psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia
y los títulos de M.A. y Ph.D. en Psicobiología de la Universidad de Texas en Austin,
Estados Unidos.
Es Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia. Sus intereses de
docencia se centran en los procesos conductuales de aprendizaje y motivación, la
psicología experimental y el comportamiento animal. Sus intereses de investigación se
relacionan con el papel del aprendizaje en la evolución del comportamiento; también ha
desarrollado investigación en la historia y el desarrollo de los aspectos científicos y
profesionales de la psicología.
Ha sido Director del Laboratorio de Aprendizaje y Comportamiento Animal, Gestor de
los programas de Maestría y Doctorado, Coordinador de Posgrado, Director del
Departamento de Psicología y Vicedecano de Investigación de la Facultad de Ciencias
Humanas de la Universidad Nacional de Colombia.
Ha servido como Presidente de la Asociación Colombiana de Facultades de Psicología,
Miembro del Consejo Directivo y Vicepresidente del Colegio Colombiano de Psicólogos,
Miembro del Grupo de Trabajo del Proyecto Internacional de Competencias en
Psicología, Miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Internacional de Psicología y
Presidente de la Sociedad Internacional de Psicología Comparada.
Gutiérrez ha publicado más de un centenar de artículos y capítulos de libro sobre
aprendizaje, evolución del comportamiento, historia de la psicología y el estado y
desarrollo de la psicología en América Latina. Ha servido como Editor, miembro de
comités editoriales y revisor de artículos para más de 20 revistas de psicología. En 2008
recibió el Premio Nacional de Investigación de la Sociedad Colombiana de Psicología.
 
César Acevedo-Triana
Psicólogo y magister en Neurociencia de la Universidad Nacional de Colombia.
Investigador en neurociencia comportamental y neurociencia de sistemas. Sus líneas de
investigación giran en relación a cómo la neurogénesis adulta afecta la memoria en
animales humanos y no humanos. En el campo de la medición en humanos le interesa el
mejoramiento de los instrumentos de medición en experimentos comportamentales y
cognitivos. En el campo de la neurofilosofía, trabaja en una línea con humanos sobre el
estudio de las emociones morales y la conciencia. Finalmente, le interesa el campo de la
cienciometría en las disciplinas de psicología y neurociencia. Actualmente es profesor de
la Escuela de Psicología de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y
asociado al grupo de investigación de Psicología Clínica y de la Salud de la Escuela de
Psicología.
 
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María Cami la Alviar
Psicóloga egresada de la Universidad Nacional de Colombia. Como miembro activo del
laboratorio de Cognición, Medios y Educación, participó en múltiples proyectos
enfocados al desarrollo de estrategias para la educación en memoria histórica. En la
actualidad, se encuentra cursando estudios de doctorado en el programa de Ciencias
Cognitivas y de la Información de la Universidad de California en Merced, Estados
Unidos. Su trabajo investigativo actual explora preguntas en el campo de la comunicación
interpersonal y el uso del lenguaje utilizando herramientas metodológicas y conceptuales
de la teoría de sistemas dinámicos. En particular, Camila está interesada en el uso de
diferentes modalidades (e.g., palabras, gestos, prosodia) para la construcción y
transmisión de significados en diversas situaciones comunicativas.
 
Marcus Vinícius C. Baldo
Recibió un grado en Medicina (1985) y un título en Física, ambos de la Universidad de
São Paulo (USP), Brasil. Recibió un Ph.D. en Neurofisiología del Departamento de
Fisiología y Biofísica, USP (1990), seguido por un posdoctorado en Psicofísica Visual en
la Universidad de California, Berkeley (1993-1995). Es Profesor Asociado del
Departamento de Fisiología y Biofísica, USP, y ha servido como Tesorero (2005-2008) y
Presidente (2008-2011) de la Sociedad Brasilera de Neurociencias, así como Secretario
de la Federación Latinoamericana y Caribeña de Sociedades de Neurociencias (2009-
2011). Durante un periodo sabático fue Visitante Académico en el Departamrnto de
Psicología experimental en la Universidad de Oxford, Reino Unido (2013-2016) donde
trabajó en un proyecto sobre la probabilidad de aprendizaje y toma de decisiones en
colaboración con el Profesor Glyn Humphreys.
 
Jose E. Burgos
Nació y fue criado en Venezuela, pero naturalizado mexicano;obtuvo la licenciatura en
psicología en la Universidad Católica Andrés Bello (1983). Posteriormente realizó
estudios de maestría en análisis experimental de la conducta y en filosofía de la ciencia
(1989). En 1996 obtuvo un Ph.D. en Neurociencia y Conducta en la Universidad de
Massachusetts, Estados Unidos y regresó a Venezuela para dedicarse a la docencia e
investigación, en la Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Central de
Venezuela. En 1999 fue invitado a unirse al Centro de Estudios e Investigaciones en
Comportamiento de la Universidad de Guadalajara, México, donde actualmente es
docente e investigador titular. Fue editor de la Revista Mexicana de Análisis de la
Conducta y es editor de Behavior and Philosophy. Tiene numerosas publicaciones y ha
organizado y participado en múltiples eventos académicos. Es miembro de Sistema
Nacional de Investigadores (Nivel II) de Mexico.
 
Si lvina Brussino
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Doctora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (UNC).
Investigadora Independiente de la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico de
CONICET. Directora de la Carrera de Doctorado en Psicología y del Consejo Directivo
de la Facultad de Psicología, UNC. Miembro del Consejo Directivo de la Unidad
Ejecutora CIECS-CONICET y UNC,. Coordinadora del Laboratorio de Psicología
Cognitiva del CIPSI GV CIECS-CONICET-UNC. Profesora Titular de la Universidad
Nacional de Córdoba. Evaluadora de Organismos de Ciencia y Técnica de Argentina y
Latinoamérica. Ex Secretaria General de la Asociación Ibero Latinoamericana de
Psicología Política (AILPP). Ex-secretaria de Postgrado de la Facultad de Psicología,
UNC. Ex-Secretaria temporaria Red Ibero Latinoamericana de Psicología Política. Ex-
Presidenta de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento, perteneciente a
la International Union of Psychological Science. Ha dictado cursos de posgrado en
diversas universidades latinoamericanas. Miembro del Comité Científico de diversas
revistas científicas nacionales e internacionales.
 
Fernando Cardenas P.
Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, magister y doctorado en Ciencias del
programa de Psicobiología de la Universidad de São Paulo, Brasil. Actualmente es
Profesor Asociado del Departamento de Psicología y director del Laboratorio de
Neurociencia y Comportamiento de la Universidad de los Andes, Colombia. Sus líneas
principales de trabajo incluyen la neurobiología de procesos emocionales y el desarrollo
de interfaces de estimulación cerebral profunda para el estudio de procesos como la
memoria y el sueño y patologías como Parkinson. Es líder del grupo Neurociencia y
Comportamiento y clasificado como investigador Senior por COLCIENCIAS.
 
Sonia Carri llo
Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia, M.A. y Ph.D. en Psicología del
Desarrollo de la Universidad de Texas-Austin, Estados Unidos. Es Profesora Asociada
del Departamento de Psicología de la Universidad de Los Andes, Colombia, en donde
co-dirige el grupo de investigación denominado Relaciones Afectivas a lo Largo de la
Vida. Sus intereses de investigación se centran en el desarrollo social y emocional en las
diferentes etapas del ciclo vital, las relaciones familiares, el rol del padre en la familia y el
estudio y promoción del bienestar psicológico en distintas poblaciones. A nivel de
docencia y extensión, ha hecho contribuciones en Psicología del Desarrollo, Bienestar y
Desarrollo Humano, Psicología y Políticia Pública.
 
Javier Corredor
Profesor Asociado del Departamento de Psicología en la Universidad Nacional de
Colombia, miembro del grupo de Cognición, Prácticas y Aprendizaje, e investigador
Senior de Colciencias. Su formación incluye un Ph.D. en Estudios Cognitivos en
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Educación de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos y un postdoctorado en Video
Juegos y Aprendizaje de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos. Durante
los últimos años, el grupo se ha enfocado en la intersección de los medios digitales y la
memoria histórica. En este proceso, se ha evaluado la relación entre la visibilidad
mediática de las víctimas de la violencia reciente en Colombia, y los niveles de recuerdo
de dichas víctimas en los jóvenes colombianos. A partir de estos precedentes, se
plantearon y llevaron a cabo varias iniciativas para investigar alternativas de educación
para la memoria y la construcción de paz.
 
Julio Eduardo Cruz
Profesor Asociado en el Departamento de Psicología de la Universidad de Los Andes,
Colombia. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Doctor en Psicología por
la Universidad Complutense de Madrid, España; durante su trayectoria docente e
investigadora, se he interesado por contribuir en la descripción, explicación, predicción y
control del comportamiento humano en contextos sociales y, muy especialmente, en los
económicos. Fiel a las tradiciones experimentalistas y comportamentales junto con la
incorporación más recientemente de las formulaciones evolucionistas, sus líneas de
investigación se ha concentrado en temas como el tratamiento no consciente de la
información, la adquisición y cambio de preferencias, el papel del afecto y las hormonas
sobre las actitudes, la toma de decisiones y, en general, el comportamiento del
consumidor. Es autor de múltiples artículos en publicaciones seriadas arbitradas e
indexadas y en libros editados.
 
Samir Cure
Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, estudiante de la maestría de
investigación en psicología de la Universidad de los Andes y miembro del grupo
“Cognición, Prácticas y Aprendizaje”. Actualmente trabaja en el Centro de Evaluación de
la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes. Ha trabajado en proyectos de
investigación relacionados con el razonamiento causal humano y el uso de videojuegos
como herramientas educativas. Está interesado en la educación como campo de
aplicación de la psicología, la cognición y los métodos cuantitativos.
 
Martin Daly
Profesor Emérito de Psicología, Neurociencias y Comportamiento de la Universidad de
McMaster en Canadá. Después de recibir su Ph.D. de la Universidad de Toronto en
1971, estudió la ecología conductual de roedores del desierto por muchos años, pero en
1977, empezó una línea secundaria de investigación sobre violencia humana, en
colaboración con Margo Wilson, lo que se convirtió en su principal foco de trabajo. Daly
fue presidente (1991-1993) de la Human Behavior & Evolution Society, cuya revista,
Evolution & Human Behaviour editó con Wilson hasta 2006. Es autor de un centenar de
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artículos evaluados por pares, 50 capítulos en volúmenes editados, tres libros en
coautoría con Wilson - Sex, Evolution and Behavior (1978, 1983), Homicide (1988),
The Truth about Cinderella (1998)- y un libro titulado Killing the Competition: Economic
Inequality and Homicide (2016). En 1998 fue elegido Miembro de la Royal Society of
Canada.
 
Juan Carlos Godoy
Doctor en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (UNC).
Investigador Adjunto de la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico de
CONICET. Director del Laboratorio de Psicología del CIPSI GV CIECS-CONICET-
UNC. Miembro de los Comités Asesores del Doctorado en Psicología y del Doctorado
en Neurociencias de la UNC. Miembro del Consejo Asesor Científico Ético Honorario de
la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas dependiente de la Presidencia de la
Nación Argentina. Profesor Regular Adjunto de la Universidad Nacional de Córdoba.
Evaluador de organismos académicos y científicos de Argentina y de Ibero
Latinoamérica. Ex Secretario de Ciencia y Técnica, Ex Secretario de Postgrado y Ex
Pro-Secretario de Relaciones Internacionales de la Facultad de Psicología de la UNC.
Miembro del Comité Científico de diversas revistas científicas nacionales e
internacionales. Editor Ejecutivo de la Revista Argentina de Ciencias del
Comportamiento.
 
Christian Gaviria
Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Psicología de la
Universidad de los Andes, Colombia. Actualmente cursael programa de Doctorado en
Psicología en la Universidad Nacional de Colombia y hace parte del grupo de
investigación Cognición, Prácticas y Aprendizaje. Ha participado en proyectos de
intervención y evaluación de prácticas pedagógicas con el apoyo del Centro de
Investigación en Formación y Educación de la Universidad de los Andes (CIFE) y de la
Fundación Alberto Merani, y cuenta con publicaciones en revistas nacionales e
internacionales sobre psicología de la argumentación y desarrollo de la comprensión
causal. Entre sus intereses de investigación se encuentran además las relaciones entre
metacognición y factores motivacionales, y los procesos de enseñanza-aprendizaje en el
dominio histórico.
 
Iván Hernández
Economista de la Universidad Nacional de Colombia, Ph.D. en Economía de la
Innovación en países en desarrollo de la Universidad de Manchester, Reino Unido y
cuenta con dos Maestrías en Economía de las Universidades Nacional de Colombia y de
Warwick, en el Reino Unido. Fue durante dos años Decano de la Facultad de Ciencias
Económicas y Administrativas de la Universidad de Ibagué, Colombia. Es investigador y
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formador de investigadores; su trayectoria laboral ha estado también vinculada como
funcionario y asesor del sector público de Colombia en diversas entidades de índole
nacional y regional. Ha trabajado como profesor investigador en varias universidades
colombianas y profesor visitante e investigador asociado en las universidades de Sussex y
de Manchester, en el Reino Unido. Es miembro correspondiente de la Academia
Colombia de Ciencias Económicas.
 
Ángela Hernández-Córdoba
Doctora en Ciencias Psicológicas de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.
Magister en Filosofía Latinoamericana de la Universidad Santo Tomás, Colombia.
Psicóloga de la Universidad Javeriana. Psicoterapeuta, consultora, docente e
investigadora. Ha trabajado en la Maestría de Psicología Clínica y de Familia de la
Universidad Santo Tomás, la Maestría en Psicología Clínica de la Universidad Javeriana,
la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Externado de Colombia, el
Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Rosario, entre otras universidades.
Autora de Envejecimiento y Longevidad: Fatalidad y Devenir. Teorías, datos y vivencias
(2015), Vínculos, individuación y ecología humana. Hacia una psicología clínica
compleja (2010), Psicoterapia sistémica breve: La construcción del cambio con
individuos, parejas y familias (2004), Familia, ciclo vital y psicoterapia sistémica breve
(1997). Co-autora de Transformación de la subjetividad en la psicoterapia sistémica
(2017).
 
Lady Grey Javela
Psicóloga de la Universidad Católica de Colombia y Magister en Psicología de la
Universidad del Valle, Colombia. Actualmente es Profesora de Carrera del Programa de
Psicología en la Universidad del Rosario, Colombia. Su ejercicio docente e investigativo
lo ha ejercido en el campo de los Procesos Psicológicos Básicos –fundamentalmente, en
Aprendizaje, Motivación, Emoción y Cognición-, la Psicología Social, la Psicología de las
Organizaciones y del trabajo y, finalmente, en la Psicología del Consumidor. Es miembro
del Grupo de Investigación Estudios en Ciencias del Comportamiento y, en éste
momento, sus áreas de interés investigativo y producción académica están enfocadas al
estudio de los efectos psicosociales de las relaciones interpersonales en contextos de
trabajo y la adquisición y modificación de las actitudes y emociones en el consumidor.
 
William Jiménez-Leal
Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia y obtuvo un Ph.D. en psicología
cognitiva de la Universidad de Warwick, Reino Unido. Es Profesor Asociado de la
Universidad de los Andes, Colombia y Director del grupo de investigación Cognición y
Prácticas de Aprendizaje. Ha sido beneficiario de varias partidas de financiación para
investigación y ha publicado su trabajo en revistas nacionales e internacionales. Sus
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intereses se centran en la psicología del pensamiento y del razonamiento, particularmente
en la intersección entre pensamiento causal y moral. También trabaja, en colaboración
cercana con sus estudiantes, en la promoción de prácticas abiertas y transparentes de
investigación.
 
Laura Andrea León
Psicóloga y Magíster en Psicología de la Universidad de los Andes, Colombia. Doctora
en Ciencias de la Universidad de Sao Paulo, Brasil en el programa de psicobiología. Ha
trabajado principalmente en temas de neurobiología, psicofisiología y psicofarmacología
del estrés y psicopatología asociada. Ha sido profesora en las áreas de procesos
psicológicos básicos, neuroanatomía, neurobiología, psicofisiología, neurociencias en las
universidades de los Andes, Pontificia Universidad Javeriana, Católica y Universidad
Sergio Arboleda, en Colombia. Actualmente es Profesora Asociada de la Universidad
Sergio Arboleda. Categorizada como Investigador Junior por Colciencias y co-líder del
grupo de investigación de Neurociencia y Comportamiento.
 
Leonardo A. Ortega
Profesor e investigador colombiano. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia y
Ph.D. en Psicología Experimental de Texas Christian University, Estados Unidos. Realizó
una estancia posdoctoral en Temple University, Estados Unidos. Actualmente es profesor
investigador en la Fundación Universitaria Konrad Lorenz en Colombia. Su investigación
se ha centrado en la comprensión de la psicobiología que subyace fenómenos de
aprendizaje y motivación, incluyendo el estudio de los mecanismos básicos de los
procesos de adicción a sustancias. Ha sido autor de múltiples artículos científicos en
revistas internacionales y nacionales.
 
Telmo Eduardo Peña-Correal
Psicólogo y licenciado en Filosofía y Teología de la Universidad Javeriana, Colombia, y
M.A. y Ph.D. en Psicología Experimental de la Universidad Estatal de Nueva York-
Stony Brook, Estados Unidos. Ha sido profesor de las universidades Nacional, Javeriana,
Andes, del Rosario y Católica de Colombia. Fue director del Departamento de Psicología
de la Universidad de los Andes. En la Universidad Nacional de Colombia fue Vicedecano
Académico, Decano de la Facultad de Ciencias Humanas, Director Nacional de Bienestar
Universitario y Director del Departamento de Psicología. Fue distinguido con la Mención
de Excelencia en Docencia y la Medalla al Mérito Universitario. En la Universidad del
Rosario fue reconocido como Profesor Distinguido. Su programa de investigación se ha
centrado en el estudio de la conducta humana compleja (comportamiento verbal,
solución de problemas, pensamiento). Ha sido profesor visitante en universidades de
Brasil, Colombia, México y Perú.
 
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Ricardo Pérez-Almonacid
Psicólogo y magíster en psicología de la Universidad Nacional de Colombia. Obtuvo un
doctorado en Ciencia del Comportamiento en la Universidad de Guadalajara, México y
una especialización en Métodos Estadísticos en la Universidad Veracruzana, México. Ha
sido profesor de cátedra de varias universidades en Colombia, especialmente de procesos
básicos, investigación experimental e historia de la psicología. Actualmente es
investigador de tiempo completo del Doctorado en Ciencia del Comportamiento del
Centro de Estudios e Investigaciones en Conocimiento y Aprendizaje Humano
(CEICAH), de la Universidad Veracruzana, de los que fue coordinador hasta 2016.
Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, gracias al desarrollo de tres
líneas de investigación: logro conceptual y lenguaje, comprensión y mediación lingüística,
y la filosofía de la ciencia del comportamiento. El tema abordado en el capítulo que
escribió para este libro se inscribe en esta última.
 
Gretchen Perry
Profesora de la Escuela de Trabajo Social de Lakehead University en Ontario, Canadá.
Fue Profesora Adjunta de la Universidad Brock, Canadá. Obtuvo su Ph.D. en
Antropología Cultural de la Universidad de Missouri, Estados Unidos, una Maestría en
Trabajo Social y un pregrado en Psicología. Tiene 25 años de experiencia en servicios
sociales en Canadá. Los últimos 8 años han estadocentrados en evaluar miembros
familiares como protectores o padres adoptivos de niños. Sus intereses de investigación
incluyen cómo las familias obtienen el apoyo que necesitan para criar a los niños. Esto
abarca dos preguntas de investigación: qué factores moldean la variación entre sociedades
en la práctica y patrones del cuidado no-parental de los niños? y bajo qué circunstancias
los potenciales cuidadores proveen cuidado a los niños y cuáles son los resultados para
ellos? Su trabajo es multidisciplinario y transcultural, integrando trabajo social, psicología,
y antropología.
 
Luisa Fernanda Ramírez
Profesora de Psicología en la Universidad del Rosario, Colombia. Tiene Maestría en
Ciencia Política de la Universidad de Los Andes y Maestría y Doctorado en Psicología
Social de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook, Estados Unidos. Es
Directora del Grupo de Investigación Individuo Familia y Sociedad y pertenece al Grupo
de estudios interdisciplinarios sobre paz, conflicto y posconflicto. Sus intereses se centran
en la comprensión de diferentes manifestaciones del conflicto social (prejuicio,
discriminación, exclusión e inequidad y conflicto armado) desde una perspectiva del
desarrollo social y moral. Ha estudiado procesos de cognición, percepción y atribución
social y su incidencia sobre la estructuración del conflicto social. Se ha preocupado por el
estudio de las dimensiones subyacentes al conflicto social (racismo, clasismo, sexismo,
heterosexismo, legalismo) que si bien, no siempre dan lugar a confrontaciones armadas,
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tienen un efecto importante sobre la vida en sociedad.
 
Jaime Ramos-Arenas
Estudió Derecho y Filosofía en la Universidad del Rosario, Colombia. Becario de la
Comisión Fulbright, Doctor en Filosofía de la State University of New York en Buffalo,
Estados Unidos. Profesor Asociado del Departamento de Filosofía de la Universidad
Nacional de Colombia. Investigador del grupo Filosofía y Cognición. Fue Profesor
Visitante en la Universidad de Parma, Italia (2011-2012). Sus publicaciones incluyen:
Coeditor del libro Ontología social: una disciplina de frontera (Universidad Nacional y
Universidad Javeriana de Cali, en prensa). Social Reform and the Limits of Education, en
Cultural Agents Reloaded: The Legacy of Antanas Mockus, Harvard University Press,
2017. Co-editor de Mentes reales: la ciencia cognitiva y la naturalización de la mente
(Siglo del Hombre Editores, 2000). La ciencia cognitiva y su impacto potencial en la
ciencia y la educación en Colombia (Documentos de la Misión de Ciencia, Educación y
Desarrollo. Tomo 7, Presidencia de la República, 1995).
 
Karen Ripoll-Núñez
Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia. M.A. en Terapia Familiar y de
Parejas de la Universidad de Syracuse, Estados Unidos y Ph.D. en Desarrollo Humano y
Estudios de Familia de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos. Es Profesora
Asociada del Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes, Colombia. Sus
intereses de investigación se centran en relaciones de pareja, relaciones padres-hijos, e
intervenciones clínicas para problemas de pareja. Es co-directora del grupo de
investigación denominado Relaciones Afectivas a lo Largo de la Vida.
 
Diana M. Rodríguez-Charry
Psicóloga de la Universidad Católica de Colombia, con Maestría y Doctorado en
Psicología de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Docente a nivel de pregrado y
maestrias, en el campo de la psicología y en otras ciencias sociales y humanas, tanto en
su país de origen como en otros paises. Investigadora en el campo de la psicología clínica
y la psicoterapia, particularmente en relación con la atención del sufrimiento y a la
formación de psicólogos clínicos y psicoterapéutas. Asesora en programas de desarrollo
del talento humano y de intervención familiar y social en instituciones públicas. Se ha
desempeñado en diversos cargos de dirección académica en universidades colombianas.
Desarrolla ejercicio privado en psicología clínica, psicoterapia y, en consultoría de
organizaciones nacionales e internacionales en relación con la promoción del bienestar.
Conferencista a nivel nacional e internacional. Ha publicado artículos en revistas
científicas, capítulos de libros y libros resultados de investigación.
 
Ricardo M. Tamayo
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Obtuvo el doctorado (Dr. rer. nat.) en Psicología Experimental (2009) de la Universidad
Humboldt de Berlín (Magna Cum Laude) y la maestría en Ciencia del Comportamiento
de la Universidad de Guadalajara, México (2003). Recibió el Premio Jan Tinbergen de
investigación (Nuffic, Holanda, Universidad de Leiden, 2002) y las becas KAAD de
Alemania (2004) y SRE de México (1998). Su investigación gira en torno a los procesos
implícitos y explícitos involucrados en las emociones, la memoria y el aprendizaje, desde
el punto de vista de la psicología experimental y aplicada. Actualmente es profesor de
psicología de la Universidad Nacional de Colombia, tras haber sido profesor en la Jacobs
University de Bremen, Alemania (2011-2013) y realizar una estancia postdoctoral en la
Akademie Schloss Solitude en Stuttgart (2010-2012), Alemania.
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Contenido
 
Preliminares
Prólogo
Prefacio
Introducción
 
1. Integración, teoría y método
Ciencia como cartografía: los mapas como una metáfora intuitiva para la ciencia
Integración de métodos mixtos en la investigación en ciencias del comportamiento
Límites de la integración teórica en psicología
 
2. Evolución y la explicación del pensamiento
Nada en biología (o psicología) tiene sentido excepto a la luz de la evolución
Psicología evolucionista, volver a lo natural
Perspectivas evolucionistas sobre el cuidado y el bienestar infantil
 
3. Neurociencias, reducción e integración en psicología
La autonomía del lenguaje psicológico
¿Puede la consciencia ser reducida al funcionamiento cerebral?
Un caso de unificación teórica en psicología
 
4. Conducta, cognición y la explicación psicológica
Inferencias integradas: los desafíos de la psicología del razonamiento en el siglo XXI
La memoria mediada: la psicología de la memoria histórica
 
5. Desarrollo, relaciones sociales y cultura
Perspectivas integradoras en el estudio de las relaciones padres-hijos
Psicología del desarrollo social. Una aproximación integradora
Microfundamentos para la cohesión social en economía comportamental: adiós
Homo ecomicus alexitímico, bienvenido de vuelta Homo sapiens social
 
6. ¿Es posible una integración teórica en las áreas aplicadas de la psicología?
17
La psicología, la psicología aplicada y las profesiones psicológicas
De enfoques de tratamiento a intervenciones para el cambio
¿Para qué integrar las psicoterapias?
Criterios de dominio de investigación: fortalezas y debilidades de una propuesta para
unificar la investigación en psicopatología
18
Prólogo
 
Rubén Ardila
Universidad Nacional de Colombia
 
El problema de la unidad o diversidad de la psicología es un asunto de vieja data. Se ha
analizado y discutido desde los comienzos de la psicología como ciencia autónoma y
como disciplina con un estatus, metodología y tópicos de estudio propios. En la época de
las llamadas “escuelas psicológicas”, durante las primeras décadas del siglo XX, cobró
importancia; el análisis se centró en la existencia de una psicología o de múltiples
psicologías, en una metodología que fuera más apropiada o en varias metodologías, en
un tópico central de estudio de la psicología (la psyche, la mente, el comportamiento), en
una perspectiva adecuada para estudiar los fenómenos que tradicionalmente se han
considerado como campo de la psicología, y en otros asuntos relacionados.
Es importante señalar que el problema de la unidad o diversidad no es exclusivo de la
psicología. En todas las disciplinas científicas se han presentado “escuelas”, puntos de
vista opuestos, polémicas, paradigmas en oposición, discusiones epistemológicas acerca
de los fundamentos básicos de la disciplina. Esto se observa en ciencias con gran
antigüedad como la astronomía (recordemos las polémicas entre lasteorías del big bang y
de la creación continua), la física (el problema de tratar de integrar la relatividad y la
teoría cuántica y de explicar la gravitación), en biología (con el evolucionismo, el
transformismo de Lamarck y las biologías creacionistas como el llamado “diseño
inteligente”), en economía, antropología, sociología, lingüística y muchos campos más.
No es un problema exclusivo de la psicología.
Se han realizado esfuerzos por integrar la psicología, ante todo desde una perspectiva
epistemológica, como se han realizado también propuestas en similar dirección en otras
ciencias (e.g. la teoría sintética de la evolución en biología, la teoría del campo unificado
en la física, para citar solo un par de ejemplos). En psicología uno de los esfuerzos
notables fue el trabajo de Lagache (1949) titulado L’unité de la psychologie. Más
recientemente las obras de Staats (1983), de Sternberg (2005) y nuestra Síntesis
experimental del comportamiento (1993, 2006, 2010).
El presente libro, Teorías en Psicología. Integración y el futuro de la disciplina,
contiene 17 capítulos escritos por reconocidos investigadores de varios países: Argentina,
Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos y México. Los capítulos se centran en 1)
Psicología, diversidad e integración teórica. 2) Integración, teoría y método. 3) Evolución
y la explicación del comportamiento. 4) Neurociencias, reducción e integración en
psicología. 5) Conducta, cognición y la explicación psicológica. 6) Desarrollo, relaciones
sociales y cultura. 7) ¿Es posible una integración teórica en las áreas aplicadas de la
psicología?
19
El libro abarca una serie de tópicos de gran relevancia en la psicología del siglo XXI,
entre los cuales se destacan: instinto y aprendizaje; comportamiento animal; metodología
de la investigación (cuantitativa, cualitativa y/o mixta); desarrollo humano y cultura;
cognición; razonamiento; evolución; identidad; psicoterapia y terapias psicológicas, homo
economicus y la relación entre psicología, economía y sociedad; y psicología aplicada,
entre otros. Es un gran abanico de tópicos de investigación, hallazgos significativos,
análisis conceptuales y grandes aportes contemporáneos a la ciencia psicológica. Todo
dentro de la perspectiva de la integración para lograr avances cada vez más fructíferos.
La integración de la psicología –como es también el caso en otras disciplinas
científicas– no significa que no existan divergencias y polémicas en cada campo
específico. Las discusiones y controversias son esenciales en la investigación científica.
Pero una psicología unificada nos brinda un marco de referencia conceptual,
definiciones, especificidad del objeto de la psicología, metodologías y caminos para
explorar.
En conclusión, como afirma Mustaca (2009),
…la psicología se puede considerar una, con un único objetivo (conocer la naturaleza
de la conducta, sus bases biológicas, genéticas, de desarrollo, etc.), un solo método (el
método científico) y múltiples preguntas por contestar que conllevan al uso de
distintas herramientas e interrelaciones con otras disciplinas para llegar a su respuesta
(p. 30).
 
Consideramos que el presente libro Teorías en Psicología. Integración y el futuro de la
disciplina es un aporte en esa dirección, además de presentar una amplia panorámica de
los problemas más relevantes de la psicología de hoy.
 
Referencias
 
Ardila, R. (1993). Síntesis experimental del comportamiento. Bogotá: Editorial Planeta.
Ardila, R. (2006). The Experimental Synthesis of Behaviour. International Journal of Psychology(41), 462-467.
Ardila, R. (2010). La unidad de la psicología. El paradigma de la síntesis experimental del comportamiento.
Revista Mexicana de Investigación en Psicología(2), 72-83.
Lagache, D. (1949). L´unité de la psychologie. París: Presses Universitaires de France.
Mustaca, M. (2009). ¿Qué hay de nuevo bajo el sol? Revista Mexicana de Investigación en Psicología(1), 28-30.
Staats, A. W. (1983). Psychology´s crisis of Desunity. New York: Praeger.
Sternberg, R. J. (2005). (Ed.). The Unity of Psychology. Possibility or Pipedream? Washington, D.C: American
Psychological Association.
20
Prefacio
 
La idea del presente libro surgió en el contexto de la Cátedra Colombiana de Psicología
Mercedes Rodrigo (2012), organizada por la Universidad Nacional de Colombia en
colaboración con las Universidades del Rosario, de los Andes, Santo Tomás y Externado
de Colombia. El título y contenido de esta versión de la Cátedra de la Asociación
Colombiana de Facultades de Psicología, De las Neuronas a la Sociedad, buscaba
reflejar el extraordinario alcance de la disciplina y profesión de la Psicología en las
últimas décadas. Como disciplina, la psicología ha consolidado un cuerpo robusto de
conocimiento sobre una multitud de problemas de la “mente” y la conducta. Como
profesión, ha ampliado sus alcances de unos pocos escenarios de aplicación, a un
conjunto extraordinario de áreas de trabajo e influencia. Aun así, la mayoría de
psicólogos percibe su disciplina como un conjunto desintegrado de aproximaciones
teóricas que no permiten visualizar un futuro en el que sea posible dar coherencia y un
horizonte claro a ese gran cuerpo de conocimiento empírico construido a lo largo de más
de un siglo.
Los autores fueron invitados a presentar su visión sobre la idea de una integración
teórica en psicología. Se esperaba que presentaran un panorama que incluyera visiones
optimistas, realistas y pesimistas sobre dicho horizonte y en parte, su selección se basó
en la variedad de aproximaciones y comprensiones de la psicología que ellos representan.
También se les pidió que asumieran la escritura como un ejercicio pedagógico y a pensar
en el texto final como una referencia no solo conceptual, sino incluso práctica, del papel
de las teorías en psicología y de su uso para el desarrollo empírico de la disciplina.
El presente volumen se ha organizado en seis secciones. Los capítulos que conforman
la sección de Integración, Teoría y Método, abordan el uso de modelos en el desarrollo
de la teoría y la comprensión de problemas complejos (Baldo), el valor práctico de una
aproximación metodológica integrada a pesar de las limitaciones epistemológicas que
representa (Godoy y Brussino), y los multiples niveles de análisis y límites conceptuales
de una posible integración teórica (Pérez-Almonacid).
La sección de Evolución y la Explicación del Comportamiento comprende tres
capítulos que desde una perspectiva sintética (Ortega y Gutiérrez) y de la psicología
evolucionista (Cruz y Javela y Daly y Perry) muestran la capacidad de la teoría evolutiva
para servir como marco del desarrollo de las ciencias del comportamiento. Los tres
capítulos ofrecen versiones optimistas de dicha posibilidad, derivadas de la capacidad de
la teoría evolutiva para servir como marco integrador en las ciencias de la vida.
Los capítulos en Neurociencias, Reducción e Integración en Psicología, plantean una
discusión sobre la irreductibilidad del lenguaje psicológico (Ramos), o por el contrario
sobre la necesidad de una reducción en la explicación psicológica al nivel de la
neurobiología (Cárdenas, León y Acevedo-Triana) y de niveles múltiples de integración a
21
partir del abordaje de problemas complejos del comportamiento (Burgos).
En Conducta, Cognición y la Explicación Psicológica, se muestra el ejemplo de la
psicología del razonamiento como un área que ha venido ganando capacidad explicativa
de una multitud de fenómenos cognitivos, y con ello, capacidad integrativa para la
explicación de la conducta humana (Jiménez-Leal y Gaviria); asimismo, que la
explicación psicológica tiene con frecuencia la posibilidad, y la obligación, de responder a
la intersección entre procesos individuales y sociales (Corredor, Cure y Alviar).
La sección de Desarrollo, Relaciones Sociales y Cultura presenta una revisión de
varios modelos que ofrecen aproximaciones integrativas de las relaciones familiares,
destacando su capacidad para redefinir conceptos fundamentales, constituyéndoseen la
base del desarrollo de aplicaciones y políticas públicas, que no son posibles mediante
versiones no-integradas de las relaciones familiares (Ripoll-Núñez y Carrillo); por otra
parte, se aborda el problema de la diversidad cultural versus la universalidad de la
conducta social, que expresa un problema fundamental en la psicología y muestra que
esta constituye una oportunidad para comprender la interdependencia entre la cognición y
la cultura (Ramírez); el comportamiento que conduce a competencia o cooperación,
empatía o dispatía, cohesión social o competencia, constituye un objeto de interés para
múltiples disciplinas (economía, psicología, matemáticas, biología) y un conjunto
integrado de conceptos teóricos de carácter multidisciplinario, puede ofrecer una
aproximación más sólida y de mayor alcance que conceptos disciplinarios aislados (I.
Hernández).
En la sección ¿Es posible una integración teórica en las áreas aplicadas de la
Psicología?, se plantea la diferencia entre la disciplina y la profesión psicológicas,
enfatizando la multiplicidad explicativa de la disciplina, pero resaltando la capacidad
integrativa de los abordajes multidisciplinares para abordar de manera efectiva los
problemas aplicados (Peña); una aproximación sistémica, ecológica y compleja,
promueve la integración conceptual alrededor de la promoción del bienestar, a partir de la
capacidad para el aprendizaje y el cambio (Rodríguez-Charry); alternativamente, la
psicoterapia puede ser diferenciada de las terapias psicológicas, no sólo en su definición y
alcance, sino en el uso de los conocimientos y recursos psicológicos, que sugieren que
más que una integración, puede beneficiarse de una redefinición como una práctica multi,
inter y transdisciplinar con implicaciones profesionales y sociales (A. Hernández);
finalmente, se presenta una propuesta de criterios de dominio para el desarrollo integrado
de investigación en salud mental, que se diferencia de manera importante de los manuales
de diagnóstico y que contribuye a pensar en términos comunes y quizás integrados los
problemas del funcionamiento funcional y disfuncional de los procesos psicológicos
(Tamayo).
La variedad de aproximaciones al problema de la integración teórica en psicología
sugiere al tiempo su dificultad y su riqueza. Puede sugerir que la tarea es demasiado
compleja o carece de planos comunes, pero también que se trata de un problema de gran
22
importancia en tanto alcanza múltiples dimensiones disciplinares y profesionales de la
psicología. Personalmente, me sugiere que en cualquier caso no estamos paralizados; la
psicología se mueve y no es necesario ver un resultado final, único y abarcador para
entender que como disciplina, el problema de la integración teórica debe ser parte de
nuestra discusión académica y profesional. Cuando renunciamos a un problema o cuando
lo damos por resuelto (positiva o negativamente), renunciamos asimismo a la idea
fundamental de que es un problema válido para la ciencia.
La preparación de este volumen me da motivos para ser optimista respecto al futuro de
la Psicología. Espero que los lectores puedan identificar múltiples planos en los cuales se
vienen adelantando tareas integradoras y excelentes ejemplos de áreas de contenido en
las que es difícil argumentar una incapacidad de la psicología para producir conexiones
organizadas entre disciplinas, aproximaciones conceptuales, estrategias metodológicas e
incluso aplicaciones. Aun así, algunos argumentos bien pensados nos invitan a ser cautos
o nos retan a reconocer una multiplicidad teórica irreductible o incluso a percibirla como
una fortaleza de la psicología y quizás por extensión de las ciencias del comportamiento.
La conclusión de esta discusión descansa en los lectores por ahora.
Es imposible llevar a cabo un proyecto como la publicación del presente volumen, sin
la colaboración de múltiples personas. Los autores han mostrado gran entusiasmo por el
proyecto y muchos de ellos han sido interlocutores críticos y constructivos sobre la
estructura y alcance de este libro. Los tres capítulos sometidos por sus autores en Inglés
fueron traducidos por Sebastián Camilo Salgado (Baldo), Nicolás Cediel (Daly y Perry) y
María Paula Arteaga (I. Hernández); a pesar de las dificultades que entraña el trabajo de
traducción, el resultado fue excelente. Quiero agradecer a la Asociación Colombiana de
Facultades de Psicología (ASCOFAPSI), y al Colegio Colombiano de Psicólogos
(COLPSIC), por el decidido apoyo en la co-edición de esta publicación. Finalmente,
todos los autores de esta obra aceptaron generosamente la propuesta de dedicar las
regalías de la misma a un premio o beca para estudiantes de psicología, quienes tendrán
la tarea de continuar el proceso de construcción y consolidación de nuestra disciplina.
 
Germán Gutiérrez
23
Introducción
 
Pluralidad e integración teórica en psicología
Germán Gutiérrez1
Universidad Nacional de Colombia
 
TEORÍA Y PSICOLOGÍA
 
Una teoría científica es un conjunto de afirmaciones y proposiciones formales sobre la
realidad, aunque también se puede afirmar que una teoría es un dispositivo para generar
tales afirmaciones. Sin embargo, esta definición no parece ser de gran utilidad para la
psicología, por cuanto en nuestra disciplina la capacidad de generar un conjunto de
proposiciones teóricas es limitada hasta este momento.
En un sentido más general, una teoría es una perspectiva en psicología interesada en
un conjunto de fenómenos y problemas, que usa un conjunto de términos técnicos, y un
lenguaje a veces exclusivo y a veces compartido con otras perspectivas, con una
preferencia por estrategias metodológicas y definición respecto a lo que constituyen los
datos, cómo se organizan, analizan e interpretan, y a lo que constituye una explicación en
psicología.
Es muy frecuente que una teoría en psicología refleje más un conjunto de actitudes,
preocupaciones y declaraciones de oposición a otras teorías, que una construcción
organizada de principios, entidades, relaciones y proposiciones que den lugar a
predicciones claras que puedan ser evaluables empíricamente. Por supuesto, hay toda
una variedad de aproximaciones teóricas en psicología que van de lo declarativo a lo
formal y que son frecuentemente evaluadas en términos similares, a pesar de sus
diferencias.
La psicología es una disciplina con un vasto conjunto de conocimientos. Su
crecimiento se ha hecho evidente en los estudios de cienciometría que muestran una
rápida aceleración medida en términos de publicaciones, programas de formación en
todos los niveles, financiación para investigación, programas de aplicación, sociedades
científicas, etc. La multiplicación de áreas y problemas de investigación, se extiende más
allá de los límites disciplinares imaginados hace un siglo en los albores de la psicología y
conecta con disciplinas en las denominadas ciencias sociales y ciencias naturales, y se
constituye en el centro de gravedad de las denominadas ciencias del comportamiento.
Esta productividad viene con un costo. Cuando el estudiante de psicología se pregunta
qué conecta todos estos fascinantes problemas y fenómenos, encuentra una red no muy
claramente definida y organizada de conexiones.
Además de gran variedad de fenómenos, la psicología también exhibe una gran
24
pluralidad de estrategias metodológicas y de explicaciones teóricas. Esta heterogeneidad
podría reflejar una riqueza vital en la psicología, pero con más frecuencia es calificada
como un indicador de bajo desarrollo y madurez de esta disciplina científica.
La construcción teórica en psicología ha respondido a una dinámica que ha sido fuente
de animada y controvertida discusión. A principios del siglo XX respondió al modelo de
desarrollo teórico de la física y en ese contexto, buscó desarrollar leyes y modelos
matemáticos que dieran cuenta de la compleja conducta de los organismos. Sin embargo,
dicha aproximación cedió su lugar al planteamiento de variados paradigmas denominados
escuelas, con profundas diferencias epistemológicas,metodológicas y de objeto de
estudio, que hicieron de la psicología una disciplina rica pero teóricamente
“desordenada”. Este estado de cosas no ha cambiado en esencia, aunque cada una de las
aproximaciones muestra desarrollos que son dignos de ser considerados y en ocasiones se
observan énfasis comunes o incluso intentos de integración en áreas particulares.
La psicología no es una ciencia sin teoría. Esto no tendría sentido. Sin embargo, la
heterogeneidad teórica que la caracteriza, no promueve la búsqueda organizada de datos
altamente relevantes y suficientemente generales para dar un impulso decidido a un área
que recibe altas exigencias sociales por la naturaleza de su estudio. Esto no ha impedido
un desarrollo de la disciplina, pero tampoco hace evidentes los puntos de inflexión que
permitan organizar a las comunidades de investigadores para dar cuenta de los problemas
cruciales del área. En términos de Ernest Rutheford, lo que hace la psicología hoy, sería
“colección de estampillas”, si no logra avistar su futuro mediante una organización teórica
más clara e integrada.
¿Qué caracteriza las explicaciones del comportamiento?, ¿cómo construyen teoría los
psicólogos?, ¿cómo difieren las explicaciones en psicología de aquellas en otras ciencias
del comportamiento?, ¿por qué es importante encontrar integración conceptual o teórica
en psicología o en cualquier disciplina?, ¿es deseable una psicología integrada
teóricamente?, ¿es esto posible?, ¿podría haber un beneficio de la falta de unidad, o visto
de otra forma, de la pluralidad teórica? Estas y otras preguntas constituyen el motor
temático del presente volumen. Las respuestas adquieren sentido en el contexto del papel
de la psicología en el conjunto de las ciencias que abordan el estudio del
comportamiento.
 
Psicología en el continuo de las ciencias
 
La idea de una unidad del universo sugiere que su comprensión requiere partir del
principio de que las divisiones del conocimiento científico son cuando menos, arbitrarias.
No existe una naturaleza física, una naturaleza biológica, una naturaleza social y una
naturaleza simbólica. Estos son niveles de comprensión de esa naturaleza que concentran
su foco de análisis en ciertos aspectos de la misma y que resultan de gran utilidad para
limitar las unidades de análisis y darle sentido a fenómenos que tienen elementos en
25
común y separarlos de aquellos en los que dicha relación es menos evidente.
La historia del conocimiento ha seguido una dirección de diferenciación que no ha
existido siempre. Después del Renacimiento, el conocimiento se desarrolló mediante
aproximaciones relativamente integradas, primero alrededor de la denominada filosofía
natural, luego alrededor de una historia natural dedicada en buena medida al registro
de la variedad de los elementos de la naturaleza, y después de la consolidación del
método científico, alrededor de una ciencia natural (Wootton, 2015, pp. 26-32). Los
denominados “naturalistas” no solo tenían intereses amplios, sino que buscaban entender
los problemas de la naturaleza en su relación con múltiples otros problemas. Un ejemplo
extraordinario es el de Alexander von Humboldt quien abordó problemas de botánica,
zoología, geografía, climatología, etnografía y es considerado uno de los fundadores de la
ecología (Wulf, 2015).
Una aproximación general a la comprensión de la naturaleza se hizo difícil de mantener
en la medida en que los problemas de investigación y las respuestas a dichos problemas
se hicieron más detalladas y profundas, lo que dio lugar al desarrollo disciplinar que hoy
reconocemos. La diferenciación ha alcanzado aspectos conceptuales, metodológicos,
instrumentales y tecnológicos. Hoy pareciera que algún nivel de integración del
conocimiento fuera imposible o innecesario. Creemos que, si bien no es posible hacer
una unificación de las disciplinas científicas, algunas áreas disciplinares comparten
elementos comunes que pueden beneficiarse de dicha aspiración. Este es el caso de las
ciencias del comportamiento y de las ciencias de la vida.
La psicología interactúa con múltiples disciplinas, pero existen pocos esfuerzos
integradores entre dichas disciplinas. Por ejemplo, no es difícil pensar que la psicología
puede encontrar temas de interés y desarrollar elementos conceptuales comunes con
disciplinas como la antropología, la economía, la geografía, la historia, la lingüística; para
mencionar solo algunas de las denominadas ciencias sociales. Aun así, sus vínculos son
tímidos y sus logros, limitados. Cada una de estas disciplinas ha mostrado desarrollos
recientes que pueden alentar el planteamiento de problemas de investigación de interés de
la psicología y abordar problemas sociales que por su complejidad demandan soluciones
multidisciplinares (Gutiérrez, 2002).
Consideremos las siguientes preguntas:
¿Qué relación hay entre la disponibilidad de recursos naturales y las relaciones sociales
de cooperación y competencia entre individuos?, ¿cómo varían las relaciones familares y
el desarrollo de los hijos con la migración de uno de los padres?, ¿es la desigualdad entre
individuos en una población el resultado del exceso de recursos producto del desarrollo
de la agricultura, o tiene bases cognitivas más fundamentales?, ¿es la historia
independiente de la cognición humana o esta se encuentra en la base de aquella?, ¿son las
creencias religiosas, el culto a los muertos y los mitos de creación el resultado de la
estructura del lenguaje en todas las poblaciones humanas?
Estas preguntas son apenas una muestra de problemas de trabajo que pueden
26
alimentarse de múltiples disciplinas, entre las que se encuentra la psicología. No se trata
de preguntas nuevas, sino por el contrario, de preguntas muy establecidas y que han sido
asignadas a varias áreas del conocimiento y que hasta hoy, no encuentran respuestas
satisfactorias, quizás por una delimitación disciplinar innecesariamente estricta. Estos
límites empiezan a ser reconocidos y nuevas aproximaciones empiezan a desplazar a
viejas y más rígidas explicaciones. Por ejemplo, en los años 70 y 80 del siglo XX, la
ecología conductual (behavioral ecology) fue una respuesta de las críticas al programa
investigativo de la etología centrado en el estudio del instinto y a la ausencia de teorías
que vincularan evolución, factores ecológicos cambiantes y conducta. Adicionalmente,
buscaba evitar los riesgos conceptuales de una visión adaptacionista presente en la
sociobiología y posteriormente en la psicología evolucionista (Bateson, 2000). La
ecología conductual retoma y hace uso entusiasta de modelos matemáticos y
experimentación, ausentes en sus antecedentes disciplinares en la etología y en su
desarrollo como subdisciplina ha incorporado múltiples fuentes analíticas
transdiciplinarias (Birkhead y Monaghan, 2010; Krebs y Davies, 1997).
En las ciencias sociales ha habido una decidida resistencia para asumir alguna
integración interdisciplinaria, a pesar de que hay una retórica interactiva muy celebrada
que acompaña al discurso social. Sin embargo, hay algunas excepciones; por ejemplo, la
denominada historia profunda (Deep History) es una subdisciplina cuyo nombre fue
acuñado por Daniel Lord Smail, quien propone un cambio en la aproximación conceptual
al estudio de la historia. Smail (2008) cuestiona el marco temporal autoimpuesto por esa
importante disciplina, indicando que dichos límites basados en algún evento o avance
tecnólogico particular no contribuyen a comprender el devenir de la humanidad y en
consecuencia es necesario acudir al conocimiento más amplio e integral que tenemos de
su evolución, relaciones con el ambiente y entre poblaciones humanas y cognición,
estudiadas sistemáticamente por las ciencias biológicas, neurociencias, geografía,
antropología y psicología, entre otras (Shryock y Smail, 2011).
Resulta interesante y común a los ejemplos mencionados que el hilo conductor de
integración es la teoría de la evolución. Sabemos que las ciencias sociales han sido poco
permeables a la teoría evolutivapor razones conceptuales, metodológicas e ideológicas
(Gutiérrez y Papini, 2011), pero también resulta claro que esto viene cambiando, aunque
quizás a ritmos variados en diversas disciplinas (para una revisión del impacto de la teoría
evolutiva en las ciencias sociales ver Peterson y Somit, 2001).
Otros intentos integradores entre la psicología y otras disciplinas incluyen la teoría de
juegos, la teoría general de sistemas y la teoría de sistemas vivos, que han tenido algún
grado de éxito. La Teoría de Juegos surge de las matemáticas y encuentra en las
ciencias del comportamiento (e.g., biología, economía, psicología, antropología,
sociología, ciencia política) un contexto de desarrollo por la complejidad de los
fenómenos estudiados y sobre todo por los procesos de interacción que permite modelar
con éxito (Gintis, 2006). La Teoría General de Sistemas (Von Bertalanffy, 1968) surge
27
del cuestionamiento a una visión analítica que con frecuencia ignoraba las propiedades de
un todo organizado y no es casual que derive de la teoría gestáltica y la biología
organísmica, aunque su alcance haya trascendido estas aproximaciones de origen. La
Teoría de Sistemas Vivos (Miller, 1978), que algunos argumentan se deriva de la
anterior, es una teoría general que enfatiza la relación de los organismos con el ambiente
y se concentra en patrones dinámicos de interacción organizados de forma jerárquica.
James Grier Miller, su principal proponente, acuñó el término de ciencias del
comportamiento que es utilizado como una forma de sugerir un creciente grado de
integración entre diversas disciplinas incluyendo la antropología, economía, lingüística,
psicología y sociología, que también son clasificadas como ciencias sociales o humanas,
pero incluyendo también otras disciplinas como las neurociencias, ciencias cognitivas y
etología. El énfasis empírico y compromiso con una cosmovisión científica de las
ciencias del comportamiento constituye una base común que ha sido muy difícil de lograr
en las denominadas ciencias sociales.
 
Una ciencia desintegrada
 
La psicología no es una ciencia integrada teóricamente. No quiero partir de la idea de que
una integración sea el punto terminal del desarrollo teórico en psicología. Sin embargo,
esfuerzos integrativos han sido valiosos en otras ciencias y quizás por ello ha habido
intentos en esa dirección a lo largo de la historia de la disciplina. La historia de la
psicología muestra tensiones constantes entre diversidad e integración. Los esfuerzos
para comprender estas tensiones y su resolución, parten de tres aproximaciones (Mayor
Sánchez y Pérez Ríos, 1989): histórica, basada en el recuento de los esfuerzos de
construcción teórica; sistemática, basada en la epistemología y la teoría de la ciencia; y
pragmática, basada en la idea de que la psicología es lo que hacen los psicólogos. Las
tres son aproximaciones valiosas, pero en esta introducción quiero adoptar solo una
versión histórica, para describir cuatro periodos de la construcción teórica en psicología.
Estos periodos no están altamente definidos en el tiempo, sino que se entrelazan a lo
largo del desarrollo de la disciplina.
1. Un prolongado periodo previo a la constitución formal de la psicología, caracterizado
por la discusión entre empirismo y racionalismo.
2. Un periodo que podríamos llamar de las grandes teorías en psicología, que también ha
sido llamado de las escuelas de psicología o sistemas de psicología.
3. Un periodo de desarrollo de microteorías, caracterizado por la multiplicidad de
problemas, fenómenos, procesos, sujetos de estudio y métodos de investigación.
4. Un periodo de búsqueda de integración, pero que también podría ser de reducción o
sumisión.
 
Me permito iniciar desde el segundo periodo para concentrarme en el desarrollo teórico
28
más reciente y relevante para el tema de este capítulo (para una revisión de la historia de
las ideas psicológicas tempranas, ver Pérez Delgado, 1989. De acuerdo con diversos
autores las llamadas grandes teorías en psicología o sistemas de psicología pueden ser
agrupadas de varias maneras, pero una taxonomía frecuente incluye al estructuralismo,
funcionalismo, conductismo, psicoanálisis, la Gestalt, humanismo y cognitivismo. Esta
categorización es útil, pero pierde precisión cuando se observan los detalles. Por ejemplo,
con frecuencia el conductismo y el asociacionismo son identificados como íntimamente
relacionados; sin embargo, el desarrollo inicial del conductismo, especialmente el radical,
se hizo con base en la negación del valor del asociacionismo y del condicionamiento
pavloviano como un tipo de aprendizaje, distinto del instrumental (Boakes, 1984, pp.
438-439). Así pues, cualquier clasificación tiene su dosis de arbitrariedad. Lo que es
importante, es que cada uno de esos sistemas, se basaba en un conjunto de supuestos,
entidades y relaciones, que pretendían en buena medida, explicar la conducta humana y
que excluían a las otras como irrelevantes, incompletas o incluso moralmente
cuestionables. Esto ha tenido su contraparte política en la construcción o destrucción de
“territorios” teóricos, en el adoctrinamiento de estudiantes, en el uso de un lenguaje
descalificador, en la evaluación de artículos y proyectos de investigación, etc. Estos
males han sido comunes y no es necesario adoptar una visión moral sobre estos eventos,
sino verificar si algo de esto ha significado crecimiento alguno para la psicología.
Las denominadas grandes teorías se desarrollan en buena medida como reacción al
estructuralismo propuesto por Wundt y otros “fundadores” de la psicología. La Gestalt
surge como reacción al atomismo; el psicoanálisis contra el énfasis en la conciencia; el
conductismo contra el instrospeccionismo y el mentalismo; el funcionalismo contra el
énfasis estructural y fijo de la naturaleza de los fenómenos psicológicos (Mayor Sánchez
y Pérez Ríos, 1989). Todas empezaron explicando conjuntos pequeños de fenómenos,
pero su éxito las impulsó a adquirir un carácter más generalizado y programático, aunque
no contaban con suficiente base empírica para la tarea que se proponían. Por ejemplo,
Clark Hull y B. F. Skinner empezaron su trabajo sobre conjuntos limitados de fenómenos
de aprendizaje, observando pocos sistemas conductuales en un par de especies. A pesar
de ello, sus obras más representativas reflejaban en sus títulos aspiraciones que excedían
los alcances de las mismas; La conducta de los organismos (Skinner, 1938/1968) y
Principios del comportamiento (Hull, 1943).
Las limitaciones de las grandes teorías para dar cuenta del variado espectro de
fenómenos psicológicos y el cansancio derivado de la disputa entre escuelas de
psicología, condujeron al desarrollo de microteorías, centradas en problemas más
circunscritos, limitadas en el número de variables, en el número de relaciones de la teoría
y en el conjunto de fenómenos abordados. Con frecuencia las microteorías parten de los
supuestos importantes y más aceptados de las grandes teorías, pero no tienen que asumir
compromisos tan amplios sobre sus alcances. Adicionalmente, el desarrollo de estrategias
metodológicas y de análisis de datos, como es el caso del análisis factorial y las
29
ecuaciones estructurales, han permitido la construcción de microteorías de gran solidez.
Un buen ejemplo de una microteoría exitosa se encuentra en la teoría del apego,
inicialmente desarrollada por John Bowlby (1969), a partir de un modelo etológico,
aplicado a la comprensión de las interacciones entre el niño y sus cuidadores. El
desarrollo de una metodología estandarizada (Ainsworth, Blehar, Waters y Wall, 1978)
dio lugar al crecimiento acelerado de la teoría constituyéndola en una teoría de gran
productividad, extendiéndose de la infancia a la adolescencia y la adultez, de los vínculos
en el desarrollo normal a la psicopatología y condiciones de vulnerabilidad, del contexto
individual y parental a las comunidades y diversos contextos culturales (Cassidy y
Shaver, 2008). También ha creado vínculos con otros marcosteóricos, incluyendo un
marco biológico, tanto en el nivel de explicaciones evolutivas como en el nivel de los
mecanismos psicobiológicos y comportamiento animal en perspectiva comparada (Carter
et al., 2005).
Las microteorías no son inmunes a la exclusión, a la construcción de territorios o al
conflicto entre investigadores; sin embargo, el impacto de estos fenómenos sociales en la
academia es menor y en forma natural permite espacios de desarrollo en contextos
alternativos. Quizás por ello, han resultado más convenientes en el contexto del trabajo
cotidiano de los investigadores, resultando en un beneficio que los académicos de hoy
seguramente aprecian y no están dispuestos a perder en búsqueda de teorías de mayor
alcance y con apariencia de escuela psicológica. Por ello, no es sorprendente (aunque sí
preocupante) que la formación epistemológica y las grandes discusiones teóricas hayan
casi desaparecido de los programas de psicología, incluso de los programas doctorales.
 
¿Hacia una integración?
 
A pesar del contexto descrito anteriormente, el problema de la integración teórica es uno
del que no podemos escapar indefinidamente y que algunos “espíritus nobles” no pueden
dejar de abordar. Los intentos integradores tienen varias formas y de ninguna manera se
limitan a un periodo histórico de la disciplina. Una forma inicial es un reduccionismo
paradigmático o de sistema. Por ejemplo, Arthur Staats señala que el conductismo ha
vivido tres generaciones (teóricamente hablando) siendo la primera la de Pavlov y
Watson, la segunda la de Tolman, Hull y Skinner y una tercera generación que busca la
integración teórica de la psicología alrededor de un paradigma conductual, como su
propia formulación denominada conductismo social o conductismo paradigmático.
También de esta generación haría parte la Síntesis Experimental del Comportamiento de
Rubén Ardila (1988), que se desmarca del conductismo radical skinneriano, tanto en su
dogmatismo como en los límites dimensionales de su aproximación, pero que mantiene el
conductismo operante como centro de gravedad de la explicación del comportamiento
(Staats, 1988). Creo que Ardila asigna a su sistema un contexto más amplio y será un
análisis histórico el que nos permita aclarar sus alcances.
30
Una segunda posibilidad son los reduccionismos disciplinares. Ya en el pasado la
discusión sobre la naturaleza de la psicología como ciencia natural o como ciencia social
ha sido el espacio de dicho reduccionismo. En el primer caso, un reduccionismo a la
física y luego, quizás menos lejano, a la biología; en el segundo caso, un reduccionismo a
la sociología y, poco frecuente, a la antropología. La nueva forma de este tipo de
reduccionismo parece descansar en el acelerado desarrollo de las neurociencias y su
popularidad como fuente de noticias de ciencia. Según los reportes periodísticos, se ha
encontrado el “gen de la obesidad”, el “lugar de dios en el cerebro”, los
“neurotransmisores de la felicidad”, y multitud de otras relaciones causales entre genes,
mensajeros y regiones del sistema nervioso, y algunos de los más complejos problemas
individuales y sociales de la humanidad. El problema no está en el descubrimiento de
relaciones psicobiológicas que pueden ser iluminadoras, sino en la forma en que a partir
de allí se construyen explicaciones simplistas, reduciendo los problemas a un único nivel
de comprensión.
Un caso especial es el esfuerzo de utilizar la teoría evolutiva, que es considerada como
el sistema integrador de las ciencias de la vida, como una posible teoría integradora de la
psicología. El esfuerzo tiene algunas variantes. Una de las más fructíferas (por su
capacidad de atraer al público) en los últimos años ha sido la denominada psicología
evolucionista (Buss, 2004, pp. 372-411). Algo similar puede ocurrir con las teorías
epigenéticas, que son un conjunto de cuerpos teóricos que están cumpliendo un papel
integrador en la biología entre la evolución, la genética y el desarrollo, con implicaciones
muy importantes para la biología, psicología, antropología y medicina, entre otras
disciplinas (Bateson y Gluckman, 2011).
El reconocimiento de niveles explicativos parece ser en alguna medida un paso que
conduce a la integración. El planteamiento ya clásico de Niko Tinbergen en etología,
creando una taxonomía de niveles de preguntas causales para dicha disciplina conductual
ha sido una de las mayores contribuciones metodológicas y teóricas en esa área
(Tinbergen, 1963). En forma similar, el trabajo de Jablonka y Lamb (2006) reconoce
cuatro niveles de análisis o dimensiones del estudio de la evolución; genético, epigenético,
conductual y simbólico. Estos sistemas proveen niveles de variación sobre los cuales
puede actuar la selección. Se trata de una variación de la teoría de la evolución, con
implicaciones profundas para la psicología y otras disciplinas, por el reconocimiento que
hace del valor de sus objetos de estudio en una teoría científica de orden superior. En
psicología, el uso ahora frecuente de la idea de niveles bio-psico-social mantiene una
distinción a veces cuestionada, pero que ha derivado en una aceptación de la idea de que
la explicación del comportamiento o de los procesos mentales, puede requerir múltiples
niveles que se relacionan, se yuxtaponen, pero no se reemplazan.
La psicología necesita ser activa en buscar conexiones teóricas explícitas y puntos de
integración que permitan un avance en la disciplina. Sin embargo, también requiere de ser
crítica respecto a los términos de esos intentos integrativos que pueden derivar en los
31
vicios reduccionistas o eclécticos del pasado.
Es claro que los intentos de integración teórica en psicología encuentran obstáculos y
dificultades no triviales. A pesar de estas dificultades, se observa una dinámica disciplinar
y social que demanda un esfuerzo continuo de exploración de las posibilidades de
integración, que puede resolverse por varias vías. 1) Regresar a las aproximaciones
reduccionistas. 2) Encontrar términos comunes a nivel metodológico o teórico. 3)
Encontrar una teoría de orden superior que favorezca una integración. 4) “Abrazar” la
pluralidad a. ignorando las necesidades integrativas, b. adoptando una posición ecléctica,
y c. seleccionando los puntos de conexión para explotarlos de manera inductiva. Entre los
teóricos en psicología, encontramos entusiastas defensores de todas estas posibilidades.
No hay prescripción para integración en una disciplina. Sin embargo, el pasado de la
psicología nos sugiere que es necesario considerar al menos las siguientes ideas. 1) Hacer
esfuerzos por identificar conceptos básicos, relaciones comunes y principios que puedan
observarse en conjuntos más amplios de fenómenos, problemas y áreas de la psicología;
2) ampliar el repertorio metodológico de los investigadores en psicología para responder a
los problemas de forma amplia y flexible; esto es, responder metodológicamente a los
problemas de interés, en lugar de definir los problemas a partir de nuestra visión estrecha
de la metodología; y 3) buscar conexiones entre microteorías, entre áreas y entre
disciplinas, en lugar de buscar el desarrollo de teorías de amplio espectro, que han
demostrado una capacidad de conducir a atomización en lugar de integración en el
presente estado de la psicología.
Por el pasado siglo, los psicólogos hemos estado convencidos de que la multiplicidad
teórica es un indicador de inmadurez disciplinar e incluso de incapacidad de la psicología
de constituirse como ciencia. Así mismo, la psicología se ha encontrado en un lugar poco
definido en el contexto de las ciencias, a medio camino entre las ciencias naturales y
sociales, o entre las ciencias y las profesiones de la salud, la educación y la
administración. Nuestra interpretación de este estado de cosas ha sido negativa,
atribuyendo dicha indefinición a carencias de la disciplina o –entre los más pesimistas– a
una imposibilidad vital. Sin embargo, es posible una interpretación diferente. Boyack,
Klavans y Börner (2005)hicieron un estudio cienciométrico con una masa importante de
referencias publicadas (más de un millón) en 7.121 revistas científicas y encontraron que
siete disciplinas actúan como ciencias de distribución o ciencias puente (denominadas
ciencias HUB), con un mayor número de conexiones con otras disciplinas; entre ellas, se
encuentra la psicología. Esto nos sugiere que la naturaleza de la disciplina, los problemas
que estudia, son igualmente problemas de conexión. En términos teóricos, la pluralidad
teórica puede ser, no el resultado de una incapacidad de la disciplina por construir un
cuerpo teórico unificado, sino el resultado de las complejidades y múltiples relaciones que
debe afrontar por la naturaleza de su objeto de estudio. Esto no deriva en un llamado a la
complacencia; de hecho, es una invitación a redoblar esfuerzos por encontrar dichas
conexiones, clarificar los problemas fundamentales, identificar los fenómenos comunes,
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plantear hipótesis cruciales y explicaciones de mayor alcance.
Los capítulos que constituyen el presente volumen contribuyen a una discusión
fundamental. Ofrecen visiones variadas, pero coinciden en la importancia del desarrollo
teórico para fortalecer la psicología y hacer de ésta, una disciplina con una visión y una
proyección hacia el futuro.
 
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34
1
Integración, teoría y método
35
Ciencia como cartografía: los mapas como
una metáfora intuitiva para la ciencia
 
Marcus Vinícius C. Baldo2
Universidad de Sao Paulo, Brasil
 
▶ INTRODUCCIÓN
 
La palabra “modelo” es ampliamente usada en gran variedad de circunstancias y,
respecto a su utilización científica, es probablemente una de las palabras peor usadas y
entendidas por científicos y legos. Sus significados abarcan diversos conceptos, que van
desde los populares (la imagen de una “modelo” en la portada de una revista semanal),
pasando por nociones científicas (un “modelo matemático” de la descarga de las
neuronas o un “modelo cognitivo” del aprendizaje) hasta abstracciones lingüísticas o
lógicas (la “teoría de modelos” semánticos de lenguajes naturales o una teoría de
modelos de “primer orden”). Por lo tanto, no es sorpresivo que, en palabras de Peter
Godfrey-Smith, “el término ‘modelo’ es con seguridad uno de los más disputados en toda
la filosofía de la ciencia” (Godfrey-Smith, 2006).
Sin embargo, la actividad científica es totalmente dependiente de la construcción de
modelos, cualquiera que sea el lenguaje en que sean expresados (palabras comunes,
ecuaciones matemáticas o algoritmos computacionales). En palabras de Ronald Giere,
“modelar, en mi opinión, no es en absoluto auxiliar al quehacer científico, sino que es
central en las explicaciones científicas del mundo natural” (Giere, 1999). En este sentido,
con el fin de comprender la misma esencia de la práctica científica en cualquier área del
conocimiento humano (siendo estas tan diversas con la física, economía, psicología,
biología o ciencias sociales), primero debemos lograr una comprensión básica del rol que
los modelos juegan en la representación de los fenómenos empíricos observados,
haciendo predicciones útiles y sirviendo como intermediarios entre las interpretaciones
teóricas y las explicaciones conceptuales.
El propósito del presente capítulo es ampliar una idea explorada por otros autores
(Beaugrande, 1996; Du Toit, 2006; Giere, 1999, 2006) a saber, el uso de mapas como
una analogía intuitiva, y con suerte, perspicaz, para la construcción de modelos en
ciencia. No obstante, es muy importante que el lector tenga en mente lo que este capítulo
es y lo que no es: es un intento de ofrecer una perspectiva práctica e intuitiva de la
actividad científica por medio de una detallada, aunque informal, analogía entre el uso de
modelos en ciencia y el uso de mapas en la vida diaria; no es sin embargo, en ningún
sentido, un riguroso tratado de la noción de modelo o una discusión del rol que juegan los
diferentes tipos de modelo en la actividad científica, asuntos que han sido tratados por
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varios autores de forma mucho más profunda y autorizada (Downes, 2011; Frigg y
Hartman, 2012; Giere, 1999, 2006, 2008; Godfrey-Smith, 2006; Suppes, 1960).
En la siguiente sección, la idea principal del uso de mapas como una analogía

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