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36 
Rasgos modernos en el cuento panameño: 
Tres generaciones 
 
Araceli Soní Soto 
Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco 
asoni@correo.xoc.uam.mx 
 
Introducción 
 
La escritura de cuentos panameños de los últimos 50 años adopta rasgos modernos 
evidentes en los muy diversos relatos de escritores que, para este artículo, clasifiqué en tres 
generaciones (el criterio de generación se estableció de acuerdo con el año de publicación 
de cuentos y libros de cada escritor). 
La primera generación de escritores elegidos corresponde a Enrique Jaramillo Levi 
(1944- ) y Ernesto Endara (1932- ). Ambos con una larga trayectoria y una indiscutible 
madurez en su producción artística.
1
 La segunda, muy cerca de la tercera generación y 
alejada de la primera, agrupa a escritoras como Lupita Quirós Athanasiadis cuya primera 
obra data de 2004, Isabel Herrera de Taylor (1944- ), quien publica sus primeros cuentos 
en la revista Maga; Luigi Lescure (1968-), comienza a publicar en revistas culturales en 
2007.
2
 La tercera generación comprende escritores muy recientes tales como, Lissete E. 
Lanuza, quien inició en libros colectivos en 2004. En el mismo caso está, Silvia Fernández-
Risco, cuyos primeros cuentos aparecen en obras colectivas en 2007. Gorka Lasa (1972- ) 
da a luz su libro de cuentos Claridad en 2011. Julio Moreira Cabrera en 2011 y Gonzalo 
Menéndez también (1960- ) en 2011.
3
 
 
1
 Jaramillo Levi nació en 1944, publica su primer libro en 1965, a los 21 años y, a la fecha, ha dado 
a luz más de 50 libros entre cuentos, poesía y ensayo. Ernesto Endara publica su primer libro de cuentos en 
1977 y junto con Blackjack tiene en su haber siete libros de ficción breve, cuatro novelas, así como numerosas 
obras de teatro, ensayo y poesía. 
2
 Lupita Quirós tiene un total de cinco libros incluyendo una novela; Herrera de Taylor edita su 
primer libro es de 2005 y el segundo de 2007. Luigi Lescure lanza sus dos primeros libros de cuentos en 2007 
y el último en 2009. 
3
 La autoría individual de Lissete E. Lanuza se produce en 2010 y en 2011; Silvia Fernández Risco, 
publica, de manera individual, un libro en 2009 y un segundo en 2011. Gorka Lasa, además del libro referido 
publica múltiples poemas agrupados en tres ediciones en 2007, 2010 y 2011, aparte de ensayos y mandalas. 
Julio Moreira y Gonzalo Menéndez son autores de un único libro. 
 
37 
Estos datos proporcionan una idea de la producción cuentística panameña en la 
que se mezclan infinidad de estilos y temáticas que dan cuenta del ambiente cultural de 
Panamá en los últimos tiempos. Este tipo de escritura se inscribe dentro de lo que se ha 
dado en llamar cuento moderno y posmoderno y es necesario acotar a lo que me refiero con 
esto. De acuerdo con Lauro Zavala, no existen textos a los que se puedan llamar 
posmodernos, sino más propiamente lecturas posmodernas de textos en los que coexisten 
elementos del cuento clásico
4
 y moderno
5
 (2006: 26). En este último, además de otras 
características, la interpretación del mensaje implícito se hace evidente, por lo que la 
importancia que adquiere el lector es más patente que en otras épocas. En este sentido, la 
narrativa panameña actual es moderna, ya que ésta se define, de acuerdo con Zavala por 
oposición a la clásica. En nuestra lengua también se nombra cuento, al relato o narrativa 
breve que escapa a los cánones del cuento clásico (Zavala, 2009: 20). 
En este artículo observaré algunos rasgos modernos sobresalientes de las 
publicaciones elegidas de los escritores mencionados, tales como, la intertextualidad, la 
autorreferencialidad, la metaficción, la apertura interpretativa; asimismo, la conjunción de 
varios de estas características en un mismo relato y la presencia de otros, como el humor y 
la ironía. Todos ellos plasmados en múltiples temas y con el sello particular de cada 
escritor. 
 
Fisonomía del cuento panameño 
En los cuentos panameños prevalece una escritura híbrida en la que conviven 
algunos elementos clásicos y modernos. A la vez, este tipo de narraciones, son en muchos 
 
4
 De acuerdo con Zavala en el cuento clásico el tiempo tiene una sucesión lineal, es verosímil pues 
proyecta un efecto de realidad; los personajes se construyen de acuerdo a cánones convencionales y su 
narrador es confiable, sin contradicciones y omnisciente, es decir, lo sabe todo. El final es una revelación 
explícita (2006: 28). 
5
 De las dos historias que conviven en todo cuento, según el modelo de Borges, en el cuento 
moderno la primera es más convencional, mientras la segunda puede ser alegórica o de un género distinto al 
narrativo que quizá no sea evidente en la superficie del texto. El tiempo se organiza desde la perspectiva del 
narrador o el protagonista, por lo que adquiere mayor relevancia el sentido interno de la narración. Los 
personajes se construyen a partir de sus conflictos personales a través de metáforas o alegorías. El narrador 
adopta distintos papeles para evitar una única mirada y, en este sentido, las voces narrativas pueden ser 
contradictorias, irónicas y poco confiables; los finales son abiertos. Véase Zavala 2006, revista Casa del 
Tiempo, núm. 90. 
 
38 
casos, fragmentarias, mestizas, breves, itinerantes,
6
 fronterizas
7
 (Zavala, 2006: 27) 
marcadamente intertextuales y con rasgos de identidad, en las que despuntan una 
multiplicidad de voces femeninas que enfatizan en la erotización narrativa. 
Si existe una caracterización respecto a los relatos que se producen de la mitad del 
siglo XX (básicamente a partir de la publicación de Ficciones de Jorge Luis Borges en 
1942) a la fecha, se pueden señalar como rasgos importantes, además de los señalados, su 
carácter paradójico, experimental o lo que se ha dado en llamar anti cuento; asimismo 
prevalecen algunos elementos de géneros extraliterarios. El relato llamado posmoderno
8
 es 
enfáticamente irónico, lúdico y autorreferencial (B. McHale en Zavala, 2009:132) y todas 
estas características las encontramos en las narraciones breves de los escritores panameños 
permeadas por cinco elementos básicos: la construcción del tiempo, el espacio, la 
definición de personajes, la organización narrativa y la forma de construir los finales 
(Zavala, 2009: 23). 
Al lado de las características mencionadas, muchos cuentos panameños tienen un 
carácter abierto. A esto se refirió Umberto Eco como sello fundamental del arte 
contemporáneo, en cuanto “mensaje abierto, [sujeto] a diferentes interpretaciones, pero 
regido siempre por leyes estructurales que de algún modo imponen vínculos y directrices a 
la lectura” (Eco, 1992:12). Dicho fenómeno fue también tema de estudio de la teoría de la 
recepción estética, de manera concreta, de la Escuela de Constanza en Alemania surgida 
hacia 1967.
9
 Estos enfoques teóricos datan, más o menos, de las mismas fechas, lo cual es 
un indicador más de los cambios gestantes en la producción literaria y, por lo tanto, en la 
 
6
 El término alude a que el texto se desplaza de manera constante de una lógica secuencial o 
aleatoria a lo intertextual. 
7
 Esto significa que hay elementos provenientes de alguno o varios géneros de la escritura 
extraliteraria como la epistolar, la etnográfica, autobiográfica, periodística u otras formas narrativas alejadas 
de la literaria como adivinanzas, poemas en prosa o guión cinematográfico. 
8
 Lo que el autor llama posmoderno, en este artículo lo nombramos moderno, en vista de que el 
cuento posmoderno incluye, sobre todo, al moderno, además de algunos rasgos de la tradición. 
9
 Los orígenes de la teoría de la recepción estética se registraron a partir de la conferencia inaugural 
pronunciada por Hans Robert Jauss el 13 de abril de 1967 en la universidad de Constanza,en Alemania, 
titulada “Historia literaria como provocación” (Jauss, 1993:55-56). La conferencia aludió a la función de la 
literatura y a su relación con los textos del pasado, pues hasta ese momento la historia se concibió como una 
recapitulación de nombres de las obras y de sus autores. Intelectuales como Wolfgang Iser, Hans Robert 
Jauss, Arnold Rothe entre otros, plantean el estudio de la obra mediante la participación activa del lector, es 
decir, a través de la interrelación entre autor, obra y lector o público. Antes, los estudios literarios se 
circunscribieron al estructuralismo, a los análisis minuciosos, a la estilística, entre otros. 
 
39 
cuentística, pues la teoría literaria no hace más que sistematizar los fenómenos que de 
manera reiterada se producen en la literatura. 
Con base en estas premisas se observarán, con más detalle, algunas propiedades 
sobresalientes de la producción de los escritores elegidos y para ello, seleccioné cuentos en 
los que se manifiestan de manera reiterada uno o más aspectos de esta muestra establecida 
bajo el criterio generacional descrito al comienzo. 
 
Autorreferencialidad y metaficción en Jaramillo Levi y Ernesto Endara 
 
Estos dos escritores, de estilos muy diferentes en la forma de escribir, presentan 
características de metaficción, intertextualidad, autorreferencialidad, hibridación, apertura 
hacia la interpretación, elementos del cuento tradicional, que fueron observados en los 
libros, Con fondo de lluvia (2011) de Jaramillo Levi y en Blackjack (2006) de Ernesto 
Endara. Tales atributos se manifiestan en diferentes grados y de distinta manera. 
En el cuento liminal del libro Con fondo de lluvia (2011) de Jaramillo titulado 
“Granito de arena” la metaficción se produce mediante la inclusión y caracterización del 
personaje central de la obra clásica Las mil y una noches, Scherezada, como pretexto para 
narrar otros asuntos; entre ellos, la naturaleza de la condición humana. El autor escribe al 
respecto una indiscutible sentencia: 
 
 …la humillación, cuando se emparenta con la envidia y se convierte en 
frustración, es pésima consejera. Y mucho más cuando a tanto escarnio se suma un viejo 
amor no correspondido. Por eso, y con dolor de mi alma, le corté la lengua” (Jaramillo 
Levi, 2011: 7). 
 
Esta frustración a la que refiere Jaramillo no es nimia, pues está relacionada con 
una habilidad imprescindible para todo escritor, la capacidad de contar historias. Con esto 
el autor revela uno de sus más profundos miedos: la hipotética imposibilidad de escribir 
durante toda su vida, que también se evidencia en el epígrafe que antecede a los cuentos del 
volumen: 
 
 
40 
Lo que más temo 
es la muerte de la imaginación 
Sylvia Plath 
(poeta norteamericana 1932-1963) 
 
 
En “Granito de arena” se define el género cuento y se le rinde homenaje al 
remitirlo a sus confines mediante la alusión al personaje de Las mil y una noches. 
 
En el cuento, “Escritor/texto/lector”, la metaficción se introduce al incluir los 
planteamientos de la teoría de la recepción estética; esto, en caso de coincidir con Ernest 
Cassirer, respecto a que la teoría es “ficción” con exigencias de claridad y no cotradicción, 
en vista de que su significación se produce a través de una mediación o símbolo (Garagalza, 
2002: 71). Jaramillo, en este relato autorreferencial convierte en personajes los tres 
elementos básicos que, según la teoría mencionada, intervienen en la construcción de 
sentido: autor-texto-lector. De esta manera el autor recrea el fenómeno hermenéutico y 
explica lo que ocurre al momento en que el lector se enfrenta al texto. El lector (personaje 
del cuento) dice: 
 
El texto que leo como cuento parece un engaño, un descarado fraude, pues no hay por parte 
alguna una verdadera historia, y mucho menos auténticos personajes ni ambiente, por lo que 
no puede haber desenlace alguno a falta de conflicto (Jaramillo, 2011:7). 
 
Esta indignación del lector (personaje) obedece a que sus expectativas son las de 
un cuento clásico o lo que en su horizonte de lector se concibe como cuento, mientras que 
lo que lee es una minificción posmoderna. El cuento, sin embargo, tiene un desenlace feliz, 
pues las señales del texto van aclarando las dudas del personaje/lector, tal y como ocurre en 
el proceso de lectura según la teoría aludida. A su vez, Jaramillo, al momento de dotar de 
voz al personaje/autor da a conocer una forma de planear un cuento breve, una minificción: 
el reto de forjar la imaginación; la consideración del espacio (tres páginas); la máxima 
economía de palabras; dos personajes (autor y lector) y uno más, diferente a los dos 
anteriores, el texto. Asimismo, deja ver la genuina aspiración de todo escritor: un lector 
culto, el ideal, al que refiere Wolfgang Iser (1987: 57 y ss), el que todo autor ambiciona. 
 
41 
En este relato Jaramillo caracteriza al cuento clásico, define de alguna manera la 
ficción posmoderna y le otorga al lector la categoría de cocreador de la obra en un cuento 
que se sale de los cánones tradicionales para plantear la íntima relación entre texto y lector, 
esto es, el cuento es una autorreferencia hacia sí mismo, hacia la escritura, hacia la creación 
literaria. 
En “Cerebro” la autorreferencialidad se evidencia porque el contenido gira 
alrededor del proceso de creación del cuento. Aquí se mencionan los obstáculos, las crisis, 
los escollos a vencer para darlos a luz. “Cerebro” es un relato didáctico que pone de 
manifiesto la propia experiencia del escritor quien, a la vez, proporciona pistas para 
emprender el reto de la escritura creativa. Ésta puede surgir a raíz de una excelente frase, 
dice, pueden fluir las palabras de manera automática a partir de un núcleo significativo 
inicial; entonces las palabras se acomodan, se encuentran “como atraídas por un misterioso 
imán” que dará lugar a una buena historia. Concebir, crear, llegar a la meta, dice Jaramillo, 
proporciona una “felicidad agraciada”. Terminada la tarea viene la autocrítica: ¿cuál es la 
historia? ¿dónde están los personajes, la atmósfera, la trama? Estos elementos es posible 
que no existan porque quizá no se ha hecho un cuento clásico. En este proceso creativo 
quien escribe se da cuenta de que el personaje es el mismo escritor y quizá la escritura 
misma. En las líneas de “Cerebro” el personaje central y el tema es la escritura. Según 
Jaramillo “el verdadero arte suele romper las reglas” y la estructura de un cuento “puede 
residir precisamente en su aparente falta de estructura”. 
A pesar de que en muchos cuentos de Jaramillo Levi hay tragedia, también 
refieren a la vida, al sexo, al amor en múltiples ocasiones. En “Con fondo de lluvia” que da 
título al libro se plasma la idea del amor del escritor, cuyo ingrediente principal es la 
comunión de dos almas a través de un relato fantástico, en el que, una vez más, el tema es 
la escritura que, en este caso, constituye un símbolo orgásmico. No existe mayor placer que 
escribir y la imaginación lo resuelve todo, se deduce de este cuento. La imaginación recrea 
el amor, acorta las distancias geográficas, produce encuentros carnales. Mediante la 
escritura nos comunicamos, nos entregamos en cuerpo y alma y que mejor que darnos a 
esa labor con un clima lluvioso, nostálgico que penetra los huesos y el sentimiento “a través 
de la vista y los oídos y la piel” de un espíritu enamorado tal y como se experimenta en este 
relato. 
 
42 
Muchos de los relatos de este libro son autorreferenciales, pues abordan la 
palpable obsesión del autor por la escritura de historias. Además de los mencionados está el 
cuento escrito a manera de ensayo “¡Quién para adivino!”, “La situación”, el cuento 
fantástico “A veces se me olvida” y los tres últimos relatos del libro, “Tres”, “Dos”, “Uno”. 
Todos estos exponen reflexiones sobre el fenómeno de la escritura y de cómo ésta, siendo 
una vocaciónse impone ante la enfermedad y el hambre; escribir es la salvación y es 
también la amante del creador“. Podríamos decir entonces, que una característica constante 
en los cuentos de este libro es su autorreferencialidad. 
Hay otros casos de mataficción y en otros, podríamos hablar más propiamente de 
intertextualidad. En “Incantations”, el centro de atención gira alrededor de una pieza 
musical que le da título al cuento y que consiste en un arreglo moderno de cantos 
ancestrales budistas. En “Puesta en escena” se metaficcionaliza el arte teatral; la 
espectadora (personaje central del cuento) se compenetra con la pieza teatral que ha visto 
en repetidas ocasiones, tantas que se aprende de memoria los parlamentos, por lo que de ser 
únicamente personaje del cuento, pasa también a actriz de la obra de teatro. El final es 
trágico como a menudo sucede en los relatos de Jaramillo y como suele ocurrir en la vida 
real. En “Infinidad de espejos justicieros” la intertextualidad se evidencia con los nombres 
de personajes reales de la política durante la dictadura panameña como Spadafora y Giroldi. 
La obsesión de Jaramillo Levi por la muerte es una constante en los cuentos del 
libro Con fondo de lluvia. Aquí aparece de diferentes modos: de manera metafórica al 
aludir a la muerte de la palabra al momento en que el personaje-narrador le corta la lengua 
a Scherezada para impedir que siga contando historias en “Granito de arena”; por un acto 
de valentía para desarticular un complot en contra de la mezquindad del poder político que 
silencia la verdad en “Plan de contingencia”. Nada más cercano a la realidad de nuestros 
países latinoamericanos. Este relato recuerda el escándalo mediático de la influenza en 
México en abril de 2009, fecha en la que se puso en práctica, justamente, un “plan de 
contingencia”. El suicidio de un general de pacotilla, por la locura y la culpa después de 
años de cárcel, en su casa que, metafóricamente, es una cárcel en “Infinidad de espejos 
justicieros”. El destino, lo inesperado, también conduce a la muerte, así se demuestra en “El 
viejo muelle”; por enfermedad adquirida a causa de la promiscuidad. El escritor cita en 
“Incantations”: 
 
43 
 
Hay muchas clases de muerte, y hay las que se adelantan y las que se van postergando 
(Jaramillo Levi: 31). 
 
La exacerbada indignación por la impunidad también conduce al linchamiento y a 
la muerte en ausencia de la justicia, como ocurre en “Cabildo abierto”. En otras ocasiones 
el destino conduce a la muerte como en los accidentes, se interpreta en “Dadas las 
circunstancias”. Aquí la vanidad de una vida realizada carece de importancia, ya que el 
personaje vive la muerte de su joven pareja originada por un rayo; a su vez este 
acontecimiento acercará al narrador-personaje a su propia muerte. En los cuentos 
mencionados y muchos otros del final del libro Jaramillo pone en evidencia la fragilidad de 
la vida. 
El libro aludido agrupa relatos muy diversos; los que tienen un desenlace narrado 
en la historia, más cerrados y los abiertos, aquellos que demandan una participación más 
activa del lector, quien tendrá que concluir la historia en su imaginación. En “La situación” 
los lectores estamos obligados a imaginar cuál es el terrible secreto que atormenta al 
personaje, quien no llega a escribirlo ni bajo la apariencia de una ficción; el personaje lo ha 
olvidado, por lo cual los lectores tampoco lo sabremos, no obstante que el cuento crea las 
expectativas y el suspenso que nos hace esperarlo. 
El escritor Ernesto Endara en Blackjack (2006) nos remite a la cotidianeidad de 
las vivencias de infancia en los barrios de Panamá de los años posteriores a la Segunda 
Guerra Mundial. Entre las características de su escritura sobresalen un gran sentido del 
humor; un humor sano, inocente, limpio, ese que caracteriza a la gente del pueblo. Mezcla 
lo mítico con lo moderno como en “El día que los aztecas conquistaron Nueva York”; 
plasma reflexiones filosóficas sobre la amistad como en “Rompecabezas”, recrea bellos 
pasajes marítimos y al igual que Jaramillo recurre a la metaficción y rinde homenaje a la 
imaginación. 
En el cuento “Buck Jones en el “Gato negro”” la metaficción se produce mediante 
la inclusión del actor de westerns “Buck Jones”, cuyo periodo de éxito se vivió hasta antes 
de su muerte en 1942. En este relato también se establecen analogías con la novela El 
tambor de hojalata de Gunter Grass, el Quijote de la Mancha de Cervantes y al famoso 
libro de caballería El Amadís de Gaula escrito en el siglo XV. Endara recrea, con gran 
 
44 
sentido del humor, una historia con personajes del pueblo: sencillos parroquianos; una 
maestra jubilada; Lucho, el dueño, cocinero, mesonero y cajero; Facundo, el vendedor de 
lotería, que se reúnen en “El Gato negro”; fonda similar a las del viejo oeste americano, que 
según dice el escritor, aún existe. En este cuento todos los personajes se hacen partícipes de 
un juego imaginativo espontáneo en el que los buenos y los malos teatralizan un relato del 
western norteamericano que trasluce una sana convivencia entre los lugareños del Panamá 
de los años cincuenta. 
En “El Chivato” una pandilla de niños del pueblo emprenden una aventura, la de 
subir al cerro Ancón en la época en que ocurría la Segunda Guerra Mundial. La metaficción 
se produce mediante la inserción de superhéroes de las historietas de esa época como 
Batman, el capitán Maravilla, Sandokan. Cada personaje del cuento adopta los roles 
propios de estos personajes hasta que se aparece Belcebú, el diablo en forma chivo, tras lo 
cual los personajes vuelven a la realidad del cuento. 
En “Receta para ser bonita”, Endara elabora una alegoría con el estereotipo de la 
bruja del cuento infantil Blancanieves y los siete enanos para representar a una profesora 
tiránica. Este relato rememora las experiencias infantiles en edad escolar, rompe con el 
maniqueísmo que asocia fealdad, maldad y puerilidad y establece asociaciones entre belleza 
fealdad y bondad. Observemos el siguiente pasaje: 
 
…Su carácter [el de la maestra comparada con la bruja en el cuento de Blancanieves] se 
apresuraba a ocultar cualquier hermosura. Las interesantes líneas que convergen hacia los 
ojos, que llaman “patas de gallina”, se insinuaban tímidamente y le hubiesen dado un aire 
más bien festivo, si la risa, o tan siquiera la sonrisa, hubiesen tenido oportunidad de 
acentuarlas en el rostro”. 
 
La maldad (representada por la maestra) se neutraliza, pues su contraparte, las 
víctimas (en este caso sus alumnos) también fueron capaces de encerrarla en un armario por 
dos meses. Con esto el autor recrea un acontecimiento más apegado a las reales vivencias 
infantiles y no se hace cómplice del maniqueísmo de muchos cuentos tradicionales 
infantiles y de los programas que a diario transmiten los medios de comunicación respecto 
a los valores de belleza, bondad o éxito, entre otros. 
Endara nos da lecciones humanistas, en “Rompecabezas” recrea escenas cotidianas 
en una Pensión y exalta aspectos ya tradicionales para esta época. Muestra de qué manera el 
 
45 
personaje infantil, Piti Mini introyecta valores como la amistad, la solidaridad, la 
generosidad, la justicia, la camaradería, la buena conversación, al presenciar la convivencia 
de los adultos: 
 
[la madre de Piti Mini] “había salido para ver qué podía hacer por la desdichada Loli” 
(Endara, 2006: 33). 
“La justicia […] es como una estrella muy brillante y muy lejana” [señala el doctor 
Rivera] (Endara, 2006: 32).. 
Piti Mini fue testigo de cómo empiezan dos hombres inteligentes una relación. No tienen 
que pelear para demostrar cuan valientes y fuertes son; no tienen que repartir sus caramelos 
para comprar un saludo; ni arriesgan la cabeza patinando para atrás o dando saltos mortales 
para impresionar. Sencillamente, intercambian frases, anécdotas. Conversan. Piti decidióque cuando los hombres están de acuerdo con las cosas de la vida, se pueden considerar 
buenos amigos (Endara, 2006:29). 
 
Mediante el rompecabezas Piti Mini construye y reconstruye su mundo con 
imágenes entrañables de su infancia y como en la buena literatura conduce a los lectores a 
imaginar y a revivir la nuestra con los sabores y sinsabores de nuestras respectivas historias 
de vida. Endara tiene la enorme cualidad de volvernos hacia nuestro pasado y toca fibras 
sensibles por las cuales volvemos una y otra vez a la literatura. 
 
Lo femenino y la apertura en Lupita Quirós, Isabel Herrera y Luigi Lescure 
 
Varios de los cuentos del libro No se lo cuentes a nadie (2007) de Lupita Quirós 
tienen como característica central finales abiertos que exigen al lector completarlos, además 
de constantes juegos entre metarrealidad (lo que se plantea como realidad del cuento) y 
fantasía; aquello que no puede ser verosímil ni en la lógica de la ficción. Se advierten 
pasajes eróticos, puntos de vista femeninos en la apreciación de lo masculino. Asimismo, 
muchos personajes femeninos representan roles activos, insumisos, dotados de capacidad 
imaginativa para enfrentarse al sufrimiento. 
En “La paciente tendida en diván”, el personaje femenino es una profesional 
calificada en física nuclear desconcertada por los alcances de su imaginación que la 
sicoanalista atribuye al estrés. Los lectores no tendrán la certeza de que seres fantásticos 
como ninfas, duendes, tritones, etc. fueron vistos realmente por el personaje al interior de la 
 
46 
ficción o forma parte de una desquiciada imaginación en la realidad del cuento. No obstante 
la duda, se augura un final feliz, pues el padecimiento del personaje termina con un acto, 
también producto de su fantasía, al momento de dejar escapar al bebé pegaso de la jaula 
para ir al encuentro de su madre. 
En “El óscar de la Academia” Claire Sasson es una actriz exitosa merecedora de 
un óscar, cuya imaginación le ayudará a minar el sufrimiento ante la realidad de su hija en 
estado de coma. Y aunque el cuento explicita que el personaje había optado por “actuar” 
incluso en su vida privada, los lectores nos dejamos llevar por el relato y dudamos de su 
consciencia de realidad; esta duda es lo que otorga la apertura interpretativa del cuento. 
En “Bajo la sombra del almendro” Margaret en una mujer importante, una 
secretaria de Estado, rodeada de agentes de seguridad que viaja en auto blindado con su 
chofer, por quien siente atracción a pesar de la diferencia jerárquica y de edad. La voz 
femenina lo describe por sus atributos físicos de masculinidad: 
 
Allí empezaba su musculatura. Un tórax amplio y fuerte, igual al de los gladiadores 
romanos, pero de color canela a causa del mestizaje. Sus brazos, que parecían troncos, 
lucían unos bíceps similares a las ondulaciones de mis montañas (Quirós, 2007: 72). 
 
Este cuento proporciona la oportunidad de disfrutar pasajes eróticos y una apertura 
interpretativa que se produce una vez más por la combinación entre la metarrealidad del 
cuento y el sueño. Los lectores dudarán si el encuentro sexual fue un sueño del personaje u 
ocurrió en la realidad de la ficción debido a los indicios expuestos en la narración. 
“La prueba de ADN” es una minificción, el cuento más corto de los que componen 
el libro y el más abierto a la interpretación, la libertad imaginativa gira en torno a la 
sospecha del personaje, quien la disipa mediante una prueba de ADN. El final es feliz, pero 
los lectores tenemos que imaginar cuál era el motivo de su angustia. 
A Lupita Quirós le gustan los finales afortunados. Varios cuentos auguran o narran 
finales felices: “Nanette” logra su liberación; Óscar obtiene una herencia en el relato “El 
abuelo telegrafista”: Eulogio Quintero se salva del cáncer en “Cara o cruz”; Deborah “se 
llena júbilo” ante el resultado de la prueba de ADN; Paula Savater se libera de su 
desafortunado matrimonio en “La cerca del alambre de púas”; María Teresa consigue su 
meta en el relato detectivesco y abierto “Con olor a gardenias” y en otros casos la 
 
47 
imaginación presagia esas soluciones satisfactorias. Hay apertura en “La culpa fue del 
danzón”, y en “El viejo buzón” y erotismo en “Una tía muy especial”. 
En Esta cotidiana vida (2007) de Isabel Herrera de Taylor (segunda generación) 
otorga a la palabra la fuerza necesaria para vencer las injusticias en un cuento feminista 
titulado “El viaje del lamento”. Con un lenguaje poético trae a colación como personajes a 
los dioses del Olimpo para plantear la ancestral relegación a que se ha sometido a las 
mujeres a quienes les da voz. Confía en que las palabras “no se las lleva el viento” tal y 
como lo dice el refrán popular; por el contrario, dice a través de Eurínome (la diosa griega): 
 
Hay que llorar, gritar y rebelarse cuando la injusticia nos ahoga (Herrera, 2007: 21). 
 
Si el viento se lleva las palabras, se infiere de la lectura, irán a incrustarse en el 
espíritu femenino de otras mujeres que a fuerza de gritar, reivindicarán su liberación, 
aquella que antaño tuvieron cuando la diosa madre, “la Madre tierra” reinaba en el mundo. 
La autora conmina a las mujeres a recuperar la palabra, esto es, a que se hagan escuchar, a 
que seduzcan a los hombres a través del verbo para lograr sus propósitos y sus ideales. 
En este cuento metaficcional, fantástico, rico en significaciones se combinan 
elementos míticos tradicionales y modernos y, al igual que en el caso de Lupita Quirós, se 
observa la genuina preocupación por reivindicar el rol de las mujeres en la sociedad; al 
mismo tiempo, se rinde homenaje a la palabra, tema que comparte con el escritor Jaramillo 
Levi. 
Herrera de Taylor coincide con Jaramillo Levi en la autorreferencia a la escritura y 
con Quirós en el enaltecimiento de la figura femenina en el relato “Las cartas de Ruth”. 
Cuesta trabajo reconocer el talento de la pareja mujer cuando se impone la necesidad de 
éxito de un hombre soberbio y egoísta, se deduce de la lectura de este cuento. Y a pesar del 
innegable valor que la autora otorga al oficio de escribir, pone por encima de esto la 
generosidad, la nobleza, la comprensión y el amor; atributos que glorifican al personaje 
femenino de este cuento. 
De Taylor explora técnicas como el uso de tres testimonios y finales sugeridos 
como en el relato “La vida es un trío en mi menor”, lo fantástico en “El perfume en la 
mansión” que recuerda el cuento de Lupita Quirós “Con olor a Gardenias”; es también 
 
48 
fantástico “Guerrero eterno” y algunos pasajes de “Esta cotidiana viada”. Si bien los finales 
no son totalmente abiertos los textos dejan grandes dudas planteadas para que los lectores 
las resuelvan; tal es el caso de “Vivir sin memoria es peor que la muerte” y “El muelle 
inglés”. 
Luigi Lescure en el libro Con vista al mar (2009) revela su animus femenino, 
recurre a la autorreferencialidad, a la apertura, a la minificción en esta colección de relatos 
originales y modernos que traslucen su visión de lo esencial en la vida. En el cuento que da 
título al libro, el personaje Pedro, a punto de morir en un accidente, revela sus buenos 
deseos para el futuro de su familia: 
 
Ojalá que el fulano que consiga su esposa sea bueno. Que le guste el béisbol como a Jahir 
[su hijo], y que sea lo suficientemente hombre para jugar de vez en cuando con muñecas o 
hablar de cosas de mujeres cuando Damaris sea más grande y necesite de los consejos de 
un amigo (Lescure, 2009: 49). 
 
Este pasaje demuestra el alejamiento de los estereotipos masculinos comúnmente 
aceptados; hay ausencia de celos y una acertada visión poco extendida de lo que deben ser 
los hombres. Este elemento aparece una vez más en “Charlie” a través de la conciencia que 
adquiere Carlos al percatarse de que su hijo necesita demostraciones físicas de afecto. 
Lescure muestra, también, hombres sensibles como en elcaso de “Aire”. En otros cuentos 
el autor realiza una crítica a la inmadurez masculina como en el caso del cuento fantástico 
“El convertible”. El escritor construye una metáfora de la inmadurez; el dueño del 
convertible rejuvenece a medida que va viviendo sus aventuras con “tres curvilíneas 
muchachas” hasta convertirse en un bebé. Asimismo, en “La apuesta” el autor enfatiza en 
este punto al narrar los pormenores de una apuesta de cien dólares entre dos hombres, cuyo 
reto es la conquista de una bella mujer. Lescure no concede el triunfo al personaje 
masculino, más bien le da una lección. 
 De la misma manera que el autor critica los comportamientos masculinos juzga la 
frivolidad femenina y al igual que en “El convertible” crea una alegoría en el cuento 
también fantástico, “El vestidor” en el que la preocupación exacerbada de Stella por las 
marcas, la moda, la apariencia la convierten en un maniquí. En esta colección abunda la 
fantasía, la apertura y también la autorreferencialidad a la escritura presente también en 
 
49 
Jaramillo Levi y Herrera de Taylor. El último de los cuentos del libro, “Leyéndolos” la 
técnica empleada permite entablar un diálogo íntimo con nosotros, los lectores y nos hace 
sentir la forma en que vamos penetrando el texto, desde la superficie hasta incursionar en la 
intimidad del autor, como si se tratara de un strip-tease. En el anti cuento, “Una página para 
contar” plasma la frustración frente a la imposibilidad de narrar historias en un minirrelato 
totalmente abierto. 
 
La búsqueda de plenitud en Fernández Risco, Lissete. E, Lanuza, Gorka Lasa 
Las escritoras y escritores que incluí en la tercera generación presentan entre sí 
una diversidad de estilos y temáticas, por este motivo los dividí en dos grupos. 
Varios cuentos de Música de las esferas (2011) de Fernández Risco constituyen 
una búsqueda de plenitud femenina que se alimenta de cuerpo y espíritu. En el relato que da 
título al libro las sensaciones apenas perceptibles invaden el ambiente. La música se halla 
en los murmullos, los susurros, los ritmos, el viento, el mar, las tormentas, en los recuerdos 
de la música de adolescencia. “La base rítmica del universo”, los sonidos de los cuerpos 
celestes originan la música de las esferas, dice Pitágoras, según Fernández Risco. Esta 
espiritualidad conectará al personaje femenino con su amante y los conducirá a un 
encuentro carnal casi místico. 
En el cuento el “El piso cuarenta y siete” el personaje femenino Yamileth busca la 
plenitud que no encuentra en su rutinario matrimonio y se atreve a explorar su seminal 
naturaleza. Danza instintivamente al ritmo del Bolero de Ravel, se desnuda, explora su 
cuerpo, se erotiza y a través de su imaginación descubre el placer ante el próximo encuentro 
con un desconocido. En el relato “Dilvia y yo” Fernández Risco pone por encima la 
búsqueda de plenitud femenina sobre la realización profesional, autosuficiencia y carácter 
que en la época moderna se ha convertido en modelo de las mujeres emancipadas. La 
verdadera libertad se encuentra en la esencia del ser, en la liberación de ataduras que nos 
someten en contra de nuestra naturaleza, se trasluce de los textos de la escritora. Así lo 
demuestra una vez más en el cuento “Danza marina”; relato fantástico, de suspenso, 
abierto, en el que el personaje femenino experimenta un festín de sensaciones al contacto 
con la naturaleza. 
 
50 
La escritura de Fernández Risco está rodeada de música, de agua, de imaginación; 
recurre a la intertextualidad, a elementos tradicionales y en cuentos como “Ruido blanco” 
los sonidos van exorcizando la tristeza cuando al fin el personaje puede escuchar su voz 
interior. 
El libro Ad infinitum (2011) de Lissete E. Lanuza está compuesto por una serie de 
relatos de corte autobiográfico ubicados en Barcelona; lugar en el cual la escritora pasó una 
parte de su vida. La escritura de Lissete relata fragmentos de cotidianeidad que reflejan 
nostalgia, soledad, pero también alegría por los pequeños triunfos y las experiencias de 
vida. Retrata también el destino de los inmigrantes en tierra extraña y su identidad 
panameña. Estos cuentos, al igual que los de Fernandez-Risco, transparentan la búsqueda 
de realización plena, el encuentro con el ser mismo del personaje; de ahí que las 
experiencias de vida se observen como procesos de maduración, de cambio, de 
enamoramientos fugaces para sentir, vivir. La soledad no siempre es un vacío, sino el 
espacio para el encuentro con el ser, así se plantea en “O”: 
 
… quizás éste siempre fue el problema de los hombres con ella: su nula capacidad para 
dejarse llevar, para el romance. 
 
 El personaje no quiere dejarse llevar y disfruta los momentos de soledad para 
proporcionarse el placer sexual ella misma. En “O” la autora emplea una técnica mediante 
la cual, durante el desarrollo narrativo, coloca señales con el fin de despistar el sentido y 
nos sorprende con un final inesperado. Este mismo recurso lo utiliza en “Tot el camp…” 
en el que es capaz de contagiarnos de un ambiente festivo para crear expectativas 
inesperadas de acuerdo con el curso de los acontecimientos del relato. 
Hay mucho que aprender de los cuentos del joven escritor Gorka Lasa para llegar 
a la plenitud, a la Claridad. Este libro (2011) señala el sinuoso camino, el más difícil de 
todos, para encontrar la luminosidad del espíritu. Y es el más difícil porque nos aleja de 
nuestros esquemas mentales aprendidos durante milenios, porque en este conjunto de 
parábolas el autor propone alejarnos de lo material, de lo mundano, de la violencia, del 
sufrimiento, del pensamiento occidental que divide en antagonismos la visión de la 
realidad. El verdadero sentido, se interpreta de la escritura de Gorka Lasa, se halla en 
 
51 
unidad, en la interdependencia de los contrarios y el símbolo poético es lo que más nos 
acerca a lo indefinible, señala en “Claridad”, cuento que da título al libro en el que dice: 
 
¿Tal vez podría intentar una aproximación poética? Para ello tendría que crear un lenguaje 
solo para aproximarme y, aún así, sé que no lograría crear símbolos para definir lo 
indecible, salvo quizás, si lo intentara en un sentido poético, siempre tan limitado. Tal vez 
podría crear un abecedario que fuera a su vez símbolo, letra, vibración código, y aun más: 
¡luz viviente!... (G. Lasa, 2011: 30). 
 
El gran símbolo a descifrar en este libro es, justamente, la claridad y nos 
preguntamos ¿qué es la Claridad y cómo llegamos a ella?, pero como en todo símbolo hay 
una parte visible, quizá tangible y hay otra, lo indecible, o poco perceptible que las palabras 
no alcanzan a nombrar y este es gran enigma de esta obra abierta. En este caso la apertura 
no se encuentra, precisamente, en los finales de los cuentos, sino en lo indescifrable de la 
experiencia vivencial a la que conmina el libro. Gorka Lasa se esfuerza en mostrar los 
caminos para llegar ella, nos pone ejemplos, nos aconseja: 
 
Escucha lo que el viento le dice a la montaña en “Antxo” (G. Lasa, 2011: 14). 
[Camina] la trocha del silencio, la gran apuesta vital, la ruta que lleva al paraje 
donde yace la razón que lo generó todo (G. Laza, 2011: 18), en “Liturgia estelar”; 
[Hay que estar] atento a los engaños del ego y a los invisibles deseos y apegos que 
anclan el espíritu a la ambición y la materia (G. Lasa, 2011: 33) en “Sinuhé”. 
Los relatos de Claridad mantienen una unidad en torno al tema referido y no están 
exentos de muchas de las características del cuento moderno. En “Liturgia estelar” el 
personaje, con el vigor de un Maestro. interactúa con el discípulo (lector) y para ello 
recurre a la segunda persona; en “Claridad” hay autorreferencialidad en torno a la escritura. 
Hay minificciones como “Sin rumbo”, “Normal” y metaficción en “La primera fuente” en 
este libro de parábolas. 
 
Humor e Ironía en Gonzalo Menéndez y JulioMoreira 
 
El libro El síndrome (2011) de Gonzalo Menéndez González agrupa cuentos 
imaginativos con humor e ironía sobre distintas temáticas. La locura de Alfredo 
 
52 
Bastimentos, personaje de “El síndrome”, es rara, es una enfermedad moderna y contagiosa 
que se cura con aire puro y reposo y se produce por la añoranza de la antigua Panamá, la de 
playas vírgenes, vertederos y monumentos que daban cuenta de la historia y que se 
transformaron en avenidas y edificios. En el cuento “Y llegaron bailando Ricachá” el 
escritor emplea como recurso un sueño con información del viaje a la luna de 1969. Los 
dos astronautas del Apolo 11 acompañan a Neil Armstrong al cuarto del personaje en busca 
de los amigos de este, ya que desea entregarles una placa enviada por Richard Nixon: 
 
Venimos en son de paz en nombre de toda la humanidad (Menéndez, 2011: 15). 
 
De igual modo, el escritor recrea con humor las peripecias de un mago timador en 
el cuento “Asterix, el grande”. En “Barbericidio”, el personaje que escuchaba el capítulo 
del programa radiofónico Trespatines se duerme y en sus sueños el senador Bob Kennedy 
conversa con él y con su hijo como si fueran viejos conocidos. La conversación va desde la 
muerte del amigo de Kennedy, Martin Luter King, Vietnam, la presencia de tropas 
norteamericanas en el Canal, la política nacional o una mancha sobre la camisa del senador. 
Bob Kennedy se despide debido a que le dispararon, lo mataron y lo van a enterrar. 
Menéndez al igual que varios de los escritores de su generación emplea la 
metaficción, la intertextualidad, según se observa en los relatos ya mencionados y en otros, 
como en “Los hermanos Karamazov atacan de nuevo”. Aunque en este caso no se trate de 
un parricidio sino del ingenioso asalto a una joyería por dos mexicanos. El autor explora el 
erotismo como en “Loucus Demais” y construye historias divertidas para tratar temas 
políticos; también narra cuentos relacionados con la condición humana como la crueldad, 
por ejemplo, la referida al vagabundo alienado que en otros tiempos fue futbolista. 
La otra colección de cuentos que comentaré corresponde a Julio Moreira y se 
llama Garabatos (2011). Los relatos de este escritor se caracterizan por su originalidad, 
pues si bien son autorreferenciales, híbridos, metaficcionales, irónicos, la construcción 
difiere de muchos de los anteriores. En el cuento “Incertidumbre” el personaje es el texto 
mismo, el párrafo que auto describe sus íntimas introyecciones, su ambiente, su relación 
con los cables y la computadora desde el momento en que nace. Este texto se constituye a 
 
53 
modo de una reflexión sobre la germinación de la escritura, su proceso y su incierto 
destino. 
En “Textuajes” el personaje central es un cuaderno de notas, cuyo dueño es un 
bufón que registra sus sueños, bosquejos garabatos, desvaríos, “teorías literarias algo 
vagas”, símbolos. El personaje narra que su progenitor se dedicaba a tatuarlo con una 
pluma Bic. El relato, con dejo irónico, intercala las peripecias por las que pasa el 
cuadernillo cuando su dueño lo pierde y cuestiona los contenidos de los “textuajes” escritos 
en él: 
 
“Textuaje 6: el mundo es el feudo perpetuo del poder, y sólo lo domina un poder. Siniestra 
verdad, esta también se la acepto aunque cueste tragársela [dice el cuadernillo]. 
 
Los “textuajes” son el pretexto para autorreferir a la escritura, a la poética, a la 
materialidad del lenguaje, a “la epidermis” (como la llama el escritor) para alcanzar la 
“panacea de la etéreo-dermis”, esto es, la conjunción entre forma y fondo. 
En “Obituario” la metaficción de escenas cinematográficas de Frankestein, 
Drácuala y películas de terror se combina con los diálogos del actor Béla Lugosi (fallecido 
en 1956) relacionados con los papeles que representa en sus películas, pero esto lo hace ya 
muerto; el mismo nombre del relato remite a esto. La información con la que se construye 
el cuento es biográfica y uno de sus propósitos es inducir a los lectores, a quienes se dirige 
en segunda persona, a la reflexión sobre la perdurabilidad del verdadero arte en el tiempo. 
Varios cuentos de este escritor son híbridos, entre ellos, “La apología de 
Armando” en el que el sentido del relato se va dando mediante inserciones de anuncios 
clasificados en el transcurso de la narración que el personaje lee y que sirven de pretexto 
para recordar su pasado e imaginar un mejor futuro antes de morir. El cuento nos lleva al 
desenlace final a través de diferentes planos narrativos; descripciones del deteriorado 
estado de salud del personaje/narrador, introspecciones sobre su pasado y futuro y 
fragmentos de anuncios clasificados: 
 
…Se vende nevera…Se vende estufa…Necesito: doméstica mayor de edad con experiencia. 
Para cocina y limpieza. Dormir empleo, honesta, amable, llamar al… Me propuse que la 
negra más nunca terminaría en esos trabajos que la exigían como mula… 
 
 
54 
La hibridez en algunos otros cuentos de Moreira aparece con notas de prensa como 
en el cuento “El fortín”, incluye también el género epistolar en “Carta de fragmentación” en 
el que plasma pasajes eróticos y pone por encima de los intereses materiales y “el qué 
dirán” la libertad personal. 
 
Conclusiones 
La muestra de cuentos analizados en este artículo exhibe un conjunto de rasgos 
distintivos, entre ellos, claros signos de identidad panameña, cuyo símbolo en muchos 
casos, es el Canal. Las referencias a Panamá aparecen con estilos distintos y combinados 
con las técnicas empleadas por cada escritor. Jaramillo intertextualiza con personajes de la 
dictadura como Spadafara y Giraldi y alude a la injusticia y a la impunidad. Endara, con su 
particular sentido del humor, recrea la vida de los barrios panameños de los años 
posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Lissete plasma constantes referencias nostálgicas 
a su tierra natal desde Barcelona, Gonzalo Menéndez de manera humorística nos deleita 
con añoranzas de la vieja Panamá en “Síndrome” y en otros casos alude a personajes y a 
situaciones políticas, tales como la invasión militar a Panamá en “Barbericidio”. Casi todos 
los escritores construyen sus historias alrededor de las calles, cafés, parques y playas de su 
tierra natal. 
Otra característica dominante de libros analizados es la autorreferencialidad. Gran 
parte de la muestra analizada refiere a los múltiples factores que intervienen en el proceso 
creativo de la escritura, aunque cada autor le otorgue su sello personal. Jaramillo lo hace en 
tono didáctico, a veces teórico y como un imperativo que se impone ante situaciones límite. 
Herrera de Taylor al equiparar la fuerza de la palabra con el poder de los dioses. Gorka 
Lasa a través de parábolas logra que el Maestro interactúe con el discípulo/lector en torno a 
la escritura, Moreira de modo original e irónico dota al párrafo de personalidad, y auto 
describe sus vivencias y su ambiente; asimismo, mediante la voz del cuadernillo de notas 
refiere a los garabatos (textos) de un potencial artista. 
Otro elemento de los más sobresalientes en los cuentos estudiados lo constituye la 
adjudicación de roles activos a los personajes femeninos y la búsqueda de plenitud de todo 
ser humano. Las escritoras Lupita Quirós, Herrera de Taylor, Silvia Fernández-Risco, 
Lissete E. Lanuza exploran esas temáticas. Gorka Lasa se encauza hacia la búsqueda 
 
55 
espiritual para lograr la plenitud y Luige Lescure construye personajes masculinos dotados 
de características tradicionalmente femeninas. 
Además de estos rasgos hay muchos otros, como lo fantástico, el erotismo, el 
humor, la ironía, la metaficción, la presencia de géneros extraliterarios, la apertura de los 
finales, los elementos tradicionales que aparecen unidos unos con otros y que en conjunto 
delinean las características del cuento panameño moderno. 
 
Obras consultadas 
 
Eco, Umberto, (1992), Obra abierta.Barcelona: Planeta de Agostini. 
Endara, Ernesto (2006), Blackjack. Panamá: 9 Signos Grupo Editorial, Colecc. Anclajes 
Núm. 2. 
Fernández-Risco, Silvia (2011), Música de las esferas. Panamá: Fuga Editorial. 
Garagalza, Luis (2002), Introducción a la hermenéutica contemporánea. Barcelona: 
Anthropos. 
Herrera de Taylor, Isabel (2007), Esta cotidiana vida. Panamá: 9 Signos Grupo Editorial, 
 Colecc. Anclajes Núm. 8. 
Jaramillo Levi, Enrique (2011), Con fondo de lluvia. Costa Rica: Universidad Estatal a 
 Distancia. 
Jauss, Hanss Robert (1993), “Historia de la literatura como una provocación a la ciencia 
literaria” en, En busca del texto. Teoría de la recepción literaria. Dietrich Rall 
(Comp.). México, D. F.: Universidad Nacional Autónoma de México. 
Lanuza Sáenz. Lissete E. (2011), Ad infinitum. Panamá: Universidad Tecnológica de 
 Panamá. 
Lasa, Gorka (2011), Claridad. Cuentos, sueños y memorias del despertar. Panamá: 9 
 Signos Grupo Editorial. 
Lescure, Luigi (2009), Con vista al mar. Panamá: 9 Signos Grupo Editorial, Colecc. 
 Minimalia. 
Menéndez González Gonzalo (2011), El síndrome y otros cuentos. Panamá: 9 Signos 
 Grupo Editorial, Colecc. Minimalia. 
Moreira Cabrera, Julio (2011), Garabatos. Panamá: Universidad Tecnológica de Panamá. 
 
56 
Quirós Athanasiadis, Lupita (2007), No se lo cuentes a nadie. Panamá: Universal Books. 
Villarreal Vergara, Fredy, et al. (2011), Del oficio de escribir como arte y destino. 
Memoria de 50 años de escritura: Congreso Internacional en torno a los aportes de 
la obra de Enrique Jaramillo Levi. Panamá: Universidad Tecnológica de Panamá, 
Colecc. Testimonios Nacionales. 
Zavala, Lauro (2009), Cómo estudiar el cuento: teoría, historia, análisis, enseñanza. 
 México, Trillas. 
Zavala, Lauro (2006), “Un modelo para el estudio del cuento” en Casa del Tiempo Núm. 
 90. julio-agosto. México: Universidad Autónoma Metropolitana.

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